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‘ Ef Incluye CD-ROM Relaciones intergrupales INTRODUCCION Mientras una primera version de este capitulo se eseribia, se estaban desarrollando las negocia- Clones finales de la llamada Cumbre del Clima fen Copenhague. La realidad cicatifica del cam- bio climatico ha sido reconocida mundialmente, y lideres de 193 paises trataban de aleanzar un acuerdo que evitase las consecuencias desastro- sas que el aumento de la temperatura terraquea en dos grados mis puede tener para la humani- ad. La tension entre paises ricos y pobres cre- cia, Estados Unidos condicionaba ia decisién en cuanto a su grado de compromiso con el resto de paises a que China aceptase los observadores externos de la ONU, y mientras, en la calle, mi- les de personas realizaban protestas y acciones sociales multiples para presionar a sus dirigentes para que alcanzasen un acuerdo justo y elective. {Las personas representantes de paises pobres 0 cen desarrollo», que son los més afectados por el cambio climatico, se unieron para reclamar a Tos paises ricos su deuda historica por el calen- tamiento global, exigirles que se comprometic~ sen a reducir significativamente sus emisiones y ayudasen a los paises pobres a hacer frente a un cambio climatico que les perjudica a ellos prin- cipalmente (el informe sobre desarrollo mundial 7 Bn agradecimiento a Russell Spears y su grupo de inves: tigacin en le Universidad de Cardi, quienes me han ense edo ia importancia de las celacionesintergrupales Especial- © Eisionee Pie SOLEDAD DE LEMUS' 2010 elaborado por el Banco Mundial estima {que los paises pobres sufririan el 80 por 100 de los dafos consecuencia del cambio chimatico, ppese a que estos paises s6lo son responsables de tun tercio de las emisiones de gases contaminan- tes), Las decisiones tomadas en esa cumbre fec- tan a toda la humanidad; sin embargo, unas po- cas personas son las que deciden, Esas personas tno aidan como individuos sino como represen antes de grupos. Por tanto, para entender el comportamiento de quienes participaron en la ‘cumbre no ¢s suficiente analizar sus caracterist- cas de personalidad individuales, sino que es ne- cesario conocer las circunstancias de los grupos a los que representan en cada momento y las di- ‘namicas que suelen darse en las relaciones inter- ‘grupales. Las conductas intergrupales (aquellas fen las que el individuo actita como miembro de un grupo) son cualitativamente distintas de las conductas interpersonales (Smith, 2006). Pode- ‘mos describirnos como individuos 0 como miem- bros de un grupo (Tafel y Turner, 1986): cuando ‘mi pertenencia a un grupo (por ejemplo, un pais 6 nacién) es relevante en una situacién dada, mi comportamiento va a estar determinado por las caracteristicas de mi grupo y de su relacion con fotfos grupos, mientras que en otras situaciones mi identidad personal sera més accesible, y por mente, agradezco las sugerencins de Joseph Sweetman y Ni- (Bie Tasch acerea de algunos de os contenidos desarollados en este capitulo. 418 / Fundamentos de Psicologia Social tanto mi comportamiento dependeré en mayor medida de caracteristicas individuales (por ejem- plo, rasgos de personalidad) El estudio de los procesos intergrupales en psicologia social surgié a partir de la necesidad de incorporar el nivel de andlisis intergrupal al estudio tanto de la hostilidad y del prejuicio en- tre individuos (pertenecientes a grupos sociales) como del desarrollo de relaciones intergrupales armoniosas y pacificas. En el presente capitulo se hace un recorrido por los principales marcos te6ricos que tratan de explicar el comportamien- to intergrupal, partiendo en orden cronolégico de Jas teorias clisicas sobre las relaciones inter- srupales e incorporando algunos de los desarro- llos tedricos y empiricos actuales mas relevantes. Este capitulo no pretende abarcar la totalidad de teorias desarrolladas en este ambito de la dis- ciplina (ya que se necesitaria un volumen com- pleto para ello), sino mostrar los principios ba- sicos que hoy dia conocemos acerca de cémo se comportan las personas como miembros de gru- os sociales. Asimismo, se pretende proporcio- har ejemplos y referencias con los que se puede profundizar en el estudio de las relaciones inter- arupales. 2. TEORIA DEL CONFLICTO REALISTA En 1954, el profesor Muzafer Sherif, un psic6. logo de origen turco residente en Estados U dos, decide hacer una serie de estudios con nifios (varones) de unos doce aos de edad que asisten un campamento de verano en el Parque Nacio- nal de Robbers Cave (Sherif, Harvey, White, Hood y Sherif, 1961). Los nitios, que no se cono- cian antes de asistir al campamento, son di dos en dos grupos, cada uno de los cuales habita en una cabaiia alejada de la otra. Durante la pri mera semana, los niftos desconocen la existencia de la otra cabafia, y pasan el tiempo con sus com- pafieros de grupo haciendo actividades al aire li bre y los tipicos juegos de campamento. Cada grupo escoge un nombre con el que se identifica (unos deciden amarse «las Aguilas», y otros, «las serpientes de cascabely), construyen sus propios simbolos (banderas y camisetas) y desarrolian sus propias normas y estructuras jerarquicas (por ejemplo, escogen a un lider para coordinar las actividades del grupo). Esta fase se denomina formacién del grupo (véase mas detenidamente el capitulo de grupos de este mismo manual) Cuando al cabo de una semana los nifos soa informados de que existe otra cabaiia con otro grupo en la zona, répidamente empiezan a co- ‘mentar y a imaginar cémo serin los ot70s nifios Los propios nifios solicitan que se organicen competiciones deportivas en las que se pudiese emostrar qué grupo era el mejor. Se organiza la competicién (por ejemplo, juegos de fuerza con una cuerda donde cada equipo tira de un extre- mo, béisbol, etc) y se preparan los premios para 1 equipo vencedior (trofeo, diversos regalo, ec) Bs la fase de competicién intergrupal. Duranie esta fase, pronto los miembros de cada grupo em- piezan a referirse a los otros con insullos y acu- saciones («canallas», «tramposos, etc.), incluso cuando no estan jugando. A final de la Competi- ciom hay tanta antipatia mutua que no quieren volver a verse los unos a los otros. De hecho, le- 2a un momento en que los organizadores tienen ‘que parar la competicién porque el grado de con- flicto se ha incrementado tanto que los nifios escriben carteles amenazantes unos a olr0s y S© preparan para una posible pelea o «batalla» (por ejemplo, recogen a escondidas manzanas como «anunicibn») Los investigadores deciden entonces buscar ‘una forma de resolver el conflicto, En primer hue ar, observan que la hostilidad no se reduce sim- plemente mediante el contacto entre los grupos en situaciones no compettivas (por ejemplo, ver una pelicula o comer juntos), y tampoco se re- suelve discutiendo abiertamenté la situacion con Jos nifios para hacerles entrar en razén. Entonces deciden erear una serie de situaciones problemé- tieas para ambos grupos cuya solucién requiere la colaboracién de los dos grupos (por ejemplo, se rompe el sistema que proporciona agua al campamento y hay que buscar una solucion entre todos para volver a tener agua, o el camién que © ones mise es les trac la comida se ha quedado atascado en el barro y se necesita la fuerza de todos para poder sacarlo). Estos objetivos o metas supraordenadas Ies llevan a cooperar, y, aunque no reducen por completo las hostilidades entre los grupos, pro gresivamente llevan a una mayor aceptacion y actitudes mas positivas hacia los miembros del ‘otro grupo. Esta tercera fase se denomina de co- ‘aperacién intergrupal. Basiindose en estos y otros estudios, Sherif de- sarrolla su teoria del conflicto realista (Campbell, 1965; Sherif, 1966) en torno a la premisa de que la competicién entre dos grupos per un mismo objetivo origina el conflicto. Es decir, la incende- pendencia negative entre los grupos conlleva la evaluacion negativa y el rechazo de los miembros del otro grupo. La interdependencia negativa sur- gc en