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Bibliotece A. Seccién Huma LOS PERSONAJES Sattor: Es un viejo de setenta afios, fuerte, an- cho de espaldas y tirano. Padece cojera. Lar- g0s cabellos blancos le Hegan hasta los hom- bros y tiene un largo bigote, que Ie cuelza, Es el mas bruto, pero el menos salvaje del grupo. ‘Racuet: Alta, guapa, marimacho; lleva muy bien’ los cuarenta afios, Ticne una larga y enmara- ada cabellera y una alarmante risa de tigre Arrogante y de voz penetrante. Rosie: Veintipocos afios. Baja, rechoncha y apa- rentemente hurafia, Relegada por Rachel a un puesto secundario. Tiene, sin embargo, un profundo sentido satfrico y un intenso fondo pasional. Est4 siempre cansada. Cot: Es un joven tosco de dieciocho o dieci- ‘ueve afios, con una actitud ante la vida mas educada que la de los demis; sin embargo, tiene Ios elementos para convertirse en un genuino gamberro. Sus ropas deben marcar ligeramente esta tendencia, pero no excesiva- mente. Es muy aficionado @ emplear ruidos como complemento de su Ienguaje, asf como violentos y repentinos signos de amanera- miento, Saux: Es una nifia traviesa de diez afios, con gafas vulgares y una gran capacidad para la excitacién ruidosa. Col es su {dolo. 16 BLAckuoumi: Lo describen como medio-gitano y realmente lo parece. Veintiocho afios, flaco y atractivo. Es, a la vez, insolente y obsequioso y puede desplegar una especie de falsa jovia- lidad que no convence a mucha gente. (A Col si, por algén tiempo.) Cuando se enfada, pre- senta claras muestras de deficiencia mental. La vita Croucer (1): Tiene una voz que hace honor a su nombre. Es una vieja bruja y chi flada. Alternativamente se muestra timida y chocha. Sus voluminosos harapos la dan un aspecto de pijaro de mal agiiero. Cuando se asusta, tiene gran habilidad para desaparecer. Tgual que su hija. DarFoom: Diecisiete afios. Tiene cara de vieja, ‘expresin maliciosa. Una blanca cicatriz le ccruza la cara desde el pémulo hasta la barbi- Ila, lo que le produce una sonrisa oblicua. Tiene gestos de su madre, asi como lo que la caracteriza basicamente: una expresién de jue venil y disimulado libertinaje. Jncxsox: Es un hombre de cuarenta y cinco aiios, que ha pasado del proletariado a la clase media. No hay nada mas que pueda de- cirse en contra suya. Sabe que Tieva una vida gris y se siente muy ofendido cuando, a cam- bio de una excitacion moderada, se ve obliga- do a pagar un precio muy alto. Lt Sra. Tacksox: Ha envejecido més répidamen- te quc su marido. Su talle no aguantaré mu- chos afios, pero no le importa. Le gustan los chismes y, en general, se parecs a sus veci- nas. DoREEN: Es dependienta; tiene diectocho aos, ‘muy mona, ingenua, agradablemente vestids. No est especialmente al tanto ce Ia «cultura juvenil> de sus amigos, pero le gusta creer que lo esté, (2) Croker significa egrufiopss; Bluckmoath, «bocanegras y Shion “smarineros St se he conservado cl"nombre” es Hoes in ‘taluk, a si pox ofp de «pttolea, Ben un sentido fundamentalments cotidians. (N- del 7.) 17 + Representante tfpico del empleado municipal; es un hombre de mediana edad, bienpensante. Viste una gabardina que, al pa- recer, no se quita ni para dormir y un som- rere hongo eneajado en Ia coronilla. Sus bolsillos exteriores rebosan documentos y los interiores lépices y plumas. La Docrona: Es una mujer médico no muy agra- able, Se impacienta con los miembros de su seguro y nunca esti dispuesta a sacrificarse por ellos. Sus diagnésticos son acertados. Tie- ne cincuenta afios. EL SarcENto ps Poticia: Va en moto y, sin em- ‘argo, lleva gorra en vez de casco. Si sus mé- todos’ son irregulares y su comportamiento arbitrario, se debe, fundamentalmente, a que trata con gente que desprecia. Es bastante honesto: nunca se excede en su actitud de matén mas de lo que juzga necesario para smantener la paz. 18 LAS CANCIONES Las estrofas de canciones que aparecen al co- mienzo de todas (0 casi todas), las escenas pre- tenden ser un elemento introductorio para an- tes de que el telén se alco o las luces se ex ciendan. Estas canciones no necesitan acompa- iamienfo instrumental y, fundamentalmente, puede ser usarse la misma melodia para todas Jas escenas. Esta podria ser una tipica y me- Tancélica balada callejera, arrastrada y spera, cantada con la peculiar monotonia de los anti: ‘guos cantantes callejeros. Si se considera que se lograria un efecto mejor con varias voces, Ro es preciso que el mismo cantante interprete todas las estrotas. La primera de todas deberfa cortar con vio encia los cuchicheos habituales del publico an- tes de levantarse el telén. Las canciones interpretadas por los actores fn el desarrollo de la obra pueden ser tonadas habituales de misica popular, sin acompafia- miento alguno. 