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Levrero Y El Discurso Vacío: Una Manera De Escribirse Discurso Vacío lucha por no significar, y en esa batalla significa.

El
autor uruguayo confiesa su angustia:
Que la buena literatura no resiste clasificación ya está dicho, pero es “Pero ya no estoy poniendo lo mejor de mí mismo en la letra; me distraigo con
necesario repetirlo –y dejarlo bien grabado- cuando leemos obras que los temas y me olvido del dibujo. No puedo atender ambas cosas al mismo
colindan y subvierten los géneros convencionales y se aproximan a eso tiempo. (…) Parece que la función de escribir o de hablar es por completo
dependiente de los significados, del pensar, y no se puede pensar
que, comúnmente, llamamos buena literatura. La aclaración es pertinente conscientemente en el pensar mismo; de igual modo no se puede escribir por
cuando nos aproximamos a El Discurso Vacío, libro de Mario escribir o hablar por hablar, sin significados.” (Levrero 39)
Levrero (Montevideo, 1940-2004). Obra de carácter autobiográfico, se El discurrir narrativo resulta ineludible. Pero también la significación de
dice, El Discurso Vacío comienza, para su autor, como un libre ejercicio lo que se narra, sin intenciones literarias, como mero ejercicio práctico,
de autoterapia grafológica. Sin mayores pretensiones, el texto se escribe comienza a diseñar un camino propio. ¿Qué mensaje se esconde tras la
buscando experimentar cambios psíquicos a través de la perfección de la aparente necesidad de no decir nada?
letra manuscrita.
Lo que importa, y eso me atrevo a sostener, es que el relato cumple una
El párrafo anterior es un buen comienzo, y podría acabar ahí, pero la función de pregunta y respuesta: escribir es decir algo. Por más que me
obra de Levrero sucumbe a sus intenciones y se convierte en uno de los afane en la búsqueda de un vacío narrativo, sólo encuentro discursos
textos más vivos que la literatura latinoamericana ha producido. Con la secretos que no sabía que tenía, pero tengo y doy cuenta de ellos.
excusa de los ejercicios manuscritos, El Discurso Vacío se transforma en
“Tengo plena conciencia de que estos ejercicios caligráficos han ido derivando
una lucha –personal y sufrida- entre la escritura y el contenido de la en ejercicios narrativos; hay discurso –un estilo, una forma, más que un
misma. ¿Qué decir cuando queremos sólo escribir? ¿Qué significa lo que pensamiento- que se impone ansiosamente a mi voluntad.” (Levrero 41 )
escribo aun cuando no quiero decir y mucho menos significar? La voluntad no alcanza. Descifrar el mensaje que se escapa comienza a
“Otra vez estoy desviándome y prestando poca atención a la letra y mucha a los ser un objetivo para Levrero. Rescatar un significado del entramado de
contenidos, lo cual es antiterapéutico (…) y debo ceñirme a lo que me he
anotaciones que se escriben, en un principio, sin intenciones literarias.
propuesto, es decir, una especie de escritura insustancial pero
legible.” (Levrero 20 ) Levrero tiene conciencia de no querer hacer literatura, pero la hace. Y es
quizá desde ése punto donde surgen los contenidos más vivos, crueles,
Levrero estructura sus apuntes en función de una fecha. Si bien no tienen
desoladores y cercanos que hacen de una supuesta inconsciencia una
la continuidad de un diario, se asemeja; son sus impresiones personales,
obra llena de lucidez. Es que desde la negación a decir es desde donde
en torno a un día marcado. Los continuos saltos temporales hacen que el
aparecen los secretos.
relato pierda la frecuencia de los sucesos forzosamente narrados, pero
“Tal vez, si hubiera un lector que no fuera yo mismo, ya habría descubierto en
esos mismos espacios –podemos llamarlos neutros- provocan que las
las líneas escritas algo del contenido real del discurso; y esa idea me perturba
temáticas tratadas –más que temáticas podríamos denominarlos todavía más que la idea de aburrir.” (Levrero 44 )
obsesiones- no importen. Fecha tras fecha, el autor se debate entre lo que
El autor lo intuye; reconoce un contenido subterráneo que llena de
está diciendo y lo que no quiere decir.
significado al gesto de escribir. La escritura no será un simple discurrir,
Mario Levrero comienza su escritura intentando restarse de lo escrito. sino un entramado de mensajes que se apoderan de lo escrito. El lector se
Sin embargo, con el transcurso de la escritura, la operación se funda en da cuenta de que algo pasa; que los sucesos se disponen; que la terapia
una contradicción. ¿Qué decir? El contenido se filtra, se aproximan los grafológica comienza a ser una excusa para acercarse a las zonas mudas
significados, pese a la voluntad tajante del escribiente de anularse. El del narrador.