aquellas situaciones en Jas cuales para que el endogrupo (el propio grupo) consiga alcanzar tuna meta, es necesario que el exogrupo (el grupo de los otros) no la alcance, En esos casos surgen el conflicto y el etnocentrismo (una evaluacion superior de las caracteristicas del endogrupo que establece el estindar con el que se van a comparar os demas grupos). Ante una situacién de compe- ticién intergrupal, ademas de desarrollarse actitu- des negativas hacia el exogrupo, también se incre- ‘mentan las conductas solidarias dentro del propio grupo y la identificacién con el endogrupo. Por otro lado, cuando se da una situacion de interde- >pendencia positiva (en la que para alcanzar los ob- jetivos de un grupo es necesaria la colaboracién con otro grupo), entonces se generan actitudes ‘mis positivas y una mayor aceptacién de los ‘miembros de dicho grupo. Volviendo al ejemplo del estudio del campamento de verano, la fase de competicion intergrupal implicaba una situacién de interdependencia negativa que promovis el de- sarrollo de actitudes y conductas negativas (insul- 10s, amenazas, etc.) hacia los miembros del otro grupo. Posteriormente, se trat6 de reducir dicha hhostilidad intergrupal en la fase de cooperacion intergrupal promoviendo situaciones que genera- sen una interdependencia positiva entre ambos grupos. En las actividades propuestas para este capitulo (vase el CD anexo) se puede profundi- (© Bicones Pm Relaciones intergrupales / 419 zar en la teoria del conflicto realista, leyendo el trabajo original de Sherif y resolviendo las cues- tiones planteadas en la actividad 1. En resumen, segiin la teoria del conflicto rea: lista las condiciones estructurales que afectan al Jogro de las metas de un grupo (por ejemplo, in- terdependencia positiva 0 negativa) determinan Jas actitudes y los comportamientos hacia los miembros de los otros grupos. Estos estudios y esta teorfa supusieron un antes y un después en el estudio de la hostilidad intergrupal y del pre- juicio, ya que ponian de manifiesto una situacién en a cual la hostilidad no era consecuencia de tuna disposicién interna o rasgo de personalidad (por ejemplo, la personalidad autoritaria; Ador- no et al., 1950), pues los participants habian sido evaluados previamente y no mostraban nin- gin rasgo ni caracteristica psicol6gica fuera de lo normal. La hostilidad intergrupal tampoco fue consecuencia de un desplazamientotde la frustra- cidn (por ejemplo, Dollard et al., 1939; Berko- witz, 1962}, ya que tanto los orgullosos ganado- res como los perdedores (que eran quienes podian experimentar la frustracion) manifestaron actitu- des negativas hacia el otro grupo. Es decir, desde esta perspectiva la hostilidad intergrupal y el pre- Juicio se explican por otros factores diferentes de los exclusivamente centrados en motivaciones in- dividuales. Sin embargo, sucedié algo curioso durante el experimento de Sherif, aunque éste y sus colabo- radores no le prestaron mayor importancia: los investigadores anotaron en sus observaciones que se habjan manifestado indicios de actitudes nega- tivas entre los dos grupos antes de que se iniciara la fase de competicion intergrupal. Es mis, como se ha comentado anteriormente, fueron los pro- pios chicos los que solicitaron a los experimenta- dores que se celebrase una competicion pars de- mostrar qué grupo era el mejor. Esta evidencia y muchos otros estudios posteriores (por ejemplo, Ferguson y Kelley, 1964; Rabbie y Horowitz, 1969) ponen de manifiesto que si bien Ta interde~ pendencia negativa es un precursor importante del comportamiento competitive entre grupos, ‘no es una condicién necesaria para que éste se dé 420 / Fundementos de Psicologia Social {Cuales son entonces las condiciones minimas. hecesatias para que surja el prejuicio y la hostili- dad intergrupal? 3. EL EFECTO DE MERA CATEGORIZACION Poco después del inicio de la Il Guerra Mun- dial Henri Tajfel (en la foto), un judio de origen polaco estudiante de la Sorbona, Tue alistado por elejército francés y capturado por los nazis mien- tras vestia su uniforme de soldado francés, Ese hecho salvé su vida, convirtiéndole en un prisio- nero de guerra y evitando que fuese enviado aun ‘campo de exterminio, como les sucedié a la gran mayoria de los judios. Esta experiencia vital puso de manifiesto para Tafel la importancia de la ca- tegorizacién social, Una vez terminada la guerra Tajfel llegé a ser catedrético de Psicologia Social en la Universidad de Bristol y fue alli donde de- sarrolld junto a un grupo de colaboradores una serie de experimentos para tratar de descubrir ceniles son las condiciones necesnrins y suficientes para que surja el prejuicio y la hostilidad entre grupos FUENTE: woveanpe, Figura 17.1.—Hensi Tajfe. En los estudios Uevados 4 cabo por Tajfel y colaboradores (Tajfel, Billig, Bundy y Flameni, 1971), se partié de establecer una situacién en la cual estuviesen presentes dos grupos pero todas, las demas variables que pudiesen contribuir a la aparicidn del conflicto estuviesen controladas (es, decir, no pudiesen ejercer su influencia). A esa situacién la denominaron el paradigma de grupo ‘minimo. Los participantes en los estudios eran también nifios (varones) de unos catorce afios de edad que asistieron al laboratorio para intervenir en un experimento de percepcién visual. A cada sesién experimental asistian ocho mifios, y a to- dos ellos se les pedia que estimasen el mimero de puntos luminosos que aparecian en la pantalla. Posteriormente, y de forma individual, cada nifio era asignado aleatoriamente bien a un grupo de «sobreestimadores» (se les decia que, sein las respuestas dadas, tenian Ia tendencia a sobreesti- mar el nimero de puntos que aparecian en la pantalla), bien a un grupo de «subestimadores» (los que supuestamente tendian a subestimar el rmimera de prints) Tina ver creado log grupos se solicitaba a los participantes que distribuyeran recompensas (dinero) a Jos otros participantes. Hacian la tarea individnatmente y no se les decia quién era cada uno, solamente s¢ les identificaba con un mimero y una etiqueta que indicaba a qué grupo pertenecian (sobreestimadores 0 subesti- madores). La inica condicién era que no podian asignarse dinero a si mismos. Los participantes atribuyeron de forma consistente mas dinero a los miembros de su mismo grupo que a los de! otro grupo. Fs decir, mostracon favoritism endo- grupal al tratar de forma més favorable a los, miembros de su propio grupo que a los del exo- grupo, apesar de no saber quiénes eran esos otros miembros ni poder recibir ningin heneficio pet- sonal. ‘A cste estudio siguieron otros, siempre carac- terizados por: @) categorizacion en grupos arbi- trarios basados en aspectos irrelevantes para los participantes (por ejemplo, en otro estudio s¢ di vidi6 a los chicos en funcién de sus preferencias por pinturas de Klee o de Kandinsky); 6) los miembros de cada grupo son anénimos y nunca © atsones Pinkie {nteractian directamente entre si; ¢) ausenicia de beneficios personales derivados de la tarca, y a) relevancia de las decisiones tomadas para los dems, Se exploraron distintas estrategias de dis- tribucién de las recompensas (por ejemplo, dine 10 0 puntos) empleando las llamadas matrices de Tajfel (véase ejemplo en Ja figura 17.2 y en la actividad niimero 2 del CD de actividades). Les pedian a los participantes que seleccionaran una de las columnas (de Ia A a la Gen nuestro ejem- plo). Se observ que aunque existia una ten: Gencia general a ser justos y distribuir las recom- pensas de forma equitativa entre los grupos (columna D en figura 17.2: mdsxima ganancia conjunia), la siguiente estrategia mas empleada era la de favorecer al endogrupo respecto al exo- ‘grupo (columnas A, B y C). Ademis, los partici- antes preferfan sacrificar la méxima ganancia para el endogrupo (columna A) con tal de maxi- ‘mizar la diferencia respecto al exogrupo (colum- nna B). Es decir, prefieren ganar menos (por ejem- plo, 17 en vez de 19 €) con tal de tener mayor Yentaja sobre el exozrupo (por ejemplo, 12 mejor que § € de diferencia entre lo que gana el endo- prupo y el exogrupo). La estrategia menos em- pleada era siempre la de otorgar la méxima ga- nancia al exogrupo (columna F). En conclusién, la mera categorizacion que tiene lugar en el paradigma del grupo minimo (controlando el resto de posibles factores) es su- ficiente para que se creen grupos y surja cl com- portamiento intergrupal. No es necesario que exista un conflicto manifiesto, ni que exista una dependencia real de recursos que implique com- Relaciones intsrgrupales | 424 peticién, El simple hecho de categorizar a las personas en dos grupos cualesquicra es suficien- te para que surja la discriminacién, al menos en la forma de favoritismo endogrupal (Brewer, 1993), Este resultado ha sido seplicado de forma consistente en la literatura (Brewer, 1979; Brown y Brewer, 1998; Tajfel, 1978), y para explicarlo ‘Tajfel y Turner (1986) desarrollaton la teoria. de la identidad social, que se expone a continua. 