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ISBN 987-84-945680-1-5

Título original: ‘El Siglo de Acero I: Peones & Damas’


Héctor J. Castro © 2017

Ilustrado por Third Guy Studio


thirdguystudio.tumblr.com

Maquetación y diseño: Pluma Estudio Gráfico

Impreso en España - Printed in Spain


Héctor J. Castro

Peones & Damas


“Bendita España que pare y cría a los hombres armados”

Francisco I de Francia
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. PrólogoTenía una nariz recta y labios
Año
finos que solía torcer de lado en una de 1566 media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín
Una fruncido,
baladedela cañón
Vegale era
daba profundidad
soldado
impactó del rey
contra el adesu mirada,
España,
costado la como
de como navelo
si estuviese
había atento
sidohaciendo
española a
su padre bajo todo.
volarlos Se mojó
estandartes
astillas también
por todas el pelo
del emperador castaño
turcosy
partes. LosCarlos.
revuelto y se lo echó hacia
se acercaban atrás, despejando
abordaje alaen lafrente surcada
Se alistó veloces,
muy joven prestos a dar
como arcabucero más mínima
el tercio de
por unos débiles
oportunidad. trazos.
Medio centenar de corsarios, entre ellos una
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
docena el norte por
de la
de temibles crujía
Italia y deentre
allí los
jenízaros, ase marineros
juntaban
Flandes, yensoldados
donde la borda
Francia que ya
dis-
había
abarrotaban
parandonuevamente
entrado arcosla galera y se
y arcabuces
en lizaacercó a proa,Pese
con España.
con mortífera dondea losebrioso
precisión, encontraba
descarga
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
tras don
descarga. Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana,
los ojos deconsus
Al comienzo la ofi
camisa
ciales
del blanca que
al demostrar
combate, desde yaelera
en grisgris
abierta
numerosas
cielo hasta
ocasiones
plomizo ha- el
pecho,
cualidadesdonde
bía empezado como brillaba
a sangre unfría,
caer un escapulario
disciplina
aguacero deyempapaba
que la Virgen
un valor quedel Carmen,
lasrozaba
cubier- la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándoseUna
tas y a los hombres. haciéndole
contormenta
su acero una sombra en la cara
buena reputación
de verano y los
que hacía rugir ojos
entre
fijos
los en el horizonte,
camaradas.
truenos en las siluetas que dibujaban
lejanos en el horizonte y cuyos relámpagos ilumina- las torres del
puerto el de
banDespués Corona. como una salva de artillería.
anochecerde varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Unas horas española
a Italia, Martín
antes, aquelvolvía
entre a Italia
ellos,
bergantín después
arrojándose
español estabade combatir
sinnavegan-
empacho
al
ado corso
las berberisco
múltiples
ligero y a buen en que
delicias
ritmo lahacia
ría de
aquellaTetuán.
el puerto deLas
tierra naves
ofrecía a los
Cartagena, capturadas
holgados
portando
habían
de
unbolsa, sido
valeroso más
gastándoselobien pocas—apenas
cargamentotodo en festines
en sus entrañas. alguna fusta
milaneses
Entoncesydos enemiga—y
en bellezas
galeras
el botín escaso.
napolitanas, metiendoocultado
corsarias, habiéndose mano en todo lance
al amparo de laydensa
mujerniebla
hermosaque
que Eran
Dios
cubría tiempos
la le ponía
boca de enaciagos
la para
su camino.
bahía, los españoles
Nada
lo atacaron podía en el Mediterráneo.
reprochársele,
con rapidez pues
y determina-
Mientras
la mayoría
ción, como losde
sitercios de los
los soldados
hubieran Austrias
jóvenes
olido el botínse habían
hacían loconvertido
mismo,
que saciaría en los
atraídos
su hambre.
dueños
por deviento
aquella
El escaso los campos
tierra de fortuna
yextranjera
la mala batalla en
y ricade Europa,
deaquella
la que losenespañoles
tarde las aguaspro-
habían del
eran
Mare
dueños.Nostrum
piciado Para
el cada
ellos vezera
Italia
acercamiento eralos
de más
como difícil contener
un generoso
corsarios, a la ingente
paraíso
que tras bañado
disparar va-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

177
15
rias Poco
vecesmás tarde, tras
sus cañones la batalla
de crujía de Gelves
estaban contra
lanzando el Turco,
los garfios de
que resultó
abordaje, penosa jornada
preparados para ylas
para arrasar armaslacatólicas
saquear y donde
nave cristiana.
a punto
Peseestuvo
a tenerdesólo
dejar
dos la piezas
piel, regresó
gruesasa yEspaña,
algunosdonde vivió
pedreros,
entre Sevilla españoles
los artilleros y Madrid.desarbolaron
Y cuando vio unaesfumados
de las navestodos sus
enemi-
ahorros Martín sentó
gas al acertarle plazamuy
dos tiros de nuevo en la escuadra
bien dirigidos de el
al palo, galeras
cual
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
tenía toda la vela arriba cuando, estropeado por los cañona- que había
crecido tras una
zos, se rompió serieuna
como derama
victorias
seca obtenidas
en un golpeporde el temible
viento. El
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
mástil se derrumbó con mucho estruendo de madera quebra-
El poderoso
da encima rey Felipe
de la nave II, paladín
cristiana, de la causa
enredándola con elcatólica por
gallardete,
encima
las velasdey todo—incluso
la jarcia rota.porLosencima del Papa
otomanos, de Roma, que
aprovechando que
empleaba
la galera ymás fondos enestaban
el bergantín turbiostrabados
negociosse para su benefi
lanzaron cio
como
que en al
fieras proporcionar apoyo a quienes
abordaje, subiendo por cabos defendían
y cuerdas la religión con
con los cu-
uñas y dientes—,
chillos había heredado de su padre la titánica guerra
entre los dientes.
contraLoselpocos
Turco, que junto
soldados a la coronael de
que escoltaban Castilla
barco y Aragón
español—pues
era la potencia
no era una galeramásdegrande del mundo,
combate—se embarcándose
defendían con extremo en una
vi-
contienda que duraría
gor, arcabuceando casi doscientos
al enemigo, años,
cortando losinterrumpida
cabos y atacan-sólo
por cortas
do con treguas,
medias y cuyo
picas campo de
y alabardas batalla
a los turcos principal eran las
que escalaban.
aguas del Mediterráneo.
Intentaban retrasar el abordaje todo lo posible, si bien ya se
La casa
habían de Habsburgo,
percatado contando con
de la superioridad sus vastas
numérica de posesiones
los adver-
ysarios.
con elSabían
oro y laqueplata
no llegados de laspor
habría piedad Indias,
partegastaba
de los hasta
otoma- el
último
nos, asímaravedí en luchar
que peleaban como atroyanos
brazo partido contralatodos
defendiendo sus
cubierta
enemigos,
anegada deque no eran
enemigos, pocos, pues
resistiendo hastaademás
el últimodehombre.
la abierta
hostilidad de mahometanos,
Tras varios intentos, los franceses, venecianos, holandeses
corsarios consiguieron poner pie
yen
alemanes
el castillo de proa, y aunque fueron recibidos conlavarios
protestantes, ahora la mala relación entre corte
española y la Inglaterra
arcabuzazos que dieron isabelina amenazaba
con media docenaun denuevo
turcosfrente,
en ely
claro,
suelo,aunque era el español
éstos hicieron un imperio
retroceder enorme y La
a los defensores. temible, era
cubierta
uno contra todos.
se convirtió en un sangriento campo de batalla con turcos y
Aquellaacometiéndose
cristianos mañana de septiembre, Martín por
y acuchillándose se despertó con el
todas partes.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

816
velamen. Apartó la manta
Los jenízaros, armados mojada por el relente
con hachas y alfanjes, nocturnollegarony se
puso
comoen unapie, se abotonó
avalancha hastala camisa
la carroza,y, haciendo
descuartizando cuencoen con las
bru-
manos, cogió agua
tal carnicería de una
a todo tinaja yque
soldado se lavó el rostro, espabilándose.
se interponía en su cami-
Las gotas resbalaron
no. Muchos marineros por su cara sin
intentaban huirafeitar, que tenía bellas
de la despiadada ma-
I
facciones,
tanza arrojándose aunque del ojo izquierdo
al mar, quedandobajaba a merced hastadelalas mitadolasde y
la mejilla una
buscando algún delgada
madero cicatriz.
al que Tenía una Los
aferrarse. nariz recta yque
heridos labios
no
fitenían
nos que solía torcer
fuerzas de lado en una
para mantenerse media
a flote sonrisa cuando
se hundían irremedia- algo
le divertía.dejando
blemente Su ceño,una queestela
por manía
roja enoelcostumbre
agua. casi siempre
mantenía—Por aquí,
Martín fruncido,
de lami le era
daba
señora.
Vega profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, como como lo
si
habíaestuviese
DonsidoLuis atento
su padre a
cogió bajo todo. Se mojó
los estandartes
a la joven también
noble pordel el
emperador
el brazo pelo castaño
Carlos.y
y la condujo
revuelto
por Se yestrecha
unaalistó se lo echó hacia
escala atrás,
de como
madera despejando
hacia la bodega la frente surcada
muy joven arcabucero en el del barco.
tercio de
por
La unos
joven débiles
se llamaba trazos.
María Quintana y la acompañaban varias
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
sirvientas.
el norte porde la
Todas crujía
lloraban
Italia y deentre los
espantadas
allí marineros
a Flandes, por ely soldados
donde terrible
Francia que
sonido
habíaya
abarrotaban
del combate
entrado la
nuevamente galera
y los y se
gritos
en acercó
que
liza venían
con a proa,
España. desde donde
Pese a losebrioso
cubierta. encontraba
DonyLuis a las
el
del capitán
Águila don
era Ricardo
un caballeroVillalobos
castellanoapoyado
al
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
servicio la cureña
de la de
familia la
moyana,
Quintana.
los ojos de con Ya
sus la camisa
ciales blanca
sobrepasaba
ofi que ya en
los cincuenta
al demostrar eraañosgrispero
numerosas abiertaaún hasta
era vi-
ocasiones el
pecho,
gorosodonde
cualidades y decomo brillaba
anchos unfría,
hombros.
sangre escapulario
Sabía que
disciplina dey la
la lucha
un Virgen
valorestabadel rozaba
que Carmen,
perdi- la
el
da ancho
y en bonete
último yladeado
desesperadohaciéndole
recurso sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entreintentabaen la cara
esconder y los aojos
las
fimujeres.
losjoscamaradas.
en el horizonte,
Que los turcos en lasnosiluetas que dibujaban
las encontrasen seríalas untorres
auténti- del
puerto
co milagro. de Corona.
DespuésLa deúnica
variasmanera
campañas que muchos
tenían de salvarsevolvieron
soldados era que
otroLa
adinerados galera
barco española
acristiano
Italia, volvía
asaltara
Martín entre a
a su Italia después
vezarrojándose
ellos, a los corsarios de combatir
antes de
sin empacho
al
aque corso
las berberisco
llegaran
múltiples a delicias
puerto. en Había
la ría
que de
queTetuán.
aquella ganar Las
tierratiempo. naves
ofrecía Sólo
a loscapturadas
esperaba
holgados
habían
no sido
desfallecer, más bien
pues pocas—apenas
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y enarcabuz
había recibido alguna
un balazo fusta
de enemiga—y
un bellezas
el botín
turco y escaso.
su abollada coraza, cuyo peso
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa ya le parecía casi inso-
portable,
que Eranle
Dios leponía
dificultaba
tiempos aciagos
en lapara
su camino.respiración.
los españoles
Nada Entraron
podía en la bodega
en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
y don
Mientras
la mayoríaLuis atrancó
losdetercios la puerta
de los Austrias
los soldados con
jóvenesse unos tablones,
habían
hacían loconvertidodesató
mismo, atraídos unos
en los
cajones
dueños
por aquellaque
de los estaban
campos
tierra anclados
de batalla
extranjera al suelo
y ricaen y bloqueó
de Europa, cuanto
la que losenespañoles
las aguas pudodel
eran
la entrada.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

179
15
Poco más tarde,
—Mi señora, trasesconderos.
debéis la batalla deCuando
Gelves contra el Turco,
ellos entren no
que resultó
hagáis ningúnpenosa jornada
ruido. Juro por para lasque
Dios armas católicas
mientras me yqueden
donde
afuerzas
punto estuvo de dejarno
esos bárbaros la os
piel, regresólas
pondrán a España, donde vivió
manos encima—En
entre Sevilla yseMadrid.
ese momento escuchóYun cuando
voceríovio esfumados
y unos todos
violentos sus
golpes
ahorros Martín Debéis
en la puerta—. sentó plaza de nuevoyo
apresuraros, entrataré
la escuadra de galeras
de detenerlos.
de Nápoles para luchar
La aterrorizada jovencontra la amenaza
y sus sirvientas turca, que había
se escondieron tras
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
un montón de sábanas y trozos de velamen en un rincón os- el temible
corsario Dragut sus
curo, cubiertos sobre las armadas
rostros cristianas.
en lágrimas y abrazándose unas a
El Los
otras. poderoso
golpesrey Felipe
en la II,se
puerta paladín de cada
hicieron la causa católica
vez más por
fuertes
encima
y algunasdecabezas
todo—incluso
de hacha por encima del
asomaban Papa
entre de Roma,
la madera que
astilla-
empleaba
da. Don Luismássefondos en turbios
incorporó, se enjugónegocios
el sudorpara
quesu beneficio
le empapa-
que
ba laencara
proporcionar
y se plantóapoyo
firmeaante
quienes defendían
la puerta, la religión
espada en alto.con
El
uñas y dientes—,
disparo recibido había heredado
en el brazo de su no
izquierdo padre la titánica
dejaba guerra
de sangrar y
contra el Turco,
varios hilillos quecaían
rojos junto a la sus
desde corona
dedos dealCastilla y Aragón
suelo entablado.
era la potencia
La puerta al finmás grande
cedió, delentre
y por mundo, embarcándose
las tablas astilladaseny una
los
contienda que aduraría
cajones rotos hachazoscasientraron
doscientos años,turcos
varios interrumpida sólo
con el torso
por cortasytreguas,
desnudo las armasy cuyo
tintascampo de batalla principal eran las
en sangre.
aguas del Luis
Don Mediterráneo.
los esperó desafiante, dispuesto a vender cara
La casapiel
su curtida de Habsburgo,
de veterano.contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
10
Primera Parte
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finosMartín
que solía detorcer
la Vega de era
ladosoldado
en una mediadel reysonrisa
de España,cuando como
algo
lo había sido su padre bajo los estandartes
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre del emperador
Carlos
mantenía V. fruncido,
Martín Sedealistó
la Vega muy
le era
dabajoven en una
profundidad
soldado del reycompañía
adesu de infantes
mirada,
España, comocomolo
que se había levantado para acudir a la
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó guerra
también el contra
pelo el fran-
castaño
cés, y embarcó
revuelto y se lo en echóCartagena
hacia atrás, rumbo a las templadas
despejando la frentebrisas de
surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
Nápoles.
por Luego trazos.
unos débiles viajó por tierra hasta Lombardía, cruzó los
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Alpes y llegópor a Luxemburgo, donde su compañía se unió a las
haciaCaminó
el norte de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, dondey soldados
Franciaque ya
había
tropas
abarrotaban de Manuel Filiberto
la galeraen y se de Saboya.
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóedad
el Pese
capitán a lo
don brioso
Ricardo y a las veces
Villalobos díscolo
apoyado que
en su
la corta
cureña de la
ante
le
los hacía
moyana,
ojos de ser,
consus pronto
la ofi
camisa destacó
ciales blanca ante los
que ya en
al demostrar ojos
eranumerosasde sus oficiales
gris abiertaocasiones
hasta el
al demostrar
pecho, donde
cualidades como en
brillabanumerosas
sangre unfría,
escapularioocasiones
disciplinadey un cualidades
la Virgen
valor que como
del rozaba
Carmen, la
sangre
el ancho fría,
bonete disciplina
ladeado y un valor
haciéndole que
sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre rozabaen lala temeridad,
cara y los ojos
filabrándose
losjoscamaradas. con su en
en el horizonte, acero una buena
las siluetas reputación
que dibujaban lasentre
torreslosdel
camaradas.
puerto de Corona.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Después
La galera
adinerados deespañola
a Italia,varias
Martíncampañas
volvía
entre a muchos
Italia
ellos, soldados
después
arrojándose sinvolvieron
de combatir
empacho
aadinerados
al corso
las múltiples a Italia.
berberisco enMartín
delicias la ría
que fue uno
de Tetuán.
aquella de Las
tierra ellos, y aselos
naves
ofrecía arrojó
capturadassin
holgados
empacho
habían
de bolsa,sido a las
másmúltiples
gastándoselo delicias
bien pocas—apenas
todo quealguna
en festines aquella
milaneses tierra
fusta enofrecía
yenemiga—y
bellezasa
los
el holgados
botín
napolitanas, escaso. de bolsa, mano
metiendo gastándoselo
en todotodo lance enyfestines milane-
mujer hermosa
ses Dios
que y en le
Eran bellezas
tiempos
ponía en napolitanas,
aciagos para los
su camino. metiendopodíamano
españoles
Nada en el en todo lance
Mediterráneo.
reprochársele, pues
arriscado
Mientras
la mayoría y mujer
losdetercios hermosa que
de los Austrias
los soldados Dios
jóvenesse le ponía
habían
hacían en su
loconvertido camino.
mismo, atraídos en los
Nada
dueños
por podía
de los
aquella reprochársele,
campos
tierra pues
de batalla
extranjera y ricaenla mayoría
de Europa, de los
la que losenespañoles soldados
las aguaseran del
jóvenes
Mare Nostrum
dueños. hacían
Para ellos lo mismo,
cada vezera
Italia atraídos
eracomo por
más difícil aquella
un generosocontener tierra extranje-
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
13
15
ra y Poco más
rica de tarde,
la que lostras la batalla
españoles erandedueños.
GelvesPara
contra el Turco,
ellos, Italia
que resultóunpenosa
era como generoso jornada
paraíso para las armas
bañado por elcatólicas
sol. y donde
a punto
Pocoestuvo de dejar
más tarde, traslalapiel, regresó
batalla a España,
de Gelves contradonde vivió
el Turco,
entre Sevillapenosa
que resultó y Madrid.
jornada Y cuando vio esfumados
para las armas católicas ytodos
dondesus a
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra
punto estuvo de dejar la piel, Martín regresó a España, donde de galeras
de Nápoles
vivió para luchar
entre Sevilla y Madrid,contra la amenaza
dedicándose turca, que
a alquilar había
su espa-
crecido
da paratras unanegocios
turbios serie dede victorias
a tanto obtenidas
la estocada.porNoeltardó
temible
en
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
tener problemas con la justicia, así que decidió sentar plaza
El poderoso
de nuevo rey Felipede
en la escuadra II,galeras
paladínde
deNápoles
la causapara
católica por
luchar
encima
contra ladeamenaza
todo—incluso
turca, por encima
la cual habíadel Papa tras
crecido de Roma, que
una serie
empleaba
de victoriasmás fondos en
obtenidas porturbios negocios
el temible paraDragut
corsario su benefi cio
sobre
que en proporcionar
las armadas apoyo a quienes defendían la religión con
cristianas.
uñasEl y dientes—,
poderoso reyhabía heredado
Felipe de sude
II, paladín padre la titánica
la causa guerra
católica por
contra
encimaeldeTurco, que juntopor
todo —incluso a la corona
encima delde Castilla
Papa y Aragón
de Roma, que
era la potencia
empleaba más más grande
fondos del mundo,
en turbios embarcándose
negocios en una
para su beneficio
contienda que duraría apoyo
que en proporcionar casi doscientos
a quienesaños, interrumpida
defendían sólo
la religión
por
concortas
uñas ytreguas, y cuyo
dientes—, había campo de batalla
heredado de su principal eran las
padre la titánica
aguas
guerradel Mediterráneo.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y
La casa
Aragón era de
la Habsburgo,
potencia más contando
grandecondelsus vastasembarcán-
mundo, posesiones
ydose
con enel oro
unaycontienda
la plata llegados de lascasi
que duraría Indias, gastabaaños,
doscientos hastain-
el
último maravedí
terrumpida en luchar
sólo por cortas atreguas,
brazo partido contra de
y cuyo campo todos sus
batalla
enemigos, que las
principal eran noaguas
eran del
pocos, pues además de la abierta
Mediterráneo.
hostilidad
La casa dedemahometanos, franceses,con
Habsburgo, contando venecianos, holandeses
sus vastas posesio-
ynes
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba la corte
has-
española
ta el último maravedí en luchar a brazo partido contra todosy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque era
sus enemigos, queelno
español un imperio
eran pocos, pues enorme
además ydetemible, era
la abierta
uno contra de
hostilidad todos.
mahometanos, franceses, venecianos, holande-
ses Aquella mañana
y alemanes de septiembre,
protestantes, ahora Martín
la malase despertó
relación conla
entre el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
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velamen.
corte española Apartóy la la manta
Inglaterra mojada por elamenazaba
isabelina relente nocturno un nuevo y se
puso
frente, enypie, se abotonó
claro, aunque era la camisa
el españoly, haciendo
un imperio cuenco con las
enorme y
manos,
temible, cogió
era agua de una todos.
uno contra tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las Aquella
gotas resbalaron
mañana de por su cara sinMartín
septiembre, afeitar,seque tenía con
despertó bellas
el
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el hasta la mitad de
la mejilla una
velamen. Apartó delgada
la mantacicatriz.
mojadaTenía poruna nariz recta
el relente y labios
nocturno y
fise
nos que solía torcer de lado en una media
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con sonrisa cuando algo
le
las manos, Su
divertía. cogióceño,agua que
de por
unamanía
tinaja yose costumbre casi siempre
lavó el rostro, espabi-
mantenía
lándose.
Martín fruncido,
Las degotas
la Vega le daba
resbalaron
era soldadoprofundidad
por del
su cara a
rey de su mirada,
sinEspaña,
afeitar, comoquecomo
te-
lo
si estuviese
nía bellas
había sido su atento
facciones, a
padre bajo todo.
aunque Se mojó también
del ojo izquierdo
los estandartes el pelo castaño
bajaba hasta
del emperador Carlos.lay
revuelto
mitad ylasemejilla
lo echóuna hacia atrás, despejando Teníalaen frente surcada
Se de alistó muy joven delgada
comocicatriz.
arcabucero una elnariz
terciorecta
de
por
y unos
labios débiles
finos que trazos.
solía torcer de lado en una media sonrisa
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
cuando
hacia Caminó algopor
el norte le la crujía
dedivertía.
Italia y deentre
Suallí los
ceño, marineros
que por
a Flandes, y soldados
manía
donde que
o costum-
Francia ya
había
abarrotaban
bre casinuevamente
entrado la galera
siempre y se
mantenía
en lizaacercó a proa,
fruncido,
con España. donde
lePese
daba losebrioso
encontraba
a profundidad a
y a las
el
sucapitán
veces mirada,
díscolo don
como
que Ricardo
si corta
su Villalobos
estuvieseedadatento apoyado
le hacía a ser,
todo. en
Sela
pronto cureña
mojó de
también
destacó la
ante
moyana,
el pelo
los con
ojoscastaño
de sus la ofi
ycamisa
ciales blanca
revuelto que
al ydemostrar
se lo echóya en
eranumerosas
hacia gris abierta
atrás, hasta el
despejando
ocasiones
pecho,
la frente
cualidades donde
surcada
como brillaba unfría,
por unos
sangre escapulario
débiles
disciplina dey un
trazos.la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Caminó bonete por ladeado
la crujía haciéndole
entre los sombra
marineros
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
y cara
soldadosy los ojos
que
fiya
losjoscamaradas.
en el horizonte,
abarrotaban en lasysiluetas
la galera se acercó quea dibujaban
proa, donde lassetorres
encon-del
puerto
traba eldecapitán
Corona.don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
de La
la galera
moyana,
adinerados a Italia, española
conMartín volvía
la camisa a
entreblanca Italia
ellos, que después
ya era de
arrojándose combatir
grisempacho
sin abierta
al
a corso
hasta
las el berberisco
pecho,delicias
múltiples donde en brillaba
la ría
que deun
aquellaTetuán.
tierra Las
escapulario naves
ofrecíadealalos capturadas
Virgen
holgadosdel
habían
Carmen,
de bolsa, sidoel más
ancho
gastándoselo bien pocas—apenas
bonete
todoladeado
en festines alguna
haciéndole fusta
milaneses yenemiga—y
sombra en la
en bellezas
el
carabotín
y los
napolitanas, escaso.
ojos fijos en elmano
metiendo horizonte,
en todo en lance
las siluetas
y mujer quehermosa
dibuja-
banDios
que las torres
Eran tiempos
le ponía delen puerto
aciagos de Corona.
para
su camino. los españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría losdetercios
La galera de los
española
los soldados Austrias
volvía se
a Italia
jóvenes habíanloconvertido
después
hacían de combatir
mismo, en los
al
atraídos
dueños
corso
por de los
berberisco
aquella campos
tierra en laderíabatalla
extranjera de en
de Europa,
Tetuán.
y rica la Las losenespañoles
que naves las aguaseran
capturadasdel
Mare
habían
dueños. Nostrum
sido
Paramás cada
ellosbienvez eracomo
pocas
Italia era más difícil
—apenas contener
alguna
un generoso fusta aenemiga—
paraísola ingente
bañado
cantidad
y elel
por sol. de
botín corsarios otomanos y piratas berberiscos que
escaso.

