Sei sulla pagina 1di 226
eet Overs CON ANTAURO HUMALA Pedro Saldafia Ludefa a ee Ee ease) Ce Ree conducido y dirigido diversos Ree Pon ue es een tu ae tos de circulacién nacional des- Pesca eC Rec cy erences ie eect ee ery Cee eee gramas que ella desarrallé, fue Piece hen eae Peer em ete Es Poy eee eet Pete ero aes Pee rer) PCC ay Ree Ne a} Pen Ceres eee Rec keane ree Sean Peete eet eee er en mee a oe rene Rouen ur Peeyrmor cate ever ceasacacas anaes ee een ON eeu Deecae eee ee a eae eee eee eee ere CE AUG Hl Weehibrl Ten ey oe ee en CS renee et kl SU et eee se eet Reet Re? Reon ec Eon ere ee eed re ere eer eae hie eter eet ene cs Se M ee ete ste ee ee ree ETNOCACERISTA Y ETNONACIONALISTA que defiende y fomenta con lealtad. Sus reer co ear Cee ete ene rater tere eee esse ce eee on algunas de Sus respuestas, pero como VOLTAIRE tencriamos que decile: “daria. eee net ee ee er ee ead realidades de hoy; yes subversivos de aye, son los politicos actuales. Gral. EP(r) J. German Parra H. “EI Libro de Pedro Saldafia, Conversaciones con Antaura Humala, es una palpitante ere ae Pre eee ee eu eee eee ae an a es Pere cetacean eee her Rafael Romero Vasquez Jefe de la pagina editorial y editor de opinion del Diario Expres PT ee Fee ee ee en ‘mo plebeyo y/o institucional. Personajes come Antauro Humala pertenecen a esta A Nene Nee None cn cue ee acd hhacerse proyecto nacional pan-andino con ese gran visionario que fuera el general er ea erent eure re ee ees Ee RRR caer eel oe desarrollo moderno e institucional. Antauro es un hombre de ideas claras, con las Pierre ec eet ee ee a a eC eee ee a am Pe eee a eee ta a do por los oprimidos del ande. Por todo esto hay queleer este libro, au Le Cee ue ot 1 | ISBN: 978-9972-33-534- AI 97 2il3 PEDRO SALDANA LUDENA CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA Lima - Pert 2007 COPYRIGHT, 2007 Autor-Editor: Pedro Saldafia Ludefia Ley 13714 Impreso en el Perit por Juan Gutemberg Editores Impresores E.LR.L. Jr. Rufino Torrico 577 - Lima Telf.: 426-5848, E-mail: juangutemberg@yahoo.es._ yachay20@yahoo.es ‘Titulo Original: Conversaciones con Antauro Humala Primera Edicion Lima, Mayo 2007 ISBN 978-9972-33-534-1 Hecho el Depésito Legal en la Biblioteca Nacional del Perit N° 2007-07855 Para mi madre, inagotable fuente de ejemplo. Serena en la turbulencia e inspiradora eneldiaa dia (0 SALDANA LUDENA INDICE Capitulo | Desde el nombre... El hombre Capitulo 1 Un “Corpus Christi en la guerra sucia. Capitulo tt Locumba, el mito y e! “mitologizador’ Capitulo IV Periogismo sin mecias tintas: Un buen mensaje y un excelente mensajero? Capitulo V “Los” fraudes del 2006 Capitulo VI ‘Andahuaylas Capitulo Vit Partidocracia, inseguridad ciudadana y terrorismo Capitulo Vill EI etnocacerismo Capitulo IX El escrito, las generales y algo de indigenismo Capitulo X Educacién, proteinas y geopolitica de! hambre 7 19 53 87 113 127 159 187 251 CONVERSAGIONES GON ANTAURO HUMALA Capitulo XI Chile... y el chauvinismo como *necesidac" Capitulo Xil Ecuador, “amazonitis” y La cordilera del condor Capitulo Xl iHomofobia polttca? Capitulo XIV Fusilamientos y “escarmiento histérico* Capitulo XV La Viadiconstitucién de! *ibre saqueo' Capitulo XVI gAmnistia? Capitulo Xvit Miltarismos, civlismos, y utopias Capitulo XVII Iglesia tawantinsuyana, planiicacién familiar y "ereced y multiplicaos* Capitulo XIX Irak, coca y algo més.. Capitulo XX Sobre filosofia incaica Epilogo 273 21 315 327 345 361 379 395 att 431 PEDRO SALDANA LUDENA ALGUNAS PRECISIONES: En la manana del 17 de febrero de este afio, encontréndo- me en el sur chico de Lima, me telefoned @ mi celular mi entrafiable amigo, premipente y joven abogado, Ratil Noblecilla Olaechea; lo hacia para invitarme a cenar como con frecuencia lo hace en su residencia de “El Haras" de la ‘Molina, para conversar -como en la mayor de las veces- tomas politicos; empero, le indiqué que me encontrabe fue- ra de la ciudad y que lo dejéramos para pasado manana, que ya estaria yo en Lima. Antes de concluir la llamada, le pregunté cual era su parecer sobre ef comentario que fe habia hecho hace algunas semanas; me pregunté: 4a qué te refieres? Bueno, le dije, sobre el libro-entrevista que pien- so hacerle a Antauro Humala; se qued6 callado unos se- gundos y me respondié de manera determinant: “jhazio!, porque todo lo que oigo de ese hombre en la prensa son cosas tenebrosas y en el mejor de los casos contradicto- rias, entonces creo que al sefior Antauro Humala se le debe escuchar sin satanizarlo; deduzco que tiene cosas intere- santes que decir” Le contesté que le agradecia su comen- tario y répidamente cortamos. Al rato continué haciendo labores de ocio donde me encontraba, que para eso esta- ba abi. En Ja noche, al salir a pasear y a comer con una guapa lugarefta, no dejaba de pensar en la respuesta tan clara de Ratil, me dije para mis adentros también: “creo que estoy en lo correcto al intentar concretar este libro-entrevista, porque nada significativo tendria un material de esta natu- raleza -género periodistico, por cierto, poco usado en nues- tro medio- con algin individuo de vida formal, pero que ° CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA con Antauro seria diferente, reparaba, por tratarse de un caso polémico y complicado”. No obstante, lo que termind por convencerme de realizar este trabajo, fue la oposicién visceral que encontré en algunos familiares y amigos muy queridos, que al enterarse de mi propdsito, reaccionaron como impulsados por un resorte, Aninguno de ellos le res- pondi, 0 en todo caso mi respuesta fue el silencio y poste- riormente, claro, la publicacién ahora de este libro, y todo dentro de la mayor cordialidad. Yen cuanto al entrevistado, tengo algunas cosas que re- ferir, como que lo conozco. desde hace muchos aftos, si bien no lo he frecuentado, empero, un lustro hacia atras he tenido desde ahi en adelante con él encuentros interca- lados. Asimismo, quisiera mencionar, que en el desenlace de este trabajo muchos me han preguntado: gqué opinion tengo de él?, y mi respuesta ha sido para todos la misma, que es la siguiente: "es un hombre definido, con ideas cla- ras, y estoy convencido que sus manos no estén mancha- das de sangre porlos luctuosos sucesos del andahuaylazo, ya que esté explicado y demostrado hasta la saciedad, quienes son los responsables de ello, y 8s, pienso, la con- tra-figura de su hermano Ollanta’. Asimismo, es pertinente subrayar, que a lo largo de nues- tra rocambolesca vida republicana sus mas destacados protagonistas mayormente también pasaron por las maz- morras, siempre por razones politicas. ¥ dentro de las uilti- mas ocho décadas, por s6lo mencionar este ultimo tiempo historico, muchos fueron considerados terroristas por in- surgir contra el injusto y corrupto orden establecido que hasta hoy sigue increible y descaradamente vigente. Y en esto tiempo, infortunadamente, se flamean los mismos 0 PEDRO SALDANA LUDENA conceptos econémicos y “democraticos" de hace sesenta afios, que no dieron resultados ni beneficios a las grandes mayorias y que llevaron al pais hacia mas confrontacio- nes, Siendo asi, y por estos dias, revisando antiguos libros estacionados en los anaqueles de una rica y vieja bibliote- ca, pude corroborar como en un interesante compendio bajo el rotulo de “La Republica Militar, Pert 1930-1980" cuya primera edicién fue lanzada en los primeros dias de 1979, obra del reconocido periodista Guillermo Thorndike, cémo distintos personajes en su momento eran cataloga- dos de terroristas por levantarse contra ef oprobio, la des- fachatez de las élites plutocraticas, o contra la gangrena permanente de este pais: la corrupcién. De tal manera que Thorndike relata didécticamente que fueron, entre otros, considerados “delincuentes terroristas” personajes como: Haya de la Torre, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Arman- do Villanueva de! Campo, Luis de la Puente Uceda, el poe- ta Javier Heraud, Alejandro Romualdo, José Maria Arguedas, Ciro Alegria, Antenor Orrego, los jévenes de la vanguardista revista “Hora Zero”... todos ellos pasaron por las carceles del Estado decrépito, prepotente y coruptizado. Con todo, el caso de Villanueva de! Campo es muy rele- vante: preso varias veces, definido como un vulgar delin- cuente prontuariado por las distintas administraciones re- accionarias, lo catapuitan como un lider histérico de los ideales del aprismo primigenio. Su primer numero de pre- sidiario fue el: 32268, en tiempos en que constitufa un de- lito agravado el solo hecho de estar afiliado al APRA. Hoy en dia, desafortunadamente el APRA se ha entregado otra vez a los nuevos barones de la derecha. Y algo que es para no creer, hasta los reaccionarios mismos mandaban presos a sus discolos compafieros reaccionarios, tal es el CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA caso que hasta Pedro Beltran y Pedro Rosellé, pasaron una temporada en El Frontén. Ahora bien, es evidente la motivacién politica del acto de insurgencia encabezado por Antauro en la madrugada del 1 de enero de! 2005 contra el inmoral Alejandro Toledo, incapaz siquiera de reconocer a su hija Zarai (sino hasta que se encontré contra las cuerdas), mintiendo al pals so- bre este hecho antes de estar en el gobierno (y ya estndolo también), y que debid de ser destituido por ef Congreso declarndose su incapacidad moral, lamentablemente no 1o hicieron; sin embargo, se hizo todo lo contrario mante- niéndolo en el puesto. Lo correcto era pues, declarar la vacancia del cargo de Presidente de fa Republica; y para “aferrarlo’, incluso nuestro tercermundista Tribunal Consti- tucional de marras, e! 2004 elev6 el ntimero necesario de congresistas para declarar la vacancia del cargo de Presi- dente de la Reptiblica. No conforme con esto, Toledo a su vez, se dedicé a dar respaldo a los cambios que se intenta- ban hacer mediante la falsa formula de la “Reforma Cons- titucional” dentro del Parlamento, sin tener éste facultad de Poder Constituyente, ya que se trataba de un simple Congreso ordinario amén de fundamentalmente ser la Constitucién de 1993 espuria y no proceder dicho meca- nismo. Y al validar el “presidente” Toledo la Constitucién fraudulenta del 93, como hasta ahora se sigue validando de forma miserable, ilegitima e inconstitucional, se puso fuera de la legalidad; Toledo por Io tanto, al no funcionar los mecanismos constitucionales debié ser relevado del mando por las FFAA, para que reponiéndose la Constitu- cién de 1979, concomitantemente convocarse inmediata- mente a una Asamblea Constiuyente y nuevas Eleccio- nes Generales. Hoy el Pert continia subyugado y su vo- 2 PEDRO SALDANA LUDENA luntad popular obviada, en consecuencia debemos exigir cuanto antes la convocatoria a una Asamblea Constituyente que le devuelva al pueblo su voluntad soberana hoy en cautiverio, de lo contrario tendriamos toda la raz6n como Io hizo Antauro, de invocar y ejecutar el derecho de la in- surgencia, como lo seffala la legitima Constitucién de 1979. Lo que afirmo, no significa que necesariamente concuer- de con las ideas de Anturo Humala, empero si concuerdo con el caso de la legitima insurgencia del Andahuaylazo, y sigo afirmando y sosteniendo la defensa de dicha rebelion Justicima contra el oprobio de la Constitucién de 1993. En consecuencia, las preguntas que todos debemos de for- mularnos son: Por qué Antauro contintia preso? ¢Por qué os reservistas que se levantaron contra Alejandro Toledo exigiendo su renuncia contindan presos? ¢En suma, por qué todos ellos continwtan presos si también se levantaron contra la apécrifa Constitucién de 1993?, de tal manera que hha llegado la hora de exigir la libertad de todos ellos por haber salvado el honor de un pais. Esto implicaria que también hay responsabilidad, en quie- nes mantuvieron y mantienen atin hoy la ilegitima *Carta” del 93. De otro lado, debo confesar que mis platicas con Antauro para concretar este material, que hoy el lector tiene frente aéi, se han realizado sorteando las normas impuestas por el INPE, algunas veces mintiendo de mi parte para supe- rar los interrogatorios que les realizan a los visitantes los encargados de la seguridad del penal de “Piedras Gordas", y otras hasta “dejando un sencillo” para no tener ninguin tipo de inconvenientes en mi labor periodistica de entro- vistador que me propuse cumplir, y la he cumplido toda B CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA vez que mi entrevistado de ordinario solo puede recibir exclusivamente visitas de sus familiares consanguineos. Finalmente, quisiera agradecer a todos aquellos que con- tribuyeron de distintas formas para que pueda terminar este proyecto que hoy sale en circulacién; entre otros, permitaseme mencionar a mi distinguido amigo Wilder Pisco Valverde, especialista grafico que sin su participa- cidn creo que no hubiera sido posible parir este libro-entre- vista, al Dr. Gustavo Adolfo Mendoza Lopez por sus cons- tantes sugerencias intelectuales y por cierto muy didacticas. De otro lado, quisiera agradecer a todos los integrantes de la Organizacion Civil Legitimidad Democratica (ALD) por ‘su apoyo desinteresado para con el objetivo de concluir este trabajo. San Isidro, 17 de mayo del 2007 El Autor PEDRO SALDANA LUDENA .. La historia de todos los pueblos prueba que toda idea nueva fue y es revolucionaria, y que no se mata la idea suprimiendo a sus defensores. EI socialismo reconoce el hecho de que nadie social- mente es responsable de lo que es; de que todos fos ma- les sociales son el producto de la pobreza, y que todos de- bemos evitar y combatir el mal donde se encuentre. Yo creo que llegaré un tiempo, en que sobre las rui- nas de la corrupcién se levantaré la esplendorosa mafiana de un mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos fos monstruos anacrénicos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones. Samuel Fielden Héroe de la revuelta de Haymarket (Chicago, Estados Unidos) acaecida el 4 de mayo de 1866, porsu defensa dela jornada laboral de las ocho horas. PEDRO SALDANA LUDENA Antauro a la edad de nueve afios, degustando un sabroso cuy. Pumatampu - Ayacucho 1974. 