0r-€ dd ‘og6r ‘sean wenOyN sTapUNULE 6x] dydosBoxgorny sey 2995 Sig 24, soySnH UowSaeT « 0K APN sowios ou anb 0(_sisiny so] e sourerpo,,) snany ajuaunesyyradse ours ‘sesepuens oj9s soutos ou anb usnbyniou sou opezadsout opour ap anb ajqisod sg ‘sodna8 axiua erprossrp ey TeWwouNTTE 2 amqujuos apand odns8 un ap euzaiuy peprepros ey ‘sod -n38 sox30 9p ojsadsox vrouaBioatp ap 4 eioueystp ap ugIdas -xod bun seaa[]t0o ‘sose soypnur ue ‘apand odnid un e —oyu9d -nypxo {~ surany e1ouauayied op ophues up ‘aueurepeudzyu9sep aejeur 4 ‘reyeur apand uprquiey pepneapr ey ‘oBsequia urs ‘A, “eiseyrumuLos UorsTuyapome ey A [eos [endes ap seyz09) sopuesd sv] eysey ouN(oad ye seWE op ze] -ndod uopeuye e apsep ‘epezresouad A eydure wey wo1esrupe bun vqyoox pepauap! ap apy e[ anb auepussdios so oN “ezuEy, woo A pzzany ap usIqure} outs “eL:Baye 4 of[NBi0 ap o[s Ou aruaNy aos opand pepnuspr op opnuas [ 1,01g]] UN ta OpyzT O[9s URE ow ‘orsta £ opeooy as [ear OL, vjreItaum dx oyoIg | jso739u soy ap ernied! ‘eougy, ns ap oupure> egy _soxlape] ep UOTTU un op osad yap autr2oeysap Ouro ang, :et [e sast@pyunOp -23s9 Sorqy sns ofoxry “eoEFy eDeTHIOK PASM ap oned opuen> Bp 2p oxpode as anb wirojna vj aquosap sousny worsSuey] ous -loureoye 1020980 [9 ‘vas 3iq 24 ‘ob6t op eyeIBoIgome ns UT UQISN[E B] Ap BTOUETOTA BT24 | IOENTIDAD Y VIOLENCIA meramente yugoslavos, sino que en realidad somos serbios (“los musulmanes no nos agradan en absoluto”). De mis recuerdos de la nifiez sobre las reyertas entre hindties y musulmanes en a década de 1940, relacionadas con la politica de particién del pats, viene a mi memoria la velocidadscon que los tolerantes seres humanos de enero répidamente se transformaron en los implacables hindvies y los crueles musulmanes de julio. Cientos de miles de personas perecieron en manos de individuos que, encabezados por los‘comandantes de la masacre, mataron a otros en nombre de su “propio pueblo”. La violencia se fomenta mediante la imposici6n de identidades singulares y beligeran- tes en gente crédula, embanderada detras de eximios artifices del terror. El sentido de identidad puede contribuir en gran medida a Ja firmeza y la calidez de nuestras relaciones con otros, como los vecinos, los miembros de la misma comunidad, los conciu- dadanos o los creyentes de una misma religion. El hecho de con- centrarnos en identidades particulares puede enriquecer nues- tros lazos y evarnos a hacer muchas cosas por los demés; asimismo, puede ayudarnos a ir més alld de nuestras egocéntri cas vidas. La reciente bibliografia sobre el “capital social”, explo- rada en profundidad por Robert Putnam y otros, ha expresado en forma suficientemente clara cémo el hecho de identificarse con los demés en la misma comunidad social puede hacer que lavvida de todos sea mucho mejor dentro de esa comunidad; por tanto, el sentido de pertenencia a una comunidad es conside- rado un recurso, como el capital? Ese concepto es importante, aunque debe complementarse con un mayor reconocimiento de 2 Véase Robert D. Putnam, Bowling alone: The collapse and the revival of the American commauity, Nueva York, Simon & Schuster, 2000 [trad. esp.: SéIo cn la bolera: colapso y resurgimiento de la cortunidad narteamericana, Barcelona, Cireulo de Lectores/Galaxia Gutenberg, 2002]. E (A VOLENCIA DE LA MLUSION | 25 que el sentido de identidad puede excluir, de modo inflexible, a mucha gente mientras abraza célidamente a otra. La comuni- dad bien integrada en la que los residentes hacen instintivamente cosas maravillosas por los demas con prontitud y solidaridad puede ser la misma comunidad en la que se arrojan ladrillos a Jas ventanas de los inmigrantes que llegan al lugar. La desgracia Ge la exclusin puede ir de la mano del don de la inclusion. El cultivo de la violencia asociada con los conflictos de iden- tidad parece repetirse en todo el mundo cada vez con mayor persistencia. Si bien es posible que el equilibro de poder en Ruanda y en el Congo haya cambiado, ambos grupos contingian teniéndose en la mira, La organizacin de una identidad islé- mica sudanesa agresiva, junto con la explotaci6n de las divisio- nes raciales, ha conducido a la violacién y a la matanza de las victimas subyugadas en el sur de ese territorio atrozmente mili tarizado. Israel y Palestina contintian experimentando la furia de identidades dicotomizadas