1715
15
Poco más tarde,
Eran tiempos tras la
aciagos batalla
para de Gelvesen
los españoles contra el Turco,
el Mediterrá-
que
neo.resultó penosa
Mientras jornada
los tercios depara las armas
los Austrias se católicas y donde
habían converti-
adopunto
en losestuvo de de
dueños dejar
los la piel, regresó
campos a España,
de batalla dondeenvivió
en Europa, las
entre
aguas Sevilla y Nostrum
del Mare Madrid. Ycada cuando viomás
vez era esfumados todos asus
difícil contener la
ahorros
ingente Martín
cantidadsentó plaza de otomanos
de corsarios nuevo en lay escuadra de galeras
piratas berberiscos
de
queNápoles
asolaban para luchar El
las costas. contra
GranlaTurco
amenaza turca,
contaba conque había
recursos
crecido tras una
casi ilimitados serie
y sus de victorias
marinos eran losobtenidas
mejores depor el temible
la época.
corsario Dragutentre
La alianza sobreellas
Papaarmadas cristianas.
y los reinos cristianos había sido
El poderoso
disuelta rey Felipe
tras el socorro II, paladín
de Malta, de muchas
así que la causa galeras
católica—la
por
encima
de Martínde entre
todo—incluso por encima
ellas— tenían la orden del
dePapa de Roma,a sus
desembarcar que
empleaba
soldados en más fondospues
Génova, en turbios
se decíanegocios para su para
los necesitaban benefi
unacio
que
nuevaen proporcionar apoyo a quienes
campaña en Flandes, defendían
ya que las tensionesla religión
con los con
re-
uñas
beldesy dientes—,
holandeses había
eranheredado
cada vez demássuacusadas.
padre la titánica guerra
contra el Turco,
El cielo estabaquealgo
junto a la corona
nublado aunquedela Castilla y Aragón
temperatura era
era la potencia
agradable. Los más grande
soldados del mundo, recostados
desayunaban embarcándose en ba-
en sus una
contienda que duraría
llesteras mientras los casi doscientos
galeotes remabanaños,a interrumpida
buen ritmo, bajosólo
por cortas treguas,
las órdenes y cuyo
y latigazos delcampo
cómitre,de bañadas
batalla principal eran en
sus espaldas las
aguas
sudor,del Mediterráneo.
metiendo la galera en la bahía.
La
—En casa de Habsburgo,
media contando
hora pisaremos con
tierra sus vastas
—dijo posesiones
el capitán Villa-
ylobos
con el oro y la plata llegados de las Indias,
entre dos bocados de un mendrugo de pan. gastaba hasta el
último
—No maravedí en luchar
sé si podré esperaratanto,
brazomepartido
muerocontra todos
por vino sus
de ca-
enemigos, que aguachirle
lidad. Ese ruin no eran pocos,
que haypues además
a bordo haríade la abierta
vomitar has-
hostilidad de mahometanos,
ta a los presos de San Jorge. franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
Comentaba aquello el jovial Afonso Duarte de Amorín, ca-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
poral de la galera, mientras saludaba con la cabeza al recién lle-
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
gado Martín, quien se sentó a su lado quitándose las legañas.
uno contra todos.
Afonso debía de rondar los treinta y pocos y era corpu-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
16
velamen.
lento, conApartó
el pelolaescaso
mantamuy mojada
rapado pory el relente
barba nocturno
cerrada. Le apo-y se
puso
daban enelpie, se abotonó
portugués por la camisaobvias.
razones y, haciendo
Soldado cuenco con las
profesional
manos,
hasta lacogió
médulaaguayde buenunaamigo
tinaja ydeseMartín,
lavó el rostro, espabilándose.
pues servían juntos
Las
desde gotas
hacíaresbalaron
años. por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones, aunque siempre
El portugués del ojo izquierdo
estaba de bajaba hasta laincluso
buen humor, mitad en de
la
losmejilla
malos una delgada
trances de lacicatriz.
guerra oTenía una nariz
la miseria, recta
en vivo y labios
contraste
ficon
nossuque solía que
amigo torcer de lado
parecía más enununagatomedia sonrisaflaco,
callejero: cuando algo
rápido
le
y divertía.
peligroso,Suun ceño,
punto quearrogante,
por maníaaltanero
o costumbrey muycasi siempre
orgulloso,
mantenía
siempre
Martín fruncido,
dispuesto
de la Vega aleenzarzarse
daba
era profundidad
soldado del rey adecon
a estocadas su mirada,
cualquiera.
España, como como lo
si estuviese
habíaEransido su atento
casipadre
como a todo.
bajo Se mojó
los estandartes
hermanos también
desde del el
queemperadorpelo
tiempo atrás,castaño
Carlos.eny
revuelto
aquel y se lo de echó hacia atrás, despejando la de
frenteliga surcada
Sedesastre
alistó muy Gelves,
joven cuando la infantería
como arcabucero en ella tercio cris-
de
por
tianaunos
fue débiles
rodeada trazos.
y casi masacrada en la playa por un ejército
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
turco,
hacia Caminó
nortepor
elAfonso la crujía
y Martín,
de Italia entre
que
y de los
hasta
allí marineros
ese díadonde
a Flandes, erany soldados
Franciaque
desconocidos, habíaya
abarrotaban
pelearonnuevamente
entrado la galera
hombro con
eny se acercó
hombro
liza a proa,
por
con España. donde
susPese a lose
vidas, encontraba
cubiertos
brioso y a de
las
el capitán
sangre don
propia Ricardo
y ajena, Villalobos
hasta apoyado
alcanzar la en
galera
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante la cureña
que de
funcio- la
moyana,
naba
los ojoscomocon
de la ofi
camisa
ciales blanca
improvisado
sus alhospitalquedeyacampaña,
demostrar eranumerosas
en gris abierta
escapando hastadel
ocasiones el
pecho,
infierno
cualidadesdonde
decomo brillaba
milagro.sangre unfría,
escapulario
disciplinadey unla Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete
Así suslabrándoseladeado
destinos habían haciéndole
con suquedado sombra
acero unaunidos, en la cara
buena reputación y
viajando juntoslos ojos
entre
fi
losjos en ella milicia les llevaba, cuidándose el uno al otro. del
camaradas.
a donde horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres
puerto de Corona.
Después
—¡Prepárense de variaspara campañas
amarrar enmuchos el puerto! soldados
—tronaba volvieron
la voz
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre
del capitán Villalobos por toda la cubierta. a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
La galera hervía de actividad. La gente de mar recogía el
habían
de bolsa,sido más
gastándoselobien pocas—apenas
todo en festines alguna
milanesesfusta y enemiga—y
en bellezas
velamen del palo mayor y el trinquete, y los pajes apagaban los
el botín escaso.
napolitanas,
hornillos delmetiendo
desayuno.mano en todo guardaban
Los soldados lance y mujer hermosa
apresurados
que Eran
sus Dios tiempos
le
bártulos ponía
y se enaciagos para los
su camino.
amontonaban españoles
Nada
contra podía en el Mediterráneo.
reprochársele,
la borda, mirando pues ale-
Mientras
gres a la ciudad que aparecía cada vez más nítida ante ellos. los
la mayoría losdetercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídos
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
La escala en el puerto de Corona era obligatoria. El mal
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

