Asociacién de Amigos del/Pais
Fundaci6n para Ia Cultura y el Desarrollo
E| =|"
S|
Guatemala, 14 de diciembre de 1998
Economia, politica y el “colapso” del Periodo Clasico162
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im
im
LazonadePetexbatiin
Copan
Sintesis sobre el colapso
de las Tierras Bajas. 173
173,
174
175 |
Esta Historia Populares una obra institucional de la
Fundaci6n para la
Cultura y el Desarrollo
Elpresentefescicuo, basado en a Historia General do Guatemala,
uo redactado por Oswaldo Chinchita Mazertagos
‘ 9.Cale27, Zona
‘i nce epoca: Foe 226508 an ai rete
96 Portada: Reconstruccién del sistema de
fortificaciones de Dos Pilas (Petén). Cortesia de la
National Geographic Society.
istoria Popular de Gi
La forma de los antiguos mayas se ha basa~
do, especialmente, en por los aspectos mas
espectaculares y visibles de su cultura, tales
como la escritura, el calendario, la arquitec-
tura y las artes. Sin embargo, para entender
a fondo la sociedad maya es necesario estu-
diar aspectos fundamentales de su econo-
mia, que provefa la sustentacién para la so-
ciedad y cultura del Perfodo Clasico. De he-
cho, el andlisis econémico de la civilizacién
maya da cabida a algunas de las preguntas
més interesantes para la investigacién mo-
derna. {Cuél era la alimentacién de la po-
blacién de las Tierras Bajas? {Bajo qué sis-
temas agricolas producian los alimentos re-
queridos por una poblacién creciente, consi-
derando la naturaleza de los suelos de la
region? {Existieron fuentes alternativas de
alimentos, ademas de la agricultura, y cul
fue su importancia? {Qué papel jugaba el
comercio cercano y lejano? {Hasta qué pun-
to intervenfa el Estado en la organizacién
de los sistemas econémicos? {Cémo se expli-
ca el colapso de la civilizacién maya clasica
en términos econémicos? La mayoria de es-
tas preguntas sdlo han sido parcialmente
solucionadas, y en la actualidad son objeto
de investigacion intensiva.
Agricultura y subsistencia
La base fundamental de la subsistencia en
el Periodo Clasico fue la agricultura, y es-
pecialmente el cultivo del maiz (Tustra-
cién 99), Tradicionalmente se ha pensado
que el sistema agricola mas importante fue
el de quema y roza, en el cual, los suelos se
preparan para la siembra por medio del
corte y quema de la vegetacin existente
(lustracién 98). La quema facilita la lim-
pieza del terreno, elimina las plagas y libe-
ra los nutrientes presentes en la vegeta-
cién quemada. Después de cultivar estos
terrenos, por uno o dos afios, las cosechas se
reducen por el agotamiento de los nutrien-
tes, la erosién y el crecimiento de malezas,
por lo que es necesario dejarlos en barbe-
cho varios afios. Los agricultores se ven
obligados a trasladarse a otras parcelas para
repetir el proceso, Durante el periodo debarbecho, los suelos se renuevan hasta al-
canzar otra vez un nivel satisfactorio de
productividad. Por otro lado, se trata de un
sistema extensivo, en el que cada familia
requiere una cantidad considerable de tie-
rra en cultivo y en barbecho. Se ha calcula-
do que la agricultura de quema y roza, con
el maiz como cultivo principal, és capaz de
sostener una poblacién de 60a 100 perso-
nas por km?.
E]| sistema de quema y roza es el mas
utilizado en las Tierras Bajas desde la época
colonial y, tradicionalmente, se le ha consi-
derado como la base de la agricultura maya
en la época prehispnica, Sin embargo, mu-
chos autores han puesto en duda que este
sistema haya sido capaz de sustentar las
densas poblaciones que se registraron en las
Tierras Bajas durante el Periodo Clasico
‘Tardio, Por ejemplo, en la zona central de
Tikal se ha calculado una densidad de po-
blacién de 600 a 700 personas por km’, mien-
tras que en la periferia era de alrededor de
100 personas por km.
Considerando estas cifras de poblacién,
varios autores han propuesto otras posibi-
lidades para la agricultura de quema y roza,
que incluyen cultivos alternativos y el em-
pleo de sistemas de agricultura intensiva.
