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Evaluación del autoengaño (Validación del


instrumento IAM-40)

Research · February 2016


DOI: 10.13140/RG.2.1.2432.2329

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2 authors:

Carlos Miguel Sirvent María de la Villa Moral


Fundación Instituto Spiral University of Oviedo
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Evaluación del Autoengaño
Validación del Inventario IAM-40

Sirvent, Carlos* y Moral, María de la Villa**

* Psiquiatra. Fundación Instituto Spiral, Madrid y Oviedo (España)

** Profesora Titular de Psicología Social. Universidad de Oviedo (España)

Correspondencia: csr@institutospiral.com

Petición del IAM-40: informática@institutospiral.com


Resumen

Se describen los constructos autoengaño patológico (incapacidad para apercibirse de los efectos
negativos del propio comportamiento) y mixtificación (forma extrema de autoengaño extensible
al quehacer cotidiano) haciendo una breve reseña histórica de los instrumentos para evaluar el
autoengaño y la deseabilidad. Se presenta por primera vez el Inventario de Autoengaño y
Mixtificación (IAM-40) (© Sirvent 2012) que consta de 40 ítems y 5 factores (insinceridad,
manipulación, mecanismos de negación, registro interesado de la realidad y mixtificación). El
autoengaño patológico está presente en numerosos procesos mentales como los trastornos de
ansiedad, del humor, de la conducta alimentaria, de la personalidad, adicciones, etc. El objetivo
general de la investigación es proceder a la validación del Inventario de Autoengaño (IAM-40),
tanto la escala general como los factores y los constructos autoengaño y mixtificación, en una
muestra de 159 sujetos adictos (población clínica) y 124 sujetos de población general (grupo
control). Se confirman diferencias significativas entre ambas subpoblaciones en el sentido
predicho con mayor patología en la muestra clínica en todos los indicadores estudiados. Se
concluye que el autoengaño y la mixtificación tienen carta de naturaleza clínica propia.
Asimismo, se comprueba que el IAM- 40 es un instrumento adecuado y útil tanto para el
diagnóstico como para el manejo clínico cotidiano. El estudio invita a profundizar en la
evaluación del autoengaño, aplicando el inventario IAM-40 a poblaciones específicas. Procede la
discusión crítica de una propuesta de intervención psico y socioterapéutica ad hoc.

Palabras clave: evaluación, autoengaño, mixtificación, mentira, engaño, psicopatología

Abstract

This paper describes the constructs of pathological self-deception (the inability to


detect the negative effect of one's own behaviour) and mystification (an extreme form of
self-deception which affects daily life) by way of a brief historical review of the
instruments used to evaluate self-deception and desirability. Sirvent's Self-Deception
and Mystification Inventory (IAM-40) (© Sirvent 2012) is presented for the first time; it
is made up of forty items and five factors (insincerity, manipulation, denial mechanisms,
an interested perception of reality and mystification). Pathological self-deception occurs
in numerous mental processes, such as anxiety disorders, mood disorders, eating
disorders, personality disorders, addictions, etc. The general objective of this
investigation is to validate the Inventory of Self-Deception, including both its general
scale and the factors and constructs of self-deception and mystification, in a study of 159
addict subjects (clinical population sample) and 124 general population subjects (control
group). Significant differences are found, as predicted, between both subpopulations,
with a greater level of pathology of all studied indicators in the clinical sample. The
clinical existence of self-deception and mystification is concluded. The IAM-40 is also
proven to be an adequate and useful instrument for diagnostic purposes and for day-to-
day clinical management. The study invites further evaluation of self-deception through
an application of the IAM-40 inventory to specific sample groups. The critical
discussion is based on a proposal for psychotherapeutic and sociotherapeutic ad hoc
treatment.

Keyword: evaluation, self-deception, mystification, lie, deception, psychopathology

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Introducción

Tanto la mentira como el autoengaño normal o fisiológico son inherentes a la


condición humana, jugando un papel regulador, o si se prefiere homeostático, de
protección psicológica (Taylor y Brown, 1994; Taylor y Hick, 2007). En este contexto
la palabra mentira alude al proceso de congruencia o incongruencia interna según sea la
respuesta de un sujeto ante un estado de necesidad perentoria; es decir, se suele mentir
por necesidad. Sin embargo, la mentira es una falla comunicativa y relacional que no es
socialmente tolerada: quien miente es condenado y proscrito (Smith, 2005; Monts et
als., 1977; Sullivan, 2002). Mientras la mentira consiste en engañar al otro, el
autoengaño es mentirse a uno mismo, lo que se utiliza para mantener falsas creencias o
ilusiones a las que uno tiene apego. Gianetti (2000) lo describe como el proceso de
negar o no racionalizar la relevancia, significado o importancia de oponer la evidencia
al argumento. En definitiva, el autoengaño representaría un obstáculo para la
autenticidad.

El autoengaño no es en sí mismo patológico. ¿Quién se atrevería a asegurar que


carece de autoengaño? Todos tenemos un nivel más o menos elevado (“fisiológico”,
podría decirse) de autoengaño en forma de ilusión, fantasía o natural fabulación que
empleamos en el día a día para interrelacionarnos. Diversos autores (Joplin, 1996; Mele,
2001; Taylor, 1994, 2007), defienden la función homeostática del autoengaño; esto es,
su importancia para el equilibrio del sujeto. Las ilusiones positivas sobre uno mismo
juegan un papel en el mantenimiento de la salud mental, así como en la capacidad de
cuidar las relaciones interpersonales y la sensación de bienestar. Dichas ilusiones
incluyen evaluaciones demasiado positivas de uno mismo, percepciones exageradas de
control personal y un optimismo poco realista sobre el propio futuro. Para Ekman
(1996) el autoconocimiento no es tan importante para el bienestar como saber qué
intención subyace al engaño. Sin embargo Mele (1997) sostiene que el propósito de
engañar no es característico en la mayoría de los casos de auto-engaño, para dicho autor
la fuerza motivadora del auto-engaño es el deseo. Sin embargo Trivers (2006) aduce
que el sujeto autoengañado no necesariamente lo hace por el deseo de que la creencia
sea verdadera, más bien su creencia está influenciada por lo que de ella espera entender,
dado que los procesos cognitivos que permiten a la gente encontrar la verdad no
necesariamente han sido diseñados con el fin de encontrar la verdad “real u objetiva”,
sino que sus juicios están limitados y condicionados por el contexto de su situación
(véase Patten, 2003; Neil van Leeuwen, 2003).

