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Aspectos Introductorios

Ia Parte
Aspectos Introductorios
Aspectos Introductorios 2

1. Introducción
El presente trabajo tiene por fin acercarse al concepto de libertad emanado desde las cartas de
San Pablo, tanto las originales como las que no lo son1. Sólo se tomará el conjunto de lo que
ordinariamente se llama Corpus Paulinum.

Sólo como breve acercamiento al tema de la libertad, antes de entrar en el trabajo mismo, y a
modo de introducción, se hará un breve excursus a partir de la libertad enfocada en dos puntos: la
libertad desde el hombre y la libertad desde Dios para terminar con una breve conclusión.

Este estudio no se propone acabar con el tema de la libertad, ni menos agotar su


profundización, lo que será tarea de futuros acercamientos, sólo asintóticos, a la materia2.

La libertad desde el hombre

Análisis de posturas extremas frente a este tema. Determinismo e indeterminismo; tienden a


juzgar la libertad, poniéndola en cuestión, ¿somos o no libres?

El determinismo dirá que el hombre no es libre a partir de tres factores, biológico (carga
genética, constitución física, sexualidad, personalidad, aptitudes intelectuales, etc.), psicológico
(Freud: consciente e inconsciente), e histórico (el hombre es un producto histórico – cultural). El
hombre sólo sería efecto de estos tres factores, nunca sería dueño de sí mismo.

¿Qué aspecto de la libertad pone en duda el determinismo biológico? Que el hombre no


pueda ser lo que quiere, sino sólo lo que se puede ser, es decir, desde el momento de la gestación
nuestra suerte está determinada.

¿Qué aspecto de la libertad pone en duda el determinismo psicológico? Que el hombre sea
incapaz de actuar en forma libre ya que está conculcado siempre por causas sicológicas; el hombre
viviría en un auto – engaño constante, pensando que es libre, pero no lo es realmente porque todos
sus actos estarían ya determinados por su inconsciente.

¿Qué aspecto de la libertad pone en duda el determinismo histórico? Que el hombre es tal
como es no por su libertad, sino por el momento que le ha tocado vivir; es decir, el hombre es un
producto de su tiempo y desde aquí está determinado a actuar.

El indeterminismo. Sólo existiría libertad real si el hombre fuera capaz de ser causa propia en
todas sus decisiones y actos; el hombre es libre o simplemente no lo es.

Crítica a las posturas extremas

Es innegable que el hombre tiene una carga genética determinada y que ello influye
directamente en el actuar y en el ser, pero no lo determinan absolutamente. Es decir, el ser humano
es varón o mujer y no ha elegido serlo; el ser varón o al ser mujer, sin duda, que va a determinar de
alguna manera su actuar (un hombre por más que quiera no puede concebir un hijo en su vientre; una
mujer está imposibilitada de ser padre biológico).

El afirmar que un hombre no es libre porque tiene un inconsciente que lo maneja es como
afirmar que el hombre es víctima siempre del miedo, de la fobia, del pánico; el que uno tenga un
inconsciente que lo impulse o lo reprima en su actuar, no quiere decir que lo haga en una totalidad,
sino que puede influir, y sólo influir, en su actuar.

Desde lo histórico se puede decir que ciertamente no somos espíritus puros, sino personas
concretas e insertas en un mundo histórico temporal, pero esto no es la anulación de la libertad, sino
1
No se entrará a analizar el tema de la autenticidad y pseudonimia ya que sería un tema extenso que no corresponde al
trabajo para lo cual hay estudios especializados en el tema como el presentado por S. VIDAL, Las cartas originales de
Pablo, Editorial Trotta, Madrid 1996.
2
Este tema que presenta como introducción es fruto de diversos trabajos personales de investigación para los ramos de
ética filosófica y moral fundamental tomados en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago, así como la aplicación
pastoral que se ha hechos en diversos grupos pastorales de parroquias.
Aspectos Introductorios 3

que una condición de ella. Es cierto que cada uno actúa según los parámetros de los hombres, modas,
costumbres y leyes de su tiempo, si no sería un des – adaptado y un antisocial.

Para ser libre no hay que rechazar el marco histórico – cultural, lo biológico, o lo psicológico
de cada uno; o intentar hacerlo todo de nuevo. Se puede ser libre sin fundar un nuevo mundo, la
libertad pasa por objetivación del mundo por parte del hombre, elegir entre las posibilidades que se
le presentan y discernir frente a ellas; la adhesión en una actitud irreflexiva al marco histórico es una
actitud éticamente inmadura.

