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La teología católica desde el Concilio

Vaticano II
Lecciones de una época extraordinaria
Por R.P. Roger Haight, S.J.
Septiembre 2008

Vivimos en una época en plena transformación, a tal punto que se acepta el


cambio a todo nivel como algo normal y esperado. El peligro está en que se
suelen perder las lecciones que tales cambios y transformaciones nos ofrecen,
distraídos más bien por los problemas, ambigüedades y conflictos que tienden a
multiplicarse en este tipo de ambiente.
De acuerdo con esta posición más positiva, los católicos debieran estar
asombrados por el desarrollo de la teología a través de los 40 años desde el
Concilio Vaticano II El artículo siguiente es un esfuerzo por sintetizar este
desarrollo teológico, dividirlo en unas etapas posibles y sugerir sus efectos
acumulativos, ofrecer algunas lecciones de cada etapa y, finalmente, presentar
una tarea que nos espera para el futuro. Esperamos que el artículo de R.P. Roger
Haight, S.J. sea de utilidad en su reflexión personal y pastoral.

El terreno abarcado por los teólogos de nuestra época es comparable a la


transición desde el monasterio a la universidad en la alta Edad Media. Tal vez
otros teólogos narrarían esta historia de otra manera, pero yo quiero presentar
esta odisea en siete etapas. En cada etapa nombraré varios teólogos que
representan el desarrollo descrito junto con algunas lecciones aprendidas en este
periodo. Es evidente que la exposición será abreviada, y será necesario saltarse
muchos detalles porque nos interesa el efecto acumulativo durante este período
breve en la historia de la teología católica. Terminaré con dos asuntos urgentes
que requieren las destrezas y dedicación de los teólogos católicos de hoy.
El progreso teológico difiere del desarrollo de la tecnología. Con respecto a esta
última, se trata de una manera de hacer las cosas reemplazando y desalojando lo
anterior, por ejemplo, el computador hizo obsoleta la máquina de escribir. Pero en
el caso de la teología, una etapa absorbe la anterior en sí misma, ampliando
lentamente sus horizontes y profundizando sus percepciones, permitiendo así una
complejización de los asuntos, lo que nos lleva a una mayor comprensión.
Nuestra historia empieza en 1965, al final del Concilio Vaticano II. Es cierto que la
teología progresiva existió antes, explícitamente en la llamada “nueva teología”.
Desgraciadamente, se encontró bajo nubes de sospechas y fue implícitamente
condenada cuando sus representantes fueron silenciados durante la década del
’50 (Henri de Lubac e Yves Congar, más tarde nombrados cardenales). La
teología dominante en ese tiempo era enseñada en los seminarios desde
manuales estándares oficiales. La distancia cubierta desde entonces está mejor
ejemplificada en el trabajo de Karl Rahner, el teólogo más prominente entre
aquellos que reaccionaron contra los manuales.

Primera etapa: Karl Rahner – La vuelta a la experiencia


La vuelta de Rahner hacia la persona humana y su experiencia representa un
logro monumental para la teología católica. Profundos paralelos y analogías
existen entre la teología de Rahner, el cambio protestante a principios del siglo
XIX y el método experiencial empleado por modernistas católicos como Maurice
Blondel y Lucien Laberthonnière. Sin embargo, mientras estos pensadores no
ganaron audiencia dentro de la Iglesia católica, Rahner llegó a ser un “Padre de la
Iglesia” del siglo XX. Su método recurrió a una estructura universal de la
experiencia humana y llegó a ser el sucesor más significativo de
neoescolasticismo.
LECCIÓN 1: LA MORADA DEL SIGNIFICADO CRISTIANO DESCANSA EN LA
EXPERIENCIA DEL SUJETO CRISTIANO.
Se pueden hacer muchas generalizaciones basadas en el método teológico
intrincado de Rahner y su vasta obra, pero quiero elegir una implicación de su
vuelta a la experiencia humana como el lugar donde se ventila y se clarifica el
sentido cristiano. Su método dirige el enfoque de la teología al significado que la
revelación de Dios tiene para nuestra vida en el mundo de hoy. Es posible que
este fuera siempre el caso pero la teología de Rahner acentúa la importancia de
esta revelación para las preguntas reales de la gente moderna.

