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} 4 i { | | rT ‘1 i i mE evangelio Same ic:)es:) (2) Sebastian Traegery : Greg Gilbert iNDICE Prologo de David Platt..... Introduccion: Elreto . Capitulo La idolatria del trabajo .. Capitulo 2: La ociosidad en el trabajo... Capitulo 3: Elevangelio en el lugar de trabajo. Capitulo 4: Los propésitos del Rey en nuestro trabajo. » 67 Capitulo 5: {Como deberia escoger un empleo Capitulo 6: {Como equilibrar el trabajo, la iglesia y la famili Capitulo 7: {Como tratar a jefes y compafieros dificiles?. Capitulo 8: {Qué significa ser un jefe cristiano?. Capitulo 9: {Cémo puedo compartir el evangelio en mi trabajo? . Capitulo 10; sel ministerio a tiempo completo mas importante que miempleo?......147 Conclusion: Definicién de «éxito»... Agradecimientos.. Apéndice: Cinco practicas para ayudarte a vivir el evangelio en el trabajo... ‘CAPITULOT ‘LA IDOLATRIA DEL TRABAJO ‘0 (Seb) recuerdo la primera vez que me di cuenta de Yive el trabajo se habia convertido en un idolo para mi. El momento llegé justo después de un punto alto en mi ca- rrera profesional. Un amigo y yo habiamos empezado una empresa, y en los ultimos afios nos habiamos dedicado por completo (corazén, alma y cuerpo) a ella, y la empresa fue muy bien. Después de cinco afios de empezar el proyecto, por todo tipo de razones, decidimos que habia llegado el mo- mento de vender la compajiia. El grupo al que terminamos vendiéndole la empresa habia estado tras nosotros durante varios afios, pero nuestra respuesta siempre habia sido: «No, gracias». Esta vez, sin embargo, parecia el momento ade- cuado. En los meses siguientes, mientras negocidbamos la venta, pasamos por una experiencia increible. Cuando legé la ltima fase del contrato, la fase en que los abogados ha- blan con los contables, supimos que ya era hora de cerrar el acuerdo. Todavia recuerdo cuando cerramos el trato. Yo estaba en Anaheim, California, cuando mi socio de negocios me llamé desde Washington D. C. para darme los detalles de la firma. Leyé los documentos una vez més. Le hice algunas pregun- tas acerca de algunos detalles, luego firmé los documentos y los envié por fax. La propiedad de nuestra empresa fue 27 7 Spe trabajo cuentas entré una y a nuestras rsona, ero. transferid : cantidad nada i ficante de dint , jeun Fue un gran dia! ‘También fue el comienz0 erie oa ba a punt etapa en mi vida. Dios esta fe de ae algo eco y acerca de mi trabajo. Una vez calmé el revuelo de la venta de la empresa, tuve que ae ralidad: tenia que encontrar algo més has ganas, optimista Y emocionado por "Dios en mi vida profesional, comen- ia a otra pe que se enfrentar una nue’ que hacer. Con mucl ver a donde me llevarii ; cé.a buscar nuevas oportunidades. ; / Busqué y busqué durante bastante tiempo. Mucho tiem- po. Puertas cerradas. Solicitudes rechazadas. Llamadas tele- fonicas ignoradas y, en algunos casos, mis correos electré- nicos simplemente «se perdieron». Después de varios meses de busqueda, me quedé sin ideas. Confiaba en que Dios me ibaa llevar a algtin lugar, peto fue a un lugar que nunca ha- bia esperado ni desea bia llevado al desempleo, y do. Me hal junto con él a Ja desesperanza, a.una profunda y totalmente desconocida sensacion de duda, Mis emociones se habian desplomado desde la cima del mundo a un lugar de deses- peracién en pocos meses. Mis esperanzas, que habian sido tan elevadas durante la venta de mi empresa, ahora estaban arruinadas. Mi fe en Dios estaba casi cojeando. Cémo pasé esto? ¢Por qué experimenté un cambio tan profundo en mis emociones y esperanzas? Por qué se sacl" di6 tan profundamente mi fe? Mirando hacia atras, veo pot qué. Mis esperanzas no habian estado arraigadas en Dios, sino en mis circunstancias (en mi éxito