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MANUAL DE PIADOSAS MEDITACIONES, EN DONDE NO SOLO SE MANIFIESTA LA NECESIDAD, QUE TODOS TENEMOS DE PRACTICAR LA ORACION MENTAL, Y EL MODO PARA HACER LOS EJEBCICIOS ESPIRITUALES ; SINO TAMBIEN COMO SE HAN DE PRACTICAR TODAS LAS VIRTUDES. ES OBRA DE SINGULAR PROVECHO Y DOCTRINA PARA TODO ESTADO de personas, asi eclesidsticas, como seculares ; y con especialidad para los que tienen cargo de almas. ANADIDO Y ENMENDADO CONSIDERABLEMENTE EN ESTA EDICION. CSacado a fax POR LOS PP. DE LA CASA DE LA CONGREGACION de la Mision de esta ciudad. CON SUPERIOR PERMISO. 2-0-0 BARCELONA: IMPRENTA DE SIERRA Y MARTI, enero d¢ 1832. Esta obra es propiedad de la casa de SIERRA Y MARTI, y 3¢ hallard cenal en su librerta plaza de S. Jaime. CENSURA DEL Rmo. P. FERNANDO GARCIA DE PALACIOS, de los Clérigos menores, predicador mayor de la real casa de la Petia de Calatayud, y de las del Esptritu Santo de Barcelona y MUY PODEROSO SENOR. Obedeciendo al mandato de V. Altesa, he lefdo con atencion y atili- dad mia, el libro: Manual de piadosas Meditaciones, con que desean en- sefiar la importante Prdctica de la oracion mental::: y demas virtudes los muy reverendos y venerables Padres de Ia Casa de la Congregacion de la Mision de la siempre Iustre ciudad de Barcelona; y habiendo si- do (por mi fortuna) testigo, por espacio de tres afios, de los frutos es- pirituales, que se cogen de la doctrina que ensefia el libro y su aposté- lica escuela; debo decir, que para venerarla yo como sdlida y segura, me basté ver, que sus autores eran aquellos venerables y doctos Padres de espfritu, que en la Metrépoli de aquel principado de Cataluiia han ganado tantas almas para Dios, y verla asimismo aprobada en su pri- mera impresion de dos doctisimas plumas de aquella ciudad. Por Io cual no haré mas, que arreglarme 4 su dictmen, asegurando 4 V. Alteza, que esta Prdctica es obra del agrado de Dios, utilfsima, para librar las almas de los lasos del comun enemigo, y medio para coseguir las virtu- des y alistarse de una vex en Ia vandera de la perfeccion. Y asf juzgo ha de ser de grandfsimo beneficio para las almas que la leyeren: sin que contenga cosa contratia 4 la fe catdlica, 4 la pureza de las costam- bres, ni 4 las regalfas de su Magestad; (Dios le guarde) con que V. A. se puede servir de conceder Ia licencia que para reimprimirla se solicita. Salvo; etc. En esta nueva casa del Espiritu Santo de Padres Clérigos me- nores de Madrid, hoy 24 de marzo de este afio de 1780. M. P. 8. Francisco Garcia de Palacios, de los Clérigos menores. APROBACI ON DEL M. R. P. Fr. JORGE RIOS, religioso Francisco descalzo de la provincia de san Juan Bautista de Valencia, Lector de -teologia, predicador misionista y procura- dor que fue por su provincia, en la ciria ‘Romana. Mindame el-Muy Ilustre Sr. D. José Romaguera, doctor y candnigo de Ia santa iglesia Catedral de Barcelona, vicario general, y oficial del Ilastrfsiino y Reverendisimo Sr. D. Fr. Benito de Sala, dignfsimo obis. po de dicha ciudad, diga mi sentir sobre el libro intitulado: Manual de piadosas Meditaciones, para todo género de personas y estados, que sacan 4 luz los Padres de Ja casa de la Mision de esta ciudad de Bar- celona, sobre lo cual digo: que segun la experiencia que tengo de la gran: virtud y perfeccion, que en dicha casa se profesa; este Manual es un vi- vo ejemplar, de lo que dichos Padres practican, y lo que cada uno de ellos es, pudiendo decir con Casiodoro: Habent hec sigillatim distributa praconium; conjuncta, miraculum. Amargamente Ioraha S. Bernardo el ver atder al estado eclesidstico con el fuego de la ambicion, solicito de las dignidades honorificas de Ja iglesia, sin que en él resplandeciese el zelo de Ja salvacion de las almas, por lo cual todo él se hacia contem~- tible & los ojos de Dios; mas ya el dia de hoy puede el Santo enjugar las lagrimas, 4 vista del zelo, que arde en el pecho de estos apostdli- cos varones, paes abnegados 4 toda pretension humana, sulo atienden & discurrir medios para la salvacion de las almas. Es su instituto el hacer misiones; y no pudiendo ejecutar su obligacion, 6 por Ia turbulencia de los tiempos, 6 por hallarse dichos Padres tan pocos en mimero, impa- ciente su zelo, nos da este Manual de piadosas Meditaciones, paraque en el interin, que no reauena su voz en los pilpitos, nos aprovechemos to- dos con los soberanos documentos y doctrina celestial, que en él se con- tiene, de la cual podemos decir lo que decia Bercorio: Est dulcis, sapi- da, et delicata; €3 denotat pinguedinem gratia © perfectionis. Lit. M. Es dulce en el estilo, sabrosa 4 la voluntad, y delicada al entendimiento, causando en el alma muchas medras, y mucho aumento en el espfritu; y todo denota la abundancia del zelo divino, que arde en los corazones de dichos Padres, y la gran perfeccion de vida que practican: Et deno- tat pinguedinem gratia, §& perfectionis. Es tambien el instituto de dichos Padres para Ia reformacion del estado eclesidstico: bien se ve el efecto en la siempre venerable conferencia eclesidstica, fundada en esta santa casa, pues componiéndose de lo mas grave del clero, como son dignida- des, candnigos, ciiras de parroquias, doctores, catedrdticos y gran nime- to de sacerdotes: para conocer el fruto, no hay mas, sino atender 4 la modestia, retiro y compostura exterior de los que la frecuentan, que en la realidad, sin agraviar 4 nadie, puedo decir, que esta santa conferen- cia es el ejemplar y modelo de donde todos debiamos aprender 4 com~- poner y arreglar nuestra vida. Estos son los frutos de esta santa casa; y si por los frutos se conoce el érbol, bien se deja entender lo mucho que importa la conservacion de este drbol , paraque no falte jamas la copiosa abundancia de tan soberanos frutos. Quien planté este drbol fue aquel esclarecido varon y siervo de Dios, el venerable Vicente de Paul cuyas admirables y herdicas virtudes copid en su alma aquel ejemplar, € idea de eclesigsticos el lustre D. Francisco de Sen-Just, y de Pagés, arce- diano mayor de esta insigne Catedral de Barcelona, que trajo este vista~ go & esta ciudad, que regado con su ejemplar vida y asistido con el afec~ to zelo y efectos del Ilustre canénigo Dr. Gerdénimo Enveja, pudieron radicarle para el logro de los abundantes frutos que se experimentan, y se espera expeiimentar mas copiosos. Y en drden al de este Manual de piadosas Meditaciones, digo, que lo he lefdo con particular atencion y macho provecho de mi alma; y hallo, que cada meditacion es un atrac- tivo 4 la virtud: cada ponderacion es una victoria contra los vicios; y cada sentencia, un triunfo de los placeres humanos, verificéndose lo que muy del intento dijo Vincencio Lirinense: (tom. 2, c. 24.) Tanta, nescio, qua rationum densitate ejus oratio conserta est, ut ad consensum sui, quos suadere non potest, impellat: cujus quot pene verba, tot sententia ; quod sensus, victoria. La doctrina es tan clara, Ilana y sdlida, que me parece no hay en toda ella un desliz contra Ia doctrina catdlica, sagrados cé- nones y santos padres de la iglesia, por lo cual me parece puede V. 8. dar la licencia que se pide, por el gran fruto, que de su lectura resul- tard en las almas. Sic sentio, salvo semper, etc. En Barcelona 30 abril de 1709. Fr. Jorge Rios. Die 30 aprilis 1709. Topprimatur. Romaguera, Vic. Gen. & Offic. ‘PROLOGO. | Davoro lector: 4 ta devocion ofreee la casa de la Congregacion de la mision de esta Exma. ciudad de Barcelona este ‘Manual de piadosas Meditaciones, no paraque solo las leas; mas prin- cipalmente paraque profundamente las consideres, rumfes y me- dites, destinando un buen rato cada dia para una de ellas, pera asf aprender la ciencia de los santos, y llegar 4 ser un per fecto cristiano. Movié el Espfrita Santo al profeta Jeremfas 4 decir en el cap. 12. Toda Ja tierra esté desolada; porque no hay quien considere en su corazon. Los datios, que manan de la falta de consideracion de las verdades de la santa fe, son bien patentes. Gran parte de los catélicos cristianos viven en el miserable esta- do del pecado mortal; otros van de pecados en pecados, cayendo y levantando; y sin embargo que no faltan un punto en creer todas las verdades de la fe, estas no les sirven de freno, ni les contienen dentro del santo temor, y amor tan debido 4 la infini- ta Magestad de Dios. Preguntando 4 cada uno: crees que has de morir en breve, y aun puede ser de repente, y que en ese punto has de dar cuenta 4 Dios? qué te espera, si mueres en pecado mortal, un infierno por toda una eternidad, con la privacion eterna de la gloria? qué Cristo por los pecados murié en una cruz? Te responderén todos y con verdad, que todo esto creen; y con toda esa fe, y con ser esas verdades tan poderosas de s{ para mover cualquier corazon; ellos por un pequeffo interés, honra 6 gusto, beben Ja maldad como agua. De donde puede nacer en un catdélico tan desatinado obrar? Nace de ser aquellas importantes verdades crefdas; mas no consideradas: que si lo fueran, lenarian el corazon cristiano de temor santo; de horror -al pecado; y de amor 4 Dios y 4 la virtud, y obrarian en é1 aquella mudanza, que describe el Apéstol ad Hebr. 4. Viva es la palabra de Dios y eficdz, y mas penetrante gue el cuchillo de dos filos; y Hega hasta la division del alma y el esptritu. Acuérdate, como dice el mismo Apéstol, ue va pasando la figura de este mundo; y en el tiempo, que Dios misericordiosamente te concede , no quieras tener ocioso, y en- terrado el talento de la fe, dejando de considerar seriamente sus verdades; paraque no te alcance la maldicion, que predijo el pro- feta Isafas, cap. 6, y cité el mismo Cristo en al cap. 13 de san Mateo: Oirdis con el oido, y no entenderéis; y viendo, veréisy no veréis. Mas sé solicito en avivar esta fe con la~meditacion, pe- netrando bien sus verdades, 4 cuyo fin te serviré un poco este libro. -Eo él hallardés un breve y facil metodo de examinar la con- ciencia para una confesion general, y modo de hacer el examen de la conciencia cada noche: meditaciones para el retiro de unos ejercicios espirituales, conforme al estilo, qe se ‘practica en esta casa: meditaciones sobre la vida y pasion de Cristo, sobre los sa- cramentos de la penitencia y eucaristfa, sobre los beneficios de Dios, sobre los nov{simos, sobre el pecado y vicios capitales: me- ditaciones para el estado sacerdotal, y para el estado religioso, y para personas de todos estados; y finalmente, meditaciones para todas las dominicas y fiestas principales del affo: de las cuales, si eres cra, podrés sacar reflexiones para dar sencilla, y utilmente pasto 4 tus ovejas. Todo esto te ofrecemos, devoto lector, con buena voluntad, y mas gustosos te dariamos la resolucion eficdz de practicar esta oracion mental, 6 meditacion cotidiana que tan- to importa, si estaviese en nuestra mano. El espfrita divino te la dé, como se lo rogamos, y se digne ser tu Maestro en este camino-de oracion; y ruega tif por nosotros. Vale. re creiiiiisiniieeeerees teers te INSTRUCCION FAMILIAR, PARA HACER UTILMENTE BB ORBQION MENTAL, O LA MEDITACION. 4010-92 00-00 § | De la necesidad y utilided de la oracion mental. 1k necesidad de Ia oracion mental es tan grande, que sin ella con » difcaltad se puede vivir cristianamente. Esta verdad esté bien en- seiiada por el Espiritu Santo por boca del profeta Jeremias: (12, 11.) No se vé en el mundo otra cosa mas, que desolaciones; porque no hay quien medite, ni haga reflexion. 3 La meditacion ayuda maravillosamente para encender en nues- tros corazones el fuego del amor divino, como lo experiments David cuando dijo: (Psal. 38, 4.) En mi meditacion arderd el fuego. - 3 Hace bienaventurados 4 aquellos, que se aptican 4 su ejercicio, diciendo el mismo Profeta: (Psal. 1.) Bienaventurado el varon, que me- ditard en |a ley del Seftor. 4 Ella es la ordinaria canal de las gracias que Dios nos hace, co- mo lo atestiguan los dottores de la iglesia, yn muestra la experiencia cotidiana. 5 Si queremos que Dios hable 4 nuestro corazon, y 4 nuestra alma, 8 necesario, que el corazon y el alma hablen reciprocamente 4 Dios: lo que se hace con el ejercicio de la oracion mental. 6 Los santos que veneramos ahora en el cielo, ordinariamente se ejercitaron mucho acd en Ia tierra en la oracion y en la meditacion de las cosas celestiales. El mismo Cristo Sefior nuestro para nuestro ejemplo y ensefianga gastaba en ella las noches enteras: y no se halla persona verdaderamente devota, que no atienda seriamente 4 este santo ¥ piado- 0 ejercicio. I 2 MANUAL 7 El demonio no ha sabido hallar medio mas eficds para impedir Ta salud del alma, que hacer odiosa la oracion mental, haciendo creer 4 muchos, que ella no es mas que para religiosos y para santos, y que es muy dificil y penosa: lo cual es falsfsimo, como muestra la experien- cia y aquf se probard luego. § I. Facilidad de ta oracion mental. Cada uno se debe persuadir, que la meditacion es muy fécil; y asi se experimenta cada dia, que cualquier persona de cualquier condicion, edad d-sexo, es capdz de hacerla con mucho provecho, si se aplica con diligencia y humildad. La gente del mundo y riatica y aun aquellos mis- mos qup no saben leer, la pueden hacer tambien como los hombres doc- tos y espirituales: y tal ves aquellos Ia hacen mejor que estos, porque como dice la Escritura: Dios se complace en la conversacion de los senci- Ios. (Proverb. 3, 33.) En efecto, qué otra cosa es meditar, sino hacer por los negocios del cielo y por el bien del alma, aquello mismo, que cada uno hace cada dia por los negocios del mundo y por el bien del cuerpo, esto es, ejercitar las tres potencias del alma, memoria, entendimiento y voluntad? Por ejemplo: el que tiene un pleito, primeramente aplica su memoria pro- curando acordarse de todo aquello que pertenece 4 sus razones; y para este efecto lee y relee muchas veces sus escrituras. 2. Aplica su enten- dimiento pensando y repensando, ahora en Jo que ha de decir 6 hacer con los procuradores, con los jueces, con Ja parte contraria, etc. ahora en proveerse de medios para vencer la causa, razonando y discurriendo s0- bre todas estas cosas y sacando conclusiones, etc. 3. Despues de haber asi bien pensado y discurrido, da campo 4 su voluntad. 1. Dejdndola cor- rer en diferentes pasiones y afecciones: ya de alegria por tener bien fundadas razones: ya de esperanza de vencer el pleito: ya de tristeza por haber dejado alguna formalidad: ya de temor de ser oprimido de al- guna cavilacion: ya de odio 4 la parte contraria y semejantes. 2. Hacienda reaoluciones, v. g. de remediar el defecto, de hacer observar tales forma- lidades, de valerse de los amigos, dineros, etc. Todo esto hace para ven- cer su pleito, tocante solaiente 4 bienes temporales. De la misma manera, el que quiere hacer la meditacion en drden al negocio de la salud de su alma, que es mas importante que todos los otros. 1. Debe imprimir en su memoria los puntos, que habré lefdo una 6 muchas veces en algun libro espiritual. 2. Debe aplicar su entendi- miento en ponderar ana tras otra las cosas, que habré leido: discurriendos DE PIADOSAS MEDITACIONES. 3 y sacando buenas y titiles conclusiones 6 resoluciones. Por ejemplo: si en un punto de Ia oracion ha considerado, que Jesucristo murié por nues- tros pecados, y que un solo pecado nos puede condenar , debe concluir: Inego un pecado mortal es un grande mal: luego se debe huir y aborre- cer mas que otro cualquier mal, etc. Otro ejemplo: si quiere meditae aquella espantosa condicion de la muerte, que es morir solo una vez: Statutum est hominibus semel mori, (Hzxbr. 9, 27.) procure penetrar bien esta verdad, tanto porque la insinua la fe por medio del Apéstol, cuanto porque la cotidiana experiencia nos la muestra. De esta verdad universal saque despues otra particular en érden 4 si, y concluya: que si la muer- te es un paso tan importante del cual pende una eternidad de bien 6 de mal, y que si yerra no admite correccion el error, es gran locura no procurar la mayor seguridad paraque se logre bien este paso. Finalmen- te, haga reflexion y vea, como se ha portado hasta ahora en esta parte, y si ha procurado esta mayor seguridad 6 no Ia ha procurado, con suma imprudencia. 3. Despues de haber hecho semejante discurso y razona. miento sobre un punto, deje correr la voluntad 4 varios afectos, 6 de temor del infierno, 6 de esperanza del paraiso, 6 de aborrecimiento al pe- cado, 6 de admiracion dcia la bondad de Dios, que tantos afios le ha es- perado y tan enormes pecados le ha sufrido, 6 de confusion de sf mismo, de alegria, en ver que Dios sea honrado, 6 de tristeza, de que sea ofen- dido, 6 de gracias por los beneficios recibidos y otros semejantes, 4 los cuales se siente el alma excitada del Espiritu Santo. Despues de los dichos afectos se viene 4 los propdsitos y resoluciones: v. g. de enmendarse de tal vicio, de practicar tal virtud, individuando los actos de apartar tal ocasion de pecar, de ejercitarse en tales, 6 tales obras de misericordia y semejantes, segun pide la propia necesidad. § Wl. Del método de la oracion. Aunque el hacer bien y con fruto Is oracion mental, depende mas del socorro divino, que de la industria humana, con todo porque seria tentar 4 Dios, y exponerse 4 muchos peligros ¢ ilusiones de! demonio, el contentarse de oir 4 Dios, sin querer obrar cosa alguna de su parte, los santos y maestros de la vida espiritual juzgan ser necesario, se coopere con Dios, no solamente ejercitando las tres potencias del alma, memoria, entendimiento y voluntad sobre algun punto de espiritu, como se dijo ar~ riba, sino tambien observando en esto algun érden y método. Por esto se propone aqu{ el siguiente, que es de san Francisco de Sales y uno de los mas ficiles y utiles. . 4 MANUAL METODO DE LA ORACION MENTAL. La oracion mental tiene tres partes, la preparacion: el cuerpo de la oracion 6 consideraciones, y Ia conclusion. La preparacion se hace con tres actos. Ponerse 4 Ia presencia de Dios. Pedir gracias para hacer bien Ia oracion. Ponerse en la memoria el asunto que se debe meditar. El cuerpo de la oracion se hace tambien con tres actos. Considerar el asunto que se ha propuesto. Ejercitarse en varios y piadosos afectos. Hacer firmes propdsitos y resoluciones. La conclusion asimismo se hace con tres actos. 1 Dar gracias 4 Dios de los buenos pensamientos que ha tenido en la oracion. 2 Ofrecer 4 Dios las resoluciones y propésitos que se han hecho. 3 Pedir gracia para ponerlas en ejecucion. wen wen EXPLICACION DEL DICHO M¥TODO. DE LA PRIMERA PARTE. - Esto es, de la preparacion y del primer acto de ella, que es la presencia de Dios. Puede uno ponerse 4 la presencia de Dios, representdndosele vivamen- te en uno de estos cuatro actos. 1 Considerdndole presente en todo lugar y en cualquier parte, pensando que est4 en nosotros y nosotros en él como una esponja en medio del mar. 2 Considerdndole en medio del propio corazon, donde mora por gra- cia como vida del alma. 3 Imagindndose que ve 4 Jesucristo en el cielo, que esté mirando 4 todos los hombres, y especialmente 4 quien le pide. 4 Figurdndose que le mira vecino 4 sf en forma humana y mages- tuosa; 6 bien presente en el Sant(simo Sacramento. Puesto ast en la presencia de Dios con alguna de dichas mgneras, se deben hacer estos tres actos. 1 De fe, creyendo firmemente que se halla delante de Dios. 3 De humildad, reputdéndose por indigno-de estar delante su divina Magestad. “ DE PIADOSAS MEDITACIONES. 5 3 De adoracion, adordndole por su soberano Seiior, postrdndose de- lante su divina Magestad , como haria un esclavo delante su Sefior: un reo delante su juez, como hizo el hijo prédigo delante de su padre; ¢ de otra manera segun pidiere el sujeto de la meditacion. : Del segundo acto, que es la invocacion. Para pedir 4 Dios gracia de hacer bien la oracion. 1 Se debe invocar el favor del Espiritu Santo con el corazon, 6 con el corazon y la boca juntamente, diciendo: Veni Sancte Spiritus , etc. t otra oracion semejante. 3 Se debe implorar Ja intercesion de la bienaventurada virgen Ma- rfa Seiiora nuestra, del Angel Custodio, de los santos abogados. 3 Para obtener mas facilmente lo que se pide, serd bien hacer un acto de desconfianza de sf mismo y de confianza en Dios; y un acto de indiferencia y de resignacion 4 Ja divina voluntad, protestando no que- rer otra cosa mas, que la gloria de Dios y su beneplacito. Del tercer acto, que es la representacion del asunto. La representacion del asunto 6 de la materia, que se debe meditar, se hace de dos maneras. . 1 Si el asunto uf objeto es visible 6 sensible, como el misterio de la Natividad de Cristo, y.demas de su vida y pasion, es menester imagi- “ narse presente en el lugar donde sucedié el misterio. Por ejemplo: en el establo de Bethlen,en el monte Calvario, etc. y ver y sentir todo aquello que en dichos lugares se obré. 2 Si el objeto, que se medita es invisible y de cosa no sujeta 4 sen- tidos, como son las virtudes y los vicios, bastar4 reducir 4 la memoria aquella virtad 6 aquel vicio, que propone meditar, reduciéndola 4 dos ¢ “tres puntos. Por ejemplo: 1 de la obligacion 6 necesidad de practicar- Ia Shhuirle: 2 cuales sean sus actos: 3 los medios, que pueden faci- litar su prdctica 6 su hufda. DE LA SEGUNDA PARTE. QUE ES CUERPO DE LA ORACION. De las consideraciones. Las consideraciones se pueden extender y dilatar de diferentes ma- neras. 1 Haciendo cuestiones € interrogaciones sobre el asunto, que se me- dita: v. g. diciendo 4 s{ mismo: Por qué es esto? Qué cosa es esta? Qué es esto? y semejantes; afiadiendo sus respuestas. De esta manera habré materia suficiente para entretenerse en la oracion. 1* 6 MANUAL - 2 Buscando antoridades, pasos, comparaciones, similes, ejemplos y semejantes pruebas, sacadas de las Escrituras sagradas, de los santos Padres, y de las histérias eclesidsticas. 3 Ponderando seriamente todas las palabras del paso, 6 punto que se ha tomado por meditar: como sobre aquellas palabras de san Pedro referidas por san Juan Evangelista (13, 6.) Serior, ti me lavas dé mé los pies? Como si dijera: Vos, Key del cielo y de la tierra: Vos, Monarca del mundo, etc. A mi, que soy un vil gusanillo de la tierra? Un misero y abominable pecador? etc. lavar? Qué es propio de esclavos y de los mas viles siervos, etc. los pies? Tan inmundos, sucios y hediondos? etc. 0 qué leccion! © qué ejemplo de humildad y de caridad! Rehusaré, pues, yo abajarme, humillarme y ocuparme en ejercicios y oficios bajos y humildes? - & Reflectiendo 4 si mismo, examindadose y diciendo consigo, crees tu esto? Tengo yo este vicio? Practico yo esta virtud? Tengo estos sen- timientos? Estoy yo dispuesto para hacer esto? y semejantes. Para mejor dilatar la consideracion, se debe saber, que cuando el asunto que se toma para meditar es sensible ¢ visible; como los asotes, 6 la crucifixion, etc. se debe hacer reflexion 4 todas las circunstancias del tiempo, del lugar, del fin, de Ja persona, del modo, etc. pensando en cada una de estas: Quis, quid, ubi, quibus auxiliis, cur, quomodo, wando, . $ Pongo ejemplo en la pasion: quién es el que padece? Jesucristo, Hijo de Dios, Ia Sabidurfa encarnada. Qué es lo que padece? Azotes, espinas, cruz, etc. Por qué? Por mis pecados, para redimirme, para salvarme, etc. Tambien se puede entretener con las personas, que entrevienen en el misterio: ya hablando con ellas y careando sus sentimientos con los nuestros: sus afectos y deseos con los nuestros: ya pregunténdolas, ya pensendo Jo que hacen, dicen ¢ piensan, S pueden hacer, decir y pensar. Cuando el asunto.es invisible 6 insensible; como una virtud, un vi- cio, un atributo 6 perfeccion divina; como la misericordia, la omnipoten- cia, etc. Las consideraciones se dilatan examinando Ia cosa. 1 En si inisma, buscando cual sea su naturaleza 6 definicion. Sus causas 6 necesidad. 