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Traduccion FLOREAL MAZIA Revision MERCEDES BARAT Portada ROBERTO TUREGANO Serie BIBLIOTECA BASICA DE ARQUITECTURA Dirigida por | LUIS FERNANDEZ-GALIANO | Arguit Spek Roma-Bari © Hi, Blume Ediciones, Rosario, 17. MADR Primera edicion espafiola 1979 de la quinta edicion » > > >» liras jnuacidn un célculo (inclusive para el caso 36.000 17.000 11.000 8.000 2.400 3.000 5,000 3.000 4,000 6.600 96.000 , diyidida por 1.200, da una inversi6n de capital Mi por cabeza, es decir, al 5 por ciento, una renta f fue ilustrado en forma més amplia en una fa las autoridades del distrito de Lanark, era parte del documento est4 dedicada a un fiento econdmico, que parte de las siguien- |ditigido, cl trabajo manual tinde a la comuni- esatio para mantener al trabajidor en 3. Es posible hacer que el trabajo manual, bien dirigido, conserve sus valores en cualquier parte del mundo, con cual. quier crecimiento de la poblaciéa, todavia durante muchos 4. Con una adecuada organizacién del trabajo manual, In- glaterra puede encontratse en condiciones de sostener un incalculable crecimiento de la poblacién, en la forma mas ventajosa para sus habitantes. 5, Cuando el trabajo se organice de esta manera, se compro- bard que no es posible estimular a la poblacion, durante muchos afios, a aumentar, en Ia medida en que resultaria deseable pata el bien comin. Por consiguiente, si existe miseria y desocupacion, «es preciso que haya surgido un grave obstaculo artificial, gue hace vano el mejoramiento natural de la sociedad». " Dicho obstéculo no depende de la naturaleza, sino de la velocidad de las transformaciones en curso: «la falta de trabajo remunerativo para las clases trabajadoras y la consiguiente incomodidad publica derivan del rapido crecimiento de los medios productivos, para cuya venta- josa aplicacién la sociedad ha omitido realizar los cambios organizativos necesarios», Una tesis similar, que destruye el razonamiento malthu- siano hasta entonces generalmente aceptado, sé precisa €n términos estrictamente econémicos: 1, Mientras la productividad del trabajo humano es actc- centada por los medios técnicos y cientificos, las necesidades fundamentales del hombre siguen siendo las mismas; solo depende cada vez menos de su fuerza fisica y de las contingen- cias vinculadas con ello. 2. El efecto directo de todos los progresos técnicos 0 clentificos es un aumento de la riqueza; Ta causa inmediata de la desocupacién actual debe buscarse, pues, en un exceso de produccién de riquezas de todo tipo, que no pueden absorber todos los meteadlos cel mundo, con la actual organi- zacién comercial. 70 | nlimero de personas que buscan trabajo y el nimero yor de aquéllas que, por ignorancia, estin mal emplea- |, pero sobre todo teniendo en cuenta los medios que ‘foseemos para aumentar en medida ilimitada los instrumentos itificos de la produccién. “Tan falta de ocupacion no depende de la carencia de ‘tapitales, o de los medios para aumentar en grado considera- lip aquellos de que ahora se dispone, sino de un defecto On ln distribucisn de ese extraordinario aumento de los capita- en la sociedad, o sea, hablando en términos comerciales, Ih falta de mercados y de medios de cambio que tengan “misma amplitud que los medios de produccién, De aqui derivan los dos puntos principales del progra~ i econdmico de Owen: la adopcidn del trabajo humano omo medida de los intercambios y la creacién de un iereado interno dentro del propio aparato productivo, fon el aumento de Ia retribucién de los trabajadores pata convertirlos en consumidores de los bienes produci- is, y no sdlo instrumentos de produccién. _ Para ello son necesarios varios cambios organizatiyos; antes que nada en el cultivo del suelo, que Owen deseatia gle se realizara con la azada antes que con el arado que fuese ubicado como ocupacién bisica de toda poblacién; el interrogante siguiente —que lleva el fizonamiento al campo urbanistico— es el que pregunta ‘Cdmo pueden ser distribuidos estos nuevos cultivadores elterritorio, y vinculados entre si, para que sus esfuer- produzcan los resultados mas beneficiosos para ellos y para la comunidad, Owen establece, siempre en forma de puntos sucesivos, cteristicas del nuevo ordenamiento: ntimero de personas que deben asociarse para ¢l micleo elemental de la nueva sociedad tendra que oscilar entre un minimo de 300 y un méximo de 2.000, y mejor atin entre 800 y 1.200. 2. El terreno cultivable perteneciente a la comunidad «tiene que oscilar entre medio acre y uno y medio por cabeza; de tal manera una asociacién de 1.200 personas necesitara de 600 a 1.800 acres». 3. La descripcién del niicleo residencial es aniloga a la de 1817; todos los edificios estarin reunidos en una gran plaza, en forma de paralelogramo. Los cuatro lados estarin ocupados por las habitaciones para los adultos, por los dormitorios comunes pata los nifios, los depésitos, los albergues y la enfermeria; el edificio central comprenderé Ia iglesia, la escuela, la cocina y el comedor. Como es esencial que exista abundancia de espacio dentro del perimetro de las habitaciones privadas, el paralelogramo tendra que ser cada vez més extenso, sea que el ntimero de habitantes se accrque al maximo o al minimo previsto, Para alojar a mas o menos habitantes, las casas podrin tener uno, dos, tres cuatro pisos, y por consiguiente se modificaré Ja distribucidn interna, que sin embargo sera muy sencilla. No serdin necesarias cocinas, que se remplazarin por el tefectorio colectivo. Las habitaciones seran bien ventiladas, ysis necesario calefaccionadas o refrigeradas segtin el siste- ma recientemente introducido en Ia enfermetia de Derby. Para caldear, reftescar y ventilar los alojamientos bastard con abrir 0 certar dos postigos o vatvulas, en cada habitacion, cuyo ambiente sera siempre puro y templado gracias a ese sencillo dispo: ‘Una estufa de dimensiones convenientes, ubicada en forma racional, bastard para muchos alojamientos, con pocos incon venientes y reducidos gastos, si su instalacién es prevista en la construccidn [,..]