Segunda etapa: Schillebeeckx, Metz, Tracy - Teología


histórica y política
Estos tres teólogos dan una vuelta a la historia y la cultura intelectual, utilizando un
método diferente al de Rahner. En 1965, Edward Schillebeeckx con 51 años de
edad y diez más joven que Rahner, era ya un teólogo neoescolástico establecido.
Influido por este abrazo del mundo moderno por el Concilio Vaticano II,
Schillebeeckx estudió la teoría de secularización, la hermenéutica y la teoría social
neomarxista a través de varios años y luego se reinventó como un teólogo
históricamente concientizado en forma profunda. Escribió obras comprehensivas
sobre Jesús de Nazaret, Jesús el Salvador, el Cristo y el desarrollo de la Iglesia.
En cada caso interpretó la enseñanza pasada a través de una lectura en términos
de la experiencia y las preguntas culturales de hoy.
Johannes B. Metz, nacido en 1928, fue alumno de Rahner y es famoso por abrir la
dimensión socio-política de la conciencia humana y de estrujar sus implicaciones
para la teología. Con sus compañeros teólogos-políticos Jürgen Moltmann y
Dorothee Sölle, que maduraron a la sombra del Holocausto, Metz insistió en que la
teología cristiana tomara en cuenta el lado trágico de la historia social y asumiera
responsabilidad por la dirección que la historia escoge. Estos pensadores
insistieron en que la teología cristiana se hiciera cargo de la historia del sufrimiento
para minimizar el sufrimiento en el futuro.
La atención al método en la teología de David Tracy y su profundo eclecticismo
demuestran la amplitud de la imaginación analógica católica. Su capacidad de
conversar con casi la totalidad de la cultura humanista intelectual ha preservado,
mejor que nadie, la tradición intelectual católica en la academia secular.
El estudio de estos tres teólogos expande las presuposiciones de la teología de
muchas maneras pero hay dos que merecen atención especial.
LECCIÓN 2: EL CONOCIMIENTO HUMANO, INCLUYENDO LAS
FORMULACIONES CLÁSICAS, ESTÁ HISTÓRICAMENTE CONDICIONADO, Y
POR LO TANTO, ES PARTICULAR.
La relevancia universal de cualesquiera idea o valor no puede ser presumida. Su
fuente y origen son diferentes de lo nuestro. Uno debiera interpretar para poder
extraer la relevancia de los testigos con autoridad del pasado para nuestro tiempo
y para el futuro.

LECCIÓN 3: LOS CONOCIMIENTOS HUMANOS REPRESENTAN TANTO LOS


INTERESES COMO LOS PREJUICIOS DE GRUPOS.
Este aforismo de marxismo es una presuposición de la gran mayoría de las
personas, sin o con educación, en Occidente hoy, a veces de una manera muy
cínica. Sin embargo, el punto que quiero poner es claro: para dar testimonio de la
verdad, la teología también debiera explicarse. La teología no puede presuponer
su autenticidad; al contrario, la explicación tiene la obligación de probar su
autenticidad a través de un comportamiento adecuado. Por esta razón, Metz
vuelve a caracterizar la teología fundamental como una disciplina definitivamente
práctica.

Tercera etapa: Gutiérrez, Segundo, Sobrino, Ellacuría: La


teología latinoamericana de la liberación
Dos elementos fundamentales reflejan la lógica esencial de la teología de
liberación. La primera es la experiencia negativa que lleva a la persona a la
conciencia de la condición deshumanizada (embrutecida) de grandes números de
personas. La experiencia tiene tres dimensiones:1) una situación se juzga injusta;
2) sabemos que esta situación podría y debiera ser diferente; 3) este contraste
estimula un impulso de corregir la injusticia. ¿Qué dice la teología cristiana frente a
esta situación?
El segundo elemento fundamental busca la manera de responder a esta situación.
Esta respuesta aparece en forma embrionaria en la parábola del Buen Samaritano
en san Lucas, que se puede leer como la dramatización del principio de que el
amor a Dios se manifiesta en el amor al prójimo. La verdad del principio está
transmitida con enorme fuerza por el hecho chocante de que sólo el samaritano la
había internalizado. La modernidad añade una convicción de que más allá de
atender las heridas de la víctima, el amor verdadero hará que el camino a Jericó
sea seguro para todos. Con esta adición, la teología de la liberación escribe de
nuevo la parábola para el mundo entero.
LECCIÓN 4: LA PRÁCTICA SOCIAL ES UNA DIMENSIÓN INTRÍNSECA DE LA
FE CRISTIANA DE LA CUAL NO SE PUEDE PRESCINDIR.
Uno de los principios más profundos que la teología de la liberación presenta a la
comunidad cristiana es que la acción y práctica no son solamente las
consecuencias de la fe, sino además son el testimonial específico y esencial de su
autenticidad. Como san Ignacio de Loyola postuló en sus Ejercicios Espirituales,
“El amor debiera manifestarse más por actos que por palabras” (Nº 230). Para que
este amor sea efectivo y auténtico, debiera ser dirigido contra las causas del
sufrimiento humano.

