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Halo
[19 poetas nacidos en los 90]
J · C · Sáez Editor
Halo [19 poetas nacidos en los 90]
Para Alo G.H.
[5]
Lluvia o temblor
1
Lange, Francisca. Diecinueve (poetas chilenos de los noventa): Santiago: J.C.
Sáez editor, 2006.
2
Eguiluz, Luisa. Las Últimas Noticias, 27 de mayo, 2014.
[7]
Esta sentencia es muy clara en mucha de esta poesía,
pero sobre todo en algunos autores de entre ellos que ac-
tualmente se han dedicado a la narrativa como Alejandro
Zambra o Leonardo Sanhueza vitalizando y visibilizando
un corpus principalmente de novelas al que se ha llamado
“literatura de los hijos”, nombre de uno de los capítulos
de Formas de volver a casa3 del propio Zambra. En el artí-
culo “Nosotros, los culpables”4, Lorena Amaro analiza del
mismo autor, Mis documentos5, pero regresa a la anterior y
abre un panorama para llamar la atención de que ya desde
comienzos del nuevo siglo, e incluso un poco antes, existían
obras narrativas con ese registro tal como En voz baja6 de
Alejandra Costamagna o Mapocho7 de Nona Fernández, aun-
que se olvida, por ejemplo, Memorias prematuras8 de Rafael
Gumucio. La académica agrega:
3
Zambra, Alejandro. Formas de volver a casa: Barcelona: Anagrama, 2011.
4
Amaro, Lorena. “Nosotros, los culpables”. Revista virtual 60 watts, 9
de enero, 2014.
5
Zambra, Alejandro. Mis documentos: Barcelona: Anagrama, 2013.
6
Costamagna, Alejandra. En voz baja: Santiago: LOM, 1996.
7
Fernández, Nona. Mapocho: Santiago: Planeta, 2002.
8
Gumucio, Rafael. Memorias prematuras: Santiago: Sudamericana, 1999.
[8]
pudieran combatirla realmente. Como estudiantes secunda-
9
Jeftanovic, Andrea. Hablan los hijos: Discursos y estéticas de la perspectiva
infantil en la literatura contemporánea: Santiago: Cuarto Propio, 2011.
10
Contardo, Óscar. Volver a los 17: Recuerdos de una generación en dictadura:
Santiago: Planeta, 2013.
11
Contardo, Óscar. La Tercera, 31 de agosto, 2013.
[9]
Creo que ninguno de los autores extrañamos esa época. Ese
pasado de la infancia es un lugar que uno recurre para enten-
derse uno mismo. Aunque creo que hay un hilo conductor en
los relatos, que es el sentimiento del miedo.
Las preguntas que uno se puede hacer hoy es por los sig-
nificados que subyacen a ser niño en dictadura, a su inocen-
cia política, a su no-compromiso, a su irresponsabilidad ob-
via con respecto a los juicios que se han hecho con el pasar
de las décadas, a favor y en contra. Lo mismo sucede con
la espectacularización mediática que significó el boom de la
televisión y los medios en general a modo de correlato de la
economía del ‘milagro chileno’, la publicidad como disten-
sión de la lucha social y la sorprendentemente rápida subyu-
gación a la dictadura neoliberal de los que anteriormente se
habían reconocido como “pueblo”. ¿Qué hay de esa intoca-
bilidad en los ya adultos que vuelven a este lugar? ¿Cómo leer
dicho candor?, en el caso que lo fuera. A diferencia de estos
autores por ejemplo, Alberto Fuguet escribió y concluyó un
par de libros en dictadura que se publicarían poco tiempo
después del Plebiscito. Allí no es el niño el protagonista sino
el que media entre el adolescente y el adulto joven, aquel que
ya es punible de infringir la ley con el crimen, el consumo
de drogas o el robo a mano armada, pero que sobre todo
es consciente, como producto y síntoma de este cruce entre
mercado y medios. Algo que la gran mayoría de escritores y
artistas tanto a fines de los setenta como en los ochenta no
percibieron ni menos visualizaron en sus obras.
Si Amaro hablaba de una culpa y Contardo de un miedo
son justamente esos los principales efectos del éxito de la
Revolución de derecha que comenzó con Pinochet y que se
ha mantenido intacta en sus fundamentos a lo largo de cua-
tro décadas hasta el día de hoy. El Plebiscito es el hito que
marca la transición o también llamada postdictadura, que no
es más que el fin de la posibilidad de la vía armada en aras
de devolverle al Estado su poder mediante el reforzamiento
[ 10 ]
de sus instituciones, eso sí, sin tocar a los involucrados mi-
[ 11 ]
bros de los poetas jóvenes, o las antologías que los incluyen,
son siempre obras en proceso y que la mayoría quedará en el
camino. Ese tipo de aseveraciones no se puede entender el
día de hoy más que con una teoría de hace ciento cincuenta
años que se llama darwinismo.
Un poema está consolidado de manera cabal o simple-
mente no es un poema. Toda la literatura reside en un cons-
tante proceso, abierto, rizomático, nómade, lo cual quizá sea
lo único interesante como fenómeno a lo largo de la civi-
lización, y por cierto, es lo que la mantiene unida a la vida
misma. Con respecto a la selección natural y el tentativo éxi-
to de ciertos autores y obras es evidente de que depende
de múltiples factores, demasiados. La mayoría de ellos son
prejuicios, autoridades intelectuales poco generosas o espa-
cios de caución que nada tienen que ver con el talento, pero
de entre todos éstos los menos importantes son justamente
los propios críticos, editores o académicos. La lista de errores
garrafales, asesinatos literarios e historias infames es lamen-
tablemente larga tanto en Chile como en el extranjero. Basta
recordar la carta del editor Marc Humblot a Proust cuando
este le mandó el manuscrito de En busca del tiempo perdido que,
entre otras cosas, dice: “Por más que me devano los sesos
no acierto a ver por qué alguien necesita treinta página para
describir cuántas vueltas da en la cama antes de dormir”12.
12
Bertolo, Constantino. El ojo crítico. Barcelona: Ediciones B, 1990. Vale
recordar que también André Gide como parte de la “Nouvelle Revue
Française” y asesor de Gallimard rechazó la novela y en carta a Proust le
comenta: Haber rechazado este libro quedará para siempre como el más
grave error de la ‘’NFR’’, y (como tengo la vergüenza de ser en gran parte
el responsable de esto) una de las tristezas, de los remordimientos más do-
lorosos de mi vida (…) Y ahora no me basta con amar este libro, percibo
que siento por él y por usted mismo una especie de afecto, de admiración,
de predilección singulares. No puedo seguir... Tengo demasiados remordi-
mientos, demasiados dolores. No me lo perdonaré jamás. (Cartas a André
Gide. Buenos Aires: Perfil Libros, 1999).
[ 12 ]
Es este Halo un libro con espacio y luz suficiente para
[ 13 ]
de juventud en su cruce con la poesía misma, por eso es que
mediante un breve panorama de trabajos compilatorios de
poetas jóvenes chilenos aparecidas en el transcurso de dos
décadas quiero discutir dichas nociones y llevarlas hacia una
zona más bien de pliegues que de genealogías.
El año 1994 parece ser una fecha particularmente llamati-
va en lo que se refiera a la publicación de antologías a lo largo
de todo Chile. Yanko González aparece relacionado con dos
de ellas en nuestro sur. Una es en Voz sero13, libro que recopi-
la material del taller que dirigió en la ciudad de Valdivia. Allí
se selecciona a Mauricio Gómez, Gloria Santana, Cristian
Ahumada, Claudia Serrano, Anthony Díaz y Víctor Palacios.
La otra es la antología Jóvenes poetas de La Unión14 que lo tuvo
a él y a Claudio Cárcamo como encargados de la muestra.
En el prólogo de Voz sero, Yanko se pregunta in situ como
referirse a la emergencia de la producción juvenil en materia
del arte sin analizar el fenómeno como problema ni menos
como identidad fija y halla una respuesta en la sociabilidad
horizontal, en la comunidad creativa, cooperativa y pulsional
del taller.
13
González, Yanko. Voz sero: antología poesía joven: Valdivia: Barba de Palo,
1994.
14
González, Yanko; Claudio Cárcamo. Jóvenes poetas de La Unión : antología:
Valdivia: Corporación de Promoción Social de Valdivia, 1994
[ 14 ]
También del año 1994 son otras iniciativas en su mayor
15
Navarro, Nelson; José Teiguel. Primeras cosechas: segunda antología poesía
escolar: Puerto Montt: Ediciones Polígono, 1994.
16
VVAA. Primeras juegos literarios 1994: Puerto Montt: I. Municipalidad de
Puerto Montt, 1994.
17
Colipan, Bernardo; Jorge Velázquez. Zonas de emergencia : poesía-crítica
poetas jóvenes de la X región: Valdivia: Paginadura ediciones, 1994
18
Cárcamo, Luis Ernesto; Óscar Galindo. Ciudad Poética Post: Santiago:
INJ, 1992.
[ 15 ]
prefirieron hablar de de “recorrido sobre cierto paisaje de
signos” debido al carácter eminentemente urbano y “posmo-
derno” de sus poéticas. Agrega Cárcamo:
19
Baier, Carlos; Cristian Basso. 22 voces de la novísima poesía chilena: Santia-
go: Tiempo Nuevo, 1994.
[ 16 ]
formas clásicas, ya sancionadas por la tradición, si no es que ya
20
Pérez, Floridor et al. Poesía chilena para el siglo XXI: 25 poetas, 25 años:
Santiago: DIBAM, 1996.
21
Valdebenito, César et al. Poetas chilenos jóvenes, antología: Concepción:
LAR, 1998.
[ 17 ]
El año 1999 también pareciera ser un año intenso no sólo
en cuanto a la aparición de antologías de poetas jóvenes, sino
de eventos como el Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes
“La angustia de las influencias: los poetas leen a los poetas”,
que tuvo lugar en la Universidad de Chile entre los días 22
y 24 de septiembre, organizado por Alejandra del Río, Ve-
rónica Jiménez y Javier Bello con financiamiento del Con-
sejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura. De ma-
nera paralela, Paula Ilabaca y quien escribe organizaban en
la Universidad Católica, de manera autogestionada, el ciclo
“Flor de Lepras” que reunía a autores que no sobrepasaban
la veintena de años con poetas principalmente de los ochenta
como Carmen Berenguer, Soledad Fariña, Elvira Hernández,
Verónica Zondek, Eugenia Brito o que habíamos conocido
en algunas de las antologías anteriormente nombradas como
Sergio Parra o Malú Urriola. Aquí se me perdonará la digre-
sión, pero de algún modo al leer ese corpus vivo sentíamos
que nuestras búsquedas estaban más cercas a esos autores
que a los de la propia década que llegaba a su fin. Las nuevas
voces que ya comenzaban a perfilarse para el nuevo siglo ge-
neraban un corte a la poesía que se produjo en la transición,
tensión que se mantiene aún en la actualidad y que ha hecho
correr bastante tinta y pixeles.
Decíamos de la vigorosidad de aquel 1999. Tres antolo-
gías aparecieron ese año: Vivos pero desdoblados22, a cargo de
Matías Ayala y Cristóbal Joannon, que recoge el trabajo, a
parte de ellos mismos, de Andrés Anwandter, Jaime Bristilo,
Héctor Figueroa, David Preiss, Matías Rivas y Rafael Rubio.
La edición cuenta con el apoyo financiero de la FEUC y el
auspicio de la municipalidad de Vitacura mediante un fondo
concursable. Genetrix23 fue otra de dicho año que también
estaba financiada con un fondo concursable de la misma mu-
nicipalidad. Acá aparece un grupo de poetas ligados a la Uni-
22
VVAA. Vivos pero desdoblados: Antología de poesía joven: Santiago: Editorial
ediciones, 1999.
23
VVAA. Genetrix: Antología de poesía joven: Santiago: Endecaedro, 1999.
[ 18 ]
versidad Católica y al taller de Samir Nazal. Nos referimos a
[ 19 ]
pero convengamos que ni Chandía, ni Formoso, ni Meléndez
aportan novedad a la antología, y que su trabajo está muy por
debajo de la poesía, por ejemplo, de Juan Herrera (que además
era el único penquista en la selección original).
26
Carrasco, Germán. Al Tiro, antología: Panorama de la nueva poesía chilena:
Baía Blanca: VOX, 2001.