19 Escena uno CANCION Inglaterra era un pais tan libre, tan libre, no lo dudes, que si no tenias qué comer eras muy libre de pasar hambre. Pero si pretendes conservar tu libertad, tendras que jorobarte y luchar, porque si no, Jack, vendrén, te atrapardn y te trincarén vivo. Saquea sus casas, viola a sus mujeres, ompe sus ventanas, haz lo que te dé la wana, ¥ garrapateards tus obscenidades en. la [blanca pared de la prisién Interior. Tarde. El Oriciat, en las escaleras, no del todo visi ble, ensefta a casa. Su actitud es grandilocuens te, Roste estd sentada en el cuarto de estar con un recién nacido envuelto en una toquilla. Ra cuz, de pie, permanece en el vestibulo. Las dos mujeres han metido en la casa varios bultos mugrientos. 20 OriciaL—Y aqui arriba, encontrarin los dormi- torios. Hay dos dormitorios; uno grande y otro pequefio, En el rellano tienen el cuarto de bafio. En el solar donde acampaban no habia cuarto de baflo, —zquien les obliga a vivir aqui? RicuL.—Usted. Usted nos obliga. Los guardias x05 obligan —con toda Ja retahila de crios. OricaL—Calma, calma, Yo no soy policia, Mi Teme, seflora Sawney; ¢tengo cara de poli 2 cfa? Mire usted, ha ocurrido Io siguiente: Su antigua caravana ha sido condenada... legal- mente, quiero decir. Un tranvia cochambroso, cayéndose a pedazos, sin ruedas, sin venta nas, yo alli no me atreveria ni a poner cer- dos —con la lluvia colindose por los aguje- ros del techo y... porque... Ricii,—Era nuestro hogar, sefior. OrrctaL. Este os su hogar. Este es su hogar. ‘Tendrén que pagar alquiler, naturalmente; no mucho, desde luego. Conseguirén el importe facilmente, y si no, siempre pueden acudir a Ja Asistencia... Ya ve que... Porque ésta es tuna buena casa, Sélo tiene cinco aos. Como usted comprobara... (Se oye ruido de agua (que corre en el cuarto de baflo, en el que St- Ux se ha colado.) ‘OrrctaL—2Qué es eso? Ruido de agua que co- tre... ¢Dénde ha ido la nifia? Dios mio, esta fn ei cuarto de bafo. Eh, guapa, eh, pequefia, Zaué te has creido? No’ se puede andar ju: gando con los grifos; el agua inundaré toda Ia casa. (Sube al cuarto de ba‘io. Saux se escapa es- ealeras abajo y sale por 1a puerta de la calle. Et Orci cierra los grifos y comienza a bajar lentamenie la escalera.) OrictaL-—No lo entiendo. Palabra que no lo en- tiendo, A m{ me parece una casa estupenda. Yo nunca he tenido una casa como ésta, ¢se entera? ¥ tengo que vivir en un apartamento amucblado. Me gusta mucho esto. (Hay una pause.) RacieL—Col y Sailor ya tenfan que estar aqui coon la carretilla, ¢Por qué no vienen? Rost (nerviosamente, al Ortcrat)—Es que no podemos... gEs que no podemos...? Ortera.—zCémo dice, sefiora? Rostm.—Arriba, usted echa a la nifia, ella no ha. cia mas que abrir el grifo. 2Quién tiene que ecirnos cudndo podemos abrir el grifo? 22 OrrcraL.—Pero, gqué dice? Nadie tiene que de- cfrselo, El cuarto de bafio es suyo. Pueden usarlo cuando quieran. ‘Roste,—Entonces, zpor qué ha echado a la nifia? 'No ha hecho mis que abrir el grifo. OFICIAL —Si deja los grifos abiertos, se inunda- ra el piso. Roste—No es hija suya, no tiexe derecho a echarla, Sélo estaba jugando. Racue.—Ya tenian que estar aqui con Ia carre- tilla, Llevo esperando toda la santa tarde. Oricraz (sin saber qué decir)—Bueno, tengo que irme al Ayuntamiento. Les doy las Ilaves, cumplo con mi deber y menuda forma de agradecérmelo. (Va hacia la puerta.) Una tem- poradita aqui y se adaptardn perfectamente, sefiora Sawney. Ya vera cémo les gusta vivir aqui. En serio, ya Io verdn. (SuLLY entra co- rriendo.) ‘SALLY (muy excitada)—Viene, viene, Col viene, Col, Col, Col viene. (Se mueve de un lado a otro, bailando. Satton y Col entran por ta puerta de la calle, empujando una carretilla de fabricacion casera, consistente en un ca- jon colocado sobre las ruedas de un cochecito de nitio. La , Racist. se levanta brusca- mente y abre la. puerta. SaxtoR, tambaledndo- Se, entra en la habitacion y cierra la puerta de golpe, en las narices de Cot.) Stiton—Vamos, de una vez, embrijame, ti, fu- ia del averno; it (Va hacia ella apasionadamente. Forcejean. Caen juntos y se vuelcan por el suelo, lanzando alaridos.) Sinuy.—Mam4, mam4, ¢qué pasa? Rosin Sailor y Rachel. Eso es lo que pas, cic mio. SatLy (alegremente)—Le romperd la cabeza, ca que sf, mam4? El viejo Sailor se la romperé, gverdad? La rompera, ¢eh? Rosis—Estaré ensayando. Lo haré tarde o tem- rano. (Se abre ta puerta de ta calle y entra Brack. MouTm cautelosamente. El gramdfono ha dejado de sonar.) Buacenoumn (a alguien que estd fuera)—Aqut es. Espera, voy a asegurarme, (Entra en el ves- tibulo.) E-eyl, ey! Con (mirando hacia abajo y reconociéndote)— iey! Buicmioom (con entusiasmo)—Col, chico, mi pe- quefio Colly. (E-ey! (Rost fe oye 9 escucha, tensa) a Con—Nos hemos bebido unas cuantas jarras esta noche. (Ricuet aparta bruscamente a Sattor, que se desploma haciendo crujir la puerta. BLACKMOUTH mira interrogativamente a Col.) Cou.—Sailor y Ia gorda Rachel. BLickuoUTH.—Ove, Zest Rosie con vosotros? Cou (chasquea los dedos, sehalando la puerta del quarto de estar)—Rosie. BLickwouri.