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OrRGANACION SOCIAL ¥ econémica en la aldea muisca de El Venado —valle de Samaca, Boyaca— ANA Maria Boapa Rivas Resumen f Sm ARTICULD S 1ISTRAR 1. DESARROLLO DE JERARQUIA SOCIAL BX €l sitio arqueoldgico El Vonado, una aldea central muisca ubicada en el valle de Samacé, Colombia. Fl objetivo principal es examinar la interaccién {de dos bases particulars de jerarquta social: prestigi y control sobre recur 0s y riqueza, a través de una secuencta cultural de satecientos afios. Se ana- Jizan varias ineas de ovidencia -ceramica, fauna, tumbas y volantes de uso para comparar la extensién de la riquoza y las actividades especializadas Tovadas a cabo en cada una de las distintas unidades cesidenciales de cada periodo y a través de ellos. Ast mismo, se propone una eorrespondencia en tre la organizacién del asentamianto y la organizacién social y econémica de sus habitantes, Con el analisis de toda esta informacion se ilustra la natura leza de las bases de jerarquia y como cambiaron a través de la sacencia Abstract, in the archaeological ste of FI Venado, a Muisca central village located in the Valle de Samacd, Colombia. The aim is to examine the interplay between ‘ovo particular basis of social hierarchy: prestige as opposed to control of basic ‘sources and wealth, through a 700 years of cultural sequence. Several lines of evidence (coramics, fauna, tombs and spindle whorls) were analyzed to ‘compare the extent of wealth and specialized activities carried out at diferent zesidential units within and betweon periods of accupation. In addition, a co ‘respondence between the spatial onganizotion of the settlement and the so ial and economic organization ofits inhabitants is proposed. With tho analysis fof these information the nature and changes of bases of social hierarchy is reconstructed. Revitte Colombione de Antropologio Revista Colombiana amaryere es alomen ene aeenbve pp aldea central muisca denominada El Venado (Boada, 1998b), un sitio arqueolégico ubicado en el valle de Samacé, departamento de Boyacé (Colombia). Especificamente, quiero ilustrar tres puntos: 1} Que la disposicién de las unidades resi- denciales dentro del asentamiento de El Venado representa una organizacion sas tarar ee eel ae social y econdmica particular. A tra- {fenca poc'e tetera Sens vés de la secuencia, la distribucién de fouricion Saka lo Hower las viviendas cambia, de una mas agru- et Eonar Adie dma ppada y formal dentro de cada barrio a tore deren chor Scogion ys tuna més dispersa. Este cambio en la yersesfh avons contro de disposicién de las viviendas tal vez se [27th 2 sie nstancen relaciona con cambios en la unidad so- sls tonics deta es preted cial y econémica baisica a través de 1a write E Yerade veo: coho, secuiencia, 2)Queel desarrollo de com- fecolsccones de metevaly lot plejidad social de esta aldea fue un scewooone, srt, ovo proceso que tuvo sus antocedentes en eM") owiniars os rane lo que conocemos como periodo He- “de ome mop execel rrera; y3) Que desde ol comienzo de la secuencia cultural de esta aldea hubo SSSis"vcvatncnoncscoign centralizacién de las bases de jerarquia won sis eso ‘yquo a través del tiompo estas se trans- formaron por condiciones relacionadas con competencias den- ‘ro del asentamiento ~entre los barrios y por fuera de El Venado entre los asentamientos que se fueron astableciendo en el valle y por fuera de él-, Como base de jerarquia social me refiero a dos mecanis- mos, posiblemente usados de forma simulténea aunque su im- portancia varfe en el tiempo: prestigio y control sobre recursos basicos y riqueza. Por prestigio se entiende el componente ideo- légico del estatus (Fried, 197: 13; en sociedades basadas en el prestigio, individuos que lo tienen ejercen autoridad sobre el ‘grupo a través de su capacidad de persuadir o canalizar las ac- iones de los otros sin el uso de la fuerza (Fried, 1967: 13). Bl prestigio es adquirido por ciertos individuos a través de estrate- sgias de persuasién y endeudamiento (Sahlins, 1963: 280-290), ta- Jes como intercambios ceremoniales como la ceremonia de la Moka practicada por grupos indigenas de Mount Hagen, en f 1 ESTE ARTICULO TRATARE FL. DESARROLLO DE JERARQUIA SOCIAL EN UNA, 19 no ‘Ane Maria Boodo Ri ‘Oigantacon focal yesnsica en une eda mao Nueva Guinea (Strathern, 1971: 3), ol potlatch de los indigenas de la costa noroeste de norte América (Codere, 150), 0 las cere- monias matrimoniales de kiriwina en las islas Trobriand (Wei ner, 1980: 198199, 220); la generosidad personal a través de fiestas ritualizadas (Hayden, 1696: 11-137), exhibicién de objetos exéti- cos en fiestas y la introduccin de productos comestibles (EHel- ims, 1987; Clark y Blake, 1094: 24-28; Young, 1971), ceremonias de consumo de bebida fermentada entre los cubeo (Goldman, 179 202-228), ceremonias funerarias del alto Magdalena (Drennan, 109s: 04-97) y kiriwina en las islas Trobriand (Weiner, 189: 1-117), manipulacién de simbolos ¢ intercambio de bienes de prestigio (Helms, 1979: 109-145; 1987; 1994; Spencer, 1994), Por otra parte, los sistemas basados en el poder se fundan en el control sobre recursos basicos como la tierra, él agua, la mano de obra y la produccién de bienes necesarios (D’Altroy y Earle, 1085; Barle, 1078: 14-15; 191; Fried, 1967: 185-226; Gilman, 1081, 1001 El control implica el uso de la fuerza o la posibilidad de hacer- lo; sin embargo, los sistemas basados en poder no excluyen el ‘uso del prestigio y la autoridad en la forma entendida por Fried (0987). Un componente importante del control puede ser la ideo- logfa, que puede cumplir un papel importante en la esfere poli- tica, como por ejemplo legitimar posiciones de liderazgo (Helms, 1998: 73-91: Salomon, 1955:324-326), el uso de recursos basicas como Ia tierra (Boada, roo8a: 65-67; McAnany, 1995: 159-161) 0 apoyar el control de bienes por parte de la elite (Flannery, 1968; Helms, 1979; Steponaitis, 1051) y asi reducir el uso de la fuerza. El control sobre recursos se relaciona con la produccién y acumulacién de riqueza, la cual permite a los lideres patrocinar sus activide- des (D’Altroy y Earle, 1685). Un ejemplo es la conversion de exce- dentes agricolas en riqueza, que es més duradera y almacenable ¥y puede