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Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder 145

Encuentro y desencuentros de los “saberes”


en torno a la africanía “latinoamericana”

Jesús “Chucho” García


Fundación Afroamérica y Red Afrovenezolana.
afroamerica@cantv.net

Tres enfoques privan a la hora de acercarse a los hipnóticos, pues estos últimos eran también muy frecuen-
llamados estudios de la africanía en el contexto definido tes en la época primitiva” (Lombroso en Ortiz, 1917:11)
como “latinoamericano” desde un punto de vista regio- Lombroso llamaba a este primer esfuerzo de acercamiento
nal más no cultural: a la africanía “Etnología Criminal”, evidenciando ello un
acercamiento a ese “otro-objeto” con un aparato concep-
tual racialmente prejuiciado, entendiendo por prejuicio:
[…] un conjunto de sentimientos, de juicios y, natu-
El Primer Enfoque
ralmente, de actitudes individuales que provocan —o
Está referido a los enfoques académicos que clasi- al menos favorecen, y en ocasiones simplemente jus-
ficó y sigue clasificando arbitrariamente con un bagaje tifican— medidas de discriminación. El prejuicio está
instrumental “científico” el mundo de la africanía. vinculado con la discriminación [...]. Sin embargo, el
La academia en torno a los estudios afro no tiene prejuicio racial asume formas extremadamente diver-
sas, y conviene distinguir entre el prejuicio racial pro-
más de setenta años, cuando en la década de los años veinte
piamente dicho, el prejuicio de color, el prejuicio de
(1920) estudiosos desde la disciplina antropológica
clase en una sociedad multirracial —es decir, que com-
(Herskovits, Ortiz, Nina Rodríguez, Bastide, posterior-
prenda muchas razas que viven juntas pero formando
mente Aguirre Beltrán, Acosta Saignes, Arthur Ramos),
estratos superpuestos— y por último, el prejuicio étnico
o en la etnohistoria (Brito Figueroa, José Luciano Fran- o cultural (Bastides,1970:16-17).
co, Moreno Fraginals) comienza a acercarse a la africanía
e intentar definirlas. Otros de los pioneros en los estudios de la africanía
en Latinoamérica, fue el brasileño Raymundo Nina
Los pioneros de los estudios de la diáspora
Rodríguez, médico de profesión, que ejerció como profe-
afrosubsahariana en la llamada América Latina y el Caribe,
sor de Medicina Legal en Bahía (Brasil):
como el caso del abogado Fernando Ortiz de Cuba, perci-
bían a los afrodescendientes como: […] Nina Rodríguez escribió sobre el negro y el mestizo
brasileño, preso en las teorías científicas de su tiempo,
[…] una raza que bajo muchos aspectos ha consegui-
defendió tesis hoy inadmisibles, como las desigualdades
do marcar característicamente la mala vida cubana
raciales, la degeneración del mestizaje y las consecuen-
comunicándole sus supersticiones, sus organizaciones,
sus lenguajes, sus danzas, etc., y son hijos legítimos cias en el orden político y social de estos puntos de vista
suyos la brujería y el ñañiguismo, que tanto significan y social (Rodríguez en Ramos,1942:242).
en el hampa de Cuba (Ortiz,1917:38). Tanto Nina Rodríguez como Ortiz, emprenderían otros
Esta primera cercanía de Ortiz hacia la cultura trabajos, bajo esta concepción, en los llamados campos
afrocubana, estimulado por el criminalista italiano Cesare folclóricos y religiosos de las culturas afrodescendientes. Nina
Lombroso, fue prologada por este criminalista expresan- Rodríguez, se quedó entrampado en los prejuicios, Ortiz en
do lo siguiente: “Creo acertadísimo su concepto sobre el obras posteriores avanza hacia una mayor comprensión de
atavismo de la brujería de los negros, aun en los casos en la africanía y en la definición del término afrocubano en su
que se observan fenómenos medianímicos, espiritistas e obra “Los negros brujos”:

García, Jesús “Chucho” (2002) “Encuentro y desencuentro de los ´saberes´ en torno a la africanía ´latinoamericana´”. En: Daniel Mato (coord.): Estudios y
Otras Prácticas Intelectuales Latinoamericanas en Cultura y Poder. Caracas: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y CEAP, FACES,
Universidad Central de Venezuela. pp: 145-152
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En ese libro introduje el uso del vocablo afrocubano, los afrodescendientes, muchas veces irrespetuoso, pocas
el cual evitaba los riesgos de emplear voces y acep- veces en su justa dimensión como “saber real”
ciones prejuiciadas y expresaba con exactitud la (Herskovits,1942).
dualidad originaria de los fenómenos sociales que nos
Por otro lado el surgimiento de la etnohistoria,
proponía estudiar. Esa palabra ya había sido empleada
en Cuba una vez, en 1847, pero no había cuajado en el como disciplina académica, intenta reconstruir la histo-
lenguaje general como lo esta hoy día (García ria de los afrodescendientes (para el caso venezolano) te-
Carranza,1996:10). niendo su cuna en México con el antropólogo y etnólogo
Los primeros trabajos de Ortiz entusiasman a otros Miguel Acosta Saignes y el historiador Brito Figueroa.
