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COMUNIDAD CRISTIANA “NUEVA JERUSALEM”

EL EVANGELIO INCONCLUSO

Este pasaje corresponde, junto al de la perícopa de la mujer adultera. a una de las


añadiduras más notables al Nuevo Testamento. Los Codex Sinaiticus y Vaticanus,
escritos en griego koiné, son los pergaminos más antiguos que se tiene del Canon
Neotestamentario completo, los cuales datan de la primera mitad del siglo IV.

Veamos:

Final de Marcos

El texto termina en:

8 ΚΑΙ ΕΞΕΛΘΟΎCΑΙ ΈΦΥΓΟΝ ΑΠΌ ΤΟΎ ΜΝΗΜΕΊΟΥ· ΕΊΧΕ ΔΕ ΑΥΤΆC


ΤΡΌΜΟC ΚΑΙ ΈΚCΤΑCΙC, ΚΑΙ ΟΥΔΕΝΊ ΟΥΔΈΝ ΕΊΠΟΝ· ΕΦΟΒΟΎΝΤΟ ΓΆΡ
8 kai ekselthoúsai éphugon apó toú mnemeíou· eíkhe de autás trómos kai ékstasis,
kai oudení oudén eípon· ephoboúnto gar
8 Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y
espanto, ni decían nada a nadie, porque tenían miedo

ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ ΚΑΤΑ ΜΑΡΚΟΝ


EUANGELION KATA MARKON
EVANGELIO SEGÚN MARCOS

Y lo que sigue en el texto es el Evangelio de Lucas

ΚΑΤΑ ΛΟΥΚΑΝ
KATA LOUKAN
SEGÚN LUCAS

1 ΕΠΕΙΔΉΠΕΡ ΠΟΛΛΟΊ ΕΠΕΧΕΊΡΗCΑΝ ΑΝΑΤΆΞΑCΘΑΙ ΔΙΉΓΗCΙΝ ΠΕΡΊ


ΤΩΝ ΠΕΠΛΗΡΟΦΟΡΗΜΈΝΩΝ ΕΝ ΗΜΊΝ ΠΡΑΓΜΆΤΩΝ
1 Epeidéper polloi epekheíresan anatáksasthai diégesin perí ton
peplerophoreménon en emin pragmáton
1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas
que han sido ciertísimas entre nosotros

Marcos 16:9-20 simplemente no existe.

Codex Sinaiticus
Codex Vaticanus
¿Cómo se explica todo esto? Todo apunta a que el primer texto del evangelio de Marcos que
se conservó acababa con el versículo 8 del capítulo 16. Las mujeres van al sepulcro, donde no
encuentran a Jesús, sino a un ángel que les dice que Jesús ha resucitado y que ordena a las
mujeres que transmitan a Pedro y a los discípulos el mensaje de que verán a Jesús resucitado
en Galilea. Tras esto, el evangelio concluiría diciendo lo siguiente:

"Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de
ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo".

¿Hubo otro final del evangelio de Marcos que se perdió? Los especialistas se dividen. Las
posturas son estas:

 Hubo un final del evangelio original, en el que se contaban algunas apariciones, como
en Mateo y Lucas, pero ese final se perdió.
 Marcos no tuvo tiempo de concluir el evangelio e interrumpió bruscamente la
redacción en este punto.
 Marcos quiso finalizar su evangelio precisamente de ese modo.

En todo caso lo que parece claro es que, ya desde comienzos del siglo II, se consideró poco
satisfactorio un final tan brusco, por lo que para llenar la laguna se redactó el final que
conocemos, tomando datos de los otros evangelios. Este añadido debió efectuarse muy
tempranamente, pues el final actual ya fue conocido desde el siglo II por Taciano y San Ireneo,
y se encuentra, como hemos dicho, en la inmensa mayoría de manuscritos.

Como ya se ha dicho al principio, los versículos del 9 al final del capítulo 16 de Marcos son
considerados canónicos y, por tanto, inspirados.

Sin embargo, el hecho de que, muy probablemente, el evangelista Marcos concluyera su


relato en el versículo 8, de un modo un tanto brusco, puede tener un hondo significado para el
lector actual.

En este sentido, hemos de asumir las palabras de David Rhoads, Joanna Dewet y Donald
Michie en su libro "Marcos como relato" (Editorial Sigueme, 2002, www.sigueme.es/ ). Con
este final todo queda en el aire, sin resolver, pidiendo a a gritos la esperanza de que alguien
proclame la buena noticia. ¿Quién queda al final del relato para hacer eso? No es Jesús. No son
los discípulos. No son las mujeres que huyeron del sepulcro. ¡Sólo los lectores quedan para
completar el relato!

De este modo, con el final del evangelio de Marcos en el versículo 8, son los lectores los
llamados a completar el relato. Sólo los lectores han permanecido fieles hasta el final y ahora
tienen que elegir entre huir con las mujeres o predicar audazmente a pesar del miedo y la
muerte. Al final, los lectores ideales ( o sea, también nosotros) nos vemos interpelados a
comprometernos, en ausencia de Jesús, a vivir una vida como Jesús vivió, por la fe en Dios,
hasta que Jesús vuelva; a proclamar por todas partes, a los cuatro vientos, sin miedo alguno, la
buena noticia de Jesús, el enviado de Dios y salvador nuestro.
¿Qué sabemos del evangelista Marcos más

Si ayer aportábamos la información que sobre el segundo de los evangelistas po


histórica de los personajes de la comunidad protocristiana.

Dedica amplio espacio a su figura la que se tiene por primera crónica histórica d

“Marcos, intérprete que fue de Pedro, puso cuidadosamente por escrito, aunqu
impartía sus enseñanzas según las necesidades y no como quien se hace una composi

Lo que cuadra perfectamente con el hecho de que la Primera Epístola de Pedro

“Os saluda la que está en Babilonia [quiere decirse Roma, Babilonia es el nomb

Y también con otro hecho anecdótico, que convierte a Marcos en el intérprete d


“Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro” (HistEc. 5, 8, 3)

Marcos habría predicado en Aquileya, en Italia, y en Alejandría, extremo, este

“Este Marcos dicen que fue el primero en ser enviado a Egipto, y que allí predi

Y también San Jerónimo en su obra “De viris Illustribus”:

“Llevando consigo el Evangelio que él mismo había redactado, y anunciando é

La tradición alejandrina de San Marcos está tan consolidada, que aun hoy el p
Marcos”(conozca todo sobre él pinchando aquí y aquí).

Alejandría habría sido, también, escenario del martirio del evangelista. Jacobo

“El día de pascua, cuando el santo estaba celebrando la solemne misa pascual,
inhumanidad, lo arrastraron por las calles diciendo a gritos y en plan de mofa: “¡Ya

De tanto arrastrarle sobre los guijarros del pavimento, las carnes del santo iba
encerráronlo en un calabozo, en donde fue visitado primeramente por un ángel que l

Al día siguiente, en cuanto amaneció, sus enemigos acudieron a la cárcel, pusi

Marcos, confortado con la anterior visita de Cristo, en medio del renovado tor

Diciendo estas palabras expiró en un momento de aquel atroz desfile. El marti


En cuanto a la fecha en la que ello ocurre, Eusebio de Cesarea, y con él San J

“Corriendo el año octavo del imperio de Nerón [correspondiente al año 62], el p

Lo cierto es que ya sea el dato de De La Vorágine, ya sea el de Eusebio de Ce


crédito, entre ellos, la reclamación de la persona del evangelista que hemos visto hacer
propio Eusebio incurre en contradicción interna- según el cual “después de la muerte
de Eusebio, que no la de Jacobo, que, en cualquier caso, cabe superar sobre la base d

Quiere la leyenda que los huesos del santo evangelista sean los que reposan en l

“El año 468, en tiempos del Emperador León, los venecianos trasladaron el cu
sobornaron a los sacerdotes encargados de la custodia del sepulcro del santo evange
encontraban, se extendió por toda la ciudad un olor tan agradable, que los alejandrin

Lo cierto sin embargo, -con San Marcos, De La Vorágine no está muy semb
coincidiendo con la construcción de la primera basílica de San Marcos, luego destr

Como evangelista, a Marcos corresponde, entre las cuatro figuras animadas qu

¿Qué sabemos del evangelista Marcos más allá de lo que dicen los textos canónicos?
Si ayer aportábamos la información que sobre el segundo de los evangelistas po
histórica de los personajes de la comunidad protocristiana.

Dedica amplio espacio a su figura la que se tiene por primera crónica histórica d

“Marcos, intérprete que fue de Pedro, puso cuidadosamente por escrito, aunque
impartía sus enseñanzas según las necesidades y no como quien se hace una composic

Lo que cuadra perfectamente con el hecho de que la Primera Epístola de Pedroc

“Os saluda la que está en Babilonia [quiere decirse Roma, Babilonia es el nombr

Y también con otro hecho anecdótico, que convierte a Marcos en el intérprete de


“Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro” (HistEc. 5, 8, 3)

Marcos habría predicado en Aquileya, en Italia, y en Alejandría, extremo, este ú

“Este Marcos dicen que fue el primero en ser enviado a Egipto, y que allí predicó

Y también San Jerónimo en su obra “De viris Illustribus”:

“Llevando consigo el Evangelio que él mismo había redactado, y anunciando él e

La tradición alejandrina de San Marcos está tan consolidada, que aun hoy el pat
todo sobre él pinchando aquí y aquí).

