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Todo es Energía
Somos Energía
Con vistas a comprender los abundantes hechos conocidos y fenómenos relacionados con la
existencia de una específica energía vital, es necesario abandonar varias ideas erróneas del
pensamiento científico.
c) Estática.
En electrofísica la energía atmosférica es referida como estática. Cualquier radioescucha
conoce los ruidos crepitantes en la radio, especialmente antes y durante un tiempo
tormentoso. No le gusta la descarga que a veces sufre si toca el metal de su coche durante
los días secos. El aviador conoce muy bien las cargas estáticas en las puntas de las alas de su
avión y las teme. Han sido inventados aparatos para eliminar estas cargas en los aeroplanos.
Ahora, cuando es bien conocido que el aire está lleno de estática y que un único rayo de luz
descarga millones de voltios de energía, está perfectamente claro que ese aire está libre de
electricidad: de otra forma no debería ni podría haber un buen aislante de electricidad, lo que
es un hecho bien conocido de todos los electricistas. ¿Cómo puede el aire al mismo tiempo
estar lleno de energía y libre de energía?. Esto es imposible en términos de electricidad, no
sólo es posible sino necesario dar por sentado que la estática no es la misma energía que la que
podemos obtener moviendo alambres (hilos) en campos magnéticos, es decir, la llamada
electricidad galvánica. La estática es una de las manifestaciones de la energía orgónica
atmosférica. Esta energía elude la ciencia eléctrica porque no es electricidad. Sigue leyes
completamente diferentes de la electricidad, es así como nadie conoce hasta hoy en día la
fuente de toda energía eléctrica y magnética.
Los protoplasmas de cualquier tipo, en cualquier célula o bacteria son azules. Se le confunde
generalmente con una refracción de luz, lo cual es un error, puesto que la misma célula, bajo
las mismas condiciones de luz pierden su color azul al morir. Las nubes tormentosas son
profundamente azules debido a las altas cargas orgónicas contenidas en las masas de agua en
suspensión.
Una habitación completamente oscura si se la reviste con una lámina de metal de hierro (la
llamada habitación orgónica), no es negra, libre de cualquier luz, sino azulada o azulada
grisácea. La energía orgónica la ilumina espontáneamente. Es luminiscente. El agua, en los lagos
profundos y en el océano es azul.
El color de la madera luminiscente y en descomposición es azul, también, lo es el extremo de
las colas de las luciérnagas, los fuegos de San Telmo, y la aurora boreal.
e) Cambio de forma
En su condición naturalmente dada o vista en un cuarto oscuro de energía orgónica, la energía
orgónica es modelada como niebla de lento movimiento, más o menos uniformemente dispersa
con concentraciones constantemente cambiantes y con formas de hilos. Excitadas de
cualquier forma por la presencia de organismos vivos o de energía electromagnética, las
concentraciones crecen en densidad y velocidad; aparecen en la habitación completamente
oscurecida como pesadas rayas cambiando más tarde en chispas brillantes de rápido
movimiento y amarillentas...
f) Universalidad
No hay medio conocido de delimitar la energía orgónica, de separar una cierta cantidad del
resto del océano cósmico de energía orgónica. Ésta penetra con diferentes velocidades. Está
presente en todas partes y difiere únicamente en densidad o concentración. Los acumuladores
de energía orgánica operan por doquier.
g) Absorción y retención
La materia que es un buen aislante de la energía eléctrica o, lo que viene a ser lo mismo, que es
un pobre conductor eléctrico, es un buen absorbente de energía orgónica; por otro lado, la
materia metálica no acapara energía orgónica sino que la repele rápidamente después de la
atracción. Esto puede ser demostrado a través de ciertos planes experimentales.
b) El tipo de metal usado; únicamente el hierro puede ser usado para propósitos médicos.
f) Del número de capas usadas en el aparato acumulante: "UNA CAPA" consiste en realidad de
dos: una de materia orgánica en el exterior, la otra de materia metálica en el interior. La
materia orgánica absorbe y retiene, mientras que la metálica atrae y rechaza la energía
orgónica, rápidamente. Es, pues, obvio que estratificando el acumulador siempre con materia
orgánica hacia el exterior y metálica hacia el interior es dada una dirección a la energía
orgónica con un potencial (potencial orgonómico) dirigido desde el exterior hacia el interior.
g) De la proximidad de las paredes interiores al organismo dentro del acumulador. Cuanto más
cerca esté la superficie del organismo vivo de la pared metal más potente será el efecto de la
irradiación orgónica.