La libertad pasa por tomar conciencia de lo que existe, y de ello tomar lo bueno para la vida.
Es adherir maduramente. Por esto que el hombre no es un producto sino una causa de la libertad.

Con respecto al indeterminismo podemos afirmar que es imposible, ya que en lo primero no somos
libres, en ser, nadie ha elegido nacer; tampoco en lo último somos libres, en el morir, nadie elige
morir (el caso de un suicida, no se puede decir que muera libremente porque son muchos los factores
que lo constriñen). Esto no nos puede llevar a afirmar la inexistencia de la libertad, porque somos
con otros, estamos en un mundo y en una sociedad y si con la libertad no somos capaces de hacer
que los demás sean libres, quiere decir que nuestro actuar no es realmente libre.

La libertad desde Dios

Dios creó al hombre libre y con un privilegio de elección que se le da por ser imagen y
semejanza de Dios3. Es decir, el hombre y la mujer participan de la libertad de Dios, y en virtud de
esa libertad el hombre puede caer en el mal o seguir el bien 4. En este texto se muestra cómo la mujer
es tentada por la serpiente a comer del fruto prohibido ante la ambición de ser como Dios; el pecado
está en elegirse a sí mismo como Dios (incurvatio): a ser conocedora del bien y del mal que son los
fundamentos del actuar. No entendieron la libertad que Dios les había dado desde el principio y la
utilizaron en forma negativa, prescindir de Dios, y no eligieron ser libres para estar con Dios.

Desde el Nuevo Testamento podemos ver que Cristo es la plenitud de la libertad, ya que
viene a dar cumplimiento a las leyes, normas y anuncios del Antiguo Testamento5. Cristo nos libera
desde una triple dimensión: del pecado6, de la muerte7 y del yugo de la ley8. Por esto Pablo dirá Para
ser libres, no ha liberado Cristo9, desde la cruz. Hay muchos que piensan que todo estaba de
antemano resuelto por Dios, todo estaba preparado ante la muerte de Cristo, incluso algunos piensan
que Cristo no sufrió en la cruz. Si esto fuera así, en primer lugar, la redención no sería tal, en
segundo lugar la muerte en la cruz no sería un acto libre (y es el acto más libre de la historia), en
tercer lugar sería una especie de obra teatro que ha sido montada y por lo tanto nuestra fe no tendría
ningún valor.

Conclusión

Cristo es la verdad que nos hace libres. Cristo es el camino que nos conduce a la libertad. Si
pensamos que la libertad no es real quiere decir que nuestra fe es vana. Somos libres porque Cristo
nos ha liberado de la esclavitud y el hecho de no tener normas de vida, de no saber a que atenerse
para actuar, de hacer lo que uno quiera nos lleva a la esclavitud más grande que existe: que con
nuestro obrar no podemos engendrar un mundo libre. Esta es la diferencia entre un hombre que dice:
yo soy libre de normas, libre de personas, libre de situaciones, con respecto a un hombre que dice:
yo soy libre para hacer libres a los demás con mis actos, yo soy libre para crear, para cooperar con
la obra salvífica de Dios.

La libertad tiene otra distinción importante. Existe una libertad de decisión y una libertad de
adhesión; es decir, se puede ser libre de elegir entre dos cosas, y puede ser entre el bien y el mal;
desde el punto de vista cristiano y por la fe, el hombre debe encaminarse hacia el bien, y eso no
3
Cfr. Gn 1, 26.
4
Cfr. Gn 3, 1 – 21.
5
Cfr. Mt 5, 17.
6
Cfr. Rm 6, 15 – 19.
7
Cfr. Rm 6, 20. 23.
8
Cfr. Rm 7, 1 – 6.
9
Gál 5, 1.
Aspectos Introductorios 4

conculca su libertad, porque lo hace libremente; pero más aún, el cristiano, puede elegir entre dos
bienes y aquí deberá elegir el mejor, el más perfecto, el que mejor le ayude a seguir la voluntad de
Dios. Pero queda aún otra dimensión, la libertad de adhesión, que es adherirse a lo que ya es, a lo
que le ha sido dado, sólo así podrá lograr la verdadera felicidad.

La libertad lleva consigo un factor muy importante, el saber comprometerse con Dios, con el
entorno, con los demás y con uno mismo. El hombre más libre es el más confiable, porque es
predictible, es decir, de quien se puede saber como va actuar; desde aquí podemos ver que Cristo es
el hombre más libre que ha existido, ya que el se entregó a los hombres, siendo inocente, por el
rescate de muchos; desde aquí es que podemos conectar la libertad con el amor; amando seremos
libres, despojándonos de nosotros mismos para poder entregarnos a los demás.