3 Sus efectos. O bien siguiendo el método de san Francis- co de Sales acerca de las virtudes y los vicios. 1 Considerando, qué cosa sea aquella virtud 6 aquel vicio? Cudles sean sus diferencias, sus in- dicios, sus actos? etc. 3 Cudles sean sus efectos? 4 Por qué medios se pueden alcanzar 6 huir? De los afectos. Los afectos, que mas ordinariamente se hacen en Ia oracion, son los siguientes. DE PIADOSAS MEDITACIONES- 7 1 De amor de Dios. 2 De odio del pecado. 3 De deseo del paratso. 4 De temor del infierno. 5 De alegria. 6 De tristeza 6 de aversion por los vicios. 7 De esperanza en Dios. 8 De resignacion 4 su voluntad. g De adoracion. 10 De confusion de ef mismo. 11 De compasion de los dolores y pasion de Cristo. 12 De admiracion de la bondad de Dios. 13 De accion de gracias, etc. Estos afectos pueden excitarse de muchas maneras. 1 Por medio de coloquios, hablando con Dios, con alguna persona de la Santisima Trini- dad, con Jesucristo, con la Santisima Virgen, con los dngeles y santos, con el alma 6 cuerpo propio, con las personas que concurren en el - misterio, que se medita, 6 con otras criaturas, asi inanimadas, como animadas. 2 Por via de oraciones jaculatorias, diciendo muchas, 6 une sola muchas veces repetida, como aquella de san Agustin: Condzcate d ti, co- nézcame d mi: 6 aquella de san Francisco: Quién sois vos, Sefior, ¥ quién soy yo? 6 la otra: Dios mio, y todas las cosas! 3 Por medio de una afectuosa aplicacion de los cinco sentidos ima- ginando, que vé Iss cosas que se meditan, que las oye, toca, huele 6 usta. 8 4 Por via de aspiraciones y exclamaciones: Ah Seiior! O miseria! O ceguedad! Ah Dios! Ah cruel! Ah impio malvado! Qué haces? Ah mi- serable de mi! Qué he hecho? Por medio de actos exteriores de devocion; como hiriéndose el pe- cho, levantando los ojos al cielo, besando Ia tierra 6 el crucifijo, exten- diendo los brazos en cruz, si no est4 en presencia de otras personas. De las resoluciones. Las resoluciones y propdésitos se han de hacer acerca de las. princi- pales obligaciones que tenemos con Dios, con el prdjimo y con nosotros mismos: acerca de los pecados, de las malas inclinsciones que sentimos: de las pasiones que nos hacen mayor guerra: de las ocasiones que nos traen al pecado: de los impedimentos de nuestro provecho espiritual: de las virtudes que no tenemos, y que son mas convenientes 4 nuestro estado. Estos propdsitos en el principio han .de ser generales, por ejemplo: de servir y amar 4 Dios, de amar al projimo, de hacer penitencia, de padecer, de ser devoto y santo, etc. En el fin deben ser particulares, asi respeto del sugeto, como respeto de las circunstancias. Cuanto al sugeto, de enmendarse de tal y tal defecto: de ejercitar tal y tal virtud: de hoir tal _y tal ocasion de pecar: de quitar el impedimento del provecho espi- ritaal. Cuanto 4 Jas circunstancias, de hacer aquello 6 esto, en tal y tal tiempo: en tal dia, en tal lugar, en tal hora: acerca de tales y tales personas: en esta 6 en otra manera. El medio de formar bien estas resoluciones estd en observar estos 8 MANUAL tres puntos. 1 Hacer reflexion 4 as coses, que mas nos han movido y convencido, y sacar de esto buenas consecuencias. Por ejemplo: de haber considerado, que Dios nos sacé de la nada para hacernos aquello que somos; debemos concluir: luego estamos obligados 4 darle gracias todos Jos dias de nuestra vida por este beneficio: luego debemos humillarnos y confundirnos, viendo que nosotros mismos no somos otro que nada. Asi mismo de Ia consideracion de no haber sido criados, sino para Dios; sa- caremos: luego todos nuestros pensamientos, palabras y obras deben de ser enderezadas 4 Dios y no al mundo: no 4 los placeres, no 4 las cria- turas, etc. De haber bien ponderado, que Dios no quiere, que nos sir- vamos de las cosas de este mundo; sino en cuanto conducen 4 su mejor servicio, debemos inferir: Iuego debemos obedecerle en esto y en lo otro, etc. Luego debemos renunciar desde ahora aquella amistad, aquel compaiiero, aquella costumbre, ocasion, etc. . 3 Para ejecutar mejor estas resoluciones se han de escoger los medios mas oportuads; como rogar 4 Dios todos los dias por la mafiana y tarde: frecuentar los sacramentos, no pasar por aquella calle, mortificar los sen- tidos, negar su propia voluntad, etc. 3 Quitar los impedimentos, que embarazan Ia ejecucion de estas re- soluciones: v. g. Qué cosa me impide el que no atienda 4 hacer una vida devota? Qué no viva como buen cristiano! Cémo ejemplar Sacerdote? Son por ventura los respetos humanos, el qué dirdn, el miedo de ser bur- lado, el apego 4 alguna criatura, las malas compadiias, las tentaciones? etc. Pues quiero valerme de tales medios' para romper estos lasos y superar estas dificultades, acordéndome de lo que dice Cristo Sefior nuestro, que: Quien se avergonzard de mi delante de los hombres, yo me avergonzaré de & delante de mi Padre, etc. Se ha de notar, que el fruto principal de la oracion consiste princi- palmente en hacer tales propdaitos particulares, sin los cuales, 6 poco 6 ningun fruto se saca de la meditacion. Se debe mas advertir, que no es necesario, ni util hacer muchas re- soluciones en una oracion; basta por lo ordinario hacer dos 6 tres: asi que, una sola, que sea buena y bien hecha, ayuda mas, que muchas, menos importantes, y hechas superficialmente. . Las resoluciones, qué se hacen, es bien escribirlas acabada Ia ora- cion, notéadolas en pocas palabras juntamente con las razones y motivos que ‘se han tenido para hacerlas, como se eusefia prdcticamente al fin de las meditaciones. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 9- DE LA TERCERA PARTE. QUE 3 LA CONCLUSION. Del hacimiento de gracias. 1 Seda gracias 4 Dios, de quien tuvimos los buenos pensamientos, las ilusteaciones y resoluciones; porque sucede bien 4 menudo, que por no rendirle las debidas gracias, la persona se vuelve indigna de recibir otras mercedes. 3 Paraque las gracias sean mas aceptas 4 Dios, se pueden convidar las criaturas todas, y especialmente Ia bienaventurada Virgen, los santos Angeles, y los bienaventurados del cielo, que nos ayuden 4 bendecir y agradecer 4 Dios. : . Del ofrecimiento. : . 1 Este acto, si se hace humildemente y con confianza, no es me- nos eficds, que el precedente para alcanzar de Dios nuevos dones y fa- vores: atento, que por él le ofrecemos coaas, las cuales no pueden serle sino gratisimas, pues son suyas y procedidas de su Magested. 2 Se le pueden ofrecer tambien la oracioned y buenas obras de los otros, y especialmente de los santos. . 3 Se puede dun rogar 4 Ia bienaventurada Virgen, al Angel de. la Guarda 6 4 otro. santo, que se dignen ofrecernos 4 Dios con todos los pensamientos, afectos y propésitos hechos en la oracion. : De la peticion. . . ' 1 Este acto, como el mas esencial de la oracion, debe ser hecho con mayor fervor y aplicacion. : 2 Para mover 4 Dios 4 conceder. aquello que se le pide, es bien re- presentarle los motivos por los cuales se juzga debe ser oido; y estos pueden ser: 1 Su bondad, misericordia, omnipotencia y los meritos de Jeaucristo. 2 Las promesas que ha hecho de oir nuestras oraciones y los preceptos, que nos ha dado para rogarle. 3 Nuestra confianza en su di- vioa Magestad y resignacion ¢ su voluntad. 4 Nuestra insuficiencia, mi- seria y necesidad. 5 La intercesion y los méritos de la beatisima virgen Maria, de nuestro Angel Custodio y de otros santos particulares de nuestra devocion. . 3 Se debe rogar por otros en general y en particular. Del ramillete espiritual. . Este ramillete (como le llama san Francisco de Sales) consiste en to- mar una oracion jaculatoria, acomodada 4 los afectos y resoluciones he- chas en Ia oracion, paraque sirva entre dia para renovar la memoria de las ilustraciones y buenos sentimientos tenidos en la misma oracion: 10 MANUAL por esto se debe repetir de cuando en cuando, particularmente al tocar el reloj 6 al comengar alguna obra. De la remota preparacion. De tal manera es necesaria esta preparacion, que sin ella es casi im- posible hacer bien la oracion. Consiste en prevenir el asunto 6 misterio, que se ha de meditar y en disponer el espiritu y el dnimo 4 la medi- tacion. El asunto se prepara, haciendo tres cosas. 1 Leyéndole atenta- mente, v. g. la tarde antes, tomarle bien de memoria y entenderle bien. 2 Previniendo 4 que tira y el fruto, que de él puede sacarse, que ha de ser la enmienda de alguna falta y el adquirir alguna virtud ; pues el que medita, se porta como el que se mira en una fuente, que no solo reco- noce sus manchas por medio de ella; sino que tambien las lava. 3 Dis- poniéaodole y dividiéndole en algunos puntos principales, como seria en dos: en las razones y motivos que nos pueden inducir 4 hacer tal cosa, y en los medios de que nos queremos servir para hacerla, Para disponer el daimo, asimismo son menester tres cosas: la prime- ra, recogimiento interior, ocupando entre dia su espfritu en buenos pen- samientos, y si es posible, sean conformes al asunto, que quiere meditar. 2 Recogimiento exterior, guardando riguroso silencio, teniendo los ojos modestos y haciendo todas sus acciones con quietud. 3 Pureza de inten- cion, renunciando cualquiera curiosidad, y vana satisfaccion y todo respe- to humano, protestando hacer oracion, no por gusto ni complacencia pro- pia, sino solo por gloria de Dios y por agradarle. No se ha dicho cosa alguna de la preparacion principal, que es fs pureza de Ia conciencia; por- que se supone, que el que tuviere la conciencia con pecado mortal no se atreverd acercarse 4 la Magestad divina, que primero no se purifique con una buena confesion, alomenos con un acto de contricion verdadera. Advertencia. Despues que ee habré hecho de nuestra parte todo lo dicho, debe per- suadirse el alma, que todas las reglas é instrucciones, poco 6 nada va- len sin Ja gracia de Dios; atendido, que toda la industria humana no es suficiente para concebir un buen pensamiento 6 deseo, si no sopla el sire suave del Espiritu Santo, cuyo es el don de saber orar, y él lo da, cuan- do y 4 quien le place. Y asf como seria tentar 4 Dios, y exponerse 4 las ilusiones del demonio (como ya esté dicho) si uno quisiese hacer oracion, sin cooperar con Dios con el ejercicio de las potencias del alma, ¢ sin la guia de un buen director ; asf sera presuncien, ¢ impiedad atribuir 4 su industria _y doctrina los buenos pensamientos y propdésitos, tenidos en la eracion. El que en ella hubiere hecho algun progreso, rinda las gracias & Dios, que es el autor; y se confunda reputdadose indigao. DE PIADOSAS MEDITACIONES. ir ADVERTENCIAS IMPORTANTES ACERCA DE LAS DIFICULTA- des, que se experimentan tal vez en la oracion. Si despues de haber comensado 4 practicar este santo ejercicio de hacer cada dia la oracion mental, te pareciere, que no haces en ella pro- greso alguno, sino que pierdes el tiempo; ten por firme, y sin duda, que esta es tentacion del demonio, el cual bajo este pretexto busca hacerla dejar. Resiste, pues, animosamente, y continua en hacerlo, confiando en el Seiior, que haciendo de tu parte aquellc, que debes, presto 6 tarde te enseiiaré 4 meditar, particularmente si con los Apdstoles le ruegas 4 me- nudo con humildad: Sefior, ensefiadnos como habemos de orar. Si te sientes indispuesto, 6 de cabeza 6 de estémago por la medita- cion larga, 6 por haber ejercitado con violencia los afectos, modera en adelante tu fervor, y pértate con discrecion y prudencia sin cansar su- perfluamente tu espiritu. Si sucediere, que no tienes gusto en la oracion, no pierdas el énimo: mas si esto procede de culpa tuya, como por no haber hecho Ia necesa- ria y debida preparacion, humillate delante de Dios conociendo tu falta y pidiéndole perdon. Si no es por culpa tuys, piensa que Dios lo permite para ensefiarte que semejantes gustos y consolaciones vienen de su sola liberalidad, y no de nuestra industria y diligencia: 6 bien para probarte y ver si haces la oracion puramente por su amor y para agradar 4 su Mogestad, 6 por tu propia satisfaccion. En el tiempo, pues, de tu desola- cion y sequedad, di i ti mismo: yo no he coménzado esta oracion por gusto y consolucion mia, sino puramente por amor de Dios; y asi tam- bien por su amor quiero acabarla, aunque no halle gusto ni consolacion alguna. ei te hallas inquieto y molestado de las distracciones, no dejes por 30 la meditacion ni te turbes; porque no siendo voluntarias no son pe- cado alguno. Busca con suavidad y tranquilidad de espfritu como despe- dirlas, y para divertir tu mente de ellas ponte 4 hacer algun coloquic con Dios, reconociendo que de ti no tienes cosa alguna y que por eso recurres 4 su favor. Ayudard tambien el tomar ocasion de las mismas dis - tracciones para humillarte mas y confundirte, confesaudo tu gran mise- ria; pues aun por un breve tiempo no sabes entretenerte con Dios. Finalmente, si quieres superar las dificultades que en fa oracion mental suelen suceder y hacerla de dia en dia mas provechosa, sirvete de los medios siguientes. 1 Hazte familiar la presencia de Dios, pensando que siempre te mira y en cualquier lugar, y que ve todos tus pensamientos, palabras y obras. 2 Repite entre dia oraciones jaculatorias. 3 Lee 4 menudo libros espiri- 1 MANUAL tuales. 4Frecuenta con gran devocion los sacramentos de Ia penitencia y Eucaristia. 5 Conversa siempre con personas devotas y verdaderamente espirituales. 6 Ten recogidos y refrenados los sentidos exteriores , espe- cialmente la lengua, diciendo el Apdstol Santiago, (3, 6.) que la lengua es una universidad de maldad, que inficiona todo nuestro cuerpo; y que es perfecto, el que no peca en el hablar. 7 Practica voluntariamente las obras de caridad y de penitencia. 8 Pon en ejecucion los buenos propé- sitos y santas inspiraciones, que tendrds en la oracion. g Lee de tiempo en tiempo la meditacion de la oracion mental, y témala tal vez por ma- teria de la meditacion. 10 Aprende bien el método de la oracion arri- ba puesto, y hazte con Ia prdctica familiares las reglas y enseilanzas que quedan dichas. BREVES INSTRUCCIONES PARA LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES. Yo levaré el alma é Ja soledad, y la hablaré al corazon. Osee 2. 14. 1 Puede cualquier hacer utilmente los ejercicios espirituales: el que es malo para hacerse bueno; y el que es bueno para llegar 4 ser mejor: ni hay hombre, aunque espiritual y docto, 6 aprovechado en la virtud, 4 quien no puedan ser utiles y aun tal vez necesarios. 2 Hacer estos ejercicios, no es otra cosa, que apartarse por algunos dias de los negocios y cuidados del mundo, retirdndose en alguna casa religiosa, para considerar con el silencio el estado interior de su alma, y reconocer Ja divina voluntad para seguirla, los propios vicios para corre- girlos, y ordenar la vida de tal modo, que no haya de desplacernos en Ja muerte. . 3 EI fin de hacerlos es diferente, segun el estado y necesidad de cada uno: el eclesidstico y el religioso los enderezan 4 vivir santamente en sus grados: el pdrroco, 4 gobernar bien sus ovejas: el padre de fami- lia, 4 mantener el temor de Dios en su casa: el soldado y el gentil hom- bre, 4 servir al sefior en su profesion. Algunos los eligen para quitar de sf algun vicio, 6 alcanzar alguna virtud: otros para examinar, y elegir un estado de vida, que sea seguro para su salvacion: por ejemplo, la reli- gion, etc. otros para disponerse 4 recibir dignamente los sagrados érdenes, 6 gobernar una iglesia, 6 administrar un oficio, que han alcanzado: otros finalinente para conseguir nuevo fervor en el servicio de Dios, 6 para Prepararse 4 una buena muerte: lo cual cualquiera debe establecer desde el primer dia y significarlo al director. 4 Los ordenandos suelen hacerlos por diez dias: 4 los otros bastan de ordinario cinco 6 seis, los cuales son ya suficientes para ganar la indul- DE PIADOSAS MEDITACIONES. 13 gencia: puede con todo eso el prudente director determinar mas 6 menos, segan Ia necesidad y estado de quien los hace. 5 Las ocupaciones de este tiempo son diferentes. Parte de él se em- plea en orar y meditar, en que consiste la mayor fuerza de los ejercicios: parte en leer libros devotos y utiles: parte en prepararse. para la confe- sion general; (la cual nunca se deja, si el director no lo juzga de otra suerte) y parte en resar algunas oraciones vocales. Se debe estar en si- lencio, y retirado, porque la soledad y el retiro preparan el alma 4 la gracia, mas la divina Bondad pags bien presto y largamente el tedio, que tal. vex se siente en los primeros dias, con la consolacion interior y con Ia paz de la conciencia, que da en los uiltimos. 6 El director auele visitar al ejercitante dos veces al dia en su apo- sento, y entonces se le da cuenta de las meditaciones hechas y dé las luces recibidas en ellas, y se le muestran las resoluciones que se lran-es- crito: sedice aun, si se padece algun trabajo de cuerpo y de espfrifu; mas si se padeciesen escriipulos, se le manifiestan desde la primera visita: al entrar y salir del aposento, se hincan ambas rodillas en tierra para in- vocar el divino favor. . 7. Los medios para hacer bien estos ejercicios, despues de 1a diyina gracia, la coal se debe implorar de cont(nuo con fe y humildad, son: 1 Empesar con gran fervor y con vivo conocimiento de la necesidad, qae de ellos se tiene. » Hacerlos puramente por agradar 4 Dios, y nun- ca por algun fin 6 respeto humano. 3 Observar exactamente las cosas prescritas, y sobre todo hacer 4 sus horas la meditacion y lectura. 4 Des- cubrir sinceramente su conciencia al director , y sujetarse 4 él como al mismo Dios. 5 Tener siempre delante de los ojos la principal necesidad de so alma; como por ejemplo, de dejar tal pecado, de huir tal ocasion 6 tal compafifa: no se hace, emperé, algun voto 6 penitencia extraordina- ria, sin participarlo al director. : En el principio, antes de todo, se lee atentamente esta instruccion, el érden 6 empleo del dia, y método de la oracion mental, y se.vuelven 4 leer aun dos 6 tres veces en el curso de los mismos ejercicios; y si se halla alguna cosa, que no se entienda, ¢ se crea no poderla hacer, se ha- bla de ella con el director. En los tres primeros dias se aplica 4 conocer la gravedad del pecado, y 4 concebir dolor de él y propésito firme de no cometerlo jamas, y se dispone la confesion general para el tercer dia, Para comulgar despues 6 decir misa al cuarto, sino le pareciere mejor al director de otra manera; y despues se atiende 4 buscar el modo, para es- tablecerse en el bien comenzado. - 9 Mas porque esto no se puede hacer, sino se quita del hondo del corazon la raiz y la causa de los pecados, que son los malos hébitos, las malas inclinaciones, las pasiones-desordenadas y las ocasiones .préximas, 14 MANUAL que suelen hacer reincidir en los mismos pecados; es menester por esto tomar medios eficaces para servirse de ellos, despues de los ejercicios, entre los cuales uno de los mejores es, hacerse en escrito una regla de vida acomodada al propio estado, y un compendio de todas la resolucio- nes tomadas en las meditaciones, singularizando, lo mas que se pueda, el lugar, el tiempo y el modo de practicarlas. Este es el principal fruto de los ejercicios; y si no se hace, es casi como si se hayan hecho en vano. to Se procura en este tiempo hacer todas las acciones del dia, es- pecialmente las oraciones, los examenes, oficio divino, misa, etc. con la mayor devocion, que se pueda; y los sacerdotes es menester, que se ejer- citen en las ceremonias de 1a misa, siempre que se juzgére conveniente. Para la meditacion. 1 No se toma otro asunto, para meditar, que el sefialado por el di- rector. 2 Se leen antes los puntos muy de espacio y cou atencion; y para mayor facilidad, los principiantes pueden tener el libro abierto, leyendo juntamente y meditando. 3 El libro, que se lee para las meditaciones, por lo regular no con- tiene otra cosa que las consideraciones: cada cual, emperé, ha de sacar de ellas varios afectos; como por ejemplo: de dolor de sus pecados, de amor de Dios, de agradecimiento, de humildad, etc. y buenas resolucio- nes de mudar la vida: v.g. de hacer tal, 6 tal cosa. Se empieza con la preparacion, y se termina con la conclusion, como esté notado en el mé- todo y hoja estampada. ; 4 EI tiempo de la meditacion de ordinario es de una hora, si el di- rector no lo ordena de otra manera; y el que no la puede hacer toda ar- rodillado, haga por lo menos Ia preparacion y la conclusion. 5 Halldndose seco y combatido de distracciones, no debe desani- marse, y mucho menos dejar la oracion; mas se ayudard, ahora con le- vantar el corazon 4 Dios, ahora con actos interiores; como de humildad, de adoracion, de confianza en Dios, etc. ahora con actos exteriores de devocion, si esté solo; como darse golpes 4 los pechos, besar un crucifijo, etc. 6 Al finde la meditacion se escriben las resoluciones, que se han hecho, notando aun brevemente el modo y tiempo de practicarlas, y el motivo que se ha tenido de hacerlas. Para Ia lectura espiritual. 1 No se leen otros libros, que los sefalados por el director, ni aun otros capitulos. . 2 Se debe leer de espacio, con atencion y devucion , no por curiosi- dad 6 divertimiento, ni se pasa adelante, si primero no se ha eatendido DE PIADOSAS MEDITACIONES. 1g bien aquello que se ha lefdo: mejor es leer poco y con reflexion, que pasar muchas paginas 4 Ia ligera. 3 Despues de Ia lectura se hace advertencia brevemente 4 Jas cosas lefdas, para imprim{rselas mejor; y si se ha sacado alguna resolucion , se escribe jantamente con las de la meditacion. Algunas observaciones. 1 Por la mafiana luego de levantado y vestido, se compone decente- mente la cama, ai no es que haya quien lo haga. 3 Nose deje ver en la estanciad fuera de ella, con Ia toquilla de noche, 6 no del todo vestido: si es eclesidstico, sin sotana; ni se va por Ja casa con batas. 3 Estando en laestancia 6 caminando por casa, se hace el menor ru- mor, que sea posible. 4 Al partirse de la estancia para hallarse en algun ejercicio comun; como oir miss, hacer el examen de conciencia, ir al refectorio, etc. guér- dese silencio y modestia: yendo despues 4 la iglesia para dar gracias 4 Dios, se arrodilla, como Io hacen los de casa. § Encontréndose con alguno de casa 6 de fuera, que quisiese hablar, se debe escusar, y se guarda el discurso para despues de los ejercicios; si no fuese, que el negocio no sufriese dilacion, y entonces se obtiene li- cencia del director: lo mismo se observa con Jas cartas, que se reci- biesen. - an . 6 Con el director se habla solamente de cosas concernientes 4 los ejercicios, y no de las novedades del mundo, de negocios temporales , de ciencias, etc. ni con voz alta. : 7 Por Ja mafiana se levanta luego, que es avisado de quien tiene el eficio de dispertar, y 4 la noche no tome 4 mal, que le sea abierto el apo» sento de quien lo visita, para ver si esté apagada Ia luz. 8 No se va al aposento de los otros, ni se permite 4 alguno, que en- tre en el suyo, ni ninguno se asoms 4 Ia ventana. 9 No se escribe, ni se hace alguna’ sefial sobre libros 6 papeles es- tampados, imagenes, bufetes, paredes 6 ventanas, fuera de las cuales no se echa cosa alguna, ni se ensucian las paredes-con saliva, tinta, etc. 10 No se toma copia de cosa alguna sin el consentimiento del direc- tor. . 