4, TEORIA DE LA IDENTIDAD SOCIAL La teoria de la identidad social (TIS; Tajfel y ‘Turner, 1986) es quiz aun hoy dia la teoria mis integradora que trata de explicar el complejo en tramado de variables que influyen en el compor- tamiento intergrupal. Asi, a TIS tiene en cuenta tanto los procesos cognitivoya través de los cua- les se produce una percepcion distorsionada de Jos exogrupos (categorizacién y comparacién so- cial) como las motivaciones para que se produz ‘can dichas distorsiones (la necesidad de reduc- cidn de incertidumbre y autoafirmacion a través el grupo de pertenencia). Por iltimo, Ia teoria considera como ambos Factores, cognitivos y mo- tivacionales, estan influidos por el contexto espe- cifico y las caracteristicas objetivas de las relacio: nes sociales (estabilidad, permeabilidad y legitimidad). Los cuatro conceptos basicos de la TIS son la categorizacién social, la identidad so- cial, la comparacion social y la diferenciacion positiva, descritos a continuacion. para la penona nimero Tsobrecsimadora endowrupo) | 19 | 17 | as | 13 | ut | 10 para la persons nimero 5 subestimadora (exogrupe) Figura 17.2.—Ejemplo de matriz de Tajfel 1 ines ime 422 / Fundamentos ae Psicologia Soca 4.1. Categorizacién social Segiin la TIS, la categorizacién social es el me- canismo mediante el cual organizamos el mundo ‘en endogrupos, a los cuales pertenecemos («noso- trov/as»), y exogrupos, a los que no pertenecemos (ellos/as»). Para establecer dichas distinciones, se utilizan claves sociales salientes como el género, la edad, Ia ctnia, la religion o el color de la piel. La categorizacién social tiene importantes conse- cuencias sobre cémo percibimos a los miembros de nuestro grupo y a los de los otros grupos. La literatura propone que la categorizacion implica dos procesos cognitivos simulténeos (Tajfel y Wic kes, 1963): la sobreestimacién de la homogeneidad intragrupal, o tendencia a sobrevalorar las simili- tudes individuales entre los miembros de un mis- ‘mo grupo (por ejemplo, «todos los hombres son igualesy o «todas las mujeres son iguales»), y el contraste intergrupal, 0 tendencia a sobreestimar Jas diferencias entre los grupos (por ejemplo, «las mujeres son muy diferentes a los hombres», 0 como muestran miiltiples ereencias extervotipicas del tipo «los hombres son de Venus y las mujeres son de Marten). (Puede trabajar sobre estos con- ceptos en la actividad 3 del CD anexo.) No obstante, la homogeneidad intragrupal no €5 un fenémeno que ocurra de manera simétrica en la percepcién de los grupos, sino que va a es- tar influida por la pertenencia a dichos grupos (i es un endogrupo o un exogrupo), ademas de otros factores como el estatus 0 el poder atribui- do al grupo. Por ejemplo, los miembros de gru- pos mayoritarios tienden a percibir a las mino- vias como mas homogéneas que a sus propios grupos (homogencidad exogrupal), y las mino- rias también. tienden a percibirse a si mismas como més homogéneas que Tos exogrupos mayo- ritarios (Lorenzi-Cioldi, Deaux y Dafilon, 1998; ‘Simon, 1992). 4.2. Identidad social Cuanto més relevante sea para la persona la pertenencia a una categoria social, més estrecha- mente ligada esta a su identidad social, que es una parte fundamental de su autoconcepto. Una de las asunciones basicas de la TIS es que las perso- has tendemos a querer tener una imagen positiva de nosotras mismas, para lo cual tratamos de de- sarrollar una autoestima positiva a través de los grupos a Jos que pertenecemos. Nuestra identi dad social es aquella parte de nuestro autocon- cepto derivado de los grupos sociales a los que pertenecemos. Le propongo un breve ejercicio: escriba en un papel diez veces la frase «Yo soy __» y a conti- nuacién describase en esas diez frases tratando de responder a la pregunta «jquién soy». Es impor tante que realice esta actividad antes de continuar Jeyendo. Una vez. que haya realizado el ejercicio, analice el tipo de afirmaciones que ha escrito para autodescribirse. Probablemente haya utiliza do una de las frases para poner su nombre pro- pio, en otras quizé haya recurrido a rasgos de su personalidad o de su fisico para describirse (por ejemplo, «yo soy simpatican, «yo soy moreno», ayo soy inteligente»). Ademas, probablemente en algunas 0 quiza muchas de las frases haya hecho referencia a categorias sociales a las que pertene- ce (por ejemplo, «yo soy andaluzan, «yo soy ale- min, ayo soy del Bargan, «yo soy joven», «yo soy estudiante», «yo soy homosexual», etc.). Ser gin la TIS, cuando una persona se define en tér- minos de su pertenencia a un grupo, las evalua~ ciones y connotaciones asociadas al grupo se experimentan como propias («nosotrosias como una extension del yor). 4.3. Comparacién social Para alcanzar una identidad social positiva ¥ por ends, un autoconcepto positivo, la TIS asegu- ra que utilizamos un mecanismo de comparacion soeial entre nuestro grupo y otros grupos que som socialmente relevantes. La comparacién social nos proporciona informacién acerca de las dife- encias cutre los grupos (gencralmente sobreesti madas a consecuencia del efecto de contraste in- ‘tergrupal explicado anteriormente) que nos llevan 1 dione Pte al a una evaluacién positiva o negativa de cada gru- Po (por ejemplo, «las mujeres son mas intuitivas Gue los hombres» implica que en esa dimension Tas mujeres son mejores). Seguin Tajfel y Turner (1979), el proceso de comparacion social se activa fundamentalmente en aquellas personas que se sienten fuertemente identificadas con su propio grupo, es decir, aquellas para las que el formar parte de ese grupo es una parte importante de su Kdentidad. La informacion que es relevante com parar es aquella que se refiere u caracteristicas importantes para el desarrollo de un autoconcep- to positivo (por ejemplo, «nosotros/as somos me- jores que ellos/as»), Las investigaciones apuntan ‘a que existen dos dimensiones fundamentales so- ibre las que se produce el fenomeno de compara- cidn social entre grupos. A pesar de que no existe uniformidad a la hora de etiquetarlas, estas di- mensiones corresponden a grandes rasgos con tiquellas propuestas por el modelo sobre el conte- nnido de los estereotipos: competencia y sociabili- dad o calider (Fiske, Cuddy y Glick, 2007; Judd, Hawkins, Yzerbyt y Kashima, 2005). De forma resumida, la competencia hace referencia a It ca~ pacidad de aleanzar metas y esta asociada a la percepeidn de estatus de una persona 0 grupo {por ejemplo, los miembros de grupos de alto es- tatus son pereibidos como mas competentes part lograr sus objetivos que los de bajo estatus). La sociabilidad o calidez se tefiere a la intencionali- dad de ejercer dafio 0, por el contrario, ser ami- fable con otfas personas, y esti asociada con la interdependencia entre las personas o grupos (Por ejemplo, valoramos como més amistosas a las personas de nuestro grupo que a las de un exo- grupo). Estas dimensiones estan muy relaciona- Gas con las propuestas por Rosenberg, Nelson ¥ Vivekananthan (1968) sobre la evaluacion de ras- {20s personales intelectuales y sociales (véase el Capitulo sobre estereotipos en