1717
15
Pocohabía
tiempo más estropeado
tarde, tras la lona
batalla
de de
las Gelves
velas y contra el Turco,
necesitaban re-
que resultó penosa
paraciones. jornada
Los víveres para
a bordo lasya
eran armas
escasos católicas y donde
y los arcabuce-
aros
punto estuvo de
necesitaban dejar la
renovar piel, regresó
pólvora a España,
y municiones. dondeelvivió
Además ca-
entre
pitán Sevilla y Madrid.
Villalobos Y cuando
llevaba unos vio esfumados
documentos que debíatodos sus
entregar
ahorros Martín sentó
en la embajada plaza
española dede
la nuevo
ciudaden y, la
deescuadra de galeras
paso, permitir a la
de Nápoles
tropa para luchar
refrescarse con un contra
par de la amenaza
días de visitaturca, que había
tabernaria des-
crecido
pués de tras una seriesindepisar
dos semanas victorias
tierra obtenidas
firme. por el temible
corsario Dragut ¿cuántos
—Capitán, sobre las días
armadas cristianas.
tendremos francos de servicio
antesElde
poderoso
partir derey Felipe—preguntó
nuevo? II, paladíneldeportugués
la causa católica por
frotándose
encima de todo—incluso
las manos, por encima
mirando sonriente del Papa de Roma, que
a sus camaradas.
empleaba
Hablaba másconfondos en turbios
ese peculiar seseonegocios para su casi
y la entonación beneficio
mu-
que
sicalenque
proporcionar
caracterizabaapoyo
a losa gallegos
quienes defendían la religión
y portugueses. con
A Martín
uñas y dientes—,
siempre le habíahabía heredado
parecido de su padre
muy curiosa la titánica
la manera guerra
de hablar
contra el Turco,
de su amigo, puesque junto aellacastellano
utilizaba corona de Castilla con
mezclado y Aragón
raras
era la potencia
expresiones demás grande natal
su lengua del mundo,
y otrasembarcándose en una
muchas aprendidas
contienda
durante sus queaños
duraría casien
de vida doscientos
la fronteraaños,
y deinterrumpida sólo
convivencia con
por cortasde
soldados treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
otras regiones.
aguas del principio
—En Mediterráneo.
dos —contestó el capitán—. Nos aprovisio-
La casa
naremos dede Habsburgo,
todo lo necesariocontando con sus vastas
y continuaremos hastaposesiones
el puerto
ygenovés.
con el oro
Espero que vuestras mercedes se comportenhasta
y la plata llegados de las Indias, gastaba como el
último maravedí
es debido y no meendejenluchar a brazo
quedar mal.partido
Nada de contra todos sus
pendencias ni
enemigos, que no eran pocos, pues además de
duelos. La desobediencia será castigada con azotes a usanza la abierta
hostilidad
de galera. de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes,
Tras decir ahora la
la última palabra losmala
ojos relación entre
de Ricardo la corte
Villalobos
española y la Inglaterra
se demoraron un instanteisabelina
en losamenazaba un nuevo
de Martín, quien frente,
asintió cony
claro, aunque
un leve gesto deeracabeza,
el español
algo un imperio
picado, enormedespués
desviando y temible, era
la mi-
uno
radacontra
hacia todos.
las ondulaciones del mar. Dicho por otra persona
quizáAquella
Martínmañana de septiembre,
se lo hubiese Martínpues
tomado peor, se despertó
no solía con el
dejar
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
18
velamen.
que opinasen Apartó la manta
sobre mojadaa por
su conducta el relente
la ligera, peronocturno
sabía quey el se
puso
capitánen no
pie,lose abotonó
decía con malala camisa y, haciendo
intención, ademáscuenco con las
el comentario
manos,
no había cogió
sido agua de una tinaja
directamente y se lavó
hacia el rostro,
él. Más valíaespabilándose.
prevenir que
Las gotas
curar, y loresbalaron por su cara
único que pretendía sin afeitar,
su oficial que que
era evitar teníaalguno
bellas
I
facciones,
de sus hombres aunqueterminase
del ojo izquierdo
muerto en bajaba hasta de
una pelea la mitad
callejón.de
la mejillaera
Corona unaunadelgada
ciudad cicatriz.
portuaria Tenía
situada unaalnariz
noroesterectadey Italia,
labios
ficon
nosunquepuerto
solía torcer de lado
comercial que endurante
una media sonrisaestación
cualquier cuando algodel
le
añodivertía.
estabaSu ceño, quedepor
rebosante manía otalleres,
actividad: costumbre casi siempre
tabernas, tien-
mantenía
das Martín fruncido,
de comida, de la armas,
Vega le era
daba
telas… profundidad
soldado Gente adesu
de toda
del rey mirada,
clase
España, ycomocomo
condi-lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.yy
si estuviese
ción como atento
mercaderes, a todo. Se mojó
vendedores, también
pícaros, el pelo castaño
mendicantes
revuelto y se lo echó
fulanas atestaban loshacia atrás, despejando
soportales del puerto, cuyos la frente surcada
callejones
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
guardaban figones,trazos.
mancebías y garitos de la peor calaña.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
haciaCaminó nortepor
Laelciudad de la crujía
estaba
Italia entre
regida
y de los
por
allí elmarineros
duquedonde
a Flandes, y soldados
Luguerio Francia que
Riolffini,ya
había
abarrotaban
más mercader
entrado la galera
nuevamente y se
que político,
en lizaacercó
quien
con aconseguía
proa,Pese
España. donde losebrioso
ariquezas encontraba
gracias
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
a capitán
su siempre don Ricardo
transitado Villalobos
puerto y aapoyado
las rentas en dela cureña
su poderosa la
ante
moyana,
familia;
los ojos de con
sin la ofi
hablar
sus camisa
de una
ciales blancared que ya en
eranumerosas
gris abierta
de contrabandistas
al demostrar que hasta
actua-
ocasiones el
pecho,
cualidadesdonde
ban pagados como brillaba
por unfría,
escapulario
él, comerciando
sangre condeycualquiera
disciplina la Virgen
un valor que del Carmen,
querozaba
tuviesela
el
unaancho bonete
oferta ladeado
interesante. haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
Luguerio Riolffini, en como
las siluetas
muchos queotros
dibujaban
tiránicos laspríncipes
torres del
puerto de Corona.
italianos, conseguía porcampañas
la fuerza muchos
lo que no podía conseguir
Después de varias soldados volvieron
con La galera
negociaciones española
gracias volvía
a su a Italia
ejército después
privado
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin empacho de
de combatir
mercena-
al
a corso
rios,
las queberberisco
silenciaba
múltiples deliciasen la ría
a cualquiera
que de Tetuán.
aquella que
tierra Las
amenazase naves
ofrecía a el capturadas
lospuesto
holgadosde
habían
la familia
de bolsa,sido más bien
Riolffini
gastándoselo en pocas—apenas
el
todopalacio ducal.
en festines alguna fustayenemiga—y
En aquella
milaneses turbulenta
en bellezas
el botín
Italia escaso.
del siglo XVI las intrigas, alianzas
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa y traiciones estaban
a laDios
que orden
Eran le del día,
tiempos
ponía cada
aciagos
en región,
para los
su camino. cada capital,
españoles
Nada podía entenía sus leyes
el Mediterráneo.
reprochársele, puesy
formas
Mientras
la mayoría delosejercer
detercios eldepoder.
los soldados La Europa
los Austrias
jóvenes se cristiana
habían
hacían comprendía
loconvertido
mismo, en los
atraídos
poderes
dueños
por aquellapolíticos
de los muy
campos
tierra distintos
de batalla
extranjera y
y ricaencasi siempre
de Europa, enemigos.
la que losenespañoles
las aguaseran del
MareLaNostrum
dueños. familia cada
Para ellos vezdestacaba
Riolffini
Italia eracomo
era más en
difícil
unese contener
juego
generoso por asulabuen
paraíso ingente
ojo
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
19
15
a la Poco
hora más tarde, traspor
de decantarse la batalla
el bandodevencedor.
Gelves contra el Turco,
Mientras que
que
otrasresultó penosa
familias jornada
pequeñas paradesaparecido
habían las armas católicas
bajo el yempuje
donde
adepunto
otrasestuvo de dejare influyentes
más grandes la piel, regresó
como a España, donde
los Médici vivió
o Sforza
entre Sevilla
primero, y losy Gonzaga
Madrid. oYFarnesio
cuando después,
vio esfumados todos ha-
los Riolffini sus
ahorros Martín sentó
bían conseguido plaza de
prosperar nuevo en
y hacerse la escuadra
incluso de galeras
más poderosos.
de Nápoles
La galerapara luchar levantando
avanzaba contra la amenaza
surcos deturca, queblanca
espuma había
crecido tras una
con su afilada serie
proa. de victorias
Se acercaba obtenidas
lentamente por elatestado
al puerto temible
corsario
de barcosDragut sobre
de todos loslas armadasdesde
tamaños, cristianas.
pequeñas barcas pes-
El poderoso
queras a grandesrey Felipe comerciales,
galeones II, paladín decuyas
la causa católica
jarcias por
sobresa-
encima de arriba
lían hacia todo—incluso
formando por
unencima
entramadodel de
Papa de yRoma,
palos que
cuerdas.
empleaba mássefondos
La ciudad veía yaen turbios negocios
claramente, para sutorres
con las gruesas benefidel
cio
que en proporcionar
castillo, los chapitelesapoyo a quienes
de las iglesias defendían
y los tejadosla religión con
de pizarra
uñas
negray detrás
dientes—, había
de las heredado
murallas, de su padre
destacando la titánica
sobre el cielo guerra
grisá-
contra
ceo queelera
Turco, quepor
surcado junto a la corona
bandadas de Castilla y Aragón
de pájaros.
era la potencia
Corona no más
podíagrande del contra
rivalizar mundo,las embarcándose en una
enormes fortalezas
contienda
de Milán queo losduraría casi
castillos doscientos
que guarecían años, interrumpida
Nápoles, que eransólola
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal
flor y nata de la arquitectura militar, pero aun así estaba ra- eran las
aguas del Mediterráneo.
zonablemente protegida. Contaba con varios baluartes que
La casa su
apuntaban de artillería
Habsburgo, contando
hacia con de
la entrada suslavastas
bahíaposesiones
y con dos
ycordones
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
de murallas, uno exterior que defendía el puerto hasta ely
último maravedí en luchar a brazo partido contra
uno interior, más elevado, que rodeaba la cima de la colina todos sus
enemigos, que noel eran
donde se hallaba palaciopocos,
ducal.pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos,
El muelle era amplio. franceses,
Numerosos venecianos, holandeses
trabajadores carga-
yban
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
y descargaban mercancías, los pescadores amontonaban la corte
española y la Inglaterra
sus capturas en cajas de isabelina
maderaamenazaba un nuevo
y toneles con frente,
agujeros paray
claro, aunque era
transportarlas el españoldejando
al mercado, un imperiotrasenorme
de sí unyfuerte
temible,olorera
a
uno contra todos.
pescado que impregnaba el aire. Una legión de vistosas ace-
Aquella
chonas mañanaa de
aguardaba los septiembre, Martínllegados
marineros recién se despertó
para con el
ofre-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
20
velamen.
cerles susApartó la manta
servicios, mojada
pues eran suspor el relente
mejores nocturno
clientes. Y de yvezse
puso
en cuandoen pie,alguna
se abotonó
rondaladecamisa
guardias y, haciendo
armados cuenco paseabacon las
cerca
manos,
del espigón cogióvigilando
agua de una lotinaja y se lavóyelsalía,
que entraba rostro, espabilándose.
haciendo la vis-
Las gotasaresbalaron
ta gorda lo que algunos por su cara sin afeitar,
descargaban que tenía
sin declarar, bellas
siempre
I
facciones,
después de aunque del ojounos
embolsarse izquierdo
cuantos bajaba hasta
florines. Lalatolerancia
mitad de
la
demejilla unasedelgada
la justicia debía acicatriz.
imperativos Teníadeuna ordennariz recta y labios
práctico.
finosUna que vez
solíalatorcer de ladoamarrada
nave quedó en una media en la sonrisa
dársena, cuando algo
el capitán
le divertía.
tramitó lasSu ceño, que por
formalidades manía o ycostumbre
aduaneras realizó el casipagosiempre
por la
mantenía
utilización fruncido,
Martín del de lamuelle le
Vega en daba profundidad
eraelsoldado
edificio del del rey a
oficial su mirada,
de portuario.
España, como como
Se les
lo
si estuviese
permitió
había atento
sidoentonces a
su padre abajo todo.
los los Se
soldadosmojó también
pisar del
estandartes tierra, el pelo castaño
y far-y
mochilasCarlos.
emperador
revuelto
dos Se y se lo echó
al hombro, hacia atrás,
y comenzaron despejando la por
a desperdigarse frente surcada
alistó muy joven como arcabucero en el las empe-
tercio de
por
dradas unos débiles
calles del trazos.
puerto camino de la taberna más próxima.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
haciaCaminó
Martín
el norte por
de la
caminaba crujía
Italia entre
junto
y de los
a su
allí marineros
amigo
a Flandes, Afonso.
dondey soldados que
Iba destoca-
Francia habíaya
abarrotaban
do, con nuevamente
entrado la galeraen
el sombrero y se
lizaacercó
colgando laa espalda
conaEspaña. proa,Pesedonde a losebrioso
sujeto alencontraba
cordel, el
y a las
el
vecescapitán
coleto díscolodon
de cuero queRicardo
su cortaVillalobos
desabrochado edad ley la apoyado
espada
hacía ser, al en la cureña
cinto,
pronto de
casi arras-
destacó la
ante
moyana,
trando
los ojos porcon
de ellasuelo
sus camisa
ofi blanca
la suya
ciales el que ya en
portugués,
al demostrar eranumerosas
gris abierta
tal era hasta el
el ocasiones
espadón
pecho,
cualidades donde
que portaba. como brillaba
Iban unfría,
paseando
sangre escapulario
lentamente
disciplina dey un
la entre
Virgen
valorlaquedel Carmen,
gente,
rozabadis-
la
el ancho
frutando bonete
de la ladeado
brisa haciéndole
marina, en sombra
dirección
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre alen la
puente cara y los
levadizoojosy
fialjos
los en el horizonte,
interior
camaradas. de la ciudad, en las siluetas que
dispuestos dibujaban
a gastar las torresmo-
las primeras del
puerto
nedas de su
de Corona.
escaso salario.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Todavíaa Italia,española
sentían volvía
el suelo
Martín a
inseguro
entre Italia
ellos, después
bajo sus pies,
arrojándose de combatir
como si
sin empacho
al corso
aselasmoviera.berberisco
múltiples Después en
deliciasde la
que ría de
varias Tetuán.
semanas
aquella Las
tierra navegandonaves capturadas
ofrecía a loselholgados
cuerpo
habían
tardaba
de sido
bolsa, un más bien pocas—apenas
rato en acostumbrarse
gastándoselo todo en festines alguna
a la milaneses fusta
tierra firme. enemiga—y
y en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
Tenían esa metiendo
extrañamano en todo
sensación lance
típica y mujervisitaban
de cuando hermosa
que Eran
unaDios
nuevatiempos
le ponía
ciudad. aciagos
en paracaras
su camino.
Algunas los españoles
Nada enconcretos
el Mediterráneo.
podía reprochársele,
o lugares lespues
re-
Mientras
la mayoría losdetercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo,
sultaban familiares, como si ya hubiesen estado allí con an- en los
atraídos
dueños
por de los
aquella
terioridad, en campos
tierra de calles
extranjera
cambio las batalla
y rica en
de Europa, losenespañoles
las aguas
la que laberintos
semejaban del
queeran
no
Mare
dueños.Nostrum
acababanPara cada
ellos
nunca. vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
21
15
Poco más la
Cruzaron tarde,
puertatras la batalla por
custodiada de Gelves
guardiascontra el Turco,
armados con
que resultóinternándose
alabardas, penosa jornada así para
en la las armaszona
atestada católicas y donde
del mercado.
aAllí
punto estuvo de dejar
se concentraba la piel, regresó
una amalgama a España, exponiendo
de mercaderes donde vivió
entre Sevilla
su género: y Madrid.
ricas Y cuando
manufacturas vio esfumados
de Florencia, todos sus
aceros españoles,
ahorros
exóticasMartín
especiassentó plaza
traídas de de nuevo
la costa en la escuadra
turca… de galeras
Había tiendas, bar-
de Nápoles
berías, parapequeños
plateros, luchar contra la amenaza
bodegones turca, hosteleros
y numerosos que había
crecido tras una
que ofrecían vino,serie dey victorias
licores comida a obtenidas por elTambién
los transeúntes. temible
corsario
un tropel Dragut sobre las
de hombres armadasharapientos
y mujeres cristianas. se amontonaba
en los
El soportales,
poderoso rey pidiendo
Felipe limosna.
II, paladín de la causa católica por
encima
Por de
las todo—incluso
calles sucias y por
mal encima del Papa
adoquinadas de Roma,
pasaban carroma-que
empleaba
tos cargadosmás confondos enyturbios
barriles cajas denegocios
verduras,para su de
grupos benefi cio
niños
que
queen proporcionar
jugaban, galanesapoyo a quienesjunto
que paseaban defendían la religión
a sus damas... con
Tam-
uñas
bién yrufianes,
dientes—, había heredado
marineros de su padre
y desocupados bebíanla titánica guerra
y charlaban a
contra
voces enel las
Turco, quede
puertas junto a la corona de Castilla y Aragón
las tabernas.
era la potencia
Después demás grande
comprar deldemundo,
algo embarcándose
ropa nueva y echar unen una
vista-
contienda
zo por losque duraría
puestos de casi doscientos
los armeros, años, yinterrumpida
Martín Afonso pararonsólo
por cortas
en una treguas,
taberna y cuyo campo
a despachar una de batalla
jarra principal
de vino eran las
acompañada
aguas
por unadelesportilla
Mediterráneo.
de aceitunas y empanada de pescado, apo-
yadosLaen
casa de Habsburgo,
unos contando
barriles al lado con susavastas
de la puerta, posesiones
la sombra de un
ytoldo
con el oro y la plata
descolorido llegados
por el sol. Eradeaquél
las Indias, gastaba
un pequeño hasta
figón que el
último maravedí
desprendía en luchar
un intenso oloraa brazo
comida,partido
donde contra todos sus
dos hermanas
enemigos, que noy eran
jóvenes, morenas pocos,
de buen ver, pues además
atendían a susde la abierta
clientes con
hostilidad de mahometanos,
suma amabilidad, atrayendofranceses,
las miradasvenecianos,
de todos holandeses
los parro-
yquianos
alemanesallíprotestantes,
presentes. ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra
Parlaban isabelinalos
tranquilamente amenazaba un nuevo
dos camaradas frente,lay
viendo
claro, aunque era
concurrencia, el español
cuando unde
delante imperio enorme unos
ellos pasaron y temible, era
jóvenes
uno contra todos.
caballeros acompañados de sus damas. Iban todos bien ves-
Aquella
tidos, mañana
de calidad, decon
ellas septiembre,
ropas deMartín
seda y se despertóque
umbrelas conles
el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
22
velamen.
protegíanApartó del sollay manta
ellos con mojada por el de
sombreros relente
mucha nocturno
pluma, yju- se
puso
bonesennegros
pie, seajustados,
abotonó la camisa
medias con y, lazos
haciendo cuencobajo
de colores con los
las
manos,
amplioscogió agua de una
gregüescos tinaja y roperas
y espadas se lavó elal rostro,
cinto.espabilándose.
Un judío de
Las gotasedad
anciana resbalaron
se cruzó por consuelcaragrupo,sin afeitar,
vestido que con tenía bellas
una túnica
I
facciones,
larga y el kipá aunque en ladel ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
coronilla.
la mejilla
No erauna raro delgada
ver gente cicatriz.
judía Tenía
en Italia. unaDespués
nariz recta de quey labios
Es-
fipaña
nos que solía torcer de lado en una media
los expulsara de la península, muchos judíos se habían sonrisa cuando algo
le divertía.
refugiado en Su lasceño, que porEstado
ciudades maníaitalianas,
o costumbre que casidebidosiempre
a la
mantenía
ausencia
Martín fruncido,
dedeunlagobierno le daba
Vega era central profundidad
soldadoque a
del promulgara su
rey de España, mirada,
leyes
comocomo
con-lo
si estuviese
tra ellos,
había sidopodían atento
su padre a todo.
establecerse Se mojó también
allí con razonable
bajo los estandartes el
del emperadorpelo castaño
Carlos.y
tranquilidad.
revuelto
Venecia yincluso
se lo echó tenía hacia atrás, despejando
un barrio la frente surcada
Se alistó muy joven como en el que se aglomeraban
arcabucero en el tercio los de
por
judíosunosde débiles
la trazos.
ciudad. Muchos de ellos ofrecían sus servicios
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
como
hacia Caminó
nortepor de la
elprestamistas. crujía
Italia Eso
y de entre
allí los
había marineros
a generado
Flandes, y soldados
odio
donde yFrancia
rechazo que ya
ya
había
abarrotaban
que realizaban
entrado la galera
nuevamente y se
una actividad
en lizaacercó
conque a aproa,
España. donde
los Pese a losebrioso
cristianos encontraba
les estaba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
prohibida don
y se Ricardo
consideraba Villalobos
pecado: apoyado
prestar en la
dinero cureña
cobrando la
ante
moyana,
interés
los ojos adecon
cambio.
sus la ofi
camisa blanca
Este negocio
ciales que
era de
al demostrar ya eneranumerosas
los gris abierta
pocos hasta
que seocasiones
les per- el
pecho,
cualidades donde
mitía practicar como brillaba
asangre unfría,
los judíos, escapulario
y a muchos
disciplina dey un
la Virgen
cristianos
valor que del Carmen,
incluso
rozaba les
la
el ancho
interesaba boneteque ladeado
se dedicasenhaciéndole
a ello. sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los enpasar
Al el horizonte,
a su ladoenuno lasdesiluetas que dibujaban
los caballeretes escupió las al
torres
judíodel a
puerto
la cara de Corona. a insultarlo en italiano, levantando mucho
y comenzó
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
la La
voz ygalera
llamando
adinerados a Italia, española
la volvía
atención
Martín entrede a Italia
los
ellos, que después
por allí de
arrojándose combatir
pasaban.
sin empacho El
al
a corso
anciano
las berberisco
siguiódelicias
múltiples en que
inmutable la ría su de Tetuán.
camino
aquella Las
como
tierra sinaves
ofrecía nada
a los capturadas
fuese con
holgados
habían
él, bolsa,
de sido
ignorando máslas bien
gastándoselo pocas—apenas
imprecaciones
todo en festines de aquelalgunajoven
milanesesfusta yenemiga—y
bravucón que,
en bellezas
el botín sus
viendo
napolitanas,escaso.insultos
metiendo en mano
vano, se enacercó
todo lancea su amigo
y mujer y ambos
hermosa se
marcharon,
que Eranle
Dios muyen
tiempos
ponía gallitos,
aciagos junto
para
su camino. los a sus
españoles
Nada damas.
podía en elLas señoritas,
Mediterráneo.
reprochársele, pues
pese
Mientras
la a
mayoríaparecer
losdeterciosmás vulgares
de los Austrias
los soldados que
jóvenesse una moneda
habían
hacían de
loconvertido cobre,
mismo, atraídos se
en los
reían
dueños
por dedelas
aquella los gracias
campos
tierra dede
extranjera sus acompañantes,
batalla
y ricaen de Europa,
la que los tan maleducadas
enespañoles
las aguaseran del
e irrespetuosas
Mare Nostrum
dueños. Para ellos como
cada ellos,
vezera
Italia con
eracomo ese
más difícil frío desdén
contener
un generoso y prepotencia
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
23
15
que Poco
tienenmásen tarde, tras la
los gestos batallaque
aquellos de Gelves
muchocontra
trataneldeTurco,
apa-
que resultó
rentar. penosa los
Realmente jornada para las armas
dos engalanados católicas
jóvenes y donde
no sabían la
asuerte
puntoqueestuvo de dejar
tenían, pues laa piel, regresó a España,
los españoles, que habíandonde vivió
presen-
entre
ciado Sevilla
todo, noy lesMadrid.
hubieseY importado
cuando viointervenir
esfumados todos
en la sus
escena.
ahorros Martín
