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FISCAL ESTADAL
EN VENEZUELA
(monografías
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tributarias
JUAN CRISTÓBAL CARMONA BORJAS
Abogado summa cum laude Universidad Católica Andrés
Bello, Magister en Leyes Georgetown University,
Especialista en Derecho Financiero Universidad Católica
Andrés Bello, Profesor en los Postgrados de Derecho
Internacional Económico y de la Integración y de Derecho
Tributario de la Universidad Central de Venezuela, Profesor
en el Postgrado de Derecho Financiero de la Universidad
Católica Andrés Bello, Profesor Invitado en el Programa
de Gerencia Financiera del Instituto de Estudios Superiores
de Administración (IESA), fundador y ex Presidente,
durante el lapso 1994-1999 de la Asociación Venezolana
de Derecho Financiero (ASOVEDEFI), Presidente de la
Asociación Venezolana de Derecho Tributario (AVDT)
durante los períodos 2003-2005 y 2005-2007, Director de
la Revista de Derecho Tributario, Miembro del Consejo
de Redacción de la Revista de Derecho Público. Autor de
numerosos artículos sobre temas de Derecho Financiero
con especial énfasis en la materia tributaria, publicados
en libros y revistas nacionales especializadas en Derecho.
Juan Cristóbal Carmona Boijas
Ediciones,
paredes
Caracas - Venezuela
i - ont
2005
© J u a n Cristóbal Carmona Borjas, 2 0 0 5
i Paredes Libros Jurídicos, C.A.
DIRECCIÓN TELEFAX
Av. Urdaneta, Esq. Ibarras, Edif. + 58 (0)212 564 79 04
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ISBN: 980-6760-04-2
If481200533 21352
I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES...................................... 22
II. BREVES NOTAS ACERCA DE LAS FORMAS DE ESTADO... 25
A) Aspectos conceptuales............................................................ 25
A l. Estado Unitario.............................................................. 25
- Estado Centralizado....................................................... 26
- Estado Desconcentrado................................................... 26
- Estado Descentralizado................................................... 27
A2. Estado Compuesto........................................................... 28
-Federación..................................................................... 28
- Confederación de Estados.............................................. 29
A3. Diferencias entre un Estado Unitario Descentralizado
y un Estado Federal............................................................... 30
B) Regionalización y Descentralización........................................... 30
C) Aproximación histórica del federalismo en Venezuela............. 33
- Estado Independiente (1810-1811) y Estado Autónomo
(1830-1863).................................................................................. 33
- Constitución de 1961.................................................................. 37
- Regionalización........................................................................... 37
- Leyes de la descentralización...........................^....................... 41
- Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
de 1999.......................................................................................... 44
D) Forma del E stado venezolano desde la perspectiva financiera 50
8 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
SU M A R IO
I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES. - II. BREVES NOTAS ACERCA DE
LAS FORMAS DE ESTADO - A) Aspectos conceptuales: A.l. Estado Unitario:
Estado Centralizado. - Estado Desconcentrado. - Estado Descentralizado. -A.2. Esta
do Compuesto: - Federación. - Confederación de Estados. - A.3. Diferencias entre un
Estado Unitario Descentralizado y un Estado Federal. - B) Regionalización y
Descentralización - C) Aproximación histórica delfederalismo en Venezuela - Estado
Independiente (1810-1811) y Estado Autónomo (1830-1863) - Constitución de 1961
Regionalización - Leyes de la descentralización - Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela de 1999. - D) Forma del Estado venezolano desde la
perspectivafinanciera III. ALGUNOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN
LOS QUE HA DE SUSTENTARSE LA CONSOLIDACIÓN LEGAL DE LA
DESCENTRALIZACIÓN FISCAL - A) Autonomía Financiera - B) Corres
ponsabilidad Fiscal - C) Coordinación - D) Cooperación - d.l. Principales
Manifestaciones de Cooperación Interadministrativa en materia tributaría
d.1.1. Intercambio de Información. - d .l.2. Acuerdos de Asistencia Mutua.
d.2. Principales muestras de cooperación de parte de los administrados. - d.3. Modelo
de Administración Tributaria Estadal- E) Solidaridad Interterritorial - Transferencias
automáticas o como proporción de impuestos nacionales - Transferencias sujetas en
su cuantía a indicadores - Transferencias territorializadas - Transferencias
condicionadas o incondicionadas - F) Unidad de la Política Económica - G) Suficiencia
IV PRINCIPALES MANIFESTACIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES
DE LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA DESCENTRALIZACIÓN
FINANCIERA. ANALISIS COMPARATIVO ENTRE LAS CONSTITUCIONES
DE 1961 Y 1999 - A) Principio de la Autonomía Financiera - A.l. Principio de la
Autonomía Financiera bajo la vigencia de la Constitución de la República de Venezuela
de 1961 —A.l.l. Fuentes de ingresos estadales de origen constitucional-A.1.2. Fuentes
de ingresos estadales de origen legal o desarrolladas a nivel legal - A. 1.2.1. Ley
Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del
Poder Público (LODDT) - Incremento del Situado Constitucional Ingresos provenientes
del ejercicio de las competencias del Poder Nacional que les fueron transferidas por
la vía del artículo 137 de la Constitución de la República de Venezuela de 1961 a
20 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
Especiales para los Estados Derivadas de Minas e Hidrocarburos (LAE) E.2. Principio
de Solidaridad Internacional bajo la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999- E.2.1. Situado Constitucional - E.2.2. Fondo de Compensación
Interterritorial - E.2.3. Otras transferencias con base en los Tributos Nacionales - V.
TRÁNSITO HACIA LA VERDADERA DESCENTRALIZACIÓN. MEDIDAS
ADOPTADAS EN DESARROLLO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1999 A) Efectos
del ejercicio de la habilitación conferida al Presidente de la República el 13 de
noviembre de 2000, respecto de la Descentralización Financiera Estadal
A.l. Consideraciones Preliminares - A.2. Posibles vicios en el ejercicio de la habilitación
conferida el 13 de noviembre de 2000 al Presidente de la República -A . 2.1. Quebran
tamiento de exigencias constitucionales y legales en la formación y dictado de los
decretos-leyes —A.3. Análisis de algunos de los decretos-leyes dictados con ocasión a
la habilitación conferida al Presidente de la República el 13 de noviembre de 2000.
Incidencia en el proceso de descentralización - A.3.1. Decreto N° 1.436 con Fuerza
de Ley General de Puertos - A. 3.2. Decreto N° 1.380 con Fuerza de Ley General de
Marinas y Actividades Conexas - A. 3.3. Decreto N° 1.446 con Fuerza de Ley de
Aviación Civil - A.3.4. Decreto N° 1.535 con Fuerza de Ley de Tránsito y Transporte
Terrestre - A. 3.5. Decreto N° 1.510 con Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos
B) Medidas legales dictadas y a ser dictadas por la Asamblea Nacional- B. 1. Ley que
Regula al Consejo Federal de Gobierno - B.2. Ley del Fondo de Compensación
Interterritorial - B.3. Ley de Participación Ciudadana - B.4. Ley del Consejo de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas - B.5. Legislación de Transferencia
de Competencias Administrativas - B.6. Ley Orgánica de Hacienda Pública Estadal
B.6.1. Alcance - B.6.2. Rango - B.6.3. Estructura y Contenido - B.6.4. Principios
orientadores de su contenido - B. 6.4.1. En lo relativo a la administración de la hacienda
pública estadal - B.6.4.2. En lo relativo a las fuentes de ingreso tributario
B.6.5. Algunos aspectos a evaluar para la instrumentación de las distintas opciones a
través de las cuales se podría alcanzar la delegación tributaria - VI. RAMOS
TRIBUTARIOS DE LOS ESTADOS EN LA LEY ORGANICA DE HACIENDA
PUBLICA ESTADAL SANCIONADA EL 11 DE MARZO DE 2004 - A) Tributos
de asignación constitucional - A.l. Tasas por el uso de los bienes y prestación de
servicios estadales - A.2. Timbre Fiscal - B) Tributos asignados por la Ley Orgánica
de Hacienda Pública Estadal- B. 1.Tributos de Delegación Amplia -B .l.l. Impuesto
a las Ventas Minoristas -B.1.2. Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados - B.1.3. Impuestos de Exploración y Explotación de Mine
rales no Metálicos no Reservados por la Constitución al Poder Nacional, Salinas y
Ostrales de Perlas - B. 1.4. Contribuciones especiales - C) Participaciones en Tributos
Nacionales - C.l. De la Participación en la Recaudación Nacional por concepto de
Impuesto sobre la Renta de las Personas Naturales - C.2. De la Participación en la
Recaudación Nacional por concepto de Impuesto al Consumo de Combustibles
Derivados de Hidrocarburos - D) Opciones planteadas en la versión del Proyecto de
la Ley Orgánica de Hacienda Pública aprobada en Primera Discusión por la Asamblea
22 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
- Estado Descentralizado
“Un Estado Unitario Descentralizado, afirma G arcía P elayo es aquel
en el que ciertas entidades territoriales tienen una esfera de competencia
que le es propia y que ejercen a través de órganos propios, expresión de
su voluntad y no a través de agentes del poder central.”7
“El poder está descentralizado, expresa D abin cuando, en variable
medida, se admite que ciertos grupos más o menos naturales existentes en
el seno del Estado -comunas, provincias, regiones, agrupaciones nacionales
o corporativos- posean en propiedad determinados atributos de la potestad
pública, que ejercitan por m edio d e órganos escogidos por ellos e
independientes del Estado.”8
La descentralización es el proceso de delegación de los poderes políticos,
fiscales y administrativos a unidades subnacionales de gobierno.