7 DESDE EL NOMBRE... EL HOMBRE PEDRO SALDANA LUDENA = Pedro Saldafia: Mayor Antauro, en principio muchas gracias por concedernos esta entrevista, que por cierto va a ser extensa, y darnos la oportunidad para escla- recer muchos aspectos de su accidentada y discutida vida politica, para que pueda asi, la opinién publica sa- car sus propias conclusiones. Mi intencién es solo pe- riodistica y las preguntas que le formularé estaran su- jetas al rigor periodistico que exige objetividad. Sera Ja cludadania la que tenga la palabra final. = Antauro: Estoy de acuerdo, no hay problema y le agradez- co su interés por la causa etnocacerista. Sélo le voy a pe- dir que no interprete mis palabras, sino que las coloque tal como las declaro. = Pierda cuidado, Mayor, cuéntenos un poco de su in- fancia. = Soy el cuarto de siete hermanos, y el penultimo de los varones que somos cuatro, Naci un veintinueve de junio de 1963 en Lima. Pertenezco pues, a la primera genera- cién familiar de hijos de migrantes serranos de aquel éxo- do andino, acaecido desde mediados del siglo pasado hacia las urbes costefias, que de a pocos han ido cholificando una capital que le dio la espalda al pais pro- fundo. Estudié primaria y secundaria en el Franco-Perua- no hasta que me expulsaron en quinto de media, razon por la que mis padres me enviaron al Cusco en donde al CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA culminé en el Colegio Nacional de “Ciencias”. No se vaya pensar que esa “deportacién’ fue una especie de casti- 0. Quizas por el contrario, pues por tradicion familiar siem- pre el primogénito ~en el caso de mi familia, el mayor es Ulises- debia culminar sus estudios escolares en el “Cien- cias” del Cusco. Ahi habian estudiado nuestro hermano mayor, mi padre, mi tio-abuelo Genaro y asi ascendentemente desde nuestros ancestros, los curacas de Pumatampu (Paucar del Sara Sara-Ayacucho), tal como se nos habia entronizado desde niios. Refiérase que en la 6poca incaica funcionaba en Cusco el Yachayhuasi en donde se educaban los hijos de los caciques, y que ya enla época Virreynal, aquel centro de estudios pasé a denominarse “Colegio de Caciques" que a su vez —una vez instaurada la Repiblica- paso a denominarse “Colegio Nacional de Gien- cias y Artes’, fundado por Bolivar, luego de la batalla de Ayacucho, Esa tradicion la quarda aun mi familia; entonces mi padre, pese a no ser yo “primogénito’, opt6 por que me empapase de la mistica cuzquefia; ademas mi expulsin se debié mas que todo a desavenencias entre él ya direc- ion del colegio (era presidente de la APAFA). El Cusco me impact6 de sobre manera y en especial el Colegio Na- cional de “Ciencias’, proviniendo yo de un colegio exclusi- vo de Lima. Me parecié “sensacional’ ver compafieros de clase ingresando con ojotas y cosas por el estilo. También incursioné en el mundo de la marihuana entre el rook y el 2 PEDRO SALDANA LUDERA huayno, entre la rebeldia y la pasion. Aque! 1980 fue decisi- vo en mi forma de pensar y ver las cosas. Al afio siguiente, después de tanto “relajo y librepensamiento’, ingresé a la Escuela Militar de Chorrillos. Por lo que veo, su padre es el patriarca de un clan politico. ¥ corriendo por la vena de los Humala sangre “regia” de los curacas de Pumatampu, podemos ex- plicarnos su caracter rebelde... Creo que como buen padre, tuvo la virtud de proyectar en sus hijos sus ideales pendientes. Ideales que se encarg, conjuntamente con mi madre, de interiorizarnos pedagégicamente desde nifios. La lectura individual como colectiva era casi un culto, en una bibliografia especial- mente seleccionada. Por supuesto que habia quienes mas nos “zambulliamos” (en la biblioteca casera), que otros, que de veras lo veian como “penitencia”. Si bien es cierto mi padre tuvo formacién marxista (contaba que aprendio adeletrear en el “Amauta” de Mariategui cuyos ejempla- res llegaban hasta la recéndita aldea de Oyolo- Pumatampu), jamas dejo de preservar en su esquema mental la etnicidad tawantinsuyana. Etnicidad que, com- binada con el factor clasista, constituyé el summum ideolo- gico, sise quiere, de aquel clan familiar. Es necesario re- ferir que mi padre estuvo vinculado en sus etapas prepa- ratorias, al contingente guerrillero que a mediados de los 2B CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA sesentas se inmotaron con Dela Puente y Lobaton en Mesa Pelada y Pucuta, Inclusive llegaron a reunirse en ciertas ocasiones en su oficina de abogado. Ahi hubo discrepan- cias insalvables, empezando por el desconocimiento de! kechua y su idiosincrasia por parte de un MIR que hasta en a barba imitaba estereotipos foraneos. Ademas no se pusieron de acuerdo en el reconocimiento de una “poten- cialidad revolucionaria” dentro de las mismas filas del Ejér- Cito. Por Ultimo, entiendo que mi madre pudo haber influido decisivamente para que mi padre terminara por abstener- se de la accién guerrillera. Habia por entonees cuatro crios que mantener... De manera que, deduzco, mi padre endo- 86 en nosotros, obviamente en quienes asumimos mejor el mensaje, aquella “ansiedad etnorevolucionaria’. Habia pues, un compromiso generacional acumulado de siglos, en una familia serrana que de alguna manera logré pre- servar su memoria milenaria de forma explicita 2Es cierto que su padre-tal como lo dierona conocer ciertos articulistas durante Ia efervescencia del pro- ceso electoral del 2006- los educé a todos ustedes, Jos hermanos Humala-Tasso, “para presidentes”?, di- gamos al estilo de unos “Kennedy cholos”; lo cual tiene cierto asidero al haberse dado, quizés como caso tinico en el mundo, que un par de hermanos candidateasen en simulténeo a la presidencia de la re- 4 PEDRO SALDAMNA LUDENA publica, tal como acaecié con Ulises y Ollanta. Mira, siempre se nos inculcé el “pensar en grande”, en tér- minos “macro”. Inclusive uno de los libros que eran de obli- gada lectura en el ambiente familiar, era precisamente “la magia de pensar en grande” y las biografias de persona- jes histéricos. Cada cual de los hermanos, subconscientemente, ya iba proyectando sus aspiracio- nes maximas en la carrera de su vocacion... Que en el caso de los que escogieron Ia vida militar, Ud. y Ollanta, culminaba en palacio de gobierno. zNo es asi? Pero en nuestro caso -tal como nos lo inculeé nuestro pa- dre- no como un fin de vano poder, sino como medio de transformacién revolucionaria. Sin embargo, en el caso de Uds., los hermanos milita- res, ninguno llegé a ser “espada de honor”, asi que puedo entender que el objetivo se les complicaba. Claro, ademas que en la familia no habia tradicion cas- trense, No habia “pedigree militar’ ni vinculo alguno con las argollas tradicionales. No obstante, pude percatarme que para mi generacién aquello de la “clasica junta militar’ sudamericana, conformada integramente por generalotes, ya no era viable; es decir que para nuestros objetivos po- liticos no constituia un requisite el generalato, sino un ran- 2 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA go intermedio con mando de tropa y, obviamente, hartos cojones. Y esto es algo que se avizora actualmente en Latinoamérica , en donde tenemos los casos del coronel Gutiérrez en Ecuador y del comandante Chavézen Vene- Zuela, asi como “casi” el de nosotros aca. Y es que, la ver- dad, con la pentagonizacién de las FFAA latincamerica- nas el generalato ha colapsado moralmente. ¢Acaso no se les ve poblando las cérceles en Argentina, Chile, Perd, Ecuador e inclusive Bolivia (caso Garcia Meza-N. delA.)? ‘Me imagino que este “instinto golpista” contaba con ef apoyo pleno del clan familiar. Quiero aclarate, antes, que si bien es cierto el llamado “golpe de Estado” puede ser ilegitimo y antipopular en las democracias genuinas, digamos como las del mundo de- sarrollado, no sucede tal en el orbe “de color” subdesarro- llado. Muchas veces son legitimas y producto del clamor popular ante la traici6n y colonialidad de las comuptas elites gobernantes. En cuanto al “apoyo conspirativo" del clan familiar, claro que se daba, pero en si misma, la opera- clon era solo compartida entre los “hombres de armas”. Es usted casado, y sies asi, gcuantos hijos tiene? Estoy casado con la compatriota Isabel Paiva, natural de Tumbes, con quién tengo dos bellos hijtos: Antaurito y Urpi, de 11 y 9 arios respectivamente. % PEDRO SALDANA LUDENA ~ Siendo sus hijos tan pequerios, los hechos que Ud. ha protagonizado, sipara los adultos son fuertes, para ellos deben haber sido muy duros. ~ Si que lo fueron; lo cual constituye para mi una permanen- te espina en el corazén, Pero estoy seguro que, en el fon- do, estos trances les fortalecen el espiritu ademas que les tiemplan el cardcter. Se les ha inculcado que deben sen- tirse orgullosos de lo efectuado y ya han superado con ore- ces la intensidad de los primeros momentos. Asus cortas edades han asumido una actitud muy madura. En ese as pecto me causan orgulllo y satisfacci6n, pues tengo la cer- teza que continuaran por la senda generacional. - éLo visitan acd en el penal? — Una prision jamas deja de ser un lugar inhumano. Por eso decidi con mi esposa que las visitas de nuestros hijos sean en contadas ocasiones, solamente por nuestros ‘onomasticos. Afortunadamente, son un par de nifios muy inteligentes y valientes, que ademas cuentan con el apoyo del resto de la familia. - Los nombres de ustedes como Ollanta, Ulises, Imastmac, Kusicoyllor, Antauro y de sus demas her- manos, son muy emblematicos y atractivos; esto de- muestra que desde a pila bautismal, don Isaac ya se traia algo bajo la manga. a CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA - Simplemente aplicé la coherencia nominativa para con sus hijos, en funcién de la identidad etnocultural. Mas bien creo que en un ambiente tan desidentificado con su ser colectivo, como es nuestro pais, lo que deberia llamar la atenci6n es llamarse ‘Juan’, por ejemplo. Entonces, cuan- do noto que alguien se impresiona por los nombres de mis familiares, capto instanténeamente la gran tarea de “desintoxicacién cultural” pendiente en nuestro medio: jlo que deberia ser la regia se ha revertido en la excepci6n! Por supuesto que, también, me hace evocar este “mun- do al revés"- aquel prélogo de J.P. Sartre a los “condena- dos de la tierra’ (Franz Fanon—N. del A.):*... 