investigadores cubanos a iniciarse sobre esta temática Acosta Saignes intenta reconstruir procedencias de las
creando la Sociedad de Estudios Afrocubanos en el año etnias africanas así como sus descendientes en la cons-
1939, editando una revista bajo el nombre de Estudios trucción de la venezolanidad, hasta ahora empañada por
Afrocubanos. una historia oficial desde los vencedores:
No se puede cimentar una nueva interpretación sim-
Este camino abierto por Ortiz, comienza a interesar a
plemente en los materiales manejados por Arcaya, Gil
otros estudiosos académicos sobre esta temática y para el 10 Fortoul, Vallenilla Lanz y otros. Por la simplísima ra-
de octubre de 1943 se crea en México la Fundación Institu- zón de que ellos había hecho su expurgos en los docu-
to Internacional de Estudios Afroamericanos, con la finali- mentos. Ya eligieron, entresacaron, dieron sentido a
dad de realizar estudios de las poblaciones negras de América cuanto emplearon. Nosotros vamos a los archivos. Lo
en sus aspectos biológicos y culturales y sus influencias en examinaremos todo, dentro de lo posible, y encontra-
los pueblos Americanos (García,1989:16). remos sentido nuevo en lo visto” (Acosta Saignes en
Este Instituto, tuvo vida efímera y sólo editaron García, s/f:10).
varios números de la revista Afroamérica. Tenía varias Por su parte, Brito Figueroa, reivindicando las lu-
funciones: chas políticas, demografías, el problema tierra-esclavos,
1. Colectar, ordenar y distribuir a los gobiernos de los los cuales fueron aportes significativos en cuanto al acer-
países, a las instituciones privadas y a los indivi- camiento al afrodescendiente como sujeto histórico, dan-
duos interesados informaciones sobre lo siguiente: do otro enfoque de esta temática, en Venezuela, más allá
del reduccionismo folclórico:
a. Investigaciones científicas referentes a las po-
blaciones negras de América. La lucha de los esclavos negros en el periodo colonial es
uno de los aspectos más significativos de la historia so-
b. Legislación, jurisprudencia y costumbres con re- cial venezolana; pero, cuando se revisa el material biblio-
ferencias a las mismas, especialmente en sus gráfico existente, se observa que, en lo general, los histo-
relaciones con el resto de la población. riadores nacionales, si no guardan injustificable silencio,
c. Actividades de las demás sociedades y centros se limitan a deformarla (Brito García,1985:205).
de estudios relacionados con los mismos temas.
d. Otros materiales que puedan ser utilizados por El resultado de estos primeros acercamientos aca-
los gobiernos, centros de estudios o particula- démicos es el siguiente:
res en concordancia con los fines de este insti- Primero
tuto.
Objetualización de los y las afrodescendientes, que
2. Realizar investigaciones científicas aparentemente no tenía un conocimiento propio de su
3. Organizar conferencias, cursos de estudios, expo- cultura.
siciones y otros actos de divulgación. Segundo
En este instituto convergieron históricamente los pio- Que sus aportes a las ideas de independencia de
neros de los estudios afroamericanos desde las perspectiva los países de América Latina, no existieron y que los
académica como Melville Herskovits, quien va a influenciar cimarronajes históricos, la reconstrucción de espacios li-
a futuros investigadores académicos sobre esta temática, tam- berados conocidos como Cumbe, Palenques o Quilombos,
bién se encontraban Arthur Ramos (brasileño), Julio Le eran para “reproducir imperios africanos” y no para cons-
Reverand (cubano), Jaques Romain (haitiano). truir espacios libertarios en nuevos contextos. (Aclara-
Es la academia norteamericana que va a marcar enor- mos que excluimos a Brito Figueroa y Acosta Saignes
memente los estudios afroamericanos de la época teniendo que dieron nuevos elementos etnohistóricos para demos-
como centro de producción de conocimiento e interpreta- trar la importancia de la participación de los africanos y
ción de la africanía a la Universidad de Northwestern a tra- sus descendientes en movimientos preindependentistas)
vés del Departamento de Antropología que dirigía Herskovits. Tercero
Encontramos así un corolario de enfoques como: áreas cul- Desconocimiento por completo del retorno de afri-
turales, relativismo cultural, reafirmación folclórica, foco canos y afrodescendientes a Africa durante y después de
cultural, sincretismo religioso, entre otros. A partir de allí la la esclavitud produciéndose un rico intercambio de saberes
academia, comienza a normar los saberes producidos por que hemos denominado la “diáspora del retorno”.
