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Inició sus estudios en el Colegio Francés de la Ciudad de México, más tarde, en la Escuela Nacional Preparatoria, inició su amistad con Salvador Novo y Jaime Torres Bodet.
Comenzó estudios superiores de derecho, que luego abandonó para dedicarse por completo a las letras. Hizo estudios de teatro en el Departamento de Bellas Artes. Becado en 1935 por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático durante un año en la Universidad de Yale de New Haven, Connecticut, Estados Unidos (en compañía de Rodolfo Usigli).
Formó parte del grupo llamado Los contemporáneos, sus integrantes se autodefinían como “grupo de sociedades”, “grupo sin grupo”, “grupo de amigos”, “grupo de forajidos”.
En unión con Salvador Novo dirigió la revista Ulises del año 1927 a 1928 publicando sólo 6 números de la revista. Tiempo después, colaboró en el Teatro Ulises y en revistas como Contemporáneos, Ulises y Taller, Letras de México (1937-1977), El Hijo Pródigo (1943-1946), Nuestro México, Romance, La Falange, Antena, Revista de Revistas y en periódicos como El Universal Ilustrado, El Espectador, el seminario Hoy, el suplemento "México en la cultura" de Novedades. Colaboró además en la revista Barandal, creada por Rafael López Malo, Arnulfo Martínez Lavalle, Salvador Toscano y Octavio Paz en 1931 cuando se encontraban en la Escuela Nacional Preparatoria no 1, en la Ciudad de México.4
Fue profesor de literatura en la Universidad Nacional de México y jefe de la sección teatral del Departamento de Bellas Artes.
Inició sus estudios en el Colegio Francés de la Ciudad de México, más tarde, en la Escuela Nacional Preparatoria, inició su amistad con Salvador Novo y Jaime Torres Bodet.
Comenzó estudios superiores de derecho, que luego abandonó para dedicarse por completo a las letras. Hizo estudios de teatro en el Departamento de Bellas Artes. Becado en 1935 por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático durante un año en la Universidad de Yale de New Haven, Connecticut, Estados Unidos (en compañía de Rodolfo Usigli).
Formó parte del grupo llamado Los contemporáneos, sus integrantes se autodefinían como “grupo de sociedades”, “grupo sin grupo”, “grupo de amigos”, “grupo de forajidos”.
En unión con Salvador Novo dirigió la revista Ulises del año 1927 a 1928 publicando sólo 6 números de la revista. Tiempo después, colaboró en el Teatro Ulises y en revistas como Contemporáneos, Ulises y Taller, Letras de México (1937-1977), El Hijo Pródigo (1943-1946), Nuestro México, Romance, La Falange, Antena, Revista de Revistas y en periódicos como El Universal Ilustrado, El Espectador, el seminario Hoy, el suplemento "México en la cultura" de Novedades. Colaboró además en la revista Barandal, creada por Rafael López Malo, Arnulfo Martínez Lavalle, Salvador Toscano y Octavio Paz en 1931 cuando se encontraban en la Escuela Nacional Preparatoria no 1, en la Ciudad de México.4
Fue profesor de literatura en la Universidad Nacional de México y jefe de la sección teatral del Departamento de Bellas Artes.
Inició sus estudios en el Colegio Francés de la Ciudad de México, más tarde, en la Escuela Nacional Preparatoria, inició su amistad con Salvador Novo y Jaime Torres Bodet.
Comenzó estudios superiores de derecho, que luego abandonó para dedicarse por completo a las letras. Hizo estudios de teatro en el Departamento de Bellas Artes. Becado en 1935 por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático durante un año en la Universidad de Yale de New Haven, Connecticut, Estados Unidos (en compañía de Rodolfo Usigli).
Formó parte del grupo llamado Los contemporáneos, sus integrantes se autodefinían como “grupo de sociedades”, “grupo sin grupo”, “grupo de amigos”, “grupo de forajidos”.
En unión con Salvador Novo dirigió la revista Ulises del año 1927 a 1928 publicando sólo 6 números de la revista. Tiempo después, colaboró en el Teatro Ulises y en revistas como Contemporáneos, Ulises y Taller, Letras de México (1937-1977), El Hijo Pródigo (1943-1946), Nuestro México, Romance, La Falange, Antena, Revista de Revistas y en periódicos como El Universal Ilustrado, El Espectador, el seminario Hoy, el suplemento "México en la cultura" de Novedades. Colaboró además en la revista Barandal, creada por Rafael López Malo, Arnulfo Martínez Lavalle, Salvador Toscano y Octavio Paz en 1931 cuando se encontraban en la Escuela Nacional Preparatoria no 1, en la Ciudad de México.4
Fue profesor de literatura en la Universidad Nacional de México y jefe de la sección teatral del Departamento de Bellas Artes.
una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo.
Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmvil, callas.
Amar es una clera secreta,
una helada y diablica soberbia.
Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueas entre mis brazos que te cien, y odiar el sueo en que, bajo tu frente, acaso en otros brazos te abandonas.
Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa, el rumor de tu sangre y la marea de tu respiracin acompasada.
Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce hasta que de la brisa de tu aliento se impregnen para siempre mis entraas.
Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lcida avaricia.
Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta; saciar a un tiempo la avidez nocturna y morir otra vez la misma muerte provisional, desgarradora, oscura.
Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse, y el hambre de una boca atormentada que pide ms y ms y no se sacia. Amar es una inslita lujuria y una gula voraz, siempre desierta.
Pero amar es tambin cerrar los ojos,
dejar que el sueo invada nuestro cuerpo como un ro de olvido y de tinieblas, y navegar sin rumbo, a la deriva: porque amar es, al fin, una indolencia.
Cuando la tarde cierra sus ventanas remotas...
Cuando la tarde cierra sus ventanas remotas,
sus puertas invisibles, para que el polvo, el humo, la ceniza, impalpables, oscuros, lentos como el trabajo de la muerte en el cuerpo del nio, vayan creciendo; cuando la tarde, al fin, ha recogido el ltimo destello de luz, la ltima nube, el reflejo olvidado y el ruido interrumpido, la noche surge silenciosamente de ranuras secretas, de rincones ocultos, de bocas entreabiertas, de ojos insomnes.
La noche surge con el humo denso
del cigarrillo y de la chimenea. La noche surge envuelta en su manto de polvo. El polvo asciende, lento. Y de un cielo impasible, cada vez ms cercano y ms compacto, llueve ceniza.
Cuando la noche de humo, de polvo y de ceniza
envuelve la ciudad, los hombres quedan suspensos un instante, porque ha nacido en ellos, con la noche, el deseo. MIGUEL HERNNDEZ Me llamo barro aunque Miguel me llame... Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesin y mi destino Que mancha con su lengua cuanto lame. Soy un triste instrumento del camino. Soy una lengua dulcemente infame a los pies que idolatro desplegada.
Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada, embisto a tus zapatos ya sus alrededores, y hecho de alfombras y de besos hecho tu taln que me injuria beso y siembro de flores.
Coloco relicarios de mi especie
a tu taln mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto.
Ms mojado que el rostro de mi llanto,
cuando el vidrio lanar del hielo bala, cuando el invierno tu ventana cierra bajo a tus pies un gaviln de ala, de ala manchada y corazn de tierra. Bajo a tus pies un ramo derretido de humilde miel pataleada y sola, un despreciado corazn cado en forma de alga y en figura de ola.
Barro en vano me invisto de amapola,
barro en vano vertiendo voy mis brazos, barro en vano te muerdo los talones, dndote a malheridos aletazos sapos como convulsos corazones.
Apenas si me pisas, si me pones
la imagen de tu huella sobre encima, se despedaza y rompe la armadura de arrope bipartido que me cie la boca en carne viva y pura, pidindote a pedazos que la oprima siempre tu pie de liebre libre y loca.
Su taciturna nata se arracima,
los sollozos agitan su arboleda de lana cerebral bajo tu paso. y pasas, y se queda incendiando su cera de invierno ante el ocaso, mrtir, alhaja y pasto de la rueda.
Harto de someterse a los puales
circulantes del carro y la pezua, teme del barro un parto de animales de corrosiva piel y vengativa ua.
Teme que el barro crezca en un momento,
teme que crezca y suba y cubra tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que inunde el nardo de tu pierna y crezca ms y ascienda hasta tu frente.
Teme que se levante huracanado
del blando territorio del invierno y estalle y truene y caiga diluviado sobre tu sangre duramente tierno.
Teme un asalto de ofendida espuma
y teme un amoroso cataclismo.
Antes que la sequa lo consuma
el barro ha de volverte de lo mismo. ANTONIO MACHADO Cante hondo
Yo meditaba absorto, devanando
los hilos del hasto y la tristeza, cuando lleg a mi odo, por la ventana de mi estancia, abierta
a una caliente noche de verano,
el plair de una copla soolienta, quebrada por los trmolos sombros de las msicas magas de mi tierra.
...Y era el Amor, como una roja llama...
-Nerviosa mano en la vibrante cuerda pona un largo suspirar de oro, que se trocaba en surtidor de estrellas-.
...Y era la Muerte, al hombro la cuchilla,
el paso largo, torva y esqueltica. -Tal cuando yo era nio la soaba-.
Y en la guitarra, resonante y trmula,
la brusca mano, al golpear, finga el reposar de un atad en tierra.
Y era un plaido solitario el soplo
que el polvo barre y la ceniza avienta Crepsculo
Camin hacia la tarde de verano
para quemar, tras el azul del monte, la mirra amarga de un amor lejano en el ancho flamgero horizonte. Roja nostalgia el corazn senta, sueos bermejos, que en el alma brotan de lo inmenso inconsciente, cual de regin catica y sombra donde gneos astros, como nubes, flotan, informes, en un cielo lactescente. Camin hacia el crepsculo glorioso, congoja del esto, evocadora del infinito ritmo misterios0 de olvidada locura triunfadora. De locura adormida, la primera que al alma llega y que del alma huye, y la sola que torna en su carrera si la agria ola del ayer refluye. La soledad, la musa que el misterio revela al alma en slabas preciosas cual notas de recndito salterio, los primeros fantasmas de la mente me devolvi, a la hora en que pudiera, cada sobre la vida pradera o sobre el seco matorral salvaje, un ascua del crepsculo fulgente, tornar en humo el rido paisaje. Y la inmensa teora de gestos victoriosos de la tarde rompa los crdenos nublados congojosos. Y muda caminaba en polvo y sol envuelta, sobre el llano, y en confuso tropel, mientras quemaba sus inciensos de prpura el verano.