—e Aqui? Con que sf geh? Pues va- mos a saludarla. (Abre la puerta de un em. pujén y se apoya alegremente en el dintel.) Ah, mi linda Rosie, aqui me tienes. (Siitor sale del dormitorio y se queda en to alto de ta escalera.) Roste (hostil) Estoy dando de comer a los ni- nos, No te queremos aqui. Buceuoura (muy amable)—zAh, no? Rosie (temblando)—Por mis muertos que no. Sauy.—Mamis, éste es mi pap. Bliceuouma (saca del bolsillo unas hierbas de to- millo)—Si, Sally, soy tu papa. Mira, mira lo que te he trafdo, un poco de tomillo, para ti. Viene de Londrés, conmigo, todo el camino. ‘Toma, cégelo, todo el camino, de Londres aqui, para Sally... (Lanza las hierbas por el aire ¥ la nifia salta, tratando de cogertas.) Snuix—Damelo, démelo, dame. Bucrwovri—Pero antes tienes que cazarlas. Venga, pequefia; salta, ahora, salta; di, 2dén- de ha ido? (SaLLy consigue coger el tomilto.) ‘Salty—jAzaah! Te engafié, ya lo tengo. Yuuupi. ‘Me gusta que venga mi papé. Rosie (con amargura)—Pues serés la ti (Sator baja las escaleras, seguido por Ractet, que va al vestibulo y se pone a mirar por ef ventanuco de la puerta.) Sartor (en la puerta del cuarto de estar) —zEsté aqui? ¢Ha venido ese zorro italiano, ese hijo- puta de la boca negra...? Buicraount (sonriendo)—Si, estoy aqui. Mi bue no y viejo Sailor, siempre el mismo. Venga, 42 hombre, ya te has bebido tres jarras, Col dos, y ami nadie me ofrece un trago. Vamos a ca Jentarnos un poco la tripa, geh? ‘Samtor (duro)—z Qué estas haciendo aqui, Black- mouth? Brackwoura—Ah, ah, ah, ah, ah. Pero, gqué pasa aqui dentro? Llevo fuera mucho tiempo, 20 no? Y hace mas de tres dfas que no como. Mi- rar: alimenta a mis hijos de maravilla. A ellos Jes da exquisitas langostas; sin embargo, no hay nada para el podrido Blackmouth. Claro, no es mas que su padre. Racuri.—gPor qué no le das de comer? Viene de la carretera, Hace un frfo que pela, no Bucnuours (jovialmente)—Ay, mi vieja Rachel Rhett (dura)—zA quién te has traido, Black- mouth? Buaciwourn—z Eh? Ricie.—Te pregunto que a quién te has traido. Has delado a dos fuere, en Ie oscuridad. Biacrwoumn (apurado)—Ab, sf, ellas... Bracewoura (apurado)—Ab, sf, ellas.. (Cot. trae lun puchero con estofado, que Biackwoura Co- ge.) Esto es lo mas importante, Col, la comi- da, para un hombre. jAjajél (come voraz. mente.) Suto (acosdndole, amenazador)—i Quiénes son? Buicmuoura (con afectada normatided).—Si, eres tuna gran cocinera, Rosie... Esas dos... pues... tuna es la vieja Croaker. Me la encontré en Macclesfield. (Mira de reojo a Roste.) Daffo- dil viene con ella. (Rosts le arranca el puchero de las manos y $6 lo arroja a ta cara.) Bracawovms (cubriéndose)—E-eey. Rosie, estate quieta. Ross (blanca de ira)—¢Has traido a Daffodil? BuAckyouta (contemporizando)—Bueno, ¢y qué? Mira; las perseguian en Macclesfield, ¢ sabes? 4B De pronto, por casualidad, me encuentro con ellas en la carretera, la vieja Croaker medio chiflada, ¢dénde iban a ir? ¢Qué iban a ha- cer? Porque Daffodil... Daffodil... enferma.. Yo no sabia que... que estaba enferma, Lego nos encontramos con una pandilla de esco- cceses, ya les conoces, Jacky Fa y el tuerto, fue una suerte; nos trajeron en su carreta, Mevamos de viaje... desde el martes, nos dijo que os habfan dado una casa, para vivir aqui, caliente, con techo y todo... Ahora no podéis echarnos. Figurate lo que seria, Daffodil cada vez peor... Noches de viaje y... Hemos llega- do hasta aqui en un carromato. Enfermos, vo- mitando cada milla. ‘Sattor (arin duro)—Dile que entre. Biacewourit (aliviado)—Ya, tienes habitaciones de sobra. Lo suponta. Samon—Blackmouth, bocalista, ¢verdad? Va- ‘mos, tréetelas, Bracmwovru (abre ta puerta de ta calle y sale, tla- méndolas)—jEh! jEh! Entrar! Cou (con lasciva anticipacion)—Esa es Daffodil, no? Muchachos, he ido hablar mucho de lla. Es Ia que... va, ya, ya. ‘Samon—Que no nos traiga lios, te lo advierto. Ab, no..., no en casa de los Sawney. RacHEL.—Que entren todos. Si cobijamos a és- tos, si les sacamos de la carretera, gpor qué no traer a todos los demas? A ver, ¢quién ne- cesita venir? (BLAcKMoUTH hace entrar a la vie- ja Croaxer y a DarFooIL, que ilevan varios bul- tos. Darron. parece débil y enferma. RAcirL ‘se acerca a Saludarlas.) Aqut tenéis a la vieja Croaker. Boba y medio sonada, pero con una pala podré meter Ja lefia en el sétano, ¢ver- dad que si, encanto? Roste (fria)—Me han dicho que eres Daffodil. ‘Me han dicho que estas enferma, Darroou.—j Quién eres ti? Roste—jBah! No te preocupes por mi nombre. Yo no cuento, ¢verdad, Blackmouth? 44 Buacwours (molesto)—No te hagas la mértir. Es Rosie, Daffodil. Ya has ofdo hablar de ella. Darropu.—Rosie. Ah, sf, Rosie, (Se rie, veneno- sa; se vuelve a Biackwourt.) |No me habias dicho que elfa iba a estar aqui! Bacxwouri.