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1) La Ilustración supuso un proceso de liberación intelectual en el que pensadores utilizaron la razón y la crítica para cuestionar creencias establecidas y sentar las bases de una nueva antropología centrada en la felicidad individual.
2) Con el tiempo, los estudios sobre la Ilustración han mostrado que también hubo pensadores conservadores involucrados y que no se limitó a Francia, sino que hubo ilustraciones regionales.
3) El libro analiza la Ilustración desde una perspectiva tradicional, enfocánd
Descrizione originale:
Repaso sobre algunos aspectos de los logros de la Ilustraciónn y su incidencia en la actualidad
1) La Ilustración supuso un proceso de liberación intelectual en el que pensadores utilizaron la razón y la crítica para cuestionar creencias establecidas y sentar las bases de una nueva antropología centrada en la felicidad individual.
2) Con el tiempo, los estudios sobre la Ilustración han mostrado que también hubo pensadores conservadores involucrados y que no se limitó a Francia, sino que hubo ilustraciones regionales.
3) El libro analiza la Ilustración desde una perspectiva tradicional, enfocánd
1) La Ilustración supuso un proceso de liberación intelectual en el que pensadores utilizaron la razón y la crítica para cuestionar creencias establecidas y sentar las bases de una nueva antropología centrada en la felicidad individual.
2) Con el tiempo, los estudios sobre la Ilustración han mostrado que también hubo pensadores conservadores involucrados y que no se limitó a Francia, sino que hubo ilustraciones regionales.
3) El libro analiza la Ilustración desde una perspectiva tradicional, enfocánd
A Johann Friedrich Zllner se lo recordara an menos de no haber
formulado, all por 1783, la clebre pregunta: Was ist Aufklrung? O por mejor decir, sera menos conocido de no haber terciado en la cuestin Kant con su respuesta: Ilustracin es una actitud o disposicin intelectual y vital a adquirir conocimiento al margen, o en contra, de las creencias imperantes, las consagradas por la tradicin o el argumento de autoridad. Una cuestin, en el fondo, de valor o de entereza: atreverse a saber usando autnomamente la propia razn y salir as de la puericia mental, de la dependencia y subordinacin en que vegetaba la humanidad, o la parte europea de ella. En aquel ensayo kantiano est el ncleo de la versin heroica y redentora de la Ilustracin, clsica durante mucho tiempo en la historiografa: se habra tratado de un proceso de liberacin intelectual en el cual un no muy amplio conjunto de espritus libres y mentes lcidas, filsofos por antonomasia, expresndose preferente en francs y desde Pars, valindose con destreza e intrepidez de la reflexin y la crtica, haban derrotado al irracionalismo y al prejuicio sentando las bases de una antropologa nueva, centrada en la felicidad del individuo y servida por la razn. Era, en suma, una cuestin de Prometeos inconformistas que, desafiando a los dioses del absolutismo y el dogmatismo religioso, llevaron la luz de la verdadera filosofa a sus semejantes para abrirles un mundo nuevo, ms humano. Es un esquema latente en intrpretes tan autorizados como Ernst Cassirer (Filosofa de la Ilustracin, 1932) o Paul Hazard (El pensamiento europeo del siglo XVIII, 1946) e incluso en Peter Gay (La Ilustracin, 1966-1969), y en ltima instancia en este libro de Anthony Pagden.
Desde hace tiempo, sin embargo, el anlisis de la Ilustracin ha
derivado en una multiplicacin de enfoques e interpretaciones que se alejan de aquel paradigma clsico. No se trata ya slo de haber objetado la existencia misma de algo a lo que quepa llamar Ilustracin, sino que, admitindola, se haya sealado la importancia en aquel movimiento intelectual de autores de mentalidad conservadora, creyentes devotos e incluso clrigos consecuentes con poco que ver con el prototipo de philosophe agnstico, llegndose a preconizar hasta una Ilustracin cristiana. Es tambin la relativizacin de su francocentrismo, con el reconocimiento de ilustraciones perifricas o regionales que habran sido algo ms que ecos de lo que irradiase desde Pars, por ejemplo en Escocia, en Npoles y hasta en Espaa, cuestionando la unidad misma de la Ilustracin o su homogeneidad. Por no hablar de la cronologa, rastreando sus orgenes en el siglo XVII, con tesis slidas al respecto como el otro gran libro de Paul Hazard (La crisis de la conciencia europea, 1935) o la apabullante y discutida primera entrega de la triloga de Jonathan Israel (La Ilustracin radical. La filosofa y el surgimiento de la modernidad, 2001), esgrimiendo su tesis de la matriz spinozista de prcticamente todo cuanto hubo en la Ilustracin, y despus. Otros acercamientos al fenmeno han relativizado y hasta arrinconado los enfoques de la historia de las ideas, meros constructos y abstracciones con las que los filsofos articulaban sus discursos, para reparar ms bien en las instituciones y hbitos sociales que permitan su difusin: alfabetizacin, cafs, peridicos, redes de distribucin de impresos que sorteaban los controles de la censura, etc. Pagden, conociendo de sobra todo eso, ha preferido adoptar en su libro un enfoque, como se deca, ms tradicional, ms circunscrito a las ideas como tales y ms enmarcado en el viejo paradigma de la Ilustracin como fenmeno primordialmente anticristiano.