Entre los cultivos alternativos ha suscita-
do considerable atencién el uso del arbol
del ramén (Brosimum alicastrum). Este ar-
bol produce una semilla, cuyo valor nutri-
cional es similar al del maiz. Comparativa-
mente, el ramén es mucho mas productivo,
pues rinde aproximadamente 10 veces més
que el maiz para la misma area sembrada.
Se requieren solamente 0.40 hectdreas sem-
bradas de ramén para sostener a una fami-
lia de seis miembros, en tanto que con el
maiz se requieren 5.5 hectreas. El ramén
pudo haber sido una opcién importante. Por
otro lado, contradice la idea de su impor-
tancia el hecho de que las poblaciones mo-
dernas de las Tierras Bajas no lo utilizan
més que en época de crisis, cuando hay
escasez de maiz. Considerando la continui-
dad aparente en muchos patrones de sub-
sistencia, este factor insta a poner en duda
Ia idea de que el ramén fuera un elemento
principal en la dieta maya, pero, atin asi,
eonomia, Polliies yl Colapss ij Arete SH T55}
debe tomarsele en cuenta como una alter-
nativa dietética importante.
El ramén quizds pudiera haberse culti-
vado en huertos asociados con los grupos
domésticos en los centros urbanos. Como se
indicé en el Fasciculo 10, los asentamientos
habitacionales en las Tierras Bajas se en-
contraban, por lo general, lo suficientemen-
te dispersos para permitir el cultivo de huer-
tos con drboles frutales y la crianza de ani-
males domésticos de valor dietético, tales
como el chumpipe (pavo) y el perro. Aun-
que seguramente no proveian el principal
componente de la alimentacién, podian com-
pletar la dieta en los centros urbanos. En
algunos sitios se ha observado que, hasta el
presente, existe una correlacién entre los
conjuntos habitacionales y la presencia de
Arboles de ramén y otras especies de valor
econémico, productoras de frutas, nueces,
fibras o resinas. Se ha pensado que la per:
sistencia de estas especies pudiera ser el
resultado de su cultivo por los mayas clasi-
cos, en lugares aledafios a los conjuntos
domésticos,
En las tiltimas décadas se ha recabado
mucha evidencia sobre el uso de sistemas de
agricultura intensiva en las Tierras Bajas,
durante el Periodo Clasico (lustracién 4).
Estos sistemas son basicamente de dos cla-
97 Fotografia aérea de un terreno cortado y quemado
dentro de un bosque secundario ubicado al sur del
Lago Petén Itzé, resultado de un proceso previo
de corte, quema, siembra y barbecho. Se observa
la milpa al final de la estacién seca, en mayo 0
junio, antes de la siembra y la llegada de las
lluvias.fies” ha otitis Historia Popular de
ses: terrazas agricolas y campos elevados.
Las terrazas servian para controlar el movi-
miento del agua en las laderas, a la vez que
permitian formar suelos mas gruesos..con
‘un mejor control sobre el movimiento de los
nutrientes. De este modo, prolongaban la
vida productiva de la tierra, e incrementa-
ban la extensién del terreno cultivable. Se
han localizado sistemas de terrazas en la
regién de las Montafias Mayas (Belice), asi
como en la zona de Petexbatiin (Petén)
Los campos elevados permitian incorpo-
rar a la agricultura las zonas inundadas,
tales como los bajos y areas adyacentes a
los Lagos y rios. Los svelos se drenaban por
medio de canales, y los materiales extrai-
debiero
dos en este proceso se apilaban para formar
plataformas de cultivo. De este modo se con-
formaban suelos bien drenados y muy pro-
ductivos, con e] beneficio de la irrigacién
por medio de los canales. Se han localizado
sistemas de campos elevados en varias par-
tes de Belice, Quintana Roo y el noreste de
Petén.