Alejandría habría sido, también, escenario del martirio del evangelista. Jacobo D

“El día de pascua, cuando el santo estaba celebrando la solemne misa pascual, ir
inhumanidad, lo arrastraron por las calles diciendo a gritos y en plan de mofa: “¡Ya ten

De tanto arrastrarle sobre los guijarros del pavimento, las carnes del santo iban
un calabozo, en donde fue visitado primeramente por un ángel que lo consoló, y luego

Al día siguiente, en cuanto amaneció, sus enemigos acudieron a la cárcel, pusiér

Marcos, confortado con la anterior visita de Cristo, en medio del renovado torm

Diciendo estas palabras expiró en un momento de aquel atroz desfile. El martiri


En cuanto a la fecha en la que ello ocurre, Eusebio de Cesarea, y con él San Jeró

“Corriendo el año octavo del imperio de Nerón [correspondiente al año 62], el p

Lo cierto es que ya sea el dato de De La Vorágine, ya sea el de Eusebio de Cesare


entre ellos, la reclamación de la persona del evangelista que hemos visto hacer a Pablo
contradicción interna- según el cual “después de la muerte de éstos [Pedro y Pablo], M
que, en cualquier caso, cabe superar sobre la base de la aceptación de que la sucesión d

Quiere la leyenda que los huesos del santo evangelista sean los que reposan en l

“El año 468, en tiempos del Emperador León, los venecianos trasladaron el cuer
sobornaron a los sacerdotes encargados de la custodia del sepulcro del santo evangelis
encontraban, se extendió por toda la ciudad un olor tan agradable, que los alejandrino

Lo cierto sin embargo, -con San Marcos, De La Vorágine no está muy sembrado
la construcción de la primera basílica de San Marcos, luego destruída por el fuego, en l

