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MASSILIA 2004bis XAVIER MONTEYS. Le Corbusier demuestra a lo largo de su vida, através de sus observaciones recogidas en textos, cro- quis y dioujos, un interés sostenido por el paisaje. Paisajes que recoge ce forma precisa y que muchas veces compietan -mas, que acompafian- sus proyectos de arquitectura Pero mas all de la atencion dispensada a este episodio (probablemente més que ringin otro de sus contemporéineos), 83e pueden observar ciertas predilecciones en las vistas y en los “encuadres" escogidos,y, ss cietalaafirmacion que hay tan- tos paisajes como espectadores, entonces estamos sin duda ante “ios paisajes de Le Corbusier” En algunas ocasiones su atencién recae sobre aquellos episodios relacionados con los elementos sobresalientes. del paisaje, representados por el monte el promontorio que se Aza soitaro, Parece como si algunos de estos elernentos, war trastados con el horizonte, tomaran vida propia y se constitu- yeran en pequefias geogratias sobre las que se puede inter- venir, como atestiguan algunas de sus obras. Este resulta ol caso paradigmético de la capilla de Ronchamp, en la que se hace expliito desde los primeros croauis del lugar (fig. 1). también de las ondulaciones de Fort I'Empereur en Argel o de Saint Gaudens, en los Prineos, en las que su arquitectura coro- na estos promontorios, abriéndose a los cuatro vientos y evo- cando lo que Le Corbusier denominaba “formas actsticas". A propésito del inicio de la capilla de Ronchamp, escribe: « Une personalite respectable etait toutefois présente, c'état le paysage, les quatre horizonts. Ce sont eux qui ont commandé *, Los dibujos que realza del monastero de Simonos Petra i 2), del monte Athos, dela Acrépolis de Atenas fig. 9), 0 al que clbuja en Espafia en 1928 (lig. 4) recogen a la perfeccién esta, fascinacién por los promontorios y su coronamiento, En algunas ocasiones estas vistas se toman desde abajo, acrecentando el misterio de la construccién que corona et alto, ‘mostrandonos tan solo una parte de ella sin que sepamos qué fesconde tras sus muros. Resultan as algunos dibujos de casas, fencerradas por muros en Estambul (que publica en L'Art déco- ratif d'ayjourd'nul (fg. 5), que bion podria 20r la misma diapo sicién de masas que vio en la Cartuja de Ema. Composiclones ~1 Le Corbusier Texte ot dessins pour Ronchamp, 7 eden, a cargo de René “2 Le Corbusier, Prisons cur un tat préent de architecture et de Furbanisme, El hombre que veia vastos horizontes: Le Corbusier, el paisaje y la Tierra que parecen ser el origen de algunos esbozos de agrupaciones: 2 partir del sistema Domino (fig. 6), que se publican en Vers une Architecture, 0 del conocido dibujo de la Villa Savoye que acompana el proyecto en la CEuvre cornpidte, en el que sulla el terreno que alberga la villa hasta forzar su vision desde abajo (fig. 7). Otras veces parece acercarse a la misma escena. En esos casos la intencién esta concentrada en algo que se sale de la composicién. Se podria decir que son un caso particular del anterior. Sus dibujos son una forma de plasmar la emocién que produce enfrentarnos a algo que sobrepasa nuestro tamano y que nos empequefiece. La manera de hacerlo es que el objeto de nuestra atencién casi no quepa en el encuadre, de este modo, al mismo tiempo, reflejamos su tamafio y nuestra pro- xiridad. En estas ovasiones el objeto deviene algo tactil, como muestran los dibujos de Pisa, con la mole del baptisterio a un lado (fig. 8), el Pan de Azicar de Rio de Janeiro (fig. 9), la efigie de Gizeh en Egipto (fig. 10), y las columnas del Partenén (fig. 1). En todos estos casos Le Corbusier emplea un recurso si- mmilar, que podriamos