11 Los sacerdotes suelen decir misa, y los otros comulgarse, solo despues de hecha Ia confesion general. : 12 Uncuarto de hora despues del examen de conciencia y oracion de la noche, cuando se hace la sefial con la campana, se acuesta; habien- do primero apagado la lus lejos de la cama, por evitar todo peligro de fuego: asi como tambien Ia debe apagar todas las veces, que se parte del aposento. . : 16 : MANUAL 13 Acabados los ejercicios, se va con el director 4 Ia iglesia, para dar gracias 4 Dios de los beneficios recibidos y pedirle el don de la perseverancia, DIOS TE VE, DIOS TE OYE, DIOS TE HA DE JUZGAR. EMPLEO DEL DIA EN LOS BJERCICIOS ESPIRITUALES. A Homas. 5 ¥ media... vantarse. 6 y media... . Escribir las resoluciones y buenos pensamientos de Ja oracion; y esto se observa despues de otras oraciones mentales dei dia. Rezo de las horas candnicas, por quien esté obligado; y por los otros, reso de las de la Virgen u otra ora- cion vocal. Leccion espiritual en el libro sefialado por el director, hasta la misa. : 8 y media... . Oir, 6 celebrar misa; y despues exémen para la con- fesion general, 6 rezo del rosario y otras oraciones vo- cales. 9 ¥ media... . Oracion mental por una hora, y escribir las resolu- ciones, como arriba. Tle cece eee Exémen particular, comida, visita del director 6 con- ferencia con él. Despues media hora de descanso. “2. ....... Visperas y Completas. 2 y media... . Oracion mental por media hora, y escribir las reso- luciones. Leccion espiritual , exfmen para Ia confesion general, rezo de oraciones vocales, hewn ecnes Maitines y laudes para el dia siguiente. 5: ++ ++. .+ Oracion mental por una hora, y escribir las resolu- ciones, 7 gj. +++ «+ Exémen particular, cena, visita del director 6 sea con- . ferencia con él. 8 y tres cuartos, Exdémen general de todo el dia, con las acostumbra- das oraciones vocales, todos juntos en la iglesia 6 capilla; y vuelto 4 su aposento, leer los puntos de la oracion se- DE PIADOSAS MEDITACTIONES. 17 fialada para la maflana, y acostarse. Nota primero, que las horas destinadas para el exémen de Ia confesion general , despues de hecha, los uiltimos dias se pueden emplear en considerar y reconocer sus malas pasiones € inclinaciones, buscando medios para vencerlas en adelante, y tambien en hacer y ajustarse un reglamento de vida para adelante, segun su estado. Nota segundo, que en orden 4 las oraciones mentales, pertenece 4 la prudencia del director sefialarlas todas, 6 quitar alguna, segun Ia disposicion de quien hace los ejercicios. Nota tercero, que en los dias de ayuno se retardan media hora todos los ejercicios de la tarde. Nota. Porque en los ejercicios espirituales se hace ordinariamente confesion general 6 de toda su vida, ai nunca se hubiese hecho, ¢ alo- menos desde la ultima bien hecha, y de que se quedé con satisfaccion, siendo este el unico fin, que algunos tienen en retirarse 6 hacer los ejercicios, se pone aqui el siguiente interrogatorio, que servird al ex4men de la conciencia: y para facilitarle mas, se dispone en forma de didlogo, preguntando el confesor y respondiendo el penitente , como trae en sus doctrinas el insigne y celebrado misionero el padre Pedro de Calatayud de Ja compaiifa de Jesus, asegurando, que es este el modo mas expedito, breve y sdlido, para confesores y penitentes. EXAMEN DE LA CONFESION GENERAL, Y MODO PRACTICO DE HACERLA. Penitente. Padre: yo vengo 4 hacer confesion general de toda mi vi- da: (6 de diez afios, 6 cuatro, etc.) soy casado ha tantos afios: mi em- pleo es de mercader: tanto tiempo ha que no me he confesado. Confesor. Pregunto: has callado advertidamente y por verguenza al- gun pecado mortal en tus confesiones? P. Si Padre, desde nifio hasta hoy callé uno. C. Y pensabas en él cada vez, que ibas 4 confesar? P. Si Padre. Dird otro: No Padre, nunca me ha venido 4 la memoria, hasta ahora, que he leido este interrogatorio. C, Esto se ha de exaninar bien, si es, 6 no es asi: mas supuesto que sea verdad, que no te acordabas, mientras estabas 4 los pies del confesor, no por eso fueron malas las confesiones. Otro dird: padre unas veces pensaba y otras no. C. Eran las mas 6 las menos? P. La tercera parte. C. Cudntas veces al afio te confesabas, antes de la edad de comulgar? P. Unos afios con otros, 5 6 6 veces al afio, poco mas 6 menos. C. ¥ despues que empezaste 4 comul- gar? P. Tres afios una vez cada mes, 6 una sola al afio; 6 de tres 4 tres 3 18 MANUAL meses, discurro, que un affo con otro serian cuatro veces al aio. C. Has cumplido las penitencias impuestas por los canfesores? P. No Padre ; por tres afios, que vivi en mala amistad, no cuidé de eso: otro: unas diez veces lag he dejado. C. Examinabas con cuidado la conciencia cuando habias de confesarte? P. Era muy poco el tiempo, que ordinariamente gastaba en eso, - Sobre estas preguntas, como basas fundamentales, se va formando la confesion. . Primer mandamiento. Conf. Has consentido, 6 te has detenido voluntaria y advertidamen- te, dudando contra algun misterio de nuestra santa fé¢ P. Padre, yo me desconsuelo, que se me ofrezcan, y procuro desechar todas las dudas 6 pensamientos, que me vienen. C. Pues, no has pecado. Has desconfia- do de la misericordia de Dios? P. Si Padre, seis veces. C. Has hablado mal de Dios 6 de sus santos, diciendo: por vida de Dios: por vida de Cristo: voto & Cristo: sagrados y coronados, Voto d Dios: reniego de Dios y de los santos: maldita sea su justicia 6 su gobierno: por las entrafas de la Virgen, 6 por la cabeza de san Pedro, 6 cosa semejante? P. Si Padre , seis afios ha, tengo costumbre de hablar asf, y serdn entre unos modos y otros, y una semana con otra, cinco veces cada semana. U. Pues hermano mio, cinco horrendos pecados de blasfemia has hecho cada se- mana en todo ese tiempo. Nota, que sino ha habido costumbre , sino que ha sido tal cual vez, bastard decir lo que sea; por ejemplo, ocho veces al aito, 6 veinte veces en toda mi vida, conforme entienda 6 haya examina- do, C. Has usado de néminas, cédulas 6 ciertas palabras, para curar bru- tos, nifios 6 personas enfermas, que se teme (bien que ordinariamente sin fundamento ) estar hechizados? P. Si Padre. C. Nota, que si sabes alguna persona, que cure de este modo, la debes delatar al santo tribu- nal dela Inquisicion, so pena de pecado mortal, y de quedar excomul- gado si no la delatas. C. Has recibido el sacramento de Ia confirmacion, del érden, del matrimonio uf otro, estando en pecado mortal? Si Pa- dre: me ordené y me casé en pecado, y comulgué tantos affos con él. C. Cémo va de doctrina cristiana? Has ignorado por negligencia, 6 por vergiienza en aprender, oir, 6 preguntar los misterios de la fé y lo que es necesario para salvarte ; como son ef de la Santisima Trinidad, el de la Encarnacion, el Credo, entendiéndole en Ia substancia, el padre nuestro, los mandamientos de ta ley de Dios y de la santa madre Igle- sia, los sacramentos, y todo fo que es necesario para confesarse y comulgar bien, y para cumplir bien con el estado, oficio y empleo que tienes? P. Alguna omision he tenido en saber mis obligaciones, y le ruego me pregunte acerca de eso. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 19 Segundo mandamiento. Conf. Has tenido costambre de jurar con mentira, 6 sin bastante re- flexa de lo que jurabas, 6 afirmando con juramento lo que dudabas? P. Si Padre.C. Con qué palabras jurabas? P. Padre, decia: en buena fé: como soy cristiano, etc. Eso no es juramento: dird otro: Padre decia: por esta cruz de Dios: los diablos me lleven: por Dios: juro d Dios, etc. Esto si, que es juramento (para averiguur pues el confesor , cuanta sea la costumbre de caer ast en este vicio, como d proporcion en otros, que se irdn declarando, puede preguntar de esta suerte:) C. Cudntos afios tuvis- te esta costumbre? P. Padre, diez afios. C. Y ese jurar con mentira, 6 en duda, 6 sin examinar bien la verdad , cudntas veces seria cada sema- na, 6 una semana con otra? P. Padre, una semana con otra, computan- do las semanas que no juraba, 6 era rara vez, con las que juraba mas & menudo , seria 4 cinco jurdmentos cada semana, poco mas 6 menos. La misma cuenta se puede hacer 4 proporcion un mes con otro , especialmen- te cuando la costumbre no es tan fuerte. P. Padre, dice otro: yo no puedo averiguar, cuanto tocardén 4 cada semana. C. Pues dime: ese ju- Yar con mentira era todos los dias? Todos, todos? P. No Padre. C. Se- rén Jos mas de ellos 6 los menos? P. Me inclino 4 que sérian los mas. Padre, dice otro: aun eso no puedo decir. C. Pues dime, pasdbanse al- gunce dias juntos en-blanco y sin jurar? P. Si Padre, ya se pasaban dos dias, ya los cuatro, ya los ocho en que no juraba, y luego vol- via 4 jurar. C. Hubo alguna enmienda por alguna temporada, v. g. por un mes 6 dos? P. No Padre. Otro dird: Si Padre, en el término de dies afios en diferentes temporadas , estuve unos tres meses sin pecar, y luego volvf 4 caer. Esto basta, sin haber mas que preguntar, ni decir, nies menester explicar la diversidad de la materia, 6 forma de los jura- mentos ; porque todos son de una especie, ni ir contando uno tras otro; porque seria nunca acabar: si solo hacer el computo prudencial como que- da explicado. C. Dime , juraste en falso con dafio de otro en su honra, vida 6 hacienda? P. Si Padre. C. Juraste sin 4nimo de cumplir lo que prome- tiste, v. g. casarte con N. castigar al hijo, no dar la mercaderia menos de tal precio, etc. P. Si Padre, por seis veces. C. Quebraste el juramen- to que hiciste de cumplir fielmente con el oficio de corregidor , magistra- do, jues, escribano, etc. 6 de ciertas leyes del arte, que profesas y estén en vigor? P. Por tantos aiios no cumpli con mi oficio en cosa gra- ve seis veces cada mes, unos meses con otros. C. Has sido causa, gue otro jurase en falso, u ocultase Ia verdad? P. Si Padre, en un pleito una vez, y otra en uo matrimonio, 20 " MANUAL C. Prometiste con juramento, ¢ hiciste voto de no cometer tal peca- do feo? ¢ de ir 4 tal santuario? 6 de entrar en religion? P. Tres aiios ha que hice el primero, y le quebré, recayendo tantas veces al afio en el mismo pecado feo. Ocho afios ha, que por pereza dejo de visitar tal santuario, teniendo bastante escriipulo de esta omision. C. Tuviste el vicio de maldecir 4 los domésticos, 6 4 otros, que te hayan injuriado? P. Padre, desde los doce afios de mi edad hasta los treinta maldije con impaciencia 4 los de casa, 6 al ganado, 6 al vien- to, etc. muchas veces al dia; por el espacio de tres afios, en diferentes tiempos eché plegarias de corazon 4 dos personas, con quienes estaba refiido, cuatro veces unas semanas con otras entre las dos personas; y 4 mas de lo dicho en estos diez y ocho ailos, habré tenido pendencias, Y prorrumpido en maldiciones, que no puedo averiguar, si siempre iban de corazon, aunque discurro, que si irian en aquel impetu de cé- lera, ya con uno, ya con otro, veinte veces cada afio. Tercer mandamiento. Conf. Tuviste vicio de trabajar 6 hacer trabajar en las fiestas, por codicia y sin verdadera necesidad, diciendo para contigo: esta ocasion no es de perder? Penit. Si Padre, por tres afios tuve este vicio, las mas de las fiestas cada afio. Otro dird: la cuarta parte de ellas. C. Pasaba de dos horas el tiempo, que se consumia en el trabajo? P. Padre, la ter- cera parte de las veces dichas, pasaria de dos horas , y las demas seria una hora i hora y media. C. Pues pecaste mortalmente todas las veces, que pasé de dos horas, por ser tiempo notable; y las demas pecaste ve- nialmente. C. Dejaste la misa algun dia de fiesta, 6 te pusiste voluntariamente 4 peligro de perderla? P. Si Padre, en diez afios, ocho veces cada ailo. C. Pues hermano sepas, que el ponerse uno en peligro de no oir misa es pecado mortal, aunque se oiga; como, y el estar divertido en ella por tiempo notable , como seria la tercera parte de la misa. - C. Abultaste achaque 4 titulo de noble, rico 6 delicado, paraque se te diese licencia de comer carne en cuaresma 6 dias prohibidos? O Ia comiste sin necesidad 6 por gula en esos dias? P. Si Padre, dos veces en-toda mi vida. Nota, que si en dia prohibido se come carne sin causa tres veces, se cometen tres pecados mortales , y lo mismo sucede comien- do huevos sin bula de la Cruzada en cuaresma, pecando cada vez, que se come de ellos. C. Quebrantaste ayunos sin causa 6 en duda de ella, sin deponer la duda? P. Si Padre, la mitad del afio he dejado de ayunar, pudiendo, y tres veces sin salir de la duda. C. Has dejado:de regar el oficio Divino 6 parte de él? P. Padre, seis veces. DE PIADOSAS MEDITACIONES. aL Cuarto mandamiento. Conf. Has tratado, hablado 6 respondido dsperamente 6 con cefio al padre, madre, suegra, amo 6 mayores? P. Por ocho aifos reapondi con mal modo 4 la madre viuda, al padre viejo, suegro, 6 madrastra, que tenia; tanto, que les hacia pasar una vida triste y amarga, 6 les daba ocasion de maldecir y exasperarse. C. Todos los dias? P. No Pa- dre. C. Un mes con otro, 6 una semana con otra, qué veces serian? P. No lo puedo decir. C. Se pasarian algunos dias en blanco? P. Si Padre, pasdbase ya la semana, ya los doce dias, que no refifamos; otras veces era cada dia y aun muchas veces al dia. C. Les has echado maldiciones en su presencia, bien que sin dnimo de que les alcanzdran? P. Si Padre, _ seis veces. Eso es pecado grave contra el respeto debido a los padres, etc. C. Has desobedecido al padre, madre, amo 6 superior, cuando te man- daban cosas de importancia, y tocantes 4 tu bien; como que no tratases con fulano, que no entrases en tal casa, que te aplicases al estudio u oficio, que no salieses de casa por la noche, que no fueses 4 Ia casa del juego, 6 4 la taberna, y frecuentases los sacramentos? P, Si Padre, por tantos afios 4 menudo les desobedecia en esas cosas. C. Pues todo este tiempo viviste en pecado. C. Te has descomedido con algun sacerdote, persona de gobierno, i hombre anciano y respetable? P. Si Padre, tan- tas veces. C. Has cuidado, de que tu familia sepa bien la doctrina cris- tiana, y de que viva honestamente , que no duerman juntos, ni en tu ca- ma tus nifios y nifias, cuando Ilegan 4 los 7, 9 6 12 afios? P. Padre, tanto tiempo he pasado en este descuido mortal. C. Te has aplicado 4 ganar de comer en tu empleo para alimentar 4 tu muger, hijos y padres? etc. P. No Padre, seis afios ha, que muy frecuentemente pierdo el tiempo en juegos y diversiones, dejando perder mi hacienda y perecer mi familia. 0. Pues hombre vives en pecado mortal. C. Has tenido al- un odio 4 tu muger, 6 Ia has mostrado desafecto con obras 6 palabras? B Si Padre, suelo mirarla con cefio, y 1a hablo con aspereza tres ailos ha. C. Y te has arrepentido algunas veces en ese tiempo de ese pecado? P.No Padre. C. Pues has vivido en continuo pecado mortal. C. Violen- taste d tu hijo 6 hija d tomar estado contra su voluntad? P. Si Padre, 6 no Padre. Quinto mandamiento. Conf. Has tratado mal de obra ¢ palabra 4 alguno? Penit. Si Padre, por tres veces di de palos 4 otro en diversos tiempos, y andgbamos ros- trituertos los ocho 6 doce dias, y luego nos haciamos amigos. C. Has vi- vido algun tiempo sin comunicar con algun pariente 6 vecino, con quien tuviste alguna rifla 6 desazon? P. Si Padre, seis afios ha, que no entro 2* 23 MANUAL en su casa, ni él en la mia, ni nos saludamos como Dios manda. C. So- lias allf dentro idear modos de hacer mal, complaciéndote de ello? P. Si Padre, frecuentemente. C. Y cuando se ofrecia hablar de esa persona murmurabas? P. Si Padre, decia: que era un sugeto de tal y tal pro- ceder: que era una infamia lo que conmigo habia usado; y otras cosas 4 este tono. C. Era eso muy 4 menudo? P. Padre, unos meses con otros, diez 6 doce veces al mes. C. Le echabas plegarias de corazon? P. Si Padre, los dos primeros afios, los mas de los dias, y despues acd, cin- co 6 seis veces al mes. C. A otros has deseado mal? P. Si Padre, & diferentes mas. C. Te solia durar mucho tiempo el escozor? P. Si Padre, con unos se me pasaba luego, con otros me duraba, ya un mes, medio _aiio, dos afios, ya mas y ya menos. C. Con cudntas personas, y entre estas, por cuanto tiempo te duraria el mal deseo? P. Padre, con seis; aunque con unos por mas tiempo, que con otros; pero computado todo el tiempo en que tuve mala voluntad 4 alguno de ellos, discurro, que Iegaria 4 componer el término de seis afios, en que continua 6 casi continuamente maldecia, y deseaba mal 4 uno ti otro. C. Los demas mo- vimientos de cdlera con unos y otros, que se te pasaban luego, serdn muchos al mes, un mes con otro? P. Padre, siete, poco mas 6 menos. C. Y en todas esas ocasiones les deseabas mal, 6 maldecias de corazon? P. Padre, no lo puedo averiguar: me acuso de ello, como haya sido delante de Dios. C. Te has deseado por despecho la muerte i otro mal grave? P. Si Padre, en tantas ocasiones en que me hallé desesperado y aburrido. C. Has tenido vicio de comer tierra, sal, barro, 6 beber con dafio grave de tu salud? P. Por cuatro aiios tuve este vicio, en que caia tantas veces, una semana con otra, y en el de beber hasta privarme en- teramente de razon, seis veces en toda mi vida. C. Usaste remedios, (6 los diste 6 aconsejaste ) para no concebir, para abortar 6 mal parir? P. Si Padre, una vez di i una muger una bebida para ese efecto, etc. Sexto mandamiento. En este mandamiento se pueden ir examinando: lo primero los pe~ cados de obra consumada: lo segundo los tocamientos: luego las pala~ bras, y por fin los pensamientos; con la advertencia de valerse siempre de los términos mas modestos , y del todo precisos para darse 4 enten- der, sin individuar ciertas menudencias, y modo, que suelen acompafiar los actos torpes, que ni es necesario para confesarse bien, ni pueden decirse sin gran confusion y vergiienza del que se confiesa, ¢ irreveren- cia al sacramento que se recibe. Y porque en los pecados contra este mandamiento se ha de hacer distincion de los que se cometieron por persona 6 con persona libre, 4 los otros, que fueron cometidos por per- DE PIADOSAS MEDITACIONES. 33 sona, 6 con persona casada, 6 consagrada, 6 parienta, 6 de un mismo sexo; por esto, para proceder con mayor claridad, iré preguntando asi. Conf. Dime, cudndo eras nifio hiciste alguna picardia con otro nifio 6 nita? Penit. Si Padre, dormia con una hermanita, é hicimos el pe- cado tantas veces; y con otras tres muchachas vecinas, hice lo mismo, cinco veces entre las tres; y en Ia niffez no hubo otra cosa. C. Despues mas crecido, has tenido que ver con alguna, 6 algunas mugeres, vi- viendo en mala amistad con ellas? P, Padre, desde los quince afios hasta los veinte y cinco que me casé, he vivido enredado cun cinco, y. g. C. Eran casadas 6 solteras? P. Tres eran casadas y dos solteras. C. Con las casadas entre unas y otras, cudnto tiempo tuviste la mala amistad? P. Padre, con una cinco meses, un affo con otra, y con la otra nueve meses y medio: serd entre las tres, dos afios y dos meses y medio, poco mas 6 menos. C. Cortaste por alguna temporada esa comu- nicacion con alguna de ellas? P. Si Padre, estuve fuera un verano, y dos meses enfermo, que no las vi: bien que me quemaba de pensamien- tos. C. Y qué veces te veias con esas en su casa, 6 en otra parte, ca- yendo en la obra, en ese afio y nueve meses que quedan , quitados los dos meses de enfermedad y los tres de verano? P. Una semana con otra, (6 un mes con otro) serian v. g. cuatro veces. C. Con las dos sol- teras cudato tiempo duré la comunicacion? P. Dos aiios entre las dos, no contando cuatro meses, que hubo de suspension, por una ausencia que hice. C. Cugntas veces cafas con ellas en esos dos aifos, cada seina- na? P. Padre, Ilegaré 4 una vez cada dia, unos dias con otros. C Con otras mugeres has tenido costumbre de pecar aqui dos, alli cuatro peca- dos, ocho, diez, etc. hasta que te casaste? P. Si Padre, desde os quin- ce hasta los veinte y cinco, que me casé, he tenido de ese modo con muchas. C. Entre unas y ‘otras, & cudntas veces Ilegaria al mes? P. A tantas, v.g- ocho, poco mas 6 menos; porque, aunque alguno tf otro mes, 6 por no haber ocasion, 6 porque la conciencia me remordia, me Contuve, pero otros caia con mas frecuencia. C. Y de ese numero de ve- ces, cudatas seria con casadas y cudntas con solteras? P. Padre, la mitad con unas y la mitad con otras. Otro dird: la tercera 6 cuarta parte de veces con casada, y las demas con libre. : C. Y despues de casado? P. Desde los veinte y cinco affos que me casé, hasta ahora que tengo cuarenta, ha sido con menos frecuencia: seria la mitad, 6 la cuarta parte de las veces dichas, y las mas de ellas con casadas. C. Y ha habido algua amancebamiento con algunas de ellas, de quince 6 treinta dias, 6 de mas tiempo? P. Si Padre, con una ca- sada dos semanas, con otra tres, y con una soltera cuatro afios. C. Con esas dos casadas en las cinco semanas cudntas veces caiste? Y cudntas con [a soltera de los cuatro afios? P. Padre, con las primeras una veg: ah MANUAL cada dia, y con la soltera la tercera parte de cada un afio, poco mas 6 menos. . . C. Has ido solicitando 4 unas y 4 otras al mal, ya con palabras, ya con acciones? P. Si Padre, discurro que entre aquellas que logré, y las que no pude lograr de los quince 4 los veinte y cinco afios, entre casadas y solteras, seria dies veces al mes; sin contar ana parienta ca- sada, que la solicité veinte y cuatro veces; y despues de los veinte y cinco afios que me casé, hasta los cuarenta que tengo (quitados seis me- ses que he sido viudo, y no me cuidaba de estas cosas) habré sido dar ese escd4ndalo y ocasion de ruina cuatro veces al mes, poco mas 6 me- nos. Conf. Has tenido tocamientos con otras personas, con quienes no cafas de obra, y con las que has caido tambien, pero en tiempos en que no Ilegabas 4 la obra, sino que por algun accidente te quedabas en s0- los tocamientos? Nota, que los tocamientos que preceden 4 la obra, y © los que se siguen, como apéndices y complemento de ella, no es menester conferarlos, Porque ya se entienden en la misma obra que se confiesa; y por esto solamente se habla en esta pregunta de los tactos, en que no se pasa mas adelante. P. Si Padre, ese ha sido muy frecuente: entre casa- das y solteras, que no puedo sacarlas en limpio: seria cuando mancebo, tres 6 cuatro veces cada semana, y lo mismo despues de casado 4 poca diferencia. Otro dird conforme halle en su conciencia. C. Con tu consorte antes de casarte, tuviste comunicacion torpe? P. Si Padre, por un afio que la galanteé , la estuve tocando los mas de los dias, y caf con ella veinte veces, bien que en estas, paraque no quedase prefiada, derramé fuera, (nota, que esta circunstancia si ha su- cedido con otras , se debe explicar) y siempre me quedaba con el deleite 6 pensamiento, 4 mas de lo que daba 4 decir al pueblo 6 vecinos. C. Has Ilevado 4 otros 4 pecar, déndoles ese escéndalo? P. No Pa- dre, siempre he ido solo. Otro dird: cinco veces he sido causa, que otro viniera, y una vez de estas fué un casado al que descaminé. C. Has servido al amo, ama 6 amigo, Ilevando, trayendo recados, villetes, 6 regalos, 6 admitiendo en tu casa, como en depésito , la manceba 6 galan? P. Si Padre, por tanto tiempo, -y con tal frecuencia y estado de perso- nas. C. Pecaste con tu consorte por carta de inas; esto es, con excesos, 6 modos abominables, 6 por carta de menos, no pagando Ia deuda 4 que te obliga el matrimonio? P. Si Padre, lo primero, seré una ves la semana , por el término de diez afios; y lo seguudo , tantas veces al mes, por ticmpo de dos aiios. C. Has tenido costumbre de hablar deshonestamente, 6 referir cuen- tos deshonestos? P. Si Padre, desde los quince afios hasta los veinte y cinco que me casé, era muy ordinario, y dias de muchas veces, ya con DE PIADOSAS MRDITACIONES. 