La maestra siempre ha sido una figura fascinante, admirada, soada y
susceptible de embaucarnos emocionalmente. Y qu voy a decir de las matemticas, siempre me gustaron mucho, a pesar de que mi debilidad han sido las letras, estudi junto a mis ocasionales alumnos las matemticas, con pasin, con ansias y procurando siempre desafiarme. Hoy 6 de julio del 2017 Da del maestro quiero dedicar esta poesa a todas las maestras, atemorizantemente encantadoras de la 25.
A mi querida profe de mate:
Las sinuosas curvas de los nmeros escritos por ti en la pizarra, me tentaron un da, sin ms remedio que sucumbir a la ecuacin de segundo grado que la vida nos planteaba. No fue fcil aprender de ti, no porque fueras una mala maestra, sino porque lo que yo quera que me ensearas normalmente sola ser una incgnita de imposible resolucin o al menos eso decas t. Desde el primer momento supe que el amor no es una ciencia exacta, ni mucho menos, porque cuando yo me empeaba en sumar, t restabas y cuando multiplicar era lo ms apropiado para mis deseos, la vida divida nuestros caminos. Dice el refrn que no hay dos sin tres, pero t, que tanto sabes de nmeros, me enseaste infinidad de veces que fuimos tres sin ser dos. Cuntas veces me sent a tu lado como un nmero negativo, como un cero a la izquierda, como una potencia de exponente cero, cuando lo que realmente pretend siempre, sin llegar a conseguirlo, fue ser el nmero infinito, ese que nunca se acaba. Me decas que todo lo haca complicado, que la vida es tan sencilla como contar con los dedos, pero en realidad eras t el que haca trampas todo el tiempo siendo calculadora. Me di cuenta en seguida de lo que estaba ocurriendo. Yo era un nmero ms de tu progresin geomtrica, pero cuando quise multiplicarte por cero, ya te tena grabado en nmeros rojos en mi balance del amor. Cuando me rompiste el corazn en tantos trozos hasta convertirlo en una fraccin de lo que fue, ya nunca ms pude recomponerlo, ya nunca ms volvi a ser una unidad. Pero ahora, he aprendido a despejar la incgnita y as lo veo todo mucho ms claro y por eso te escribo esta carta. Slo quera decirte, mi querida profe de mate, que has suspendido el examen y que la asignatura del amor no se puede recuperar si la cursas conmigo, aqu no vale la propiedad conmutativa y el orden de los factores s altera el producto. Sigue jugando a las probabilidades con quien quiera ser tu porcentaje, bscate otra hipotenusa para tu teorema y no te olvides que, para m, siempre sers el cateto. Paz Castell