ser cambiada luego por cualquier cosa, incluyendo co- ida (Bronitski, 194). Por riqueza se entionde la produccién 0 adquisicién de biones -o materias primas- procedentes de z0- nas alejadas que pueden o no tener un alto requerimiento de inversién de energia, tienen gran valor para la comunidad, pue- den ser intercambiados casi por cualquier cosa y ser usados como pago de tributo (D'Altroy y Earle, 1685: 168,105). Entre los muiscas, la definicion de “riqueza" debe ser més flexible, ya que no todas las condiciones se cumplen simulténea- mente. Asi, por ejemplo, algunos objetos, como las mantas, tie- nen todas estas caracteristicas pero otros, como vasijas trafdas de Revise Colombiana ‘Se Antropologio Woloran 5, erere:ccenbre 99 otras zonas, por lo general tuvieron una circulacién mucho mas limitada. Inchuso las vasijas, hechas localmente, que tienen mi cha decoracién y, por tanto, mayor inversién de enengia, se usa- ron dentro de un cfrculo social restringido; atin asi, eneste estudio se consideraron como signo de riqueza. Los objetos de prestigio, aunque manipulados por las elites por su valor de prestigio, son consumidos por esta como una prerrogativa de su posicién so- cial, pero pueden ser usados como circulante ~curmency- en tanto que los lideres los utilicen para financiar sus actividades, al ven- der o comprar bienes y servicios (D’Altroy y Earle, 1085: 18), ‘Ambos mecanismos, prestigio y control sobre recursos, se consideran aqui como dos arenas de competencia diferentes, utilizadas por las elites como un medio para ganar ascendencia politica (Boada, 1908b: 1-7). El papel de estos dos mecanismos en el desarrollo de jerarqufa social de El Venado es examinado en ‘un lapso comprendido entre el 900 dc, el 1600 dc, dividido en tres periodos de ocupacién denominados Herrera tardio, Muli a temprano y Muisca tardfo (Boada, r98b: 53-74). Esta investi- gacién se concentra en la reconstruccién de las bases de jerarquia, con el objeto de ilustrar la manera como los lideres muiscas establecieron su preeminencia politica y las bases de la desigualdad social y cémo cambiaron a través de una secuen- cia de setecientos afios. Para llevar a cabo este objetivo debo hacer explicita una serie de supuestos usados, asf como la forma en que se recogi6 la informacién para llegar a inferencias de comportamiento social a partir del registro arqueolégico. Para el andlisis del material arqueolégico (Boada, 1os8b), asums que los basureros en donde se localizaron los pozos de sondeo representan los restos de unidades residenciales. E! material analizado para cada unidad residencial fue cerdmica, tumbas, restos de fauna y volantes de hhuso. Para la cerémica (Boada, 1998: 8100}, las categorfas ollas, ollas-cuenco, cuencos, copas, jarras y cucharas se transform: ron en proporciones en cada unidad residencial, para compa- rarlas através del asentamiento. A cada una de esas proporciones se le ligaron rangos de error a un nivel de confianza de 8, 00 y 65%, y estos valores se ilustraron en gréficas de bala (Drennan, 1096:. 16-59}, las cuales facilitaron identificar, exactamente, cual unidad residencial mostraba las diferencias més conspicuas, asi como evaluar la confianza estadistica que tenemos en identificar tales diferencias (Boada, z098b). qa Ravisto Colombiona 122 | Ano Marta Boads Rives ‘de Anmopoiogio | 123, ‘Orgonzocén focal y eondmi wv une ea mua \ouman & eneo.denbee 1) 1.08 analisis que se hicieron con fauna, volantes de huso, tum- bas y las formas cerémicas, tamafio, abundancia y distribucion espacial, tenian como propésito identificar diferencias en pres- tigio, actividades especializadas y control sobre recursos ri- queza entre las unidades residenciales para cada periodo, Por ejemplo, proporciones inusualmente altas de ollas se interpre- taron como areas especializadas en la preparacién de comida para ocasiones especiales, como fiestas y ceremonias; éreas con altas proporciones de jarras se consideraron evidencia de sitios, fen donde se sirvi6 abundante chicha, como podria ser durante la realizacion de fiestas y ceremonias: areas con muy alta pro- porcién de cuencos se asumieron como lugares en donde se dis- tribuy6 comida, posiblemente en ocasiones de fiesta; ‘cuencos-aquillados, copas, cucharas y vasijas miniatura se {erpretaron como artofactos involucrados en actividades cere- ‘moniales, dada su escasez en los basureros. Segiin las cr6nicas, las cucharas fueron usadas por otros grupos durante rituales para el consumo de drogas alucinégenas como el yopo en esta forma (Colmenares, 170: 23-24); en el valle de Samacé, el tabaco se consumi6, principalmente, en forma de rapé (Simén, 108, . 6; 20), para lo cual es factible que se hayan usado las cucharas. La decoracién de la corémica se escogié como un indicador de riqueza, ya que una vajilla decorada implica mayor inversién de trabajo en el proceso de produccién cerémica (Feinman, Upham y Lightfoot, 1981). Las casas més ricas tienden a usar vajillas més elaboradas y objetos exdticos y de prestigio, que son exhibidos durante interacciones sociales (Smith, 1987: 3 516). Ast mismo, la concentracién de herramientas para la pro- duccién de objetos necesarios, como por ejemplo los textiles, se consideré como evidencia de produccién de riqueza. La con- contracién de huesos de fauna en una parte del asentamiento so tuvo como un indicador probable de prerrogativas de un grupo sobre el uso de recursos basicos. En la medida en que el prestigio y la autoridad fueron una base importante de la jerarquia social de El Venado, deberia- ‘mos esperar en las éreas residenciales de la elite mayores pro- porciones de vasijas grandes, apropiadas para servir comida y bebida durante fiestas, parafernalia ritual, objetos de intercam- bio ceremonial y areas centralmente localizadas para albergar gran nimero de personas. Por otra parte, en la medida en que l control sobre recursos y riqueza fueron una base importante de la jorarquta social, deberfamos esporar on las éreas de Ia elite mayores proporciones de objetos de lujo ~i.e. vajillas finas y decoradas, objetos y adornos de concha marina, oro, hueso y piecra fordnea-, restos de produccién artesanal ~volantes de huso, agujas-, unidades residenciales y tumbas mas grandes y elaboradas, grandes