El anciano judíosentó plaza de nuevo
les importaba en lapero
una higa, escuadra
hubieradesido
galeras
un
de Nápoles
pretexto para luchar
perfecto contra
para darle unala lección
amenaza turca, que
a aquellos había
pisaver-
crecido
des, y detras
ser una serie
otro día ende victorias
el que obtenidas con
se encontrasen porpeor
el temible
talan-
corsario Dragut
te habrían sobre
invitado lascaballeretes
a los armadas cristianas.
a discutir sobre modales
en un callejón apartado
El poderoso rey Felipey II,
solitario.
paladínQuizá
de la no concatólica
causa ánimo porde
matarlos
encima depero sí de marcarles
todo—incluso el cuerpo,
por encima preferiblemente
del Papa de Roma, que la
cara, con más
empleaba una imborrable cicatriz negocios
fondos en turbios que les recordase eterna-
para su benefi cio
mente su estupidez.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñasMartín
y dientes—,
miró ahabía heredado
su camarada de sucomo
—que padre la titánica
muchos guerra
portugue-
contra el Turco,
ses podía que junto ajudía,
tener ascendencia la corona
aunque denunca
Castilla y ocurri-
se le Aragón
era
ría la potencia másen
mencionárselo grande del mundo,
voz alta— embarcándose
como esperando en una
su opinión
contienda que duraría
sobre el asunto. casique
Afonso, doscientos años, el
había notado interrumpida
gesto, bebiósóloun
por cortas
largo treguas,
trago, y cuyolimpiándose
sin respirar, campo de batalla
despuésprincipal eran de
con el dorso las
aguas
la manodellas
Mediterráneo.
gotas que habían quedado en su espesa barba.
La casa de
—Judío Habsburgo,
o cristiano contando
viejo con susque
nadie merece vastas posesiones
le escupan en
ylas
con el oro
canas y la platacon
—comentó llegados de las Indias, gastaba hasta el
aire serio.
último—Enmaravedí
eso estoyen deluchar
acuerdo a —Martín
brazo partido contra
hizo una todos
pausa, sus
pensa-
enemigos,
tivo—. Peroquepor no eran pocos,
su condición pues además
de anciano, dedelajudío.
no por la abierta
hostilidad de mahometanos,
—¿Quieres franceses,elvenecianos,
decir que aprobarías holandeses
insulto si ese hombre
ytuviese
alemanes protestantes, ahora la mala relación
veinte años menos o qué? —preguntó perspicaz entre la corte
el
española
portugués.y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
—Sólo digo que no me gustan los judíos, y me alegro de
uno contra todos.
que en España los hayan echado a patadas hace tiempo.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
24
velamen. Apartó los
Era verdad, la manta mojada por
reyes católicos el relente
habían expulsadonocturno
a los yju- se
puso
díos aenfinales
pie, sedelabotonó
siglo XVlaycamisa y, haciendo
la implacable cuencosecon
Inquisición dedi-las
manos, cogió aguacon
caba a perseguir de una
manotinajade yhierro
se lavóaeltodo
rostro,
aquelespabilándose.
acusado de
Las gotas judaizante,
apóstata, resbalaron por o que suno cara sin afeitar,
pudiese probarque tenía bellas
su limpieza de
I
facciones, aunquefamilias
sangre. Algunas del ojo conversas
izquierdo bajaba—y otras hasta
que lanomitadlo eran de
la mejilladormían
tanto— una delgada cicatriz.oTenía
intranquilas vivíanuna nariz recta
escondidas pory ellabios
pa-
fivor
nosquequeles
solía torcerla
causaba deposible
lado enaparición
una media delsonrisa
Santocuando
Oficio ante algo
le
la divertía.
puerta de Sususceño, quepara
casas, por manía
llevarseo acostumbre
sus padres, casi siempre
madres o
mantenía
hijos,Martín fruncido,
dejandode lasuVega le era
daba
apellido profundidad
inválido
soldado para
del rey adesu
cargos mirada,
públicos
España, como ycomo
de-
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
nostado poratento
sus a todo.
propios Se mojó
vecinos. La también
reconquistael pelo y castaño
la recien-
revuelto
te expulsióny se lo echó hacia
habían dejado atrás, despejando
un poso la frente
en la sangre surcada
española,
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
un fuerte rencortrazos.
ante moriscos, árabes y judíos. Martín no lo
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
había vivido,por perocrujía
recordaba varias ocasiones en las que su
haciaCaminó
el norte de la Italia y de entre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
padre despotricaba
abarrotaban la galeraencontra
y se ellos y sus negocios.
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
—En don
España Ricardo
hay Villalobos
cosas peores apoyado
que los en
judíosla cureña
—reflexionó antela
moyana,
Afonso,
los ojos de con
susla ofi
incluso camisa
ciales blanca
bajando alun quelaya
poco
demostrar vozera
en gris siabierta
como
numerosas lo dijese hastapara
ocasiones el
pecho,
sí mismo.
cualidadesdonde comobrillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
El bonete
portugués ladeado
sabía haciéndole
muy bien sombra
lo que
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
decía,la cara
pues ysulos ojos
pro-
fipia
losjoscamaradas.
en el horizonte,
familia había tenidoen lasque siluetas
pagarque lasdibujaban
escrituraslas deltorres
cura del de
puerto
su pueblode Corona.
para
Después de que
variasavalase
campañas su limpieza
muchosdesoldados
sangre, requisito
volvieron
La galera española volvía a Italia después
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin Portugal
indispensable para poder huir de la hambruna de combatir
empacho
al
a corso
ylas berberisco
establecerse
múltiples en que
en Madrid.
delicias la ría de Tetuán.
Luego
aquella Afonso
tierra Las naves
miró
ofrecía capturadas
aa los
su amigo y
holgados
habían
volvió
de asido
bolsa, alzarmás bien pocas—apenas
el tono.
gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
—Además —añadió—,
metiendo mano no enmetodo
negarás
lanceque es unahermosa
y mujer felonía
que Eranle
humillar
Dios tiempos
deponía aciagos
esa manera
en apara los españoles
un anciano
su camino. Nada en el Mediterráneo.
en público,
podía aunquepues
reprochársele, sea
Mientras
Judea,los
demayoría
la detercios
de Egipto, deo los
los soldados Austrias
jóvenesse
de Troya. habían
hacían loconvertido en los
mismo, atraídos
dueños
por de los
aquella
—Cierto campos
tierra deMartín–,
extranjera
–reconoció batalla
y ricaen
de Europa,
la que
pero losenespañoles
también las aguas
es una del
eran
felo-
Mare
dueños.Nostrum acada
Para ellos
nía desangrar vezera
Italia
clientes eracomo
con más difícil
vilezas contener
undegeneroso a la
paraíso
prestamistas ingente
bañado
usureros.
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
25
15
SonPoco más tarde,
más ladrones quetras la batalla de Gelves contra el Turco,
Barrabás.
que —¿A
resultó
ti tepenosa
robaronjornada
algo? para las armas católicas y donde
a punto
—A míestuvo de dejarno
no, porque latengo
piel, regresó
nada. a España, donde vivió
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
—Maldita sea, Martín, entonces tan ladrones no serán…
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
—Por todos
de Nápoles paraesluchar
sabido que tienen
contra querella
la amenaza en todas
turca, par-
que había
tes y contras
crecido todo el mundo.
una serie deCualquier
victorias cosa la tornan
obtenidas pormateria de
el temible
maravedíes,
corsario Dragut pues hanlas
sobre nacido paracristianas.
armadas picar bolsas. Su amor por
el dinero los hace mezquinos... —Se detuvo un instante para
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
repartir el vino que quedaba en la jarra—. Mezquinos y ladro-
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
nes —remachó al fin. Recalcando eso último como si quisiera
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
dejarlo bien claro.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—Tú también había
y dientes—, amas el dinero —objetó
heredado Afonso—.
de su padre Como todos.
la titánica guerra
—Pero no más que a mi propio honor —repuso
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón Martín
conlagravedad,
era potencia empezaba
más grandea no del gustarle
mundo, por dónde iba la
embarcándose encon-
una
versación—. Por eso no lo vendo ni respeto a quien
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo lo hace.
Porque
por es treguas,
cortas el único ypatrimonio
cuyo campo quede nadie
batallame puede quitar
principal y
eran las
por eldel
aguas que sólo tengo que dar cuentas a mí mismo; y a Dios
Mediterráneo.
cuando llegue
La casa mi hora.
de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con—Qué pena
el oro y laque el honor
plata no sede
llegados coma, estaríasgastaba
las Indias, como unhasta
capón.el
último maravedí en
El portugués lucharcontagiando
sonrió, a brazo partido contra que
a su amigo todos sus
trató
enemigos,
inútilmenteque no eranla sonrisa
de ocultar pocos, pues además
en el vaso de la abierta
de vino.
hostilidad de mahometanos,
—Entonces franceses,
dime —dijo Martín trasvenecianos, holandeses
el sorbo, acercándose
yalalemanes
portugués protestantes,
y mirándoloahora la mala
fijamente comorelación
en unentre la corte
interrogato-
española y la qué
rio— ...¿Por Inglaterra isabelina
no saliste antes amenazaba
en defensa delun nuevo
viejo, frente,
cuandoy
claro, aunque era
le escupieron a lael español un imperio enorme y temible, era
cara?
uno contra todos.
—Tampoco es que fuera asunto mío —Afonso sacudió le-
vemente su mañana
Aquella de septiembre, Martín se despertó con el
mano, desentendiéndose.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
26
velamen.
—Ni mío,Apartó asílaque
mantano nos mojada por el relente
calentemos la cabeza nocturno
hablando y se
puso en pie,
de judíos tansedeabotonó
mañana.la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, —Vivecogió agua
Dios de una
que hoy tinaja
estás de y semal
lavótalante...
el rostro, espabilándose.
Las Negaba
gotas resbalaron
con la cabeza por el suportugués,
cara sin afeitar, que teníaa lidiar
acostumbrado bellas
I
facciones, aunque del ojo
con la susceptibilidad de su izquierdo
amigo. bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—Puede ser… Pero en una cosa te doy la razón, el viejo
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
merece respeto.
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
—Bueno —contestó
mantenía el portugués sonriendo—,mirada, algo es algo.
Martínfruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu España, como como lo
Los ojos verdosos de Afonso miraron
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también a suel amigo
pelo con
castañoelo-
cuencia.yUna
revuelto se lomirada
echó haciafranca quedespejando
atrás, reflejaba sulaamistad. Com-
frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
plicidad
por unos entre
débiles buenos
trazos.camaradas aunque no siempre estuvie-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
ran de acuerdo. Y crujía
lo cierto es quemarineros
jamás habían tenido nin-
haciaCaminó
el nortepor de la
Italia y de entre
allí los
a Flandes, donde y soldados
Franciaque habíaya
gún problema,
abarrotaban pues
la galeraen conocían
y se sus virtudes y respetaban sus
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
defectos, siendo capaces de discutir sobre cualquier asunto,
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña antela
dándose
moyana, la
con razón
la ofi o
camisa llevándose la contraria con la misma fa-
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
cilidad.
pecho, donde brillaba unfría,
escapulario
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el —Deberíamos
ancho bonete ir
ladeado a buscar
haciéndoleuna posada
sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre decente
en la —dijo
cara y Mar-
los ojos
fitín
los cambiando
joscamaradas.
en el horizonte, de tema,en las siguiendo
siluetas que con dibujaban
la mirada el lastrasero de
torres del
una dede
puerto lasCorona.
taberneras—. Necesitamos un baño.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Afonso
La galera
adinerados aasintió
Italia, y apuró
española
Martín lo poco
volvía
entre a que
Italia
ellos, quedaba de
después
arrojándose en empacho
sin su vaso.
combatir
aLuego
al corso
las buscó
múltiples en
berberisco su en
deliciasfaltriquera
la ría
que de pero
aquella Tetuán. Martín
tierra Las lo detuvo
naves
ofrecía a los con un
capturadas
holgados
gesto.
habían
de bolsa,sido más bien pocas—apenas
gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
—Las manos metiendoquietas, manoque en esta vez lance
todo invitoyyo. mujer hermosa
Eranle
que Dios
Tras tiempos
ponía
dejar unasaciagos
en su para encima
camino.
monedas los españoles
Nada podía en el Mediterráneo.
reprochársele,
del mostrador, pues
cogieron
Mientras
la
sus mayoría
fardos losydetercios dea los
los soldados
echaron andarAustrias
jóvenes
en buscase habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos
de alojamiento. en los
Subie-
dueños
por
ronaquella
haciadelalos campos
tierra
plaza de la de
extranjera batalla
catedraly rica en
de Europa,
la queellos
y entonces enespañoles
azar las
quisoaguas
que del
eran
se
Mare
dueños.
cruzasen Nostrum
Para cada
ellos
de nuevo vez
Italia
con los era
erados más
como difícil contener
un generoso
caballeros de antes, aque
paraíso la volvían
ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
27
15
callePoco
abajomás tarde,pecho,
sacando tras laescoltando
batalla deaGelves contra
sus damas. el Turco,
Martín vio
que
que resultó
su amigo penosa jornada la
se acariciaba para las yarmas
barba torcíacatólicas
un poco yel donde
rum-
abo
punto
haciaestuvo de dejar
el centro de la la piel, regresó
calzada mientrasa España,
buscaba donde vivió
de reojo la
entre Sevilla
presencia y Madrid.
de alguna Y cuando
ronda. vio esfumados
Como quien no quiere latodos
cosasus
el
ahorros
portugués Martín
chocósentó plaza decontra
su hombro nuevounoen la
deescuadra de galeras
los caballeros, que
de
al irNápoles
hablando para luchar contra
y distraído casi caela
deamenaza
bruces al turca, que
suelo. El había
italiano
crecido
maldijo tras unaalta,
en voz serie de victorias
y cuando se giróobtenidas por el
para quejarse temible
descubrió
corsario
a AfonsoDragut
paradosobre las armadas
en medio cristianas.
de la calle, mirándolo a los ojos en
actitud desafiante,
El poderoso reycon los pulgares
Felipe colgando
II, paladín del cinto.
de la causa católica por
encimaEn unde principio
todo—inclusolos dospor encima del Papa
emperifollados de Roma,
señoritos que
parecie-
empleaba
ron agitarsemás fondos
y torcer la en turbios
cara, incluso negocios
uno hizoparaamagosu de
benefi cio
echar
que
mano en aproporcionar
la espada. Ambos apoyoolían
a quienes defendían
al perfume la religión
de una poma que con
uñas y dientes—,
intentaba sin éxito había heredado
disimular de surancio.
el sudor padre la titánica
Martín guerra
se alineó
contra
con su el Turco, que
compañero junto a alalos
y recorrió corona de con
italianos Castilla y Aragón
la vista, y sin
era la potencia
dejar de mirarlos másescupió
grandealdel mundo,
suelo, embarcándose
provocador. en una
Las caras de
contienda que duraría
los pisaverdes cambiaroncasi de
doscientos
la sorpresaaños,
al interrumpida
sobresalto y des-sólo
por
puéscortas treguas,
al miedo. y cuyo
Tenían campo
delante de batalla
a dos individuosprincipal eran las
que gratuita-
aguas
mentedel Mediterráneo.
buscaban querella, dos hombres rudos con vestimenta
de soldados,
La casa deque portabancontando
Habsburgo, espadas aderezadas
con sus vastasconposesiones
dagas de
yganchos y sus
con el oro y lapieles
plataatacadas
llegados por la Indias,
de las salitre ygastaba
el sol estaban
hasta el
tan curtidas
último maravedícomo ensus jubones
luchar de cuero.
a brazo partidoCantaba
contra su origen
todos sus
español a la
enemigos, legua
que no yeran
su aspecto
pocos,delataba milicia.de
pues además Desde luego
la abierta
nada tenían
hostilidad deque ver con el indefenso
mahometanos, franceses, anciano judío holandeses
venecianos, humillado
ypoco antes.protestantes, ahora la mala relación entre la corte
alemanes
española y lalos
Uno de Inglaterra
italianosisabelina amenazaba
parecía dispuesto un nuevo frente,
a enfrentarse, peroy
claro, aunque
entonces era el comenzó
su dama español una imperio
tirarle deenorme y temible,
la manga era
mientras
uno contra
buscaba contodos.
la vista a la ronda de guardias más cercana. La
prudencia
Aquellanunca
mañanaestuvo reñida con Martín
de septiembre, la valentía y los españo-
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
28
velamen. Apartó la
les, conocedores demanta
que elmojada
batirse en poruna el relente
calle llena nocturno
de gente,y se
puso
a plena en luz
pie,delse día
abotonóy conlaunos camisa y, haciendo
hombres cuenco con
posiblemente adine-las
manos,
rados nuncacogió agua
traíade unabueno
nada tinaja yyseera lavó el rostro, seguro
pasaporte espabilándose.
para la
Las gotasdel
prisión resbalaron
puerto, sepor su cara asin
limitaron afeitar,fijamente,
mirarlos que tenía desa- bellas
I
facciones,
fiantes. Enaunque Italia los delduelos
ojo izquierdo
en lugares bajaba hastaestaban
públicos la mitad pro-de
la mejilla unaCorona
hibidísimos. delgadanocicatriz.
era Nápoles,Tenía los unaespañoles
nariz recta erany labios
alia-
fidos
nospero
que solía torcer de
no dejaban delado en una media
ser extranjeros, sonrisa cuando
y aquellos caballerosalgo
le divertía.
quizá tenían Su recursos
ceño, queeconómicos
por manía suficientes
o costumbrepara casihacerles
siempre
mantenía
pasar Martín fruncido,
un mal deratola Vegaenlelaera
daba
cárcel profundidad
soldadotras del rey adesu
sobornar mirada,
alEspaña,
alguacil. comocomo lo
si
habíaestuviese
—¡Per
sido su atento
mille
padre a todo.
diavoli!
bajo los Se
—dijo mojó también
al fin uno
estandartes el pelo castaño
de los italianos—.
del emperador Carlos.y
revuelto
¿TuSe y sesono
sai alistó
chi lo echó hacia
io? joven
Io sono atrás, despejando
il signore di… laenfrente surcada
muy como arcabucero el tercio de
por unos débiles di
—Il signore trazos. putana —le interrumpió Afonso en
Navarrete, gracias buona a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó básicopor la
hacia el norte de Italia yde
italiano crujía
cargado entre
de un los
allífuerte marineros
acento,
a Flandes, y soldados
llamando
donde Francia laque
aten-
habíaya
abarrotaban casi la
ción de nuevamente
entrado todosgalera ytranseúntes
losen se
lizaacercó a con
con España. proa, su donde losebrioso
vozagrave.
Pese encontraba
Después
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
siguió en don
un Ricardo
castellano Villalobos
que el otro apoyado
pareció en la
entender cureña de ma-
antela
moyana,
ravilla—:
los ojos de con
Mesuslaimportan
camisa
ofi ciales blanca
muy
al que vuestros
poco
demostrar ya en
eranumerosas
gris abierta
títulos, de hasta
hecho
ocasiones el
pecho,
ninguno
cualidades donde
decomo brillaba
ellos unfría,
me impediría
sangre escapulariomandaros
disciplina dey un
la al
Virgen
otroque
valor del rozaba
mundo.Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose
Palidecieron los dos haciéndole
confanfarrones sombra
su acero unamientras en la cara
buena reputación y los
gemían entre ojos
entre
fi
losjos
ellos en
de rabia, enojados en extremo por el desaire sufrido del
el
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres en
puerto
público. de Corona.
Pesede a no querer perder muchoscrédito osoldados
parecer cobardes
Después varias campañas volvieron
La
adinerados galera
delante de asus española
damas,
Italia, Martín volvía
quienes
entreen a Italia
cambio,
ellos, después
parecían
arrojándose de
sinya combatir
verda-
empacho
al corso
aderamente berberisco
las múltiples asustadas, en la
delicias ellos ría de Tetuán.
controlaban
que aquella tierra suLas naves
lengua
ofrecía a los capturadas
y cuidaban
holgados
habían
lasbolsa,
de sido
palabras más bien
que salían todo
gastándoselo pocas—apenas
de sus enbocas.
festines alguna
Entre fusta
italianosy era
milaneses enemiga—y
común
en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
discutir en voz alta, conmano
metiendo mucho enaspaviento
todo lanceeyincluso mujer acompa-
hermosa
ñando
que Eran
Dios tiempos
lale
bronca
ponía con aciagos
en sualgún para
camino. los
insulto, españoles
Nada pero
podía en el Mediterráneo.
ningún soldado espa-
reprochársele, pues
Mientras
ñol
la mayoría losdetercios
se dejaba insultar desin
los soldados losacto
Austrias
seguido
jóvenes se habían
batirse
hacían loconvertido
en en los
duelo.atraídos
mismo,
dueños
por Por de
aquellaunalos
tierra
vezcampos de batalla
yextranjera
aunque noy rica en
de Europa,
serviría lade
que losenespañoles
precedente, las aguas del
eran
Martín
Mare
sujetóNostrum
dueños. aPara cada
ellos
su amigo vezel
Italia
por era
era máspidiéndole
como
brazo difícil
un generosocontener a lapues
paraíso
mesura, ingente
bañadolos
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
29
15
Poco comenzaban
curiosos más tarde, tras la batalla dey Gelves
a aglomerarse contra
no era su deseoelhospe-
Turco,
que resultó
darse penosa
por cuenta deljornada
duque apara las armas
la media católicas
hora de y donde
desembarcar.
a punto estuvo
Alzaban la de
vozdejar la piel, regresó
los italianos a España,
y gesticulaban donde vivió
teatralmente,
entre Sevilla
pero sus y Madrid.
espadas aún noYasomaban
cuando vio esfumados
ni una pulgadatodos sus
por fue-
ahorros Martín
ra de las vainas,sentó plaza de
ni tenían nuevo
trazas deen la escuadra
hacerlo. de galeras
Afonso seguía
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
quieto aguantando a pie firme, como si estuviese esperando que había
crecido trasdeuna
una carga serie de
caballería victorias
turca. obtenidas
Entonces Martínpor el temible
observó que
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
calle abajo, casi al principio de la cuesta, asomaban entre la
genteEl cuatro
poderoso rey Felipe
moharras II, paladínacercándose
de alabarda, de la causa lentamente
católica por
encima
a dondede todo—incluso
ellos estaban. por encima del Papa de Roma, que
empleaba más fondos
—Por Dios, Afonso,en turbios de
vámonos negocios para
una puta vez,suyabeneficio
nos los
que en proporcionar
encontraremos otro apoyo
día. a quienes defendían la religión con
uñas—Noy dientes—, habíaestos
tan rápido, heredado de su padre la aún
dos gentilhombres titánica guerra
me deben
contra el Turco,
una disculpa porque junto a la
el tropiezo. Si corona de Castillahacerlo
les da vergüenza y Aragón
en
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
público quizá quieran mostrarme otro sitio más tranquilo. en una
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
En cuanto acabó de pronunciar la última palabra el por-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
tugués pareció percatarse también de las alabardas, pues se
aguas del Mediterráneo.
quedó mirando con atención hacia aquel lugar. Con su expe-
La casa
riencia sabíadeque
Habsburgo,
en caso de contando conguardias
terciar los sus vastasseposesiones
pondrían