El suyo no es, por otro lado, un libro pensado para esclarecer en qu
pudo consistir la Ilustracin, sino con un propsito explcitamente apologtico, como manifiesta su subttulo. No se trata de explicarla, sino de vindicarla, y no por algn desvelo historial, sino porque sostiene la salvaguarda de los principios ilustrados es esencial para mantener valores bsicos de las sociedades libres, e incluso para que stas existan. Naturalmente, en esa presuposicin se encierra ya una interpretacin de la Ilustracin. Gracias a los pensadores que la modelaron ha sido posible un mundo en el que, entre otras cosas, rigen colectivamente la razn objetiva, no la fe subjetiva; la demostracin cientfica, no la autoridad de la tradicin; la libertad de conciencia y de pensamiento; los derechos humanos que suponen la aceptacin de la igualdad esencial de toda persona; o la garanta de la paz entre los pueblos como un objetivo prioritario mediante instituciones alumbradas con ese propsito. Es decir, elementos nucleares del mundo moderno que no habran sido posibles sin la Ilustracin, y que pueden verse comprometidos al repudiar algo de su sentido.
A la Ilustracin nunca le han faltado detractores. Desde los publicistas
del antifilosofismo que en su momento impugnaron a tal o cual de sus representantes o torpedearon sus actividades, y cuantos articularon su reprobacin como un todo. Por ejemplo, los reaccionarios y ultramontanos como Augustin Barruel quienes, en la convulsin revolucionaria o posrevolucionaria, redujeron la Ilustracin a secta filosfica conspiradora, o los ms perceptivos Louis de Bonald o de Joseph de Maistre, cuya anti-Ilustracin gravit sobre la interdependencia entre Revolucin y Luces. E igualmente los romnticos, tenindola por una suerte de deshumanizador fetichismo de la fra razn que habra amputado la dimensin emocional del ser humano. Y, en general, los distintos irracionalismos imputndole sostener la ficcin de la inteligibilidad de la realidad, un optimismo sin base en el progreso y el logro del conocimiento prescindiendo de lo volitivo y lo vital. Especial sera, entre las crticas que incluyen alguno de esos aspectos, su rechazo por Theodor Adorno y Max Horkheimer (Dialctica de la Ilustracin, 1947) al denunciar el postulado optimista del progreso y acusar a la filosofa ilustrada de haber sacralizado la razn misma de forma anloga a cualquier totemismo de los que se deca llamada a desterrar, originando una racionalidad dogmtica capaz de conducir al genocidio nazi. Pero no son esos los enemigos de la Ilustracin, o sus expresiones actualizadas, respecto a los cuales previene Pagden, sino otros alimentados en la filosofa posmoderna o el comunitarismo, de modo especial Alasdair MacIntyre. Entender el porqu requiere adentrarse en cmo explica Pagden la entraa de la misma Ilustracin.