27
Fernández, Patricio. Los nenes: Barcelona: Anagrama, 2008.
28
González, Yanko; Pedro Araya. Carne Fresca: poesía chilena reciente: Ciudad
de México: Desierto, 2002.
29
Costamagna, Alejandra (Manuela Román). Las Últimas Noticias, 21 de
abril, 2002.
30
Zurita, Raúl. Cantares: nuevas voces de la poesía chilena: Santiago: LOM,
2004.
[ 20 ]
tención con las de los noventa, lo cual divide las opiniones de
31
Lange, Francisca. Diecinueve (poetas chilenos de los noventa): Santiago: J.C.
Sáez editor, 2006.
32
Careaga, Roberto. La Tercera: 4 de noviembre, 2006.
[ 21 ]
Hace poco tiempo apareció en Proyecto Patrimonio el artí-
culo “Los hijos de Pinochet o la poesía líquida de los 90” de
Omar Cid. En él se hace una descarnada crítica:
33
Rojas Pachas, Daniel. Un poema será siempre nada más que un poema: antolo-
gía de jóvenes poetas del norte chileno: Cinosargo ediciones/ Groenlandia, 2010.
Virtual.
[ 22 ]
con Jodorowsky encontraron un reconocimiento válido en
34
Saldaña Paris, Daniel. Doce en punto: poesía chilena reciente (1971-1982):
Ciudad de México: UNAM, 2012.
[ 23 ]
lo que aquí se propone y es por donde quise ir al hacer una
de las últimas muestras de poesía chilena escrita por jóvenes.
Me refiero al libro que se me encargó para la editorial guate-
malteca Catafixia en una colección donde trece poetas de di-
versos países harían lo mismo en los suyos, por ejemplo Er-
nesto Carrión en Ecuador, Manuel Barrios en Uruguay, etc.
La llamé Réplica35, pues había hecho una hace algunos años
con el nombre de Terremoto36, y la condición era el número
de poetas incluidos además de un corte epocal determinado.
De este modo emprendí el libro que abre con Antonio Silva
(1970-2012) e incluye a Morales Monterríos, Germán Ca-
rrasco, Yanko González, Rodrigo Gómez, Gustavo Barrera
Calderón, Pedro Montealegre, Paula Ilabaca Núñez, Felipe
Ruiz, Arnaldo Enrique Donoso, Diego Ramírez Gajardo,
Pablo Paredes, Roxana Miranda Rupailaf y Felipe Becerra,
éste último parte del colectivo La Faunita que aún tiene mu-
cho que decir junto a otros como Camilo Herrera, Sebastián
Baeza o Andrés González.
Para finalizar, como se verá el gesto fratricida que ha sido
parte de nuestra continuidad literaria nacional puede tener
un giro más bien creativo. Leer hacia atrás con nuevos ojos
y desterritorializar los sedimentos líricos y las placas semán-
ticas con el fin de reconocer los pliegues de las obras y sus
fugas sin culpa, ni miedo ni odio. En sí, las antologías, mues-
tras, selecciones o como se les quiera llamar han sido parte
importante de nuestro paisaje poético. Se visibilizan autores,
se evidencian intenciones, se confrontan y se critica, lo cual
ha sido así desde la Selva lírica que por lo demás está pronta
a cumplir su centenario. Por ende, ninguna antología es rup-
turista en ese sentido, ni menos de quiebre, pero lo hermoso
de todo esto es que su coeficiente de ruptura siempre tendrá
que ver con los que quedaron fuera y no adentro. Eso las
35
Hernández Montecinos, Héctor. Réplica: poesía chilena contemporánea
(1970-1985). Ciudad de Guatemala: Catafixia, 2012.
36
Hernández Montecinos, Héctor. Terremoto. Asunción: Felicita cartone-
ra, 2008.
[ 24 ]
deja abiertas para siempre para que alguien las continúe a tra-
[ 25 ]
en esta década sobre los jóvenes y estudiantes. Las sospechas
son innegables tanto en el ámbito social en cuanto a las iden-
tidades o al Estado y en el literario que ha querido frenar la
velocidad de entrada de estos muchachos y muchachas salvo
por instancias casi excepcionales como los talleres de Balma-
ceda Arte Joven donde gran parte de ellos, como nosotros,
tuvo una primera formación o en menor grado en los de la
Fundación Neruda.
Al pensar en la relación entre juventud y poesía volvemos
en primer lugar, y ya casi como un clisé, a Rimbaud, aquel
niño genio que pintó las vocales y describió el infierno antes
de la mayoría de edad. Quizá sea el ejemplo más concreto de
una metáfora arriesgada que piensa a la misma poesía como
un agenciamiento siempre jovial, eterna constante de la pri-
mera vez de la belleza. Tanto así que lo joven pareciera ser
un subgénero dentro de la poesía moderna y las antologías
retomar ese espíritu rimbaudiano en su gesto abrupto, precipi-
tado y temerario. En los estudios literarios chilenos aún da la
sensación que lo joven connota inmadurez o apresuraminento
en ser parte de un canon que la academia cuida celosamente.
Allí recién están entrando autores que sobrepasan los cuarenta
años y las lecturas son más bien tímidas y contextuales. No
han sido muchos los críticos que se han referido a la poesía
escrita por autores jóvenes de los últimos 25 años. Entre ellos
se puede mencionar a Patricia Espinosa, Naín Nómez o quie-
nes han publicado libros sobre el tema como Walter Hoefler
con Presuntas re-apariciones37, Luisa Eguiluz, citada al comienzo
de este texto, con Santiago: Fragmentos y naufragios38 y Magda Se-
púlveda que quizá sea la primera en formalizar estas escrituras
dentro de un panorama integral de la lírica nacional a lo largo
37
Hoefler, Walter. Presuntas re-apariciones: Poesía Chilena. Poemas 1973-2010.
La Serena: Universidad de la Serena, 2012.
38
Eguiluz, Luisa. Santiago: fragmentos y naufragios: poesía chilena del desarraigo
(1973-2010). Santiago: Catalonia, 2014.
[ 26 ]
de cuarenta años en su libro Ciudad quiltra39 que reúne dichos
[ 27 ]
cual esta antología sirve a modo de presión para conectar y
ampliar los registros.
Raúl Zurita dijo una vez que no hay poetas jóvenes, sino
escrituras nuevas o nada. Ciertamente ese es el espíritu de
Halo. No es una apología a la juventud, ni siquiera a la ju-
ventud de estas escrituras sino ciertamente a la potencia y
singularidad de este corpus que aquí se presenta. Chile es una
tradición ininterrumpida de poetas que encuentran en lo más
insólito de sus empresas una peligrosa sinergia que no se da
en otros puntos geográficos, sin embargo dicha inestabilidad
se contrapone al excesivo optimismo nacional por las insti-
tuciones y los conductos regulares, a una oficialidad ciega,
fría e ingrata. Muchos son los poetas olvidados en aquellas
antologías de las que hablamos anteriormente y muchos más
serán obviados en las que sigan, lo mismo quienes permane-
cen en la autogestión, la autonomía y la desconfianza en las
instituciones culturales o educacionales. No es una antología
de poetas jóvenes sino de poetas menores que usted que tie-
ne este libro en sus manos y el hecho mismo de reunirlos
no pretende más que una cartografía de lecturas, no de es-
crituras, que incite al diálogo, la recuperación y ciertamente
resucite nuevas polémicas, diatribas y recriminaciones que
hacen por lo general que este tipo de libros sobrevivan y de
paso que la poesía tenga un lugar en el ruido ensordecedor
del campo cultural.
En España un poeta joven puede tener aún cuarenta años,
o en México treinta y cinco, no obstante en Chile la acelera-
ción en la producción poética se inaugura en este libro con
un muchacho de dieciocho. Varios de estos poetas los conocí
en talleres que impartí o lecturas donde los pude escuchar.
Terminan la enseñanza media, llamada secundaria en otras
partes, o están en sus primeros años de universidad. Son casi
todos inéditos y comienzan a participar en recitales litera-
rios o publicaciones en internet. Conocen la poesía chilena
mucho mejor que varios de nosotros y se ven interesados
en el quehacer en Latinoamérica y España. Es en este país
[ 28 ]
donde una coetánea de ellos, Luna Miguel (1990), ha promo-
[ 29 ]
En el mundo anglosajón se habla de esta nueva promoción
como la Alt Lit, que, según algunos, es la abreviación de Alter-
native Literature o para otros hace referencia a las teclas Alt con
las cuales cambiamos las funciones de un código. Se caracteriza
por la enorme influencia de internet y las redes sociales además
de un estilo de vida asociado a la publicidad virtual, el consumo
pop, las drogas blandas de posible transacción en línea e incluso
de una nueva sensibilidad cibernética al borde de la legalidad de
la identidad. Les interesan más los blogs o tumblrs que publicar
en papel y prefieren la no ficción o autoficción más que el con-
cepto de obra literaria. El rostro más visible es el neoyorquino
Tao Lin, que de algún modo recuerda a la obra de Fuguet pero
un cuarto de siglo después. Otro hecho que engloba a esta nue-
va generación es el proyecto multidisciplinario “89plus” funda-
do por Simon Castets y Hans Ulrich Obrist, quienes investigan,
antologan y publican a autores nacidos desde 1989, fecha que
no sólo invoca la caída del Muro de Berlín sino la primera oleada
de masificación del internet en el Primer Mundo y en Chile la
caída de la dictadura militar.
Hay en los 19 autores que componen Halo algo que los une
al resto, pero a la vez los separa. Un interesante movimiento
de pliegues se puede construir en su lectura que se sobrepone
a lo lineal, a lo encasillable, a lo cómodo de una idea de antolo-
gía, de nueva generación, de estilo común. Si bien es cierto se
puede decir de manera general que no temen en visibilizar su
clase social, su género, su pertenencia racial o sus condiciones
minoritarias y que hallan una nueva emocionalidad más cerca-
na a Rojas que a Parra, a Teillier que a Lihn, a Zurita más que
a Martínez, por mencionar su contexto en la poesía chilena, o
más actualmente a la poesía del dos mil que a la del noventa.
Lo suyo es más devenir que genealogía y viven los sentidos de
comunidad y creatividad de modo integral en la autogestión.
Si la poesía que les precede significó un primer momento de
crisis ellos llegan a confirmarla, pero sobre todo a visibilizar
un nuevo locus menos territorializado y tal vez sí, más digital,
pero no por eso menos real.
[ 30 ]
En un momento pensé hacer de este libro un solo poema
[ 31 ]
pias ficciones, su propia opacidad (Claudia Maliqueo). Utilización
de espacios simbólicos como metáforas de nuevas afectaciones,
humores públicos y delirio indócil (Francisca Vidal). Reconstitu-
ción de una historia imaginaria entre los sedimentos simbólicos
de una tradición secreta de la lengua y sus fracturas como pro-
greso (Pablo Apablaza). Las máquinas, las memorias extraíbles,
los registros encriptados en la oposición de las borraduras del re-
cuerdo, la desmantelación del olvido (Catalina Ríos). Deslindes
de las soberanías nacionales americanas mediante la actualización
de cosmovisiones ancestrales que actúan como inconsciente del
mundo de hoy (Pablo Lara). Nuevos tanteos a las éticas de la in-
fancia vistas desde su alegoría primordial y la edipización de Chile
(Yerko Ostap). Rebeldías, violencia y el fulgor del resentimiento
ante la conformidad patriarcal de la ley (Aukán Martínez). La me-
taforización de una deriva tanto a nivel país como en la geografía
emocional de una voz que relee los últimos cuarenta años como
el despertar de una pesadilla colectiva (Daniel Medina). Estas son
sólo algunas de las entradas de lectura tanto a los autores como a
las materialidades mismas del libro. Como decía antes, no es una
fotografía de grupo, pero sí tal vez una fotografía de este nuevo
siglo que cada vez pareciera querer recuperar el horror del XX
aunque de manera subrepticia fundar un nuevo pacto basado en
la creatividad. Halo no es sólo la primera muestra de estos nuevos
autores nacidos en los noventa, sino quizá la última mirada a la
civilización tal como la entendemos hasta el día de hoy.
