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Poder Judicial de la Nación

Año del Bicentenario


1810-2010

//doba, 27 de agosto de dos mil diez.-


Y VISTOS:
Estos autos caratulados: “CORNEJO TORINO, Jorge
Antonio y GATTO, Marcelo Diego p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T.
(Expte. 42-C-06 - 48/2007), reunidos en acuerdo los Jueces
integrantes de la Sala A del Tribunal a los fines de emitir
nuevo pronunciamiento en autos, con motivo de lo ordenado por
la Cámara Nacional de Casación Penal, tras la celebración de
la audiencia del art. 454 del C.P.P.N. en relación con los
recursos de apelación deducidos en primera instancia,
respectivamente, por la defensa técnica de Carlos Saúl Menem,
a cargo de los Dres. Carlos Hairabedian y José M. D´Antona y
por la defensa técnica de Heriberto Jorge José Gerardo Baeza
González, a cargo de los doctores Norberto Giletta y Gerardo
Ibáñez en contra de la resolución dictada con fecha
USO OFICIAL

15.08.2008 por el Señor Juez Federal Subrogante de Río


Cuarto, Dr. Oscar Armando Valentinuzzi, obrante a fs.
20.011/20.074 de autos.
La citada resolución dispuso, en lo que aquí
interesa: “RESUELVO: 1- DICTAR auto de PROCESAMIENTO sin
prisión preventiva en contra de Carlos Saul MENEM, sin
sobrenombres o apodos, de nacionalidad argentina, de 77 años
de edad, de estado civil divorciado, de profesión abogado,
Senador de la Nación por la Pcia. de La Rioja, domiciliado en
calle Cerrito 950 – Hotel Presidente – Buenos Aires, nacido
en La Rioja el día 02-07-1930, hijo de Saúl (f.) y de Mohibe
Akil (f.), titular del D.N.I. N° 6.705.066; de Heriberto
Jorge José Gerardo BAEZA GONZALEZ, sin sobrenombres o apodos,
de nacionalidad argentina, de 76 años de edad, de estado
civil viudo, de ocupación jubilado autónomo, domiciliado en
calle Guido N° 2660 4° piso de la Capital Federal, nacido en
Guaymallén Mendoza, el día 09-07-1931, hijo de Heriberto
BAEZA GONZÁLEZ (f.) y de Alicia GARCÍA DE ROSAS (f.), titular
del D.N.I. N° 6.846.117 ...por el hecho que fueran indagados
(Cfme. art. 186 inciso 5° y 45 del Código Penal). 2- DISPONER
la TRABA DE EMBARGO sobre bienes de los encartados Carlos
Saul MENEM, Heriberto Jorge José BAEZA GONZALEZ y [...] en lo
suficiente hasta cubrir la suma de DOSCIENTOS MIL PESOS ($

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200.000-), importe en que han sido estimadas provisoriamente
las costas del proceso. A tal fin, deberán librarse los
exhortos de práctica... Regístrese y hágase saber.”
Y CONSIDERANDO:
I.- DEL TRÁMITE DE LAS PRESENTES ACTUACIONES ANTE
ESTA ALZADA
Que las presentes actuaciones vienen nuevamente a
conocimiento del Tribunal en virtud del reenvío ordenado por
la Cámara Nacional de Casación Penal. En efecto, elevada la
causa a dicho Tribunal a raíz de los recursos de casación
oportunamente interpuestos por las partes en contra de la
resolución de esta Cámara de fecha 17.11.2008 (L° 302 F° 32),
la Sala II dispuso la anulación del punto dispositivo I de
dicho fallo y ordenó nuevo pronunciamiento con relación a la
situación procesal de los imputados Carlos Saúl Menem y Jorge
Baeza González (v. sentencia N° 14.191 fechada 01.04.2009,
así como sentencia N° 13.138 dictada por la Sala IV de la
C.N.C.P. el 22.03.2010, obrantes a fs. 21.050/063 y
21.206/208 de autos respectivamente).
En función de ello, se presenta ahora a esta Sala
la cuestión de responder a los recursos de apelación
interpuestos en contra del decisorio de instrucción de fecha
15 de Agosto de 2008 —cuyo fragmento resolutivo se lee
transcripto en el apartado precedente— por la defensa técnica
de Carlos Saúl Menem, a cargo de los Dres. Carlos Hairabedian
y José M. D´Antona, y por la defensa técnica de Heriberto
Jorge José Gerardo Baeza González, a cargo de los Dres.
Norberto Giletta y Gerardo Ibáñez. Las restantes apelaciones
que fueran oportunamente deducidas por las demás partes en
contra de aquella resolución de primera instancia fueron ya
materia de tratamiento por esta Cámara, según puede leerse en
el mencionado fallo del 17.11.2008, el cual se encuentra
firme a ese respecto.
A propósito del trámite ante este Tribunal de
Alzada, resulta conveniente consignar aquí que, receptada la
causa en Secretaría Penal de este Tribunal el 31.05.2010 (fs.
21.241), tras la sustanciación de los recursos ante la Cámara
Nacional de Casación Penal, con fecha 03.06.2010 se dispuso
la prosecución de la presente causa según su estado, con
relación a los imputados Carlos S. Menem y Heriberto J.J.G.

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Baeza González (v. providencia de fs. 21.243).
Al efecto, en razón de la incorporación como Juez
Subrogante de esta Sala A de la Cámara Federal del señor Juez
Federal de Villa María, doctor Roque Ramón Rebak (Acuerdos de
Superintendencia N° 136/2009 y 148/2009 (B.O. N° 3110/2009),
en la providencia antes citada se dejó sentado la cesación de
pleno derecho de la intervención en autos de la señora
Conjuez de Cámara doctora María Alba Iriarte de Lofiego y,
por consiguiente, la declaración de materia abstracta del
incidente de recusación sobreviniente que fuera oportunamente
planteado por la querellante particular doctora Ana Elba
Gritti (v. presentación el 08.06.2009 a fs. 21.085/87).
Cabe asimismo la mención de que el doctor Luis
Rodolfo Martínez, Juez de Cámara Subrogante en este Tribunal
desde el 14.04.2009, no interviene por su parte en autos, en
virtud de su anterior intervención en los mismos como Juez de
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instrucción, desde los inicios de la investigación, así como


de su ulterior inhibición, todo según resulta de lo informado
por Secretaría a fs. 21.077 y de lo dispuesto en decreto de
fs. 21.078.
Ulteriormente, consentida por las partes la
integración del Tribunal con el doctor Roque Ramón Rebak, se
dictó resolución en orden a la petición de inhibición
sobreviniente formulada por el señor Juez de Cámara doctor
Luis Roberto Rueda (v. presentación del 09.06.2009, glosada a
fs. 21.088). En efecto, con fecha 10.06.2010 (L° 354 F° 01),
se resolvió favorablemente tal requerimiento, disponiéndose
allí la integración del Tribunal con el Juez de Primera
Instancia doctor Alejandro Sánchez Freytes. A ese objeto, se
tuvo en cuenta el sorteo practicado en autos el 19.06.2009,
en virtud de lo establecido por el art. 31 del Decreto Ley
1285/58 sustituido por el art. 10 de la Ley 26.371 y el art.
2 de la Ley 26.376, entre los Jueces de Primera Instancia de
esta Sección, en el que resultaron designados la entonces
Titular del Juzgado Federal N° 3, doctora Cristina Garzón de
Lascano, en segundo término el Titular del Juzgado Federal N°
2, doctor Alejandro Sánchez Freytes, así como la aceptación
de la renuncia de la entonces Juez mencionada en primer

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término, por Decreto del Poder Ejecutivo de fecha 17.12.2009
(v. informe Actuarial de fs. 21.242).
Así las cosas, en atención a la solicitud de
apartamiento planteada el 16.10.2010 por el Juez Titular del
Juzgado Federal N° 2, doctor Alejandro Sánchez Freytes (v.
manifestación de fs. 21.265/21.267), con fecha 23.06.2010 se
dictó resolución (L° 354 F° 156) por la cual se hizo lugar a
la excusación solicitada y se dispuso la integración del
Tribunal con el Juez de Primera Instancia doctor Ricardo
Bustos Fierro (art. 31 del Decreto Ley 1285/58 sustituido por
el art. 10 de la Ley 26.371 y el art. 2 de la Ley 26.376).
Dicha resolución motivó el pedido de recusación por
parte de la querellante Ana Elba Gritti, respecto del doctor
Bustos Fierro (v. presentación del 29.06.2010 a fs.
21.323/325vta.), que fue rechazado por extemporáneo y por los
fundamentos allí expuestos mediante resolución de esta Cámara
de fecha 27.07.2010 (L° 356 F° 76).
En suma, con esa integración del Tribunal, mediante
decreto de fecha 30.07.2010, se fijó fecha de audiencia a los
fines prescriptos por el artículo 454 del C.P.P.N. (v.
decreto de fs. 21.375), que fue celebrada los pasados días 12
y 20 de agosto del corriente año (v. actas de audiencia
glosadas al expediente).
Por último, cabe anotar que el Juzgado Federal del
Río Cuarto ha remitido a la Secretaría Penal de Cámara copia
autenticada del testimonio rendido en autos por Aníbal Ulises
Laiño, como prueba producida con posterioridad a la
interposición de los recursos de apelación que aquí se
ventilan (v. oficio receptado el 29.07.2010 y copia de la
citada declaración a fs. 21.354/55).
II.- SOBRE EL CONTENIDO DE LAS APELACIONES
De acuerdo a lo enunciado en el apartado anterior,
el auto de primera instancia que dispuso el procesamiento sin
prisión preventiva de Carlos Saúl Menem y Heriberto Jorge
José Gerardo Baeza González en orden al delito de estrago
doloso agravado por la muerte de personas, en grado de
coautoría (arts. 186, inciso 5, y 45 del C.P. y art. 306 del
C.P.P.N.) fue impugnado por las respectivas defensas técnicas
de los imputados Menem y Baeza González, mediante sendas
presentaciones de apelación glosadas al expediente:

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a) El abogado defensor doctor Norberto A. Giletta,
en representación de Heriberto J. J. G. Baeza González,
sustenta el remedio impetrado en los siguientes motivos: en
primer lugar, precisa que la resolución atacada agravia los
derechos constitucionales de defensa en juicio y debido
proceso legal que asisten a su defendido, toda vez que
quiebra lo estipulado en el art. 123 del Código Procesal
Penal de la Nación, al estimar que, sin fundamentos válidos
suficientes, resuelve el procesamiento de su defendido y, en
consecuencia, es nula.
Prosiguiendo con el desarrollo de los motivos,
refiere que la incorporación del nombrado al proceso fue un
reclamo de la querella con una endeble base, y sobre ella el
Juez lo indagó, imputándole por cargos sin precisa
definición, al entender que se le achaca alguna forma de
participación en la voladura del arsenal militar y en la
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producción de muertes por su actuación anterior. Afirma que


luego lo procesa por considerar que, de alguna forma, debe
haber intervenido en el hecho antes de que sucediera. Por
considerar inexistentes los medios de prueba en orden a la
participación endilgada a su defendido, estima arbitraria la
imputación y solicita se haga lugar al remedio intentado.
Hace reserva de protestar en casación y de acudir ante la
Corte Suprema de Justicia.
En ocasión de informar ante esta Alzada, el abogado
co-defensor doctor Gerardo Ibáñez desarrolla sus argumentos y
comienza advirtiendo acerca de que su defendido en un primer
momento no comprendió la imputación que recaía sobre su
persona y que, por esta situación, es que con posterioridad
solicitó ampliar su indagatoria, adjuntando entonces copia
del Decreto n° 1041/95 y del organigrama del Ministerio de
Defensa. En este contexto, señala el letrado que tanto se
parta de la hipótesis de un accidente como de un hecho
intencional, Baeza González es totalmente ajeno al mismo.
Continúa con su informe, relatando que su
defendido, con fecha 05.10.2005 (fs. 14.719/25), declaró como
testigo en la causa y refirió todo lo que conocía según los
datos que le daba Groba. Considera que no hay ningún elemento
que señale cuál conducta puede atribuirse a su pupilo

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procesal, ello pues el mismo no tenía relación alguna con la
Dirección General de Fabricaciones Militares y ni siquiera
fue imputado en la causa “Armas”, ni menos mencionado en ella
en el curso de quince años de investigación.
Agrega que Baeza González fue llamado a indagatoria
solamente por el escrito presentado por la parte querellante,
y en ello se basó el Juez para asignarle coautoría en la
comisión del hecho. Remarca el letrado que la Dirección
General de Fabricaciones Militares no tenía ninguna relación
con la Secretaría que estaba a cargo de su asistido,
mencionando que sí tenía que ver con lo económico, por ser
especialista, Etchechourri, pues Baeza González ni siquiera
era idóneo para tales cuestiones.
El recurrente expresa que el Juez de sección ha
demostrado en la resolución un absoluto desconocimiento de la
estructura y funcionamiento del Ministerio de Defensa,
incurriendo en inexactitudes sobre funciones y secciones todo
con el objeto de involucrar a su asistido con la explosión
acaecida en la Fábrica Militar de Río Tercero.
Con relación a preguntas formuladas por el
Tribunal, el letrado informante expresa que Baeza González
solamente podía ejercer funciones de Viceministro en caso de
ausencia y siempre que no existiera ninguna otra autoridad
dentro del Ministerio.
Menciona luego que, teniendo el mismo grado Baeza
González que Etchechourri, podría haber sido Viceministro
Etchechourri, ambos eran autoridades paralelas. Afirma que
Baeza González tenía a su cargo las Fuerzas Armadas y no las
empresas y que en materia de defensa era más idóneo Baeza
González que Etchechourri que era el especializado en la
parte económica. Indica al respecto que la Dirección de
Fabricaciones Militares en ningún momento estuvo a cargo de
Baeza González.
En cuanto a la posibilidad de que Baeza González
haya podido ser el número uno del Ministerio de Defensa, el
defensor expresa que Camilión renunció unos meses antes que
Baeza González y entiende que esa fue la única ocasión en que
quedó como Ministro hasta que asumió Jorge Domínguez en el
cargo de Ministro, puntualizando que ocurrieron las
explosiones era Ministro Camilión y fue quien viajó a