este volumen). Se- tgin la TIS, cuando la comparacion social entre dos grupos muestra una superioridad de uno de los grupos en términos de competencia 0 estatus, el otro grupo utiliza la estrategia de la creatividad Social para mantener SU autoevaluacion positiva, ‘como se explicar en el apartado 4.5 ‘Relaciones intergrupates | 423 44, Diferenciacién positiva En la comparacion social se activa la necesidad de maximizat la diferenciaciOn positiva, es decir, la superioridad del endogrupo en comparacin con tin exograpo en Una dimension altamente valo- rada, Para lograrlo, se pueden utilizar dos meca- hismos gue incrementan la diferencia relativa en términos evaluativos entre los grupos: se pede favorecer al endogrupe (por ejemplo, «mi grupo js mejor»), o bien se puede denigrar al exogrupo (por ejemplo, «vuestro grupo es peor). En el pri ther easo, el favoritismo endogrupal implica una yaloracion mas positiva del endogrupo que del Exogrupo y un comportamiento favorable hacia el primero. En el segundo caso, la denigraciin exo- Erupal implica valorar mas negativamente al exo- frupo y atribuirle mas resultados o conductas egativas. Los resultados de las investigaciones muestran que el favoritismo endogrupal se da con rhucha mis frecuencia que la denigraci6n exogrt- pal (Brewer, 1993; Murhmendey y Otten, 1998) La TIS propone que el comportamiento inter- ‘erupal cumple la funci6n de establecer, mantener J defender la diferenciacion positiva (Kessler ¥ Mummendey, 2007). Asi, la necesidad de au- toafirmacién a través del grupo de pertenencia se veri satisfecha cuando el resultado de la compa- Tacion social favorezca al endogrupo. Pero ;qué Sucede cuando el resultado de a comparacion frroja una identidad social negativa o inferior en tin mundo social marcado por Ja desigualdad? or ejemplo, ;edmo actizan las minorias étnicas cen un mundo etnocentrista? ;Y las clases sociales mas pobres en un mundo capitalisa? gO las mu- jeres en un mundo sexista? Segiin Tayfel, el com- portamiento derivado de esa evaluacion negativa Ucpendera de determinadas condiciones estructt- rales que definan la relacion intergrupal en termi- nos de permeabilidad, estabilidad y legitimidad. 48. Condiciones socioestructurales y estrategias de gestién de la ider Uno de los objetivos fundamentales de Tajfel al claborar su teoria fue entender el comporta- serena uc ‘ou 0 wun fa, outoo peprensisap # ueqratad sodnad so] ap souq ~auoyur Soy anb wa sinyjn & eA ofa anb & ‘o1208 v4 cumnwop 2 Dy uoFsD}W=140 Hs vURUIOUEp 96 anb (012 uorpuny ua socinus soy anus woistums < up -PurUOP ap SoUOIDEFar Ap Froua}sTxD e| seIdooe vrouaptla} JOWeUu 6 s0SeUr PUN UAL seUOSzad Se] anb atodosd (966 ‘oneig & sniuepis) [eio08 wD “twearwop Bap BOA} ef “OjdurDl> 10g “opeutpiog -ns 0 aitieuriuop odnud un w seoausqisd pe exsuEU ‘muusitz &] 9p upseNyDE SeuOSsad se] sepO} OU anb uouodexd sajenprarpur seiouaisy'p ap viousysixa 2] Uo SopeseG SOaKOS) sanbojuD sO1I0 "POU ISD wa “(r661 “leweg & 160) onb myeps jap owUEHIU -s1ueut |e wepnse sopeuspzogns soda. so} 9p sop we & soTuAMHELIOduIOD sopeNTUa.ep [END B tunes “vuioists fap up!aEAKINSN! 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Es decir, los grupos privilegiados mantie- Desde el marco de la TIS, Schepers, Spears, nen creencias estereotipicas y prejuicios hacia los Doosje y Manstead (2006) han argumentado que, grupos subordinados, como una forma de mante- en funcidn del contexto social en el que ocnrren ner la diferencia entre los grupos y fortalecer su los sesgos intergrupales (por ejemplo, estereotipos, identidad. Segun Scheepers y colaboradores, esta prejuicio, favoritismo endogrupal), éstos pueden es la funcidn que predomina en los grupos de alto ejercer dos tipos de funciones distintas: una fun- _estatus. Véase ejemplo en el cuadro 17.1 sobre el ‘Gon de identidad y una funcién instrumental. En debate nacional acerca de la identidad francesa CUADRO 17.1 Debate sobre fa identidad francesa como ejemplo ie la funcion de identiciad de los sesgos intergrupales En los iltimos meses de 2009 se generé en Francia el debate acerca de cul es la definicion de la widentidad fran- esa» promovide por el presidente Sarkozy: “aL pregunta clave es ésta: Para usted, en qué consiste ser francés? Basindose en esta peliaguda euestion, el gobierno de Nicolas Sarkozy ha lanzado tn gran debate en Francia a fin de descubris, aprender y estimolar fo intrinsecamente galo en un pais con mis de acho millones de inmigrantes, alrededor del 13 por 100 de la poblacion total». (ajEn qué consiste ser francés», £Y Pais, 2 de noviembre de 2008), «Ayer, adem el ministerio de Besson habilit una pagina en Internet (www.debatidentitenationale.f7) dedi ceada a que todo el que quiera, con nombre real o seudénimo, responda a la pregunta crucial y aporte sugerencias 1 donee Pee 426 / Fundamontos oe Psicologia Social CUADRO 17.1. (continuacién) encaminadas & “afirmar laidentidad nacional y (..) el orgullo de ser francés". Posteriormente, e incluirian cues tionarios mas expliitos sobre los limites de la esencia francesa, Se debatirin también euestiones mas concret, ‘como por ejemplo la idea de que los nifios franceses canten, al menos una ver por afio, La Marsllesa» («Sarko- zy lanza un gran debate nacional sobre la identidad francesa», El Pais, 3 de noviembre de 2009), Progresivamente el debate se fue dirigiendo de manera lara hacia la compatibilidad (o no) del isiam y la identidad francesa, y a cuestionar el papel de la inmigracion: ‘La irrupeidn del presidente de la Repiblica Francesa, Nicolas Sarkozy, en el debate sobre la identidad nacio- nal a través de una larga tribuna publicada el martes en el periddico Le Monde ha producido un brutal efecto inmediato y determinante: la reduccién del gran debate nacional a una polémica sobre el papel det islam y de los ‘musulmanes en Francia» («Prancia busce su identidad frente al Islam, £! ais, 10 de diciembre de 2009). ‘Se incluyeron numerosos insultos y comentarios racistas en la pigina web habilitada por el gobierno francés para rocoget las opiniones dela ciudadania (el 15 por 100 de los mensajes fueron censuradas) (véase E! Pais, 4 de enero de 2010}, Tanto los comentarios que enfatizaban las caracteristicas positivas de la «identidad francesa» en comparacién on otros grupos (favoritisma endogrupal) como los comentarios de rechaza hacia otros grupos (denigracién exogru pal) son un clazo ejemplo de eémo los sesgos intergrupales pueden desempenar una funciin de identciad que fortalez- ‘cal endogrupo y ayude a mantener las diferencias respecto a otras grupos, La funcién instrumental, por su parte, hace re- ferencia a los casos en los que los estereotipos y seszos endogrupales se utilizan como una estrate- gia de resistencia o de competicin para lograr ‘cambios sociales, Bsto va a suceder principalmen- {e cuando los miembros de los grupos de bajo es tatus tratan de hacer frente a una posicion desven- tajosa pero estable. Es decir, utilizan estos sesgos como parte de una estrategia que tiene un origen motivacional para lograr ciertas metas grupales (cl cambio de estatus de su grupo). Por ejemplo, Reynolds y colaboradores (Reynolds, Oakes, Has- lam, Nolan y Doinik, 2000) encontraron en un experimento de laboratorio que cuando las barre- ras entre dos grupos se presentan como impermea- les, los miembros del grupo subordinado utilizan ids estereotipos negativos sobre el exogrupo (por sjomplo, frio, maleducado, malyado, ete.), y cuan- to mis manifiestan ese sesgo negativo exogrupal, més apoyan la participacion en movimientos co- lectivos para promaver el cambio social. Por su parte, en una serie de estudios en los que se utili- zaron las matrices de Tajfel explicadas anterior- ‘mente (véasc la figura 17.2) como medida de los sesgos imtergrupales, Scheepers y colaboradores (2006) encontraron que los grupos de bajo estatus en una situacién eseable utilizaban Ia estrategia de maximizar la diferencia por encima de las estrbte- gias de méxima ganancia conjunta y maxima ga nancia para el endagrupo mis que los grupos de bajo estatus en una situacién inestable. Estos au- tores denominan a esta estrategia «nada que per- der» (por ejemplo, los grupos la utilizan cuando se encuentran en una situacién desesperada y no ven otra salida). En cierta manera, este resultado va en contra de los presupuestos iniciales de la TIS, que consideraba que la estrategia de compe- ticién social se daria con mayor probabilidad ‘cuando la situacién de desigualdad fuera percibi- da como iiestabie, Aunque estos estudios se han hecho principaimente en condiciones de laborato- rio, se apoyan en situaciones reales. Por ejemplo, Lariza Tiedens (1997) analiza las causas que lleva- ron a dos guetos judios en Lodz y Varsovia @ comportarse de manera diferente durante Ja IL Guetta Mundial. En Varsovia se prodyjo un levantamiento frente al grupo opresor, mientras que en Lodz no hubo resistencia. Tiedens sediala © ove Pride como diferencia principal entre ambos grupos las expectativas futuras que tenian, Asi, mientras que la comunidad judia de Lodz esperaba sobre~ vivir, quienes habitaban el gueto de Varsovia ha- bian perdido toda esperanza (no tenian «nada que perder»). 