proporciones de comidas preferidas ~i.. hhuesos de venado, mejores cortes de carne- y mejor nivel nutri- ional (Boada, 1998b: 222-23) Ninguna de las lineas de evidencia, tomada de forma inde- pendiente, podria ser la base para corroborar las hipétesis de investigaci6n, porque es a través de la combinacién de varios tipos de datos independientes que podemos identificar el tipo de estrategias usadas por la elite y evaluar su grado de impor tancia durante cada periodo, PATRON DE ORGANIZACION DEL ASENTAMIENTO EL VENADO miento de aldeas nucleadas extensas junto con vivienda dispersa (Boada, 1087, 1901, 1992, 198a, 1998b; Boada, Mora y Therrien, 1988; Boada, Therrien y Mora, 1980). El Venado es una de tales aldeas mucleadas extensas, localizada en la parte sur oriental del valle (mapa 1), cerca @ una antigua laguna que co- ‘menz6 a ser desecada por los espafioles. Fue la primera aldea ‘ocupada de forma permanente, més 0 menos desde el 600 d. C. yy esta ubicada en las faldas de la montafia, en una zona de sua- vve inclinacién cerca a la antigua laguna y a la zona de bosque de montaia alta, en donde abundaba el venado. Este asentamiento no tiene evidencias de estructuras de pie dra, plataformas o terrazas que ayuden a identificar la locali cidn de viviendas; por esta razén, se hizo una recoleccién superficial sistematica de todos los artefactos visibles en super- ficie encontrados dentro de cfrculos de cuatro metros de didme- {ro a intervalos de diez metros. La recoleccién se efectué sobre un drea de dispersién de artefactos de corca de diociséis hecté- reas. La mayoria del érea produjo material de todos los perio- dos, incluido el modemno; algunas partes tenian altas densidades de artefactos mientras que otras éreas tenfan muy poco mate- rial, La ausencia de material en al menos cinco recolecciones E L-VALE DR SAMAGA SE CARACTERIZA POR TENER UN PATRON DE ASETAS Revista Colombiana ‘Ane Marla Soade Rivas ‘Se Anmonotogia | 125 ‘Orgran soc y endo an one OUas mei oharan 5, nero-deienbre 99 m4 continuas on zonas fuertemente inclinadas se consider como La recoleccién mostr6 varias concentraciones de material cl limite del asentamiento. En ocasiones, estas recolecciones se cultural, indicando un patrén de distribucién de aldea extensa. hicieron hasta distancias de cien o més metros, en éreas planas Se utiliza el término de extenso porque en estos sitios la basura, cen las que no se encontré material cultural. las estructuras de vivienda, rasgos y entierros forman distribu- ciones espaciales discretas de unidades residenciales separadas Mam por distancias entre cien y doscientos metros, alas que he deno- Locauszaion pa. ino EL VENADO BBL VALLE BE SaMacd minado “barrios”. Las zonas vacias que separan a los barrios pro- - bablemente fueron usadas como huertas (Doolittle, 1992: 72-82), S$ ¢ ’ aunque es muy probable que también sirvieran para acentuar las pe ey diferencias sociales existentes entre los habitantes de los barrios. ‘Aunque el término barrio define a una parte espacialmente dis- tintiva de un asentamiento més grande, la separacién espacial no es la tinica caracteristica que los identifica: estas fueron w dades dinamicas cuyo caracter social y econémico cambié con ol tiempo (Boada, 198b: 85-84), como se verd més adelante. Este tipo de definicion de barrio se diferencia de la observada por Flannery (1976: 73) en que los barrios en Mesoamérica no estan separados fisicamente unos de otros; sin embargo, ambas tienen en comin que parte de la identificacion de los barrios se basa en la especializacién excluyente de actividades artesanales y cere- moniales y en la estratificacién social de cada uno de ellos. Con el objeto de observar la existencia de patrones de dife- reneiacién social y de actividades artesanales y ceremoniales dentro del asentamionto El Venado, se hizo una recoleccién su- perficial de material cultural en toda el érea, la cual sirvi6 de base para ubicar las areas de excavacién diseftadas para com- plementar los patrones de distribucién de artefactos de superfi- cie. Con la recoleccién superficial se identificaron las reas con mayor densidad de artefacios, en donde muy probablemente se descarté la basura de las viviendas; esta distribucién permitié os determinar la localizacién de las unidades residenciales, que constituyen la manifestacién arqueoldgica de comportamiento J concn humano y la unidad minima de anélisis de esta investigacién. a QS La informacién sobre las unidades residenciales de El Venado ” . ‘4 proviene de pozos de sondeo de 2 x 1 ms y excavaciones exten- / ow 2 Ue aa dacs ee parca (oul ds poe eeavaieetes reas de mayor densidad de artefactos. En las excavaciones se hall6 abundante material cultural, huellas de postes de estruc- Spain, ie turas circulares o ligeramente ovales entre 2 y 4 m de diémotro, Aen =a junto con entierros y depésitos. 126 ‘Ana Marla Boode Rivor (Organtocén socal yeanamiee en EL ASENTAMIENTO DE EL VENADO Y SU ORGANIZAGION SOCIAL de las actividades y de las unidades residenciales. Algu- nas residencias reflejan mayor énfasis en actividades domés- ticas asociadas a mujeres, tales como una mayor proporcién de vasijas para cocinar, preparar y fermentar alimentos, mientras otras reflejan actividades generalmente asociadas a hombres, como por ejemplo una mayor proporcién de jarras y parafern lia ceremonial usada durante ritos y fiestas. Este tipo de divi- sidn de las actividades segiin el sexo esta documentado en rénicas y documentos hist6ricos (Simén, 18, . 