El autoengañado “sabe lo que (le) pasa pero ignora lo que eso significa” (Rosset,
2000, 2002). Uno de los elementos que confieren carta de naturaleza al autoengaño es
una necesidad sentida, percibida, como vital, abrumadora, imperativa e insoslayable. La
suma necesidad nubla la mente y anula la voluntad. No hace falta que dicha necesidad
exista objetivamente, basta con que el sujeto lo sienta así. La necesidad perentoria

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genera el engaño y la necesidad mantenida el autoengaño (Sirvent, 2006). La persona
autoengañada necesita creer lo que cree. En un principio sí podía ser consciente de su
(propio) engaño, pero, a base de repetírselo y –sobre todo- de urgirlo, acaba creyéndolo.
Realmente lo requiere para afrontar su día a día, por tanto lo interioriza y funde en su yo
hasta que lo automatiza. A partir de aquí su realidad será otra. Navegará en un plano de
comunicación diferente regido por el autoengaño.

Los trastornos mentales en su mayor parte mantienen alguna forma de


autoengaño basal (Nyberg, 1994; Sims, 2003; Sommer, 1992; Teasdale, 1983). Por
ejemplo, una anoréxica ignora su eventual temor al rechazo público, bastantes adictos
creen errónea e infundadamente que los demás no lo advierten. Por autoengaño
patológico nos referimos a aquel que viene cualificado por la incapacidad para
apercibirse de los efectos negativos del propio comportamiento. O que -aún
apercibiéndose y siendo consciente del problema- no adopte o no quiera adoptar
soluciones, o espera que éstas vengan desde fuera (Sirvent, 2011). En definitiva,
aplicamos el criterio a “quien no se da cuenta de algo nocivo para él o los demás o –lo
que es todavía peor- se da cuenta (aparentemente) y no intenta solucionar el problema”.
Muchos sujetos viven instalados en el autoengaño sin que éste le suponga un
inconveniente. Pero un paciente, es decir –una persona que sufre a consecuencia de su
autoengaño- no puede permitirse el lujo de mantenerlo porque, o no sanará nunca, o
recaerá sin siquiera darse cuenta. Necesariamente el afectado tiene que terminar un
tratamiento con ideas claras a este respecto y, si recidiva, que por lo menos sepa el
porqué sin confusiones. En cualquier caso, siempre es preferible que el sujeto elimine
elementos de autoengaño (Moral, 2011; Kirby, 2005; Witkiewitz, 2003).

El autoengaño patológico está presente en buen número de procesos, sobre todo


aquellos que son susceptibles de recidivar, en especial los que tienen un curso episódico
como ciertos trastornos adaptativos y neuróticos en general, procesos somatopsíquicos,
trastornos disociativos, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos facticios,
trastornos de la personalidad, adicciones, simulación, trastornos de estado de ánimo,
incumplimiento terapéutico, duelo, problemas de identidad, etc. (Ver tabla 1). En
definitiva -y como se ha referido- es patrimonio del mundo de las neurosis aunque se
presenta en cierto tipo de psicosis, sobre todo las de tipo paranoide (incluyendo
esquizofrenias) dañando la parte conservada de conexión con el mundo real. En el
ámbito de las adicciones, el autoengaño es uno de los más importantes factores de
recaída. Datos de diferentes investigaciones de Marlatt (2005) y Donovan (1996) sobre
factores y causas de recaída estiman que un 68 % de adictos que recibieron tratamiento
recayeron bajo la influencia directa e indirecta del autoengaño. Y -lo que es más grave-
se erigía en principal causa de recaída (un 51%) de drogodependientes que habían
realizado programas de larga duración. Este hallazgo nos permite asegurar que el
abordaje de este fenómeno es imprescindible para prevenir recaídas

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Tabla 1: “Principales procesos psíquicos que cursan con autoengaño” (Sirvent, 2014)

INTENSIDAD
TIPO DE TRASTORNO FACTOR DE AUTOENGAÑO
DEL
MENTAL MÁS FRECUENTE
AUTOENGAÑO

Mecanismos de negación y
T. neuróticos (T. de ansiedad) +/ ++
reincidencia

Mecanismos de negación y
T. del humor ++
reincidencia

Registro de la realidad interesado o


T. de la conducta alimentaria +++
distorsionado

T. de la personalidad + / +++ Manipulación

T. adictivos +++ Mixtificación y desconfianza

Insinceridad y opacidad
T. facticios + / +++
comunicativa

Mecanismos de negación y
T. por duelo + / +++
reincidencia

Otros: incumplimiento Registro de la realidad interesado o


+ / +++
terapéutico distorsionado

Intensidad: + moderada ++ acusada +++ grave

Ciertos factores de autoengaño se asocian a determinados tipos de trastorno


mental, por ejemplo, la mixtificación a las adicciones, la manipulación a los trastornos
de la personalidad, los mecanismos de negación a los trastornos neuróticos, la distorsión
de la realidad a los trastornos alimentarios, etc. (ver tabla 1).