Como evangelista, a Marcos corresponde, entre las cuatro figuras animadas que

Re: Los finales del Evangelio de Marcos

El texto del Segundo Evangelio, como de hecho el de todos los Evangelios, está
excelentemente atestiguado. Aparece en todos los manuscritos unciales, C, sin
embargo, no tiene el texto completo en todos los unciales tardíos más
importantes, en su mayoría en cursivas; en todas las versiones antiguas: latina
(tanto en la Vet. It., en sus mejores manuscritos, y la Vulgata), siríaca (Pesh.,
Curet., Sin., Harcl., Palest.), coptas (Memph. y Theb.), armenias, gótica
y etíope, y es en gran medida sancionado con citas patrísticas. Sin embargo,
todavía hay algunos problemas textuales, por ejemplo, si en 5,1 se debe
leer Perasenon o Gergesenon , en 6,20, eporei o epoiei, y si en 6,20 se debe
leer el difícil autou, atestiguado por B, Aleph, A, L o autes.
Pero el gran problema textual del Evangelio se refiere a la autenticidad de los
últimos doce versículos. Se conocen tres conclusiones de este Evangelio: la
conclusión larga, como en nuestras Biblias, que contiene los versículos del 9 al
20; la corta que termina con el versículo 8 (ephabounto gar); y una forma
intermedia, que (con algunas ligeras variaciones) lee como sigue: "Y de
inmediato dieron a conocer todo lo que se les había mandado a aquellos sobre
Pedro. Y después de esto, Jesús mismo se apareció a ellos, y a través de ellos
envió de Oriente a Occidente la proclamación santa e incorruptible de
la salvación eterna". Ahora bien, esta tercera forma puede ser descartada de
inmediato. Cuatro manuscritos unciales que datan de los siglos VII al IX, la
colocan, en efecto, después de 16,8, pero cada uno de ellos hace referencia
también al final largo como alternativa (para detalles cf. Swete, op. cit., pp.
CV-CVII). Aparece también en el margen del manuscrito cursivo 274, en el
margen del siríaco harcleano y de dos manuscritos de la versión de Menfis; y
en unos pocos manuscritos de la etíope aparece entre el versículo 8 y la
conclusión ordinaria. Sólo una autoridad, la antigua k latina, lo da solo (en una
traducción muy corrupta), sin ninguna referencia a la forma larga. Esta
evidencia, especialmente cuando se compara con la de los otros dos finales, no
puede tener peso, y de hecho, ningún estudioso considera que esta conclusión
intermedia tenga ningún derecha a ser aceptada.
Podemos pasar entonces a considerar cómo se encuentra el caso entre la
conclusión larga y la corta, es decir, entre la aceptación de los versículos 16,9-
20 como una parte genuina del Evangelio original, o hacer el final original en el
16,8. A favor de la forma corta se apela a la declaración de Eusebio ("Quaest.
Ad Marín.", en PG, XXII, 937-40) como que un apologista puede deshacerse de
cualquier dificultad que surja de la comparación de Mateo 28,1
con Marcos 16,9, en lo que respecta a la hora de la Resurrección de Jesucristo,
al señalar que el pasaje en Marcos que comienza con el versículo 9 no aparece
en todos los manuscritos del Evangelio. El historiador pasa luego a decir él
mismo que en casi todos los manuscritos de Marcos, al menos, en los precisos
(schedon en apasi tois antigrahois ... ta Goun akribe), el Evangelio termina con
el versículo 16,8. Es cierto, Eusebio da una segunda respuesta que el apologista
puede hacer, y que supone la autenticidad del disputado pasaje, y dice que esta
última respuesta podría ser dada por uno "que no se atreviera a dejar de lado
cualquier cosa que se encontrara de cualquier modo en la redacción del
Evangelio". Pero todo el pasaje muestra claramente que Eusebio estaba
dispuesto a rechazar todo después de 16,8. Suele afirmarse, también, que él no
le aplicó sus cánones a los versículos en disputa, lo que demuestra claramente
que no los consideraba parte del texto original (vea, sin embargo, Scriv.
"Introd.", II, 1894, 339). San Jerónimo también dice en un lugar ( "Ad. Hedib.",
en PL, XXII, 987) que el pasaje faltaba en casi todos los manuscritos griegos
(omnibus Graeciae libris poene hoc capitulum in fine non habentibus), pero se
lo cita en otro lugar ("Comment. on Matt.", en P.L., XXVI, 214; "Ad Hedib.", en
P.L., XXII, 987-88), y como sabemos, lo incorporó a la Vulgata. Es evidente
que todo el pasaje, donde Jerónimo declara que los versículos en disputa están
ausentes de los manuscritos griegos, fue tomado casi literalmente de Eusebio,
y puede ponerse en duda si su declaración realmente añade ningún peso
independiente a la declaración de Eusebio. Parece muy probable también que
Víctor de Antioquía, el primer comentarista del Segundo Evangelio, considerara
el v. 16,8 como la conclusión. Si a esto le añadimos que el Evangelio termina
con 16,8 en los dos manuscritos griegos más antiguos, B y N, en el Sin. Siríaco
y en unos cuantos manuscritos etíopes; y que el manuscrito cursivo 22 y
algunos manuscritos armenios indican duda sobre si el verdadero final es el
versículo 8 o el versículo 20, se ha mencionado toda la evidencia que puede
aducirse a favor de la conclusión corta.
La evidencia externa a favor de la conclusión larga, u ordinaria, es sumamente
fuerte. El pasaje se encuentra en todos las grandes unciales excepto B y A---en
A, C, (D), E, F, G, H, K, M (N), S, U, V, X, Gamma, Delta, (Pi, Sigma), Omega,
Beth---en todos los cursivos, en todos los manuscritos latinos (O.L. y Vulgata)
excepto k, en todas las versiones siríacas excepto el Códice Sinaítico (en el
Peshito, Curet., Harcl., Palest.) en la copta, gótica y la mayoría de los
manuscritos armenios. En el siglo IV lo citaron o aludieron a él Afraates, la
Tabla de Cánones Siríaca, Macario Magno, Dídimo el Ciego, los Hechos de los
Apóstoles Siríacos, Leoncio, Pseudo-Efrén, San Cirilo de Jerusalén, San
Epifanio, San Ambrosio, San Agustín y San Juan Crisóstomo; en el siglo III, San
Hipólito, Vincencio, laActa Pilati, las Constituciones Apóstólicas, y
probablemente Celso; en el siglo II, San Ireneo más explícitamente como el
final del Evangelio de Marcos ("In fine autem evangelii ait Marcus et quidem
dominus Jesus", etc.--Mark 16,19), Taciano en el “Diatessaron”, y muy
probablemente San Justino (Apol. I”, 45) y Hermas (Pastor, IX, XXV, 2).
Además, en el siglo IV, de hecho, y probablemente en el III, el pasaje fue
usado en la liturgia de la Iglesia Griega, prueba suficiente de que no se tuvo
ninguna duda en cuanto a su autenticidad. Así, si la autenticidad del pasaje se
fuera a juzgar sólo por la evidencia externa, apenas habría ninguna duda sobre
él.
Se ha hablado mucho del silencio de algunos Padres del siglo III y IV, el cual se
interpreta en el sentido de que o bien no conocían el pasaje o lo rechazaban;
así se ha apelado a Tertuliano, San Cipriano, San Atanasio, San Basilio el
Grande, San Gregorio Nacianceno y San Cirilo de Alejandría. En el caso de
Tertuliano y de Cipriano hay margen para la duda, ya que, naturalmente, se
podría esperar que se hayan referido o hayan citado a Marcos 16,16, si lo
aceptaban; pero el pasaje apenas pudo haber sido desconocido para San
Atanasio (298 -373), ya que fue aceptado por Dídimo(309-394), su
contemporáneo en Alejandría (P.G., XXXIX, 687), ni para Basilio, ya que fue
aceptado por su hermano menor San Gregorio de Nisa (PG, XLVI, 652), ni para
Gregorio Nacianceno, ya que era conocido por su hermano menor, Cesáreo (PG,
XXXVIII, 1178), y en cuanto a San Cirilo de Alejandría, él en realidad lo cita a
partir de Nestorio (PG, LXXVI, 85). Las únicas dificultades serias surgen de
su omisión en B y Aleph y por las declaraciones de Eusebio y Jerónimo. Pero
Tischendorf demuestra (Proleg., p. XX, 1 ss.) que los dos famosos manuscritos
no son aquí dos testigos independientes, porque el escriba de B copia la hoja en
Aleph en el que se basa nuestro pasaje. Por otra parte, aunque el escriba
concluye ambos manuscritos en el versículo 8, revela el conocimiento de que
seguía algo más, ya sea en su arquetipo o en otros manuscritos, pues en el B,
contrario a su costumbre, deja más de una columna vacía después del versículo
8, y en Aleph el versículo 8 es seguido por un elaborado arabesco, como no se
halla en ningún otro sitio en el manuscrito, mostrando que el escribano era
consciente de la existencia de alguna conclusión que planeaba excluir
deliberadamente (cf.Cornely, "Introd.", III, 96-99; Salmon, "Introd.", 141- 48).
Así, ambos manuscritos dan testimonio de la existencia de una conclusión
después del versículo 8, la cual omiten. No podemos estar seguros si B y Aleph
son dos de los manuscritos de los cincuenta que Constantino le encargó
a Eusebio que copiara para su nueva capital; pero de todos modos fueron
escritos en un tiempo en que la autoridad de Eusebio era primordial en la crítica
bíblica y, probablemente, su autoridad es sólo la autoridad de Eusebio. Por lo