—Vamos, vamos, Daffodil. Darroo1t (histérica)—iNo me lo tabias dicho! Eres un sinverglenza hijo de perra, no te mereces otro nombre. Mirame, estoy muy en- ferma. Tiemblo como el viento dal oeste. Biis- came algin sitio donde tumbarme, Black- mouth, 0 me desmayaré sobre ti otra vez. (Se aciurruca en el suelo, temblendo. Cxoaxer estd rebafiando el perol.) Brackwours.—Le buscaremos una cama, 10 os parece? ¢Dénde puede acostarse? Ricuet.—Arriba. Hay una habitacién que da a Ta calle, Col duerme allf. Supongo que no Ie importaré. (Cor se rie.) Buackwoumm (con burlona admiracién). — Claro que si, arriba estard de maravilla. (Tendre- mos una habitacién arriba, Daffodil! Vamos. Hacer un hueco para ella. Tit puedes dormir en el pasillo, muchacho. (Coge la botella que tiene Cot y Se la da a Darroort.) No dejare- mos ni gota, ¢eh? Aquf abajo. (Sube las es- caleras con ia botella y ta mete en el dortni- torio pequefio.) Cnouxer (canta): Tom, Tom, Tom, el hijo del gaitero, tocaba su gaita cuando era joven, y todas las canciones que s@ sabia hablaban de colinas y de lejanas tierras. @D6nde esté Blackmouth? ‘RAcust—Acabate el puchero y céllate. ‘Croncex.—Menuda es mi nifia, mi Daffodil. Me. nuda es. No se Ie pone nada por delante. ¢Sa- béis dénde fue al Wegar? A la estacién de Po- Yicia. Ya veis. Alli se plant6. ¥ dijo: «Yo la- varé su cochino suelo», eso dijo, y se plant6 y an, pan, pan, pan, eso les dijo. ‘Sarton —Que no se le ocurra armar Hos aqui. 45 (Crome —Plantada alli, en mitad de la comisa- ria, encarandose a todos esos polizontes ma- cas, Pan, pan, pan, pan. Ella, mi nif, mi nifita, BLAckwoums (acostando a Darroor. en un colchén en el suelo)—Ti ahora te quedas aqui, asi tumbate. Y mafiana como una rosa, ¢eh? Sana y fuerte. Darroo1l.—No me habjas dicho que ella estaba BLAckaovmil (impaciente)—Por lo que més quie- as, Daffodil, Rosie, Rosie —hace mas de dos afios que la planté—. ¢Se puede saber qué es lo que te preocupa? Darropn.—Ahora escichame, Blackmouth. Co- ‘nozco tus trucos, los conozco. ¥ a mi no me Ja das. Tit has venido aqui por esa Rosie, Si no estuviera tan pufleteramente enferma, me habria dado cuenta antes. Bigqaioum—Pues te jaro que no sabia que es taba, Darroou.—{No me digas! Si no me cuelgo a ti como un amoroso candado, no me llevas con. tigo. BLAckwours.—Ti sabes que hay algo més. Darroou.—Si, hay més. Y ya me dirds qué es. El mejor modo de no molestarte es que nos Ieves contigo, ga que sf? Yo lo sé. Biaccuount (agriamente)—Si piensas asf, voy para abajo. Nos quedaremos con la botella Darropn.—La necesito. Te juro que estoy tem- blando, Buacawovm (yendo hacia la puerta)-—De acuer Darroon. (con seriedad)—Mira, Blackmouth. Me siento sin fuerzas para seguir discutiendo. Pero recuerda esto: el candado esta bien ce- rrado. (Bucewours grufie, sale de ta habitacién y baja ta escalera, En el cuarto de estar se en- ‘cuentra con Race.) Bisckuour (en una parodia de coriesta)—Arri- ba, abajo y bajo el sobaco de mi dama. Los Sawneys con una casa. «Mamita, ¢puedo to- 46 marme la libertad de ir a pasar unos dias a tu confortable apartamento? Gracias anticipa- das, mamitay. (Pasa frente a RAGIEL y entra en la habitacién.) Hola, Rosie. Rosts—Ah, no. No me toques. Buackwouri (déndole la espalda y volviéndose a ‘Sattor).—Necesita un médico, ¢sabes? Sattor.—z Qué la pasa? Biaccwouti (encogiéndose de hombros)—Fiebre y... Por los clavos de Cristo, no lo sé. SatLon (enfrenténdose a él, con dureza)—Riete si te da la gana, pero este es el sitio de los ‘Sawney. Hace ya mucho tiempo que te sepa- raste de nosotros, Blackmouth. Buackuoura (con injulas)—No te apures. Pron- to continuaré mi camino. Yo no queria que clla se pegara a mi, para que te enteres. Tam: poco la vieja Croaker, pero... CRonkeR (canta)—En su sombrero lleva pren- dida una hojita de verde sauce. Cnoaxer Salty (cantando juntas)—Lo leva por ‘su verdadero amor, que esta lejos, lejos. Bracxwouru.—Pero qué puedo hacer con ellas, dime. Ademés, tt: no sabes a quién se lo va a contar. CKoaKER—Busca a todos los viejos amigos y cuéntales Ia vieja historia. Gudrdate, lan, lan, Jan, patatas fritas, lan y lan, lan, una botella, Tan, lan, de cerveza fuerte y todo, lan, Jan, fambién, lan, len. Mierda, qué dias tan marat villosos. (Desgarra un trozo de tela que ha encontrado en el suelo.) RacuEL—Eh, ti, deja eso. Croaxer (complaciente)—zNo pueda romperla? Bracknourn.—Y luego esta Io otro. Me buscan fen la carretera. Yo estoy siempre en Ia carre- tera, geh?, geh? ¢A que nunca me buscarén en una casa? (Empieza a golpear con el pufio las paredes y el suelo.) Paredes, ¢lo veis? Te cho, ¢lo veis? Suelo. Agérrate a esto, aqui, en- cerrado y a salvo. Racuel.—j Quién puede buscarte? ¢En donde? 47 Brackmouta (haciendo gestos de desequilibrado). Esta vez me han tenido dos afios a la som- ‘bra, Pero les di para el pelo. Me escapé. Dios —esta vez fue répido— Ra, ra, ra. (Empieza @ dar patadas, golpedndose el pecho como un epiléptico.) Tienen un tornillo azul para suje- tar candados. Candados para pobres mucha- hos. Pero se acabé. Mira sus ojos, mira cémo Jes sale el alquitrén caliente, Ia ‘negrura es- pesa de la sangre. Ss. Ss. Que se pongan a buscarme. ¢Eh? Yo les diré dénde. Cot, (entusiasmado)—Vaya, vaya, vaya, les diste su merecido, ¢eh, Blackmouth? ‘Sattog (amenazador)— éTe estds Uamando ase. sino? Braciwours.