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Por otro lado, y en virtud de la existencia de un ptiblico "lector ampliado, se observan en el periodo diversas estrategias editoria- Tes que pueden definirse como intentos de captacién del leetorado, al _quese pretende proveer de productos consicerados superiores tanto en calidad literaria como en impresi6n y tipogeafia. Asf, en este momento " aparecen por primera vez ediciones mas numerosas de literatura culta Dofrecida a bajo precio (algunas ediciones aleanzan los 5 mil ejemplares, y hasta se editan 15 mil de Amalia, de José Marmol). Ve ‘caso paradigmitico el éxito de la Biblioteca de La Nacién, coleccion dirigida por Roberto Payré desde 1901 y por casi 20 afios. Este segundo BR 6 a oe csericores) figuta promioyila’en Bucnde Altes Wisde'el duge del modernismo. Hacia cl Gentenario, en cambio, estos sujetos van ha ciendo suya la demanda de nacionalismo proveniente del estado y de sectores clominantes de la sociedad. Es en ese contesto que analizare- Manuel Galvez (entre 1917 y 1925), que continus los primeros intentos de la editorial de la revista Nososvos, y otros emprendimientos cuyo éxito de ventas revelaba la existencia de una det de la de literatura popular: tl es el caso de las is ( vd thercado editorial no pre- semtaba granvles diferencias respocto del tltimo tercia del siglo xix. Asi, mientras la mayoria de las publicaciones, aunque tuvieran sello local, se imprimian en Paris 0 en Espafia, la mayor circulacién de li bros correspondia a titulos extranjeros. Por otra parte, el estado inter= venfa finaneianclo diversas publieaciones. Se trataba,en todos los casos, de titulos que apuntaban a un lectorado 0 bien escolar, 0 bien culto y restringido. Sin embargo, coexiste otro lectorado que consume edicio- nes baratas de literatura criollista (por ejemplo, las ediciones del Mar= tin Fierro, las series escritas por Ealuardo Gutiérrez) y novelas europeas sentimentales y de aventuras (Carlota Braemé, Ponson du Terrail, Georges Ohnet, eteétera) que prove Natalio Tomassi, entre otros ed tores, Algunas ediciones dle los hermanos Maueci Ios 15 mil ejem- plares de Amalia (Buonocote, 1974: 91)— y de Pedro [rume? revelan la existencia de ciertos intentos por orientar al piiblico no letrado hacia lecturas oftecidas también a bajo costo pero con mayor prestigio litera rio (Buonocore, 1974: 88-925 Rivera, 1980: "En La Nacién, por ejemplo, aparectan sobre todo folletnes extranjros eu {yor autores luego ingresarian en la Biblioteca (Conan Doyle, Wells Braemé, Se- 20} Los carios anarquistas que incluéan folletines eran EY Rebelde (entre ots, los de 1got fueron “La huerta, Cuento que seeé hisioria”, de Luis Bonafouss La expésita de J.B. Gonzilez)y La Protesta ("Muerte y vida”, se Pedro Mai 10). Su actividad tue lugar entre 1885 y 1903, aproximaddamen blioteea Feandimica de Autores Argentinas. und Ta Bi- 30 # edluoresy politics editorales en argentina [ro rm ap CR quese suman a las tradicionales, como las de Espiasse (Lil ey La jouane (Nacional), Escarry (Librairie Prancaisc), Bosch (Hispano ricana), Llambfas La Porteia). Poco a poco, al aspecto utilitari samentalmente con fines informativos o educatives— de los habitos de lectura de los sectores medios y populares, se va sumando otro, més li- gado al entretenimiento, Limnos MODERNOS AL ALCANGE DE TODDS {La aparici6n de la Biblioteca de La Naci6n se encuentea dircetamente ligada, mas allé de las circunstancias particulares que veremos, a ka presencia cada vez mds difunclida de los periédicos, entre ellos La Prensa y La Nacién, y de semanarios recientemente aparecidos (desde Carey Caetas bats parr de 1904, £1 Hogar o FBT (MRRLURBES: logs a viocar PO fario a una modalidad nueva de esta practica, mais accesible tanto en lo econémico como por la competencia y disponibilidad