tanto, la verdadera dificultad contra el pasaje, a partir de la evidencia externa,
se reduce a lo que Eusebio y San Jerónimo dicen acerca de su omisión en
tantos manuscritos griegos, y éstos, como dice Eusebio, los correctos. Pero
cualquiera que sea la explicación de esta omisión, es preciso recordar que,
como hemos visto anteriormente, que los versos en disputa eran ampliamente
conocidos y aceptados mucho antes del tiempo de Eusebio.
Dean Burgon, defendiendo la autenticidad de los versos, sugirió que la omisión
podría haber ocurrido de la siguiente manera. Una de las lecturas de la antigua
iglesia terminaba en Marcos 16,8, y Burgon sugirió que el telos, que estaría al
final de tal lectura, puede haber inducido a error a algún escriba que tenía ante
sí una copia de los cuatro Evangelios en el que Marcos aparecía último, y del
cual faltaba la última hoja con los disputados versículos. Habida cuenta de tal
copia defectuosa, y suponiendo que cayó en manos de escribas ignorantes, el
error se propagó fácilmente. Otros han sugerido que el origen de la omisión se
ha de buscar, probablemente, en Alejandría. Que la Iglesia puso fin
al ayuno cuaresmal y comenzó la celebración de la Pascua a la medianoche,
contrario a la costumbre de la mayoría de las iglesias, que esperaban al canto
del gallo (cf. San Dionisio de Alejandría en PG, X, 1272 y ss.) Ahora bien
Marcos 16,9: “Él resucitó en la madrugada”, etc., se podría tomar fácilmente
para favorecer la práctica de las otras Iglesias, y se sugiere que los
alejandrinos pudieron haber omitido el versículo 9, y lo que sigue de
sus leccionarios, y de esta omisión pudo pasar a los manuscritos del Evangelio.
Si hay alguna fuerza en estas sugerencias, de todos modos apuntan a las
formas en que fue posible que el pasaje, aunque auténtico, pudo haber estado
ausente de una serie de manuscritos en la época de Eusebio; mientras que, por
otra parte, si los versos no fueron escritos por San Marcos, es muy difícil
entender cómo pudieron haber sido tan ampliamente aceptados en el siglo II
como para ser aceptados por Taciano y San Ireneo, y probablemente por San
Justino y Hermas, y encontrar un lugar en las versiones latina antigua y
siríaca.
Cuando volvemos a la evidencia interna, el número, y aún más el carácter, de
las peculiaridades es verdaderamente sorprendente. Las siguientes palabras o
frases no aparecen en ningún otro lugar en el Evangelio: prote sabbatou (v. 9),
no se halla de nuevo en el Nuevo Testamento, en lugar de te[s] [ton]
sabbaton (v. 2), ekeinos usado absolutamente (10, 11, 20), poreuomai (10, 12,
15),theaomai (11, 14), apiteo (11, 16) meta
tauta y eteros (12), parakoloutheo y en to onomati (17), o kurios (19,
20), pantachou, sunergeo, bebaioo, epakoloutheo (20). En lugar de la conexión
usual por kai y un de ocasional, tenemos meta de tauta (12), usteron (14), o
men oun (19), ekeinoi de (20). Entonces se insiste que el tema del versículo 9
no ha sido mencionado inmediatamente antes; que parece que se presenta por
primera vez a María Magdalena, aunque de hecho ella ha sido mencionada tres
veces en los dieciséis versos anteriores; que no se hace referencia a una
aparición del Señor en Galilea, aunque esto era de esperarse en vista del
mensaje del versículo 7. Comparativamente los tres últimos puntos tienen poca
importancia, pues el tema del versículo 9 es lo suficientemente evidente por el
contexto; aquí se explica la referencia a la Magdalena como la mujer de la que
Cristo había echado siete demonios, al mostrar el amor misericordioso del
Señor a quien antes había sido tan miserable; y la mención de una aparición en
Galilea era apenas necesaria, pues lo importante era demostrar, como lo hace
este pasaje, que Cristo fue realmente resucitado de entre los muertos, y que
sus Apóstoles se vieron obligados a creer el hecho casi contra su voluntad.
Pero, incluso cuando se dice esto, es considerable la fuerza acumulativa de las
pruebas contra la autoría de Marcos de este pasaje. De hecho, se puede ofrecer
alguna explicación de casi todos los puntos (Cf. Knabenbauer ", Com. De
Marc"., 445-47), pero es el hecho de que en el corto espaciode doce versículos
tantos puntos requieren de una explicación que constituye la fuerza de la
evidencia. En un pasaje como éste, no hay nada extraño en el uso de muchas
palabras raras en el autor. Sólo en el último capítulo apisteo es utilizado
también por San Lucas (Lc. 24,11.41), eteros se usa sólo una vez en
el Evangelio según San Juan (19,37), y parakoloutheo aparece una sola vez en
San Lucas (1,3). Además, en otros pasajes San Marcos usa muchas palabras
que no se encuentran en el Evangelio fuera de este pasaje en particular. En los
diez versículos, Mc. 4,20-29, el escritor ha encontrado catorce palabras
(quince, si phanerousthai en 16,12, no es de Marcos) que no aparecen en
ninguna otra parte en el Evangelio. Pero, como se dijo, es la combinación de
tantas características peculiares, no sólo de vocabulario, sino de materia y de
construcción, que no deja lugar a dudas a que Marcos sea el autor de los
versículos.
Sin embargo, al sopesar la evidencia interna debe tenerse en cuenta la
improbabilidad de que el evangelista concluya con el versículo 8. Aparte de la
escasa probabilidad de que haya concluido con la partícula gar, nunca podría
deliberadamente cerrar su relato de las "buenas nuevas" (1,1) con la nota de
terror que se atribuye en el versículo 16,8 a algunas de
las seguidoras de Cristo. Tampoco pudo un evangelista, sobre todo
un discípulo de San Pedro, concluir voluntariamente su Evangelio sin mencionar
alguna aparición del Señor resucitado (Hch. 1,22; 10,37-41). Entonces, si
Marcos concluyó con el versículo 8, debe haber sido porque murió o porque fue
interrumpido antes que pudiese escribir más. Pero la tradición señala a que él
estaba vivo luego de completado su Evangelio, ya que lo representa como
llevando su obra consigo a Egipto o entregándosela a
los cristianos romanos que se la habían pedido. Tampoco es fácil entender
cómo, si sobrevivió, pudo haber sido interrumpido de tal modo como para
evitar que añadiera, tarde o temprano, incluso una corta conclusión. No se
habrían necesitado muchos minutos para escribir un pasaje como el de 16,9-
20, e incluso si fue su deseo, como sugiere Zahn sin razón (Introd., II, 479),
añadir algunas porciones considerables a su obra, es todavía inconcebible cómo
pudo haberla circulado él mismo o permitirle a sus amigos circularla sin
proveerle por lo menos de una conclusión temporal o provisional. En todas las
hipótesis, entonces, el v. 16,8 parece un final imposible un final, y estamos
obligados a concluir que o bien el verdadero final se perdió o es que lo tenemos
en los versos en disputa. Ahora bien, no es fácil ver cómo se podría haber
perdido. Zahn afirma que nunca se ha establecido ni hecho probable que
siquiera una oración completa del Nuevo Testamento ha desaparecido por
completo del texto transmitido por la Iglesia (Introducción, II, 477). En el caso
presente, si el verdadero final se perdió durante la vida de Marcos, surge de
inmediato la pregunta: ¿Por qué él no lo reemplazó? Y es difícil entender cómo
pudo haberse perdido después de su muerte, pues antes de esa fecha, a menos
que él muriera a los pocos días de la compleción del Evangelio, debe haber sido
copiado, y es muy poco probable que los mismos versos puedan haber
desaparecido de varias copias.
Se verá a partir de este examen del asunto que no hay justificación para la
declaración confiada de Zahn que «puede considerarse como una de las
conclusiones críticas más certeras que las palabrasephobounto gar, 16,8, son
las últimas palabras del libro que fueron escritas por el propio autor" (Introd.,
II, 467). Cualquiera que sea la realidad, no es del todo seguro que Marcos no
escribió los versos en disputa. Puede ser que no, que son de la pluma de algún
otro escritor inspirado, y que fueron anexados al Evangelio en el siglo I o
principios del II. Un manuscrito armenio, escrita en el año 986 d.C., se los
atribuye a un presbítero llamado Aristón, que puede ser el mismo que el
presbítero Aristión que menciona San Papías como contemporáneo de San
Juan en Asia. Los católicos no están obligados a sostener que los versículos
fueron escritos por San Marcos. Pero sí son Escritura canónica, pues el Concilio
de Trento (Sesión IV ), al definir que todas las partes de los Libros Sagrados
deben ser aceptados como sagrados y canónicos, tenía en mente especialmente
las partes disputadas de los Evangelios, de los cuales esta conclusión de Marcos
es una (Cf. Theiner, "Acta gen. Conc. . Trid. ", I, 71 ss.) Por lo tanto,
quienquiera escribiese los versículos, éstos son inspirados, y todos los católicos
los deben considerar como tal.