25 hombres, ya con mugeres; mas desde que soy casado, es poco, serén dos 6 tres veces al mes, y sin intencion de provocar. C. Has lefdo li- bros deshonestos? Has escrito billetes amatorios? P. No Padre, 6 8i Padre , tantas veces. C. Te has alabado de haber tenido cosas feas con alguna persona? P. Si Padre, tantas veces: 6 no Padre. C. Tuviste con otros muchachos, 6 4 tus solas, y contigo mismo to- camientos feos y deleites, sirviéndote de tus propias manos, como de instromento para la maldad? P. Ah! Padre mio, este es mi atolladero. C. Pues vaya, que ha habido? P. Padre, en la edad de siete u ocho afios, un hermanito mas grande que yo me empezé 4 tocar, luego lo hi- ze yo con otros de la escuela; y de aquf me quedé 4 mf la mala cos- tumbre de ese maldito vicio. C. Con el hermano fue muchas veces? P. Si Padre, en dos aiios que dormimos juntos, seria tres 6 cuatro veces cada semana. C. Y con los otros muchachos, qué veces seria? P. Padre con uno cuatro, con otro seis, diez con otro; entre todos discurro, seria cincuenta y cinco veces, poco mas 6 menos. Dird otro: serian dos veces cada semana, entre unos y otros, en dos afios que anduve 4 la escuela. C. ¥ abriste los ojos 4 alguno, 6 algunos de ellos, pura ese vicio. P. Si Padre, 4 uno yo se lo ensefié. Otro dird:.no Padre, ya lo sabian hacer: ellos me lo ensefiaron. C. Hicisteis otra cosa mas fea alguna vez? P. Si Padre, cometimos sodomia tantas veces. C. Contigo mismo 4 tus solas has estado mucho tiempo en este pecado? P. Si Padre, desde los diez afios que comenzé , hasta los veinte y cinco, que me cas¢, Ilegaria 4 tres 6 cuatro veces por semana; porque aunque pasase los ocho 6 diez dias que no me cuidaba de eso, otros lo hacia ti.o veces al dia. C. Despues de casado has continuado en ese pecado? P. Padre, tanto como costum- bre, no; pero algunas veces que he estado ausente de mi muger, he vuelto 4 cometerlo; pienso, que un afio con otro, hasta los cuarenta que tengo, serén tres veces cada aio. C. Al ver mugeres, andando por las calles, caminos, iglesias, mi- rando 4 ventanas y puertas, 6 tratando con ellas en tu tienda, u otra parte solias mirarlas con curiosidad? Se te venian 4 menudo pensamien- tos malos? P. Padre, de los doce afios hasta los veinte y cinco, fue sin freno, y siempre con el pensamiento abierto; despues de casado, que me tomaron otros cuidados, né ha sido tanto, seria una vez en Ja sema- na. C. Solias, cuando se te ofrecian esas imaginaciones feas, apartarlas recurriendo 4 Dios, 4 la Virgen Santisima, 6 4 los santos? P. Padre, ra- ra vez. Esto de pensamientos, como es moralmente imposible al que ha vivido desenfrenadamente, y con apego d este vicio, decir el mimero, la cualidad ; ni si los consentia 6 no; basta que se explique en el modo di- cho, paraque entienda el prudente confesor el estado del alma del peni- tente. 36 MANUAL Séptimo mandamiento. Conf. Has quitado alguna cosa 4 otra persona contra su voluntad y derecho en materia grave? P. Si Padre, 4 mi.padre 6 4 mi tio, en re- petidas veces le habré hurtado tanta cantidad , v. g. trescientos doblones. C. En cuantas veces le quitaste todo eso? P. En sesenta, poco mas 6 menos. C. Y cada vez tomabas materia grave? P. Siempre Padre , menos en diez 6 doce, que solo tomé un real de plata 6 poco mas. C. A otras personas has hurtado alguna cosa, 6 sisando poco 4 poco d los amos, 6 quitando con medidas y pesos infieles, 6 echando mescla en las cosas usuales y comestibles, ¢ vendiéndolas con alguna tacha oculta? P. Si Padre, por seis afios he tenido ese vicio. C. Cudnto dafio habrds hecho en ese tiempo? P. Padre, cosa de trescientos ducados. Aguf se ha de ave- riguar , como arriba, las veces que damnificaria en materia grave, 6 si aunque quitase cosa leve, era con dnimo de continuar; porque cada vez seria pecado mortal. Asimismo si hay duefios ciertos damnificados , y otros inciertos, 6 que no se pueden hablar, para dirigirse en el modo de la res~ titucion. C, Has dejado culpablemente de pagar criados , oficiales, acree- dores, de cumplir Jas misas, ultimas voluntades u obras pias que estén 4 tu cargo? P. Si Padre, por tres afios. C. Pues todo ese tiempo has vivido en pecado mortal. C. Has diferido sin justa causa pagar lo que podias ¢ lo menos poco 4 poco y por partes? P. Si Padre, tanto tiem- po. C. Has recibido 6 comprado cosa, que sabias 6 debias presumir era hurtada? P. Si Padre, esto 6 lo otro. C. Has aconsejado el hurto 6 cooperado 4 él? P. Si Padre, tantas veces. C. Has causado dafio en las heredades? P. Si Padre, tanto y tantas veces; 6 no Padre. Octavo mandamiento. Conf. Has levantado algun testimonio falso? v. g. que F. cayé 6 ti caiste con F., que el otro hurts? etc. P. Si Padre, etc. C. Has jusgado mal del prdjimo, sin tener para ello fundamento, y creyendo fijamente, que era asi como tu pensabas? P. Padre, tanto como creer de fijo, que era como yo pensaba, no; porque me quedaba siempre con el recelo de si es, 6 no es. C. Pues eso no es juicio, sino sospecha temeraria, que es ordinariamente pecado venial. C. Has descubierto algun defecto grave y oculto de otro, tocante 4 su fama y honor? P. Si Padre, dije esto 6 lo otro, etc, que no se sabia, y por mi dicho quedé deshoorada la per- sona. C. Has murmurado de sacerdotes, de comunidades eclesidsticas 6 religiosas 6 de algun individuo de ellas? P. Si Padre. C. Has murmu- rado con especialidad de parientes 6 vecinos, que te hicieron algun da- fio, negaron 6 chuparon Ja hacienda? C. Has metido confusion entre amos, criados, amigos 6 parientes? C. Has murmurado de genios, v. g. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 27 Fulano es un tonto es un tal, 6 cual: es menester tratarle con reserva. Fulano tiene muy larga la lengua, es de genio insufrible? P. Si Padre. Si ha habido costumbre, se dice el tiempo y la frecuencia de hablar; y si se siguid deshonra para con algunos, se verd el modo mas util de re+ pararla, inenos que la cosa estuviere ya dormida y sepultada; que en tal caso no hay mas que callar. Los pecados contra el nono y décimo mandamiento, no desear la mu- ger de otro, ni los bienes de otro, estdn sertalados en el sexto y séptimo mandamiento. : ADVERTENCIAS NOTABLES. 1 Cuando la confesion general no es de obligacion, (porque en las confesiones particulares no se callé cosa substancial por verguenza, ni hubo costombre fuerte, ui ocasion préxima de pecar mortalmente, mas antes se hizo en ella cuanto cada uno sabia, y podia de su parte, para hacerlas bien) sino de consejo: en estos casos asi el confesor como el penitente pueden proceder con menos fatiga y con menos reparo, aun~ que se olvide 6 se deje algo. 2 En cualquier especie de pecados, ver si ha habido costumbre 6 no. Sino ha habido costumbre, mas solo se ha cafdo algunas veces en aquel pecado, v. g. de comer carne en dia prohibido, facilmente veré quien se examina, que en toda su vida no habré sido sino tantas veces, y asi lo diré al confesor: padre, eso habrd sido en toda mi vida ocho ve- ces,v. g. Si ba sido mas, puede ir por afios, diciendo: padre, eso ha- brd sido cada afio desde los diez, v. g. hasta los cuarenta que tengo, quince veces poco mas 6 menos. Si ha habido costumbre , diga el tiempo que duré y la frecuencia de pecar. Por ejemplo: uno ha tenido cos- tumbre de jurar sin reparo, ni atencion si era con verdad 6 mentira; bas- tard que diga: padre esa costumbre me ha durado tantos aftos, 6 la tuve desde tal é tal edad, los mas de los dias juraba ast, y ast; 6 cuatro 6 cinco veces cada semana, poco mas 6 menos: 6 bien: un dia con otro, tres 6 cuatro veces al dia. Y no es menester decir mas, para confesarse bien de los pecados que ha hecho jurando. 3 Et que despues de haber hecho suficiente eximen de sus pecados, declara el estado de su vida, el tiempo y frecuencia, como queda dicho, que tuvo de caer en tal 6 tal pecado; si despues de confesado se le re- presenta u ofrece algun pecado de la misma especie, no tiene obligacion de volverlo 4 confesar. Pongo por ejemplo: confesé uno la costumbre de tocamientos feos, que tuvo por cinco afios con diversas personas solte- ras: despues en particular se le ofrece: ola, en tal viage, meson, en tal casa, lugar , etc. tuve tal tocamiento malo con fulana soltera; y luego vuelve al confesor , diciendo lo que se le ha acordado: esto no es menes- 38 MANUAL ter; porque el tal tocamiento aunque 4 dl no se Ie ofrecié cuando se examinaba, ni cuando se confesé, sin embargo vino entendido y con- fesado de por junto en la gruesa de la costumbre de tal vicio, que se completaba de aquel y otro, y otro acto in individuo, que confesd; y asi dejarlo sin pensar mas en él, que este alivio disfrutan los que se con- fiesan en el modo dicho, declarando el tiempo y frecuencia de pecar. 4 No es necesario el ir contando un pecado tras otro, especialmente si son muchos de una misma especie, como el que empieza una letania de culpas, diciendo: con otra, con otra, con otra, etc. porque es gas- tar inutilmente el tiempo, dar que merecer al confesor, y hacer deses- perar 4 los demas, que esperan para confesarse: basta decir el nimero de por junto 6 determinado si se sabe, v. g. entre unas mugeres y otras veinte veces, 6 por semanas si son muchas las culpas. Por ejemplo: En- tre unas ¥ otras, he caido dos 6 tres veces cada semana, y la mitad de estas con casadas , y la otra mitad con solteras , 6 la tercera é cuarta par- te, conforme habré examinado y juzgaré en su interior. 5 El Padre Juan Bautista Poza de la compafifa de Jesus dice en su practica de ayudar 4 bien morir, que de ordinario la primera aprehension, que uno hace del estado de su conciencia en cada especie de culpas, es la mas verdadera, y que si hecho un prudente moderado exdmen, se queda en perplejidad y duda, se atienda 4 la primera aprehension. Esta regla puede servir 4 aquellos especialmente, que, 6 por su rudeza 6 poca memoria, 6 confusion de entendimiento , 6 pusilanimidad, 6 escni- pulos, unas veces les parece el numero de culpas en aquella materia, grande, otras pequefio, otras mediano, otras entre mediano y grande, otras entre mediano y pequefio, sin atreverse 4 resolver ni uno ni otro. Digan, pues, segun su primera aprehension en este caso de perplejidad. 6 ELV. P. M. Fr. Luis de Granada en su doctrina dice: noes ne- cesario confesar los modos y maneras, como se tuvieron los pecados, mayormente en los sensuales. Basta declarar el ntimero y especie de ellos, con las circunstancias necesarias. Si el pecado fue de obra consu- mada; basta decir el nombre de la obra; es 4 saber, adulterio, simple fornicacion , incesto , sacrilegio, tantas veces, sin decir las menudencias, que suelen acompadar los tales torpes actos; como son tocamientos, am~- plexos y dsculos. Si de palabra, basta decir: dije tantas 6 por tantas ve- ces, palabras torpes , con intento de provocar 4 mal, sin expresar las pa- labras. Y si fue pecado de pensamiento, diga el mimero y el estado de la persona, sin decir lo que pensaba , como algunos hacen (con gran con- fusion y verguenza) sin ser necesario para el sacramento. Lo mismo serd en el sueiio deshonesto, en que se deleité, que no es menester diga lo que soilaba, si solo el ntimero y la especie. 7 Aunque es bueno confesarse de los pecados veniales, no es pero ne- DE PIADOSAS MEDITACIONES. 29 cesario; y asi se pueden callar 6 decir, como el penitente quisiere: y culpas veniales se Haman, las que no quebraptan en materia grave al- guno de los diez mandamientos. Tales son las maldiciones ordinarias, y sin dnimo de que alcancen , entre parientes : los juramentos sin necesidad, Jas impaciencias, enfados, disimulos, competencias, porfias, mentiras, y otros semejantes , segun vemos se cometen entre los domésticos y co- nocidos , que aunque no tratan de perfeccion, son temerosos de Dios. Y para mayor noticia de la diferencia, que hay de Jas culpas veniales, se advierta, que en la soberbia, por excesivo y desbaratado, que sea el deseo de fama, honra y propia excelencia, no llegarf 4 haber pecado mortal, si el dicho deseo no es causa de despreciar las excomuniones, 6 deshonrar 4 otros gravemente , 6 poner las manos en aus padres, 6 que- brantar de otra manera notablemente con pensamiento, obra ¢ palabra alguno de los dies mandamientos. En la avaricia , por mas deseo que uno tenga de bienes agenos, si este afecto no le hace desear alguna cosa de valor por via de hurto, 6 medio injusto, no hay pecado mortal. En la Iujuria, por mas feos sentimientos, y movimientos que padesca, si no hay voluntad de ejecutar, 6 delectacion amorosa acerca de las culpas y especies, que se declararon en el sexto mandamiento, no hay pecado mortal. En la ira, por mas que uno se turbe, enfade y desagrade de otro, si no le desea algun gran mal, ¢ la privacion de algun gran bien, por ddio, 6 se complace de lo dicho, no hay pecado mortal. nla gu- Ja, por mas que uno desee y obtenga regalos y delicias, si no quebran- ta ayuno de obligacion, 6 se embriaga, 6 hace daiio notable en Ja salud corporal 6 espiritual, no hay pecado mortal. En Ja envidia, si no se ha- Ma deseo de mal grave al prdjimo, y descrédito de consideracion 6 cosa equivalente, no hay pecado mortal: lo cual es aun mas verdad en la emulaciou con que uno desea ser, 6 parecer mas que otro, si no se vale de medios injustos mortalmente. En la pereza, por mas flojo y remiso que uno sea, si no le hace dejar de oir misa en dia de fiesta, 6 cumplir con otras obligaciones graves puestas en la ley, y precepto de mucha consideracion, no hay pecado mortal. Lidmanse estas culpas mortales, por ser pasionea y apetitos, que ficilmente engafian 4 un hombre pa- aque tropieze en pecados graves, hasta caer en los enormes. Todo esto dice el P. Juan Bautista Poza de la compafifa de Jesus en au prdctica de ayudar 4 bien morir. Pero se debe advertir, que no por ser pecados veniales, se han de despreciar y cometer fécilmente; por- que quien asi hiciese poco caso de ellos, es cierto caeria bien presto en pecados graves, segon aquello del Ecles. 19, 1. Qui spernit modica, pau- Jatim decidet. Mas antes se han de procurar evitar con sumo cuidado, por la fidelidad, que se debe 4 Dios, la cual tanto mas se comprueba, cuanto se pone mayor diligencia en huir de culpas en af ligeras. 30 MANUAL 8 Muchos hay, los cuales parece se imaginan , que el confesarse no es otra cosa, que referir fielmente al sacerdote sus culpas, y que con esto ests hecho todo, y de aquf viene, que toda la diligencia para pre. venirse antes de Ia confesion, es aprender bastantemente la suma de los pecados, que se han cometido; y despues de confesados quedan satisfe- chos si pueden asegurarse de que ningun pecado se haya olvidado de confesar. Esto es un gravisimo y pernicioso error: si esta sola diligencia fuese bastante para hacer las paces con Dios, no seria el camino del cielo tan estrecho, como dice el Evangelio, sino mas ancho, que Ja pla- za. Qué gran fatiga es contarle 4 un confesor nuestras caidas, estando ya habituados desde. muy nifios 4 estas mismas diligencias? Por tanto es menester entender bien, que el confesarse propiamente es convertirse 4 Dios: y por eso, aunque es verdad, que el manifestar enteramente las culpas es cosa precisa, para que el sacerdote nos absuelva, todavia esta sola diligencia no basta, sino que se requiere de mas 4 mas un verdade- ro dolor de los pecados, y tal, que tenga estas tres condiciones. 1 Que sea sobrenatural. 2 Que sea sumo. 3 Que sea eficéz. Quiere decir, que de tal manera se ha de doler el penitente de sus culpas, que se resuelva de veras 4 no volver 4 ofender mas 4 Dios, en vingun tiempo, en nin- guna ocasion, ni por el amor & algun bien, ni por temor de algun mal: y esto com tal vigor y aprecio de Dios, que el alma por este acto, an~ tes que pecar, elegiria otro cualquier mal, que le pudiese acontecer, 6 por ser Dios una suma infinita bondad, digna de ser amada sobre todas las cosas, y el pecado un mal infinito, descubierto y conocido por la luz de la santa 1€; 6 porque el pecado priva el alma de la gloria celes- tial y eterna, y Ia condena al inferno, Si el que se confiesa no tiene en su corazon un dolor de esta suerte, por mas que se persuada de bue- na fé que lo tiene, despues de haber confesado, se quedaré con todos sus pecados: y aquella persuasion solo seré bastante 4 que no haya in- currido en un sacrilegio en su confesion; pero no servird para evitar el que, si asi muere, se vaya 4 los infiernos. Por esto, péngase todo cui- dado en ejercitarse en este arrepentimiento de sus culpas, valiéndose del acto de contricion, y consideraciones eficacisimas, que estén despues del siguiente exfmen. OTRO EXAMEN DE LA CONCIENCIA PARA LA CONFESION GENERAL. Quien quiera hacer la confesion general , debe enteramente hacer reflexion. 1 Si ha hecho Ia diligencia en sus confesiones del debido exdmen, 6 con riesgo de no hacerlas enteras. DE PIADOSAS MBDITACIONES. 31 2 Si he callade por vergiienza algun pecado mortal, y en cuantas confesiones: y habiéndolos despues confesado, si ha dicho lo que habia callado, y si ha vuelto 4 hacer las confesiones en tas cuales lo habia callado. - 3 Sise ba confesado sin dolor y arrepentimiento de sus pecados, 6 sin voluntad verdadera de no cometerlos mas. 4 Si se ha confesado, estando en ocasion prdéxima de pecar sin de- jarla, 6 teniendo hacienda agena y pudiendo restituirla, no la haya restituido, 6 teniendo alguna enemistad , no se ha reconciliado, sino que ba continuado en ella, negando la palabra 6 comunicacion con escén- dalo. § Si ha comulgado con las mismas indisposiciones, 6 ba recibido otro sacramento; como la confirmacion, orden, matrimonio, 6 extrema- uncion. Primer precepto: adorar y amar un solo Dios. Si ha dudado en cosas de Ja fé: si ha consentido en dudas: si vo- luntarismente se ha entretenido en ellas: si con curiosidad demasiada ha escudrifiado las razones de los misterios de 1a fé: si hablando con otros, los ha impugnado 6 puesto en duda, con riesgo de prevaricar él mismo uf otros: si ha sabido, 6 dejado de aprender los principales mis- terios de la fé. Si ha leido libros heréticos y contrarios 4 nuestra santa {€ catdlica, 6 buenas costumbres, 6 por otra causa prohibidos: si los ha tenido en su dominio, 6 los ha dejado 4 otros. : Si ha tratado con hereges, 6 ha frecuentado conversaciones de he- breos: si ha tenido por burla, 6 ha hablado licenciosamente de las cosas de Ia f€; si ha presumido salvarse , sin hacer penitencia; ¢ si ha tenido intencion de diferirla 4 la hora de la muerte, 6 si ha cometido pecados con esperanza del perdon 6 diciendo, ya me confesaré de ellos despues. Si por la multitud de sus pecados ha dexconfiado de Ia misericordia de Dios, 6 de poder enmendarse y dejar el pecado. Si ha amado 4 alguna criatura mas, 4 4 la igualdad de Dios. Si se ha quejado de Dios, 6 murmurado de su providencia. Si ha despreciado , 6 escarnecido las personas buenas, 6 si ha tenido édio & quien lo avisaba. Si por enfado 6 risa ha dejado las cosas del servicio de Dios, 4 les cusles era obligado; como oir la misa, adorar y rogar 4 Dios por Is mafiana y Ia noche, y en Jas gravisimas tentaciones y necesidades. Si ha recurrido al demonio, con expresa 6 t4cita invocacion: si se ha servido de vaoas observancias y supersticiones: si ha traido consigo bi- Uetes U otras cosas, para no ser ofendido de las armas, 6 por otro fin: 32 MANUAL si ha creido 4 suefios, 4 dias felices ¢ infelices, consultado adivinos, y tratado tal suerte de gente, por aprender sus sortilegios, hallar tesoros, ete. Si por algun fin malo 6 deshonesto ha usado de cosas sagradas , co- mo agua bendita, cera 6 ramos de olivo bendito, 6 palabras de la sa- grada Escritura, 6 de la misa. Si no ha revelado al santo oficio los brujos 6 brujas, blasfemadores y otros, como esté ordenado por su edicto. Segundo precepto: no jurar el nombre de Dios en vano. Si ha jurado el nombre de Dios en el juego, 6 en otras cosas vanas, con riesgo de jurar tanto lo verdadero como lo falso: y si ha tenido esto por costumbre. Si ha jurado lo que sabia 6 dudaba ser falso: si ha prometido con juramento lo que no queria cumplir, 6 ha jurado hacer cosas ilicitas y malas, 6 no ha cumplido las cosas buenas y licitas, que con juramento habia prometido: si ha hecho juramentos execratorios, deseando hacer mal 4 sf mismo 6 4 otros. Si ha blasfemado de Dios, de la Virgen Santisima, 6 de los santos: si ha hablado con poco respeto, 6 ha nombrado cosas indignas de ellos, como tambien con blasfemia heretical : si ha dicho con rabia sus nombres 6 usado de ellos en cosas burlescas , canciones, juegos, etc. Si ha cumplido los votos que ha hecho, en el tiempo, en el modo, y con las condiciones que debia, ¢ si los ha hecho inconsideradamente , 6 de cosas vanas é ilicitas. Tercer precepto: santificar las fiestas. — Si ha dejado de oir misa los domingos y fiestas mandadas, ¢ no la ha oido entera; si ha pasado parte de ella hablando, 6 durmiendo, ¢ voluntariamente divertido. Si ha estado con irreverencia en la iglesia, discurriendo de cosas va- nas, poco honestas, riendo 6 burlando: si ha mirado lascivamente, 6 hecho eeffales y otros actos indecentes. Si en dichos dias ha trabajado por algun tiempo notable, 6 hecho trabajar sin necesidad ¢ licencia: si ha gastado parte de ellos en juegos, bailes, en galanteos, y otros entretenimientos ilfcitos. Si ha dejado de confesar en el afio y comulgar en la Pascua, 6 si lo ha hecho sin las debidas disposiciones 6 por pura costumbre: si ha cumplido bien las penitencias impuestas por el confesor en las confesio- nes, y si ha buscado confesores faciles ¢ indoctos, DE PIADOSAS MEDITACIONES 33 Cuarto precepto: honrar padre y madre. Si ha injuriado 4 sus padres, 6 4 otros parientes: si les ha deseado la muerte, uf otros dafios graves: si con palabras injuriosas los ha ofendido 6 provocado 4 ira: si les ha amenazado 6 hablado con poco respeto. Si no los ha obedecido en cosas graves, pertenecientes 4 buenas cos- tumbres y gobierno de casa: si ha tratado casamiento sin su consejo. Si ha robado, 6 vendido cosas de casa en secreto, 6 en perjuicio de sus hermanos. Si en sus necesidades no los ha socorrido, pudiéndolo hacer, 6 le ha sabido mal de ayudarlos, 6 reconocerlos por ser pobres 6 defectuosos. Si estando enfermos no los ha visitado 6 socorrido: si ha procurado hacerles recibir los sacramentos: si ha impedido que hiciesen testamen- to, 6 si lo ha hecho hacer d su gusto, y despues de muertos no ha paga- do las deudas y mandas. Si siendo padre 6 madre de familia ha criado malamente los hijos, no instruyéndolos en cosas de Ia fe, no corrigi¢ndolos, ni castigéndoles cuando erraban: si los ha maldecido, 6 mostrado mas afecto 4 uno, que 4 otro: si los ha tenido en la cama con riesgo de ahogarlos, 6 de darles algun mal ejemplo. Si con palabras 6 ejemplos los ha inclinado al mal, como 4 Ja ven- ganza, horto, deshonestidad, blasfemia, juramento, 6 4 trabajar, y no oir misa en las fiestas: si ha incitado 4 sus criados 4 algunas cosas de estas. Quinto precepto: no matar. Si por algun tiempo ha tenido ddio al prdjimo: si ha querido ven- garse: si no ha querido reconciliarse, ni hablar con él, ni saludarle: si le ha deseado la muerte uf otro dafio; 6 si le ha dicho palabras in- Juriosas. Si ha querido, 6 procurado matar, 6 maltratar 4 alguna persona: si la ha muerto, ofendido 6 herido: si ha mandado, aconsejado 6 coopera- do 4la muerte, 6 grave dafio del prdjimo: si ha tenido gusto 6 alegria del dajio, y tristeza del bien ageno. Si rogado por el enemigo 4 reconciliarse con 1, no lo ha querido; y si de presente tiene enemistad alguna. Si se ha airado, impacientado 6 deseado mal 4 sf mismo, 6 4 otro. Si ha dado mal ejemplo con acciones 6 palabras, y si ha sido causa que los otros hayan pecado: si ha alabado, 6 ha aprobado los vicios y pecados de otros. Sexto precepto: no fornicar. ’ Si se ha entretenido