La libertad absoluta no existe en el ámbito humano (somos seres con otros, y cada otro es
algo de lo que yo no soy); el determinismo absoluto tampoco existe (somos seres condicionados en el
actuar pero no obligados a actuar). Pero, sí existe la libertad verdadera: aquella libertad que permite
seguir creciendo libremente y que no atenta contra Dios, contra el entorno, contra los demás y contra
uno mismo: es la libertad cristiana, la libertad desde el amor.

2. Breve referencia etimológica


Libertad es un femenino que proviene del vocablo latino libertas, libertatis. Es la facultad que
tiene el hombre de obrar o no obrar, por la que es dueño de sus acciones. Es el estado o condición del
que no es esclavo. Es una prerrogativa, una licencia, es decir, tener la libertad de hacer o decir algo.

El vocablo griego ε λ ε υ θ ε ρ ι α , ας remite a libertad, independencia; pero,


también a licencia o libertinaje10.

Es decir, podemos ver un sentido no necesariamente positivo. La libertad, no sólo puede ser
ejercida para el bien o para el mal, sino que además es un término tan coherente con su significado
que es plenamente libre, no tiene límites, se define a sí misma tanto como aquel actuar deliberado o
recatado, en los dos casos sería actuar libremente.

Vista así la libertad es no sólo peligrosa sino altamente ambigua. Por esta razón es que hay
que hacer algunos matices.

A continuación veamos algunas afirmaciones sobre la libertad.

Anteriormente hemos expresado, en la introducción, que el acto más libre, mirado desde la fe
cristiana, es el de Cristo, que se hizo esclavo, y esto es así porque nadie lo obligó a hacerlo. Pero al
mismo tiempo hemos expresado otra acepción de libertad que más bien lleva a expresar una actitud
libertina, a hacer lo que se quiere sin mirar al otro.

Y es que la libertad, en su concepto más puro es el ejercer que no requiere normas ni reglas
para actuar, tan sólo el mero gusto o el mero sentimiento de querer hacerlo. Este actuar deliberado
sin preocuparse de los demás, habría, que aceptarlo como libre si queremos afirmar la existencia de
la libertad. Qué sería realmente la libertad sin un acto puramente libre: sería precisamente una
negación de libertad, afirmar que la verdadera libertad no existe; estaríamos frente a un actuar
delimitadamente libre. Lo que es contradictorio.

Si realmente queremos definir la libertad, si es posible hacerlo, sin conculcarla, deberíamos


decir que la libertad en sí misma es sin límites, y por esta razón, no se le puede definir, porque ya
sería poner un límite; tampoco se le puede ejercer, porque sería retenerla en un acto o en una persona
y por lo tanto, estaría enjaulada. Por lo tanto ya no sería libre la misma libertad. Por lo tanto se
requiere un ser que puede ejercerla sin ponerle límites, y que además sea también acto infinito.

10
Quizá convendría recordar el origen del concepto libertinaje: libertinus es el nombre dado en la sociedad romana a
aquel esclavo que ha logrado conseguir su libertad, por su esfuerzo o como gracia. Dado que el libertinus, desde el
momento en que se le firmaba el acta manumisión, gozaba de una situación jamás gustada, es que no sabía ejercerla, y
por tanto se entregaba al desenfreno. Desde aquí, podemos entender el sentido de libertinaje.
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El único ser sin límites es Dios, y por lo tanto es perfectamente libre, ya que Dios no necesita
de nada ni de nadie; a nadie tiene que explicar su obrar, así como tampoco a nadie tiene que
demostrar que es Dios o que puede hacer lo que hace, o que es libre. Esta libertad ejercida sólo por
Dios en su pureza la transmite al hombre al crearlo a su imagen y semejanza.

El hombre, creatura de Dios, por ser finito, también tiene una libertad finita, y por lo tanto no
posee o agota la libertad. Por tanto si entendemos la libertad, filosóficamente hablando, como aquel
acto sin límites, no podemos afirmar que para el hombre posea una libertad sin límites.

Con todo, precisamente debido a los límites del hombre, que se ven traspasados precisamente
al conocerlos, el hombre logra su libertad. En efecto, el hombre, al saber hasta donde puede llegar,
reafirma su libertad, ya que sabe a que atenerse y puede actuar afirmado desde un parámetro; esto es
lo que lo hace libre, el conocer su finitud, y saber desde donde puede fundar su libertad.

