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| jean _ baudrillard | Critica de ‘la economia | politica del | Signo 3aedicion a.) |; Vveintluno editares CRITICA DE LA ECONOMIA POLITICA DEL SIGNO Ly a JEAN BAUDRILLARD traduccion de AURELIO GARZON DEL CAMINO DICE (6N-SIGNO ¥ LOGICA DE CLASES oO __ . Funcién, social del ot : siglo veintiuno de espajia editores, sa tives sociolbgicas, 8 mt. La prictica i cece : los objetos, 15; 1v. Una légica de la segregacién, 36 siglo veintiuno editores, sa a siglo veintiuno argentina editores, sa > — GENESIS IDEOLOGICA DE LAS NECESIDADES siglo veintiuno de colombia, Itda El consumo como légica de las significaciones, e nee $2; m. El consumo como estructura de cambio gle Giferenciacién, 61; xt. El sistema de las necesida- des y del consumo como sistema de fuerzas pro- ducts, 76 hsTICHISMO E IDEOLOGIA: LA REDUCGION SEMIO™ écrca EL GESTUAL Y LA FIRMA: SEMTURGIA DEL ARTE ‘CONTEMPORANEO A SUBASTA DE LA OBRA DE ARTE: INTERCAMBIO/ SIGNO ¥ VALOR SUNTUARIO 1. La otra vertiente de Ie economia politics, 122; portada de anhelo hernéndez || Diferencia con el intereambio econémico, 127; mt. Poder econémico y dominacién, 131; xv. Valor sim primera edicién en espafiol, 1974 bélico y funcién estétice, 133; v. Conclusion, 136 segunda edicién en espafiol, 1977 tercera edici fi iva TEORA GENERAL O wiglo wai edioress as ra 5 dex see ISBN 908-28-0702-8 : 5 ALLA DEL VALOR DE USO Briers eden en francs, 1972 ditions gallimard, 1972 : ia rorimoa titulo original: pour une critique de l'économie acta una cRITICA DE LA EOONOMIA = politique du signe | stcxo derechos reservados conforme a la ley | (wd impreso y hecho en méxico/printed and made in mexif 108 121 166 1. El pensamiento mégico de Ia ideologia, 166; x. La metafisica del signo, 173; m1. El espejismo del referente, 176; rv. Denotacion y connotacién, 185; v. Més alld del signo: lo simbdlico, 188 REQUIEM POR LOS MEDIA Introito, 194; Enzensberger: una estrategia “socia lista", 198; Le respuesta, 202; Estrate- gia subversiva y-“accién simbélica”, 206; EI modelo feérico de la comunicacién, 213; La ilusién ciber nética, 217 DISENO Y ENTORNO © LA ESCALADA DE LA ECONO- mia vorinca La operacién del signo, 227; La crisis del funciona- ismo, 235; Entomo y cibernética: estadio const ‘mado’ de la economia ‘politica, 244 DE LA REALIZACION DE DESEO EN EL VALOR DE ‘CAMBIO fprofINCION-SIGNO Y LOGICA DE CLASE* FUNGION SOCIAL DEL, OBJETO-SIGNO La hipétesis empirica: necesidades y valor de uso [Un andlisis de la légica social que condiciona el cono- jmiento operative de los objetos, de acuerdo con Jas versas clases o categorias, tiene que ser al mismo tiem- tun anilisis critico de la ideologia del.“‘consums”, bbyacente hoy a todo conocimiento operativo de. los bjetos. Este doble andlisis el de la funcién social listintiva de los objetos y el de la funcién polftica de la jdeologia que con ella se relaciona— debe basarse en ina condicién previa absoluta: la superacién de una vi- in esponténea de los objetos en términos de necesi- d, de la hipétesis de la prioridad de su valor de u Esta hipétesis, que se sostiene en la evidencia vivida, signa los objetos un status funcional, el de utensilio nculado a unas operaciones técnicas sobre el mun- do, y por ello mismo el de mediacién para las necesi- dades antropolégicas “naturales” del individuo.. En esta "spectiva, los objetos son ante todo funcién de las Inecesidades y adquieren su sentido en Ia relacién eco- mica del hombre al entorno, Esta hip6tesis empirica es falsa. Lejos de ser el status DPimario del objeto un status pragmético que venddfa a Sobredeterminar més tarde un valor social de signo, es Por el contrario el valor de cambio signo lo que es fun- ‘lamental, no siendo el valor de uso con frecuencia otra cosa que Ja caucién préctica incluso una racionaliza- F * Publicado en Communications, 13, 1969. a 251 2 wk one | VOGIOA: De: CLARE 3 cién pura y simple): tal es, en st forma paradéjica, ‘inica hipétesis sociologica correcta. Bajo su evidencit concreta, las necesidades y las funciones no descri en el fondo sino un nivel abstracto, un discurso nifiesto de los objetos, frente al cual el discurso cial, ampliamente inconsciente, aparece como fundamen} tal, Una verdadera teoria de los objetos y del consu se fundaré no sobre una teorla de las necesidades y su satisfaccién, sino sobre una teoria de la prestaci social y de la significacién. des (no totalmente, por lo demés: la dote, los rega- | etc.). Sin embargo, detrés de todas Jas superestruc- ras de la compra, de Ia transaccién y de la propiedad riyada, es siempre el mecanismo de la. prestacién social ? que hay que leer en nuestra opcién, muestra acumu- cin, nuestra manipulacién y nuestro consumo de ob- jetos, mecanismo de discriminacién y de prestigio que halla en Ia base misma del sistema de valores y de Entegracion en el orden jerdrquico de Ja sociedad. La wula y el potlatch han desaparecido, pero no su princi- jo, que utilizaremos como base de una teoria sociolé- jca de los objetos —y esto, sin duda, es siempre més [ ‘erto a medida que los objetos se snultiplican y se di- jfferencian: no la relacién con las necesidades, el valor.