3 89; ANC. sitas Cundinamarca, T. rf. 1470, f. 163 r, en Tovar, 1980: 45-46, si- 53: ANC Caciques ¢ Indios, T. 22, f 6sv., en Tovar, s..: 242-243) Algunos documentos de archivo describen la divisién sexual de Jas viviendas, en donde los hombres de alto rango tenfan su vivienda separada de la de sus esposas, quienes dormian en el bohfo donde se cocinaba (ANC Visitas Cundinamarca, T. 5577 en ‘Tovar, 80: si). Es posible que entre la gente comtin también hubiera divisién sexual de la vivienda, una para el hombre y otra para la mujer, de manera que es probable que al menos dos unidades residenciales conformaran un grupo residencial. Sin ‘embargo, también es posible que existiera una sola estructura de vivienda con un espacio femenino y otro masculino, aunque esta posibilidad atin debe corroborarse. La composicién del gru- po residencial ¢s variable, debido a que el mimero de sus miem- bros responde al ciclo de desarrollo. En algunos momentos del ciclo, el grupo residencial pudo haber estado conformado por una familia nuclear, mientras que més tarde este grupo creci, formando nuevas familias nucleares 0 anexando otras. Este es el caso de algunos barrios, que inicialmente tienen una unidad residencial y van creciendo durante los periodos siguientes. Con base en el registro arqueolégico puede hacerse un es- quema simplificado del asentamiento, que muestra que El Ve-~ nado estaba compuesto por barrios. Cada uno estaba formado por tno o més grupos residenciales, los que, a su vez, estaban compuestos por al menos una unidad residencial. Bs muy pro- able que las variaciones en el tamaito del barrio o cada una de sus instancias se relacionen con el ciclo de desarrollo de la unidad doméstica 0 co-residencial f L ANALISIS DEL MATERIAL ARQUBOLOGICO SUGIKRE DIVISION SEXUAL Revita Colombiona ‘de Anvopologia loran erero:dcenbee love 1 squats SMPUCADO BH. ASETAMENTO Baro, Barrio Unidad | residencial (UR)| Gripo Grupo | resdencial_residencil ZX | UR UR UR UR UR UR UR [toni rsidencia) Es muy dificil establecer una correspondencia entre la com- posicién de las unidades sociales y los distintos niveles de la estructura del asentamiento identificados en el registro arqueo- 6gico, pues los documentos etnohistéricos no describen la com- posicién de la unidad doméstica o de la familia muisca. Lo que sabemos hasta ahora es que la unidad social mas pequefia des- crita por los espaftoles fue la uta, que parece haber sido una unidad territorial y de parentesco de filiacién matrilineal (Broad- bent, 1964: 25-20; Villamarin, 1972: 97-8; Villamarin y Villamarin, 1975). De acuerdo con los censos tributarios del valle de Samaci transcritos por Londofo (1983: D.35) y de la Sabana de Bogota (Villamarin, 1972: 98) una uta podia estar compuesta por varios hombres adultos, probablemente miembros de varias familias nucleares. A su vez, varias utas formaban un sybyn, una unidad territorial y de parentesco més grande (Londofio, 185: 124, 128- 132; Rozo, 1978: 48-49, 52). De esta forma, podrian proponerse dos opciones: primera, la estructura social correspondiente al asen- tamiento El Venado estaba constituida por un sybyn, en donde cada barrio correspondié a una uta. El grupo residencial, enton- ces, pudo haber sido formado por una familia extensa, en don- de cada familia nuclear habit6 una unidad residencial. Segunda, el grupo residencial estaba compuesto por una o més familias ncleares, en donde cada pareja tenfa dos residencias, una para el hombre y otra para la mujer (véase la figura 2) tra posibilidad es que todo el asentamiento estuviera con- formado por una sola uta y cada barrio correspondiera al menos una familia extensa o nuclear viviendo en grupos residencia- les. Ain es muy incierto cémo estaba compuesta la unidad do- méstica muisca y estas ideas, aunque especulativas, abren espacio a fuluras investigaciones al respecto (véase la figura 2). ny 128 | Ana Marla Boada Rivas ‘rgonacion socal y eZonmice oh une oidea mS Pica 2 [ESTRUCTURA SOCIAL DEL ASESTAMBTO EL VixADO [Aoertamiono Ssh 5 ue } “ / mere = Ut) ua) / Grupo Familia xtensa (FH) Familia sudear = FN redencal /\ a / / 7 ~ 7 Unidad FN FN Hombre Mujer Hombre Malor FN) residencial Familia nudes) | El anélisis de material cultural proporciona informacién so- bre diferencias sociales y econémicas en cada una de las instan- cias del asentamiento identificadas arqueolégicamente: barrios, grupos residenciales y unidades residenciales. En la siguiente seccién se examinardn estas diferencias a través de varias li- neas de evidencia. ORGANIZACION ECONOMICA el Herrera tardio y comprende desde el 800 d. C hasta el 1000 d. C. Para este primer periodo hay dos distribuciones discretas de artefactos correspondientes a dos barrios, que cu- bren un rea total ocupada de media hectarea (mapa 2). Tres unidades residenciales en el barrio El Recuerdo, probable mente perteneciontes a dos grupos residenciales, y tres grupos en el barrio La Esmeralda, con varias unidades residenciales cada uno. Durante este periodo, en ol barrio La Esmeralda hay una dispo- in de los grupos residenciales relativamente bien definida, con las residencias orientadas a una plaza central. Sin embargo, esta distribucién cambia en los siguientes dos periodos, en los que el trazado de la plaza desaparece y las unidades residencia- les estin distribuidas de forma més dispersa y ubicadas aleato- riamente (Boada, rob: 83). El anélisis del material arqueolégico sugiere marcadas diferencias econémicas entre los barrios de El Venado durante L PRIMER PERIODO, DURANTE FL. QUE SE FUNDA EL ASENTAMIENTO, ES Revista Colombiono ‘Se Antropoloate Fe erer-diembre 9) m9 este period, El barrio La Esmeralda exhibe una mayor riqueza, indicada por una significativa mayor proporcién de cerdmica decorada, que como se indicé antes es més costosa en términos de inversion de energia (Boada, 1998b: 88). Ademés, la distibu- ion concentrada de herramientas tales como volantes de huso ¥ agujas para la produccién textil en La Esmeralda sugiore la especializacién en la produccién de este barrio, aunque a una escala muy modesta (Boada, r98b: 14-143. Maw 2 UUnonanes mesma. FEUCDO MUISCA TEMFRANO be ecenione trae (© 1 Une etd 50 ‘Ane Marie Boade Rives _ Bl alto porcentaje de jarras para chicha y de parafernalia cere- monial en La Esmeralda sugiere que este grupo organizaba fies- tas y ceremonias (Boada, 1998b: 17-128). Es probable que estas fiestas fuoran una fuente muy importante en el mantenimiento del prestigio de la elite durante el periodo Herrera tardio y que las ceremonias realizadas en La Esmeralda incluyeran a todos Jos habitantes del asentamiento, ya que el barrio El Recuerdo no presenta evidencias de tales actividades. Aunque la proporcién de objetos importados en La Esmeral- da no es mucho mayor que en el otro barrio, tiene una mayor variacion en las procedencias de estos objetos (Boada, rop8b: 92 96, 121). De tal forma que la importancia del intercambio a larga y media distancia no parece haber sido de cardcter econémico sino, més bien, de establecer