Quedan muchas preguntas por respon-
der en cuanto a la agricultura y patrones de
subsistencia de los mayas cldsicos. Aunque
se ha demostrado la existencia de sistemas
de agricultura intensiva por medio de cam-
pos elevados y terrazas, se desconoce el im-
pacto de tales précticas sobre la poblacién
de las Tierras Bajas en general. Es posible
que su aprovechamiento
haya sido beneficioso sola-
mente para las poblaciones
que habitaban en areas cer-
canas, y no se sabe hasta qué
punto tuvieron impacto so-
bre las poblaciones mas ale-
jadas. Por otro lado, no hay
‘acuerdo en cuanto a la fe
lidad de los suelos de las Tie-
rras Bajas y su capacidad
productiva bajo el sistema de
quema y roza. No se ha des-
cartado la posibilidad de que
este sistema, bien balancea-
do, haya proveido la base
principal de sustentacién
para las poblaciones de las
Tierras Bajas, a lo largo de
los siglos.
ybtener agua fresca, seguramente de
alidad
aos
| para permit la entrada de agua.
| pozos similares en otros sitios de |
de Quirigua se encuentran entre los
ue la disponible en las fuentes superficia-
j sin n cesidad de caminar hasta ellas. Los pozos
ppor grandes cafierias de cerémica, ae
Comercio
Para entender el papel del
comercio en la sociedad maya
clésica, es necesario tomar en
cuenta las condiciones im-
puestas por las rutas de co-
municacién y los medios de
transporte. No habia anima-
les de carga, por lo que todo
el transito terrestre se reali-
zaba por medio de porteado-
res que transportaban suscargas en mecapales. Esto imponia limita-
ciones severas para el acarreo de las merca-
derias pesadas. Es poco probable que ali-
mentos, tales como el maiz y frijol, se trasla-
daran a largas distancias por via terrestre.
Pudieron haberse movido con alguna facili-
dad por medio de canoas en los rios y litora-
les maritimos, pero este medio de conduc-
cién solamente alcanzaba algunas partes
de las Tierras Bajas. Muchos de los centros
principales, como Tikal, se encontraban en
localizaciones accesibles solamente por via
terrestre.
Considerando estas limitaciones, es poco
probable que los alimentos bésicos se hayan
comercializado a largas distancias. En cam-
bio, otros productos alimenticios fueron ob-
jetos importantes de comercio. Se extraia
sal de minas de algunos lugares del norte de
la Verapaz, Quiché y Huehuetenango. E]
sitio Salinas de los Nueve Cerros se encuen-
tra a orillas del Rfo Chixoy, en el noroeste
de Alta Verapaz. Excavaciones efectuadas
all{ han revelado una serie de grandes ollas
que se utilizaban para evaporar el agua sa-
litrosa de un arroyo local. El volumen de
produccién obtenido con este sistema era
mucho mayor que las necesidades del propio
lugar, por lo que debe pensarse que la sal
obtenida se comercializaba a lo largo de los
Rios Chixoy y Usumacinta. También se ob-
tenia sal marina en muchos lugares coste-
ros, y se sabe que en la época de la conquista
espaiiola habia un comercio activo de sal en
la peninsula de Yucatan.
‘De mucho interés es €l comercio con va-
rios lugares del Altiplano, que proveian a
las Tierras Bajas de bienes que no se en-
contraban en la regién, como, por ejemplo,
la obsidiana. La materia prima mas utili-
zada para la elaboracién de herramientas
en las Tierras Bajas fue el pedernal, que se
encuentra naturalmente en muchos luga-
res de las Tierras Bajas. En el sitio de Col-
ha, Belice, se han identificado los restos de
grandes talleres, en que seguramente fa-
bricaron artefactos de pedernal para una
regién muy amplia, Aunque en proporcio.
nes mucho menores, la obsidiana también
fue utilizada en las Tierras Bajas, y, posi-
blemente por su relativa escasez, era un
5 Weonomla, Pollties yal Colapso.7 jbceetetta O65}
98 Diagrama de modelos de cosechas de maiz en
suelos peteneros de diferentes calidades, que se
‘encuentran a diversas distancias de los centros
de ocupacién. Esta reconstruccién hipotética se
basa en los datos que reportan las expectativas
actuales de los agricultores en las éreas de San
‘Andrés y San José, Petén. La variacién en los grax
dos de erosién es indicativa de los cambios en la
productividad natural de fa campifia petenera. Los
‘suelos con alta fertilidad y bien drenados tienden
a erosionarse fécilmente, mientras que los suelos
con poca erosién tienden a tener problemas de
drenaje. La distancia que hay entre un terreno y un
centro de poblacién es, a menudo, un buen indica-
dor de ia historia det uso de la tierra.
material apreciado y frecuentemente utili-
zado para propésitos rituales.