prestas a infligir penas abomi- nables a la otra parte, Al-Qaeda depende en gran medida del cultivo y la explotacién de una identidad islémica militante opuesta especificamente a los occidentales. Y contintian llegando informes de Abu Ghraib y de otros luga- res en los que se describe que algunos soldados estadouniden- ses y britdnicos, que fueron enviados a luchar por la causa de la libertad yla democracia, recurren alo que se denomina el“ablan- damiento” de los prisioneros por medios totalmente inhuma- Se en gee eaeAppep exed uordo auay ow pepreax uo euoszod eum anb 1909 [DUTP exMsax ‘e2ueIsqo ON “WOTSDa[9 ap OU A UOTDEZTTeDIZ0INE ap UgHsend uN o[9s s9 aeURWOP FAEHUNWOS pepuuept yan onb seuye v uapusn seistseyunus0> sexopesuad sounW. SUAVINAATT X STNOIDONALSTY -euoszad vf ap viswoua3zod ap vjx08a}v> 0 pepHuap! PITuD, e epesaprsucs 12s apond seyja op eunSury ‘remonsed peppuspr pun aragtios 9] ‘vaupy[nunys euro; Ue sdeuazed euoszad vs9 anb se] ‘Sopeptanoa|oo seis ap Bun Epes “sodus8 op peparrea eur ap orqurarty tasey Bj ‘euosiad eun ap soadse sono axzus ‘s3] -epos sosturoxdui0> soy TeoIsnur osns Jo ‘soanrodsp sosos9qHTT so] ‘SOrTeIHOUNTTY sONGPY Soy ‘oayduxe Ja “UoIsazord vj “eonyTod vy ‘osepp Bf ‘x08 [2 ‘OoypABOas ua8ts0 Je “e1ouaprsas ey “eTEP -epnp v7 ‘sore Spo} v soussouazid ‘sodns8 ap peparrea eun. ap soxqurarus sourexapistioo Som ‘sapPuIZOU SepIA seNsonU Uy saredsip souoezial ap sozeypses souenbad ua. aque8 eye ueoyIsep anb sopesng[N9 sospagar Avy ugIqurer “(Oper -dooe Anut oydaouos un seajduas sourszanb 1s {,oyuayUD0U0Da,,, p too azueioyns eyias) adronzed eueumy peiumyoa vy onb ap pepiseoou dey ou anb A ‘ezapermyeu sod ouro> epeurunajapazd vursoJ BUN Ud [PIOUAse 4 a[qeredurosUt sa peprunUtod e| ep PEP “usp! ¥] anb uezopisuos onb seistreytmuro> ‘sono enue ‘key jenase[avut ovuarurestied yop ~seperadsox Anur ‘oypoy ap—Seper -adsa1 sefanosa ap pepalzeA Bun ap se[euorsazord so} ap ‘osoyrUr -2[v> o8[e anibune ‘opeuoruarut warq opredses Ja auep worsnyt vase anb zepeuas ayunzx0dury eynsox orad ‘oxepp sas epxpod Offs, ‘sesiaaqp a1USUIS[qIpNpUT Tos onb sozemonaed sop -epnuspr ap viouerzodurt vj reuruzaiap fe Hors29I@ | 9p jeded 2x | woismny v7 3a WI9NBTOIA YT PP 2ea ap auejsoduny ouaureonI9 peprsesau wun oy6rK9 “sou ~vonjdutn sesraatp sus A sopepnuspy sensonu 9p peprremid &7 2 ‘onustuouOser [9 Gos OMY “ouBUENY 196 A zopeteqs an “Tye ‘sppuens ‘ye8ry op ouepepnro so ugiqurey anb ours nIny 59 0198 ou wue}sqo ou ‘s1sjmy zeHEUE eed & many OF9S oeTos9p “too exed opetorsaid z9s apand qeBry ap many xopetequn ot ‘zemopied ugmezt0Bay29 eum 9 : aqusuTesyioedse osn un ap ug1e}o[dxe ey Surysar eae ‘souosied sey v zwayise(p ap seuiio} seno e sonpuoD off “oouyA -Inumys opout ap sowmsu=3 sopos onb sopepnuepr seno seypnut upiqure: onbune ‘eueumy ezapeinieu eszsonu ap sountio9 son: -H s0j ampur uapond seis “oBany apsoqy ys a1sua uotsdiuor on sepepruepr ep zapod jp 10d epegesep 19s apand vsosfaq pep “opr Pun ap ezsaTy ¥ sub ap Bapt FY Ho sousEsEG soUIaq9p “O1q “Wwe UT TUE UM oWO suSUIELALEB pepRUDpr ef een Opn #25 00d wupusy& Soran ap & wousjor ap duce mene ezonbz op aiuany un one) 138 9pond pepnuspr ef ‘re8ny ane Ug ‘Te29Ud8 ue PepAUDpT Yap UO!SPDOAUT E] 1eOOJOS O mTUNTEGNS alqusod s9 ont sorpawios jo seyey a1q3sod 89 apuop? ‘uorsetnd “eur ang we ap cxa{ns 398 spond orreMUapY onuaTErestAd Pp Is 15 RUINS NELIdWOD IND SANOIOVTIIE Za OLNEIMIDONOOMY “eueumy ezes B[ wa20us1z0d sopor anb ‘selfs anita “opueg ono PP Sonprarpur so] ap seotegjod souaur svanisraxexv se:30 2p Up}oezapisto> epor ‘erousnsayy 10D ‘HIayaxo wHIODOTN “(exIsone ®L9P WUnsTp ezes Bun Uos, ) seiopeBa1Bs1p sopepnuapy ap wou arqpeyut vun 2p 0812] oj 8 sourexprens soy v A soxauorstad soy e atusureprre vomyiq sexuansuppp sossondns ap sosoysedsos so8 “RUBLE so]UONLAUIOD op septa st] a1q0s o191N}S9211 rapod fH ‘sou YOMNOI A avauNZa! | Ot28 | IDENTIDAD Y vioteNcIA gué importancia relativa puede asignarles a los diversos gru- Pos a los que pertenece, y que debe “descubrir” sus identida- des, como si se tratara de un fenémeno puramente natural (como determinar si es de dia 0 de-noche). Todos estamos siempre haciendo elecciones, aunque sea ‘de modo implicito, acerca de las prioridades que debemos asignarles a nuestras diferentes filiaciones y asociaciones. La libertad para determinar nuestras lealtades y prioridades entre los