LECCIÓN 5: LAS CONSIDERACIONES ÉTICO-SOCIALES SON INTRÍNSECAS


A LA COMPRENSIÓN TEOLÓGICA.
La teología católica ha llegado a una nueva comprensión de las implicancias ético-
sociales de la fe cristiana. Después de un período de separación entre la teología
y la ética, la teología ha reconocido la necesidad de la responsabilidad. En el año
1971 el lazo esencial entre fe y justicia fue incluido en la enseñanza magisterial a
través del documento oficial del Sínodo Mundial de Obispos que afirmó lo
siguiente: “la acción a favor de la justicia y la participación en la transformación del
mundo aparecen plenamente como dimensiones constitutivas de la predicación
del Evangelio” (Justicia en el Mundo, 30 de noviembre de 1971).

Cuarta etapa en desarrollo: Johnson, Copeland, Aquino,


Espin, Phan
En vez de seguir el proceso de desarrollo en las varias teologías que han seguido
el camino de la teología de liberación de América Latina, sólo quiero aludir al
trabajo de cinco figuras principales.
En Norteamérica el desarrollo teológico más importante fue el florecimiento de un
cuerpo extraordinario de teología de liberación feminista. Entre los más conocidos
intérpretes: están Elizabeth Johnson cuyo trabajo ha sido traducido y conocido en
diversas partes del mundo y Shawn Copeland cuya interpretación de la
experiencia de la mujer negra ha recibido gran aceptación. María Pilar Aquino y
Orlando Espin representan las exigencias del trabajo en la comunidad inmigrante y
Peter Phan es el mejor representante de la teología asiática-americana. Tanto la
teología hispánica como la asiática–americana son a la vez, paradojalmente,
estadounidenses, siendo teologías de poblaciones inmigrantes.
LECCIÓN 6: LA TEOLOGÍA ES Y ESTÁ RECONOCIDA COMO DISCIPLINA
PLURALISTA.
La lección de pluralismo fue aprendida mucho antes en teoría, pero estas
teologías que representan grandes grupos de personas son más explícitamente
distintivas y diversas que otras que pueden esconder sus prejuicios bajo un manto
de objetividad; ellas demuestran el hecho de pluralismo -es decir, diferencias
dentro de un campo común. Son relevantes para todos en una comunidad de fe.
LECCIÓN 7: LA TEOLOGÍA ES UNA DISCIPLINA DEMOCRATIZADA
PRACTICADA POR UN GRAN CUERPO DE TEÓLOGOS.
Las teologías de liberación remachan el clavo respecto a dos hechos más afines a
la teología católica, especialmente en el norte. Primero: de ser una disciplina casi
exclusivamente clerical, la teología ha sido laicizada. De hecho, la mayoría de los
teólogos católicos son laicos. Segundo: la disciplina ha sido removida de la boca
de una aristocracia de élite para ser difundida entre un cuerpo de teólogos muy
bien preparados. Ya no existen textos estándares sino bibliografías extensivas
sobre múltiples temas –un hecho muy saludable.

Quinta etapa: los diálogos católicos bilaterales. Teólogos


ecuménicos católicos
Durante los 40 años desde que la Iglesia católica se unió al movimiento
ecuménico, los diálogos ecuménicos han acumulado un cuerpo masivo de datos y
literatura. Los resultados de estos diálogos han permanecidos ignorados por gran
parte de los fieles y, en consecuencia, los teólogos involucrados siguen sin
reconocimiento. Aunque los sectores oficiales eclesiales hayan hecho muy poco
con los datos en comparación con el esfuerzo gastado para recolectarlos, la
literatura continúa siendo una fuente latente para la teología. Estimaciones sobre
el grado de compromiso verdadero con el movimiento ecuménico pueden variar de
acuerdo con las expectativas de los que hacen la evaluación.
LECCIÓN 8: EL HORIZONTE EXPANDIDO DEL MOVIMIENTO ECUMÉNICO
SUBRAYA EL PRINCIPIO DE UNA JERARQUÍA DE VERDADES.
Este principio enseñado en el Concilio Vaticano II, afirma que las verdades varían
en su relación con los fundamentos de la fe cristiana. Sin embargo, los surcos que
definen los límites e identidades de las iglesias suelen estar edificados en otros
lugares. Será siempre tema de debate dentro y fuera de las iglesias particulares
pero el principio permanece valioso y tiene que ser evocado en forma consistente.
Su apreciación requiere lenguaje moderado y concentración en el corazón de la fe
en el Dios del cristiano, como revelado en Jesucristo. A su vez, nos urge
reconocer que muchas divisiones entre las iglesias están basadas en errores
respecto a cuáles asuntos son y no son realmente divisorios.