Finalmente, el poema que aparece como cita a continua-
ción y abre este libro es del poeta Ignacio Sáez Gallardo na-
cido en 1999 y con quien hubiese querido cerrar Halo. No
obstante, por razones que escapan a su voluntad y a la mía no
pudo ser así. Sea la publicación de este poema un reconoci-
miento a su enorme talento y que como se dice ahí una invi-
tación a descubrir esta hermosa época, que es lo mismo que
decir, un nuevo amanecer y estas luces que brillan en el cielo.
[ 32 ]
Todos entraron a esa hermosa época
de todos es el metro oleado
el centímetro de sal que flota en la espuma de mis
queridos héroes.
[ 37 ]
Así de sencillo fue, todo resultó ser permutable para estos
cíngaros degenerados, idólatras de todo cuanto contara o so-
nara a contrabando.
[ 38 ]
Menu del dia
INCLUYE
CARRASPADA O SUMO DE GUAYABA
[ 39 ]
(Y ya más tarde, vagar camarientos por la ciudad juntos, cis-
cando y manchándolo todo, con un dolor francamente inso-
portable en el duodeno).
LA CIUDAD
Leche de jaguar. Hombres con hasta cinco gibas en el dor-
so. Taparrabos color caqui. Mujeres con cuellos circinados
pulverizando manzanas a pata pelada (y esto me recuerda en
algo mis batallas pasadas y este gusto mío de pisar encéfalos
hasta hacerlos papilla). Hombres a la cordobana (a la que te
criaste, con carimbas pesimamente disimuladas), bebiendo la
cañahua de las mismas carcas hirvientes.
[ 40 ]
Niños de rostros nodulares, de panzas descomunalmente ro-
LA CIUDAD
FERIA
ARTESANÍAS
CORROSCAS
CUÁCARAS
TEXTILES DE CONCHIL
[ 41 ]
TINTURAS DE GRANA COCHINILLA
SANGRE DE TUNAS
ALEPÍN
ESTAMEÑA
[ 42 ]
se muflaba en la copela, dónde martillaba el demiurgo, por
[ 43 ]
La explotación de hombres y pueblos enteros pude verla con
mis propios ojos. Aquí y allá fuerzas de orden público (ese
desaguisado que es la policía) correteando a las masas, ya
sordas por las detonaciones. A un lado y otro coritos embru-
tecidos, derrumbados por las llamaradas de las circunstan-
cias. Cada tarde al caer el sol vense pasar las almas en pena,
desmadejadas y vejadas por los malos tratos. Vienen de las
montañas (donde acaban de morir) con el dolobre todavía
inserto entre las sienes.
[ 44 ]
Y si bien es cierto que la situación de los locales mejoró par-
X X
X X
[ 45 ]
Pasado el mal rato, encuentran las caldas. La calina es tal que
entran tropezando. Una vez duchados, bajan al chiribitil. Es
evidente que al menor descuido aquí les cortarán los dedos.
Haciendo caso omiso de los riesgos, en seguida nos pedimos
la candiota de mayor calibre y uno que otro combinado: por
doquier los cubiletes y los destilados ruedan. En cosa de un
par minutos canecos, bien canecos, quedamos puestos (con
la cefalea, con la cañaduz del ron al otro día tendremos que
vérnosla).
[ 46 ]
o tal vez sólo porque el anonimato me produce vértigo, yo le
[ 47 ]
∆
Toca Buriel tu cálamo calamitoso, habla de lo que en esos
parajes junto a tu nueva amiga les aconteció, y cómo fue
que terminaron calcinándose en las corcovas calamochas del
desierto (con las resquebrajaduras de tus errancias anteriores
abiertas, de par en par, abiertas de nuevo).
[ 48 ]
∆
[ 49 ]
La Esfinge, solicita que nombre tres raíces aperitivas más
aparte de la eringe.
La Esfinge, lo que se me pide contestar es descabellado.
La Esfinge, efigie de lo fantástico, las cosas se vuelven delu-
sorias bajo el haz de su entresijo.
La Esfinge, si no contesto nada me dejará sordo.
La Esfinge, hay en mí la huella, acaso heredada, acaso entre-
oída, de una rigurosa estrategia para salir del paso en casos
como estos.
∆
<Busca madera>
<Hazle agujeros>
<Hazte una flauta>
<Ponle los dedos>
<Si el astrónomo tiene su telescopio>
<Y el carpintero su escoplo>
<¿Cómo se llama el objeto>
<Que usa el capador de potros?>
∆
“Basta ya”
“Tú me embaucas, monstruo.”
“Echas mano de dilogías y laberintos.”
“Tú finges y finges permanentemente.”
“Crees estar por encima de mi ingenio.”
“Ya no me embeleques, merezco algo más que eso.”
[ 50 ]
bién yo había asimilado el arte mimético de los esfíngidos,
[ 51 ]
Pasó más o menos así: no debíamos llevar más de un par de
horas de que habíamos comenzado nuestra escalada entre
los pináculos y las chimeneas de hadas, cuando de pronto
sentimos que por ambos lados de la vía rodaban escombros.
Pequeños guijarros, al principio, pero ya más tarde camotes
de magnitud considerable.
Seré escueta: lo que allí nos salió al encuentro fue una tropa
de sádicos trasgos y pérfidos troles, armados hasta los dien-
tes de machetes, hachas y linchacos. Y no es que nosotros
hayamos estado con mucho ánimo ni mucho menos, pero las
energías igual las terminamos recuperando.
[ 52 ]
Lo que ocurrió después, eso sí, ninguno de los dos lo sabe.
[ 53 ]
Daniel Olcay Jeneral
(Arica, 1990)
http://cyber-mind.tumblr.com/
Señales
Imagina
que existe un Banco de Memoria; un gran dispositivo de al-
macenamiento de software. Una especie de Biblioteca con Vi-
das-Preset / genéricas / sin embargo, individualizadas.
Imagina
que a pesar de la extrema-seguridad de dicho lugar _(((an-
tivirus autónomo que se actualiza cada 5 minutos, firewalls,
información encriptada)))_ alguien vulnera el sistema.
Imagina
que El-Viejo-Ramírez es al mismo tiempo El Maniático Pró-
fugo / La Perra del Sumo Nigromante / M / El hueón de Z
/ El Niño con Piel de Lagarto / El Joven X / El Bastardo /
La Niña con Pecas en el Rostro / El Hijo de Nadie / Hijo de
Puta / El Niño de los Ojos Cansados / Enlace / El Pequeño
Eunuco Mentiroso / Night-Rider.
[ 57 ]
01100110 01110101 01100011 01101011
01111001 01101111 01110101
>X:/ERROR
>X:/OPEN TRANSMISSION_ █
[ 58 ]
Ciclos
* *
[ 59 ]
Gorgona: new update
>>
La gente ríe porque olvida.
La gente olvida porque ríe.
All hail the Great Machine!
[ 60 ]
Presentimiento
>>
[>X:\stage 1]
Él despierta en alguna parte del desierto aún adormecido
por la anestesia general. Huye sin rumbo fijo, confundido y
horrorizado; de vez en cuando pierde el equilibrio, pues no
está acostumbrado a correr con una extensión MultiProtóni-
ca ensamblada a su brazo.
En el cielo, aparece una NaveMilitar Omega.
Los soldados de la Gran Máquina lo han localizado.
Disparan.
((The holy stone with skulls around it))
* *
[>X:\stage 2]
Él despierta en una blanca habitación, muy iluminada y vacía.
Está desnudo.
La luz intensa de la habitación está siempre encendida,
pues si la luz se apaga,
él comienza a asfixiarse.
((Paranoid flies on a rusty hardware))
* *
[>X:\stage 3]
Él despierta en un extraño lugar de la ciudad.
Su pecho sangra / la herida / Gorgona / El Símbolo.
Un grupo de ratas se come a un vagabundo.
[ 61 ]
((La MacroLuna desconoce los puntos cardinales))
Él decide avanzar por el camino de piedras.
Él cree tener un presentimiento.
[ 62 ]
El círculo
* *
[ 63 ]
Hoy no tengo ganas
>X:\ENTER CODE: W455\_ █
>>
El Gordo-con-El Símbolo-tallado-en-su-frente
le susurraba al oído:
–La ventana es el ojo dirigido hacia las ruinas;
la decadencia un espejo líquido
que se empaña cada vez que silencia los gritos.
Y allí estaban,
ambos ocultos bajo la piel…
La joven se esforzaba en llamar
a cada héroe por su nombre pero
el Gordo-con-El-Símbolo-tallado-en-su-frente
le señalaba que todos ellos
dormían preocupados por el mañana.
[ 64 ]
YYZ: Experimento Ludovico, versión 86.08.432
[ 65 ]
* *
El Niño-de-los-Ojos-Cansados,
en la entrada principal de El Domo,
escribió con sus muñecas llenas de sangre:
<<toc – toc – toc>>
[ 66 ]
Sonríe, sonríe
* *
* *
[ 67 ]
Turn me on, baby!
>X:\ENTER CODE: F206\_ █
>>
Siendo sincero, antes del encuentro, yo pensaba que Enlace
era una especie de sexy femme-fatale. Imaginaba que Ella llega-
ría en motocicleta, utilizando un traje de cuero negro ceñido
a su cuerpazo, resaltando sus tetas. Al sacarse el casco, arre-
glaría ese largo cabello oscuro con mechas azules, y su mira-
da eléctrica sería tan intensa como la noche. Naahh!!… qué
chucha!… parece que las películas antiguas, de principios del
siglo XXI, me tienen un poco ahueonao’.
Enlace, en realidad, era un pendejo que aún se comía los mo-
cos. Llegó puntual al encuentro. Me pasó un maletín con el
dispositivo. Hablamos solamente lo necesario. Al despedirse,
dejó caer un cuchillo y una nota. Esta decía:
[“El Sol caerá. ¿Olvidaste aquel camino de piedras?”]
[>X:\NeuroNexus: R 70 %]
[Off]
(…)
Ahora intento descifrar la nota que Enlace dejó caer. A ve-
ces pienso que sería genial morir calcinado por el Sol. Sin
embargo, tengo esta híbrida reminiscencia del futuro: dicho
mensaje no es literal. Pensándolo bien, creo se refiere a lo
sucedido el día de ayer. Oí que un Ángel-con-El-Símbolo-ci-
catrizado-en-su-espalda pasó por este lugar. Estaba armado.
El único incauto, que se atrevió a mirarlo directamente a los
ojos, fue acribillado en la mitad de la calle. Algunos dicen que
las alas se veían suaves y hermosas mientras jalaba del gatillo.
[ 68 ]
Sigo buscando el pulso de las piedras.
[ 69 ]
Desde ese día
[ 70 ]
>X:\ENTER MAIN CODE: 0X06FKU001
[ 71 ]
Julieta Moreno
(Buenos Aires, 1990)
de niños
nos llenamos de pesadillas
no sabíamos dormir
ni podíamos orar
mamá
biblia en mano
repetía la palabra del señor
[ 75 ]
y siendo adolescentes
ya no quedaba más salida:
teníamos que enterrar al cristo.
[ 76 ]
Cuerpo de cristo
se encienden
barricadas en tus bordes
la habitación arde en llamas
debajo de la cama
se acurruca el diablo
mientras yo
escalo murallas y sillones
me deslizo
acecho
punta
talón
me abro paso
entre las sábanas
hasta llegar a tu pecho
que se dibuja en forma de cruz
sobre mi cama
admiro
tu cuerpo
sus formas
[ 77 ]
el cristo (también) eres tú
duermes
tu pecho sube
baja en insufrible vaivén
me acuesto a tu lado
pienso en que duermo
bajo cristo
sobre el diablo
y contigo.
[ 78 ]
Vigilante
hija mía
¿porqué dejaste de creer en mí?
padre
nunca creí en ti
[ 79 ]
pecadora pecadora mil veces pecadora
tan niña y me sentía sucia con el pecado
marcado en la espalda
[ 80 ]
Funeral
sucia
no digas que tu tía
no te avisó
[ 81 ]
Colecciono Vidas
Yo me convierto
en todo aquel ser inmaculado
que fui alguna vez:
en el futuro
o en el presente
o cuando el hombre inventó
que yo era sagrado
y que toda mi estirpe
tenía el nombre del cielo en las pupilas.
Yo recorrí
las maderas cansadas
y las veredas de cemento
subí árboles plantados en la calle
escalé montañas de arroz
y volé en un ave con alas de fénix
desde ahí
pude escapar de las miradas
de los implacables críos.