Se produce dotando al ente descentralizado tanto de personalidad
jurídica como de patrimonio propio. Por medio de la personalidad jurídica
se establece una diferencia entre el Estado y el ente descentralizado, puesto
que al concederle personalidad jurídica es porque se le está reconociendo
que el ente descentralizado tiene intereses propios distintos a los del Estado.
Es necesario que además de tener personalidad jurídica, el ente tenga
patrimonio propio.
Para garantizar la autonomía de los entes descentralizados se les permite
escoger a sus propias autoridades.
Con base en lo anterior tal como lo señala D om ínguez N assar, en el caso
del Estado descentralizado “la autoridad pública no padece fraccionamiento,
ni desmembramiento, ni siquiera disminución. La autoridad del Estado,
que en este caso toma el nombre de poder central, continúa subsistiendo,
plena e íntegra, y esta supremacía se señala, en la base, por ciertos derechos
del Estado referentes a la estructura y funcionamiento de las autoridades
descentralizadas; en la cúspide por un derecho de vigilancia de todos sus
actos. Así y todo, las autoridades secundarias, en su rango, participan de la
potestad pública y no en virtud de una m era delegación de la autoridad
central (de la que frieran simples agentes) sino en el sentido de que el Estado
se esfuma frente a ellas, dejándoles en algún modo el campo libre para
7 Ibidem, p. 390.
8 Idem.
28 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
9 Ibidem, p. 390.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 29
J ellin ek (loe. cit., vol. II, pp.530-531) incluso hace observar que es por su
organización por lo que se distingue de una simple alianza. Sólo que esta
organización es impotente para crear una unidad estatal, porque tiende
simplemente a proporcionar a los Estados confederados el medio de ejercer
en común sus voluntades propias. Consiste principalmente en la institución
de una dieta o asamblea en la cual se debaten y se regulan los asuntos que el
pacto federativo ha convertido en comunes. Pero esta dieta no es un órgano
estatal, sino simplemente una reunión de los Estados que en ella comparecen
en la persona de sus delegados, es decir, una conferencia internacional.”11
A.3. Diferencias entre un Estado Unitario Descentralizado y un Estado
Federal
“Las diferencias entre un Estado Unitario Descentralizado y un Estado
Federal resultan difíciles de trazar, debido a que hay estados unitarios donde
el grado de descentralización es bastante acentuado. Hay quienes piensan
que la diferencia debe buscarse en el tipo de descentralización. Se dice que
el Estado Unitario realiza una descentralización administrativa, es decir, el
ente descentralizado tiene competencia para ejecutar las normas jurídicas,
en cambio el Estado Federal realiza una descentralización política, es decir,
que el Estado miembro tiene competencia para dictar normas jurídicas y
para ejecutarlas...”12
Para otros, la diferencia radica en que los derechos que ejerce el ente
descentralizado los ejerce en virtud de una delegación del poder central;
en cambio en el federal, los estados miembros actúan en virtud de un derecho
propio.
B) Regionalizacián y Descentralización
“La regionalización como exigencia de la política y planificación
económica, en esta forma, ha surgido en el mundo contemporáneo con un
signo distinto al regionalismo tradicional de base o índole política. El nuevo
regionalismo o regionalismo económico no presupone ni conlleva en sí mismo
la creación de entes territoriales nuevos ni proceso alguno de descentraliza
ción territorial; se trata al contrario, de una demarcación espacial del territorio
nacional superpuesta a la división político-territorial tradicional, a la cual
R. Teoría General del Estado. Fondo Cultura Económica, Pánuco, 63
u C a h r e d e M a lb e r g ,
- México, p. 101.
12A n d u e z a , José Guillermo, o p.cit, p . 141.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 31
15 Ibtdem, p. 213.
Alian. Principios del Régimen Jurídico de la Organización Administrativa
16 B h e w e r-C a ría s ,
Venezolana, Caracas, Editorial Jurídica Venezolana 1991, p. 48.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 33
para aquel entonces sometidas al imperio realista), y quizás aún, a mitad del
siglo pasado, y fue posteriormente un esquema de descentralización política
al formalizarse el Estado de los caudillos regionales, en cuyo nombre se
liberaron terribles e importantes guerras internas como las guerras federales
(1858-1863), que paulatinamente se fue deformando hasta configurarse la
Federación centralizada que en la práctica existe en la actualidad.
A ese proceso contribuyó en primer lugar la autocracia que consolidó
el Estado Nacional (1899-1936), proceso que continuaron los regímenes
de transición a la democracia (1936-1958) y en segundo lugar, la propia
implantación de la democracia a partir de 1958. Esta indudablemente, no
hubiera podido consolidarse en Venezuela a partir de la Revolución
Democrática de 1958, si no se hubiera adoptado para imponerla y consolidarla
el esquema de Estado Centralizado con membrete federal.19
Hasta 1811, Venezuela había estado conformada por siete Provincias,
que en 1777 habían sido agrupadas por España en una Capitanía General.
La Provincia, conforme al concepto romano, era la unidad colonial básica de
ultramar, especialmente establecida para el gobierno colonial.
En Venezuela, lo que en algún tiempo se llamó provincias o regiones
geohistóricas corresponden a un concepto sociológico, no político. En todo
caso, no se trataba de organismos de autonomía ni soberanía en el sentido
en que esas notas pueden predicarse de organizaciones estatales propiamente
dichas, pues es más que evidente que la política de la monarquía española
en relación con las colonias apuntó siempre a eliminar el más mínimo
concepto de autonomía política.
Por eso en Venezuela, como lo señala B r e w e r -C arías , el federalismo ha
sido una especie de mito político, tal vez porque no puede hablarse de
“jurisdicciones soberanas” preexistentes sino de intereses regionales o
regionalistas, las más de las veces inspirados por los intereses propios o
personales de los dirigentes.
Las provincias, como unidad política básica de la colonia, se
conformaban en tomo a centros poblados, con sus Cabildos. Al estallar el
proceso independentista en 1810, en los Estados Latinoamericanos se
produjo un proceso similar al que 30 años antes había sucedido en los
J9 Brewer-Carías, Alian. Informe sobre la Descentralización 1993. Editorial Arte, C.A. Cara
cas 1994, p. 53.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezu ela 35
como renta propia “las dos terceras partes del total que produzcan las
minas, terrenos baldíos y salinas administradas por el poder federal,
distribuyéndose esa renta entre todos los Estados de la Federación, en
proporción a la población de cada uno (numerales 14, 15 y 32, Art. 12 de
la Constitución de 1881). En la Constitución de este año las fuentes
tributarias - teóricamente pertenecientes a los Estados, sufren una rígida
centralización. Desde entonces las rentas provenientes de la explotación
de las salinas, perlas, minas y tierras baldías, inclusive el producto de su
venta, tabaco y aguardiente, ingresan al tesoro nacional, no ya como an
tes para ser repartidas proporcionalmente al número de los habitantes
de cada Estado sino para ser administradas libremente por el poder cen
tral. Habiéndose arrebatado de este modo a los Estados en beneficio de
la hacienda nacional, con excepción del papel sellado, la casi totalidad
de la materia impositiva, el fisco de las entidades estadales se nutre
exclusivamente de una partida que se incluye anualmente en el
presupuesto nacional y que se conoce con el nombre de Situado
Constitucional”39.
Es a partir de este momento, cuando en opinión de juristas como Alian
B r e w e r -C arías se “... inició el proceso de centralismo formal del federalismo
[...] con la reserva al Poder Federal del montante de la tercera parte de la
renta de tránsito, productos de minas y tierras baldías y salinas, se inicia el
proceso de vaciamiento de competencias tributarias de los Estados, lo cual
continúa posteriormente hasta materialmente extinguirse..,”4().