voluntariamente con pensamientos de deshones- 3 34 MANUAL tidad , y deliciosos, sin voluntad de ponerlos en obra, 6 con deseo de efectuarlos, y de que especie eran. Si ha ido, 6 pasado por algun lugar por ver personas con fin malo; y si voluotariamente se ha puesto en riesgo de pecar. Si ha hablado, ti oido de buena gana conversar de cosa de deshones- tidad por pasatiempo, 6 4 fin de inclinar 4 otros 4 mal: si ha cantado canciones lascivas, leido libros impuros, 6 hécholos leer. Si ha compuesto canciones, sonetos, versos, 6 pintado figuras desho- nestas, 6 si ha tenido en casa cosas semejantes. Si ha provocado 4 otros al mal con alhagos, promesas, 6 persuadién- dolos, que no era grave pecado. Si se ha entretenido con yalanteos vanos, con fin, 6 sin fin de casa- miento: si ha mirado lascivamente, 6 hecho sefiales dirigidas al mal. Si ha tenido osculos, 6 ha tocado 4 sf mismo, 6 4 otros deshonesta- mente. Si ha consumado el pecado con persona libre, casada, parienta, con- sagrada 4 Dios con voto; si con virgen con Ia promesa de casamiento, 6 por fuerza: si ha continuado el pecado con alguna de estas: si se ha seguido algun parto, 6 lo ha abortado con bebida, u otra cosa: si ha caf- do en pecados mas graves, como de molicie, sodomia é bestialidad ; y si los ha confesado con individuacion: si de presente estd en ocasion pré- xima de alguno de dichos pecados, si los ha ensefiado 4 otros, 6 se ha gloriado, 6 alegrado de haberlos cometido. : En todos los sobredichos pecados debe el penitente declarar el estado, que profesaba, cuando los cometid, si era casado, ui ordenado de érdenes Sacros, 6 si habia hecho voto de castidad, 6 si los ha cometido en lugar sagrado. Si los casados han hecho cosas contra el uso del santo matrimonio. Séptimo precepto: no hurtar. Si ha deseado damnificar al prdjimo, hurténdole algo, bien que des- pues no lo haya hecho. Si ha hurtado cosa de otro, cuanto, y en cuantas ocasiones: si era consagrada, 6 en lugar sagrado: si habiéndola hallado se la ha retenido, sabiendo de quien era, 6 no ha querido hacer diligencia para saberlo. Si en el comprar 6 vender, 6 en otros contratos ha cometido injus- ticia alguna en calidad 6 cantidad de !a cosa: si ha dejado dineros, if otra casa con usura: si vendiendo al fiado, ha excedido el precio justo: si ha hecho alguna compafifa injusta, 6 si ha cometido simonia en beneficios, 6 en otras cosas sagradas. Si con engaiios, 6 pleitos injustos ha causado dafio al prdjimo: si ha DE PIADOSAS MBDITACIONES. : 35 engafiado al prdjimo con mercaderias; si ha sido cdinplice del hurto 6 dafio. Si pudiendo no ha hecho restitucion en los casos sobredichos, como tambien por los homicidios 6 heridas, etc. 4 que hubiese cooperado: si no ha pagado prontamente las deudas, pudiendo: si ha entretenido 6 retardado la paga 4 los trabajadores, criados, mercaderes 6 acreedores; y si ha satisfecho los dafivs, que han causado las tales dilaciones: si no ha pagado los legados, diezmos, 6 primicias, 6 ha defraudado, pa- géndolo. Si el criado no ha tenido cuidado de los bienes de su amo: si los ha dado 4 otros sin consentimiento: si le ha hurtado algo: si ha cumplido con su oficio y servicio, por lo cual era pagado. Si administrando bienes publicos, 6 de lugares pios, 6 de pupilos, no los ha administrado lealmente: si ha defraudado, 6 dejado perder dichos bienes por negligencia. Octavo precepto: no decir falsos testimonios. Si en el tribunal eclesidstico, civil 6 criminal ha jurado falso, 6 in- ducido 4 otros que lo hiciesen, y si ba sido con perjuicio: si ha culpado alguna persona injustamente, si se ha servido de escrituras ¢ instrumen- tos falsos, 6 si ha hecho instrumentos falsificados. . Si ha recibido dones por hacer jasticia, 6 no fa ha hecho por temor. 6 con esperanza de algun lucro: si ha defendido pleitos injustos, 6 los ha alargado en dafio de las partes. Si ha dicho mentiras en daiio de otro: si ha puesto discordias. Si ha murmurado del prdjimo infaméndole, diciendo algun defecto 6 pecado oculto: si ha hablado malamente de principes eclesidsticos 6 seculares, de religiosos, 6 de otras personas, y no ha restituido la fama. Si ha escuchado con gusto 4 quien hablaba mal, 6 murmuraba de otro: si ha hecho juicios temerarive, 6 interpretado acciones de otros en mala parte, 6 ha sospechado de ellos por indicios ligeros. Los pecados contra el nono y décimo mandamiento: No desear la muger de tu préjimo, ni codiciar los bienes agenos, estan seftalados en el sexto y séptimo mandamiento. Ademas de esto, se ha de examinar, si ha comido contra el manda- miento de la iglesia: si no ha ayunado, estando obligado: si ha come- tido exceso en la comida 6 bebida: en fin cada uno ha de examinar 4 sf mismo, sobre las obligaciones de su oficio y empleos , que ha tenido. Obligaciones generales de todos, y cualesquier cristiano para salvarse. « Esté obligado 4 creer todo aquello, que ensefia la santa iglesia ca- 36 MANUAL télica romana, como revelado por Dios; y particular, y distintamente lo que se contiene en el Credo; y de cuando en cuando debe hacer actos de fe, esperanza’ y de amor de Dios: por lo que estd obligado 4 aprender el modo de hacerlos. a Debe observar la ley santa de Dios y de la iglesia. 3 Es necesario huir todo pecado, y las ocasiones préximas de pecar. 4 Conviene recibir los santos sacramentos 4 su tiempo con las de- bidas disposiciones. 5 Encomendarnos 4 Dios por la mafiana y por la noche, y siempre que seamos acometidos de alguna tentacion de nuestros enemigos, mundo, demonio y carne. 6 Satisfacer 4 todas las obligaciones particulares del estado, y condi- cion en que cada uno se halla. Obligaciones particulares de padres y madres de familia, dcia sus hijos. 1 Deben alimentarlos y vestirlos segun su condicion, y hacerles aprender algun arte segun su posibilidad. Contra esto ordinariamente faltan los que estdn dados al vicio del juego y de tabernear: pecados de mucha consideracion en todos; pero especialmente en padres de fa- milia. s Estdn obligados 4 instruirlos, 6 hacerlos instruir en Ios princi- pales misterios de la fe, unidad y Trinidad de Dios, encarnacion y muer- te de nuestro Salvador: en los mandamientos de Dios y de la iglesia: en el modo de hacer oracion, y de recibir los santos sacramentos: en el modo de tratar civilmente con todos. . 3 Los deben corregir y castigar, cuando ofenden 4 Dios, ¢ al prdji- mo con palabras 6 con acciones, en la honra 6 en los bienes, y cuando observan que tratan con personas que los pueden descaminar y ensefiar la malicia, 6 los ponen en otras ocasiones de pecar; como de juegos, bailes, conversaciones y galanteos; y cuando las madres impiden 4 los padres castigar 4 sus hijos, hacen mal, y pecan. : 4 Deben darles buen ejemplo, no haciendo, ni diciendo cosa alguna en gu presencia que les pueda ensefiar 4 pecar; mas antes haciendo solo las que muevan 4 obrar bien. Estas mismas obligaciones tiene respectivamente un maestro con sus discfpulos, un amo con sus criados, y todo superior con sus suibditos. Obligaciones de hijos dcia sus padres. 1 Deben amarlos mas que 4 otra cualquiera cosa despues de Dios, co- mo-4 personas 4 las cuales estén mas obligados. . 2 Respetarlos, tenerlos en buen concepto, hablar de ellos con respe- DE PIADOSAS MEDITACIONES. 37 to, soportar sus defectos, no hacer, ni decir cosa en su presencia que les pueda disgustar: no descubrir sus imperfecciones 4 otros fuera de casa, lamentandose y murmurando de ellos. 3 Estdn obligados 4 obedecerles prontos, y voluntariamente en todas aquellas cosas que no son pecaminosas: no hacer cosa de importancia sin au licencia; como casarse, hacer viages largos, contratos de consecuencia y cosas semejantes. 7 4 Asimiemo en sus necesidades, y particularmente en Ia vejez y en sus enfermedades, procurando no les falte nada en cuanto sea posible, quit4ndose el pan de la boca para dérselo, pues los padres asf lo hicie- ron con ellos cuando nijios. 5 Rogar por ellos, y satisfacer 4 los cargos de misas que hayan de- jado, y antes de morir, procurar que les sean administrados los santos sacramentos 4 tiempo debido. Obligasiones de los casados. 1 Sedeben amar mutuamente con un amor puro, constante y parti- cular; pero guardarse de zelos. 2 Deben buscar todos los medios de vivir en paz, que no haya que decir entre ellos; y as{ tendrén un parafso anticipado. 3 Guardarse fidelidad el uno al otro en el santo matrimonio; porque Ios adulterios les harian perder el alma, y destruir la familia. 4 Ayudarse el uno al otro 4 salvar sus almas con el buen ejemplo, y con soportarse en sus defectos. Obligaciones de los maridos dcia sus mugeres. 1 Deben amar 4 su muger como 4 si mismos, sin amar 4 otras mugeres. 3 La deben corregir, pero con palabras modestas; y jamas castigar- la, sino en caso de gravisimo pecado. 3 La deben proveer de todo lo necesario, as{ para comer, como para vestir, segun sus fuerzas 6 haberes, y segun su estado. 4 La deben respetar, tratindola con palabras amorosas y jamas se- veras, deshonestas é injuriosas. 5 No darle ocasion de zelos, andando 4 fuera de noche , 6 tratando con demasiada familiaridad con otras mugeres. Obligaciones de las mugeres dcia sus maridos. 1 Amar dnicamente 4 su marido, sin admitir otros amores. 3 Tenerles respeto, no respondiéndoles jamas atrevidamente, ni que- rer hacer cosa alguna contra el genio de ellos. . 3 * 38 MANUAL . 3 No admitir conversaciones en casa, de personas, que pueden oca~ sionar zelos 4 sus maridos. 4 No entrar en sus negocios ni criticar sus operaciones. Obedecerles en todo aquello, que no es contra la ley de Dios, y particularmente en lo que mira al santo matrimonio; de otra manera pecan gravemente. 6 Mostrar que tienen cuidado de sus personas, con prepararles Ia comida segun su gusto, en cuanto se puede, y tenerles Ja ropa blanca en buen érden, limpia y aseada. 7. Tener cuidado de los hijos chicos, de la policta de la casa, y de no dejar perder las cosas, alhajas, y provisiones que tanto cuestan 4 los maridos. 8 Finalmente, deben procurar conservar la paz con las suegras, re- conociéndolas por madres, y con los cufiados y cufiadas, haciendo cuan- to puedan por complacerles en todo lo que no es pecado; procurando obedecer mas presto que mandar, guardéndose de portarse como algunas ciertas mugeres que !levan consigo el espfritu de division, y con esto la destruccion de Iss casas en donde entran. Para los eclesidsticos. 1 Si se ha ordenado en pecado mortal, por interés 6 fines tempo- rales 6 sin tener vocacion: si sin tener titulo suficiente, sin dimisorias, no teniendo la edad necesaria, 6 siendo impedido con censura eclesids- tica. 3 Siha recibido 6 administrado algun Sacramento en pecado mor- tal: si ha ejercitado el érden en tal estado 6 teniendo alguna censura, 6 quizé caido en alguna irregularidad: si ha tratado con irreverencia las cosas sagradas: si ha celebrado en pecado mortal, 6 con duda de ello: si en la misa ha dejado palabras 6 ceremonias: si ha satisfecho 4 los cargos de misas. 3 Si sin causa legitima ha dejado de rezar el oficio divino, y si no ha hecho Ia correspondiente restitucion: si lo ha rezado con irreveren- cia y sin debida atencion, as{ publica como privadamente. 4 Si sin ser aprobado ha oido confesiones, 6 no teniendo facultad, ha absuelto de casos reservados, 6 4 quien estaba en ocasion prdxima, 6 enemistad. 5 Si ha faltado 4 la residencia, siendo obligado: si ha tenido mu- chos beneficios ; siendo uno de ellos suficiente para vivir, y no ha hecho Jimosnas de Io superfluo: si ha traido el hdbito, corona ¢ cabellos , segua la regla de Ia disciplina eclesidstica: si se ha entretenido en pasatiempos; como cazar, 6 negocios prohibidos por los sagrados cénones. 6 Si teniendo cura de alias, no ha instrnido d sus feligreses en las DE PIADOSAS MEDITACIONES. 39 cosas necesarias para Ja salud de Jas almas: si no Jes ha explicado el Evangelio: si no ha sido diligente en administrar los santos sacramen- tos 4 los sanos y enfermos: si no ha tenido cuidado de las cosas de Ia iglesia; y si ha dado escéndalo, ¢ mal ejemplo con sus procederes y acciones. : ACTO DE CONTRICION, QUE SE DEBE HACER A LOS PIES de un Crucifijo, antes de presentarse al confesor para hacer la confesion general. Aqui teneis, clementisimo Jesus mio, aqui teneis & vuestros sagra- dos pies la mas vil de vuestras criaturas, al pecador mas infame, des- conocido, ingrato, que no solo no he hecho cuenta alguna de vuestros inestimables inmensos beneficios; mas antes he profanado atrevido lo mas sagrado de vuestra precios(sima sangre. O cudnto temo, Juez supre- mo de mi alma, parecer en juicio en vuestro tribunal! Porque sé de cierto, que en él estoy delatado, y convencido por reo y deudor, no solo de diez mil talentos, como el siervo del Evangelio, sino de mucha ma- yor suma; pues es mayor el numero de mis pecados. Confieso, Dios mio, las deudas; pero bien sabeis Vos, que no tengo con que pagar, sino con lagrimas, llorando amargamente lo pasado, y pidiéndoos espera para lo venidero: patientiam habe in me. O si mis ojos se convirtiesen en dos rios, y mi cabeza en tantas fuentes de ldgrimas, cuantos son los cabellos, que en ella tengo, para Ilorar de dia y de noche las muchas y graves ofensas, que hice contra Vos! O si de aqui en adelante no supiera yo que cosa es ofensa vuestra! De las pasadas, Sefior, estoy sumamente pesaroso y arre- pentido, con propdsito firme de enmendarme. Pero si aun aquf quereis, que os pagne, no solo con l4grimas, sino tambien con tormentos; (como quisisteis pagase aquel mal siervo: Tradidit eum tortoribus) vengan en hora buena sobre mi dolores, enfermedades , afrentas, pobreza, y todas las demas calamidades y tormentos temporales, que fueren necesarios, para pagaros cabalmente, con tal que me libreis de los eternos. Venga en buena hora, ahora, ahora sobre mi Ja misma muerte: muera aqui 4 vues- tros pies de puro dolor y contricion este pecador: rémpase en el pecho este corazon: arrdnquense de Ja cara estos ojos: enmudezca en la boca esta lengua: ensordezcan estos oidos: queden tullidos estos pies y estas manos: sean cruelmente atormentados todos los miembros de este mi cuerpo, que fueron instrumentos de las ofensas que os hice, y acabe del todo aqui ini vida de puro dolor y sentimiento; porque ya no quiero mas vida, si con ella og hubiere de ofender. Nunca mas, Dios mio, nunca mas; antes quiero perder Ja vida, la salud, la honra, la hacienda, Ja casa, que volver 4 ser traidor 4 un Dios amoroso, que murié por mi en una 40 MANUAL cruz. Perdonadme por vuestra infinita clemencia, confortadme en estos buenos propdésitos, paraque guarddndolos perfectamente acabe la vida pre- sente, no como pecador entre agonfas, perplejidades, sobresaltos y re- mordimientos de conciencia, sino como justo, con una muerte preciosa en vuestros divinos ojos. Amen. Nota: que hecha la confesion general, despues de una razonable dili- gencia en el examen de los pecados, tal que parezca suficiente para tedu- cirlos todos 4 la memoria, y en efecto probablemente se juzgue , haberse acordado de todos, no es conveniente volver 4 pensar y repensar en ellos, singularmente habiéndose pasado algun tiempo que se hizo la confesion, y mucho menos cuando esto recae en persona de conciencia timorata, y que aborrece toda culpa grave; mas antes cuando le sobrevenga alguna co- ga, que no se acuerda de fijo de haberla dicho 6 bien explicado en la con- fesion general, puede resolverse, y persuadirse que si que la dijo, y que la confesé con los demas pecados. EI escrupuloso no debe jamas pensar en las confesiones hechas, ni en los pecados pasados en particular; antes tendrd escripulo de hacerlo, por el dafio que 4 sf mismo se puede hacer; y crea que no estd obligado 4 confesarse de ningun pecado pasado que Te sobrevenga 4 la memoria, si no es que sepa de cierto, y lo pueda ju- rar sobre los Evangelios que aquel pecado de que se acuerda era mortal, y que nunca lo habia confesado, ni en confesion general, ni en particular; y por fin sujétese al dictémen de su padre espiritual, obedeciéndole ciega- mente que esto le seré no solo util, mas aun meritorio. CONSIDERACIONES EFICACISIMAS PARA EJERCITARSE EL PECADOR A VERDADERA CONTRICION. 1 Diga de todo corazon: Pequé, Padre mio, contra vos, y en vuestra presencia. (Luce 15, 31.) ¥ cémo, mi Dios, me atrevo 4 Ilamaros Padre, cuando me reconozco indigno de Hamarme hijo vuestro? Porque por los muchos pecados y maldades que cometi contra vuestra divina Magestad, y 4 vista de vuestros ojos, degeneré 4 hijo del demonio. Ah miserable de mi! Y cémo fui tan ingrato, tan malvado, tan impio en érden 4 mi Dios, que ha sido siempre conmigo tan liberal, tan benigno y tan pia- doso 2 Pequé ofendiendo 4 mi Dios, Criador y Salvador mio: su inmensa bondad me dié el sér, y me ha conservado todos los momentos de mi vida; y yo al mismo tiempo le ofendia: Dios me tenia con la mano de su omnipotencia; y yo le ofendia: serviame de las criaturas para ul- trajarle, y de aquellas mismas que su divina bondad me dié , paraque mejor le sirviese; y no obstante este enorme desconocimiento mio, no me ha quitado 1a vida, como ha hecho con otros muchos: servime mal de DE PIADOSAS MEDITACIONES. 41 su divino concurso, sin el cual ni aun 1as culpas, con que le ofendi, pu- diera haber cometido. 3 Pequé contra Dios, que me amé siempre y aun me ama: olvidé, 4 quien jamas se olvida de mi: rasgué con mis manos al que me lleva escrito en las suyas: ofendile y no me ha castigado, pudiendo su divina justicia echarme al infierno en el mismo instante que le ofendia, como eché 4 otros muchos. 4 Pequé contra Dios, verdadero Pagre mio, en el mismo instante que me estaba mirando, estando conmigo y yo con él: trafame en sus en- traiias; y yo como vivora cruel, me esforzaba 4 roérselas y rasgarselas, para salir de ellas y vivir en mi licenciosa libertad: me tenia junto 4 sf para defenderme ; y yo le estaba cerca para agraviarle. 5 Pequé contra Dios, mi Sefor y mi Rey: en cada reino hay un so- lo legitimo Rey, y quien tratase de arrojarle del trono, para introducir y elevar 4 otro en su lugar 6 quisiese darle compafiero en el mando, co- meteria crimen de lesa Magestad, y se haria digno de un gravisimo cas- tigo; y yo, siendo verdad que en el mundo no hay mas que un solo Dios, Rey nuestro soberano, he ideado y formado tantos dioses en mi corazon, cuantas han sido las criaturas que amé, en desaire y perjuicio del amor y lealtad que por tantos titulos le debo, elevando sobre el mismo altar (co- mo los filisteos con la arca del testamento) al fdolo Dagon. 6 Pequé contra Dios, Redentor mio y esposo de mi alma, el cual con una infinidad de cruelisimos tormentos que padecid, y con el derra- mamiento de toda su sangre, rescaté y se desposé con mi alma; y yo la he vendido al demonio por un momento de lascivo y brutal deleite, prostituyéndome 4 toda infame criatura: mi Redentor pagé todas mis deudas con penas intolerables; y yo he sido tan duro y desapiadado, que “en vez de aligerarle la suma, se la he aumentado con nuevos pecados, provocdndole 4 sufrir nuevos dolores y penas, si fuese capaz de padecerlos. 7 O! como tiene razon mi Dios, para decirme lo que en el tiempo de su pasion dijo 4 las mugeres de Jerusalen: (Luce 23, 38.) Nolite flere super me, sed super vos ipsas flete: No lores por mi, ora por ti mismo; como si dijera: Aunque tengas razon de compadecerte de mis tormentos; mas justo es, que llores tus pecados que han sido la causa y son males mas para ser llorados, que mis penas. 8 Si entro en el huerto de Getsemanf, le veo entristecerse y sudar sangre, al acordarse de los dolores que habia de sufrir por mis culpas. Si prosigo considerando su pasion, hallo que todo cuanto padecié ha si- do por culpa mia. Yo fuf quien le escupié en su divino rostro, con mis palabras vanas y deshonestas: yo le até la venda 4 los ojos con olvidar- ime, que Dios me vefa: yo le di de bofetones con mis impaciencias: yo le araiié los cabellos, cuando con mis escdndalos di ocasion 4 mi prdjimo Ag MANUAL para que pecase: yo le tuve en menos que 4 Barrabas, cuantas veces le he abandonado por una vil criatura: la vanidad de mis galas le vistié- ron nuevamente de pirpura: mis ambiciosos pensamientos le han coro- nado de espinas: mi altivez y desvanecimiento le han puesto en la mano una cafia en vez de cetro: mis placeres y deleites sensuales le han dado 4 beber Ia hiel con el vinagre: mis descaminados pasos le han enclavado los pies, y mis malas obras las manos. Por ultimo yo le he crucificado de nuevo millares de millares de veces: he dado puntapies al Hijo de Dios, y he pisado con ultrage su preciosisima sangre. “Ahora, pues, si su muerte abrié los ojos del conocimiento 4 mu- chos de sus verdugos que se redujeron 4 Ia penitencia, (Luce 23, 48.) y se volvian, déndose golpes 4 los pechos: y si hizo que se estremeciese la tierra, desencajasen las piedras, dando unas con otras, y abriesen los se- pulcros; cudnto mas justo es que yo tema los amagos y amenazas de la divina justicia? Que mi corazon se rompa en pedazos con una contricion verdadera, y que se abra el sepulcro de mi conciencia, para que salgan de ella, por medio de una confesion general, los hediondos caddveres de mis culpas y pecados? to Pequé contra Dios, grand{simo y singularisimo bienhechor mio, cuya piadosa largueza me confirié el saludable cardcter en el santo hau- tismo, la gracia, Ia caridad, Ia esperanza, la fe con las otras virtudes y dones del Espiritu Santo; y yo con mis pecados me desvié y alejé de la verdadera senda, por la cual debia caminar, y andando por derrumbade- ro de pecados y culpas, tuve el nombre de vivo, siendo en Ia realidad muerto: soy cristiano; y mi vida es la misma que la de un gentil: perdé la divina gracia y los siete dones del Espiritu Santo, al cual con vileza eché de su casa, (que es mi corazon) alojando en ella al esp(ritu infer- nal, en lugar de tan divino espfritu. 11 Por iiltimo, pequé contra mi Dios, 4 quien debo amar mas que 4 todas las cosas por su incomparable belleza y bondad infinita; y heme enamorado de criaturas viles y sucias, Ilenas de miserias y fealdades. Ah, buen Dips! Y cémo me sobra la razon para deshacerme en Ilanto, y pa- ra hacer, que se me derrita el corazon con el dolor y la contricion. O! cudnto debo temer que si ahora me niego al Ilanto, habré despues de Ilo- rar, no con agua de Iégrimas que laven mis culpas; sino con Idgrimas de fuego que abrasarén 4 mi cuerpo y alma por una eternidad de siglos! 12 Ah! Quién, pues, dard légrimas 4 mis ojos que basten 4 limpiar- me de tantos pecados? Pude con mis enormidades y maldades infundir en mi corazon la dureza del mérmol; pero ya no puedo hacer que salte de mi corazon empedernido el agua de Ia contricion, si Vos, Dios mio, no le heris con la vara de una gracia particular. Dédmela, pues, Salvador mio, que os lo suplico y ruego por las entrafias de vuestra misericordia DE PIADOSAS MEDITACIONES. 