10 esimpo- sible convertir a un hombre en bestia’; empiécese por despojarle de la identidad desde la falsificacion de sunom- bre, o sea de su linaje. Por consiguiente, los nombres apli- cados en mi familia, en verdad, debieran ser extensivos al grueso de la poblacién “de color” y de estirpe cobriza, la- mentablemente en quincuacentenaria orisis de identidad. = Yono me llamo “Juan”, me llamo “Pedro”, y con este nombre latino-castellano no creo, en lo absoluto, ser deficitario en cuanto a identidad se refiere. Recuerde, mayor, que somos un pais mestizo. = Claro que lo somos, sin embargo en la cuantificacion de ‘ese mestizaje -posiblemente en tu caso particular no- el grueso poblacional resulta de mayoritaria estirpe nativa, B PEDRO SALDANA LUDENA independientemente del complejo que puedan tener ono en asumirse “blancos”. Entonces, cuando el cholo cree ser medio cholo y el medio cholo asume ser medio blanco y este, a su vez, blanco... pues no debe extrafiar la falacia del registro electoral “mayoritariamente latino” o la surrealista guia telefénica en la que “constatamos” que nuestros apellides son casi en un 90% de estirpe euro- occidental, de tal manera que nos vinculamos mas con el Mio Cid que con el "barbaro” de Manco Capac. Por ende, en esa extension politica de aquella falacia nominativa 0 baulismal, nos parecera “correcto” que en un pais de “co- lor” como el nuestro, resulte que de los 98 jefes de estado habidos desde 1532, ya sean virreyes o presidentes, el “monopolio” blanco-criollo haya sido casi total. No deja de ser valedero su enfoque, sin embargo debe reconocer que ya estd generalizada la nominacién castellano-latina, y en todo caso el “nominativo” de su familia es excepcional... No lo niego; pero observo esta reversion del sentido co- mun como derivado de la dependencia cultural impuesta desde el siglo XVI via la invasion extracontinental, con sus bautizadores de “manadas sub-humanas’ y sus leyes de Indias que a la postre nos han trastornado colectivamente el seso. Pues bien, una manera de sanearse es, justamen- te, reivindicando la memoria y por ende la personalidad » CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA historica empezando por el ‘nombre propio”. Mire nomas, el caso homélogo de aquel afto-peruano comentarista deportivo, Philip Buther, cuyo apellido resulta ser en ver- dad del amo blanco que compré a su tatarabuelo esclavo enalgtin muelle negrero del Callao o de Chincha... O sino a Teofilo “Cubillas” oa Lucha “Fuentes”, cuyas negrituras tesienten el apellido postizo. éNo cree que exagera en su radicalidad, puesto que después de todo ya existe un estatus quo al respec- to? Aligual que existia antes de ser insertados, por los Piza- rros y Almagros, como “extremo Occidente”. En cuanto a lode “radicalidad”, efectivamente, este acomplejamiento es también radicalmente vigente, raz6n por la que los nom- bres originarios “llaman la atencion”, asi como jo saluda- ble en un ambiente enfermo. Pero también, entenderé que los Mamanis, Condoris y Quispes no son tan mayoritarios como Ud. quisie- rae Craso error. Solamente en la falaz guia telefénica elabora- da en funcién al acomplejado RENIEC 0 al inquisidor sa- cramento bautismal, somos “oficializados” como minaria, PEDRO SALDANA LUDERA - éMe esta diciendo a diferencia del caso de los afrodescendientes- que “los Pérez no son Pérez y que Jos Juanes no son Juanes”? - Eso. Y es que si evisas las crénicas de la conquista, cons- tataras que -dentro del marco coactivo dela cruz yla es- pada- la “cristianizacion" de los infieles cobrizos, efectua- dos por millares de Ciprianis y Valverdes, implicaba via el bautismo “en manada’, la censura del nombre y/o apellido nativo por los del “bautizador’ hispano, Claro ejemplo se tiene en el cronista Felipe Huaman Poma de Ayala, en donde el “de Ayala” lo determind el apelativo del invasor. De esa manera, los millones de Quispes y Mamanis se metamorfosearon en Pérez y Sanchez. Ademas era una manera de adaplarse al nuevo establishment etnoclasista. Toda esta fenomenologia ha determinado que en la republiqueta peruana las minorias demogréticas (criollas) actden como mayorias oficiales y que, a su vez, las mayo- rias demograficas acttien como minorias oficiales. + Confirmeme si sus padres son abogados. — Ambos lo son; ademas mi madre fue maestra. ~ Si Ud. estudi6 en el Franco-Peruano, debe saber ha- blary escribir francés con fluidez. - Leo, hablo y escribo en francés. Hasta he hecho de tra- ductor. a CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA = ¢Ahora bien, su ingreso ala carrera militar en qué se fundamenta, fue decisién suya 0 imposicién de sus padres? = Saliendo del colegio, mas me inclinaba por la agronomia; pero fue mi vida adolescente, disipada y bohemia, que —desde el Cusco- alarmé a mis padres. Creo que asu- mieron respecto a mi el clésico esquema: *... mi hijo se esta descarriando; nada mejor que meterio al Ejército para que se recomponga...”. Es asi, que al retornar a Lima, lo primero que hallé al ingresar a mi cuarto de la casa fami- liar, fue el prospecto de Chorrillos y me dije: "Qué loco!” Porentonces, ademas, mi otro hermano mayor -Ollanta~ ya era cadete en la Escuela Militar, asi que cuando salié de franco lo primero que hice fue preguntarle “qué tal era la Escuela’, a lo que me respondié positivamente. Eso ter- mind por animarme del todo. Tres meses después estaba ingresando como cadete del primer afio, o sea como “pe- ro", lo cual me chocd bastante. Jamas me gust Chorri- llosy todos los afios me impulsaba a solicitar mi baja, sien- do siempre disuadido por mis hermanos mayores. Fue asi, que como quien dice “sin querer queriendo” 0 a regahadientes, egresé como subteniente de infanteria en Enero de 1985, Es recién como oficial, en mi caso parti- cular—como infante que era—destacado a zonas de emer- gencia como jefe de patrulla en operaciones contra Sen- dero Luminoso en los lares reconditos de nuestras serra- 2 PEDRO SALDANA LUDERA nias, que recién me enamoré de la milicia, y asimismo volvi a retomar el hilo del proyecto familiar. Ademds, segtin la tesis patemna, el ejército -tal como lo demostré Velasco— podfa ser también un “elemento de cambio" con el aval que ahorraria harto costo social. E's en esos avatares de la guerra interna que, como contrapropuesta a la pentagonizacion de nuestra praxis y doctrina contrainsurgente, fundé en 1989 la "Logia Etnocacerista” con un grupo de tenientes de mi promocién. En ese afio (1985) de su egreso ocurrié la masacre de Accomarca, en la que el también subteniente Telmo Hurtado fue responsable de ésta lamentable masacre a sesenta y nueve campesinos... gAcaso ambos ~Hurtado y Ud.- son promocionales? No; éles dos afios mas antiguo que yo. Fue -en la Escue- la Militar- mi “aspirante” (cadete de tercer aio - N. delA.) cuando yo era “perro” (cadete de primer afio —N. del A.) Entonces, evidentemente se conocieron, ademas -entiendo- ambos pertenecen al arma de infanteria. Claro que nos conocimos, asi como con el actual “padre Martin’ que pertenecié a la promocién que me sigue. En el Ejército todos nos conovemos. Es una caracteristica de la institucién, Es mas, en el caso de Telmo Hurtado inclusive llegamos a integrar, conjuntamente con mi hermano Ollanta 3 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA (cuya promocién es intermedia entre la mia y la de Hurtado), el equipo de natacion de la Escuela Militar de Chorrilos. Telmo fue -Mayor Antauro- mi promocional en el Co- legio Militar Leoncio Prado... y le digo que toda la pro- mocién quedé estupefacta ante aquella tragedia. Sim- plemente no lo podiamos comprender. Es por esto que en mi labor periodistica hago esfuerzos por explicar no justificar-aquel “corto circuito” ocurrido en la men- te de un antiguo amigo. Digame, entonces, zqué tipo de “transformacién” ético-doctrinal-castrense pudo tener, al extremo de cometer semejante barbaridaden la sierra ayacuchana? Ese no era el Telmo adolescen- te de Leoncio Prado. En la Escuela Militar de Chorillos fue un cadete, digamos, “normal” y hasta con cierto don de mando, pues fue desig- nado al comando de una seccién de cadetes de menor rango: La mia, En cuanto a la matanza de Accomarea, bueno, ahi él fue un simple ejecutor dela dactrina de gue- tra contrasubversiva importada del Pentagono, que -por cierto- es monstruosa. Hurtado fue un mero cumplidor de Ordenes “sin dudas ni murmuraciones” en pro de la demo- cracia criolla, tal y conforme les enrrostré a los miembros de la Comisién Investigadora del Congreso (entre quie- nes estuvieron Javier Diez Canseco y Javier Valle-Riestra). PEDRO SALDANA LUDENA + Esa comisién -recuerde mayor- condené aquel ge- nocidio. = Nole quedaba mas opcién. Todo el mundo lacondend... y con ello también se impugnaba hipécritamente el modus operandis de la “guerra sucia’, puesto que impunemente las masacres y fosas comunes continuaron por una déca- da mAs. “Bien muertos, mal matados’, fue-en resimen- la conclusién del Estado criollo. Y es que el establishment globocolonizador requiere por “necesidad vital” de sus Accomarcas, Cayaras, Frontones y Cantutas. Por consi- guiente, son sus FFAA|as que les sacan las castafias del fuego y también a quienes se condenara, encarcelandose © proscribiéndose a sus particulares ejecutores. Al res- pecto, Telmo Hurtado fue contundente en la respuesta que le dio a la Comision Investigadora, mas o menos con este tenor: “...Gracias a este accionar que les estremece, es- tan sentados ‘democraticamente’ donde estan. Sin em- bargo les digo que esto no es agradable, pero lo hace- mos para que los subversivos no los dinamiten a Uds. Es por esto que me necesitan en|a linea, en el fondo Uds. me aman...”. = ZAcaso no habia, o no hay, alternativa... 0 sino, c6mo hizo Ud.? = Antes de cefiirse a la “obediencia debida”, impugnar la “orden indebida’, lo cual -con el respectivo argumentoideo- \6gico- inevitablemente derivaba, en esas circunstancias, 3s CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA en eletnocacerismo, que a su vez, desde el saque manda al tacho todos los manuales y reglamentos traducidos del inglés provenientes del US Army en lo que respecta a contrainsurgencia y guerra de baja intensidad. Obviamen- te, para adoptar semejante actitud se debe tener un espi- ritu hereje en medio de un ambiente en donde no se duda ni murmura... Y nuestro excamarada Telmo no era hereje, por lo tanto tampoco dudaba ni murmuraba. Debié haber sido condecorado por el Agregado Militar norteamerica- noy develadose un busto suyo en la plaza de Accomarca, bajo parecido criterio al que ha determinado que Pizarro lo haya tenido en la plaza mayor de Lima. UN “CORPUS CHRISTI” EN LA GUERRA SUCIA... PEDRO SALDANA LUDERA ~ Ya que aborda el tema de Sendero Luminoso, le pre- gunto zqué fue lo que sucedié para usted de 1980 al 2000: un asunto de represién policial o una guerra interna? ~ Si se visita el cenotafio existente en la parte posterior del Patio de Armas del Cuartel General del Ejercito (‘Pentagonito”), se contabilizaran cerca de tres millares de nombres correspondientes a los muertos de las FFA. en dicho periodo, entre oficiales, suboficiales y tropa; cifra que basta y sobra para evidenciar “técnicamente” que se trato de una guerra, Nada menos que la mas cruenta del siglo XX en nuestro pais, tanto en su estadistica "extema” como “intema’. Refiérase que los dos conflictos habidos con Colombia en 1911 y 1933 sumados a los tres acaeci- dos con Ecuador en 1941, 1981 y el 2005, en su totalidad no nos han inflingido mas de dos mil bajas entre muertos y heridos. Ha sido, pues, la insurgencia senderista, todo un asunto de guerra civil que hasta ha determinado la confor- macion de una denominada Gomisién de la Verdad y Re- coneiliacion, la cual establecié en 69 mil muertos el saldo de bajas, fuera de heridos y damnificados, que tranquila- mente pueden completar el cuarto de millén. Ha sido, la guerra intera de 1980/2000, la manifestacion insurgente mas contundente en versién clasista habida en el Peri. Digo en “versién clasista” porque en “version etnocultural” mas contundencia hubo en las insurrecciones de Manco » CONVERSACIONES CON ANTAURO MUMALA Inka que cerod en simulténeo las urbes de Lima y Cusco, en las guerras tupacamaristas y pumacahuistas. Lo que queda evidenciado en la secuencia y magnitud de conflic- tos intemos en nuestra patria, es que el resentir de Huamén Poma (“el mundo/al revés") como la rabia arguediana ("el pais hirviente’), siguen vigentes desde 1532 y que, histeri- camente, un chispazo puede sequir encendiendo la pra- dera, tanto bajo consignas étnicas, clasistas 0 ambas yux- tapuestas. Usted luch6 como oficial del Ejército Peruano contra Sendero Luminoso bajo érdenes de dos gobiernos de turno; cuéntenos como fue esa experiencia. Técnicamente, desde la perspectiva contrainsurgente, fue una “guerra de tenientes’, o sea de patrullas de infanteria infectadas mentalmente con las reglamentaciones tradu- cidas del inglés del US Army. Vale decir, en funcién a un modus operandi inspirado en la "casuistica’ del Far West conjugada con la aplicada contra el Vietcong, lo cual, “eje- cutado” por los tenientes mestizos en crisis de identidad contra una poblacién “genéticamente sospechosa’, tenia inevitablemente que producir sus fosas comunes con ADN cobrizo. Precisamente, el etnocacerismo se genera en esas dramaticas circunstancias como natural reaccion nativista ante aquella ‘pentagonizacion’. En cuanto'a ex- periencia personal, hubieron dos casos que me impactaron 4 PEDRO SALDANA LUDERA de sobremanera, ambos productos de enfrentamientos armados con pelotones senderistas. El primero, en las al- turas de Tomaykichua (Huanuco), a fines de 1986, cuando luego de darle alcance a uno de esos pelotones en las orillas de la laguna Chinchobamba, se dio la inevitable balacera noctuma con el saldo de cuatro senderistas muer- tosy un soldado herido, ademas de una menuda jovencita ~también combatiente senderista -impactada en el brazo yen el t6rax, que casi agonizante imploraba agua; ante lo cual le brindé mi cantimplora ayudandola a sorber el liqui- do. Se bebid todo el contenido, y en medio de aquel ano- checer serrano agonizaba tendida sobre la hierba, conmi- goa su lado. Con voz tenue balbuceaba que cuidaran a su hijita que estaba en tal pueblo, cuyo nombre no capté. Y yono sabia que decirle, acaso pedirle perdén... Lo cierto era que no me sentia “orgulloso’ en lo absoluto. Todo lo contrario; porlo menos reconocia para esa muchacha mas respeto que a los pillos del Congreso que cacareaban sobre su repugnante “timocracia’. El otro caso que me impact6, fue en Marzo de 1990 en Jatun Huasi, hacienda abandonada en la circunscripcion de la SAIS “Tupac ‘Amaru’ en Junin. Ahi, en medio de un enfrentamiento ini- ciado al medio dia, fue que al avanzar con unos cuantos soldados hacia los cadaveres senderistas con intenci6n de recoger sus fusiles y mochilas, aparecieron sibitamen- te desde las elevaciones, francotiradores que nos obliga- 41 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA PEDRO SALDANA LUDENA ron a *zambullirnos” en un