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Córdoba, dando las órdenes e instrucciones.
En el curso de la exposición de agravios, el doctor
Ibáñez plantea que el Juez valora en su resolución que,
dentro del Ministerio de Defensa, aparece con nitidez la
figura de Baeza González, expresando el letrado que no
entiende cuál es la nitidez si en once años de investigación
nunca se lo mencionó a su defendido. Refiere que el Juez cae
en error al hacer una inferencia con el nombre de la
Secretaría que encabezaba su asistido, sosteniendo que Baeza
González no podía ordenar nada a la Dirección General de
Fabricaciones Militares, ni lícito ni ilícito.
Finalmente, el impugnante desiste del agravio
planteado con relación al embargo y precisa su petición,
requiriendo a este Tribunal la revocación del auto de
procesamiento dictado en contra de su asistido (v. acta de
audiencia de fecha 12.08.2010, incorporada a fs. 21.386/89 de
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autos).
b) Al presentar su apelación los doctores Carlos
Hairabedian y José Miguel D´Antona, en representación de
Carlos Saúl Menem, ponen en cuestión el pronunciamiento, al
enumerar los siguientes puntos de agravio: “a) La existencia
del hecho conforme fuera intimado a su defendido; b) La
participación atribuida y c) La existencia de vicios en el
procedimiento que vulneran garantías constitucionales de
nuestro defendido”.
En ocasión de informar verbalmente ante esta
Alzada, esta parte recurrente se ocupa del desarrollo de
tales motivos. En concreto, el codefensor doctor Carlos
Hairabedian inicia la exposición enfatizando en la mantención
de todos los agravios esgrimidos y negando la participación
de su asistido en la comisión del hecho.
Manifiesta que la resolución de instrucción N° 378,
de fecha 15.08.2008, se sustenta básicamente en dos aspectos:
por un lado, en consideraciones doctrinales en materia penal
y constitucional, y, por el otro, en un desarrollo de la
disposición del artículo 99 de la Constitución Nacional.
Advierte que dicho marco era necesario para generar en el
lector del decisorio una perspectiva previa al análisis
concreto que luego se efectúa, según la cual el imputado es

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el hombre de atrás de aprieta un botón y desencadena la
tragedia investigada en autos. Refiere además que el Juez se
vale en el fallo de una descalificación ideología y
conceptual del gobierno del ex Presidente Menem.
Siguiendo con el informe, el letrado plantea el
interrogante de cuál fue la participación en la orden del
hombre de atrás y cuál fue la convergencia con los otros
imputados, agregando que Menem nunca pudo cooperar en la
comisión del ilícito y que hay total falta de elementos
probatorios en este sentido. Al respecto, aduce que su
defendido no accionó el botón y ordenó llevar a cabo el plan
por el comentario hecho a la prensa.
Trae a colación el fallo del Juzgado Nacional en lo
Criminal y Correccional Federal N° 11, de fecha 03.06.2010,
por el cual se sobreseyó al ex Presidente Jorge De La Rúa en
orden a los incidentes acaecidos en Buenos Aires el 19 y 20
de diciembre de 2001, y cita algunos de sus pasajes. Finaliza
el informe con la petición de que se revoque la resolución N°
378 en cuanto dispuso el procesamiento de Carlos Saúl Menem
por el delito de estrago doloso y, en consecuencia, se ordene
su sobreseimiento.
La exposición de la parte es complementada por el
co-defensor José M. D´Antona, quien refiere que en la
resolución cuestionada hay un razonamiento falaz, pues a su
criterio el Juez de instrucción hace caso omiso de lo
dispuesto por esta Cámara Federal de Apelaciones sobre la
calificación legal de la participación criminal. A la par de
ello, repara en que no existe prueba alguna y que, sin
embargo, se ha dispuesto el procesamiento de Carlos Saúl
Menem.
Expresa que su asistido llega al proceso 11 años y
344 días después del hecho, esto es 31 días antes de que
expire la pena máxima prevista, afirmando que su llegada se
debe a una frase vertida por su defendido el mismo 03.11.1995
en la ciudad de Río Tercero “...El gobierno argentino les
está diciendo que se trata de un accidente y no de un
atentado. Uds. tienen la obligación de difundir esta palabra,
no de entrar a dudar de lo que estamos diciendo. El que duda
debe tener algún fundamento y no una llamada anónima que
pueda hacer algún irresponsable...”.

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El apelante refiere que ello no puede ser
considerado como prueba, ni siquiera como un indicio por lo
cual valora como grave el hecho de que el Juez transcribiera
textualmente estas palabras del escrito de la querellante y
encima agrega “...su contundencia me exime de efectuar
mayores comentarios...”. A ello el letrado informante se
pregunta cual contundencia lo exime al señor Juez de motivar
o fundamentar y agrega que mucho menos explica de qué manera
se produce la legal incorporación de esta supuesta prueba.
Al respecto, el informante arguye que la citada
frase fue dicha por Menem en Río Tercero a escasas horas del
acontecimiento, con la información que el primer mandatario
tenía por lo que le había informado el Ministro de Defensa,
para arrimar cuota de tranquilidad a la sociedad
conmocionada.
Seguidamente, puntualiza la carencia total y
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absoluta de pruebas que permitan sostener la imputación que


pesa sobre su representado, indicando que ningún elemento
surge de la prueba testimonial y pericial producida en la
causa.
A la par de lo anterior, el letrado aduce la
inexistencia del hecho tal cual fue intimado a su defendido,
pues al plantear el Instructor que Río Tercero fue el medio
para el fin del contrabando, entiende que la causa es una
hipótesis basada en otra hipótesis. De esta forma, la defensa
solicita la suspensión del ejercicio de la acción penal
respecto de Carlos Saúl Menem por existir una causa penal sin
sentencia previa conforme el art. 10 del C.P.P.N.
Requiere después la declaración de nulidad absoluta
del auto de procesamiento, por violación del artículo 123 del
Código de Rito, que obliga bajo pena de nulidad a motivar las
decisiones que adopten en el curso del proceso. Refiere al
respecto que la resolución contiene una “aparente motivación”
que viola el principio lógico de razón suficiente que atañe
al artículo 18 de la Constitución Nacional. Cita doctrina
alusiva a la materia y se detiene luego en una consideración
de la línea de argumentos seguidos por el a-quo.
Sintetiza la petición en los siguientes términos:
en primer lugar, solicita se ordene el sobreseimiento parcial

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de la presente causa a favor de Carlos Saúl Menem (arts. 336
inc. 2° C.P.P.N.), o en su defecto se disponga falta de
mérito en su favor (art. 309 C.P.P.N.); en segundo lugar, y
de manera subsidiaria, atento a existir una cuestión de
prejudicialidad penal de la cual depende indefectiblemente la
existencia del delito que se investiga en los presentes
autos, pide se actúe conforme a derecho y, en consecuencia,
se suspenda la acción penal entablada hasta tanto recaiga
sentencia firme en la causa supra referida (arts. 10 y 11 del
C.P.P.N.); en tercer lugar, y subsidiariamente, solicita se
declare la nulidad absoluta del auto atacado y de todos los
actos procesales posteriores y anteriores que tengan
vinculación directa con la nulidad requerida, con fundamento
en lo prescripto por los artículos 123, 166, 172, ss. y conc.
del C.P.P.N.). Hace reserva de casación y de recurso
extraordinario (v. acta de audiencia de fecha 12.08.2010,
glosada a fs. 21.386/89 de autos).
c) Al momento de la intervención de las partes no
recurrentes y de la formulación de aclaraciones por parte de
los apelantes en el desarrollo de la audiencia del art. 454
del C.P.P.N. (según reforma introducida por Ley 26.374),
celebrada el 20.08.2010, tal como consta en el acta labrada
(fs. 21.391/21.393vta.), el Sr. Fiscal General doctor Alberto
Gabriel Lozada manifiesta su intención de no formular
aclaraciones.
A su turno, la parte querellante, representada por
el doctor Horacio Viqueira, hace referencia a que el fallo de
primera instancia se encuentra perfectamente fundado y que
las críticas formuladas por las defensas se encuentran
sesgadas. Indica que el Juez detalla la prueba existente en
la causa al comienzo de la resolución y la relaciona después
convenientemente.
Expresa que, por un lado, el Juez basa su
resolución en copiosa prueba testimonial, parte de la cual
versa sobre los acontecimientos de la noche previa al hecho,
dando cuenta de una operación efectuada en la planta fabril,
con camiones y movimientos de material, que preparan la
programación del trágico acontecimiento del día siguiente.
Por el otro, la resolución se basa en prueba pericial. Indica
que la pericia química –prueba fundamental para la

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dilucidación de la causa- da cuenta de la existencia de una
planificación del hecho, expresando que no hubo una sola
explosión, sino dos explosiones programadas. Subraya que ello
avala la tesis del juez —que ha sido a su vez confirmada por
esta Cámara—, en cuanto a la intencionalidad de la voladura.
Por otro lado, alude a la pericia contable, que establece el
faltante de material en la Fábrica Militar de Río Tercero,
que generaba preocupaciones en quienes estaban siendo
investigados en la causa “SARLENGA”.
El doctor Viqueira prosigue diciendo que la
querella fue la única que intentó vincular esta causa de la
voladura de Río III con el mencionado proceso “SARLENGA”, en
razón de que esta causa no se explica sin el nexo con la
“causa Armas”, toda vez que allí hay muchos elementos que
pueden ser de utilidad para autos.
Se ocupa después de referir a los testimonios
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rendidos en el proceso, destacando en primer lugar los de


Maciel, Aguirre, Gaviglio y Gómez. En segundo lugar, destaca
el testimonio del Secretario General del Ejército a la época
de los hechos, General de División Bossi, quien explica la
vinculación entre las autoridades de Fabricaciones Militares
y Ejército. Destaca el letrado la circunstancia de que la
mayor parte de elementos contrabandeados a Croacia provenían
de Río III, en tanto la fábrica fue utilizada por el Poder
político, desde su cúspide, para garantizar la operación.
Menciona que ello fue planteado en el fallo anterior de este
Tribunal y que de la citada declaración surge la preocupación
común de toda la línea castrense en orden a la situación de
la F.M.R.T.
A continuación, el doctor Viqueira subraya la
importancia de los testimonios rendidos por el Coronel
Marpegan, Coronel Quatrocchi, General Monti, Bertotto y
Sarlenga, así como las declaraciones de Balza y Emanuel.
Menciona asimismo los decretos dictados por el
Poder Ejecutivo, decretos que eran ideológicamente falsos y
estaban plagados de irregularidades. A preguntas efectuadas
por el Presidente del Tribunal, el letrado manifiesta que
tales decretos no fueron derogados por el Poder Ejecutivo y

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que, en el plano judicial, es lo que se está ventilando en la
“causa Armas”.
El letrado señala que todos estos elementos
componen las pruebas e indicios para la base fáctica, para
sostener que los hechos fueron intencionales y tuvieron como
móvil el encubrimiento del contrabando de armas, tal como
quedó plasmado –según menciona- en el voto del doctor Rueda
de fallo anterior de esta Cámara.
En lo que puntualmente concierne a Baeza González,
el doctor Viqueira expresa que el Juez no se confunde en lo
funcional al traerlo a proceso; lo trae por ser el nexo
existente entre Fabricaciones Militares y la estructura del
Ejército Argentino. Expresa que el término “asesor” es una
acepción correcta para describir la función desempeñada por
el nombrado, quien verdaderamente era un asesor del
Presidente. La práctica es que uno de los secretarios del
Ministerio actuaba como viceministro, extremo que es
reconocido por el propio imputado.
Indica que todas las pruebas descriptas demuestran
que Baeza González era conocedor de todo lo que pasaba,
porque era responsable de la parte logística. Como máximo
contacto, receptaba las inquietudes de las unidades
militares, por lo que debía saber el estado de cosas.
Menciona que Baeza González afirma haber dado a la prensa la
versión del accidente dada por Groba. Sin embargo, resalta
que éste negó la circunstancia de haberse comunicado con
Groba, indicando además que la preocupación del momento eran
las consecuencias del suceso, y no las causas. Señala a la
vez que el Juez Martínez se comunicó con Baeza González.
En lo que atañe a Menem, indica que las referencias
políticas contenidas en el fallo tienen en realidad una
explicación: la política de exportación de ese gobierno, que
en realidad se trataba de una política de contrabando.
Expresa que hubo entonces una decisión de vender armas a
Croacia, señalando que Argentina es el primer país que
reconoce a Croacia y que recibe a su mandatario, subrayando
también el fluido nexo habido entre ambos países desde 1991.
Expresa que durante el mes de mayo, junio y julio de 1995
hubo pagos de Croacia por los embarcos de armas anteriores,
esto es, había problemas por incumplimiento contractuales con

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Croacia. Señala asimismo que la política de privatizaciones
de aquel gobierno resulta también central y sustancial.
Refiere que la fábrica era entonces una institución sujeta a
privatización, que estaba en crisis total y eso permitía la
voladura.
El doctor Viqueira arguye que las razones dadas por
el Juez Valentinuzzi con relación a la teoría de Roxin han
sido al solo objeto de fundar el procesamiento, y que en
realidad la teoría no fue empleada en la resolución habida
cuenta que la calificación legal dada a la participación
penal de Menem es como coautor.
La parte culmina con la petición de ratificación de
la resolución de primera instancia en todas sus partes. Pide
el rechazo de los planteos de prejudicialidad y nulidad
articulados por la defensa técnica de Carlos S. Menem. Hace
reserva de casación y del caso federal.
USO OFICIAL

Seguidamente, la doctora Ana Elba Gritti expresa


que a lo largo de quince años de investigación se ha
acumulado prueba suficiente que demuestra acabadamente que la
voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero no fue obra de
personal civil y militar de menor jerarquía de la Fábrica,
sino el resultado de las disposiciones de las más altas
jerarquías del Poder Ejecutivo Nacional, con referencia
puntual al entonces Presidente Carlos Saúl Menem. Expresa que
cuando en 1995 Monner Sans denuncia el contrabando de armas,
comienza el periplo dificultoso para las autoridades
nacionales, para borrar los rastros. Trae a colación pruebas
puntualizadas antes por el doctor Viqueira y culmina
enfatizando en el absoluto convencimiento de que el entonces
Presidente de la Nación sabía el origen de las armas vendidas
al exterior y de sus consiguientes responsabilidades, lo que
motivó la destrucción de Río III, mediante la voladura de la
fábrica militar (v. acta de audiencia a fs.
21.391/21.393vta.).
El doctor Gerardo Ibáñez formula aclaraciones
poniendo de resalto que todas las pruebas citadas por la
querella están vinculadas con un supuesto móvil del hecho (el
contrabando de armas a Croacia y Ecuador) que se investiga en
una causa judicial desconocida por la parte, la “causa