LOS FINALES DEL EVANGELIO DE MARCOS


Los manuscritos griegos y de antiguas versiones (traducciones) del Nuevo
Testamento presentan cinco finales diferentes para el Evangelio de Marcos, a
saber:

1. Algunos finalizan en el versículo 16:8 y simplemente omiten los vv. 9-20: “Ellas
salieron huyendo del sepulcro, porque les había entrado temblor y espanto; y no
dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.” Así los códices Sinaítico y Vaticano, L*,
el manuscrito k de la Antigua Versión Latina, la Siríaca sinaítica,y diversos
manuscritos de las versiones antiguas armenia, georgiana y etíope. Eusebio y
Jerónimo notaron que la mayoría de los manuscritos griegos que pudieron examinar
carecían del final largo. Al parecer, ni Clemente ni Orígenes conocieron tal final.
Finalmente, aún algunos de los manuscritos que lo poseen, presentan
observaciones o marcas de los escribas indicando que se trata de una adición.

2. Otros añaden el siguiente texto: “Pero [las mujeres] les informaron brevemente
a Pedro y a los que estaban con él todo cuanto se les había dicho. Y después de
esto Jesús mismo envió por medio de ellos, del oriente al occidente, la sagrada e
imperecedera proclamación de la salvación eterna.” Entre ellos solo este versículo
en el códice Bobbiensis (k) del siglo IV o V.

3. Aún otros intercalan el versículo arriba citado antes del final largo (16:9-20) en
unciales de los siglos VII al IX (L, Psi, 099, 0112), algunos minúsculos y copias de
versiones antiguas.

4. Muchos manuscritos contienen el final largo que incluye los versículos 9-20,
algunos con el agregado del texto recién mencionado). Es el que se halla en el
llamado Textus Receptus, y es atestiguado por los unciales A C D L W Delta Sigma
Theta 047, la mayoría de los manuscritos minúsculos y de la Antigua Latina, la
Vulgata, la siríaca curetoniana y Peshitta (“vulgata” siríaca), y la versión copta.
Además de otros testimonios posteriores, Ireneo e Hipólito lo conocían; al parecer
es citado por la Epistula Apostolorum y Taciano la incluyó en su armonía
o Diatessaron de finales del siglo II.

5. Finalmente, existe una versión ampliada del final “largo” que inmediatamente
después del versículo 14 (“..porque no habían creído a los que lo habían visto
resucitado”) añade: “Y ellos se excusaron diciendo «Esta edad de iniquidad e
incredulidad está bajo Satán, quien no permite que la verdad y el poder de Dios
prevalezcan sobre la impureza de los espíritus. Por tanto, revela ahora tu justicia.»
Así le hablaron a Cristo. Y Cristo les respondió, «El término de años del poder de
Satán se ha cumplido, pero otras terribles cosas se aproximan. Y por aquellos que
han pecado yo fui entregado a la muerte, para que puedan volver a la verdad y no
pecar más; para que puedan heredar la gloria espiritual e incorruptible de justicia
que está en el cielo.»” Esta adición fue notada por Jerónimo, y es atestiguada por el
códice W adquirido en 1906 por Charles L. Freer, que data de la última parte del
siglo IV o principios del siguiente.

Desde luego, no todos estos finales tienen el mismo peso. Es extremadamente


improbable que Marcos, con su estilo sencillo, haya escrito algo tan altisonante
como “la sagrada e imperecedera proclamación de la salvación eterna”, o “la gloria
espiritual e incorruptible de justicia” , expresiones que delatan influencias
helenistas posteriores. Este hecho, sumado al número y edad de los testimonios,
prácticamente exime de mayores consideraciones a los finales listados (2) (3) y
(4).

Aunque algunos han sostenido –por ejemplo Lohse, p. 144-145- que el Evangelio
finalizaba originalmente en el versículo 8, esto también es poco probable, en parte
porque aparece como un final anticlimático, muy poco apropiado para concluir “el
evangelio de Jesucristo”(1:1).

Más importante es la evidencia provista por la última cláusula del versículo 8,


“porque tenían miedo” (griego efobounto gar). Metzger nota que “desde un punto
de vista estilístico, terminar una frase griega con la palabra gar es extremadamente
inusual y rarísimo –sólo se han hallado relativamente pocos ejemplos en toda la
vasta gama de obras literarias griegas, y no se ha hallado ningún caso en el
cual gar se encuentre al final de un libro. Más aún, es posible que en el versículo 8
Marcos use el verbo efobounto para significar «estaban asustadas de...» algo (como
lo hace en cuatro de las otras apariciones de este verbo en su Evangelio [ver
Marcos 9:32, 11:32, 12:12 y especialmente 11:18, “efobounto gar auton”, le
temían a él - Jetonius]). En tal caso, obviamente se requiere algo para concluir la
frase.” (p. 228). En definitiva, estos hechos sugieren que falta algo de lo que
Marcos originalmente escribió, y que tal ausencia motivó más tarde la aparición de
diferentes conclusiones.

La versión que aparece en nuestras Biblias como los versículos 16:9-20 tampoco
parece la original, pese a ser atestiguada por muchos manuscritos. Por empezar,
hay una transición muy abrupta entre el v. 8 y el 9; el sujeto del primer versículo
(8) son las mujeres, mientras que Jesús es obviamente el sujeto en el segundo (9).
Sin embargo, en el texto griego el sujeto está tácito: “Y habiendo resucitado
temprano el primer [día] de la semana, se apareció primero a María la
Magdalena...” Este hecho no resulta evidente en muchas versiones en español
porque los traductores incluyen habitualmente el nombre de Jesús en esta frase;
así por ejemplo las versiones evangélicas Reina-Valera 1960 y 1995, la Biblia de las
Américas (en cursiva) . la Nueva Versión Internacional y la Versión Popular; entre
las católicas, la Nácar Colunga, la Biblia de Jerusalén y El Libro del Pueblo de Dios.

En segundo lugar, en el v. 9 se habla de María Magdalena como si no se la hubiese


mencionado antes, cuando ya se habló de ella en el relato marcano de la
crucifixión, sepultura y resurrección. El resto de las mujeres desaparece de la
escena, aún cuando se les había comisionado para relatar la resurrección en el v. 7.
En el mismo versículo el ángel anuncia que verán a Jesús en Galilea, pero las
manifestaciones del Resucitado dan la impresión de ocurrir en el área de Jerusalén;
al menos, no se menciona Galilea.

El estilo de estos versículos difiere también del lenguaje habitual de Marcos. De las
101 palabras griegas de los versículos 9-20, hay 75 significativas (excluidos
conjunciones, artículos y nombres propios), de las cuales 15 no aparecen en el
resto del Evangelio y 11 que sí aparecen, se emplean con un sentido diferente. Aún
considerando la diferencia del tema, el lenguaje se presenta prima facie como no
propio de Marcos.
Tampoco hay en el resto del segundo Evangelio ningún reproche tan severo como
el indicado en el versículo 14. Por otro lado, la promesa de inmunidad ante las
serpientes y el veneno no sólo es ajena a Marcos, sino a los otros tres evangelios, y
al resto del Nuevo Testamento.

Hay quienes piensan que los versículos 9-20 son un intento de armonizar el relato
de Marcos con los de los otros Evangelios canónicos; así por ejemplo Bruce y
Linnemann (citado por Kümmel). Por otra parte dicha “conclusión ha sido
impugnada, con mucho acierto”(Leon-Dufour), por Joseph Hug, en una tesis
doctoral publicada en 1978 y que no he podido consultar. Este análisis literario
indicaría que los versículos 9-20 serían un añadido original que debe datarse entre
fines del siglo primero o en todo caso antes de mediados del segundo (Metzger, p.
297). El agregado habría tenido como prpósito proveer de instrucciones misioneras
a la comunidad cristiana de habla griega con tendencias carismáticas. Desde este
punto de vista, Marcos 16:9-20 sería un testimonio muy primitivo proveniente de la
Iglesia subapostólica.

En definitiva, considerada toda la evidencia, al parecer el texto auténtico y original


de Marcos, tal como este Evangelio se ha conservado, concluye en 16:8. Por tanto,
no es prudente basar doctrinas en los versículos 9-20.