La evaluación del autoengaño ha ido tradicionalmente asociada a los conceptos


“deseabilidad” y “manejo de impresiones”, siendo la psicología del trabajo y de las
organizaciones quienes mayor importancia le concedieron (Hogan y Holland, 2003;
Salgado, 2003). Se describe la deseabilidad social o distorsión de la respuesta como la
tendencia a contestar a los ítems de modo que se responde a las presiones sociales o
normativas en lugar de proporcionar un autoinforme verídico, sobre todo cuando las
respuestas a los cuestionarios de personalidad tienen importantes implicaciones (pe., ser
contratado o no) (Ones et als., 1996; Van Rooy y Visweswaran, 1996; Ellington et als,
1999).

5
Salgado (2005) efectuó una recopilación restrospectiva de instrumentos (ver
tabla 2). El Minessota Multiphasic Personality Inventory (MMPI) de Hathaway y
MacKinley, es el referente pionero; consta de dos escalas para detectar la posible
distorsión en las respuestas al cuestionario: la llamada escala K para detectar los sesgos
negativos o tendencia a aparentar una peor imagen de uno mismo. Y la escala Lie
(mentira) que detecta los sesgos positivos o tendencia a aparentar una buena imagen
personal. En el California Personality Inventory (CPI; 1987) hay una escala para medir
la deseabilidad social denominada Good Impression Scale (Escala de Buena Impresión)
o tendencia a distorsionar positivamente. Otras escalas de deseabilidad social son las de
Edwards (1957), la escala de deseabilidad social de Crowne-Marlowe (1964), la escala
de sinceridad de Eysenck (Eysenck y Eysenck, 1964; la escala de distorsión
motivacional positiva del 16PF (Cattell et als, 1970) y la escala de deseabilidad social
(Occupational Personality Questionnaire) de Meade (SHL, 1999) y Social desirability
scales de McCrae y Costa (1983) (tabla 2).

Todas las escalas referidas consideraban que la deseabilidad social es un


concepto unidimensional. Sin embargo, a raíz de las investigaciones de Paulhus, hoy se
acepta que la deseabilidad social consta de dos dimensiones y el Balanced Inventory of
Desirable Responding (BIDR, Paulhus 1984, 2002) es el más popular de los inventarios
modernos. Las dos dimensiones del BIDR son el manejo de impresiones (impresión
management) y el auto-engaño (self-deception). El manejo de impresiones indica una
tendencia a adaptar intencionalmente la imagen pública de uno mismo con objeto de
obtener una visión favorable por parte de los demás. El auto-engaño, por el contrario, se
refiere a la tendencia no intencionada de describirse a uno mismo de forma favorable, lo
que se manifiesta en auto-descripciones sesgadas positivamente en las que –no obstante-
se cree honestamente. En este sentido, el manejo de impresiones es una manipulación
voluntaria de la propia imagen para que los demás nos perciban de modo positivo
mientras que el auto-engaño no es una manipulación deliberada aunque pueda conducir
a distorsiones en la percepción que los otros tienen de nosotros.

Por fin, la escala específica de autoengaño de Sirvent (Blanco, 2006) principal


antecedente del presente estudio, exploraba los siguientes ámbitos: manipulación
(influir sobre los sentimientos y actitudes del otro en provecho propio), reiteración
(repetir errores relacionados con el autoengaño), mecanismos de negación y no
afrontamiento (invalidar una parte desagradable o no deseada de la información o de la
experiencia vital como si no existiera. Importantes diferencias entre aquella escala y el
inventario IAM-40 que ahora presentamos es que este explora en mucha mayor
profundidad el autoengaño patológico incluyendo ámbitos nuevos de crucial
importancia como la insinceridad, el registro interesado de la realidad y –sobre todo- la
mixtificación. Sirvent describió en 1994 la mixtificación (o mistificación intrínseca)
como una forma extrema de autoengaño que afecta al quehacer entero del sujeto, el
cual acaba envuelto en una coraza de desconfianza que le ensimisma y aísla del mensaje
interpersonal. Se trata de un patrón actitudinal, cognitivo y comportamental de
morfología sociopática (Sirvent, 2008; Thomson, 1996). Síntomas frecuentes en la

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mixtificación serían la insinceridad, la manipulación emocional, la incredulidad, la falta
de sentido de la realidad, el palpable desconocimiento de sí mismo y, con cierta
frecuencia un talante hosco e irritable. Algunos aspectos sustanciales de la mixtificación
serían:

a) Autoengaño no circunscrito al ámbito adictivo sino extensible al quehacer cotidiano.


Engaño como forma de vida con insinceridad. En casos extremos el sujeto rehúye el
contacto social
b) Suspicacia y desconfianza a todo mensaje ajeno que colisione con el propio interés.
La suspicacia a veces puede evolucionar hacia el pensamiento paranoide
c) Coraza de mixtificación: impermeabilización cognitiva al mensaje externo con una
personalidad opaca y respuestas elusivas o interesadamente acomodaticias como
estructura defensiva
d) El pensamiento propio es irreductible e irrefutable y muchas veces irreflexivo
cerrándose el sujeto en sí mismo, reaccionando con defensividad reactiva.

Respecto a la imagen exterior el sujeto puede mantenerse hosco, huraño y


misántropo, expresarse con lenguaje defensivo y/o irascible, o bien mantener una falsa
apariencia, con deseabilidad, y respuestas adaptativas. Es frecuente también tener
personalidad egoísta y egocentrista (Sirvent, 2010).