profesional y en mi capacidad de controlar el futuro). El trabajo se habia conver (cers ams chance nal. Una vez que este se fu ’ esis aio. Pb Fae arte | quedé devastado. Mi dios habia a ere jo de mi como una alfombra. jY fue 28 a Capitulo 1 La idolatria del trabajo ,qué ES UN [DOLO? 08g significa cuando decimos que una persona ha hecho ioe trabajo un idolo? ¢Significa simplemente que trabaja de st jado duro? ZEs idolatria disfrutar de lo que hacemos 0 semrat placer en nuestro trabajo? ;Y qué si disfrutamos enerante de lo que hacemos? Es malo desear dejar nuestra peel en el mundo para «hacer mella en el universo» (como dijo Steve Jobs)? Todas ellas pueden ser motivaciones per- fectamente buenas para nuestro trabajo, y ninguna de ellas es inherentemente mala. El problema comienza cuando la pisqueda de alegria, influencia o jerarquia hace del trabajo nuestra mayor fuente de satisfaccién o propésito. Cuando eso sucede, nuestro trabajo se ha convertido en nuestro dios. La Biblia nos dice que nuestros corazones son desespera- damente propensos a adorar idolos. Somos adoradores por nuestra propia naturaleza como seres humanos. Necesita- mos inclinarnos ante algo, necesitamos entregar nuestras vi- das y devocién a algo. Siempre vamos a adorar algo. Siempre vamos a centrar nuestra vida en torno a algo. iNuestra inclinacin a la adoracién no es mala! Dios nos hizo para adorar. La adoracin es una cosa muy buena, siem- pre y cuando el objeto de nuestra adoracién sea digno de nuestra adoracién. Entonces, zcual es el objeto adecuado Para nuestra adoracién? Solo Dios mismo. Jestis dijo una vez: «Al Sefior tu Dios adorarés, y a él sélo serviras» (Lu- Cas 4:8, énfasis afiadido). Nuestra adoracin debe reservarse Para Dios. Solo él merece nuestra mas alta devocién, y debe ser alrededor de él que centremos y organicemos nuestras vidas, Cuando damos ese lugar de honor a algo 0 a alguien Mas, nos hemos arrodillado ante un idolo. En el Antiguo Testamento, los idolos eran como te los 'maginarias (las pequefias estatuas de oro que Indiana Jones tobé del Templo Maldito), Por supuesto, no siempre eran °ro, y no siempre eran pequefios. Las personas adoraban 23 eve o| trabajo estos objetos fisicos porque crefan que de eee mene Te. presentaban a verdaderos dioses, seres espirituales con po- der para satisfacer sus necesidades. Las personas realizabay todo tipo de actos de adoracién hacia sus idolos, atrojando riquezas a sus pies, vistiéndolos con las ropas mas finas, ¢ incluso inclinandose fisicamente ante ellos. Organizaban sus vidas en torno a la devocién a los dioses que estos idolos representaban. Hoy en dia, tendemos a no ser tan burdos en nuestra idolatria. Generalmente, no veneramos pequefias estatuas de oro, ni tampoco nos reunimos en templos para rendirles tributo. Nos hemos vuelto mas sofisticados en nuestra idola- tria, pero nuestra tendencia a adorar a otras cosas aparte de Dios es tan fuerte como siempre. Para muchas personas hoy en dia, su pasién es su trabajo y todas las cosas que su traba- jo les puede proporcionar: dinero, estatus, identidad, placer Y propésito. Nuestros trabajos cautivan nuestros corazones y nuestra devocién. Nos entregamos a ellos dia tras dia, Se convierten en el objeto principal de nuestras pasiones, nuestra energia y nuestro amor. Es posible que no estemos dispuestos a admitirlo, pero realmente adoramos a nuestros trabajos. EI pasaje de Lucas 18:18-29 nos ayuda a comprender me- jor lo que significa dejar que algo se convierta en un idolo Para nosotros. Un gobernante rico viene a Jestis para apren- der lo que se requiere para heredar la vida eterna. Jesus le ensena, y el hombre, con entusiasmo, jdice que eso es exac- que el joven queria mantener para si ~dice Jestis—: vende todo lo