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 13


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
Armas”. Expresa que los aspectos mencionados por la querella
están relacionadas con cuestiones anteriores al ejercicio de
la función de su representado Baeza González, que se extendió
entre enero de 1994 y mediados del año 1996.
Aclara luego que Baeza González recibió dos
llamadas del Juez de Sección doctor Martínez porque era el
único funcionario que permanece en Buenos Aires, tal como fue
expresado por el encausado en su declaración obrante a fs.
14.121. Asimismo puntualiza que la aludida declaración de
Groba es injuramentada y debe considerarse que quizás sus
dichos respondan a una estrategia defensiva. Resalta que, de
todas formas, constituye un tema sin relevancia por la falta
de relación con una coautoría dolosa. Destaca después que
Camilión no fue imputado en autos y que su declaración de
fecha 19.02.2009 desvirtúa los dichos de Groba, al aseverar
que éste se constituyó en la planta y se mantuvo en contacto
con el Ministerio (v. acta de audiencia a fs.
21.391/21.393vta.).
El doctor Carlos Hairabedian expresa a su turno los
siguientes puntos: 1) quedó al desnudo la falencia de pruebas
en la frase de la doctora Gritti “debió provenir esta
destrucción de Río III de una instancia superior”, puro
voluntarismo; 2) no hay que caer en la tentación de la
astucia dialéctica y procesal de la querella cuando ha
querido asociar la política internacional con relación a
Croacia, debiendo repararse en que hubo un proceso electoral
en ese país y es razonable la relación diplomática con ese
país; 3) todas las citas de Sarlenga están contaminadas por
el carácter de imputado, quien tiene derecho a mentir; 4) aún
en el hipotético caso de que Menem fuese condenado en “causa
Armas”, ello no lo lleva a ser responsable de la voladura de
la F.M.R.T.; 5) el doctor Valentinuzzi atribuye la autoría de
la voladura a la dirección de Fabricaciones militares y a la
F.M.R.T. y, a renglón seguido, comienza a incursionar por el
terreno de la supuesta participación de Menem. Pide
sobreseimiento del imputado.
El doctor José D´Antona señala que ninguno de los
argumentos vertidos por la querella han aludido al pedido de
nulidad de la defensa, ni tampoco al pedido de suspensión de
la acción penal por prejudicialidad. Menciona que la prueba

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
de la pericia química arrojó que había planificación, pero
ello no lleva a probar la participación de Carlos Saúl Menem.
Reitera su petitorio, ya que no han sido conmovidos por los
argumentos de la querella (v. acta de audiencia a fs.
21.391/21.393vta.).
III. DEL ANÁLISIS DE LAS APELACIONES
Sentadas así y reseñadas en los parágrafos
precedentes las diversas posturas asumidas por las partes,
corresponde introducirse propiamente en el tratamiento de las
apelaciones. A tal efecto, se sigue el orden de votación
establecido en autos, según el cual corresponde expedirse en
primer lugar al doctor Ignacio María Vélez Funes, en segundo
lugar, al doctor Roque Ramón Rebak y, en tercer lugar, al
doctor Ricardo Bustos Fierro, de conformidad a los
fundamentos que siguen:
El señor Juez de Cámara doctor Don Ignacio María Vélez Funes
USO OFICIAL

dijo:
1. Aclaración Preliminar
Previo a ingresar al estudio de las apelaciones
deducidas por las partes, considero pertinente dejar
expresamente a salvo mi criterio, sustentado en sentencia de
autos de fecha 17.11.2008 (L° 302 F° 32), acerca de la
nulidad absoluta de la resolución Nº 474 dictada el
05.10.2007 por el entonces señor Juez Federal Subrogante de
Río Cuarto, Dr. Oscar Armando Valentinuzzi, en cuanto dispuso
indebidamente –a mi juicio- la citación a prestar declaración
indagatoria, sin requerimiento fiscal, de los imputados
Carlos S. Menem y Heriberto Baeza González. Respetuosamente
mantengo al respecto mi postura intelectual según mi
interpretación del sistema judicial penal acusatorio actual.
Efectuada dicha salvedad, en atención al reenvío
ordenado por la Cámara Nacional de Casación Penal para el
dictado de nuevo pronunciamiento, tras la anulación del punto
dispositivo I de dicho fallo (v. sentencia N° 14.191 de Sala
II, fechada 01.04.2009, así como sentencia N° 13.138 dictada
por la Sala IV de la C.N.C.P. el 22.03.2010), ingreso en lo
que sigue al tratamiento de cada uno de los agravios
formulados por las respectivas defensas de Heriberto Jorge

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 15


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
José Gerardo Baeza González y Carlos Saúl Menem, a efectos de
revisar sus situaciones procesales.
2. Sobre el planteo de nulidad
La defensa técnica de Carlos Saúl Menem solicita la
nulidad de la resolución de primera instancia, por la cual se
dispuso el procesamiento del nombrado, alegando inobservancia
del art. 123 del C.P.P.N. Tal como ha quedado plasmado en la
relación de causa del presente decisorio, la instancia de
nulidad se articula invocando las previsiones legales de los
artículos 123, 166, 167 y 168 del C.P.P.N.
En relación con esta posición asumida por los
letrados recurrentes, se juzga necesario consignar que cada
uno de los aspectos conducentes a la definición de la
situación procesal del imputado fue extensamente abordado en
dicho decisorio, con argumentos respaldados en elementos de
juicio reunidos en la causa y avalados con material de
doctrina y jurisprudencia. El conjunto de fundamentos de
hecho y de derecho que guiaron la decisión del Magistrado
fueron plasmados en el auto, pudiendo observarse un estudio
crítico y razonado de los puntos a resolver, con el
correspondiente análisis de los elementos recabados hasta el
presente en la causa. Entiendo así que la resolución en
crisis se encuentra motivada o fundada, según la expresa
exigencia del dispositivo del art. 123 del Código de Rito, al
margen de que esa fundamentación pueda ser inapropiada o
incorrecta.
El desarrollo analítico en la valoración de los
elementos de convicción ha conducido al Juez a tener por
verificadas las hipótesis delictivas que han sido motivo del
requerimiento fiscal genérico por los hechos ocurridos el 3 y
25.11.1995 aún cuando no fue expresamente acusado por el
Ministerio Público Fiscal en su oportunidad, así como también
a definir la situación procesal de Carlos S. Menem según las
pautas establecidas por el art. 306 del C.P.P.N., arribando a
la conclusión de procesamiento que es objeto de estudio y
revisión en esta Alzada, en función de la apelación formulada
por la parte.
No puede aseverarse que el Inferior haya incurrido
en el vicio para el dictado de la sentencia de motivación
aparente en la resolución, que amerite declarar la nulidad

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
solicitada, por violación de lo prescripto por el artículo
123 del C.P.P.N. Repárese, al efecto, que las cuestiones
tratadas en el pronunciamiento fueron objeto de un
tratamiento específico, según puede leerse en la secuencia de
párrafos del capítulo correspondiente a la situación procesal
del imputado (v. apartado de fs. 20.060/20.072vta.), que fue
desarrollado en base al análisis del cuadro probatorio
existente en autos hasta el 15.08.2008 y a una serie de
apreciaciones generales plasmadas con anterioridad (v.
apartados de fs. 20.030vta./20.049 y fs. 20.056/20.057vta.).
Repárese en que la garantía de justicia que, en
resguardo del debido proceso penal, exige la debida
motivación se halla cubierta en la medida en que la
resolución guarda relación con los antecedentes que le sirven
de causa y son congruentes con el punto decidido, suficientes
para el conocimiento de las partes y para las eventuales
USO OFICIAL

impugnaciones que se pudieran receptar (v., en tal sentido,


C.N.C.P., Sala II, L.L., 31.08.2000; asimismo, C.N.C.P., Sala
IV, J.A., 1997-I, P. 481). Por consiguiente, la nulidad
articulada debe ser rechazada, por cuanto decidir en ese
sentido es de extrema excepción y no se dan en el caso las
exigencias para que el planteo defensivo sea aceptado a mi
criterio, por las razones dadas.
3. Sobre la petición de suspensión de la acción
penal
Prosiguiendo con el tratamiento de las cuestiones
introducidas ante esta Alzada, corresponde abordar a
continuación, por razones metodológicas, la petición
efectuada por la defensa técnica de Carlos Saúl Menem
relativa a la suspensión del ejercicio de la acción penal
iniciada en contra del nombrado, atento a hallarse en
presencia de una causa penal en extraña jurisdicción, cuya
resolución resulta —según el criterio de la parte- una
cuestión previa o prejudicial de la cual vendría a depender
la existencia hipotética del delito que se investiga en este
caso concreto y diverso según el proceso seguido en autos.
En lo sustancial, el apelante refiere que la
imputación delictiva de autos estaría conformada por una
hipótesis según la cual el estrago doloso investigado en el

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 17


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
proceso habría sido ocasionado por aquellos que supuestamente
participaron en la venta ilegal de armas, como un medio de
ocultamiento de dicha maniobra ilícita. La defensa alude a
los autos caratulados “SARLENGA, Luis Eustaquio y otros
p.ss.aa. Contrabando”, expediente Nº 798/95 radicado ante la
justicia penal federal de la ciudad Autónoma de Buenos Aires,
en los que se investiga la supuesta venta ilegal de armas a
Croacia y Ecuador, cuyas actuaciones no ha tenido nunca a la
vista este Tribunal.
Acerca del presente planteo de excepción, es
preciso consignar que el mismo es reiteración de uno de
similar tenor formulado ante esta Alzada con anterioridad,
por la misma defensa de Menem, en oportunidad de la última
radicación de la causa ante la Cámara.
Debo indicar al respecto que la solicitud fue
rechazada en pronunciamiento de fecha 17.11.2008 (v.
sentencia L° 302 F° 32), en coincidencia con la posición
adoptada entonces por el Fiscal General doctor Alberto G.
Lozada –quien interviene nuevamente en esta instancia-, quien
solicitó el rechazo del planteo, por entender que no se
verificaban en el caso las circunstancias estipuladas por el
art. 10 del C.P.P.N. Mantengo igual criterio que el que tuve
en aquella ocasión por cuanto no ha habido variantes en la
apreciación del caso.
Teniendo en cuenta dicha circunstancia, resulta de
rigor responder a la cuestión con una remisión sucinta al
análisis y conceptos que fueran establecidos por esta Cámara
en el citado fallo, tanto en el voto del suscripto, como en
el de los demás Jueces de entonces doctores Luis Roberto
Rueda y María Alba Iriarte de Lofiego. En dicha oportunidad
se tuvo en cuenta que la cuestión prejudicial se halla
prevista expresamente por la ley, con la exigencia de que sea
resuelta por el juez no penal, cuya decisión causa estado con
respecto a la existencia o inexistencia del elemento del
delito al cual se relaciona. La cuestión no es penal y debe
ser resuelta en firme por el juez competente conforme a su
naturaleza, pero de esa resolución dependerá la existencia
del delito que ha de juzgar el juez penal, por lo cual queda
vinculado a ella (CLARIÁ OLMEDO, Jorge A., Derecho Procesal

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
Penal, Tomo I, Ed. Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2004, pág.
180).
Sobre la base de lo prescripto en el artículo 10
del Código Procesal Penal de la Nación, se destacó entonces
que la prejudicialidad supone la concurrencia de alguna
cuestión importante para la decisión del caso penal que no
puede ser resuelta por la vía del procedimiento penal en
trámite, sino que debe ser decidida en un procedimiento
judicial autónomo o independiente de aquél, porque así lo
establece rigurosamente la ley o, al menos, lo permite, y que
normalmente genera la consecuencia de suspender total o
parcialmente el trámite del procedimiento.
A la par de ello, se subrayó que la hipótesis ha
sido delimitada a los supuestos concretos derivados del
artículo 1104 del Código Civil, que versan sobre la validez o
nulidad de los matrimonios y la calificación de las quiebras
USO OFICIAL

de los comerciantes, advirtiéndose incluso que “En nuestro


derecho penal, las cuestiones prejudiciales constituyen una
verdadera rareza: la única cuestión prejudicial subsistente,
en el Derecho penal llamado nuclear, es la relativa a la
validez o nulidad del matrimonio y al estado civil o
parentesco de las personas, en tanto su determinación dependa
de la cuestión nombrada anteriormente” (MAIER, Julio B.,
Derecho Procesal Penal, Tomo II, Ed. Editores Del Puerto,
Buenos Aires, 2004, pág. 114 y ss.). Incluso, se ha ceñido
más el extremo sosteniéndose que, en el estado actual de
nuestra legislación, la única cuestión prejudicial válida
para el juez penal es la relativa a la declaración de nulidad
o validez del matrimonio anterior (art. 1104, C.C.), a
decidirse por el juez civil (ibidem).
Como contrapartida de ello, este Tribunal ponderó
entonces, y lo ratifico ahora, favorablemente el criterio
jurisprudencial que establece que “la creación pretoriana de
una causal de interrupción o suspensión de la acción resulta
contraria a la garantía del debido proceso penal (por lo
cual) tanto por el principio de progresividad cuanto por el
de preclusión, que reconocen su fundamento en motivos de
seguridad jurídica y en la necesidad de lograr una
administración de justicia rápida dentro de lo razonable

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 19


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
(debe evitarse) que los procesos penales se prolonguen
indefinidamente” (C.N.C.P., Sala III, J.P.B.A., 116-91-231).
Ciertamente que el efecto de la prejudicialidad
consiste en la suspensión del procedimiento hasta que aquélla
sea resuelta en el litigio autónomo y ante los tribunales
competentes. De tal modo que, de ordinario, la misma funciona
como un verdadero impedimento objetivo para la realización
del procedimiento, pues, al suspenderlo, impide temporalmente
(hasta que se decida el extremo) la persecución penal, para
cualquier persona sospechada como partícipe en el hecho
punible, y ello afectaría en definitiva la tutela judicial
efectiva de los mismos imputados en su perjuicio, al
prolongar la incertidumbre de decidir sobre las respectivas
situaciones procesales frente a cada acusación.
En función de ello, se afirmó además que los
supuestos de conexión de causas no revisten la pretendida
calidad de prejudicialidad o, en otras palabras, puede
decirse que en nuestro derecho situaciones de ese tipo no
representan, propiamente, una prejudicialidad. Hay conexión
de causas, verbigracia, cuando se hubiere cometido un delito
para perpetrar o facilitar la comisión de otro, o para
procurar al culpable el provecho o la impunidad, lo cual se
correspondería con el caso de autos, desde el momento en que
se ha planteado la hipótesis por la querella de que la
explosión de la planta de Río Tercero habría sido un hecho de
tipo intencional conexo a la causa del contrabando de armas,
precisamente al objeto del ocultamiento de pruebas de esta
última. Pero esta hipótesis resulta de conjeturas o
apreciaciones intelectuales que no resultan expresamente de
las probanzas de autos hasta la actualidad.
Como consecuencia de lo señalado, se sostuvo
entonces que en ese tipo de hipótesis podría propiciarse, en
todo caso, la conveniencia de prioridad de juzgamiento de un
proceso respecto del otro, pero –como bien señala la
doctrina- los tribunales intervinientes pueden resolver los
hechos investigados en el marco de cada uno de los distintos
procesos penales, valorando las pruebas colectadas en cada
uno de ellos en orden a los respectivos delitos, sin
perjuicio de que después proceda revisión en caso de condena
(CLARIA OLMEDO, op. cit., p. 182).