—z Eh? SaiLor.—Ese &3 mi nombre, Blackmouth. ¥ yo no apesto a zorro, ya lo sabes. Racuet.—Calma, Sailor. Sartor (apartdndola).— {Déjame en paz, si pue des! Asi que ti estés en mi casa, Blackmouth. Ten cuidado con lo que haces. Mucho ojo con meterte con Rosie, mi Rosie. Mucho ojo. (Buscwouru se vuelve con mirada desafiante, va a contestar a Sattar, pero lo piensa mejor 3 contiene su hostitidad.) Buaceuours.—De acuerdo. De acuerdo. RACHEL (a Sailor)—Y gqué pasaria si vinieran tras él? Simtox.—Nadie persigue a nadie en el hogar de los Sawney. Nadie. El tinico asesino aqui soy yo. Que los demés encierren sus marineros proa, que yo encerraré a los mfos. Rachel, puiietera lepra, sube a acostarte. (Sube tambaledndose al dormitorio grande y Rau fe sigue.) Biscrwour.—Rosie. Roste.—Lérgate de aqui. Los nifios y yo nos va- mos a dormir. (Indica a la vieja CRoaKER.) Llé- vatela, Biacamoumm (tranguilo, pero amenazador)—Co- ‘mo ti digas, mi vieja Rosie, Vamos, Croaker, este es tu sitio. (La mete en la cocina.) Como 48 ta digas, mi vieja Rosie. Venga, Col, mucha cho, ¢dénde esta esa botella? (Biackwoura y Cor. se sientan en el retlano de la escalera con una botella en la mano.) CoaxeR (cantando, en la cocina): Un afio y un dia se pasé buscando a su verda. [ero amor, y cuando vinieron a colgarle de la horca grité: «Dénde esta mi verdadero amcr. Ay, tan Lejos, tan lejos...». 49 Escena cinco CANCION. La pared que levantaron para no dejarle (salir sirve también para no dejarles entrar. Por eso, cuando aporreen con sus zarpas procura’ estar levantado, {a pared Exterior. Mafana, Cot. estd sentado en el porche de tos Sawney. Junto a él, Buackoum esté asomado a una ven- tana, DoREEN sale de la puerta de su casa vesti- da con su uniforme de trabajo. Tras ella, su ‘madre aparece en el umbral. DorzEN—Adi6s, mamé, ‘Sea. Tacxson.—Doreen, te dejas el impermeable, DorsN—Hoy no Io necesito, mamé; no Iueve. ‘Ska. JacksoN.—EI parte meteorolégico ha dicho.. Dokrex—Bueno, el parte meteorolégico... Ska. JacksoN.—Haz Io que quieras. Pero si Ilue ve esta noche y tienes que estar diez minutos esperando el autobiis, no me vengas luego con que no te lo he advertido. DonseN.—Esta bien, mamé, como quieras, pero répido. Voy a llegar tarde a la tienda. La se 50 ‘mana pasada el sefior Holroyd me lamé dos veces la atencidn. (Arrebata el impermeable a su madre y comienza a andar de prisa. La st- Nora JACKSON cierra 1a puerta de un golpe, mientras Doneen se vuelve y dice.) jAdi-0.0-6s! Bircuwouta (imitdndola con torpeza)—Adroo-s, Cou (chistdndote, para que se calle)—jChist! Eh, nifia DoREEN (nerviosa).—Perdona, voy a llegar tarde... Cot, (adelanténdose)—No le hagas caso; es un Puerco, un gitano entrometido, eso y mucho més, ¢eh, Blackmouth? ‘—Col, que no te vea mi madre hablan- do conmigo; no hace més que repetirme lo mismo. Cou—¥ qué... DokzeN—Por favor, Col, no. Cot.—Esta noche, ya verés, nos vamos al baile; dice que... ‘DorEEN.—Bueno, Col, pero... Cou.—En el Pally. Dorzex.—No lo sé, Cot.—Estaré alli. Di que vas, que vas con tu amiga... Sheila, ¢no? ¢Eh? Dorsen.—Col, voy a legar tarde a Ia tienda. Cou (volviéndose at porche)—En el Pally, de acuerdo, ¢te veré? ‘DoREEN—No lo sé. (Sale precipizadamente.) Braccaoums (aconsejéndole)—Acuéstate con ella en un pajar, que te arafie en Ja paja. ¢Eh? Qué me dices? Eh? Cot (considerando To que le dice Buacewovra).— Si. Por qué no? ¢Eh? Por qué? ¢Qué te has crefdo, Blackmouth? Biaccaourn (cant. Si quieres ser soldado, debes aprender a llevar el fusil, a marcar el paso y a combatir, Y también a darte la vuelta y echar a correr, A por ella, Col, muchacho, 51 El camino pasa por el pais de Flandes, El camino bordea Alemania, Pan pararan, pan pero Pan pararén, pan, pan. Ella te volverd educado y amable. Cou (con admiracién) Si? 2 Ti crees? 2Lo crees de verdad? Eh, ¢Blackmouth? Si, estoy seguro, Tit has estado en el Pallies, geh?, ¢has ido a bailar? Brackwours.—Claro que si. Cou.—Ella no es como las otras... Ah. No sé, no sé... Ya es hora de que me vaya a traba- jar. Qué hora es? BLackaiourn.—No Io sé. Cot.No puedo perder el tiempo asi, viviendo en esta pocilga. Todas las horas del dia son iguales aqui. Me dijo la semana pasada: «Si Megas tarde otra vez, te despido». Dijo: «¢No miras el reloj?», Yo dije: «No tenemos reloj». ‘iNo me digasl», Yo dije: «Dénde est4 mi tartera? (Buackaoura le acerca por ta ventana una tar- tera, que Cot mete en la mochila, junto con una botella de té frio.) Biackuours.—Muchacho, tu té frio. jBebida de hombres para un trabajo duro! Cot.—Estd bien. Esté bien. Hasta la vista, Black: mouth, ¢Esta el doctor todavia arriba? Brackwouri.