una amplia red de relaciones so- ciales dentro y fuera del valle. Durante este periodo, no hay evidencia de control sobre recursos basicos. No obstante, si es evidente la produccién de riqueza en las areas de la elite asi como el ejercicio de algunas prerrogativas en el consumo de ciertos recursos bésicos. Sin embargo, las bases de la jerarquia social parecen més fuertemente fundamentadas on estrategias ideologicas que confirieron més que todo prestigio para lograr ascendencia politica. Durante el periodo Herrera tardfo, las bases de la jerarquia social en EI Venado parecen originarse en el estatus que el gru- po fundador asumié al llegar al sitio. La primera, y basica, es- trategia usada por los habitantes de La Esmeralda fue tomar ventaja de su estatus como primeros habitantes del valle. Ellos se asentaron en los mejores suelos con fuentes de agua perma- nente y cerca a un corredor de facil acceso a cotos de caza. Como fundadores, pudieron establecer derechos y tener prerrogativas para explotar los recursos disponibles. Otro componente im- portante sugerido por el registro arqueol6gico es que este grupo {rajo consigo la institucion del estatus heredado. De esta forma, los privilegios de los fundadores pasaron a la siguiente genera- cién como un derecho de sucesién. Evidencias sobre sucesién de derechos y privilegios pue- den observarse en varias Iineas de evidencia analizadas en El Venado. En primer lugar, el barrio La Esmeralda exhibe las mayores concentraciones de la cerémica més temprana la Herrera de todo el asentamiento, cerémica muy similar a la encontrada en Tanja, lo cual sugiere que la gente de El Venado Revista Colombians ‘Se Antropologio Whiner & ererediconbe 19 se desprendié de Tanja y fund6 el nuevo asentamiento en el valle de Samaca. La pequefia cantidad de cerémica Herrera y su similitud con la de Tunja sugieren que la nueva colonia trajo consigo la ceramica de Tunja. Es muy probable que la cerémica temprana sirviera como una estrategia adicional de los habitantes de La Esmeralda para legitimar su estatus social alto (Boada, 1998b: 9809) Elestatus adscrito también es sugerido en el registro arqueo- logico por el entierro de infantes que tienen més ajuar funerario y mayor energia invertida en sus tumbas que la mayoria de los, adultos. Asf mismo, en las éreas en donde hay més adultos con ‘tumbas més ricas también se encuentran las tumbas de nifios ‘con ajuares més ricos. Esto sugiere que el estatus de los indivi- duos no se logré durante su vida sino que se heredé (Boada, 1o98b: 149). Durante este periodo, las diferencias sociales entre las uni- dades residenciales se observan en dos niveles: el primero, al que ya se habja hecho alusién, es la diferencia correspondiente a la division sexual de la vivienda, en donde ambas unidades forman un grupo residencial que parece haber sido la unidad social y econémica basica. El segundo se refiere a la diferencia en las actividades reali- zadas por algunas unidades residenciales que parecen haber intensificado en una tarea en particular para suplir las necesi- dades de otras residencias. Distintas unidades residenciales de La Esmeralda y El Recuerdo intensificaron actividades tales como la caceria, el intercambio de sal, la preparacién de comida y chicha, muy probablemente para dar lo producido a unas poces unidades residenciales de La Esmeralda (Boada, rop8b: 100-102) El grupo noroccidental de La Esmeralda, el cual estaba involu- crado en la realizacién de fiestas y celebraciones, parece haber recibido lo producido por esas unidades residenciales. Este grupo residencial también tione la mayor proporcién de ceramica de- corada y de objetos importados més finos, un mayor niimero de procedencias de objetos intercambiados, concentracion de la produccién de hilo de algod6n y mejores cortes de carne de ve- nado de todo el asentamiento, indicando que las diferencias econémicas fueron notorias, incluso entre los grapos residen- ciales de un mismo barrio (Boada, 1os8b: 18, 140, 142) Las diferencias econémicas entre los barrios se reflejaron on algunas uctividadlos especializadas, como parece ser el caso de la Br me ‘Ana Moria Boode Rives (Organaacién soil y ezndniea ev one oles mace caceria, la cual posiblemente fue realizada por una unidad re- sidencial del barrio El Recuerdo para prover de carne a las unidades residenciales de La Esmeralda. La distribucién espa- cial de huesos animales apoya esta interpretaci6n (Boada, 1008b: 130-141). Para comparar diferencias entre las unidades residen- ciales se examinaron la abundancia de géneros ~siendo el ve-~ nado y el cur los més abundantes-, los mejores cortes de carne, la diversidad de géneros, los indices de densidades de huesos, y el peso de la came, principalmente de venado. La unidad residencial LH, en La Esmeralda, tenfa los mejores cortes de venado, la mayor abundancia de géneros y el mayor peso en carne. La otra unidad residencial con buenos cortes de carne fue LH, en el barrio El Recuerdo. Esto sugiere que los habi- tantes del barrio La Esmeralda tenfan prerrogativas sobre el uso del venado, un recurso basico. El hecho de que en El Re- cuerdo se encontraran buenos cortes de carne sugiere que ellos, probablemente, cazaban venado y reservaron los mejores cor tes de carne a unidades residenciales de La Esmeralda. Las contribuciones de comida, chicha y carne hechas a algunas viviendas de La Esmeralda implican relaciones asimétricas con el barrio El Recuerdo e, incluso, con unidades residenciales de La Esmeralda, Durante el periodo Muisca temprano, datado entre 1000 y 1200 4.C.,el asentamiento crecié a un érea ocupada de una hectérea, yy se fundaron dos nuevos barrios, manteniendo distancias de Cien a doscientos metros con los anteriores {mapa 3). Estos nue- vos barrios parecen estar compuestos s6lo por una unidad resi- dencial y es probable que cada uno corresponda a una familia nuclear: Durante este periodo, algunos de los patrones descritos para el Herrera tardio cambiaron en varios aspectos. El primer cambio notorio es que las unidades residenciales no estaban localizadas en grupos, como antes, sino que aparecen més dis- persas y sin ninguna disposicién aparente dentro de los barrios; la plaza ya no parece ser parte del trazado formal del barrio. Sin