| uso, sino el valor de intercambio simbélico, de pres- | icién social, de competencia y, en el limite, de discri-.” nantes de clase. Tal es la hipétesis conceptual fun- mental de un anélisis sociol6gico del. “consumo”. EL intercambio simbélico: la kula y el potlatch* La alusion a las sociedades primitivas es sin duda ‘grosa; es preciso, sin embargo, recordar que originalm te el consumo de bienes (alimenticios 0 suntuarics) n responde a una economfa individual de Jas necesidac sino que es una funcién social de prestigio y de distr bucién jerérquica. No depende ante todo de la neces dad vital 0 del “derecho natural”, sino de una coacciérEl consumo ostentatorio cultural. En suma, es una institucién. Es preciso quepy runos bienes y unos objetos sean producidos e intercam biados (a veces en forma de dilapidacién violenta) pa que una jerarquia social se manifieste. Entre los Ti briandeses (Malinowski), la distincién entre funciér econémica y funcién/signo es radical: hay dos cla de objetos, sobre los cuales se articulan dos siste paralelos: la kula —sistema de intercambio simbélic fundado sobre la circulacién, la donacién en cadena || collares, adornos, en torno del cual se orgé niza el sistema social de valores y de status—, y el gin se el Cones dees ins pron AS tambte dl Ao Coan cmstion), dan sta ci6r les lo en eda’ 7 > oy segreguciin ha desaparecido en nuestra soced,y jon 7 de te toned Be Rankin ee * Poilach: ceremonia de los indlos del Pacifico, en la gut ® !05 bjetos en In kula o el potlatch, no es, pues, Ja propiedad se regala o distibuye con largueza, a fin de at 2 aul mantener dcteminad Sen nocat Pay + £8 & M] * Th. Veblen, The theory of she leisure cls, 1889, eco de esta funcién primordial de los objetos se en- tra ampliado, en los andlisis de Thornstein Veblen,* la nocién de conspicuous waste. Cprodigalidad osten- toria, gasto 0 consumo de prestigio). Veblen demuestra jue si las clases sometidas tuvieron por funcién al prin- ‘pio trabajar y producir, tienen simulténeamente por Funcién (y, cuando se mantienen en la ociosidad, tinica funcién) hacer alarde del standing del Amo. S mujeres, la “clientela”, Ja servidumbre son asi, ex: mentes de status. Estas categorfas consumen también, 4 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE a5 Y LOGICA DE CLASE 5 psig, ademés de lo riguera y Ta dilapidacion Coase de un orden jerérquico de los valores. Veblen analiedfy! expenditure), es la ociosidad Cwaste of time), ejer fn esta perspectiva ln condicién de la mujer en Idpjda directamente © por interpésita persona (vicarious E] mundo de los objetos no escapa a esta re- sociedad patriarcal: asi como no se alimenta al esclavajejsure)- i ") esta coaccién de superfluidad: es siempre en econdmica, sino le de institucién 0 de preservacich ppara que coma, sino para que trabaje, tampoco se vist He a Pintupsamente a una mujer para que aparezca herlpquello que tienen de iniitil, de fitl, de superfluo, de rosa, sino para que atestigite con su Iujo la legitimidaddecorativo, de mo funcional, en To que categorias ente © el privilegio social de su Amo Ces igualmente el casdyas de objetos (hibelots, accesorios, baratijas) 0, en cada de le “cultura”, que, para las mujeres con frecuenciafpbjeto, todas las connotaciones y el metabolismo de las finciona como atributo social: en las clases acomodalformas, el juego de la moda, etc. —en suma, los obje dds sobre todo, Ja cultura de las mujeres forma partegos no agotan jamés sus posibilidades en aquello para patrimonio del grupo). Esta nocién de vicariouflo que sirven, y es en este exceso de presencia donde Poreion det “neo por interpésita persona”, eladquieren su significacién de prestigio, donde “desig- i tal, noe conduce al teorema fundamental del constlnan’ no ya el mundo, sino el ser y la categoria social ‘mo, segin el cual éste no tiene nada que ver con elde su poseedor. goce personal (Io cual no se opone a que la mujer sien fa un placer en ser hermosa), sino que es una instt : iin soval coactive, que determina 1s comportamientafe! Somadaero funcional fun antes de ser reflexionada por la conciencia de lofSin embargo, esta coaccién de ocicsidad, de inaplicabi- actores sociales. Tidad como fuente de valores choca hoy por doquier con- Mis allé todavia, esto puede Hlevarnos a consideraitra un imperative antagonista, a tal punto que es del cl consumo no por aquello por lo que se hace pasar conflicto, o més bien del compromiso entre dos morales tuna _gratficacién individual. generalizada, sino comeadversas de donde resulta el status actual del objeto tun destino social que afecta a ciertos grupos 0 a ciertajcotidiano: de una moral aristocrética del “otium” y de clases en mayor medida que a otros, 0 por i una ética puritana del trabajo, Se olvida ampliamente, otros. Si bien no existen ya hoy, en la sociedad demo|en efecto, cuando se hace de la funcién de los cbjetos cexitica moderna, categorias adscritas de derecho al cor|su razén inmanente, hasta qué punto este valor fun- sumo de prestigio por interpésita persona, podemos Pe ional esté a su vez regido por una moral social que guntamnos si, tras la aparente generalizacién social dé quiere que hoy el objeto, no més que el individuo, deje proceso, no existen clases adscritas de hecho a estos me de ser ocioso. Ha de “trabajar”, ha de “funcionar”, y\ ‘canismos de prodigalidad, restituyendo asi, bajo Ja apaidisculparse con ello, por decirlo asi democréticamente,, rente disponibilidad total de los comportamientos indi de su antiguo status aristocrético de signo puro de press] viduales, Ia inmemorial funcién de institucién del ve) tigio. Este status antiguo, fundado sobre a ostentacién\ lor y de discriminacién social que fue la del ~l: el gasto, se halla siempre presente; pero claramen- en la sociedad preindustial te marcado en los efectos