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Tabla 2: “Instrumentos para medir el autoengaño” (Salgado, 2005; Sirvent, 2007)

INSTRUMENTO MEDICIÓN

Minessota Multiphasic Personality Escala K: sesgos negativos


Inventory (MMPI, 1987) Escala Lie: sesgos positivos

California Personality Inventory (CPI) Good Impression Scale: deseabilidad social

Escala de deseabilidad social de


Deseabilidad social
Edwards (1957)

Escala de deseabilidad social de


Deseabilidad social
Crowne-Marlowe (1964),

Eysenck Personality Inventory (EPI)


Escala de mentira
1964

16PF (Cattell, Eber y Tatsuoka, 1970) Escala de distorsión motivacional positiva

Occupational Personality
Escala de deseabilidad social
Questionnaire (SHL, 1999)

Balanced Inventory of Desirable Escala IM: manejo de impresiones, deseabilidad


Responding (BIDR, Paulhus 1984, social
2002) Escala SDE: escala del aumento del autoengaño

Escala general: autoengaño


Escala de autoengaño (Sirvent, 2006) Subescalas: manipulación, reiteración,
mecanismos de negación y no afrontamiento

Planteado lo anterior, y definido el constructo, se plantea como objetivo general de la


investigación fundamentar estadísticamente los constructos autoengaño y mixtificación
mediante un análisis de sus características descriptivas y de los perfiles diferenciales
hallados en las subpoblaciones clínica y de población general. Tal y como se ha
expuesto en la fundamentación teórica, el autoengaño es un constructo que se
caracteriza por: a) Engañarse a uno mismo inconscientemente o intentarlo
conscientemente; b) Tener un comportamiento regido por dicho autoengaño y c) Ignorar
o negar las consecuencias del mismo. Debe efectuarse diagnóstico diferencial con falsa
creencia, pensamiento delirante y todos aquellos procesos que cursan con alteraciones

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del pensamiento (neurosis en general, trastorno psicosomático o de ansiedad, TOC,
etc.). Como objetivo general se propone diseñar un instrumento válido y fiable que
permita medir el constructo Autoengaño y sus factores asociados de acuerdo con los
reportes de la literatura sobre el tema. Para la mejor validación del IAM-40, se proponen
como objetivos específicos:

a) Explorar los perfiles sintomáticos descriptivos del constructo Autoengaño en


cada una de las dimensiones y factores sindrómicos explorados;
b) Realizar un análisis comparativo entre subpoblaciones clínicas y población
general de sus indicadores;
c) Abundar en la propuesta de un modelo explicativo de la etiología del
Autoengaño; y, finalmente, cubiertos estos objetivos,
d) Profundizar en la valoración y discusión crítica de una propuesta de intervención
psicoterapéutica.

Como hipótesis de trabajo se propone que se hallarán diferencias significativas


en los perfiles sindrómicos de Autoengaño entre los casos de subpoblación clínica
(drogodependientes y pacientes con trastornos psicopatológicos y/o psiquiátricos en
general) y población general en el sentido de un perfil sindrómico indicativo de mayor
patología en el caso de los primeros.

Método

Participantes

Mediante un muestreo intencional u opinático se han seleccionado pacientes


tratados por el equipo multidisciplinar de psicoterapeutas de la Fundación Instituto
Spiral. La selección de sujetos y la determinación del tamaño de la muestra clínica se ha
hecho siguiendo criterios técnicos y de acuerdo con el interés investigador. En concreto,
han participado en el estudio 159 pacientes en tratamiento en Fundación Instituto Spiral
de los cuales el 66,7 % (n=106) son varones y el 33,3 % (n=53) restante mujeres.
Respecto al criterio de estratificación por edades, la media se halla en 37.75 años
(DE=9,864), situándose la moda en 38 años, el mínimo de edad en 17 y el máximo en
63. La muestra de población general ha sido seleccionada mediante un muestreo
aleatorio y está integrada por 124 sujetos, de edades comprendidas entre los 18 y los 61
años (media=39,911, DT=13.251). Entre las variables sociodemográficas de interés se
señala que el 42,8% (n=59) de la población clínica ha cursado Educación Secundaria
(primera etapa) y el 36,2% (n=50) ha completado estudio de Secundaria, asimismo, de
la submuestra de población general, el 54.7% ha cursado estudios universitarios medios
seleccionada, presentando el 42,7% la cualificación profesional de jefe administrativo y
en ambas submuestras más de la mitad de miembros se autoevalúan como de nivel
socioeconómico medio (51,4% frente al 56.4% respectivamente).

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Instrumento de evaluación

Se ha empleado el Inventario de Autoengaño y Mixtificación (IAM-40) que está


formado por 40 ítems cuya puntuación media recoge la escala general. Asimismo, está
integrado por 5 factores (Insinceridad y opacidad comunicativa, Manipulación,
Mecanismos de negación y reincidencia, Mixtificación y desconfianza y Registro de la
realidad interesado o distorsionado) y 3 subfactores vinculados a sus respectivos
factores, los cuales describen aspectos clínicos del autoengaño y los subfactores matizan
y connotan al factor concerniente. A continuación se ofrece una relación de factores y
subfactores que definen el constructo autoengaño, así como su correspondiente
descripción clínica:

Factor Insinceridad y opacidad comunicativa

La insinceridad es la falta de veracidad tanto en la interrelación como al hablar


de uno mismo, sobre todo cuando el no reconocimiento de la verdad puede conllevar
consecuencias desagradables. La tendencia a mentir es un mecanismo casi automático
en el que interesa no tanto el engaño como el beneficio propio o la evitación de una
consecuencia temida si responde la verdad (no miente por mentir sino por evitar las
consecuencias deletéreas si dice la verdad). La opacidad comunicativa se expresa como
dificultad para acceder al pensamiento, al plano cognitivo del sujeto, que además suele
presentar problemas para expresar emociones o ideaciones, las cuales verbaliza de
manera incompleta o deformada. Con frecuencia se observa una falta expresa de
voluntad para exteriorizar lo que siente o piensa dicho sujeto.