Como se discutié en el Fasciculo 7, por
medio del andlisis quimico es posible trazar
Ja procedencia de los artefactos de obsidiana
hasta sus yacimientos naturales. Este pro-
cedimiento ha revelado valiosos detalles con-
cernientes a las redes comerciales prehispa-
nicas. Por ejemplo, se ha demostrado que la
principal fuente de obsidiana para el sitio de
El Mirador (Petén), durante el Preclasico
Tardio, cambio de Jilotepeque (Chimalte-
nango) a El Chayal (Guatemala); mientras
que los sitios de Tikal y El Ceibal (Petén)
siguieron obteniendo su obsidiana princi.
palmente de Jilotepeque. El Chayal se con-
virtis en el principal proveedor de Tikal has-
ta en el Periodo Clasico, después del aban-99 Canales entre los Lagos Petén Itza, Petenxil y Quexil
dono de El Mirador. Esto sugiere una rela-
cién comercial entre El Mirador y Kaminal-
juy’ durante el Preclasico Tardio, que ex-
cluy6, al menos parcialmente, a Tikal y El
Ceibal.
Otros materiales que también pueden tra-
zarse hasta sus fuentes de origen son las
conchas marinas, pues se sabe que algunas
especies tienen habitats relativamente res-
tringidos a lo largo de las costas, y en mu-
chos casos se limitan a uno de los dos océa-
nos, Atlantico 0 Pacifico. La concha Spon-
dylus princeps fue muy apreciada por su
aspecto llamativo y su color rojo. Se le utili-
26, como adorno personal y como materia
prima para elaborar objetos de lujo, a lo
largo de las Tierras Bajas. Su habitat natu-
ral esté lit, 0 al Océano Pacifico, y para
obtenerla en forma intacta, os necesario pes-
carla en aguas cal:as. Por tanto, se ha pro-
puesto la idea de que la mayoria de la Spon-
dvlus utilizada en las Tierras Baias debié
de haberse obtenido en la zona del golfo de
Fonseca, y exportada desde alli hacia diver-
sas partes del érea maya.
Varios autores han planteado la tesis de
que el intercambio de bienes suntuarios fue
una parte importante del comercio en las
‘Tierras Bajas. Elementos de uso personal o
ceremonial manufacturados en jade, con-
cha, hueso y otros materiales valiosos fue-
ron objetos de comercio, y seguramente tam-
bign se intercambiaban como presentes en-
tre los reyes y nobles. La cerdmica policro-
ma también fue muy apreciada como objeto
de intercambio. En algunos casos es posi-
ble establecer el origen de los artefactos
gracias a los textos jeroglificos inscritos en
ellos. Por ejemplo, un pendiente de jade
labrado con el nombre del Gobernante 4 de
Piedras Negras, fue recuperado de las aguas
de] cenote sagrado de Chichén Itza. Es pro-
bable que este objeto haya pasado por mu-
chas manos, desde que pertenecié al Gober-nante 4 hasta que fue arrojado como ofren- _ tos ocurrieron, en diferentes fechas, en cada
da a las aguas del cenote. uno de los sitios y, de hecho, algunos de ellos
El comercio fue un factor importante en se mantuvieron en plena actividad cuando
la economia de las Tierras Bajas, en el Pe- ya muchos otros estaban abandonados. Del
riodo Clasico. Desafortunadamente, no es mismo modo, la disminucién demografica no
posible evaluar por métodos
arqueolégicos la distribucién
de muchos productos elabo-
rados a partir de materiales
perecederos, tales como los
textiles y la mayoria de los
productos alimenticios, Las
condiciones de transporte di
ponibles en el Periodo Clé
roduccién de sal en’: Salin
de los Nueve Cerros
"El sitio Salinas de los Nueve Cerros esté situado a
‘orillas del Rio Chixoy (también conocido como
ponibles en el Periode Clas | “Rio Salinas”), en las Tierras Bajas del norte de Alta |
aearreo de cargas pesadas a VeFapaz. Sus habitantes explotaban la tinica fuente
larga distancia, pero existié de sal mineral en el interior de las Tierras Bajas, lo
un comercio activo de bienes que los. colocaba en una i6n privilegiada en
menos voluminosos, entre los términos econémic ‘
que se encontraban muchos
articulos suntuarios.