de moda y de decoracién, va Segin Veblen, uno de los exponentes mayores acompafiado por lo general —en dosis variable~ de un | : 6 BUNCION-SIGNO Y LOGICA DE CLAS}! discurso funcional que puede servir de coartada a Ia fun} ‘cién distintiva (invidious distinction). Ast los objeto Hlevan adelante un juego perpetuo, que resulta de he} cho de un conflcito moral, de una disparidad de Joy imperatives sociales: el objeto funcional pasa por s decorativo, se viste de inutilidad 0 adopta los disfra de la moda el objeto fit y ocioso se carga de ra zbn prictica® En € esté el gadget: pura gratui dad so capa de funcionalismo, pura prodigalidad capa de moral prictica. De todos modos, todos los ol jetos, incluso futiles, son objeto de un trabajo: arregl y limpieza de la casa, reparacién de artefactos case} os siempre el homo faber acompafia al homo otiosus, Més generalmente, nos encontrariamos Cy esto no séle en el mundo de Jos objetos) ante un simulacro funcio) nal (make-believe), detrés del cual Jos objetos seguirian) desempetiando su papel de discriminantes sociales. Dich de otro modo todavia, todos los objetos se hallan en e| ‘compromiso fundamental‘ de tener que significar, e) decit que conferir el sentido social, el prestigio, sobre el modo del otium y del juego —modo arcaico y aris tocrético con el cual trata de enlazar la ideologia edo} nista del consumo— y de someterse por lo demés al ‘consenso muy fuerte de la moral democritica del es, fuerzo, del hacer y del mérito, Puede imaginarse un estado de la sociedad en el q esto diera por resultado dos clases de objetos disyuntos! uuso/prestigio, valor de uso/valor de cambio signo-dis| yuncién vinculada a una fuerte integracién jerdrquica 2 Asi, en Ia casa de campo equipada con calefaccién central, dl ealentador de cama campesino disfraza su cardcter folklézieo. Se die de gue (hase wil cn inlet FUNCION'SIGNO Y LOGICA DE CLASE 7 sociedad primitva, ritual, de castas). Una vex més, en fruestras sociedades, esto da por resultado con a mayor freeuencia una ambivalencia al nivel de cada objeto. To importante es leer por doquier, por encima de Ja evidencia préctica de los objetos y a través de Ja apa- onte espontaneidad de los comportamientos, 1a obliga- Gian social, el ethos de consumo “ostentatorio” (directo por inteapésita persona),* y por lo tanto, de captar fen el consumo una dimensién permanente de Ta jerar- {quia social, y hoy en el standing una moral siempre tan imperativa. Bajo esta determinacién paradéjica, los objetos sai por lo tanto el lugar, no de la satisfaccién de necesida- es, sino de un trabajo simbélico, de una “produccién” fen el doble sentido del término: pro-ducere —se los fabrica, pero se producen también como prueba. Son el lugar de la consagracin de un esfuerzo, de una realizacién ininterrumpida, de un stress for achievement, tendiente a hacer la prueba continua y tangible del valor social. Una especie de Bewihrung secular, de probacién, de prestacién, heredera, bajo conductas in- versus, de los mismos principios morales que fueron Jos de la ética protestante, y, segin Weber, del espt- itu capitalista de produccién: la moral del consumo sustituye la de la produccién 0 se traba con ella en tuna misma Idgica social de la salvacién, No se trata aqui de la vanidad individual de poseer objetos _ 1 En rigurosa Iigica, es una contradiceién, ya. que lor dos! sistemas de valor son, antinémicos. ‘Cnicameste la est dustrial “funcionalisa", por ignorer las contradicciones so de su ejercicio, puede imaginarse reconciliar armoniosamen!®|mi, ia fanciény J forma (cf, mie adelane “El hjo de lo efame" te imconscienes, y ejescidos sin saberlo por todos los sujtos fois hemosor que los dems: eso resonde lo vivido ps ora lin camprteaconcie, Lr fn mies de a txtentaciny toda In meednica socal del valor son ampliamen- Juegos consientes del presto y dele gue a reocin en Tas conten ‘sts coaccones ompetencia no fon ae cous finales oN'SIGNO ¥ LOGICA DE OLASE 9 8 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE CLAS FUNC Jie penuria relativa, en la que el poder de compra por M1. PERSPECTIVAS SOCTOLOGICAS E; clo delimita claramente las clases. Aun asf, no vale sent para las categorlas medias, y si tan-s6lo para revmarermas, Ademés, tales correlaciones fijas-no_po- yian citcunscribir ni la légica ni Ja dinémica de la »tratificacién. Chapin: la escala del living-room Diversos autores han tratado de integrar los objetos com jementos de una Iigica social. En lineas generales, si abargo, el papel que ocupan en Ja investigacin s ciolégica es el de figurantes. Entre los analistas “consumo”, los objetos son uno de los temas preferid de Ja paraliteratura sociolégica, contrapartida del dis curso publicitario. Debemos sefialar, sin embargo, un tentativa sistematica: la de Chapin.