Factor Manipulación

Manipular sería el intento de modificar en provecho propio las emociones y el


entendimiento del interlocutor (cuidado con este matiz que diferencia esta manipulación
clínica de la convencional). El sujeto lo que pretende cuando manipula no es tanto
engañar como obtener un beneficio. El bromista –por ejemplo- sería un manipulador
emocional que no encajaría en este concepto; sí lo haría en cambio el estafador, que no
pretende tanto el engaño como la utilización del otro en provecho propio. El Inventario
de autoengaño y mixtificación, IAM, considera a la manipulación desde una perspectiva
utilitarista.

Factor Mecanismos de negación y reincidencia

Negación es replicar que algo no existe, no es verdad, o no es como alguien cree


o afirma pese a las evidencias presentadas. Dejar de reconocer algo, no admitir su
existencia. La negación de la realidad puede ser un mecanismo de defensa del yo frente

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a la realidad: el yo niega hechos evidentes o situaciones reales, cerrando el paso a la
percepción de cosas que no acepta. La negativa persistente a dejarse influir por las
evidencias externas también indica el funcionamiento del mecanismo de negación”. El
rechazo es el principal mecanismo de negación que pone en marcha el sujeto ante
argumentos que no gustan o ante una realidad inconveniente. Equivale a refutar lo ajeno
sin apenas atender sus explicaciones. Los argumentos para rehusar o contradecir están
guiados por el propio interés antes que por un deseo de objetividad empleando tesis
muchas veces emocionales o inconsistentes. Dicho rechazo es una manera de
impermeabilizar el entendimiento creando un mecanismo de respuesta negativa
automático que cada vez se hace más ostensible. Además, cuando el interlocutor no es
del agrado del sujeto, se ofuscará con cuanto de él provenga y pondrá en marcha el
mecanismo de rechazo ante cualquier afirmación del otro. La reincidencia en el error, el
“tropezar sucesivas veces con la misma piedra” es signo y consecuencia de la amnesia
selectiva. El sujeto no aprende de los errores, tardando tiempo en darse cuenta de
cuestiones importantes, no advirtiendo los efectos contraproducentes de algo,
perpetuando situaciones que nunca remedia y –en definitiva- evitando correlacionar
asuntos que están ahí pero que el sujeto parece no querer comprender.

Factor Mixtificación y desconfianza

El comportamiento mixtificado apunta a una vida basada en el engaño (“engaño


como forma de vida”) que se extiende a todos los ámbitos del quehacer diario y aísla al
sujeto del medio aunque aparentemente se relacione con otras personas. Instalado en
una vida propia alejada del mundo real, extendiendo el autoengaño al comportamiento
cotidiano. En el caso de un sujeto drogodependiente o alcohólico (por ejemplo), el
sujeto mantiene un “vivir mixtificado” limitándose a hacer lo justo para proveerse de
sustancias y desdeñando las múltiples facetas que tiene la vida, lo que comporta un
empobrecimiento relacional y de calidad de vida. En casos extremos el sujeto rehúye el
contacto social, convirtiéndose en un misántropo. Otra característica de la mixtificación
es el apragmatismo o falta de practicidad, empleando una lógica irreal y manteniendo un
comportamiento alejado del sentido común. Además presenta una defensividad o coraza
defensivo-reactiva de escepticismo y mixtificación que actúa como barrera psicológica
frente al mensaje externo dificultando el cambio o la toma de conciencia; entre otras
razones porque el sujeto ejerce una presunción de desconfianza sistemática respecto a
los demás y sus recomendaciones, lo que le obstruye la aprensión de mensajes externos,
cercenando su comunicación interpersonal. La rigidez mental es tanto causa como
consecuencia de dicha defensividad y es uno de los principales handicaps para el
progreso terapéutico. El ensimismamiento y aislamiento asociado orientan
inexorablemente al sujeto hacia la misantropía lo que menoscaba aún más su
comprensión de los consejos externos y la comunicación con de los demás, cerrando un
espurio círculo vicioso sobre todo cuando este choca con el propio interés, entonces su
pensamiento se hace irreductible.

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Factor Registro de la realidad interesado o distorsionado

Sería considerar o tomar en consideración lo que a uno le gusta ignorando aquello


que le disgusta. Eufemísticamente, ver lo conveniente y no lo inconveniente. Aceptar el
mensaje solo cuando agrada (crítica selectiva). Transformar el pensamiento a beneficio
propio. Confundir lo que gusta (incluso siendo nociva para el sujeto) con lo que
conviene. Creer más en su propia e ilusoria realidad que la que le intentan hacer ver de
forma infructuosa tanto terapeutas como allegados, a veces penosa y denodadamente, lo
que le lleva a no apercibirse de un problema importante. La deformación subjetiva tanto
de la percepción propia como de la externa es un síntoma crucial del autoengaño. En
efecto, el sujeto posee una imagen ilusoria de si mismo que -no obstante- puede estar
firmemente arraigada en su consciencia. La distorsión perceptiva comporta que los
demás adviertan sus problemas antes que él. Con frecuencia disiente substancialmente
de la opinión que los demás le expresan. No pocas veces estima que prácticamente
nadie le comprende

Procedimiento y análisis de datos

Dado nuestro interés investigador, en primer lugar, se efectuó una exhaustiva


revisión de la temática del autoengaño en la literatura al uso, tanto de la fundamentación
teórica como de los instrumentos de análisis.

En relación con el estudio empírico, la recogida de la información en los


pacientes en tratamiento se ha llevado a cabo por profesionales de la Fundación
Instituto Spiral dentro del programa terapéutico contando con suficientes garantías
metodológicas (asignación de un código identificativo, confidencialidad, etc.).