ya con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
favor de los caballeros italianos. Entonces se escucharon hasta el
último
cascos maravedí
de caballoseny laluchar
genteacomenzó
brazo partido contrapara
a apartarse todos sus
ceder
enemigos,
el paso. que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
Era una comitiva de cuatro jinetes que escoltaban un lujo-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
so carruaje, franqueados por aquellos guardias con alabardas,
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
que ahora se preocupaban de dejar la vía libre de transeúntes.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno El jinete
contra que iba en cabeza llamó la atención de los espa-
todos.
ñoles. Parecía una figura conocida en Corona pues la gente
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
30
velamen.
cuchicheaba Apartó a sulapasomanta y semojada
acercaba por el relente nocturno
a admirarlo. Montabayun se
puso
caballo en gris
pie, oscuro
se abotonó e ibalavestido
camisacon y, haciendo
una largacuenco capa negra con las y
manos,
bonete cogió agua de
del mismo una adornado
color tinaja y se lavó con elunarostro,
vistosaespabilándose.
pluma ver-
Las
de. Legotas resbalaron
seguían otros tres por jinetes
su caraque sinlucían
afeitar, que similares.
ropas tenía bellas
I
facciones,
Al pasar aunque
a su ladodel ojo
Martín izquierdo bajaba hasta
pudo distinguir, pese la almitad
bonete de
la
que mejilla una delgada
le ensombrecía la cicatriz.
cara, unTenía rostrouna nariz de
afeitado rectadurasy labios
fac-
ficiones,
nos quey solía torcer de lado en una media
juraría que aquel jinete incluso le devolvió la mirada sonrisa cuando algo
le
con divertía. Su ceño,
curiosidad. Trató quedepor manía lo
escuchar o costumbre
que la gente casi
decíasiempre
a su
mantenía
alrededor fruncido,
Martínpero de lano Vega le
pudo daba
era profundidad
percatarse
soldado del de rey
nombre a su mirada,
alguno.como lo
de España, como
si
habíaestuviese
Sesido
quedó atento
su padre a todo. Se mojó
bajo los estandartes
ensimismado también
viendo irse adel el pelo castaño
emperador
aquel hombre cuan-y
Carlos.
revuelto
do una y se lo echó hacia atrás,
en su despejando le hizolaen frenteasurcada
Se palmada
alistó muy de Afonso
joven como brazo
arcabucero volverel terciola rea-
de
por
lidad.unos débiles
Entonces trazos.
la disputa con los dos caballeros italianos
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
regresó a supor
el norte de la
mente crujía
Italiaa la entre
vez
y de que
allí los
a el marineros
portugués
Flandes, dondeylesoldados
Franciaque
señalaba unaya
había
abarrotaban
callejuela
entrado que lase
nuevamente galera
abría yase
en susacercó
liza con a proa,
espaldas.
España. Antes donde
Pese de losebrioso
a que encontraba
el corroy a de
las
el capitán
curiosos sedon Ricardo
disolviera y Villalobos
los italianos apoyado
se en la
envalentonaran
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante cureña de
por la
la
moyana,
llegada
los ojos de con la ofi
camisa
refuerzos,
sus cialesseblanca
alperdieronque ya
demostrar eranumerosas
entre
en elgris abierta
gentío que hasta
discu-
ocasiones el
pecho,
rría como
cualidades dondeun
como brillaba
vivo unfría,
torrente
sangre escapulario
por dey un
las calles
disciplina ladel
Virgen
mercado.
valor del rozaba
que Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose
Tras encontrar haciéndole
con su acero
alojamiento a su sombra
una buena
gusto en la cara
reputación
dentro y los ojos
entre
del alcance
fi
losjos en el horizonte,
camaradas.
económico, en las siluetas que dibujaban
los dos soldados se adecentaron lo máximo posi- las torres del
puerto de Corona.
ble, Después
lavando sus ropas ycampañas
recortándose el pelo. La vidavolvieron
a bordo
de varias muchos soldados
La
adinerados galera
era en extremo española
a Italia,sucia, volvía
en la
Martín cabeza
entre a Italia después
searrojándose
ellos, anidaban piojos de combatir
en nu-
sin empacho
al corso
amerosa berberisco
legión delicias
las múltiples en la
y la vestimenta ría
que aquella de Tetuán.
acababa Las
tierrallena naves capturadas
de chinches.
ofrecía a los holgados Por
habían
esobolsa,
de sido más
era costumbre
gastándoselo bienentrepocas—apenas
todo la en
gente alguna
de mar
festines fusta
proveerse
milaneses enemiga—y
y endebellezas
muda
el botín
napolitanas,escaso.
nueva en cuanto metiendo pisaban mano tierra, para lance
en todo evitar ylas infecciones
mujer hermosa y
que Eranle
contagios
Dios tiempos
que
ponía eranaciagos
en tan para los
frecuentes.
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
Despuéslosdetercios
comieron de los
los soldados en Austrias
jóvenes
una se
hostería habían
hacíanconlo convertido
unamismo, en los
avidezatraídos
sobre-
dueños
por de
aquella
natural, comolos campos
tierra de un
extranjera
si llevasen batalla
yaño en
ricasin Europa,
de probar
la que los enespañoles
bocado.las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomomás difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
31
15
Poco másasí
Pasaron tarde, trashasta
el día, la batalla
que eldeanochecer
Gelves contra el Turco,
desplegó sus
que resultó
sombras penosa
entre jornada
las calles, para sólo
dejando las armas católicas
los tejados y donde
alumbrados
apor
punto
unaestuvo de luz
brillante dejar la piel, regresó a España, donde vivió
anaranjada.
entre Sevilla y Madrid. Y cuando * vio esfumados todos sus
ahorros Martín
A través delsentó
sucioplaza de nuevo
cristal en la escuadra
de la ventana deRenato
el espía galeras
de Nápoles
Coccia podíapara
verluchar contra
el interior delalaamenaza turca,
habitación. En que
ella,había
tres
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
hombres vestidos con capas y sombreros hablaban de pie, en el temible
corsario
el centroDragut sobre lasAarmadas
de la estancia. pesar de cristianas.
la oscuridad y de la por-
El poderoso
quería rey FelipeenII,lapaladín
que se acumulaba de Renato
cristalera, la causapodía
católica por
verlos
encima
bien. Unode de
todo—incluso
ellos llevabapor unaencima
melenadel Papa deque
ondulada Roma, que
le llega-
empleaba más fondos
ba a los hombros, vestíaendeturbios
oscuro ynegocios paralesu
una espada benefidel
colgaba cio
que en Otro
cinto. proporcionar
era muy apoyo
moreno a quienes
de tez, defendían
su aspectolaerareligión con
de turco
uñas y dientes—,
o berberisco, habíauna
y lucía heredado de su padre
barba recortada la titánica
y aros guerra
de plata en
contra el Turco,
las orejas. que era
El tercero junto
más a difícil
la corona de pues
de ver, Castilla y Aragón
lo ocultaban
era
las la potencia
sombras demás grande del Aun
la habitación. mundo,así embarcándose en una
distinguió su silueta:
contienda
era delgado que duraría
y de escasacasi doscientos
estatura, años,hizo
y cuando interrumpida sólo
un gesto para
por cortas
secarse treguas,
el sudor de ylacuyo campo
frente con undepañuelo,
batalla principal
Renato pudoeranverlas
aguas del el
que bajo Mediterráneo.
sombrero escondía una reluciente calva.
La casa
La de Habsburgo,
información contando
conseguida trascon sus vastas
mucho posesiones
esfuerzo en un
ysórdido
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
garito lo había llevado allí, a una atalaya portuariahasta el
último
vieja y maravedí
destartalada,en luchar
lejos dea calles
brazo ypartido contra
viviendas todos sus
concurridas.
enemigos, que no que
Un lugar apartado erannopocos,
llamabapues además perfecto
la atención, de la abierta
para
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
reunirse en clandestinidad si la intención era ésa. De hecho,
yRenato
alemanes protestantes,
pensaba que si élahora laque
tuviese mala relación
evitar entretambién
ser visto la corte
española y la Inglaterra
hubiera escogido aquelisabelina
lugar. amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque
Renato era elno
Coccia español un imperio
era el mejor enorme
espía del mundo.y temible, era
Ni siquie-
uno contra
ra era todos.
un tipo demasiado listo, pero le habían encomendado
esa Aquella mañanasedeleseptiembre,
misión porque Martín sebien
daba especialmente despertó conla-
leer los el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
32
velamen.
bios. Además Apartó la manta
cobraba mucho mojadamenos porque el relente nocturno y se
otros informadores
puso
así que en allí
pie,estaba,
se abotonóembozado la camisahastay,lahaciendo cuencode
nariz, tratando con las
des-
manos,
cubrir el cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
pastel.
Las —Sigotaslosresbalaron
españolespor su cara
aceptan sin afeitar,
laI misión, en tresque días
teníallegaré
bellas
facciones,
a la isla. aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla
El de launa delgada
melena cicatriz.había
ondulada Tenía una
sido el nariz
primero recta en yhablar.
labios
fiSus
nosvoces
que solía
sonaban torcer de lado en una
amortiguadas trasmedia sonrisa
el cristal cuando algo
de la ventana, así
le divertía. Su ceño, que por manía o
que Renato agudizó bien el oído y prestó máxima atención. costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido, le era
daba profundidad adesu mirada, como
—Todo de la Vega
estará preparado soldado
para quedel rey
mi gente España,
os recojacomo lo
allí.
si estuviese
había sido atento
su padre a todo. Se mojó
bajo los estandartes también
del en el pelo
emperador castaño y
Debéis zafaros de vuestros acompañantes mitad deCarlos.la no-
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
che Se alistó muy
y conseguir llegarjoven comodearcabucero
al punto encuentro —dijo en eleltercio
hombre de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
moreno que gracias
parecía a turco—,
viejos conocidos
desde esede su familia,
momento nuncay partió
más
hacia Caminó
seréisellanorte por
sombra la crujía
de Italia
de nadie, entre
y de sino los marineros
allí avuestro
Flandes, y soldados
dondeseñor.
propio que
Francia había ya
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó
con a proa,Pese
España. donde sebrioso
a looía encontraba
y a las
El de la melena asentía despacio mientras aquello y,
el capitán
veces díscolodon que Ricardo
su corta Villalobos
edad le apoyado
hacía ser, en
pronto la cureña
destacó de
antela
tras decir algo ininteligible para Renato, sacó una pequeña
moyana,
los ojos con la ofi
camisa blanca que ya en era gris abierta hasta el
bolsa dedesususabrigo ciales
y se laalentregó
demostrar al otro.numerosas ocasiones
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el —Con
ancho este
bonete dinero
ladeado podréis
haciéndole abandonar
sombra a
en salvo
la cara la yciudad.
los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiMañana
los en el al
joscamaradas. alba, salid
horizonte, en por la puerta
las siluetas quesur y dirigíos
dibujaban lasaltorres
embar- del
cadero de la
puerto de Corona. playa situada bajo la vieja ermita de San Nicolo.
Allí Después
un barcode varias campañas
pesquero cuyo patrón muchos
está alsoldados
tanto delvolvieron
negocio
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
os recogerá para llevaros con los vuestros.
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las
ofrecíanavesa loscapturadas
holgados
habían —¿Lossido guardias
más bien de la puerta
pocas—apenas sur me
algunadejarán
fusta paso franco
enemiga—y
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas
sin
el complicaciones?
botín escaso. —preguntó el de aspecto turco.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
—Nole
Eran
que Dios sospecharán
tiempos
ponía en aciagos depara
su camino.un comerciante
los podía de
españoles
Nada en especias,
el Mediterráneo.
reprochársele, y si lo
pues
hacen,
Mientras
la mayoría unas monedas
losdetercios de los
los soldados los harán
Austrias
jóvenesciegos
se y mudos.
habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por —Perfecto.
de los
aquella Por
campos
tierra seguridad y no
de batalla
extranjera ricavolveremos
en
de Europa,
la que los aenvernos,
las aguas
españoles así eran
que
del
os deseo
Mare
dueños. suerte.
Nostrum
Para ellos Y Italia
cadaque vez Aláera
era os guíe.difícil
más
como contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
33
15
Poco más un
—Ha sido tarde, trasgracias
placer, la batalla de Gelves
a vuestros contraelelmundo
servicios Turco,
que
seráresultó
un lugarpenosa
mejorjornada
para mí.para las armas católicas y donde
a punto estuvo
Después dede dejar la piel,
observarlos regresó
durante a España,
un rato donde
y estudiar sus vivió
ges-
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
tos, Renato reconoció a dos de ellos. Era imposible estar segurotodos sus
ahorros Martín
al cien por cien,sentó
pero elplaza
de lade nuevo en
ondulada la escuadra
melena de galeras
y el hombre del-
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
gado y calvo le resultaban muy familiares. Parecían cerrar un que había
crecido tras intercambiar
trato, y tras una serie dealgunasvictorias obtenidas
palabras más,porlos el
trestemible
hom-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
bres se estrecharon la mano. Renato se percató de que repetían
Elcomo
cosas poderoso reyo «rescate».
«isla» Felipe II, paladín
Estaba de la causa
claro católicaeran
que aquellas por
encima de todo—incluso
las palabras por encima
clave para desvelar lo que del Papa de
tramaban allíRoma, que
reunidos,
empleaba másabandonado
en un edificio fondos en turbios negocios para su beneficio
al anochecer.
que en
Se proporcionar
moría de ganas apoyo
por acontarle
quienes adefendían
su pagador la religión con
las nuevas
uñas y dientes—,
noticias. había heredado
Tenía suficientes de su
pruebas padre
como la titánica
para ganarse guerra
una
contra
buena el Turco,
paga, que era
además junto
pocoa la corona que
probable de Castilla
descubriese y Aragón
algo
era
máslasin
potencia más grande
exponerse del mundo,
demasiado, así queembarcándose
para no tentar enauna
la
contienda
suerte, se que duraría
descolgó delcasi doscientos
alfeizar hasta laaños,
calleinterrumpida sólo
y se alejó de allí.
por cortas
Estabatreguas, y cuyo
satisfecho, campo
aquello sindeduda
batalla principal
le haría eran las
ascender y
aguas del Mediterráneo.
ganarse una mayor confianza por parte de su protector.
La casa
Para de Habsburgo,
alguien contando
como él había pocasconsalidas
sus vastas posesiones
en una ciudad
yportuaria
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
sin corazón como Corona. O eras un matón, o un hasta el
último maravedí
marinero, en luchar
o te dedicabas a brazo usualmente
a negocios partido contra
mal todos sus
pagados.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Renato era de otra clase, y gracias a su peligroso trabajo
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
podía llevarse comida a la boca y mantener una casa decente.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
Pese al riesgo, aquello era mejor que su antiguo oficio, el cual
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
consistía en sacar los cadáveres de los polizones de los bar-
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
cos mercantes que llegaban a puerto, incluso rematando a los
uno contra todos.
que no llegaban muertos del todo.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
34
velamen. Apartó la manta
Su predisposición mojada porlegítimo
al espionaje, el relenteo nocturno
no, le había y se
puso
abierto en muchas
pie, se abotonó
puertas ylaevitado
camisaser y, haciendo
uno de loscuencomúltiples conva-
las
manos,
gabundos cogió agua de una
apestosos quetinaja y se lavólas
decoraban el rostro,
entradas espabilándose.
de las igle-
Las
sias,gotas resbalaron
llorando sangre por unas su cara sin afeitar,
míseras migas quede pan.tenía bellas
I
facciones,
Ahoraaunque
sólo quedaba del ojolaizquierdo
segunda bajabaparte del hasta la mitad
trabajo. Tareade
la mejilla
fácil, rondaruna lasdelgada
tabernas cicatriz. Tenía una
portuarias paranariz
recabarrectainforma-
y labios
fición
nos que
sobre solía
los torcer
soldados de lado en unaque
españoles media sonrisa
habían cuando algo
desembarcado
le
endivertía.
Corona Su ceño,mañana.
aquella que por Aunque
manía oen costumbre
principiocasi siempre
podría tra-
mantenía
tarse fruncido,
de algo
Martín derutinario, le
la Vega era daba profundidad
susoldado
jefe había a
delinsistido su mirada,
muchocomo
rey de España, como
en que lo
si estuviese
tuviese
había lossu
sido atento
ojos
padre a
bienbajotodo.
abiertos,Se mojó también
parecía que
los estandartes el
del conocerpelo
emperador castaño
Carlos.y
a aquellos
revuelto
españoles y se
eralomuyechó hacia atrás,
importante. Renato despejando
suponía que la frente surcada
Se alistó joven como arcabucero en alguna
el tercio rela-
de
por
ción unos débiles
tendrían con trazos.
la reunión que acababa de presenciar en la
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
atalaya el norte porde la
del puerto. crujía
Aúny no
Italia entre
de los
lo sabía
allí marineros
con certeza
a Flandes, dondey soldados
pero que
esperaba
Francia ya
había
abarrotaban
averiguarlo
entrado la galera
esa
nuevamente noche. y se
en lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
En la don
ciudad Ricardo
de Corona Villalobos
casi todo apoyado
el mundo en la cureña
estaba vigilado,
antela
moyana,
y sobre
los con
ojos todo
de sus la ofi
los camisa
ciales blanca
extranjeros. Elque
al demostrarduque ya en
era gris abierta
ennumerosas
persona hasta el
examinaba
ocasiones
pecho,
cualidades donde
diariamente como brillaba
la lista
sangre unfría,
de escapulario
viajeros dey un
llegados
disciplina la aVirgen del rozaba
la ciudad,
valor que Carmen,
y todo la
el ancho
ciudadano bonete
que ladeado
recibía haciéndole
un huésped sombra
debía
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara
comunicarlo y los ojos
bajo
fiseveras
losjoscamaradas.
en elamonestaciones.
horizonte, en las Un siluetas
espíaque dibujaban
enemigo podíalas ocultarse
torres del
puerto
fácilmentede Corona.una tropa de soldados, entre los marineros
Despuésentre de varias campañas muchos soldados volvieron
de La
una galera
adinerados a Italia, oespañola
incluso
Martín volvía
ser uno de
entre a Italia después
losarrojándose
ellos, pajes. En elde combatir
tiempo
sin que
empacho
al
a corso
llevaba
las berberisco
como
múltiples deliciasen que
informador la ría de Tetuán.
Renato
aquella ya había
tierra Las naves
visto
ofrecía ade capturadas
lostodo.
holgados
habían
de bolsa, sido más
En elgastándoselo bien
cielo ya oscurecido pocas—apenas
todo en se alguna
juntaban
festines fusta
nubes yque
milaneses enemiga—y
en prome-
bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
tían lluvia. Sonaron
metiendounas mano campanas
en todo lejanas.
lance y Las mujer diez, contó
hermosa
que EranCaminó
Renato.
Dios tiempos
le ponía en aciagos
entre el para
gentío
su camino. los españoles
que
Nada empezabaen elaMediterráneo.
abarrotarpues
podía reprochársele, las
Mientras
sucias
la mayoría losdetercios
y malolientes de los Austrias
calles
los soldados del puerto
jóvenes se habían
para lo
hacían convertido
buscar
mismo, endel
el calor los
atraídos
dueños
fuego
por y de
dellos
aquella campos
vino.
tierra Las de batalla
paredes
extranjera y de en
ricalos Europa,
la que losen
deestrechos las aguas
pasadizos
españoles del
esta-
eran
Mare
dueños.Nostrum
ban decoradas
Para ellos cada
con vezera
eracomo
estampas,
Italia más difícil
así como contener
algunos
un generoso a la ingente
portales
paraíso tenían
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
35
15
Poco más
hornacinas contarde, tras la religiosas
estatuillas batalla derodeadas
Gelves contra el Turco,
por ramos de
que resultó
flores penosa
resecas por el jornada para las Los
clima veraniego. armas católicas
rincones y donde
apestaban a
aorines
puntoy estuvo de dejar la piel,
otras inmundicias regresó vecinos
que algunos a España, donde vivió
arrojaban des-
entre
de susSevilla y Madrid.
ventanas. Las putasY secuando vio medio
asomaban esfumados todosa los
desnudas sus
ahorros
balconesMartín
de las sentó plazainvitando
mancebías de nuevo aenentrar,
la escuadra
y ya sede galeras
veían los
de Nápoles
primeros para luchardecontra
embriagados la que
la noche amenaza
volvíanturca,
con elque había
estóma-
crecido
go llenotras una serie
de alcohol y pasodeinseguro
victoriasa obtenidas
sus casas. por el temible
corsario
TrasDragut sobre sin
inspeccionar las éxito
armadas cristianas.
un par de garitos, Renato entró
El poderoso
en una rey Felipe
famosa taberna II, paladín
situada de la causa
en el interior de loscatólica por
soportales
encima de todo—incluso
del muelle. Había un escudo porverde
encima
con del Paparampante
un león de Roma, que
dibu-
empleaba
jado al ladomás
de fondos
la puertaenprincipal,
turbios negocios
y colgaba para su benefi
del muro cio
un chi-
que en proporcionar
rriante apoyo
letrero de madera enaelquienes defendían
que estaba escrito:laOldenhäller,
religión con
uñas y dientes—,
el nombre había
del dueño, unheredado
hostelerode su padredel
originario laTirol
titánica
queguerra
había
contra
llegadoela Corona
Turco, muchos
que junto
añosa atrás
la corona de Castilla
y conseguido y Aragón
prosperar.
era la potencia
Hacía más grande
un sofocante deldentro.
calor mundo,Elembarcándose en una
salón olía a vino, a
contienda
cerveza y aque duraría
sudor. casise
Renato doscientos
sentó en un años, interrumpida
taburete sólo
y pidió algo
por cortas Con
de beber. treguas, y cuyo
disimulo campo
echó de batalla
un vistazo principal
al lugar eransus
y agudizó las
aguas del Mediterráneo.
sentidos. Al otro lado de la taberna, junto a la puerta, pudo
ver aLalos
casa de Habsburgo,
españoles contando
que estaba con sus vastas posesiones
buscando.
y conEran
el oro y la plata
cuatro, llegados
llevaban de las medio
las camisas Indias,abiertas
gastabaen hasta el
el pe-
último maravedí
cho, dejando en luchar
entrever a brazo ypartido
escapularios cruces.contra
Calzabantodos sus
botas
enemigos, que no
altas de aspecto erany lucían
militar pocos, pobladas
pues además
barbasde la abierta
y bigotes. Se
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
fijó que de sus respaldos colgaban largas espadas guardadasholandeses
yenalemanes
sus vainas.protestantes,
Todos ellosahora
reían la mala relación
y bebían haciendoentre
mucho la corte
rui-
española
do, como solían hacer los soldados. No había nada inusual eny
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque era el español
su comportamiento, un casi
y durante imperio
una enorme y temible,
hora Renato observó era
uno
que contra todos. con nadie más, no hacían ninguna transac-
no hablaban
ciónAquella mañana
sospechosa de septiembre,
ni cuchicheaban enMartín se despertó con el
voz baja.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
36
velamen.
Al rato Apartó
y para la manta mojada porRenato
evitar sospechas, el relente nocturno