—Si. Cor—Tarda lo suyo, geh? Crefa que Ie ibas a decir a tu Daffodil que se va a poner mejor. Buackwoura (gruftendo)—No creo. Cou—De acuerdo. De acuerdo, Hasta la vista. (Sale por ta calle, dejando a Biacxwourn en ta ventana.) 52 Escena seis CANCION La profesién de médico es algo glorioso: Devolver a los muertos la wan © Pero a algunos nadie les libra de morir con un cuchillo de cocina. 1a profestén de médico es una profesion : Tpelisrosa, Porque, ¢quién puede asegurar ae’ el Dolo y al ssqulto ae se man tienen de pie y pasean pascarén donde ellos pasearon aates? Interior. Mantana, Sarton y Racwst estén durmiendo en el dor mitorio grande. xuOUM, repantingado caprichosamente en él vestibule. En el dormitorio pequefio la Doc- 20m toma el pulso a DArODIL, gue std avostar la, con un termdmetro en ta boca, CROAKER Tricada en um rincdn, gine 9 arranee a’ tras un pedazo de periddico. La DoctoRA coge el ter- mometro y to examina. ocToRA (4 CRoaKeR)—Por favor, ya le he dicho 33 que salga de la habitacién si no puede estarse auieta. CxoaxeR—, Quieta? Doctora—Si no puede estarse quieta. Cxoaxex—Es mi hija, zsabe usted? Ella, Doctora—Va me Io ha dicho. Gronks —Usted es el médico, ¢verdad? Médico. Docrora—Soy el médico, ‘Croaker—Ee, ee, una mujer médico. Mujeres policias y ‘mujeres médicos. Una ya n0 sabe adénde vamos a llegar, Creo que iré a alistar. me; ¢qué le parece? Usted da la talla. Doctora (escribiendo una receta)—Que tome dos de éstas cada cuatro horas. Ctoacse.—Talla. Doctora—Dos de éstas. Son tabletas. CroaxeR.—El se lo dio en un frasco, antes, él se Jo dio. No le dio nada de eso. Docrora—zOuien? Croaxer—E] meédico. Doctor —z Qué méstico? (Croaxer se chupa los dientes y se pone en cuclillas.) Darrooit.—Eso fue en Macclesfield. Doctori—Bien, no quiero saber nada de eso. Durroo1.—Pero ocursié después de pescatla, sa- be, en la carretera. Después de pescar la en- fermedad, doctor. DocraRi-A usted no le pasa nada, Se curaré ‘con unos dias de cama. Croats —Pero bueno... Si ella esté muy malta, doctora, Docrora.—Unos cuantos dias en cama. CROMER —Muy malita. Se pasa el dia vomitan. do. Deberia usted verla Docrora (a DarropiL).—De todos modos, después tendri que reconocerse. 2Esta usted casada? (Ceoixen suelta una carcajada) Bien, con quien vive? 2Quién més hay en la casa? Cxoaren (rny” divertida)—Lo dice por Black ‘mouth, Casada. Ja, ja, Blackmouth. Doctora.—Por favor, tranquilicese. Darron. (agobiada)—Aqui, doctora, aqui... La 54 ‘gente que hay en esta casa... me echarén a la calle, me jugeria el cucllo. Lo harian, sabe us- ted, Si, Digales que estoy enferma de verdad. Ande, digaselo, Digales que si me -mueven de aguf, me moriré, Docrori—No tengo que decir nada a nadie. Us- ted no tiene mas que un catarro benigno. Qué- dese dos dfas en la cama y después podra Ie- vantarse. Sino acaba de encontrarse bien, venga a verme el lunes a la consulta. (Sale va hacia la escalera. CroaKer estd de pie en al rellano, La Doctors se dirige a ella.) Esta casa es algo horrible, zse da cuenta?; todo sucio, patas arriba, horrible. Mire esta habita- cién, Pretende set una alcoba de enfermo, qué porqueria. (Baja las escaleras, BLackmoumt se acerea a ella, obsequioso.) Biackwour.—¢Se encuentra ella bien, doctora? Doctora—¢ Quien es usted? Brackwoutit (evasivo)—Yo... Yo soy solo... ¢Se encuentra ella bien? Doctora—Se pondra bien si se alimenta adecua- damente. No tiene nada grave. ¢Trabaja esa chica? Biackwoumm—Si, sf, De vez en cuando, Doctors—zEn qué? Buackwour (untuoso)—Bueno, no hay por qué Iamarlo por su nombre. Usted ya me en- tiende... En la calleja, junto a la pared, sube, baja o se estd de pie. Ya sabe... Tenemos que vivir, doctora. Docrora.—j Usted trabaja? Brackwoumm (ain evasivo)—Que si yo... Cada ‘uno vive su vida. Mire, usted es médico, cura a la gente. Ella pronto estaré mejor. ¢ Verdad, doctora? Doctori.—No tengo la menor duda. Sattor (despertdndose)—Quién es; jhay alguien en Ie casal 55 RacueL (desperténdose también)—Duérmete, es el médico. Sarton —Un médico para esa Daffodil. Racue.—Eso es. Ya va siendo hora de que se cure. ‘Sattor—Hora de que se cure y de que se Iar- gue. (Grita dsperamente.) iCirela, doctor! DoctoRa (sin darse por aludida)—Inmundo. Es- toy espantada por el cuarto de bafio, espan- tada. Esta casa es completamente nueva. De- beria usted saber cOmo dar a todo esto el trato debido. (SauLy sale de ta cocina y mira a ta Docrona. Roste aparece, nerviosa, en la puerta de la ha- bitacién, con él recién nacido en brazos.) Sauiy,—Papé, cella es el doctor? Doctors. —Si, yo soy el doctor. Snuty.—iEeceee, Docrora (a Braciwovrn)- Bracwour—Si. Si, sf. Doctora—Entonces’ su madre es la que esta arriba. Brackwourm.