[ 82 ]
yo sólo soy
[ 83 ]
Premura
Poldy Bird
1.
a mis 7 años
ya tenía la más horrible certeza
la de su muerte.
[ 84 ]
la que le lee la biblia
2.
3.
salir de un barrio
para evitar la soledad de las cuadras que camino sin ti ahora
nunca más iremos a comprar el pan juntas
nadie más me contará sobre Jesús y sus misterios
ni porqué existe la desgracia en el mundo de los vivos
el camino se abrirá lo recorreré sola
y puedo ver las escenas de mi vida creciendo en otros jardines.
[ 85 ]
Polvareda
[ 86 ]
Oración para antes de dormir
[ 87 ]
Las torres del barrio
[ 88 ]
Maximilano Andrade
(Santiago, 1990)
(homófobo)
[ 91 ]
que no soy
ningún homófono
escribir y escribir
suenan igual pero
se escriben
bien distinto
incomplet
las palabr
que suenan pasajeras
que van van van van van
y no vuelven
que van van van van van
van van
y caen
[ 92 ]
profundamente
lamento
que la mente poco profunda humana
sea capaz de tan poco
[ 93 ]
sean por capas de libros
creerse libre al tanteo
y creer que rompiendo los credos
liberarse de nuestras palabras
podrían
pudrían
abras las tumbas con palas
rotas las tapas del libro
podridas
podrían
libres romperse las patas
salir de la tumba y ser libre
poiesis
y borrar con
la goma
del r e c u e r d o
lo escrito con
el lápiz del
olvid
[ 94 ]
Melancólicos anónimos
¿me quieres?
sí
¿cuánto?
de aquí al universo o
del universo hasta acá
depende donde quieras estar
[ 95 ]
una toma con la cámara aérea
y los pinos millones de pinos
y el mar
[ 96 ]
3
la nieve
que da muerte a las aves
marca el camino
[ 97 ]
y mi respuesta fue no
yo no hago la fila
estoy aquí por gusto
para ver la vida salvaje
[ 98 ]
Centofobia
estoy ahí
aquí en la cama
repitiéndome
-olvídate del poeta del yo-
[ 99 ]
y
el
cielo
se cae
a pedazos
*
(niño)
[ 100 ]
ven niño
[ 101 ]
qué sangre más viva
la del niño que es tu sangre
que se enciende con el fuego de los sueños en las calles
que se quiebra con la luz arrojada a la ventana
que acompaña a las ballenas a dar muerte al poeta
que se abre de sus sueños más profundos
que un año fue carne
que un día fue vida
y que esa vida
cambia de vez en cuando
[ 102 ]
Las fábricas del humo
[ 103 ]
*
entonces dijo
perdón si causé algún inconveniente en su viaje
dama caballero
dejemos de aspirar el humo
una moneda regaló a cada pasajero que miraba a la ventana
y a todos terminó por ver a los ojos
y yo aquí
una bomba en mi mochila
y menos ímpetu que el niño
[ 104 ]
nos quedó absolutamente claro
[ 105 ]
antes ese mismo pantalón como las modas pasajeras que bai-
lamos y reímos o como las otras que duraron un tiempo más
como los resúmenes de los libros que jamás quisimos leer o
las trenzas apretadas para marchar un 21 de mayo como los
alcaldes de pequeños municipios que soñaron con ser presi-
dentes y sus esposas machistas que soñaron con ser primeras
damas como los campos y montañas que vimos por la tele
en documentales o los mamíferos que ponía mi abuelo para
dormir toda la tarde como el auxilio que prestó carabineros
a una mujer parturienta que escuché una vez en un relato
de mi tía o las historias de terror los viernes por la noche
como los lápices mordidos las tapas perdidas o esos lápices
que nunca se devolvieron como los perros que caminan a un
lado de las personas que vuelven muy tarde a sus casas o las
otras que eligen no volver jamás como los niños delincuentes
del juzgado de menores como el tiempo pasado que siempre
fue mejor o el recuerdo de las cosas que imaginamos para
el futuro como las piedras que rompieron vidrios de veci-
nos iracundos o las piedras que romperán bancos y plazas
públicas como las tormentas que vendrán una vez estemos
muertos o como los muertos que nunca conoceremos como
el gusto por las golosinas de cumpleaños y las tortas del su-
permercado hechas con las sobras de otros productos como
el porcentaje de impuestos que nunca nadie supo calcular
como los niños que esperan una respuesta completa y no un
porque sí como historias de kinder que uno no recuerda ni
recordará nunca o esos compañeros que nunca fueron tus
amigos o esos amigos que se fueron como el humo
yo aquí
una bomba en la mochila
y el recuerdo de mi fábrica de humo
[ 106 ]
Alexander Correa
(Santiago, 1991)
[ 109 ]
el impacto caliente -o los dedos derretidos en la pared-
en un reniego de todo esto
de todos esos que re-significan tu nombre
en mi auto castración púber
de tenderme en todos esos hombres que no conozco.
[ 110 ]
Quiero verte correr por estas manos
[ 111 ]
Soy ámbar de veneno perdido
en un recuerdo sordo -inconexo-
revelado en lo volátil
un susurro que traslade -sostenga-
la malformación del oído infeccioso
(o nuestro cuerpo lleno de cicatrices)
Dicen Ariel querrás que sea tu consuelo
el consuelo de las noches al soñar-lo despierto
en un sosiego de preguntas con un millón de respuestas
que se insertan a un él y yo performativizado
descorporizado a mi propio imaginario.
[ 112 ]
Vuelven como ecos retorcidos de trasnoche
[ 113 ]
iluminada no relumbra
tosca es mi nueva manera
de recomenzar a parodizar todas
esas antiguas fijaciones sexuales,
padecer la enfermedad de cada uno de sus cuerpos.
[ 114 ]
Embrionario [o la salivación del cuerpo
[ 115 ]
2º Canto (la arritmia)
4º Chirrido
[ 116 ]
eso me reventaría la boca repite la escarchosa probando
[ 117 ]
las caderitas nocturnas apagadas nigrománticas
requebrar en llanto y palidecer en tres
castigos adosa el Nicotinoso
coger –llorar y volver
como la niña tri-partida que de noche solía ser.
8 tiempos de la perfora
[ 118 ]
baños públicos plazas multicolores
[ 119 ]
nuevas malformaciones repite el saleroso
al ritmo de la invaginación.
[ 120 ]
Las Cachorras
[ 121 ]
cuerpo deja de ser abstracto, y que en ese abstracto también
se contenga ella. Recrear un cuadro plástico con focos de
turbiedad de lumbrera.
[ 122 ]
No es por mal intencionar, debemos decirlo, pero si tuviése-
[ 123 ]
Hay que matar a la perra para que se acabe la leva...
Pinochet
Se le vienen bombardeos
PA
RA
SI
TOS
[ 124 ]
Almíbar a pelo
[ 125 ]
Si la saliva contiene/ la rabia contagia
caninos
caneros
incisivos
La perra dicta:
Dónde el cuerpo?
(Donde el cuerpo es la distribución jerárquica realizada por la
perra cabecilla en jefe)
[ 126 ]
que interceden en esta fluidez.
Desvanecerse en ebulliciones,
(sonidos del oleaje/levaje)
Cómo suenan los ríos de levas?
Los pedrajes del río son castraciones del cuajo abortivo.
He dicho, un pedraje ruge-
Un pedraje magulla desde la trompa
a este río de sangre que es sólo fluir,
Fluir endometrio cascadas desde un dentro
fluir en picada -fluir en piquete-
piquetear jeringa del tipo mariposa,
la mariposa higiénica se paró y se adosó
a la rivera del calzón en este río/obertura
se adosó y tractó en su estilo sangroso
-sustracción.--
[ 127 ]
somos fieles a las coordenadas de su tino.
Hay una cuña mal formada en esa resistencia
algo se doblega, algo me evadiera--
Tetra -plegía-
Tetra se angustia y madruga labrando
dormita en el piso para contenerse las babas
del hocico han de pender lagunas
salivas multiparasitarias
toda bacteria adquirida por boca
es y será objeto mal-nutrido de
efervescente marfil-o.
[ 128 ]
Fernanda Martínez Varela
(Santiago, 1991)
[ 131 ]
Nadie está más solo en esta casa que quien escribe sobre
casas donde hay gente El arroz huele a zanahoria pimentón
El horno a costilla al ajo y merquén Como si fuésemos un
panal de abejas El amor un pie de limón sin aquella parte que
astilla la garganta Como moscas clavándonos las patas que se
lamen con ansía el pie Nadie está más solo en esta casa Que
quien escribe sobre casas de muñecas en el árbol la abuela
la tele el perro no me deja dormir la siesta Aunque tema
que la taza esté vacía más té quieras y no haya Y buscando
nada encuentres se deshagan de origami las orejas del perro
las paredes Te parezca que la casa se sostiene sobre líneas
pero curvas Que no basta con que escriba qué perladas tie-
ne uñas si pujando las incrusta y tripas masca Que no basta
acicalarla si gatea con muñones en los codos como bestia
Me decías sobre líneas si no llora no preguntes Nació pues
alegre! Como si de lana fuese el amor y no fuese el amor
sólo simples ganas De comerle las costras al otro Pero tú no
viste que entrelíneas me arrancaba el pelo trenzas yemas de
los dedos un lunar Ni en tus brazos viste vetas de color rubí
Cuando dije tu sangre es linda Y quisiera besarla para llorar
Cuando te pregunté A qué hora se me pierde la cabeza Y
dijiste dos Pasos antes de mí
[ 132 ]
Estoy solo estoy feo si pongo la cabeza en el suelo como
[ 133 ]
Entonces compraste zapatos alfombras vistosas la viga en
la puerta acá nadie va salir ni entrar Entonces pensaste en
esposo la nana las cuencas los diosito salve jardines de hule
un perro charol Los ojos de dios
con un tic nervioso
[ 134 ]
Los ojos dios volteó atrás para dar impulso los pulsó en re-
[ 135 ]
He pensado en formas prudentes de matar
[ 136 ]
Halo [19 poetas nacidos en los 90]
Toda forma de matar es prudente
[ 137 ]
Estoy solo estoy feo es necesario insistir que estoy propor-
cionalmente a mi altura Estoy ancho de manos que rompo
caricias Hosco de boca que bajo mi lengua de besos que he
dado tengo la mitad Estoy que descalzo recorro gritando
polillas me entran por las orejas apagan la luz Vi que tenía
humedales de sangre en el corazón Ganchos y arpones entre
las palmas tuve cerradas tuve pavor de arañar justamente la
parte preciosa de ti Pero decías la mente es la única mal De la
cabeza yo era de esas que tuve jaqueca desde los tres escarbé
con pinzas polillas y abejas y ni sólo una cesa zumbar Dar
cabezazos en la ampolleta como si ellas tuviesen jaqueca a la
vez estoy con alambres de púa abrazado Son años que solo
me encuentro con lúgubres lumbres que hurgan mugrientas
las partes sombrías que no quiero Ver solías la culpa en las
manos sangrar Mantuve la palma escondida mamá me decía
qué tienes ahí
Nada
Pero tiene pelos
Nada
Pero tiene patas
Nada
Me gustó más que el acto
de comerme el corazón
[ 138 ]
Cubierto en miel de damasco
[ 139 ]
Estoy solo estoy feo si pongo la cabeza en el suelo como
avestruz Y no me la quito de una vez mientras me das el úl-
timo cigarro que te queda E insistes fume lento que el fuego
no tardará Ya abrí las ventanas y el aire y el fuego He leído el
horóscopo y sé que la unión Lancé la colilla y ardía un retazo
en su pelo de sólo hace falta prenda el vestido El vino era
sangre no era al revés Decías quiero ser madre porque soy
mujer y si muerto no importa si nace o no nato Madre fui lo
que pasa es que poco duró Es un gesto de amor tan grande
El hijo alimente al padre en todas las casas ocurre al revés Y
el día es bonito que ganas me dan de incendiar también tuve
charol en vestidos con vuelos y en bache unas perlas y en
ojos unas de decoración Te dije colgar collares o confesé Te
dije mi pena es linda Así como con tripas de mostacillas Así
como con baches minerales Así lamento fuera de ornamenta
Estoy Quitándome el hollín como si fuese culpa poniéndo-
me la carne por su reverso masticando las costras de tu co-
razón Estoy solo estoy feo te dije a ratos puedo querer con
ansiedad El amor son las ganas de al otro comer Sé que si es
una buena persona Su sangre tendrá el color rubí y tenerla en
mis manos chorreando tal luz estridente en la palma tuviera
que sólo bastara empuñar salpicar Como si fuera ampolleta
de vidrio Como si fuera el mismo principio nervioso estaba
escribiendo que a punto de ocio o de ansía desové tus ojos
con un tenedor Y cóncava toda quería de orquídeas llenarte
ponerte las piernas en jarras de nácar y ámbar amoratado
tiñendo en decoro la putrefacción Te hablé de zanjas y napas
abría violáceas purpúreas te dije collares colgarme quisiera
con tus molar estaba escribiendo un día de estos que llegan
nublados verás cómo cae el ave de hollín Allí carolín con
la boca tapaba iba como atragantada con sangre arenosa de
viejos rubí está como gangosa Te dije la lengua tampoco le
quédate callado me contestó!