5, TEORIA DE LA CATEGORIZACION DEL YO Segiin la TIS, el comporiamiento intergrupal de una persona depend de la medida en la que ésta se define a s{ misma haciendo referencia a caracteristicas personales o ms bien a caracteris- ticas grupales, es decir, en funcién del lugar que su autoconcepto ocupa en el continuo interperso- nal-intergrupal (Tajtel, 1974). Por tanto, segin ‘Tajfel, la identidad social y la personal se con- vierten en polos opuestos de un mismo continuo, Este polémico aspecto de la TIS fue reelaborado por John Turner, en la teoria de la categorizacion del yo (TCY; Turner, 1985; Turner, Hoga, Oakes, Reicher y Wetherell, 1987), Turner y sus colaboradores consideran que la identidad personal y Ia identidad social repre- sentan la eategorizacién de cada quien en distin- 105 niveles de inclusividad y abstraccin: desde el nivel mas basico de autocategorizacién como persona iinica (por ejemplo, «yo» versus «tin) hasta el mas general e inclusivo como ser huma~ no, pasando por miiltiples niveles intermedios (por ejemplo, «nosotrosias» versus «vosotros! a»). Ademas, las identidades no solo varian je- rirquicamente en funcién del nivel de inclusivi- dad que posean, sino que dentro de un mismo nivel podemos autocategorizarnos de multiples formas, por ejemplo en funcidn del género, la edad, la ocupacién, ete, Vuelva a pensar ahora en el ejercicio propuesto anteriormente sobre las dicz frases comenzando por «Yo soy __» y en las distintas respuestas que dio, El proceso me- diante el cual nos autodefinimos como indivi- duos (por ejemplo, «yo soy Sofia») o miembros de un grupo (por ejemplo, «yo soy ecologista») se denomina autocategorizacién (Turner et al., cine Pini Relaciones interorupales / 427 1987), Es mas, si en vez de hacer este pequeiio jercicio en solitario lo hiciésemos en grupo, con toda la clase, probablemente observariamos que los y las estudiantes Erasmus tienden a poner con més frecuencia y més al principio en su lis- tado st nacionalidad (por ejemplo, wyo soy An- rea, soy alemanan), en comparacion con las ‘personas espafiolas, El caso de las personas Eras- ius ejemplifica cémo el nivel de autocategoriza- cién empleado depende del contexto que hace mis 0 menos salientes unos u otros aspectos de nuestro autoconcepio. La saliencia de los distin- tos niveles depende de lo accesible que sea una categoria en un contexto dado (por ejemplo, nuestra nacionalidad es mis accesible cuando es- tamos en una reunién con personas de otros pai- ses), el ajuste entre la categoria y la situacion especitica (por ejemplo, hablar sobre nuestra na- cionalidad es una categoria mis pertinente cuan- do estamos hablando sobre diferencias intezcul turales que cuando conversamos sobre gustos estéticos) y el nivel de idenzificacién de Ia perso- nna con esa categoria (por sjemple, cudn impor tante es para ella) (Doosje y Ellemers, 1997). Entte otras variables, elaboraciones posteriares enfatizan Ja distiniividad como otro factor que incrementa ls importancia otorgada a una cate goria en una situacién concreta (Brewer, 1991) Por ejemplo, quienes estan fuera de su pais 0 lu- gar de origen tienen atin mas saliente la catego- ria nacional a Ia que pertenecen porque son una minoria, y su identidad nacional se convierte en un aspecto fundamental de su autoconcepto al ser Ura caracteristica que les distingue de los de- mis. En resumen, el autoconcepto se define de forma variable y dependiente del contexto, En la actividad 4 del ‘CD anexo se propone la realiza- cin de una pequefla Investigacion para profun- dizar en estos contenidos. Otto presupuesto fundamental de la TCY es ‘que las identidades son constructos compar vos, Esta idea ya estaba presente en Ia TIS; sin embargo, la TCY alade mayor complejidad al andlisis de la comparacién social. Segin Turner y sus colaboradores, la comparacién se produce ‘entre identidades del mismo nivel de abstraccion 428 / Fundementos de Psicologia Social (por ejemplo, a nivel individual podemos compa rar a Juan y Pedro, o en otro nivel de mayor abs- traccién podemos comparar al alumnado de psicologia y al de derecho). Ademas, dicha com paracién se realiza en el marco del siguiente ni vel de inclusividad que engloba ambas identida- des y proporciona un estindar de comparacion (por ejemplo, Juan y Pedro son estudiantes de psicologia). De esta forma, una identidad perso- nal 0 grupal sera percibida como mas positiva que otra cuanto més prototipica sea de la cate- noria supraordenada a la que ambas pertenecen (por ejemplo, Juan es mas empatico que Pedro; dado que «ser empatico» es un rasgo tipico de los estudiantes de psicologia, Juan es evaluado mis positivamente que Pedro teniendo en cuenta la categoria social a la que ambos pertenecen). A otro nivel de abstraccién podriamos comparar al alumnado de psicologia con el de derecho, en el marco de referencia de la Universidad de Grana- da, y asi sucesivamente. Ademas, las categorias supraordenadas que sirven de marco de referen- cia para las comparaciones sociales no son algo fijo ¢ inamovible, sino que varian en funcién del punto de vista de la persona y de sus objetivos (Reicher y Hopkins, 2001). En el ejemplosde la ‘Cumbre del Clima que se menciona al inicio del capitulo, los paises pobres se unieron en un pri- mer momento formando ua tinico bleque en comparacién con los paises ricos, para defender sus intereses (por ejemplo, «nosotros 10s paises pobres somos los que sufrimos las peores conse- cuencias del cambio climaticon). Posteriormente, Brasil, India y China hicieron bloque comin de sconomias emergentes para negociar un acuerdo de forma bilateral con Estados Unidos (por ejemplo, «nosotros los paises con economias emergentes necesitamos emitir mis CO, para proseguir con nuestro desarrollo econdmico»). Brasil en cada caso utiliz6 una categoria supra~ ordenada diferente («paises pobres» o «paises emergentes») en funcién de sus objetivos en cada momento de Ja negociacién Hasta ahora hemos comentado las identida- des como constructos comparativos en un mismo nivel de abstraccién (intranivel), Sin embargo, dentro del marco de la TCY también se ha pro- puesto que la relacién cxistente entre categorias en distintos niveles de inclusividad (entre niveles) influye en los procesos de evaluacién y compara- cién social. Maria Ros, Ignacio Cano y Carmen Huici (1987) desarrotlaron el concepto de la idene tidad comparaiiva, segin el cual 1a saliencia de una categoria esté en funcién del contexto com- parativo con otras categorias a distintos niveles de inclusividad, Por ejemplo, Huici y colabora- dores (Huici, Ros, Cano, Hopkins, Emler y Car mona, 1997) encontraron que personas pertene- cientes a dos categorias del mismo nivel de inclusividad, Andalucia y Escocia, valoraban la categoria supraordenada de la Union Europea (entonees Comunidad Europea) de forma distinta en funcién de su relacién con Espana y Gran Bre- taila, como categoria a un nivel de