embargo, los grupos residenciales parecen seguir funcionando, ya que algunas unidades residenciales localizadas muy juntas tienen un material cultural que refleja diferencias en tareas y actividades, probablemente asociadas a la division sexual del trabajo y del espacio, Revisto Colombiana ‘Se Antropologis 1B Wohonan i, ner-acenbee 199 Mara so ARQUBOLOCICO a. VENADO Durante este period, las diferencias entre los barrios conti- ian siendo muy notorias en el registro arqueol6gico. Proporcio- nes muchos mayores de ceramica decorada en La Esmeralda sugieren que este barrio continué siendo el més rico del asenta- ‘miento (Boada, 198: 229). Ademas, proporciones mayores de ja- ras para chicha, asf como de cerémica ceremonial como cuencos aquillados finamente decorados, copas y cucharas encontradas en La Esmeralda indican que alli continuaron siendo ofrecides fiestas y coremonias (Boada, 198b: 226-228). Los volantes de huso, también encontrados en su mayoria en La Esmeralda, dan a en- {ender una mayor especializacién en la produccién textil en este barrio. Aparecen mas formas de volantes de huso, posiblemente asociados a una produccién de hilos de distinto grosor, usados 4 Ane Maria Boade Rivas ‘igaiacon soc! y econdnco an una ola mco en el tefido de mantas de diversas calidades (Boada, 1098b: 210- 213) Sin duda, durante este periodo, La Esmeralda continué sien- do el barrio de més alto estatus de todos los de El Venadbo. Las diferencias econdmicas ~especializacién en actividades domésticas y artesanales- entre los barrios también se reflejan en que las tnidades residenciales de Abejas y El Recuerdo tie- non una mayor proporcién de ollas que cualquier otra unidad residencial del asentamiento, incluyendo las de La Esmeralda (Boada, 1998b: 200). Esta distribucion sugiere que en estas uni- dades residenciales se prepararon alimentos para ocasiones es- peciales como podrian ser las fiestas y ceremonias ofrecidas en La Esmeralda. La distribucién de los restos de fauna también apoya esta idea. Abejas, uno de los barrios recién fundados en este periodo, exhibe los mejores cortes de carne de venado. En. contraste, sdlo muy pocas unidades residenciales de La Esme- ralda tienen buenos cortes de carne de venado, mayor densidad de huesos y mayor diversidad de carne. Al igual que en el perio- do anterior, la distribucién de los restos de fauna sugiere que la cacerfa fue realizada por los habitantes de Abejas, v parte de las piezas de caza enviada a La Esmeralda (Boada, 10s8b: 202-210) La mayor proporcién de restos de fauna esté asociada a unida- des residenciales de La Esmeralda, que también tienen mayores proporciones de jarras para chicha y parafernalia ceremonial sugiriendo que en estas casas se organizaron fiestas y otro tipo de celebraciones. La Esmeralda también tiene evidencias de objetos exéticos de un mayor niimero de procedencias. En con- {raste, otros barrios tienen proporciones mayores de objetos inter- cambiados, pero ellos generalmente fueron vasijas para la evaporacién de la sal para suplir sus propias necesidades y las, de otros barrios (Boada, :998b: 176) La organizacién del trabajo y las diferencias econdmicas y sociales entre los barrios tienden a volverse més definidas du- rante el Muisca temprano. Las elites de La Esmeralda continua- ron ofreciendo fiestas y ceremonias, aunque cierto tipo de actividades ceremoniales comienzan a surgir en Abejas. Cere- ‘monias que alguna vez fueron privilegio exclusivo de La Esme- ralda parecen comenzar a realizarse en este nuevo barrio. Sin embargo, hay un cambio notable y es la intensificacién de la produccién especializada de hilo de algodén y textiles en las, unidades residenciales de la elite. Durante el periodo Muisca temprano, las bases de jerarquia Reviste Colombiana ‘Se Antropologlo Volumen 5, eneo-dicerbre 3p social incluyeron el uso de diversas estrategias. El grado de in- tercambio de objetos de prestigio permanece muy similar al del periodo anterior. No hay evidencia de intercambio masivo de bienes sino més bien lo contrario. La escasez.relativa de objetos ‘exbticos sugiere una escala muy modesta de intercambio de larga y media distancia, y no hay evidencia de acumulacién de rique- za, La celebracién de fiestas v coremonias, aunque todavia se lle- vvaa cabo, mas que todo en La Esmeralda, empez6 a ser hecha en ‘otras partes del asentamiento, Un cambio notorio con respecto al periodo anterior es el incremento en la produccién de textiles, Jos cuales posibilitaron @ la elite crear riqueza. Dado que los tex- les eran bienes de valor que podian ser cambiados por una gran variedad de productos, tenian el potencial de convertirse en una fuente de riqueza como parece haber sucedido luego. Durante el siguiente periodo, el Muisca tardio, fechado entre 1200 y 1600 d. C., hubo una expansién notoria del asentamiento, con un area total ocupada de cinco hectéreas. Durante este pe- riodo, el barrio Abejas, fundado durante el periodo anterior, cre- ci6 de forma extraordinaria: de tener solamente una unidad residencial crecié a ocho para el Muisca tardio (mapa 4). Al mismo tiempo, se fundaron otros barrios, o crecieron modera- damente. Es probable que no todos los miembros de un mismo barrio vivieran en el asentamiento y que algunos miembros de unidades domésticas vivieran en viviendas dispersas en el va- le. Pero también es muy probable que la mayor parte de los miembros de la unidad doméstica del cacique vivieran en un solo barrio, Este parece ser el caso de La Esmeralda, el cual con- tinué con el mayor mimero de unidades residenciales con evi- dencias de alto estatus. Durante este periodo, los patrones de distribucién espacial de las unidades residenciales y las dife- rencias sociales y econdmicas entre los barrios identificados durante el Muisca temprano se volvieron atin mas agudas. El cambio més obvio es la emergencia de nuevos barrios y el rapido crecimiento de otros, especialmente Abejas. Las unidades residenciales se localizaron a mayor distancia entre si que antes y Jos grupos residenciales se tomnan mas dificiles de identificar (Bos- da, 8b: 268). Para este periodo, es posible que el grupo residen- cial y la unidad social que este representaba, tal y como inicialmente se observ para el Herrera tardio, se