que requiere, Asi, por ejemplo, el 1 de abil de 1901 un articulo dedicado a los “Cien afios de prosperidad ereciente del Wiarisma en el Plata”, fir- mado por Brocha Gorda (seudénimo de Julio Lucas Breives), se cierra con una suerte de balance del presente y prediccion algo extraordiaa $Fuerom fundadas,respectivamente, - pera vended a competir concra fos “manuales de compadraje que edi- tores sin esertiptlos han.conseguiido difundir en cierto pablico merced al bajo precio de sus ediciones”. Asi, por ejemplo, El Tiempo alirrma que quiere “hacer constar el deseo de nuestro pueblo de instruirse en la buena lectura, adquiriéndola tan pronto como la encuentre a precios aque estén a su aleance” y felicita a su colega por haber realizado seme- jante “acto de educacién popular”, al general Mitre por su desprendi- miento ya que “ha rechazado ofertas de reimpresisn dle sus estudios series, y ha preferido dejar que el pueblo los adguics2 por un precio que apenas representa los gastos de impesion”. Atin mas elocuente es Ja interpretacién de Tribune para quien, “huyendo de esos libros vul- gares que por lo mismo que circulan mucho en el piiblico grueso, re- tardan y obstaculizan la cultura del pais, el distinguido colega ofrece a sus alumnos [sie] 3 preciosas novelas de lo mas bello que ha producido, Ia fteratura clisicaespaiiola” y agrega luego que eso contribuye a “di- fundir el gusto por la buena y sana literatu sen estas mismas notas que aparece de manera manifiesta otra de las intenciones de Emilio Mitre, director del diario entre 1894 y 1909, que los estudios sobre la Biblioteca de La Naciéy no han dejado de re- fetir (Severino, 19743 Cécaro, 2989), volviéndola excesivamente deter- minante, Ha efecto, i bien es cierto que la reciente adguisicién de nuc- ‘va maquinaria tipogestica (el linotipo), que exchufa a muchos operarios, dio lugar a la decisién de reorientar a estos tiltimos volcandlolos a la impresin de los volimenes de la flamante coleccién, sin duda circuns- tancias mas estructurales (como la existencia en el mercado de lectores la apuesta a una expansion del mercado de los medios de comunicacion, que venimos enunciando, ¢ incluso el cono- cimiento de las tendencias de la prensa grifica norteamericana y euro- ppea, que se meneionan a menudo en los articulos que seleccionamos) hicieron posible y Nevarom a director de La Nacién a dear In constitu- Gi6p de cna biblioteca con determinadas earacteristicas, apelando para ello al administrador del diario, José Maria Drago, y a uno de sus pe- riodistas, Roberto J. Payré, que cumplia ademas con el requisito de ser salida del primer volumen: El Diario, Fl Tiempo, Tribuna, El Siglo, BU Correo Bs ait, Le Courrier du Rio de La Plata, The Buenos Aires Herald, The Standard + eitoresy polices editorales ew argentina un escritor reconoeido y con cierta vocaeién humanit: constituye entonees un ice mas y culturales ente los que se incluye el crecimiento ce la po blacién urbana, el mayor aeceso a la educacién, el consumo del perié- dico y el desarrollo de formas de nucleamiento barriales (asoci obreras, bibliotecas populares y, més adelante, sociedadles de fomento, etcétera),!” pa lases me venientes de los grupos criollos.e inmigestorios marginales pero con aspiraciones de integracién social. Finalmente, otro clemento que las ;notas mencionadas celebraban es la inesperada calidad de los voltime- ‘nes, teniendo en cuenta su bajo costo, destinado solamente a cubrir los astos de los jornales de los obreros y de los materiales para la impre- sanstitucién de las nuevas pro- Las noticias acerca del agotamiento de la edicién al dé rede su salida, junto al amontonamicnto de gente en la sede para retir voltimencs, son hechos que el diario se encarga dle ostentar como éxito de una empresa que aspiraba a ofrecer libros de ealidac