43 y por el desempefio de vuestra palabra, que la disteis de oir y atender 4 Jos que os piden alguna cosa en vuestro nombre. Bien sé que no lo me- resco: habiendo sido hasta ahora otro hijo prédigo, digno de ser echa- do al fuego eterno; pero ya que reconozco y confieso mi culpa, y estoy pronto 4 satisfacer 4 vuestra divina justicia, no me desecheis , Sefior , ni me aparteis de vuestra presencia que os lo suplico por los méritos de vuestra preciosisima sangre que por mi derramasteis en el pat(bulo de la cruz: confio en vuestra bondad infinita, y espero que no me negaréis es- ta gracias y mas cuando Vos sabeis muy bien Jo mucho que ahora de ello necesito: mirad, Sefior, que estoy dispuesto, y resuelto de confesar todos mis pecados 4 los pies del confesor, lugarteniente vuestro, para conseguir con este medio la absolucion, que sin el dolor me seria imitil y aun da- fiosa. Concedédmelo, pues, Redentor mio: y ya que Vos quereis que yo tambien coopere en ello, yo consiento con Vos, y meconformo y os ofrez- zo estos actos de arrepentimiento y de contricion que tengo intencion de hacer, de lo mas intimo de mi corazon, en el tiempo mismo que mis labios pronuncian las palabras siguientes: Seiior mio Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Criador y Redentor de mi alma, atrepiéntome de todo corazon de haberos ofendi- do, porque Vos sois mi Dios, y porque os amo sobre todas las cosas; y propongo firmemente de jamas ofenderos, y de huir todas las ocasiones de pecar: protesto asimismo, que quiero confesar enteramente mis pecados, y hacer la penitencia que me mandard el confesor : que restituiré la fama y la hacienda, si acaso la he quitado al prdjimo. A mas de esto, Sefior, por vuestro amor, perdono de todo corazon 4 los que de cualquier mane- ra me hayan ofendido; y os oftezco mi vida, mis obras, mis trabajos y penas, en satisfaccion de los pecados cometi en la vida pasada: de los cuales, as{ como yo os pido humildemente perdon, de la manera misma espero en vuestra bondad y misericordia infinita que me los perdonaréis, por los méritos de yuestra pasion, y que me daréis gracia, para poderme enmendar, y para perseverar en vuestro santo servicio: asi sea Dios mio. Amen. Puede tambien el ejercitante hacer antes, 6 despues de su confesion eneral la siguiente protestacion, de querer en adelante servir de veras d Dias, sacado del libro de la Instruccion 4 la Vida devota de S. Fran- cisco de Sales. PROTESTACION VERDADERA. Yo indignisimo cristiano, constituido, y puesto en la presencia del eterno Dios y de toda su corte celestial , habiendo considerado la in- 44 MANUAL mensa misericordia de su divina bondad para conmigo indignfsima y mi- serable criatura, que crié de nada, y conserva, sustenta, libra de tantos peligros y colma de tantos beneficios, mas sobre todo, habiendo conside- rado la incomprehensible dulzura y clemencia, con que este bonfsimo Dios me ha tan benignamente tolerado en mis maldades, inspirénodome tan frecuente y amigablemente , conviddndome 4 la enmienda, esperdn- dome con tanta paciencia al arrrepentimiento y penitencia hasta este afio, N. de mi vida, no obstante todas mis ingratitades, deslealtades € in- fidelidades, con las cuales, difiriendo mi conversion le he ofendido, me- nospreciando tan imprudentemente su gracia: despues de haber tambien considerado, que el dia de mi ssgrado bautismo fuf tan dichosa y santa- mente ofrecido y dedicado 4 mi Dios, para ser su hijo, y que contra la profesion, que entonces se hizo en mi nombre, tantas veces he profanado desdichada y detestablemente , y violado mi espiritu, aplicéndole y em- pledndole contra la divina Magestad: volviendo ahora en mi, postrado de corazon y de espiritu delante del trono de la justicia divina, me conoz- co, tengo y confieso por legitimamente convencido del crimen de lesa Magestad divina y culpable en la muerte y pasion de Jesucristo, por cau- sa de los pecados que he cometido, por los cuales ¢! murié y sufrié el tormento de la cruz; de manera, que soy consecutivamente digno de per- dicion y condenacion eterna. Pero volviéndome hécia el trono de Ia infinita misericordia de este mismo Dios eterno, despues de haber detestado de todo mi corazon y de todas mis fuerzas, las maldades de toda mi vida pasada; humildemen- te invoco y pido gracia, perdon y merced, con entera absolucion de mis pecados en virtud de la muerte y pasion de este mismo Sefior y Redentor de mi alma, en la cual estrivando, como en tinico fundamento de mi es- peranza, ofrezco otra vez, y renuevo la sagrada profesion de la fidelidad por mi parte hecha 4 mi Dios en mi bautismo; renunciando al diablo, mundo y carne, detestando sus malditas sugestiones, vanidades, concupis- cencias, por todo el tiempo de mi vida presente y toda la eternidad; y convirtiéndome 4 mi benigno y piadoso Dios, deseo, propongo, determino y resuelvo irrevocablemente servirle y amarle ahora y siempre, déndole para este fin, dedicdndole y consagrdndole mi espfritu, con todas sus fa- cultades: mi alina, con todas sus potencias: mi corazon, con todos sus afectos: mi cuerpo, con todos sus sentidos; protestando de nunca mas abusar de parte alguna de mi sér contra su voluntad divina y soberana Magestad, 4 Ja cual me sacrifico y ofrerco en espiritu, para serle entera- mente leal, obediente y fiel criatura, sin que jamas de esto me quiera desdecir ni arrepentir. Y si por sugestion de! enemigo, ¢ por alguna fla- queza hamana, me sucediere contravenir en algo 4 esta mi resolucion y ofrenda; desde ahora protesto y propongo, mediante la gracia del Espiritu DE PIADOSAS MEDITACIONES. 45 Santo, de levantarme al punto que lo conozca, convirtiéndome de nuevo 4 la misericordia divina, sin tardanza, ni dilacion alguna. Esta es mi voluntad y mi intencion, mi resolucion inviolable é irrevocable, la cual aptuebo y confirmo, sin reserva, ni excepcion, en Ia divina presencia de mi Dios, 4 la vista de la iglesia triunfante. Digndos, pues, 6 mi Dios eterno, todo poderoso y todo bueno, Padre, Hijo y Espiritu Santo, con- firmar en mi esta resolucion, y aceptar este mi sacrificio cordial é inte- rior, en olor de suavidad. Y como habeis sido servido de darme la ins- piracion y voluntad de hacerle, dadme tambien las fuersas y la gracia necesaria para perficionarle. 0 mi Dios! Vos sois mi Dios! Dios de mi corazon! Dios de mi alma! Dios de mi espfritu! Y por tal os reconozco, adoro ahora y por toda Ja eternidad. Viva Jesus. AVISOS PARA QUIEN DESEA HACER ELECCION DE ESTADO CON ACIERTO. El que desea elegir un nuevo estado de vida, debe primero antes de todo suplicar con mucha humildad 4 Dios nuestro Seffor le dé luz y gra- cia para no errar en un negocio, que es de suma importancia; y conside- tar seriamente, y con madura ponderacion los siguientes avisos. 1 Porque, como se suele decir, cualquiera en causa propia es ciego; el que desea proceder con seguridad en punto de eleccion , es necesario, que descubra enteramente su interior al director, declaréndole con indi- viduacion y sinceridad las propias inclinaciones, costumbres, pasiones, Propemsiones , 4 fin de que pueda darle el mas sano y acertado con- 0. “y Debe asfmismo sobre toda otra cosa purificar bien su intencion, proponiéndose por fin principal la gloria de Dios y los medios mas segu- ros para la salud de su alma, sin mirar ni tener respeto 4 su propia co- modidad, ni 4 las satisfaccioues del cuerpo. Para esto ayudardé mucho considerar el fin, para que ha sido criado de Dios, diciéndose 4 sf mismo: A qué fin estoy yo en el mundo! Cierto no 4 otro, que para buscar el reino de Dios, y su justicia y salvar mi alma. . 3 Serf aun muy util el pedirse 4 sf: si un amigo, 4 quien desease todo bien, viniese 4 mi, para una semejante empresa; qué consejo le da- sia? Si ahora hubiese de morir y se me concediese tiempo; qué resolu- cion tomaria? Cuando estaré para ser presentado al tribunal de Cristo, y habré de parecer en aquel formidable juicio; qué estado de vida qui- siera haber escogido? . 4 En el tiempo de la eleccion, serd bien recogerse intimamente en sf mismo, no admitiendo en su interior cosa alguna que no sea del cielo, y echando de sf todos y cualesquier pensamientos de la tierra. 46 MANUAL En todo este tiempo deberd darse mas de veras 4 la oracion, pa- ra pedir 4 Dios luz y gracia de conocer la divina voluntad, procuran- do ponerse en una total indiferencia, y muy lejos de todo humano in+ terés. 6 Con esta indiferencia examinard delante de Dios todas las razo- nes, por una y otra parte, admitiendo las que son del cielo y fundadas sobre las méximas del Evangelio, y dejando sin atender 4 las que sugie- rela tierra, el amor propio, la carne y sangre, y que vienen fundadas sobre la prudencia humana. Para no ser facilmente engafiado de su propio juicio serd bien es- criba las razones que por ambas partes se le ofrecen, 4 fin de poderlas examinar de nuevo con mayor ponderacion, y aun mostrarlas 4 su direc- tor, para que le dé sobre ellas su parecer. 8 En este tiempo debe tener el dniino quieto y tranquilo, no siendo conveniente deliberar cosa alguna, cuando el coragon estd turbado, y la mente agitada de varios pensamientos. g Hechas y observadas Jas sobredichas cosas, arrimese 4 las razo- nes, que delante de Dios juegard por mas fuertes y adlidas, creyeado pia- mente, que aquella sea la voluntad de Dios, y propongu cumplirla sin mas dilacion. : 10 Hecha la eleccion, péngase de nuevo en oracion, para exami- nar, si en hacerla ha procedido bien, y comunique al director los sen- timientos interiores de su alma, si se halla 6 no, confirmado en Ia toma- da resolucion. 11 Se podrd conocer, si la eleccion hecha sea buena y de Dios, de las siguientes seffales. 1 Si ha observado los sobredichos avisos, singular- mente aquel de la indiferencia, y del desapego de todo fin terreno y de todo humano interés. 2 Si en da veces que despues de la eleccion ha hecho oracion sobre ella, se halla en esta siempre mas inclinado y con- firmsdo. 3 Si el director concurre en el mismo parecer y sentimiento. 4 O particularmente si reconoce y ha averiguado, que aquel impulso in- terior, por el cual se siatis movido 4 tomar su resolucion, tiene el orf- gen de Dios: si su progreso, por donde se ha conservado, es asf mismo de Dios; y Dios mismo el término de sus deseos. Conocerd que el im- pulso tiene orfgen de Dios, si se observa que le vino, y comenzé, 6 en tiempo de la oracion mas fervorosa, é en Ia leccion mas devota, ui oyen- do algun sermon 6 conversacion santa y espiritual; 6 por haber frecuen- tado con mayor preparacion y cuidado el Sacramento divinisimo de la Eucaristia, 6 por haber emprendido alguaa devocion especial en obsequio de la Virgen santisima; porque todas estas ocasiones de oracion, leccion espiritual, frecuencia de sacramentos y otros ejereicios de piedad, son muy oportunos para que-el espiritu de Dios comunique al alma lug, ¢ impulso DE PLADOSAS MBDITACIONES. 47 para escoger un estado de vida que le sea mas agradable; y por consi- guiente, sentimientos que tienen este orfgen, llevan consigo 1a marca ydi- visa de ser de Dios. Asimismo el progreso conocera que va bien fundado, si 4 mas de ver que por algun tiempo le duran aquellos buenos deseos, re- para que cuanto mas fervorosamente se ha encomendado 4 Dios, cuanto mas de propdsito ha considerado lo que le importa salvarse, cuanto mas atentamente ha discurrido en el fin que desea, y en los medios para con- seguirle; tanto mas ha crecido en el fervor y ansias de lograrle: estos son indicios manifiestos que descubren con mayor claridad, haber sido di- vina aquella luz 6 inspiracion. Y por fin, si ve que el motivo principalisi- mo de resolverse y escoger aquel tenor santo de vida, ha sido, no el adquirir honra muodana con las ciencias, oo el librarse de estrechez y pobreza, no el habilitarse para empleos lustrosos y plausibles, mas sf el deseo de los bienes espirituales, el alejarse de los peligros del mundo, para asegurar mas la salvacion, el hacer penitencia de los pecados come- tidos 6 imitar los ejemplos de los santos, y seguir los consejos de Cristo, no quedard razon de dudar que el impulso haya sido de Dios; porque asi como un pez muerto puede mantenerse sobre las aguas, siguiendo la cor- riente del rio, pero no puede nadar contra el agua rompiendo la corrien- te; porque esto es propio de uu pez vivo y vigoroso: asf no puede nues- tra naturaleza corrompida, y mucho menos el demonio nuestro enemigo, dar aliento al alma, para caminar contra la corriente de las pasiones, y romperla 4 viva fuerza, emprendiendo un estado totalmente contrario 4 la carne y sangre. Estas grandes empresas solo pueden efectuarse 4 es-- fuerzos de la divina gracia que comunica el Espiritu Santo. Ni en esto cabe duda: porque si un solo pensamiento bueno que conduzca 4 la sal- vacion, no lo podemos tener, sino por gracia de Dios; quién podrd per- suadirse que nuestra naturaleza 6 el demonio, puedan inspirarnos una resolacion tan sublime, tan herdica, tan repugnante 4 nuestras malas in-- clinaciones, y que de solo una vez nos hace todos de Dios? Illi, qui ad- religionem accedit, non potest esse dubium., an propositum de ingressu reli- gionis in corde ejus exortum, sit & spiritu Dei, cujus est ducere hominem in terram rectam. (S. Thom. 3, s quest. ult. art. 10 ad 1.) Quien se gobierna por un motivo sobrenatural para escoger un estado de perfec- cion, no puede razonablemente dudar, que tal resolucion no provenga del espiritu de Dios. 1s Quien reconozca las sobredichas sefiales en la eleccion que ha hecho, resuelva ponerla cuanto antes en ejecucion, ofreci¢ndola 4 Dios, y suplicdndole, se digne bendecirla y confirmarla. Piense en los medios que pueden facilitarle su buen logro, y escribalos en el reglamento que hard antes de acabar sus ejercicios espirituales. 13 Si despues le vienen pensamientos contrarios que de nuevo le pou- 48 MANUAL gan en duda su determinada eleccion, échelos con diligencia, como ten- taciones del demonio, y no deje de proseguir en su resolucion. 14 Y 4 fin de que estos avisos se impriman mejor en el corazon y en la memoria, y se saque de ellos mayor fruto; ayudar4 mucho leerlos muchas veces con madura reflexion, singularmente en el tiempo que se habré de hacer Ia eleccion, juzgéndolos inspirados del mismo Dios para el acierto. ‘ REGLAS DE VIDA, QUE DEBEN OBSERVAR LAS PERSONAS ECLESLASTICAS. Incensum Domini, et panes Dei sui offerunt; et ideo Sancti erunt. Levit. 21, 6. 1 Levantarse cada dia despues de siete u ocho horas, lo mas, de descanso. a Acostumbrarse 4 dar luego, despues de haberse dispertado, el pri- mer pensamiento 4 Dios, diciendo por ejemplo: Jesus y Maria, os doy el corazon y el alma mia. 3 Luego de vestido, arrodillarse y hacer los cinco actos de la ma- fiana, y despues una 6 alomenos media hora de oracion mental. 4 Hecha la oracion, diré prima, tercia, sexta y nona, no con priesa, distrafdo y solo para satisfacer 4 la obligacion; sino con reverencia y devocion. 5 Celebrar, 6 no siendo sacerdote, ofr la santa misa, no por uso y costumbre, sino con la mayor reverencia y devocion que seré po- sible. - 6 Despues de la misa, 6 en otra hora de Ia majiana, leer arrodilla- do, y con la cabeza descubierta un capftulo del nuevo testamento, (el cual por eso cada uno debe tener) y al fin hacer tres actos. Primero, adorar las verdades que alli se contienen, ensefiadas por Cristo Sedor nuestro. Segundo, entrar en conocimiento vivo de lo que encierran. Ter- cero, proponer su practica y ejecucion. 7 Arreglar lo mas que sea posible las horas de sus empleos y otras acciones del dia, aun del comer y acostarse, y particularmente deter- minar Jos tiempos de aplicarse cada dia al estudio de la teologia moral, de la sagrada Escritura y otras cosas pertenecientes 4 los ecle- sidsticos. 8 Rezar visperas y completas 4 su tiempo; como por ejemplo, 4 dos horas despues del medio dia. 9 Despues de visperas, 6 en otra hora determinada, hacer, alomenos por an cuarto de hora, leccion espiritual. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 49 10 Si no estd obligado al coro, procurar (siempre que sea posible) decir maitines y laudes 4 Ia tarde para el dia siguiente. 11 Antes de acostarse, hacer atentamente el examen general de la conciencia con las acostumbradas preces, y despues leer los puntos de la oracion, que se ha de hacer Ja mafiana siguiente. 1a Elegir un buen director y confesarse con él una 6 dos veces en la semana, aunque no tenga cosa grave. 13 Vestir siempre modestamente y con vestido talar, evitando los colores y bizarrias mundanas, evar los cabellos, la barba y la corona con la decencia y modestia eclesidstica que conviene. 14 Estando en compafifa de otros, advertir de no decir ni hacer co- ga que pueda dar 4 ellos mal ejemplo, y acordarse que los eclesidsticos han de ser el ejemplo de los seglares. 15 Hir con gran diligencia las pléticas y aun Ja vista de las mu- geres, y mucho menos permitir, que entren en nuestros aposentos. 16 Hluir los juegos, principalmente de naipes y dados. 197 Huir siempre la compaiifa de sacerdotes mundanos , y poco ejem- plares; y al contrario, platicar con gusto con aquellos que verdadera- mente tienen espfritu eclesisstico. 18 Levantar frecuentemente entre dia Ia mente 4 Dios, principal- mente al toque del relox , con breves y fervorosas oraciones jaculatorias; como seria: primero morir , Seflor, que pecar. O Seftor, cudndo seré yo todo vuestro! © Sertor, cadndo pareceré ante Vos, y os verd! tg Hacer cada afio los ejercicios espirituales, si habita en lugar en donde haya comodidad. 20 Leer cada primer dia del mes esta regla de vida, y renovar el propésito de observarla cuanto ser4 posible. - Quicumque hanc regulam secuti fuerint pax super illos. Paul. ad Ga- Tat. cap. 6, num. 16. Breve memoria de aquello que debe hacer un eclesidstico cada dia. 1 Observar el empleo y la distribucion de las horas del dia, que se habré prescrito. 2 Hacer oracion mental, y la lectura espiritual. 3 Celebrar la santa misa, rezar el oficio divino, y otras oracioues suyas particulares. 4 Estudiar. 5 Hacer los acostumbrados exdmenes de conciencia: el particular dos veces al dia; esto es, antes de comer, sobre el librarse de algun vi- cio, 6 defecto particular, 6 sobre el adquirir alguna virtud; y el gene- ral 4 Ia noche, sobre todas las acciones del dia. 4 5° MANUAL Cada semana. 1 Confesarse 4 lo menos una vez. 2 Asistir 4 alguna exortacion 6 conferencia espiritual, particularmen- te en las que se trata de materias eclesidsticas, y propias del estado. 3 Ejercitarse en alguna obra de misericordia ; como visitar enfermos, encarcelados , ¢ instruir los ignorantes en las cosas pertenecientes al alma. Cada mes. 1 Leer esta regla de vida. Conferir con el propio director del estado del alma. Cada afio. 1 Hacer los ejercicios espirituales con la confesion anual. Leer las riibricas del misal y breviario, etc. En todo tiempo. 1 Huir lus malas compaiiias, el juego , la caza, y los negocios secu- lares. 3 Practicar actos de fé en las funciones, que ejercita: de esperanza en los trabajos, que acontecen; y de caridad para con Dios, y el proji- mo. 3 Hacerse familiar el ejercicio de la presencia de Dios. 4 Acordarse del buen ejemplo, que esté obligado 4 dar 4 los segla- res, y tener siempre 4 la memoria lo que se dice en el evangelio de Jesucristo, primero y eterno sacerdote: bend omnia fecit, para imitarle en hacer bien, y perfectamente todas sus acciones. Nota de algunos libros espirituales muy provechosos & los eclesidsticos. Para la meditacion. El Manual de pisdosas meditaciones. Las meditaciones del Padre Luis de Granada, y del Padre maestro Avila. Para la leccion espiritual. La Biblia, 6 alomenos el nuevo Testamento. Instruccion de sacerdotes del Padre Molina. Las obras del Padre-Granada, especialmente Guia de pecadores, y el Memorial. Tomés 4 Kempis de la imitacion de Cristo. Las obras de san Francisco de Sales. Bjercicio de perfeccion del Padre Rodrigues. Erario de la vida cristiana. DE PIADOSAS MEDITACIONES. gr Cinco actos que se han de hacer d la mafiana luego de levantado. 1 Postrado 4 Ia presencia de Dios, adorarle por tu Sefior, Criador y Redentor , al cual todo honor es debido, y de quien todo bien depende. 2 Dale gracias de todos los beneficios recibidos de su mano, y par- ticularmente de haberte criado, conservado la noche pasada, Hamado 4 penitencia y al estado sacerdotal, si eres sacerdote. 3 Pidele humildemente perdon de los pecados cometidos por lo pa- sado, arrepintiéadote de ellos por su amor, y proponiendo de no ofen- derle mas, mediante su gracia. 4 Ofrecerle todo aquello que pensards, dirds y hards hoy, y en to- do el tiempo de tu vida, protestando de hacerlo todo 4 honra y gloria suya. : % Pidele por los méritos de Cristo Seffor nuestro las gracias, que te son necesarias, tanto para huir el mal como para hacer el bien, y en particular pidele gracia de pasar este dia santamente y sin pecado. Exdmen de conciencia y oraciones por la noche. 1 Ponte & la presencia de Dios, adérale y dale gracias de todos los beneficios recibidos de él, y en particular de aquellos que te ha hecho hoy. * Pidele gracia de conocer los pecados que has cometido hoy para aborrecerlos. Piensa en los pecados que has hecho hoy con pensamientos, pa- labras, obras y omisiones, deteniéndote particularmente en aquellos, 4 los cuales eres mas inclinado, y en los cuales fueres acostumbrado caer mas frecuentemente. 4 Excitate al arrepentimiento de haber ofendido 4 Dios, consideran- do por esto su infinita bondad, y la hediondez del pecado: pidele hu- mildemente perdon, y propon de no ofenderle mas, mediante su divina racia. 8 5 Procura de ponerte en el estado, en el cual quisieras ser hallado en la hora de tu muerte; y pues en ese punto extremo de muerte qui- sieras haber siempre huido el pecado, haber observado la ley de Dios, y practicado la virtud y las obras buenas: ahora pues, propon de hacerlo en lo porvenir. Despues es bueno el decir el confiteor, las letanias de la Virgen, el de profundis por los muertos, el Angele Dei, etc. REGLA DE VIDA, 6 PUNTOS QUE SE HAN DE OBSERVAR PARA ORDENAR BIEN LA VIDA. 1 Levantarse todos los dias un poco temptano y d hora cierta, la cual es menester determinar, segun el estado y disposicion propia, y $3 MANUAL nunca dejar de levantarse 4 aquella hora que se habra propuesto, sin conocida necesidad uf otra justa causa. 2 Luego de dispierto dar el primer pensamiento 4 Dios, diciendo por ejemplo: Jesus y Marfa, os doy el corazon y el alma mia. 3 Cuando esté vestido ponerse de rodillas, y hacer los cinco actos del ejercicio de Ia mafiana; y despues media hora 6 por lo menos un cuarto de hora de oracion mental, proveyéndose para este efecto de un libro de_meditaciones. 4 Oir todos los dias devotamente Ia santa misa, y si es posible 4 hora cierta y determinada. 5 Ordenar las horas de sus empleos, negocios, estudios, etc. como tambien la hora de la comida, del reposo y de la cena. 6 Leer cada dia despues de la comida, 6 en otra hora mas cémoda algun libro espiritual de los infrascritos 6 semejantes. 7 Levantar ¢ menudo entre dia la mente 4 Dios con alguna oracion Jaculatoria : particularmente al dar el relox, como serd: antes morir, Se- fior , que ofenderos. 8 Elegir un buen confesor, y confesarse con él cada ocho 6 quince dias, y comulgar aun, segun su parecer. 9 Procurar emplear bien los domingos y fiestas, con oir sermones, los divinos oficios, etc. to Huir con gran diligencia las malas compafifas, y las ocasiones de pecar, singularmente aquellas, que otras veces nos han hecho caer. t1 Cuando es atrabajado de alguna tentacion ¢ afliccion, recurrir 4 Dios, y 4 la Virgen Santfsima con alguna oracion jaculatoria, como: miradme Dios mio, y habed misericordia de mt. Psal. 24, 16; 6 bien: Virgen Santisima, socorred d este miserable, i otras semejantes. 12 Estando enfermo, recibir lo mas presto que se pueda, los santos eacramentos y resignarse enteramente 4 la voluntad de Dios. 13 A la noche antes de acostarse , hacer el examen de Ia conciencia y despues rezar las letanias de la Virgen Santisima, y el de profundis, y leer el sujeto de la oracion mental, que se ha de meditar la majiana siguiente. 14 Hacer cada afio la confesion general de aquel afio, y aun los ejercicios espirituales, si para ello hay comodidad. 