—Pues... no. No. Roste—No, no es ella. Su madre soy yo, y a usted ¢qué le importa? Docrora (mirando fijamente a Sattx)—y Cudnto tiempo hace que tiene esos granos en a cara? (Silencio general.) No los ha visto el médico de la escuela? Porque te habré visto el mé dico de Ja escuela, ¢verdad, nifia? Supongo que va a la escuela, Vas a la escuela? (Silen- cio.) ¢Por qué no va a la escuela? Roste—zA qué va a ir a la escuela? Alli no las ensefian nada. Alli las pegan. Eso he ofdo. Las hacen dafio. Cuando ¢s hora de jugar y dor- mir, por la noche, ella tiene que coger su Ii ‘bro de lectura, No consentiremos que Sally vaya ala escuela. Ah, no. Ni hablar. No caeré bajo sus garr Doctora (renunciando)—Ustedes verdn, eso no de mi incumbencia, Roste—Claro que no. Doctora—Pero se le pueden curar los granos. 56 Es hija saya? Hay que cortarlo antes de que se extienda. No entiendo su actitud. En los tiempos que vi- vimos. La casa con este aspecto, la nifia ne- cesita cuidados. ¢Para qué cree que existe el Health Service? (1), ¢Por qué no la Heva a la clinica de nifios? Le voy a dar la direecién: ‘eng. (Entrega a Roste una tarjeta.) Rosiz—¢Para qué la queremos? Docrors.—jAy, Dios mio! Bueno, bueio..., usted verd lo que hace. Buenos dias. Bujckuovmi (educadamente)—Buenos dias tenga usted, dociora. (La Doctors sate y en seguida oimos, fuera, et motor de su coche que arranca, Rost mira la tarjeta, indecisa, y Ia tira al sueto,) ‘Satty—Mamé, ¢ tengo que ir a la escuela? Rostz—No, cielo; no tienes que ir. SwLtx (asustada)—jNo quiero ir a la escuela! iNo quierol jNo quiero ir! Buacxmouni (indulgente)—Vamos, Sally, ¢ quién te va a entregar a la escuela? Nadie va a man. arte a la escuela, Antes tendran que pasar por encima de mi cadaver. Ti deja que se las entiendan con tu papé, ¢eh? ¢Qué te parece? Rosie (con sorna)—Si, equé te parece? Busckwours.—Vete a la habitacién de abajo, Sa- ly. Quiero hablar con tu mama. ‘Sux—No voy a ir a la escuela. Biackwours (furioso)—Nifia, vete de una vez. jLargo! (Saity entra en la cocina de mata gana.) Brscwourn.—Me ha dicho que Daffodil esta me- jor. Rosie —Si ella lo dice. Biackwours.—Si... Ya sabes lo que eso significa, verdad? El viejo Sailor nos echaré a Ia calle, El asesino. Eeey. Sss... No me fio de Rachel Rostz (con sorna)—Con que Rachel, ¢eh? (2) eHealth Services: iteralmente, Servicio de Salud. Or wlntacion social do carter samiation (Vs del T) 37 Buscxwouni—Bueno..., ella cambia de opinion de un dia para otro, ella, Rachel. Nos utiliza para mortificar a Sailor. Eso es todo. Roste—Ya. Bracxwovru (apasionadamente)—Mirame, Rosie, wun imbécil de mierda. No quiero un ligue como esa Daffodil, sobada, de segunda mano. Basta ya, Dios, pase lo que pase. Te quiero a ti Rosie (amargamente satirica)—Ya, ya, ya, ya, ya, con que si, ¢eh? Es la tercera vez que éf ime dice esto. No os lo perdais. De la primera vez, salié Sally; de la segunda, Geordie; as{ que pera tu tercera vez... Muy’ bonito. Aqui, fen esta casa con suelo sélido, s6lo se te oct re berrear para... ¥ después, ¢ qué? Buicewoum (descorcertado).—Pues.... después. nosotros. Rosiz—Pués después nosotros nos acostamos. Y ti te limpias tu cochino morro con el revés de la manga y dices: «Sf, sf, mi vieja Rosie, no dirés que Blackmouth no sabe amartes. Y ppasan dos afios. Y vuelves; y aqui me tienes con otro pequefio Blackmouth sentado en mis rodillas. Y vuelta otra vez. (Y vuelta otra vez 2 por el néimero cuatro! Bisctuours (tembioroso y agitado)—No debes hablarme asi. Sacas a los hombres de sus ca- sillas, te lo juro. Acuérdate de la iltima vez. (Biase vuelve) Mira, Rosie: esciichame. Va monos fuera de aqui, ahora mismo. Te vienes conmigo. Antes de que Daffodil pueda poner- se otra vez de pie, nosotros estaremos Tejos, Viajando; y ni ella’ ni nadie sabra nunca dén- de estamos. Vamos, vamos, Rosie, ahora. (Gattor sale del dormitorio y se’ detiene en 1a escalera.) Roste (dudando, a su pesar)—Estis mintiendo... Biacewouri—No. Te quiero, Estoy harto, ham. briento de ti, Rosts—No piensas lo que siguen los guardias. 58 s, Ademas, te per- Bacwouru—Me importa un carajo todo eso. Rosie, {quieres venir? ‘Sattoe.—{Blackmouth! Buackwovrn.—z Si? ‘SarLor.—Te he ofdo, he ofdo tus sucios trucos de zorro. Ahora esciichame. Dices que te bus. a la bofia: de acuerdo. Pero si hablas una pa- labra més con mi Rosie, te vas a toda leche de aqui. ¥ tui solo, Allé te las entiendas con os muertos de hambre de la Policia. Bracxmourn (cada vez mds agitado)—No debe- fas hablar asi, Sailor. ‘Sartox—Hablo como me da la gana y a quien me da la gana. BLACEMOUTH (con rencor, cuchicheando)—No me dan miedo los guardias. Me dices: ; muy bien, muy bien... (Va hacia fa puerta de 1a calle.) Los Sawneys, ¢eh? Buenos amigos de todos, ¢verdad? Ya se lo diré a los mucha- chos de la carretera, se Jo iré diciendo. Sss. Ssss... Buenos amigos, buenos amigos. Yo les diré a los sucios muchachos... (Sale temblando, agitado por espasmnos.) Racuet (que también ha salido al rellano), pléndido amanecer!, ¢o esta Ioviendo? (Smay sale de la cocina.) ‘Sstuy—zDénde ha ido mi papa? Rostt.—Ha salido, cielo mio. SiLx.—Quiero que vuelva, mam. Rosie —Anda, cillate, Sailor, es posible que vuelva. Smuor.