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Lilly Medina +<(lll><

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Escritor del texto: Hugo Wast (Gustavo Martnez Zubira, Argentino)

Texto difundido con aprobacin eclesistica.
Cuando se piensa
que ni los ngeles,
ni los arcngeles,
ni Miguel,
ni Gabriel,
ni Rafael,
ni prncipe
alguno de
aquellos que
vencieron a
Lucifer
pueden
hacer
lo que un
sacerdote;
Cuando se piensa que nuestro Seor Jesucristo, en la ltima Cena,
realiz un milagro ms grande que la creacin del universo con todos
sus esplendores, y fue convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre
para alimentar al mundo;
y que este portento, ante
el cual se arrodillan los
ngeles y los hombres,
puede repetirlo cada da
un sacerdote;
Cuando se piensa en
el otro milagro que
solamente un
sacerdote puede
realizar:
perdonar los pecados,
y lo que l
y que lo que l ata en el
desata,
fondo de su humilde
en el mismo
confesionario, Dios,
instante
obligado por su propia
lo desata Dios;
palabra, lo ata en el Cielo,
Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste
porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada da de ese Cuerpo y de
esa Sangre redentora que slo un sacerdote puede realizar;
y la gente
aullar de
hambre y de
angustia,
y pedirn
ese pan, y no
habr quien
se los d;
 y pedirn
la absolucin de
sus culpas

y no habr
quin las
absuelva,
y morirn
con los
ojos
abiertos
por el
mayor
de los
espantos;
Uno comprende el afn
con que, en tiempos
antiguos, cada familia
ansiaba que de su seno
brotase, como una vara
de nardo, una vocacin
sacerdotal;
Uno comprende que el
peor crimen que puede
cometer alguien
es impedir o
desalentar
una
vocacin;
Uno es ser
comprende como Judas
que provocar y vender
una apostasa a Cristo
de nuevo;
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocacin
Sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un ttulo de
nobleza incomparable;
Uno comprende que ms que
una iglesia, y ms que una
escuela, y ms que un
hospital, es un seminario
o un noviciado;
 Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven
seminarista o de un novicio es allanar el camino por donde ha de
llegar al altar un hombre.
Un hombre que
durante media hora,
cada da, ser mucho
ms que todas las
dignidades de la tierra
y que todos
los santos del cielo,
pues ser
Cristo mismo,
sacrificando
su Cuerpo y
su Sangre
para
alimentar
al mundo.