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Poder Judicial de la Nación
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1810-2010
En efecto, es preciso reparar en que, frente a
situaciones semejantes, la regla debe ser la continuación del
trámite del proceso y la paralización del ejercicio de la
pretensión por dependencia de objetos procesales debe ser su
estricta excepción, que habrá de interpretarse entonces en
forma restrictiva (NAVARRO, Guillermo Rafael/DARAY, Roberto
Raúl, Código Procesal Penal de la Nación, Tomo I, Ed.
Hammurabi, 2° edición, Buenos Aires).
Véase en todo caso, que el eventual resultado
perjudicial que pudiere derivar de una investigación no
diferida, puede ser luego neutralizado a través del remedio
de la revisión de la sentencia, contemplado en el dispositivo
legal del art. 479, inciso 1°, del C.P.P.N., para el caso
futuro de que se acredite y compruebe que este presunto hecho
delictivo que se investiga tuviere directa e íntima conexión
con el presunto delito de contrabando de armas investigado en
USO OFICIAL

la causa “SARLENGA” antes citada.


Se planteó allí que la consecuencia de la conexión
de causas judiciales es la acumulación de los procesos para
unificar los procedimientos, según las reglas jurídicas
aplicables y siempre que con ello no se extralimite el ámbito
propio de cada órgano jurisdiccional. A dicha opción procesal
de acumulación de causas se añade una segunda alternativa,
consistente en la unificación de sentencias del art. 58 del
C.P, al cabo de la sustanciación independiente de los
distintos procesos vinculados.
Resta mencionar que, a tenor de las prescripciones
del art. 11 del C.P.P.N., la suspensión del procedimiento por
prejudicialidad debe ser declarada judicialmente, para lo
cual el tribunal ante el cual se formula la petición debe
“apreciar si la cuestión prejudicial invocada es seria,
fundada y verosímil”, debiendo ordenar la continuación del
trámite, “en caso de que aparezca opuesta con el exclusivo
propósito de dilatar el proceso” o que pueda advertirse que
esta consecuencia de dilación del proceso sería el efecto
inevitable que provocaría la suspensión afectando sine die la
actuación de los jueces naturales del caso.
Por último, en el fallo se indicó que, al resolver
la excepción, el juzgador debe apreciar las pautas fijadas en

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 21


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
el dispositivo legal del artículo 11 del C.P.P.N., a saber,
si la cuestión invocada es seria, fundada y verosímil, ya
que, por su índole, la cuestión planteada puede constituir un
pretexto para impedir o demorar la causa penal.
Pues bien, en función de lo señalado corresponde
rechazar la petición de suspensión de la acción penal
formulada por la defensa técnica de Carlos Saúl Menem
(artículos 10 y 11 del C.P.P.N.), por cuanto no se advierten
las razones excepcionales que autoricen declarar la
prejudicialidad invocada.
4. Situaciones procesales de los imputados
En atención a los planteos recursivos formulados,
corresponde en adelante examinar lo dispuesto en la
resolución cuestionada respecto de las responsabilidades
penales de los imputados Heriberto Jorge José Gerardo Baeza
González y Carlos Saúl Menem, a la luz tanto de las probanzas
colectadas en la causa, cuanto de los agravios formulados por
los recurrentes.
En el auto de primera instancia se ha ordenado el
procesamiento sin prisión preventiva de los nombrados, en
orden al delito de estrago doloso agravado por la muerte de
personas, en grado de coautoría (arts. 186, inciso 5, y 45
del Código Penal y art. 306 del Código Procesal Penal de la
Nación).
En concreto, se atribuye a los mencionados
imputados haber provocado, el día 3 de noviembre de 1995,
aproximadamente hacia las 08:55 horas, por intermedio de
persona o personas cuya identidad a la fecha aún se
desconoce, de manera intencional, programada y organizada, el
incendio de un tambor de 200 litros de capacidad que,
presuntamente, habría contenido en su interior mazarota de
trotyl o trotyl de descarga. Dicho tambor se hallaba
depositado en un tinglado existente en la Planta de Carga de
la Fábrica Militar de Río III (Pcia. de Córdoba), próximo al
edificio 1-2, recipiente que, al incendiarse, habría
transmitido el fuego al resto de tambores similares
existentes en el lugar y, tras una rápida propagación (de
pocos minutos), tuvo como efecto dos explosiones simultáneas
ocurridas en el mismo tinglado, presuntamente en un cierto y
determinado direccionamiento de la onda expansiva.

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Poder Judicial de la Nación
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1810-2010
Asimismo, luego de transcurridos unos minutos de
ese primer estallido y con idéntica modalidad (intencional,
programada y organizada), se les atribuye a los mismos
imputados haber provocado, por intermedio de persona o
personas cuya identidad a la fecha aún se desconoce, otra
explosión de mayor magnitud que las anteriores en los
Depósitos de Expedición y Suministro situados hacia el sector
sur de la Planta de Carga, en cuyo interior se hallaba una
gran cantidad de explosivos, municiones y proyectiles. Esta
detonación habría generado —por simpatía— una importante onda
expansiva que dispersó centenares de proyectiles y esquirlas
sobre la población y viviendas adyacentes de la localidad de
Río III, con enorme violencia, y que afectó con mayor
gravedad al Barrio Las Violetas, como así también a otros
ubicados en las inmediaciones de la Fábrica Militar de Río
III, establecimiento dependiente por entonces de la Dirección
USO OFICIAL

General de Fabricaciones Militares como entidad pública


estatal descentralizada del Estado Nacional.
Atento a las hipótesis planteadas en la
instrucción, dicho accionar habría tenido, como móvil
delictuoso, el presunto objeto de ocultar un significativo
faltante de proyectiles, municiones y/o explosivos que debían
haber estado depositados en dicha planta.
Conforme a la diferencia que resulta de contrastar
la pericia contable efectuada en autos (que, en base al
último balance realizado el día 31.10.1995, ascendía a las
72.405 piezas de artillería, entre proyectiles, y/o cartuchos
y/o tiros completos) con la documentación aportada por las
autoridades a cargo entonces de la fábrica (en cuyos
registros constaban 58.422 unidades, 49.948 proyectiles y
8.474 cartuchos), ello evidenciaría una grave irregularidad
y/o imprecisión contable deliberada dentro de la F.M.R.T. y
la D.G.F.M.
Surge un faltante aproximado a las 35.576 unidades,
entre el monto total peritado y lo recuperado posteriormente
por el personal de seguridad actuante después del suceso
ocurrido el 3.11.1995, así como de piezas de artillería en un
número aún no determinado, circunstancia a la que se le ha
atribuido potencialmente una posible vinculación con el

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 23


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
tráfico de armas y proyectiles que se investiga en el marco
de la causa caratulada “SARLENGA, Luis Eutaquio y otros
p.ss.aa. Contrabando” (Expte. N° 8.830/95), con trámite ante
la Justicia Nacional en lo Penal Económico de Capital
Federal.
En cuanto a las gravísimas consecuencias derivadas
de estos hechos, resulta conveniente recordar que costaron la
vida de siete personas, de manera directa y/o indirecta, a
saber: Aldo Vicente Aguirre, Leonardo Mario Solleveld, Romina
Marcela Susana Torres, Laura Andrea Muñoz y Hoder Francisco
Dalmasso el mismo día 3 de noviembre de 1995, mientras que
José Andrés Varela y Elena Sofía Ribas de Quiroga fallecieron
los días 4 y 7 del mismo mes y año, respectivamente, debiendo
mencionar además a Hoder Francisco Dalmasso -cónyuge de la
querellante particular Ana Elba Gritti-, así como también
deben contarse numerosas lesiones físicas y psíquicas de
diversa consideración a un número no determinado de personas,
sumadas a los ingentes daños materiales a la población de la
ciudad de Río Tercero, que hasta la actualidad no han sido
cuantificados con exactitud, pero que este Tribunal ha tenido
ocasión de advertir en numerosísimos juicios civiles por
daños y perjuicios donde ha dictado sentencias en segunda
instancia (329 fallos) y otros que se encuentran en trámite o
a fallo (302 procesos), donde ha habido condenas pecuniarias
de resarcimiento a cargo del mismo Estado Nacional.
A la hora de establecer las respectivas
participaciones penales, el auto de primera instancia ha
dejado fijada, en primer lugar, la plataforma fáctica sobre
la cual las mismas convergen, señalando así —como cuestión
central— que el conjunto de elementos de convicción reunidos
en el proceso permiten tener por válida la tesis de estrago
doloso. Se afirma a la vez que, convertida la fábrica de Río
Tercero en epicentro de un operar ilegítimo (el contrabando
de material bélico al exterior), no resulta factible sostener
que el estado que presentaba la misma a la época del hecho
pudiera ser ignorado o soslayado por los imputados
procesados.
En relación con la citada imputación delictiva que
pesa sobre Carlos Saúl Menem y Jorge José Baeza González, en
el auto interlocutorio apelado se enumeran primeramente las

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Poder Judicial de la Nación
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1810-2010
pruebas colectadas a lo largo de la instrucción y se hace
alusión, en lo sustancial, a las declaraciones indagatorias
rendidas por ambos imputados (obrantes a fs. 19.563/19.564 y
19.712/19.714, respectivamente).
Seguidamente, se realizan allí una serie de
consideraciones teóricas acerca de la participación criminal,
para postular que la investigación se orientó esencialmente a
determinar la materialidad de los sucesos y el posible móvil
de los mismos. Así, la instrucción arriba a la hipótesis de
que los mismos habrían sido intencionales, con el posible
antecedente en las operaciones de venta ilegal de armas y/o
contrabando agravado que se investiga por ante el Juzgado
Nacional en lo Penal Económico N° 3 de Capital Federal, en
los autos caratulados “SARLENGA, Luis Eustaquio y otros
p.ss.aa. Contrabando”. De tal manera, estas dos cuestiones –
materialidad y móvil- son los elementos que, a criterio del
USO OFICIAL

Juzgador, deben ser tenidos en cuenta para el análisis de la


responsabilidad penal de los acusados.
A renglón seguido la resolución impugnada plantea,
en atención al esquema de responsabilidad resultante de la
estructura de poder, que las complejas cuestiones vinculadas
a esta cuestión se manifiestan respecto de la criminalidad
estatal, dado que la estructura propia del Estado, con sus
enormes recursos económicos y humanos y sus cadenas de
funcionarios conformadores de todo un aparato burocrático,
resulta ser la organización que mejor se adapta para este
tipo de casos.
En tal sentido, el Magistrado subraya que, en casos
semejantes, el denominado “hombre de atrás” no necesita
recurrir ni a la coacción ni al engaño (hipótesis
tradicionales de autoría mediata), puesto que sabe que, ante
el incumplimiento de tareas por parte de uno de los muchos
eslabones que han de colaborar en la realización de los
delitos, de inmediato entrará otro en su lugar, sin que la
ejecución del plan en su conjunto y en sus objetivos se vea
perjudicada.
Sobre dicha base, la resolución se ocupa después de
analizar los hechos atribuidos y su relación con los
imputados a la luz del conjunto de probanzas colectadas,

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 25


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
examinando las situaciones procesales de cada uno de ellos,
en los términos que resulta del análisis que en adelante se
efectúa en cada caso particular.
HERIBERTO JORGE JOSÉ GERARDO BAEZA GONZÁLEZ
La disposición de procesamiento de Heriberto Jorge
José Gerardo Baeza González contenida en la resolución de
referencia fue motivo de recurso por parte de la defensa
técnica, por entender —en sustancia y sobre la base de los
argumentos que emanan de la relación de causa— que la
atribución de responsabilidad en la comisión del hecho carece
de sustento probatorio y por considerar que la valoración
allí desarrollada es arbitraria.
Al respecto, hay que decir que el decisorio de
primera instancia examina la situación procesal de Baeza
González, para lo cual toma especialmente en cuenta el
dominio del hecho dentro del sistema organizativo de la
Fábrica Militar de Río Tercero, según los fundamentos
desarrollados en el auto interlocutorio de fecha 26.10.2007,
en el que el Inferior sostuvo que tal circunstancia no era
desconocida por la Dirección General de Fabricaciones
Militares, organismo del cual dependía la fábrica militar
donde ocurrieron las trágicas explosiones.
A continuación, la resolución impugnada afirma que,
del conjunto de pruebas recopiladas en la causa y tras
analizar el hilo conductor de los acontecimientos, es
factible inferir que lo ocurrido antes y después de la
explosión habría sido el resultado de decisiones preadoptadas
en el marco de una organización integrada por individuos con
asiento en Buenos Aires y en la propia localidad de Río
Tercero, desde donde se impartieron las órdenes del acto
criminal hacia sus ejecutores.
De acuerdo con ello, el Juez afirma –según su
razonamiento-, de acuerdo al grado de probabilidad requerido,
que las decisiones sobre lo acontecido en Río Tercero en 1995
habrían sido adoptadas por funcionarios que tenían bajo su
órbita el manejo de la Fábrica Militar y, al respecto,
expresa que la adopción de órdenes a tales efectos no habría
podido darse de otro modo que poniendo en movimiento ciertos
eslabones de la intrincada maquinaria estatal, partiendo del
propio vértice jerárquico de la estructura, esto es, de quien