‘ Este define el stat como “la posicién que ocupa un individuo o una fami Tia, segiin los estindares dominantes de los bienes ul turales, de los ingresos efectivos, de los bienes mat riales y de la participacién en las actividades de gruj de la colectividad”. Cuatro escalas, por lo tanto. D pués, se advirtié que los cuatro componentes estaban relacién tan estrecha con la medida independiente mobiliario de la sala de estar que éste bastaba s{ solo para calibrar Ja clase desde el punto de vis estadistico. Esta “escala del livingroom” hace interv ‘nit asi 23 item, en los que los diversos objetos esti ‘anotados en forma de repertorio y contabilizados (asi ‘mo ciertos aspectos relativos al conjunto: limpieza, ord mantenimiento). Esta primera exploracién, con fine sociolégicos, se caracteriza, pues, por el empirismo mé ingenuo: en ella, los estratos sociales se hallan simple indlisis sintéctico y retérico del entorno cho esto, si la escala de Chapin se fundara sobre un nilsis més fino, haciendo el inventario por Ja calidad fe los objetos, su materia, su forma, el matiz de su silo, ete, atin podria ser de alguna utilidad; porque lempoco es cierto, segin la objecién que se le ha hecho, que todo el mundo posea hoy virtualmente las mismas cuss. E] estudio de los modelos y de las series’ mues- ca la gama, compleja de diferencias, de matices, que Thacen que una misma categoria de objetos (sillones, lordenacién, coche, ete.) pueda todavia uniformar todas as diferencias sociales. Pero es evidente también que discriminacién ha pasado hoy, con la elevacién del nivel de vida, de la posesién pura y simple a la organi- Pacién y al conocimiento operative de los objetos. Es, pues, sobre una semiologia més fina del entorno y de las précticas cotidianas sobre la que deberfa. fundarse Ceventualmente) una clasificacién social. Anélisis de interiores y de espacios domésticos, fundados no sobre E invenario, sino sobre Ia dstibuctin de Jos objets mente ajustados al indice econémico sob centralidad/excentricidad - simetria/asimetria ~ jerar de objetos. Ahora bien, este procedimiento no _ ‘Quia/separacién - promiscuidad/distancia), sobre los sin Figor (a causa de las faltas de exactitud ue son dfet™® formales o Funcionales, en una palabra, un ané- todos modos sus conclusiones), sino en uma sociedad. “© I@ sintaxis de los objetos, esforzindose por dedu- it las constantes de organizacién segin el tipo de © F. Stuart Chapin, Contemporary As Nueva York, 1935, cap, mine “Aan mica institution CE tambien Dennis Charssane esrurement of social status}, * CE Jean Baudrillard, Le systdme des objets, Gallimard, Loodres, 1955. Chapman, The home and social st is, 1968. [Hay traducci » de FG Ame ‘ts El sistema de los objets, Siglo XI, México, 1969.) 10 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE CLA‘ habitat y la categoria social, asi como Ia coherencia Jas contradicciones del discurso —tal serfa un nivel prd paratorio a una interpretacién en términos de Iogica cial, a condicién de que este topoandlisis “horizontal fuera acompafiado de una semiologia “vertical” que plorase, de Ia serie al modelo, a través de todas | diferencias significativas, la escala jerérquica de ca categorfa de objetos’ El problema seré entonces hacer surgir una coheren cia entre la posicién relativa de tal objeto, o conjunt [de objetos, sobre la escala vertical, y de otra parte tipo de organizacién del contexto en que se encuent y el tipo de pricticas que con él se relacionan. La hi Pétesis de la coherencia no se verificard forzosamente; hay barbarismos, lapsus no sélo en el discurso form sino en el discurso social de los objetos. Y se tra entonces no sélo de localizarlos en el anilisis estruct ral, sino de interpretarlos en términos de légica y contradicciones sociales. Para resumir: ga que puede tender un anilisis soci ogico en este dominio? Si es a deducir una relaciéi mecénica, 0 especular, entre determinada configuracién de objetos y determinada posicién en la escala como lo hace Chapin, carece de interés. Sabemos biei que los objetos dicen mucho en cuanto al status de si poseedor; pero hay en esto un circulo vicioso: vueh a encontrarse en los objetos la categorfa social tal com en el fondo se ha definido ya basindose en los objet Centre otros criterios). La induccién recurrente ocults FUNCION-SIGNO Y LOGICA DE CLASE u ‘Anilisis estratégico del conocimiento operativo de objetos Puédese sin duda en un primer tiempo considerar los. objetos mismos y su suma como indicios de it social, pero importa mucho ms considerarlos, en su elec- cién, su organizacién y su préctica, como el soporte de una estructura global del entomo, que es al mismd tiempo una estructura activa de comportamiento. Esta estructura no estaré ya entonces enlazada directamente ‘con un status mds © menos asignado ¢ inventariado de antemano, sino analizado como elemento de Ja tée- tica social de los individuos y de los grupos, como ele- mento vivo de sus aspiraciones, el cual puede enton- ces coincidir en una estructura més amplia con otros aspectos de esa préctica social (trayectoria profesional, educacién de los hijos, lugar de residencia, red de 1e- laciones, etc.), pero también contradecizla en-parte.* Lo que aparece de todos modos es que no se puede hablar de los objetos en otros términos que ellos mis- mos, en términos de légica y de estrategia social. multéneamente, sin embargo, hay que mantener el Tiss sobre un terreno especifico, determinando, Posicién especifica ocupan los objetos frente a otros sis temas de signos, y qué campo especifico de prictc crsuyen fen la estructura general del comportami ‘to social. una deduccién circular. La préctica social espectfica) discurso de objetos, zes especifico? ¥ por lo tanto el verdadero objeto de una sociologia, n. puede extraerse de esa operacién, ® Para determinadas categoris, la escala diferencial es rela seamente pie Capra dlcics dames, 7, at) onras Casientos, colocacién), el paradigma jerirguice dos de Ta sere ero, MHS Pian de Tos Peece ser que la norma de las actitudes de consumo Sea'a la vex la de distincién y la de conformidad.’