Sexta etapa: Nyamiti, Pieris, Amaladoss. La inculturación en


África y Asia
La descolonización empezó en América Latina en el siglo XIX pero el sentido de
identidad cultural y el nacionalismo se intensificaron después de la segunda guerra
mundial. Este proceso ha generado entre los cristianos orientales un fuerte sentido
de que la fe y la práctica requieren una nueva interpretación, utilizando los
símbolos de las culturas locales para asegurar que el cristianismo deje de
presentarse como religión ajena, como algo alienante. La teología de la
inculturación jamás fue seguida en forma tan dedicada a través del mundo como lo
es hoy. Está produciendo conceptos con aplicaciones múltiples, por ejemplo, la
idea de hibridismo (hibridación) como algo distinto del sincretismo. Un análisis de
las relaciones múltiples que constituyen a las personas y grupos, demuestra que
no existen identidades puras, simples y estables en la historia. Este hecho suaviza
las connotaciones casi exclusivamente negativas del sincretismo religioso. Al
mismo tiempo, es muy difícil estimar los efectos de la inculturación a lo largo del
tiempo.
Como atestiguan los cristianos de la comunión anglicana, la inculturación es
necesaria, difícil y peligrosa. Sin embargo, la teología católica nunca se ha
mostrado más creativa y vital en proyectos contemporáneos como en aquellos de
Charles Nyamiti para crear una Cristología de los ancestros; o como en el trabajo
de Aloysius Pieris de apropiarse de la opción para los pobres de la teología de
liberación para Asia y su diálogo con Budismo. O finalmente, en el diálogo de
Michael Amaladoss con la cultura y la religión de India y su aplicación a la
Cristología.
LECCIÓN 9: LA TEOLOGÍA CATÓLICA HA SUPERADO EL OCCIDENTE Y ES
AHORA CULTURALMENTE POLICÉNTRICA.
Esta lección ha sido internalizada solo en forma parcial dentro de la Iglesia
católica. Una organización con mil millones de miembros produce una vasta
conciencia global y su enorme cuerpo de teólogos católicos atraviesa varios
continentes. La preponderancia de idiomas compartidos, como inglés y castellano,
permite que los teólogos se lean mutuamente sus trabajos , cruzando continentes
y culturas. Esta fertilización por polinización cruzada de las preocupaciones y
nuevas intuiciones, ofrece una enorme promesa para la teología.

Séptima etapa: Dulles, Knitter, Clooney. La teología


comparativa
En sus esfuerzos por entender al sujeto, la teología comparativa reconoce en
forma explícita el pluralismo. Es un término análogo que abarca varios campos
diferentes de aplicación y estrategias metodológicas, pero la percepción esencial
sigue igual: la comprensión teológica tiene que ser consciente de la diferencia y
capaz de integrarla al entendimiento final.
Se puede apreciar esta percepción o intuición fundamental en el trabajo de
teólogos tan diferentes uno del otro como:
- Avery Dulles, con su identificación de múltiples modelos de temas teológicos
como Iglesia y revelación;
- Los teólogos ecuménicos que normalmente trabajan en comisiones
comparando y contrastando en búsqueda de algo en común:
- Paul Knitter, cuya teología de la religión compara las diferentes
aproximaciones teológicas cristianas con el pluralismo religioso;
- Francis X. Clooney, que hace teología cristiana a través de un diálogo
comparativo con los textos de otras religiones sobre un tema común.

LECCIÓN 10: EL ENANCHADO HORIZONTE DE LAS RELIGIONES NOS ABRE


NUEVAS FUENTES PARA LA INTUICIÓN CRISTIANA.
Todo parece diferente una vez que nos damos cuenta de que estamos unidos por
una común búsqueda religiosa del sentido de las cosas; una búsqueda que no
puede ser reducida a un solo marco teológico o filosófico. El antropocentrismo de
Rahner adquiere un nuevo sentido con un trasfondo de esperanza para la
reconciliación humana, donde la religión podría unir en vez de dividir a la gente.
¿Será posible que la religión deje de ser competitiva para ser reconciliadora?