La energía orgónica oscila libremente dentro de las paredes metálicas interiores del
acumulador de energía orgónica. Es repelida por el metal interior en todas direcciones. Esto
significa la interrupción de la energía cinética de la energía orgónica. La interrupción de
energía cinética se manifiesta en el termómetro con un aumento de temperatura. Este calor
puede ser sentido en las palmas, cerca de las paredes interiores y frías de metal. La gente
biológicamente débil siente calor sólo de forma suave y no completamente. La temperatura,
comparada con la temperatura de la habitación es muy alta sobre la chapa metálica superior,
ligeramente más baja dentro del acumulador orgónico y muy baja en el aire de la habitación
que rodea el acumulador orgónico, por lo menos a tres pies de distancia y a la misma altura. La
diferencia de temperatura To-T es constantemente positiva variando únicamente en grado
con el tiempo: en mal tiempo - bajo cero - 0oC; tiempo bueno y claro -hasta un grado y medio
en la habitación cerrada- y hasta 20 grados centígrados al aire libre. La diferencia constante
de temperatura en el acumulador orgónico invalida la validez absoluta de la segunda ley de
termodinámica que dice que existe únicamente un potencial desde el más alto al más bajo nivel
de energía. En el acumulador se demuestra el principio de un cambio energético del nivel más
bajo al más alto, la composición de un nivel de energía, la creación de un potencial más alto:
potencial orgonómico de abajo a arriba. Esta ley se aplica a los organismos vivos tanto como a
los cuerpos celestes como el sol o los planetas. Ellos también poseen un nivel de energía
superior que el medio entorno. El To-T no crece con el número de capas de forma lineal.
Durante los dos últimos años una diferencia de temperatura "negativa" ha sido encontrada
bajo ciertas condiciones atmosféricas (huracanes...) esto necesita un estudio más detallado.
En el observatorio de energía orgónica en Orgonon ha sido provisionalmente establecido como
unidad de medida, la T-org., esto es un grado centígrado de diferencia (To-T) por 256
segundos (ver bibliografía).
T = Temperatura aire
t = tiempo
La descarga electroscópica espontánea, de esta forma, no es algo que pueda ser soslayado; es
la expresión exacta de la tensión de energía orgónica en la atmósfera; varía normalmente,
junto con la diferencia en la temperatura (To-T), con las condiciones atmosféricas.
Las mediciones A B C tienen que ver con las cargas de energía orgónica atmosféricas, cada una
de su propia forma específica. Los tests sanguíneos de W. Reich tienen que ver con las cargas
bioenergéticas del sistema sanguíneo, el cual, hasta cierto punto, son dependientes de las
condiciones atmosféricas. Dentro del campo de las cargas orgónicas atmosféricas, es ahora
posible coordinar las mediciones orgonóticas entre ellas mismas y colectivamente con la
presión barométrica.
El gráfico de la pag. 29, nos ofrece un ejemplo completo de tal coordinación. Las mediciones
meteorológicas son regularmente dadas diariamente al mediodía. Durante las tormentas y
otras condiciones inusuales son tomadas lecturas más frecuentes.
Hay para cada sistema experimental una cierta oscilación de cambio, indicando en estos casos
serias perturbaciones en las condiciones de energía orgónica atmosférica. La posición de la
tierra en el espacio durante su recorrido anual tiene cierta, aunque todavía no absolutamente
entendida, influencia en las lecturas. Igualmente tienen influencias las manchas solares y los
huracanes distantes o los terremotos. Sin embargo, los cambios locales de tiempo son
predecibles. Una caída en picado en la diferencia de temperatura (To-T) y una aceleración
brusca de la velocidad de descarga electroscópica (bajo tiempo-Org) son regularmente
seguidos por pobres condiciones atmosféricas, y viceversa. Mucho queda aún por ser
estudiado, especialmente los efectos meteorológicos distantes sobre las lecturas locales;
pero en conjunto, las funciones básicas aparecen bien coordinadas y prácticamente utilizables,
así como capaces de un mejor desarrollo.