Capitulo 1 La idolatria del trabajo ridad ¥ prestigio que el dinero le producian. A ese joven, su jdolo le impidié seguir a Jesus. ives Je ensefianza de esta historia? Esta es sin duda una de agenes mas claras y sencillas de idolatria en toda la Bi- Jas imi dolo es algo que deseas mis de lo que deseas a Jestis. plia. Un i éHAS CONVERTIDO TU TRABAJO EN UN [DOLO? Es facil convertir tu trabajo en un idolo. Nuestra cultura nos impulsa a tener éxito, pero el éxito se define generalmen- te de maneras especificas. Piensa en las conversaciones que tienes cuando conoces a alguien nuevo. Una de las primeras preguntas que probablemente haces es: «{En que trabajas?» En este punto, esta la presién de convencer a la otra perso- na de que lo que hacemos es importante y de que se nos da bien. Los cédigos sociales que nos rodean nos empujan a buscar nuestra identidad en nuestros trabajos, en aquello a Jo que nos dedicamos. Idolatrar tu trabajo, sin embargo, no es solo una mala idea; es un peligro espiritual mortal. Si tu busqueda de ale- gria, satisfaccion y propésito se centra en «lo que haces» y «lo que estas logrando», no encontraras nada mas que vacio al final de ese camino. La satisfaccién profunda y duradera solo se puede encontrar cuando nuestra adoracion se dirige ala unica persona que la merece: Jesucristo. Nuestros trabajos se convierten en idolos cuando nos sobreidentificamos con ellos. Nuestro trabajo se convierte en lo que mas consume nuestro tiempo, nuestra atencion y nuestras pasiones; y en el medio principal para medir nues- tra felicidad y nuestra insatisfaccién en la vida. ,Cudles son algunas de las sefiales de advertencia de que esto realmente esta sucediendo? Estas son algunas de las formas mas co- Munes en las que idolatramos nuestros trabajos. Veamos si alguna de ellas te describe: 3 trabaio 1 Te trabajo es tu fuente principal de satisfaccion Es muy facil buscar saticfaccion en el trabajo. encontrar tu proposito fundamental en el rendimiento y éxito laboral. Para algu- nos, este tipo de idolatria toma la sutil forma de insistir en que vamos « hacer solo aquello «para lo que hemos naci- dow y rechazar hacer (0 hacer bien) cualquier cosa que no los apasione Para otros. esto puede tomar la forma de una frustracion constante que les desgasta (una sensacion de que su trabajo no es completamente satisfactorio). Y para otros, es todo Jo contrario: una autosatisfaccion profundamente arraigada en lo que ya han logrado iY para ti? [Representa el éxito en tu trabajo una gran necesidad en tu vida? (Te parece que tu estado de animo cambia radicalmente a medida que tu ejercicio profesional sube y baja? Nuestros empleos no pueden proporcionarnos ¢l tipo de satisfaccion y realizacion que les exigimos simple- mente porque no fueron disefados para cumplir esas expec: tativas. ‘Asi que no debe sorprendernos cuando la satisfac~ clon que experimentamos por medio de nuestro trabajo se desvanezca 0 deje de entusiasmarnos. Es como un nifio montado en su patinete. Puede montar- Jo por la calle bastante bien, pero el nifio se enfada cuando el patinete no vuela. Podemos encontrarlo gracioso o divertido, pero el nifto cada vez se frustra y se enfada mas, dando pa- tadas al monopatin y gritandole. Por supuesto, el problema es simple: los monopatines no estan diseftados para volar. El nifto esta confundido en cuanto a la finalidad del monopatin, jporque no se supone que deba volar! Se supone que es para montario. Si el nifto tuviese las expectativas apropiadas res pecto a su patinete, lo disfrutaria mas. eit Stn en ie expectativas apropiadas respecto a nuestros traba- _ seeaciences be dairete tence mats, Nuestros cap disenados para llevar el peso de proporcio- z Capitulo 1 La idolatria del trabajo narnos una satisfaccion total 7 duradera. Y si tratamos de ponerles esa carga, nos decepcionaremos rapidamente. 