Sólo Dios puede ser sujeto de la libertad verdadera, en su sentido conceptual. Sólo Dios
puede actuar verdaderamente libre, ya que es infinito, al igual que la libertad; y su actuar siempre
deliberado va a ser paradojalmente recatado11, es un actuar deliberado de Dios el que siempre hace
libres a los demás; pero no por esto los actos de Dios dejan de ser escandalosos para el hombre; el
primer acto que crea escándalo, en algunos hombres, es precisamente la creación; hay hombres que
no creen en Dios, precisamente porque no pueden creer que Dios haya deliberadamente decidido
crear al hombre por amor, haya libremente, sin necesidad personal, creado al hombre.

Otros hombres, no pueden aceptar la existencia de Dios amor, si es que mandó a su Hijo Único a
la cruz, a la muerte, y que ésta haya sido aceptada libremente por amor. Es el escándalo de la libertad
de Dios.

Esta libertad pura, sin límites sólo proveniente de Dios y sólo por él ejercida de modo absoluto,
pasa al hombre, como todo, por participación; es decir, si somos creados por un ser infinitamente
libre, somos nosotros, también, a nuestra manera, diametralmente libres, es decir, finitamente libres.

Puede considerarse, incluso, una epifanía de la libertad de Dios, el hombre libre como hecho. En
su libertad, Dios, decide crear como cabeza de la creación a un ente que con su ejercer en el mundo
es testimonio del modo de actuar de Dios. En una frase, podríamos decir, cómo actúa Dios, miren
como actúa el hombre.

Participamos de la libertad divina en nuestros actos y en nuestras decisiones. Por esta razón es
que no se puede afirmar como válido el determinismo o el indeterminismo, ya que en el hombre, no
son tales porque hay una condición, la creatural; pero no quiere decir que no sea realmente libre, sino
que precisamente quiere decir, que puede por su libertad optar; su elección siempre será
condicionada, pero no conculcada, a no ser que se le obligue a aceptar.

La libertad entonces, a partir de su etimología es aquel concepto infinito del que el hombre
participa finitamente. Tiene una cierta libertad por su tetra – dimensión: es creatura, es social, es
individuo y está en un medio, por lo tanto en sus decisiones tiene que tener en cuenta estas
dimensiones.

Es libre de no hacerlo, pero con ello conculca al resto, y para que un acto sea realmente libre
debe engendrar libertad y con ella poder seguir actuando libremente. La libertad como licencia, como
un no estar sujeto a normas, como ser independiente, absolutamente no existe, sino que precisamente
es el saber a que atenerse, el conocer los límites que se tiene para poder actuar, lo que hace de un
acto que sea verdaderamente libre; si somos seres finitos, la libertad ejercida por nosotros también lo
es, y adherirse a ella es lo que la hace no tener los límites que puede poseer, el saber qué hacer en
determinados momentos, en determinadas circunstancias, el saber cómo actuar, y qué es lo que se
puede y lo que no se puede hacer es lo que construye la libertad del hombre.

El hombre que piensa que porque hace lo que quiere es libre, es aquel menos libre porque no
sabe a que atenerse. Cuando el hombre se hace predictible para sí mismo y para los demás, es cuando
11
No deja de ser notable que el mismo concepto deliberación pertenezca, con el de libertad, a la misma familia
semántica, podría incluso decirse que el más libre acto de la libertad es precisamente aquel de ponerse límites, es decir
deliberar, acto en el cual la propia libertad es pesada en la crítica balanza de la actualización de las infinitas posibilidades
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es libre, ya que ha conocido sus límites y por lo tanto los puede postergar; es decir, ha logrado
participar de la infinitud de la libertad.

3. Breve referencia a Pablo y sus cartas


Al acercarse al Nuevo Testamento, es indispensable hacerlo por la figura de Pablo. Pablo se
convierte en cita obligada para quien quiere profundizar seriamente en el estudio de la Palabra de
Dios o del cristianismo.

Pablo es una figura fascinante y fundamental, al mismo tiempo que clave para la formación del
cristianismo primitivo; fue tanto misionero como teólogo, además del personaje bíblico del cual se
tienen más datos biográficos.

Las fuentes bíblicas para estudiar a Pablo son dos principales el libro de los hechos y el Corpus
Paulinum: el legado de Pablo para la humanidad. Además, existe una fuente extra – bíblica por la
cual se puede acceder no sólo a la figura de Pablo, sino también, a un estudio de todo el Nuevo
Testamento y de las comunidades cristianas primitivas: la fuentes históricas. En efecto, hay datos
incorporados a los escritos neotestamentarios que permiten datar, contextualizar, ciertos escritos y
momentos de la comunidad; pero, lo más importantes, enfatizar y afirmar, la historicidad del
acontecimiento cristiano fundamental: Jesucristo.