El “colapso” al final
del Periodo Clasico en
las Tierras Bajas
Uno de los problemas mas in-
trigantes para la arqueologia
en las Tierras Bajas mayas
del norte es el colapso de la
civilizacién, al final del Clé-
sico. A grandes rasgos, se tra-
ta de entender el por qué del
abandono de los grandes cen-
tros, que en muchos casos pa-
rece haber ocurrido sibita-
mente, poco tiempo después
de su maximo apogeo. En un
periodo relativamente corto,
que abarea el fin del siglo Sera I
Villy el 1X de la Bra Cristia. ared de hasta 15 m, de las
na, la mayoria de sitios del} cuales se encontré una docena en el sitio. Con este
Perfodo Clasico dejaron de _ sistema fueron capaces de abastecer de sal a una |
erigir monumentos esculpi- | regién muy amplia de las Tierras Bajas. El sitio
dos, al mismo tiempo quecesé | erecié mucho durante el Perfodo Clisieo, hasta al
la construccién a escala mo- |
numental. Por la misma épo-
ca tuvo lugar un marcado des-
censo demografico, que con-
dujo al abandono de la mayo-
ria de los sitios. Estos even-
a en cacerolas
‘se almacenaba en
diémetros de hasta
al en Salinas de los Nueve Cerros continué
escala hasta principios del siglo oc“i, =m
ERE Abed BE Tsisis Popstar Te Tasiais FROM aR:
necesariamente ocurri6, en todos los sitios,
al mismo tiempo que el cese de la actividad
monumental.
Se han dedicado muchos esfuerzos para
determinar las causas del colapso y de los
procesos demograficos, econémicos, politi-
cos y ecolégicos que implicé. A grandes
rasgos, las explicaciones propuestas se pue-
den clasificar en dos grupos. Por una par-
te, algunos autores se concentran en facto-
res de tipo ecolégico, tales como la explota-
cién excesiva de los recursos y la interven-
cién de catdstrofes naturales. Otros espe-
cialistas han propuesto que la crisis fue,
primordialmente, consectencia de proble-
mas sociopoliticos, que pudieron ser de ori-
gen interno o externo. Los factores inter-
nos se refieren a fallas en el sistema socio-
politico, que hubiesen ocasionado el cese de
su funcionamiento y, eventualmente, la sa-
lida de los habitantes de los centros urba-
nos hacia areas rurales. Los factores exter-
nos involucran la intervencién de grupos
tradicionalmente ajenos a las Tierras Ba-
jas, que habrian invadido partes del area,
al final del Clasico, ocasionando o precipi-
tando el proceso de crisis.
Factores ambientales
En la primera parte del siglo actual, algu-
nos autores plantearan explicaciones de tipo
catastréfico para el colapso maya, entre
ellas, la mortandad ocasionada por enfer-
medades epidémicas. Los estudios més re-
cientes han revelado deficiencias nutricio-
nales y otros problemas de salud, pero no se
ha encontrado evidencia clara de tales epi-
demias, por lo que estas explicaciones no
tienen sustento. Sin embargo, en afios re-
cientes han llamado la atencién otros facto-
res de tipo ambiental y ecolégico.
Los andlisis de polen efectuados en los
sedimentos lacustres del centro de Petén
han revelado un deterioro acelerado del am-
biente en el Clasico Tardio. Se ha determi-
nado que en el siglo VIII, la deforestacién
alcanzé un nivel maximo, lo cual se refleja
en la disminucién del polen de especies fo-
restales v en el aumento del polen de maiz.
pastos y malezas en los sedimentos lacus-
tres. La deforestacién se debié al aumento
de la poblacién, que requirié mayores ex-
tensiones de tierra cultivada, mas consumo
de madera como combustible y material de
construccién, y espacios adicionales para
viviendas y plazas publicas. La destruccién
de la cubierta bos-
cosa, combinada
con el uso intensivo
de los suelos de cul-
tivo, ocasioné ero-
sidny deslave de los
suelos, que también
fueron eliminados
durante activida-
des de construccién;
ademas, la cobertu-
ra del terreno con
elementos arquitec-
ténicos incrementé
las tasas de desla-
vey sedimentacién,
lo cual se refleja en
la presencia de
gruesos niveles de
barro en los sedi-
mentos lacustres.