26
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
ejercía la Presidencia de la Nación y constitucionalmente
revestía el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas, como máxima autoridad de la República del ejército y
restantes armas.
En este sentido, el Juez remarca la circunstancia
de que todo lo que ocurría en Río Tercero era directamente
conducido desde la Dirección General de Fabricaciones
Militares, cuyo funcionamiento dependía del Ministerio de
Defensa de la Nación, es decir, del Poder Ejecutivo Nacional,
y, dentro de dicha estructura —siempre a criterio del
Inferior— aparece la figura de Baeza González, quien
desplegaba una función asimilable a la de Vice Ministro, y
cuya denominación técnica era la de Secretario de Asuntos
Militares, cuya propia naturaleza era cubrir las cuestiones
estrictamente militares. Esta figura es asimilada por el
instructor como una pieza de articulación del plan, al
USO OFICIAL

interrogarse acerca de qué otro era el más indicado para ello


que el Asesor en Asuntos Militares, perteneciente al
Ministerio de Defensa, en la órbita del Poder Ejecutivo
Nacional y, por ende, con rango de jerarquía superior en
relación con la Dirección General de Fabricaciones Militares
y, consiguientemente, con la Fábrica Militar de Río Tercero.
Sobre el punto sostiene el Inferior que, conforme
el sistema de estructura vertical y de conectividad entre los
mentados organismos y dependencias, existe un fuerte grado de
probabilidad de que Baeza González fuese conocedor de todo lo
atinente a la existencia de material de guerra, de los
faltantes en la Fábrica Militar de Río Tercero, del manejo en
la conducción de la misma y demás pormenores, así como
también de que los mismos datos que estaban dentro de la
esfera de su conocimiento eran trasmitidos por su iniciativa
al Titular del Poder Ejecutivo Nacional o por requerimiento
de éste.
En consonancia con ello, el Juez Federal Subrogante
entiende que el imputado debía, por su función, conocer el
dictado de los decretos que fueran, en definitiva, utilizados
para la exportación ilegítima de armamento de guerra a
Ecuador y Croacia que, incluso, debió haberle sido
consultado, requerido o prestado su asesoramiento.

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 27


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
El pronunciamiento toma particularmente en cuenta
la condición de asesor en Asuntos Militares del Ministerio de
Defensa que ostentaba el imputado y, por tanto, del Poder
Ejecutivo Nacional, lo que –en opinión del Instructor- lo
coloca en situación de tener acabado dominio del hecho y de
operación dentro del mismo.
Por último, en el auto apelado se hace referencia a
la hipotética intención de desviar el conocimiento de la
opinión pública, al proporcionarse nombres y apellidos
comunes de víctimas de la explosión, que, según luego se
corroboraría, nada tenían que ver con aquellas personas que
efectivamente perdieran la vida en el estrago doloso. Todo
ello conduce al Juez a afirmar la existencia de semiplena
prueba respecto de la participación de Baeza González en la
comisión del ilícito, dictando así su procesamiento (art.
306, C.P.P.N.).
Pues bien, es preciso abordar el análisis
puntualizando que, a la época de los hechos, Heriberto Baeza
González se desempeñaba, en efecto, como Secretario de
Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, correspondiendo
al ámbito de dicha Secretaría –de acuerdo a la normativa
entonces vigente- los objetivos de: “1. Efectuar el
planeamiento militar conjunto determinando los requerimientos
de la Defensa Nacional, formulando y ejecutando las políticas
nacionales de la defensa y fiscalizando su cumplimiento;
determinar la política general de conducción de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad, formulando los correspondientes
planes; 2. Administrar la justicia y disciplina militar a
través de os Tribunales de sus respectivos órganos; 3.
Determinar las políticas en materia de Logística de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad. Determinar las políticas de
enseñanza de la Defensa Nacional y de formación e instrucción
militar en todos sus niveles y asesorar en todos los aspectos
vinculados con las actividades y relaciones internacionales
de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.”. Tal lo que dispone
el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 1041/1995, de
fecha 07.07.1995, sobre Estructura Organizativa del
Ministerio de Defensa, cuyo Anexo II estipula los objetivos y
responsabilidades de las diversas secretarías,

28
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
subsecretarías, direcciones generales y demás dependencias
que componen el Ministerio de Defensa.
Según se desprende del organigrama de dicho órgano
del Estado, orgánicamente dependían de la Secretaría de
Asuntos Militares: la Subsecretaría de Política y Estrategia,
la Subsecretaría de Asuntos Institucionales y la Escuela de
Defensa Nacional (v. citado Decreto 1041/95).
Conviene dejar sentado aquí que, paralelamente a
dicha Secretaría de Asuntos Militares, cuya titularidad era
ejercida a la sazón por Baeza González, la restante
Secretaría denominada de Planeamiento de aquel Ministerio
tenía bajo su órbita las dependencias de Subsecretaría de
Presupuesto y Administración, la Subsecretaría de Patrimonio
para la Defensa y la Dirección General de Fabricaciones
Militares. Dicha Secretaría tenía, a su vez, asignados la
consecución de los siguientes objetivos: “1. Analizar,
USO OFICIAL

diagnosticar y dirigir las gestiones económicas, financieras


y administrativas de las empresas, sociedades y entes
productivos del área de Defensa, como así también coordinar y
supervisar los regímenes nacionales e internacionales de
control de exportaciones e importaciones de material bélico y
todas aquellas actividades que puedan conducir a la
proliferación de armas de destrucción masiva; 2. Planificar,
coordinar y ejecutar procesos de liquidación, fusión y
escisión, transformación y privatización de las
participaciones empresarias, sociedades, empresas o entes
productivos dependientes del área, atendiendo los asuntos
laborales, gremiales y de administración de personal que se
pretenden y efectuando la implementación y seguimiento de
créditos de asistencia técnica y financiera. Formular,
aprobar, coordinar y controlar el cumplimiento de los
objetivos, políticas y planes de los organismos de
investigación y desarrollo del sector, promoviendo la
colaboración de estos con sus similares del exterior; 3.
Atender la administración del presupuesto y los recursos
humanos, económicos y financieros del área.” (v. Anexo II del
mencionado Decreto N° 1041/95).
Por la responsabilidad que el imputado tenía en el
Ministerio de Defensa —a la época de los hechos ocurridos en

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 29


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
1995 y en su condición de Secretario de Asuntos Militares—,
no puede afirmarse –como lo ha hecho la resolución apelada y
remarcado ahora la parte querellante- que las cuestiones
propias del funcionamiento interno de las distintas fábricas
militares que integraban la Dirección General de
Fabricaciones Militares, ni las situaciones atravesadas por
ellas, estuviesen dentro del marco de las atribuciones y
competencias de dirección y mando reconocidos
reglamentariamente a Baeza González, ni tampoco que pudiera
conocerlas en detalle, según lo sostenido en el decisorio
apelado, ya que tal Dirección estaba en la órbita de la
Secretaría de Planeamiento. El razonamiento del auto se
sustenta así en meras conjeturas sobre una equivocada
apreciación del sistema jerárquico en el Ministerio de
Defensa y éste en relación con la Dirección General de
Fabricaciones Militares.
Por lo contrario, hay que decir que habrían
escapado del ámbito de las funciones desempeñadas por Baeza
González las condiciones particulares en que se hallaba la
Fábrica Militar de Río Tercero, respecto del concreto estado
operativo de la misma, de la puntual existencia de los
materiales en depósito al tiempo del siniestro, condiciones
todas éstas que, en función de lo establecido por este
Tribunal en pronunciamiento de fecha 19.06.2008 (L° 288 F°
75), habrían representado presuntamente el escenario propicio
para la perpetración de la explosión investigada en la causa
y, en definitiva, para el supuesto móvil de ocultamiento de
la venta ilegal de armas al exterior.
Contra las hipótesis articuladas en el auto
impugnado, Baeza González ha negado responsabilidad en la
comisión del ilícito, sobre lo cual hizo manifestaciones
acerca del marco de responsabilidades y competencias que le
cabían en el Ministerio de Defensa y de las circunstancias en
que tomó conocimiento de la explosión. Concretamente, en
cuanto a sus funciones, el imputado expresó haberse
desempeñado como Secretario de Asuntos Militares del
Ministerio de Defensa a la época de las explosiones acaecidas
en la F.M.R.T., cargo al que accedió por intermedio y a
instancias del entonces Ministro Oscar Camilión. Precisó que
su gestión se extendió entre 01.01.1994 y el 06.08.1996,

30
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
habiendo cesado en la función a raíz de la presentación de la
renuncia del Ministro en el mes de julio, indicando además
que, por esa misma circunstancia de la renuncia, quedó
interinamente a cargo del Ministerio hasta la asunción del
Licenciado Jorge Domínguez.
Explicó, asimismo, que tenía a su cargo todo lo
referido al tema castrense, afirmando que era un vínculo
directo entre el Ministro y los Jefes de Estado Mayor de cada
arma. El acusado refirió tener a su cargo la responsabilidad
funcional de la visita permanente a todas las unidades
militares de las tres Fuerzas Armadas y de las de seguridad
de todo el país, a los efectos de tomar razón del estado de
cada una de ellas, así como de las inquietudes que debía
transmitir al Ministro de Defensa, que era su único superior
directo e inmediato.
En el marco de su declaración indagatoria, Baeza
USO OFICIAL

González expresó que era el Secretario de Planeamiento del


citado Ministerio, doctor Federico Etchechourri, quien estaba
a cargo de la faz económica del Ministerio y, por tanto,
quien tenía bajo su órbita las distintas fábricas existentes
en el país que dependían del mismo (v. declaración
indagatoria obrante a fs. 19.712/714).
Según ha sido puesto de resalto, el organigrama del
Ministerio de Defensa da cuenta, justamente, de la
dependencia que tenía la Dirección General de Fabricaciones
Militares de la Secretaría de Planeamiento, no así de la
Secretaría de Asuntos Militares, cuya titularidad al tiempo
de los hechos correspondía –según lo dicho- a Baeza González.
Por lo demás, este Tribunal con diferente
integración se ha explayado ya puntualmente, en sentencias
del 19.06.2008 y 17.11.2008 (L° 288 F° 75 y L° 302 F° 32,
respectivamente), acerca de la dependencia orgánica que, a su
vez, tenían todas las fábricas militares –entre ellas la
Fábrica Militar de Río Tercero- respecto de aquella Dirección
General de Fabricaciones Militares, en especial de las
figuras del Interventor y Sub-Interventor, a través de la
Dirección de Producción. De ello dan cuenta los organigramas
o estructuras de funcionamiento atinentes a la aludida
Dirección General de Fabricaciones Militares, vigentes al

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 31


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
tiempo del suceso ocurrido el 3 de noviembre de 1995, según
las respectivas jerarquías o responsabilidades funcionales
que emanan de la Disposición Nº 8 de la D.G.F.M. del
08.04.1998, sobre orgánica funcional (v. fs. 16.124/25).
Más aún, de las disposiciones emanadas del Decreto
del Poder Ejecutivo Nacional N° 1041/95 antes citado puede
colegirse con claridad la función desempeñada por el
Secretario de Asuntos Militares, definida en términos de
planificación y desarrollo de políticas nacionales de defensa
y determinación de la política general de conducción de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad, de administración de la
justicia y disciplina militar y, por último, de determinación
de las políticas en materia de Logística de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad (cfme. Anexo II del Decreto N°
1041/95). Por el contrario, no se infiere que por estas
potestades o competencias específicas resulte nexo alguno con
la Fábrica Militar de Río Tercero.
No puede olvidarse que en el ejercicio de la
función administrativa la regla es que todo funcionario
público es incompetente y la excepción es la competencia o
atribuciones expresamente indicadas por la ley o los
reglamentos.
Discrepo así con lo argüido por el Inferior en el
sentido de que las probanzas obrantes en el expediente
refieren al imputado Baeza González como el vínculo o nexo
entre la Fábrica Militar de Río Tercero y el Poder Ejecutivo
Nacional y, por tanto, como posible figura clave en la
articulación del presunto plan desplegado en torno de la
Fábrica Militar de Río Tercero, en base a su dominio en
materia militar.
Por lo contrario, considero que los elementos de
juicio recabados por la instrucción no permiten deducir el
concepto de que Baeza González hubiera podido tener
necesariamente dominio del hecho y de operación dentro del
mismo. No puede constatarse en autos una supuesta
compenetración que, por sus funciones, pudiera haber tenido
el imputado en orden a la situación general de la planta
fabril de Río Tercero y vínculo directo o indirecto con sus
responsables, según el organigrama de jerarquía de mandos

32
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
vigentes entonces según estaban aprobados por el Decreto
1041/95.
Ahora, la circunstancia de que Baeza González
hubiese brindado información inexacta o imprecisa a la prensa
en Buenos Aires la mañana de la tragedia acaecida en la
localidad de Río Tercero, en relación con las circunstancias
y consecuencias de las explosiones ocurridas el 3.11.1995, es
un dato que, por sí solo, no conduce al objeto de la
dilucidación de la responsabilidad endilgada al nombrado.
Estimo que debe considerarse verosímil la versión
exculpatoria asumida al respecto por el inculpado, al decir
que recién tomó conocimiento de lo sucedido en Río III a
través de los medios de comunicación, en momentos en que se
dirigía aquella misma mañana al Ministerio y que, una vez
allí, se puso en contacto con el Secretario de Planeamiento,
doctor Federico Etchechourri, quien le informó sobre lo
USO OFICIAL

acontecido y le dijo haberse enterado por una llamada


telefónica del entonces director de Fabricaciones Militares,
Gral. Andreoli, y le comunicó además que en ese momento el
Ministro Camilión se encontraba reunido con el Gral. Balza y
el Presidente de la Nación en el salón blanco de la Casa
Rosada (v. declaración indagatoria ante el Juez Valentinuzzi
de fecha 05.08.2008, fs. 19.712/14).
Baeza González declaró que esa mañana el doctor
Camilión lo llamó desde la Casa Rosada y le expresó que el
Presidente había dispuesto encabezar una comitiva hacia Río
III, integrada por las más altas autoridades, entre las que
se encontraban el Ministro del Interior, Dr. Carlos Corach,
el Secretario General de la Presidencia, Dr. Eduardo Bauzá,
el Ministro de Acción Social, el Ministro de Defensa, Dr.
Oscar Camilión, el Jefe de Estado Mayor Conjunto de las
Fuerzas Armadas, Tte. Gral. Mario Cándido Díaz, y el Jefe de
Estado Mayor del Ejército, Tte. Gral. Martín Balza. Expresó
además que Camilión le comunicó que quedaba a cargo del
Ministerio, como ocurría cada vez que se ausentaba y que,
ante los numerosos requerimientos de la prensa a raíz de lo
sucedido, el Dr. Camilión le indicó que toda la información
saldría del III Cuerpo de Ejército, por lo que se puso en
contacto con el Comandante del III Cuerpo de Ejército, Gral.