Sin embargo, Levrero se rebela a aceptarlo. Habla del perro; relata sus “Debo luchar contra las fobias y contra la inmovilidad, la pasividad, sobre todo
porque detrás de esta pasividad se oculta una poderosa fuerza destructiva. Sería
sueños. Cualquier excusa es válida, pero toda digresión es también una preferible que rompiera objetos, que hiciera cualquier cosa antes que continuar
ruta de retorno al significado. en un estado insensato de espera, durante el cual nada se va a resolver, y yo voy
“Estoy tremendamente aburrido de hablar de perro. Siento que mi discurso se a seguir acumulando frustración y rabia.” (Levrero 118 )
ha desnaturalizado por completo, que ya no conserva su forma, su ritmo inicial, y La pasividad, sobre la que habla la cita anterior, tiene relación con un
estoy escribiendo como por rutina, automáticamente. No me olvido sin embargo
de mis objetivos; tal vez, pienso, este aburrimiento sea necesario para capturar hecho puntual que se explica al interior del texto, pero también, en una
de pronto, en un asalto sorpresivo, a los verdaderos contenidos que sigo segunda lectura, promueve la idea de que la escritura está frenada por
esperando encontrar. No sé. O, tal vez, para continuar escribiendo deba hacer un yo que se niega a contar todo lo que puede hacerlo. Es ésa
una pausa y esperar un golpe de inspiración.” (Levrero 78 )
determinación la que inunda al libro de un continuo devenir. La
Entender los contenidos que aparecen, se convierte en necesidad para el operación que Levrero se propone, en un comienzo, busca su anulación
autor. Con el tiempo, se da cuenta que el mensaje aparece, escapa al como “autor”, para convertirse en una mano que sólo escribe palabras
control y es necesario entenderlo. Literatura autobiográfica, sin vacías de contenido. Operación que deviene, en consecuencia -e
intenciones literarias, pero escritura cargada de contenido y sentido. Es involuntariamente pero de forma ineludible-, en una mayor presencia del
que, al fin y al cabo, Levrero no puede escapar, y ésta es una de las sujeto. La proximidad con la que se narra El Discurso Vacío se antepone
conclusiones tras la lectura, de su condición de escritor. No quiero decir a sus fines. Pero ¿qué fines? ¿No significar?
con esto que un escritor deba, necesariamente, contar algo –lo que
El narrador busca esconderse, pero no lo consigue. Levrero subestima el
comúnmente llamamos como contar-, sino, y tomando una cita de
poder significador del lenguaje, y se ve envuelto en él. El escritor
Barthes “es absolutamente “natural” que el escritor escriba siempre, en
escribe, pero también se escribe.
cualquier situación.” (Mitologías 32 )
“Mi buena voluntad no alcanza; estoy desesperado por salir de este lugar,
Y la contradicción de Levrero se refleja en sus propios escritos. Es apresuro mi escritura todo lo que puedo para terminar de una vez la hoja y salir
continuo el decir algo y luego retractarse de lo dicho: “No hay nada en corriendo. SOCORRO.” (Levrero 119 )
el presente que signifique contento, ni por un instante; no hay paz ni  El Discurso Vacío es un texto que, para comprenderse,  debe tenerse
sosiego, no hay sueños por recordar –como si el espíritu fuera un campo presente la escritura como operación significadora, que da sentido y nos
árido, un desierto. (…) Esto es un ejercicio caligráfico y nada más. No da sentido. La figura del escritor se ubica en el centro del relato y el texto
tiene sentido preocuparse por darle un contenido más preciso. Sólo involucra, de forma cercana y certera, el rol del autor con su escritura. En
llenar una hoja de papel con mi escritura.” (Levrero 114-115 ) el anhelo por no decir, lo dicho adquiere nuevas profundidades. Los
Innumerables los pasajes donde el escritor escribe negándose a decir. escritos, aparentemente neutrales, relatan y cuentan más de lo que el
Pero la operación, como hemos visto, resulta imposible. La tarea de propio autor pensó en decir. Leer El Discurso Vacío es adentrarse en las
escribir sin aproximarse a un significado, es una estrategia perdida de profundidades de un inconsciente que pugna por salir y finalmente sale.
antemano. Puede importar la letra, pero su propia vida es imposible de Como bien dice Levrero: “cuando mi escritura se vuelve actual y
soslayar. Como si la voluntad no fuera suficiente. Y la vida se filtra entre biográfica, resulta inevitable poner inconscientemente en juego esos
las palabras. Aunque los hechos no se narren con la exactitud de un misteriosos y muy ocultos mecanismos, los que al parecer comienzan a
escritor dedicado a contar sucesos, las sensaciones que Levrero libera en interactuar secretamente y a producir algunos efectos
su prosa dicen más de su situación que cualquier narración detallada y perceptibles.” (86-87)
minuciosa.

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