definir con relacién a la predominante composicion horizontal de sus paisajes. En ellos, aunque sigue habiendo un horizonte, se siente la presencia de algo que parece que veamos por el rabillo del ojo. Esto trasmite una sen- sacién muy precisa, que es la de encontrarnos, sino a cubier- to, si amparades por la presencia de un gran'masa, como 3i estuvigramos junto a un gran animal ero una de estas predilecciones, tal vez la que exhibe con mayor frecuencia, es la reiterada devocién por el horizonte, un horizonte sobre el que dispone algunas figuras, ya sean mon- tafias, caprichosas formaciones rocosas, barcos o edificios, L'il de l'homme qui voit de vastes horizons est plus hau- tain -escribe en el "Corolario Brasilefio"- les vastes horizons conférent de la dignité; c'est une réflexion d'urbaniste’, ‘Sobre una escueta linea horizontal, Le Corbusier recoge mono- litos de piedra que se yerguen majestuosos e inquietantes ‘sobre la costa, y que oseoge para ilustrar la prodominancia dol Angulo recto, al que dedica un poema en 1955°. Un tipo de Bolle Reddat, Assocation CEuvre de Nowe-Dame-cu-Haut, Ronchamp 1997, p. 235. Cres, Paris 1820, p. 225, 8 Le Corbusier, Le poéme de angle cro, ed. Verve, Pars, 1 Croguis de emplazamiento de la capila de Ronchamp con las runas do ta antigua cepa, 2 Monasterio de Simonos Petra (Voyage d'Oront, Camet 3 ‘8 La aropele de Atenas (Voyage o-Onen, Came 4), 4 Dibuo realizado en Espaia en ruta hacia Macrid en 1908 (Camet C13) {8 Casa en Estambul (Art aécoratfdaujour hu 6 Conunte de vvendas Domino 7 LaVila Savoye, {8 Pisa. Dibuio del Baptiteri, 1811 FLC 2506), 2 Mio Ge Jaw, w Pal ge AZUCAN Cou de 1829 (Carnet 86,279), $0 Lacestinge de Giza (Came! F25, 20 de abi de 1982) 11 Dbuja de un fragment del Partendn, septembre 1911 [Acuarla sobre papal FLC 18, 42 Do de una playa en Brotaa (Prisons) 13 Betana Fotograarecogia on Une Malson-un Pala 14 Loe Apes sobre un mar de rubes. 45 io Jano, port del costa y los vaductos con as rosidoncias, 46 Argel dosde ol ma, con ls propussta del Plan Obus 17 Barcelona, ObYo desde mar con los rescacilos propuestos sobre el unro Gamer G 10. Paques 1982). composicién, en definitiva, en la que el contraste entre el horl- zonte y las masas dispuestas sobre él es el tema central Le Corbusier se explica asi en Précisions: ‘Jo cui on Bretagne: cette ligne pure est Ia limite de 'acéan sur le ciel ; un vaste plan horizontal s'étend vers moi Japprécie comme une volupté ce magistral repos. Voici quelques rochers_& douce modulation sur le plan horizon tal. Je marchais, Subitement je me suis arrété. Entre I'hori- zon et mes yeux, un événement sensationnel s'est produit lune roche verticale, une pierre de granit est la debout, ‘comme un menhir ; Sa verticale fait avec 'horizon de la mer un angle droit. Cristallisation, fixation du site. Ici est un lieu ou 'homme s'arréte, parce qu'll y a symphonie totale, mag- nificence de rapports, noblesse. Le vertical fixe le sens de horizontal [iin vit causa de autre, Voila des puissances de synthese. (ig. 12) El mismo razonamiento es expresado de otro modo en Une ‘maison-Un palais: ‘Admettons cette verité de La Palisse : I'll ne mesure que ce quil voit. Ine voit pas le chaos, ou plutdt il voit mal dans le chaos, dans I'embrouillé. Et sans hésiter, il s'est porté sur ‘ces choses qui ont un aspect. D'un coup, nous nous arré- tons, saisis, mesurant, appréciant: un phénomene _geométrique se développe sous nous yeux : roches debout comme des menhirs, horizontale indubitable de la mer, méandre des plages. Et par le magie des rapports. nous voici au pays des songes.