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Cuarto ras, salpicados de romanticismo, exotismos y satanismos,


Ignorancia de los procesos innovadores y creativos escogiendo disciplinas como la literatura, la música y las
de los afrodescendientes en las distintas dimensiones de artes en general para interpretar la “africanía”, y en otras
la cultura en el mal llamado nuevo mundo o la mala defi- oportunidades con enfoques romanticista y hasta
nición del espacio Caribe. endoracistas, y por último el llamado intelectual orgánico (a
la manera Gramsciana)
En síntesis diríamos con Bastide que:
Es necesario precisar las conquistas definitivas logra-
Unos de los aspectos diferenciados en cuanto al
das en el periodo 1920-1950: Retroceso del abordaje de la africanía en América Latina, desde lo inte-
etnocentrismo y los prejuicios antiraciales que marca- lectual, estuvo signado por la surgente “negritud”
ban los primeros libros de Nina Rodríguez y Fernando (Cesaire-Senghor) y el binomio mulatez-mestizaje
Ortiz. Si quedó cierto etnocentrismo fue en la selec- (Guillén-Pales Mato), que privó en la percepción de la
ción de los temas. Sólo se estudiaba el negro como africanía en la mayoría de los intelectuales de América
elemento diferente con una cultura propia, una reli- Latina. Ambas tendrán una relación en la trilogía cultu-
gión africana, etc., y no como elemento integrante de ra-política y poder.
la sociedad global. (Bastide,1970:124-125).
El poeta martiniqueño, miembro del Partido Comunista
Destaca más adelante Bastide que: Francés y alcalde de Fort de France (Martinica) en sus inicios,
[…] desde el punto de vista científico se evidencia un expresaba lo siguiente:
avance progresivo desde la investigación puramente Hay un hecho evidente: la negritud ha acarreado ciertos
etnográfica a la investigación etnohistórica y a la in- peligros. Ha tenido la tendencia a convertirse en escuela,
vestigación psicoetnohistórica […] avance progresi- tendencia a convertirse en iglesia, tendencia a convertir-
vo de la pura descripción a la conceptualización: en el se en teoría, a convertirse en ideología. Estoy a favor de
caso de Herskovits y de sus discípulos, aplicación de la negritud desde el punto de vista literario y como ética
la teoría funcionalista (Bastide,1970:125). personal, pero estoy en contra de una ideología basada
Sin embargo, haciendo observaciones críticas el en la negritud. No creo en lo absoluto que la negritud
etnólogo y afrobrasileño Descorodes Dos Santos dice que: pueda resolverlo todo, en particular estoy de acuerdo en
Ya en un trabajo anterior alertábamos sobre los pro- ese punto de vista con quienes critican a la negritud so-
blemas emergentes de la posición del investigador, que bre ciertos usos que de ella han podido hacerse: cuando
hace que traiga consigo un bagaje académico, un pa- una teoría, pongamos por caso literaria, se pone al servi-
sado e historia personal, con referencias directas a la cio de una política, creo que pasa a ser infinitamente dis-
clase-cultura a que pertenece. También resaltábamos cutible (Cesaire,1968:138).
y analizábamos los pro y los contra de la posición de La “negritud” permitió una reivindicación y acerca-
actor y observador, según perteneciese o no a la co- miento a lo “afro” desde las perspectivas de los intelectuales
munidad cultural enfocada […]. Señalábamos que el africanos (Senghor) y afrodescendientes (Cesaire, Damas,
científico observador por más prevenido que sea, no Price Mars).
puede fácilmente despojarse de su propia historia y
del cuadro de referencias de la ciencia en su propio
El poeta afroestadounidense Langston Hughes
proceso histórico y que el actor, miembro participante lideriza, algo similar con el Renacimiento de Harlem, en
del grupo, podría no percibir las relaciones abstractas Estados Unidos (Nueva York) y traza línea con Nicolás
y estructurales del sistema que vive. Destacábamos así Guillén en Cuba. Hughes en su tercer viaje a Cuba donde
dos perspectivas: desde afuera y desde adentro, pers- tenía muchos amigos desconocidos en el mundo como
pectivas que son difíciles más no imposibles de com- Nicolás Guillén con quien después va a participar en la Gue-
plementar. (Descorodes, 1977: 117). rra civil española. En La Habana, Hughes observa la exis-
En este primer enfoque de aproximación académi- tencia de un grupo de afrocubanos, durante los años treinta,
ca hacia la africanía, la reivindicación del sujeto, es decir denominado El Club Atenas donde “en esa época no se bai-
el afrodescendientes, estuvo nublado y museificado en laba rumbas entre las paredes del Atenas, porque en Cuba,
una estructura de análisis conceptual que no se atrevía en 1930, la rumba no era considerada una danza respetable
correr riesgo en el sentido de darle la voz a quienes prota- entre las personas de buena familia. Los únicos que bailaban
gonizaban sus propias producciones culturales. La aca- rumba eran los pobres y los desarraigados, los tahúres y los
demia los interpretaba, en la mayoría de los casos des- caballeros en busca de juerga” (Hunghes,1959:16). Allí el
pectivamente y muy pocas veces en su justa dimensión poeta nos expresa el fenómeno del endoracismo por parte de
de actores sociales, culturales, religiosos y políticos. una clase media negra que para tener aceptación en la socie-
dad cubana se negaba a aceptar parte de sus valores cultura-
les expresado en la rumba.