Bibliografía

Bruce, Frederick Fyvie: Answers to questions. The Paternoster Press, 1972 (p.
155).

Kümmel, Werner Georg. Introduction to the New Testament. Rev. English Ed. Trad.
Howard Clark Kee. Nashville: Abingdon Press, 1975 (p. 98-101).

Ladd, George Eldon. Crítica del Nuevo Testamento: Una perspectiva evangélica.
Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990 (p. 56-59).

Leon-Dufour, Xavier. Los evangelios sinópticos. En Augustin George y Pierre Grelot


(Dirs.), Introducción Crítica al Nuevo Testamento. Trad. J. Cabanes y M. Villanueva.
Barcelona: Herder, 1982 (pp. 293-295).

Metzger, Bruce M. The text of the New Testament: Its transmission, corruption and
restoration, 3ª Ed. New York: Oxford University Press, 1992 (p. 226-228, 296-
297).

Wessel, Walter W.. Mark. En Frank E. Gaebelein (Gen.Ed.), The Expositor’s Bible
Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1984 (8:791-793).

Bendiciones en Cristo,

Es Marcos 16:9-20 Espurio o Genuino?El final del evangelio de Marcos, en


concreto los v.9-20, constituyen un pequeño misterio para algunos. Al respecto,
en la nota a pie de página de la Biblia de Jerusalén podemos leer lo
siguiente: “El ‘final de Marcos’, vv. 9-20, forma parte de las Escrituras
inspiradas; es considerado como canónico. Esto no significa necesariamente
que haya sido redactado por Marcos. De hecho se pone en duda su pertenencia
a la redacción del segundo evangelio. —Las dificultades proceden ante todo de
la tradición manuscrita. Varios mss, entre ellos el Vat. y el Sin., omiten el final
actual. En lugar del final ordinario, un ms. da un final más breve que es
continuación del v.8”. En la Enciclopedia Encarta podemos leer:“Existen dos
tradiciones textuales para la conclusión del Evangelio. La mayoría de los
manuscritos griegos tienen el ‘final largo’, que termina en 16:20, aunque un
pequeño número llega sólo hasta 16:8. La opinión dominante entre los
especialistas es que la versión más corta es la más antigua (es decir, que
Marcos terminó la composición en 16:8), y que un escriba del siglo II,
considerando que el final era muy rápido e insatisfactorio, se basó en el
Evangelio según san Lucas para componer lo que le pareció una conclusión más
aceptable”.– (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos). En el libro– “COMO NOS
LLEGÓ LA BIBLIA” de Neil R. Lightfoot, en el capítulo VI señala:"El testimonio
contra Marcos 16:9-20 se basa mayormente en los manuscritos SINAITICO Y
VATICANO . Estos dos unciales del siglo IV son nuestros mejores manuscritos, y
como testigos de texto se les reconoce suficientes por sí solos. Por eso nos
encontramos frente al problema de que los manuscritos en los que más
confiamos no tienen estos versículos finales de Marcos. Aun hay más en contra
del testimonio de Marcos 16, y es el del manuscrito ANTIGUO SIRIACO.... A
favor de Marcos 16 están el MANUSCRITO ALEJANDRINO, MANUSCRITO DE
EFRAIN, EL CODICE DE BEZA Y OTROS...Además está la afirmación de IRENEO
que muestra la existencia de Marcos 16 en el siglo II."El texto de Marcos 16:9-
20 ha sido atacado como siendo espurio. El ataque sobre la genuinidad del
pasaje es reminiscente de los argumentos sectarios en un esfuerzo por deslucir
(o contrarrestar) la enseñanza acerca de que el bautismo es esencial para la
salvación en el v.15. Aún si pudiera ser mostrado que esta porción del
evangelio de Marcos es espuria, tampoco ayudaría a aquellos que quieren
contrarrestar Mr. 16:18, ni a aquellos que quieren contrarrestar Mr. 16:16. Hay
otros pasajes que enseñan que las señales y milagros seguirían a los primeros
cristianos para confirmar la palabra, exactamente como hay otros pasajes que
enseñan que el bautismo es esencial para la salvación. Tampoco es necesario
afirmar que Marcos 16:9-20 es espurio en un esfuerzo por contrarrestar la
práctica de tomar en las manos serpientes, beber algo mortífero, etc., como
para aplicarlo a los cristianos hoy día. Hay otros pasajes que enseñan que los
dones milagrosos del espíritu cesarían, se acabarían (cfr. 1 Cor. 13:8). La
historia también confirma que las señales milagrosas cesaron. Con respecto a la
inspiración de Mr. 16:9-20, se necesita señalar primero que la autenticidad de
este pasaje (eso es, la exactitud y precisión histórica de su enseñanza) nunca
ha sido cuestionada por los eruditos. La única pregunta que ha surgido en
cuanto a su genuinidad pertenece a sí fue escrito o no por Marcos y si debería
ser considerado como parte del manuscrito original de Marcos. En vista de que
la exactitud y precisión de la enseñanza no puede ser negada
satisfactoriamente, porque el pasaje esté pegado al cierre del Evangelio de
Marcos no suministra algo menos valioso aún cuando algún otro apóstol o
escritor inspirado haya sido su autor. La base del argumento espurio es doble.
Primero, es afirmado que es espurio porque el pasaje está omitido de los
Manuscritos Vaticano y Sinaítico. Siendo estos los dos manuscritos más
antiguos conocidos (el Sinaítico datando del siglo cuarto, alrededor del 340
DC.; el manuscrito Vaticano también datando del siglo cuarto, probablemente
alrededor del 350 DC., algunos creen que es del 325 DC) y en vista de que
Marcos 16:9-20 está omitido en ambos, es argumentado que el pasaje no era
parte del evangelio de Marcos. Jerónimo y algunos escritores del siglo cuarto
también son citados para decir que el pasaje estaba ausente en algunas de las
copias griegas de su día. Segundo, es dicho que hay palabras y frases
encontradas en Mr. 16:9-20 que no se encuentran en el resto del evangelio de
Marcos. De esto es concluido por algunos que este pasaje fue escrito por
alguien mas y no por Marcos. No obstante, una examinación profunda de estos
argumentos, no sólo mostrará que el pasaje es auténtico en todos sus detalles,
sino que también mostrará que no hay verdadera razón para dudar que esta
porción también fue escrita por Marcos. Hay tres testimonios con respecto a lo
auténtico de un dado pasaje; a saber, los manuscritos existentes (copias de los
originales, y copias de las copias), las versiones (traducciones) de las Escrituras
hechas en otras lenguas, y los escritos de los llamados "padres eclesiásticos".
En este caso a la mano, los dos manuscritos más antiguos que existen
actualmente (siempre existe la posibilidad de poder haber nuevos
descubrimientos arqueológicos en el futuro), el Sinaítico y el Vaticano, datan de
cerca de 350 d. J. C. Pero existen algunas versiones que son más antiguas que
los dos referidos manuscritos, datando de fechas del siglo segundo. También
hay testimonio de comentaristas más antiguo que esos dos manuscritos.El
texto griego del Nuevo Testamento, del cual la versión Reina-Valera fue
traducida, estaba basado en los manuscritos que datan desde el siglo 5 hasta el
siglo 16. La erudición durante estos siglos fue la mejor, sino la
mejor. Casiodoro de Reina terminó en 1569 la primera Biblia completa
impresa en castellano. Empleó los textos originales hebreo y griego, y versiones
anteriores como la de Ferrara. Esta es la versión mejor conocida bajo el nombre
de Cipriano de Valera, quien revisó la obra de Reina y la publicó de nuevo en
1602. Desde esa fecha y particularmente en los últimos 125 años, un número
de antiquísimos y por tanto presumiblemente mejores manuscritos griegos han
sido descubiertos o han sido hechos disponibles para los traductores en los
siglos 19 y 20. Es de estas fuentes más recientes que ha resultado un
mejoramiento en el texto griego del Nuevo Testamento. Una de las diferencias
básicas entre el Textus Receptus y lo que ha llegado a ser llamado el “Texto
Griego Moderno” tiene que ver con la aceptación o rechazo de los últimos doce
versículos del evangelio según Marcos. La gran mayoría de los eruditos
modernos y la “alta crítica” rechazan ahora estos últimos doce versículos de
Marcos. Sin embargo, no siendo un “erudito” o de la “alta crítica”, quisiera
presentar las siguientes razones y argumentos en cuanto a por qué creo
firmemente en la exactitud y genuinidad de estos versículos.La genuinidad de
Marcos 16:9-20 puede ser vista de lo siguiente: (1) Los hechos que son
declarados en Mr. 16:9-20 son mencionados en los evangelios (cfr. Luc. 8:2;
Jn. 20:1-8, etc.) y la promesa con respecto a las señales fue verificada
completamente por los milagros practicados por los apóstoles y los cristianos
como está registrado en el libro de Hechos. Hebreos 2:4 y otros pasajes
confirman además que tales señales seguirían a los creyentes. (3) Si Marcos
16:8 era el final de la biografía de Cristo, note que las últimas palabras
serían: “... ni decían nada a nadie, porque tenían miedo”. ¿Puede usted
imaginarse un escritor inspirado terminando la biografía de su Maestro, en cuya
ascensión y resurrección él creía, en una forma tan negativa? (3) Todo el resto
del capítulo de Marcos es encontrado en la Armonía de los Cuatro Evangelios de
Taciano que data del segundo siglo (alrededor del 140 DC). Esta obra es
llamada el Diatessaron, una demostración de que las iglesias en general
reconocían cuatro evangelios y solamente cuatro. (4) Ireneo, un escritor del
2° siglo (130-200 DC), citó de los últimos doce versículos de Marcos, y lo
atribuyó como estando contenido en el Evangelio de Marcos. (5) Justino
Mártir, también del 2° siglo (nació cerca del año en que murió Juan), escribió
en una de sus apologías (I, 45 – escritas alrededor del 140 DC) y parafraseó
Mr. 16:20. (6) Otros de los escritores primitivos que hicieron uso del “largo
final” de Marcos, fueron Papías (70-155 DC), alumno de
Juan, Hipólito y Celsos, también Dionisio de Alejandría en el tercer siglo.
Todos estos vivieron y escribieron desde cien y doscientos años antes que los
primeros manuscritos existentes fueran escritos o antes de que Jerónimo
indicara que el pasaje no se encontraba en algunos de los manuscritos griegos
de su día. Las palabras de Ireneo indican que el pasaje formaba parte del
evangelio de Marcos en el segundo siglo y que Marcos era considerado como su
autor. Declaró, “Pero Marcos, al final de su evangelio, dice; y el Señor Jesús,
después que les habló fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de
Dios”. Por tanto, es aparente que este pasaje era una parte del evangelio de
Marcos y fue escrito por Marcos. (7) Cinco fuentes diferentes de la traducción
del Latín Antiguo (hecho en el siglo segundo, no se tradujo del AT del hebreo,
sino de la Septuaginta), que precedieron a la Vulgata Latina de Jerónimo del
principios del siglo 5°, contenían todo Marcos 16. (8) La Vulgata Latina de
Jerónimo. Llegó a ser la Biblia del Occidente durante mil años. Era una revisión
del Latín Antiguo por Jerónimo (382-404 DC). Con algunas 8.000 copias y
copas parciales aún en existencia, incluían el “largo final” de Marcos. (9)
El Sirio Peshito que era el equivalente en Sirio a la Vulgata de Jerónimo en
Latín, también contenía todo Marcos. Hecho en el siglo 4° basado sobre el Sirio
Antiguo (hecho en el siglo segundo DC., para el uso de los sirios. No existe
hoy ningún manuscrito completo). El Sirio Peshito desplazó al Sirio
Antiguo por completo. “Peshito” significa “sencillo”. (10) Un manuscrito griego
del siglo 5°, llamado el Códice Alejandrino hecho en Alejandría, contiene todo
el Evangelio acorde a Marcos. Con respecto a este manuscrito, el Dr. Frederic
G. Kenyon escribió: “A menudo se encontrará a la cabeza de la gran masa de
los unciales tardíos (manuscritos compuestos de letras mayúsculas), y cursivos
(letras minúsculas) que apoyan el ‘textus receptus’ (o texto recibido), y aunque
es muy superior a los cursivos tardíos del cual el ‘textus receptus’ fue en efecto
derivado, aún pertenece a la misma clase será encontrado a menudo en
acuerdo con la Versión Autorizada (KJV) que con la Revisada» (Nuestra Biblia y
los Manuscritos Antiguos, F.G. Kenyon, Pág. 132). (11) Otro manuscrito del
siglo 5° o posiblemente del 6° es el Códice Beza, que es el manuscrito bilingüe
(Griego-Latín) de los evangelios y Hechos mas tempranos conocidos. También
contiene el “largo final” de Marcos. (12) El Códice Regius, datando del siglo
8°, da ambos, el “final corto” y el ”final largo” de Marcos. Es pensado que este
manuscrito se originó en Egipto. (13) Cada libro del Nuevo Testamento fue
escrito por separado y por algún tiempo, circuló individualmente. Es muy
probable que la primera porción o la última porción de un rollo o códice se haya
desgastado o haya sido arrancado. Luego, mientras un escriba buscaba hacer
otra copia de la copia dañada, pudo no haber tenido disponibles los últimos
versículos de Marcos para copiarlos. Por tanto, copiaría tanto como estuviera
intacto, y luego se detendría ... esperando encontrar después una copia
completa, para terminar su tarea ... solamente el escrito nunca fue terminado
en ese manuscrito en particular. (14) Es interesante notar que todas las
versiones antiguas del Nuevo Testamento contienen Marcos 16:9-20. Esto
necesariamente enfatiza que el pasaje era parte del texto griego del cual fueron
hechas estas traducciones. Entre estas versiones están la Sirio Peshito, la
del Latín Antiguo, la Sahídica y la Cóptica. Todas estas existían mucho antes
que los Manuscritos Vaticano y el Sinaítico y mucho antes de Jerónimo. En
conjunto es irrazonable argumentar que en vista de que estaba omitida de
estos dos manuscritos que es espurio puesto que todas las Versiones Antiguas,
incluyendo aquellas que existían mucho antes de estos dos manuscritos, lo
incluyeron como parte del texto del Evangelio de Marcos. (15) Además, parece
altamente improbable que Marcos hubiera cerrado tan abruptamente su
Evangelio al final del versículo 8. Los primeros ocho versículos de Marcos 16
hablan de la resurrección de Cristo. Los v.9-11 hablan de la aparición de Jesús
a María Magdalena después de su resurrección. Los v.12-13 hablan de la
aparición del Señor a dos discípulos en el camino a Emaús (cfr. Luc. 24:13-35).
Los v.14-18 discuten la aparición de Jesús a los once, declaran la comisión que
Jesús dio a los discípulos de predicar el evangelio, declaran las condiciones de
la salvación, y la promesa de las señales para confirmar la Palabra como siendo
la Verdad de Dios. Los v.19-20 de Marcos 16 hablan de la ascensión de Cristo y
afirma que el Señor confirmaría sus palabras con las señales como lo había
prometido. Que forma más lógica habría sido para Marcos haber traído a un
cierre su evangelio. (16) Los mismos dos manuscritos que omiten Marcos 16:9-
20 también omiten otros pasajes de la escritura. Notablemente entre estos
están Juan 7:53–8:11. Estos mismos versículos están omitidos en ambos
manuscritos. Sin embargo, aquellos que argumentan que Marcos 16:9-20 es
espurio porque ambos manuscritos omiten estos versículos, nunca argumentan
que Juan 7:53–8:11 es espurio. Cuando se recuerda que los Monjes estaban
usando las páginas del Manuscrito Sinaítico para encender los fuegos del
Monasterio cuando el Dr. Constantino Tischendorf los hayó en el “Monasterio de
Santa Catalina en el Mte. Sinaí” en 1844, parece haber una explicación más
bien racional en cuanto a por qué este y otros pasajes no fueron encontrados
formando parte del Manuscrito. (17) El Dr. Phillip Schaff, quien sirvió como
presidente del Comité de la American Revision dijo de Marcos 16:9-20, “La
sección es encontrada en la mayoría de los Unciales y en todos los leccionarios
griegos y siriacos existentes hasta donde se ha examinado; e Ireneo, quien es
un testigo mucho más antiguo que cualquiera de nuestros Manuscritos
existentes, cita el versículo 19 como parte del Evangelio de Marcos. Un
argumento fuertemente intrínseco para la genuinidad se deriva también de la
extrema improbabilidad (pudiéramos decir imposibilidad) de que el evangelista
hubiera cerrado intencionadamente su Evangelio con ‘porque tenían miedo’”
(Companion to the Greek New Testament, Pág. 190).