* (fig. 13) ‘Sobre el horizonte, Le Corbusier retrata en sus croquis las mas diversas escenas, pueden ser nubes 0 formaciones mon- tafiosas emergiendo de las nubes, como los Alpes (fg. 14), la silueta de Rio de Janeiro sobre el mar (ig. 15), 0 Argel fig. 16), © Barcelona (fig. 17). También Nueva York, en la que se recrea realizando una secuencia de bocetos desde el barco, desta- cand la silueta de Manhattan sobre el estuario del Hudson (fig. 78). La misma forma escogida para mostrar el proyecto de Buenos Aires (fig. 19), que se representa como cinco rectangu- Jos blancos sobre el fondo nearo partido por la horizontal que forman las luces de la ciudad y, por encima y debajo de ella, las estrellas en el firmamento y su refiejo sobre el rio de La Plata, ~4Le Consier, Précisions, ct, p. 76.5 Le Corbusier, Une maison-Un plas (res, Paris 1928, p. 22 MONTEYS, VASTOS HORIZONTES 419 Buenos Ares desde el Rio del Pata con los rascacilos de la Ci ofa. 20 La fra 21 Regen 22 Diode un malino sobre los polis. Publicado en Plans 12 febrero, 1982. 28 Dio de un grupa da gran en el puerto de Féterdam. Pubicad en Pens 12, febrero 1992 24 Veta farestica dla paz 25 E1 Canal dela Giodecea. (a de Smaderevo,rtratada por ol oven Jeanneret en 1911, del Borinage, Diba pubieado en Quand les Cathecrles a hoene, [ae Te Care, vPpott ae ee tan parecida a las murallas de la fortaleza de Smederevo" retratadas por el joven Jeanneret sobre el Danubio en 1911 (fig. 20) En el texto que auumparia uit cruyuis realizado desde el ‘ren en la primera parte de Quand les cathédrales étaient blanches, "La grandeza reside en el espiitu', Le Corbusier escribe: (On passe la frontiére franco-belge et le train traverse le *borinage". Qu’est-ce done, est-ce un mirage? Jusqu'aux horizons se détachent sur le ciel de la plaine des pyramides gigantesques. Je parle de mon premier voyage, il y a longtemps. Mon émotion était intense. Ces monuments sublimes s'enfongaient dans les profondeurs bleues, & gauche, & droite du train. Ce n’était autre que les rassiers" des mines de charbons, ces amoncellements de déchets de schiste gris-noir ayant enserré les flons de char- bon. Je comprends maintenant: le rail appuyé sur le flane de ‘chaque talus conduit les wagonnets au sommet des pyra- ides ou ils se déversent. La loi de 'éboulement des terres fixe @ jamais le destin des pyramides : une pente de 45 dagrés, impeccable. Et ainsi, je suis prés du Caire, au pays des Pharaons, Non, jen'y suis pas! Mon émotion, quoique vive encore, s'6- ‘mousse. Mon admiration fond. Ce ne sont pas la des chefs- dcauvre, o& ne sont pas la des oeuvres. Ce sont des déchote de echiate simplement. Et d'un coup, je meaure le goutfre qui peut s'ouvrir entre l'aspect d'une chose et la ualité de l'esprit quil'a suscitée. intention est ce qui nous touche au profond du coeur, la qualité de 'esprit apportée & la réalisation de I'ceuvre. Ce n'est plus ici qu'une entreprise industrielle of nulle intention élevée n'est intervenue. Pour cause! Et si frais que soit mon entendement, si ingénu que soit mon coeur, eh bien! je n’entends pas ic! a parole d'un homme ou des hommes. Ce n’est qu'un fait et qu'une loi de physique. La seule émotion qui demeure est la rigueur de cette iol. Sans plus. Mais en moi e'ouvre le débat : ei dee hommee avalent fait oes fortaleza se localiza incowectamente algunas voces en Negotn, La fralza meceval e Smaderavo MONTEYS, VASTOS HORLZONTES. 