Interesante resulta la observación hecha por Adriana V ig il a n z a , en
cuanto a que en el artículo 12 de la Constitución de 1881, “Por primera
vez aparece el estilo de enum erar expresamente las rentas propias que
correspondían a los E stados lo cual necesariam ente hace que nos
preguntemos: ¿sería entonces la intención del Constituyente excluir de
los Estados la posibilidad de crear otras fuentes distintas de ingresos,
incluidos los de orden tributario?”.41
En la Constitución de 1893, deja de hacerse referencia a la soberanía
de los Estados para referirse a la autonomía de la que éstos gozaban. El
artículo 13, inciso 32, de la Carta Magna de ese año dispuso que los Estados
tendrían como renta propia el total de lo que se produjera en todas las Aduanas
de la República por concepto del impuesto que se cobrara como “contribución
de tránsito”. Sin embargo, lo realmente resaltante de la normativa contenida
en ese texto constitucional lo representaba el inciso 34, según el cual: “Si
alguno o algunos de los impuestos a que el inciso 32 se refiere fiieren suprimidos
o reducidos por ley, deberá el Congreso establecer la manera de devolver a
los Estados la parte de la renta que se suprima...”
En la Constitución de 1901 persisten las limitaciones tradicionalmente
impuestas a los Estados en cuanto a la territorialidad de sus tributos, la
delimitación de los dominios tributarios y la unidad económica nacional, lo
que para algunos no tenía sentido sino en la medida en que esos entes político
territoriales estuvieran dotados de poder tributario. Al respecto, el Texto
Fundamental de la época obligaba a que los Estados tuvieran como únicas
rentas propias (i) la producida en todas las aduanas de la República por
concepto de la contribución que se cobraba con el nombre de impuesto
territorial (impuesto de tránsito); (ii) el total que se produjera por concepto
de minas, terrenos baldíos y las salinas. La renta proveniente de estos
ramos se distribuiría quincenalmente por el Ejecutivo Federal entre todos
los Estados proporcionalmente al número de habitantes; pero en este sentido
y, para los Estados cuya población no alcanzaran los setenta mil habitantes,
se fijaba esa cifra como base de población para la distribución proporcional
de esa renta; y (iii) el papel sellado de acuerdo con sus respectivas leyes y los
impuestos sobre sus productos naturales provenientes de terrenos baldíos.
Las dos primeras fuentes citadas correspondían al Congreso de la Unión
crearlas y organizarías, pudiendo por tanto hablarse sólo de poder tributario
originario propiamente dicho en el caso de los ramos mencionados en
último término.
A partir de la Constitución de 1904 y hasta la de 1922, se volvió a hacer
referencia a la soberanía de los Estados y se mantuvieron las limitaciones
en el ejercicio del poder tributario. Se enumeran las que constituyen sus
fuentes de ingresos, muchas de las cuales ameritaban una cesión del Poder
Federal, suprimiéndose sin embargo, la referencia a que ellas serían las
únicas con las que podían contar, lo que permitía en cierta forma sostener
que a ellos correspondía la residualidad tributaria, no obstante que “...
ello no guardaría relación con el hecho de que el Constituyente se tomase
la m olestia de seguirles designando fuentes tributarias de ingreso de
manera específica. Por otra parte, todavía no habíamos adoptado en esa
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 55
42Ibidem, p. 284.
43Ibidem, pp. 286 y 287.
56 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
ralismo son los Estados los que detentan el poder político, al cual necesa
riamente viene aparejado el mejor de los poderes tributarios; el originario.
En un auténtico Estado Federal es inconcebible sostener, no sólo que
los Estados estén limitados en el ejercicio de su poder tributario por el
Poder Federal, sino algo más grave aún, que estén expuestos, simplemen
te, a un total despojo de su poder tributario, supuestamente originario,
por la sola decisión del Poder Nacional.
El análisis de las fuentes de financiamiento en la historia m oderna
venezolana, esta es, la etapa democrática que se inició a nivel constitucional
con la Carta Magna de 1961 y en la historia contemporánea venezolana a
nivel constitucional regida por el Texto Fundamental de 1999, será abordado
de manera exhaustiva en el resto de esta obra, por ser su tema central.
III. ALGUNOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN LOS QUE
HA D E SUSTENTARSE LA CONSOLIDACIÓN LEGAL D E LA
DESCENTRALIZACIÓN FISCAL
La estrategia a seguir por el Legislador para dar cum plim iento al
propósito trazado por el Constituyente de 1999 de consolidar en el Estado
venezolano una verdadera descentralización fiscal, debe sustentarse y respetar
una serie de principios dirigidos a darle coherencia y eficiencia a tan delicado
proceso pudiendo, los más im portantes de ellos, identificarse bajo las
denominaciones que le ha dado la doctrina mundial y el propio texto constitucional
en su artículo 4; como los de autonomía financiera, coordinación, solidaridad
interterritorial, unidad de la política económica y, corresponsabilidad.
A) Principio de la Autonomía Financiera
Ha sido sostenido de manera pacífica, que una hacienda dispone de
verdadera autonomía cuando, como lo señala el autor español José V.
S ev illa S eg u k a , puede decidir tanto el nivel como la estructura de sus
ingresos lo que significa, en últim o térm ino, que decide el patrón
distributivo de los costos públicos entre la población.
Alcanzar tal grado de autonomía ha de ser, sin embargo, el resultado
de un proceso de maduración, que debe partir de una clara y adecuada
distribución de competencias administrativas, aparejada a una ajustada y
proporcionada delim itación de fuentes de ingresos, que se traduzca
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 57
C) Principio de Coordinación
“Aparece como un instrumento necesario para estructurar el sistema de
financiamiento de las distintas Haciendas locales que integran a un Estado
compuesto. Tal coordinación como resulta lógico pensar, corresponde
ejercerla a nivel central, mediante la instrumentación de medidas oportunas
tendientes a conseguir la estabilidad interna y externa, así como el desarrollo
armónico entre las diversas partes del Estado Federal.
Para alcanzar tal coordinación, debe existir la obligación de respeto
por parte de los entes menores de la política económica general dictada
por el Estado, así como el deber de colaborar en la planificación del
desarrollo armónico entre las diferentes regiones’’47.
Si bien el principio de coordinación al igual que el de la autonomía
financiera, va más allá de lo tributario, al comprender entre otros, aspectos
como el de las políticas de endeudamiento, el de la inversión conjunta y el
ejercicio concurrente de competencias administrativas; en lo sucesivo nos
limitaremos a su análisis en el campo de la descentralización tributaria.
AI respecto debemos tener presente como ya fue señalado, que en
principio, la atribución de poder tributario y por tanto la plena asignación
de autonomía tributaria supone la facultad de ejercitar tres derechos
fundamentales: (i) el de legislar sobre el tributo, creándolo, configurándolo
y reglamentándolo; (ii) el de ejercitar todas las facultades administrativas
necesarias para su determinación y recaudación; y (iii) el de la apropiación e
inversión de los ingresos producidos por él.
E n el caso de Estados organizados bajo el esquem a de haciendas
múltiples, por razones de coordinación, no siempre concurren en una misma
entidad el ejercicio de tales facultades, ni tampoco resulta absoluta su
instrumentación, a pesar de ser ellas expresión de autonomía. M uestra de lo
anterior lo constituye en el plano normativo el reconocimiento constitucional
que generalmente se hace al Poder Central, de su rol como coordinador y
armonizador del sistema tributario, para lo cual puede incluso establecer
por la vía legal ciertas condiciones al ejercicio del poder tributario de los
entes menores. Es posible también, en el plano de la disposición de los
ingresos públicos “... que la entidad a quien corresponde un impuesto utilice
la colaboración de otra para su exacción, confiándole la realización de todo o
47 C a rm o n a B o rja s , Juan Cristóbal. Financiamiento de la descentralización... op. cit., pp. 11
y 12.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V en ezu ela 61
recursos. “Tal vez tengamos que reconocer que quizás no haya un concepto
exacto de suficiencia, o bien porque no puede haberlo, o bien porque se
trata de una valoración relativa a una situación, es decir, de un concepto
< político > y económico-financiero, no jurídico”63.
E n un principio se traduce en la existencia de instrum entos que
aseguren el suministro de recursos capaces de financiar los servicios
públicos traspasados a los entes menores, lo cual nos conducirá, en su
momento, al problema de la determinación del costo de tales servicios y
del alcance que ha de tener la cobertura que de los mismos se haga con
recursos propios y transferidos.
Cuando se habla del logro del equilibrio en los Estados, no estamos
haciendo otra cosa que referimos al logro de la suficiencia financiera de los
distintos entes político territoriales que conforman un sistema federal, en
cuanto a la cobertura que les demandan las misiones básicas que les han
sido encom endadas, bajo unos están d ares m ínim os prev iam en te
establecidos.
Este equilibrio, como se desprende de lo hasta ahora expuesto, puede
alcanzarse en forma autónoma o exclusiva por parte de cada hacienda, o
como ocurre generalmente, a través de una combinación de recursos de
generación propia y de recursos transferidos fundamentalmente de la Ha
cienda central a las locales.