haya transformado. Las dife- rencias econémicas entre el comtin de las unidades residenciales se volvieron més dificiles de identificar, en la medida en que BS wore aaa ellas parecen ser més redundantes en el tipo de tareas realizadas. Aunque continga una divisin sexual de actividades y residen- cias, el grupo residencial ya no es tan grande como en el periodo Herrera tardio, sugiriendo que la produccién econémica se vuel- ve un asunto realizado por unidades sociales més pequefas. Hay muy pocas unidades residenciales que sobresalen del resto y real- mente s6lo hay dos, LM-i5 y LM-i8, ambas localizadas en La Es- ‘meralda, que son las mas ricas y tienen evidencia de actividades especializadas (Boada, 1998: 230,275, 25) En este sentido, se obser- ‘va una diferenciacién social més aguda entre las unidades residen- ciales de la elite y el comtin de la poblacién, un comportamiento Mann 4 TUNIADES RESIDENCIES BEL FERIODO MUISCA TARDIO Revista Colombiana [ait de Aweooloata ‘alomen ene: senbre 199 consistente con una mayor concentracién de poder y de riqueza en las elites de El Venado. Las diferencias econémicas entre los barrios parecen menos conspicuas, ya que Abejas presenta evidencias de realizar fiestas, y ceremonias que en periodos previos eran exclusivas de La Esmeralda (Boada, 1996b: 302). Sin embargo, este cambio est ligado a otras transformaciones de la economia de la elite. Las fiestas siguieron siendo levadas a cabo en La Esmeralda, pero parecen haber cambiado de naturaleza. Hay evidencia de inter- cambio de bienes de prestigio con otras elites durante las fies- tas, sugerida por el registro arqueolégico, como por ejemplo jarras finamente decoradas con figuras de caciques y personajes im- portantes. No obstante, contrario a los estudios etnohistéricos en los cuales el intercambio de bienes se sugiere como una de las actividades més importantes de las sociedades muiscas y particularmente para los caciques (Langebaek, 1087, 1096) el re- sistro arqueologico de El Venado no tiene evidencias de un in- tercambio intensivo de productos (Boada, rop8b: 241). En el sitio se encuentran muy pocos objetos importados que apoyen las descripciones sobre la acumulacién de bienes de prestigio por las elites como fondo de riqueza. El tinico producto que dejé abundante evidencia indirecta de haber sido intercambiado es el algodén. Es muy probable que la riqueza de los caciques es- tuviera compuesta, en su mayoria, por bienes perecederos, como articulos hechos en algodén, adornos de plumas y comida, los cuales se acummularon de manera temporal para ser consumidos répidamente, antes de que se echaran a perder. Esta limitacion de los bienes perecederos pudo favorecer estrategias para ganar prestigio, tales como los intercambios ceremoniales de regalos entre las elites. Las fuentes etnohistoricas describen las ceremonias en las que textiles finamente tejidos y decorados se intercambiaron entre caciques (Simén, 198, T. 3: 405). Evidencia de un incremento y especializaci6n en la produccién de textiles en las unidades resi- denciales de la elite es apoyada por una concentracién en La Es- meralda de volantes de huso de variadas formas y herramientas para tojor (Boada, 1997; 1998: 284-285). La variabilidad en las formas de los volantes muy probablemente tiene relacién con la produccién de diversos grosores de hilo de algodén para tejer mantas de distinta calidad (Barber, 199). Los documentos cetnohistéricos del valle de Samacé transcritos por Londofio (1083), 87 138 ‘Ane Maria Boade Rivas _ también registran testimonios de contribuciones pagadas a los caciques en trabajo y en bienes. El cultivo de las parcelas agri- ccolas, asi como la construccién y reparacién de casas, se des bbe como pago de los indigenas a sus caciques. Es dificil proveer Ja evidencia arqueologica de servicios prestados pero el incre- mento en la produccién textil en las residencias de la elite pue- de servir como una prueba indirecta de trabajo pagado a esta Asi, ya liberada de actividades més mundanas, pudo enfatizar en la produccién de textiles de alta calidad. Naturalmente, las elites retribuyeron estas contribuciones con fiestas en las que se ofrecian generosas cantidades de chicha y comida (ANC Visi- tas Cundinamarca, T. 5 f.212 x, en Tovar, 980: 57) y se organiza- ban eventos como carreras ceremoniales para entretener a la gente y proveer de un espacio de ascendencia social (Simén, 1081, T 3:394). Sin embargo, estas celebraciones implicaron gran- des gastos para la elite, para poder retribuir las contribuciones de trabajo. tra linea de evidencia que apoya las contribuciones paga- das en trabajo es la distribucion de los restos de fauna. Durante este periodo, s6lo una unidad residencial en La Esmeralda (LM- 18) exhibe los mejores cortes de carne de venado, mayor diversi- dad taxon6mica y un mayor indice de densidad de huesos (Boada, gob: 276-284). Es muy probable que el consumo de carne, espe- cialmente de venado, fuera controlado por la elite. As{ mismo, durante este periodo s6lo una unidad residencial ubicada en La Esmeralda presenta proporciones inusualmente altas de ollas (Boada, 19o8b: 275). Esto constituye un cambio sustancial en el sitio de preparacion de alimentos para ocasiones especiales con respecto a los periodos anteriores: es probable que esta distribu- cin de ollas refleje cambios en la naturaleza de las contribucio- nes que prestaron las unidades domésticas corrientes a las elites. En el Muisca tardo, el servicio en trabajo parece prestarse direc tamente en la casa de esta, lo cual coincidirfa con la referencia de los documentos etnohistoricos sobre la prestacién de servi- cios por mujeres en la preparacién de comida en las casas de los caciques y principales (ANC Visitas Cundinamarca, 7.2 £147 v. f 163, en Tovar 1980: 45-46) Durante este periodo, las bases de la jerarquia social parecen estar més fuerlemente fundadas en la creacién de riqueza a tra- vvés de la produccién textil. La produccién de hilo de algodén, hilado esencialmente por mujeres, se volvi6 fundamental para Revista Colombiana ‘de Animopologio Ja economia de los caciques; la importancia de las mujeres en la j6n de riqueza parece ser reconocida socialmente en una mayor variabilidad e inversién de energia en sus