riachuelo préximo, cuyo talud nos serviria de parapeto. Apenas podiamos movernos, pues el fuego arreciaba, no quedandonos mas opcién que sacar piedras de! lecho para “elevar’ el parapeto para estar més a seguro. El otro resto de la patrulla, como a 200 metros, tampoco podia acudir, pues se encontraba a raya por los francotiradores. Y a nosotros el agua gélida nos acalambraba constantemente. Y asi comenzaron a pasar las horas de hostigamiento. Muchos de nosotros pensa- mos que de ahi ya no saldriamos. Fue entonces que me asol una angustia, no por la posible muerte que vela muy cercana, sino por no haber siquiera intentado muchas co- sas que pretendi... pero sin alreverme: decirle a tal chica que me gustaba o increparle a tal general que era un la- drén.... pero que “ahora” ya era demasiado tarde, Fue re- cién la llegada de la noche lo que nos permitié salir del atolladero y reunirnos con el grueso. Desde entonces me volvi *hereje”. Si se quiere, un “achorado" curado contra el susto. Pero mas alld de mi casuistica personal, creo que en aquella guerra interna se dieron dos tipos de conduc- tas operativas en el Ejército: los combatientes y los sicarios. Los primeros 1a gran mayoria- simplemente com- batimos “fusil contra fusil’ con las respectivas bajas de ambos lados, en “buena lid’ (si asi se puede describir una guerra entre compatriotas). Los segundos, a su vez, ja- mas combatieron “fusil contra fusi’, sino que ullimaron gen- 2 te desarmada, ya sea rendida o ajena al conflicto; degene- randose en los Accomarcas, Cayaras, Ayahuancos, Barrios Altos, Cantutas,ete.... en donde no hubo “enfrentamientos", sino cobardes asesinatos contra gente desarmada y/o iner- me. Estoy convencido, pues, que entre quienes combati- mos como soldados, tanto subversivos como contrasubversivos , si que puede haber “verdad y reconci- liaci6n*, mas no entre quienes actuaron como desprecia- bles sicarios: cobardes que mancillaron aquel fratricida conflict. Me parece, entonces, una distorsion mental que se pretenda generar “héroes” del tipo Giampietii, alias el “Grau del Frontén’, o del “Anibal de Cayara" como el Gral. Valdivia... lo cual conllevaria a reconocerle calidad solda- desca a sicarios como Martin Rivas 0 Telmo Hurtado. Defi- nitivamente, lo que mas lamento de esa guerra es haber arriesgado el pellejo por una "democracia’ tan envilecida como la de la Republiqueta Criolla, que por donde se le hinque el dedo sigue reventando pus. ~ Yen todas aquellas bajas que sus patrullas le infligie- ron a los pelotones senderistas, durante su estadia de varios afios en las zonas de emergencia, podria re- ferir-sino es indiscrecién, por cierto- gcudntas le co- rrespondieron especificamente a Ud.? ~ Claro que es una indiscrecion de parte suya, iNos mata- mos entre compatriotas! Y no es que tema, de revelartelo, 8 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA las “implicancias” de una investigacién... Total, la Comi- sion de la Verdad ha sabido, si cabe la palabra, respetar los avatares de los enfrentamientos armados “fusil contra fusil”, ya que su labor se cifié especificamente a las viola- ciones de los derechos humanos, cosa que en mi “modus operandis” jamas se dio, pese a las mafiosas conjeturas que podrian tejerse. Me acuerdo, en la revista Caretas, que se le tipificé como el “temible Corpus Christi”, acusdndolo de “po- tencial genocida” en las serranias de Hudnuco de a mediados de los 80’s, zqué respondié al respecto? Zileri (Director de Caretas — N. del A.) ha sido, mas bien, estupendamente tipificado por César Hildebrandt como el "Pedro Navaja de la prensa peruana’. Y, pues, ese Pe- dro Navaja lleg6 a acusarme, o mejor dicho calumniarme, de abigeo, asesino, ladr6n y que inclusive “no me violé a una viejita porque le faltaba un diente” (risas) ... iNole creo! Fue textual. 2Y quién fue el autor de ese articulo? No creo que haya sido el mismo Zileri. No; fue el animal de Enrique Chavez, que entonces fungia de“humal6logo" PEDRO SALDANA LUDENA ~ Pero, ciertamente, Ud. tuvo como seudénimo el de “Corpus Christi”; vaya,vaya, el cuerpo de Cristo, ¢Por qué? ~ Jamas lo he negado. Ademds nos fueron impuestos los apelativos. Asi se estilaba. Por lo “normal eran de indole guetrera o hasta mitolégica, como parte de la guerra sicologica. Huelga referir que también los mandos sub- versivos y su militancia en general recurrieron a los apelativos 0 seudénimos, aunque de tipo comun: “Artemio”, “Gonzalo”, *Feliciano’, etc. En mi caso particu- lar -en aquellos afios 1985 y 1986- sucedié que los apelativos aplicados por el Mayor Jefe de Operaciones de mi batall6n, o sea el S-3, fueron originalmente de indo- |e “feroz” para con los oficiales destacados a las bases contrasubversivas: Konan, Descuartizador, Hitler, Destripador, Therminator, Bestia, Destructor, etc., suce- diendo que al enterarse el General de la Divisién, que en- tonces tenia su sede en Huancayo (3 ava. Division de in- fanteria), este exclamé: * Carajo, estos seudénimos pare- cen que fueran del pabell6n mas hamponezco de Lurigancho! Que no jodan: ahora se denominaran San Juan, San Lucas, San Pedro, San Mateo...", yami-como subleniente Jefe de patrulla- ya no me aleanzaron los nom- bres apostélicos, que se agotaron con los capitanes jefes de base; me tocé el de *Corpus Christi”. Asi de anecdsti- co. 48 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA = Algo gracioso, sin duda. Bueno, entiendo su reserva en cuantificar sus bajas particulares, pero ~perdéne- me la insistencia- ¢cual fue la sensacién en el momen- to del enfrentamiento mismo, en que se le dispara y quita la vida al adversario, en esas circunstancias en que defendia al “Estado Criollo”, tal como Ud, fo de- nomina ? - Debo precisarte, no lo olvides, que soy militar; hombre de armas. Esa es mi profesién; por consiguiente he sido en- trenado para eso. Te diré, entonces, que si bien es cierto es sumamente intenso el momento del enfrentamiento, 0 sea de la “balacera’; en el caso, 0 los casos particulares ‘que me tood vivir, tuve la ventaja de iniciar el enfrentamiento antes que el adversario me lo inicie.... PEDRO SALDANA LUDENA En enero de 1985, recibe la espada de oficial del Hjército Peruano de manos del Presidente Fernando Belaunde Terry. 4 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA = £Qué quiere decir? - Que yo los vi primero antes que ellos a mi; lo cual es deci- sivo. El denominador comin de todos mis enfrentamientos fue que siempre, luego de dias o semanas de caminata, lograba darles alcance a los pelotones senderistas y madrugarios desde retaguardia, por supuesto, luego de haber dejado media patrulla rezagada y ~cuando nos des- plazébamos montados- con varios caballos reventados, sea muertos de cansancio; lo cual era natural en medio de esa guerra que también se caracteriz6 por ser eminen- temente de movimientos. ~ ¢Acaso los emboscaba? - No, porque jamds tuve la oportunidad de anticipar sus iti- nerarios (de los pelotones subversivos) y poder “aguar- darlos" para cogerlos de sorpresa. La verdad sea dicha, jams me enteré de un solo caso en que el ejército emboscase a los subversivos. Lo que sucede es que la fuerza insurgente por lo normal es clandestina y por ende nto se sabe donde se ubica; lo contrario de la fuerza contrasubversiva, cuya ubicacién (bases, cuarteles, etc.) es piblica y por consiguiente mas facilmente “emboscable” en sus movimientos. En mi caso, solo lograba daries al- cance y avistarles por detras, por lo que solia aperturar con los soldados que me acompafiaban en esos instan- tes -y sin esperar a los rezagados- los disparos en los 8 PEDRO SALDANA LUDERA primeros dieza veinte segundos. .. vale decir los més que suficientes para hacerles las primeras dos o tres bajas, ya sean heridos o muertos... Pero se supone que la reaccién senderista seria igual de letal... No; por lo menos en aquel primer minuto de combate, ya que la reacci6n instintiva de adversario “sorprendido por detras’, al ver al primer camarada acribillado “desde no sabe donde’, consiste en escabullirse detrés de una cu- bierta o de un abrigo para salvar el pellejo. Puro instinto de conservacion. Es decir, tenian que perder valiosos se- gundos en correr y agachar cabeza, sicologicamente alte- rados y angustiados en no saber “de donde mierda les disparaban’. Ya hasta que lograsen reaccionar adecua- damente, vale decir, recobrando el contacto entre ellos, ya sea por la voz 0 por la vista, para adoptar determinada forma de accién, pues para entonces —pasados varios minutos- ya estaban arribando mis rezagos, incrementando nuestra potencia de fuegos, no quedandoles a los adver- sarios mas opcion que huiry a nosotros, luego de recoger las armas y demas pertrechos dejados por ellos, seguir- les, pero ya con escasas posibilidades de retomar con- tacto, dado el agotamiento de la gente, Mas bien, daba cuen- ta por radio ami Puesto de Comando, indicando la ruta de huida afin que los helicépteros sembrasen las patrullas con- 0 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA venientes, que por lo comtin, nolograban reubicartos, 0 sim- plemente -dada la poca disponibilidad de estas naves- des- pegaban con dias de tardanza, y si la orden se le daba a determinada base, por a lejania, en varios dias de camina- ta alazona del enfrentamiento, sus patrullas rara vez logra- ban encontrarse con el peloten senderista, - éQué procedimiento adoptaban con los heridos? - Era excepcional hallar, en ambos bandos, heridos. No por “maldad’, te lo aseguro. - Sino por qué? ~ Por “seguridad”. Lo cual es simple de explicar: Cuando } queda alguien tendido en medio de la balacera, lo mejor, } siesta herido, es que logre cubrirse, de alcanzarle las fuer- | zas. Sino que rece mientras se hace el “muertito”, porque | todos los combatientes adversarios le “aplicaran” definiti- vamente su respectivo “balazo de seguridad’, ya que el | herido puede también disparar. O sea que al herido se le mata y al matado se le remata, - gUna especie de “repase” a la chilena? ~ No; elrepase era un crimen de guerra, porque se efectua- ba ‘post combate”, en cambio lo que te describo se efec- taba en pléno combate. Alo sume, el herido lograba ago- nizar en el post combate. » PEDRO SALDANA LUDENA - £Y cual era el procedimiento para con los muertos? - \dentificarlos, para lo cual se nos “aconsejaba” portar un tampon y papel, para tomar las huellas dactilares, que por supuesto muy pocos hacian. ~ ¢Acaso, cémo se ve en las peliculas de Vietnam, se les “cortaba las manos”? - Escuché versiones al respecto, pero nunca fui testigo de eso. En micaso, simplemente les enterraba 0 los dejaba en el sitio, encargando a los campesinos de las aldeas més cercana que les dieran sepultura y hasta que les hi- cieran misa, tal como efectivamente sucedid en San José de Quero-en las inmediaciones de la SAIS TépacAmaru- en Junin, creo que en 1990. — ... Como un buen Corpus Christi. ~ Era lo que indicaba el sentido comin y no la estipida re- glamentacién emanada del Pentagono y que se repetia como “chichefié” en nuestra Escuela de Guerral 3 LOCUMBA, EL MITO YEL “MITOLOGIZADOR” PEDRO SALDANA LUDERA - 2 cémo se da ese transito entre esa “Logia Etnocacerista” surgida de la guerra sucia (como reac- cién ante la “pentagonizacién”) y la rebelién de Locumba? - En aquella logia siempre fuimos conscientes de la nece- sidad de una rebelién que rompiera la cadena de mando entre un generalato pentagonizado (y corrupto hasta la médula) y una joven oficialidad libre pensadora y por ende emancipada de los parémetros del establishment. Se pue- de decir que se trat6 de un conflicto generacional-cas- trense. Lo singular era que aquel ‘libre pensamiento’, 0 herejia, se sustentaba en la etnicidad (factor etnoclasista) antes que en la lucha de clases (factor clasista). Ademas esa “cadena de mando” que prescribe (jerarquica como moralmente) que el soldado obedezca al cabo, este al sargento, este al oficial subaltemno y asi sucesivamente hasta el mariscal, hacia mucho tiempo que habia colapsado moralmente, tanto por cuestiones de corrup- cién como de “guerra sucia’... La institucién habia ingre- sado a una espiral de descomposici6n que llegaria a su climax con la viadimirizacién del Alto Mando. Y es que la Fuerza Armada-"Ejército”, cada vez mas, degeneraba en Fuerza Armada-“banda’. Habia, pues, un catalizador in- surgente dentro de los cuarteles jLa rebelién etnocacerista era inexorable! Es asi qué cuando era destacado a cual- quier guarnicién lo primero que me planteaba, ni bien pi- 8 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA ‘saba mi nuevo cuartel, era la “técnica” que debia aplicar para levantarme ala tropa y capturarme al (vladi)general. Lo cual, efectivamente hice el 29 de Octubre del 2000 en Locumba, cuando tuve que ponerte una pistola en la sien al General Bardales, Jefe de la Sexta Division Blindada.... - Eso fue en Fuerte “Arica” el 2000... ~ Si, en Fuerte Arica, en la madrugada del 29 de Octubre. - Tengo parientes militares y ya me imagino la repercu- ‘sién que debe haber causado entre los generales la “herejia” que un mayor someta a punta de pistola a un general ya un coronel delante de la tropa... Y bue- no gc6mo fue