Las cartas de Pablo, son una herencia teológica, parenética, retórica, etc., para la humanidad, por
lo tanto, cualquier cristiano, e incluso cualquier hombre de buena voluntad, puede encontrar en estos
escritos orientaciones para su vida.

Un problema que se presenta al estudiar la figura de Pablo, es que sólo poseemos sus cartas y no
sus prédicas; sólo podemos extraer los temas que en ellas trataba.

Las razones para estudiar a Pablo, son muchas. En primer lugar, extiende la Iglesia primitiva,
organiza las iglesias de los paganos y los inicia en el culto del siglo I. En segundo lugar sus escritos
forman el contenido más importante del Nuevo Testamento12, y éstos se transforman en correctivo
crítico para el sinnúmero de disciplinas teológicas. Sin ser el objetivo central de Pablo, aunque en
ninguna parte dice que no lo fuera, expone la doctrina cristiana siendo fácil extraerla
sistemáticamente13.

Una cuarta razón, es que Pablo no es figura que deje pasivo a sus lectores; necesariamente
interpela a quien lo lee, y esto se ve demostrado en que, por medio de sus escritos a dado origen a
movimientos de todo tipo y conversiones de las más variadas personas14.

Una quinta razón la podemos encontrar en un dato histórico. Son los escritos más antiguos del
cristianismo. Es decir, son los escritos más cercanos al Señor y a su tiempo 15. Aunque no sea, Pablo,
un testigo visual de Cristo, no conoció al Jesús terreno, sino que recibió su vocación16 a partir de una
12
En efecto, se entiende en cuanto a extensión, no a importancia cualitativa. El Nuevo Testamento contiene 27 libros, de
los que 14 se atribuyen a Pablo o por lo menos al círculo que él frecuentaba o las comunidades que él fundó. No es tema
de este trabajo ni la Pseudonimia ni la pseudoepigrafía, sino sólo el Corpus Paulinum en cuanto tal.
13
De igual manera sucederá con los padres apostólicos y apologetas, que escribía para satisfacer necesidades de las
comunidades o para contestar preguntas, o para reivindicar el cristianismo ante las autoridades, pero nunca para exponer
sistemáticamente la doctrina cristiana.
14
Sólo dos ejemplos: San Agustín prácticamente termina de convertirse leyendo Rm 1, 13b. 14; así también Lutero tiene
una iluminación a partir de Rm 1, 6 – 17 e interpretar la justificación y salvación.
15
En este tema es interesante anotar que la fecha de datación de la carta de 1 Cor, sería muy temprana, al rededor del año
56 en su primera mitad; en esta carta habría una tradición que encontramos en el Capitulo 11, 17ss, que ya habría sido
recibida por Pablo. Si pensamos en que Jesús murió hacia el año 33 podemos pensar que la tradición nació casi después
de la Ultima Cena, que pasó muy poco tiempo desde la resurrección del Señor y su ascensión, tal vez Pentecostés y la
celebración de la comunidad cristiana. Es decir, la Tradición que nos transmite la carta estaría presente muy
tempranamente en la comunidad, casi muy cercano al hecho de la resurrección, por esta razón es que se dice que Pablo
escribe muy tempranamente.
16
Muchas veces se habla de la conversión de Pablo, pero creo que esto no es muy correcto, sino más bien se trata de una
vocación. Así lo expresa el P. Beltrán Villegas en su libro: ¿Qué podemos saber sobre la vida y personalidad de San
Pablo?: estudios sobre San Pablo, Anales de la facultad de teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Vol.
XLIV (1983) cuaderno 1. Pero además por la diferencia entre la palabra vocación y conversión. Conversión remite a la
mutación de una cosa en otra. Vocación remite a un llamado escuchado y contestado. Por lo tanto, si Pablo fuera
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experiencia con Cristo resucitado, plasmó los testimonios más frescos y directos del Señor, aunque
haya sido por terceros.

3.1. Pequeña biografía de San Pablo

Como ya hemos dicho para estudiar a Pablo es necesario acudir a diferentes fuentes.

3.1.1. Datos biográfico y cronológicos intrabíblicos


Nace en Tarso de Cilicia en la región suroriental del imperio entre los años 5 a 10 d. C.; recibe el
nombre de Shaul (hebreo) y de Pablo (greco – romano)17. Es un judío fanático de la tradiciones
antiguas de sus antepasados18, y un fiel cumplidor de la ley19; pertenece a la tribu de Benjamín20; fue
enviado a estudiar en Jerusalén21, bajo la mirada de Gamaliel donde recibe una gran educación
religiosa heredando las doctrinas fariseas22; pertenece a alguna familia, tal vez de condición social
alta, de negociantes y fabricantes de tiendas23; se constituye en perseguidor de cristianos y de la
Iglesia naciente24, lo que lo uniría al martirio de Esteban25; camino de Damasco tiene una visión de
Cristo resucitado lo que cambiará definitivamente su vida26. A partir de este momento se
transformará en el Apóstol misionero que conocemos y fundador de comunidades.

