do en la Universidad de Surrey en julio de 1994. Más tarde, Sara Arber, profesora de sociología en la Universidad de Surrey y Jay Ginn, investigadora en el National Institute for Social Work, coordinaron el volumen que tenemos entre manos reuniendo las aporta- ciones de especialistas en Sociología, Geron- tología, Política Social, Trabajo Social e His- toria. Obviamente hablamos de la realidad social británica cuya problemática resulta de «RELACIÓN ENTRE GÉNERO máximo interés para nosotros y algunas de Y ENVEJECIMIENTO» las líneas y temas expuestos pueden ser tras- ladados a nuestro país. SARA ARBER JAY GINN (Coord.) El propósito del trabajo es reunir una serie Narcea, 1996 de teorías e investigaciones que abordan 271 páginas simultáneamente el género y la edad como dimensiones básicas e integradas de la vida social, poniendo de relieve que, al establecer La presencia mayoritaria de las mujeres la conexión entre género y envejecimiento, se en el grupo de mayores de 65 años resulta ser contribuye a la comprensión de ambos. un hecho bien conocido, visible y de inusitada vigencia y persistencia en la sociedad actual. Podemos dar cuenta de la estructura de En nuestro país hay un millón más de muje- esta obra comentando por una parte los tres res mayores que de varones, además este des- primeros capítulos, donde en primer lugar, se equilibrio entre los sexos se acentúa con la plantean las cuestiones teóricas que susten- edad, a partir de los 85 años existen dos muje- tan este enfoque y en segundo lugar, el modo res por cada varón, y en el futuro seguirán en que la separación que la sociología habi- siendo más numerosas que los varones. tualmente establece entre género y edad ha obstaculizado la comprensión de las formas Los investigadores en Ciencias Sociales no en que el proceso y significación social del le han dedicado a este hecho la atención que envejecimiento influye en las mujeres y en los merece y aunque lo han abordado con cierta hombres, con las consecuencias que se derivan frecuencia en su faceta aplicada, apenas si ha para unas y para otros. sido estudiado desde el punto de vista teórico. Los argumentos básicos que vertebran el Por este motivo la obra que me propongo primer capítulo son los siguientes: reseñar ofrece un interés particularmente novedoso al incidir plenamente en el trata- 1.º Es inadecuado que la sociología estu- miento de las relaciones que existen entre die el envejecimiento por el procedi- envejecimiento y género. Al alejarse de la miento de añadir el género como una idea de un envejecimiento homogéneo contri- variable más, tal y como viene siendo buye a esclarecer la diversidad tan acentuada habitual en los estudios tradicionales. que este hecho presenta y lo enfoca desde una 2.º Es preciso considerar el género como perspectiva teórica crítica poco frecuentada base fundamental de la organización hasta ahora como es la teoría feminista. social, en la definición del status de las Prácticamente la totalidad de los capítulos mujeres y los hombres al envejecer, de que contiene esta obra se gestaron en un sim- sus relaciones de poder y su bienestar.
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3.º Género y edad están estrechamente hombres viudos se ha construido de forma
relacionados en la vida social, de forma muy diferente en perjuicio de las mujeres. tal que es imposible comprender el uno En el tercer capítulo, Julie Mc Mullin se sin considerar la otra. propone demostrar la necesidad de unas teo- 4.º Los esquemas metodológicos feminis- rías globales sobre las relaciones de género y tas deben aplicarse en la investigación edad presentando algunas perspectivas de su sobre los mayores dando voz a las posible desarrollo y sobre todo extendiéndose mujeres y hombres mayores y adoptan- en las que se basan en la teoría de la distribu- do sus propios puntos de vista como ción de Acker. sujetos y no como objetos de investiga- Así pues, para comprender la diversidad ción. que existe en el proceso de envejecimiento es Mike Bury, desde el punto de vista de la preciso establecer un marco teórico adecuado teoría del envejecimiento, revisa tres impor- que integre el género y la edad, distinguiendo tantes áreas, teniendo en cuenta sobre todo los diversos sentidos de ésta, edad cronológica, sus consecuencias para la comprensión de los edad fisiológica y edad social, así como otras aspectos de la vida social marcados por el fuentes de diferenciación social como la clase género. En primer lugar, los enfoques estruc- social, la etnia o el momento histórico del naci- turales o de economía política y la dependen- miento. Todo ello nos lleva a una reconstruc- cia que enfatizan la pobreza como caracterís- ción de los conocimientos sociológicos actuales. tica de la vejez; a continuación, la teoría de Doris Ingrisch, en el capítulo cuarto, pre- Laslett sobre «la tercera edad» en su búsque- tende mostrar los conflictos que se dan en las da de actitudes nuevas para sacar partido de mujeres entre las funciones prescritas por esta etapa en términos de creatividad, creci- sus roles sexuales y la realidad cotidiana. miento personal y elección. En este sentido el Para ello sitúa a las mujeres en una posición autor enfatiza la necesidad de desarrollar central y les da voz a través de sus historias nuevas funciones para las mujeres dado que vitales. La autora parte de un estudio dirigi- alcanzan mayor esperanza de vida que los do por el Ministerio de Asuntos de la Mujer de varones y, en consecuencia, tienen más