ese episodio? ~ El convoy rebelde, que ya habia abandonado el Fuerte, sufrié un percance en la cuesta de Toquepala. Se habia averiado un camion MAN, precisamente el que encabe- zaba la columna. El radiador humeaba. Fue entonces que en un jeep me interné por el desierto hasta encontrar un ‘campamento en donde recogi agua y enseguida retorner. Lalda y vuelta me tomé veinte minutos. Pero al retorno, me topé con el General, conjuntamente con el Coronel Jefe de Estado Mayor y una pequefia escolta, que hablan dado alcance al convoy. La tropa estupefacta en las tolvas de fos camiones y con los fusiles en ristre no sabia a quien obedecer: si al general o al comandante (mi hermano), los % PEDRO SALDANA LUDENA cuales no atinaban a nada, salvo mirarse las caras. Perci- bi que aquel que metiera el “primer carajo” se aduefiaria de la situacién, vale decir del mando de tropa. Fue enton- ces que sin siquiera terminar de bajar del Jeep, desenfundé miarma y a medida que me aproximaba le apunté al ge- neral, a quien le “ordené” que levantara las manos y se las pusiera en la nuca, para a continuacién despojarle de su armay simulténeamente indicarle a Ollanta que desarma- raalcoronel. Asi se les hizo prisioneros y la tropa termind porsubordinarse. éY cémo asi lograron apoderarse de la mina Toquepala (Southern Perti Cooper Corporation); aca- so fue una emulacién a la captura de la refineria de Talara (Internacional Petroleum Company) por Velasco, acaecida 32 altos antes? En cierta manera si. Comprendimos (incluido mi padre, que nos “asesor6” en el planeamiento, particularmente a mi, cuando lo finiquitaba atin en Lima) que era necesario politicamente capturar el enclave cuprifero transnacional més importante del pais, aunque slo fuera por horas. Habia que "mear” ahi. En cuanto al ingreso a la Mina, tuve que adelantar, ya no en el Jeep, sino en el propio “camionet6n’ del general (poniéndolo a él de chofer con un arma apun- téndole), con dos sargentos al asiento trasero y tres reservistas en la tolva. Asi nos presentamos en la garita 7 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA de ingreso a la Mina, cuyo jefatura de seguridad -coinci- dencias de la vida~ estaba a cargo de un ex oficial EP que habia sido mi“técnico” en la Escuela Militar. Tuve que fingir que habia sucedido una volcadura de un camién del Ejército y que requeria de un vehiculo similar para recoger alos heridos y trasbordar los pertrechos. Fue asi que en- vié el reemplazo y el convoy pudo llegar—con Olanta- a Toquepala, en donde permanecimos por ocho horas, tiem- po en el que ademas de emitir el “Manifiesto Etnocacerista’, nos avituallamos para iniciar la “marcha de remembranza etnocacerista' (sic) internandonos por las serranias de Puno, Moquegua y Tacna. éYeste General, al que Ud. habia “degradado” a sol- dado raso, al ponerlo de chofer, que decia? Definitivamente el momento mas crucial fue en los “eter- nos segundos’ entre la conminacién que le hice -mientras loapuntaba con una pistola- para que levantara las manos y las pusiera en la nuca, y el acatamiento mismo; pues como que percibi, en nuestro cruce de miradas, cierto ha- lito de resistencia. Es evidente que si se hubiera negado resueltamente, y encima delante de la tropa, me hubiera puesto en un gran aprieto, pues no hubiera tenido mas alternativa que dispararle a la pierna, dado lo imperative de las circunstancias. Ya con el dominio pleno de la situa- cién, una vez embarcado el viadigeneral y su empleo 8 PEDRO SALDANA LUDERA “como chofer’, la tensién habia disminuido parcialmente. Mientras conducia, esporadicamente desviaba la vista hacia mi como queriendo reconocerme entre la corpora- cion de sus oficiales, por supuesto, inttilmente. Fue en- tonces que, con el fin de fijarme una idea de su personali- dad, le pregunté si habia servido en las zonas de emer- gencia, alo que lo me respondid afirmativamente. Y esta indagacion la hice porque —con mi experiencia de com- bate en aquellas zonas- podia “medir", solo con las res- puestas, el ipo de militar que tenia ante mi. Acontinuacién le pregunté si habia tenido enfrentamientos con los gru- pos subversivos, a lo que también respondié afirmativa- mente. Hasta ahi, todo normal, pero cuando le repregunté cuantos (enfrentamientos) habian sido”, se me revel6 como un torpe fanfarrén: “sesentisiete”... iNi Andrés Avelino Caceres! Ahi terminé por ganarse mi desprecio. Eviden- temente no habia pasado de ser un oficial de escritorio experto en “fabricarse” partes de combate y estar presto a colocarse entre las argollas de turno de los corrompidos altos mandos. Ademas, en aquella seleccién darwiniana “al revés’ que rigid durante el viadimirismo castrense, el solo haber llegado a general ya era un signo de alta delincuencialidad, Fue entonces que le ordené que hicie- ra alto y se pasara, ahora con las manos atadas ala es- palda, al asiento trasero, poniendo a uno de los sargentos al volante, Desde entonces se le traté como a cualquier 2 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA prisionero, sin consideracién especial a su alto rango. Ya en Toquepala, el hombre era un manojo de nervios que balbuceaba cuando le increpaba su deshonor implicito al acatar las érdenes de la tirania. Durante el resto del tra- yecto, hasta el caserio de Muylaque, en donde se le liberé (al dia siguiente), ya era un individuo destrozado animicamente, humillado a consecuencia de su carencia de genuinos valores patrios. Evidentemente, con la captu- rade este general, habiamos pasado el ‘punto de no re- tomo”. - Pero también hay algo “nebuloso” en aquella prime- ra rebelién etnocacerista; me refiero ala versién de la famosa “cortina de humo’, el “Karisma” y el subse- cuente vinculo con Montesinos, de lo que mucho se ha hablado... habida cuenta de la “coincidencia sos- pechosa” que tanto la insurgencia de Locumba como la fuga del “Doc” se efectuaron un 29 de octubre, e incluso han salido a la luz varios registros de lama- das entre un celular asignado a Montesinos y Fuerte “Arica” aque! mismo dia, Qué puede deciral respec- to? = Te aseguro que a lo sumo fue “casi” una coincidencia... - e"Casi”, como es eso? = Que en realidad la rebelién etnocacerista “del 29 de octu- w PEDRO SALDANA LUDENA bre” no fue el 29 sino el "28 de octubre” del 2000. Si se trata de ser exactos, sedmosio. El sabado 28 de octubre alas 9 PM un grupo de reservistas y yo estébamos en Camiara aguardando al convoy que —se suponia- saldria de Fuerte Arica (distante a 6 kms) para embarcamos y enrumbar hacia Toquepala. El convoy no llegé a esa hora, sino tan solo mi hermano conduciendo un jeep, a eso de la 11:00 PM, para avisarme “que la oficialidad se habia chuipado” (no habian retornado de su salida de franco en la ciudad de Tacna), y asimismo me consultaba la posibi- lidad de “suspenderio o postergarlo”, a lo que le hice ver que de todas maneras, atin sin més oficiales que noso- tros dos, debfamos seguiradelante, pues —con el servicio de soplonerfa que era el SIN- en cuestion de horas ya se sabria este intento y terminariamos presos. Fue entonces que me “chimbé” conjuntamente con varios reservistas en eljeep y junto con mi hermano ingresamos al Fuerte. Eran aproximadamente las 11:20 PM del 28 de octubre. Nos demoramos hasta las 3 AM, ya de la madrugada del do- mingo 29 de octubre, para salir del cuartel con las tropas embarcadas y avituallados para la tarea. A las 6 AM de aquel domingo ingresabamos sorpresivamente a Toquepala y a las 10:00 AM emitiamos el Manifiesto Re- belde. Es decir, que cuando se efectan aquellas llama- das del “Karisma”, nuestro convoy estaba a 100 kms de Fuerte “Arica”, Pero ademés existe un dato inobjetable que ot CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA termina por despejar toda duda: el Manifiesto Rebelde, tipeado por mi esposa en computadora, pero con la fecha en blanco, fue llenado a lapicero alla en Toquepala. ¢Por- qué? porque lo confeccioné varios dias antes, cuando el viadigeneral Villanueva Ruesta era el Comandante Gene- ral del Ejército; sin embargo, no logré enterarme (durante mi trayecto de Lima a Tacna) que la tarde del 28 de octu- bre acababa de ser reemplazado por su colega Walther ‘Chacén Malaga... jyen el Manifesto aun figuraba el ante- rior! Bueno, esto aclara el panorama y no deja dudas al respecto, que por cierto resurgieron como por arte de magia en la camparia electoral del 2006... sin embar- go quisiera que me dé su interpretacion sobre las la- madas del “Karisma” a Fuerte “Arica”. Puedo imaginarme -poniéndome en los zapatos del pro- fugo Montesinos- que en altamar, al enterarse de “una re- belin militar’ (considérese que el Gral, Bardales es cap- turado a las 3AM del 29 de octubre y que el otro captura- do, el coronel Chaparro, que habia sido liberado en el mis- mo sitio en donde dieron alcance al convoy, avisé a mas tardar a las 6 AM del hecho al cuartel general de la ra Regién-Militar; determinando que la informacion ya corrie- se como reguero de polvora por todos lo cuarteles de pais, yobviamente con mas detalles en el SIN que seguia “fiel” @ PEDRO SALDANA LUDERA a Montesinas), repito, entonces el “Doc” al ser informado por radio o celular, en el "Karisma”, obviamente tuvo como primera reaccién indagar sobre el “quién, dénde y cudn- do”. Qué debid hacer entonces? Pues llamar al cuartel del Fuerte “Arica”, seguramente esperanzado en que el viadigeneral Bardales —colocado por él- se hubiera suble- vado (a su favor) “contra el chino”. Esto era logico en esas dramaticas circunstancias en las que ~como ya se sabe- se acababa de frustrar un intento de golpe de la cupula militar contra Fujimori (en la que se pretendié entronizar al “vice” Tudela). Pero, lamentablemente para Montesinos, la rebelin era por parte de un par de oficiales de mando medio que en su Manifiesto lo sindicaban, a él y a su so- cio, como “delincuentes y traidores a la patria’. Entonces aquella rebelién comenzaba a “revolucio- narse”, gno lo cree? Por supuesto; fui siempre conciente de eso: El descono- cimiento del Alto Mando determinaria también el desco- nocimiento de la presidencia de la Replica, mejor dicho de la “republiqueta’. Es decir, de ninguna manera podia seralgo ‘institucional’, “doméstico” o “sindicalero’, tal como habia sido la conspiracién (pues no llegé a cristalizarse en rebelién) del Gral, Salinas el 13 de Noviembre de 1992, que ni siquiera tuvo un Manifiesto Politico. CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA = gPero todo este “alboroto” politico-republicano, siasi se le puede denominar, que ustedes los Humala han generado en el pais, estaba planeado, sucediendo que después las cosas se les salieron de control? = Creo en la desencadenacién historica y ~dentro de ella- en la incidencia del liderazgo. Ese “alboroto” que tu alu- des, en realidad constituye una fase del gradual “cambio de frente” en un Peri cada dia mas desbordado por la inexorable cholificacién. Y, bueno, nosotros (mi padre y yo, dentro del “clan familiar’) simplemente procuramos discer- nirle el rumbo ideolégico y politico, en base a la reivindica- cion de una identidad que lo proteja (a aquel proceso) de la voracidad desintegradora de la globocolonizacién. En- tonces, al margen de un planteamiento ideolégico tenia que haber una “ejecutividad” plasmada en un par de rebe- liones armadas, un periédico, varios libros y en fin— todo un aparato partidario etnocacerista... Por supuesto que de por medio fue decisivo el “factor cojones”. Fue, pues, en el aspecto de “fabricacién del lider” que erramos. Ollanta -el menos lector de la familia— no estuvo a la altura de las circunstancias histéricas y degeneré de mito (pre-fabrica- do) en caricatura precozmente acriollada, muy aparte de sus insalvables vacios éticos. No obstante, este error es plenamente superable, puesto que la base social de ese “alboroto republicano” se mantiene précticamente intacta. PEDRO SALDANA LUDENA 2“Intacta”, pese ala “caida libre” electoral de Ollanta que en Ia primera vuelta de marzo 2006 obtuvo 31%, y que en las regionales de seis meses después (noviem- bre 2006) no llegd al 7%? En tanto la “cholificacién hirviente y legitimamente resenti- da" marque la pauta social en el pais, aquel potencial —mas alla de los vericuetos electorales- siempre estara ahi, a veces refugiado en el voto viciado, nulo 0 blanco (a manera de repudio politico y sociolégico), como también en la insurgencia armada, el achoramiento popular 0 en el 6xodo al extranjero. Lo que a su vez suele “enchufarse” enel liderazgo con ejecutoria contestataria in situ, ya sea genuina o postiza (“pre-fabricada’), Asi, podriamos expli- carnos el “efecto cuatro suyos', el “efecto Locumba’ y el “efecto Andahuaylas”... con él “defecto” de haberse entro- nizado postizamente a Toledo e inclusive a Ollanta, que si bien es cierto -en él caso de este uiltimo- fue el coman- dante del batallon sublevado, a las veinticuatro horas ya no teniamos mas que dos 6 tres soldados, terminando -€l- por refugiarse en una Iglesia y luego en un apartamento citadino en Tacna, divorciado de los millares de reservistas que desde el segundo dia subleron a las serranias moqueguanas y desalojaron al Ejército de la