diferentes grupos a los que pertenecemos es peculiarmente importante, y tenemos razo- nes para reconocerla, valoraria y defenderla, La existencia de la eleccién no indica, desde luego, que no haya restricciones que la coaccionen. De hecho, las elecciones siem- pre se hacen dentro de los Itmites de lo que se considera posi- ble, En el caso de las identidades, las posibilidades dependerén de las circunstanciasy las caracteristicas individuales que deter- minen las alternativas que tenemos. No obstante, ello 10 cons- tituye un hecho notable, ya que simplemente es la manera en que se hace toda eleccién en cualquier ambito, En realidad, nada puede ser mas elemental y universal que el hecho de que las elec- ciones de todo tipo que se hacen en cualquier ambito siempre tienen lugar dentro de limites particulares. Por ejemplo, cuando decidimos qué comprar en el mercado no podemos hacer caso omiso del hecho de que hay limites respecto de cuénto podemos gastar. La “restriccion del presupuesto”, como la denominan los economistas, es omnipresente, Elhecho de que cada comprador pueda hacer elecciones no indica que no haya una restriccion del presupuesto, sino que ias elecciones deben hacerse dentro de las restricciones del presupuesto que tienen las personas. Lo que es verdad en Ja economia elemental también es ver- dad en las complejas decisiones politicas y sociales. Incluso cuando uno inevitablemente es considerado —por uno mismo Y por los dems francés, judio, brasilenio o afroamericano, 0 f | UA WIOLENCIA DELA ILUSION | 29 (en particular en el contexto de la confusién actual) érabe 0 musulman, atin tiene que decidir qué importancia exacta adju- dicarle a esa identidad por sobre la importancia de otras cate- gorias alas que uno también pertenece. COMO CONVENCER A LOS DEMAS Sin embargo, incluso cuando tenemos en claro cémo queremos vernos, es posible que atin nos resulte dificil persuadir a los ne de que nos vean de esa manera. Una persona no blanca en la Sudafrica dominada por el apartheid no podia insistir en que Ja trataran como a un ser humano independientemente de sus catacteristicas raciales, Por lo general, se la hubiera ubicado en Ja categoria que el Estado y los miembros dominantes de la socie- dad le tenfan reservada, Nuestra libertad para afirmar nuestras identidades personales a veces puede ser muy limitada a los ojos de los demas, sin importar cémo nos vemnos a nosotros mismos. En realidad, es probable que a veces ni siquiera séamos com- pletamente conscientes de cémo nos identifican los demés, que pueden vernos de un modo que difiere de nuestra autopercep- cién, Hay una interesante leccién en una antigua historia ita- liana ~de la década de 1920, cuando el apoyo ala politica fascista se expandia con rapidez por toda Italia— sobre un reclutador politico del Partido Fascista que intentaba convencer a un cam- pesino socialista de que se uniera a aquel partido.“yCémo puedo unirme a su partido?”, dijo el potencial recluta. “Mi padre era socialista. Mi abuelo era socialista. En realidad, no puedo unirme al Partido Fascista” “;Qué clase de argumento es ése?”, dijo el reclutador fascista con raz6n. ;Qué hubiera hecho —Ie pregunté al campesino socialista— si su padre hubiese sido asesino y su-oxpnf ap WOH IPOD Ns 2P -eymasip pepnuspt van resoauy eed soypnf soy ap peprredeo ej 4 perroay vj aiduisys vzed opeaTr? uexargny of6t ap ePeaP PL re sapepreqieg se| an 2p ogpaq fe oxsezeu MP ESPEN RI vya wun BfIaG “O€6t IP EPEDPP ET AP PITPLITY PLE? OF Ajoessy ua sa peprqenaae ef 9 anb oxpn{ oygand ye -ojdur9fe rod seoyde 25 ay savuaiaytp tos spyoueystNa71 Se] OPLEN soPEPAAPE LY crea ap ostaso ose> zaney ured Upzes a1uapeyN £9 OU Off SPT “aye pepauopt 2 ap seardyDsep seuoysz0us1 SL eYAS TOP, ‘ynsen say upyqurer A worresBIUaP PL ‘red seistaaad sey ap SerUHSIP sos anb seyjanbe ‘sepeppuap! sexi0 80s 2 eroueyodury ef Te> arovconad ab ap SpuTap SO] ° EDUDATOD [UTP PHINSAY S91 SONPHL “pay soy 8 soueynoned seppursstnoxi> Uo {8 OSBDPHE SFLU PY chionur ey 4 worsnsesrad ef ezed ourureo pp texedard apend o7y spodeo odru8 un 2 svansweze sepeurensaap 9P UOPAAE ey souros aonb souresuad nb o] 9p serUa42HP ‘soureey & SOP “pap upice anb sono ap 170d 30d yeas 06, RP oor8agurnb set dua pnb pepper sour s9 Ou ‘es0sa}y cowpeas s> Yoh ~Senixe ¥s9 UaTq 1S , INLD To WoIO{ETHO Of He orad —vs0urey ensapria Bun