en todos los sentidos. Esto, junto al énfasis que pone en destacar el earacter pionero de la coleccién, to que queda comprabado en la repeticién, en tas de los demas periddicos, de que se trataba de un fenémeno nunca visto hasta entonecs, permite confirmar la ausencia en el mercado edi torial de producciones simbolicas de buena calidad, accesibles y a l vex capaves de atracr a lectores eon menor formacién cultural. Asi se cexplica la irrupcion de esta nueva estrategia editorial, ala que le segui- ‘Véase al respecto el analisis de Lis Alberto Romero (199), Aungue no sea <1 objeto principal de su estudio, Komera ineluye all una cultura de le clase trabajadora te come Jos sectores popitlares entre las presidencias de Yrigoyen y Perén. Se vendian dos ediciones: una en rs ‘50 centavos para el paiblico en general, y otra encuadernada (menos publictada), de « peso, El costo del periddico en Buenos Aires era de 07 centavon, y bi sus: ripeién mensual costaba 1.80 pesos, Se 1 Biblioteca al suscripein mensual. A titulo comparativo, pueden verse en cel mismo diario, durante 1901, los escuctos anuncios de libreros e Impresores bre las novedades editoriales: Peuser, ajo ty, Mendgesky: Tas Oda, de Horacio, traducidas por Mitre, costaban @ pesos: su versiin de La dieing comedia, 15 peson. La nueva edi vel Céxligo Civil Arye “almanaque para el campo” para el afo siguiente, a 50 cemtavon, os del siglo xx, en contraste con la de sacle 40 centavos para suscriptores y ofrecia cl abono menst nose promovia a 6 pesos y un 1a epoca de organisacin del espacio editorial + 35 rin otras, mds modlestas, tendliente a eaptar un espacio ya existente pa- ra prover al lectorado de productos considerados superiores tanto cn su valor literario y lingiifstico como en su impresién."* Sil objetivo mas declarado y repetido en los avisos diarios que apa- recieron durante un mes antes y otro después de la salida del primer tomo cra llevar “la lectura al alcance de todos”, el propésito de la colec- cin encierra una doble oferta compuesta por In mencionada calidad y por la actualidad. En el articulo citado, cel 7 de octubre de 1901, en el ‘que se presenta la Biblioteca, puede leerse esta doble intencién, y apa- recen ademas dos criterias, claramente anclados en la cultura letrada. Por un lado, se menciona reiteradaments la calidad literaria (sin acu fiar al respecto ninguna definicién, al menos con fines dickicticos). Por <1 otro, circulan diversas formulaciones en torno a lo nucyo: “nove dad”, “rareza”, moda, lo que pone en evidencia el cariicter moderno que reviste la empresa.'3 En una operacién propia de lo que llamamos discurso de la cultura letrada, puede verse que no existe, pese a la in- tencién multitudinaria (“para todos”), ninguna concesién de tipo “po- ulista” a los lectores: no se alude, por ejemplo, a una lectura n oltece una edicién més euidada y tradicional, eneuadernada en tela oscura y con letras doradas, mientras que fa ristica es, en cambio, igurativa y mas novedoss: de papel blanco, con el titulo en la tapa decorada con motivos claramente modernos: en ef margen y los bordes, tun diseBo vegetal art nowseat. El titulo y nombre del autor en dorado, y si tipo ‘graf leva también lineas art nouveau, En el e=ntro, hacia el margen izquierdo, figura un rectingulo dentro del cual se ve AAs, li apa est sacurada de estinnulos visuales,en contraste con la sobriedad dela ediciin mis costosa Al respectn, puede notarse que la colece n paisije acustico con sol naciente, "Dice el final del articulo: "Esta Biblioteca pretende ser tan vasta que retina en pequetios vollimenes de médico precio roa las novelas que por su mérito li terario, su boga mas. 0 menos grande, su interés o rareza misma, hayan ocupado ‘un lugar de distincién en las bibliotecas lel mundo, Adem de éstas, la bibliote- cade La