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 33


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
de División Máximo Rosendo Groba, quien le fue proporcionando
las novedades de los sucesos, que luego fue transmitiendo a
la prensa (v. declaración indagatoria citada).
La objeción formulada por la querella en torno a
que hubiese sido ciertamente Groba quien le brindara la
información sobre los sucesos que luego el imputado
transmitiera a la prensa, habida cuenta de la negativa de
éste sobre el particular (v. declaración de fecha 05.12.2007,
glosada a fs. 19.421/19.423), merece la aclaración de que las
manifestaciones del entonces Comandante del Tercer Cuerpo de
Ejército “Ejército del Norte” con asiento en Córdoba, General
de División Máximo Rosendo Groba, han sido vertidas en el
marco de su declaración indagatoria y, por lo tanto, no son
juramentadas. De igual modo, el argumento traído a colación
por el apelante respecto a que la versión de Groba habría
sido desvirtuada luego por el testimonio rendido en autos por
Oscar Camilión –al haber aseverado éste en declaración de
fecha 19.02.2009 que Groba se constituyó el día del hecho en
la planta fabril y se mantuvo en contacto con el Ministerio
de Defensa- no es considerado en esta instancia por tratarse
de prueba incorporada al proceso con posterioridad al auto de
procesamiento sometido a revisión.
En otro orden de cosas, la afirmación del Inferior
respecto a la circunstancia de que la función desempeñada por
Baeza González fuese asimilable a la de un Vice-Ministro
tampoco encuentra correlato en las probanzas de autos. Al
respecto, hay que decir que la asunción temporaria de la
Jefatura del Ministerio de Defensa por parte del imputado, a
raíz de la renuncia de su Titular, Oscar Camilión, tuvo lugar
con posterioridad a la fecha de la voladura del
establecimiento fabril militar, siendo que hasta esa época se
hallaba en funciones el nombrado Ministro. Aquí es preciso
hacer notar la circunstancia de que Oscar Camilión no fue
involucrado en los hechos de marras, según resulta de los
diversos requerimientos de instrucción formulados por el
Ministerio Público Fiscal, ni tampoco fue peticionada su
imputación por parte de la querella, ni mencionado o
sospechado por el propio Juez actuante.
Por lo demás, no se cuenta con otro elemento de
relevancia o dirimente que permita vincular al encausado con

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
el hecho investigado en autos por más esfuerzo intelectual
que se pretenda para establecer algún vínculo delictivo como
coautor o partícipe. A la par de lo anterior, no es un dato
menor el extremo de que Baeza González no fuera imputado de
los hechos que se investigan en la causa “SARLENGA, Luis
Eustaquio y otros p.ss.aa. Contrabando” (Expte. N° 8830/95),
con trámite en Capital Federal, por cuanto en caso contrario
podría resultar eventualmente una sospecha siguiendo la misma
línea argumental y logicidad del Juez instructor y también
esgrimida por la querellante.
En resumidas cuentas, considero que el Magistrado
ha valorado inadecuadamente lo concerniente a la imputación
delictiva que pesa sobre Baeza González, habiendo arribado a
una conclusión errónea en torno a la presunta responsabilidad
penal del nombrado en la ejecución del hecho.
Por las razones dadas, y no hallándose reunidos los
USO OFICIAL

elementos de prueba necesarios para alcanzar el grado de


probabilidad acorde a la presente etapa procesal (art. 306,
C.P.P.N.), estimo que la resolución apelada debe ser revocada
en lo que aquí ha sido materia de recurso. Asimismo, debe ser
revocada la disposición allí contenida de traba de embargo
sobre bienes del imputado.
Por lo dicho, el prolongado período de instrucción
de la causa y las exigencias de decidir sobre la situación
procesal del imputado que impone la tutela judicial efectiva,
arribo sin más a un grado de convicción negativa y considero
que corresponde el dictado del sobreseimiento en favor de
Heriberto J.J.G. Baeza González en orden al hecho que se le
atribuye, en los términos del artículo 336, inciso 4°, del
C.P.P.N. Como es sabido, tal decisión jurisdiccional supone
un estadio de certeza negativa respecto de la existencia del
hecho delictivo y/o la participación penal del imputado, en
consonancia con los motivos contemplados en la ley procesal,
que conlleva el cierre definitivo del proceso con relación al
nombrado.
CARLOS SAÚL MENEM
Pasando a revisar en este apartado la situación
procesal de Carlos Saúl Menem —respecto de quien el auto
impugnado dispuso el procesamiento en orden al hecho por el

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 35


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
cual fuera indagado—, se anota que el recurso de la defensa
técnica se sustenta básicamente en la consideración de
carencia total y absoluta de pruebas que permitan sostener la
imputación que pesa sobre su representado.
En lo que específicamente concierne a la definición
de la situación procesal de Carlos Saúl Menem, conviene decir
que el análisis de la resolución parte de algunas
disquisiciones en torno a la tesis del dominio del hecho. En
este contexto pone de resalto que no existe por parte del
órgano directivo una responsabilidad genérica o difusa en
materia penal por todo lo que suceda en la organización y
que, justamente, la división de funciones, la organización
jerárquica y la delegación de tareas persigue asegurar
ámbitos de competencia con cierta autonomía y libertad, a fin
de obtener una mayor dedicación a los temas específicos que
se distribuyen, una mayor especialización y, a la vez, un
mayor grado de compromiso.
Continuando con esta línea de razonamiento, el Juez
advierte que, en materia penal, el delegante no queda
totalmente excluido de responsabilidades por el solo hecho de
delegar sus funciones y que los delitos de comisión han de
complementarse con la variante de la omisión, cuando quien
omite -junto con otros requisitos acumulativos- resulta ser
garante para evitar el resultado.
Propugna, así, que la posición de garante es
precisa para que la no evitación de un resultado lesivo pueda
equipararse al del propio agente causal positivo y castigarse
con arreglo al precepto que sanciona su producción.
Se trae luego a colación la causa “SARLENGA, Luis
Eustaquio Agustín y otros s/contrabando de armas y material
bélico”, en la que, con fecha 07.09.2007, se ordenó el
procesamiento del imputado, indicándose entonces que Menem
estaba a cargo de uno de los poderes públicos del Estado y
que su intervención se vincula a la firma de los decretos N°
1697/91, 2283/91 y 103/95, lo cual tuvo lugar en ejercicio de
una de sus atribuciones presidenciales vinculadas con las
autoridades administrativas militares o internacionales de la
Nación.
Prosigue el auto citando extractos de aquel
dispositivo, para señalar que tales decretos habrían

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
permitido que se configurase la situación fáctica y que,
cuando menos, Menem habría advertido la posibilidad de que
las armas no tuvieran por destino Panamá y Venezuela, sino
que fueran desviadas a un país en conflicto, siendo así que
esta advertencia implica el decaimiento del principio de
confianza en sus subordinados, toda vez que habría resultado
evidente que los depositarios de aquella confianza no habrían
actuado conforme lo esperado de su rol.
Ya adentrándose en el tratamiento de la situación
procesal de Menem, el Juez menciona que, a la época de los
hechos, revestía el cargo de Presidente de la Nación y que,
en dicha calidad, era el Jefe Supremo de la Nación, Jefe del
Gobierno y responsable político de la administración general
del país. Conforme el texto constitucional, desde el momento
en que el Presidente de la Nación conserva la Jefatura de la
Administración, le cabe el control de los actos que emite, en
USO OFICIAL

tanto pueda observarse desviación de poder en ellos. Así, se


indica entonces que el texto constitucional ubica al
Presidente en la “posición de garante” de los bienes
jurídicos tutelados, función que fue efectivamente ejercida
por el encartado Menem al momento de concretarse los hechos
delictivos de autos.
Continúa describiendo que la comandancia del
Presidente de la Nación es política, militar y administrativa
y que la coordinación de la jefatura militar del Presidente
se instrumenta por medio del Ministerio de Defensa, a cargo
de las responsabilidades básicas de defensa nacional en caso
de guerra, así como de intervenir en el nombramiento de los
cargos superiores que le están subordinados, administrar
justicia y disciplina militar a través de los tribunales que
de aquél dependan. A ello suma que, como primera autoridad
militar del país, el Presidente ejerce en última instancia la
función disciplinaria, mandando a cumplir la sanción impuesta
por los organismos y autoridades pertinentes.
Sentados así estos elementos, la resolución apelada
destaca la intervención del inculpado en el dictado de los
citados Decretos N 1697/91, 2283/91 y 103/95 mediante los
cuales se permitió la venta de armamento al exterior.

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 37


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
Se remite una vez más al decisorio de fecha
26.10.2007, donde se dejó asentado que la Fábrica Militar de
Río Tercero tuvo un rol protagónico en el tráfico ilegal de
armas, municiones y pólvora en la Argentina, entre los años
1991 y 1995. Afirma en tal sentido que, de acuerdo a la
prueba reunida, la Fábrica Militar de Río Tercero operó como
centro de almacenamiento y distribución de pertrechos que
salieron clandestinamente del país rumbo a Ecuador y Croacia.
Ahonda en las responsabilidades que, al respecto,
les cabrían a los directivos de la propia fábrica, así como a
los encargados de Producción Militar y Comercialización de la
Dirección General de Fabricaciones Militares, y menciona
extremos significativos, tales como la flexibilidad absoluta
de controles (especialmente el día y hora del suceso,
03.11.1995), el ingreso de material bélico que se camuflaba
con pintadas de otros países y el faltante de material de
guerra (tal como lo corroboran las pericias técnicas),
movimientos de vehículos que ingresaban y egresaban sin
especificación de destinos, cargas y descargas de material
sin el debido registro contable, etc.
Siempre siguiendo los razonamientos del auto
cuestionado, se destaca allí que, habiendo tomado estado
público dicha operatoria ilegal con armamentos y tras
develarse en el orden interno e internacional la torpe
intención de lucrar con ellas, se tornaba necesario ocultar
el origen, las formas y los medios utilizados de tal accionar
ilegal.
De ello se infiere la hipótesis de que la explosión
habría obedecido a decisiones adoptadas en Buenos Aires, en
el centro mismo del poder, y que, necesariamente, habría
implicado poner en movimiento engranajes de la propia
maquinaria estatal para llevarla a cabo, partiendo de su
mismo vértice, la Presidencia de la Nación, por entonces
ejercida por Menem.
La resolución resalta, como hecho altamente
sugestivo, la interpretación que pretendió imponer a la
opinión pública el ex Presidente —inmediatamente después de
acaecido el suceso y antes de cualquier pericia o inspección—
como un hecho puramente accidental, para lo cual el decisorio
cita concretamente las intervenciones públicas de Menem en

38
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
dicha oportunidad. En función de todo ello, entiende que
corresponde ordenar el procesamiento de Carlos Saúl Menem,
como coautor del hecho investigado.
Tal como surge, pues, de la síntesis que antecede,
el Juez de primera instancia ha sostenido en su decisorio que
la prueba reunida resulta suficiente para ordenar el
procesamiento de Carlos Saúl Menem, en los términos
prescriptos por el art. 306 del C.P.P.N.
Así las cosas, anticipo aquí mi discrepancia con el
criterio sustentado por el Inferior, en cuanto a la
concurrencia de elementos de juicio suficientes para afirmar
la participación penal del nombrado en la comisión del hecho,
de acuerdo con el grado de probabilidad requerido para la
presente etapa procesal, así como con la valoración que el
Juez ha elaborado en base a la misma.
Considero, en este sentido, que no ha resultado
USO OFICIAL

factible a la instrucción obtener constancias relativas a la


posible responsabilidad que se achaca a Carlos Saúl Menem,
siendo que la prueba producida hasta el momento no ofrece
elementos relevantes en esa dirección. En efecto, una
detenida revisión del auto apelado da cuenta de que la
disposición de procesamiento del nombrado se ha sostenido
sobre la base de tres extremos, a saber: en el supuesto
teórico del dominio de la voluntad en aparatos organizados de
poder, que permitiría sustentar el criterio de su supuesta
participación responsable, dada su condición de Presidente,
Jefe Supremo de la Nación, Jefe de gobierno y responsable
político de la administración general del país; en la
vinculación del nombrado con los hechos a raíz del
procesamiento dictado en su contra en causa “SARLENGA”, en
particular, a partir del dictado de los Decretos N° 1697/91,
2283/91 y 103/95 mediante los cuales se permitió la venta de
armamento al exterior y en la circunstancia de que el
establecimiento fabril de Río Tercero habría operado entre
1991 y 1995 como centro de almacenamiento y distribución de
armas y municiones (pertrechos) que salieron clandestinamente
del país hacia Croacia y Ecuador; y, por último, en una
valoración del mensaje vertido en conferencia de prensa por