[ 140 ]
Halo [19 poetas nacidos en los 90]
Y el silencio a mi lado se puso mañoso
[ 141 ]
Benjamín Villalobos Baranda
(Santiago, 1991)
[ 145 ]
tetas grandes
y ropita de camuflaje
para que no se les notara la vergüenza
[ 146 ]
a ti no te comprará nadie que no sea yo
[ 147 ]
3
[ 148 ]
no saben que hay pendejitos snobs que pagan por escuchar
se besan se tocan
se ocultan las caras
se duermen en los paraderos
se sacan fotos frente a las estatuas de chile
se afirman las manos
se ríen de ellos mismos
se terminan de querer
cruzan la calle como si cruzaran el mundo
y yo me quedo mirando
cómo es que se ama
sin amar de verdad
[ 149 ]
Los pobres
Los putos
La vergüenza
Los discapacitados
El rock
El frío
Las promesas
Los desnudos
nos veremos
todo
¿cuánta ropa te puedo sacar?
quiero verme
desnúdate
muéstrate recupérame
cuando me pierda
no será lo mismo
la ciudad
si se aparece con los recuerdos
en los recuerdos
se aparea
lo recuerdo
[ 150 ]
lo ofrecí todo y nadie aceptó nada
mi epitafio es la sorpresa
Mijito
Si usted anda caliente
Obsceno
Cochinón
Vaya a su pieza o a su baño
se encierra un ratito
Y ya sabe lo que tiene que hacer
[ 151 ]
Así no molesta a nadie
Mijito
Si usted anda enojón
Con furia
Rabioso
Encuentra que este mundo es tan pero tan injusto
Entonces enciérrese un ratito en su pieza y grite
hasta quedar afónico
Done sus cuerdas vocales para un mundo mejor
Pero no ande divulgando este tipo de cosas
Mire que todos tenemos de qué preocuparnos
Y nadie se quiere preocupar de usted
Ven aquí,
ven conmigo
Ven conmigo, baby
Seamos lo prohibido
Lo pro híbrido
Lo pro histeria
Lo pro pio
Lo pro caz
[ 152 ]
Lo pro bseno
[ 153 ]
Aunque no podría haber sido de otra forma
Jesús
Tú eres sabio
Inventaste la pedofilia la necrofilia la zoofilia y la benjafilia
Y despachaste a tu familia
Te felicito
Aunque hayas hecho que mi hermana siguiera bailando
con los militares
Que me dispararán uno de estos días
Te felicito
Porque oh, Yisus Craist,
Tú y yo somos lo mismo:
seguiremos
por los siglos de los siglos
sin interesarle a nadie,
ni siquiera a nuestras madres
y yo seguiré gritando puteadas a las estatuas del chile que
me descuera
Así como tu seguiste gritándole al mundo que eras el hijo
de algún dios
Cuando todos sabíamos que eras el hijo de un carpintero
pobre
[ 154 ]
Estas banderas blancas de la rendición
I
los vencidos de siempre a los putos vencedores
Aquí la tienen
La ciudad es de ustedes
Mírennos agitar las banderas blancas de la rendición osada
Y celebren nuestra derrota
Derrochando vuestra victoria
El sol ha secado los rastros de una población anterior
Desolada por la violencia infausta
Que pisoteó hasta el corazón de los ideales bellos.
[ 155 ]
Los sensatos que quedamos en pie
Ya no podemos defenderla
¡Es suya!
Hagan de ella lo que quieran
Lo que ella les permita
Nosotros, los vencidos de siempre
Volvemos a casa.
II
[ 156 ]
El fuego avanzó como olas furiosas
III
los vencidos de siempre a esta ciudad inconquistable
[ 157 ]
Tiene cuerpo para asumir una sola voz
Y un arrojo para enfrentar lo limítrofe
De la voz propia
Cuando no está atrofiada
Podrá ser un llanto infame
Un odio forzado
Y un clamor maldito
Pero todo seguirá
En este que nunca fue nuestro lugar
IV
el poeta -no yo- a sí mismo
[ 158 ]
La Inocencia: la ciudad el río y la lluvia
[ 159 ]
2
[ 160 ]
3
[ 161 ]
Hay un pequeño río que corre.
Dos personas se bañan en él.
Se mojan. Una se ríe y la otra no.
Las fiestas. Las noches.
De pronto todo parece una fiesta.
Y yo no sé cómo hacerlo, cómo hacerlo aquí en la hipocresía.
No recuerdo nada.
Nadie me recuerda o eso siento y es así: lo siento así.
No siento a nadie recordándome o queriendo hacerlo. Es
decir. Si las cosas se olvidan, es por algo.
Y renunciar no es olvidar. Es ser sensato.
Y de repente todo se vuelve un poco más claro y claro, a la
vez un poco más oscuro.
Es más complejo, como todo. Todo es más complejo.
Todo aparece tan lindo mirado desde aquí.
Todo perfecto, el recorrido perfecto.
Claro, es que ya no queda nada.
En un momento yo fui feliz.
Y pensé en volver a ordenar las cosas, tomar las sábanas, las
frazadas, el plumón para el invierno.
Hace frío. Pero no tanto.
Del frío que hay después de que llueve.
Ella está aquí. La recuerdo. Debemos acompañarnos.
¿Y al final, qué habremos ganado? Seguir con vida, y eso ya
es demasiado.
[ 162 ]
Quizás la única salida sea matarnos entre todos, extinguirnos
[ 163 ]
Siempre hay algo por decir pero esta vez no lo diré yo.
Lo dirá algún otro.
Alguien querrá decir las cosas.
No me queda nada.
Ganas. No tengo. Tú ganas. Soy lo que tú ganas.
Alguien ganó. Yo no. No gané nada. O eso parece.
No hay lluvia que no caiga del cielo.
Yo no caigo de ningún lado.
Yo. Yo no. No.
Es que cuanto podían resistir las formas que conocíamos.
No. Cuanto pueden resistir ahora.
Si ellos se rieran, todo esto sería más triste.
Ahora esa ciudad de la que nos fuimos
No se parece a este lugar donde estamos.
Ella se ríe. Hay otro hombre que la mira bañarse.
Él se levanta. No sabe.
El hombre la mira.
Ella piensa en algo.
Bailan.
Alguna vez
En alguna esquina nueva bailaron juntos.
Ahora no.
Ahora ni siquiera llueve.
Nada se mueve de su lugar.
Todo está en silencio. En pausa. Nada. No hay movimientos.
La lluvia encarcelada en sus nubes. No caen. No invaden.
Fuimos invadidos.
Nos robaron lo más parecido al amor.
Todo será de mentira cuando la lluvia caiga.
No recuerdo nada.
Ya no queda nadie.
No llueve.
Sólo hay un pequeño río y dos personas bañándose en él.
[ 164 ]
No me refería a eso
[ 165 ]
Nicolás Meneses
(Buin, 1992)
[ 169 ]
La nieve
[ 170 ]
Retroalimentación
[ 171 ]
Navidad
[ 172 ]
Canción de camarote
DO
MI
SOL
[ 173 ]
Caza menor
[ 174 ]
En la esquina hay un gato reventado en el pavimento. Parece
[ 175 ]
Desajustes
[ 176 ]
Cantos de la gallina
[ 177 ]
A orillas del otoño
[ 178 ]
Justicia
[ 179 ]
El pequeño charro
[ 180 ]
Auxiliar
[ 181 ]
Ronald Bahamondes Álvarez
(Valparaíso, 1992)
[ 185 ]
Las habitaciones de atrás
[ 186 ]
Nuestros deseos tenían límites geográficos, oh, como desee
[ 187 ]
Las veces que intenté ser Audrey
Si soy honesta debo decir que todavía leo cuentos de hadas y son los
que más me gustan
Audrey Hepburn
[ 188 ]
Supe que Audrey filmó una película en que es una princesa
[ 189 ]
Breakfast at Swarovski
[ 190 ]
Quebrando el universo
[ 191 ]
Existir en voz baja
[ 192 ]
El deseo de cumpleaños
y
derrama
se encanta
se todo
para ella misma
los gritos
la crema
[ 193 ]
cayendo
un deseo de ser esta vez
para siempre la otra
la de la página siguiente
la de la otra escena
no ésta
no la que le cantan
no la que desea
que muerde
cayendo en el pedacito de historia.
[ 194 ]
Qué hace una manzana ahí?
[ 195 ]
Y hoy
Blancanieves está viva escuchando Taylor Swift en algún lu-
gar del mundo.
http://www.youtube.com/watch?v=Zlot0i3Zykw
Suena más lindo así.
[ 196 ]
Mascada
[ 197 ]
corta
y el deseo con un bisturí
muerde
y que la cama de los enanos
existe
para nosotras
para terminar de caer en ella.
[ 198 ]
Think Pink
[ 199 ]
a su nombre para que el mensaje de texto no supere el límite
de caracteres.
Paris Hilton pide presta luca con el rut de su papá o llama
por cobro revertido cuando tiene señal.
Si fuera presidente podría aprender a tocar piano, pero por
hoy se sienta y pasa las uñas por las teclas.
Si Paris Hilton no se sentara de piernas cruzadas habría edu-
cación gratuita.
Las chicas ya no quieren ser Julieta ni tener sus cuentas paga-
das, Paris Hilton compra con la tarjeta Junaeb y revende los
productos para comprar ropa en Zara.
Si Paris Hilton usara lentes no sería Paris Hilton, si siguiera
fumando en el baño y guardara las colillas en una concha, su
nombre se seguiría vendiendo como cigarro suelto.
[ 200 ]
Roberto Ibáñez Ricóuz
(Neuquén, 1993)
[ 203 ]
IX. La muerte no me aterra
pues todo lo eterno está muerto:
la verdad es temer de lo vibrante.
[ 204 ]
XVII. El ruido del viento contra el vidrio
[ 205 ]
XXV. Pero parece que el cine sí ha cambiado
ya no pasan la película que vimos
[cuarenta veces
ahora sólo está repleto de mendigos.
[ 206 ]
XXXIII. Pienso ahora en la última vez que te vi
[ 207 ]
XLI. Tímido el alba arroja bellas luces
y ya no les creo nada
y lloro todo eso que no les creo.
[ 208 ]
L. Los errores, las equivocaciones
[ 209 ]
LIX. Nada ha cambiado y todo
permanece en el mismo lugar, pero:
¿Es el mismo mi corazón?
[ 210 ]
LXVIII. Movimiento primigenio de las aves
[ 211 ]
LXXVII. Pienso ahora que quisiera conocer
la Sagrada Familia y terminar
de morir al finalizar su construcción.
[ 212 ]
Insectos
I
April is the cruellest month, breeding
Lilac out of the dead land.
[ 213 ]
Al atardecer me duermo entre las orquídeas.
Parece que pocos recuerdan aquí el tornasol
de tu rostro fatigado por años de rapto.
Al final del día me duermo entre los arrozales,
tu corazón es un ópalo en el que destellan
colores aborígenes.