—iBah! No es mas que un puerco ita- iano. ROsiE—Me destroza los nervios. (CroaxeR sale del dormitorio pequento.) Croarer—jFeech! jEech! Que quiere su al: muerzo. RiciEL—{ Qué dice esa vieja? CRoAKER—Su almuerzo, Elia lo quiere, Racurt.—g Almuerzo? Croaxer—Almuerzo, Mi Daffodil, mi hija. Lo quiere. Aaah, aaaah, aaaah... Es. 59 Escena siete CANCION Ay, gpor qué ries, por qué loras Y Por qué te paseas ti solo? Estoy buscando una mujer alta ara que sea mia, sélo mia, Interior. Tarde. Darropi. duerme en el dormitorio pequeno. CroaxeR, agazapada a su lado, come un mendru- go de pan. Vemos a RacurL y Tackson saliendo de 1a cocina hacia las escaleras. JACKSON estd nervioso y trata de disimular hablando ruido- samente, Racusl esté tranguila y silenciosa. Jackson (en la mitad de una historia)—Bueno, ‘yo me daba perfecta cuenta de que él preten: ia imponer su graduacién sobre mf, ya sabe. Se hacfa el fuerte, presumia de macho. Le «Sargento Hipkinson», le dije: «Aqui puede usted ascender. (Se toca la parte supe. rior de la manga.) Pero hay otros puestos»; le dije: «Puestos privados, puestos civiles, en donde también se puede medrars. No, eso no es verdad, le dije con mala uva. Se lo solté en el momento justo, «Hay otros puestos pri- 60 vvados», Ie dije, en donde medraremos. Ni ha- blar, tampoco ‘se trata de eso. Vaya, he olvi- dado lo que le dife, ahora resulta que no me acuerdo; esto se pone feo, se mire por donde se mire. ¢¥ sabe usted lo que me dijo él? Me dijo: , dijo. Me- nuda, (Se rie con estruendo agarrdndose al pasama- nos de la escalera. CxoaxeR sale del dormitorio.) Groaker—Sss, 85, sss, sss. (Est dormidal ‘(Entra de nuevo en el dormitorio.) Jackson (alarmado)—¢ Quién es ésa? Racus.—La vieja Croaker. Tacssox—Me dijiste que no habria nadie. Racist —No hay nadie mds. Solamente ella y ‘su Daffodil. ‘Tacisox.—Su qué? Racus.—Venga hombre, no tengas miedo. . Ja, ja. Bromas graciosas, But. Sra. Jacksox.—Bien. Tan malo o pear era aque. lo para mi. Tacksox.—Si, Y cuando Ia tltima Corporacién decidié trasladarnos aqut y proporcionarnos 1 ‘una casa nueva, ¢qué pasé entonces? «Me pa- rece completamente errénea la decision de me- ter a toda esa gente de Balaclava Row en unos sitios tan bonitos. Me han dicho que esa gente emplea las tapas de los retretes para marcos de cuadros y ademés... Bla, bla, bla». Quieres empezar otra vez todo esto? ‘Sea. Jacksox—No, Ben. ‘TncKsoN—|Muy bien! Pues si avisas a la Poli- ‘efa, todo volvera de nuevo. ;Doreen! ‘Sra. TAcksox.— jDoreen! Pero, qué estas hacien- do alli arriba? (Entra en la casa. Jaccsox, en el porche, pen- sativo, se mueve de un lado'a otro.) JacksoN—Y, para colmo, hoy es dia de colada. ‘Que Dios’nos asista. Carne fria para comer y Ja pufietera ropa interior anegando la cocina. (Racist sale fuera de su casa y arroja en el jardin una eacerola de desperdicios. Se miran. Racust escupe en Ia tierra 9 después se rie.) ‘JACKSON (siniestramente)—Muy bien, Pero se lo advierto. Ricuet.—gMe advierte el qué, sefior? IneKSON (Vendo hacia ella y bajando la voz) — Una cosa soy yo y otra... No voy a aguantar sus juegos con mi hija, Racusr.—¢ Juegos? JACKSON —Si, juegos. Al jovencito, pregintele qué ‘juegos, RicueL.—¢ Col? ‘Tacksox.—Se Hama asi? Pues digale que procu- Te no cruzarse en mi camino, Eso es todo, Racuet—gY qué haré si se cruza? ‘Tackson.—No soy tan viejo como para no poder ensefiarle algo —ah, no—; hace mucho tiem- po que no me quito la chaqueta, pero por Dios ue si yo. RAcHEt.—Col es mi chico. IncKSON—zCémo? zCon que si, ch? Bueno, esto ya es el colmo, la gota que colma el vaso. Tu hijo, Debi de haberlo supuesto, Bueno, no puedo decir que me sorprenda; en absoluto. 92 Esté muy claro de qué sucios charcos chupé sus modales, Puut. {Tu hijo! Racte.—¢ Ah, si? Pues no sélo mi hijo chupé los modales de esos charcos, gesta claro, se- ior? ‘Taexson.—eQué quieres decir? Racuet—A ti te gusta lamer en un charco o dos, ‘i, una y otra vez, ¢verdad? Johnny Jackson, Johny Jackson, deberias tener més culdado cuando recorres las callejas de la ciudad sin guarda ni gufa, muchacho. ¢No sabes Io que se dice de ti? TacksoN (retrocede)—eLo que se dive? Racus (alegrdndose)—eTe das cuenta? Toma charcos. Hay toda clase de pies que pueden pisar los charcos, va sabes. {No te ensefiaron nada en el ejército, Johnny, todes esas puti- las extranjeras que ti tenias? ‘Tackson (aterrado)—Pero, ¢qué pre:endes? Racie. (canta): Tenia que habérmelo advertido antes de in- quietarme. Y todo por el amor de Ia encan- tadora Rachel. Ay, Johnny Jackson, ta, pobre y fastidiado animal, ti. (Entra en ta casa, riendo.) TsCKSON (muy asustado)—Eh, eh, espera un se- gundo, espera un segundo.. (Doreen sale con prisa, alegre, y va hacia ét.) Doaeex.—Hola, papé. Por fin estoy lista. Fijate, soy una perezosa, TacKson (volviéndose a ella, atin aterrado)—¢Eh?

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