Se realizó una prueba de validez de contenido para evaluar la pertinencia de los


ítems y de los factores sindrómicos. Cuatro jueces profesionales y expertos en
Psicología de equipos de trabajo interdisciplinares recibieron el instrumento con 50
ítems en total, estableciéndose el acuerdo de tres o más de los jueces con respecto al
factor del que cada ítem era un indicador de medida. Se descartaron 10 ítems y se
reajustó su adscripción a los factores clínicos correspondientes. Asimismo, el análisis de
la validez convergente se fundamenta en los trabajos previos de Sirvent (2006, 2007,
2008).

En este estudio descriptivo el procesamiento y tratamiento estadístico de los


datos se ha llevado a cabo mediante el programa SPSS y se han efectuado análisis
descriptivos (distribución de frecuencias, medias y desviaciones típicas, etc.), análisis de
frecuencias y de comparación de medias (ANOVAs), análisis factoriales, así como
técnicas estadísticas de análisis multivariadas para la exploración de las relaciones entre
las variables.

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Resultados

En primer lugar, en la Tabla 3 se presenta un cuadro-resumen de la estadística


descriptiva básica (mínimo, máximo, media y desviación típica), así como sendas tablas
con los resultados hallados a partir del análisis de los principales estadísticos
descriptivos tanto en la submuestra clínica como en población general (véase Tablas 3,
4 y 5 respectivamente).

Tabla 3. Cuadro-resumen comparativo estadísticos descriptivos.

Factores sindrómicos Mínimo Máximo Media Desv. típ.

Clínica General Clínica General Clínica General Clínica General

Insinceridad y opacidad 1,00 1,38 4,00 4,00 2,733 2,544 ,6439 ,5063
comunicativa

Manipulación 1,00 1,14 4,86 4,29 2,840 2,347 ,7677 ,5576

Mecanismos de 1,50 1,63 4,75 4,38 3,279 2,707 ,7124 ,4884


negación y reincidencia

Mixtificación y 1,56 1,78 4,78 3,78 3,066 2,511 ,6374 ,4327


desconfianza

Registro distorsionado 1,25 1,75 4,75 4,00 3,082 2,617 ,5992 ,4815
realidad

Escala General 1,80 1,65 4,43 3,73 3,005 2,549 ,5538 ,3511

13
Tabla 4. Estadísticos descriptivos en Población Clínica.

Insinceridad y Mecanismos Mixtificación Registro


opacidad Manipulación de negación y y distorsionad GENERAL
comunicativa reincidencia desconfianza o realidad

Media 2,7327 2,8401 3,2791 3,0657 3,0823 3,0055

Desv. típ. ,64393 ,76769 ,71243 ,63745 ,59919 ,55381

Varianza ,415 ,589 ,508 ,406 ,359 ,307

Asimetría -,006 ,393 -,276 ,007 ,034 ,030

Error típ. de asimetría ,192 ,192 ,192 ,192 ,193 ,193

Curtosis -,410 -,009 -,626 -,447 ,292 -,572

Error típ. de curtosis ,383 ,383 ,383 ,383 ,384 ,384

Mínimo 1,00 1,00 1,50 1,56 1,25 1,80

Máximo 4,00 4,86 4,75 4,78 4,75 4,43

Percentiles 5 1,7500 1,5714 2,1250 2,0000 2,1250 2,0725

10 2,0000 1,8571 2,2500 2,2222 2,2500 2,2750

25 2,2500 2,2857 2,7500 2,5556 2,6250 2,5750

50 2,6250 2,8571 3,3750 3,1111 3,1250 2,9875

75 3,2500 3,2857 3,8750 3,5556 3,3750 3,4313

80 3,3750 3,4286 3,8750 3,6667 3,5000 3,5000

90 3,7500 3,8571 4,1250 3,8889 3,7500 3,7000

95 3,8750 4,2857 4,3750 4,0000 4,0063 3,8525

97 3,8750 4,5714 4,5000 4,2222 4,3750 4,1250

99 3,9250 4,8571 4,6750 4,6444 4,6763 4,2923

14
Tabla 5. Estadísticos descriptivos en Población General.

Insinceridad y Manipula- Mecanismos Mixtificación Registro


opacidad de negación y y distorsionad GENERAL
comunicativa ción reincidencia desconfianza o realidad

Media 2,5444 2,3468 2,7067 2,5116 2,6169 2,5494

Desv. típ. ,50636 ,55767 ,48844 ,43273 ,48156 ,35111

Varianza ,256 ,311 ,239 ,187 ,232 ,123

Asimetría ,281 ,388 ,364 ,537 ,503 ,411

Error típ. de asimetría ,217 ,217 ,217 ,217 ,217 ,217

Curtosis ,117 ,586 ,452 ,218 -,372 ,759

Error típ. de curtosis ,431 ,431 ,431 ,431 ,431 ,431

Mínimo 1,38 1,14 1,63 1,78 1,75 1,65

Máximo 4,00 4,29 4,38 3,78 4,00 3,73

Percentiles 5 1,7500 1,4643 1,8750 1,8056 1,9063 2,0250

10 1,8750 1,5714 2,0625 2,0000 2,0000 2,1125

25 2,1250 2,0000 2,3750 2,2222 2,2500 2,3250

50 2,5000 2,2857 2,6250 2,4444 2,5000 2,5250

75 2,8750 2,7143 3,0000 2,7778 2,9688 2,7500

80 2,8750 2,8571 3,1250 2,7778 3,1250 2,8000

90 3,1875 3,0000 3,3750 3,1111 3,2500 3,0250

95 3,3750 3,2500 3,5938 3,3056 3,5000 3,1938

97 3,6250 3,4286 3,6563 3,4722 3,6563 3,2438

99 4,0000 4,2143 4,2500 3,7778 3,9375 3,6688

Se ha confirmado la existencia de diferencias significativas (p<.005) en el perfil


sintomático diferencial entre ambas subpoblaciones, en el sentido predicho, esto es,
indicativo de mayor patología en la muestra clínica en todos los indicadores estudiados
(véase Tabla 6).