3.1.2. Dato biográficos extra – bíblicos


Para estudiar los personajes bíblicos es necesario recurrir a un fuente histórica absoluta
acreditada por la ciencia histórica escudriñando aquellos datos que proporciona el Nuevo Testamento
sobre acontecimientos históricos reconocibles. Para esto hay que encontrar un dato con – fluyente. Se
nos habla que Pablo pasó tres años después de su conversión sin entrar en contacto con la comunidad
cristiana27, al rededor de 14 años antes del Concilio de Jerusalén 28. Entonces se obtiene la conversión
de Pablo alrededor del año 35 d. C., pasando un año y medio en la comunidad de Corinto29 y
posteriormente dos años y medio en la comunidad de Éfeso30.

Con todo, encontramos un dato convergente: Act 18, 12. Es el encuentro de Pablo con Galión el
gobernador de Acaya. Además de otros datos como la situación del procurador romano Antonio
Félix y la expulsión de los judíos de Roma en tiempos de Claudio31.

Acaya, era una provincia gobernada por un procónsul dependiente del Senado Romano. Estos
procónsules duraban alrededor de un año o hasta que se nombraba otro que podía ser menos o más
tiempo. Galión habría ejercido su cargo entre los año 50/51 o 51/5232. Por otro lado la expulsión de
convertido, habría cambiado su condición por otra, que en cierto sentido si lo hizo ya que pasó de ser judío a cristiano, de
ser perseguidor a ser predicador, etc. Pero en el sentido más profundo no lo hizo, ya que era una persona religiosa y
profundamente consecuente con su fe, por lo tanto no mudó, sino que contestó el llamado recibido y siguió siendo el
mismo, sólo que ya no judío sino cristiano.
17
Cfr. Act 13, 9.
18
Cfr. Gál 1, 14.
19
Cfr. Flp 3, 6.
20
Cfr. Rm 11, 1.
21
Al parecer hay algunos teólogos que discuten la estadía de Pablo ahí, y que habría sido inventada para ligar al Apóstol
con esa comunidad; esta afirmación tiene como fundamento Gál 1, 22, en donde se deja ver que no se conocía al Apóstol
en esa comunidad; en realidad antes de recibir la vocación, Pablo no tenía porque ser conocido en la comunidad cristiana.
Cfr. S. GUIJARRO, (dir), Comentario al Nuevo Testamento, La casa de la Biblia, Madrid 1995, 396.
22
Cfr. Act 22, 3.
23
Cfr. Act 18, 3.
24
Cfr. Act 22, 4; 26, 9 – 12; Gál 1, 13; Flp 3, 6.
25
Act 7, 58; 22, 20; 26, 10. Este pasaje de Act 7, 8 es el primero en el que se menciona a Pablo, para irlo introduciendo
poco a poco en el libro.
26
Cfr. Act 9, 3 – 19; Gál 1, 13; Flp 3, 6.
27
Cfr. Gál 1, 18.
28
Cfr. Gál 2, 1.
29
Cfr. Act. 18, 11.
30
Act. 19, 8. 10. Todos estos datos son sólo aproximaciones.
31
Cfr. Act 18, 2.
32
Estos datos se basan a partir de una inscripción encontrada sólo a principios de este siglo, la inscripción de Delfos que
no tiene fecha exacta. Es la inscripción No 26. La 24 tuvo lugar en el año 11 del emperador Claudio, hacia enero del 52, y
la 27 hacia agosto del 52, por lo tanto la 25 y la 26 estuvieron entre estas fechas. Se puede fechar, entonces la 26 hacia
mayo o junio del 52. Entre estas fechas habría sido el encuentro con Pablo.
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los Judíos de Roma ocurrió hacia fines del año 49. Si se sabe que Pablo se encontró con Galión en
Corinto, se puede deducir que su encuentro fue a inicios de los años 50.

Por lo tanto se puede concluir como síntesis biográfica después de haber analizado algunos datos
lo siguiente; éstas sólo serán estimativas ya que con seguridad es imposible determinar más que
estimativamente los datos sobre su vida.