25 cela, le voulant, pour que nos coeurs soient soulevés par Vintention? Le train a traversé le Borinage et les pyramides n’occupent plus mon esprit” fg. 21) ‘Toda una deciaracién de intenciones, en la que tan sélo falta precisar que tal vez sea el gigantesco horizonte contra el que se recorta la llanura el que pone de manifiesto la construccion {que atrae su mirada. Tal vez lo que mas llama su atencién es la desproporcién entre el horizonte y los objetos a los que éste presta su apoyo, y parece légico que no importe demasiado que se trate de pirdmides de esquisto o de las colosales mon- tafias de Egipto. Es el horizonte el que dramatiza la escena. Lo mismo podriamos decir de los dibujos de molinos sobre los polders en Holanda (fig. 22), y de las griias en el puerto de Rotterdam (fig. 29). En ellos eslus arlefacius wold Uispuestos ‘como gigantes quijotescos sobre una inmensa llanura, convi tiéndolos en algo majestuoso. Esta majestuosidad parece acre- Centarse en algunos dibujos en los que el horizonte se curva ueriendo mostrarse como un fragmento de la curvatura de la ‘Tierra, como vemos en el dibujo “fantastico” de la plaza roja de Mosct (fig. 24), en el apunte del canal de la Giudecca (fig. 25), ¥en el escenario que arropa el proyecto de un edificio de viviendas de alquiler en Montmartre de 1935 (ig. 26). Una cur- vatura que descubriré desde el avién, cuando abandone et unto de vista a 1,60 m. del suelo y comience a entender que el horizonte no es més que la silueta de la Tierra misma, En una carta dirigida a W. Ritter, durante la travesia por el Danubio, el joven Jeanneret le da cuenta de su descubrimien- to: una composicién que se le revela ante sus ojos: el paisaje {queda resumicio en una delgada franja horizontal de tierra entre €l cielo y el agua, « Cijoint mon premier croquis du Danube. Pensez-vous quill recéle toute la grandeur de mon ame dlattiste? » (fig. 27 ). El comentario se acompafia con un cro- ‘quis que puede considerarse la matriz de este tipo de com- posicién paisajista’. El dibujo contione en realidad todos los, dibujos, una estrecha franja, sobre la que se posa la atencién, ‘euependida entre estos dos elementos. rcuontra en Sebi, en la confuencia de ro Jezava con el Danubio. De planta triangular, us lados quedanredesdos poral agua 7 Le Corbusier, Quand is cathécraes tient blarches, Voyage au pays dee tides, 1897, p. 98-8 Carta de ChE. Jeannert a W. Fitter, del 8-6-1911, esertaprobablemente entre Caowit y Belgas, sogin la iveetigacion de Picardo Oaza para ot tals doctoral soe el Vij de rit, 26 Esiicio de vviondas 6 aqullr on Montmartre, 1935 (FLC 28869) 27 Croquis del norzonte desde of Danubio que acompana la carta a W. itt 28 Ditu de Estergom. 29 Pal da Eatarbul daede el Bostor, 420 Patt, 31 Napoee. En el mismo viaje escribe: I me semble étre sur quelque tleuve Amazone, tant les rives, sont [ointaines et leur futaie inexplorable. Les petits nuages ronde de l'aprde midi ouvront dos youx vaguoment blancs. In'y a maintenant plus rien a voir qu'une horizontale ; les, méandres la rendent continue d'un bord vers l'autre!” No es pues tanto el horizonte como la escena que representan éste y el objeto destacado y, en cierto modo, agigantado por la, , (Barcelona, 1953). Es catedratico de Proyectos Arquitecténicos de la Universidad Politécnica de Catalufia. Imparte clases desde 1902 en la Escuela T. 8. de Arquitectura del Valles, Sant Cugat, de la que fue director entre 1990 y 1996. Dirige actualmente el curso de proyectos de vivienda. Es respon- sable de un grupo de investigacién sobre la vivienda con- ‘temporanea en la ETSAV. Miembro del consejo de reda- ccién de la desaparecida revista 2C Construccién de la Ciudad. En 1987 dirigié la exposicion y coordiné el catalo- go: La arquitectura de los afios cincuenta en Barcelona. ‘Autor de diversos articulos de critica de arquitectura, ha Publicado los libros La gran maquina. La ciudad en Le Corbusier, 1996; Edificio Mitre, 1998 y Casa Collage. Un cencayo sobre la arquitectura de la casa, 2001.

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