. Dormitorios abiertos sobre jardines, hacia el campo, y viviendas de dimensiones convenientes, dirigidas hacia el espacio interno, proporcionarin a los culti- vadores asociados todas las comodidades deseables. 72 Ia educacién de los hijos, Owen establece esta | «una escuela primaria para los nifios de dos a seis My Y Una sccundaria para los de seis a doce afiosn. 04 jardines, como se ha indicado, estaran ubicados en itte exterior del paralelogramo, «y mis alla de ellos, Th bastante distantes como para estar protegidos por una Arbolada, se instalardn los talleres y las industriasy. propio Owen compara su paralelogramo con una NA, y concluye: «Si la invencién de tantas maquinas tiplicado el rendimiento del trabajo en muchos (08, pata beneficio inmediato de algunos hombres, “¥ez que empeoraba la situacién de muchos otros, Mi €§ una maquina para multiplicar la eficiencia fisica ¥ el bienestar mental de toda la sociedad en forma ilimita- 1 ptoposicién de Owen constituye el primer plan iiistico moderno desarrollado en todas sus partes, Jas premisas politico-econémicas hasta el programa ifuctivo y el presupuesto financiero. 4 opinion publica se mostr6 interesada, pero sobre do se sintid estupefacta y desconcertada ante el plan mismo publicé en 1817 algunos articulos de ama en dos reuniones piblicas realizadas en Lon- , 68 agosto del mismo afto. Recibié mucho estimulo te del gobierno y de los periédicos, y aun la dn de economistas como Ricardo, pero Fue obje- iticas de la mayor parte de los especialistas, Malthus, Cobbett y Place. hizo una caticatura de Owen, con el nombre | 285-286. yspaper» del 30 de julio, 15 de agosto, 19 de agos- de Septiembre de 1817, de Mr. Toogood, «el cooperativista [...] que desea dividir cl mundo en cuadrados, como un tablero de ajedrez, con una comunidad en cada uno, en la cual todas las cosas sean producidas una por la otra, y una gran maqui- na de vapor en el medio, como una criada para todo servicion. 18 Lo que muy pronto puso fuera de toda duda sus razonamientos entre los competidores de entonces fue el derrumbe de los términos econémicos conocidos, y por lo tanto, precisamente, el concepto de la maquina de vapor como «criada para todo servicio» antes que como instrumento para aumentar la produccién indus- trial. Pata nosotros el plan de Owen aparece como importan- te precisamente porque entrevé por primera vez los pro- blemas organizativos impuestos por el progreso mecani- €0, y porque sefiala el comienzo de la nueva linea de pensamiento de la cual partiré, poco a poco, la experiencia urbanistica moderna. En cambio nos parece defectuoso ya que nos encontramos en condiciones de medir inmensa distancia que existe entre su formulacién esque- mitica y la problemitica tanto mAs rica que hacen surgir a Ja luz los sucesivos desarrollos. En particular, Owen se muestra tan entusiasmado por delinear el nuevo orde- namiento social y espacial, y por predicar el abandono de los vinculos provenientes del ordenamiento antiguo, que deja totalmente en segundo plano el problema de Ja autoridad frente a la libertad de los individuos. Cuando debe sugerir a las autoridades del distrito de Lanark el método para realizar los paralelogramos, Owen se limita a decir: «Estas nuevas unidades producti- vas pueden ser promovidas por uno © varios propietatios detietras o grandes eapitalistas; por sociedades constitui- 18 Citado en B. Russell, Historie de las ideas del siglo XIX (1934), "4 \, que teagan fuertes capitales para invertir en obras Inirpicas y pablicas; por las autoridades locales que (en por asociaciones de burgueses o de trabajadores In agricultura, de la industria y el comercio, que ‘uleran cludir los males del actual sistema. Las nuevas ‘Gomunidades se mantendrin sujetas al gobierno central del pais, pagaran los impuestos en moneda legal (a la ‘Vex que comerciarin entre si en la nueva moneda-trabajo) J proporcionaran soldados en caso de guerra, En cambio, No constituirian una carga para la justicia del pais, pues, como habrian logrado una petfecta armonia, podrian prescindir de los tribunales y las carcelesy. 18 La tentativa de pasar de la teoria a la prictica pone Imuy pronto en claro la debilidad del plan de Owen. Presents sus proposiciones a todos los grandes personajes de su época: al futuro zar Nicolds I, de visita en New Tanark; a Napolen I, confinado en la isla de Elba; al emperador de Rusia, Alejandro I, durante el congreso de Aquisgrin, aparte de los gobernantes de su pais,17 _ Pero el fracaso sucesivo de sus.intentos lo convencié de que debia hacer la experiencia por su propia cuenta, Fin 1825 adquirié a una secta protestante un terreno de 30.000 acres en Indiana, donde en 1826 se establecis con Ia familia y un grupo de unos 800 seguidores, dis- puestos a realizar inmediatamente la armonia universal. La decisidn de establecerse en Norteamérica proviene de la costumbre europea, de considerar el Nuevo Mundo como el campo abierto a las experiencias que resultaban _ imposibles en Europa; se vincula, ademés, con las recien- “tes experiencias