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INSTITUTO BÍBLICO BAUTISTA “IBARRA”

FACULTAD DE TEOLOGÍA

DOCTRINAS BÍBLICAS II

REACCIÓN CRÍTICA

BACHILLERATO EN TEOLOGÍA

AUTOR: HENRY ISRAEL VARELA


DOCENTE: Pr. SANTIAGO BUSTOS

IBARRA-ECUADOR
AGOSTO 2017
CAPÍTULO 14

La Resurrección

La resurrección de Cristo es una realidad, es uno de los eventos más extraordinarios

de la vida de Jesús registrada en su palabra, como cristianos creemos en la resurrección de

Cristo. La Biblia nos enseña que Cristo es el primogénito de la resurrección en Col. 1:18.

De igual manera creemos lo que dice la Biblia en cuanto a que los cristianos somos

resucitados juntamente con Cristo (Col. 3:1-4; 2:12; Rom.6:4). La Biblia de igual manera

nos enseña en Juan 5:25-30 que cuando Cristo venga por segunda vez, los muertos serán

resucitados y serán juzgados, aquellos que han puesto su fe en Jesucristo resucitan para

vida eterna y reinar juntamente con él en su reino (1 Tes 4:16; Col. 3:4) y los que no han

creído en su muerte y resurrección para ser juzgados, y para el desprecio eterno (Daniel

12:2).

La resurrección de los creyentes será en un cuerpo glorificado, aquellos que han

muerto con Cristo serán resucitados en un cuerpo glorificado y aquellos que todavía viven

serán transformados sus cuerpos a cuerpos glorificados, esto quiere decir que nuestros

cuerpos no sufrirán decadencia y corrupción a las cuales hoy en día estamos sujetos, sino

que serán cuerpos gloriosos, eso quiere decir que no tendrán ningún tipo de deshonra y

como dice Wayne Grudem: “Tendremos, por lo tanto, la fuerza necesaria para hacer todo

lo que deseemos hacer en conformidad con la voluntad de Dios” (Grudem 2005).

Y por último serán cuerpos espirituales, esto quiere decir que serán cuerpos que

estén en armonía y sometidos al espíritu santo (1 Cor. 15). Esta resurrección se dará cuando

Cristo regrese para juzgar a todos (en el fin del mundo).


CAPITULO 15

El juicio final

El juicio final sin duda es algo que acontecerá en los últimos tiempos, toda la

humanidad en su totalidad tendrá que presentarse delante de Dios, después de la

resurrección, para ser juzgados por él como lo muestra el Antiguo Testamento (Dn 7:9-10;

12:2; Salm 98:9) y el Nuevo Testamento(Hb 9:27; 2 Cor 5:10), por lo tanto los creyentes

lo creemos con todo nuestro corazón que ese día llegará.

El Juicio final, que efectuará Cristo se dará en dos direcciones o para dos tipos de

personas; para aquellos que han recibido el regalo de la vida eterna y para aquellos que han

rechazado el regalo de la vida eterna, lo que si es verdad y reitero es que todos, sin

excepción tendrán que comparecer ante nuestro Dios para ser juzgados de acuerdo a como

llevamos nuestra vida en esta tierra (Ec. 12:14;Rom. 14:10).

El juicio para los creyentes no será de la misma manera que para los incrédulos;

para los creyentes será una restauración de todas las cosas; tierra nueva y cielo nuevo. Para

los creyentes Dios dio la promesa de que tiene un lugar, una morada que él fue a preparar

en el cielo para todos aquellos que han creído en él como Señor y Salvador y la cual es

herencia de los creyentes y no solo la morada celestial sino toda la nueva creación(Mt 5:5).

El juicio para los incrédulos será para condenación eterna, serán juzgados por no

creer en el Hijo de Dios y por rechazar su regalo de salvación y por cada cosa realizada en

esta tierra y serán condenados y enviados a un lugar de castigo eterno (Salm 9:27; Mt18:8;

Ap. 21:8), el cual nosotros lo conocemos como infierno, donde habrá solamente dolor,

tormento, angustia, y de igual manera aquellas personas estarán en un estado de conciencia

total y será una condenación eterna.


CAPITULO 16

Triunfo sobre la tentación.

Muchas veces en mi iglesia he charlado con los jóvenes sobre el pecado y ha sido

un tema muchas veces candente, siempre con los colaboradores del ministerio hemos

repetido las palabras “Vivir como Dios quiere que vivamos no es fácil, pero tampoco es

imposible”, ya que la vida del hijo de Dios, de aquel que ha puesto su fe en Jesucristo es

transformada por Cristo y dice la Biblia que somo nuevas criaturas, sin embargo no

podemos dejar de lado nuestra carne, somos pecadores por naturaleza. Nuestra carne está

totalmente corrompida y siempre busca el mal y los placeres de la carne, y antes de conocer

a Cristo somos hijos de ira , esclavos del pecado y vivimos para el pecado, pero cuando

Dios habló y toco nuestros corazones y por su misericordia pudimos creer en Jesucristo

como el único que puede limpiarnos del pecado y sacarnos de la mala vida que llevábamos

por medio de su muerte y su resurrección, Dios cambia nuestra vida por completo, la biblia

dice que somos nuevas criaturas, en 2 Cor. 5:17 dice “De modo que si alguno está en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”, esto quiere decir

que si confiamos en él, Dios quita nuestra vieja naturaleza de pecado, nuestra esclavitud

del pecado y pone en nosotros una nueva naturaleza, siendo libres del pecado y ahora

siendo esclavos o siervos de Cristo, nuestra naturaleza cambia por completo.

