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Los maestros han sido autnticos propulsores del desarrollo espiritual del
pueblo de Dios. En los mismos comienzos de la nacin hebrea, Dios utiliz a
Moiss, Aarn y otros lderes para ensear la ley al pueblo. Posteriormente,
lderes como Josu, los jueces y Samuel se convirtieron en instructores de la
voluntad de Dios para los judos. En tiempos de crisis Dios levant profetas que
ensearon al pueblo cul era Su voluntad y cundo ms lo necesitaron, un
maestro llamado Esdras inici un proceso de renovacin espiritual basado en
una clara y contundente exposicin de las Escrituras.
La sana doctrina se mantuvo unida por finos eslabones que a veces parecan
demasiado delgados, especialmente cuando la apostasa y la religiosidad
popular parecieron extinguir la verdadera piedad cristiana durante la llamada
Edad Media. Pero Dios siempre se reserv un remanente fiel.
Hemos mencionado slo algunos maestros, tal vez los ms conocidos, pero
obviamente en muchas comunidades cristianas Dios levant a hombres y
mujeres que guiados por el Espritu Santo comunicaron con claridad y certeza
Su Palabra, todos igualmente preciados maestros de Dios.
He aqu una sencilla pero suficiente razn para que tu ministerio docente en la
iglesia sea revitalizado por la accin del Espritu Santo. Permite que Dios, al
igual que lo hizo con Zorobabel, Josu y el resto del pueblo, despierte tu
espritu y te anime a cumplir con fidelidad el llamado que te ha hecho para
ensear a su pueblo (Hag.1: 14).
nimo y adelante.
Apuntes Pastorales
Edicin enero marzo de 2002
Volumen XIX Nmero 3