La búsqueda del equilibrio ha de ser tanto en el plano vertical como
horizontal, concibiendo al primero, como lo hace el Profesor Julio López
L aborda , como aquella “situación en la que todos los niveles de gobierno
central, regional y local tienen acceso al mismo nivel de servicios, entendido
éste como el cociente entre los ingresos potenciales y las necesidades de
gastos asociadas a la provisión de un nivel estándar de bienes y servicios
públicos.”
“En términos más sencillos, el desequilibrio vertical es la insuficiencia
financiera que sufren las entidades subcentrales, por no poseer ingresos
suficientes para cubrir los servicios que prestan o que deberían prestar,
insuficiencia normalmente provocada por el monopolio en la centralidad
de las fuentes de ingreso público permitidas.
del numeral 1 del artículo 22 de la vigente Ley que crea el FID ES, que
podría considerarse el sustituto del numeral 1 del artículo 7 del derogado
D ecreto-L ey N° 3.265 de 1993, que regulaba los m ecanism os de
participación de los Estados y Municipios en el producto del Impuesto al
Valor Agregado y el FIDES, que tenía un efecto más directo en tal sentido.
d) Se señala en el Reglamento N° 1 en reafirmación de lo previsto en el
numeral 5 del artículo 6 de la LODDT, que las transferencias se ajustarán
anualm ente sobre la base de la variación de los ingresos ordinarios
estimados en la Ley de Presupuesto del año respectivo.
Tal ajuste resulta totalmente impreciso y, de ser aplicado en términos
literales, carecería de toda lógica, porque da la im presión de que las
partidas contenidas en el Presupuesto del Poder Nacional, se ajustarán
en el ejercicio siguiente a la asunción del servicio, en una proporción que
dependerá del crecim iento que haya experimentado la estimación de
ingresos ordinarios en el presupuesto. Tal incremento al no guardar ningún
tipo de relación con las verdaderas necesidades de los Estados y más
específicam ente con los costos de los servicios que se han asumido,
desnaturaliza la razón de ser de la transferencia.
E n torno a este tema finalmente señalamos, que “La posibilidad de
revisar, hacia el alza o hacia la baja, tales asignaciones presupuestarias, o
incluso la fórmula misma -con base al desempeño de los Estados de los
recursos- es un tema que debe ser abordado en el futuro. A título de
ejemplo, puede mencionarse una fórmula alternativa, aplicable a sectores
como salud pública o educación, según la cual los recursos financieros son
transferidos a los Estados con acuerdo al número de usuarios de los servicios
efectivamente atendidos”71.
D e igual manera ocurrió en España en el período transitorio que se
inició en el año 1982, en el que la valoración inicial representada por el
llamado “coste efectivo”, "... fue determinante del nivel de recursos que
en el futuro recibirían las Comunidades Autónomas, pues los Acuerdos
fijaron conforme a ella el límite mínimo de fondos a recibir, en tanto que
el límite máximo se determinaba aplicando un porcentaje sobre el límite
mínimo. Todo ello nos lleva a concluir que la valoración de aquel “prim er
coste efectivo” ha sido una cadena de la que para bien o para mal -
dependiendo de su sobre o infravaloración - no ha resultado posible
liberarse”72.
71 B a r r i o s R o s s , Armando, op. cit., p. 67.
72 A u t o r e s v a r io s . Financiación délas ... op. cit. p. 105.
92 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
73 “Me atrevería a afirmar, como consecuencia del análisis concordado de los artículos 17,
numerales 2o y 3° y 136 numerales 8 y 25 de la Constitución, que los impuestos indirectos
generales han sido atribuidos a los estados y no al poder nacional; que la creación de
impuestos indirectos generales no puede considerarse, en todas sus manifestaciones, como
susceptible de atribución excluyente, por índole o naturaleza al Poder Nacional y que, en
consecuencia, la Ley ordinaria no puede asignar esa exclusividad al Poder Nacional, en
contradicción con el texto constitucional. No nos parece recomendable la aplicación de
impuestos tipo IVA a nivel estadal, pero es indudable, en cambio, la propiedad de los
impuestos generales (monofásicos) a nivel de detallistas. Asociación Nacional de
Procuradores de Estado. Vil Jomadas de la Procuraduría General del Estado Aragua “El
Federalismo: Un Capítulo de la Constituyente”. Maracay, 14 de mayo de 1999.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 93
al destino que puede dársele a los recursos adm inistrados por esa
institución. En el Decreto-Ley de 1993 esos recursos debían ir dirigidos
al financiamiento de la descentralización, estableciéndose una estrecha
relación con las competencias transferidas. Bajo la ley promulgada a fina
les del año 2000, el FID ES pretendió constituirse en un instrumento de
armonización de las prioridades de los distintos niveles de gobierno, en
un promotor de la inversión, en un coordinador de los distintos fondos
nacionales, en un im pulsor de la descentralización y en un medio de
compensación interterritorial.
Destinos como el financiamiento del servicio de justicia de paz, los
servicios públicos competencia (originaria) de las entidades estadales y
municipales, proyectos ambientales, de ciencia e innovaciones tecnológicas,
indudablemente desnaturalizaron el propósito originalmente perseguido con
el Fondo en comento.
Los recursos del FIDES por consiguiente podían, dependiendo de la
política interna que adoptara ese servicio autónom o, em plearse en
inversiones que no tuvieran necesariamente que estar relacionadas con el
proceso de descentralización, aunque sí pudieran estarlo con el desarrollo
regional. Tal grado de flexibilización se puede tom ar peligroso y desvirtuar
la razón de ser de la creación de este mecanismo de financiamiento del
proceso descentralizador.
Mientras en el derogado Decreto-Ley N° 3.265 el destino de los recur
sos iba dirigido a cubrir únicamente “la inversión nueva en los sectores
donde se hubieran producido transferencias de competencias o servicios,
en la última de las Leyes del FID ES que fue sancionada por la Asamblea
Nacional en fecha 25 de agosto del año 2000, se es totalmente genérico y
am plio, al contem plarse com o destino de los m ism os “Servicios
correspondientes a com petencias concurrentes de los Estados, los
Municipios y el Distrito Federal” (Art. 22.1).
De acuerdo con el artículo 8 de la Ley, Los Estados y los Municipios
deben participar junto con el Fondo en el cofinanciamiento de los programas
y proyectos de acuerdo con las normas aprobadas por el Directorio Ejecutivo.
En cualquier caso, para los efectos del cálculo del porcentaje de
cofinanciamiento que corresponde a cada Estado y a cada Municipio,
deben considerarse los montos percibidos por cada uno de ellos por
concepto de Situado Constitucional o Municipal, según sea el caso, así
como también el grado de esfuerzo fiscal en cada entidad territorial.
100 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
El término Poder Tributario Originario de los Estados, se emplea para aludir a aquellas
fuentes de ingreso tributarias reconocidas constitucionalmente y que podrán ser
instrumentadas mediante leyes estadales en un todo conforme a lo dispuesto por el texto
fundamental y por las leyes nacionales de armonización y coordinación. El carácter originario
se refiere al origen constitucional y por lo tanto no es expresión o manifestación de autonomía
absoluta.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E st a d a l en V en ezuela 105
por una parte, de la naturaleza jurídica del llam ado “im puesto de
explotación o regalía”, y por la otra, en virtud del incremento experimentado
por este concepto, de 16 2/3 % a 30% del precio del barril extraído.
A raíz de la entrada en vigencia del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica
de Hidrocarburos, el tradicionalmente llamado impuesto de explotación es
calificado de regalía, produciéndose un importante impacto en la base de
cálculo de las Asignaciones Económicas Especiales, si nos atenemos a la
aplicación estricta de la letra del instrumento que la rige.
De acuerdo con el artículo 2 de la LAE, se denomina por tales a un
porcentaje de los ingresos fiscales recaudados durante el respectivo ejercicio
presupuestario, originados de los tributos previstos conforme a la Ley de
Hidrocarburos y la Ley de Minas.
Debido al acertado tratamiento conferido a la participación que tiene
la Nación con ocasión al ejercicio del derecho que le confiere a las
operadoras de Petróleos de Venezuela, S.A. y a las empresas surgidas con
ocasión a los convenios de asociación estratégica de explotar hidrocarburos,
en virtud del cual, ésta es una regalía y no un tributo, esa fuente de ingresos
públicos de carácter patrimonial, queda excluida de la base de cálculo de
las asignaciones económicas.
Por haber sido el mal llamado impuesto de explotación bajo la derogada
Ley de Hidrocarburos la principal íuente de la que se nutrían las asignaciones
económicas, su eminente exclusión se traducirá en una merma importante
de recursos para los Estados.