Intelectuales por la vía del ensayo, la música y la
El Segundo Enfoque literatura se aproximan a la africanía como Fernando Ortiz,
Se circunscribe al intelectual (muchas veces sin la Alejo Carpentier (Cuba), Fernando Romero (Perú), Luis
preparación académica, pero con unos referentes marca- Pales Mato (Puerto Rico), Zapata Olivella (Colombia),
dos por los discursos del desprecio hacia las otras cultu- Uslar Pietri, Ramón Díaz Sánchez, Manuel Rodríguez
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Cárdenas, Rómulo Gallegos, Isabel Aretz y Felipe Ramón mestizos de indios con español o con negro que hu-
de Rivera (Venezuela). bieran nacido en América. Eso es algo que esta per-
fectamente claro: todos los que hubieran nacido allá.
Dentro de la mulatez se expone la visión sexual y
Es decir, todos los nacidos en América, fuesen cuales
sensual de la mujer afrodescendientes con las nalgas gran-
fuesen sus raíces, eran criollos. En consecuencia, hu-
des, senos desproporcionados, labios gruesos. Poemas de biera sido más justo decir Folklore Cubano y la músi-
Pales Mato titulado “Mulata – Antilla” (Pales Mato,s/f) y ca cubana, pero se empleaba la terminología equivoca
el poema “Mulata” de Nicolás Guillén recogen una ver- de lo afrocubano (Carpentier,1985:448)
sión de la mulatez como propuesta cultural. Cuando el musicólogo y ensayista Carpentier afir-
La mulatez constituye una vía para destacar maba se “empleaba” el término afrocubano, podemos
deformadamente, en la mayoría de los poemas de la década decir, después de algunos años de investigación en Cuba
de los años 30, 40 y 50, la presencia afrodescendiente en el (1982-1999), que la afrocubanía fue tomando cada vez
plano literario. Pero la mulatez posteriormente se va prolon- más fuerza como representación social de los
gando diluyentemente hasta dar paso a la visión de un afrodescendientes cubanos donde la música fue un factor
mestizaje preñado de ruptura con la ancestralidad africana de reafirmación como música afrocubana liderizados con
que ha quedado como solución a una fórmula simplista para grupos tales como Irakere (Premio Grammy 1978) y Los
reducir la complejidad cultural de la llamada América hispa- Van Van (Grammy 2001). Pero ese esfuerzo de Carpentier
na en la síntesis del mestizaje más próximo a la propuesta tomó fuerza en otras esferas de las representaciones so-
cultural eurocéntrica. A ello, es decir a esta visión del ciales afrocubanas, cuando se trató de conceptualizar las
mestizaje, se le suma el lusotropicalismo del intelectual y representaciones religiosas como la Regla de Ocha, Kongo
sociólogo brasileño Gilberto Freire, que intentó, con esta o Abakuá como religiones sincréticas y folclorizadas
concepción ausentar la afrobrasileñidad, precisamente en el como lo plantean ensayistas y novelistas como Miguel
país, que después de Africa subsahariana, es donde habitan Barnet y otros estudiosos de las religiones afrocubana
más afrodescendientes. contemporánea como Jesús Guánchez cuando dice que:
En este campo se entreteje una aproximación “teóri- […] esta forma de religión tampoco es hoy afrocubana,
ca” hacia lo afro, en la mayoría de los casos con la visión sino sencillamente cubana, ya que su práctica habitual
casi estrictamente occidental (herramientas y percepciones dentro del país y su diseminación internacional ha es-
europeas y norteamericanas) que en no pocos caso los mis- tado realizada por personas cubanas radicadas tanto
mo descendientes de africanos se descontextualizaban de su en Cuba como en otros países de América y Europa
propia realidad para asumir el discurso del otro, llegando (Guanchez,1996).
hasta posesionarse de una visión endoracista de su propia La mayoría de estos intelectuales contribuirían a
realidad. (Mijares,1996; García,2001). crear referencias endoraciales introyectadas en un amplio
Alejo Carpentier fija posición con respecto a la sector de las comunidades afrodescendientes ya que sus
definición de lo afrocubano para lanzar su visión del poemas, sus canciones, sus personajes de novelas, sus
mestizaje, lo cual resume una posición significativa en ensayos históricos y percepciones culturales eran repro-
América Latina y el Caribe. Esta posición quedó plasma- ducidos socialmente en las escuelas y centros culturales
da en una entrevista con el periodista español Joaquín legitimados por los gobiernos, muchas veces en los dis-
Soler Serrano: curso y prácticas gubernamentales.