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 39


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
el ex Presidente Menem a la sociedad, tras el acaecimiento de
la tragedia en la Fábrica Militar de Río Tercero;
Establecidos los precedentes criterios, resulta
necesario referir a cada uno de ellos, sobre los que, al
cabo, se basa el decisorio cuestionado. Con relación a la
primera cuestión, cabe indicar que, precisamente, la defensa
se agravia de la definición que el auto de procesamiento hace
de la participación penal, en términos de autoría mediata
según la tesis del dominio del hecho a través de aparatos
organizados de poder.
Sobre ello es oportuno recurrir nuevamente a las
reflexiones vertidas por esta misma Cámara -donde el
suscripto intervino con diferente integración- en sentencia
dictada con relación a los co-imputados de autos Carlos J.
Franke, Edberto González de la Vega, Jorge A. Cornejo Torino,
Oscar N. Quiroga y Marcelo D. Gatto (fallo del 19.06.2008, L°
288 F° 75), en la que mediante una serie de precisiones
conceptuales que fueran entonces debidamente explicitadas, la
cuestión quedó delimitada al campo de análisis de los hechos
efectivamente acaecidos y al imperio de las disposiciones
legales que rigen la materia (C.P., art. 45 y ss.), más allá
de cualquier discusión doctrinaria. Dicha tesitura fue
asimismo reiterada y seguida por nuestra parte en fallo
ulteriormente dictado en el proceso, a propósito del
tratamiento de las imputaciones delictivas deducidas en
contra de Norberto O. Emanuel —fallo del 17.11.2008, L° 302
F° 32—.
En concreto, este Tribunal ha empleado la categoría
de coautoría para definir las responsabilidades de los
imputados de mención que, como es sabido, importa la comisión
común o codominio del hecho, que alcanza a quienes toman
parte en su ejecución y se verifica en la división funcional
de tareas de acuerdo a un plan común. En oportunidad de
coadyuvar la opinión o voto del Juez de Cámara doctor Luis
Roberto Rueda en el fallo mencionado, el suscripto sostuvo, y
lo ratifico ahora, que tal noción presupone división de
tareas o funciones enfocadas a la ejecución del delito, y
engloba a todos aquellos actos principales y accesorios que,
en el caso específico, integran el accionar que presupone la
comisión del mismo, el cual viene a abarcar tanto a quienes

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
asumen los actos típicamente consumativos, cuanto a aquellos
que cumplen actos que ayudan o complementan los otros.
El criterio deja al margen de consideración los
presupuestos de aplicación de la mentada doctrina alemana
que, según lo visto, han guiado el análisis del Juez Federal
Subrogante a lo largo del pronunciamiento, conduciéndolo a la
conclusión de concurrencia de mérito suficiente para el
dictado del procesamiento en contra de Carlos S. Menem.
Sobre el punto, debe precisarse que el argumento
planteado por la querella, respecto a que la teoría de Claus
Roxin no fue utilizada en el pronunciamiento habida cuenta
que la participación penal del encausado fue definida en la
parte resolutiva en términos de coautoría, carece –a mi
entender- de consistencia. Basta, al respecto, seguir el hilo
conductor de la motivación o argumentos del Inferior para
reparar en la aplicación de esa teoría como fundamento
USO OFICIAL

sustancial del tópico (v. fs. 20.056/20.057vta. y


20.060/20.072vta.), no obstante la calificación legal dada
finalmente al imputado (como coautor), en lo que se ha
ajustado, en definitiva, a la postura adoptada por esta
Alzada respecto de la definición de la participación de los
co-imputados de autos.
Cabe mencionar al respecto que, en función de los
requisitos esenciales de la coautoría, así como de los
presupuestos básicos de la autoría mediata por dominio de la
organización, Claus Roxin ha concluido en el señalamiento de
razones decisivas que determinan la incompatibilidad de la
primera forma de participación criminal con la segunda,
precisando que la coautoría implica una resolución común
hacia el hecho, una ejecución conjunta del hecho y una
estructura horizontal, lo que en modo alguno se verifica en
el caso de la autoría mediata (ROXIN, “La autoría mediata por
dominio en la organización”, DONNA, Edgargo Alberto
(Director), Revista de Derecho Penal 2005-2 Autoría y
Participación T. II, Ed. Rubinzal-Culzoni, Bs. As, 2006, pp.
9-28).
En cuanto a la segunda cuestión, el procesamiento
de Carlos S. Menem en autos “SARLENGA, Luis Eustaquio Agustín
y otros s/contrabando de armas y material bélico” de fecha

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 41


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
07.09.2008, debo puntualizar que las valoraciones plasmadas
en tal sentido, constituyen en realidad hipótesis o
conjeturas del Inferior respecto de la presunta participación
del nombrado en el delito de contrabando de armas a Croacia
y Ecuador que, como es sabido, es materia de investigación y
decisión en la citada causa judicial, con trámite actual en
ajena jurisdicción.
Recuérdese que en fallo de esta Cámara de fecha
19.06.2008 se dejó establecido ya que “la voladura de una
fábrica militar de explosivos de manera intencional, en un
ámbito urbano donde se produjeron graves lesiones a la vida y
patrimonio de los ciudadanos, despeja toda posibilidad de que
no haya existido la convergencia de voluntades de un grupo de
personas que permitiera el despliegue de conductas criminosas
de tal naturaleza. Se trata de un estrago producido dentro de
una institución de organización vertical, con una cadena de
mando celosamente organizada y reglamentada, donde no parece
posible conjeturar que una iniciativa individual y, menos
aún, de personal subalterno, pudiese haber desencadenado el
estrago” (v. L° 288 F° 75, voto del doctor Luis Roberto
Rueda), lo que fue destacado por las partes en el curso de la
audiencia del art. 454 del Código de Rito.
Al efecto de dicha conclusión, hubieron de
ponderarse debidamente las pruebas testimoniales, periciales
e informativas recopiladas en autos, según puede leerse a
fs.20.584vta./20.587vta. y fs. 20.590vta./20.593vta. del
expediente. Pues bien, aquel entendimiento de la
intencionalidad habida en la voladura de la Fábrica Militar
de Río Tercero, con confluencia o convergencia de voluntades,
no sugiere relación con una supuesta participación del ex
Presidente Menem en la perpetración del hecho aquí
investigado, como el hombre de mayor jerarquía en los mandos
que habría actuado detrás del telón o entre bambalinas.
Respecto de la tercera cuestión, esto es, la
conferencia ofrecida por Menem luego de acaecido el hecho,
cabe decir que el contenido de dicho mensaje (que
textualmente expresaba: “El gobierno argentino les está
diciendo que se trata de un accidente y no de un atentado.
Uds. tienen la obligación de difundir esta palabra, no de
entrar a dudar de lo que estamos diciendo. El que duda debe

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
tener algún fundamento y no una llamada anónima que pueda
hacer algún irresponsable…”) no permite colegir, por sí
misma, una suerte de ánimo de encubrimiento de otra causal
ajena a la de un accidente, o un adelanto de encubrir o
justificar un hecho ilícito, aún cuando las mismas hayan sido
prematuras y sin elementos justificantes para haberlas
expresado.
Ciertamente que las citadas expresiones vertidas
por el ex presidente pueden interpretarse como conteniendo un
cariz en exceso restrictivo, ya que, sin mediar las
precisiones que sólo después de mucho tiempo las pericias
posteriores habrían de aportar, posiblemente tampoco podía
descartarse entonces otra hipótesis.
Sin embargo aquellas declaraciones, sin diferir de
las expresiones de rigor que pueden esperarse de las máximas
autoridades en situaciones de gravedad o conmoción social y
USO OFICIAL

que, por otra parte, fueron vertidas espontánea o


improvisadamente en una conferencia de prensa, sobre los
restos humeantes de las explosiones, pueden también
interpretarse como la intención de transmitir, desde la
máxima investidura del país, un primer tenor de serenidad a
la población, por un lado, y de prudencia y cautela, por
otro, respecto de posibles denuncias anónimas que apuntaran
en una dirección diferente pero que, sin duda, exigían ser
debidamente contrastadas con posterioridad.
En cualquier caso, aunque resulte congruente la
interpretación del mensaje presidencial por parte del
Magistrado como un posible elemento indiciario que pudiese
sustentar la hipótesis de desviar la atención respecto de la
causa del estrago, lo cierto es que en los presentes autos no
se cuenta hasta el 15.08.2008 ni después con prueba directa
que vincule a Menem con el siniestro ocurrido en la Fábrica
Militar de Río Tercero.
Si bien la presunción de que el hecho podría
haberse perpetrado con la intención de borrar pruebas de otro
delito (el presunto contrabando de armas), ciertamente la
presente causa no ofrece elementos consistentes ni, en todo
caso, otros indicios concurrentes, que permitan emitir un
juicio valorativo a la hora de decidir sobre la situación

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 43


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
procesal del imputado en el mismo sentido establecido en el
auto impugnado. Las conjeturas o interpretaciones sin pruebas
en la causa penal sólo pueden ser válidas para quienes la
formulan o concluyen, pero nunca resultan útiles por sí
mismas.
Lo anterior reviste importancia a la luz de los
términos y los alcances previstos por el Código Procesal
Penal de la Nación, y de aquella doctrina y jurisprudencia
que, sin hesitaciones, asigna cabal fuerza probatoria a los
elementos indiciarios en la medida en que éstos sean
múltiples, unívocos y no anfibológicos, y que su ponderación
sea, además, conjunta y no fragmentaria (cfse., por todos,
JAUCHEN, Eduardo, La Prueba en Materia Penal, Ed. Rubinzal
Culzoni, Buenos Aires, 1992). Vale decir que, aún si se
asignara el carácter de prueba indiciaria al mentado mensaje
transmitido por el imputado en aquella conferencia de prensa,
el mismo carecería de peso como elemento de convicción, por
tratarse de un elemento aislado y único, en un contexto, por
lo demás, de ausencia de pruebas de cargo (lo que impide su
confrontación) para justificar mantener el procesamiento
dispuesto por el Juez Federal Subrogante doctor Valentinuzzi.
En orden al referido mensaje presidencial resta
decir que la defensa ha objetado su valoración por parte del
Inferior aduciendo que se trata de un elemento incorporado
indebidamente al proceso. El cuestionamiento obliga a señalar
que la conferencia de prensa en cuestión resulta un hecho
público y notorio, que debe ser ponderado en los términos y
con el alcance antes señalados.
Paralelamente a ello debo señalar que —según ha
quedado plasmado en la relación de causa— los argumentos
planteados por la parte querellante han apuntado a indicar la
concurrencia de pruebas de cargo suficientes para sostener la
imputación delictiva que pesa sobre Carlos Saúl Menem. En
particular, la querella ha ahondado en la consistencia del
fallo apelado, insistiendo en la vinculación de los hechos
investigados en la causa con el ex Presidente Menem, así como
en que el hecho no habría sucedido sin su intervención.
Ahora bien, sin desmerecer la línea argumentativa
sustentada por la querella, lo cierto es que la misma no
señala ni aporta elementos de juicio que hubieran sido

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
soslayados en el análisis del Inferior y que, a juicio del
suscripto, pudieran —por su peso convictivo— inducir a la
valoración del caso que pretende esa parte. Adviértase, a
tales efectos, que la enumeración de pruebas efectuada por la
querella en el marco de la audiencia del art. 454 del
C.P.P.N. se corresponde con las enunciadas y apreciadas por
el Inferior en el auto cuestionado (v. relación de causa del
presente decisorio y auto apelado a fs. 20.039vta./20.040 y
20.046/20.049).
Merece destacarse, en este sentido, que las pruebas
consistentes en los informes de la pericia química y contable
fueron oportunamente examinadas por este Tribunal con
intervención del suscripto a la hora de establecer la
existencia del hecho. Asimismo, se efectuó un estudio global
y de conjunto, a la par de una consideración particular de
los estimados pertinentes, de los testimonios reunidos en la
USO OFICIAL

causa, entre ellos los citados por la querella de Silvio


Dionisio Maciel (de fecha 03.08.2005, obrante a fs.
14055/14056), Orlando Hugo Aguirre (del 28.09.2005, obrante a
fs. 14621/14622), Omar Nelso Ramón Gaviglio (del 24.11.2005,
obrante a fs. 15047/15057), Miguel Angel Gómez (del
29.11.2005, obrante a fs. 15083/15084), General de División
Ernesto Juan Bossi (de fecha 08.08.2006, obrante a fs.
16709/16713), Coronel Edgardo Humberto Marpegan (del
09.08.2006, obrante a fs. 16714/16716), Coronel Daniel
Eduardo Quatrocchi (del 11.07.2006, obrante a fs.
16.493/16.494), General Santiago Angel Monti (de fecha
16.08.2006, obrante a fs. 16627/16629), Justino Mario
Bertotto (de fecha 16.08.2006, obrante a fs. 16630/16631) y
Luis Eustaquio A. Sarlenga (de fecha 08.03.2006, obrante a
fs. 15965/15970) (v. sentencias Lº 288 Fº 75 –apartado 2- y
Lº 302 Fº 32 –apartado 3.a.-). Estimo, sin embargo, que las
evidencias que se coligen de tales probanzas apuntan al
esclarecimiento del hecho, sus circunstancias y modalidades,
mas no permiten fortalecer la hipótesis de la participación
de Menem en el mismo.
Insisto, pues, en que una apreciación crítica de
las pruebas acorde con las reglas de la sana crítica racional
conduce a la tesis de la voladura intencional del

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 45


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
establecimiento fabril y de que este operaba como eje clave
de un operar ilegítimo (el presunto contrabando de material
bélico al exterior), pero no esclarecen —más que a modo de
hipótesis- su relación con la supuesta intervención de la más
alta esfera del poder en la misma.
A los fines que aquí interesan, cabe resaltar que,
para la procedencia del auto de procesamiento y en este
estadio procesal de la causa, aunque no se exige certeza
apodíctica sobre la existencia del hecho delictivo ni sobre
la intervención en él del imputado, sí en cambio resulta
menester la concurrencia de un juicio de probabilidad en la
constatación de la imputación delictiva. En otras palabras,
resulta indispensable la convergencia de probanzas mínimas
que indiquen que un hecho contemplado en la ley como delito
pudo haberse cometido y que el encausado pudo tener
responsabilidad penal en su perpetración.
Entiendo que, en el caso de marras, no concurren
hasta el presente tales evidencias -verbigracia, testimonios,
registros documentales o instrumentales, o bien indicios
concurrentes— que permitan acreditar semi-plenamente, con el
grado provisional que la actual etapa procesal requiere (art.
306, C.P.P.N.), la responsabilidad penal endilgada a Carlos
Saúl Menem en la voladura de la Fábrica Militar de Río
Tercero. Reitero que las pruebas señaladas por la querella
apuntan meramente a la plataforma fáctica, esto es, a cómo
ocurrieron los sucesos delictivos, pero resultan huérfanas
para involucrar con esas pruebas y hechos hasta la actualidad
a Menem, salvo por las conjeturas que ella efectúa, según sus
argumentos.
Por estas consideraciones, entiendo que la
disposición de procesamiento en contra del nombrado debe ser
revocada en esta instancia de apelación toda vez que, en el
caso específico de dicha imputación delictiva, hasta la fecha
no ha sido posible a la instrucción recabar elementos y
pruebas de cargo suficientes que avalen y corroboren la
sospecha inicial de participación penal que motivara su
llamado al proceso. Por tanto debe revocarse también la
disposición allí contenida de traba de embargo sobre bienes
del imputado.