La situación estadal en cuanto al volumen de ingresos provenientes de
las transferencias tradicionales, entiéndase por éstas, situado y asignaciones
económicas especiales, pudiera experimentar una reducción importante, al
quedar excluida la regalía petrolera de la base de cálculo de la asignación
económica, por una parte, y verse disminuido el Situado Constitucional al
descender los ingresos ordinarios de la República producto de la reducción
experimentada por la tarifa del impuesto sobre la renta aplicable a las
empresas petroleras, excluidas las que explotan crudos extrapesados y
bitúmenes, de 67,7% a 50%; por la otra, disminución esta que supuestamente
se compensaría con el incremento de la regalía de 16 2/3% a 30% aumento
que, sin embargo, hasta la fecha no queda claro si tendrá impacto respecto
de las asociaciones estratégicas con las cuales el Ministerio de Energía y
Minas ya había convenido su pago bajo la derogada Ley de Hidrocarburos.
114 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
tal motivo, por efecto del artículo 177 de la LOAFSfi a partir del Io de
enero de 2004, la Asamblea Nacional al sancionar la Ley de Presupuesto
de 2004, no ha debido como en efecto lo hizo, incluir la partida del FIDES.
La norma de la LOAFSP se justificaba porque además de poner orden
y atenuar la rigidez presupuestaria que se ha venido acumulando, se
suponía que para esa fecha, ya debía haberse creado el Fondo de
Compensación Interritorial y estar vigente la Ley Orgánica de Hacienda
Pública Estadal.
Ante tal situación la Asamblea se vió en la necesidad de incluir en la
versión de la Ley Orgánica de Hacienda Pública Estadal sancionada el 11
de mayo de 2004 el artículo 86, según el cual “Hasta tanto sea modificada
o suprim ida la Ley que C rea el Fondo Intergubernam ental para la
Descentralización, sancionada el 30 de octubre de 2000 sus transferencias
seguirán siendo ingresos de los Estados.” Al haber sido vetada esa Ley
por el Presidente de la República, el vacío y la duda siguen existiendo.
B) Principio de coordinación
B.l. Principio de Coordinación bajo la vigencia de la Constitución
de la República de Venezuela de 1961
B .l.l. Medidas constitucionales de coordinación en el
ejercicio del poder tributario:
La coordinación es una exigencia que dimana del contenido del principio
de capacidad económica y por consiguiente del respete de no confisca-
toriedad; así como también de la necesidad de configurar un verdadero
sistema tributario que contribuya al desarrollo económico armónico del país.
A través de esta limitación se trata, entre otros, de evitar la doble imposición,
de manera que un hecho imponible ya sometido a tributación por el Poder
Central no sea nuevamente gravado por un Estado o un Municipio. Pero
el principio de coordinación impone otra limitación más: la de tratar de
conseguir que el ejercicio del poder tributario por entes de igual rango se
circunscriba a sus respectivos ámbitos territoriales, de modo que las cargas
tributarias no se trasladen más allá de las jurisdicciones bajo su mando.
M uestra evidente de la adopción en la Constitución de 1961 de medidas
de coordinación dirigidas precisam ente a los fines antes señalados, las
constituyeron las limitaciones impuestas a la autonomía fiscal de los Estados
y Municipios por sus artículos 18 y 34.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V enezuela 117
esperar que el Poder C entral establezca las bases para actuar sus
potestades legislativas de desarrollo, desde que éstas son originarias y no
delegadas. Una solución distinta bloquearía de hecho la posibilidad estadal
de legislar y la sometería inconstitucionalmente al arbitrio del Congreso
de la República.”84
Sobre la base de lo antes expuesto, podría sostenerse que las leyes a
ser dictadas por el Poder Nacional con fines de alcanzar la coordinación y
armonización propia de un verdadero sistema tributario, si bien son de
obligatorio cumplimiento por parte de los Estados y Municipios, deben
para ser válidas guardar proporcionalidad y ser justificadas, de m anera
de no atentar contra la autonomía de la entidad a la que van dirigidas. El
determ inar tal grado de intervención resulta sin lugar a dudas un tema
álgido, por los abusos que puede llegar a suponer la actuación del Poder
Nacional o por los obstáculos que en su instrumentación puedan pre
tender colocar y argumentar los entes menores.
Ha de entenderse sin embargo, que las lim itaciones que puedan
establecerse al ejercicio de la misión coordinadora por parte del Poder
Nacional, aplican únicam ente respecto de las medidas que pretendan
instrum entarse sobre el poder tributario originario de los Estados y
Municipios, por cuanto cualquier poder tributario derivado que pueda ser
atribuido a los entes menores (Art. 157), estará sujeto a los términos en los
que le hayan sido asignados por el legislador nacional.
Dentro de la competencia que le reconoce al Poder Nacional el nu
meral 13 del artículo 156 de la Constitución, se destaca la adopción de
m edidas concretas como la definición de principios, parám etros y
limitaciones, especialmente para la determinación de los tipos impositivos
o alícuotas de los tributos estadales y municipales.
En relación con la instrumentación de limitaciones como las señaladas,
en nuestra opinión, con carácter enunciativo por el numeral 13 del artículo
156 de la Constitución, se plantea la interrogante de si las mismas pueden
traducirse en medidas irrestrictas o no; es decir, si podrían traducirse, por
ejemplo, en una banda que limitase por arriba y por abajo, las posibilidades
de variar las alícuotas por parte de los entes menores o llegar a establecer
respecto de un mismo tributo de manera uniforme y única, los tipos aplicables
por todos los Estados o Municipios.
84 Ibidem, p. 44.
134 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
88 Ibidem, p. 104.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 141
en vigencia de dicho instrumento, fue emitida por la Sala Plena del Tribu
nal Supremo de Justicia la Resolución N° 2003-0001 de fecha 21 de enero
de 2003, m ediante la cual fueron creados seis (6) nuevos Tribunales
Superiores de lo Contencioso Tributario, que tienen su sede en las ciudades
de Maracaibo, San Cristóbal, Barquisimeto, Barcelona, Valencia y Ciudad
Bolívar. No fue sin embargo, sino hasta el mes de agosto de 2003, cuando
el Máximo Tribunal designó a los jueces temporales a cuyo cargo está la
conducción de los nuevos despachos y la primera semana de septiembre
de ese mismo año, aquella en la que tuvo lugar su instalación.
C on tan im p o rtan te m edida se co n creta una m uestra m ás de
cooperación del Poder Judicial Nacional con los Poderes Estadal y Mu
nicipal, que en lo sucesivo podrán ejercer los derechos derivados de su
condición de sujetos activos de la relación jurídico tributaria, en órganos
jurisdiccionales ubicados más cerca desde el punto de vista geográfico de
sus centros administrativos, en comparación a como ocurría antes de dar
ese paso, en el que tenían que hacerlo únicamente en la ciudad de Caracas.
D e esta manera, se da cumplimiento adicionalmente a los postulados del
artículo 269 constitucional de prom oción de la descentralización
adm inistrativa y jurisdiccional del Poder Judicial, que aunada a lo
dispuesto por el artículo 333 del Código Orgánico Tributario de 2001, van
dirigidos a garantizar la tutela judicial efectiva de las partes y el adecuado
desenvolvimiento de los procesos.
La d escen tralizació n de la ju risd icció n contencioso trib u taria
redundará en descongestión de la labor de los nueve (9) Tribunales
Superiores de lo Contencioso Tributario con sede en Caracas, que tenían
que resolver absolutamente todos los litigios en que se discutía la aplicación
de un tributo, fuera éste nacional, estadal o municipal, independientemente
del domicilio o residencia del contribuyente o responsable, ni del sujeto
activo involucrado. Tal medida contribuirá a dism inuir el costo de los
litigios, en beneficio de los sujetos de la relación jurídico tributaria y en el
cumplimiento de buena parte de los principios inspiradores del sistema
tributario venezolano a que alude el artículo 316 de la Carta Magna.
Las dudas que han surgido en cuanto a la determ inación de la
competencia territorial de los Tribunales Superiores de lo Contencioso
Tributario a raíz de la creación de éstos en las regiones, no han sido pocas,
conformando además una amenaza para la plena consecución del objetivo
que se persigue con la regionalización de esos órganos de administración
de justicia, al menos en lo que respecta a los tribunales regionales.
150 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
94 Suiza, Portugal, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Italia, Francia, Trinidad y Tobago,
República Checa, Noruega, Bélgica, Suecia, México, Indonesia, EE.UU., Barbados,
Dinamarca, España, Canadá, Dinamarca, Cuba y China.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 155
política del Estado, los informes y datos que posean con motivo de sus
funciones, debiendo estos cooperar en tal sentido.