2. Tu trabajo consiste en ser el mejor para obtener un re- conocimiento. Tu empleo puede convertirse en un idolo cuando resaltas de forma indebida el alcanzar la excelencia. Por supuesto, no hay nada inherentemente malo en trabajar duro y hacer bien tu trabajo. De hecho, jeso es algo que Dios exige de nosotros! El problema esta en nuestro deseo de que se nos reconozca por hacer algo bien. Esto puede convertirse facilmente en un idolo. Queremos quedar bien. Queremos que la gente note nuestra presencia y nos alabe por nuestras habilidades. Queremos que nos valoren y, en wltima instan- nos glorifiquen. Esta expresién de la idolatria del trabajo a menudo lleva auna mentalidad perennemente competitiva. Mentalmente, siempre levamos la cuenta de nuestra puntuacién. «jSoy tan bueno como ellos?» «;Cémo son mis logros en compa- racién con los de aquella persona?» Un poco de competencia puede ser sana mientras nos impulse a exigirnos un poco mas 0 a trabajar un poco més duro. Sin embargo, llega a ser desastrosa cuando nuestro deseo de estar en la cumbre comienza a gobernar nuestros corazones. Incluso cuando triunfamos, la idolatria del éxito puede Ilevarnos a sentir que esto 0 aquello no es lo suficientemente bueno, a un perfec- cionismo implacable. Y si fracasamos, la idolatria del éxito puede conducirnos a un desaliento destructivo para el alma .a.una sombria resignacién. ci 3. Tu trabajo Iega a consistir principalmente en marcar una diferencia en el mundo. Otra forma en la que nuestro trabajo se convierte en un idolo es cuando pensamos que el fin iltimo de nuestro trabajo es traer algtin beneficio a las Personas que nos rodean. Hay algo profundamente bueno 33 ‘trabajo en el deseo de marcar una diferencia en e] mun rodea. Sin embargo, ese deseo también puede co; idolatria si creemos que el valor de nuestro trab, instancia esta determinado por su impacto en Cuando nuestro deseo de lograr un impacto Se cony te en prioridad, es posible que Dios y sus propositog wey. den fuera, Esta expresion de idolatria nos lena de grt ya que aceptamos el mérito por las cosas que logra ee trabajo, en lugar de reconocer estos logros como Tegalos Fa Dios. Marcar la diferencia o trabajar para «cambiar el 7 do» también nos puede llevar a descuidar otras Tesponsabj- lidades que Dios nos ha dado. A veces, justificamos nuestr, negligencia porque estamos haciendo algo bueno (servir los demas). Entonces, si nuestros esfuerzos no producen los Te- sultados que queremos ver, nos desanimamos y enojamos; nos frustramos y pensamos que nuestro trabajo fue simple- mente una pérdida de tiempo. Cada forma de idolatria (cada acto de adorar de algo que no es digno de nuestra adoracién) produciré un fruto amargo en nuestras vidas. Los deseos buenos y piadosos rapidamente pueden transformarse en idolos, producir codicia, compara- cién, insatisfaccién y una competitividad incansable. La ido- latria es la clasica promesa de televenta: garantiza satisfac- cién, pero nunca la proporciona. Asi, siempre nos quedamos con una creciente frustracién y un anhelo incumplido. do que ng NVertirse en JO €N Ultim, el mundo, s éPOR QUE EL TRABAJO ES UN DIOS TERRIBLE? ‘ Dios nos dice que no hay nada en este mundo que sea dign® de nuestra adoracién excepto Jestis. Todo lo demés, inclu dos nuestros empleos, no podra satisfacernos en esta vidaY sera inutil para la siguiente. rc @Por qué ocurre eso? {Por qué no podemos encontrat P, funda y duradera satisfaccién en nuestros puestos de Coe 34 Capitulo 1 La idolatria del trabajo por qué no siempre nos traen la realizacién que a menudo i eemos que nos traeran? La respuesta es que nuestros cora- cymes siempre quieren