pro- Austria y por la Sociedad del Envejecimiento babilidades de llegar a la «tercera edad» y de y de la Cultura de Viena en el que se llevaron permanecer más tiempo en ella. a cabo 30 entrevistas sobre la vida de las mujeres mayores. En tercer lugar, Bury analiza los enfoques centrados en la biografía y el curso vital En el capítulo quinto, Miriam Bernard et poniendo de manifiesto que en la actualidad alii demuestran que el género y la edad son son los más utilizados y señalando la probabi- dos variables que en el mercado laboral perju- lidad de que esta perspectiva constituya el dican a las mujeres. Se refieren a la existencia marco dominante. Estos enfoques desarro- de una barrera o techo de cristal que limita llan el análisis de los orígenes y consecuen- sus posibilidades de ascenso y pone coto a su cias de la dependencia, la discapacidad y la carrera profesional, atribuyendo este proceso desigualdad en la vejez y prestan atención sobre todo a las actitudes de los directivos especial a la dimensión del género como cons- ante el envejecimiento. Algunas de las conclu- trucción social. Por ejemplo, la viudedad no siones son reveladoras en este sentido: las sólo tiene sentidos diferentes para hombres y mujeres llegaban a tener problemas para el mujeres por ser mucho más corriente entre ascenso a una edad inferior que los hombres; las primeras, sino porque el modelo de rela- se consideraba a las mujeres «mayores antes» ciones sociales difiere entre los sexos. La con- que a los hombres y quienes así pensaban ducta «adecuada a la edad» de mujeres y eran sobre todo hombres y no mujeres.
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El estudio se realizó a escala nacional para En cualquier caso estas investigaciones
examinar la situación de las trabajadoras y han puesto de relieve que el hecho de estar trabajadores de edad madura en el contexto casadas resulta beneficioso para las personas de las administraciones locales. Este análisis mayores, en especial para los hombres, las se complementó con una pequeña muestra de personas casadas viven más, tienen más mujeres mayores empleadas en organizacio- satisfacción vital o ánimo, mejor salud men- nes públicas y privadas. tal y física, mayores recursos económicos, más apoyo social y tasas más bajas de ingreso en Otro efecto importante de la desigualdad a instituciones. También pese a que los resulta- la que se ven sometidas las mujeres mayores dos no son concluyentes, parece que la satis- empleadas es que la diferencia de salarios facción en el matrimonio aumenta con la entre hombres y mujeres aumenta con la edad, sin embargo esa satisfacción puede dis- edad. Este hecho acarrea importantes conse- minuir en la edad muy avanzada al incre- cuencias: puesto que la mayoría de las pen- mentarse los problemas de salud de la pareja. siones contributivas dependen del salario de los últimos años, así como de los años de ser- Gail Wilson se centra, en el capítulo ocho, vicio, los ingresos de las mujeres son cada vez en los cambios en los roles de género en la más bajos. Así ocurre en España donde la vejez avanzada, basándose en las experien- diferencia media de salario entre hombres y cias de hombres y mujeres mayores de 75 mujeres mayores de 60 años llega hasta años, muestra que las mujeres pueden bene- 1.573.500 pesetas en el año 2000. ficiarse del cambio, aunque la mayoría de ellas están limitadas por la pobreza, la mala S. Arber y Jay Ginn, en el capítulo sexto, salud (suya o de su cónyuge) y las creencias examinan en primer lugar el carácter que el patriarcales. género da a la jubilación y se centran en la diferencia entre la definición de jubiladas que Son destacables los siguientes resultados: las mujeres mayores hacen de sí mismas y la en la vejez avanzada los estereotipos de géne- que hacen los hombres. A continuación se ro ya no se aplicaban a grandes áreas de la estudia la medida en que las parejas siguen vida cotidiana, los antiguos roles habían des- una de las tres pautas de jubilación: simultá- aparecido sin ser reemplazados por otros nea; sucesión tradicional (en la que el esposo marcados por la sociedad, las divisiones de se jubila después que su esposa) y la no tradi- género se habían debilitado en esta etapa, las cional (la mujer se retira después del marido). mujeres solían manifestar que no les apetecía El capítulo utiliza los datos proporcionados la compañía de personas de edad, mientras por el General Household Survey y el Retire- que los hombres decían que no les apetecía ment and Retirement Plans Survey. estar en compañía de las mujeres de edad. La En el capítulo séptimo, Janet Askham característica dominante de la mayoría de las indaga sobre otro aspecto poco conocido del relaciones conyugales era la continuidad. envejecimiento: la vida matrimonial de las Se apunta la probabilidad de que los valo- personas mayores, poniendo de manifiesto res de las mujeres sean más dominantes que una vez más la escasez de investigaciones en épocas anteriores, aunque sólo sea porque sobre el matrimonio en la vejez. Los plantea- son más en número. mientos más tradicionales se han dirigido al análisis de la satisfacción vital en el matri- El matrimonio constituía un medio de con- monio que la autora considera pasados de trol de las mujeres en manos de los hombres, moda; en su opinión la línea más vigente la aun en la vejez avanzada, de manera que la constituyen los estudios sobre la interac- longevidad matrimonial no hacía sino refor- ción. zar las relaciones de género.