Nacidn publi reciendo en Europa y todas las novedades literarias a medida que América, pues cuenta con buenos corresponsales encarga- ddos de acaparar todo cuanto puede servir a su propésito, Cada uno de los libros expresados que se publiquen seran traducidos especialmente para nuestra bibliog teca, procurindose que la traduceién sea liceraea, correcta, hecha no para sitisfa cer la necesidad del momento sino de suerte que pueda conservarse con gusto y enriquecer el acervo de libros que todo lector gusta de guardar. Las condiciones bajo las cuales nos proponemos emprender esta publicacin, estan expuestas en el aviso que va en otro lugar. + editores y politics editorales en argentina las 300 paginas), ni siquiera Se trata de cri- (ademas, la mayoria de las novelas suj al valor de entretenimiento de las ficciones propuestas. e la necesidad de actualidad cumple un rol terios de leteados, aung {interesante en tanto se encuentra en sintonia directa con los valores del peridclico moderno, que analizamos antes. Asi, la oferta de lecturas de calidad superior esta puesta en primer plano aunque un examen detenido del catdlogo pueda revelar que bien podrian haberse presentado, para atracr al pablico, argumentos liga- dos a la diversi6n y “facilidad” de las ficciones. Si confrontamos los criterios desplegados en la presentaci6n con el catélogo que se anuncia dos semanas antes de la salida, encontramos que muchos de los titulos ofrecidos provienen de la literatura de entretenimiento, de autores consagrados pero también de autores europeos de folletin: aventuras, suspenso, ciencia ficcién, eteétera. Mas atin, no figura ningiin clasico griego o latino, ni renacentista, ineluico en los textos seleceionados, a excepcién del Quijote, Payré ha optado claramente por distinguir a la empresa con los criterios que en su calidad de eseritor moderno, él mismo despliega para leer la literatura: universalidad, actualidad, cali- dad del estilo y correccién lingiistica. Ahora bien, para dar un lustre inicial a la Biblioteca, s{ elige en cambio un clisico anterior al siglo xix (el patrin 0 meridiano desde el que, en el entresiglos pasado, se evaltia la literatura moderna): Tres novelas picareseas (una atribuida por enton ces a Hurtado de Mendoza [sie], as demas «le Cervantes y Quevedo). Dicha eleccién ha de leerse, creemos, como una voluntad de ineluir textos en lengua espafiola, base de la lengua nacional, de origen popu- lar y estilo realista. De hecho, los pocos titulos anteriores al siglo x1x pertenecen a la literatura espaitola (a excepeién de Zadig, de Voltaire). Los tres titulos siguientes del primer mes ilustran claramente los crite- rios que venimos analizando: La nia menor (del folletinista francés contemporéneo André Theuriet), Aguss primaverales (Turguéniev) y La vida de las abejas (Macterlinck), un texto atractivo por sw actualidad, dado que se publicaba en el mismo afto de su aparicién en Europa, foberto Payré la scstrategiasclesple- Figio hasta su partida a Bélgica, en t07. Entre ‘gadas, cabe destacar aquellas que suponemos fueron ideadas por él en su calidad de director: las ediciones incluian un prélogo —la mayora de las veces, escrito por el propio Payré—, y cl diario ppiblicaba en sus riginas no s6lo anuncios de los titulos futuros, sino articulos comen- tando los ya publicados. Una de las iniciativas mas novedosas fue, a fi- nes de 1904, llamar a una votacién de los lectores para elegir titulos 1a epoca de onganizacién del espacio editorial » 37 destinaclos a ser publicaclos por la coleccién (Severino, 1996)."4 La otra ‘operacién, que era de uso corriente en los periddicos franceses, eonsis- ti6 en abrir un concurso de manuscritos para publicar obras de escrito- res argentinos 0 con residencia en el pafs. Se realiz6 una convocatoria @ través de un articulo del 7 le