—Joaquín Serrano: ¿La verdad es que usted profundi- Ambos saberes, tanto el intelectual como el acadé-
zó mucho en el estudio del folklore cubano, de la mú- mico fueron mediados a través de la UNESCO en sucesi-
sica de su tierra? vos encuentros y congresos desde 1966 hasta nuestros
—Carpentier responde—: Fui iniciado en el estudio días. En estos encuentros pocas veces fueron invitados
de es folklore por el que fue maestro de maestro en la los afrodescendientes como sujetos históricos a decir “su
materia, Don Fernando Ortiz, que abrió en el Caribe propia palabra”, sus propias reflexiones. En 1994 la
la vasta cantera de eso que llamaban entonces las Raí-
UNESCO lanza el proyecto La Ruta del Esclavo, aún en
ces Africanas o el Afrocubanismo, un término com-
vigencia, para dar respuestas a las relaciones históricas
pletamente impropio.
entre las culturas afrosubsaharianas y su diáspora en las
—Joaquín Serrano: Pero todavía se sigue usando. —agre-
Américas, trató de crear puentes, pero los resultados de
ga el periodista—
estos esfuerzos no han trascendido a las comunidades
—A. Carpentier: Malas costumbres. Habiéndose in-
afrodescendientes, de ahí nuestras criticas abiertas a este
corporado el negro de Africa al mundo americano desde
hacía cuatro siglos, incrustado en el mundo del Cari- tipo de iniciativas, que a nombre de “Africa y la diáspora”
be, ese hombre se había vuelto un criollo. Lo que en hemos venido esbozando en los últimos años:
América Latina se empezó a nombrar así, y que expli- Con todo el respeto que tengo hacia la UNESCO, creo
ca tantísimas cosas, el criollo, como ya lo decía el Inca que los representantes de nuestro continente en el Co-
Garcilazo de la Vega en los albores del siglo XVII, lo mité Científico Internacional, poco o nada tienen que
es tanto el hijo de españoles, nacido en América como ver con las nuevas tendencias de reflexión y
los hijos de negros, nacidos en América, como los concientización sobre la herencia africana en nuestros
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países [...] poco tienen que ver y que hacer con una En lo que hemos denominado la visión desde aden-
praxis de compromiso hacia la producción de conoci- tro es significativa los trabajos pioneros de Juan Pablo
mientos que tengan un impacto real en nuestras comu- Sojo, afrodescendiente venezolano quien en su ensayo
nidades que viven en condiciones de neoesclavitud Temas y Apuntes Afrovenezolanos (1943) se aproxima tí-
(García,1995). midamente en torno a lo afro con interrogantes y compa-
Estas críticas generaron cambios en la representa- raciones con el resto de América:
ción del Comité Científico Internacional del proyecto La Cuando hablamos del afro venezolano, nos pregunta-
Ruta del Esclavo en cuanto a la representatividad en dicho mos pro que difiere éste del antillano, del brasilero del
Comité de intelectuales y académicos afrodescendientes. de las otras regiones de América. Pensamos también
que los conocimientos que tenemos sobre esta materia
son muy pobres. A pesar de que lo negro, en un senti-
do general, ha influenciado notablemente nuestra lite-
El Tercer Enfoque: El Sujeto Histórico ratura, nuestra música y nuestro arte. Debemos confe-
Afrodescendiente sar sin embargo, que de un tiempo para acá se ha ga-
nado mucho a este respecto (Sojo,1943)
Se coloca en las perspectivas del sujeto-objeto, es Sojo ciertamente gano espacios en periódicos de
decir la construcción codificada desde “adentro”, de su circulación nacional para difundir sus investigaciones de
propio mundo con su propia elaboración conceptual. El la cultura afrovenezolana que hizo en la región de Barlo-
punto de partida de este factor está determinado por los vento, Venezuela, donde nació y otras comunidades de
actores o activistas que parten del autorecocimiento como origen africano. Su novela Noche Buena Negra, fue una
afrodescendientes, cuando reflexionan desde sus propias propuesta literaria para interpretar la situación social y
prácticas y deciden sistematizar dichas prácticas con su política de su localidad con su propio lenguaje. En distin-
propia subjetividad y como dice Freire: tos países de América Latina alguno o alguna que otro u
Porque admira el mundo y por ello lo objetiva, porque otra afrodescendiente comenzaría a reflexionar su situa-
capta y comprende la realidad y la transforma con su ción de exclusión, racismo y discriminación. Pero es en
acción reflexión, el hombre es un ser de la praxis. Más la década de los años setenta cuando, el proceso de
aún: el hombre es praxis, y porque así es no puede autoreconocimiento comienza a ganar terreno para rei-
reducirse a mero espectador de la realidad ni tampoco vindicar el rol de actor. En Colombia, en la ciudad de
a mera incidencia de la acción conductora de otros Cali, bajo la coordinación de Manuel Zapata Olivella y la
hombres que lo transforman en “cosa”. Su vocación
organización de la Fundación Colombiana de Investiga-
ontológica que él debe existenciar, es la de sujeto que
opera y transforma el mundo [...] la situación concreta
ciones Folklóricas, la Asociación Cultural de la Juventud
en la cual se generan los hombres objetos también ge- Negra Peruana y el Centro de Estudios Afrocolombianos,
neran los hombres sujetos (Freire,1978:43). se organiza El Primer Congreso de la Cultura Negra de las
Américas, donde asistieron representantes afrodescendientes
Considero que es en este marco, poco conocido, en
de Honduras, Ecuador, Perú, Panamá, Venezuela, y Esta-
cuanto a la producción de visiones, conceptualizaciones,
dos Unidos.