inclusividad intermedio. Mientras que en el caso de Andalucia la identidad andaluza se asimilaba en gran parte «Ja identidad espaftola y se evaluaba a la Unién Europea (UE) en funcién de sus posibles benefi- ios para Espafia (9, por ende, para Andalucia), en el caso escocés la valoracién de la UE se reali- zaba en funcién de sus competencias para dar ‘mas poder a las identidades regionales (como Es- cocia) frente a las estatales (como el Reino Uni- do). Esta investigacién pone de manifiesto la complejidad en el andlisis de las relaciones inter- ‘grupales en el marco de las categorias supraorde- nnadas y la necesidad de tener en cuenta varios niveles de abstraccién para comprender las dind~ ‘micas comparativas entre distintas categories. Por iltimo, la TCY también propone que la autocategorizacién a mayor nivel de inclusividad conlleva una mayor autoestereotipia incrementan- Go las similaridades con el endogrupo y las dife- rencias con el exogrupo. Por ejemplo, si en und manifestacion contra nuevas reformas educativas en Ja universidad me identifico fucrtemente con «ser estudianten, voy a comportarme de forma congruente con él estereatipo de mi grupo (DoF ejemplo, «los estudiantes son luchadores»), aun- que a nivel individual no sea una persona muy reivindicativa. Fsto tiene como consecuencia la despersonalizacién, es decir, en esa situacion 9 1 dione Pee oval otorga menos valor a tus caracteristicas persona- les que a las del grupo al que se pertenece. En ese sentido, Turner propone que el mecanismo cogni- tivo de autocategorizacién es la base que permite tu existencia de la conducta intergrupal (Turner, 1984). En resumen, aunque la TIS y la TCY son mar- £08 teéricos ¢ interpretativos dé la realidad social gstrechamente relacionados, se puede matizar que la primera se centra més en analizar las condicio- nes en las que aparece el favoritismo endogrupal 6 la hostilidad exogrupal, mientras que la segun- da hace mis hineapié en el andlisis de las conse- cuencias que tiene para el individuo ef nivel de categorizacion que utiliza para definirse a si mis mo (Otten y Epstude, 2006) 6. LABUSQUEDA DE LA ARMONIA INTERGRUPAL El estudio de las relaciones intergrupales no solo se ha centrado en las condiciones que pro- mueven el comportamiento intergrupal hostil 0 discriminatorio, sino que también trata de expli- car los mecanismos psicologicos que posibilitan el desarrollo de relaciones intergrupales solida- rias y arménicas, 6.1. Teoria del contacto intergrupal En 1954 Gordon Allport, adelantindose a los desarrollos tedricos posteriores, habia pro- puesto a nivel teérico que el prejuicio era resul- tado de procesos normales de categorizacion en ‘grupos y generalizaciones sobre sus caractcristi- eas. Para reducir las actitudes negativas entre los grupos generados a partir de las categorias, All- port propuso un modelo de mucho impacto en la psicologia social: la teoria del contacto inter- grupal (TCH; Allport, 1954), Seguin esta teoria, ¢s posible reducir la hostilidad intergrupal incre- mentando el contacto entre los miembros de ‘ambos grupos, ya que de esta forma se pueden desconfirmar las falsas generalizaciones (este- 1 Eeiciones Pree Relaciones intergrupates / 429 reotipos y prejuicios) preexistentes acerca de los miembros del otro grupo. Por ejemplo, si pienso que las personas de etnia gitana son agresivas, y conozco a personas de este grupo que se com- portan de forma pacifica, desconfirmaré la creencia prejuiciosa que tenia sobre su grupo, Sin embargo, el propio Allport (1954, p. 281) ya cenfatizaba que para que el contacto sea exitoso es necesario que éste se produzca en determina- das condiciones: 4) Debe producirse de forma prolongada e implicar la cooperacién para aleanzar ob- jetivos comunes (como sucedia en los ex- perimentos de Sherif en el campamento de verano), b) Dede darse en el marco del amparo insti tucional de la integracion, que incluya le- gislaciones especilicas para favorecer la igualdad de oportunidades y castigar ¢l prejuicio y la discriminacién, 6) Y lacondicion a menudo mas complicada de aleanzar: que las personas que partici- pen en la experiencia de contacto tengan el mismo estatus social pereibido. Una gran cantidad de investigaciones poste- riores han puesto a prueba la hipdtesis de! con~ acto en mumerosos contextos intergrupales di- ferentes (tanto reales como generados en el laboratorio). Un amplisimo metaanlisis ha confirmado los efectos beneficiosos del contac- to para la mejora de las actitudes intergrupales, especialmente si se produce bajo las condicio nes propuestas por Allport (Pettigrew y Tropp, 2006), No obstante, lo mis interesante del con- tacto intergrupal es que ese efecto positive se puede extender mas alla de la situacién inter- grupal especifica, generalizindose las actitudes positivas hacia otros miembros del exogrupo, © incluso a otros exogrupos, no involucrados en la experiencia de contacto. Pero esto no siempre sucede asi. Varios modelos han tratado de ex- plicar las condiciones en las que se produce lz generalizacion de los efectos positives del con- tacto. 430 / Fundamentos de Psicologia Social 6.2. Descategorizacién, subcategorizacion @ identidad grupal comin Norman Miller y Marilyn Brewer (1984) con- sideran que el éxito del contacto esta condiciona- do por la descategorizacién de los miembros de los grupos, esto es, su percepeién personalizada, cn la que se ponen de relieve las caracteristicas individuales de cada uno independientemente de su grupo social de perienencia. El contacto pro- mueve la interaccién entre personas y no entre miembros de grupos, porque favorece tanto al ver a los demés de forma personalizada (indivi- dualizada) como el pensar y actuar de forma in- dividual y no como miembro de un grupo. Por tanto, segiin esta teoria, para que el contacto in- tergrupal tenga efectos que se pnedan generalizat fs importante que no se pongan de manifesto las diferencias acerca de la procedencia grupal de las personas que participan en la experiencia. Sin eimbargo, otras investigaciones muestran que siel contacto tiene lugar sélo a nivel interpersonal, ino se produciran cambios en las actitudes a nivel intergrupal (Cook, 1978). Por ejemplo, si alguien piensa que los miembros de un grupo son agresi- vos, aunque conozea a alguna persona de ese grupo que s¢ comporta de forma pacifica, eso no tiene por qué cambiar su cteencia prejuictosa de que las personas de ese grupo «en general» son agresivas Por el contrario, Miles Hewstone y Rupert Brown (1986) proponen que para que se produzea tuna generalizacidn de las actitudes positivas deri- vadas del contacto intergrupal es necesario que se mantenga la identidad social distinstva de los ‘miembros de cada grupo y se produzca un proce- 30 de subeategorizacién, Segiin estos autores, los efectos del contacto serin mas generalizables cuando la identidad de los miembros de los gru- pos se hace mus saliente durante la interaccién. Es decir, que las personas participantes se vean asi mismas como miembros de grupos diferenciados {que estan cooperando por el logro de alguna meta comtin (por ejemplo, «tii eres magrebi y yo anda- luza; somos diferentes pero trabajamos juntas sin problemas; por tanto, también puedo trabajar e6- ‘ modamente con otras personas magrebies»). De esta forma sc evita que se utilice la estrategia de generar subtipos dentro de la categoria exogrupal para mantener la diferenciacién positiva. Es im- portante diferenciar el mecanismo de subcatego- rizacién del empleo de subtipes como estrategia para mantener los prejuicios hacia un grupo. La subcategorizacién hace referencia a reconocer las identidades sociales diferentes de cada persona ‘aunque estén cooperando entre si (en el ejemplo, una estudiante andaluza y una magrebi forman tun grupo de trabajo, pero reconocen las diferen- cias en sus identidades sociales). Por otro lado, la utilizacién de subtipos implica considerar que una persona que se comporta de manera diferen- tea la expectativa sobre su grupo es un «subtipo» 9 caso excepcional y, por