diciembre de 1901, en la que el diario jus- tificaba su decision de iniciar antes de lo proyectado la publicacién de obras nacionales y “sobre asuntos nacionales” apoysindose en el éxito dobtenido con los cinco primeros niimeros. Signi nente, el sexto némero, del 11 de diciembre, fue la publicaci6n del primer libro de au- tor argentino, Serias y humoristicas (hasta entonces inédita), una recopi- lacién de artéuilos escritos para La Nacion por Bartolito Mitre, Durante 1902, los libros argentinos incluidos en la coleceidn pertenecen al gene- ral B. Mitre," y ya habian sido anunciados en los avisos previos al lan- jento de la coleccién, cl afio anterior. En 1903, antes del tercer libro de Mitte, se publica, en abril, La gram aldea, le Lucio V. Lépez, y néimeros después, Facuido. Dicho aiio se cerrari con la publicacién conjunta de Alma de nina © Inesponsable, de Manuel T. Podest, Si dejamos de lado aquellos primeros titulos de argentinos cuya leccién pudo estar ligada a eriterios menos “literarios”, pu tarse que los tres libros nacionales que inauguran la serie no son nove~ dades, lo que encierra un criterio nada sorprendente para las pricticas edditoriales de Ia época respecto de la literatura nacional, Pero ademés, ‘estos titulos tienen en comiin el hecho de inseribirse en una linea de Fepresentacidn critica del presente, en cierto modo prerrealista, y cuyo estilo presenta, en mayor o menor medida, cierto cariz novelesco. El aio 1904 estard dedicaloa En viaje, de Miguel Cané, y a Amalia, que se consideraba la primera novela argentina, y que aparece en tres tomes. 4 Ein el anilisis del concurso, que Payré vulelea en tres artieulos en febrero de 1905, reaparece el erteri “letrado” para jizgar el gusto del pblicn El mas vota- do fue Georges Ohnet (Hf dueio de lr hevevis, con 1016 votes) y en segunda la ‘gar, Carlora 9962 74): no preocups ni reclama una ateneidn profuncla o sostenida, inmediatamente vie- Rraemé, lo que suscité el siguiente comentario de Payré (Severino, la mayoria corre tras cle Io trivial, por aficién al entretenimiento que fie un ndileo casi de la misma importancia que ti moslo asf— y hasta diametralmente opuestos |. ble, que ha de s subir el nivel intelet _qustos eelécticos —diga Se establece un equilibrio visi 1 el pach" Saher (4953) roid cl baldnce de Pay y seats que 5673 personas vtaron por 1o cra ce preferenei,La obra argentina que mis stor obvi fe Lt Por, de Jlién Martel con 192 vot En 1902, sus Arenas (nits, 20, 22 y 24) ¢ Historia de Relgrano (28, 43,34 y 371 Bn 1995, Hanoi de San Bar (85,87, 8491-793) 38 + editors y poitieaseitorialesen argentina Habra que esperar hasta 1905 para encontrar escritores argentinos mis recientes: La dobu, de Julidin Martel; Lat novela de la sangre, de Carlos (©, Bunge, y el best-seller Stella, de Ema de la Barra (seudénimo de Cé sar Duayen)."® le. a gra sentidos: ahi forma novela 7 eu FRASER MIEN ences Dicho grupo esti conformade por es- critores de la generacidn de Tos ochenta, ademas de Sarmiento y de Jo- sé Mérmol.!7 En segundo lugar, cuando Payrs optaba por publicar a "Canal se loedita a fines de 1905 {nGm. 200 de la colecci6n) ya levaba, se- _nin Payr siete w ocho ediciones (Severino, "7 La lista completa para la primera década de existencia de la Biblioteca, es Ja siguiente: sgot: Serias y humoriticas, de B. Mitre y Veda (nin. 6). 1902: B. Mitre (véase la nota 15). 1903: La gron aldea, de LV. Liper. (nim. 71); Recud, de D. F, Sarmiento (nim. 76 Alma de nit e Irresponsable, de M. T. Podesti lovin, 100). 1904: En vie, cle M. Cane (nim. 113); La novela de la sungre, de C.O. Bunge [?}; Amutia, de |. Mérmol G tomos: nims. 115, 116 y 117). 1905: La bolsa, de J. Martel (nm. 175); Jucenila, de M. Cané (nim. 178); Amar al euelo, de E. Rivarola (nim, 183 Ung excursin alos indios ranguetes, de LV. Masia (ais toy 1gS)sStela, de E. de la Barea (C, Duayen) (asim, 200). 