El deterioroam-
biental también se
patentiza en las de-
ficiencias nutricio-
nales de la pobla-
cién del Periodo
Clasico. Los anali-
sis de restos éseos
encontrados en va-
rios sitios de esta
rogién indiean que
sus habitantes su-
frian graves defi-
ciencias nutricio-
nales, que redun-
daban en proble-
mas de crecimien-
to y enfermedades. Sin embargo, hace fal-
ta mucho trabejo para comprobar la verda-
dera importancia de estos problemas, en
relacién con el proceso de crisis. La canti-
dad de restos éseos analizados son relati-
vamente nequefias. v hace falta comparar-
} amare A
ww Gliese Politica yet Colapso.., Gaara SY 765}
las con muestras significativas de épocas
anteriores, a fin de demostrar que las defi-
ciencias se agravaron consistentemente al
final del Perfodo Clasico.
Factores sociopoliticos
Una de las teorias
mas interesantes
para explicar el co-
lapso, propuesta a
mediados de este
siglo por Eric
Thompson, se basa
en factores sociopo-
liticos, mas bien
que ambientales.
Thompson argu-
mento que los go-
bernantes y sacer-
dotes explotaron
inmoderadamente
a la poblacién, con
fuertes demandas
de tributo y traba-
jo para la construc-
cidn de los grandes
templos y palacios.
Esto provocéd una
serie de alzamien-
tos, en los que los
plebeyos derroca-
ron a sus sefiores,
quienes eran los
unicos poseedores
dc la alta cultura
expresada en las
artes monumenta-
les y la escritura.
Al caer el sistema
politico que ellos
controlaban, se
perdieron parte de
los conocimientos
necesarios para desarrollar estas manifes-
taciones culturales y la eapacidad de orga-
nizar a la poblacién para tales propésitos.
En una publicacién posterior, Thompson
también elaboré la idea de una invasion
externa como factor del colapso, especifica-
mente en el drea del Rio de La Pasién.
Varios autores habian observado la presen-
cia de rasgos ajenos a la tradicién artistica
maya clasica, en esculturas del sitio E] Cei-
bal (llustraciones 101, 102, 103). Esas pe-
culiaridades incluyen la falta de deforma-
cidn craneana en los individuos representa-
dos; la inclusién de elementos del vestuario
y objetos rituales muy singulares; y el uso
de ciertos signos jeroglificos, enteramente
nuevos, ajenos a la escritura maya clasica,
que aparecen combinados con los textos mas
tradicionales. Llaman especialmente la
atencién los signos, aparentemente calen-
déricos, que aparecen encerrados en “eartu-
chos” cuadrados, y que se diferencian mar-
cadamente de Ja escritura maya clisica. Fue-
ra de El Ceibal, estos signos aparecen en
Jas esculturas tardias de Jimbal y Ucanal
(Petén), y de otros sitios (lustracién 104).
Excavaciones efectuadas en El Ceibal y
en el sitio cercano de Altar de Sacrificios
revelaron, también, la presencia de nue-
vos tipos de cerdmica, conocidos como
“anaranjado fino” y “gris fino’, los cuales
compartian algunos rasgos iconogrdficos
con las esculturas de El Ceibal, y que
parecian ser de origen foraneo (Ilustra-
cidn 9). Tanto la ceramica como las fechas
de los monumentos de El Ceibal indican
que este sitio permanecié activo hasta épo-
cas muy tardias y, de hecho, experiment
un florecimiento al final del Periodo Cla-
sico, cuando la mayoria de sitios habia
sido ya abandonada.
Thompson combiné estas evidencias con
sus interpretacioncs de los documentos his.
téricos, que indicaban una gran expansién
de los pueblos de lengua chontal durante
el Periodo Postelasico. Estas comunidades
habitaban la zona de la laguna de Térmi-
nos y partes adyacentes de Tabasco y Cam-
peche, donde se encontraban expuestos a
influencia de asentamientos no mayas que
habitaban més al ceste. En la época de la
Conquista se les conocia como grandes mer-
caderes, que controlaban el comercio a lo
largo del litoral de la peninsula de Yuca-
tan, hasta alcanzar partes de Izabal y Hon-
duras. De acuerdo con la interpretacion de
Thompson, un gruvo espeeifica de gente dereget Se SC
lengua chontal, conocido como “putunes”,
se expandis considerablemente al final del
Clasico Tardio, hasta legar a controlar el
sitio El Ceibal. Bata expansién pudo haber
ocasionado la caida de los grandes sitios del
Rio Usumacinta, y haber causado fuertes
repercusiones en otras partes de las Tie-
rras Bajas.