de los veteranos napolednicos, que des- pués de Waterloo habjan construido en Norteamérica ’ 1 Report to the Comiry of New Lanark, op. ci WB, Russell, of. cit, pag. 209. pag. 295, el Champ dAsyle, y de los reformadores religiosos alema- nes, entre ellos George Rapp, que precisamente habia fundado la aldea de Harmony, adquirida por Owen. 18 La aldea, rebautizada New Harmony, estaba trazada en damero, con una plaza en el centro circundada por grandes edificios de ladrillo. El duque de Sajonia-Wei- mar, que visité el lugar en 1826, relata: Mr, Owen se alegré de mi visita, y se oftecié a explicarmelo todo. Como el plano calculado por la sociedad de los rappitas no podia adaptarse al de Owen, fue necesario introducir muchos cambios. Todas las casas de troncos de arboles que atin se encontraban en pie tuvieron que ser desribadas, dejan- do sélo los edificios de mamposteria, Aparte de todas las cercas de los jardines privados, result6 preciso eliminar las que ya existian, ademas de las que habia a los lados de Jos caminos principales que atraviesan el tersitorio. El conjun- to debfa asemejarse a un parque, en el cual las casas estuviesen dispersas.19 (Owen atrajo a muchos hombres de cultura notteameri- canos, entre los cuales un grupo de cientificos y educado- es llegados de Pittsburg a bordo de un batco experimen- tal, construido por William Maclure y llamado Boatload of Knowledge. A ellos se agcegé Frances Wright, una escocesa amiga de Lafayette que en 1825 habia fundado Jn colonia antiesclavista de Nashoba, cerca de Memphis. 18 R, W. Leopold, Robert Owen, a Biegraphy, Cambridge, 1940, pig. 25, se refiere a un himao que cantaban los seguidores de Owen ‘en 1825, y que comenzaba asi: Land of the West, we fly to thee Sick of the old world’s sophistry. \8 Bernhard, Duke of Saxe-Weimar-Eisenach, Travels through North America during the Years 1825 and 1826, Filadelfia, 1828, vol. Il, ipa 102. 16 Ievaron a cabo importantes experiencias, sobre ib en Ia organizacién escolistica, pero las dificultades Tpbmicas y las discordias internas deterioraron muy: nto Ia iniciativa. Uno de los seguidores de Owen Hablecié en su ausencia una destileria clandestina de kky, en tanto que Maclure fandé muy pronto una Wunidad disidente, Macluria, poco después imitada Bf ottos, hasta que cn 1828 Owen se vio obligado der la propiedad, Luego traté de exponer la teoria paralelogramos al presidente Jackson y al general jeano Santa Anna, pero sin resultado.2 (lo entonces Owen, que habia regresado a su patria pobtecido, encontré el verdadero piblico para sus arlas: Ia clase obrera y las nacientes organizaciones ndicales de ésta. in 1824 fue derogada la ley que prohibia las asociacio- de clase y en los afios posteriores se formaron nume- Asociaciones obreras. El movimiento cooperativista ciao yaaa fines del siglo xvrrr2! y ultimamente vuel- proponer por George Mudie?2— fue promovido én activa por William King, See public de 1828 In época del experimento de New Harmony, otros seguido: ‘Owen intentaron andlogas experiencias en Orbiston, Escocia, y en Ralahine, Islanda, en 1831, También ellas fracasaron Konstituyeron en Escocia: en 1769 la Fenwich Weaver's y en 1777 la Govan Vietualling Society; en Birmingham I6 cn 1777 una cooperativa de sastres y en 1795 se abrid ier comercio cooperativo, Iz Oldham Cooperative Supply. lucie funcé en 1821 tx London Cooperative and Economic cuyos miembros vivian en comiin, y publicd, de 1821 ington. Cuando Owen regres6 de Estados Unidos, ocupé Ia jefatura del movimiento, fundd en 1832 el National Equitable Labour Exchange (en el cual las mercancfas producidas habrian debido ser compradas y vendidas en moneda-trabajo) y traté de provocar un gran movimiento unitario en favor de la reforma inme- diata de la economia y de la sociedad inglesa. En 1833 los trabajadores de la construccién anunciaron la forma- cidn de la Grand National Guild of Builders, declarindo- se dispuestos a absorber toda la industria de la construe- cidn sobre bases cooperativas, y ofreciendo a los emplea- dores un puesto directivo en la nueva organizacién. Poco después los delegados de las Trade Unions de todo el pais se rcunieron cerca del Labour Exchange para dar vida a una,gran unidn nacional, que llegé a tener un millén de miembros, pero que muy pronto ents en conflicto con el gobierno y se disolvié en 1834, Después de estos sucesos, Owen se mantuvo apartado, pero su influencia continué dando sus frutos. La mayoria de las Trade Unions y de las sociedades cooperativas discutieron con la maxima seriedad la teorfa de los parale- logramos, y se dispusieron a ponerla en prictica; desde 1839 a 1845 funciond una comunidad owenita en Queens- wood, Hampshire. Pero principalmente después de la caida del cartismo, en 1842, la teoria de Owen influyd ampliamente sobre la segunda fase del movimiento coo- perativista, que comenzé en la Sociedad de los Pioneros de Rochdale. Esta fue fundada en 1844 por un grupo owenita que pretendia comenzar con una cooperativa de consumo, 25 A propésito de estas iniciativas se us6 por primera vez, en 1827, en cl «Co-operative Magazine» Ia palabra «socialismo». Véase B. Russell, op. cf. pag, 209, 78 1 llegar luego a una verdadera organizaciéa comunita- | Bil segundo objetivo fue abandonado poco a poco, Wi tanto que se multiplicaban las iniciativas econémica ‘in molino cooperativo, una sociedad textil, una sociedad le construcciones. Hn 1848 entrd en escena el socialismo cristiano de John Malcolm (que habia estudiado las experiencias fran- ‘Fusas de Philippe Buchez), y en 1863 se funds la North Ai Bngland Cooperative Wholesale Society, que muy pronto se difundié a gran parte de Inglaterra y en 1868 bién a Bscocia. Entretanto, en 1852 se habfa votado i ley para reglamentar el estado jurfdico de las coopera. en el perfodo de prosperidad posterior a 1846, en el clima politico del nuevo conservadurismo refor- ita nacido luego de la revolucién de 1848, el ideal , dejando a un lado los aspectos politicos y urbanisti- que Owen consideraba objetivamente inseparables. 