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
Por consiguiente, en atención a la duda que
persiste sobre el extremo y no alcanzar la certeza negativa
para sobreseer o la probabilidad para confirmar el
procesamiento, corresponde dictar falta de mérito a favor de
Carlos Saúl Menem en orden al hecho que se le endilga (art.
309, C.P.P.N.), debiendo la instrucción procurar –a la
brevedad posible- la recolección de eventuales nuevas pruebas
que confirmen o descarten su presunción originaria fijada en
la acusación realizada por el propio Juez Federal Subrogante.
5. Otras consideraciones
La solución antes propiciada en orden a las
situaciones procesales de los imputados Heriberto Baeza
González y Carlos Saúl Menem no obsta para recalcar aquí la
mención efectuada ya por el suscripto en fallo de fecha
17.11.2008 (L 302 F 32) acerca del rol cumplido en todo el
proceso por la querellante particular Dra. Ana Elba Gritti,
USO OFICIAL

cuya iniciativa individual ha contribuido no sólo a encauzar


el más legítimo reclamo particular de una de las familias que
resultó ser víctima directa del suceso del 3 de noviembre de
1995, sino también al personalizar el interés colectivo por
el definitivo esclarecimiento de la verdad de lo acontecido
en la Fábrica Militar de Río Tercero, tal como aspira la
sociedad en su conjunto.
Dicho lo anterior, no puede concluirse esta
resolución sin aludir a la situación del extenso período de
instrucción que llevan estos actuados, circunstancia que
salta a la vista —tan sólo ponderar el tiempo transcurrido
desde que fueran iniciados, casi quince años atrás—, y que,
tanto por la mera funcionalidad que se espera de la
administración de justicia, como por la indispensable
satisfacción que merece cada una de las partes que se han
visto involucradas en la causa, hace imperiosa la exigencia
de arribar finalmente al necesario esclarecimiento de los
hechos y a la esperada conclusión del proceso, evitando
dilaciones que puedan desembocar en la extinción de la acción
penal por prescripción.
En función de ello, en resguardo de la tutela
judicial efectiva (Pacto de San José de Costa Rica, artículos
8 y 25) respecto de todos los imputados y víctimas del hecho

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 47


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
de marras, se recomienda al Juez de instrucción que
corresponda intervenir en lo sucesivo imprimir la mayor
celeridad al trámite de conclusión de la investigación que se
halle pendiente, para una rápida y pronta elevación de la
causa a juicio (art. 353, C.P.P.N.).
La sociedad argentina toda merece a esta altura una
respuesta final que determine las responsabilidades penales
correspondientes según los graves delitos endilgados en esta
causa, a los fines de mantener incólume la exigencia del
preámbulo de la Constitución Nacional de afianzar la
justicia. De otra manera siempre el pesimismo e incredulidad
sobre las instituciones de la República subsistirán sin
justificación.
Sin imposición de costas procesales (arts. 530 y
531 del C.P.P.N.) y sin regulación de honorarios, por no
haber sido solicitado por los profesionales interesados (art.
534, C.P.P.N. y Ley de Aranceles N° 21.839). ASÍ VOTO.-
El señor Juez de Cámara doctor Don Roque Ramón Rebak dijo:
I. En adhesión a los argumentos y solución
propiciada por el Vocal preopinante, doctor Ignacio María
Vélez Funes, entiendo que los planteos de nulidad y
suspensión de la acción penal por prejudicialidad que fueran
articulados por la defensa de Carlos Saúl Menem no pueden
prosperar y que la resolución del Inferior que diera motivo a
la apelación ante esta Alzada debe ser revocada, en cuanto
dispuso el procesamiento del citado imputado y de Heriberto
Baeza González.
II. No obstante la coincidente opinión y tomando en
consideración las constancias de autos y las resoluciones
dictadas con anterioridad en autos por este Tribunal aunque
con otra conformación (sentencias de fechas 19.06.2008 y
17.11.2008, L° 288 F° 75 y L° 302 F° 32, respectivamente) —en
las que a partir del plexo probatorio reunido en la causa
quedó debidamente fijada la plataforma fáctica sobre la que
definir las correspondientes responsabilidades penales de los
imputados-, considero necesario efectuar las siguientes
consideraciones complementarias:
a) En primer término, debo decir que hago propias
las razones dadas en ocasión del rechazo, por parte de esta
Cámara, de la solicitud formulada por la defensa técnica de

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Poder Judicial de la Nación
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Carlos S. Menem relativa a la suspensión del ejercicio de la
acción penal iniciada en contra del nombrado, atento a
hallarse en presencia de una causa penal en extraña
jurisdicción, cuya resolución resultaría –según la defensa-
una cuestión previa.
En coincidencia con el criterio plasmado en el voto
que antecede, considero al respecto que, en razón de lo
dispuesto por el art. 10 del Código Procesal Penal de la
Nación, la cuestión de la prejudicialidad se halla limitada a
las hipótesis derivadas del artículo 1104 del Código Civil,
atinentes a la validez o nulidad del matrimonio y al estado
civil o parentesco de las personas y que, por lo tanto, los
supuestos de conexión de causas –tal el caso de autos- no
revisten dicha calidad (por aplicación del art. 11 del
C.P.P.N.).
b) En segundo término, en relación con la
USO OFICIAL

aplicación de la teoría del autor alemán Claus Roxin —


“autoría mediata según la tesis del dominio del hecho a
través de aparatos organizados de poder”— que sirviera de
basamento para el pronunciamiento de primera instancia, más
allá de los lineamientos oportunamente establecidos por esta
Alzada en torno a la calificación legal de las
participaciones criminales de los imputados (en los términos
estrictamente establecidos por el artículo 45 y conc. del
Código Penal), estimo conveniente señalar que, en lo que
concierne a las diversas imputaciones delictivas recaídas en
la causa, puede derivarse cierta incongruencia con aquella
fundamentación teórica, seguida por el a-quo para analizar
las responsabilidades penales en juego.
En efecto, la utilización por parte del Juez
instructor de la citada doctrina alemana, aunque delinea con
buen criterio la confluencia de requisitos que resultan
imprescindibles para su formulación (entre ellos, la
verticalidad de la estructura de poder), no parece sin
embargo compadecerse con la incompleta identificación de
todos los eslabones de la cadena de poder, cosa que puede
observarse ya sea a través de la falta de imputaciones
delictivas, ya a través del dictado de faltas de mérito o
sobreseimientos. Ciertamente, entiendo que una consecuente

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 49


p.ss.aa. ESTRAGO EN F.M.R.T. (Expte. 42-C-06 - 48/2007)
aplicación de los presupuestos teóricos invocados no hubiera
debido, en principio, dejar al margen de consideración otras
posibles responsabilidades como, por ejemplo, la del entonces
titular del Ministerio de Defensa (no imputado en autos), y
como la del entonces Jefe de Estado Mayor General del
Ejército Argentino (respecto de quien este Tribunal confirmó
la falta de mérito declarada en instrucción, v. sentencia L°
302 F° 32), por mencionar sólo algunas de las instancias de
la estructura. A esto último se refiere también el voto que
me precede (v. apartado 4, página 34).
c) En tercer lugar, en relación con la cuestión de
fondo sometida a examen, esto es, las situaciones procesales
de los encausados Heriberto Baeza González y Carlos Saúl
Menem, estimo pertinente la solución ofrecida por el Juez de
Cámara, doctor Ignacio M. Vélez Funes, con fundamento en la
carencia de prueba de cargo –sea de tipo testimonial,
documental, informativa, indiciaria, etc.- en su contra.
III. Sobre la situación particular de Carlos Saúl
Menem, es preciso recordar que la parte querellante ha
sostenido ante este Tribunal —en audiencia prevista por el
artículo 454 del C.P.P.N. (v. acta de fecha 20.08.2010)— la
vinculación de la presente causa con la que ha sido
caratulada como “SARLENGA, Luis Eustaquio y otros p.ss.aa.
Contrabando” (Expte. N° 8.830/95), con trámite en Capital
Federal, en la que se investiga el presunto contrabando de
armas a Croacia y Ecuador y en la que el ex Presidente fuera
procesado con fecha 07.09.2008.
Teniendo en cuenta tal circunstancia, así como
también considerando el hecho de que esta Cámara, en anterior
sentencia (L° 288 F°75), hubo ya de pronunciarse respecto de
la relación entre los hechos que se investigan en ambos
procesos (es decir, sin descartar a esta altura y siguiendo
la línea argumental expuesta por la querella y sustentada por
el a-quo en su decisorio puesto en crisis por las apelaciones
aquí tratadas, en orden a la hipótesis de que la Fábrica
Militar de Río Tercero constituía por entonces un eje clave
del presunto contrabando de material bélico al exterior y,
por tanto, su voladura podría haber obedecido perfectamente
al macabro propósito de ocultar aquel operar ilegítimo), la
actual situación de los presentes autos permite aconsejar la

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orientación de la investigación —en la continuidad del
diligenciamiento por parte del Juez de instrucción— en
dirección al establecimiento de dicha vinculación y, en
especial, a la determinación —con el grado de probabilidad
requerido para la presente etapa procesal (art. 306,
C.P.P.N.)— de la presunta intervención endilgada a Carlos
Saúl Menem en la comisión del hecho aquí investigado.
IV. Por las razones dadas, estimo que el auto en
cuestión debe ser revocado en lo que ha sido materia de
recurso, debiendo seguirse la solución jurídica propiciada en
el voto precedente para cada uno de los imputados. ASÍ VOTO.-
El señor Juez de Cámara doctor Don Ricardo Bustos Fierro
dijo:
Que en virtud de las razones dadas, de las
constancias obrantes en autos y las resoluciones dictadas con
anterioridad por esta Cámara -con distinta integración- en la
USO OFICIAL

causa (sentencias de fechas 19.06.2008 y 17.11.2008, L° 288


F° 75 y L° 302 F° 32, respectivamente), coincido con los
fundamentos y solución propiciada por el señor Juez del
primer voto doctor Ignacio María Vélez Funes, así como con
las consideraciones vertidas por el señor Juez preopinante
doctor Roque Ramón Rebak y me expido en igual sentido. ASÍ
VOTO.-
SE RESUELVE:
POR UNANIMIDAD
1) NO HACER LUGAR al planteo de nulidad absoluta
interpuesto por la defensa técnica de Carlos Saúl Menem, de
conformidad a lo expuesto en la presente resolución.
2) RECHAZAR la petición de suspensión de la
prosecución de la acción penal de esta causa fundada en
prejudicialidad por la defensa técnica de Carlos Saúl Menem
(arts. 10 y 11 del C.P.P.N.), por resultar improcedente según
los fundamentos dados.
3) REVOCAR la resolución apelada en cuanto dispuso
el procesamiento, sin prisión preventiva, y embargo
preventivo sobre los bienes de Heriberto Jorge José Gerardo
Baeza González (DNI. n° 6.846.117) en orden al delito de
estrago doloso agravado por muerte de personas (art. 186,
inciso 5°, del C.P.), en carácter de coautor (art. 45 del

“CORNEJO TORINO, Jorge Antonio y GATTO, Marcelo Diego 51


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C.P.) y, en consecuencia declarar el sobreseimiento del
nombrado en orden al citado delito, con expresa mención de
que este proceso no afecta el buen nombre y honor de que
hubiere gozado el imputado (art. 336, inciso 4 y último
párrafo, C.P.P.N.).
4) REVOCAR la resolución apelada en cuanto dispuso
el procesamiento, sin prisión preventiva, y embargo
preventivo sobre los bienes de Carlos Saúl Menem (DNI. n°
6.705.066) en orden al delito de estrago doloso agravado por
muerte de personas (art. 186, inciso 5°, del C.P.), en
carácter de coautor (art. 45 del C.P.) y, en consecuencia
declarar que no existe hasta el presente mérito para ordenar
el procesamiento ni el sobreseimiento del nombrado en orden
al citado delito (art. 309, C.P.P.N.).
5) RECOMENDAR especialmente al señor Juez de
instrucción que, en resguardo de la tutela judicial efectiva
respecto de todos los imputados y víctimas del hecho ilícito
investigado, se procure la mayor celeridad al trámite de
conclusión de la investigación y ulterior elevación de la
causa a juicio público y oral, en cuanto por derecho
corresponda.
6) Todo sin costas (arts. 530 y 531 del C.P.P.N.) y
sin regulación de honorarios, por no haber sido solicitado
por los profesionales interesados (art. 534, C.P.P.N. y Ley
de Aranceles N° 21.839).
7) PROTOCOLÍCESE, HÁGASE SABER y BAJEN al Juzgado
Federal de Río Cuarto, para la prosecución de la causa con la
celeridad sugerida.
SALA A
IGNACIO MARÍA VÉLEZ FUNES
ROQUE RAMÓN REBAK
RICARDO BUSTOS FIERRO

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