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H. Rose y E. Bruce, en el capítulo nueve, niños. Precisamente porque cuestiona estos
seleccionaron una muestra aleatoria de 1000 modelos explicativos, abunda en la necesidad hombres y 1.000 mujeres mayores de 65 años, de partir de un enfoque metodológico que extraída del registro de edad y sexo de Nor- conecte edad y género centrado en las relacio- town, una pequeña ciudad inglesa multicul- nes de poder entre los varones y las mujeres tural. Aquí se producen diferentes experien- en el ámbito de la sociedad patriarcal, tal y cias y percepciones marcadas por el género, como establece la teoría feminista. por ejemplo: la actividad asistencial se consi- dera normal y natural para las mujeres, pero Finalmente, en el capítulo doce se ofrece la especial cuando la llevan a cabo los hombres, perspectiva del género y las redes sociales en quienes por cierto solían agobiarse menos por la vejez. Los modelos de apoyo en la vejez se la situación de sus cónyuges, elaborando derivan de una compleja interacción de facto- estrategias brillantes que les sirvieran para res sociales y demográficos. Nuestra propia disminuir su tensión. historia, en términos de la descendencia de nuestros padres y abuelos contribuye de for- El capítulo diez nos brinda una valiosa ma importante al tipo de ayuda que tendre- aportación para la comprensión del rol de la mos a nuestra disposición en la vejez. La persona que presta asistencia informal y sus influencia de este aspecto es igual para hom- consecuencias en el empleo. El análisis de los bres y mujeres. Debido a la mayor esperanza roles de género, empleo y asistencia informal de vida, la mayoría de los hombres puede lo llevan a cabo Anne Martim Matthews y esperar el apoyo de la esposa en la vejez, Lori D. Campbell, presentando los resultados mientras que la mayoría de las mujeres han de un estudio realizado en Canadá sobre per- sonas asalariadas con responsabilidades de confiar más en la maternidad. Las mujeres asistenciales sobre familiares ancianos, defi- que han pasado gran parte de su vida adulta nidos como personas de más de 65 años. dedicadas al trabajo de reproducción y han desarrollado más relaciones sociales fuera La característica más destacada de la rela- del ámbito productivo tienen más posibilida- ción entre género y pautas asistenciales es el des de extender y prolongar estas relaciones predominio abrumador de mujeres como pro- después de la jubilación, también es más pro- veedoras de asistencia personal. La relación bable que tengan amigas en la misma situa- entre género, asistencia informal y costes ción y de este modo consigan una mayor capa- laborales es compleja. No obstante, las conse- cidad de afrontar las pérdidas. cuencias a largo plazo asociadas con la renun- cia a la pretensión de ascensos o al desarrollo No nos cabe la menor duda sobre la opor- profesional son particularmente acusadas en tunidad de la perspectiva feminista en el tra- el caso de las mujeres tamiento de temas tan nucleares como los expuestos en cada uno de los capítulos; es de Terry Whittaker, en el capítulo once, pone destacar también la adecuación del uso de las de relieve la insuficiencia teórica y la descoor- técnicas cualitativas de investigación que dinación y falta de solidez en los estudios suministran una buena porción de datos sobre malos tratos, donde el género una vez insospechadamente rica y plagada de ideas más es considerado como variable, por regla novedosas. Todo ello merece ser elogiado y general. La autora recorre los principales items en el estudio del tema, tales como el resaltado y por supuesto recomendado para estrés de la situación, la patología de la per- los interesados en ir más allá de los análisis y sona agresora o la violencia familiar, que son meras conexiones tradicionales sobre género las áreas desde las que se han iniciado los y envejecimiento. estudios sobre malos tratos a mujeres y DULCE GIMÉNEZ LÓPEZ
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