entierros hacia 1 final de la secuencia. Los textiles fueron usados, sobre todo, ‘como un fondo para financiar otras actividades, en Ia medida ‘en que ellos funcionaron como un tipo de moneda. Las prerro- gativas en consumo de care de venado es una de las eviden- ccias més fuertes de que un tipo de control fuera ejercido sobre algunos recursos basicos. Las fiestas con participacion de eli- tes, en las cuales se practicaban intercambios coremoniales en- tre caciques v personalidades de alto estatus, fueron también una fuente de prestigio; pero la base de estas ceremonias fueron Ja produccién de riqueza y las contribuciones en bienes y traba- jo pagado por el comiin de la poblacién a la elite. ConcLusionEs "ANISMOS DE PRESTIGIO Y control sobre recursos, mediante diversas estrategias, para ganar y mantener su preeminencia social, econémica y polt- tica a través de la secuencia de desarrollo de esta sociedad. Du- rante ol periodo de ocupacién més temprano, la genealogia o al ‘menos el estatus basado en el parentesco fue la principal fuente inicial de prestigio y también el medio para basar y mantener prorrogativas sobre el uso de ciertos recursos tales como la car- ne de venado, la onganizacién de fiestas y el manejo de conoci- miento esotérico -i.. ritual, genealogico, cosmolégico, etcétera-. El manejo de las genealogias naturaliz6 diferencias sociales y sancion6 prerrogetivas y actividades politicas que continuaron durante toda la secuencia. Durante Ios tiltimos dos periodos de ‘ocupacién, la creacién de riqueza y las contribuciones en traba- jo fueron las fuentes més importantes para basar la jerarquia social, La organizacién de fiestas y celebraciones fueron activi- dades sociales importantes, pero més que todo proveyeron el escenario politico en el que se estimulé una creciente produc- cin de riqueza, la extraccién de trabajo y el control sobre cier- tos recursos para cumplir las demandas de intercambios ceremoniales, las alianzas y el escalamiento social. Un aspecto importante en la trayectoria de desarrollo de este asentamiento es que, desde el comienzo, el barrio La Esmeralda fue el de 140 ‘Ana Moria Booda Rivas ‘Crgonincn soil y acai eure advo maco ‘mayor tamaiio, rasgo que mantuvo a través de toda la secuen- cia, Mantener a la mayor parte de sus miembros juntos proveyé ‘este grupo social de una mayor fuerza laboral y, por tanto, de la posibilidad de producir mas bienes y de ejecutar una mayor variedad de actividades, proporcionando una ventaja en las di- ferentes arenas de competencia por ascendencia politica. Este aspecto fortalece argumentos en los que se sostiene que la po- blacién se aglomera alrededor de aquellas familias que son més grandes, estimulando la emergencia de desigualdad social (Dren- nan, 1987), en contraste con los que sostienen que el aumento de poblacién es, en si, la causa del surgimiento de sociedades com- plejas (cf. Cameiro, 170, 1998; Kirch, 18, entre ottos). En la interaccién de estos dos mecanismos, prestigio y con- trol de recursos y riqueza, se funda y evoluciona la jerarquia social de El Venado. Mientras algunas estrategias como la cele- bracién de fiestas, el intercambio de objetos, el manejo de cono- cimiento ritual, parecon haber sido fundamentales en el establecimiento de las diferencias sociales al comienzo de la secuencia, otras, presentes desde el comienzo, pero débilmente manifestadas, como acceso preferencial a mejores cortes de car- ne y diversidad de géneros animales, concentracién en la pro- duccién de riqueza -en forma de textiles- y contribuciones en bienes y trabajo, se convirtieron en formas més poderosas hacia el final de la secuencia. Asi mismo, estrategias como el efecto fundador y las genealogias fueron fundamentales durante toda la secuencia pero particularmente al principio. En contraste, otras, fundamentales durante el comienzo de la secuencia, como las fiestas, aunque no parecen haber perdido importancia hacia el final de ella parecen haberse transformado incluyendo inter- cambios ceremoniales entre elites. La reconstruccién de las di- versas estratogias usadas por las olites durante la secuencla permite ver cémo evolucion6 su uso en la construccién de las bases de jerarquia. Pero atin nos falta por explorar cémo y por qué se adoplaron y evolucionaron las mismas. Parte del problema radi- ca en entender las condiciones que rodearon los cambios en las bases de la jerarquia social en El Venado a través de la secuen- cia. Estas condiciones parecen estar relacionadas con la aparicién do otros barrios que emularon las estrategias de la elite para com- petir por prestigio y poder en el asentamiento de El Venado. ‘Ademiés, la emergencia de aldeas on el valle de Samacé y en los Revista Colombiona ‘Se Antropologis Voloran§, ener:dienb valles aledafos de Sutamarchan, Leiva y Sichica (Boada, 1087, 1opr, 1092; Boada, Therrien y Mora, 689; Falchetti, 1075) durante el siglo once d. C., probablemente estimulé la competencia por prestigio politico entre ellas. Hemos visto las transformaciones de las bases de jerarquia en un pequetio cacicazgo muisca. Cacicazgos més grandes y com- plejos en el altiplano fueron descritos por los espaioles y ellos observaron diferencias en las bases de jerarquia de esas socieda- des. Esta variabilidad en la naturaleza de las bases de la jerarquia entre los cacicazgos muiscas y las condiciones que las moldean 5 uno de los rasgos més interesantes y al que la investigacion deberfa prestar més atencién en el futuro BrptiocRaria Basen, B, |. W. 199, Prehistoric Textiles: The Development of Cloth in the Neolithic and Bronze Ages. With Special Reference to the Aegean. Princeton University Press. Princeton. Boana Rivas, ANA Mania. 1987, Asenfamientos indigenas en el valle de La Laguna (Samacé. Boyacd), Fundacién de Investigaciones Arqueol6gicas Nacionales. Banco de la Repiblica. Bogotd —. 19g “Patron de asentamionto @ lo largo de rios y afluentes. Elvalle de Sutamarchan’. Manuscrito. Fundacién de Investigaciones Arqueolégicas Nacionales. Banco de la Reptiblica. Bogots 1992."El patron de asontamiento como indicador de jorarquia ‘administrativa’. VI Congreso nacional de antropologfa. 22-2 de julio do 199 Simposio Chibchas en América. 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