En este punto nuestra vida empieza con una constante lucha contra nuestra propia

carne ya que nuestra carne es débil y busca siempre hacer el mal (Gal 5:17), la vieja

naturaleza nos insta a hacer el mal y como humanos siempre vamos a tener esta luchar

hasta que lleguemos al hogar celestial que Dios nos ha prometido, sin embargo Dios nos

ha hecho hombres nuevos que buscamos agradar a Dios y se crea una lucha entre

naturalezas, sin embargo Dios nos da la solución para poder resistir a las tentaciones de la
vieja naturaleza y que podamos vivir de acuerdo a su voluntad, la solución es alimentar a

la nueva naturaleza, mientras más comunión tengamos con nuestro salvador y nos

relacionemos con él a través de su palabra, la oración, la memorización de su palabra, la

meditación, más oportunidades tenemos de vencer a las tentaciones, caso contrario si

satisfacemos nuestra vieja naturaleza alimentándola con cosas carnales, de ninguna manera

podremos tener triunfo sobre la tentación.

Como hijos de Dios es nuestro deber y nuestro compromiso alimentar nuestra nueva

naturaleza cada día y crecer en el conocimiento de su palabra y su voluntad, conociéndole

más a él a través de su palabra para estar llenos de su palabra y poder enfrentar las

tentaciones.
CAPITULO 17

Conducta cristiana

La conducta cristiana es un punto muy crucial en la vida del creyente, muchas veces

hay personas que dicen ser cristianas pero su conducta no muestra la relación que dicen

tener con Cristo, de igual manera como cristianos muchas veces nos hemos enfrentado en

circunstancias en las que nos hemos preguntado: ¿Está bien hacer tal o cual cosa?, ¿Es

correcto hacer esto?, muchas veces son cosas obvias en las cuales Dios rechaza por

completo que lo hagamos, y en otras ocasiones no tenemos en claro este punto, esto se da

por lo general en personas recién nacidas espiritualmente, sin embargo Dios nos ha dado

un patrón e instrucciones de cómo debemos vivir para agradarle a él y llevar una vida de

obediencia, todo está en conocerle más a él y su voluntad que está escrita en la Biblia.

Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y salvador, el Espíritu Santo mora

en nuestros corazones y nos redarguye de pecados y nos guía hacia una manera de vivir,

en experiencia propia cuando hay cosas que no están bien delante de Dios el Espíritu Santo

obra en mi vida y me hace cuestionar si esta correcto lo que estoy haciendo. El punto clave

en esta situación es hacerse preguntas como: ¿Está prohibido por es Señor para los

creyentes de hoy?, ¿Me edifica esto de alguna manera?, ¿Está es la conducta de un hijo de

Dios? O simplemente ¿Jesús lo habría hecho?, son cosas que podemos cuestionarnos al

momento de vivir una de esta situaciones y vuelvo a repetir, el Espíritu Santo hablará a

nuestros corazones y nos mostrará lo correcto.


CAPITULO 18

La vida que vale

“Todos los creyentes son hijos de Dios, pero no todos son sus discípulos” (Bautista

s.f.), es una frase que me llamó mucho la atención, pero que lleva una gran verdad. Para

tener una vida que realmente vale la pena sin ninguna duda es poner mi vida al servicio de

Dios, para que él me use conforme a su voluntad y haga de mi un vaso útil para él.

En las iglesias hay muchos cristianos que no han puesto su vida al servicio de Dios

y su ministerio en la iglesia, solamente son veedores de los ministerios y se vuelven

cristianos de asiento que solamente esperen a que los demás lo hagan. Sin embargo una

vida fructífera en Cristo se ve reflejada cuando una persona creyente tiene la necesidad y

el hambre de servir al Señor, como una muestra de su compromiso con Dios, no como una

ostentación sino como frutos de su vida cristiana, de servicio al Señor (Mt 9:35).

Jesús dijo a sus discípulos: “Quien quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté,

allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.” Juan 12:26. El servir

al Señor es un privilegio, para servir al Señor hay que hacerlo de todo corazón y esto tiene

un costo, y es poner de lado las cosas que a mí me hacen sentir bien, mi confort, auto

negarse y en ocasiones ser mal vistos por las personas del mundo para servir al Señor, esto

no es fácil pero cuando hay un verdadero compromiso con Dios, Dios pone en nosotros el

deseo de servirle, de hacer un compromiso de entregar nuestra vida para el servicio de su

obra y esto al igual que tiene costos, también trae bendiciones para el Cristiano, vives una

vida que le agrada al Señor, reconocemos que estamos aquí en la tierra con el único

propósito de servirle al Señor ya que él lo ha dado todo por nosotros y lo más gratificante

que podemos hacer es poner nuestra vida a su servicio y sin dudas trae muchas bendiciones

para la vida del cristiano, “Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e
inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en

el Señor no es en vano” 1 Cor. 15:58.

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