categorías, que podemos contribuir a una discusión abierta
con los otros dos factores anteriores, tanto el intelectual, En este Congreso se hizo la siguiente declaración:
como el académico. • Que el negro africano fue sometido por más de
Como dice Mato: cuatro siglos a la infamante esclavitud bajo el régi-
Pienso que una manera fructífera de comenzar es
men colonialista de las distintas potencias europeas.
visualizando la existencia en América Latina de un am- • Que para justificar la explotación se le concibió
plio campo de practicas intelectuales en cultura y po- como una simple fuerza de trabajo privada de fa-
der, el cual no sólo comprende a los medios univer- cultades creadoras.
sitarios y la producción de estudios que asumen la forma • Que los regímenes republicanos se abstuvieron de
de publicaciones académicas, sino también otros tipos abolir la esclavitud al proclamar su independencia
de prácticas que también poseen carácter reflexivo y que de las monarquías colonizadoras perpetuando por
se relacionan con los diversos movimientos sociales (por más de un cuarto de siglo la explotación del negro
ejemplo: feministas, indígenas, afrolatinoamericanos, de-
en abierta contradicción con los ideales de liber-
rechos humanos, etc.).
tad, igualdad y fraternidad que proclamaban.
Estas otras prácticas involucran no sólo la producción
• Que bajo tales gobiernos republicanos y democráti-
de estudios como también otras formas con compo-
nentes reflexivos, o de producción de conocimientos.
cos se han mantenido contra el negro y sus descen-
Algunas suponen trabajo con diversos grupos de po- dientes mulatos y zambos, formas discriminatorias
blación en experiencias de autoconocimientos, forta- raciales, económicas, políticas, sociales y culturales,
lecimiento y organización, otras son de educación po- abiertas o enmascaradas.
pular, otras se relacionan con los quehaceres de crea- • Que la mayor parte de los misioneros, historiado-
dores de diversas artes (Mato,2001:21) res, ideólogos y antropólogos han interpretado el
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aporte cultural del negro en las Américas acomo- blecer relaciones de contactos e intercambios permanentes
dando sus interpretaciones a las conveniencias de con la finalidad de reconstruir discursos, conceptualizaciones
los expoliadores colonialistas. y reapropiaciones que conducirán al autoreconocimiento con
• Que los estudios antropológicos contemporáneos sus semejanzas y diferencias. Se trataba de un desmontaje
conciben al hombre como una célula multicultural de visiones, ya que hasta ahora eran los europeos que atrave-
en permanente creación de valores espirituales y saban el atlántico para estudiar a Africa y su diáspora, ahora
materiales cualesquiera que sean su raza o el siste- se estaba abriendo el camino para que los afrodescendientes
ma socioeconómicos que lo explote. en las Américas fuéramos a África y los africanos vinieran a
América para hacer estudios de reconstrucciones
etnohistóricas y culturales. En ese marco en 1984 y 1985
obtuve una bolsa de trabajo de UNESCO para hacer una
Condena investigación sobre la Diáspora de los Kongos en las Amé-
De la manera más enérgica todas las prácticas, tesis e ricas y los Espacios Caribe. Eso me permitió viajar al Congo
interpretaciones históricas del neocolonialismo que y reconstruir una historia común. Posteriormente realizamos
pretenden minimizar la rica participación creadora del un film en el cual los Congoleses y los afrovenezolanos pu-
negro en nuestras nacionalidades, proscribiendo su his- dieron dialogar sobre sus elementos históricos, culturales
toria de los pensum de enseñanza, manteniendo barre- comunes. Ese film fue impactante para la reivindicación del
ras socio-económicas que los marginan geográfica y puente histórico de los afrovenezolanos hacia el reconoci-
culturalmente de los centros de estudios, imponiéndo- miento de la contribución de Africa a la diversidad cultural
le salarios ínfimos y de mas formas discriminatorias. venezolana y las Américas.