zona ‘libera- da’. Y ahi fue mi primera gran desavenencia con mi her- mano. Yo queria hacer una revolucién, mientras que él se limitaba ala rebelién de tipo doméstico-"sindical’ o mera- 6 CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA mente “institucional”. Sin embargo, habia que “quardar las apariencias’, y por ser el de mas graduacién, solo por eso, se le entroniz6 como el “lider” que suscribia el Manifiesto Etnocacerista jsin siquiera saber el significado de ese término! Sin embargo habia nacido el “mito” para unas masas sedientas de esperanza. Detélleme, a ver, este aspecto del “nacimiento del mito”... gc6mo fue? Esta, digamos, “ansiedad mitico-social’ de los sectores populares, la percibi en mis correrias por las serranias moqueguanas y tacnefias, al mando de los contingentes reservistas, ya en la etapa “no convencianal” y més pro- longada de aquella primera rebelién. Sucedia que en todo caserio 0 aldea en la que entrabamos, la gente se apifia- ba, dejando sementeras y ganados, para recepcionar jubilosamente a sus “hermanos reservistas’, y viendo que el que comandaba era yo, se me aproximaban y abraza- ban, lamandome “Ollantay” u*Ollanta’, a lo cual me agota- ba en explicarles que no.... que “yo no era Ollanta’, para inmediatamente ser auxiliado por uno que otro reservista que los calmaba diciéndoles “no, él es el My. Antauro, el hermano", Por supuesto que la efervescencia no mengua- ba, pero quedaba un hélito de incertidumbre. Los campe- sinos, entonces, sin siquiera dejarme saborear los alimen- tos que nos brindaban, me asediaban a punta de pregun- 6 PEDRO SALDANA LUDENA tas: “ZY donde esta el comandante?” (estaba -ya en ese entonces- refugiado en la Iglesia de Moquegua, a lo que piadosamente mentia: “jesté al mando de 400 reservistas, marchando por las alturas de Arequipa....”); “Mayor, suher- mano debe ser mas alto que Ud., zno es asi?” (Ollanta mide 1.71 y yo 1.77, pero tenia que seguir insuflando el “mito”, diciendo: “claro, él es mucho més alto que yo"); y como me veian todo hambriento, flaco, barbado y huesu- do, por lo extenuante de la campafia, ellos proseguian: “Mayor, gacaso el comandante Ollanta es asi, ‘tan flacuchento! como Ud.?” (Ollanta es “guatén”, pero yo res pondia inoculéndoles optimismo, pensando con perspec {iva sicosocial; “iNo! 6 es recontra-maceteadazo’)... Y es asi que me iba percatando que mientras nolo vieran tanto mejor, ademas esto contribua a colorear de excitacion rebelde la cotidianidad de nuestras sencillas gentes; de manera que, asi, “imaginado’, Ollanta careceria de de- fectos y se endilgaria todas las virtudes. La idealizacion se mantendria, pues, en tanto menos visualizacion directa tuviera. Ese seria el secreto del mito. Y su hermano estuvo de acuerdo? Su acuerdo 0 desacuerdo era irrelevante; estaba siempre ausente. Primero, en aquella primera rebelion etnocacerista, como ya es sabido, desde el segundo dia ya estaba refugiado en la Catedral de Moquegua para or CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA después trasladarse a Tacna, en donde se escondié en la casa de una parienta en donde vio la rebelion por TV. Lue- go, una vez amnistiados y libres se mantendria “encapsulado” dentro de la institucion castrense, a la que habia sido reincorporado para después ‘recontra ausen- tarse” en las agregadurias de Paris y Seu. No causa menos que sorpresa el “escondite” en la iglesia de Moquegua, y la verdad, a él-Ollanta- casi nise le vio en aquella gesta, mas bien sia Ud... Pero, digame zAcaso esto noe resta a la “heroicidad mitica” que Ud. propugnaba en su hermano? Claro, motivo por lo que lo mantuve en reserva, pero que ahora ya no se justifica. La verdad, yo me enteré de su “escondite’, sino hasta la segunda o tercera semana de la rebelion aquella, cuando ingresé a Moquegua al mando de ochocientos reservistas. Es mas, seria mi hermano Ulises quien ~casi jocosamente—me confirmaria esto, con lo anecdético que el propio Defensor del Pueblo (Santisteban de Noriega ~ N. del A.), también lo supo y que inclusive lo llegé a encontrar. Y no lo hizo publico... ‘Sus razones tendria. Creo que también percibié que era més conveniente mantener la generacién del mito; total, lo principal era que Fujimori cayera. @ PEDRO SALDANA LUDENA - ¢Apropésito... y donde se refugi6 Ud., pues trascen- dié que se quedé entre las serranfas de Moquegua y Tacna? = Luego de llegar con todo el convoy motorizado hasta el pueblo de Calacoa, en él alto Moquegua, dado el agota- miento del combustible, decidimos ~ambos hermanos- separamos para reunimos en Muylaque. Ollanta ira en unos cuantos vehiculos que atin tenian algo de petréleo, llevan- do media docena soldades y al general prisionero; y yo, con el grueso de la tropa -una cincuentena-a pie, deberia treparla altura y bajar hasta Muylaque en ocho horas de marcha, La reunién jamais se logrd, pues cuando corona bamos el “abra’ aparecieron los helicépteros, provocan- do-luego de un breve intercambio de disparos- la disper- si6n de la tropa. Solo logramos pasar ese abra, quien ha- bla, un suboficial (‘Amilcar’) y dos soldados; siendo el resto capturados en el trascurso de las siguientes horas y dias. Como avistamos que en Muylaque habia aterrizado un helicéptero, decidi bajara la quebrada, en donde pernoc- tamos en una cueva. En los siguientes dias, “esquivando” las patrullas del Ejército, alternariamos entre las chozas de los campesinos, los cuales no cesaban de apoyamos, hasta que los contingentes reservistas, pasados tres 0 cuatro dias, comenzaron allegar a la zona. Fue entonces que pude tomar contacto con ellos é iniciar la segunda fase de la rebelion, de marchas y contramarchas en la cual, ® CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA dada la magnitud de la movilizaci6n reservista, el ejército activo opté por desocupar la zona a fin de evitar el des- prestigio de enfrentar a sus ex soldados. ~ Digame, ¢a qué cantidad de efectivos llegaron los con- tingentes reservistas? ~ Suapogeo fue en la segunda semana de noviembre. Ahi, en la'"lista de revista” que ordené efectuar en el caseriode Quinistaquillas (cerca de Omate), se llegé a contabilizar casi dos mil reservistas, en su mayoria tacnefios, moqueguanos, punefios y arequipefios. ~ ..Bueno, es claro que su hermano se caracteriz6 por su “mitica ausencia”, durante y después de aquella rebelién... quedando Ud. acd, como ef Humala “de carne y hueso”, 40. no? - Efectivamente, y asi, una vez desvelado nuestro mensaje Politico-ideolégico etnocacerista, concentraria hacia mi todos los ataques furibundos de la prensa y politicastros criollos, cual “puntero mentiroso” que atraeria a toda la defensa enemiga para luego “centrar” hacia el mito que bajaria del avi6n, tan solo para meter la cabeza para el gol del triunfo... + Sinembargo fall6, no obtuvo la presidencia. - El‘torpe” le dio en el travesano. 0 PEDRO SALDARA LUDENA = eCémo lo explica? = Poralgo “trascendentalmente simple”: Cuando se fabrica un mito mesidnico, se hace para el pueblo, para que asi atice su “fe revolucionaria’ en cuanto ansiedad colectiva. Es decir, consiste-ese mito- en la excitacion de la espe- ranza popular... Pero el personaje en si, sea ese sujeto iitificado, no debe creerse él en si mismo “un mito”. iY mucho menos cuando se |o han prefabricado! Y é! (Ollanta) se lo creyé todo... en medio de una campafia electoral jen donde los defectos son acrecentados y explotados por los adversarios! = O porque no le costé nada, o casi nada, aquella em- presa... = Claro, claro... uno no valora lo que no le cuesta. - Empresa que-reitero- de todas formas se les salié de control, go nolo cree asi? = No del todo, pues el proyecto social con su respectiva em- presa politica continua imparablemente, mas alla del des- borde electoral, ahora mas experimentado y, porque no decirlo, “escarmentado”, pero también mas sapiente. + Definitivamente que hubo un trabajo titénico entre Locumba del 2000 y Andahuaylas del 2005; lo cuales un indiscutible mérito suyo y de los reservistas, :pero n CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA cree Ud., que esa, digamos, “batida de campo” en el aspecto politico tuvo su correlato en el mbito electo- ral, 0 sea ena “intencién de voto” que el Andahuaylazo Je endos6 a Ollanta cuando el “mito” descendia de las escalinatas del avién proveniente de Seuil, estando Ud. Ya cautivo en Piedras Gordas? Me dediqué, en efecto, durante los cinco afios subsiguien- tes a expandir el mito con su contenido politico-ideoldgi- co... hasta el “Andahuaylazo” de enero del 2005. Y es que habia que ser CONSECUENTE entre el dicho yel hecho. Agregando que eso serviria como formidable trampolin electoral para el “Mesias” que llegaba del “exilio", por mas dorado que fuese. Si bien es cierto que por lo de Andahuaylas tuvimos los etnocaceristas— muertos, heri- dos y cientos de presos... aquel costo social se justificaba en la medida que proyectabamos, a quien suponiamos uno de los “nuestros”, a Palacio de Gobierno. Refiérase~y esto es un dato que jamés pudo “digerir’ Ollanta las veces que discutiamos cuando me visitaba, aca mismo, en esta cel- da de Piedras Gordas- que a las dos semanas del "Andahuaylazo’, cuando la TV y prensa criolla pasaban cada diez minutos (mafiana, tarde y noche), a ultimacion a sangre fria de un policia herido sobre el pavimento de un Puente por el llamado “Centinela” (que result ser un miem- bro activo del Ejército, infitrado)... pues en esa coyuntura la Universidad de Lima publicaba una encuesta circuns- n PEDRO SALDANA LUDERA crita a Lima Metropolitana que otorgaba al etnocacerismo 34.9% de aceplacion. iY eso que siempre nuestra acep- tacién a “nivel nacional” duplica o triplicaba nuestros mar- genes “urbano-limefios", Ollanta jamas logr6 superar en Lima el 18%, Con esto quiero evidenciar que el “endose” que le dimos electoralmente fue disminuido por éla causa del acriollamiento de su discurso y el subsecuente aban- dono de aquella radicalidad, que precisamente encarna el “achoramiento y rabia arguediana” que su postizo en- torno-ya noel ‘clan Familiar’ con el cual rompié-miraba y mira con pavor. Por lo tanto, fue él quien se divorcid de aquella “potencialidad’ genuina que, de todas formas -mas alla de la decepci6n electorera sigue ahi: explosiva y ala expectativa, Se puede decir, entonces, que lo que se “sa lid de contro!" fue solamente el envilecimiento de mi her- mano y no la “adrenaline electoral” del pais profundo, = Entiendo entonces que Ollanta nunca fue etnocacerista, a pesar de ser un proyecto politico don- de los dos eran fos més importantes lideres, usted como lugarteniente “in situ” y él como maximo diri- gente “extra situ”. Pero en definitiva: gen qué momen- to y en siporqué se distanciaron especificamente? ~ Mi hermano jamas fue etnocacerista, No formé, por consi- guiente, aquella *Logia” de tenientes fundada en 1989, ni tampoco llego a ser “fichado’, tal como acaecié con noso- B CONVERSAGIONES GON ANTAURO HUMALA tros, como “proto subversivo”, por e! SIN. No tenia lo que se dice “inquiétud social". En 1990, una disposicion inter- na del Ejército nos quitaba “mando de tropa” a los etnocaceristas, por consideramos “oficiales no confiables", mas ain en medio de la coyuntura de la Guerra Interna. Y sino nos dieron de baja, fue porque en los hechos resulté- bamos ser -los etnocaceristas- elementos de destacada operatividad en la lucha contra los pelotones senderistas, En mi caso, yo tenia en mi haber siete enfrentamientos armados y una herida de bala; mis compatriotas de la Logia, también estaban por ahi y ademas varios de entre ellos ya habian muerto emboscados.... Entonces, dentro del analisis del SIN, eso nos hacia “admisibles” dentro de la Institucién aunque sin lograr “descifrar” en qué consistia nuestra “proto subversi6n y poca confiabilidad”. En todo caso, a mi hermano lo endilgaron como “el hermano del subversivo”. Y ante tal ‘Vigilancia’, que ala postre dificulta- ria nuestra carrera ascendente, es que optamos —los etnocaceristas- por un “perfil bajo” para estar aptos para los procesos de ascenso, asi como de recuperar|a “con- fianza” ante un Alto Mando cada vez mas viadimirizado. No se pudo; para 1998, afio en que fui pasado alrretiro, ya no quedaria un solo etnocacerista en el Ejército. No que- daba otra alternativa que esperanzarse en el “hermano” para nuestros planes rebeldes. Ademas de alguna mane- ra él también habria absorbido ~a su manera- algo de la 4 PEDRO SALDANA LUDENA formacién ideolégica paterna. En ese entonces, si bien es cierto ya percibia su falta de solidez ideolégica, entendi que podia compensarse en su proceso de maduracién po- ltica asi como porel vinculo filial. No imaginé que su poste- rior estadia en el extranjero le terminase “globocolonizando el seso". En cuanto alo de Locumba, debe recordarse que Ollanta era Teniente Coronel y yo Mayor, o sea que él—ade- mas de ser mas antiguo- tenia mayor graduacion y el man- do efectivo de la tropa por estar en actividad y yo en retiro. Le correspondia “reglamentariamente” el mando técnico dé la operaci6n. Sélo eso; pues en el aspecto ideoldgico-poli- tico estaba “perdido”, lo cual se reflejé en el hecho que el respectivo