“En el caso del requerimiento de información a funcionarios públicos,
obsérvese que el Código Orgánico Tributario faculta a pedir información
. .en todos los niveles de la organización política del Estado...” por lo que
no escapan de esta posibilidad los funcionarios de alto rango como Ministros,
Gobernadores, Contralor, Fiscal, Procurador, Alcaldes y hasta el propio
Presidente de la República. Entendem os que esta facultad haya sido
separada de la facultad de solicitar información a terceros, por el secreto
y confidencialidad que deben guardar los funcionarios públicos, de las
informaciones que manejen en ejercicio de sus cargos. Así, consideramos
que al funcionario público que se le requiera esta información, tiene la
potestad de indagar ante la Administración el destino de la información
solicitada y si la misma tiene un interés de contenido tributario, a los efectos
de no tener conflicto con las funciones que ejerce al frente de su Despacho
o dependencia.”97
Artículo 139. Esta norma reafirma lo antes señalado, al sostener que
los funcionarios de la Administración Tributaria y las entidades a las que se
refieren los num erales 10 y 11 del artículo 121 del Código Orgánico
Tributario, estarán obligados a guardar reserva en lo concerniente a las
informaciones y datos suministrados por los contribuyentes, responsables
y terceros, así como los obtenidos en uso de sus facultades legales, sin
perjuicio de lo establecido en el artículo 126 de ese Código.
“El requerimiento de información a terceros tenía ciertas limitaciones
en el Código Orgánico Tributario de 1994. Así, estaba lim itada esta
facultad, en el caso de los ministros de cualquier culto, las personas que
por su profesión u oficio debían guardar secreto profesional, a las perso
nas con parentesco de consanguinidad o afinidad con el investigado, y
aquellos cuya declaración implique violar el secreto de correspondencia
ep isto lar o de las com unicaciones en general. E sta lim itación,
sorpresivamente no aparece en el Código Orgánico Tributario - 2001”.9S
vacío que, en la práctica se ha venido registrando; por una parte, por las
trabas e ineficiencias que ha reportado el Fondo Intergubemamental para
la D escentralización (F ID E S ) de cuyos recursos 45% va dirigido
precisamente a cumplir este cometido de solidaridad interterritorial, al
ser distribuido entre sus destinatarios sobre la base de un índice de
Pobreza; y por la otra, en virtud del inadecuado y poco coordinado criterio
de reparto del Situado Constitucional y de las Asignaciones Económicas
Especiales que, en cierta medida, cumplen también con este propósito.
E.2.1. Situado Constitucional
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no registró
ningún tipo de avance, en cuanto a la instrum entación del Situado
Constitucional como transferencia dirigida a cumplir fines de solidaridad
interterritorial.
Una de las disposiciones de interés en m ateria de Situado en la
Constitución de 1999 la constituye el numeral 5 del artículo 167, según el
cual en caso de dictarse leyes nacionales que creen o transfieran ramos
tributarios a favor de los Estados, podrán a su vez modificarse los ramos
de ingresos constitucionalm ente reconocidos, todo ello con el fin de
preservar la equidad interterritorial. En el caso del Situado, tal disminución
no podrá llevarlo a un monto inferior a 15% del ingreso ordinario estimado,
para lo cual se tendrá en cuenta la situación y sostenibilidad financiera de
la H acienda Pública Nacional, sin menoscabo de la capacidad de las
administraciones estadales para atender adecuadamente los servicios de
su competencia.
A la luz de lo anterior y con fines solamente referenciales es importante
traer a colación el caso colombiano, en el que la figura del Situado
Constitucional se denomina “Situado Fiscal”, concebido también como
un porcentaje de los ingresos corrientes de la Nación cedido a^os
departamentos, el distrito capital y los distritos especiales de Cartagena y
Santa Marta, para la atención directa, o a través de los municipios, de los
servicios que se les asignen.
Los recursos del “Situado Fiscal” se destinan a financiar la educación
preescolar, primaria, secundaria y media, y la salud, en los niveles que la
ley señale, con especial atención a los niños.
El “Situado Fiscal” de acuerdo con el artículos 356 de la Constitución
Colombiana, aumentará anualmente hasta llegar a un porcentaje de los
174 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r j a s
“El control asignado a esta Sala tiene que ver con la verificación pre
via de la constitucionalidad del carácter orgánico de la ley (control objetivo
estatal), independientemente del órgano (sujeto) que emita el acto estatal,
siem pre que esté constitucionalmente habilitado para ello (Asamblea
Nacional o P residente de la R epública en virtud de la habilitación
legislativa).”
Al respecto ha sostenido Alian B r e w e r - C a r í a s que: “El mismo
razonamiento debe aplicarse respecto de la obligación de consulta pública
de los proyectos de ley como garantía del derecho constitucional a la
participación política: independientem ente del órgano que dicte la ley
(Asamblea Nacional o Presidente de la República en virtud de la habilitación
legislativa), la obligación de consulta pública es ineludible pues es parte
integrante del procedimiento constitucional para la formación de las leyes.
En consecuencia, la delegación legislativa al Presidente de la República
no puede configurarse como un mecanismo para eludir el cumplimiento
de esta obligación constitucional de consulta en el proceso de elaboración
de los decretos-leyes respectivos, la cual no se elimina por el hecho de la
delegación legislativa.”
Decretos-leyes como los que regulan la aviación civil, los puertos y el
tránsito terrestre, son muestra clara de los casos a los que estamos haciendo
referencia, al resultar evidente su incidencia en los Estados en virtud del
contenido del artículo 164 constitucional, con acuerdo al cual, son
com petencias de esas entidades la conservación, adm inistración y
aprovechamiento de los puertos y aeropuertos de uso comercial; así como
también, de las vías estadales y nacionales terrestres.
En complemento a lo anterior destacamos lo dispuesto por la Ley
Orgánica de Administración Pública que, si bien fue promulgada con
posterioridad al dictado de varios de los decretos leyes con incidencia en
la llamada descentralización fiscal, se encontraba en plena vigencia al
dictarse otros, como es el caso de los que regulan las m aterias de
hidrocarburos, m arina y actividades conexas, com ercio m arítim o,
procedimiento marítimo y la de zonas especiales de desarrollo.
La precitada Ley Orgánica de Administración Pública, publicada en
Gaceta Oficial N° 37.305 de fecha 17 de octubre de 2001, vigente por tanto
para el momento en que el Presidente de la República dictó los decretos-
leyes antes mencionados, contempla en su Título VI “De la Participación
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 185
- Las concesiones que podrán ser otorgadas por los Estados, lo serán
previa autorización del Ministerio de Infraestructura (Art. 109).
A los fines de evaluar el contenido de los aspectos antes citados
comprendidos en el articulado del Decreto con Fuerza de Ley de Tránsito
T errestre, deben ante todo m encionarse las com petencias que la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela atribuye de manera
exclusiva a los Estados en esta materia, contenidas en los numerales 9 y 10
del artículo 164.
La precitada norma establece:
“Es de la competencia exclusiva de los Estados:
(... omissis...)
9. La ejecución, conservación, administración y aprovechamiento
de las vías terrestres estadales.
10. La conservación, administración y aprovechamiento de carreteras
y autopistas nacionales..., en coordinación con el Ejecutivo Nacional ... ”
En relación con la norm a parcialm ente transcrita se observa la
diferencia de trato que recibe el supuesto contenido en el numeral 9, del
regulado por el numeral 10, al sujetarse el ejercicio de la competencia
prevista en este último a la coordinación del Poder Nacional, no habiéndose
hecho lo mismo con respecto al otro.
El artículo 90 del D ecreto-Ley en com ento define como vías de
comunicación nacionales, a las carreteras que atraviesan un Estado y salgan
de sus límites; las que atraviesan el Distrito Metropolitano de Caracas y
salgan de sus límites; los puentes que formen parte de las carreteras antes
indicadas aunque se encuentren dentro de los límites de un Estado, las
autopistas, aunque se encuentren dentro de los límites de un Estado; las
incluidas en los acuerdos internacionales celebrados por la República; las
que sirven de acceso a otros modos de transporte y las de conexión nacional
e internacional y las que además de servir al tráfico local o estadal, sirven
al tráfico nacional o internacional.
Por su parte, el artículo 91 concibe a las vías estadales como la red vial
dentro de cada Estado, con exclusión de las vías de com unicación
nacionales que se encuentren en dicha entidad.
No obstante la clara distinción entre una categoría y otra, así como a
los términos en que fueron atribuidas constitucionalmente competencias
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V e n e z u e l a 205
114 Dicho equipo estuvo conformado adicionalmente por los Economistas Francisco Rodríguez,
Armando Barrios y Javier Denis, entre otros.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V e n e z u e l a 217
B.6.1.2. Subjetivo
Además de los E stados, en su condición de entidades político-
territoriales, luce conveniente que la ley sea aplicable, dependiendo de
las materias que termine tratando, respecto de sus entes descentralizados
funcionalmente.
236 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
nuevam ente salte a la vista, siendo éste el carácter mínimo que debe
serle atribuido.