La dificultad existente en estas lecturas, para el científico que no está entrenado en física
orgonómica es la visión desde un ángulo teórico completamente nuevo. Cualquiera que aún
abrace la segunda ley de la termodinámica no entenderá la diferencia de temperatura. Se
sentirá inclinado a poner fin al asunto como "únicamente" convección de calor, "únicamente
protección impropia", únicamente esto o aquello. Dejará de ver su significado orgonótico y
atmosférico. Si él cree en el punto de vista de la "filtración natural", por lo que respecta a la
descarga electroscópica espontánea, dejará de seguir aferrado a las mediciones por largos
periodos de tiempo y de esta forma dejará de convencerse a sí mismo de que hay una ley
básica detrás de estas descargas espontáneas, ley perteneciente a la concentración de la
energía atmosférica. Entonces dejará, naturalmente, de comprender la descarga lenta en el
acumulador de energía orgónica.
Si cree en la hipótesis del "espacio vacío" no entenderá que una presión de vacío de 0'5
micrones puede iluminar, y que puede variar con los cambios atmosféricos. Por otro lado, si
sabe que todo el espacio está lleno de energía orgónica comprenderá fácilmente lo que ve. Si
cree en una atmósfera simultáneamente libre de cargas y llena de "estática" se hallará
confuso si tiene que explicar la iluminación o incluso "la iluminación por el calor" cuando no hay
nubes en el cielo.
Así pues, los cambios atmosféricos en las funciones de energía orgónica ofrecen una fuente
excelente para la obtención de información acerca de las funciones de la energía orgónica
fuera de los organismos vivos y, por consiguiente, para la preparación de un minucioso
entendimiento de las funciones orgónicas dentro de los organismos. La atmósfera y los
organismos dan las mismas pulsaciones en el contador de geiger, de la misma forma que
químicamente los organismos y la atmósfera tienen la misma naturaleza química básica.
El uso médico del acumulador de energía orgónica es realizado en sesiones diarias irregulares
dentro del recinto de radiación. La ventilación del espacio cerrado es asegurada por medio de
unas aperturas encima y debajo de la puerta lo suficientemente grandes para garantizar la
circulación del aire. La energía orgónica atmosférica no se filtra a través de las aperturas,
sino que penetra las paredes sólidas. En relación con el acumulador, el organismo es el sistema
energético más fuerte. De acuerdo con esto, es creado un potencial desde el exterior hacia el
interior por el cuerpo encerrado. Biofísicamente hablando, el organismo vivo constituye el
primero, y el acumulador encerrante el segundo sistema envolvente de radiación orgonótica.
Los campos de energía de los dos sistemas hacen contacto y después de cierto tiempo,
dependiente de la fuerza bioenergética del organismo que se halla dentro, ambos, el
organismo y el campo de energía del acumulador empiezan a "iluminarse", se excitan, entran en
contacto, y se dirigen uno al otro hacia altos niveles de estimulación. Este hecho deviene
perceptible al usuario del acumulador de energía orgónica a través de sentimientos de un más
fuerte sarpullido, calor, relajo, enrojecimiento de la cara, y, objetivamente, a través del
aumento de la temperatura del cuerpo (0'5 a 1'5 grados F.) La temperatura del cuerpo puede
ser medida antes y durante la irradiación (no después de la sesión).
No hay regla mecánica que indique cuanto tiempo puede uno estar sentado en el acumulador.
La gente bioenergéticamente más fuerte necesita una irradiación más corta que las personas
más débiles. Esto es obvio desde el momento en que el sistema de energía más fuerte
establecerá el campo de contacto energético y la iluminación más rápidamente, mientras que
los organismos más débiles requerirán un tiempo más largo para reaccionar.
La gente postrada en cama puede reemplazar el acumulador regular usando un equipo especial
de irradiación construído para el uso en camas. Un equipo de capas (plano) se pone debajo del
colchón, y la parte curva se coloca encima del paciente, sirviendo el cubrecamas. El
cubrecamas como una capa orgánica adicional en la parte alta de la mitad curva del
acumulador. La dosificación de la irradiación orgónica con la manta-acumulador de energía
orgónica depende una vez más enteramente del tipo de caso y de enfermedad.
El efecto de la irradiación sobre las enfermedades especiales es rara vez directo, así, un
tumor canceroso no será afectado directa o inmediatamente. Un resfriado no se suprimirá en
las primeras sesiones. Una jaqueca o un dolor reumático pueden perfectamente persistir
después de un cierto periodo de tiempo. Esto es así porque la energía orgónica debe en primer
lugar afectar al organismo total, al fondo total del que emergen los síntomas singulares.