II
Londres 38
[ 214 ]
gré aquí. No me olvides. La niebla se
III
por favor padre
quién rezará por ti en un desierto florido
quién abrazará una montaña que arda en los cielos
quién ojos de flores mirará retratos
cubiertos de polvo de lluvia
dios es un lugar donde todas las mentiras son posibles
por favor padre
que este latir no se me escape entre los dientes
que tu boca clame por mis gotas derramadas
que tu boca sea el sesto donde caigan todas mis hojas secas
dios es un lugar donde todos los zorros se van a lamentar
[ 215 ]
por favor padre
ya otros amarán todo lo que has dejado
no odies mi lengua cuando se pare y se vaya
IV
E la casa se está llenando de insectos,
recorren la puerta, asoman sigilosos a las ventanas,
se escondían en el entretecho y yo no los pude escuchar.
E la cocina invadieron, un grupo de hormigas
se roba las ollas, los sartenes,
abren la despensa y hacen caer todo.
Dos cucarachas se pelean un cuchillo
mientras un zancudo observa el vaivén
de sus patas sobre el acero.
Una polilla llora y llora ahogada en los vapores que
van a dar al techo. E la casa E las termitas
devoran las paredes y voy viendo como caen tus
retratos, los libros, los relojes E las memorias
se van flotando en lo que parece un océano
visto desde kilómetros
de distancia, la casa E. ¿Dónde dormiremos esta noche,
entonces?
Una lombriz se arrastra pálidamente entre los muebles,
busca un cajón donde esconder sus anillos,
su moverse barroso y húmedo terminó por agotarla. Cincuenta
[ 216 ]
mil caracoles están sentados a la mesa, conversan,
[ 217 ]
los observo en su ir y venir sexual.
La cabeza del macho rueda ahora
hasta mi propio sexo. La hembra la sigue y
devora mi entrepierna. E me estoy convirtiendo
en un volar efímero, en una muerte temprana.
Ya no oigo tu voz E se me confunde con el zumbido de
cien moscas ¿Recuerdas el sueño
que me contaste la otra noche E? Dijiste que
nos quedaríamos encerrados por la eternidad, pero
me estoy escapando. Tu voz E tu voz ahora
es el zumbido de cien moscas. Mis piernas
son un panal de abejas. He desaparecido. Me
he perdido entre tanto desenfreno.
Interpol “NextExit”.
[ 218 ]
Quisimos gritar y pudimos: gritamos en los ba-
[ 219 ]
porque buscamos lo incomprensible la nada bus-
camos la nada mientras otros tiesos de pavor se
quedaron en sus casas mirando las pantallas espe-
rando que algo asombroso ocurriera esperando un
milagro de dios en sus tronos de felpa en sus camas
celestiales en los inodoros sagrados donde cuentan
cuántas vacas han muerto por minuto se quedaron
ellos ahí esperando un milagro del dios en el que
nunca creyeron se quedaron ahí en la primera co-
munión mientras el santo padre les sobaba el sexo
flácido blanco y puro se quedaron ahí cuando el
sexo ya había endurecido y buscaron los agujeros
de la eternidad para el mete y saca en nombre de
dios del hijo y del espíritu santo y nosotros al otro
lado de las murallas escuchábamos los gritos de
horror y las súplicas silenciadas ¿y qué hacíamos?
Nada. ¿Y qué decíamos? Nada. Y cuando a uno de
los nuestros lo encerraban en esos lugares oscuros
donde la gente camina todo el día tampoco dijimos
nada y cuando nos metieron pastillas y nos droga-
ron por el culo tampoco dijimos nada y cuando la
propaganda nos violó tampoco hicimos nada no
hicimos nada porque nos inventaron los demonios
de la sociedad y luchamos contra ellos sin darnos
cuenta luchamos contra la mano invisible del polí-
tico siempre sonriente y cuando nos dimos cuenta
ya era muy tarde y lloramos cada uno en su casa
solo entre multitudes y cuando nos dimos cuen-
ta ya habíamos perdido la ternura y la candidez y
cuando nos dimos cuenta ya habíamos follado en
el espacio franco de la vida terrenal ya habíamos
empezado a fumar y a escondernos dentro de los
músculos. Quisimos ser la turba que paralizó a las
instituciones pero nos dimos cuenta que todo era
inventado cuando quisimos luchar contra el tirano
nunca lo encontramos y ahí quedamos en las ban-
[ 220 ]
cas de las calles de esta hermosa ciudad apagada
[ 221 ]
mundo sin obtener respuesta simplemente noso-
tros con un pie en el cielo y el otro cortado cami-
nando mancos por las grande alamedas con hojas
caídas dejando nuestras manos ahí botadas en el
pavimento. Fuimos caminando desde Plaza Italia
hasta la Moneda con un pie cortado sin manos fui-
mos caminando y tuvimos que agachar las cabezas
cuando pasábamos frente al banco se nos cayeron
los dientes se nos cayó la nariz se nos cerraron los
ojos y seguimos adelante como un vaho eterno y
pueril. Y aquí estamos. El eco de nuestras voces se
acabará por extinguir entre estas paredes no hay
manchas de sangre nuestra sobre las más antiguas
quizás quedará el esfuerzo de la generación que
quiso ser y no pudo.
[ 222 ]
Christopher Vargas
(Santiago, 1993)
[ 225 ]
Αα= Tú eres una gran Y
Una gran Y sujeta ahora el universo
[ 226 ]
El Primer universo fue un gran mar de sonidos que confor-
Ahora escucha:
[ 227 ]
Mil años de soledad son para el universo un abrir y cerrar
de ojos
Las guerras nos han obligado a morir tantas veces Las gue-
rras del silencio acabaron con todo – El hijo al padre: Es-
tábamos llenos de silencio, nos sentíamos llenos de silencio; el silencio
es el más perfecto de los asesinatos- Repetíamos convencido de
nuestras verdades Los agujeros negros en los pechos de los
hombres arrasaron con la luz de nuestros ojos Nos desper-
taron una noche –Arriba-Abajo- para quemarnos matarnos
de hambre de pena –Te pedí respuestas matemáticas a todos; Las
cenizas se pierden entre la brisa de ese mar de la nostalgia; ¿Lo recuer-
das? Sólo diez años antes de la carnicería; Eres el dios astro, huacho
en el espacio-
* *
[ 228 ]
otra roja. En el cielo hay dos flechas. Una de ellas
X’
Yo: [0,0]
Yo: x + x’
Yo: Un punto en el espacio [x,x’]
[ 229 ]
Madre y tierra y polvo y huesos Estoy soñando, etc
Una mujer me canta un rezo a la luna porque debo tener
miedo porque no debo tener miedo La luna está hecha por
los huesos de los niños recién nacidos que fueron asesinados
por sus madres -La madre frente a mis ojos con un martillo
muele al chiquillo como a un espejo y no debo tener miedo-
La madre es el segundo ángel
[ 230 ]
tierra Mis huesos están rotos dentro de un saco de ropa y
[ 231 ]
Los colores de esta noche han muerto
bajo el velo negro de todas las vírgenes Marías del mundo
Las únicas que logran comprender el pesar de este quebranto
son ellas porque son ellas las Madres de todos y todos hoy
nos convertimos en agujeros podridos en el ojo de una esta-
tuilla de mármol
[ 232 ]
*
Este es el cielo
°
Me llamaste con el nombre de mi padre desde el día en que
supiste que cada recuerdo mío se transformaría en un poema
Me llamaste niño dios para que soportara las noches blancas
del fin del mundo en el desierto
-Me llamaste Juan pero esto es un secreto-
Esta es la tierra
Ahora estos dos ríos son mi carne convertida en sangre
El horizonte es esto:
[ 233 ]
como si esas fueran las letras del nombre de un Dios al que
había que asesinar Mi nombre ya no es mi nombre pero es
luz en el punto donde unimos el cielo con la tierra Tu cuerpo
es el desierto Madre y a esta hora me ves nacer una vez más
rosado sobre la arena Mi nombre es niño dios y mi cuerpo
une el tuyo con el cielo
Los colores de esta noche han muerto Ahora sólo hay una
gran luz brillando en el fin del mundo
*
*
*
*
*
*
*
*
*
***
AGUARDAMOSELNACIMIENTODE TEAR-NUR
[ 234 ]
y estamos hechos de cristales Todos somos Dios y somos
43
O simplemente me moría
[ 235 ]
°
44
O simplemente me moría
[ 236 ]
En el entre luz y sombra vamos desapareciendo el uno al otro
Cierro los ojos antes de poder ver, no necesito manos para tocar(te-me)-
Si de alguna manera pudiéramos volver dos párrafo atrás
recordaríamos la escena del éxtasis El cielo ya casi se nos
desborda encima en toda su magnificencia y colores para te-
ñirnos de canciones de cuna –Aguardemos el nacimiento de la
estrella roja- Los cementerios comienzan a crecer desde las
raíces de esta tierra mojada –El último vistazo del ángel frente al
espejo para abandonar para siempre los meta universos-
[ 237 ]
MIRESE
ESTA
CAIDA
COMO
LA
VEZ
QUE
MAS
CERCA
DEL
CIELO
ESTUVIMOS
Mis últimas palabras son las partículas de luz que nos pro-
metió la eternidad:
[ 238 ]
el Edén Pero y ¿tú Antón? Que eres dos partes de una sola
[ 239 ]
-La imagen de una boca llena de flores es ya ahora un lugar común-
Estas mis voces caen gota a gota en el charco del último de
los anti paraísos –Porque quién quiere ahora paraísos- y forman
una laguna inmensa de color lucífago –Si la tinta en mis venas es
obviamente negra- Aquí me encuentro con todos los amores
resplandecientes que han muerto degollados bajo la misma
pena que ayer me tragaba los brazos El reducto de los ma-
res elementales me hipnotiza con los ojos blanqueados de
placer mientras miro el cielo mí cielo nuestro cielo infrahu-
mano quién diría que cuando decíamos paraíso en realidad
decíamos infierno en un lenguaje antiguo en el lenguaje más
antiguo ese lenguaje del primer sonido –La estática de mi madre
como gemidos submarinos- Aquí abajo el reino de los cielos es la
tierra húmeda de tus pies Hablo del agua que es ahora firma-
mento de nuestras noches más felices
De
Sonido
[ 240 ]
[b] Al parecer estoy despierto pero no me puedo mover: Una
[d] Despierto
Se cierra el telón
AQUICOMIENZAELSUEÑODELOSMARESELEMENTALES
[ 241 ]
Claudia Maliqueo Lagos
(Santiago, 1994)
http://detodasesascosas.tumblr.com/
(Sólo dejó de respirar)
36
Inhala Exhala
Te estás muriendo
37
Me falló la memoria
Siete días antes
De que se me secara la lengua
No dejándome hablar
[ 245 ]
38
¿Cuando no hablas
Empiezas a
Recordar?
39
Dime que sí
Porque tengo miedo
Noches atrás
Alguien a las 00:00 hrs
Dejó de respirar
40
[ 246 ]
41
42
43
[ 247 ]
9
Te clavaste en mi costilla
Me dijeron loca
Pero nunca
Nunca más
Te moviste
De ahí
44
10
45
11
[ 248 ]
46
12
Me sentí aparte
Eso fue todo
No supe como despedirme
Creo que desde ahí que me siento
Aparte
47
Aún no me despido de ti
13
48
14
[ 249 ]
49
Y en su forma de moverse
Hacia mí
15
Todo da vueltas
50
16
Fue de a poco
La sangre
Recorría mi cuerpo dejándome estática
51
17
Estás en mi costilla
Sólo déjame
Caminar
52
Ya me cansé de caminar
Sólo
Quédate
[ 250 ]
18
53
Acalambras mi vida
19
54
Desde la lengua
Hasta la garganta
20
Estás cerca
Algo así
Como en mis pestañas
55
Estás cerca
Estás en mis ojos
21
[ 251 ]
56
22
57
23
58
24
59
[ 252 ]
25
60
26
61
27
Las costillas
Se encajan y desencajan
Déjame salir
Por favor
Déjame
62
Las costillas
Se están
Rompiendo
[ 253 ]
28
63
29
64
Déjame respirar
30
Las hojas de té
Me recuerdan
A las hojas de otoño
Muriéndose solas en el suelo
65
[ 254 ]
31
66
32
67
33
68
[ 255 ]
34
69
70
71
74
Es un monstruo
Culpable
Que amanece bloqueado
En acción
Esperando su
Descenso
[ 256 ]
75
76
77
78
79
80
[ 257 ]
81
Se repite la fórmula
De encarnar una enfermedad
82
Se revelan escenas de
Circuitos definidos
Que mencionan reflexión de controversiales
Experiencias productivas
Y malas noticias
83
Impactos bruscos
Problemas optimistas
Suenan a limitadas distancias
De efectos simples
Necesarias para la salud
84
85
[ 258 ]
86
87
Lanzaron cambios
Que desataron criticadas formas de hacer lo correcto
88
89
90
91
[ 259 ]
92
Me identifican
Escapando
Sabiendo que volverán
[ 260 ]
Resonancias
La muerte es real
No perfecta
Todo es sangre
Nada es así.