Podemos entonces destacar los principales momentos de su vida y darle una datación sólo
probable: nace en la primera década de la era cristiana, más bien entre los años 3 al 10 d. C.; tiene
sus primeras incursiones por la educación hasta los años 20 d. C., pasando a las escuelas rabínicas de
Jerusalén hacia el 25; se convierte al cristianismo hacia 33 al 36 d. C., y pasaría en Arabia tres años
desde el 33/35 hasta el 36/38. Hacia el 39 se encontraría con Pedro en Jerusalén, para ir de Tarso a
Antioquía hacia el 44; entre el 45 y el 48 su primer viaje por Asia Menor; aquí podemos fijar el
concilio entre el 48/49 hasta el 50; el mismo 50 sucede la evangelización en Tesalónica y estancia en
Corinto33 (desde aquí escribiría la carta a los Tes, y después la segunda carta a los Tes). Entre el 53 y
el 58 su tercer viaje apostólico, en este período habría escrito la carta a los Gál, 1 y 2 Cor y Flp. Al
final del 58 vuelve a Corinto y escribiría Rm; en el 58 viajaría a Jerusalén por asunto de la colecta y
hacia el 60 sería apresado en Jerusalén y pasa su cautividad en Cesarea Marítima donde escribiría
algunas cartas como Flm, Col y Ef, Al final del 60 viajaría a Roma en calidad de preso, ya hasta el
62/63 pasaría en Roma cautivo; según algunos autores, aunque sin mucha seguridad habría gozado
de libertad entre los años 62 al 66, y habría viajado a Hispania y a oriente; en estas fechas habría
escrito 1 Tim y Tt. Entre los años 66 al 67 escribe 2 Tim y muere mártir hacia el 67, bajo el
emperador Nerón, decapitado ya que era judío34.

3.2. Personalidad y formación de Pablo

Para ver esta personalidad es necesario adentrarse en el libro de los hechos y sus cartas; ellas,
aunque no sean estrictamente paulinas, nos ayudan a dar un perfil sobre Pablo, cual era su
pensamiento central, cómo se dirigía a las comunidades, etc.

Es necesario, para acercarse a los escritos paulinos, conocer el Sitz im Leben de Pablo y su
personalidad, así se sacará mucho más provecho la lectura de sus cartas.

En primer lugar hay que decir que no era un gran orador, pero en sus escritos está reflejada su
gran oratoria. No es una contradicción, sino que simplemente se refiere a que San Pablo escirbe bien
y en forma enérgica, pero al expresarse al parecer, por los datos que nos dan algunas cartas es un
hombre más pausado, aunque no tiene problema de ponerse enfrente de los que están en contra 35. No
era buen improvisador36; un orador improvisa y lleva al que escucha al terreno al que quiere llegar en
forma espontánea, sin mucho esfuerzo, en cambio Pablo, es más directo, y en sus cartas propone un
estilo fuerte y convincente sin desviarse del tema. Siempre predomina el elemento de búsqueda a
partir de la resurrección de Cristo y su experiencia de esto; su predicación gira en torno a la Cruz,
pero con el telón de fondo la resurrección. Todo esto denota un proceso de cambio y conversión del
judaísmo al cristianismo; no fue un paso de la noche a la mañana, es una conversión progresiva.

Es un hombre apasionado, un alma que se entrega sin medida a un ideal 37. Este ideal al que
se entrega es esencialmente religioso, es predicar la salvación del hombre en Cristo Jesús. Tiene una
personalidad siempre sólida y consecuente con lo que piensa; en efecto, consideraba herejes a los
cristianos y los persiguió38; posteriormente descubre que la salvación sólo está en Cristo y eso es lo
que predica, trabaja sin descanso por el ideal que él considera más perfecto, a pesar de las

33
Aquí sería el encuentro con Galión punto clave para datar más verídicamente la cronología de Pablo.
34
Para una mayor profundización del tema remitirse a VILLEGAS, B., ¿Qué podemos saber de la vida y personalidad de
san Pablo? En Estudios sobre san Pablo, Anales de la facultad de Teología de la pontificia Universidad Católica de
Chile, Vol. XLIV (1993) cuaderno 1; MÉHAT, A., Pablo en Diccionario enciclopédico de la Biblia, Herder, Barcelona
1993; ROSSANO, P., Pablo en Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Ediciones Paulinas, Madrid 1990. GARCÍA, M.,
Cartas de San Pablo en Comentario al Nuevo Testamento, La Casa de la Biblia, Barcelona 1995.
35
Cfr. 1 Cor 2; 9; 2 Cor 10; 2 Cor 12, entre otras.
36
En realidad sobre sus discursos poco podemos decir, sobre su predicación verbal sólo podemos especular ya que a
nosotros sólo nos llega el testimonio escrito, pero en ella podemos descubrir algunas pistas.
37
Biblia de Jerusalén, Introducción a las epístolas de San Pablo, edición española 1975, 1597.
38
Cfr. 1 Tim 1,13; Act 24, 5-14.
Aspectos Introductorios 9

animadversiones39, siempre a pesar de todo seguirá adelante40, porque nada lo separará del amor de
Dios41 y es en estas cosas que se ve configurado a su Señor y Maestro42.