24 , eieuela saint-simoniana Wuando atin eta nifio, el conde de Saint-Simon 60-1825) vio que una carroza avanzaba hacia un chi- juillo que jugaba en una calle, Cualquiet filantropo de Fl modelo urbanistico de Owen fue tomado nego por J. { Morgan, quien en el cuarto decenio del siglo formulé su plan int Christian Commonwealth, publicado en 1850. La nueva Hidé construcciones debia llamarse Self Supporting Insteudonl Derparia a 300 familias que se alojasian en cottages de cuatro Jones, en un terreno del mil acres. Es Ia utopia de Owen, gregado de Ia ayuda religiosa. Uno de los pastidarios de A fuc J. S. Buckingham, autor del plan de Victoria, del shablaré mas adelante corte antiguo habria corrido a salvar al pequefio, apartin- dolo del camino, pero el futuro predicador del socialismo se planté frente a la carroza, y no quiso moverse de alli para que el nifio pudiese jugar tranquilo. ‘Asi anticipaba, a su manera, su estilo propio, distinto del de los reformadores ingleses; la diferente escala de valores, de la cual se nutriria luego la accién reformadora del socialismo francés, La formacién de Saint-Simén y de Fourier, lo mismo que la de Owen, es anterior a la revolucién de 1789, y el primero se encontré personalmente envuelto en fas fases iniciales del movimiento; pero los términos del debate politico revolucionario no dejaban lugar para delinear los interrogantes sociales subyacentes, y sus im- plicaciones de orden urbanistico. Por tal motivo, los origenes del pensamiento urbanisti- co moderno deben ser buscados, en Francia como en Inglaterra, en los oscuros aftos de posguerra y de la restauracidn, cuando la especulacién tedrica efectiia los ptimeros intentos de cubrir el abismo existente entre Ja carga de esperanzas desatadas por la revolucién y Ia realidad de los hechos. En Francia, sin embargo, la decepcién tiene cardcter politico ¢ ideolgico, més que econémico; las consecuen- cias mas graves de la industrializacion y del urbanismo no se harin sentir hasta después de 1830, al tiempo que la attificiosidad de las formas de convivencia tradicio- ales queda al descubierto con el intento, parcial, de restaurar el ancien régime. En ese petfodo adquiere precisién Ia teoria social de Saint-Simdn,25 partiendo del principio de que los indus- triels los tenicos y 1a clase obreta— deberian ocupar 25. R. de Rouvroy Saint-Simon, Du gstime industriel, 18213 Catechisme des industrilt, 1823-24; Nowsean Christianisme, 1825. 80, ‘puiestos de mando, desalojando a las antiguas clases Hnlyentes. Después de su muerte en 1825, sus ensefianzas (eron desarrolladas por un grupo de discipulos —Rodri- , Finfantin, Chevalier—, que fundaron en 1826 el {6dico «Le Producteur y prepararon, entre 1828 y 80, una exposicién sistemtica de la teoria.26 Después de la revolucién de 1830 los saintsimonianos syjraronmayorlibertad, obtuvieronel control del «Globe» (e reunieron en una comunidad semimonastica, primero Ja rue Monsigny, en Paris, y luego en Ménilmontant, {Jn vez que establecian el uso de una divisa especial. “[.0s leaders de este grupo fueron Barthélemy Enfantin (1796-1864) y Amando Bazard (1791-1832), con el titulo ile «peres suprémes». Pero cuando Enfantin enuncié la feoria del «amor libre», para sustituir la ctirania del matri-. {nonio», Bazard se retiré y Enfantin acentué el cardcter {folitico del grupo, hasta que la policia dispers6 el movi- Hento en 1832, Luego Fnfantin intenté, en varias ocasiones, convertit sus ideas al rey Luis Felipe. En 1841 fue nombrado Jembro de la Comisién Cientifica de Estudio para Arge-- ,27 y en 1845 secretario de la compafiia de la linea ferroviaria Paris-Lyon. Participé también en la constitu- fn de la Société d'Etudes pour le Canal de Suez, des- iués de haber intentado personalmente, en 1837, conven- et del proyecto al virrey Mchemet Ali.°8 Ni Saint-Simon ni sus discipulos egaron al terreno thanistico con un minimo de precisién técnica (en 1832 evalier expuso en el Globe un fantistico plano de itis, que habria debido tener la forma de un hombre ] acto de caminat), pero trasmitieron a Ia cultura Mi faxxposition de la doctrine de Saint-Sinton, Patis, 1828-30, B, P, Enfantin, Colonization de ? Algérie, Patis, 1834, Uhr, G. Isambert, Les fies sociales en France dis 1815 @ 1848, francesa una aspiracién a actuar en gran escala y un énfasis moralista puesto sobre el valor de las obras publi- cas —los grands travanx—, que luego tuvieron gran im- portancia. cid en 1834, reaparecié en 1836 con cl titulo de «La ‘Phalange» y se convirtid en cotidiano en 1843 con el ti tulo de «La Démocratie Pacifique, hasta que fue supri- inido en 1850. Tin la teoria de Fourier la realizacién de la armonia universal debia Megar en forma gradual, a través de ete perfodos histéricos. La humanidad se encuentra jctualmente en el transito del cuarto periodo (batbarie) fil quinto (civilizacién). La civilizacién se caracteriza por ln propiedad individual incontrolada, en tanto que el ertodo siguiente (garantismo) establecera una serie de Hfetjaciones, De tal euncra el desorden y-la_ans‘quia de las ciudades