Que se crucen
Entonces
Dos pájaros muy grandes en el cielo
Que choquen y formen una sombra muy grande
Una ilusión fúnebre.
[ 261 ]
La enfermedad no matará
Hará vivir.
[ 262 ]
Y profecías no existirán
[ 263 ]
Y las heridas en mis pies me hicieron arrodillarme y arrodi-
llarme me hizo acostarme y cuando me acosté lo único que
quería era tenerlo a mi lado. El único lado que quiso todo su
amor.
[ 264 ]
Me aferraba a él porque era lo único que tenía cuando escu-
[ 265 ]
Francisca Vidal Gajardo
(Santiago, 1994)
http://lanochedetodaslasangres.blogspot.com/
Los años de la sangre
[ 269 ]
que parimos.
Ellos aprendieron la letra y la cantan también, pero
ellos no la conocen, y los vemos desde lejos, felices,
creyendo alegrías llegadas
en fin.
Felinos que crecen en la oscuridad nos vienen a buscar
esta noche han crecido
desgarran la muerte de nuestro envase
nos llenan, nos viven, nos habitan.
Sabemos claramente que estamos vivos
con tigres gigantes
encerrados entre las venas del corazón.
II
[ 270 ]
de ahogarlas y esparcida pintura negra
III
[ 271 ]
que dormitan ahogados, llenos de
agujeros por donde se les sale
el agua, y aprovechan el sacramento.
Lavo mis mantas a la orilla de Santiago
y humean, se queman, se ahogan también.
Me pregunto llorando
¿cuánto demoran cuarenta años?
le pregunto a mis hijitos y ellos
afirman sus paraguas boca abajo,
navegan sobre otros cuerpos
que también fueron mis hijos y
después de cuarenta años, desbordan la ciudad
a mí se me cansó la pena, me pesa el país ya no insisto
las lágrimas pintan el yeso resquebrajado
de mi silueta, formas fálicas y otro par de
senos por encima de las ropas
en mi pecho proclamo y me niego
al perdón y olvido por la muerte de mis hijos
y los ahogados vivos que no insisten
porque ya no insisten lloro por ello
ni resisten, ni construyen
ellos solamente aguantan.
[ 272 ]
Levito
[ 273 ]
ya no pueden escaparse, el cielo volcado
harán tropezar con sus lastimeros nudos
forzados a las torres celestiales
no seré astronauta, ni escritor si quiera constructor:
[ 274 ]
Norte
[ 275 ]
Citadino
[ 276 ]
como cubriendo del frío y hasta me canta
[ 277 ]
Emprende Chile
[ 278 ]
El paradero de su casa ya la alcanzó, toma fuerte su trabajo
[ 279 ]
Actos subversivos
[ 280 ]
No sirve de nada tanto esfuerzo, los piojos danzando sobre
[ 281 ]
Pablo Apablaza Azócar
(Santiago, 1995)
[ 285 ]
Eunuco II
Amarrado al corazón de Eutropio1
1
Eutropio de Éfeso: funcionario romano que comenzó su carrera en el palacio de Teo-
dosio. Después de la muerte del emperador (385 d.C.), logró fama y prestigio, tanto por
convenir el nuevo matrimonio del nuevo emperador, Arcadio, con Eudoxia, como, luego,
transformarse en divino consejero imperial y también ser el primer eunuco nombrado
como cónsul.
[ 286 ]
Eunuco VII
1
Darío: nombre de origen persa: puede referirse a una serie de nombres de la Dinastía
Aqueménides de Persia: Darío III: último rey de la dinastía, tomó el mando de los
ejércitos persas para combatir contra Alejando III de Macedonia; muere en la batalla
de Gaugamela.
2
Podría referirse al poeta renacentista español, Garcilaso de la Vega, o al sobrino-nie-
to de éste, nacido en Cuzco, conocido como Inca Garcilaso de la Vega.
3
Ambientada en Persia y narrada por Bagoas, joven persa de familia aristocrática
que es capturado por los enemigos de su padre, castrado y vendido como esclavo al rey
Darío III, la novelista Mary Renault publica esta novela, “El muchacho persa”.
4
Podría referirse al pintor alemán, Paul Klee.
[ 287 ]
Anotaciones de Farinelli
[ 288 ]
Disposiciones generales
Mallas de mariscos
arriba de la carreta.
Mi hijo con hambre.
En la punta de Tara
arenas rojizas mueven
flamencos piedras falos.
Me tiro en la noche.
Las tetas della
angelicales en la boca.
La única red
es la de la vela
que quema la casa.
Mi única preferencia
es la discoteque
y la petaca de quina.
[ 289 ]
6
Choca el pesquero
con la ola muerta.
La labia como caña.
[ 290 ]
El corral de cachurretas
[ 291 ]
Materia reunida
Respirar la foto,
sonrientes.
[ 292 ]
Catalina Ríos Muñoz
(Santiago, 1995)
generar
suposiciones
a doble espacio
iniciar
la espera
visualizar
_ fluorescencia
tipográfica
[ 295 ]
Adjetivos posesivos en crisis de identidad
mi país
es predicado sujeto a correcciones
[ 296 ]
JPG
no existe paño
que limpie
la virtualidad del iris
[ 297 ]
Estenopeico
fotografiar sombras
[ 298 ]
Perfiles
escribir
para no roerme
las muñecas con los dientes
esperar a que me quites
los poemas de la boca
despedazar
tu lenguaje monofónico
porque no hay modo
ni manera ni lugar
no hay número de serie
semanticidad arbitrariedad
productividad
desplazamiento
sólo
perfiles indocumentados
c e d i e n d o e s p a c i o
a :/suposiciones/
[ 299 ]
finalizar la llamada
entre
[mor][fe][mas]
y
/f/ - /o/- /n/- /e/ - /m/ - /a/ - /s/
interferencias celulares
[ 300 ]
Manos comprimen
no siente
olores
no distingue
lasdimensionesdelespacio
que ordenaste
construir
[ 301 ]
Pez soluble
5
gracia eterna /solución diluida de ácidos sulfúrico-nítrico.
[ 302 ]
cae al fondo de ti mismo /cae lo más bajo que se pueda caer
(a)
las pozas
toman la forma de tus pisadas
(b)
barro con la lengua
el agua de tu rastro
tu suela ausente
[ 303 ]
15-83
hidratar
la comida instantánea
en la panorámica de este silencio
[ 304 ]
<nos dan la espalda>
//piedras>
[ 305 ]
Apuntes
[ 306 ]
Pablo Lara Buizú
(Valdivia, 1995)
[ 309 ]
en la fóvea de su dolor,
en la metástasis metamórfica.
II
[ 310 ]
unos a otros.
[ 311 ]
Tenochtitlán pide auxilio con una soga para
matarse,
los niños no verán a Tenochtitlán llorar,
antes morirán los niños.
[ 312 ]
III
[ 313 ]
el desierto y cacerolas de metal fundiendo
arena,
más grava y más metal,
más azote brotando en las entrañas de los
indios,
más aire destilando aire
destilando cal:
caliche brotando del abismo.
[ 314 ]
IV
[ 315 ]
Caupolicán.
[ 316 ]
Chaâlis
[ 317 ]
atrapado un amor bajo una viga de ferrocarril
una estrella fugaz, un relámpago mortuorio:
Chaâlis, tu nombre es una promesa.
[ 318 ]
INRI
[ 319 ]
Mi nombre es una sentencia como INRI
como mi narcicismo
y marcaré con el
El hierro de la pampa
El helio de tu boca
El hielo de la zarza.
Yerko Ostap
(La Serena, 1996)
[ 323 ]
Fue la primera de mis mañanas en el día negro Granizaba el
sudor de mi cama la noche anterior y yo juntaba las piedras
diamantinas de mi cielo en un pedacito de mi boca Lo dejaba
siempre a los pies de la puerta que imaginábamos con mamá
Luego lo llevábamos con papá a la cocina A papá también
lo imaginábamos con mamá Y ahí en la mesa que hicimos
con nuestras piernas posábamos el granizo Ese era nuestro
festín invernal Nunca logré explicar por qué las ratas no se
iban si no les gusta el hielo al desayuno Entonces comimos
y bebimos de ese sudor de las nubes Ese sudor de mi cama
la noche anterior
[ 324 ]
Hay un niñito inocente de mí
[ 325 ]
Grandes narices leyendo sin poder escribir
Un poema llorón de mí
Una canción narigona
Niñitos poetas sentados en el borde de mi cama
Recitando tres poemas mudos
Tres poemas narigones
Poemas que abundan en las calles
Donde yo abundé como un niñito llorón
Imaginando una casa y un papá
[ 326 ]
Hay niñitos esquizofrénicos de mí
[ 327 ]
Descubrí que era Dios cuando me bañé en la bendita agua
de mi balde No conocí la ducha hasta los cuatro años Tenía
entonces tres años cuando utilicé mi divino poder para leer a
la edad en que debía ser un tarado como soy ahora Debe ser
porque No conocí la ducha hasta los cuatro años Me dije que
sería un afamado escritor Sería el Neruda sin nariz Debe ser
porque No conocí la ducha hasta los cuatro años Antes de
los cuatro años viví sumergido en un balde de pintura Pudo
ser Cerecita o Tricolor el remplazo al útero de mi madre Era
el tubo del niño Dios Era el túnel al más allá con un arcoíris
al final (Por este detalle creo que era Tricolor) Descubrí que
era Dios cuando me bañé en la bendita agua de mi balde
Cuando descubrí que era la sangre de los niñitos amontona-
dos luego del holocausto en mi patio
[ 328 ]
Me ha pasado eso de no saber escuchar Es una herencia de
[ 329 ]
Cuando fui muy chico hace mil años atrás No jugué con Max
Steel Nunca jugué con una Barbie Nunca tuve juguetes por-
que me daban miedo Era como jugar conmigo Me parecía
ya demasiado vudú Yo tenía un autito de juguete que para
mi papá era un auto de verdad Salíamos a manejar por los
prados al fondo del pasillo Atropellamos varias vacas pero
nunca se lo dijimos a mi abuelo Correteábamos a los ratones
de los muebles A veces los chocábamos Teníamos nuestra
propia pista montada en la cocina que imaginé a un lado del
riachuelo que corría por entre mis pantalones Nos gustaba
avanzar a la velocidad de las gotas de sudor cayendo la noche
anterior ahí fuera Aquí las nubes trabajan en la faena de un
italiano que llega todas las semanas con un tractor del tama-
ño de mil soles Es un autito de gigantes Quizá el italiano es
como yo y tiene un papá imaginario también Quizá también
juega en mi riachuelo allá lejos Quizá atropella a las vacas y
no se lo cuenta al abuelo Quizá el italiano soy yo Pero no Soy
un niñito de pino Soy el error más grande de mi abuelo Soy
un niñito de pino jugando con autitos que para mi papá son
de verdad Porque no tiene un auto grande como el tractor
Mi papá no tiene un papá imaginario El papá de mi papá no
juega con él Yo tampoco tengo papá para que juegue conmi-
go Por eso lo imagino Quizá mi papá me imagina para que
juegue con él
[ 330 ]
Sin saber que eran las hermanitas que quise tener
(La noche anterior me contó que los dioses viejos son abu-
rridos Quiso decir que me quería por ser el niñito Dios)
[ 331 ]
Changos
Atacameños
Diaguitas
Chiquiyanes
Picunches
Pehuenches
Puelches
Poyas
Cuncos
Mapuches
Huilliches
Caucahues
Chonos
Alacalufes
Tehuelches
Onas
Yaganes
[ 332 ]
Chile es un nombre pintado en la cara de un niñito
[ 333 ]
El niño negro se apoderó de los días también
Mientras la luna negra nos ilumina en el día negro
Todo lo cubrió el niñito salido del cuartel
Era el hijo directo del látigo que se escuchaba a lo lejos
estando yo a los pies de la teta más grande en este lugar
la teta santa dibujada en todos los cuadros
en todos los enfoques
en todos los planos
El látigo se escuchaba a lo largo y ancho del cerro
era el padre del niñito negro de sangre seca
[ 334 ]
El niñito Chile se alejó del niñito Dios
Caminamos
caminamos todos juntos tomados de los pies
agachados Con las rodillas casi en el piso
porque podríamos transformarnos
en una sola gran roca sin ombligo
[ 335 ]
si es que el niñito negro en el cielo
quería escupirnos un último sol
Caminamos
todos juntos tomados de los pies
llorando la tragedia
queriéndonos aún más
Han sido varios milenios ya sin escuchar nada del sol negro
Me dijeron que vive en el estómago
del niño negro en el cielo
que no sonríe
que está apagado
que es un pergenio mudo igual que La niñita muda
que no grita más
Sus rayos no gritan más
Le cortaron los rayos de la cabeza
y los enterraron frente a él
haciendo de sí su propia muralla
cárcel y pena
[ 336 ]
(Hay veinte mil estrellas brillando en los ojos del niñito
[ 337 ]
Los niñitos siguieron subiendo la montaña seca Sin frío El
niñito negro tenía el calor de mil soles en sus ojos ciegos No
podía verlos Niñitos blancos en sus ojos negros Caminaron
hasta más no poder y lloraban la teta de su madre La lloraban
Querían leche de donde ya no hay Donde estaba el cuartel
ya no había leche Habían llantos de niñitos sonrientes Esos
niñitos ya no existen Se los dieron al niñito negro Son más
sangre seca para sus dientes El niñito negro seguía creciendo
Los niñitos blancos seguían corriendo lejos del cielo marino
ahí abajo donde las costas no tenían olas Ahí todo era mar
Las aves cantaban con las ballenas Ahí estaba perdido mi
cardenalita Estaba rondando por ahí
Los niñitos blancos están algo viejos Son los primeros án-
geles caídos del techo Los primeros ángeles muertos Los
primeros ángeles negros fuera del negro cielo marino Las
primeras decepciones del niñito Dios
[ 338 ]
El niñito Dios no me cae muy bien
[ 339 ]
Dígase de sí el movimiento
Sirio por sobre todos los colores Las estaciones
[ 340 ]
Aukán Martínez Kramm
(Osorno, 1996)
[ 343 ]
y otras ocultas bajo mi ropa como los huesos de esos tíos
lejanos que aún nadie pilla, que aún nadie reclama.