La parte ms expositiva del libro desarrolla una versin dirase
convencional de la gnesis del pensamiento ilustrado, dentro de los parmetros clsicos de la historia intelectual, con referencias mnimas a elementos institucionales o sociales. La que analiza, adems, no es esa Ilustracin casi parodiada por sus detractores como simple culto a la razn, sino un complejo de ideas gnoseolgicas y morales cuya raz se nutri del escepticismo ante las explicaciones convencionales de la fe y la Escolstica sobre la naturaleza y el hombre, remitiendo a un principio trascendente. Algo cuyos pilares quedaron ya bien asentados en el siglo XVII, pero cuyos orgenes pueden apreciarse en la Reforma y en la recuperacin de ideas no aristotlicas de la Antigedad, cuya relevancia como precedentes apunta Pagden con acierto. Esa reorientacin inmanente de la especulacin gener una ciencia del hombre que constituy en s misma una novedad por su contenido y su epistemologa, al aspirar a un estatus metodolgico anlogo al de las ciencias naturales, queriendo fundamentarse en la observacin emprica antes que en deducciones de principio, adems de ser especficamente secular. Esa antropologa ilustrada sostuvo dos principios bsicos: por un lado, la naturaleza especficamente inmanente de los seres humanos, sin que su dignidad pudiera atribuirse a ninguna razn trascendente, y correlativamente su radical igualdad. El desarrollo del Derecho Natural a ese respecto es todo un captulo del pensamiento moderno en cuya diseccin se adentra Pagden en una sntesis que constituye una de las partes mejor trabajadas de su libro. Junto a la afirmacin de esas ideas sobre la condicin humana se asent tambin la del intrnseco temperamento social de los hombres, que, aunque estuviese lejos de ser una novedad, nutri las teoras, tambin slo relativamente nuevas, del pacto social y del origen de las sociedades. La afirmacin de la igualdad de los seres humanos y las especulaciones sobre el origen de las sociedades avivaron el inters por formas de vida social extraas a los occidentales, y de ah la fascinacin sinolgica del siglo ilustrado o la expectacin despertada por los viajes polinsicos de James Cook y Louis-Antoine de Bougainville, quiz lo ms original que el libro ofrece. Tambin las teoras del Derecho de gentes y las reflexiones irenistas de concordia universal como los proyectos de paz perpetua. Todo ello lleva a Pagden a acentuar el peso del cosmopolitismo en el pensamiento ilustrado, otorgndole un significado primordial que no es seguro que llegase a tener, en el modo en que se expone, y que algo peca de presentismo, proyectando categoras y una concepcin del asunto que no acaba de quedar demostrado que fuesen percibidas as en el siglo XVIII, no desde luego con la fuerza que l le otorga. En esencia, el proyecto ilustrado se habra cifrado en el establecimiento de un mundo cosmopolita en el que quedaran garantizadas la paz y la felicidad general. Quiz resulte desproporcionado sugerir que hay en esto algo de concepcin whig de la historia, pero cuesta no pensarlo al leer algunos prrafos dedicados a las instituciones instauradas en el siglo XX para prevenir los conflictos internacionales y salvaguardar la paz.
La fragilidad de esos logros contemporneos para asentar una
conciencia verdaderamente ecumnica con instituciones internacionales que la materialicen, dando as expresin al ideal ilustrado del cosmopolitismo, quedara de manifiesto ante el asalto al substrato mismo de su designio que han venido a representar no sus tradicionales enemigos, sino filosofas y tendencias intelectuales vigorosas de la segunda mitad del siglo XX. Aquellas que, dicho brevemente, desde diferentes orientaciones del pensamiento posmoderno cuestionan o niegan los grands rcits, las interpretaciones finalistas y totalizantes, y ninguno tanto como la Ilustracin. Para Pagden, el adversario en este terreno no es Jean- Franois Lyotard, sino ya se ha adelantado Alasdair MacIntyre. El MacIntyre en que se centra es, naturalmente, el de After Virtue, con sus proposiciones correlativas de retorno al criterio aristotlico del cultivo de las virtudes en funcin de un telos, y la necesidad de hacerlo ante la relegacin de las proposiciones morales a meros artefactos retricos de manipulacin; un consecuencia a su vez de la subjetivizacin del criterio moral por la tica racionalista de la Ilustracin, con su demolicin de la tradicin aristotlica y escolstica. No es tanto esto lo que le inquieta como la idea de MacIntyre, y ciertos comunitaristas, de lo imposible de las virtudes universales y en abstracto, al margen de contextos colectivos definidos donde los individuos se hallen integrados. All donde la capacidad sancionadora de la comunidad resulta ms efectiva que toda tica singular de la conviccin: para Pagden, una forma de retornar al prejuicio que la Ilustracin crey haber empezado a derrotar, y fragmentar el principio cosmopolita de la tica universal en cdigos morales disgregativos, entre los cuales aquellos de base teolgica pueden ser los ms inhumanos. Contra ello previene y por ello importa la Ilustracin.
Addendum. La prosa del original es vigorosa y articulada, y la
traduccin espaola la transmite aceptablemente. Sera bueno, no obstante, que las editoriales admitiesen que las revisiones tcnicas no son antojos prescindibles, sino que evitan, por ejemplo, que el trmino ingls sensationalism (sensismo o sensualismo) se vierta sistemticamente como sensacionalismo.
Demetrio Castro es catedrtico de Historia del Pensamiento y de los
Movimientos Sociales y Polticos de la Universidad Pblica de Navarra. Sus ltimos libros son Burke. Circunstancia poltica y pensamiento (Madrid, Tecnos, 2006) y Antroponimia y sociedad. Una aproximacin sociohistrica al nombre de persona como fenmeno cultural (Pamplona, Universidad Pblica de Navarra, 2014).