15 Volver 4 leer cada principio de mes esta regla de vida, exami- ndndose sila ba observado: y si en esto ha faltado, proponer el obser- varla mejor en adelante. + Nota de los libros espirituales mas utiles. . El Manual de piadosas meditaciones. Para la mation Padre Nepueu, reflexiones cristianas. EI P. Luis de la Puente. DK PIADOSAS MEDITACIONES. 53 ae 4 la vida Devota. oe obras del Padre Luis de Granada, par- Para Ia Tectura esp! md ticularmente la Guia de pecedores, el Memorial. ‘Las vidas de los santos. Tomds de Kempis. Las obras del Padre maestro Avila. Ad te de luce vigilo. Psalm. 63. BREVE EJERCICIO PARA LA MANANA. 1 Pongdmonos 4 la presencia de Dios. Yo creo mi Dios, que estais aqui presente, que me ois y veis todo To que hay mas secreto en mi corazon: por tanto deseo estar delante de Vos con toda la humildad, y el respeto que debo 4 vuestra divina pre- sencia; no siendo yo sino polvo y ceniza, y que de m{ mismo no tengo, sino la nada y el pecado. 2 Adoremos d Dios, y démosle gracias por todos los beneficios. Gran Dios, yo os adoro y reconozco por mi Criador, y por mi s0- berano Sefior. Rindome con todo mi corazon al poder absoluta, que te- neis sobre m{, y acepto humildemente todos los bienes y los males, que ser4 de vuestro agrado enviarme hoy. Os doy gracias de todos los beneficios que he recibido de vuestra in- finita bondad, y principalmente de haberme criado y puesto en el mun- do , de haberme redimido por Jesucristo vuestro hijo, de haberme hecho hijo de vuestra Iglesia catdlica, y conservado la vida hasta ahora para hacer penitencia, y trabajar por mi salvacion. 3 Humillémonos delante de Dios, y piddmosle perdon de todos nuestros pecados. Dics mio, os pido humildemente perdon de todos los pecados que he cometido en todo el tiempo de mi vida: tengu de ellos un sumo do- Jor, porque os desagradan 4 Vos, y porque Vos sois infinitamente bue- no: los detesto por amor de Vos, y hago una firme resolucion de no volver 4 cometerlos, de hacer penitencia de ellos, y de evitar en el dia de hoy todas las ocasiones de pecar, ayudado de vuestra gracia. 4 Ofrezcamos d Dios todo lo que harémos y todo lo que padecerémos en el dia de hoy. Dios mio, yo 08 ofrezco y consagro todos mis pensamientos, pala- bras y acciones del presente dia. Bendecid, mi Dios, todo lo que haré 4* 54 MANUAL y padeceré en él, para que en todas las cosas no busque sino vuestra gloria, y el cumplimiento de vuestra santisima voluntad. 5 Pidamos 4 Dios las gracias necesarias para pasar el dia presente sin pecado. Acabad, Dios mio, por vuestra gracia lo que habeis empezado por vuestra misericordia. Basta ya , Sefior, de pecados, basta ya de ofenderos, concededme, que nunca mas me aparte de Vos por la culpa, y particu- larmente en el dia de hoy: hoy Dios mio, alomenos hoy no permitais, que os ofenda mas; antes si veis, que ingrato y desconocido y rebelde, he de faltar 4 la fidelidad prometida, quitadme ahora en este momento la vida, pues que mas quiero morir, que pecar. Ante judicium interroga te ipsum. Eccles. 18. EXAMEN GENERAL PARA LA NOCHE. 1 Pongdmonos d la presencia de Dios, y démosle gracias de todos los be- neficios que nos ha hecho, particularmente hoy. Yo creo, mi Dios, que estais aqui presente. Os adoro y reconozco por mi Criador y mi soberano Sefior, 4 quien debo todo lo que tengo, y todo Io que soy: os doy gracias por todas las que he recibido de vuestra infinita bondad, y principalmente de haberme puesto en el mundo: ha- berme redimido por Jesucristo, vuestro hijo: haberme hecho hijo de vuestra Iglesia catdlica, y haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia, y trabajar por mi salvacion. 2 Piddmosle gracia de conocer nuestros pecados para detestarlos. Confieso mi Dios, que os he ofendido mucho; pero yo soy ciego y no puedo por mi mismo conocer mis pecados: alumbrad mi espfritu pa- ra que los conogca, y dadme gracia para aborrecerlos. 3 Pensemos en los pecados que habemos hecho hoy de pensamiento, pala- bra, obra y omision; particularmente en los 4 que somos mas inclinados, y en las faltas cometidas contra las resoluciones hechas esta mafiana en Ia oracion. Aqui se ha de parar el tiempo de un miserere, 6 mas 6 menos, con- forme 4 su condicion, examinando las culpas de aquel dia. 4 Excitémonos al dolor de haber ofendido 4 Dios, y piddmosle humilde- mente perdon, proponiendo con su santa gracia no ofenderle jamas. Mi Dios, yo tengo un sumo dolor de haberos ofendido, porque sois infinitamente bueno, detesto, por amor de Vos, todos los pecados que DE PIADOSAS MEDITACIONES. 55 he cometido en toda mi vida, particolarmente hoy: 03 pido humilde- mente el perdon, y propongo firmemente de confesarlos sin tardanza , hacer penitencia de ellos, y no volver 4 pecar, ayudado de vuestra di- vina gracia. . § Pongdmonos en el estado en que quisi¢ramos hallarnos en la hora de la muerte. Que seré de mi, mi Dios, si me veo obligado 4 comparecer esta no- che en el tribunal de vuestra justicia? Yo merezco el infierno: toda mi vida no ha sido otra cosa sino una continuacion de iogratitudes y peca~ dos. Mi nico refugio es 4 vuestra misericordia: yo os la pido por Jesu- cristo mi Salvador; y con la esperanza de alcanzarla de vuestra infinita bondad, me riando humildemente 4 morir ea el tiempo y en el modo, que vuestra providencia tiene determinado: sf, sf, Dios mio, os hago de corazon el sacrificio de mi vida, quiero morir en satisfaccion de los agra- vios que he hecho 4 vuestra suprema Magestad: quiero morir para no ofenderos mas, para poseeros y amaros eternamente. © mi Jesus, que moristeis por m{! Acordaos de vuestra muerte 4 Ia hora de la mia: y rxecibid mi espfritu, y haced por vuestra gracia, que yo muera en vues- tro amor. Hecho esto se debe decir el Confiteor Deo, etc. ¥. Misereatur, etc. ¥. Indulgentiam, etc. ¥. Dignare Domine nocte ista. %. Sine peccato nos custodire. ¥. Miserere nostri Domine. %. Miserere nostri. ¥. Fiat misericordia tua Domine super nos. Be Quemadmodum speravimus in te. ¥. Domine, exaudi orationem meam. . Et clamor meus ad te veniat. ¥ ~ Dominus vobiscum. %. Et cum spiritu tuo. OREMUS. Visita, quesumus Domine, habitationem istam, et omnes insidias inimici ab ea longé repelle, Angeli tui Sancti habitent in ea, qui nos in pace custodiant, et benedictio tua sit super nos semper. Respice , quesumus Domine, super hanc familiam tuam, pro qua Dominus noster Jesus-Christus non dubitavit manibus tradi nocentium, et Crucis subire tormentum. Qui tecum vivit, et regnat in secula secu- lorum. Amen. Kyrie eleyeon, Christe eleyson, Fili Redemptor mundi Deus, Mi- Kyrie eleyson , Christe audi nos, serere nobis. Christe exaudi nos. Spiritus Sancte Deus, Miserere nobis. Pater de Coelis Deus, Miserere no- Sancta Trinitas unus Deus, Mise- bis. rere nobis. 56 MANUAL Sancta Maria, Ora pro nobis. Rosa Mystica, ora. Sancta Dei Genitrix, ora. Turris Davidica, ora, Sancta Virgo Virginum, ora. Turris Eburnea, ora. Mater Christi, ora. Domus Aurea, ora. later Divinee Gratis, ora. Foederis Arca, ora. Mater Purissima, ora. Janua Ceeli, ora. Mater Castissima, ora. Stella Matutina, ora. Mater Inviolata, ora. Salus Infirmorum, ora. Mater Intemerata, ora. Refugium Peccatorum, ora, Mater Immaculata, ora. Consolatrix Afflictoram, ora. Mater Amabilis, ora, Auvxilium Christianorum, ora. Mater Admirsbilis, ora. Regina Angelorum, ora. Mater Creatoris, ora. Regina Patriarcharum, ora. Mater Salvatoris, ora. Regina Prophetarum, ora. Virgo Prudentissima, ora. Regina Apostolorum, ora. Virgo Veneranda, ora. Regina Martyram, ora. Virgo Preedicanda, ora. Regina Confessorum, ora. Virgo Potens, ora, Regina Virginum, ora. Virgo Clemens, ora. Regina Sanctorum omnium, ora. Virgo Fidelis, ora. Agnus Dei, qui tollis peccata Speculum Justitix, ora. . mundi, Parce nobis Domine. Sedes Sapientize, ora. Agnus Dei, qui tollis peccata Causa nostree letitiz, ora. mundi, Exaudi nos Domine. | Vas Spirituale, ora, Agnus Dei, qui tollis peccata Vas Honorabile, ora. mundi, Miserere nobis. Vas insigne devotionis, ora. ¥. Ora pro nobis Sancta Dei Genitrix. &. Ut digni efficiamur promissionibus Christi. OREMUS. Concede nos famulos tuos, quesumus Domine Deus, perpetud men- tis, et corporis sanitate gaudere, et gloriosd Beate Marie semper Vir- ginis intercessione & preesenti liberari tristitia, et xterna perfrui letitia. _ _ Sanctissimze Genitricis tus Sponsi, quesumus Domine, meritis ad- juvemur: ut quod possibilitas nostra non obtinet , ejus nobis intercessio- ne donetur. Oui vivis, et regnas in secula seculorum. Amen. Angele Dei, qui custos es mei, me tibi commissum pietate superna nocte illumina, custodi, rege, et guberna. &. Amen. . Psalm. De profundis clamavi ad te, Domine: Domine, exaudi vo- cem meam. Fiant aures tue intendentes: in vocem deprecationis mem. Si iniquitates observaveris, Domine: Domine, quis sustinebit? Quia "DE PIADOSAS MEDITACIONES. 57 apad te propitiatio est: et propter legem tam sustinui te, Domine. Sus- tinuit anima mea in verbo ejus: speravit anima mea in Domino. A cus- todia matutina usque ad noctem: speret Israé! in Domino. Quia apud Dominum misericordia: et copiosa apud eum redemptio. Et ipse redimet Israél: ex omnibus iniquitatibus ejus. Requiem xternam dona eis, Domi- ne: et lux perpetus luceat eis. ¥. 4 porta inferi. %. Erue Domine animas corum. ¥. Requiescant in pace. %. Amen. ¥. Domine exaudi orationem meam. 3. Et clamor meus ad te veniat. ¥. Dominus vobiscum. %. Et cum spiritu tuo. OREMUS. Dens veniz largitor, et humane salutis amator, quesumus clemen- tiam tuam, ut nostra congregationis fratres, propinquos, et benefactores, qui ex hoc seculo transierunt, Beata Maria semper Virgine intercedente cam omnibus Sancti tuis, ad perpetue beatitudinis consortium pervenire concedas. Per Christum Dominum nostrum. Amen. ¥. Requiem aternam dona eis, Domine. %. Et lux perpetua luceat eis. %. Requiescant in pace. %. Amen. 7 Leido el punto de la meditacion para el dia siguiente, se dird el himno. Maria Mater gratie, Dulcis parens clementiz, Tu vos ab hoste protege, Et mortis hora suscipe. Jesu tibi sit gloria, Qui natus es de Virgine, Cum Patre, et almo Spiritn In sempiterna secula. Amen. Antes de empezar la oracion mental, se ha de implorar la gracia del Es- plritu Santo, con la antifona, verso y oracion siguiente: y esto . se observard en todas las meditaciones. Veni Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium, et tui amoris in eis ignem accende. w. Emitte Spiritum tuum, et creabuntur. %. Et renovabis faciem terra. OREMUS. Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti: da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de ejus semper consolatione gau- dere. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 58 SHEE dt MEDITACION DE-LOS BJERCICIOS ESPIRITUALES, CUANTO IMPORTA HACERLOS BIEN. 0 DEO-O-0-0 PARTE I. LA PREPARACION. Antes de la oracion apareja tu alma, y no seas como el hombre que tien- ta é Dios. Eccles. 18. 1 Pongdmonos dé la presencia de Dios, creyendo firmemente que estdé ahl presente, y en todo lugar nos estd mirando. Y. creo firmemente Dios mio, que por razon de vuestra inmensidad estais en todo lugar: que estais aquf delante de mf, dentro de mi, en medio de mi corazon, viendo los mas ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poderme esconder de vuestros divinos ojos. 2 Humillémonos delante su divina Magestad, y adorémosle postrados en tierra con el cuerpo y con el esptritu , reconociéndonos indignos de estar ante su divino acatamiento. Quién soy yo, Dios mio, delante de Vos? Ah, miserable de mi! que bien veo soy un puro nada; y con todo me atrevo 4 ponerme en vues- tra divina presencia? Perdonadme Sefior el arrojo; que bien veis la suma necesidad que tengo de Vos. Aqu{ vengo como enfermo al médico, para que me saneis: como pecador al santo, para que me santifiqueis; y como pobre y mendigo al rico; paraque me lleneis de vuestros divinos dones. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 59 Qs adoro Dios mio, con el mayor rendimiento, por mi unico soberano Sefor, confesando con toda verdad, que no soy digno de estos inesti- mables beneficios. : 1 Piddmosle gracia, para hacer bien esta oracion, puramente por su glo- ria, y por nuestra salud, suplicando para este fin la intercesion de la Virgen Santlsima, de nuestro santo Angel de Guarda y de los santos, & quienes tenemos particular devocion. Suplicoos, Dios mio, me deis gracia para hacer fructuosamente esta meditacion, para gloria vuestra y bien de mi alma. Dadme santos cono- cimientos en el entendimiento, y fervorosos afectos en la voluntad. Dad- me, que deseche con diligencia las distracciones de cosas malas ¢ imper- tinentes, y que esté siempre atento 4 lo que debo considerar , haciendo que tome resoluciones prdcticas de lo que mas me importa. Y para este mismo fin os ruego 4 Vos, Virgen Santisima, madre y amparo de peca- dores, Angel de mi guarda y Santos de mi devocion, que intercedais por mf, y me alcanceis estas gracias, para sacar mucho fruto de esta oracion. 3 Representémonos el objeto de esta meditacion, que es de hacer bien los ejercicios espirituales. Aqui se detendré un poco, imagindndose que estd con el Sefior en el desierto, para honrar su retiro y ejercicios de cuarenta dias, y propondré ejecutar lo que Dios le dard 4 conocer en la oracion, y pensard singular- mente en el fruto que pretende sacar de ella. PARTE IL. CUERPO DE LA ORACION 6 LAS CONSIDERACIONES. Abridme , Seftor , los ojos y consideraré las maravillas de vuestra ley. Psalm. 118. PUNTO I. Considera los motivos que te pueden inducir 4 hacer bien estos ejer- cicios espirituales. 1 Dijo san Vicente de Pavl, (bien experimentado en esta materia) que entre todos los medios que Dios ha puesto en manos de los hombres, para remediar los deadrdenes de su vida, no hay otro de mas eficacia, y de quien se vean efectos mas sensibles, mas frecuen- 60 MANUAL tes y mas admirables que el de los ejercicios espirituales: y que si los pecadores no se corrigen con este remedio, milagros son menester para convertirles. Piensa la honra grande que recibes en hacerlos, pues en ellos has de tratar 4 solas con el sumo Dios, orando ti y respondi¢ndote Dios con santas inspiraciones; y esta grande honra te hace Dios por so- la su bondad: él es, el que te llama y convida 4 hacerlos, para Ilenarte de bienes: pues si has venido 4 hacerlos de tu voluntad, Dios te ha mo- vido con sus santas inspiraciones; y si vienes enviado de tus padres, 6 de quien tiene cuidado de ti, 6 de tu prelado, Dios se ha valido de ese ro- deo, y con su oculta mano te ha guiado 4 los ejercicios. 3 Piensa que una de las mayores misericordias que Dios puede hacer 4 una alma, es darle ocasion de hacer los ejercicios, por los grandes bienes espirituales que de ellos se sacan. 4 Si los condenados del infierno hubiesen hecho bien unos ejercicios espirituales, es crefble que 4 lo menos gran parte de ellos se habrian salvado, por el desengafio y nueva vida que habrian sa- cado de ellos. 5 Debes temer que si malogras estos ejercicios, por no hacerlos bien, sea esta Ja ultima gracia que Dios te conceda, y por ta ingratitud te desampare. Considera pues que Dios y los cortesanos del cielo estén esperando 4 ver, como te aprovechas de estos ejercicios; y de otra parte los demonios procuran que los malogres. Animate 4 una cui- dadosa aplicacion en estos dias. Dios mio, no permitais que yo malogre esta oportunidad! En el fin de cada punto que habrds considerado, te pue~ des decir & th mismo: crees tb esto? Estoy yo bien convencido de estas ver- dades? Y lo mismo hards en todas las otras meditaciones. Punto II. Considera, qué cosa sea hacer Jos ejercicios espirituales. No es otra cosa, (dejé escrito de su mano el referido san Vicente) que desembarazarse por algunos dias de todos los negocios y ocupaciones temporales, para seriamente aplicarse 4 conocer bien su interior, y exa- minar el estado de su conciencia: 4 meditar, contemplar, orar, y con esto preparar su alma, para purificarse de todos sus pecados, malos habi- tos y afectos desordenados, 4 fin de llenarse del deseo de las virtudes, buscar y conocer la voluntad de Dios; y habiéndola conocido, rendirse & ella, conformarse con ella, unirse 4 ella; y de esta manera caminar, ade- lantarse, y finalmente llegar 41a perfeccion propia de su estado; lo que todo se hace con la asistencia de un director , que en todo guia el ejer- citante, proponiéndole las meditaciones y lecciones de los beneficios re- cibidos de Dios; de los novisimos, de los pecados y vicios, de las virtudes que mas le importan, y disponiéndole para una buena confesion general. 3 Y revolviendo el ejercitante estas verdades, le penetran el intimo de su alma, y vé lo que antes no veta, y luego entra en deseos de una en- tera conversion. A vista de esto, no debes estrafiar que estos ejercicios sean de todos tan alabados y jusgados por utilfsimos: que ellos para DE PIADOSAS MEDITACIONES, 61 tantos hayan sido principio de una grande santidad; pues por ellos unos pasan de la mala vida 4 Ja buena, y aun se ponen en la préctica de la oracion mental y devocion: otros que ya vivian bien, van conociendo sus malas inclinacioues, y mortificdndolas se adelantan en el camino espiri- tual: otros aciertan elegir con prudencia el estado de vida, 4 que Dios les llama: y todos por fin con ellos se preparan para una buena muerte. Pero qué infelicidad seria para t(, que ahora empiezas estos ejercicios, si de donde tantos han sacado tanto bien, ti no lo sacases por no coo- perar de tu parte! Esta consideracion te haga diligente y aplicado en estos dias. Aqut puedes considerar como y en los demas puntos: Tienes tu estos sentimientos? Hago yo de estas verdades el concepto que se me~ recen? : Punto IIL Considera los medios, de que te puedes valer, para ha- cer bien y con fruto estos ejercicios. Entra en fervorosos deseos de apro- vechar 4 tu alma con ellos. 2 En estos dias de ejercicios procura apartar de tu imaginacion todos aquellos cuidados del mundo que te puedan dis- traer de la atencion d tu alma. 3 En Jas meditaciones y lecciones que hards , est4 atento y vigilante, rumiando de espacio las verdades para asentarlas en tu corazon. 4 Serds exacto en guardar el drden del dia que tu director te prescribe, en las meditaciones, lecciones, exdmenes, etc. haciéndolo todo en el tiempo y forma que te fuere sefialado; porque Dios bendice esta obediencia. 5 Haz mucho aprecio de los avisos y doc- trinas que te diere tu director, como si te los diese Dios, en cuyo lugar esté, y ponlos en ejecucion. 6 En estos dias procura entrar en tf 4 co- nocer tus pasiones, para ver donde estd la mayor necesidad de tu alma. 7 Con toda verdad y lisura manifiesta tu corazon 4 tu director, manifes- téndole tos mas ordinarias faltas y aun el bien que haces; y en las me- ditaciones, dile cémo te has habido, y que fruto has sacado de ellas; y cree que con esta manifestacion huird el diablo, y ti hallards el remedio en tu director. 8 Al fin de los ejercicios formards una regla de vida, conforme 4 tu estado, para vivir segun ella en adelante; y esto sea el fru- to de los ejercicios. Ejecuta pues con gran confianza en Dios, estos me- dios, y verds buen logro de tus ejercicios. Dios mio, que por sola vuestra bondad me habeis llamado 4 estos ejercicios, ella os mueva 4 asistirme para aplicar estos medios! Aqué preguntate d tt mismo: tengo yo deseo verdadero de hacer esto? Estoy bien resuelto d ejecutarlo? Y pdrate un poco 4 escuchar lo que te dird Dios en el corazon, disponiéndote primero como Samuel, diciéndole: Hablad Seiior; pues estf oyendo vuestro indig- nisimo siervo. Recibe con humildad las inspiraciones santas que te diere, y Procura practicarlas con puntualidad y perseverancia. 63 MANUAL PARTE Il. LA CONCLUSION. 1 Demos gracias 4 Dios de los buenos pensamientos y afectos que se ha dignado comunicarnos en esta meditacion. Os doy gracias Dios mio, de la paciencia que habeis tenido, y mer- ced que me habeis hecho, en sufrirme en vuestra presencia en esta me- ditacion, y aun de los buenos pensamientos, afectos y resoluciones que me habeis comunicado en ella; pues todo lo miro como venido de Vos, de quien desciende todo bien. 2 Ofrezcdmosle las resoluciones que habemos hecho en union de los mé- ritos de Cristo nuestro Seftor. Os ofrezco Sedior, las resoluciones hechas en esta meditacion en union de los méritos de Jesucristo Seffor nuestro vuestro hijo; para que as{ os sean agradables, y las preserveis de las asechanzas de los enemigos malignos. 3 Piddmosle gracia de ponerlas en ejecucion, suplicando para este fin la intercesion de la Virgen Santisima, del santo Angel de Guarda y de los santos de nuestra devocion. Os suplico, bien mio, me deis gracia para ponerlas en ejecucion y ser fiel, en lo que he resuelto en vuestra presencia: para cuyo fin os su- plico a Vos, Virgen Santisima, madre y amparo de pecadores, Angel de mi Guarda, y santos de mi devocion que intercedais por mf y me alcan- ceis esta gracia. Acabada Ia oracion, es bueno hacer un poco de examen sobre ella , pa- ra ver como nos hemos portado, y tenerla mejor otra vez, y despues escribir Jas resoluciones (que se procurard sean prdcticas, bajando d lo particular cuanto se pueda) en la forma siguiente u otra semejante. Resolucion prdctica. En la meditacion sobre los ejercicios espirituales he conocido que ellos son el medio mas oportuno para reformar las costumbres, hacién- dose bien: por lo que he resuelto aplicarme 4 practicar con exactitud to- dos los avisos que 4 este fin he lefdo y se me han dado, superando ani- mosamente las dificultades que se me pueden ofrecer, 6 de confusion en descubrirme enteramente 4 mi director, 6 de pereza en dedicar todo el tiempo sefialado 4 la oracion, 6 de tedio en observar el debido recogimien- to, silencio y modestia, y otras semejantes. DE PIADOSA8 MEDITACIONES. 63 Otra resolucion. : Porque el fin principal de los ejercicios es, no solamente purgar al alma de pecados y volverla 4 la gracia de Dios, sino aun dar remedio 4 las malas inclinaciones, refrenar las pasiones desordenadas, y ponerse en el estado, en que quisiera ser hallado en Ia hora de Ja muerte: por tan- to he resuelto emplear mas tiempo en la oracion, comulgar con maz fre- cuencia, tener mas leccion espiritual , hacer mas penitencia, como que son medios para conseguir este fin. Otra, Los ejercicios se han instituido para convertirme, y no para discur- rir; para reformarme y no para estudiar: propongo pues por fin particu- lar en ellos, aspirar 4 una mas perfecta observancia de las reglas de mi estado: d mas sfocera caridad con el prdjimo, humandndome con N. que es contra mi genio: 4 mas profunda humildad, recibiendo con paciencia el aviso: 4 mayor mortificacion, absteniéndome de aquella palabra, de squella diversion, de aquel sainete, etc. Despues se puede hacer el ramillete espiritual que consiste en algun afecto bueno, sacado de la oracion que entre dia se repite; como una ora- cion jaculatoria, 6 afectuosa aspiracion é Dios, cuando da el relox para dispertar en nuestro corazon aquella buena disposicion que tuvimos en tiempo de la oracion: como por ejemplo, en esta meditacion de hacer bien los ejercicios espirituales podrtase tomar por ramillete espiritual esta ja- culatoria. Aspiracion jaculatoria Dios mio, quiero aplicarme todo 4 Vos, y al bien de mi alma en estos dias y lograr esta ocasion. Otra. Dadme fuerzas Seffor, para humillarme tanto por amor vuestro, cuan- to he conocido en esta oracion me importa. Otra. Infeliz de mi, estoy en este retiro con un espiritu distraido y un co- razon inmortificado. En las demas meditaciones se hace la misma preparacion antes, y la misma conclusion despues que estdn puestas en esta primera meditacion. 64 MANUAL MEDITACIONES DE LOS BENEFICIOS DE DIOS. DEL BENEFICIO DE LA CREACION. 