* En {_As( la educacién que se da a los hijos es un elemento ico esenefal en todor lop niveles de la sociedad; pao em fgminads nivel, eta foma ge soit come oe So eon la realizacién a través de los objetos- Es también la paradoja de la moda: cada cual se endosa ic 12 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE CLAsE} FUNCION'SIGNO Y LOGICA DE CLASE B Iineas generales, se dirfa que existe el predominio del} y, en este caso, qué clase de aspiraciones, y a través grupo de adscripcién sobre el grupo ideal de referen) de qué categoria de objetos? Porque de esta autonomia sece tienen abjetos “conformes”, los objetos de sus) relative, de los objetos y de su prictica en el contexto iguales.* Pero el problema sigue en pie: gcuél es ly de las actitudes sociales, se puede plantear una hipéte- posicién specifica de los abjetos —zeniste tuna? reef i de una categoria @ Ta otra, en el sono de lo objetos pecto de esa norma muy general de las actitudes de! mismos: se observa con frecuencia, en los apartamientos, Pensumo? ZExiste isofuneionalismo, redundancia de los} que la configuracién de conjunto, desde el punto de vista divers sistemas de signos y de. comportamientos re) de status, no es homogénea; es raro que todos los obje- Jativos al consumo? 2Ropa, objetos, habitat, ocios, ac} tos de un mismo interior correspondan a la misma longi- tivideles calturale? ZO autonomia relativa? Ast, los} tud de onda. No connotan ciertos objetos la adseripeién Sectores de vestido, equipo doméstico, automévil, apar| social, el status de hecho, y otros un status presunto, un tamiento, obedecen todos hoy a normas de renovacién) nivel de aspiraciones? ¢Existen objetos “irrealistas’, es acelerada, pero cada uno de acuerdo con su ritmo —va} decie que tachen de falso el status real y que atest riando por lo demés Ia obsolescencia relativa segtin las gtien desesperadamente un standing inaccesible Candlo- categorfas sociales. Pero se puede admitir también que} 80%, guardando Jas proporciones, a las conductas de fodee los demds sectores se oponen a la ver al “habit “evasiin” o @ las conductas utépices caractrsticas de las tar", constituyendo, sin embargo, éste —incluso solida} fases criticas de aculturacién)? @Existen, inversamen- io del proceso general— una funcién especifica que no t®, objetos testigos, que lo sean, @ pesar de un status podria ser asimilada brutal ni idealmente a Jos demés movil, de Ia fidelidad a la clase de origen, y a una aspectos del consumo y de la moda.t? Reducir todos, “enculturacién” tenaz? Jos sectores de ‘signos distintivos a una sincronia, en] relacién univoca con la situacién sobre la escala social Cg, gett d Co con Ja trayectoria), seria sin duda liquidar todo ux Citgo formal y préctica social campo de contrastes, de ambigiiedades, de disparidades “Si en ningtin caso seria legitimo establecer un reper muy rico. Dicho de otro modo: ges especfico el cof H10 de objetos y de significaciones sociales vinculadas nocimiento operativo social de los objetos? ¢Traducimos * 08 objetos: un e6digo que, en esta circunstancia, a través de nuestros objetos més que a través de nues, “Pens si valdria mas que una clave de los suefios. No tos hijos, de nuestros amigos, nuestra indumentaria| PY duda que lo objetos son portadores de signifior- ete., una exigencia de conformidad, de seguridad, o més ‘ioRes sociales ajustadas a Jas variaciones econémicas, bien nuestras aspiraciones, nuestras ambiciones sociales, Pottadores de una jerarquia cultural y social —y esto ignos dst . pen a menor de sus detalles: forma, materia, color, du- signos distintivos que acaban por ser los de todo el mundo, "2cién, lugar que ocupan en el espacio, efe.—, en suma, sman cai Ib parisa en tps de chitin sucedn! que constimyen an cbdigo. Pero, preciamente Pot ©, a lo innerdirected, que tiende a distinguirse, sucede lo acct cation: cian : hay motives para pensar que los individuos y los gru- 2 CE. sobre ete punto George Kaona, The powerful Pos, lejos de seguir sin rodeos las imposiciones de dicho ele aan ee Cédigo, hacen del repertorio distintivo ¢ imperativo de | unciON'SIGNO Y LOGICA DE CLASE 6 Fpusca su lugar en un orden, mientras trata de arrollar ) feste orden de acuerdo con su trayectoria personal. A | través de los_objetos, es una sociedad estratificada Ia | cue hablan ® y si, como los medios de comunicacién e0- | ctiva, pot 10 demés, los objetos parecen hablar a to- | fos (ya no existen de derecho, objetos de casta), no sino para poner a cada cual en su lugar. En suma, | jo el signo de los objetos, bajo el sello de la propie- | iad privada, lo que hay es siempre un proceso conti- uo del valor. Y los objetos son también en todas | tes y siempre, ademés de utensils, los términos y reconocimiento de este proceso social del valor. ¢ > | | 14 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE Jos objetos el mismo uso que de cualquier eédigo ‘ral o institucional, es decir que Jo emplean a su nera: juegan con él, hacen trampas con él y le hal en su dialecto de clase. Es, pues, en su gramitica de clase, en sus inflexi de clase, como debe ser leido este discurso, en contradicciones que conducen al individuo el gra a través de su discurso de objetos, con su propia sit cién social. En la sintaxis concreta de los conjunt de objetos ~equivalente de un relato, e interpretable términos de destino social como el relato de un suet fen términos de conflictos inconscientes—, en los Ia Jas incoherencias, las contradicciones de este discursa que jamés se reconcilia consigo mismo (traduciria en tonces un status social idealmente