Los Códices Vaticano y Sinaítico No


Contienen Marcos 16:9-20
Los dos manuscritos que se piensan son los más antiguos descubiertos, son la
base primaria para Westcott y Hort, y los críticos textuales que les siguen, han
rechazado el “final largo” de Marcos. Sin embargo, el Dr. George Salmon, quien
era contemporáneo de Westcott y Hort, estuvo en desacuerdo con ellos por su
rechazo de Marcos 16:9-20. Copiamos como sigue de la Introducción al Nuevo
Testamento, página 146, del Dr. Salmon. “Los MSS. (manuscritos Vaticano y
Sinaítico, JR) no son aquí independientes, la conclusión de San Marcos estando
transcritos en ambos (manuscritos, JR) por la misma mano. Esto fue señalado
por Tischendorf (el descubridor del Manuscrito Sinaítico, JR); pero debe ser
observado que su opinión no reposa en su impresión general del carácter del
escrito a mano, respecto a lo cual solamente un experto como él mismo sería
competente para juzgar. Da una multitud de pruebas conspiradoras, que
pueden ser verificadas por cualquiera que se refiera al facsímil del MS Sinaítico.
La página conteniendo la conclusión de San Marcos es una de las seis páginas
que difieren de la obra del copista del Nuevo Testamento Sinaítico y concuerda
con la del Vaticano en un número de peculiaridades ...” “... Primero, al mirar la
columna que contiene la conclusión de San Marcos, y la columna siguiente, que
contiene el inicio de San Lucas, es aparente que la anterior está escrita mucho
más ampliamente que la última. En efecto, hay solamente 560 letras en la
columna anterior, 678 en la última. Esto sugiere que la página como
originalmente se escribió debe haber contenido algo de considerable longitud
que fue omitido en la copia substituta. A menos que alguna precaución fuera
tomada, una omisión de esa clase dejaría un espacio en blanco para salir con
cuentos. En efecto, si la columna de cierre de San Marcos hubiera sido escrita
en la misma forma como todas las demás, habría sido una total columna en
blanco. Pero por la manera de extender su escrito el escriba se permitió
traspasar 37 letras a una nueva columna, el resto de las cuales pudieron ser
dejadas en blanco sin un aviso atrayente, como lo fue la conclusión de un
Evangelio. El segundo fenómeno es que el Evangelio termina en la mitad de
una línea, y todo el resto de la línea está llena de ornamento, mientras que por
debajo el adorno empleado está prolongado horizontalmente, a fin de formar
una línea ornamentada llegando a todo a través de la columna. Este llenado de
la última línea no aparece en ninguna otra parte en el Sinaítico (aunque el
mismo escriba ha escrito la conclusión de otros tres libros), no en el Nuevo
Testamento Vaticano ...” (Ibíd, Pág. 147). Salmon dedica más de siete páginas
a su descripción de las alteraciones en el Códice Sinaítico, y prueba su punto de
que en ambos, en el Vaticano y el Sinaítico el tratamiento de Marcos 16:9-20,
fue hecho por solamente un escriba, en algún momento en el pasado obscuro.
Esto, entonces, provee escasamente una base sana sobre la cual Westcott y
Hort pueden edificar lógicamente su “teoría de la crítica textual” llevando al
rechazo de Marcos 16:9-20. Algunos eruditos han contado los conocidos
manuscritos griegos en cerca de 5.500. Algunos 170 son fragmentos del 2°
siglo hasta cerca del 7°. Mas de doscientos están en tipo “letra mayúscula”
(uncial) manuscritos que datan de los siglos 4° hasta el 10°. Más de 2.400 son
cursivos (letras minúsculas), manuscritos estimados que son de los siglos 9° al
16°. 2.281 son leccionarios (o libros de sermones) que fueron usados
originalmente para la lectura pública de extractos del Nuevo Testamento en la
adoración congregacional. Es dicho por los eruditos que la gran mayoría de
todas estas fuentes de los manuscritos griegos concuerdan muy íntimamente.
Los críticos modernos son citados como admitiendo que este fue el texto griego
de uso general a través de la mayor parte del Período Bizantino (312-1453 DC)
(¿Cuál Biblia?, Fuller, Pág. 89).
Conclusión
Hemos notado que algunos intentan argumentar que Marcos 16:9-20 es espurio
y que no fue escrito por Marcos en vista de que hay palabras y frases
encontradas en estos últimos doce versículos de Marcos 16 que no son
encontradas en el resto del Evangelio de Marcos. Ha sido observado que no hay
menos de diecisiete palabras y frases en este pasaje que no son usadas en
ninguna otra parte por Marcos. En respuesta a este argumento, J.W. McGarvey
observó que el Prof. John A. Broadus, bautista de Greensville, S.C., publicó en
un artículo en el Baptist Quarterly para 1869, una lista de exactamente
diecisiete palabras y frases usadas por Marcos en los doce versículos
inmediatamente precediendo a Marcos 16:9-20 que no son usadas en ninguna
otra parte por Marcos. No obstante, los críticos de Marcos 16:9-20 nunca
cuestionan la autoría o genuinidad de estos doce versículos. McGarvey enfatizó
que el hecho de que el mismo argumento podría ser hecho contra los doce
versículos “es directamente un hecho sorprendente y una exposición asustadora
del fundamento frágil sobre el cual esta famosa estructura crítica ha sido
erigida. Muestra que el mismo uso de la concordancia griega que llevó al origen
de esta crítica, si se empuja un poquito mas, se habría ahogado en su
nacimiento, y habría salvado a algunos críticos distinguidos de ser detectados
en un pensamiento endeble y en una pretendida falacia” (Comentario Sobre
Marcos, Pág. 380). McGarvey aplicó la misma prueba a los últimos doce
versículos del Evangelio de Lucas y encontró que hay nueve palabras en estos
versículos que no son usadas por Lucas en ninguna otra parte en su evangelio.
No solo eso, sino que cuatro de estas palabras no se encuentran en ninguna
otra parte en el Nuevo Testamento. No obstante, ninguno de los críticos de
Marcos 16:9-20 nunca cuestiona la autoría o genuinidad de Lucas 24:42-53.
Otros ejemplos de esta clase probablemente podrían ser encontrados en el
Nuevo Testamento. No obstante, estos son suficientes para demostrar que este
razonamiento de parte de los críticos es una sombra de sofistería. Lo que es
espurio es el argumento de ellos, no el texto de Marcos 16:9-20. Por tanto, es
evidente que la voz de la erudición niega el reclamo de espurio. No hay base
absolutamente razonable para afirmar que Marcos 16:9-20 sea cualquier otra
cosa menos que la palabra inspirada de Dios y que fue escrito por Marcos como
parte de su Evangelio. Este breve artículo sobre este tema por ningún medio es
exhaustivo. Mucho más pudiera ser suplido a favor y en contra de la aceptación
del “largo final” de Marcos 16. No obstante, con los “altos puntos” que han sido
tocados en este discurso, uno no puede ver cómo alguien que tenga confianza
en la inspiración de las Escrituras, pudiera concluir de otra manera a la de
que todo Marcos 16 es la Palabra Inspirada de Dios. Es la esperanza y oración
de este escritor, que los estudiantes de la Biblia se detengan y piensen, y no
acepten ciega e impensadamente el texto, las teorías, y las conclusiones de
hombres que son productos de las escuelas que niegan y denigran de la
Inspiración de la Biblia. Hay mejoras a ser encontradas en algunas de las
traducciones del “texto griego moderno” ... pero el tratamiento textual
moderno de Marcos 16 no es una mejora.

Entonces, si los comités editoriales de las Biblias, de alguna manera reconocen que
los doce versículos finales no son originales, ¿por qué decidieron mantener los
doce versículos finales del evangelio de Marcos? “San Marcos el evangelista”,
Gioacchino Assereto. El final largo de Marcos se mantiene en la mayoría de Biblias
porque aunque las evidencias indiquen que no fue escrito por el autor original del
evangelio, su presencia en la tradición católica es tan fuerte que no se puede
ignorar y en reconocimiento a eso se incluye en la Biblia. Bruce Metzger nos lo
explica: “Hoy en día sabemos que los últimos doce versos del evangelio de Marcos
(Capítulo XVI, 9-20) no se encuentran en los más antiguos manuscritos griegos,
latinos, sirios, coptos, y armenios, y que en otros manuscritos existen astericos o
símbolos que marcan estos versos como dudosos o falsos. Eusebio y Jerónimo de
Estridón, que estaban al tanto de estas variaciones en los manuscritos, discutieron
sobre cual forma del texto era la correcta. Debemos destacar, sin embargo, que
ninguno sugirió que una forma del texto era canónica (oficial) y la otra no lo era…En
el segundo siglo, por ejemplo, el llamado final largo de Marcos era conocido por
Justino Martir y por Tatiano, quien lo incorporó en su Diatesarón. Por consiguiente,
parecen existir suficientes razones para concluir que aunque la evidencia externa e
interna contra la auntenticidad de los últimos doce versos de Marcos es
concluyente en tanto que estos versículos no provienen de la misma pluma de la
que proviene el resto del evangelio, el pasaje debe ser aceptado como parte del
texto canónico (oficial) de Marcos.”