1 Considera en este beneficio de Ia creacion, 1 Que algunos afios hé no tenias sér alguno, mas eras un puro nada y menos que un grano de arena; y Dios sin necesitar de t/, te sacé de la nada, y por sola su bondad te did el sér. = Te did el sér nobilfsimo de criatura racional, superior 4 todo lo que hay en este mundo. 3 Te dié un cuerpo habilitado con los cinco sentidos exteriores de vista, oido, olfato, gusto y tacto; y de los cuatro interiores, de sentido comun, imaginativa, cogitativa y rememora- tiva, con los cuales puedes percibir todo lo de acd, y tener dentro de tf sus semejanzas. 4 Te ha dado una alma que es substancia espiritual y seme- jante 4 los dngeles, dotada de tres potencias; esto es, de entendimiento para conocer fo de este mundo, y lo que estd fuera de él; de memoria, para acordarte de lo que antes habias conocido; y de voluntad para amar y aborrecer con libre alvedr(o. 5 A tu alma ha hecho Dios capsz de la divina gracia que es una expresa participacion del sér de Dios, y capa de las virtudes infusas y dones del Espiritu Santo. Piensa que todo esto eres, y toda esta soberanfa te ha dado Dios con sola la creacion; y que de todo has vivido muy ignorante 6 poco advertido, pues has vivido, no conforme 4 la alteza de la razon, mas 4 1a bajeza de tus apetitos brutales, O cuén corrrido estarias, si penetrases bien este punto! 2 En este beneficio de fa creacion considera el fin que Dios ha te- nido en criarte, y 4 qué fin te ha ordenado; y verds que en esto te ha hecho mas merced, que en toda aquella nobleza que te did: pues te ha criado para conocer, amar y servir 4 la infinita Magestad del mismo Dios en esta vida, y despues en el cielo conocer claramente su infinita bondad y gozarla con un abismo de deleites por toda la eternidad. Quiéo explicaré, ni aun entenderd la honra y provecho de yue Dios ha hecho merced al hombre, con este alto fin, para que le ha criado? En es- te mundo, ef que llega 4 tener en el palacio de un Rey (que en substancia es un gusano como los demas) un oficio de servirle, se tiene por tan hon- rado que hasta sus descendientes se honran de ello despues de muchas centurias. Pues con Ia infinita distancia de Dios 4 un Rey , qué honra de- be estimarse ser criado para servir 4 ese gran Dios, y despues’ gozarlo para siempre? Pondera bien el fin para que eres criado, y no te cabrd el corazon en el pecho, por la buena fortuna que te ha cabido con ese be- neficio de la creacion. Que los mas altos serafines no se hallen dignos de amar y servir 4 ese gran Dios; y ti para eso hayas sido criado? No sé cémo puedes pensar ni ocuparte en otra cosa. DE PIADOSAS MEDITACIONES. 65 3 Considera, cuanto ha tenido que sufrir Dios contigo sobre este beneficio de tu creacion ; pues ha habido de hacer la cuenta por ta con- tinua ingratitad, como que hubiese echado 4 la calle todo Io que te ha dado. Si bien te examinas, hallarés, que pocas veces, y estas con harta imperfeccion, has usado de estos sentidos y potencias para ser- vir & Dios: y Io que no se puede contar sin horror, que inoumerables veces te has valido de todo eso para ofender 4 ta amabilisimo Criador mortalmente, y casi 4 1a continua, venialmente. Paes qué ha sacado Dios de criarte , sino formar un cruel enemigo suyo? Parece, que ya es tiempo, que levantes los ojos al cielo para reconocer 4 tu Criador, y darle gracias de lo que te ha dado en este beneficio, y de la paciencia en sufrir tu ingratitnd y luego los bajes con el publicano, hiriendo tu pecho con mucha contricion y deseos de hacer penitencia, por el abuso de todo ti por lo pasado. Todo te debias 4 Dios en esos afios pasados, y habiendo faltado tanto 4 esa deuda, mira cuanto mas te debes todo 4 Dios por el tiempo que te queda. Ofrécete, pues, ahora 4 tu Criador con corazon contrito y agradecido; y resuelve con eficacia de no usar en adelante: de tus sentidos y potencias, cuerpo y alma, sino segun su volun- tad y servicio. Criador amoroso, asistidme con nueva gracia, para ejecatar esta resolucion ! Conclusion , la misma de la meditacion antecedente. Resolucion prdctica. En Ia meditacion sobre el beneficio de la creacion y su fin, he vis- to, que el tinico principio de aquello que soy, es la voluntad divina, que liberalmente se complaci¢ , dejadas otras tantas criaturas, que nunca serdn , escogerme: de que he sacado, que soy de solo Dios, y en rigor de justicia todo enteramente de Dios: por lo que he resuelto sacrificarme todo en obsequio de Dios, cumpliendo sus divinos preceptos en particu- lar el de no entrar en tal casa, de dejar tales compafieros, de retirar- me en casa 4 tal hora, y no salir mas de noche por gusto, etc. Otra. Dios me ha hecho 4 su imagen y semejanza: faciamus hominem ad imaginem,, et similitudinem nostram: luego debo corresponder 4 mi ori- ginal: luego debo evitar con sumo cuidado todo pecado: 90, pues, le ofrezco al Sefior muy de veras ; y para lograrlo, comulgar de ocho 4 ocho dias, levantando 4 menudo el corazon 4 Dios y diciendo con eficacia y espiritu: Seftor, primero morir que pecar. Otra. Examinaré con atencion mis pensamientos, mis palabras y obras, : 5 66 MANUAL para ver si van ordenados 4 mi tiltimo fin, y si son segun las obligacio- nes de mi profesion; y 4 todas las tentaciones que me querrdn diver- tir de mi fin, resuelvo hacerlas esta respuesta dentro de mi: andad alld Iéjos de mi corazon, que no ha sido criado para servir ¢ vosotros; mas ai 4 mi Dios y Sefior, 4 quien nunca jams abandonaré. Aspiracion jaculatoria 6 ramillete. Ah, si yo me conociese bien; cudn poco caso haria de mi mismo, de mi nacimiento y calidad! En lugar de desvanecerme pensaria en lo que fui antes de ser. . Otra. O mi Dios! Destruid en mf este corazon soberbio y ambicioso, que ee complace en las grandezas mundanas, y dadme otro nuevo, que nada mas huya que la vana estimacion. Otra. © mundo engafiador! Yo renuncio de corazon 4 tus sensuales méximas, y falea libertad. Sf, Dios mio, quiero ser unicamente vuestro: recibid las Iaves de mi corazon, paraque nada entre en él sin Vueatro consen- timiento. MEDITACION DEL BENEFICIO DE LA CONSERVACION. 1 Considera, que Dios, no solo te ha dado el adr que tienes, sino que de continuo te lo conserva, lo que no es menor beneficio que el ha- bértelo dado la primera vez; porque conservdndote el sér primero que te did , se puede decir, que cada momento lo produce de nuevo: y asi, si tanto le estés obligado por baberte en un instante sacado de:la nada; endnto mas deudor le serfs por conservarte de continuo, y darte en cierto modo tantas veces el sér, cuantos son los momentos pasados y venideros de toda tu vida? Ciertamente, que como no hay momento al~ guno en que Dios no se acuerde de ti, haciéndote beneficios, y Hensn- dote de bendiciones: asi no habria de haber momento, en que no te acordases de él, rindiéndole nuevas gracias y bendiciéndole en sus mi- serivordias. 2 Considera, cuénto ha hecho Dios para tu conservacion? Cudntos bienes en Ja tierra? Cuéntas plantas? Cudntos animales? Cudntos frutos? Caégntos metales? Anda discurriendo por todas las cosas, de que Dios ha enriquecido este mundo, y verés, que todas las ha criado para tu servicio, el cielo con los planetas: el aire con lag aves: mares y rios con los peces: la tierra con los animales, frutos, flores, piedras precio- sas y otras delicias innumerables. Y no te parece que considerando esto DE PIADOSAS MEDITACIONES. 67 el santo Profeta, tuviese razon de exclamar: (Psalm. 28.) Qué cosa es el hombre, Sefior, qué méritos tiene para que tengais aun especial memo- ria de él, y le hagais tan singulares gracias y favores, habiéndole he- cho poco menos que los éngeles, coronado de gloria, y constitvido sobre las obras de vuestras manos? No te parece que aun mas razon tuvo el Apéstol , cuando espantado de haber el Seiior destinado para nuestro servicio y conservacion los mismos angeles, los lamé siervos nuestros? (Hebr. 1, 14.) Mas ay de ti, cudnta menos razon tienes, viviendo tan descuidado delante de tantos testigos y dispertadores, cuantos son aquellos soberanos espiritus, y estas cosas visibles! 3 Considera, que todos los males de que te ha librado Dios, son tantas gracias , tantas finezas de su divina bondad hécia ti. Este mundo no es mas que un abismo de miserias y calamidades: apenas hallarés una familia que sea esenta de ellas. Cudntas personas afligidas y atraba- jadas se ven, quien de calentura, quien de gota, quien de pobreza; otras de persecuciones, ddios y males semejantes; no es pues, gran be- neficio de Dios que te haya librado, sino de todos, alomenos de muchos tan graves que cada dia ves, y hallas en los demas? Advierte tambien, que todos los males de esta vida son ocasionados del pecado, y que ha- biendo tu provocado tantas veces Ia ira de Dios, es suma misericordia el no haberte castigado. (Thren. 3, 22.) Misericordiosisiino Dios mio , ya que me habeis hecho tantas misericordias, hacedme aun esta, que sepa en adelante reconocerlas. 7 Resolucion prdctica. En esta meditacion sobre el beneficio de la conservacion he conoci- do mi suma ingratitud para con Dios, 4 quien despues de tantas finezas styas para conmigo, le he vuelto tantas veces las espaldas con tan repe- tidos pecados, provocando su justa indignacion contra mi. Ya, Dios mio, estoy convencido de sumamente ingrato 4 vuestros divinos favores; y si remedio tienen mis execrables descuidos, como me lo asegura vuestra infinita clemencia, ofrézcoos mi Dios, entero mi corazon, para que dis- pongais de él 4 medida de vuestro gusto, y en obsequio de vuestra div na Magestad , no salir nunca de casa sin pedir primero. vuestra bendi- cion y gracia para no ofenderos. Otra. He conocido Ja suma continua dependencia que tengo de Dios, en el sér, el cual perderia en un instante que dejase de conservarle Dios; Y con todo esto atreverme 4 ofenderle? Es la temeridad mas loca, que puede caber en criatura racional. Seffor, ya resuelvo entrar en cuentas conmigo para no tenerlas con Vos: y supuesto el subir tal escalera, el 68 MANUAL pasar por tal calle, el tratar con tal persona, ha sido todo el principio de mi desvarfo, propongo con vuestra gracia evitar del todo estos pasos, renovando cada dia esta séria voluntad. Aspiracion jaculatoria. Dios mio, ya que por vuestra bondad me conservais la vida del cuerpo, conservadme tambien la del alma, y no permitais que os ofen- da jams. MEDITACION DEL BENEFICIO DE LA REDENCION. 1 Considera, que siendo el pecado del hombre de gravedad infinita, no podia ser perdonado segun justicia, sino con satisfaccion infinita, fa cual no podian dar todos los hombres; y asf todos habian de incurrir la condenacion eterna. Y aunque Dios, dejdndolos condenar 4 todos, no habria perdido un punto de su bienaventuranza: por solo su infinito amor, quiso que su Hijo se hiciese hombre, y como hombre padecid y satisfizo , y como Dios dié valor infinito 4 su satisfaccion por los peca- dos de los hombres. Y bien que con un solo acto de Cristo quedaban to- dos perdonados, quiso dar superabundantisima satisfaccion, para mani- festar su amor infinito, viviendo treinta y tres afios en este mundo con pobreza y penitencia, y acabando su vida, abofeteado, escupido, azo- tado, coronado de espinas, crucificado entre ladrones, y muerto con las mayores penas y afrentas; y todo esto lo sufrié con un amor y deseo de nuestra salvacion, mayor que sus penas. Qué sientes, 6 alma, 4 vista de estas consideraciones , 4 vista de este beneficio de beneficios? Si no te sientes movida hécia Dios, bien te puedes confundir, y reputarte por ciega, dura, ingrata y sin juicio. 2 Considera la honra grande para Dios, y provecho para el hom- bre, que resulté de esta redencion del género humano, y que tanto te puede mover 4 admirar y alabar 4 Dios, y darle gracias. Todo cuanto ha hecho Dios, no hace conocer tanto la excelenca de su sér, como es- ta sola primorosa obra de Ia redencion. En ella se vé la infinidad de su Justicia, en tomar entera satisfaccion de una ofensa infinita; la infinidad de su misericordia y caridad , en pagar por el hombre tanta satisfaccion, la infinidad de su sabidurfa, en hallar tan exquisito ¢ inopinado modo: y simbolizado tantos millares de aiios antes con tantas sombras y figu- ras: la infinidad de su poder y providencia , en reducirlo todo 4 ejecucion en tiempo oportuno, y con tanto primor. Aqui se vé una admirable conveniencia de remedios eficaces para sanar las enferinedades espiritua- les y malas inclinaciones, que el pecado ocasioné al hombre. De otra Parte considera que con la redencion queda el hombre perdonado, libre DE PIADOSAS MEDITACIONES. 69 del inferno, santificado, amigo ¢ hijo de Dios, y con derecho claro 4 la eterna gloria, si no lo pierde por su culpa. Pétate 4 considerar , quien debe ser este gran Dios, de quien ha salido esa soberana obra. Suspén- dete todo en admirar sus infinitas perfecciones. Mira despues, si ese gran Dios, en el peligro de perder su divinidad, podia hacer mas por sf, de lo que ha hecho por ti, y por buscar tu salvacion? Qué gracias bastardn para agradecerlo? Ea, enciéndete en sus alabanzas, Ilamando para estas 4 todas las criaturas: ddte todo por suyo, ya que tan 4 su cos- ta te ha comprado. ; 3 Considera ahora, qué aprecio has hecho por toda tu vida de este estupendo beneficio de la redencion? Cémo te has aprovechado de los sacramentos , que son los caiios por donde se comunica su fruto? Qué ca- so has hecho de los ejemplos de las virtudes de tu Redentor, que son la triaca del veneno de tus vicios? O cudnta seria tu infelicidad , si todo esto no hubieses logrado! Y cudnto mayor seria, si 4 Dios, muerto por tf, le hubieses ofendido con culpas graves! O, y qué penas bastarian para tu castigo! Bien dijo san Agustin, que merece que se fabrique otro infierno, para quien con Ia culpa mortal derrama la sangre que Cristo vertié. Quieres saber de dénde viene esta ingratitud y malogro? Viene de no meditarse con frecuencia y por largos ratos este beneficio de la redencion, sus partes y circunstancias. O qué descomedimiento, que no te hayas dignado meditar con frecuencia tan estupendo beneficio que Dios te ha hecho, que tanto le ha costado, y en que ha empleado lo fino de sus atributos! Vuelve sobre t{ ahora, alma ingrata, y paga con amor tanto amor, abraza las penas y penitencias, para honrar la pasion de tu Redentor; y para cumplir esto, resuelve con eficacia el meditar séria y frecuentemente este beneficio. : Resolucion prdctica. En esta meditacion sobre el beneficio de la redencion he considera- do los medios que me ha dejado el Redentor, para aprovecharme de su preciosisima sangre, con tanto amor y tan 4 sn costa por m{derramada, instituyendo los santos sacramentos , que son los conductos por donde se comunica 4 las almas; por lo que he resuelto recibir indispensablemen- te cada quince dias los de la penitencia y comunion, disponiéndome 4 ellos con Ia mayor diligencia posible. Aspiracion jaculatoria. Imprimid , Sefior, en mi alma Jos dolores, con que os habeis dig- nado de redimirla, para meditarlos continuamente, y esforsarme 4 pa- decer por vuestro amor. 5* go MANUAL MEDITACION DEL BENEFICIO DE LA VOCACION A wa FE carTdLica. 1 Considera, que ninguna cosa aprovecharia el inestimable beneficio de la redencion, si no fuese acompaiiado con este de la vocacion 4 la verdadera fé y de la justificacion, por medio de la cual has sido hecho verdadero hijo de la iglesia catélica y vivo miembro de Cristo, cabeza de ella, Y qué aprovecha al enfermo y Ilagado, el haber en. el mundo medicinas eficaces y bélsamos poderosos para curar su mal, si no se le aplican? As{ la sangre de nuestro Salvador, derramada para curar las _ heridas de nuestro corazon, que son los pecados , poco 6 nada aprovecha ales almas, quienes por estar fuera de la iglesia, no les es aplicada por el bautismo y demas sacramentos. 2 Considera, que ninguno puede pa- sar de las tinieblas de Ia infidelidad 4 la Iuz de la verdad catélica, si por especial gracia del Sefior no es llamado, como la verdad misma lo afirmd. (Joan. 6, 44.) Porque asf como la piedra por su natural inclina- cion, siempre va 4 lo bajo, ni puede subir & lo alto, sin ayuda extrin- seca de quien la Jevanta: asi la naturaleza humana, que corrompida del pecado, siempre se va tras del amor de las cosas terrenas, no puede le- vantar 6u corazon al amor de las cosas celestiales, si no la atrae la ma- no del omnipotente Dios, debajo de cuya mano has de estar humilde, si quieres perseverar en esta santa fé y salvarte: (Ad Rom. 11, 39.) Esta firme en la fé: no te ensoberbezcas; mas teme. 2 Considera, cuantos millares, no solo de hombres, pero de nacio- nes enteras, desde el principio del mundo, y despues de la venida de Cristo, y aun en nuestros dias, por justos juicios de Dios, y por sus pecados, no han alcanzado esta vocacion, absolutamente necesaria para salvarse , sino que se han quedado en su infidelidad, y por consiguiente se han condenado y se condenan cada dia! Qué habria sido de ti, si hu- bieras nacido entre paganos? Si como ellos hubieras adorado dioses de piedra y de madera? Si hubieras tenido padres hereges, deudos y pa- tria, donde no resplandece Ia luz de la f€? No te habrias tambien per- dido como ellos? Cudntas gracias, pues, debes dar 4 Dios, que tras tan- ta muchedumbre de réprobos y condenados, te haya hecho el favor de contarte en el niimero de los hijos de la iglesia romana! Te haya criado y alimentado con la leche de la doctrina apostélica, apacentado con sus Propias carnes, y embriagado, digémoslo asf, con su sangre sacratisima ? Qué por medio del bautismo te haya hecho renacer hijo de Dios, y he~ redero de la vida eterna? Y qué seria, si en lugar de darle gracias, no cesdras de ofenderle continuamente, y despreciarle con tus pecados? Ah, Sefior, no permitais tal ingratitud! DE PIADOSAS MEDITACIONES. 71 3 Considera, cuantos millares de cristianos, despues de haber sido libres de sus pecados, y de la condenacion eterna, por medio del san» to bautismo, despues de haber recuperado 1a divina gracia y la amis- tad de Dios, han miserablemente caido, 6 en la heregfa 6 en otros grandes pecados, de los cuales no habiendo salido, naufragaron infelis- mente en el mismo puerto, y se han condenado: y ti cudntas veces has recaido en las faltas y pecados; y no obstante, Dios te ha concedido tiempo y comodidad para volver 4 su divina Magestad, por medio de la penitencia? Cudnta paciencia ha tenido contigo, sufriéndote cuando cometias pecados tan enormes, continuando los afios enteros sumergido en el lodo de tanta maldad sin pensar en enmendarte; antes procurando hacer caer 4 muchos otros con tu mal ejemplo, y pésimos consejos? En medio de tantos pecados, tantas veces te ha llamado 4 penitencia, dén- dote continuas inspiraciones para reducirte 4 su amistad, cuando no-ha- cias otro mas que ofenderle y provocarle 4 indignacion. Finalmente ha hecho contigo, como con otro Ldsaro hediondo: con voces tan altas te ha reducido 4 Ia vida de Ia gracia. Es, pues, razonable, que comien- ces una veg 4 servirle de veras, y que dando mano 4 todo aquello que puede hacerte perder de nuevo su gracia, digas con el Profeta: yo dijes ahora empiezo. Psalm. 76. MEDITACION DE LOS BENEFICIOS PARTICULARES. 1 Considera, ademas de los beneficios comunes 4 todos, cuantos otros particulares has recibido de Dios, no concedidos 4 otros, aunque fieles, asi de naturaleza, como de fortuna y de gracia: estos son, que antes de nacer, no te ahogases en el vientre de tu madre: que no na- cieses de padres infaines , ilegftimos, infectos de algun mal hereditario, Iadrones , vagabundos y otros semejantes, que con su mal ejemplo crian Ios hijos con la leche de Ja iniquidad , dejdndoles herederos de sus mal- dades asi del cuerpo como del alma; pero al contrario, has tenido pa- dres piadogos y cuidadosos, los cuales, desde los aiios mas tiernos te han encaminado por Ja mas derecha senda de Ia piedad cristiana, por sf mismos y por los buenos maestros, en cuyas manos te han puesto pa- a que te instruyesen asien letras, como en buenas costumbres, y por medio de su buena ensefianza te librases de compafifas escandalosas, que son el contagio de la juventud, y echan al abismo de Ja maldad 4 aque- Ios con quienes se acompafian: todos beueficios verdaderamente singu- lares, de los cuales ordinariamente los hombres no se acuerdan ; pero de ellos te pediré Dios particular cuenta, si no sabes reconocerlos. 3 Considera los otros beneficios mas particulares de gracia, que has recibido de Dios en Ia edad crecida; y hallardés que el haber tenido co- 72 MANUAL modidad de oir 4 menudo la palabra de Dios en los sermones, y otros coloquios espirituales: el haber empleado los afios mas peligrosos de la juventud en las escuelas 6 colegios, en compafifa de personas pias y bien acostumbradas: en lugares, donde tenias frecuente uso de los sacramen- tos, el ejercicio de la oracion, y de otras obras de piedad: donde el ejemplo de los buenos estimula poderosamente 4 Ia devocion: donde no te han faltado santos y prudentes directores , que con sus paternales do- cumentos te han detenido, para que no cayeses en el precipicio, al que tantas veces te habrian Ilevado tus mismas pasiones: donde finalmente has tenido la comodidad de ejercitarte en obras buenas, asi en piiblico, como privadamente, y aprender todo aquello que era necesario para perficionarte en una vida verdaderamente civil y cristiana: todos estos beneficios y otros muchos son gracias particulares, que Dios te ha he- cho, los cuales debes mirar como principios de tu salud; porque de la buena 6 mala educacion de la juventud, depende toda la vida, buena 6 mala; y por consiguiente la condenacion 6 salvacion eterna. Cudntas gracias, pues, debes dar 4 Dios, y cudn solfcito debes ser en corres- ponderle? © qué gtandes estimulos son estos, para mejorar siempre mas tu vida, y no desviarte jamas del recto camino de tu salvacion! 3 Considera 1os otros beneficios mas escondidos y estraordinarios, que en un modo tan particular tal vez habrds recibido de Dios. Tal se- tia, si nacido de padres hereges 6 ensefiado de malos maestros, no obs- tante hubieses sido Ilamado é ilustrado de Dios con la luz de la fé y religion cristiana, y te hubiese dado gracia para perseverar, aunque aban- donado de tus padres, perseguido y privado de tu herencia paterna, (fa- vor verdaderamente singular, y que se concede 4 pocos) y aun si el Se- fior te hubiese librado de la compajifa escandalosa, lo cual muy en bre- ve te hubiera Ilevado al precipicio: si te hubiese hecho gracia de librar- te de algun pecado, en que hubieras miserablemente continuado por mu- chos aiiog: si mientras estabas en tal pecado, te hubiese librado de al- gun peligro de la vida, como de naufragio 6 semejante: si te hubiese dado fuerzas para resistir 4 alguna grave tentacion, que te habria pre- cipitado en el infierno: cudntos de estos y mucho mayores beneficios hallarias haberte Dios concedido, si de veras lo considerases con el san- to Profeta Rey todos los aiios de tu vida? Quién sabe de cuantas oca- siones de pecar, de cuantos peligros, asi del alma como del cuerpo te ha librado? nantes veces ha roto los lazos, que te tenian prevenidos los enemigos? Cudntas veces ha deshecho sus trampas? Cudntas ha atado las manos al demonio para que no desfogase contra t{ su ira? Por qué, pues, no le dards gracias de continuo por estos ocultos beneficios, ya que con el Profeta le ruegas te perdone los pecados ocultos? Por tanto, Sefior, os doy las gracias que 4 Vos son debidas, por todos los beneficios de vues- tra liberal y poderosa mano recibidos.

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