U9 59H! IOI" P ‘SI9TOS TIAA OfFP OA On JUS eyjos,2sz229q.aue ap expan eaoszod e| P-HnaeAe ‘uagep sonjoanb repndugs peprauopr eam ap wossnit w UPLAUTED ows ‘sean dusosep Tpoweszex Bion BL oj9s Ou wadnppar wOTDepesBAp HL aP Sesed TL : “gsvise> ap sepouasaytp Avy ourga? saouorta fofeqea fo £ axqused TP cugped “nooaid By sresod yp ‘Oparur fp “eat PL ‘O25 P soureyage aoared sopor y,,:opirerensazd (uous eS? [PP “repid) nBrstyg ap s¥3se> gp euuniis yap eSuRJAP ef PzEKPAL “OWEIEISATOD TOMO om ‘efeapereyg ‘Sour [fur sop sour ae4 2p FIEP anb ‘vyeswyquysyt vipuy vkadoda vf wg “seoode soqtorayp ua sermypns sayueT vp esaqeaBuop soBsex 9p uorongeste v| Pasrouodo opnraed eq epuuo euEUEMY vzaTeANIEH PUN SPS nb op uopeMUge PT Te | xp! wig viDHaTOIA Y 5.254 ey euaosa tn one “096r 2peQ-vseds ‘PUDEW "PI2UEA ap sepDo4ous I § “gh6r ap mae sony souang ‘aft ung ua Gewmasnire un ap ovesines, 459 pen} £6 sgg6t Saray 3 yD75 SaxPUOT ByHU9s-uw ays fo HEAs40d “ATLTES [hed ww > gouvpst un anb ouzorauy ost [2 10d 4 ower owstur jp 10d operyua A opeiuezes ‘sorpour souzsrur soy 10d opemo ‘sopepouzayus seuustur se] ¥ oxo{ns ‘seucre SeuISTUL SP] od opts] ‘so1uaunfe soursmu soj ap opr vase ou anb sq? jsouorsed ‘sois9ze ‘sopnuss ‘Souororodord ‘soue8y9 ‘soueut uan ou oypnf un anb sq? sofo auen ou oypn{ un anb sg? rareadsoyeyg ap esnguo> aqua -aqureriiaq erzoxsty 2 we yPOTAGS s9>eq OINDOId OUTOD Te2 ‘HIN anb sopepnuap! seno sej zejeuas A sozenonsed seonstioioere> ap worsngine vB] 1nsisoz reyuayUT apand vuossad wun OLL2IK> uoprsodun ean e ssrau0do ty ‘seuosiad seso ap pepnuapr ty 2p sojueaaTor SoBsea SooTun sof Wos syoLIRaUO.IO SEILOSOp SENS] -gopre9 se] anb ue ugTeupsgo P| A epep eEAOBareD eum B U920 -guied aonb seosiod se 2p vaugasa uoTadrrosap Bun :sepruO!>ey -ourou! anbune ‘seyunsip souorsioysIp sop xerodsoout wapand so1usuroyea souoTangiae sey ,orpnt fe apy anb jp eartasnue 1p 59 ["**] forpnf ows uaa saxquioy somo soy womb ey aRHIIs “que un op oleniey,, 2 anzeg [Neg-weel oanysos— arquIoy un 59 ospnt fa, “eperpuddyta vuosrad ey esuOD wDURTOLA eI TOL ued ezign as anb ‘uoresatusp ey ap epeuedurore va u9TING “une vysa epuansayy wo died ousiueq osmppul ‘e[qeuOzer aye -seq svoqystinngere> ap UpIoNqHAe Bp ose un Jas vyIpod asy cesiosey pred [e oprun vsergny our ‘oasandns od ssanuomua “enpper ferousiod Jp Offp— seru0}M9 “YY, .305kO 952 uo oypay esaiqny and? soursase Oprs assiqny UP;quIE} o[anNqe yronators A awaunaar | of32 | IDENTIDAD Y ViOLENCIA De modo similar, es necesario fortalecer la elecci6n razo- nada para oponerse a la atribucién de identidades singulares y al reclutamiento de soldados de infanteria para una sangrienta campatia que busca aterrorizar a las victimas elegicias. Los inten- tos de cambiar las identidades peftibidas como propias han sido responsables de muchas atrocidades en él mundo, convirtiendo en enemigos a viejos amigos y a sectarios detestables en lideres politicos repentinamente poderosos. La necesidad de reconocer el papel del razonamiento y de la elecci6n en la reflexion sobre la identidad es, por tanto, sumamente importante. NEGACION DE LA ELEGCION ¥ RESPONSABILIDAD Dado que las elecciones existen, suponer que no son posibles implica reemplazar al razonamiento por la aceptaci6n acritica de la conducta conformista, aunque ésta sea repudiable. Habitualmente, dicho conformismo tiene consecuencias con servadoras y protege del examen inteligente a las viejas cos- tumbres y las viejas précticas. Las desigualdades tradicionales, como el tratamiento desigual de las mujeres en las sociedades sexistas (¢ incluso la violencia a la que se las somete), 0 la dis- criminacién a miembros de otros grupos raciales, sobreviven debido a la aceptacién indiscutida de las creencias recibidas (entre ellas, los papeles subordinados de quienes han sido tradicionalmente oprimidos). Muchas précticas pasadas y muchas identidades asumidas se han desmoronado como con- secuencia del cuestionamiento y el andlisis. Las tradiciones pueden cambiar incluso dentro de un pafs y una cultura par- ticulares. Quiza valga la pena recordar que El sometimiento de Jas mujeres de John Stuart Mill, publicado en 1874, fue consi- UA VIDLENCIA GE LA ILUSION 1 33, derado, por muchos lectores britanicos, prueba final de su excentricidad y, de hecho, el interés en el tema fue tan escaso que éste fue el tinico libro de Mill con el que su editor perdié dinero.