salió del garito y se
puso
por laen pie, se
puerta abotonó
trasera. La la camisa
parte y, haciendo
de atrás cuenco
del edificio dabacon a unalas
manos,
oscura cogió
plazuela agua endelauna
quetinaja
un grupoy se lavó el rostro, espabilándose.
de montañeses esguízaros
Las
con gotas
grandes resbalaron
picheles de porcerveza
su carahablaban
sin afeitar, que tenía
y cantaban. bellas
Renato
I
facciones,
se quedó cerca aunque de del
ellos ojopara
izquierdo bajaba hasta laDesde
pasar desapercibido. mitadallí de
la mejilla una
controlaba delgada
la plaza y lacicatriz.
calle que, Tenía
comouna nariz
único rectaalycentro
acceso labios
fide
nos
laque
ciudadsolíaera torcer de ladoobligado
itinerario en una media para lossonrisa
clientescuando
de laalgota-
le divertía.
berna, así queSu ceño, que pora manía
se mantuvo la espera o costumbre
con la espaldacasi siempre
pegada
mantenía
Martínfruncido,
al muro. de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, como como lo
si estuviese
había Embozado atento
sido su padre a
y ocultotodo.
bajo los Se mojó
en estandartes también
las sombras,del el
esperó pelo castaño
los es-y
a que Carlos.
emperador
revuelto
pañoles ysaliesen
se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muycon la intención
joven de seguirlos
como arcabucero enhasta su alo-
el tercio de
por unos
jamiento, débiles
por sitrazos.
descubría algo más. Quería recabar toda la
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
el nortepor
información de la
posible,crujía
Italia entre
hacer
y de unlos
allí marineros
buen
a Flandes, trabajo y soldados
donde ganarseque
y Francia una
habíaya
abarrotaban
buena reputación,
entrado la galera
nuevamente aly menos,
o en se
lizaacercó
conseguir a proa,
España. donde
gozando
Pese losebrioso
a de laencontraba
confianza
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
quecapitán
su don
pagador Ricardo
depositaba Villalobos
en él. apoyado
Aquel díaen la
estabacureña
especial-
ante la
moyana,
mente
los con
ojos contento,
de sus la ofi
camisa
eufórico.
ciales blanca Pero que
al demostrar lo ya
que era
en gris abierta
Renato
numerosas no sabía, hasta
ocasionesera el
pecho,
que ibadonde
cualidades a ser
como brillaba
el último
sangre unde escapulario
vida. dey un
sudisciplina
fría, la Virgen del rozaba
valor que Carmen, la
el ancho bonete ladeado haciéndole * sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—¡Brindemos!
puerto de Corona.
Después
Las jarrasdechocaron
varias campañas
derramando muchosvino soldados
sobre la mesa volvieron
que
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos,
ya parecía un cementerio de botellas vacías. Era el quinto después
arrojándose de
sin combatir
empacho
al
a corso
las
brindis berberisco
múltiples
de delicias
la noche en la ría
que
desde deMartín,
aquella
que Tetuán. Las
tierraAfonso naves
ofrecía capturadas
yavarios
los holgados
solda-
habían
de sido
bolsa, más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en
dos de la galera se encontraron en una taberna. festines alguna fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en de todo lance ybuscavidas,
mujer hermosa
Era un lugar infame, lleno tahúres, cor-
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada
tabolsas, borrachos y marineros ociosos de los barcos an- podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
clados enlos detercios
el deTodos
los soldados
muelle. los Austrias
jóvenes
cantaban se habían
hacían loconvertido
y bebían mismo,
mientras enju-
atraídos los
dueños
por
gaban adelas
aquella los campos
tierra
cartas o ade
extranjeralosbatalla
y ricaen
dados. de Europa,
la que los
Algunos enespañoles
las aguas
también median del
eran
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
37
15
sus Poco
fuerzasmás tarde, tras
echando la batalla
pulsos, de Gelves
apostando en cadacontra
ronda el Turco,
y sol-
que
tandoresultó penosa
sonoras jornada para
maldiciones las armas
aquellos católicas
que veían y donde
sus monedas
aacabar
punto estuvo
en manosde dejar la piel,
ajenas. regresó
Había a España,
numerosos donde vivió
espadachines
entre Sevillacon
de alquiler y Madrid.
aspecto Ybravocuando vio esfumados
y amenazador, todos es-
portando sus
ahorros Martíny sentó
padas, dagas plazaa de
cuchillos nuevoFormaban
granel. en la escuadra
una de galeras
llamativa
de Nápolesdepara
colección luchar
narices contracicatrices
partidas, la amenaza turca, de
y dientes que había
menos.
crecido
A pesar tras
de launa
mala serie
tropadequevictorias obtenidas
se acuartelaba enpor
aquelel tugurio
temible
corsario
—aunque Dragut sobre las
la mayoría eran armadas cristianas.
matachines de pastel, de los que
pregonan más copas
El poderoso que espadas—,
rey Felipe II, paladíneldesitio era popular
la causa católicagra-
por
cias al buen vino que servían, pues al contrario
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que que en mu-
chos otrosmás
empleaba lugares no lo
fondos en bautizaban con agua,
turbios negocios parasirviéndolo
su beneficio a
peloen
que y en pecado mortal.
proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñasLosy dientes—,
españoles había heredado
estaban de su
en torno padre
a una la titánica
mesa grandeguerra
y re-
contra
donda,eltrasegando
Turco, quejarras
juntocomo
a la corona
si al díadesiguiente
Castilla lo
y Aragón
fuesen
era la potencia
a prohibir. más grande
Llamaban del mundo,
la atención en elembarcándose en que
garito, al igual una
contienda que duraría
en casi cualquier casiLos
lugar. doscientos
soldadosaños, interrumpida
españoles: sólo
arrogan-
por
tes, cortas treguas, buenos
pendencieros, y cuyo campo de batalla
guerreros, buenosprincipal eran las
espadachines y
aguas
buenos delbebedores,
Mediterráneo.
tenían media Europa dominada bajo sus
botasLaycasa
la otra media conteniendo
de Habsburgo, contandoelconaliento. Con los
sus vastas france-
posesiones
yses
confuera delymapa,
el oro losllegados
la plata príncipesdeprotestantes alemanes
las Indias, gastaba bien
hasta el
agarrados
último y el Papa
maravedí en servicial
luchar acomo
brazouna doncella
partido cadatodos
contra vez que
sus
le visitabanque
enemigos, los inquisidores,
no eran pocos, qué pues
remedio.
además de la abierta
hostilidad de mahometanos,
Italia era cuartel generalfranceses, venecianos,
de los tercios holandeses
viejos, desde don-
ydealemanes protestantes,
se movilizaban ahoraBajos
a los Países la mala
o a relación
combatirentre
a los la corte
maho-
española
metanosyen la Inglaterra isabelina
el Mediterráneo. amenazaba
Eran unturcos
éstos, los nuevodelfrente,
vas-y
claro, aunque era el Imperio
to y poderosísimo español un imperiolos
otomano, enorme
únicosy temible,
que en eseera
uno contra podían
momento todos. mirar de tú a tú a los españoles, al mismo
nivel.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
38
velamen.
—TanApartócierto comola manta vivomojada
que adoro por el relente
Italia nocturno
—confesó y se
Afonso
puso en pie, se
recostándose enabotonó
la silla—,laespero
camisaquedarme
y, haciendo cuenco
bastante con las
tiempo.
manos, cogióopinión
Aquella agua de una era tinaja y se lavó
compartida el rostro,
por muchos, espabilándose.
y no era de
Las gotas resbalaron por
extrañar que la mayoría de los muchachos su cara sin afeitar, que tenía bellas
que se alistaban en
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
los tercios quisieran ser enviados a Italia, pues a pesar de ser hasta la mitad de
la
la mejilla
capital unade ladelgada
religióncicatriz.
y hogarTenía una las
del Papa, nariz recta y italia-
ciudades labios
finas
noseran
que solía torcer de
muchísimo máslado en una en
liberales media
todos sonrisa cuando que
los aspectos algo
le
la divertía.
siempre Su ceño, que
rigurosa, oscuraporymanía
católica o España.
costumbre casi siempre
mantenía
Martín
—¿Nunca fruncido,
de hala Vega le era
pensado daba profundidad
soldado
vuacé en del las ade
ir arey su mirada,
España,
Indias? comocomo
—preguntó lo
si estuviese
había
uno de sido
lossu atento a
padre bajo
soldados, todo. Se mojó
los estandartes
un sevillano también
bajito ydel el pelo
emperador
robusto castaño
llamado En-y
Carlos.
revuelto
rique y se lo quienechó hacia atrás,
hechodespejando la frente surcada
SeCorrales,
alistó muy habíacomo
joven buenas migas
arcabucero en con Afonso
el tercio y
de
por unos débiles
Martín trasgraciasmeses detrazos.
Navarrete, a corsear juntos la costa
viejos conocidos de su berberisca—. Algu-
familia, y partió
hacia Caminó
na genteel norte por
asegura de laquecrujía
Italiaaún
y deentre
allí los
quedan marineros
buenas
a Flandes, zonas
dondey soldados
que que
descubrir.
Francia ya
había
abarrotaban
entrado—Nonuevamente
se mela galera y se
en
ha perdido lizaacercó
con
nada aenproa,
España. donde
esasPese a losebrioso
tierras, encontraba
además y aallí
las
el capitán
veces
si no díscolo
te matandon que Ricardo
lossusalvajesVillalobos
corta edad apoyado
le hacía
te matan losser, en la cureña
pronto destacó
moscones de
venenosos. la
ante
moyana,
los
Dicenojosque con
de sus
una la ofi
camisa blanca
cialespicadura
simple que
al demostrar ya en
puede era gris abierta
numerosas
acabar con un hasta
ocasiones
caballo el
pecho,
cualidades
después donde
decomo brillaba
varios díasun
sangre escapulario
fría,
de disciplina
fiebres dey un
la Virgen
altísimas. valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole
conun susimple
acero unasombra en
buenapuede la cara
reputación y los ojos
entre
—También dicen que soldado hacerse de
fi
losjos en el
camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
oro —objetó Corrales, alzando su dedo índice.
puerto de Corona.
Después
—Cuentosdepara variaslos campañas
necios, amigo muchosmío soldados
—contestóvolvieronAfonso
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
negando con la cabeza—. Toda esa plata de las minas la traen
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen la ría de Tetuán.
tierra Las naves capturadas
en grandes urcas para que
pagar aquella
las guerras ofrecía
del rey.a los holgados
habían
de bolsa, sido más bien pocas—apenas
gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el —Pues
botín escaso.a mí todavía se me deben pagas -dijo otro español
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
golpeando la mesa—. Y parece que aún me las deberán un
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
largo tiempo.
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por Rieron
de los
aquella todos brindando
campos
tierra por
de batalla
extranjera sus
y ricaen salarios
de Europa, atrasados,
la que losenespañoles alzan-
las aguaseran del
do los
dueños. vasos
Mare Nostrum y
Para ellos vaciándolos
cada vezera
Italia de
eracomo un trago.
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
39
15
Poco
—Ademásmás tarde, tras
—siguió la batalla deelGelves
comentando contra
soldado—, el Turco,
habrá gue-
que resultó
rra en Flandespenosa jornada
contra para las
los herejes armas católicas
flamencos. y donde
Ese príncipe de
aOrange
punto estuvo
ha hechode camarilla
dejar la piel,
conregresó
los noblesa España, donde
holandeses vivió
segui-
entre
dores Sevilla y Madrid.
de Calvino. RenieganY cuando vio esfumados
de la verdadera todos
religión, sus
así que
ahorros
imaginaosMartín sentó plaza
la opinión que de nuevo
tienen delenrey
la escuadra de galeras
nuestro señor. En
de Nápoles
Nápoles para luchar
corrían noticiascontra
de que la algunos
amenazaherejes
turca, que había
asaltaron
crecido
iglesias tras
parauna serie de de
despojarlas victorias
santos obtenidas
y vírgenespor el temible
y quemar las
corsario
imágenes Dragut sobre
después, las armadas
maldiciendo cristianas.
a España y al Papa de Roma.
Algunas ciudades
El poderoso yaFelipe
rey se hanII,declarado
paladín deen la
rebelión.
causa católica por
encima
—Unade todo—incluso por encima
barbaridad... —asentía del el
grave Papa de Roma, Me
portugués—. que
empleaba
pregunto simás fondos
el gran en irá
Felipe turbios negocios
en persona, parahizo
como su su
benefi cio
padre
que en proporcionar
el Emperador, que enapoyo a quienes hace
paz descanse, defendían
veintelaaños.
religión con
uñas—No
y dientes—,
sé si iráhabía
el rey,heredado de su padre
pero nosotros la titánica
ya te digo que sí,guerra
a he-
contra
larnos el
de Turco,
frío. que junto a la corona de Castilla y Aragón
era la potencia
—Una más—se
pena... grande del mundo,
lamentó Afonsoembarcándose en una
mientras aplastaba
contienda
lentamente queconduraría
su vasocasi doscientos
a un insecto queaños, interrumpida
correteaba campante sólo
por
por cortas treguas,
la mesa—. Ojaláy tengamos
cuyo campo de batalla
suerte y antesprincipal
hagamoseran algunalas
aguas
buenadel Mediterráneo.
presa, un barco del Sultán cargado de oro hasta la tol-
LaUn
dilla. casa de Habsburgo,
botín contando
como el de Túnez, con sus
o mejor vastas
aún, el deposesiones
Roma...
y conSonrieron
el oro y la plata llegados
todos, codiciosos.de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
Aquello era mucho decir. En los buenos tiempos del Empe-
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
rador Carlos, un ejército de soldados españoles y mercenarios
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
lansquenetes saqueó a conciencia la ciudad santa durante tres
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
días; entrando en cada una de las casas, despojándolas de todo
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
objeto valioso y con las mochilas rebosantes de botín, matando
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
a casi toda la guarnición, a miles de civiles e incluso a curas,
uno contra todos.
pues ni las iglesias respetaron salvo las nacionales españolas.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
40
velamen.
Incluso altos Apartó cargosla manta mojadadel
y cardenales por el relente
Vaticano nocturno
tuvieron que ypa-se
puso en pie, para
gar rescates se abotonó
no ver sus la camisa
viviendas y, haciendo
destruidas. cuenco con las
manos, Todocogiófueagua de una tinaja
provocado por elyPapase lavóClemente
el rostro, espabilándose.
VII y sus pér-
Las gotas resbalaron por
fidas alianzas con franceses y venecianos su cara sin afeitar, que tenía bellas
para intentar que
I
facciones, aunque del ojo izquierdo
los Habsburgo perdieran sus dominios de Milán y Nápoles. bajaba hasta la mitad de
la
Eso mejilla una delgada
y el problema cicatriz.
de las pagasTeníaatrasadasuna nariz recta y impe-
–el ejército labios
firial
nosmovilizado
que solía torcer de lado
en Italia en una
llevaba media
meses sonrisa cuando
combatiendo sin algo
co-
le divertía. Su ceño, que por manía
brar soldada– hizo que se lanzasen como demonios sobre la o costumbre casi siempre
mantenía de lafruncido,
sedeMartín cristiandad,
de la Vega le era
daba
suceso profundidad
soldadoque del rey adesu
quedaría para mirada,
España, siempre
comocomo
en
lo
si estuviese
los libros
había sido su atento
como padre a todo.
el bajo
terrible Se mojó
saco de Roma
los estandartes también el pelo castaño
de mil quinientos
del emperador Carlos.y
revuelto
veintisiete.y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos
—Pordébiles
logracias trazos. —dijo el sevillano con el sazonar de
de pronto
Navarrete, a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
palabras por
hacia el norte de Italiasu
habitual la crujía
de y deentreallí los
acento—, marineros
si tuviese
a Flandes, ylasoldados
donde suerte
Franciade que ya
ver
había
abarrotaban
tanto oro
entrado enlamis
nuevamente galera
manosy se
en liza acercó
compraría a proa,
con España. un Pesedondea lose
caballo. encontraba
Hasta
brioso ahora
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóyde
el
loscapitán
únicos don
que Ricardo
vi de Villalobos
cerca llevaban apoyado
un en
hideputa la cureña
encima la
ve-
ante
moyana,
nían
los ojos con
a darme
de suslauna
camisa
ofi carga.
ciales blanca
alAdemás, que empiezo
demostrar ya en
eranumerosas
gris abierta
a estar hasta
viejo para
ocasiones el
pecho,
ir pisando
cualidades donde barro
como brillaba
con elunarcabuz
sangre escapulario
fría, dey un
al hombro.
disciplina la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete
—Así que ladeado
labrándose
os haríais haciéndole
concaballero
su acero una sombra
y nos buenaen la cara y los
reputación entre
abandonaríais... ojos
¿A
fi
losjos en el
camaradas.
estas horizonte, en las siluetas
alturas? —le preguntó con guasa el portugués. que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
Después
—Caballero de novarias
sé... campañas
Por lo menos muchos
jinete,soldados
y cuanto volvieron
más cer-
La
adinerados galera a española
Italia,
ca de la plana mayor, mejor. Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
—Abran paso al excelentísimo Enrique Corrales, nuevo
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
marqués de Pescara —bromeó Afonso como si imitara a un
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano
heraldo, haciendo estallar lasen todo lance
carcajadas y mujer
en la mesa. hermosa
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
—¡Por la cruz de San Andrés, que sólo a un buen amigo
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídosen los
le consentiría chanza semejante, cualquier otro tendría que
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
excusarse a estocadas!
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomomás difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
41
15
Poco
Hubomás tarde, tras
un silencio la batalla
incómodo, de Gelves
e incluso contra
pareció el iban
que Turco,
a
que resultó
ponerse penosa
en pie jornada para
y enzarzarse las allí
a golpes armas católicas y donde
mismo.
a punto
—Pero estuvo de dejar
nosotros somos la buenos
piel, regresó
amigos a —dijo
España, donde
Afonso vivió
aguan-
entre
tandoSevilla
la mirada y Madrid. Y cuando
al sevillano—. ¿O novio esfumados
es así, todos sus
don Enrique?
ahorros
—LoMartín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
es. Pardiez.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
Rieron todos nuevamente, palmeándose amistosos la es-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
palda, y descorcharon otra botella.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Oye, Martín, ¿qué harías tú si consiguieses tanto dine-
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
ro? —preguntó Corrales, ya sin rastro de enfado.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
—Puesmás
empleaba pediría licencia
fondos y me iría
en turbios lo máspara
negocios lejossuposible
benefide
cio
vosotros. Colgaría la espada, me casaría y compraría
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con anima-
les y yuna
uñas hacienda,
dientes—, supongo...
había heredado de su padre la titánica guerra
Lo había dicho
contra el Turco, que juntocon aire ausente,
a la coronamientras mirabay curioso
de Castilla Aragón
hacia el otro extremo de la taberna. Rieron
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en unalos demás, pero su
amigo se inclinó
contienda haciacasi
que duraría él, bajando
doscientosla voz.
años, interrumpida sólo
por cortas
—¿Pasa treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
algo, Martín?
aguas—Haydel Mediterráneo.
un hombre sentado allí que no ha dejado de mirar-
nos La casaque
desde de Habsburgo,
entramos... contando con sus vastas posesiones
y conAfonso
el oro miró
y la plata llegados de lasen
disimuladamente, Indias,
efectogastaba hasta el
había alguien
último
sentadomaravedí en luchar
solo en una a brazo
mesa, con partido
un vaso entrecontra todosque
las manos, sus
enemigos,
los miraba que noeneran
de vez pocos, pues además de la abierta
cuando.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
—Será casualidad, o efecto del vino. Hemos bebido mu-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
cho y tenemos la cabeza espesa por los vapores.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
Martín se acercó en extremo a su amigo, casi rozándose la
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
cara con la barba de éste, para contarle sus sospechas.
uno contra todos.
—Te digo que ése nos está vigilando.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
42
velamen.
—Somos Apartó la manta—explicó
extranjeros mojada por el relente nocturno
el portugués—, quizá sólo y se
puso en pie,su
atraigamos securiosidad.
abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua
El hombre de unaadvertir
pareció tinaja y se quelavó
le el rostro,mirando,
estaban espabilándose. pues
Las gotas resbalaron por
tras acabarse su bebida se levantó, su cara sin afeitar, que tenía bellas
I se revistió de bonete y capa
facciones, aunque del ojo izquierdo
negra y salió a la calle por la puerta trasera, bajaba hasta la mitad de
sin despedirse de
la mejilla
nadie una delgada
y mirando de reojo.cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos—No que solía
sé si torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
irle detrás.
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
—Por los santos del cielo, Martín. Tengamos la fiesta en
mantenía
Martín fruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
paz —dijo Afonso, conciliador, posando una mano en el hom-
si estuviese
había atento a todo. Se mojó también emperador Carlos.y
el pelo castaño
bro desido su padre bajo
su amigo—. Venga, losteestandartes
invito a otro deltrago.
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó
Martín muydejoven
aceptó mala como
gana, con arcabucero
la miradaen fijaelentercio
la puer- de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
ta de la taberna,gracias a viejos
como conocidos
si esperase que ende cualquier
su familia, y partió
momento
hacia Caminó por la crujía entre
allí a Flandes, donde Franciaque
los marineros y soldados ya
aquelelhombre
norte de Italia yade
volviese entrar. había
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el Alargaron
capitán don la fiesta
Ricardo durante
Villalobos al menos
apoyado tresen horas
la cureñamás,dere- la
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante
corriendo
moyana, conlas callejuelas
la ofi
camisa portuarias y entrando en casi todos
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasioneshasta el
los lugares
pecho, donde desde
brillabalos que
unfría,venía
escapulario ruido de gente o acordes de
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
algún
el ancho instrumento.
bonete ladeado Terminaron
haciéndole lasombra
noche en enlaunacara mancebía
y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fifamosa
los en elenhorizonte,
joscamaradas. la ciudad,en regentada
las siluetas porque un dibujaban
hombre enorme las torresreple-
del
to de extraños
puerto de Corona. tatuajes. Era un antro de libertinaje en el que
Despuésmeretrices
numerosas de varias ofrecían
campañas su muchos soldadosdirían