contemporineas deberin dejar lugar a Fourier y su influencia en Exropa y América Muy distintas son las enseftanzas de Charles Fourier (1772-1837), carente del entusiasmo civico de los saintsi- monianos, pero autor de una utopia minuciosa y exacta, basada en un fantastico sistema filosdfico-politico. ‘ Fourier comenzé a exponer su sistema en un yolumino- so tratado, publicado andnimamente en 1808.29 Conside- 12 inmoral y absurda una sociedad basada en la competi- pesca nel Osey Fits para onjuager; s? secadetoe; ¢ CURE de lavar; m” pilas a de gas, cidn; b apertucas enllas galerias subterrineas de vent Fconductos de ventilacién de los departamentos entre los arcos de los sétanos y la planta baja. B Planta baja y"pisos superiores: / entradas a las galerias, pasajes, escaleras, tuberifs de agua; & galerias de circulacién general; / puertas de ingreso a los departamentos. del techo); pabel D Interior de los departamentos: © puerta de ingreso a Pp despensa; g aemario; r apertura cn el muro que permite la c cién dé una puerta departamento reas para la vent de vidrio, para la E Desvin: f corredores, 100 ror/A le desechay Ins Flbeiad ciudad de Guise. las primeras casas de Ia 101 terio por un pasaje cubierto; asta los dos afios los nifios estin en la sala-cuna o jegiin, vigilados por las enfermeras, en un espacio ade- fuclo, que comunica con un tertado cubierto, al mismo aprenden a caminar mediante «un doble paseo . Es otra invencién cooperativa [...]. Se puede "Yer! A los nifios que se arrastran y se tambalean hasta legar al paseo, se levantan apoy”indose en Ia baranda omienzan a andar en cfrculo». En la seccién contigua ‘Tos nifios de dos a cuatro afios aprenden ua hablar correc- imente, a contar, a cantar y bailar, a formar citculos cundrados, en juegos pacificos, a entender los cuadros ile Ins paredesn. 44 Tras escuelas propiamente dichas, paca los de cuatro i tfece afios, se encuentran ubicadas en otro edificio “tle dos pisos, frente a la fachada del Famil (los cuerpos simétricos de las aulas se halla el teatro, ile sirve también como aula magna para las reuniones ‘fopresentaciones de los estudiantes. Junto con las Figs. 24, 25 y 26 oftecemos las explicacio- riginales de Godin, que incluyen todos los demés illes. La comunidad comprendia, en 1886, cerca de focientas familias, y debe ser considerada el experi- mis feliz de todos Los intentados en el siglo xix iim. 5, 16 de jul juzgado negativamente por la critica marsis- te de Paris, de 1886. Cie. F. Engels, La caestiin 75. 102 103, re que siguen vinculadas las experiencias y sentimentos de todo el pueblo francés. Entre los episodios de la revolu- cidn, se recuerda con particular insistencia la conjura de Babcuf cn 1796, vuelta a la actualidad por obra de Filippo Buonarroti, que en 1828 publica la Conspiracién pour Pégalite, dite de Babenf. En la conspiracién de 1796, es precisamente esa vision tedrica de la futura sociedad igualitaria lo que justifica la iniciativa politica, presentandosenos aquella sumaria- mente en los documentos de los conspiradores a los que Buonarroti datia precision mas tarde. En ese cuadro no falta el aspecto urbanistico. Buonarroti escribe: Puesto que Ia desigualdad de las fortunas ha condenado unos a un trabajo agotador, a otros 2 una inercia corruptora, cl campo ha absorbido a unos pocos habitantes, a menudo insuficientes para las necesidades de los cultivos, peto siempre extenuados por el exceso de fatiga. Se ha acumulado en a ciudad un exceso de la poblacidn, bien para disipar en el ocio las riquezas producidas por los campesinos, bien para procurarse fiiciles medios de subsistencia, al servicio dela voluntad de los ricos o de los engranajes de la administra- cién publica. Para acercarse a Ia igualdad, la sociedad habia tenido necesariamente que climinar esas enormes aglomera- ciones destructoras de la moral de la poblacién. Ios hombres a quienes habria sido justo devolver al trabajo habrian vuelto junto a quienes estin sobrecargados de él, para aliviarlos. Los ciudadanos industriosos habrian ido a embellecer la vida de quienes los alimentan; la simplificacién del gobierno habria alejado a esa multitud de empleados, alcjados de la agricultura y las artes tiles, ¥ el mantenimiento del orden, que depende de la precision de cada uno en la ejecucién de sus distintas obligaciones, habrfa sido entonces incompatible con esa acu- mulacion de gente en la cual resulta tan fécil sustraer las actividades de uno a la censura pitblica. No més una capital, no mas grandes ciudades; poco a poco el pais se habré cublerto de aldeas construidas en los 104 lugares més sanos y cémodos, dispuestas de maneta que pucdan comunicarse entre si con facilidad a través de caminos y de numerosos canales, que en beneficio del interés general se abrirfan en todas direcciones [...]., Como todos deberian fometerse a la ley suprema de Ia igualdad, la suntuosidad de los castillos habria cedido lugar a Ia salubridad, la comodi- dad y Ia limpieza de todas las habitaciones, dispuestas con clegante simetria, para el placer de la vista y para el manteni- miento del orden piiblico. Cuando ya no existan palacios, no existirin tampoco tugu- trios. Las casas serdn sencillas y la magnificencia de la arquitec- ura, y de las artes que destacan su belleza, estaré reservada ‘los almacenes piblicos, los anfiteatros, estadios, acueductos, puentes, canales, plazas, archivos, bibliotecas, y sobre todo alos lugares dedicados a las deliberaciones de los magistrados y al ejercicio de la soberanfa popular. 