® No obstante, es probable que la aceptacién incondicional de una identidad social no siempre tenga consecuencias tradicio- nalistas. También puede suponer una reorientacién radical de. una identidad que entonces podria aparecer como resultado de un supuesto “descubrimiento” que no surge de una eleccion razonada. Ello puede cumplir un papel importante en la insti- gaci6n a la violencia. Mis recuerdos perturbadores de los dis- turbios entre los hindites y los musulmanes en la India en la década de 1940, a los que me referi anteriormente, incluyen haber visto con los ojos desconcertados de un nifo- los masivos cambios de identidad que siguieron a la politica de particién. Las identidades de muchas personas como indios, subcontinentales, asidticos 0 miembros de la raza humana parecieron ceder ~de modo bastante repentino~ a la identifi- cacién sectaria con las comunidades hind, musulmana o si La matanza posterior tuvo mucho que ver con el elemental com- portamiento gregario que hacia “descubrir” a las personas sus identidades beligerantes recientemente detectadas, sin some- ter el proceso a un examen critico. De repente, las mismas per- sonas fueron distintas. 174, 225. Mill observ 6 -Véase Alan Ryan, J S. Mill, Londres, Routledge, 1974 P. 135. {que sus opiniones sobre el sufragio de las mujeres eran consideradas como ‘mis propios caprichos”. John Stuart Mill, Autobiography (3874), Oxford, Oxford University Press, 971, p. 169 [trad. esp.: Autobiografia, Madrid, Alianza, 1986),\(soonues; seistfeitourepuny so] eisey sopeitep1990 seistUTAOYD soyapsop) anboyp un ap stsay ey zepyedsax uesaismb anb sopjanbe B O[9s ou redene apand srpunsuoo ap z9pod ns x -(€ ojmydes [P US pUttD a3S9 a2qos PPUNge as) souOTDEZILAID sepeUTIOUDp se] op soyruorfor sexaquoy se ueznao anb—sapersereur A s9pem29] -a1un— seuo}soo.aquy Se] ap eUANpUT YA souEDPe [> “reBNT opuNB>s ua ‘{ saTeTODeZTLAP sejroBayes seIso ap OMAP sousarur sapR| “IAI Se] op pnazuseur ef ‘reBny sowrId wo ‘oye 10d wsed A ‘erp -unui e1Z0ISTY{ e| Sp eso110q OB[e UOPDdeor0d wun OD epEUTG -to yer2Ua8 o] 10d yise eis!uODONpar UOIstA vaso anb outa ap “umpoy9 gap SSMOIRZI|LAID Se] IS 9p vouse BiUNEoxd v| v FoLIaTUR AnuZ $9 sis91 VI ap OrIsPq 019939p Jal “souorovarpiaso soxuosafip sv] axiua souOIOeIaI ap SOUTUEID UD ‘souaur epuerduios se] as off 10d anb ujs ‘asrea uapand exouew eundie ap soumuiny saias saruaiafip soy a4jua souorsepss sey anb A ‘seiiosip A seiupsrp souoPezTTAD uo ‘squouedioutd ‘sre ys -vp epand pepruvumy vj onb op upporsodns vy wo wseg as , ssa -oneztap se[ ues0yp?,, eunBexd e] ‘oysoy act zeMBUIs uOIaeIY ~Isep eun ap eoqun eoueaajas ef ap UOIDISOdns e| Woo BzuaTtOD so[qeuaout onboyp un op uoysono eT vB seBa]] ap soque oypnut ‘ezuaitu0> seuoDeZT|IAD ap anboYD Pp s1s93 Bap PI|NOGYP PT -seuosied se] anita serousuostp se] 04 ap erseumad euro esa sod seyn20 uyisa (‘sia “seurorpr ap sodnu8 anua ‘soyanstp B19 -wapiso1 9p saze8ny A sopepyeuopeu anuo ‘soquaiap(p svonyod svapr woo seuosiad axque ‘souorsednso A sase[p saztzasIp ap S01q, -wiarur oxyte ‘saigod { sooel anita ‘soures{p) seuorstarp seN1Q “sop ~8u sox9]qIS¥> ap o27uN O}UN{TOd UN ap ONUAp soNprAIpUT So] B srusura[qgxayuy xeorgn exed eyoydun euxs0y ud voydur> 98 o1z01e> ~yisepp eutaisis 289 op sopeBorBsIp z9pod Jp (wisipng opunca Te, © .opury opunut fe, SE [ xpism v1g0 voavoia v7 ; {266¢ e>ua9qt sopred ‘euojzareg ‘po;punue uepio op uoprosnByfuodas of SouowsezHess 3p anborp 1g #489 pen) 9661 ‘smyDg 9 WOULIG 30h wasn uApLO Prion 248 fo Buyowas ay% pun suorseasran fo ysep oy, uoxBsaungy FRUS Z weas onb seieprsuoo apand as une sousur 4 souoisunsIp se330 ssoaredesap uvSey anb zouodns apand as ou ‘soquaioa1 soue wo uoprsodxo eysnur opiqias uey sesorSrpox seoSaqw9 se] wag 1g “sono soysnur A vonyfod vy ‘eurorpt Ja ‘Te190s smeisa [a “sauOD ~edn2o sv] ‘sasep> sef ‘soxeFn] Soy ‘Sopeprreuoroeu sey :sepIA sen -sonU Ud —ePUBAgTEA BYDNL ESTANDaIy UO BITEADIOA P2919 Suan s9[en9 So] ap OuN eped ‘UOISLAEp ap seUIDISIS sono soySNUE ungos esivoyrsep apand jerpunur uo1oegod pf anb auaptas sy “sesorStjau sersuazayip se] ap seprans sauowey ~toytUod seasondns sey erodsoout ‘epmuystios s7usUesopepms ‘vaedas 4 apiatp onb aueunwop uorsta vy Seno 4 ,ystpnq uoDeEZT TAP EL, (HPUTY UpPeZTIAD Uf, eoTUTEIST UOTDeZTTAD, ef UO [21 ~wapo0 UOLeZTTA!D Bj ISENIUOD uOUAUNAT —-UODUETe TMs “Uys eysoxd 98 onb svj v seso}Syj21 souoIstalp se v9199 ap uensIs svauyy seso ‘pupyense sod oro A— ugroezyffA1 ap scour] sep “Purwousp se] an3ss anb upiovztioSaie9 von eum ap rapod fp ‘siusuremidastos opuadep saworsezytas ap anboys un ap stsov 2] ‘OYPeY aC “anboys un ep WoNsend e| ‘ou a “sayuEd as ab ap soyue oypnur ‘vorum eyzoBare9 eum 3591qR389 28 puENd vzueTUOD enbojus aisa ap peynoyip ey /foxpunus uapso jap upton ~Yuuoras vy & souooveysaso ap anboys 1q ‘uoBapunyy utes 2p orgy] sauadngur yop uoTeorqnd ef ap amsed v eprpuazep aquotI9} “topper {souoeztEA dy snboys, jap say vorargjod ey op qena9] ~enuy atuaparaiue Ouro aasis onb e3iseq wIrOOUIseLD vapl ef UD asrenuosue apand epeurgeun pepriemSuis vy ap apqeiou osn up, ‘MDUYS OOO SENOIOVZITIAIO SYT Kavaunaar | $e36 | IDENTIDAD Y ViOLENCIA sino también a aquellos que quisieran cuestionarla pero inten- tan responder dentro de los limitados términos de referencia previamente especificados. Las limitaciones del pensamiento basado en la divisién entre ‘wonsTod e] ‘UOT -edn20 ef ‘019498 Ja ‘ase v] wos sepeuoDejar ouel epand anb sopepnuoprsexjo recorousur mis ‘soysape|Sueq worsnu ep A exme -any ey ‘enSuz] ep rod osoj[nxo Anu apusis a8 e928 wo ‘K yape|s -uvq 4 ye8uaq <9 warqurer anb ours ‘upumTAsNUL so O198 Om Js9p -»jSueq upurRsnur un ‘ojdurals sq ‘sequszayTp svroueU seySNU 9p opreaey vied souozex auan A~ PUISHUE JS ¥ A as aie ET “soueurnsnur uos anb soueamy s929s soszaaip so] ap [euorsusupH NU ezapemMeT vj s04 ap za ua “wrest [a TIUBepax 10d sowtovUT soy WoD PUTGUIOD ag onb of ‘oarunyyst ouso> ess ou aonb erueUE v0 ap upEATNSNU oyqend [e 324 op soovdeo ueszared osodurex oorurp[s} ounsyper -uatuepury [9 09 sSopeMO!DPIax SO1DIYUO> Soy A S7HOISHDN $y TEI -adus uassnb anb soyjonbe onb owezrxe Anuz eymsex ‘o8requie UIg “soo tup[st teas [9s anb op 10avj Us sateUITSNUL So] ap SepEPH -wapr sexo sz] sepor stutudns uezomb oonuyjsy owsyeruswep -uny jap sazosuazop soy anb omposge we apuaidios ou ‘orsondns tog ‘(P opnajdes jp us euia) Jo Ue spur grepuoYe) soorEEy{s! 198 ap rejnSuts pepywepr e[ 9p ONUSp SopEr0j09 sas uAgEp sexoeA Asepeptorad sns sepor ou 4 ‘saquaiayip sejout seypnur uauan, sopumz [ep sojgand sono soy sopo? owzo> ‘satrewTASMU $07] “UPL -jnsnur ojgand [ap eworsty ey A vonary[st ertoNsTY ey astus aMsU -sip 2x80] 26 ou opueNd PsnyUOD AnuT EUIOL as |p HOD OpeUO!D -vjpr owustro1in [e A ooTUysT OursHEIMDUEepUTY [e BIsondsax ey] “zozes vs0 sod uyeuynsnut 19s ap 2fop soy ap ounSuzu anb ups ecxopozaiay e] ap o1sadsaz aruesajox syuauE -eums v2s ono onb A PAnEITOYtOD ugrurdo wun aidope uyur -jnsnut un anb ajqrsod sa oypay aq “epta 2] ap seszyse seyonur GE | Notsm v1 ga viONIIOIA Fa elo i i | 12> soqmaydeo soy ua erreur a6 uonisana meg 6 ‘9d boos =p orso8e ap Zz ‘ounguy prays PuOMDLIRUT [9 UD OPED 8 us soueurmsntt soy ap ajqesuodsas uo12I9 ef e{nqrpsap ou “ure]sy [a ‘“aeTonNed ug “earsnppxa A erOperreqe peppuap! ns eas euoszod eun op ugiBrpax ef onb orsesooau $2 ON, TWALOFTAINI AVAISYAAIG VT X SINVINTASAW SOT ¢.rpusnur osepep ~JeA,, UN 39s aqep OUTgD sosT[od soufULsy) UD sRUYDp 2p Tee aiqisod ‘osnppur ‘o [pn © oLresao9u so Ts souresuNBoxd souroqap upiquies oxed ‘oyuoutour 2389 ue o1ureodum Anur 4 eperdosde ovrarp 10d so west jap BARTOW WoESTA Lap OZEyDON Ty (09 ~ed 98 arelgye ‘ones sod,) ayiresa[0; onprsrpur un 98 2g2p ATU -yap ap ‘eustuaq sasazed [e “erBorenso vj ayterpous sazop1sodo satreuyynsnur seystanze soy 8 re(2}109 vied 3[qou spur ayHOWEIOY -zodns ugjsia vun weyuasord onb sapemmso[azut sopems sopstw,, eur] [eruapio20 voHgnd eonsjod e] opuens orsas spur oyDNUt euajqord um ‘orrenuos Ja od ‘Kezy “sopetn¥ ow sopsrut sose op ouepurezue] adio} jo ua opeyruny austMeAREIeduoD oxSyjod un aysne anb 0929 uozes ¥ys9 40d 4 seoNSoUBeIp ap [By ‘oysondns sod ‘9 owisneury oxnosé.ues ap zor01pt °7 »,ofopy un wie [soueut ~nsnur so ap [>] A eas sor un vi9ZouRNstID sory pp anb £< soyp> 2p | anb apuesd spur exo sor tur anb wyqeg,, sesoussed peponb ~so} eum woo souBEENSNU Sof BNIUOD BTTEIEG Ns aqtsosop opuEND sunjdog UreTTEM Sopmun, sopeisy soy ap [exaua8 auaruD) Jap ome, vbuston 4 oyouNaar | ge40 | JOENTIOAD Y viOLENCIA De modo similar, no existe una razén empirica por la cual los defensores del pasado musulman o, en todo caso, de la heren- cia arabe tengan que dar primacta sélo a las creencias religio- sas y no también a la ciencia-yla