Respecto a la coincidencia entre autoengaño percibido por los equipos


profesionales y el determinado por las pruebas, se infiere que el inventario de
autoengaño y los jueces coinciden respecto a los niveles de autoengaño y sus factores o

15
componentes; es decir, se confirma el acuerdo inter-jueces. Cabe añadir que la
morbilidad del autoengaño entre la población general es próxima al 10% (puntuación
>3,0: 12,90%; >3,05: 7,26%; >3,2: 6,45%).

Tabla 6. Comparación de medias (Anova) en los factores explorados.

Suma de gl Media F Sig.


cuadrados cuadrática

Insinceridad y Inter-grupos 2,472 1 2,472 7,156 ,008


opacidad
comunicativa

Manipulación Inter-grupos 16,953 1 16,953 36,263 ,000

Mecanismos de Inter-grupos 22,829 1 22,829 58,563 ,000


negación y
reincidencia

Mixtificación y Inter-grupos 21,385 1 21,385 68,885 ,000


desconfianza

Registro Inter-grupos 15,044 1 15,044 49,622 ,000


distorsionado
realidad

General Inter-grupos 14,455 1 14,455 63,925 ,000

Se llevaron a cabo análisis factoriales exploratorios para el estudio de la


dimensionalidad de la prueba. Un primer análisis factorial con el método de factores
principales y con el método de rotación oblicua, y un segundo análisis factorial con el
método de extracción de componentes principales y el de rotación de Varimax, con el
objetivo de clarificar la estructura de los factores que se extraían del cuestionario.
Mediante el análisis factorial se extrajeron siete factores, utilizando como método de
extracción el de ejes principales y rotación oblimin directo. En la tabla 7 se muestran las
matrices de los cinco factores (Insinceridad y opacidad comunicativa, Manipulación,
Mecanismos de negación y reincidencia, Mixtificación y desconfianza y Autoengaño
clínico) que se extrajeron de este análisis factorial que, en su conjunto, representan el
67,4% de la varianza explicada y que han sido descritos clínicamente en el apartado
relativo al instrumento de evaluación.

16
Tabla 7. Matriz de correlaciones inter-elemento (Sig. Bilateral p<.000, N=283).

Insince-
ridad y Manipu- Mecanismos de Registro
Mixtificación y
opacidad negación y distorsionado GENERAL
desconfianza
comuni- lación reincidencia realidad
cativa

Insinceridad y
opacidad Pearson 1 ,529(**) ,588(**) ,556(**) ,579(**) ,789(**)
comunicativa

Manipulación 1 ,515(**) ,540(**) ,557(**) ,743(**)

Mecanismos de
negación y Pearson ,588(**) ,515(**) 1 ,736(**) ,674(**) ,867(**)
reincidencia

Mixtificación y
Pearson ,556(**) ,540(**) ,736(**) 1 ,671(**) ,867(**)
desconfianza

Registro
distorsionado Pearson ,579(**) ,557(**) ,674(**) ,671(**) 1 ,822(**)
realidad

GENERAL Pearson ,789(**) ,743(**) ,867(**) ,867(**) ,822(**) 1

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Consistencia interna

El análisis de la consistencia interna del IAM-40 arrojó un coeficiente Alpha de


Cronbach de ,922 lo cual es indicativo de una muy buena consistencia interna, con
valores que oscilan entre el factor sindrómico de Manipulación (,802) e Insinceridad y
opacidad comunicativa (,709). Las correlaciones entre las puntuaciones de cada uno de
los factores sindrómicos y la puntuación total corregida en el IAM-40 se presentan en la
tabla 8. Los coeficientes de correlación ítem-total hallados fueron todos
estadísticamente significativos oscilando entre ,867 y ,457 siendo la media de las
correlaciones inter-item 3,25 (rango=1,402).

17
Tabla 8. Análisis Factorial de los factores clínicos del IAM-40.

Insinceridad y opacidad Manipulación Mecanismos de negación y


comunicativa reincidencia
items R2 Alpha
items R2 Alpha items R Alpha
2

32 ,719 ,802
19 ,724 14 ,775 ,782
,709 36 ,683 ,802
17 ,766 ,782
48 ,689 ,709 6 ,629 ,802
1 ,699 , 782
41 ,476 ,709 13 ,604 ,802
30 , 699 ,782
45 ,442 ,709 29 ,556 ,802
5 ,628 ,782

Mixtificación y Registro distorsionado


desconfianza realidad

ítems R2 Alpha items R2 Alpha

47 ,757 ,759 50 706 ,726

39 ,702 ,759 11 ,570 ,726

46 ,654 ,759 28 ,526 ,726

4 ,646 ,759 7 ,487 ,726

Conclusiones y Discusión
Tanto el autoengaño como los demás factores explorados por el inventario de
autoengaño y mixtificación (IAM-40) tienen carta de naturaleza clínica propia, siendo
todos ellos susceptibles de ser evaluados y estudiados. El inventario IAM-40 se revela
como un instrumento adecuado para medir el nivel general de autoengaño a través de la
puntuación global y de los factores (insinceridad, manipulación, mecanismos de
negación, mixtificación y registro distorsionado de la realidad). Todos ellos (escala y
factores) son elementos diagnósticos útiles para el manejo clínico cotidiano y para la
investigación clínica. En definitiva, queda verificada la validez de los constructos
autoengaño y autoengaño patológico y el peso específico de ambos en numerosos
trastornos mentales.