4 Por lo tanto es preciso considerar a Buonarroti, junta~ mente con Saint-Simon y Fourier, como la tercera fuente importante del pensamiento utopista francés posterior a 1830, y segiin Jules Prudhommeaux fue el inspirador directo de Etienne Cabet (1788-1856). Cabet participé en forma activa en la revolucién de 1830, y fue nombrado procurador general en Cércega, "pero pronto entré en conflicto con el gobierno orleanista y fue exiliado a Inglaterra, donde conocié a Owen. Alli escribié una novela utopista, Woyage en Icarie, que se publicd en 1840, cuando pudo regresar a Francia tras Jh amnistia de 1839.47 La novela —quizas inspirada en la Utopia de Tomas Moro— describe un pais imaginario, Icaria, y su capital, cara, Bs éta una gran metrépolis, atravesada por un ‘tio rectilineo y construida sobre un plano perfectamente 4 P, Buonarroti, op. ct 47 Las teorlas de Cabet son expuestas en sus obras historic! listoire de ta révolution de 1830, 1831; Histoire de Ja résolution franpeise, L840, y en Le srai christianicme de Jésus Christ, 1846, geométrico, con las calles en damero atravesadas por dos anillos de boulevards. La organizacién colectiva de la economia ha climinado el comercio al por menor, y por lo tanto las tiendas, que son sustituidas por almacenes y aféliers estatales. Los cementerios, las fabricas y los hospitales se encuen- tran fuera de la ciudad, en medio de espacios verdes. La circulacién esta regulada a fin de garantizar la seguri- dad de los peatones; éstos recotren adecuados pasajes cubiertos, en tanto que los vehiculos circulan por cami nos apropiados, de los cuales no pueden salir; es obligato- rio conservar la derecha. La ciudad comprende sesenta barrios, cada uno de os cuales «lleva el nombre de una de las naciones princi- pales». Ea cada calle las casas son iguales y «epresentan las graciosas casas de los paises extranjeros». ‘Cabet explicd su programa politico —el comunismo integral, al cual se legaria por la persuasién, n0 por Ia violencia— en el periddico «Le Populaire, y reunio un discreto grupo de seguidores. En mayo de 1847, estimulado por el éxito, publicé un manifiesto titulado ‘Allons en Tearie, y difundié simultineamente un folleto, Realisation de la communauté @’Tcarie, en el cual anuncié gue podia contar con 10,000 0 20,000 hombres para evar a la prictica su programa, : Fin diciembre anuncié que el lugar previamente clegido se encontraba en Texas, donde la compaiiia Peters, conce- sionaria de los terrenos gubernamentales, habria puesto 1a su disposicién «mas de un millén de acres». 4? 48 Cit, en B, Lavedan, Histoire de Purbanisme, Spoque contemporaine, Pacis, 1952, pig. 86, 49 Es probable que Cabet haya entrado en contacto con Ja compa- ‘aia Peters por sugerencia de Owen, quien habia efectuado una tentativa andloga en 1828. La historia de las colonias icarias en Hstados Unidos es relatada y documentada ampliamente en J. Prud- homens, Histoire de a commmanté carieme, Nimes, 1906. 106 de febrero de 1848 una vanguardia de 69 personas inre6 en Le Havre, pero pocos dias después estallé Yolucion, y la mayoria de los partidatios de Cabet \incié a partir. El propio Cabet particips en las prime- fises del movimiento e intervino sin éxito en las Jones de abril para la Asamblea Constituyente. Vntretanto la vanguardia legs al lugar prefijado y Mprobs que la concesién estaba dividida en loves sepa- ws de 320 hectéreas cada uno. Asi, luego de un vano to de establecerse en algunos lotes, se retird a Nueva ns, donde en 1848 se le reunieron otros cuatrocien- compafieros.” Cabet se unié a sus partidarios en di- bre, los reanimé y obtuvo un nuevo terreno en Hlinois; adquirié la aldea y Ia propiedad de Nauvoo, A las orillas del Mississippi a los mormones de Brigham Los icarianos llegaron a Nauvoo en marzo de 1849, Teonstruyeron allf su ciudad, utilizando los edificios Jas ruinas dejados por los mormones. Pero debido Jas defecciones y las enfermedades habia quedado redu- ios a 260, Establecieron un comedor para las comidas fcomiin, una escuela, una biblioteca y un teatro, may cuentado inclusive por los habitantes de los contornos. 5 familias se alojaban en departamentos individuales, ¥ los solteros en habitaciones con dos camas. 59 3 0% sombreados de acacias permiti l jan que los nifios de ambos Bip ceclcsnn sun hors de werecién s|civence ea Ia re, El eultivo de plantas de flores en pequefios corcados les Peto In vida de la comunidad siguid siendo precaria debido a las dificultades econdmicas y a las disensiones internas. En 1856 se legé a una verdadera escision, y una minoria de partidarios de Cabet se trasladé a St. Louis, donde el fundador de Tearia fallecié en noviem- bre. Sus discipulos se organizaron en Cheltenham, en los suburbios de Ja ciudad, pero quedaton teducidos a menos de veinte y se disolvieron en 1864, Entretanto la mayoria que habia quedado en Nauvoo, decidié vender los bienes comunes, y en 1860 emigré a Corning, en Towa, donde finalmente encontré un atte- glo conveniente en una propiedad de 3.000 acres, Alli los 35 sobrevivientes realizaron su ciudad ideal, y logra- ron cierta prosperidad, En 1875, cuando el viajero francés A. Massoulatd visité Icaria, los habitantes eran ya 75, procuraba descanso de las fatigas mentales, y la gimnasia interrumpia agradablemente sus estudios. Nifios y niftas se acostumbraban, asi, a los trabajos manuales. Unos recogtan lefia para la calefacciGn, distribufan cl agua, acarteaban los alimentos, Las otras lavaban Jos cacharros de cocina, las hortalizas o Ia feuta, doblaban las piginas impresas [para la imprenta icariana}. Ademés, para las nifias, habia