cuerpo. Muchos volvieron
que
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
parecía Sodoma, aunque ese tipo de establecimientos eran
allas
a corso berberisco en que
la ría de Tetuán. Las naves capturadas
muymúltiples
comunes delicias
en los puertos, aquella
donde tierra ofrecía
la gente ibaade los holgados
putas con
habían
de bolsa, sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna
milanesesfusta y enemiga—y
en bellezas
la misma frecuencia que a comulgar en la iglesia.
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Desde luego no había sido una noche para contar a un hijo,
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
incluyendo además del abuso etílico una reyerta con unos ma-
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
rineros. Pero seguían vivos y estaban en Italia, que era cuna del
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
vicio, y donde el comportamiento disoluto era profesado por
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
tanta gente que cualquiera pasaba desapercibido y la culpabili-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
43
15
dadPoco más tarde,
del exceso tras la
no pesaba batalla
tanto como deenGelves contra
otra parte. el Turco,
Además la
que
vidaresultó penosa
del soldado, en jornada para sabes
la que nunca las armas
cuándocatólicas y donde
puede llegar tu
ahora
punto estuvo
y dejar de dejar
la piel en unla piel, regresó
combate, a España,
los empujaba dondeveces
muchas vivió
entre Sevilla
a quemar y Madrid.
la mecha por losY dos
cuando vio esfumados todos sus
extremos.
ahorros Martíndespedido
Se habían sentó plaza ya de
de nuevo en la escuadra
sus camaradas deamigos
y los dos galeras
de Nápoles por
caminaban paralasluchar contra calles,
empedradas la amenaza turca,
desiertas quehoras,
a esas había
crecido
camino tras
de launa seriedonde
posada de victorias obtenidas
se alojaban. por el temible
Las estrechas calle-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
juelas de la ciudad estaban pobremente iluminadas, apenas
con El poderoso
algún rey Felipe
farol que pendíaII,depaladín de la
un balcón causa católica
o zaguán. También por
encima de todo—incluso
se apreciaba por encimaque
el destello multicolor delproducían
Papa de Roma, que
las velas
empleaba más fondos
que se encendían en iglesias,
en las turbios negocios
detrás depara su beneficio
los acristalados
que en proporcionar
de colores apoyo a quienes
que representaban escenasdefendían
religiosas,la para
religión
quecon
se
uñas y dientes—,
iluminasen había heredado de su padre la titánica guerra
de noche.
contra el Turco,
Cruzaron así que juntoprincipal,
la plaza a la corona de Castilla
en cuyo y Aragón
centro estaba el
era la potencia
altillo másdel
del patíbulo grande del mundo,
que pendía embarcándose
la siniestra en una
soga de esparto
contienda
encargadaque de duraría
impartircasi doscientos
justicia. años,lainterrumpida
Rodearon sólo
magnífica cate-
por
dralcortas treguas,
de Corona, y cuyoinacabada,
todavía campo de batalla
revestidaprincipal eran las
de andamios,
aguas
grúas del Mediterráneo.
y cuerdas. Bajo la luz de la luna aquella estructura pre-
La casa
sentaba un de Habsburgo,
aspecto contando
siniestro, como elcon
desus
un vastas
enorme posesiones
esquele-
ytocon el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
amenazador.
último maravedí
Pasaban bajoen
la luchar a brazo
torre del partidocuando
campanario contra Martín
todos sus
se
enemigos, que no eran pocos, pues además de la
detuvo de pronto, apoyando el dedo índice sobre sus labios abierta
hostilidad
para que sudeamigo
mahometanos,
guardarafranceses,
silencio. venecianos, holandeses
y alemanes protestantes,
—Nos siguen —dijo enahora la mala relación entre la corte
voz bajísima.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
Afonso miró en torno, apoyando instintivamente la mano
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
en la empuñadura de la espada.
uno contra todos.
—¿Estás seguro?
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
44
velamen.
—CasiApartó seguro, la he
manta
oídomojada
algo. por el relente nocturno y se
puso—¿Quéen pie,carajose abotonó
es algo? la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua
—Joder, pasos… de una
He tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
oído pasos.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
—¿Un solo hombre? I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
—Eso una
la mejilla creo.delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finosTorcieron
que solía torcer un recodode lado queendesembocaba
una media sonrisa en unos soporta-
cuando algo
les, rápidamente Martín se metió en
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre la oscuridad, detrás de
unaMartín
mantenía columna, de laindicándole
fruncido, Vega le era
daba aprofundidad
su amigo
soldado del reyque adesusiguiese
mirada,
España, andan-
comocomolo
do. Al cabo volvió a escuchar pasos, alguien
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también se
el acercaba
pelo castañocon
cautela, yentonces
revuelto se lo echó lo hacia
vio, una silueta
atrás, negra que
despejando se recortaba
la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
en la luz de un
por unos débiles trazos. farol. Martín sacó lentamente la daga, evi-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
tando hacerpor ruido,crujía
y cuando sintió que aquely hombre estaba
haciaCaminó
el norte de la Italia y de entre
allí los marineros
a Flandes, donde soldados
Franciaque ya
había
lo suficientemente
abarrotaban la galeraencerca,
y se se abalanzó sobre él rápido como
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
un rayo. El supuesto espía exclamó algo en italiano y salió
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
corriendo
moyana, concalle abajo
la ofi
camisa con Martín a las calzas, haciendo reso-
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
nar sus
pecho, donde botas contra
brillaba los
unfría,adoquines.
escapulario Llegaron hasta una pe-
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
queña
el ancho plaza
bonete sumida
ladeado en haciéndole
la oscuridad salvo por
sombra en elcara
la tenue y fulgor
los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fide
los
una
en ellámpara
joscamaradas. horizonte, queencolgaba en un
las siluetas quebalcón
dibujabancercano, y no del
las torres se
veía nide
puerto unCorona.
alma. Martín pensó que había perdido el rastro
Después
cuando de pronto de varias
vio alcampañas
hombre meterse muchosdentro soldados de unvolvieron
portal
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
abierto. Corrió tras él, internándose en aquel lugar oscuro
allas
a corso berberisco en que
la ría de Tetuán. Las naves capturadas
comomúltiples
la boca del delicias
infierno, aquella
y subiótierra
unas ofrecía
escaleras a los
deholgados
madera
habían
de bolsa, sido más bien pocas—apenas
gastándoselo todo en festines alguna
milaneses fustayenemiga—y
en bellezas
que crujieron bajo sus pasos. Oía la respiración agitada del
el botín
napolitanas, escaso. metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
otro, que escapaba desesperado chocando contra todo. Al
que
llegarEran
Dios tiempos
al le ponía
piso de enaciagos para
su camino.
arriba, los
el espía españoles
Nadacorriópodía por enunel Mediterráneo.
reprochársele,
estrechopues pa-
Mientras
sillo y saltó atravesando una ventana, aterrizando contra los
la mayoría losde tercios
los de
soldadoslos Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídosel
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de
suelo empedrado de un patio interior en medio de un cha- Europa,
la que losen las aguas
españoles del
eran
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
45
15
Pocodemás
parrón tarde,rotos.
cristales tras laMartín
batallasede Gelves
asomó porcontra el Turco,
el destrozado
que resultó
ventanal penosa
y vio que eljornada
hombre para las armascon
se levantaba católicas y donde
dificultad, sin
aduda
punto estuvo de
aturdido pordejar la piel,
el golpe. Seregresó a España,
dejó caer donde
despacio, vivió
amorti-
entre
guandoSevilla y Madrid.
la caída y procurandoY cuando vio esfumados
no cortarse con algún todos sus
cristal.
ahorros Martín
El espía sentó huir
intentó plazadedenuevo
nuevoperoen laMartín
escuadra de galeras
lo alcanzó a
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que
los pocos pasos, asiéndolo por la capa. Trató de zafarse el otro había
crecido trasmanotazos,
con torpes una serie de victorias unos
forcejeando obtenidas por el
segundos temible
hasta que
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Martín le lanzó dos recias puñaladas. Una de ellas atravesó
El poderoso
las ropas, clavándoserey Felipe II, paladín
en carne y en lasde costillas.
la causa católica
El hombrepor
encima
gritó dede todo—incluso
dolor y cayó al suelo.por encima del Papa de Roma, que
empleaba
En esemásmomentofondoselen turbios llegó
portugués negocios para su beneficio
corriendo.
que en—¿Esproporcionar
el de la taberna?apoyo a quienes defendían la religión con
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
—Sí.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
era laMartín
potencia le había quitadodel
más grande la mundo,
capuchaembarcándose
y estaba arrodillado
en una
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpidamo-
junto a aquel hombre con la daga en la mano. Era joven, sólo
reno y con la nariz grande y afilada. lo registró
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las rápidamente y
encontró
aguas un cuchillo y algunas monedas. Pero ningún papel
del Mediterráneo.
u orden. Nada.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con—¿Hablas
el oro y la español? ¿Por qué
plata llegados de nos estabasgastaba
las Indias, siguiendo, hijo
hasta el
de puta?
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
Al otro que
enemigos, le costaba
no eran respirar,
pocos,tenía
puesla cara
ademáscrispada
de ladeabierta
dolor
y sangrabadecomo
hostilidad un cerdo. franceses,
mahometanos, Sus ropas venecianos,
estaban anegadas y al
holandeses
yabrir la boca
alemanes los dientes se
protestantes, le veían
ahora teñidos
la mala de rojo.
relación entre la corte
española y la Inglaterra
—Tenemos una hora isabelina
antes deamenazaba un nuevo frente,
que te desangres, así quey
claro, aunque
piénsatelo unera el aespañol
rato, lo mejorunquieres
imperiodecirme
enorme lo y temible, era
que quiero
uno
sabercontra todos. a un médico, o a un cura si tardas mucho.
y yo busco
Aquella
El soplido mañana
ronco de queseptiembre,
emitía aquel Martín
hombre se despertó con
al respirar de-el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
46
velamen.
lataba que Apartó
la daga la manta mojada por el
había agujereado el pulmón,
relente nocturno
en brevey se se
puso en pie,
llenaría se abotonó
de sangre la camisa
y le causaría y, haciendo cuenco con las
la muerte.
manos,—Ocogió agua de
me dices unao tinaja
algo te vasy de se lavó
esteelmundo
rostro, espabilándose.
sin confesión,
Las gotas resbalaron por
y seguro que alguien como tú necesita su cara sin afeitar,
confesarse.tenía
que bellas
Una pena,
I
facciones, aunquetan
con la salvación delcerca…
ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla
El espía unaresoplaba,
delgada cicatriz.con losTenía ojos una muynariz rectamirando
abiertos y labios
fianos
losque solía torcer
soldados. de ladoaquel
Por suerte en una tipomedia sonrisa cuando
no parecía un hombre algo
le divertía.
rudo ni muy Susufrido,
ceño, que más porbienmaníatenía o costumbre
aspecto de casi civilsiempre
manso
mantenía
como Martín fruncido,
de la Vega
un cordero. le daba
Sin eraduda profundidad
soldado del rey
se vendría a su mirada,
de España,
abajo y soltaría comocomo
todolo
si estuviese
había
antes sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
atento
de desfallecer. a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se
—¿Hayalistó muy–insistía
trato? joven como Martín. arcabucero en el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete, graciasvigilaba
El portugués a viejoslaconocidos
entrada aldepatio su familia,
y la calle y adya-
partió
hacia Caminó por la crujía entre los marineros y soldados que ya
cente,elexpectante
norte de Italia por siy de allí a Flandes,
aparecía una ronda. donde Francia
Explicar unhabía
ase-
abarrotaban
entrado la galera y se lizaacercó a proa,Pese dondelosebriosoencontraba
sinato anuevamente
esas horas y en siendo con España.
extranjeros sería aharto y a las
complica-
el capitán
veces díscolo don Ricardo Villalobos
que su impaciente,
corta edad lepateó apoyado
hacía ser, en
pronto la cureña de la
do, así que Afonso, varias vecesdestacó
al hombreante
moyana,
los con la ofi
camisa blanca que ya eranumerosasgris abiertaocasiones
hasta el
en ojos
donde de sus
tenía laciales
herida, al demostrar
haciéndoloentoser violentamente y
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
gruñir de dolor.
el ancho bonete ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
—Este
fijoscamaradas. perro va a en
en el horizonte, despertar
las siluetasa toda quela dibujaban
ciudad —dijo laspreocupa-
torres del
los
do Martín—,
puerto de Corona. hasta el duque en su palacio escuchará estas voces.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Entonces
La galera Afonso
españolaacercó su daga aItalia
la cabeza del espía, y cogién-
adinerados a Italia, Martínvolvíaentre a ellos, después
arrojándose de combatir
sin empacho
dole
al una berberisco
corso oreja con la en otralamano, dehizo ademán denaves cercenársela.
a las múltiples delicias quería aquella Tetuán.
tierra Lasofrecía a los capturadas
holgados
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y enpedazos
habían—¿Para
sido quién
más trabajas?
bien Habla
pocas—apenas o te vamos
alguna a hacer
fusta enemiga—y
bellezas
poco
el a
botín poco.
escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Un hilo
Eran
que Dios le de sangre
tiempos
ponía aciagos
en comenzó
para los
su camino. aespañoles
Nada brotar
podía delenlóbulo cuando
el Mediterráneo.
reprochársele, el
pues
portugués
Mientras
la mayoría losapretó
detercios más
los soldados la hoja
de los contra
Austrias
jóvenes se la carne.
habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por de los
aquella
Sollozaba campos
tierra
ya extranjera
el otro deen batalla
yelrica en
de Europa,
límite ladequesuslosenespañoles
las aguas
fuerzas, del
eran
y final-
Mare
dueños.
mente, Nostrum
Para
un nombre cada
ellos vezera
Italia
salió erasus
de más
como difícil
un generoso
labios contener
casi como a susurro.
paraíso
un la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
47
15
Poco más tarde,
—Lo..Lorenzo tras la batalla de Gelves contra el Turco,
Leone.
que El
resultó
hombrepenosa jornada para las armas católicas y donde
se desmayó.
a punto
Aúnestuvo de dejar
se miraban la piel, regresólos
desconcertados a España, donde
españoles, vivió
recupe-
entre
randoSevilla y Madrid.
el aliento Y cuando
tras la carrera, vio desde
cuando esfumados todos
la calle, sus
al otro
ahorros
lado de Martín
un muro sentó plaza de
de piedra quenuevo en laaquel
cerraba escuadra
patiode galeras
interior,
de Nápolespasos
se oyeron paray luchar
algarabía contra la amenaza
de gente turca, que
que se acercaba. había
El único
crecido tras una
acceso visible serie de
al lugar, victorias
aparte de lasobtenidas por el temible
puertas traseras de las
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
viviendas, era una verja de hierro en la mitad del muro, cuyo
El poderoso
dintel, que teníareyun Felipe
poco másII, paladín de lade
de la altura causa católica es-
un hombre, por
encima de todo—incluso
taba coronado por una cruzpordeencima
piedra.del
La Papa de de
claridad Roma, que
un farol
empleaba
que alguien más fondosllegó
portaba en turbios
hasta lanegocios para su benefi
puerta proyectando cio
una
que en proporcionar
luz amarilla entre susapoyo
rejas,a dejando
quienes defendían la religión
a la vista las siluetascon
de
uñas
cuatroy dientes—,
hombres. había heredado de su padre la titánica guerra
contra el Turco,
—¡Alto que junto
en nombre de la aautoridad!
la corona¡Daosde Castilla
presos!y Aragón
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
No hizo falta intercambiar palabra alguna, Martín corrió
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
hacia una pequeña lamparilla que colgaba de un balcón con
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
intención de apagarla. Afonso, a su vez, se cercioró de que el
aguas del Mediterráneo.
espía no iba a despertar nunca de su desmayo cortándole la
La casa
garganta dede Habsburgo,
oreja contando
a oreja, después con suslavastas
arrancó posesiones
capa del muerto
ycon
conunel fuerte
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
tirón, se la enredó en el brazo y desenvainó hastasuel
último
espada,maravedí
que brillóen luchar
pálida a brazo
bajo partido
la luz de contra todos sus
la luna.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
—¡Alto! —repitieron las voces mientras abrían la puerte-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
zuela de hierro.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
Afonso
española y lapegó la espalda
Inglaterra a la piedra
isabelina amenazabadel muro, contenien-
un nuevo frente, y
do la respiración, sintiendo la sangre latir acelerada
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, en sus
era
sienes. Un hombre
uno contra todos. con uniforme de guardia se asomó con
una partesana en una mano y en la otra, más adelantada,
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
48
Poco que
un farol más iluminó
tarde, tras la batalla
el patio de Gelves
tan sólo contra
por un el Turco,
pequeñísimo
que resultó penosa jornada para las armas católicas y donde
instante.
a punto estuvo
—Alto a la...de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
entreElSevilla y Madrid.
portugués le echóYlacuando vio esfumados
capa encima para matartodos
la luzsus
y
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra
le lanzó un mandoblazo que destrozó por igual el farol y la de galeras
de Nápoles
cabeza para luchar
del guardia. contracristales
Saltaron la amenaza
rotosturca, que había
y un chorro de
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
sangre que salpicó las piedras del muro. Entonces el patio el temible
corsario Dragut sobre las
quedó completamente armadas Afonso
a oscuras. cristianas.
empujó de una pa-
tadaElalpoderoso rey Felipe
desafortunado II, paladín
guardia contradesusla causa católicaque
compañeros por
encima de todo—incluso
venían detrás sin tener nipor
ideaencima del Papa
de lo que estaba deocurriendo.
Roma, que
empleaba más fondos
Los dos españoles en turbios
corrieron comonegocios
alma que para
llevasuelbenefi cio
diablo,
que en proporcionar
en silencio apoyo
para evitar que alos
quienes defendían
guardias la religión
descubrieran con
su pro-
uñas y dientes—,
cedencia, había heredado
orientándose de su padre
como podían, casi ala ciegas,
titánicaencar-
guerra
contra
amándoseel Turco,
al muroquey saltando
junto a la corona
hacia de lado,
el otro Castilla y Aragón
huyendo en
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
la oscuridad.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
50
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
II I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño,
El capitán de la queguardiapor manía
Lorenzo o costumbre
Leone se despertócasi siemprecon
manteníaMartínfruncido,
un sobresalto. de la Otra
Vega le era
vez daba
aquellaprofundidad
soldado maldita
del rey adesu
pesadilla. mirada,
España,Hacíacomocomo
vein-lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
te estuviese
años que atento
le a todo.
perseguía Se
el mojó
mismo también
fantasma. el pelo
Celos castaño
y rabia,
revuelto
unaSe y se
pelea lo echóenhacia
bañada atrás,
alcohol despejando
y acabó matando la frente surcada
alistó muy joven como arcabucero en ael su propio
tercio de
por unos débiles trazos.
hermano.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
el nortepor
haciaLorenzo de la
siempre crujía
Italia había
y deentre
sido
allí los lamarineros
oveja donde
a Flandes, negray soldados
de que
la familia,
Francia ya
había
abarrotaban
ganándose
entrado ellapan
nuevamente galeracomo
eny se
lizaacercó
matón ena proa,
con España. donde
los sucios
Pese losebrioso
encontraba
a canales de
y aVe-
las
el capitán
necia, don
mientras Ricardo
que el Villalobos
otro era apoyado
un triunfador,
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la cureña
comerciante de la
moyana,
de ojos
los con
éxitodey galán
sus la ofi
camisa
ciales blanca
mujeriego. Elque
amor
al demostrar ya por
eranumerosas
en gris
la abierta
misma hastalos
mujer
ocasiones el
pecho,
cualidades donde
enfrentaba, ybrillaba
como cuando
sangre un escapulario
ésta
fría, eligió
disciplinaa su deyhermano,
la Virgen
un valor que del Carmen,
Lorenzo
rozaba sela
el ancho
emborrachó bonete comoladeado
nunca haciéndole
antes y fue sombra
a
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
visitarlo. la cara y
Tuvieron los ojos
una
fiacalorada
losjoscamaradas.
en el horizonte,
discusiónen las siluetas
llegando a lasque manos,dibujaban las torres
y entonces del
lo apu-
puerto de Corona.
ñalóDespués
hasta matarlo. Desde aquel fatídico díasoldados
supo quevolvieron
sufriría
de varias campañas muchos
un infierno
La galera
adinerados aen vida,
española
Italia, y se volvía
Martín había
entrededicado
a Italia
ellos, a vagar de
después
arrojándose sinaquí
de para
combatir
empacho
aallá
al las alquilando
corso berberisco
múltiples su espada
deliciasen que
la ríaal mejor
de
aquella Tetuán.postor;
tierra Las víctima
ofrecíanaves deholgados
un pa-
capturadas
a los
sado
habían
de que
sido
bolsa, lo más
perseguiría
gastándoselo paraensiempre.
bien pocas—apenas
todo festinesalgunamilanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
Primero metiendo
sirvió en lamano armada en de todola Serenísima
lance y mujer bajohermosa
la ban-
deraDios
que rojale
Eran yponía
dorada
tiempos de
suSan
aciagos
en Marcos,
para
camino. los combatiendo
españoles
Nada en variaspues
en el Mediterráneo.
podía reprochársele, ba-
tallas
Mientras
la contra
mayoría los
los otomanos
losdetercios y llevándose
de los Austrias
soldados jóvenes se habían
hacían una cicatrizatraídos
loconvertido
mismo, que le
en los
cruzaba
dueños
por media
de
aquella los
tierra cara
campos como recuerdo.
de batalla
extranjera y ricaen laEntonces
de Europa, el
lasdestino
que losenespañoles aguaseran le
del
llevó aNostrum
Mare
dueños. conocer
Para ellos losItalia
cada países
vezera del
era estedifícil
más
como y ageneroso
un luchar
contenercon yacontra
paraíso sus
la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

