"Toda cultura es un largo y complicado proceso acumulativo
y selectivo, y no se forma de un da para otro, por que se haya cambiado por decreto la estructura social. Los lemas y cliss pueden activar, movilizar lo que ya existe de algn modo, pero no sacarlo en unta noche de la nada. Los que aspiran a revocar de un plumazo la historia cultural de un grupo no proponen m s que dogmas para llenar el vertiginoso vaco, nuevos mitos funcionales surgidos de la cpula del poder que tardaran seguramente dcadas en arraigar en el imaginario social, ya no viven a profunda y no un simple barniz para recubrir un inters. De ah que los resultados de estas aventuras suenan siempre a chatarra, a cosa hueca, como el hombre de hierro del estalinismo, buena estampa para estimular el aumento de la produccin, pero mas que pobre si de construir el hombre del futuro se trata. No debe extraar por eso que los promotores de la "cultura proletaria" terminaran muchas veces en la recomendacin del saco y la corbata y en la apologa de la familia y la maternidad numerosa, as como en la consecuente represin del erotismo y toda actitud critica capaz de desnudar su diletancia y esquematismo. En la obra novelstica de Mila Kundera y solo para dar un ejemplo pueden verse las contradicciones y miserias de esta propuesta. El concepto de cultura proletaria, en la medida en que solo enfoca los aspectos superficiales de la vida proletaria, deviene est tico y pasivo, y en consecuencia reaccionario. Rara vez se procura imprimirle una dinamita que le de vida, sacndola de la retrica y el bronce, con lo que se la deja presa de la ortodoxia y el panfleto. Si el proletariado es una clase transitoria, una etapa en el camino de la sociedad sin clases que constituye la verdadera meta del materialismo histrico, y si su cultura se halla de hecho profundamente penetrada (y no solo en los pases del bloque occidental) por valores burgueses, lo que cabria en todo caso plantearse es la creacin de una cultura socialista, la que no puede edificarse mas que sobre la cultura popular, operando desde ella y en ella, activando los mecanismos que permiten su autodepuracin y desarrollo. Y en esto resulta de fundamental importancia una educacin para la libertad, lo que hoy implica una autentica democratizacin de la cultura. "