En consecuencia invita a todas las comunidades ne- Los puentes entre académicos, intelectuales y mili-
gras del continente, a sus escritores, artistas, tantes de los movimientos afro tuvieron escenario gana-
antropólogos y educadores, así como a los intelectua-
dos en algunos sectores académicos. La experiencia en la
les y gobiernos demócratas que organicen la lucha
contra los rezagos de la esclavitud en América para
Universidad Santa María con el curso de maestría sobre
asegurar a los negros y sus descendientes en pleno goce Asia y Africa (1985-1990), jugó un papel importante para
de sus derechos ciudadanos (Primer Congreso de la formar académicos sensibilizados con esta temática. Pero
Cultura Negra en las Américas,1988:165-166). la experiencia de mayor alcance y de relación entre la aca-
Este primer Congreso reivindicó el diálogo entre demia y el movimiento afrovenezolano fue la creación del
los actores afrodescendientes que se autoreconocían en Taller de Estudios Afroamericanos Miguel Acosta Saignes,
su dimensión académica y más allá de ésta. Allí comen- que fundamos en la Facultad de Humanidades y Educa-
zaría todo un movimiento bajo un enfoque de nuevas ten- ción de la UCV (1987-1992). Este taller, que no tuvo cur-
dencias interpretativas “desde adentro” que luego inter- sos de postgrado, pero si era una cátedra libre que logró
vendría en la esfera de la academia, lo público y lo políti- en ese lapso discutir las diferentes metodologías, plantea-
co. El movimiento de la década de los años ochenta va a mientos y visiones de la mayoría de los tesistas de grados,
reafirmar esta tendencia. Comenzando esa década 1980, postgrado, doctorados y la participación de religiosos
la UNESCO organiza en Barbados el Encuentro Presen- afroamericanos, trabajadores culturales comunitarios
cia Cultural Negro Africana en el Caribe y Las Américas, afrovenezolanos, entre otros, que trabajaban en Venezuela
donde logran participar algunos afrodescendientes mili- sobre las culturas de origen africano y sus realidades
tantes de movimientos afro como Descorodes Dos San- socioeconómicas y culturales. Se realizaban trabajo de
tos o Manuel Zapata Olivella e intelectuales y académi- extensión universitaria hacia las comunidades, se devol-
cos africanos como Olabi Yai, quienes establecen puen- vían los trabajos de investigación realizados en las comu-
tes entre los saberes y la relación ancestral (Africa-América), nidades. Por otro lado se organizaron dos encuentros, uno
destacando, este encuentro, que el objetivo de la reunión nacional, otro internacional con la finalidad de compartir
ideas y actualizar conocimientos sobre los estudios
era el estudio de aquellos factores que vinculaban a los
afrovenezolanos, afroamericanos y africanos. Esta expe-
africanos de Africa con los del nuevo mundo. La ruptura
riencia es similar a la que en estos momentos realiza e
entre Africa y sus descendientes en el Nuevo Mundo fue
impulsa la profesora Catherine Walsh en la Universidad
considerada como la causa de la gran ambigüedad que
Andina Simón Bolívar en Ecuador, que comenzó en el
caracteriza el concepto de diáspora” (Declaración del
año 2000 como iniciativa de organizaciones afro como el
Encuentro Presencia Cultural Negro Africana en el Cari- Proceso de Comunidades Negras y el Consejo Regional de
be y las Américas,1980). Más tarde, bajo los auspicio de Palenques:
la misma UNESCO, los intelectuales y académicos
[…] inicialmente pensada como una serie de eventos
afrodescendientes y africanos promueven un encuentro del carácter académico y público y ligado a los estu-
en Cotonou (República Popular de Benín) para estudiar dios (inter)culturales, esta iniciativa se convirtió en un
los aportes culturales de los negros de la diáspora negra a espacio permanente —el Taller Afro— en el cual, a lo
Africa, abriendo un campo de estudio virgen y donde las largo del año, alrededor de 50 representantes de los
relaciones entre ambos estudiosos se va a reforzar y esta- pueblos negros de todo el país han discutido y debati-
Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder 151

do sobre cinco ejes centrales: identidad, ancestralidad, Puentes posibles entre lo académico,
territorio, derechos colectivos y etnoeducación intelectual y los actores afrodescendientes
(Walsh,2001).
Estos dos ensayos, tanto el venezolano como el La experiencia de intelectuales, no afrodescendientes,
ecuatoriano, evidencia la necesidad de que desde la aca- y de los movimientos de los afrodescendientes es significa-
demia se ponga en práctica “otras prácticas” de diálogo tivo como sujetos-objetos en la construcción de los nuevos
hacia los sectores no académicos que a lo largo de sus paradigmas de la africanía. En América Latina la experien-
experiencias van generando otros tipos de conocimientos cia de Pablo Freire para la comprensión de la africana desde
que será necesario incorporar a los contenidos la perspectiva de la pedagogía y la experiencia cultura ha
programáticos universitarios en las áreas de Ciencias So- contribuido al desarrollo de estos movimientos. La experien-
ciales, tal vez como oxígeno ante la crisis que ellas viven. cia de Freire en Africa (Guinea Bissao, Angola, Sao Tome y
Príncipe) ha ayudado a tender puentes entre una visión aca-
La experiencia de los años noventa del movimien- démica y la africana. El impacto de Africa en la praxis del
to afrodescendientes en América Latina, reseñado por pedagogo brasileño va más allá de lo estrictamente político.