tanto, no afecta a la ‘ercencia general acerca del grupo (por ejemplo, «esta chica magrebi es buena gente, es una excep cidn respecto a su grupo»). En definitiva, emplear subtipos no conlleva el cambio de los estereoti- os y actitudes hacia el otro grupo, sino que ayu- daa mantenerlos, mientras que la subeategoriza- cién ayuda a gencralizar los efectos positivos del contacto entre dos personas con identidades so- ciales diferentes a otros miembros de sus grupos correspondientes. Como se observa, las predic- ciones del modelo de personalizacin de Miller y Brewer (1984) y las del modelo de identidad so- ial distintiva de Hewstone y Brown (1986) son contrapuestas. No obstante, ambas han recibido apoyo empirico, Por iiltimo, otros autores proponen que el proceso subyacente a la generalizacion de los efectos positivos del contacto es la recategoriz cién en términos de una categoria supraordena- da (Gaertner y Dovidio, 2000). Como se ha ex- plicado con anterioridad, segin la TCY los individuos pueden categorizarse a si mismos se- gin distintos niveles de inclusividad (Turner et al., 1987), lo cual, en términos de las relaciones entire grupos, implica que los niveles menos in- clusivos de eategorizacién estan a su vez inclui- dos en otras categorias mas amplias (por ejem- plo, «yo soy gitana y ti eres paya, pero ambas somos mujeres»). Elio implica que en el miximo © icons Pam nivel de abstraccién inclusividad todas las per- sonas somos parte del mismo grupo (todos so- mos seres humanos). E] modelo de la identidad grupal comin propone que si dos individuos procedentes de grupos distintos son capaces de percibirse a si mismos (recategorizarse) como miembros de un mismo grupo, las actitudes ne- gativas entre sus grupos originarios desaparece- rin al extenderse el favoritismo endogrupal a los, miembros del nuevo grupo comin. Reciente- mente, Angel Gomez y colaboradores (Gomez, Dovidio, Huici, Gaertner y Cuadrado, 2008) han propuesto una extension de este modelo, considerando la influencia de las percepciones de las demas personas miembros del endogrupo © exogrupo acerca de su pertenencia a una caie~ goria social comin en el comportamiento y las actitudes intergrupales, es decir, la influencia de emo las demas personas categorizan a los miembros del endogrupo y del exogrupo como parte de una categoria supraordenada comin (lo denominan «metapercepciones intergrupa- les»). Ea su investigacidu participaton estudian- tes de dos institutos madrilefios (dos grupos), y utilizaron como categoria supraordenada el que todosfas eran «estudiantes», Encontraron que cuando miembros del otro instituto (exogrupo) hacian comentarios acerca de la identidad su- praordenada comin («todos somos parte del mismo grupo: todos somos estudiantes»), los y las participantes reaccionaban més negativa- mente que cuando miembros del propio institu- to (endogrupo) hacian los mismos comentarios. Por el contrario, cuando el endogrupo hacia re- ferencia a la identidad grupal comin («estudian- tes»), se incrementaban las actitudes y compor- tamientos positivos hacia el exogrupo. En un intento por conciliar las tres propuestas anteriores, Thomas Pettigrew (1998) elaboré un ‘modelo longitudinal que propone utilizar las es- trategias de decategorizacién, subcategorizacion y recategoricacién en distintos estadios de la expe- riencia de contacto intergrupal, Asi, este modelo propone que el contacto éptimo debe iniciarse enfatizando las caracteristicas personales distinti- vas de cada uno sin hacer referencia a su catego- © ine Pisce Folaciones interprupates / 4341 ria social de origen (descategorizacion). De esta forma se incrementan las posibilidades de encon- trar simititudes entre cada cada y los demas, sarrolkindose el potencial de amistad. En una se- gunda fase, se deberia retomat la identidad social distintiva y la diferenciacién mutua (subcategori- zacién) para favorecer la generalizacién de los electos positivos a otros miembros del exogrupo tal como proponen Hewstone y Brown (1984), para finalmente enfatizar, en una iitima fase, la pertenencia comiin a categorias mas amplias me- diante la recategorizacion. (Puede analizar un ejemplo muy interesante de intervencidn social basada en el contacto intergrupal en la actividad 5 del CD anexo.) 6.3. Efectos paradéjicos del contacto intergrupal El contacto intergrupal se considera hoy la es- trategia de intervencién més prometedora para tugjorat Jas relacioues intenuupales, y se aplica tanto en grupos de aprendizaje cooperative (Aronson y Patnoe, 1997) como en conflictos rea les de gran intensidad emocional, como son los trabajos comunitarios entre catélicos y protestan: tes en Irlanda del Norte (Hughes, 2001) o progra- mas de convivencia en Israel (Maoz, 2000). Sin embargo, algunas voces han manifestado cierto escepticismo acerca de los beneficios del contacto intergrupal, sobre todo debido al riesgo que éste conlleva de producir una falsa sensacion de igual- dad 0 ausencia de conflicto entre los grupos (Rubin y Lannutti, 2001), Steve Reicher (2008) propone que el contacto puede reducir la promi- nencia («saliencia») de las desigualdades estruc- turales entre los grupos generando la tlusién de permeabilidad. Como se coment anteriormente, segtin la TIS, la percepcion de que las barreras entre los grupos son permeables genera estrate- is de movilidad individual, que inhiben la mo- tivacion por acciones grupales por parte de los snrupos de bajo estatus para producir un cambio social estructural. Por ejemplo, Saguy, Tausch, Dovidio y Pratto (2009) encontraron que mas ex- 432 / Fundamentos de Poicoiogia Social periencias de contacto positivas entre personas arabes israélies (una minoria en desventaja so- cial) y judias israelies (mayoria) se relacionaban con la creencia de que el grupo mayoritario era justo, y con menor apoyo a la lucha por el cam- bio social, Por tanto, el contacto puede influir en la capacidad de los miembros de los grupos des- favorecidos para alcanzar sus metas colectivas de justicia social (Wright, 2001; Wright y Lubensky, 2008) e incluso servir estratégicamente para pre- servar la posiciéa ventajosa de los grupos domi- nantes (Reicher, 2007). 7. EMOCIONES INTERGRUPALES Los desarrotlos més actuales en el estudio de las relaciones intergrupales incorporan las emo- ciones intergrupates en el andlisis del comporta- miento intergrupal (Doosje, Branscombe, Spears y Manstead, 1998; Mackie, Devos y Smith, 2000; ENTE: M. Stel archivo Grupo Any), Bizman, Yinon y Krotman, 2001). A pesar de implicar diferencias conceptuales importantes, todos estos modelos comparten Ia idea comin de que las personas experimentan emociones coneretas por el hecho de pertenecer a un grupo (lyer y Leach, 2008; Parkinson, Fischer y Mans- tead, 2005). La gran novedad de estos modelos respecto a formulaciones teéricas previas en el Ambito de las relaciones intergrupales es que ya no hablan de valoraciones mas positivas o nega- tivas de los grupos, sino de emociones especifi- cas. ¥ en la medida en que son capaces de iden- tificar dichas emociones concretas, adquieren un enorme potencial predictivo sobre el comporta- ‘miento intergrupal (para un andilisis mas exhaus- tivo de las emociones intergrupales consiiltese Huici, 2008). Por ejemplo, Elliot Smith y Diane Mackie (2006) consideran que las emociones estin vincu- Jadas a la identidad social de cada persona en cada momento o situacién conereta. Adoptan los Figura 174, © aioe Pre presupuestos de los modelos cognitivos del appraisat (Lazarus, 1991; Fridje, 1986), que con- ceptualizan las emociones como el resultado de procesos de valoracién que incluyen tendencias de accion y un patrén de respuestas fisioldsicas especificas. Smith y Mackie aplican estas premi- sas a las relaciones intergrupales, integrindolas con el conocimiento derivado de la TIS (Tafel y Turner, 1986) y de Ia TCY (Turner et al., 1987) En su teoria de las emociones intergrupales pro- ponen que éstas som el resultado de la valoracién (appraisal) que los miembros de-un grupo hacen de una situacion determinada y de las capacida- des que su grupo tiene para hacer frente a las de- mandas de dicha situacién, En funcién de esa valoracién, los miembros de cada grupo experi- ‘mentan unas determinadas emociones que van a guiar el comportamiento intergrupal. Asi, desde este modelo, se propone una nueva concepcién del prejuicio como emocién social “Miiltiples estudios y modelos en la iltima dé- cada han aplicado los mareos conceptuales sobre las emociones intergrupales al estudio de relacio- nes de desigualdad entre grupos, En un principio, 508 estudios se centraron mas en el anilisis de las emociones experimentadas por los miembros de grupos mayoritarios 0 dominadores hacia los gTupos minoritarios o subordinados, y en los timos afios han proliferado tambien las investize- cciones que analizan las emociones de estos gru- pos subordinados respecto a los exogrupos de alto estatus. 