Octava etapa: Toolan, Haught, Edwards. Una teología


cosmológicamente sensible
A través del mundo, la gente educada está consciente de que la comprensión del
cosmos del siglo XX que persiste, es totalmente anticuada. Existe una narrativa
sobre los inicios del universo, con cálculos bastante precisos, esperando
reemplazar dicha comprensión. La historia es imponente y religiosamente
evocadora. La matemática del tamaño y edad de nuestro universo desafía la
imaginación humana.
Una nueva comprensión de nosotros mismos como parte de este universo, tiene
implicaciones significativas para la teología. Estas implicaciones son tan
significativas como el cambio desde una comprensión judaica de Dios y la
salvación a una interpretación griega de ambos. David Toolan ha explorado el
impacto del nuevo mundo científico sobre nuestra identidad espiritual cristiana;
John Haught cuestiona las conexiones entre los métodos de la ciencia y la
teología, y Denis Edwards ubica las doctrinas dentro de este nuevo contexto de
interpretación. Tendrá que pasar algún tiempo y habrá mucha discusión antes de
que estas nuevas interpretaciones puedan ser presentadas, evaluadas y
absorbidas por la gran comunidad. Sin embargo, no es demasiado temprano para
sacar por lo menos una lección de los principios de esta nueva autocomprensión
cristiana.
LECCIÓN ONCE: UNA NUEVA EXPANSIÓN CÓSMICA PRODUCE UN NUEVO
TEOCENTRISMO
El tamaño y complejidad del universo sugiere algo tan masivo, tan enorme, tanto a
nivel macro de la astronomía como al micronivel de la realidad subatómica, que la
imaginación se siente espontáneamente atraída a ideas de poder infinito e
inteligencia creativa. ¿En todo eso dónde estamos nosotros como raza humana?
No se puede escapar del antropocentrismo tan inherente en el pensar humano. No
obstante el principio antropocéntrico, las coordenadas del tiempo-espacio de
pensar humano han sido tan expandidos que parece incorrecto volver a vernos
como el centro. Gradualmente este nuevo marco se está moviendo hacia un
nuevo teocentrismo para los cristianos. Aquí tenemos una de las nuevas y más
importantes fronteras para la teología cristiana.

El futuro de la teología católica


Es posible sacar innumerables conclusiones de la historia del desarrollo de la
teología católica a través de los últimos 40 años. Sin embargo, existen dos áreas
de urgencia especial para la Iglesia católica. Sin esta atención necesaria, habrá
efectos negativos para la salud de la Iglesia.
La primera área de necesidad involucra las doctrinas de la comunión católica
romana, a las que muchas veces se hace referencia como artículos del Credo. No
ha habido suficiente esfuerzo creativo dedicado a la interpretación teológica de
estas doctrinas para hacerlas entendibles por las personas en las sociedades
desarrolladas del Occidente. El mundo occidental también necesita inculturación
en su teología. Mientras tanto, el nuevo cuerpo de teólogos católicos está ocupado
con cuestiones de menos importancia en la jerarquía de verdades, como por
ejemplo: ¿Es posible siquiera vivir en paz en medio de una comunidad pluralista?
El resultado es un tipo de analfabetismo teológico entre los laicos y el clero
respecto al trabajo de la academia. Aun los católicos bien educados en otras áreas
no pueden encontrar respuestas a sus preguntas y muchos simplemente
abandonan la Iglesia, arrastrados por otras corrientes.
La segunda exigencia es la necesidad de una espiritualidad consciente y rigurosa.
¿Es posible que la espiritualidad católica encuentre espacio en la global
conversación humana que abarca tantas tradiciones religiosas? ¿Será capaz de
abrirse al concepto del universo que los niños contemporáneos ya presuponen?
¿O, al contrario, demandará un auto-entendimiento definido en forma más cerrada
y limitada? ¿Es inevitable que el movimiento hacia un concepto más abierto y
grandioso de la relación “divina-humana” termine automáticamente en la pérdida
de la devoción religiosa?
Los teólogos debieran explorar en forma más profunda las varias maneras en que
una teología “abierta” establece y apoya una fuerte identidad religiosa y una vital
espiritualidad cristiana. Un entendimiento crítico de cómo el cristianismo puede ser
universalmente relevante y, al mismo tiempo, “abierto” a las otras experiencias
religiosas, confirma más que amenaza la identidad cristiana. Nuestra fe profesada
en el Dios de Jesús debiera convencernos de que la apertura a otras iglesias y
otras religiones es una muy correcta actitud espiritual cristiana. Nuevos tiempos y
nuevas teologías demandan nuevas formas de espiritualidad.
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**Este artículo fue publicado en la revista America, el 17 de marzo de 2008, Vol.
198, Nº9.

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