Únicamente cuando el organismo total, y especialmente el sistema sanguíneo, estén
suficientemente cargados empezarán a ceder los síntomas tales como resfriados, dolores de
cabeza, etc. De acuerdo con esto no es la energía externa sino el alto nivel de bioenergía
interna el responsable de la mejoría en el terreno sintomático. Un tumor cancerígeno de
pecho que no haya sido vencido en muchas semanas, disminuirá entonces en unos días y
decrecerá constantemente el tamaño una vez que el total organismo haya alcanzado el nivel
satisfactorio de carga bioenergética. El acumulador ayuda a la naturaleza en el organismo a
ayudarse a sí mismo. El mismo tipo de bacterias que no será destruido en la probeta por la
energía orgónica será matado dentro del organismo altamente cargado bajo la irradiación
orgónica. Por término medio la irradiación orgónica para seres humanos requiere de cinco
minutos a media hora diarias. Con uso regular, el tiempo necesario se acorta. Un paciente que
empiece con sesiones de media hora puede acabar con sesiones de únicamente diez minutos.
Esto también depende del número de capas que tenga el acumulador. Cuanto mayor sea el
número de capas más corto será el tiempo necesario de irradiación. Pero no hay nunca nada
mecánico acerca del tiempo de las sesiones.
En casos de cáncer, anemia, debilidad general bioenergética (fatiga)..., las pruebas sanguíneas
de Reich, deberán ser realizadas en intervalos regulares hasta que el nivel normal de
bioenergía en el organismo haya sido alcanzado. Una vez cada uno o dos meses será suficiente.
Debe hacerse hincapié en que únicamente un uso prolongado y regular del acumulador cumplirá
su cometido. Si ello es completamente posible. Ningún resultado puede esperarse cuando el
acumulador es usado irregularmente o con largos intervalos entre irradiaciones. En
enfermedades crónicas no deben esperarse resultados en una o dos semanas. Resfriados
crónicos serios y sinusitis requerirán una irradiación orgánica total por un periodo de uno o
dos años para mostrar los buenos resultados que es posible obtener. La fiebre DE HAY será
difícilmente vencida durante el primer año, pero al menos será muy probablemente disminuida
durante el segundo o tercer año de uso regular. Esto, de nuevo, es debido al hecho de que el
organismo total debe, antes que nada, funcionar bioenergéticamente de forma debida antes
de que los síntomas locales puedan ceder al tratamiento orgónico. Esto prueba
satisfactoriamente que la energía orgónica ataca la base de la enfermedad, el biosistema
total, y no meramente los síntomas locales.
La atención básica debe, pues, centrarse sobre el funcionamiento total del cuerpo. Los tests
sanguíneos de Reich son los instrumentos apropiados con los que juzgar el nivel energético del
organismo. (Ver bibliografía).
Mientras que el acumulador de energía orgónica se ha hecho médicamente eficaz por medio de
la carga del sistema bioenergético como un todo, el shooter afecta solamente un área local.
Por ejemplo, a un corte, a una quemadura... El shooter es construido de acuerdo al mismo
principio del acumulador grande. Él, también consiste en varias capas de material
alternativamente orgánico y metálico y así es eficaz en atraer y concentrar energía orgónica
atmosférica. Esta energía acumulada dentro del shooter es ahora dirigida a través de cables
huecos flexibles de hierro (más eficientemente, a través de cables BX) de los cuales los
alambres interiores han sido apartados hacia la región local que debe ser irradiada. En las
áreas pequeñas, por ejemplo de cerca de un cm2., basta con mantener la punta externa del
cable BX en la quemadura o en el cuerpo a una distancia aproximada de tres milímetros. En las
áreas mayores puede ser insertado un embudo, correspondiendo en medida aproximadamente
al área afectada que debe ser irradiada. Únicamente pueden ser usados embudos metálicos
(de hierro); los embudos de plástico son inefectivos. La intensidad de la irradiación no
disminuye en un área más grande. De una forma auténticamente autorreguladora, más energía
orgónica es atraída y desviada hacia el área afectada cuanto mayor sea el embudo que está
insertado dentro del extremo exterior del cable BX. El mecanismo del efecto de irradiación
consiste en que el área local particular atrae energía de la caja shooter a través del cable BX.