El Inventario de Autoengaño y Mixtificación (IAM-40) parece especialmente


apropiado para el estudio de la población adicta dado que evalúa componentes
sustanciales del autoengaño: mecanismos de negación, manipulación, tendencia a reiterar
y mixtificación para una ulterior prevención de recaídas (Donovan, 1996; Marlatt, 2005),

18
incluso para orientar al terapeuta (Porcel, 2005). Estamos seguros de que su aplicación
en otros procesos psicopatológicos ha de ser igualmente interesante, especialmente en
trastornos caracteriales, sociopáticos y neuróticos en general (trastornos de ansiedad,
fobias, etc.).

El estudio invita a profundizar en la evaluación del autoengaño, aplicando el


inventario IAM-40 a poblaciones específicas. A dicho respecto, se han efectuado
experiencias con adictos y población reclusa en Latinoamérica y España con interesantes
resultados. Creemos sería oportuno extenderlo a diferentes trastornos mentales. Parece
pertinente discutir la propuesta de un modelo clínico explicativo del autoengaño que
profundice en la condición nosológica y naturaleza psicopatológica que justifique y
argumente la intervención ad hoc (Porcel, 2005; Sirvent, 2008, 2010). En segunda
instancia procedería la discusión crítica de una propuesta de intervención psico y
socioterapéutica. Recordemos que el autoengaño patológico perpetúa el trastorno y
cataliza la recidiva, de ahí la importancia de revertirlo si se quiere neutralizar la
enfermedad con garantías. La pregunta subsecuente es ¿Se debe tratar específicamente el
autoengaño? Caso afirmativo ¿cómo hacerlo?

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21
ADDENDA

Inventario de autoengaño y mixtificación


IAM-40, Sirvent, 2010

22
Inventario de autoengaño y mixtificación IAM-40, Sirvent, 2010

Lea con atención cada pregunta y asigne la respuesta que mejor le describa entre los
siguientes valores: muy en desacuerdo (1) / en desacuerdo (2) / inseguro (3) / de acuerdo (4)
/ muy de acuerdo (5). Si se equivoca marque con una X la respuesta errónea y rodee con un
círculo la respuesta deseada.

ES IMPORTANTE QUE RESPONDA CON ABSOLUTA SINCERIDAD

1 Reconozco que con mayor frecuencia de la deseada he negado o pasado por alto un
problema importante

2 La imagen que tienen los demás de mí es parecida a la que yo tengo de mí mismo

3 Tardo tiempo en darme cuenta de determinadas cosas de importancia que me pasan en


los asuntos fundamentales de mi vida

4 Me dejo influir por los demás sin hacerme fuerte en mi postura

5 Reconozco que en mi interior rechazo o no acepto lo que me dicen si no me gusta,


aunque sea verdad

6 Suelo poner por delante los intereses de los demás a los míos propios

7 Reconozco que con frecuencia ven antes (o mejor) mis problemas otras personas que yo
mismo

8 Ante un problema enseguida tomo medidas aunque éstas no me gusten

9 Solo yo me conozco, los demás no saben como soy realmente

10 A veces imagino o fantaseo cosas que puedo acabar creyéndomelas

11 Si lo necesito utilizo el chantaje emocional cuando me conviene

12 Creo que caigo en los mismos errores en los asuntos importantes de mi vida una y otra
vez

13 Coincido en la mayoría de opiniones que tienen sobre mí mis allegados

14 Parece que no aprendo de ciertos errores importantes de mi vida

15 Siento que la gente me comprende bien

16 Francamente: engaño más o soy menos sincero de lo que desearía

17 En mis conflictos suelo creer que tengo la culpa yo

18 Con frecuencia me doy cuenta antes de lo que le pasa a los demás que lo que me pasa a
mí mismo

19 Me han llegado a decir (o insinuar) que manipulo

23
View publication stats

20 En el fondo creo más en la realidad en que coinciden los demás que en la mía propia (la
que yo percibo)

21 Con frecuencia no me doy cuenta de los efectos dañinos de algo (amistad perjudicial,
relación perniciosa, etc.)

22 Reconozco que siento desconfianza cuando los demás me intentan hacer ver las cosas a
su manera.

23 Con frecuencia pienso demasiado en lo que me pasa hasta darle un significado distinto
al que le darían los demás.

24 Suelo mostrar mis intenciones. Los demás las conocen de antemano.

25 Reconozco que -con más frecuencia de la que yo quisiera- no he enfrentado una


situación comprometedora dejando que se mantenga sin solucionarla.

26 Sinceramente, creo que cuando me interesa transformo las cosas ajustándolas a mi


propia conveniencia.

27 Cuando noto que quieren convencerme de algo me resisto interiormente a admitirlo


aunque tengan razón.

28 En temas importantes o que me preocupan reconozco que muchas veces me dejo llevar
por mis ilusiones.

29 Quienes me conocen me dicen que cuando me conviene recurro al engaño para c


onseguir mi propósito.

30 Sinceramente, suelo reconocer habitualmente mis errores ante los demás.

31 A veces siento que mi forma de vida es un engaño, que vivo en un engaño.

32 Hay personas que creen que confundo lo que me gusta con lo que realmente me
conviene.

33 Mi imagen exterior, la que todo el mundo ve, es mi auténtica imagen.

34 Me dicen que suelo ser desconfiado (o que me cuesta confiar en los demás). 1

35 Nunca recurro a la manipulación emocional.

36 No mentiría ni siquiera para proteger o encubrir a una o más personas muy cercanas.

37 Con cierta frecuencia afirmo tener las cosas claras frente a los demás cuando en el
fondo no es así.

38 Me dan a entender (aunque no me lo digan) que estoy equivocado en mi vida.

39 Sinceramente muchas veces respondo lo que más me conviene, incluso por encima de la
verdad.

40 Creo que tengo autoengaño (que me intento engañar a mí mismo).

24

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