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TOLEDO 1
accin en nuestra vida cotidiana, ya que estas celebraciones litrgicas son el
mbito privilegiado para escuchar la voz del Seor, que gua por el camino de
la rectitud y de la perfeccin cristiana. Del mismo modo, en la Eucarista,
expresa el Papa Benedicto XVI, no se recibe de modo pasivo el Verbo
encarnado, sino que nos implicamos en la vida dinmica de su entrega.
Para esto hay que mencionar que la liturgia la podemos vivir de manera
plena al tener el sentido de vivirla en comunidad, ya que el debemos ver
siempre por la integracin de todo y formar as un pueblo, el pueblo de Dios.
De ese modo la liturgia se vuelve ms bella para presentarse al Seor.
TOLEDO 2