nosotros en los dos tomos de Globalización, Cultura y Como el propio Freire afirma, su primer contacto con Africa
Transformaciones Sociales, ubica el proceso de reivindi- fue “un encuentro amoroso, con un continente rico en expe-
cación de unos actores cada vez más protagónicos en la riencias, con una extraordinaria historia, ignorada
lucha por la equidad, justamente en esa década donde: concientemente por occidente, con pueblos que llevaban
[…] las consecuencias de la crisis estructural que vi- a cabo una lucha contra la opresión, a veces en forma
ven los países de América Latina ha afectado sensi- silenciosa y desapercibida ante los ojos extraños, pero no
blemente la inversión en educación, nutrición y salud, por ello menos difícil y valiente” (Freire,1984:9).
lo que puede reducir el capital humano de los pobres
(es decir conocimientos, información, aptitudes que Freire vivió a Africa en toda su riqueza y en toda su
les permitan conseguir trabajo) e impedir a estos salir emotividad, en un proceso de conocimiento transformador
de la pobreza. Pobreza crítica, pobreza extrema, abso- que acentuó su sensibilidad histórico socio-cultural. Freire
luta hasta llegar a la indigencia, fueron y continúan representó para muchos africanos y afrodescendientes lo que
siendo los indicadores del antibienestar y de la incivi- Michael Foucault concibió como el rol del intelectual:
lidad proyectada hacia nuestras comunidades El papel de intelectual ya no consiste en colocarse un
afrosuramericanas (García,2001). poco adelante o al lado para decir la verdad muda de
Es en esa década cuando el movimiento afro mas todos, más bien consiste en luchar contra las formas
se aferra a la lucha por la intervención en los espacios de poder allí donde es a la vez su objeto e instrumen-
públicos estatales, en el organismo internacional y to: en el orden del saber, de la verdad, de la concien-
multilateral como el Banco Mundial y BID para exigir, cia, del discurso. Por ello la teoría no expresará, no
no mendigar, espacio de participación y respeto. Este traducirá, no aplicará una práctica, es una práctica
movimiento integrado por agrupaciones de todo el conti- (Foucault,1988:9).
nente, con un programa sobre sus morrales llegó a jugar Esa categoría de intelectual militante, no traduc-
un papel determinante en la Tercera Conferencia Univer- tor, a su paso por Africa, transforma a Freire en un inte-
sal Contra El Racismo, convocado por Naciones Unidas, lectual radical. En su radicalidad Paulo Freire ha luchado
Suráfrica-septiembre 2001, donde se aprobó un plan de para abrir espacios históricos a favor de la clase trabaja-
acción firmado por los representantes de los gobiernos dora en América Latina y en Africa, partiendo de lo que
latinoamericanos y del Caribe donde la lucha contra el históricamente es posible (Freire,1989:13).
racismo, al exclusión, la intolerancia y sus formas conexas La experiencia del académico colombiano Orlando
deben pasar a ser leyes nacionales, logrando así una in- Fals Borda, con sus planteamientos de Investigación-acción-
tervención en lo jurídico y político. De la organización participación, contribuye como referente conceptual al
de los movimientos, tanto a nivel nacional como regional, enriquecimiento de las prácticas de los afrodescendientes.
va a depender que estos logros se lleven a cabo. Como ante- Así en el Encuentro Mundial de Investigación Participativa
cedente importante destacamos el papel que ha venido ju- reclama que:
gando la Red de Organizaciones Afrovenezolanas y
[…] el investigador o investigadora base sus observacio-
Afrolatinoamericanas. “La Red de Organizaciones
nes en la convivencia con las comunidades, de las que
Afrovenezolanas es un instrumento de articulación de ejes también obtiene conocimientos válidos. Es inter o
de interés en los campos de la cultura, educación, salud, agri- multidisciplinaria y aplicable en continuos que van de lo
cultura, género, tecnología [...] que aspira contribuir a un micro a lo macro de universos estudiados (de grupos de
desarrollo sustentable de las comunidades” (García I.,2001). comunidades y sociedades grandes), pero siempre sin
perder el compromiso existencial con la filosofía vital
del cambio que la caracteriza (Fals Borda,1998).
Los tiempos exigen nuevos paradigmas, nuevas
relaciones entre las academias y los intelectuales y los
sujetos o actores sociales comprometidos por las trans-
152 Encuentro y desencuentros de los “saberes” en torno a la africanía “latinoamericana”

formaciones que tiendan a romper no sólo con la exclu- García Carranza, Aracelis y otros (1996) Cronología Fernando
siones sociales, raciales, orientaciones sexuales, género Ortiz. La Habana: Fundación Fernando Ortiz.
o étnicas, sino con las estructuras de cómo cocinan, con- García, Illia (2001) Representaciones de identidad y organizacio-
dicionan y legitiman los conocimientos, y en ese sentido nes sociales afrovenezolanas. Ponencia presentada en la
la experiencia del movimiento afrodescendientes, en es- III Reunión del GT “Cultura y Poder” del Consejo Latino-
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