mas, Site entregas al idolo del trabajo, tarde o temprano te dards cuenta de que es un capataz impla- cable, un traficante de esclavos que nunca puede ser comple- tamente satisfecho. Siempre nos decepcionara y nos defrauda- +4, Nunca concederé finalmente la satisfaccion que promete. Recuerdo la primera vez que yo (Seb) me di cuenta de esta realidad. Mientras era estudiante de primer afio en la Universidad de Princeton, iba caminando por el campus un dia y me di cuenta de que habia logrado el objetivo que me habia impulsado a esforzarme mucho a lo largo de la escuela secundaria: jya era un estudiante en una escuela de la Ivy League'! En ese mismo momento, sin embargo, también me di cuenta de que no estaba satisfecho. ;Por qué no? Porque me di cuenta de que la escuela secundaria habia sido simple- mente un trampolin a Princeton, y Princeton ahora se habia convertido en un trampolin para algun otro objetivo mayor. Princeton parecia la meta, pero en realidad no lo era. Toda- via no estaba satisfecho. Queria mas. Pensando en todo esto, empecé a hacerme una sencilla pregunta: ¢Y ahora qué? - Asi que aqui estoy en la universidad de mis suenos; imagnifico! zy ahora qué? - Un buen empleo al salir de la universidad; jconse- guido! ;y ahora qué? Ahora ya entiendo la logica de la idolatria. Siempre habré un siguiente paso, siempre habré algo mas que conseguir. * La Ivy League es una liga deportiva de ocho universidades de gran Prestigio del Noreste de Estados Unidos. También se usa este nombre Para denominar al conjunto de las ocho universidades. (N. del T). 35 trabajo o eS ni propia realizaci6n siempre , ami y para 1 prop pte Yaa jar par I : oe satisfaccion: terminar en in! er con éxito una gran empresa. “ » hacer crecer con 8 : - Crear y hace 7 nee . una casa de vacaciones; listo, - Una casa g a - a pelicula de Holl. lywood; cy ahora qu - Comprar un equipo de basta y eonsiaerarla mi equipo de toda la vida; joh st!, ¢y ahora qué: - Ser mas rico que Bill Gates, tener 40 000 millones de délares en el banco y donar otros 40 000 millo- nes a obras de caridad; ;y ahora qué? El problema se hizo devastadoramente claro: a cada aso en el camino me quedaba con ganas de la proxima meta, algo que pudiera finalmente cumplir esa promesa de satis- faccién para mi. Pero no pude encontrarla. No es solo el hecho de que nuestros corazones siempre Pregunten por un «;y ahora qué?», jsino también el hecho de que la Biblia nos dice que nuestro trabajo est maldito! Cuando los seres humanos se rebelaron contra Dios y sumie- ron al mundo en el pecado, nuestro trabajo se hizo extrema- damente dificil y extenuante; y sus frutos serian pasajeros eee en duro esfuerzo. Por ello, solo empeoramos las | eons eee de reconocer esa real y nuestos trabajos T satisfaccion definitiva y duradera - tabaje eee Problema fundamental de dejar que ei algo mejor que ‘ete €n un idolo es que siempre habt “2 tora qué’ que abn POF lograr, Siempre habe Mesto trabajo un po Canzar. Siempre podremos mejo" : ™AS Personas, meion > MS. Siempre podremos ayuda! © la ciudad. Siempre podem’ jorar un poc >. 36 Capitulo 1 La idolatria del trabajo hacer nuestro trabajo un poco mis eficiente y un poco mas facil. Vamos moviendo la linea de meta, y la satisfaccién siempre resulta esquiva. gENTONCES, CUAL ES LA SOLUCION PARA LA IDOLATRIA DEL TRABAJO? La verdad de fondo de todo esto es que no vale la pena vivir para este mundo. jAh, pero el mundo dice que si! ...y nos hace todo tipo de promesas respecto al bien que nos puede dar si sacrificamos nuestras vidas en su servicio. Pero el uni- co para quien vale la pena vivir realmente es para Dios. Solo él puede darnos verdadera y duradera satisfaccién. zY qué me dices de ti?

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