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controvertida
III. Abocada a ello, encuentro que la cuestión traída a conocimiento de la Alzada atañe
a la determinación del supuesto fáctico previsto por el art. 219, inc. 1° del CPCC: la
calificación del televisor y el aire acondicionado embargados en autos como de
“indispensable uso” para el deudor, concepto difuso que exige remitir a la función
propia del bien y al nivel de vida medio de la población para poder distinguirlos de
aquellos de los que puede prescindirse sin afectar la dignidad de la persona del deudor y
su familia, por lo que queda librado al prudente arbitrio judicial de acuerdo a las
circunstancias de la causa, primando el criterio restrictivo propio de la interpretación de
toda norma de excepción. (Palacio-Alvarado Velloso, Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación Comentado, T 5, pag.210/211; Fenochietto, Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación Comentado, T 1 pag. 770/777).
En torno al art. 219 CPCC debe efectuarse una interpretación casuística, que se atenga a
las particularidades de cada caso concreto. En ese sentido, es atinente que se considere
la edad de la deudora –aproximadamente 72 años según los datos que constan en el
instrumento notarial donde otorgara mandato a su letrado, que obra a fs. 48 del
principal- como lo ha hecho el “a quo”.
Por otra parte, hay otra situación a considerar, acaecida con posterioridad al dictado de
la resolución recurrida, que no puede ser soslayada en esta Alzada, cual es la
circunstancia de que el acreedor ha trabado embargo sobre la parte alícuota de un
inmueble que corresponde a la deudora Sra. Nydia Margarita Sánchez ( fs.98,101 y
116). Si bien este embargo no permite considerar abstracta la cuestión traída a
consideración de esta Alzada porque no consta en autos que resulte suficiente para la
hacer efectivo el crédito del ejecutante (adviértase que se trata de un inmueble
hipotecado), demuestra sí que el acreedor cuenta con otras garantías distintas.
V- Por esas razones considero que en el caso, debe confirmarse la recurrida. En orden
a las costas, considero que corresponde imponerlas en ambas instancias por el orden
causado, porque la cuestión planteada respecto a estos bienes es muy controvertida en
doctrina y jurisprudencia. La regla sobre costas que invoca el recurrente no rige en este
ámbito -donde el levantamiento lo solicitó el mismo deudor embargado con
fundamento en una norma de orden público como el art. 219 del CPCC- sino
exclusivamente en los supuestos de tercerías (art. 97 CPCC), caso especial que no
puede extenderse por vía analógica.
RESUELVE:
“Dispone el art. 104 CPCC, que el "tercero perjudicado por un embargo podrá pedir su
levantamiento sin promover tercería, acompañando el título de dominio u ofreciendo
sumaria información sobre su posesión, según la naturaleza de los bienes", pedido cuya
admisibilidad se halla supeditado a la circunstancia de que se acredite, en forma efectiva
y fehaciente, la propiedad o posesión de los bienes embargados ( conf. CNCiv. Sala A,
LL t° 116, pág. '785; CNCom. Sala A, LL, Rep. XIX, pág. 489; CNCom. Sala C, LL t°
105, pág. 970, entre otros).”
“En cuanto al televisor (marca Hitech, de 20 pulgadas y sin número visible), aún cuando
la tercerista no probó que ese bien sea de su titularidad (su contrario controvirtió la
entidad de la documental aportada) habrá de considerarse propio del ajuar de un hogar
medio el televisor cuyo desembargo se requirió por aquella, en razón de constituir un
medio de información corriente puesto al servicio del hombre común, siendo a la par un
recurso para lograr el esparcimiento ante la falta de acceso a otros entretenimientos más
costosos encontrándose comprendido por la regla de inembargabilidad del CPR: 219-1
(Esta Sala, 29.10.93, "Scavone c. Cattaneo, s. ejecutivo" Ídem, 6.12.93, "Cristiani,
Norma c. Cristiani SA, s. ejecutivo! Ídem, 27.9.00, "Schestopalek Ricardo Sergio c.
Macchione de López Rosas, ejecutivo", Ídem, 15.09.89, "Tornero, Jorge c. Alegre
Angélica s. ejecutivo").”
Al interpretar el ya citado artículo 219 del Código Procesal, tanto la doctrina como la
jurisprudencia han enfatizado el carácter "indispensable" que cabe atribuirle al bien
(ver, Falcón, Enrique M. - "Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, anotado,
concordado y comentado" - T. II - pág. 312) y se ha afirmado, reiteradamente, que el
principio según el cual los bienes de deudor constituyen la garantía de sus acreedores no
es absoluto, ya que existe el derecho de aquel a preservar toda injerencia en aquellos
bienes que son necesarios para su subsistencia genérica en lo material y en lo moral (ver
CC - Sala F - 9/2/1979, en autos "Karpedi, Liliana Estela c/Piñeyro Gutiérrez, José
Manuel").