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SOBRE EL LIBRO:
Vargas Llosa: "el indigenismo, una mera
ficción"
ANA ANABITARTE
Mario Vargas Llosa escribió La utopía arcaica. José María Arguedas y las
ficciones del indigenismo (Fondo de Cultura Económica) hace muchos
meses, pero como dice el académico español Gregorio Salvador, el libro
ha tardado más en cruzar el charco que los conquistadores del siglo XV.
Por fin ayer, se presentó en la Residencia de Estudiantes de Madrid, pero
antes, su autor tuvo tiempo para hablar a EL UNIVERSAL, sobre su
ensayo al que define como "un examen de lo que fue el movimiento
indigenista como movimiento literario, político e ideológico a partir de
uno de los mejores escritores indigenistas: el peruano, José María
Arguedas (1911-1969)".
En él, Vargas Llosa -que ha intentado "defender al indio de visiones
caricaturescas y folklóricas que lo perjudican"-, plantea el indigenismo
"no como una verdad histórica como hacía Arguedas, sino como lo que es,
una mera ficción".
- ¿Cómo le conoció?
- Fue en los años cincuenta. En aquella época yo era un estudiante que
hacía prácticas en un periódico y me encargaron entrevistarle. Me
impresionó su modestia, su calidad humana, y la autenticidad con que
expresaba sus ideas, sus temores. Su silueta, enormemente atractiva me
impulsó a leer su obra. En los sesenta escribí artículos y ensayos sobre él y
comenzamos a mantener una amistad aunque en la distancia, porque él
vivía en Perú y yo en Europa, hasta que se suicidó el 28 de noviembre de
1969.
Una preocupación central para Arguedas consistió en dar vida a través del
lenguaje a una auténtica visión de la cultura quechua. Mario Vargas Llosa
en La utopía arcáica afirma: “Arguedas es un escritor privilegiado porque
en un país escindido en dos mundos, dos lenguas, dos culturas, dos
tradiciones históricas, a él le fue dado conocer ambas realidades
íntimamente, en sus miserias y grandezas y, por lo tanto, tuvo una
perspectiva mucho más amplia que la mía y que la mayor parte de
escritores peruanos sobre nuestro país”.
Para Arguedas vivir era un acto sagrado; las líneas de la vida deberían
establecer puentes que lo mantuvieran en contacto con ese mundo
primigenio y actual de sus protectores indios: “Don Felipe me acariciaba
como a un becerro sin madre. Y cuando este hombre me acariciaba la
cabeza, no sólo se calmaban mis intranquilidades sino que me sentía con
ánimo para cualquier clase de enemigos, ya fueran demonios o
condenados”. (13 de mayo de 1968).
I. Arguedas y su mundo
El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha publicado recientemente un
libro titulado "La utopía arcaica". Se trata de un ensayo sobre la vida y la
obra de José María Arguedas, otro muy conocido escritor peruano. Voy a
comenzar presentándoles una introducción a la vida y la obra de Arguedas
basándome en el libro de Vargas Llosa, para luego pasar a exponer la tesis
central del libro: la tesis de la "utopía arcaica" en Arguedas.
Vargas Llosa comienza su libro narrando el final trágico de la vida del
novelista peruano: Arguedas se disparó un balazo en la sien en un baño de
la Universidad Agraria de Lima el 28 de noviembre de 1969. Además de
muy destacado novelista, Arguedas ejercía la antropología. Al morir
bordeaba los 59 años de edad.
Sea como fuere, supongamos que Vargas Llosa está en lo correcto y que la
victoria de los indios en la novela es "una victoria simbólica" (expresión
de Vargas Llosa, pág. 145) de esa cultura mágica y ceremonial, arcaica y
andina, quechua y rural. Ahora bien, todos sabemos que la corrida de
toros es una tradición típicamente española. Es más, el toro es un animal
que no existía en América hasta la llegada de los españoles. El toro junto
con la vaca, el caballo, el perro, la gallina y el cerdo, fue importado por los
españoles y no era conocido por la gente de los Andes (véase al respecto,
por ejemplo, el libro "La invención de América mestiza" del venezolano
Arturo Uslar Pietri).
Según Vargas Llosa, para dar otro ejemplo, Arguedas sentía tan
"profundamente" el panteísmo como los personajes indios de "Todas las
sangres" (pág. 275). Vargas Llosa identifica a Arguedas con la religiosidad
de los personajes indios de la novela y no con la de los personajes blancos;
tampoco considera la posibilidad que Arguedas no sea religioso. Esa
identificación de Arguedas con los valores y creencias tradicionales lo
harían supuestamente un enemigo del progreso.
Para generalizar, el análisis que presenta Vargas Llosa sobre los textos
literarios de Arguedas sigue la misma lógica que los ya expuestos. El
procedimiento es igual: Vargas Llosa identifica a Arguedas con ciertos
personajes o el narrador (o narradores) de su obra, con aquellos que
(supuestamente) exponen los valores y las costumbres tradicionales de la
cultura quechua.
Por lo anteriormente referido, sobre la necesidad de hacer una distinción
entre el escritor y su obra literaria, habría sido importante que Vargas
Llosa en su libro citara de manera más extensa textos no literarios de
Arguedas sobre su visión del Perú. Al analizar extensamente cartas,
artículos periodísticos, ensayos, etc. de Arguedas se podría rechazar (o se
podría corroborar) la tesis de la "utopía arcaica".
Hay un texto corto de Arguedas que se titula "No soy un aculturado", que
figura como epílogo de su novela póstuma "El zorro de arriba y el zorro
de abajo", donde explica cuáles fueron los ideales que intentó realizar. En
mi opinión, el ideal que Arguedas expone es el de un Perú moderno —
multiracial v multicultural— muy lejos de una utopía de corte reaccionario
o retrógrado. He preparado copias del texto y las personas que tengan
interés en leer más detalladamente las palabras de Arguedas pueden
acercarse al final de la charla.
Arguedas se pregunta en el texto que voy a repartir, siendo el año 1969, lo
siguiente:
"¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo se bien. Pero no mató en mí lo
mágico".
III. Conclusión
Sin duda, Vargas Llosa ha profundizado mucho sobre la vida y la obra de
Arguedas. Vargas Llosa es un gran conocedor de las obras de escritores
como Luis E. Valcárcel, Ciro Alegría, Juan Rulfo, Augusto Roa Bastos, etc.
y en su libro sitúa la obra de Arguedas en el contexto de las diferentes
tendencias que existen en el movimiento indigenista de la literatura
peruana y latinoamericana. Vargas Llosa escoge, además, una estructura
que —a mi parecer— es muy apropiada para el libro porque intercala
capítulos sobre la vida de Arguedas con capítulos sobre su obra, y de ésta
manera nos llega a mostrar la relación tan cercana que existe entre
ambas.
Extraído de:
http://www.geocities.com/Paris/2102/index.html
Un compendio personal de MVLL hecho por Augusto Wong Campos
© Augusto Wong Campos, 2002. Yahoo! Geocities Inc.