matemiética, a las que las socie- dades érabey musulmana han coritribwido tanto y que también pueden ser parte de una identidad musulmana o érabe. A pesar de la importancia de esta herencia, las clasificaciones rudimen- tarias tendieron a poner la ciencia y la matemitica en la canasta de la “ciencia occidental’, dejando que los demés hallaran su orgullo en las profundidades religiosas. $i el resentido activista arabe de hoy sdlo puede enorgullecerse de la pureza del islam y no de Ja riqueza multifacética de la historia arabe, la primacia especifica de la religién, compartida por los guerreros de ambos lados, desempefiaré una funcién central en el encarcelamiento de los individuos dentro de una sola identidad. Incluso la desesperada biisqueda occidental del “musulmén maoderado” confunde la moderacién de las creencias politicas con la moderacién de Ia fe religiosa. Una persona puede tener una intensa fe religiosa~isl4mica u otra—y ser partidaria de una politica tolerante. El emperador Saladino, quien luché valien- temente por el islam en las cruzadas del siglo xzr, pudo ofrecer a Maiménides un lugar de honor en su corte real egipcia cuando este distinguido filésofo judio huy6 de una Europa intolerante, sin por ello entrar en contradiccién. Cuando, al final del siglo xv1 el hereje Giordano Bruno fue quemado en la hoguera del Campo dei Fiori en Roma, el Gran Mogol Akbar (que nacié musulmdn y murié musulmén) acababa de terminar en Agra su gran proyecto de codificar en un corpus legal los derechos de las minorfas, entre ellos la libertad religiosa para todos. El punto que requiere particular atencidn es que mientras Akbar era libre de seguir su politica liberal sin dejar de ser missul- tan, esa postura liberal no estaba impuesta —ni, por supuesto, seer paceieeseerenrtnemeeneren cE RR LA VIOLENCIA DE LA ILUSION | 4. prohibida~por el islamismo. Otro emperador mogol, Aurangzeb, podia negar los derechos de las minorfas y perseguir a quienes no eran musulmanes sin, por ello, dejar de ser musulmén, exac- tamente de la misma manera en que Akbar no dejaba de ser musulmén como consecuencia de su tolerante politica pluralista. LAS LLAMAS DE LA CONFUSION La-insistencia, aunque sélo sea implicita, en una singularidad no elegida de la identidad humana no s6lo nos empequefiece a todos, sino que hace que el mundo se torne mucho més infla- mable. La alternativa al cardcter disgregador de una categori- zacién de ese tipo no consiste en afirmar que todos somos igua-~ les. No lo somos. En cambio, la principal esperanza de armonia en nuestro mundo atormentado reside en la pluralidad de nues- tras identidades, que se cruzan entre si y obran en contra de las profundas separaciones alo largo de una tinica, tajante y resis- tente linea de division que supuestamente no es posible atrave- sar. Aquello que compartimos en tanto humanidad es desafiado bratalmente cuando nuestras diferencias son reducidas a un sis~ tema imaginario de categorfas singularmente poderosas. Quizas el peor obstaculo provenga de descuidar ~y negar— el papel del razonamiento y de la eleccién, que se desprende de reconocer nuestras identidades plurales. La ilusién de una iden- tidad tnica es mucho més disgregadora que el universo de cla- sificaciones plurales y diversas que caracterizan el mundo en el que en realidad vivimos. La debilidad descriptiva de la singula- ridad no elegida tiene el efecto de empobrecer el poder y el alcance de nuestro razonamiento social y politico. La ilusién del destino impone un costo notablemente alto.6d \6y6r uMBung ‘sempuoT “ysnos ays us wars YREAN'S “AL -aqred onb svj v svjzoBoie> ap peparzea wex8 vun aysreq “souraa -suarsed anb so] & sodna8 soy A sourstur somosou ® souz94 3p euLI0J ¥oTIM YF] Tos ou TaBHO Je A eLTOIsTY ef ‘OBrequIa UIs x “eOYsIY Iso UD Opeseg uO_eTY op opyues un v A epnsedwioo eroisTy eun e reoIpHipe ¥ wepuan seuosiad sey onb eanonnsuos { eanisod erourazodumt 8] & exopasarepose eurr0y ua UerMde uprquIeronb ours ‘pny -ainbur a pepaysue ues1put o[gs ou asepp visa ap sauorsednooarg 2509 B210 Ue OPADAUOD WeICeY| as S010 ama ‘TeIDeT eISTA 9p ‘ound jo apsap ‘exoyp onb oxad ‘eyur ey ouro> opis eyqey ‘ound un3je uo “erorsty eXno seuosiad sess ap opunut op uoIS “14 2] ap redwwod ap vurr0} ey} ou anb ‘opiquosqe BIgey SOT v{sf e[anb r9puasdusos e souauI09 A “worEN.ePY ap SOUT