1906 Pagina de histo via, de B. Mitre (nim, 223bis)- 1907: Thespis, de C. O. Bunge (ntim. 275); Suenos y realidad, dle |. M. Gorrii (nim. 279). 1908: Las das patrias, le G, Daireau (10 edici6n) (nsim. 314); Viaje a towed de la esirpe, le C. O. Bunge (nm. 342). 191 Los milagras de la Argentina, de G. Daireaux (air. 425). 1981: Reewerdox de pro vinci de D.F. Sarmiento (nim 4gobish: Las veladas del tropero, de G. Daireaus (0vimm. 473); Leén Zaldiear, de C, M. Ocantos (nim. 478); La gloria de dow Ramiro, de E. Larreta (nim. 481) Primeras ediciones posteriores a esa fecha: Las earanchos de la Florida, de B Lynch (1916). Aunque no sea una primera ediciin, cabe mencionar que Flor de durazno, de H. Wast, al ao siguiente de su aparicién. xi a fue establecida con base en el anuincio de los tewlos pu bicados, aparecido en La Nac el 3 cle enero de 1914, Sin embargo, tal lista sal- tea algunos nimeras (no tratindose de las ediciones agotadasgque se sefialan con ‘guid al margen). Si cruzamos esos datos con la lista sin feels ni mmeros que cstablecié J. Severino a partir del acceso ala colecei6n casi completa (1996: 02). quedan sin fecha ni néimero dé volumen los siguientes tiulos: La movela de la 6 en la Biblioteca de La Navid en 1912, es deci siguiente li 1a época de organisacién de espacio editorial » 39 — autores mis recientes, la valoracién literaria ostentaba un criterio la- ramente basado en el realismo lterario, en algunos casos, més paeticu- larmente la escuela naturalist. '§ Por tiltimo, puede decirse que este criterio se continga en un hallazgo importante de la serie, al editar a partir de 39U6, por primera ver, relatos de viajeros ingleses (los herma- ‘nos Robertson, Haigh, Bond y Proctor), traducidos por Carlos Aldao para Ia Biblioteca. Fstas mismas ediciones serin retomadas por [osé Ingeniecos para la coleccién que dirigié a partir de 1915: La Cultura Argentina La Cursees Ancentina v ta Bustioreea ARGENTINA emi ij Indo, los proyecto: Bn ‘oferta abundante y a precio muy econémieo de colecciones de novelas modernas, europeas, norteamericanas y en menor proporcién —aun- que su inclusion fuera decisiva \— argentinas. A esto se suma la crea- sangre (C0. Ssange), Rabilas argentina (G. Daitesis), La ilasin (A. de Estrada), Delfin (M.T. Pads), Buenos Aires dee setenta aos aad ().A. Wile), Pram Siig, Quintsay y lets Ede Ves). Estas dls operaciones se vuelven més evidentes cuando nos preguntames por las ausencias y su significado: para el siglo xtx,n0 fueron publcados ni el Martin Fiero ni Bcheserra, lo que indica por un lado que b serie prefera real Zar un punts pr co mera ntacin,y por ro af no pensé en publica EY manadero (u otros escritos no poéticos, pero tampaco feo nales de Echeverria, esta se debfa a una estate “asépiea” que procuraba no suscitar la polémica por enestones polities lo qoe habia quedado explictoen la convocatoriahecha alos lectores en el concutso de 1904), Resula, en cambio, ws, enignyiica la exclusin de Cambaceres. En cuanto alos contemporaneas, no ineluye a Lugones, probablemente por motivos similares, Aunque los pri lars. Aunque los primeros atios del siglo xx n0 fueron proificos en cuanto al apariciin de nuevos naerado~ fes,noaparecen textos de Horacio Quiroga (ni de Payré, aunque puede saponer- segue se debaa su vineulo estrecho con la coleccidn) y,a partir de 1914, tampoco figura Galvee, : cies 9 editores politica eitoviales en argentine cin de la Cooperativa Editorial Buenos Aires, promovida principal mente por Manuel Galvez, Pese a sus diferencias, estas propuestas tenfan en comtin apuntar a un mercado Vengase en cuenta que el precio de la edciinréstin era de'$1y page eocie mre el tail ckenee Sasi CeeNaileaetls Ue Gens de a Biblioteca de costaban $150. titulo comparativo en 1914, ls vmenes ne Laan alana dg) poia ili enruadasata peter swseripeiin mensual era de $ 1,70) 1 épace de oxganicacitin del espacio aitral * 45. lisicos argentinos.