estable, inverosi fen muestras sociedades), sino que, por el contrario, ex. LA PRACTICA DIFERENGIAL DE LO$ OBJETOS tesa siempre, en su misma sintaxis, una neurosis movilidad, de inercia o de regresién social; ms lejdPor todas estas razones; porque estratificacién social, ain, en la relacién, eventualmente inconexa contremovilidad y aspiraciones son las claves de una investi- dictoria, entre este discurso de objetos y las demés congacién sociolégica del “mundo” de los objetos, es la con ductas ‘sociales (profesional, econémica, cultural), efiguracién de éstos en las clases ascendentes, méviles 0 donde debe Ievarse a cabo un anélisis sociolégico od promovibles” —de un status incierto y critico—, en las recto, Es decir evitando a la vez una lectura “fengélases Hamadas medias —eje flotante de una sociedad menolégica” (los “cuadros” de objetos referidos a caradéstratificada, clases en vias de integtacién o de acultu- teres, 0 a tipos sociales) y la sola reconstitucién formdfacién, es decir que escapan al destino de exclusién so- del cédigo de los objetos que, de todos modos, y aunquitial del proletariado industrial o al del aislamiento encierra una légica social rigurosa, jamés es habladwural, sin que por ello gocen de la herencia de una como tal, sino siempre restituido y manipulado segt#Situacién adquirida—, el conocimiento operativo de los Ja légica propia de cada situacién. bjetos Cy los aspectos psicolégicos que lo ratifican) en Asi Tos objetos, su sintaxis y su retérica, remitetf%s categorias sociales es Jo que nos interesaré de pre- a‘ objetivos sociales y @ una I6gica social. Aquello déerencia, que nos hablan no es tanto del usuario y de practic téenicas como de prete social y de resignaci de movilidad social y de inercia, de aculturacién y enculturacién, de estratificacién y de clasificacién social) = gin gudy 5 ‘i A través de'los objews, cada individ, cade. gruplel de jg #3, como veremos més adele, una sxe 16 PUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE CLASH | cyoy-s1GNO Y LOGICA DE OLASE v censén libre; esperan sin embargo més de lo que Fe porgue. viven también de la ideologls difusa de “did y de crecimiento. El nivel de sus aspiracior resulta, pues, exactamente de un compromiso entre realismo alimentado por los hechos y un irrealismo atenido por 1a ideologia ambiente —compromiso que Tija a su ver. Ia contradiccién interna de la socie ad_global. "Ahora bien, este compromiso que los. actores sociales slizan cn sus proyectos de futuro y en: los elativos sus hijos lo expresan también primero en sus objetos. Movilidad ¢ inercia social Gabido es que un problema esencial es 1a disparidad] as méviles, entre la movilidad intencional lida} cen estas 6 (las aspiraciones) y Ja movilidad real (las posi dles objetivas de promocién social). También sabe: Gque estas aspiraciones no son libres, que son funciéy de la herencia social y de In situacién adquirida Sin llegar a determinado umbral de movilidad, no exis ten siquiera: es Ia resignacién absoluta. Por regla ge eral, son rclativamente irrealistas: se espera més de que ¢s objetivamente posible aleanzar —y relativament realistas: no se deja la rienda suelta a la imaginaci ambiciosa (salvo casos patologicos). Esta imagen psic Tégica compleja reposa a su ver sobre una interpret cién implicita, por los actores sociales, de los datos ciolégicos obj ades industriales ofrece a las categorias medias posibilidades de movilidad, posibilidacles relativas; la trayectoria, salvo caso excepci nal, cs corta, la inercia social ¢s fuerte, las regresion siempre posibles. En estas condiciones, es indudable 4} ‘Ja motivacién para clevarse en la escala social t duce la ‘interiorizacién de las normas y de los esqui ras generales de una sociedad de crecimiento —pero que el exceso de las aspiraciones con respec a las posibilidades reales traduce el desequilibrio, contradiccién profunda de una sociedad en Ja que I ideologia “democritica” de progreso social viene ca frecuencia a compensar y a sobredeterminar Ja inet relativa de los mecanismos sociales. Dicho de otto modo! los individuos esperan porque “saben” que pueden perar; 10 esperan demasiado porque “saben” que ¢ sociedad opone de hecho barreras infranqueables aw orden doméstico y el veredicto piblico gui, hay que adelantarse a una objecién posible: lade wie la propiedad privada de los objetos crearla para los una jurisdiccién especial, que distinguitia: total inte las conductas relativas a los objetos privados: de las las demés conductas, regidas por las obligaciones “Social” mo se exeluyenel etivos, las soci bjetos forman aparentemente parte del orden. domésti- » hemos visto que su sentido no se aclara sino por | relucién con Jas coacciones sociales de conformidad dle movilidad, Mas profundamente, 1a jurisdiecién del sistema de valores sociales es inmanente al ordan.domés- co. La relacién privada oculta un teconocimiento y in asentimiento profundos al veredicto publico. Cada uil, en cl fondo, se sabe, si no se siente, juegado por us objetos, juzgado segin sus objetos, y cada cual, en fondo, se somete a este juicio, aunque sea por Ja desa- robacién. Se trata aqui més que del imperative de ‘onformidad procedente del grupo restringido 0 del movilidad ascendente procedente de la sociedad glo- al ~se trata de un orden en el que cada grupo 0 ind ‘duo no puede por menos de venir a ordenarse, €® 4 Ast, Ia. proporcién de obreros que quieren que. sus bij bhagan estudie taperioes es mucho'mense que fe de tot & dividuos