un taller de sastteria en el cual se confeccionaban las ropas de os pensionados» (Holynski, en «Revue Socialiste», setiembre de 1892, pig. 296, cit. en J. Pridhommeaus, op. it., pig. 133) La imprenta: «Nuestra imprenta compone en francés, inglés y alemén, Ha impreso tres periddicos en estos tres idiomas, numerosos Folletos, manifiestos, etc., para las necesidades de la administracion iterna, La imptenta icariana trabaja también para afuera y obticne sumas més 0 menos importantes» (Informe sobre fa sitacion en 1855, publicado en «Colonie Icarienne», pég. 159; op. cit., pig. 109). El comedor: «Hay doce puertas y doce ventanas, Se entra por le puerta que da al attio del templo, y por las otras cuando es necesario, Dos puertas comusican con la cocina, y por una de cllas los platos salen de la cocina sobre largos tieles. Fl pan se encuentra dentro de un largo buffet, y sobre él, y en otto buffet pequefio, hay una fuente con agua para beber» (Informe cit. pigs. 111-112; of. ett, pig, 109). 108 Ih disposicién de las casas recuerda el paralelogeam le Owen: Tearia se encuentra situada casi en el centro de la propiedad, Ws icarianos Haman ula Ciudad» (si//e) al conjunto de las iviendas. En cl medio se encuentra el comedor, situado i cl centro de una vasta plaza cuadrada. Tres lados del lundrado estén ocupados por casas separadas entre si, y en los espacios libres se cultivan jardines decorativos. El cuarto liclo est4 destinado a los servicios comunes, lavanderia, pana- etla, etc. Ta ubicacién es agradable, en una colina, una de cuyas Iideras se extiende en forma de prado hacia un arroyuelo, ten In que se encuentra, mas o menos a una milla de distancia, tl molino. La otra, cubierta por un bosque préximo a la tiudad, esté dispuesta para cuando se la quicra transformar 0 un espléndido jardin. La edificacién esta en otra colina, un cuarto de milla, Mas all4, a una milla, aproximadamente, Se encuentran los campos cultivados. Nada més alegre que el aspecto de Iearia: El gran edificio Jel comedot, encuadrado en semicirculo por Ias casitas, se halla adosado a un bosque denso, que hace resaltar las casitas pintadas de blanco. Arboles frutales y exéticos, prados y flores, separan agradablemente las diversas partes de Ia aldea. Por desgracia no hay agua, y ello constituye un grave inconve- Hiente, porque hace necesario un servicio de transporte que cups a un hombre y un carro durante medio dia, Ademés, ello obliga a realizar economias en el uso del agua, inclusive grandes economfas. Los alojamientos se componen en general de dos habitacio- hes, una de las cuales sitve de sala y la otra de dormitorio, En cl piso superior, en el desvn, dos dormitorios pequefios para los hijos,5 Pero en 1879 una nueva escisida turbé este cuadto idilico. La propiedad Fue dividida en dos partes, y una fraccién, de tendencia socialista, quedé como propietatia $1 J. Prudhommeaux, op. cit, pig, 292 109 de Ia aldea, aunque poco mas tarde, reducida a 20 perso- nas, se trasladé a California, donde fund6 Iearia-Esperan- za, que fancioné hasta 1887, La segunda fraccion se establecis a cerca de una milla de la aldea precedente, y fundé Nueva Icaria, tratando con obstinacién de reconstruir el atménico ambiente sofiado desde el principi En el verano de 1879 se trazé el plano de Ia futura aldea, Los jefes de la comunidad se improvisaron como arquitectos y determinaron, a detecha e izquierda del lugar destinado el gran saldn, el de las habitaciones y de las construcciones anexas [...]; en setiembre de 1879 una primera casa, trasporta- da sobre rodillos de madera, ocupé en Ia plaza el lugar designado. En los aitos posteriores otras siguicron el mismo camino, y luego otras més, asi como el salon destinado a convertirse en el centro de la vida comunitaria. Gracias al trabajo empecinado de padres e hijos, hierbas y malezas tetminaron por dejar paso a bosquecillos, prados, jardines plantados con frutales, huertos encuadtados placenteramente de flores. Algunos emparrados crecieron prometiendo un fepaso contra los ardores del estio; banquetas ruisticas invita- ban a los paseantes al reposo. Un columpio, un campio de ctfquet, ofrecian diversion a la juyentud, En poco tiempo, dos aftos, Ia explanada fue trasformada en un parque al cual se acudia en busca de placer desde todos los puntos del contorno, 52 % De los testimonios de los sobrevivientes, relatados por J. Prud- hommeaux, op. cit, pags. 390-391. Las relaciones de Owen y de Cabet con las sectas protestantes nortcamericanas sugieren una com. paracién entre la comunidad socialista y la de origen rcligioso, gue ain no se ba intentado. Los «Harmonists», fundados por el alemin George Rapp, s¢ establecieron en Pennsylvania, en Indiana (donde en 1825 cedieron a Owen Ia aldea de Harmony) y luego ea Economy, cerca de Pittsburg. Otras comunidades fundadas por reformadores alemanes son Amana, Zoar, Bethel y Aurora. Los «Perfectionists» de John Hi Noyes construyeron en 1842 Oneid, en el Estado de Nueva York (cfr, J. H. Noyes, History of American 110 Nueva Icaria continué viviendo modestamente hasta 1895, en que la comunidad se disolvié, distribuyendo el patrimonio entre los 21 que tenfan derecho a ee Asf se produjo una especie de reductio ad absurdum del ambicioso programa de Cabet, y Ja idea de i gaan metropolis condujo a la formacién de aldeas rurales cada vez més exiguas, hasta llegar a las dimensiones de empre- sas privadas normales. Socialist, Piladelfia, 1870). El violinista noruego Ole B. Bull se tstablecié en Norteamérica en 1852, y alli fundé sucesivamente Oleona, New