Con todo se trata más que de un hombre de puro corazón, de un hombre cerebral, de
inteligencia lúcida, lógica y exigente, claro y enérgico para exponer la fe interpelando a los oyentes.

Además es un hombre de un carácter difícil, esa misma fogosidad para predicar hace que
tenga un carácter muy fuerte y a veces explosivo, tiene problemas con Pedro y Bernabé 43; además
también se enfrenta directamente a Pedro cuando él actúa mal44. Su espíritu es altamente dialéctico,
va avanzando poco a poco ocupando la argumentación griega la Diatriba 45. Se nota claramente en sus
cartas este modo de argumentación, donde suponía un adversario ante él, o bien los rumores que se
decían de él que los va contestando uno a uno46. Escribe con un carácter dramático, lo que se refleja
fuertemente en sus cartas47, es decir, va personificando ciertas abstracciones como la Ley, la Carne,
etc. Además usa mucho la antítesis, es decir, siempre va enumerando términos con su contrario:
fuerza, flaqueza; Adán Cristo; muchos, uno; es una técnica para aclarar su pensamiento e irlo
explicando con el escrito48; en general su estilo es un poco disparejo, tiene momentos fuertes y
enérgicos y otros momentos monótonos49.

3.2.1 Formación Filosófico – teológica


Pablo es heredero de las tres culturas más relevantes de su época: la judía, la romana y la
griega: es judío de nacimiento y religión, se expresa en la lengua y en las formas del helenismo, y es
ciudadano romano que se encuadra lealmente en el marco político administrativo del imperio50. No
se trata de un sincretismo, tampoco es un resumen, o un cóctel de culturas, es un hombre que ha
asimilado perfectamente las culturas en las que se forma.

En efecto su cultura judía lo marca mucho, nunca niega ser judío, tampoco ante el peligro de
la muerte; pertenece a la diáspora judía, por eso es que nace en Tarso, insiste en su carácter judío y
de circuncidado; de la tribu de Benjamín y fariseo 51; incluso ya convertido al cristianismo sigue
utilizando el calendario judío52; también utiliza, como buen rabino, la Biblia como libro de lectura y
de interpretación53.

Pablo nace en Tarso, una gran ciudad universitaria y no desconocida en su tiempo. Era una
ciudad cosmopolita que lo instruye en la cultura helénica aunque no se sabe con seguridad si asistió a
las escuelas de retórica de Tarso; pero si sabe mucho de la cultura griega: la lengua la maneja; tiene
metido en la sangre el sentido de la filosofía estoica, buscar la verdad donde esté. Lo que más hace
pensar en su contacto con la cultura helena es que usa el griego con mucha facilidad: la forma que
tiene de argumentar. No se sabe con seguridad en que años va a Jerusalén para ser formado por
Gamaliel pero si hay seguridad de que fue su maestro en Jerusalén54 .

Por haber nacido en Tarso, de una familia honorable goza del privilegio de la ciudadanía
romana.

39
Cfr. 1 Cor 4, 9-13; 2 Cor 4, 8ss; 6, 4-10; 11, 23-27.
40
Cfr. 1 Cor 9, 16ss.
41
Cfr. Rm 8 35-39.
42
Cfr. 2 Cor 4, 10; Flp 3, 10.
43
Cfr. Act 15,36ss; 12, 12; 13, 13.
44
Cfr. Gál 12, 11-12.
45
Forma de argumentación típica griega en la que se usan los famosos diálogos pero con un interlocutor ficticio al que se
le van haciendo preguntas o recibiendo preguntas de él, y por medio de este diálogo se van exponiendo las ideas o
doctrinas que se quieren hacer llegar al oyente.
46
Cfr. 1 Cor 9.
47
Cfr. 2 Cor 11-13.
48
Cfr. 1 Cor 1,18.
49
Rm 1; 1 Cor 15, 1-34.
50
Cfr. ROSSANO, P., Pablo en Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Ediciones Paulina, Madrid 1990, 1353.
51
Cfr. Flp 3, 5-6.
52
Cfr. 1 Cor 16, 8.
53
Cfr. 1 Cor 10, 1-10.
54
Cfr. Act. 22, 3-4.

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