Este último debe ser aislado con cinta o material orgánico o plástico sobre el exterior para
formar en sí mismo una estructura de radiación con metal en el interior y material orgánico en
el exterior.
Al principio de una irradiación local uno no siente nada, entonces lentamente uno empieza a
sentir calor y escozor; si hay dolor éste empieza a desaparecer y finalmente éste se
desvanece, a veces después de un período muy breve de mayor intensidad. Las quemaduras
dolorosas, cortes y contusiones dejarán de escocer después de algunos minutos. En los casos
en que la epidermis ha sido raspada y las capas más profundas de la piel han sido expuestas, el
suero aparecerá rápidamente y las secará. Es posible seguir el proceso curativo según sigue su
curso. En las heridas uno puede ver en 15 minutos una hiperemia desarrollándose desde los
márgenes, la herida alisándose al fondo con la consiguiente irritación debido a la inyección
sanguínea en la proximidad, desapareciendo a medida que avanza el proceso curativo. No se
debe uno irradiar demasiado tiempo. De acuerdo con el tamaño de la herida de 5 a 20 minutos
bastarán para colocar el proceso curativo en marcha. Una vez que uno pueda observar el
cambio en la herida (color, profundidad, sequedad, alisamiento) uno debe parar de aplicar los
remedios antisépticos usuales, y deberá irradiar de nuevo después de algunas horas o de
acuerdo con la importancia de la herida. Incluso un dolor serio puede ser parado pronto
después del accidente si la energía orgónica es aplicada localmente a través del shooter. En
los casos más serios de quemaduras, la experiencia ha demostrado el asombroso hecho de que
no aparecen ampollas, y de que el color rojo inicial desaparece lentamente. La herida se cura
en el espacio de unas cuantas horas; las más importantes necesitan un día o dos. Únicamente
los procesos crónicos avanzados y de degeneración avanzada requieren semanas y meses de
irradiación diarias. Pero aquí también las lesiones importantes, como por ejemplo el ulcus
varicoso cederán a la irradiación de la energía orgónica.
Debe uno tener cuidado de no irradiar a los ojos. La córnea no debe ser expuesta a una
irradiación cercana por más tiempo de un minuto. Es siempre mejor irradiar varias veces que
sobreirradiar en una sesión. La energía orgónica no es vertida como el agua dentro de un
barril. El organismo absorve saludablemente sólo la cantidad de que puede hacer uso. Ello se
regula a sí mismo.
Los ojos con los párpados cerrados, la región de la silla turca entre los ojos, la región del
corazón en el ápice y en la base, la boca y la región del plexo solar deben ser irradiadas
diariamente mientras uno se sienta en el acumulador sólo el tiempo suficiente para sentir el
calor penetrando.
Para las áreas mayores, como el cuero cabelludo, uno debe usar el embudo grande de metal
que es aislado del exterior con algodón o cinta.
No debemos esperar milagros. Una herida seria no puede ser curada en unos minutos. Una
irradiación de energía orgónica paciente y repetida muy probablemente cumplirán su
cometido.
Las heridas internas abiertas deben ser irradiadas con el shooter después de la operación
para la desinfección y la aplicación de la energía curativa.
Cada hogar debe tener un shooter. Este puede ser fácilmente construido por el futuro
usuario. Debemos esforzarnos en acumular experiencia práctica en el uso del shooter en casa,
en cada ocasión que se ofrezca.
Ha sido descubierto que en los casos medios el proceso de carga se regula a sí mismo. Debe
ser subrayado de nuevo que la energía orgónica no puede ser aplicada mecánicamente con
mediciones rígidas y exactas en el tiempo. La energía orgónica que debe ser aplicada es tan
fluida funcionalmente como lo es el organismo que la absorve. No hay dos organismos iguales
en carga o capacidad de absorción orgónica. En muchos casos un sentimiento desagradable,
una sensación de malestar, una presión en la cabeza o una náusea indicarán que la dosis óptima
ha sido rebasada. Es muy parecido a la ingestión de comidas. Nadie pesa exactamente el
pedazo de carne o la cantidad de vegetales que deben ser comidos de antemano. El organismo
sabe cuando parar de comer a causa de las sensaciones de desagrado o de cualquier
sentimiento distinto de haber tenido "bastante comida ya".
