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Frente a la ruptura del encanto, las fuerzas del cinco de abril de 1992 quieren aprovechar la
oportunidad, reintroducir su relato y forzar una nueva puesta en escena. Alberto Fujimori, el
lder del saqueo y las masacres de los noventa, es el que nos lleva de la mano para
presentarnos un nuevo cuento de hadas. Los protagonistas de la guerra sucia, que termin
con el terrorismo senderista, reaparecen escribiendo la historia oficial de lo sucedido en los
aos de plomo y l mismo se muestra como el nuevo hroe civil al que hay que liberar. La
guerra sucia, como final perverso de la violencia terrorista, ya no es una amenaza para la
democracia, ahora se ha convertido en su partera.
La ruptura del encanto y el nuevo cuento de hadas nos estn diciendo que podramos estar
cerca del final del rgimen democrtico que naci a medias con la huida del dictador a fines
del 2000 y que ahora peligra, con toda su precariedad, de la mano del mismo personaje. Ya
conocemos el guin de la guerra sucia luego de la guerra misma: primero hay que ir por los
movimientos sociales y los partidos democrticos, despus el ataque al Ministerio Pblico y
al Tribunal Constitucional y finalmente disolucin de lo que haya que disolver, ayer el
Congreso hoy quizs la Presidencia de la Repblica. Adems, por supuesto, de establecer
que todos somos terroristas. Pero este final necesita un nuevo cinco de abril para culminar
el viraje autoritario. Si ser al contado o en cmodas cuotas y tendr el nmero suficiente de
incautos para permitrselo, est todava por verse, pero ese parece ser el futuro en el
horizonte.
Sin embargo, qu mat la esperanza del 2000? El trabajo incompleto. Quedaron pendientes
polticos y econmicos. Los polticos son evidentes: la constitucin autoritaria impuesta en
1993 y bajo la cual vivimos hasta el da de hoy. Los econmicos se resumen en el modelo
que todava sufrimos y que ha sido vendido como lo contrario de los que es, se trata de un
modelo que reprimariza, concentra y extranjeriza la economa en prejuicio del Per y los
peruanos. Es la persistencia de este orden lo que mat la esperanza de la ltima transicin
democrtica. Una persistencia tal que fue capaz de evitar que surgieran fuerzas alternativas
en estos aos.