que pertenecen a las clases privilepiadas. * b cron ¥ LOGICA DE 18 FUNCION-SIGNO Y LOGICA DE CLAgfruNCION-SIGNO — 19 u 7 ue consituye el drama vivido de la. propiedad sO, figura igualmente una pasién socal, y alimenta Ff aeaamo social de ese discurso de abjetss, No oli it antatis mutandis, que la exposicién de la cosecha errvton en Tos jardines de los Trobriandeses es siem- ve una provocacién, Una competicién, un reto, pero tame vin un rto destinado a hacer surgir un orden de valores, a regla del juego para integrarse en él. En el potlatch, In destruccién insolente de los objetos y de las rique- a que “constituye la prueba”. En la propiedad y 1 consumo privados que conocemos, y que estin apa- ‘nwmente fundados sobre el orden individual, este specto social antagénico de la prestacién esté como con- Ahora bien, este veredicto, para las categorias que ngjurad, resuelto. Pero no hay nada de eso; puede ocurir interesan, no es jamés postivo: el progreso de ests epics» que Tos procesos de una sociedad "de consumo” Ja excala social es siempre relativo, a veces irrsorio, fewtven. Poderossmente esta funcién de exponentes sobre todo la legitimidad, es decir la posibilidad de funp’anagénicos” de los objetos, De todos modes, algo de dar en valor propio su situacién adquirida, se les escapafess prscticas primitivas nimba todavia los objetos actua- Es esta legitimidad contrariada (en el plano culturalks y hace que su presencia no sea jamés neutra, siem- politico, profesional) lo que hace que estas clases medias vehemente. inviertan con tanto mayor afin en el universo priva en la propiedad privada y la acumulacién de objetoszas modalidades estilisticas ‘autonomizando todo esto por defecto para tratar de fe ‘tejar-una victoria, un reconocimiento social verdader ‘que:se les desvanece. Es lo que da a los objetos en este “medio” un sta nntalmente ambiguo: detrés de su triunfalis Signos'de la promocién social, exhiben Co confiesan) ‘secretamente la derrota social. Su proliferacién, su “est su organizacién est4 anclada abi, en una ret “wica) qe, ‘para utilizar Jos términos de P. Bourdi “G5 propiamente una “retérica de la desesperacién”. © La) manera que tienen los objetos de hacerse ver de; querer como prevenir las objeciones de valor; ‘el movimiento mismo que lo hace existir socialmen En lo “privado”, lo “doméstico” Cy por lo tanto tambi en el entorno de objetos), vivido por él como 201 refugio més aco més alld de las coacciones social como campo auténomo de necesidades y de satisfacci nes, el individuo no cesa, sin embargo, jamas de atest guar, de pretender una legitimidad y de asegurarla ps signos, y de traducir en la menor de sus conductas, través del menor de sus objetos, Ia inmanencia de ui jurisdiccién que en apariencia recusa Retérica ambigua: triunfalismo y resignacién | como se impuso desde el Imperio y Ja Restauracién, idaptado a su vez de modelos aristocréticos anteriores. sbrmctersea a jursdcciénlatente de las jerarquias soci), Ete orden retrico “pequeioburgués” est regido Por les sin dejar por ello de recusarlas de antemano, ides modos esenciales: saturacién y redundancia de una 20 FUNCION-SIGNO Y LOGICA DE CLAS] | ygy-SIGNO Y LOGICA DE CLaAsE 21 a parte, —simetria y jerarquia de otra, Las interfereicias evidentemente numerosas Cast la simetria es también redundancia, pero inclie le cenaided). Sin embu edn: toda It cova tly tee los dos modos son muy tos: el uno ~saturacidnf? /" -opiedad doméstica. La mesa esti cubierta por redundancia— que expresa Io inorginico, el otro —ss ne protegido a su vez por otto de plist. trfa/jerarquia~ que expresa Ia estructura orgénica a nas y dobles cortinas en las ventanas, Tapices, fun- este orden, Senalemos ademas que estos modos de orgaf jos, revestimiento de las paredes, pantallas. Cada nizacién no estén ligados por exencia al orden burguge™:, descansa sobre un patito. Cada flor tiene su © pequetioburgués: corresponden también a un andlisf"., cada maceta su macetero. Todo esté protegido antropolégico 0 estético més general. Pero no nos inte Piccado, En el mismo jardin, cada macizo tiene resan aqul sino por definiciin socal como retrca ef. anbrada y cada prseo un subrayado de lls pecifica de determinada categoria socal vats, et. Puede analizarse esto como una compul. oy rea sabido es a : casa belie ests, ansiosa de secuestro, a simbélica obsesiva: no cerrada sobre si misma y repleta. Herencia, acumulaciés” reer, sino subrayar dos veces, tres veces, lo que con signos de “status” y de buena posicién. En la mis a cs la obsesién del duefio del hotelito y dat pe. linea, el interior pequenoburgués se sefala por el amoap > uscedor. Aqui como en oto lugar, en la redum calpain epee d es ec ee ee oleae Soe . cs donde habla el inconsciente. de compensacién: cuanto menor es el espacio de quips hay otra cosa que habla también, y es impor se dispone més se acumula Calgo ast como, en Ta ausenciy 05” otras conclusiones: de motivaciones culturales “nobles”, atia, en Tos juegy tL, sobyecaga de los signos posesves, que actian radiofénicos, el criterio de memoria euantitaiva). A. Cony demostrativos, puede analiza’ como la in veces, por lo demés, son determinadas habitaciones, dees Ia de poseer, sino de demostrar cémo se terminados rincones de la casa los que estin “enor 00s: Ahora bien, esta demostracién, esta super Lo que habria que captar es més bien los axpectos divefirainwcin “de estilo” es siempre relativa al grupo: sos de un juego sobre lo leno y lo vacio, una logit een or ranciom