Sin embargo hay casos en los que no nos fiamos de esas sensaciones subjetivas, en los que
tenemos cuidado de advertir al paciente de que no coma más que una cierta cantidad a pesar
de la persistencia de su hambre o que beba sólo una pequeña cantidad de agua. La misma regla
se aplica a ciertas biopatías con respecto a la aplicación de la energía orgónica.
Generalmente podemos dividir las biopatías en dos grupos. Uno es generalmente caracterizado
por un muy bajo nivel crónico de energía: BIOPATÍAS INFRACARGADAS. La segunda es
generalmente caracterizada por un excedente crónico de carga bioenergética: BIOPATÍAS
SOBRECARGADAS. Es obvio que la primera requerirá diferentes reglas se aplicación orgónica
que el segundo.
a) Biopatías infracargadas.
- Pacientes infraalimentados
- Y todos los casos en los que el campo de energía periférico es bajo y débil.
b) biopatías sobrecargadas
- Tumores cerebrales
- Arterioesclerosis
En estos casos las primeras irradiaciones deben ser dadas en sesiones cortas, con la acción
del pulso bajo constante control. Hacemos de nuevo hincapié de que no se puede usar un
acumulador de energía orgónica de más de tres capas sin supervisión médica especializada,
particularmente en casos de sobrecarga. La duración de las sesiones puede ser lentamente
aumentada progresivamente hasta que uno esté seguro de que no ocurrirá ningún colapso o
contracción total repentina debido a una expansión inesperada. El reventón de los vasos
sanguíneos, el shock vegetativo, la detención de los latidos del corazón son enteramente
posibles si en tales casos la sobreirradiación por aplicación de un acumulador de 20 pliegues
tiene lugar. Todavía no ha ocurrido ninguna muerte debido a la sobreirradiación en diez años
de aplicación de la energía orgónica, pero su posibilidad no puede ser completamente excluida.
Uno debe tener especial cuidado con los casos de alta presión sanguínea que pueden
reaccionar a la influencia expansiva vagotónica de la energía orgónica con una aguda subida en
vez de un descenso de la presión.
Una supervisión médica especializada es absolutamente necesaria en los siguientes casos:
a) En todas las enfermedades recogidas en el grupo B; cada vez que la energía orgónica es
aplicada a enfermedades hasta ahora no estudiadas por lo que respecta a los efectos de la
energía orgónica.
c) En todos los casos en los que una sobrecarga por un uso inapropiado del acumulador ha
ocurrido.
La radiación orgónica puede ser aplicada con gran beneficio y sin ningún peligro, incluso con
sobreirradiación, en los casos siguientes:
Fatiga, anemia, cáncer biopático (con excepción de tumores de cerebro e hígado), resfriados
agudos y crónicos, fiebre de Hay, reumatismo, artritis, úlcera crónica, cualquier tipo de
lesión, raspadura, herida, quemadura, sinusitis y ciertos tipos de jaquecas.
La neurosis no puede ser curada con energía física orgónica. Solamente los pacientes
biopáticos somáticos y ciertas consecuencias somáticas de neurosis profundas pueden ser
aliviadas o disminuidas.
Puesto que la autoridad es así mal usada en interés de prácticas mercantiles injustas o
políticas, debemos insistir en que todo aquel que emita una opinión de la energía orgónica en
sus aplicaciones médicas o de otro tipo demuestre, antes que nada, que ha seguido las reglas
marcadas para la observación de las funciones orgonóticas. Para la obtención de un juicio claro
y científicamente fiable sobre las funciones del acumulador de energía orgónica uno debe
primero:
1. Abandonar cualquier intento de formar opiniones sin haber trabajado primero con la energía
orgónica.
3. Poner a los enfermos en los acumuladores de energía orgónica y ver lo que el acumulador
puede hacer en los diferentes tipos de enfermedades, heridas y quemaduras.
4. Medir y tabular un largo período de tiempo de diferencia de temperatura orgonótica y la
descarga electroscópica más lenta dentro del acumulador.
Cualquier opinión proferida en relación a la validez del acumulador de energía orgónica debe
ser sometida a prueba teniendo en cuenta si el que lanzó la opinión se sometió o no a los
requisitos arriba apuntados. Para estar completamente conscientes de las grandes
responsabilidades que todo esto envuelve es fundamental que el trabajo haya sido hecho.
BULLETIN "ENERGY ORGONE"
W. REICH
(fragmento tomado de las investigaciones de Wilhem Reich)