7.1. Las emociones grupales de los grupos. dominadores. En 1998 Bertjan Doosje y colaboradores (Doosje, Branscombe, Spears y Manstead, 1998) realizaron una serie de experimentos en busca de una emociin colectiva de culpa. En su primer studio presentaron a estudiantes de Holanda un texto sobre el papel de su pais durante la co- Jonizacion de Indonesia. Se crearon tres grupos de participantes: uno de ellos leia un texto sobre las caracteristicas positivas de la colonizacién 1 Ediciones Pimide Relaciones intergrupates / 433 holandesa; el segundo grupo lela un texto nega- tivo sobre la colonizacion, y el tercer grupo lela un texto que incluia tanto aspectos positivos come negativos de 1a historia (texto ambiguo). Como resultado, encontraron que aquellas per sonas que habian leido el texto ambiguo y no se identificaban fuertemente con su endogrupo (holandeses/as) se sentian mas culpables de lo sucedido durante la colonizacién (a pesar de que ellosfas obviamente no habian participado cirectamente en la colonizacién) y mostraban mayor motivacion para reparar las relaciones con la ex colonia. Por su parte, quienes sc iden- tificaban fuertemente con su endogrupo (se sen- tian muy orgullosos/as de ser holandesesfas, y serlo era una parte importante de su identidad) no experimentaban tales sentimientos de culpa tras leer el mismo texto ambigno. Las, personas altas en identificacién endogrupal utilizan estra- tegias diversas para evitar sentimientos de ma- lestar derivados de su pertenencia grupal (por ejemplo, acusan a algunos miembros del endo- grupo de ser las wovejas negras», se comparan con otros grupos «peoresy para salir favorecidos 6 reducen su responsabilidad acusando al grupo victimizado, cte.). En general, las investigaciones muestran que, al contrario que las personas que manifiestan menor identificacién grupal, quienes se identifi- can altamente con su grupo glorifican a su endo- grupo y no perciben de manera critica sus actu ciones (Roceas, Klar y Leviathan, 2004). Es mas, cuando perciben su situacién de dominio sobre el exogrupo como legitima, desarrollan orgullo co- lectivo (Harth, Kessler y Leach, 2008). Por el contrario, cuando un grupo percibe que su domi- nio sobre otro grupo ¢s ileitimo, entonces se in- crementa el sentimiento de culpa colectiva, de vergiienza colectiva o de iralenfado hacia su pro- pio grupo (Harth et al., 2008; Iyer, Schmader y Lickel, 2007; Leach, Iyer y Pedersen, 2006, 2007), Estos modelos se htan aplicado al andlisis de las actitudes de los miembros de grupos mayorita~ rios o dominadotes ante conflicts como el de Irlanda del Norte, la guerra de Irak, musulmanes y serbios en Bosnia, etc 434 / Fundamentos de Psicologia Social CUADRO 17.2 ‘Las emociones intergrupales como predictoras del comportamiento prosoctal (Thomas, MeGarty y Mavor, 2009) Recientemente, Emma Thomas, Craig McGarty y Kenneth Mavor (2009) han publicado una revisién de trabajos {que demucstran el valor de las emociones prosociles para motivar la implicacion de las personas procedentes de ‘grupos dominantes en el eambio social. En palabras de los autores (y usando wna metafora de Carl Jung), las emo- Ciones pueden «transformar la apatia en movimiento» ‘Thomas y colaboradores proponen que ls experiencia de determinadas emociones prososiales puede proporcionar informacion sobre el contexto social basindose en la propuesta de Reicher, Cassidy, Wolpert, Hopkins y Levine (2006) sobre tres procesos fundamentales que subyacen al comportamiento prosocial intergrupal (inclusion categérica, hormas eategéricas ¢ intereses categoricos) y que son descritos a continuaci6n: 4) InclusiGn categorica, Para que dos grupos se ayuden es necessrio que exista una categoria superior bajo la ‘cual ambos puedan sentirseincluidos (Reicher e al, 2006), Las emociones proporcionan una base para incluit (© excluir) un grupo dentro de nuestra categoria en funcién de si compartimos las mismas emociones o no. Por tanto, las emociones que es mis probable que sean compartidas por el grupo dominante y el grupo su- bordinado seria las que tengan mayor potencial para motivar la coaperacién intergrupal y la bisqueda de Justicia e igualdad social 1b) Normas categorieas, Para que se produzca la conduct prosocial, es importante que el erupo comparta cier- tas normas sociales que promueven la ayuda. Al activarse una categoria social determinada, las personas tendemos a comportarnos segin las normas sociales propias de ese grupo (por ejemplo, las personas extado- lunidenses tienen una clara asociacion de su pertenencia grupal con los valores y normas democraticas y de libertad; por tanto, si activates su identidad nacional, es mas probable que se comporten de acuerdo con ‘esas normas sociales compartidas). Las emocioues intergrupales al proporcionat informacion acerca de las causas de la desigualdad tienen el poder de activar esas normas del grupo que promueven la ayuda y solida- Fidad. Por ejemplo, la emocién de culpa colectiva genera sentimientos y conductas de responsabilidad por lo Acontecido, Por su part, Ia ira colectiva promueve una identidad social pollicamente activa y conductas de participacion en movimientos sociales organizados ©) Imtereses eategbricos. Es mis probable que un grupo ayude a otro si hgeiéndolo logra aleanzar ciertosintere- ses grupales como, por ejemplo, restablecer una identidad social positiva (Reicher etal, 2006), Las emociones proporcionan informacién sobre cusles son las estrtegias relevantes para que el grupo logre aleaizar una identidad social positiva. Por ejemplo, la indignaciGn colectiva motivara estrategias para festaurar la moral dad del grupo. Pignsese en el caso de la cindadania estadounidense que no spoyaba la invasion de Irak y sintié totalmente indignada al descubrirse que no existian armas de destruccién masiva que justificasen dicho ataque. Posiblemente aquellas emociones compartidas pot la ciudadania motivaron el apoyo posterior al cambio politica en las elecciones que llevaron @ Barack Obama @ la presidencia de Estados Unidos con un iscurso que enfatizaba el respeto y el didlogo con otros paftes En cierta medida, este sito politico le ha V- lide a Estados Unidos la recuperacion de la imagen positiva a nivel internacional Partiendo de estas premisas, Thomas y colaboradores (2009) consideran que, siempre y cuando exista un recone imiento de la desigoaldad, determinadas emociones en contextas espocifias promoverdn una mayor movilizacién porel cambio y la busqueda de justicia social. Particularmente analizan el papel de las emaciones de eulpa, compa- Sion, irae indignacién moral, A continuacién se presenta un resumen de sus conelusiones: 4) La culpa como emocién colectiva no elimina las fronteras de la categorias sociales (por ejemplo, el grupo de alto estatus se mantiene diferenciindose del de bajo estatus). La emociéa de culpa liende a promover coi Portamientos de disculpa (pedir perdén) o compensacin hacia el grupo desfavorecido (intentos simbaticas de reducit la desigualdad), pero en la mayoria de los casos no implicaré la aio directa y efectiva de opos cidn a la desigualde. ions mie

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