picologicnreasgurar al Pro- que convierte ciertos lugares en reservas, stocks, almip..iy sobre su posesi6n, sino por funcién sociolégica cenes —el desvin y el s6tano desempefiaron en Otiiio a toda la clase de los individuos que poseen de la ee un papel nile Acumen pore y SB manera, As, los signs mismoe ee Pesado Beconglomera eee ees are tian como signos de adscripcién social. A través duos, concepciones sintécticas de conjunto: una asa, U6.) ee simnbélico, es todavia el im apiento pueden asi topografise analtcamente. Unfeai culmea de clase el que habla (no tiene ale ver més, este proceso carece de interés si no s© Sig er con una eonciencin plitiea de clase). por una légica social: de la acumulacién de penutif' cy i mor ge café em Serte, cay juego sobrsignifk ala arquitectura refleja, cada clase tiene sus modos organizaci6n. eiot de a maceta y del macetero nic tiende ne tanto a hacer algo como a hacer ver hesta iu punto lo hace bien. LOGICA DE CLAS! 22 FUNCION-SIGNO ¥ LOGICA DE CLAS 1GNO ¥ E 2 uncsons : vp aniguo es caracteristico del deseo de tascender ‘Jeensién del txiunfo econdmico, de consgrar en un inetnbico, cultaraizado y redundante, un txunfo 1 0 una posicion privilegiads. Lo antiguo es, entre i vl triunfo socal que se busca ‘una leptin si fna erencia, una sancién “noble”, Sars pues 10 que corresponde a unas clases privilegia- ver lis que importa transmutar su status econémico gocia hereditaria. Peto es igualmente To propio de jas aslariadas medias que, por medio de I compra spuebles risticos Caunque sean producidos industrial- mre), quieren consagrar también su status relativo, no promocién absoluta Crespecto de las clases inferio- 2. Es interesante a partir de aquf referir el carécter Ia vez ansioso y triunfante de estas conductas de poses a la posicién specifica de la Co de las) clase medi sobre Ia trayectoria social. ¢Cémo definirla? Es w clase que ha ido bastante lejos para interiorizar le modelos del triunfo social, pero no lo suficiente dejar de interiorizar simulténeamente su fracaso. distingue del proletariado por la connotacién de lo q posee, por la supervaloracién de su posicién relativa, exceso. Pero se distingue al mismo tiempo por defect de las clases superiores al subrayar los limites de lo q hha aleanzado, y por la conciencia implicita de que es0 todo Io que podré jamés alcanzar. De donde doble movimiento de triunfo y de resignacién, en e}ye), Y estard también en consonancia con unos sectores trazo negro que rodea todos los objetos como para enmafmarginales —intelectuales y artistas~ en los que el gusto carlos, ennoblecerlos, y que es a la vex un reto laboriogper lo antiguo revelaré més bien el rechazo (0 a afilia- a las formas inaccesibles de posesién. En una sociedafein vergonzosa) del status econémico y de la dimen- estratificada, la clase media ha establecido un comprfsin social, una voluntad de situarse fuera de clase, miso; este compromiso es su verdadero destino de cla4yoniendo a contribucién para ello la reserva de los sig- social, y es este compromiso, definible sociolégicamentlnos embleméticos del pasado anterior a la produccién el que se refleja en el ritual a la vez victorioso y resigindustrial* nado con que rodea sus objetos. ‘As, carecerfa de interés comprobar que determinada cae se alimenta del estilo “de época”, en tanto que otra El “gusto” por lo antiguo ¥ también en toda Ta colecein de los objetos “desviantes” Puédese ast hacer del objeto antiguo toda una psicologié moda: monstruosos, insdlitos, extrafios, viclosos, tales exmo w icoandlisis sida utenticidad, mistid’® “hiben hoy en los escaparates del Parfs de a orilla iierda hasta un pscondliss Cobsestn de auntie aa eee ae tj nso de a pasado, del origen, Censidad’ “simbdlica Y Otros Sfistingida) en su inutilidad 0 su excentricdad, todo um ine ppectes vivides més o menos conscientes). Pero lo giffitno del objeto de lujo, que sueta en el fondo del bario nos concieme es la funcién social iva, indisociablfvene de Saint Honoré. Es decis aes rigioaed Seas cen todos los niveles de la “sustancia” psicoldgica viv g ie rmertse como un, reto de clases interna ead divde Io “antguo”. fetch exferes “lgttimas” de los priviegin de Ia soci E] objeto antiguo se inscribe en lo barroco culturah, 42 sbjetos desviantes gustan por su provocicién, su po Su valor “estético” es siempre un valor derivado: dee imis.® la, vez que reivindican, pese « todo por ‘ ‘su ilegitimidad, un valor absoluto. Reto a los eo se borran lor estigmas de la produccién industrial its son tambien cn atts Re rer gen as funciones primarias. Por todas estas razones, el gusf.*lt'os en su singularidad, coyuntura exacta de lo intelee- E es el BP excepeional, Jono ¥ LOGICA DE CLASE 5 24 FUNGIONSIGNO ¥ LOGICA DE CLAgT', gpite al en sf mame y a se rode Nee ue rncia especular la ecuacién fundamental del ristico industrial, y otra =e del rrucble campes ¥ ; cena propiedad : A es A. Principio econémico auiénco del xv, pare sablecer una esate ad rr bali a 2 social en términos de gusto: esto no reflejaria sino ly” ado po ce imbalic, Ceseis): coacciones culturales y las leyes del mercado, Lo infin formal del entorno “Cpequetio) burgués’. Es: portante es ver, en cada nivel, la postulacién social formal tiene indudablemente valor ideo- i Peenacion For 4 i : q clidiana y aristtélica, tiende a conjurar pecifiea que expresa el gusto por lo antiguo: ede quf! & jogica eu ju clase socal se pretende quiterse la marca?

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