La diversidad de instrumentos legales a ser dictados por la Asamblea
Nacional, así como los decretos-leyes que emanaron de la Ley Habilitante
de 2000, y otros ya vigentes, como las Leyes del FIDES y de Asignaciones
Económicas Especiales, obligan a que la Ley Orgánica de H acienda
Pública Estadal, en su carácter de ley general, mantenga la hegemonía
en esta materia, convirtiéndose en el punto de referencia con base en la
cual las demás habrán de operar.
Dada la incidencia que tendrá la ley en comento sobre los Estados, de
conformidad con el artículo 206 de la Constitución, éstos fueron consultados
por la Asamblea Nacional a través de sus Consejos Legislativos, y por medio
de éstos a la sociedad civil y demás instituciones de los Estados, consulta
esta de la cual se recibieron numerosos y muy valiosos comentarios.
B.6.3. Estructura y contenido
B.6.3.1. Consideraciones generales
El balance que puede hacerse con respecto al contenido de la Ley
sancionada el 11 de marzo de 2004, no es otro que el de un tímido esfuerzo
po r crear m ecanism os que v erd ad eram en te p ro fu n d icen la
descentralización fiscal y contribuyan efectivamente al desarrollo de las
Haciendas Públicas Estadales.
La diversidad de opciones que ofrece la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, pareciera no haber sido aprovechada por el
Legislador, limitándose de una m anera muy superficial y sim plista a
contemplar en prim er lugar, algunas medidas de armonización respecto
de los tributos de asignación constitucional; en segundo lugar, a asignar
mediante ley las llamadas Contribuciones Especiales, un Impuesto a las
Ventas Minoristas, un Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados, y un Impuesto a la exploración y explotación de
m inerales no metálicos no reservados por la C onstitución al Poder
Nacional, salinas y ostrales de perlas y, finalmente, a contem plar dos
participaciones en la recaudación nacional con respecto al impuesto sobre
la renta a las personas naturales y del impuesto al consumo de combus
tibles derivados de hidrocarburos.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 239
obligaciones trib u ta ria s.”131 Los entes m enores, solam ente podrán
encargarse de gestionar el tributo y, eventualmente, de ejercer funciones
reglamentarias dentro de los límites establecidos por la ley de transferencia;
así como tam bién constituirse en acreedores del trib u to . A ellos
corresponderá la gestión del tributo, es decir, su liquidación y recaudación.
Dentro de esta modalidad se destacan:
- Tributos de Rendimiento Cedidos
Para el análisis de la figura de los tributos de rendimiento cedido, nos
remitiremos a la experiencia española, dentro de la cual ha de partirse de lo
contemplado en el artículo 10 de la Ley Orgánica de Financiación de las
Comunidades Autónomas (LOFCA) del 22 de septiembre de 1980, en el que
se les concibe como aquellos que son establecidos y regulados por el Estado,
correspondiendo el producto de su recaudación a las Comunidades Autónomas.
Más descriptiva que la definición que trae la LOFCA, es la dada por los
Profesores Calero, E scribano y Ramírez, quienes entienden que puede
calificarse como un tributo cedido a “aquél cuyo establecim iento y
regulación corresponde al Estado, y en relación con el cual éste delega en
las Comunidades Autónomas el ejercicio de la función tributaria con las
limitaciones que se establecen por el propio Estado, atribuyéndose a las
Comunidades Autónomas el rendim iento obtenido por el mismo en su
territorio.”
La cesión de impuestos a las Comunidades Autónomas, como bien lo
ha explicado el profesor Laserte y como parece derivarse del contenido
del numeral 2 del artículo 156 de la Constitución Española, no trae como
consecuencia el reconocimiento a estos entes territoriales de un estricto
poder de imposición, sino de delegación de competencias, de órdenes de
gestión y resolución de conflictos que constituyen su potestad de exigirlos.
La titularidad de los impuestos cedidos sigue correspondiendo al Estado.
Bajo este esquema de los tributos de rendimiento cedido, los Estados se
limitarían, en principio, a gestionar unas figuras cuya normativa básica,
desarrollos reglamentarios e incluso normas de gestión, estarían establecidos
por la Administración Central, correspondiéndoles sin embargo, su gestión
y recaudación.
La cesión de los tributos puede hacerse total o parcialmente, según se
ceda la recaudación correspondiente a la totalidad de los hechos
imponibles del tributo o solamente alguno o algunos de ellos.
250 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
- M edidas de coordinación:
- En todo lo relativo a los procedimientos administrativos de gestión
de los tributos; el régimen de sanciones y los modos de extinción de
las obligaciones tributarias deben haber limitaciones al ejercicio de la
competencia por parte del Poder Estadal, pudiendo quedar estas
sujetas al Código Orgánico Tributario, que es la ley que debe
regularlas.
- Debe quedar clara la sujeción de los tributos asignados a lo dispuesto
en los Tratados Internacionales para Evitar la Doble Tributación.
- En caso de que la asignación se traduzca en competencias normativas
para los Estados, éstas siempre deberán ajustarse y supeditarse a lo
dispuesto por la ley nacional.
- En lo que respecta a la evacuación de consultas por parte de la
Administración Tributaria con respecto a la interpretación de la
legislación tributaria, las competencias de inspección y fiscalización,
así como en lo relativo a los recursos administrativos que pueden ser
interpuestos por los sujetos pasivos de la relación jurídica-tributaria,
según el tipo de delegación de que haya sido objeto el tributo, debe
quedar en manos del ente delegante o del delegado.
- Principio de la Unidad del Tesoro
C uando nos m ovem os en varios niveles de H acienda, com o
habitualmente sucede, uno de los tantos aspectos que habrá que resolver
en lo que respecta a la asignación a los Estados de recursos de origen
tributario nacional, es el relativo a la coexistencia de la figura a ser adoptada
con el Principio de la Unidad del Tesoro.
D e acuerdo con este Principio, los ingresos de cada nivel de Hacienda
deben entrar a formar parte de un tesoro único, sin posibilidad de ser
afectados a gastos específicos, salvo en el caso de la República y por aplicación
supletoria a los entes menores, de los supuestos de excepción previstos en
el artículo 34 de la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector
Público, en la Constitución o que se establezcan en otras leyes con
fundamento en ésta.
E n nuestra opinión, si bien es cierto que el poder tributario permanece
en cabeza de la República, en casos como los de los tributos cedidos o
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V e n e z u e l a 259
137 Ver Revista de Derecho Tributario N° 66, órgano divulgativo de la AVDT, Caracas 1995.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l en V e n e z u e l a 263
139 C a b a n el la s , Guillermo. Diccionario de Derecho Usual. Tomo III. Buenos Aires. 1954. p. 56.
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 265
por mandato del ordenamiento jurídico; así como por la utilización privativa
o el aprovecham iento especial del dominio público aunque como ya
señalamos, existen casos de excepción, por cierto de dudosa calificación
dentro de este instituto, en los que se exige el tributo en situaciones
totalmente ajenas a una actuación del ente exactor.
A.2.2. Antecedentes y orígenes
El origen del timbre fiscal está asociado a la creación del gravamen a la
circulación de riquezas, trátese ésta de actos de circulación de capital o de
transferencias de propiedades o de otros valores, a título oneroso o gratuito,
o bien de intercambio de mercaderías o de prestación de servicios.
Los impuestos a la circulación de riquezas se ubican en tiempos muy
remotos, soliéndose mencionar que fueron aplicados en la antigua Roma
en época de Justiniano, así como en Holanda en el año 1624 como resultado
de un concurso para lograr un tributo productivo, de recolección fácil y
poco vejatorio para los ciudadanos.
Como destaca H éctor V illegas , tal "... invención consistió en exigir
que todos los contratos y docum entos d e cualquier naturaleza se
extendieran en papel sellado que el fisco vendería por una módica suma.
Con posterioridad se admitió como forma alternativa el uso de papel común
provisto de estampillas o sellos pegados al documento y anulados por el
fisco o por el propio contribuyente. Una ulterior evolución del tributo
llevó a discriminar el contenido de los instrumentos a los efectos de hacer
variar la medida del gravamen según la naturaleza del documento.”140
La introducción fiscal del papel sellado en España y posesiones, se
realizó por pragmática de Felipe IV dada el 15 de diciembre de 1636, e
inserta en la Ley Prim era del Título XXIV del Libro X de la Novena
Recopilación. Aunque el fundam ento rentístico era fundam ental, y la
m edida se justificaba así por la finalidad de atender las necesidades del
reino, se quería velar además por la estabilidad de los documentos públicos
y privados, evitar los fraudes y suplantaciones posibles en el uso del papel
común.
- Factores de conexión
D e haberse limitado el hecho imponible del tributo a los servicios
prestados y actividades realizadas por los Estados, la manera más sencilla
para evitar confusiones en cuanto a la determinación del sujeto activo de la
relación jurídico-tributaria, hubiera sido la selección como factor de conexión
del tributo, el de la ubicación de la entidad prestadora.