El Códice Vaticano y el Códice Sinaítico Entonces, los dos manuscritos más antiguos
que contienen el evangelio de Marcos son el Códice Sinaítico y el Códice Vaticano,
ambos del siglo IV. Estos dos códices son, de alguna manera, las Biblias más
antiguas del mundo porque son colecciones de manuscritos que contienen la
mayoría de libros incluidos en la Biblia. Es difícil determinar cual de los dos es más
antiguo, se calcula que el Códice Vaticano es la Biblia más antigua del mundo. Lo
relevante es que ninguno de estos dos códices tienen el final largo de Marcos. Es
decir, en estos códices el evangelio de Marcos termina en el versículo ocho del
capítulo XVI. Esta es la página del Códice Vaticano en la que el evangelio de Marcos
termina en el versículo ocho. Luego del versículo ocho el escriba dejo un espacio en
blanco que no existe en ninguna otra parte del codíce. Los defensores del final
tradicional del evangelio de Marcos alegan que en el Códice Vaticano existe un
sospechoso espacio en blanco entre el final de Marcos (versículo 8 del capítulo XVI)
y el inicio del evangelio de Lucas. Este espacio en blanco no se encuentra en ningún
otra página del Códice Vaticano (ver imagen arriba). Para quienes sostienen que el
final largo de Marcos es auténtico, este espacio en blanco es prueba de que el final
largo era conocido por el escriba que copió el códice pero que este decidió no
incluirlo. Lo cierto es que varios investigadores han comprobado que el espacio en
blanco no es suficiente para que entren los doce versículos faltantes. Lo que
podemos suponer es que el escriba conocía la existencia del final largo de Marcos
pero que el manuscrito que le servía de original no lo incluía, entonces el escriba
podría haber calculado el espacio en blanco que debía dejar en caso de que alguien
decidiese posteriormente incluir el final largo. Algo similar sucede con el Códice
Sinaítico que fue rescatado del olvido por el cazador de manuscritos Konstantin
Von Tischendorf quien lo encontró en un monasterio en Egipto. En este códice, las
cuatro páginas en las que están escritos los versículos finales del evangelio de
Marcos y el inicio del evangelio de Lucas han sido reemplazadas. El reemplazo se
hace evidente porque las cuatro paginas tienen una escritura diferente al resto del
manuscrito. Es decir, fueron escritas por otro escriba. Esto ha sido usado por los
defensores de la autenticidad de los doce versículos finales de Marcos para alegar
que estas paginas fueron reescritas con la intención de eliminar el final largo de
Marcos. Se han realizado análisis que demuestran que las páginas reemplazadas no
son suficientes para contener el texto completo del final largo de Marcos. Esta es la
página del Codíce Sinaítico en la que termina el evangelio de Marcos en el versículo
ocho del capítulo XVI. En la segunda columna, luego de las últimas letras en griego
se puede apreciar una línea ornamental y, más abajo, una inscripción que dice
“Kata Markon” (de acuerdo a Juan). Si le interesa navegar por las páginas de la
segunda Biblia más antigua del mundo, lo invito a visitar su sitio web. Además,
como detalle adicional, después del versículo 8 del capitulo XVI, el escriba realizó
una línea ornamental y mas abajo escribió “KATA MARKON” que significa “de
acuerdo a Marcos”, cerrando el evangelio y dejando en claro que ese era el final. Si
le interesa navegar por las páginas de la segunda Biblia más antigua del mundo, lo
invito a visitar su sitio web. Cantidad versus calidad Otro de los argumentos de los
defensores de la autenticidad de los doce versículos finales de Marcos es que la
gran mayoría de manuscritos existentes, que se cuentan entre los miles, incluyen el
final largo. Esto es cierto, si hablamos de cantidad podemos afirmar que son
muchos más los manuscritos que incluyen el final tradicional de Marcos que los que
lo omiten. En cuanto a la calidad de las evidencias, los dos manuscritos más
antiguos y más importantes omiten el final: El Códice Sinaítico y el Códice Vaticano.
Para complicar más la controversia, podemos añadir que la mayoría de los
primeros padres de la iglesia como Ireneo de Lyon, Papias, Tertuliano, Tatiano,
Hipólito y, probablemente, Justino Mártir mencionan el final largo de Marcos. Por
otro lado, otros padres de la Iglesia como Eusebio y San Jerónimo no hacen
referencia al final largo. El obispo Teodoro de Mopsuestia (350 – 428) no parece
haber conocido el final largo de Marcos. En una de sus obras escribió: “Todos los
evangelistas nos narraron su resurrección de los muertos…el bendecido Lucas, sin
embargo, que también es el escritor de un evangelio, añadió que El (Jesús)
ascendió a los cielos para que podamos saber donde está después de su
resurrección.” Detalle de “El ascenso de Cristo”, Andre Mantegna. El comentario de
Teodoro de Mopsuestia es interesante puesto que los únicos evangelios que
mencionan la ascensión de Jesucristo son el de Marcos, justamente en los doce
versículos finales, y el de Lucas, en el capítulo 24.

La evidencia interna Algunos eruditos de crítica textual bíblica, como Bruce


Metzger, afirman que los doce versículos finales de Marcos no son auténticos
porque el vocabulario y el estilo de los versículos del 9 al 20 no corresponden al
resto del evangelio de Marcos. Algunas palabras usadas en este pasaje no se
encuentran en ningún otro lugar del evangelio de Marcos. Otros eruditos, como
Bruce Terry sostienen que este análisis se puede aplicar a otros fragmentos del
evangelio de Marcos con resultados similares. El paso del versículo 8 al 9 es visto
como demasiado abrupto por muchos eruditos. La narración cambia de “Ellas
estaban asustadas” a “Ahora, después de que él se levantó”. Además, el texto del
final largo vuelve a presentar a María Magdalena, quien ha sido presentada pocos
versículos antes. Como hemos visto, la controversia es fuerte y existen evidencias
para sustentar las dos posiciones. Lo peor de todo es que existen otros dos finales
diferentes del evangelio de Marcos. Aunque estos finales alternativos han sido
unánimemente calificados por los eruditos de la critica textual bíblica como falsos o
no auténticos, igual vale la pena conocerlos. El primero de estos finales alternativos
se encuentra en algunos manuscritos de los siglos VII, VIII y IX de nuestra era: “Ellas
salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado
de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo…Pero ellos (¿los
apóstoles?) reportaron brevemente a Pedro y a aquellos con él todo lo que se les
había contado. Y después de esto, el mismo Jesús envió para ellos, de este a oeste,
la sagrada y impredecible proclamación de salvación eterna.” Detalle de “La
aparición de Cristo a Maria Magdalena”, Francisco Henriques. El segundo final
alternativo, que existe solamente en un manuscrito del siglo V, menciona la era de
Satán: “Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció
(Jesucristo) y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber
creído a quienes le habían visto resucitado. Y ellos se disculparon diciendo: Esta era
de anarquía y falta de creencias religiosas está bajo Satán, quien no permite que la
verdad y el poder de Dios prevalezcan sobre las cosas impuras de los espíritus. Por
tanto, revela tu rectitud ahora, ellos dijeron a Cristo. Y Cristo les respondió a ellos,
“El plazo de años del poder de Satán se ha cumplido, pero otras cosas terribles se
acercan. Y por aquellos que han pecado yo fui entregado a la muerte para que ellos
regresen a la verdad y no pequen más, para que así ellos puedan heredar la
espiritual e incorruptible gloria de rectitud que esta en el cielo.” Ante la
incertidumbre sobre la autenticidad de estos doce versículos, los comités
editoriales de las diferentes Biblias y la Iglesia Católica decidieron hace un buen
tiempo no hacer nada al respecto. Los doce versículos finales de Marcos están
presentes en todas las Biblias. Pero, como en los contratos de seguros más leoninos
que escriben en letras minúsculas lo que el seguro no cubrirá, algunas Biblias
tienen una advertencia o nota a pie de página sobre los doce versículos finales de
Marcos.. Algunas Biblias tienen un asterisco al lado del versículo ocho del capítulo
XVI del evangelio de Marcos. El asterico, en la mayoría de las veces, advierte que
los versículos que siguen son agregados posteriores, que el final original del
evangelio se perdió y que los mejores y más antiguos manuscritos terminan en el
versículo ocho. Entonces, si los comités editoriales de las Biblias, de alguna manera
reconocen que los doce versículos finales no son originales, ¿por qué decidieron
mantener los doce versículos finales del evangelio de Marcos? “San Marcos el
evangelista”, Gioacchino Assereto. El final largo de Marcos se mantiene en la
mayoría de Biblias porque aunque las evidencias indiquen que no fue escrito por el
autor original del evangelio, su presencia en la tradición católica es tan fuerte que
no se puede ignorar y en reconocimiento a eso se incluye en la Biblia. Bruce
Metzger nos lo explica: “Hoy en día sabemos que los últimos doce versos del
evangelio de Marcos (Capítulo XVI, 9-20) no se encuentran en los más antiguos
manuscritos griegos, latinos, sirios, coptos, y armenios, y que en otros manuscritos
existen astericos o símbolos que marcan estos versos como dudosos o falsos.
Eusebio y Jerónimo de Estridón, que estaban al tanto de estas variaciones en los
manuscritos, discutieron sobre cual forma del texto era la correcta. Debemos
destacar, sin embargo, que ninguno sugirió que una forma del texto era canónica
(oficial) y la otra no lo era…En el segundo siglo, por ejemplo, el llamado final largo
de Marcos era conocido por Justino Martir y por Tatiano, quien lo incorporó en su
Diatesarón. Por consiguiente, parecen existir suficientes razones para concluir que
aunque la evidencia externa e interna contra la auntenticidad de los últimos doce
versos de Marcos es concluyente en tanto que estos versículos no provienen de la
misma pluma de la que proviene el resto del evangelio, el pasaje debe ser aceptado
como parte del texto canónico (oficial) de Marcos.” Este es el mejor ejemplo para
entender la verdadera naturaleza de los textos del Nuevo Testamento, mucho más
cercana a las imperfecciones del hombre que a la supuesta perfección divina o a un
legado celestial. La Biblia del Oso, titulada así porque en su portada se aprecia a un
oso comiendo miel, es la primera Biblia publicada en español. Fue publicada en
1569 por Casiodoro de la Reyna y es la base de la famosa Biblia Reyna-Valera. Sin
los manuscritos originales, es imposible determinar las palabras exactas no solo del
final del evangelio de Marcos sino de la mayoría de los escritos del Nuevo
Testamento. Podemos tratar de dilucidar cual podría haber sido la versión más
antigua de un determinado texto pero no podemos afirmar, con certeza, cual es el
texto original. Quizás el autor del evangelio de Marcos quiso terminarlo en el
versículo ocho dejando a su público con una gran interrogante, quizás el pedazo del
manuscrito en el que estaba escrito el verdadero final del evangelio de Marcos se
desprendió accidentalmente y alguien inventó el final largo que conocemos, quizás
es un evangelio que el autor dejó inconcluso en el versículo ocho por motivos
personales, quizás el autor escribió un final que fue censurado y reemplazado por
el final que llegó hasta nuestros tiempos, quizás los escribas que escribieron el
Códice Vaticano y el Códice Sinaítico decidieron no incluir el final largo porque les
pareció superficial, quizás el verdadero final es el que conocemos y estamos
buscándole tres pies al gato… Lo único que queda claro después de esta larga y
enrevesada historia es que el Nuevo Testamento está muy lejos de ser la palabra
de Dios. En todo caso, es una colección de relatos y cartas escritos, corregidos,
modificados y editados por mortales, sobre la vida y obra del fundador del
cristianismo… Fuentes:

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final-del-evangelio-de-marcos/'>Evidencia de vida en Marte I: el ojo de Skipper</a>
Escrito por Alan Brain para <a href='http://losdivulgadores.com'>Los
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marcos/
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