Manifiesto Politico ~elaborado por mi- fo firma sin siquiera leerlo, alla en Toquepala. Es ahi en donde se darian los primeros distanciamientos... Como ya lo dije antes: revolucion vs. reforma. Aél le “espantaban’ los con- tingentes reservistas que organicé en las alturas de Moquegua y Tacna, que ala postre sostuvieron en una se- cuencia de marchas y contramarchas aquella insurgencia. Debe entenderse previamente que aquella primera rebe- lién etnocacerista tuvo dos etapas. La primera “convencio- nal’, con tropas regulares (cincuenta y nueve soldados) que apenas duré dos dias en los que casi todos “desertaron’, incluido Ollanta que terminé en la iglesia de Moquegua; a ‘su vez, la segunda etapa “no convenciona’, fue protagoni- Zada por tropas imegulares (dos mil reservistas) que 8 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA providencialmente -desde Tacna, Moquegua, Puno y ‘Arequipa convergieron hacia las serranias de Calacoa lo- grando hacer contacto conmigo, iniciéndose asi la “desocu- pacion” de la zona por el Ejército; la cual duré (esa etapa “no convencional’) cinco o seis semanas, hasta la fuga de Fujimori anunciada por radio en los momentos en que ya ingresaba a Tacna al mando de achocientos licenciados. Ollanta estuvo ajeno, no solo operativamente sino también politicamente, a todo este avatar reservista. Resulta que el reservista, es decir el licenciado del Servicio Militar (o“mita castrense"), termina porlo general en la desocupacién civil, vale decir en las fauces de aquel otro -mas cruel- “ejército de desempleados’, resintiendo en mucho mayor grado que e soldado activo una crisis republicana en la que el Estado le trata como “entenado” en su propia tierra. Entonces, para esta gente, aquello de las “reformitas” para preservarel Sis- tema estaban fuera de lugar. ;Habia que “tirarse” al Siste- ma mismo! Por su parte, el soldado activo, “autista socio- politicamente”, a lo sumo que aspiraba era cobrar su propi- na de fin de mes y que su paila estuviera llena. Se puede decir que ~efectivamente- esa fue la diferencia de perspec- tiva entre mi hermano y yo: Reforma Vs. Revolucién. Dife- Fencia que poco a poco ria agravandose hasta la ruptura total, obviamente acelerado por sus falencias éticas ele- mentales, PEDRO SALDANA LUDERA - gPorqué cree que su hermano actué asi; cuales fue- ron|os factores o personas que influyeron en él para dejar el etnocacerismo (por lo menos tedricamente, ya que segun usted él nunca fue etnocacerista) y fer- minar siendo “solo nacionalista”, construyendo tien- da aparte? — Por falta de perspectiva historica, principalmente, como ya lo dije al inicio, y lo repito ahora de la siguiente manera’ porque esta “catequizado” en funcién a los conceptos convencionales de la izquierda caviar que es “el limite de su radicalidad”, si asi se le pudiera llamar. Al respecto, el actual protagonismo de Carlos Tapia, nada menos que como “materia gris” de seudo nacionalismo, no puede ser mas sintomatico. Sia eso le agregamos la ansiedad mo- netaria que genera la “tia” Nadine (es prima de nuestra madre), nos explicaremos el acriollamiento precoz de esa agrupacién que cada dia se desintegra mas. Existe una famosa maxima respecto del generalato latinoamerica- no, que afirma: “no hay un general que resista un cafiona- zo de un millon de dolares"; pues bien, tengo la convic- clon que el “monetarismo’ tuvo un rol determinante en la prostitucion electoral de aquella fase del proyecto que gird especificamente en torno al “Comandante”. Fue asi como lameritocracia militante se sustituy6 porla chequera opor- tunista, y es en ese nuevo escenario que, aprovechando mi cautiverio, se expuls6 a los veteranos y aguerridos n CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA cuadros etnocaceristas para sustituirlos por los Martin Belaunde, Alvaros Gutiérrez, Torres Caro, Meckler y com- pania, viciando el proyecto; a tal extremo, que hubo una temporada en que bastaba pronunciar mi nombre para que los “nuevos dirigentes” purgasen sin atenuantes al genui- no militante fundador. Es decir, se toleraban simpatias hasta por Lourdes Flores, Toledo o Kuczinsky, pero en ab- soluto por el “monstruo de Piedras Gordas’. éCémo se podria explicar, entonces, la compra del “kit electoral”, en julio de! 2005, por su hermano? ¢No in- dicaba, acaso, que era “etnocacerista”? Reitero: jamés fue etnocacerista. Y compré el kil para evi- tar, aprovechando mi cautiverio, que alguien de mi entor- no partidario por disposicién mia lo hiciera, De esa mane- ra, Ollanta, lograba anticiparse a cualquier campafia de recolecci6n especifica de firmas “etnocaceristas” que ob- viamente yo apoyaria resueltamente. Entiéndase que se- gin las normas de la ONPE, basta con que cualquier par- ticular adquiera un kit con determinado nombre, para que nadie -en el periodo que tiene ese kit de validez (dos afios)- pueda adquirir otro con nombre similar o parecido. Es asi que al hacerse poseedor del nombre “etnocacerista’ mi hermano felonamente evitaba cualquier iniciativa de mi parte, Podia entonces concentrar el esfuerzo en la reco- leccion para la agrupacién partidaria denominada “Parti- RB PEORO SALDARA LUDERA do Nacionalista Peruano” cuyo kit también habia adquiri- do. Debe tenerse en cuenta, que el nombre de una agru- pacién politica es fundamental cuando de procesos elec- torales se trata. éPero entonces por qué aguardé hasta después de! Andahuaylazo para optar por la via electoral? ¢Por qué no inscribié al etnocacerismo antes? Es que todo era parte de un proceso. Como se dice vul- garmente, “uno no puede limpiarse y después hacer...”. Y hasta antes del Andahuaylazo se estaba en la etapa con- testataria, antisistema, insurgente e incendiaria, en la que no cabia recolectar firmas, pues hubiera resultado un “cor- to circuito” en nuestro modus operandis expansivo. Y es que debiamos demostrar, antes, que éramos consecuentes entre nuestros dichos y nuestros hechos, afin quenuestras palabras no cayeran ante el pueblo como un discurso hueco, Fue entonces, recién a partirde la rebelion en Apurimac, que adquiriamos ante el pueblo-la suficiente solvencia moral para ingresar a la siguiente etapa de inscripcién partidaria. Ade- mas, con lalllegada del tan promocionado Ollanta, conjuga- da con el heroico cautiverio de los reservistas y la trascen- dencia épica de las barricadas andahuaylinas, se caiculaba tal como efectivamente acaecié- que en menos de seis meses se lograria la inscripcién electoral. Lamentablemen- te, no se previo la felonia CONVERSACIONES CON ANTAUIRO HUMALA PEDRO SALDANA LUDENA — Es evidente que la inscripcién del Partido Nacionalis- ta se debié a la efervescencia popular generada por los etnocaceristas, pero entonces zpor qué, siUd. ya avizoraba la felonia, apoyé -pues fue puiblico que los reservistas eran los principales recolectores de fir- mas- aquella inscripcién? — No habia mas alternativa. Se suponia, ademas, que mi hermano era nuestra llave de libertad. Ademés, por en- tonces, atin no se definia del todo su posterior"deschave” Créame que lo evalué desde mi celda de Piedras Gor- das. No habia mas opcién que apoyar, mas atin cuando practicamente se habia impregnado en la mente popular una especie de “indisolubilidad” entre Antauro y Ollanta, que para gran parte del electorado era una sola persona, 0, sino que aquella "pugna” no era mas que una “estrate- gia’. Encima, la dramatica intensidad de aquellos meses de persecucién y cargamontén “oficial” contra los etnocaceristas, mi enclaustramiento y casi la total inco- municacién con el exterior, definitivamente que me tenian mancomado. = £Qué le dice ef hecho que su hermano subraye el ha- ber creado el el “Proyecto Nacionalista”? — Que, por miopia politica, confunde la gestacién de un nifio con la partida de nacimiento. El parto de un nifio requiere todo un proceso iniciado desde el romance precursor de % los padres, la cépula, la gestacién y el parto doloraso y sangriento de la madre. Lo que ya viene después, la parti- da de nacimiento, no pasa de ser un detalle administrati- vo 0 un mero formalismo, Andlogamente, el proyecto (etnonacionalista) se engendra desde la memoria generacional “pumatampu’, gesténdose luego en las en- seflanzas paternas de la biblioteca familiar, con la funda- cin de la logia etnocacerista, para después plasmarse en el parto de Locumba y la cesarea de Andahuaylas, bajo las pautas ideolégicas del periédico que fundé. Es decir, todo un proceso que hasta llega a contabilizar sus mérrti- res ahogados en el rio Ene (distribuyendo el evangelio. etnocacerista) 0 inmolados en las barricadas de Apurimac, asi como sus centenares de prisioneros en las carceles criollas. Esto, por supuesto, es “inentendible” para mi her- mano que cree que “todo empezé” cuando se fue a la ONPE a comprar elkit electoral... o sea, que todo “costé” setenta u ochenta soles que era lo que valia ese kit. Por ahi uno se puede explicar un enanismo mental que, por supuesto, debe salisfacer a la embajada norteamericana que hace tiempo lo controla como oposicion domestica- da gracias a elementos como Tapia y Murrugarra, voce- ros del “neo-nacionalismo caviar’ al CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA Tropas etnocaceristas en retirada por las punas del voledn Ticsani (Moquegua, provincia de Mariscal Nieto). PEDRO SALDANA LUDERA - ¢Esté tratando de decirme, entonces, que Ollantano sélo cometié una felonia ideolégica, sino una mas grave: de sangre. Ya que usted, no era, no es, el ami- go “equis”; era el hermanisimo, y el que lo catapulto hasta llegar donde fleg6; quedandose en el umbral de Ja puerta grande de Palacio, y ahi por sus marchas y contra-marchas, increiblemente, hizo abortar el pro- yecto, o mas precisamente su fase electoral? = Creo que incluso ello es parte de un proceso historico. Me voy a explicar mas claramente como no lo he hecho antes: una vez amnistiados por lo de Locumba, como es publico mi hermano es reincorporado al activo, pero yo no. Y es que el haberme “Ilevado” a un viadigeneral con una pistola apuntandole a la sien delante de todo un contingente de tropa estupefacta, entre Fuerte “Arica” y Toquepala, su- mados a mis antecedentes “etnocaceristas”, resultaba una herejia espantosa para el Alto Mando asi como para un Ministro de Defensa como Ledesma (gobiemo de Valentin Paniagua) que -como general que era- se solidarizaba con el enojo del generalato ante tal “afrenta”. Al respecto, mi hermano Ulises me coment6 que el General Cano (Co- mandante General de la Regién Militar del Sur durante la insurgencia en Locumba) le habia expresado que “... lo de Ollanta era ‘pasable’, mas no asi la humillacién que Antauro Ie habia inferido al general Bardales, Jefe de Fuer- teArica...”. Por mi parte, consciente del potencial politico 8 GONVERSAGIONES GON ANTAURO HUMALA de los reservistas, asi como de la necesidad de un medio de expresién que llenara el vacio (etnonacionalista), es que fundé el periédico “Ollanta” cuyo nombre tuvo la anuencia de mi hermano. La verdad es que toda la familia pensaba que mi iniciativa seria un fracaso “que alo sumo llegariaa su fercer o cuarto ntimero”. Fue un éxito total, politico como empresarial. En ocho meses ya se superaba el tiraje de ciento sesenta mil ejemplares y sin un centimetro cuadra- do de publicidad, ¢ Cual fue el secreto? Pues el mensaje y el mensajero: tanto el discurso polémico (etno)nacionalista, como el reservista uniformado que -como si fuera en una patrulla desplazndose por los lugares mas recénditos de las zonas de emergencia- distribuia aquel “Evangelio Li- berador’. Se habia cambiado la palabra por el fusil, pero sin alterar el modus operandis. Entonces recrudecieron las discrepancias de Locumba (revolucién vs. reforma), entre Ollanta y yo. Else asustaba de mis planteamientos y se persignaba ante [os “titulares” de la prensa que llevaba su nombre. Sin embargo, jamas me lo expresd directa- mente 0 en persona, sino, mediante terceros, a quienes yo les respondia: *Si él (Ollanta) no esta de acuerdo, pues que me lo diga directamente sin ‘embajadores’: yo no acepto aquello de jugar al ‘teléfono malogrado’...”