Norway, New Bergen y Walhalla (cf, M. Smith, re life of Ole Bull, Princeton, 1943). Son de particular impostanci se theta fandadas por tos mormoner; Nauvoo en 1639 (celia luego a Cabet) y Salt Lake City en 1847. M1 tol ig iglc Ree dees utopias del sigloacex hace pecsie og una ‘ran cantidad erdidas le éxito gran cantidad de energias perdidas; Ja falta d it mc tetteno concteto parece confirmar el dun juicio afirmar el feorico expresado al respecto por los escritores ea istas, i au respect 8s escritor i En cl Manifiesto del Partido Comunistg de 1848 se lee: Tos inventores de estos sistemas, sin mbargo, se dan » sin Sent del antagonismo de Ins clases, asi como qe la accién de los elementos destru jae structotes dentro de la misma sociedad. Par con el de la industria condiciones materiales de | y se lanzan en busca de un; que petmitan ctear esas condi En lugar de Ia act Ee actividad social ponen Ia a ig nen Ia actividad de 5 froplo ingenio; en lugar de las condiciones hides. ot ae raees condi nes fantisticas; en lugar de la orga nizacién gradual del proletariado como cl maa cién de la sociedad inventad: saa Teinaee ee inventada por ellos, del mundo se reduce para ellos sla propayan ott Prletica de sus planes sociales, [..] Repadne, por Ja fuerza del ej sjemplo, por medio de pequen "6; naturalmente, fracasan siempre, “PeTimentas cuegenciitlisticas descripciones de la sociedad fatura, ex Be teacrant SBoca en ls que el protetariado, todavis nie » considera su propia situacidn de una mane. Ica, tienen su ori; ice ‘oe ame origen en las primeras aspira- th ul i Saden a une completa transformacion de laloclodn clement SOcalistss y comunistasencieran también : Sriticos. Atnean todas las b clemento s bases de a socied ¥ de este modo han proporcionado marsucne 112 an valor para instruir a los obreros. Sus tesis positivas Fontes a la gran sociedad Futura, tales como la desaparicién. contraste entre Ia ciudad y el campo, la abolicion de familia, de la ganancia privada y del trabajo asalariado, proclamacién de la armonia social y la transformacién del ado en una simple administracin de la produccién: todas Wiis tesis no hacen sino enunciar la desaparicién del antago- de las clases, antagonismo que comienza solamente perfilarse y del que los inventores de sistemas no conocen «lavia sino las primeras formas indistintas y confusas.5% ¢s Pero en la distancia del tiempo, este jui luda correcto. Las «primeras aspiraciones, llenas de pro- indo presentimiento», que surgen de estas experiencias, superan en ciertos aspectos los esquemas clisicos del marxismo, y anticipan la exigencia actual de volver a considerar, por partes, los problemas politicos y econd- ‘como observarlos englobados en una tnica micos, a formula programética. Las soluciones ofrecidas al problema de Ia ciudad mo- derna son abstractas y esquematicas, pues carecen de una valoracién realista de los vinculos existentes entre os programas urbanisticos y el desarrollo general de Jas relaciones econémicas y sociales, por lo que facilitan ilusién de que el ordenamiento urbanistico y el ordena- miento social se identifican entre si, y de que el segundo puede ser construido con los ritmos y los métodos del primero. Sin embargo, partiendo de un anilisis directo de las relaciones econdmicas, Marx y Engels aceptan implicita- mente esa identidad, invirtiendo los dos términos y supo- niendo que las modificaciones urbanisticas son una conse- cuencia necesaria de las relaciones sociales modificadas: en Obra 59 C, Marx y F. Engels, Manifesto del Partido Comuai escigidar, od. Cartago, Buenos Aires, 1957, pig. 33. hacer de ella un elemento subalterno de la mete6po- joclerna: el bartio satélite més 0 menos independien- Pero los programas y las iniciativas nacidos antes 1848 siguen existiendo en nuestra cultura para indicar nivel mucho mas ambicioso, 2 saber, la organizacion todo el paisaje urbano y rural sobre Ia base de nuevas liciones econémicas y sociales, de ahi la indiferencia hacia el problema urbanistico y la indeterminacién de las previsiones respecto a las for. mas de ordenamiento constructivo en la sociedad futu- ra.54 La.tendencia de los utopistas a intervenir en el acto, sin esperar una reforma general de Ia sociedad, adquiere en ese sentido un valor permanente de estimulo, y la ciudad ideal por ellos imaginada entra en la cultura urbanfstica moderna como un modelo henchido de gene- rosidad y de simpatia humana, muy distinto de la ciudad ideal del Renacimiento, Las esquematicas desctipciones de Owen, de Fourier y de Cabet, constituyen, ademas, el gran venero de ideas del que saldrén luego las experiencias urbanisticas del periodo posterior, hasta Ja actualidad. Es facil advertir la impresionante semejanza que existe entre algunas de sus propésiciones —la «unidad de vivienday con un nimero fijo de habitantes, las instalaciones centralizadas, los edificios centralizados, la rve intirieure, la citculacion en la planta baja— y ciertas soluciones de la arquitectura moderna. También el nimero de habitantes previsto en el paralelogramo de Owen (1.200) y en el Falansterio de Fourier (1.620) se asemeja al de la unité Pbabitation de Le Corbusier, y la densidad indicada por Owen, de un acre por habitante, es la misma que indica Weight para Broadacre City. La investigacién tedrica de los reformadores socialistas ser utilizada por Howard en las garden cities y por los disefiadores alemanes en las Siedlangen de la primera pos- guetta, empobreciendo el concepto de Ja ciudad ideal St

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