Nos atacarán con las lacrimógenas picantes, sin embargo,
entre mi colección de cosas heredadas tengo un paladar más
que listo para los sabores fuertes, y sus gases que viajan por
el aire no hacen más que avivar las llamas de nuestros cuer-
pos molotov
Nuestros cuerpos de proyectiles
De pintura y piedras
Nuestros cuerpos de cadena que cortan la luz de todo un
país, un país de nadie, y lo dejan a la merced de sólo un brillo:
Nuestro incinerar.
[ 344 ]
Ícaro quiso alcanzar el cielo
Sin embargo
[ 345 ]
Pero Ícaro desde abajo mira desafiante
No pide lástima
Ladra, grazna, maúlla
Se siente feliz, excitado
Se revuelca con el populacho
Con nosotros sus hermanos
Que le acuñamos en el hueso un manifiesto:
[ 346 ]
Mis pitillos y mis bototos se mueven al ritmo de una banda
[ 347 ]
Despertamos
Avanzamos con coronas de copihues
Rojos, flameantes, esbeltos y flexibles
Copihues
Mis copihues nacidos en este sur sin patria
Copihues sin sangre
Porque cuando les dijeron que era chilena
La regurgitaron toda.
[ 348 ]
Hilos borrachos tanto beber bencina
-cortocircuito-
Sonreímos
Sólo sonreímos
Jugamos
Aún
Somos
Porfiados.
[ 349 ]
¿Y qué cosas van quedando de esta adolescencia tan barroca?
Ganas de cortar, romper
Ganas de matar-me
Matar-te
Matar-nos
Matar-los
Y me consumo
Y de mi sólo quedan los escupos y las flemas
De la botella de cerveza compartida
[ 350 ]
El niñito desobediente
[ 351 ]
Soy tan antropocéntrico que no puedo dejar que otro ser
vivo respire
Soy tan egocéntrico que no puedo dejar que el resto de los
humanos respiren
[ 352 ]
Dándole más vida a mis costillas
Mi garganta
Mis genitales
Y mi corazón
Disparan antorchas
Para que estos lolitos jineteen a incendiar
Sus casas
Sus colegios
Y sus baños públicos
¡Yo!
El cañón de pólvora
Que me auto flagelo
Con orgullo
Con placer
Yo sé
De un niñito X
Que es feliz.
[ 353 ]
Los demonios del tamarugal
La gente que se revuelca
Color pirotécnico
Fuego artificial
Caigo
Sobre el hilo largo y angosto
De bencina
Que ha dejado a su paso
El defectuoso camión de patente norteamericana
Puedo
De que puedo puedo
Tengo derecho
Aunque no lo necesito
Ni me importe tenerlo
[ 354 ]
De quemar las tumbas
Colosales
-A mí me gusta lo colosal-
Colosales
No lo triza
Lo quiebra
[ 355 ]
Ni de dolor
Es el alarido de la fiesta
De los fuegos fatuos
Compartiendo algunos de sus misterios con el pueblo
El misterio de brillar
La verdad de quemar
La realidad
De Luchar.
[ 356 ]
Somos estrellas por derecho ancestral
E S T A LLLLLLLLLLLLLL A R
Pisamos y pateamos
Una explosión.
[ 357 ]
Nos gritamos claves y contraseñas
Salimos a la calle
Con nuestros penes-dinamita
Erectos
Dispuestos para explotar
En medio asfalto
Media noche
Y bañar en fuego
En trozos de nuestra carne
Las propagandas que estorban en mi pasarela
Y borrarle la sonrisa
A los candidatos extraterrestres
Ante el brillo cegador
De nuestra eyaculación francotiradora.
[ 358 ]
El Santo
De tinturas de cabello
Que cubren las banderas como anilina misma
Y manchan los escudos
Que los viejos decoloraron con blondon
Sí
Los lolitos miramos sin cara de pena
Desnudos y floreados
En el agua salada
Las barreras de una cuarentena
Que no contendrá nuestro virus sudaca
[ 359 ]
Somos adolecentes transgénicos
Dando pasos por esta arquitectura adaptada al continente
Que sólo vemos a la luz del flash
Somos el amor
El cariño
Que se le pone al destruir el material público
Al perforar la mesa del liceo
Rayarla
Blasfemarla
Patearla
Y leer su tacto
Áspero / chicle / tajos
Rompiendo la mesita
-metro cúbico-
Que pretende
Sólo pretende
Desmembrar los pedacitos
Del collage
De armas y revistas
Un collage
De muñecos y rouge
Que es
Latinoamérica.
[ 360 ]
Daniel Medina Lillo
(Santiago, 1996)
[ 363 ]
esqueleto del mundo; invisibles rompían
los meridianos, los paralelos — el mundo
se había vuelto más real de lo que era,
y toda cosa ya ni espejismo — pues to-
das las mentiras y todas las verdades se
habían horriblemente fundido; habían
copulado en la Gran Orgía, y la imagen
del atroz Desierto se cernió al fin sobre
nosotros.
[ 364 ]
6° Nos congregaba a todos el desgraciado
[ 365 ]
lancólicos pasos se podía beber el Atar-
decer, y embutirse un montón de Cáp-
sulas lunares por la garganta para jamás
despertar.
[ 366 ]
12° Eran los Terremotos, Señor. Eran los
[ 367 ]
14° Se escucharon graves, gravísimas Trom-
petas y cuernos y tristísimos violines. Nos
preguntábamos si era ese el Canto del
Dios triste, o si era el chillido piadoso de
los trigales, o si era el silbido lastimero del
Viento altiplánico cayendo. Se sacudían las
Flores delirantemente melancólicas con el
grisáceo Viento manchado de sombras, y
sus pétalos violáceos se embellecían con la
escala fosforescente de pardos — parecía
tal foto sin colores pero llena de brillos.
Sepia y barro y grafito y polvo y ceniza
juntos: la Tierra se estaba oscureciendo de
tanta Tiniebla y nosotros seguíamos cami-
nando tranquilos, recorriendo caminos de
piedras y guijarros, amasando pan, reco-
lectando iridiscentes Objetos, degustando
baratos vinos y filmando tristes películas
pornográficas.
[ 368 ]
méricas nos asaltaban sin la necesidad de
[ 369 ]
Así dijeron. Pero yo seguí corriendo por
los campos mientras la Neblina me daba
todavía un poco de visibilidad, Error.
Mis pies se hundían como fosas en el ba-
rro tan joven.
[ 370 ]
estaban desvaneciendo — ahora sé que
[ 371 ]
22° Números, rojos Números. Azules núme-
ros. Verdes números. Números mancha-
dos de sangre. Números con cadenas en
los tobillos. Se podían ver sendos Nú-
meros acongojados y encorvados por
el peso del Sol — Negra Águila, y sus
Ojos incoloros mancillados por las Ti-
nieblas también estaban llenos de Nú-
meros. Niños Números, mujeres Núme-
ros, hombres Números, viejos Números
marchando en círculos concéntricos, en
los campos, en los sembradíos — era su
Éxodo taciturno y contorneado y ultrate-
rrestre — Hoy recuerdo que en un Sue-
ño Él me dijo que esos Números eran la
Raíz de toda tragedia.
[ 372 ]
en el Desierto que es la Civilización — y
[ 373 ]
natos — y los Números eran el Cielo y la
Tierra y el Agua y el Diluvio y las Plantas
y las Nubes y yo mismo golpeando y llo-
rando sobre las Doradas Puertas — y los
Números éramos como venenosas espi-
nas a los lados del ascendente Camino
— y los Números ∞ — y los Números
0 — y los Números — y los N° — y los
— y — Ø.
[ 374 ]
para siempre en mi memoria — las nostál-
[ 375 ]
Oh Señor, el Error. Vagamos errantes.
Siempre lo hicimos por tantos años.
Todo había sido sólo un Sueño. Y jamás
nos movimos.
[ 376 ]
vertiente grasa, correa de articulaciones
[ 377 ]
embadurnaron de arena los párpados y
las sienes y la frente. Como un brujo me
llevé los dedos hacia arriba y vi extraños
lagartos ancestrales reptar por las Arenas
— y descubrí que era yo mismo ese par
de lagartos, y que me tenía que despren-
der de mi cola si quería ser libre y morir
sin tener pagarle un céntimo al barquero
— entonces, acepté y me arrastré hasta
los derruidos Templos de nuestra Ciu-
dad, y traté de hablarle a esos remansos
caminantes y durmientes que eran mis
hermanos — pero estaban en su Sueño
Pesadilla y nada podía hacerlos volver, no
— habían sido consumidos por los Nú-
meros en sus Almas.
[ 378 ]
que me dormí enfermo entre las Dunas
[ 379 ]
mis ojos fueron un par de huevos partién-
dose en dos — reflejando esa Luz y des-
corriendo el Telón Universal. Mis Ojos
eran ese exacto Telón. El globo terráqueo
se descubría con serpientes encaramán-
dosele a los lados e inyectándole turbias
Aguas — esa fue mi Visión — el Telón
estaba compuesto por Números, cataratas
de Números — milagro bestial, pensé yo
— o inaudito Simulacro era todo nuestro
mundo desértico rodeado de esas casca-
das ontológicas. Circular fue mi caída ha-
cia el despertar umbroso del que mis pes-
tañas chamuscadas jamás se recuperarían.
[ 380 ]
36° Los Números simulaban una cortina, un
[ 381 ]
que el Agua sobrevendría algún día, sí, al-
gún día. Mi Corazonada Estrella se agita-
ba como un pájaro enjaulado o un come-
ta. Mi cráneo estaba repleto de Estrellas
por primera vez, y eso que mi memoria
no las reconocía porque hacían años que
no se veían bajo el Cielo. Pude ver dos
Estrellas inmensas que no dejaban y no
terminaban de acaecer — tan hermosa la
Visión, tan hermosa.
[ 382 ]
llada devorada todavía se sentía palpitar
[ 383 ]
Índice
Lluvia o temblor........................................................................ 7