. Creo que Ollanta hizo de la ambivalencia su estilo, el cual se reflejé claramente con lo de Andahuaylas, en que inclusive se animé a redactar un manifiesto (que me abstuve de 4 PEDRO SALDANA LUDERA leer por considerarlo “reformistamente arrosquetado") en consulta con un respetable jurista que ahora lo elude en todos los idiomas. Esa ambivalencia terminé por degene- rar-efectivamente- en traicion. Una felonia que si bien es cierto aborté en cuanto meta “revolucionaria-electoral’, felizmente no logré ni lograra impedir el inexorable triunfo del proyecto genuino, Pero algiin mérito tendré su hermano, o por lo me- nos cual le reconoce? Por supuesto, como todo individuo, en escala particular tiene sus virludes y defectos, al igual que yo. Pero eso es irrelevante cuando el individuo ha de ser juzgado bajo co- ‘ordenadas publico-politicas. Y ahi, francamente no le hallo virtud alguna, por lo menos como conceptuio ese significa- do. IV PERIODISMO SIN MEDIAS TINTAS: éUN BUEN MENSAJE Y UN EXCELENTE MENSAJERO? Reaticando intenso trabajo politico en favor de su hermano Ollanta, antes del rompimiento, % PEDRO SALDANA LUDERA - Antes de pasar al tema del “Andahuaylazo”, quisiera ahondar en algo que me parece esencial: la prensa etnocacerista, fundada por Ud., primero bautizada como “Ollanta”-supongo que para expandir “el mito”- y luego rebautizada como “Antauro”; me asombra aquel “‘tiraje pico” de ciento sesenta mil ejemplares, equé hizo? zcémo lo logré? ghubo financiamiento? cestudié Ud. periodismo? — Jamas en mi vida he pisado una facultad de periodismo. Como ya te dije, la formula fue la combinacién de un buen mensaje (la etnicidad) con un excelente mensajero (el reservista). Y es que el soldado, la tropa, por representar a los sectores populares, es siempre muy bien recepcionado "etnoclasistamente” en su habitat de origen: el pais hirviente. Cosa que no sucede con los demas estamentos castrenses. Me percaté que el surgimiento de un vocero etnonacionalista era una “necesidad” publica, cada vez que en alguna esquina me detenia y observaba el "conjunto de exposicién” de los kioscos: sobredosis de basura, hosannas al neoliberalismo, déficit de identidad, amariconamiento politico y hartos sicosociales... Habia, un vacio que llenar. Es asi que decidf “invadir’ una de las oficinas de un inmueble familiar, instalé un par de computadoras prestadas ademas de la mia, por ahi llamé a un amigo con “ciertos conocimientos" del procedimien- to técnico (diagramacién, impresién, distribucién, etc.) y 9 CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA un par de reservistas que supieran tipear y jejecucion! Me enclaustré una semana entera esoribiendo como con- denado sobre actualidad, politica, historia, cultura, eto... todo en funcién a la etnicidad con temas engarzados a hechos coyunturales y con un lenguaje directo al seso del hombre de a pie, por supuesto, con un verbo arrebatado, incendiario e insurgente. Y peg6 estrepitosamente en los pueblos jévenes urbanos y en las provincias, particular- mente las del Gran Sury de los valles cocaleros. 2Y cémo asi surge la idea, obviamente original y por qué no decirlo, estupenda, de formar grupos de reservistas uniformados, con altoparlantes al hombro yrecorriendo las ciudades y campos con sus mochi- las repletas de periddicos? De pura casualidad. Sucedié que cuando ya tenia en la oficina el primer tiraje (me acuerdo que fueron apenas tres mil ejemplares), se me ocurrié no destinarioa los kioscos, tal como me lo sugeria el “técnico” que me asesoraba, sino entregario a un grupo de reservistas que me habian acom- pafiado en la insurgencia de Fuerte “Arica” y que se en- contraban desempleados 0 subempleados en Lima, so- breviviendo apenas. Los reuni en la oficina y les expliqué su mision: concienciar al pueblo y, por supuesto, que les correspondia la mitad, el 50% del total de la venta (cuando lo que se acostumbra en el mundo periodistico es darle al % PEDRO SALDANA LUDERA vendedor el 33%). Fue entonces, cuando observé que uno de entre la veintena de reservistas convocados estaba vestido con uniforme de soldado (el resto estaban de pai- sano), que le inqueri el motivo. Respondié con una vaga explicacion que no valia la pena profundizar. Y asi, cada reservista abandoné la oficina con sus 200 6 150 periodi- cos bajo el brazo a recorrer las calles del centro de Lima y de los conos... Alas dos horas, el reservista vestido de soldado retornaba pidiendo otro lote mas de periddicos. Sele habian agotado como pan caliente y se habia hecho de’cien soles limpiamente. Asombrado, le pregunté como lo habia logrado.... ‘no sé, mi mayor, al comienzo no sabia como empezar, entonces me senté en una banca de par- que y me lei los articulos mas bacanes, los de la guerra con Chile y de los viadigenerales. Luego me levanté y me subi a un micro en donde les ensefiaba el periddico alos pasajeros explicandoles en voz alta lo leido. Todos me mi- raban, creo que mas a mi que al periédico, y hasta el cho- fer me compré uno...”, fue su inobjetable respuesta. Por su parte, el resto de “civiles canillitas”, retornaron agota- dos sin haber podido vender siquiera la mitad de su “car- ga” en toda la jomada. Al dia siguiente todos vinieron uni- formades y poco a poco entre ellos mismos desarrollaron sus respectivas técnicas de “exposicion-venta’. Se torna- ron en“micro-conferencistas’ de microbis urbano, émni- bus interprovincial y plazoleta de aldea reoéndita del inte- 91 CONVERSAGIONES CON ANTAURG HUMALA rior. Comenzaron —en el trascurso de meses y afios- a desplazarse por “patrullas’, entrando (pertrechados de “megafonos-mochilas") marchando por los arenales de los pueblos jOvenes, o en canoas por el Ene, Apurimac y has- ta por el Ucayali, Amazonas y el Mand. Se multiplicaban pasandose la voz entre sus “promociones” tan desempleados como ellos al inicio. Asimismo, el tiraje se duplicaba en cada edicién y a menudo debiamos sacar ediciones extraordinarias. El verbo, también, se hacia cada vez mas achorado, en funcién a los temas que ellos me informaban que exigia nuestro piblico, humilde pero nu- meroso. Alos seis meses ya estabamos raspando los cien mil ejemplares jy sin un solo centimetro de publicidad! Co- menzé a generarse “economia’, la cual se empleé en al- quilar locales a nivel nacional para en ellas fundar “escue- las etnocaceristas” de captacién y formacién de militan- tes, los cuales eran “traidos” por los propios reservistas que ya comenzaban, también a organizarse por “batallo- nes”. Por ejemplo, el batallén de Arequipa, fuerte y nume- ros0, llegaba a “consumir” hasta 35 mil periédicos sola- mente en esa region. En los valles cocaleros, la consigna periodistica |Haz patria, siembra coca! caus6 una revolu- ci6n periodistica y politica. En Tacna, nuestra campafia de antichilenizacién causaba sensacién y aglutinacién.... Ni hablar del efecto producido por los titulares y contenidos del: ;FUSILAMIENTOS YA! Lamentablemente también tu- 2 PEDRO SALDANA LUDENA vimos nuestras bajas, varios reservistas murieron ahoga- dos en las aguas del Ene y Apurimac, cuando en cierta ocasién se les volted el bote; sin embargo, casi instanta- neamente eran reemplazados por otros contingentes igual de empefosos. jEra la fuerza del mito neo- tawantinsuyano!, del resurgir de nuestra raza cobriza, del diluvio de Ia justicta, del nuevo tiempo heroico... y ellos eran la generacién del sacrificio en pos de la nueva auro- rade la también Nueva Repiiblica, ala que continuamos, valgan verdades, encaminandonos resueltamente. Estos reservistas, eran pues, y lo contintian siendo, ante todo “evangelizadores’ que transmitian la “buena nueva" revo- lucionaria y agitaban las mente de los sectores populares, © sea de las etnociases dominadas en pos de revertirio todo... Ya cuando superamos los 160 mil ejemplares de tiraje, repito, sin publicidad y sin financiamiento alguno, solamente a punta de ventas con “cero devolucién’, fue que nos percatamos que ya “ponfamos la agenda de dis- cusién” en el pais: coca, Chile, viadigenerales, Conven- cién del Mar, nacionalizaciones, viadiconstitucién, fusila- mientos, etc, Eramos, pues, una organizacién politica y original que generaba doctrina e ideologia propia. Fascinante... zPero qué pasa ahora, que la prensa etnocacerista no se ve como antes en la calle? o por Jo menos con la misma intensidad. % CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA -Luego del “Andahuaylazo’, el periédico fue intervenido del todo y desde el director—-yo- hasta el ultimo “evangeliza- dor’, incluyendo a los reservistas redactores y diagramadores, fuimos encarcelados... Sin embargo, alos dos meses volvi a sacar la edicién desde mi celda de “Pie- dras Gordas" a punta de lapicero y papel. Si bien es cierto nuestros experimentados “cuadros periodisticos—distribui- dores” estaban cautivos, estos fueron reemplazados por una nueva generacién que poco a poco va adquiriendo expe- riencia. Ya han salido cuarentaitantas ediciones “carcelarias” yeltiraje jamais baja de cincuenta mil ejemplares. = £O.quiza el mensaje y of mensajero ya no calan como antes? = INo! Eno absoluto. El mensaje cala igual, sino que “téc- nicamente” nuestros mejores y mas numerosos grupos de “distribuidores”, esto es, los vendedores, jestan también presos! De aquel formidable batallén ‘Arequipa’, el 70% estan presos, otro 20% con RQ (lo que significa, que préc- ticamente estan fugitivos) y solo un 10% evangelizando, por supuesto, ahora, recién (luego de la traicion ollantoide y sus seouelas) reimpulsandose con la “refundacion’ de las escuelas y con ello captando otra generacién de cua- dros. Es decir, nuevamente se comienza a elevar el tiraje hacia el pico acostumbrado, solo que ahora “escribiéndo- se” desde la prisi6n. PEDRO SALDANA LUDENA ~ Definitivamente la prensa etnocacerista ha aperturado brecha dentro det ptiblico lector; basta sino recorrer el centro de Lima para percatarse que en los kioscos se exhiben una serie de periédicos o “pasquines” -sin énimo de minimizar a este nuevo “género”-con un verbo de encendida retérica etnicista y nacionalis- ta. Creo que, quizés sin proponérselo, ha dado inicio auna subterrénea revolucion de un periodismo infor- imal de alto voltaje contestatario. - En cuantoalode “pasquin’, no me ofende el término, ya que éstos se han caracterizado hist6ricamente por el ver- bo contestatario, tal como observas ahora. Con respecto al"género etnonacionalista’, efectivamente, el ‘Ollanta” de ayer y “Antauro” de hoy, abrio la trocha. Y es el Unico per- manente, osea, en todo el sentido de la palabra, “periédi- co". Lo digo con satisfaccion. - £¥ los otros...? - Son fugaces y reemplazados por otros similares; aguan- tan alo sumo tres meses y ahi quedan. No pueden sopor- tar la sequia de avisaje y quiebran. Ademas —1o principal no cuentan con reservistas en sus modus operandis de distribuci6n, ni tampoco con el *historicismo etnicista” que sustancian cada uno de nuestros articulos. Inclusive, hasta nos "“piratean’ articulos, titulares y cardtulas, al extremo de *disfrazarlos” —tal como ha currido en Huamanga, % CONVERSAGIONES CON ANTAURO HUMALA Arequipa, Puno y Lima con un logo muy similar al nues- tro, por supuesto, infructuosamente. En todo caso la “mati no les dura mucho. Al hojear la prensa etnocacerista, observo que la ma- yor parte de los articulos son de autoria suya, ¢Qué pasa; nadie le colabora? Colaboraciones en articulistas sobran, sino que no sinto- nizan con el estilo etnicista caracteristico de nuestro men- saje; poco a poco, entre los jévenes militantes ya van sur- giendo articulistas con el estilo que propugno. Recuerde que estamos aperturando trocha; por lo tanto he de ser muy riguroso con la preservacién del etnohistoricismo ori- tico caracteristico de esta prensa de combate, cuya prit cipal misién es agitar el seso del populorum: “Mens agitat molem’ (la mente agita a la mole—N. del A.). Soldado, pescador (he lefdo que por un tiempo se de- dicé ala caza del tiburén, se lo digo con mucho inte- rés porque mi padre fue un experto submarinista por mas de treinta atios) rebelde, escritor, politico, presi- diario, periodista, traductor, g Qué le parece? Porlo que veo, en el Peri! los mejores periodistas no son periodistas; César Hildebrandt, entiendo, no estudi6 pe- riodismo. Lo mismo se puede decir de Herbert Mujica y Ratil Wiener, agudisimos con la pluma. Hasta los %6 PEDRO SALDANA LUDENA criollisimos Rosa Maria Palacios o Jaime de Althaus ja- mas pasaron por un cursillo de periodismo. No tiene, pues, porque asombrar mi caso. - ZY cémo fue su experiencia en la pesca del tiburén? - (Risas), el Pert es el Unico lugar en donde al tiburon se le denomina "Toyo". Bueno, eso era lo que pescaba... hasta que trunqué mi “carrera de marinero” en un naufragio, CONVERSACIONES CON ANTAURO HUMALA El primero de la derecha (Antauro), en playas de Cabo Blanco cuando se dedicaba a la caza del tiburén. PEDRO SALDANA LUDENA - ¢“Naufragio”, dice? ~ Si; enel segundo semestre de 1998, cuando ya estaba en el retiro. Con un socio nos hicimos de una lancha espinelera, la cual debia abastecer a un camién frigorifico que previamente habia comprado. Fue, asi, que picado porla aventura de participar en la faena de pesca, me em- barqué cierta vez. Navegamos una semana, zarpando del Callao. “La caza”, porque eso es, antes que pesca, me fascind. Ahi le cogi respeto al hombre de mar: la dura fae- na, la manera como se “engancha’ y sube el tiburdn a bor- do y se ejecuta al escualo en el momento cuyas fauces dentadas asoman por el costado del barco, es simplemen- te espectacular. Fue en una mala maniobra del piloto, que el cable del espinel se atraoé en la hélice, saliendo esta disparada. Nos quedamos al garete por una semana arras- trados por la corriente més alla de las 200 millas. Estaba- mos naufragando en una fragil embarcacién de madera ‘en medio del Océano... jy no tenia mas libro que leer que “Moby Dick"! Comimos toyo durante todo ese periodo, hasta que un barco coreano nos rescaté para entregarnos al dia siguiente al BAP “Rio Nepefia’ que se cruz6 en su ruta. Al dia siguiente llegabamos remolcados hasta el puer- to de Supe. Fue la primera vez que sali en la prensa: como “néutrago".

Potrebbero piacerti anche