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PRU
AGUILARIntroduccion
El lider de Montoneros Mario Eduardo Firmenich carga
la impronta de un hombre maldito. Su cara evoca al de-
monio bifronte. Su aliento despide azufre. Sus manos son
garras ensangrentadas. Por donde camina, ya nada crece.
Traidor, miserable, cobarde, entregador, cuadrado, elitista,
militarista, déspota, cruel. Ningun adjetivo le es ajeno.
Firmenich es la bestia negra de la politica argentina del
siglo XX.
{Qué hizo para merecer tal condena? Fracas6. Su re-
voluci6n inconclusa dejé a la organizacién politico-mili-
tar que mas apoyo tuvo en la Argentina diezmada y sin
amparo. Los errores estratégicos dilapidaron su capital
politico y desaprovecharon un crecimiento de frentes de
masa inusual en el pais. Cuando debié hacer politica,
abrazo las armas y cuando quiso hacer politica, ya no habia
margen.
Firmenich tenia menos de veinticinco afios en el cenit
del poder montonero y muy poco espacio para equivocarse
en un escenario de canibales. El éxito lo ensoberbecié. Fue
producto de una Argentina totalitaria, extrema, y sus apor-
tes también fueron totalitarios y extremos. Cuando tuvo
gue hablar, call6. Cuando debi6 callar, habl6. Sobrevivié a
la represi6n mds cruenta y siempre deberd rendir cuentas
por no haber cafdo, en la légica de una revolucién que
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