** La decisién implicaba una que estaba directamente ligada ‘oncepeién particular Ihistorico, aunque en ambos casos puede verse cl eriterio pa- “trimonialista lado por el acopio ce bibliogratia capaz de dar cuenta de Jos aspectos politicos y culturales argentinos, con fines pedagégicos. Rojas incluira a los clisicos del pensamiento nacional, partiendo the Ja idea de que la cultura nacional habia existido desde el primer con- ‘eto cate las poblaciones aborigenes y los espaiioles. De alli que se apoye en la necesidud de valerse del pasado para enfinizat los origenes prerrevolucionarios de Ia nacion y los origenes hispainicos y criollos, -razando tna linea de continuidad cultural y social hasta el presente. Asi, lo largo de las ediciones, se vera la inchasin de obeas que consi- deraba representativas lel espiritu territorial de la argentinidad, tanto literarias como hist6ricas y oratorias, anteriores y posteriores a 1810: el padre Tejeda o Lizirraga,"” Minre pero también Vicente F. Lépez. En el contexto de la Ley Saenz Peiia del voto seereto y obligatorio que se habia sancionado en 1912, el proyecto de Rojas privilegiaba un abjeti- vo de pedagogia civica sobre los sectores populares, en la medida en que apuntaba a “formar por medio de las ideas au rgentinas, la concien- cia argentina, y edlucar en tan seguras y elevadas normas nuestra de- mocracia cosmopolita, euaterialista y desorientada”.>” Estas ideas apa- recen claramente en la *Noticia preliminar” al primer volumen deta Biblioteca. Por un lado, la expresién de deseo se une a cicrta postura *S sia idea ha sido objeto de un minuicioso y excelente estudio por parte de Fernando Degiovanni (2001: 310} en su esis de dovtorado, Alli afirma que "Co- snen eleasa de La Cultura Argentina, a Biblioteca Argentina apelarit a lt es trategi de reunir y presentar textos de algunos atores del pasado en welimenes ‘especiales con el propesito especitico de erear € imponer una significacién intere= sida dé la nacionafidad.” peregrine en Babin y ates pocrtas y Desevipion eo. §°Citado por Degiovanni (2001 272) Sein dicho autor, éste no uc el objeti- vo inicial de Rojas, enyo primer proyecto figurabs en su informe sobre hi ense. fanza de las humanidades en Europa elevado al Ministerio de Bdueacion de ba Nacién, que dio lugar a la publicacién, en gay, tle La vestiuracion nacionalisa, Dicho plan incluia slo textos coloniales y en dos formatos: una coleecidn dle do- isoria dels Argentina y una amok con fe autores argentinas, de uso escolar. Ha apun- ‘ando a prover de materialey “para fa ensehianza historica” pero se frastra una edie oficial em s9t2,al enunciar Ramos Mejia al Consejo Nacional ke Eduea- cumentos de gmentes de obras de el Centenario, el proyecto cambi 40 © editotesy politica editorialesen urgentina | afirmar g magistral cuando Rojas ponea pracba.de alguna manera al pueblo, al J éxito de st empresa sera “el mejor argumento sobre tos Por otro lado, se hace les de feos de la cultura popular en nuestro pals” a lc los fines de la Biblioteca con los ide explicita la identificacion ‘ tin Moreno presentado como demécrata: y da ala revolueidn un pensamiento ce 1 ste volumen espliea su. aecién Gasca ct sn aqui muchas ideas cuya fer justicia y libertad. Laven aq « chase i 1 inclusién del prélogo a El con saan y cueyo vesplandor azn nos grat [LL : sditado por Moreno,| me parece que no silo iilucrcia de Rousseau sosse Moreno sino que yreca ARGENTINA te primer volumen de la Binesoree! . imprimir aque! libro ¥ prologarlo, entendi6 mato social, he Rosseat comprueba por sf solo la iene signifcativo lugar en Sabido

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