En vista de que lo anterior no fue la línea seguida por la Ley Orgánica
de Hacienda Pública Estadal, esta Ley, en su artículo 34, tuvo que diseñar
el catálogo de escenarios, que de seguida transcribimos:
1. En el caso de servicios prestados por el Estado, trámites y licencias
gestionadas ante éste, por la entidad prestadora.
2. En caso de servicios prestados por la República, y hasta tanto se
dicte la legislación sobre tributos generados por actividades de
supervisión, registro y servicios o actividades similares prestadas
por órganos del Poder N acional, por aquel E stado en cuya
jurisdicción la oficina de la administración pública de que se trate
tenga competencia. Si la oficina tiene competencia en más de un
Estado, por aquél en el que tendrá lugar la realización de la actividad
que ha sido autorizada, y en caso de que se trate de un supuesto
distinto, por el Estado en el que se encuentre ubicada la Oficina.
3. En caso de emisión de pagarés y letras de cambio por parte de
instituciones financieras y bancarias, por el Estado en el que se
encuentre el domicilio fiscal del librado o prestatario.
4. En el caso de la prestación de servicios profesionales al sector
público, por el Estado que los percibe o al que pertenece el órgano
descentralizado funcionalmente que haya contratado el servicio,
cuando sea el caso.
- Base Im ponible y Alícuotas
En los casos en los que el Timbre Fiscal tenga la naturaleza jurídica de
una tasa, la base imponible y las alícuotas seleccionadas, deben siempre
reunir las características que se corresponden a esa categoría de tributo.
La Ley Orgánica de Hacienda Pública Estadal deja en manos de cada
Estado la definición de la base imponible y alícuotas de este tributo, aun
290 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
para que no ocurra una desfiguración de la tasa, el valor por tal concepto
a ser cobrado, debe guardar una razonable equivalencia con el servicio.
En lo que respecta a las tasas, Villegas señala que por ser un tributo
vinculado, su hipótesis de incidencia es una determinada actividad estatal
susceptible de ser individualizada, relativamente, a determinada persona.
De ahí porqué la fijación del monto no puede tomar en cuenta circunstancias
inherentes a la persona o a los bienes del obligado, sino sólo circunstancias
atinentes a la actividad vinculante en sí misma, por ser ella, y no otra
cosa, la hipótesis de incidencia de la obligación correspondiente a las
tasas. Por el contrario, en el caso de los impuestos tal base de medición se
conecta con una situación relativa al sujeto pasivo, a sus bienes o a sus
actividades.
- Para algunos es necesario que el producto de la tasa vaya dirigido al
financiamiento del servicio por el cual es cobrada. Sin embargo, esta
concepción continúa siendo resistida por gran parte de la moderna doctrina,
para quien el destino de lo recaudado es una cuestión de naturaleza
administrativa o presupuestaria totalmente ajena a la conceptualización del tributo.
La relación tributaria se agota con la obtención de los recursos por el Estado.
Visto lo anterior, procederemos a determinar la naturaleza del llamado
tributo de “Timbre Fiscal” o mejor dicho pagado a través de especies fiscales
y muy excepcionalmente en forma directa y principal a través de dinero
en efectivo, tanto a la luz de la Constitución de 1961 como la de 1999.
A.2.3.3.2. Bajo la vigencia de la Constitución de 1961
- Decreto-Ley de Timbre Fiscal
En el territorio nacional y en lo que respecta al papel sellado, Humberto
R o m e r o -M u ci señaló, refiriéndose al régim en im perante antes de la
entrada en vigencia de la LODDT de 1989 que, “la ley creadora del tributo
vincula la utilización del efecto timbrado al pago de la tasa que se genera
con ocasión a la docum entación escrita de ciertos actos previstos
normativamente, realizados por una administración pública o emanados
de particulares y los cuales deben extenderse en el mismo papel. El sujeto
pasivo en calidad de contribuyente, suele ser el beneficiario del acto
gravado extendido en papel sellado. En principio, el tributo participa de
la naturaleza de una tasa, pues el hecho im ponible correspondiente
constituye precisamente la prestación de un servicio público o la realización
D e s c e n t r a l iz a c ió n F is c a l E s t a d a l e n V e n e z u e l a 297
1 54K a pl a n , Hugo. Impuesto al Consumo. Tratado de Tributación. Tomo II. Política y economía
tributaria. Volumen 1. Astrea. Buenos Aires 2204, p. 309.
304 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
que el único beneficio tangible es el aumento de valor del bien y por ello
sólo se grava al propietario?”159
- Base Imponible: La base para el cálculo de las cuotas a repartir por
concepto de contribución especial está constituida como máximo por 60%
del costo que el Estado soporte por la realización de las obras o por el
establecimiento o ampliación de los servicios pero, en cualquier caso, la
cuota que corresponda sufragar a cada contribuyente no podrá exceder
del 25% del mayor valor que resulte para los bienes de su propiedad o
para su explotación empresarial. El costo en referencia estará integrado,
entre otros, por los siguientes conceptos:
1. El costo de los proyectos, estudios, planes y programas técnicos.
2. El importe de las obras a realizar o de los trabajos de establecimiento
o ampliación de los servicios.
3. El precio de los terrenos que ocupasen permanentemente las obras
o servicios salvo que se trate de bienes de uso público o de terrenos
cedidos gratuitamente al Estado.
4. Las indemnizaciones procedentes por expropiación o derribo de
construcciones, obras, plantaciones o instalaciones, así como las
que correspondan a los arrendatarios de los bienes que hayan de
ser derruidos u ocupados.
5. El interés del capital invertido cuando se haya apelado al crédito
para financiar la totalidad o parte de la obra o de la ampliación o
mejoramiento del servicio.
Al costo total presupuestado, según los parámetros antes señalados, le
reconoce la ley solamente carácter de previsión. Si el costo real llegara a
exceder al previsto, se tomará el primero a efectos del cálculo de las cuotas
tributarias correspondientes.
Parece exagerado someter al tributo a casos en los cuales el aumento
de valor del bien como consecuencia de la obra o beneficio que obtenga
del Estado, exceda de 60%. Un porcentaje de mayor valor, como condición
para el establecimiento del tributo, de hecho no existe en la Ley Orgánica
de Régimen Municipal.
La base imponible de las contribuciones especiales se repartirá entre
los sujetos pasivos beneficiados, teniendo en cuenta la clase y naturaleza
159Ibidem, p. 147.
320 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
parte del impuesto auto liquidado que las personas naturales residentes
en ese Estado hubieran consignado en tal concepto en las respectivas
declaraciones de im puesto sobre la ren ta en la oportunidad que
correspondiera, según lo dispuesto por la Administración Tributaria Nacional,
deducidos de dicha cuota de impuesto estadal auto liquidado los montos
que correspondieran proporcionalmente por rebajas y créditos a que tuviera
derecho el contribuyente.
El impuesto sobre la renta debía ser autoliquidado, declarado y pagado
por el contribuyente, persona natural en los términos establecidos en la
ley nacional, aplicando únicamente el recargo, lo que arrojaría una cantidad
com plem entaria a pagar, reflejada esta en una casilla especialm ente
prevista, para tales efectos, en la planilla de declaración.
Las rebajas por inversión, las cargas familiares y otros conceptos de
similar naturaleza previstos en la ley se imputarían proporcionalmente a
la cuota a pagar a la República y a los Estados.
Las retenciones sólo serían im putables a la porción pagadera a la
República, puesto que sería sumamente complejo que agentes de retención
ubicados a los largo y ancho del país al m om ento de efectuar las
retenciones, tuvieran que tomar en consideración la sobretasa estadal en
función de la residencia del contribuyente, así como también indicar, al
enterar la retención, la porción que correspondía a cada Estado.
Al efectuarse la declaración del impuesto, la planilla presentada al
banco receptor de fondos, perm itía que éste depositara en las cuentas
que correspondiera la cuota parte de la que era beneficiaría la República
y de la que era titular el Estado de que se tratara. D e esta manera, se
evitaría el tener que supeditar el ingreso al tesoro estadal de las cantidades
percibidas por concepto de la sobretasa.
Uno de los aspectos que ameritaba ser regulado en relación a esta
propuesta era el relativo al impacto que tendría el régimen de acreditación
de impuesto sobre la renta pagado en el exterior, con respecto al impuesto
sobre la renta pagado en Venezuela.
VIL CONSIDERACIONES ECONÓMICAS RESPECTO DE LA LEY
ORGÁNICA DE HACIENDA PÚBLICA ESTATAL
A los efectos de abordar el tema indicado en el epígrafe nos basaremos
fundamentalmente en el Informe presentado por la Oficina de Asesoría
336 J u a n C r is t ó b a l C a r m o n a B o r ja s
170 Idem.
171 Ibidem.
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