‘Con ambas propuestas, Thompson desa-
rrollé la idea de que el colapso se debié a la
caida de la autoridad centralizada en los si-
tios principales, lo que pudo haber traido,
como consecuencia, el movimiento de las po-
blaciones de los nticleos urbanos hacia el area
rural. En opinién de este autor, ello no oca-
sioné necesariamente, un descenso de la po-
blacién total, pues la poblacién simplemente
se dispersé en las zonas rurales. Es impor-
tante sefialar que el colapso no implies gran-
des migraciones hacia las tierras altas de
Guatemala o hacia la peninsula de Yucatan.
Muchos autores se inclinan a pensar que
el colapso de la sociedad maya clisica no
puede explicarse como consecuencia de una
sola causa. De acuerdo con la sintesis pro-
puesta por Gordon Willey y Dimitri Shim-
kin, la poblacién del Periodo Clasico Tardio
experimenté una diferenciacién, cada vez
mas marcada, entre la gente comin y los
reyes y sefiores. La alimentacién pobre e
inadecuada aumenté la vulnerabilidad de
la poblacién ante las enfermedades, lo que
afecté més perceptiblemente a los plebeyos,
al tiempo que la presién demografica se in-
tensificd, induciendo el deterioro ambiental
y la reduccién del potencial agricola de la
tierra. La incapacidad para producir alimen-
tos suficientes incremento el deterioro de la
salud y auments la vulnerabilidad de la po-
blacién ante las enfermedades. Al mismo
tiempo, esta sintesis incorporé las ideas de
Thompson relativas a una intensificacién
en la demanda de trabajo, por parte de los
reyes y nobles, la que aumenté el sufrimien-
to de los plebeyos, aunque esto no necesaria-
mente tuvo como consecuencia un levanta-
miento popular, Finalmente, la intrusién de
grupos no mayas en el 4rea del Usumacinta
pudo contribuir a la inestabilidad y produ-
cir cambios drasticos en las redes tradicio-
nales de comercio.
Je Taatois oA A,
Aligual que otros aspectos de la sociedad
maya clasica, en el proceso que condujo al
colapso existid una gran diversidad regio-
nal y, por tanto, es necesario estudiar la
formia en que se desarrollé en cada regién
particular de las Tierras Bajas. En las sec-
ciones siguientes se discuten aspectos espe-
cificos relacionados con el colapso de Tikal,
Copfin y la regién de Petexbatiin, que si
bien muestran similitudes, a la vez fueron
significativamente diferentes.
Tikal
El fin del Periodo Clasico, en Tikal, se carac-
teriz6 por un descenso marcado de la pobla-
cién, tanto en el centro como en la periferia.
Sin embargo, un grupo pequefio permane-
cid viviendo en la parte nuclear y continué
manteniendo algunos patrones del ceremo-
nial del Periodo Clasico, incluyendo la eree-
cién de la Estela 11 y del altar 11, en el ano
869 vc. Se erigicron, de nuevo muchos mo-
numentos del Periodo Clasico en recientes
localizaciones, y en algunos casos hay evi-
dencia de que los responsables de su reubi-
cacién ya no comprendian el significado de
la iconografia e inscripciones del Periodo Cla-
sico. Los tiltimos habitantes de Tikal no tu-
vieron la capacidad para emprender gran-
des obras de construccién y utilizaron los
antiguos edificios rituales como residencias.
‘Tampoco produjeron o adquirieron nuevos
objetos ceremoniales y suntuarios; para ob-
tenerlos saquearon tumbas y depésitos de
épocas anteriores.
El sitio de Jimbal, localizado a pocos ki-
lémetros de Tikal, experimenté un breve
florecimiento al final del Periodo Clasico,
cuando sus habitantes erigieron algunos
monumentos esculpidos, en una época en
la que ya el sitio principal habia decaido.
Los reyes conmemorados en estos’ monu-
mentos utilizaron el glifo-emblema de
‘Tikal, lo que sugiere que pudieron haberse
identificado como miembros de la familia
real de ese sitio (ver Fasciculo 9). A la vez,
emplearon algunos signos jeroglificos en-
marcados en cartuchos cuadrados, simila-
res a los que se observan en los monumen-