SOT sp soungpe 21a opuens enyidse ugrsepmbrue 4 ugjoeuparesi0> ap woLesuas rar ‘oyuedsa ru opransax ‘safera ap orgy] z9uad fw vIquose seNuOTW aqueD [P sod eqefera opuend “1961 Uy saquasead [ep JOs}D |p ua eoLIOIsTY Pepa ~uapr e[ ap 4 opesed jap epipipd py rod ug1oednooa1d ns esoudxo Medien 's “A ‘ysnos ay2 ut wang y op afesed ayzeursey un ug PepRUEPr BT sepuerdtto owt95 z UU canis ascauiatainetit 144 | IDENTIO‘D Y WioLENCIA necemos simulténeamente. Puedo ser, al mismo tiempo, asid- tico, ciudadano indio, bengali con antepasados bangladestes, residente estadounidense o briténico, economista, filésofo dile- tante, escritor, especialista enrsanscrito, fuerte creyente en el lai- cismo y la democracia, hombre, feminista, heterosexual, defen- sor de los derechos de los gays y las lesbianas, con un estilo de vida no religioso, de origen hindi, no ser brahmén y no creer en le vida después de la muerte (y tampoce, en caso de que se haga la pregunta, creer en una “vida anterior”). ste es slo un pequefio ejemplo de las diversas categorias a las que puedo pertenecer sirnult4neamente. Por supuesto, existen también muchas otras categorfas de pertenencia que, segtin las circuns- tancias, pueden movilizarme y comprometerme. Integrar cada uno de estos grupos de pertenencia puede ser muy importante, segiin el contexto particular. Cuando éstos compiten por atencién y prioridad sobre los demas (no nece- sariamente siempre, ya que puede no haber conflicto entre las exigencias de lealtades diferentes), la persona tiene que decidir acerca de la importancia relativa que debe dar a sus respectivas identidades, lo cual, nuevamente, depender4 del contexto. Aqui hay dos cuestiones distintas. En primer lugas, cl reconocimiento de que las identidades son plurales y de que la importancia de una identidad no necesariamente debe borrar la importancia » de las demés. En segundo lugar, que una persona debe decidir ~explicita o implicitamente— la importancia relativa que daré, en un contexto particular, a las lealtades divergentes que com- piten por ser prioritarias. Identificarse con los demas de distintas maneras puede ser muy importante para vivir en una sociedad. Sin embargo, no siempre ha sido facil lograr que los analistas sociales tratasen a cuestién de la identidad de un modo satisfactorio. En la bibliografia dedicada al andlisis social y econémico parecen | | | r E COND COMPRENDER LA IDENTIDAD | 45 abundar dos tipos diferentes de reduccionismo. Uno puede lla~ marse “indiferencia hacia la identidad” y consiste en ignorar, 0 directamente negar, la influencia de cualquier sentido de iden- tidad con los demas, respecto de lo que valoramos y de como nos comportamos. Por ejemplo, buena parte de la teorfa eco- némica actual procede como si, al elegir sus metas, objetivos y prioridades, las personas no tuvieran o no prestaran atencién a ningtin sentido de identidad distinto de si mismas. John Donne puede haber advertido: “Ningtin hombre ¢s una isla, completo en si mismo”, pero los seres humanos postulados por la teorfa econémica pura con frecuencia son considerados bas- tante “completos En contraste con la “indiferencia hacia la identidad”, existe otra clase de reduccionismo, que podemos llamar “filiaci6n sin- gular’, que adopta la forma de suponer que cualquier persona pertenece especialmente, para todos los propésitos practicos, a una sola colectividad —ni més, ni menos~. Por supuesto, sabe- mos que cualquier ser humano real pertenece a muchos gru- pos diferentes, por medio del nacimiento, las asociaciones y las alianzas. Cada una de las identidades grupales puede dar a la persona ~y a veces lo hace~ un sentido de filiacién y lealtad. A pesar de ello, la suposicién de una filiacién singular es muy popular, aunque sélo implicitamente, entre varios grupos de te6ricos sociales. Al parecer, con frecuencia esta presente en los pensadores comunitaristas y en los te6: tural a quienes les gusta dividir a la poblacién mundial en cate- gorias segtin civilizaciones. Las complejidades de los grupos plurales y las miiltiples lealtades desaparecen al ver a cada per- sona firmemente incorporada en una sola filiacién, reempla- zando la riqueza de Hevar una vida humana abundante con la estrechez estereotipada de insistir en que toda persona esta “situada” exclusivamente en un grupo orgénico. os de politica cul-