1751
15
Pocohúngaros,
gentes: más tarde,croatas,
tras la batalla de transilvanos…
griegos, Gelves contra el Turco,
Pueblos
que resultó penosa
fronterizos, algunosjornada para lasque
casi bárbaros armas católicas
no eran y donde
ni turcos ni
acristianos.
punto estuvo
Luegode volvió
dejar laa Italia
piel, regresó a España,
y trabajó donde vivió
para innumerables
entre Sevilla
príncipes y Madrid.
y señores, como Y soldado
cuando ovio esfumados
asesino, todosban-
liderando sus
ahorros Martín sentó sin
das de mercenarios plaza de nuevo en
escrúpulos, la escuadra
brutales de galeras
y crueles, que
de Nápoles
vivían para luchar
del pillaje contra laAhora
y la matanza. amenaza turca, que
ya contaba había
cuarenta
crecido
y cuatrotras
añosuna serie deseis
y llevaba victorias obtenidas
al servicio por elLuguerio
del duque temible
corsario
Riolffini.Dragut
Se habíasobre las armadas
ganado cristianas.
su confianza y su aprecio, aunque
fuese
El éste un aprecio
poderoso egoísta
rey Felipe como solía
II, paladín de laser el de
causa la noble-
católica por
za con sus súbditos, utilizándolo siempre para
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que satisfacer sus
propósitos.
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar
Lorenzo vivía enapoyo a quienes
el palacio y teníadefendían
una vida lamásreligión
o menoscon
uñas y dientes—,
tranquila, o todohabía heredado
lo tranquila quedepueda
su padre titánica
ser la vida de unguerra
ca-
contra
pitán deel laTurco,
guardia.queSusjunto
díasadelaimpetuoso
corona deaventurero
Castilla y habían
Aragón
era la potencia
acabado, y su más
trabajogrande del mundo,
se limitaba embarcándose
a controlar en una
la seguridad,
contienda
extorsionar quealgún
duraría casi doscientos
mercader para queaños, interrumpida
el duque sacase mássólo
por cortas otreguas,
beneficio adiestrar y cuyo
a los campo
inútilesdemilicianos
batalla principal eran las
que guardaban
aguas del Mediterráneo.
las murallas. Tenía fama de hombre honesto, algo extraor-
dinario en una
La casa profesión como
de Habsburgo, contandola suya tan vastas
con sus relacionada con
posesiones
ylocon
contrario.
el oro yEn Corona
la plata todo eldemundo
llegados le conocía,
las Indias, gastabay hasta
duran- el
te estosmaravedí
último años de servicio
en luchar al duque
a brazoLuguerio
partido se habíatodos
contra labrado
sus
una buena que
enemigos, reputación.
no eranAlpocos,
ser unapues
ciudad pequeña
además de lalaguardia
abierta
ducal ejercía
hostilidad de policía, y Lorenzo
de mahometanos, de comisario.
franceses, venecianos,Era el duro
holandeses
ycapitán
alemanesLeone, la mano que
protestantes, impartía
ahora la mala justicia.
relación entre la corte
española y la Inglaterra
Se levantó isabelina
de la cama, amenazaba
desvelado, un nuevo
se enjugó frente,
el sudor quey
claro, aunque
perlaba era ely español
su frente un al
se acercó imperio
ventanalenorme y temible,
de sus era
aposentos,
uno contra
viendo todos.golpear el cristal y repicar en el patio. A su
la lluvia
lado,Aquella
sólo iluminado
mañana ade medias por la luz
septiembre, de la se
Martín luna, se recortaba
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
52
velamen.
frente a laApartó
ventana la el
manta
maniquímojadaque por el relente
sostenía su viejanocturno
armadura. y se
puso
Llenóenunpie, vaso se con
abotonó la camisa
aguardiente, lo y, haciendo
vacío de un cuenco
trago y con lo vol-las
manos, cogióMiraba
vió a llenar. agua delas unagotas
tinaja dey se
agualavódeslizarse
el rostro, porespabilándose.
la ventana
Las gotas el
mientras resbalaron
calor del licor por su le cara
inundaba sin afeitar, que tenía
el estómago. Solía bellas
be-
I
facciones, aunque en
ber, pero siempre dellaojo izquierdo
soledad de susbajabaaposentos.hastaLas la tabernas
mitad de
la
yamejilla una delgada
no le daban calor, y cicatriz.
tampocoTenía buscaba unacobijo
nariz en recta
los ymuslos
labios
ficalientes
nos que solía torcermujer
de alguna de lado en una
para media sonrisa
refugiarse en las nochescuandofrías. algo
le divertía.
Hacía tiempo Su ceño,
que loque por manía
asaltaban dudas. o costumbre
Lealtad, deber… casi siempre Eran
mantenía
palabras
Martín fruncido,
que deadquirían
la Vega le era
daba profundidad
unsoldado
nuevo del rey adesu
significado para mirada,
España, él, ocomo como
quizás lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
dejaban de atento
tenerlo. a Atodo.
veces Sese mojó
decía también
a sí mismoel pelo
que castaño
era cosa
revuelto
de la edad, y seque lo echó
todos hacia atrás, despejando
los fantasmas que tenía la frente surcada
en su interior
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
comenzaban trazos.
a salir, nublándole el seso y el sentido común. To-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
dos esos pensamientos leentre
venían amarineros
la mente mezclándose con
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y de allí los
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
horribles
abarrotaban recuerdos,
la galeraen causándole
y se un insoportable insomnio.
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
El don
mercenario Ricardo Villalobos
veneciano trató apoyado
de ocupar en sula cureña
atormentada antela
moyana,
mente
los ojoscon
decon la ofi
alguna
sus camisa
tarea.blanca
ciales alComenzó queaya
demostrar eranumerosas
armarse
en grisy abierta
vestirse hasta
para la
ocasiones el
pecho,
mañana
cualidadesdonde como brillaba
siguiente, queun
sangre escapulario
despuntaría
fría, disciplina endeyunla par
un Virgen
de que
valor del rozaba
horas. Carmen,
Tenía la
el
por ancho bonete
costumbre ladeado
ir a la haciéndole
capilla privada sombra
del
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
palacio laa cara
primera y los ojos
hora
fidel
losjoscamaradas.
en elcatólico
día, horizonte, en lasysiluetas
ferviente escrupuloso que dibujaban
con los horarioslas torres como del
puerto de Corona.
era, o como los caprichos del destino le habían hecho ser.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
Trasgalera
adinerados encender española
a Italia, volvía
entre a
una lamparilla
Martín Italia
ellos, después
dearrojándose
aceite quede combatir
iluminó
sin empacho la
al
a corso
habitación
las berberisco
múltiples condelicias en que
la ría
un siniestro de Tetuán.
juego
aquella de luces
tierra Las y naves
sombras,
ofrecía a loscapturadas
Loren-
holgados
habían
zo bolsa,
de cogiósido
de más
gastándoselo bien pocas—apenas
un armario unaen
todo camisa
festines alguna
negra defusta
milaneses buena yenemiga—y
entela, con
bellezas
el botínamplio,
cuello
napolitanas,escaso. y sobre mano
metiendo ella seen puso
todouna chaquetilla
lance y mujer del hermosamis-
mo Dios
que color.le
Eran Se
tiempos
poníacalzó las
aciagos
en botasparaylos
su camino. colgó de
españoles
Nada su cinturón
podía un parpues
en el Mediterráneo.
reprochársele, de
guantes,
Mientras
la mayoría finos y también
losdetercios
los de losnegros,
soldados Austrias
jóvenes que se gustaba
habían
hacían de llevar atraídos
loconvertido
mismo, incluso
en los
a
por veces
dueños en verano.
de los
aquella campos
tierra Mojando
de batalla
extranjera un peine
y ricaen consiguió
de Europa, domar
la que losenespañoles su
las aguaseran ca-
del
bello
dueños. leonado
Mare NostrumPara ellos y negro,
cada cada
vezera
Italia vez
eracomo adornado
más difícil
un generoso con
contener más canas.
a la ingente
paraíso bañadoPor
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
53
15
Poco
último semás tarde,detras
cercioró quelasus
batalla
armas deestaban
Gelves contra
a punto.el Usaba
Turco,
que
una resultó
espada penosa
schiavonajornada para las
veneciana, armas
ancha y decatólicas y donde
recio acero, algo
amás
punto estuvo
corta que de
lasdejar
espadas la piel, regresópor
utilizadas a España, donde vivió
los españoles, con
entre Sevillaguarnición
una amplia y Madrid.que Y cuando
protegíavio
todaesfumados todos sus
la mano. Completa-
ahorros Martínun
ba su arsenal sentó
puñal plaza depistola.
y una nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
Se miró para luchar
al espejo, contra la con
complacido amenaza
lo queturca, que ahabía
veía. Pese que
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
se le empezaban a notar los años su apariencia de mercenario el temible
corsario
veteranoDragut
vestidosobre las armadas
de negro cristianas.
aún imponía, como la de un viejo
El poderoso
mastín que todavía reypodía
Felipeenfrentarse
II, paladín adeloslalobos.
causa Lorenzo
católica es-
por
encima de todo—incluso
taba sumido en sus tareaspor encima
cuando unosdelgolpes
Papa en
de laRoma,
puertaquele
empleaba más fondos en
hicieron sobresaltarse. Al turbios negocios
abrirla uno de suspara su benefi
hombres cio
entró
que
en laenhabitación,
proporcionar apoyo
venía a quienes
sofocado defendían
y mojado por lalalluvia.
religión con
uñas—Capitán
y dientes—, habíadisculpad
Leone, heredadoque de suospadre la titánica
moleste a estas guerra
horas
contra el Turco,pero
intempestivas, queesjunto a la corona
un asunto de Castilla
que necesita y Aragón
de vuestra pre-
era la potencia
sencia. más grande
Han encontrado del mundo,
a Renato embarcándose en una
Coccia.
contienda
Lorenzo queseduraría casi doscientos
volvió hacia su guardiaaños,
con lainterrumpida
sorpresa pinta- sólo
por
da encortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
el semblante.
aguas del Mediterráneo.
—¿Dónde? Tendría que haber venido hace horas.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
—Está muerto...
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último—¿Cómo
maravedíque en muerto?
luchar a brazo partido contra todos sus
—Muerto
enemigos, quecomo Cristopocos,
no eran en Viernes
pues Santo,
además capitán.
de la abierta
hostilidad
Lorenzo de se
mahometanos, franceses,envenecianos,
quedó unos instantes holandeses
silencio, dejando que
yaquellas
alemanes protestantes, ahora la mala relación
palabras que habían caído como un jarro de agua entre la corte
española y la Inglaterra
fría le entrasen bien en isabelina
la cabeza;amenazaba
luego ordenóun al
nuevo frente,
guardia quey
claro, aunquefuera,
lo esperase era elseespañol
embozó uncon
imperio enorme
su capa negray temible,
y se dispu-era
uno
so acontra todos.
salir, maldiciendo en todos los idiomas a aquel estúpido
Renato. «Mantén
Aquella mañana lasde
distancias»,
septiembre, leMartín
había dicho, «sólo vigila
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
54
velamen.
con quiénApartó hablanlaesos manta mojadaypor
españoles el relente
a dónde van».nocturno
Ahora esta- y se
puso en pie,y no
ba muerto se había
abotonó la camisa
manera y, haciendo
de saber quién lo había cuencomatado,
con las
manos,
o lo más cogió agua de una
importante: quétinaja
habíay sesoltado
lavó el rostro, espabilándose.
ese infeliz antes de
Las
morir.gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
Salió del aunque
palacio delporojounaizquierdo
pequeñabajabapuertahasta lateral laescoltado
mitad de
la
por mejilla una delgada
dos hombres, todoscicatriz. Tenía una
iban envueltos nariz negras
en capas recta y ylabios
bien
fiarmados
nos que solíacon espadas y puñales debajo de las ropas, poralgo
torcer de lado en una media sonrisa cuando si
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre
las moscas. Caminaron bajo la lluvia atravesando la arboleda casi siempre
mantenía
que Martín
rodeaba fruncido,
delalacalzada
Vega le era
daba profundidad
e internándose
soldado del rey en ade
lassu mirada,
calles
España, lacomo
decomo ciu-lo
si estuviese
dad, buscando
había atento
sido su padre a
ocultarsetodo.
bajo los Se mojó
enestandartes también
las sombrasdel el
deemperadorpelo castaño
Carlos.y
la noche, aunque
revuelto
con Se aquel y se lo echóyhacia
aguacero atrás,
a esascomohorasdespejando
no había nilaen frente
un alma. surcada
alistó muy joven arcabucero el tercio de
por unos débiles trazos.
Recorrieron losasinuosos y oscurosde callejones de Corona,
Navarrete, gracias viejos conocidos su familia, y partió
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Franciaque
Caminó
acompañados por la crujía
solamente entre
por los
el marineros
viento que y soldados
ululaba entre ya
los
había
abarrotaban
estrechos
entrado la galerahasta
pasadizos
nuevamente y se
en lizaacercó
llegar aalaproa,
con España. parte donde a losebrioso
trasera
Pese deencontraba
la iglesia
y a las
el
de capitán
San don
Mateo, Ricardo
y cruzando Villalobos
una verjaapoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóen
de en
hierro la cureña
entraron de la
el
ante
moyana,
patio
los ojos con
interior.
de suslaAllí
camisa
ofi blanca
se encontraba
ciales queotro
al demostrar ya en
era grishombres
denumerosas
sus abiertaocasiones
hasta
con un el
pecho,
farol en
cualidades donde
la como brillaba
mano, unfría,
esperándolos
sangre escapulario
al lado
disciplina dey de
la Virgen
un dos
valor del rozaba
Carmen,
cadáveres
que quela
el ancho
yacían bonete
inmóviles, ladeado
dos haciéndole
bultos oscuros sombra
en
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
medio la cara
de un y los ojos
charco.
fiAl
losjosacercarse,
en el horizonte,
camaradas. Lorenzo endescubrió
las siluetas elque dibujaban
estropicio, las torres del
santiguándose.
puerto
Distinguióde Corona. el jubón de la guardia urbana que llevaba
Despuésrápido de varias campañas muchos soldados volvieron
uno Lade galera
ellos,
adinerados a Italia, española
aunque Martínal volvía
entre a
tratar deItalia despuésno
identificarlo
ellos, arrojándose de combatir
sinpudo.
empacho Un
al
atajocorso
las le berberisco
abría
múltiples cara en
la delicias la ría
desde
que de Tetuán.
detrás
aquella detierra Las
la oreja anaves
ofrecía la narizcapturadas
a los y estaba
holgados
habían
bastante
de bolsa,sido más bien Cuando
deformado.
gastándoselo pocas—apenas festinesalguna
todo en requirió a susfusta
milaneses yenemiga—y
hombres que le
en bellezas
el botín escaso.
iluminasen
napolitanas, mejor
metiendo la escena,
mano uno de ellos
en todo lancele dijo el nombre.
y mujer hermosa
Eran
—Es le
que Dios tiempos
Strozzi,
ponía en aciagos
capitán… para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría losdetercios
—Strozzi… los de losLorenzo
soldados
—repitió Austrias
jóvenesense habían
hacían
un loconvertido
mismo,
susurro, en los
conatraídos
indife-
dueños
por de los
aquella
rencia, campos
tierra
absorto de batalla
enextranjera
su trabajo.y ricaen
de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran
del
Mare Nostrum
dueños. Para elloscada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
55
15
Poco
Apenasmás tarde,entras
reparó la batalla
el infeliz de Gelves
guardia contra elhacia
y fue directo Turco,
el
que
otroresultó
cuerpo,penosa
que erajornada para las armas
el que realmente católicas un
le interesaba, y donde
mili-
aciano
punto estuvo
más o unodemenos
dejar la le piel, regresó a España,
era indiferente, donde
se tratase vivió
de Stro-
entre Sevilla
zzi, del padre yqueMadrid. Y cuando
lo engendró o del vio esfumados
Espíritu Santo. todos sus
ahorros Martín
Lorenzo sentó plaza
se acercó de nuevo
a observar, en lacon
apartó escuadra
el pie ade
ungaleras
perro
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
callejero que lamía la sangre del suelo, diluida por la recienteque había
crecido
lluvia, ytras una
con la serie
vaina de de victorias
su espada obtenidas
levantó por de
las ropas el Renato.
temible
corsario Dragut
Se inclinó sobre
sobre él las armadas
y estudió cristianas.
las heridas: tenía al menos un buen
El poderoso
agujero rey Felipe
en el cuerpo II, paladín
y la garganta de lacomo
abierta, causauna católica por
siniestra
encima de todo—incluso
zanja negra por segunda
que parecía una encima del Papa
boca. de Roma,
El cadáver que
estaba
empleaba más fondos
frío y la sangre cuajadaen turbios
debajo del negocios para suque
cuerpo revelaba benefi cio
lleva-
que
ba unen par
proporcionar apoyo aTambién
de horas muerto. quienes defendían
había signos la religión con
de forcejeo
uñas
porquey dientes—, había heredado
su capa estaba desgarrada.de Tras
su padre la titánica
ver todo aquelloguerra
Lo-
contra el Turco,
renzo dedujo queque juntomás
el orden a laprobable
corona había
de Castilla
sido elyforcejeo
Aragón
era la potencia
seguido más grandey del
de las puñaladas, por mundo, embarcándose
último, el en una
corte en la garganta
contienda que El
para rematar. duraría
lapso casi doscientos
de tiempo entreaños, interrumpida
las cuchilladas y el sólo
de-
por cortas
güello treguas,
era lo que le ypreocupaba,
cuyo campopodían
de batalla principal
haberlo eran las
interrogado y
aguas del Mediterráneo.
un hombre en esas circunstancias ya no es dueño de sí.
La casa de
Intentó Habsburgo,
recordar contando
si Renato tenía con susenemigo
algún vastas posesiones
en parti-
ycular
con el oro
que y la plata
quisiese llegados
verle muertodepero
las Indias,
no se legastaba
ocurrióhasta
nadie.el
último
Podríanmaravedí
haber sidoen los
luchar a brazoal partido
españoles contradetodos
darse cuenta sus
que los
enemigos, que notambién
espiaba, aunque eran pocos, pues además
un salteador de la ciudad
cualquiera, abierta
hostilidad de mahometanos,
estaba repleta de ellos por lafranceses, venecianos,
noche. Entonces holandeses
Lorenzo se fijó
yen
alemanes protestantes,
los cristales ahoray la
de alrededor el mala relación
ventanal roto entre
de una la casa.
corte
española y la Inglaterra
Renato tenía isabelina
varios cortes amenazaba
y golpes un nuevo
que podían frente,
significar quey
claro, aunquedesde
fue arrojado era ellaespañol
ventana,unrompiendo
imperio enorme y temible,
el cristal y cayendoera
uno
luegocontra todos.
al vacío. Pero no tenía sentido que Renato estuviese a
propósito
Aquellaenmañana
aquel lugar, seguramente
de septiembre, Martínunasehuida
despertódesespe-
con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
56
velamen.
rada lo llevó Apartó allí.laQuizás
mantaalguien
mojadalopor el relente
había conducido nocturno y se
a la casa
puso
medianteen pie, unse abotonó
señuelo o enla contra
camisade y, su
haciendo
voluntad. cuenco con las
manos, cogió agua
—¿Cómo de una
sucedió? tinaja y se lavó
—preguntó el rostro,
Lorenzo a sus espabilándose.
hombres.
Las Los gotasguardias
resbalaron por su cara
se agitaron nerviosos, sin afeitar,
con miedotenía
que bellas
a respon-
I
facciones,
der, hastaaunque que unodel de ojo
ellos,izquierdo
fulminado bajaba
por lahasta la mitadmi-
penetrante de
la
rada mejilla
de suuna delgada
capitán, cicatriz.
contestó Tenía una
midiendo sus nariz recta y labios
palabras.
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—Estábamos haciendo la ronda, cuando al subir por la
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
cuesta de la iglesia oímos ruido de golpes y cristales rotos.
mantenía fruncido, le daba profundidad adesu mirada, como
Era Martín de la Vega
noche cerrada y elera soldado
cabo Strozzidelse reyacercó España,
con un como lo
farol,
si
habíaestuviese
sidoasu atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
Carlos.y
gritando lospadre bajo los estandartes
alborotadores que se diesen del emperador
presos. Entonces
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
abrimosSe alistó
la puerta muyy… joven
alguien como nos arcabucero
atacó matando en aelStrozzi.
tercio La de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
luz cayó al suelogracias a viejos
y todo se sumióconocidos de su familia,
en la penumbra. Cuandoy partió
nos
hacia Caminó
dimoselcuenta por
norte de la crujía
losItalia entre
y de habían
asesinos los marineros
allí a Flandes,
escapado… y soldados
donde Francia había que ya
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
conasaltantes?
España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
—¿Qué aspecto tenían los
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana, —No lo
con sé, señor
la ofi
camisa capitán… No pudimos verlos. El muro
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
impedía
pecho, donde la visión,
brillabay cuando
unfría, el patio
escapulario se quedo a oscuras des-
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
aparecieron
el ancho bonete en ladeado
unos segundos.
haciéndole El sombra
único que en pudo
la cara verles
y los fue
ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fieljos
los
pobre
en elStrozzi…
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—Así que unos hombres destrozaron la cabeza de vuestro
puerto de Corona.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
caboLay les dejasteis
galera escapar... a Italia después de combatir
española
adinerados a Italia, Martínvolvía
entre ellos, arrojándose sin empacho
al Los
corso guardias
berberisco se miraron
en
a las múltiples delicias que aquellala ría entre
de sí, inseguros.
Tetuán.
tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
habían
de bolsa, sido
—Bueno… más
gastándoselo bien pocas—apenas
Estaba todotodo muy alguna
oscuro,milaneses
en festines fusta
se largaron enemiga—y
muy
y en rápi-
bellezas
el botín escaso.
do… Seguro metiendo
napolitanas, que eran profesionales.
mano en todo lance y mujer hermosa
que DiosEran tiempos
le
—Seguro… poníaNo aciagos
en para
su camino.
como los
vosotros. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
Lorenzolosdetercios
dio de los
losvarias
soldados Austrias
vueltasjóvenes se habían
hacían
observándolo loconvertido
mismo,
todo en los
conatraídos
detalle
dueños
por desus
aquella
mientras los campos
tierra de
extranjera
hombres batalla
seguíany rica en
de Europa,
la que los
cabizbajos. De enespañoles
las aguas
repente del
eran
pare-
Mare
dueños. Nostrum
Para ellos
ció percatarse cada
de vezera
Italia
algo. eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
57
15
Poco más vive
—¿Quién tarde,
en tras la batalla de Gelves contra el Turco,
la casa?
que —Un
resultóconductor
penosa jornada para las capitán.
de diligencias, armas católicas
No estabay donde
aquí
acuando
punto estuvo de dejar
ocurrió el incidente. la piel, regresó a España, donde vivió
entre—¿Cómo
Sevilla lo y Madrid.
sabéis? Y cuando vio esfumados todos sus
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
—Nos lo ha dicho él, capitán.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
—¿Está
crecido tras dentro?
una serie de victorias obtenidas por el temible
—Sí, está
corsario Dragut arriba.
sobre las armadas cristianas.
—¿Por
El qué no
poderoso reyme lo habéis
Felipe dichode
II, paladín antes? —preguntó
la causa católica so-
por
bresaltado.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba
—No lomás sé…fondos en turbios
No lo creí negocios para su beneficio
relevante.
que en
—Noproporcionar
lo creíste… apoyo a quienes
–Lorenzo hizodefendían
chasquear la religión
su lenguacon
uñas y dientes—,
mientras negabahabía con laheredado
cabeza–.de su padre la titánica guerra
Imbécil.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
Calló el guardia, mirando fijamente las baldosas entre sus
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
pies como esperando a que la tierra se abriese para poder es-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
capar de la humillación.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
—¿Algo más que deba saber y hayáis omitido por consi-
aguas del Mediterráneo.
derarlo de poca relevancia?
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
—Creo que no, capitán.
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
—¿Crees
último maravedí que en
no?luchar a brazo partido contra todos sus
—Estoyque
enemigos, seguro
no de
eranquepocos,
no, capitán.
pues además de la abierta
hostilidad
—Eso de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
espero…
y alemanes
Lorenzoprotestantes, ahora la las
ignoró por completo mala relación
pobres entreque
excusas la corte
bal-
española
buceaba el guardia como un perro lastimero. Buscó más pistasy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
durante un buen era el español
rato pero no un encontró
imperio enorme
nada que y temible,
aclaraseera
la
uno contra todos.
identidad de los asesinos. En el suelo no había ningún arma,
Aquella
ni ropa, mañana
ni nada de septiembre,
que pudiese Martín
habérseles seadespertó
caído con el
los asaltantes.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
58
velamen. Apartó la manta
Aunque sospechaba de losmojada
españoles,por el relente
Corona nocturno
era una ciudad y se
puso
repleta en depie,asesinos,
se abotonó la camisa y,
identificarlos haciendo
sería cuenco conuna
como encontrar las
manos,
aguja en cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
un pajar.
Las —Quiero
gotas resbalaronque arrojéispor su loscara sin afeitar,
dosI cuerpos al marque atados
tenía bellas
a un
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
peso, y que ninguno de vosotros comente ni una palabra a na- hasta la mitad de
la
diemejilla
sobre una delgadaesta
lo ocurrido cicatriz.
noche. Tenía
Si me una narizde
entero recta
queyhabéis
labios
fiabierto
nos quelasolíabocatorcer
haré de quelado en una media
os pudráis sonrisa cuando
para siempre en la cárcelalgo
le
deldivertía.
castilloSu ceño, que
—Después depor manía ouno
repasarlos costumbre
a uno con casila siempre
mirada
mantenía
señalóMartín fruncido,
la ventana
de la Vega le daba
rota—... profundidad
Ahora dejadme
era soldado del rey dea su
hablar mirada,
España, a solas
comocomo
conlo
si estuviese
sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
ese cochero.
había atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó
Susalistó
hombres hacia atrás, despejando la frente surcada
Se muyse joven
pusieron como en faena sin perder
arcabucero en el tiempo,
tercio es-de
por unos débiles
poleados por la trazos. que su capitán sabía hacer respetar
autoridad
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
el nortepor
divinamente. de la crujía
Envolvieron
Italia y deentre
los los marineros
allícadáveres
a Flandes, en y soldados
unas
donde mantasque
Francia ya
y los
había
abarrotaban
subieron
entrado a un la galera
nuevamente carromatoy se
en lizaacercó
de
conmaderaa proa,
España. donde
para
Pese a losebrioso
encontraba
transportarlos al
y a las
el capitán
muelle.
veces díscolo don que Ricardo
su cortaVillalobos
edad le hacía apoyado en la cureña
ser, pronto destacóde antela
moyana,
los ojos con
de
Lorenzo sus la ofi
se camisa losblanca
ciales
quitó al que
demostrar
guantes ya en
e hizo era grissus
numerosas
crujir abierta hasta
ocasiones
nudillos len-el
pecho,
cualidades
tamente, donde como
uno brillaba
sangre
a uno. unfría,
escapulario
Atravesó disciplina
el oscuro deyzaguán
la Virgen
un valor del rozaba
que
y subió Carmen,
por lasla
el ancho
temeridad, bonete
escaleras hacia ladeado
labrándose
la casacon haciéndole
del su sombra
acero unadebuena
conductor en la cara y los
reputación entre
diligencias. ojos
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
Le angustiaba el hecho de que sus trabajos sucios salie-
puerto de Corona.
sen Después de varias
a la luz. Aquel campañas
espionaje muchos
no había sido soldados
precisamente volvieron
una
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos,
orden directa del duque. Renato se dedicaba a algo mucho después
arrojándose de
sin combatir
empacho
al
amás corso
las berberisco
múltiples
oscuro y delicias
ocultoenen la lo
que ría de Tetuán.
aquella
que tierra Las
Lorenzo naves
ofrecía
trabajaba a loscapturadas
holgados
desde al-
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna
gún tiempo atrás. Se estaba asomando a la boca del lobo y el fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
el botínde
napolitanas,
riesgo escaso.
sermetiendo
devorado mano aumentaba en todo conlance y mujer
la muerte hermosa
del estúpido
que
espía.Eran
Dios tiempos
le
Renato ponía aciagos
en
había su para
camino.
sido siemprelos españoles
Nadaunpodía
simple enganapanes,
el Mediterráneo.
reprochársele, pues
des-
Mientras
la
demayoría
que era losde tercios dey Lorenzo
los soldados
pequeño, los Austrias
jóvenes se habían
hacían
lo contrataba loconvertido
amismo,
veces para enpe-
los
atraídos
dueños
por
queños de
aquella los campos
tierra
trabajos de batalla
extranjera
sin mucha ricaende Europa,
yresponsabilidad
la que los enenespañoles
las que
los aguasno del
eran
se
Mare
dueños. Nostrum
Para cada
ellos vez
Italia era
era más
como difícil
un contener
generoso
necesitaba ser un lumbrera. Contratarlo para espiar a aque- a
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
59
15
llos Poco más tarde,
españoles habíatras
sidolaunbatalla
gran de Gelves
error contra lo
y Lorenzo el Turco,
sabía.
que
Por resultó penosa
desgracia, jornada
pensaba, paraselas
nunca es armas
demasiadocatólicas
mayor y donde
para
acometer
punto estuvo de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
errores.
entreTenía
Sevilla
quey averiguar
Madrid. Ycuanto
cuando vio quién
antes esfumadosera eltodos sus
asesino,
ahorros Martín
quién estaba sentóyplaza
detrás lo quedesabía
nuevo deenloslatrabajos
escuadradedeRenato.
galeras
de
Lo Nápoles paraleluchar
peor era que quedabacontra
pocola amenaza
tiempo, turca,
si todo que
salía comohabía
el
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
duque tenía previsto Lorenzo debería dejar Corona unos días el temible
corsario
para unaDragut
misión,sobre lascomplicaba
lo que armadas cristianas.
las cosas todavía más.
El poderoso
Después rey Felipe
de golpear II, paladín
la puerta un pardedelaveces,
causaésta
católica por
se abrió
encima
con un de todo—incluso
siniestro chirrido.por encima
Lorenzo del en
entró Papa de Roma,
la casa que
mientras
empleaba más fondos
el suelo crujía bajo susenbotas.
turbios negocios
Pudo para suenbenefi
ver el miedo cio
la cara
que en proporcionar
del cochero nada más apoyo a quienes
atravesar defendían
el umbral. la religión
Aun así con
el conduc-
uñas
tor sey mostró
dientes—, había heredado
educado, pidiéndole de amablemente
su padre la titánica guerra
que tomase
contra
asientoelenTurco,
el salónque
de junto a la corona
su humilde viviendadey Castilla y Aragón
ofreciéndole algo
era la potencia
de beber. másrechazó
Lorenzo grande la deloferta
mundo,conembarcándose
un gesto de suen una
mano
contienda que duraríaelcasi
y siguió observando doscientos años, interrumpida sólo
lugar.
por cortas
Era unatreguas, y cuyo campo
casa pequeña aunque debien
batalla principal
ubicada cercaeran
de las
la
aguas del Mediterráneo.
catedral. Tenía dos habitaciones separadas por un arco sin
La casa
puerta y un de
parHabsburgo,
de ventanas.contando con sus
Los muebles novastas posesiones
pasaban de una
ymesa
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
de madera, dos sillas, una cama con un colchón cubier- hasta el
último maravedí
to de mantas y unen luchar
fogón a que
en el brazo partido
hacer contraEltodos
la comida. sus
sitio es-
enemigos, que no yeran
taba mal ventilado olía apocos,
rancio,pues
a vidaademás
estrechadey alamenudo
abierta
hostilidad de mahometanos,
difícil, a pobreza digna. franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes,
El cochero esperaba ahora la mala
nervioso, relación
sentado entre
en una delalas
corte
si-
española
llas. Todavía vestía el uniforme verde de conductor y lucía uny
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
espesoaunque
bigote era
queelocupaba
españolbuena
un imperio
parte enorme y temible, era
de sus mejillas.
uno contra todos.
—¿Cómo os llamáis? —preguntó Lorenzo.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
60
velamen. Apartó Giovanni
—Giovanni, la manta Rossato…
mojada por el relente nocturno y se
puso—Deen pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
acuerdo.
manos, cogió agua de
El veneciano se una
quitó tinaja y se lavódel
la pistola el rostro,
cinturón espabilándose.
simulando
Las
que le molestaba y la posó sobreIla mesa, provocando unbellas
gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía res-
facciones, aunque del
pingo de terror en el cochero. ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—¿Me conocéis?
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—Sí, señor.
le divertía. Su ceño,Sois queel capitán
por maníaLorenzo Leone. casi siempre
o costumbre
—Bienfruncido,
mantenía
Martín —contestó
de la Vega leéste
daba
era tomando asiento
profundidad
soldado del ensu
rey ade una de las
mirada,
España, sillas.
comocomo lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
Las atento
palabras a
salíantodo.de Se
su mojó
boca también
con el
deliberada pelo castaño
lentitud, en
revuelto
consonanciay se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó con muysusjovengestos, también
como calmados
arcabucero en yelmetódicos,
tercio de
por unosde
propios débiles
alguien trazos.
Navarrete, gracias aacostumbrado
viejos conocidos por su de oficio a mantener
su familia, y partióla
sangre
hacia el fría.
Caminó
nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
abarrotaban
—Y nuevamente
entrado la galera
decidme: ¿esen y se
lizaacercó
cierto a proa,
queEspaña.
con sois donde
conductor
Pese sebrioso
a lode encontraba
la estación
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
decapitán don
diligencias? Ricardo Villalobos apoyado en la cureña antela
moyana,
los ojos
—Asíde consus
es. la ofi
camisa
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina de la Virgen del rozaba
Carmen,
—¿Dónde estabais cuando ocurrió yelun valor que
incidente en vuestra la
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra
labrándose con su acero una buena reputación entreen la cara y los ojos
casa?
fijos en el
los camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—Volvía de la posta de Piombino con varios pasajeros.
puerto de Corona.
Después
Cuando llegué delavarias
ventana campañas
ya estabamuchos soldados
rota y varios guardiasvolvieron
ins-
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
peccionaban el patio. Ignoro por completo quién pudo matar
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
a esos hombres.
habían
de bolsa, sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo alguna fusta enemiga—y
No había mentira en lasen festinesdel
palabras milaneses
cochero.yAguantaba
en bellezas
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo que lancepodía.
y mujer hermosa
el interrogatorio con toda la dignidad Lorenzo era
que Eranle
Dios tiempos
ponía aciagos
en su para los
camino. españoles
Nada podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
conocido en Corona por todo el mundo y no era de extrañar
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
loshombre
soldados jóvenesse habían
hacían lo convertido en los
que aquel pobre estuviera muerto demismo,
miedo, atraídos
aun sin
dueños
por de los
aquella campos de batalla
tierra y ricaen Europa, enespañoles
las aguaseran del
haber hecho nadaextranjera
malo, pensando de la que
cuál iba alosser su suerte.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
61
15
Poco más tarde,
—¿Podéis demostrartras la
esobatalla de Gelves
que decís? contra el
—preguntó el Turco,
vene-
que resultó
ciano—. penosa
Sería de granjornada
ayuda.para las armas católicas y donde
a punto
—Por estuvo de dejar
supuesto, señorla capitán.
piel, regresó a España, donde vivió
entreElSevilla
cocheroy buscó
Madrid. Y cuando
nervioso entre vio esfumados
varios papelajostodos sus
que ocu-
ahorros
paban laMartín sentó aplaza
mesa junto un parde de
nuevo en la
libros, escuadra
hasta de galeras
encontrar unos
de Nápoles para luchar
que extendió hacia Lorenzo. contra la amenaza turca, que había
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
Parecían recién escritos, de aquel mismo día. Era un recibo
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
firmado por el jefe de estación que avalaba la fecha y el cobro
El poderoso
del viaje al llegarrey Felipe II,
a Corona. paladín
Todo deestar
parecía la causa católica por
en orden.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
—Así que vos no presenciasteis nada de lo sucedido ni
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
visteis a los asaltantes.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—No, señor. había heredado de su padre la titánica guerra
y dientes—,
contraLorenzo se acercó
el Turco, un poco
que junto a laalcorona
cochero, deque se pegó
Castilla al res-
y Aragón
paldo
era de la sillamás
la potencia recelando
grandede delsus intenciones.
mundo, embarcándose en una
contienda
—¿Estáisqueseguro?
duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
por cortas
—S-s-í,treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
señor capitán...
aguas del Mediterráneo.
«A veces el ser humano es un ser despreciable»... Pensó
La
Lorenzo casa de Habsburgo,
mientras contando
le sobrevenían conde
ganas susmaltratar
vastas posesiones
al coch-
yero.
conNoel oro y la plata llegados de las Indias,
porque se lo mereciera, sino por la seguridad gastaba hasta
de lael
último
impunidadmaravedí
con laenque luchar a brazo
lo habría partido
hecho. contra
¿Por qué los todos
hombres sus
enemigos, que no eran
se sentían atraídos por elpocos,
abuso?pues ademáscon
Cualquiera deunlamínimo
abierta
hostilidad
de autoridad de mahometanos, franceses,que
disfrutaba demostrando venecianos,
estaba porholandeses
encima.
yAsí
alemanes
era típico ver carceleros sádicos, alguaciles crueleslaycorte
protestantes, ahora la mala relación entre no-
española
bles sanguinarios en cada rincón de Europa. Viles bastardosy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque era
que apaleaban el español
o hacían un imperio
apalear enorme
a un mendigo pory temible,
cruzárselesera
uno
en sucontra
camino,todos.
se holgaban de azotar a sus criados o de acuch-
illarAquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
a un borracho.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
62
Poco más tarde,
Por suerte para eltras la batalla
cochero, de Gelves
Lorenzo Leonecontra
no eraeldeTurco,
esos
que resultóHabía
hombres. penosa jornada
tomado para
parte enlas armas católicas
numerosos y donde
interrogatorios
aviolentos,
punto estuvo
perodesólodejar la piel,seregresó
cuando tratabaa de
España,
matonesdondesinvivió
es-
entre Sevilla
crúpulos, y Madrid.
miembros Y cuando
de bandas vio esfumados
o mentirosos todos sus
reconocidos.El
ahorros
conductorMartín sentó plazahabía
de diligencias de nuevo en la escuadradescartado
sido rápidamente de galeras
de
de Nápoles
cualquiera para luchar
de esos contraLorenzo
grupos. la amenaza turca,
se había queenhabía
fijado sus
crecido
gestos, tras
en launa seriefranca
mirada de victorias
de esosobtenidas por el temible
ojos empañados por el
corsario Dragutcontestaba
temor cuando sobre las armadas cristianas.
a sus preguntas, en la serenidad de
un hombre inocente
El poderoso que espera,
rey Felipe al menos
II, paladín de lapor justicia
causa divina,
católica por
salir airoso del mal rato. También había estudiado
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que su hogar,
una casa humilde
empleaba más fondosde hombre honrado.
en turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar
—¿Vive apoyo
alguien más a quienes defendían la religión con
aquí?
uñas—No,
y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
señor capitán.
contra el Turco,
—¿No que junto a la corona de Castilla y Aragón
tenéis esposa?
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—Murió de fiebre hace años... —Parecía que iba a añadir
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
algo más pero se quedó callado.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas—Así que sois viudo.
del Mediterráneo.
—Por
La desgracia
casa sí, señor
de Habsburgo, capitán.con sus vastas posesiones
contando
y con—¿Hijos?
el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí
—Una niña, esennovicia
lucharena Santa
brazo Catalina.
partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
—Entiendo.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
Lorenzo se levantó, provocando otro respingo en el cochero.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—Sois en efecto un buen hombre, no tenéis nada que te-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
mer de mí —dijo, serio pero tranquilizador.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno Había
contra mantenido
todos. ese tono durante toda la conversación,
y sabía que realmente eso era lo que más temor y respeto
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
64
velamen.
producía:Apartóel parecerla manta
siempremojada por elmeticuloso,
sereno, relente nocturno y se
sin prisa
puso
alguna. en pie,
Dio se unasabotonó
vueltas la por
camisa y, haciendo
el cuartucho cuenco con
mientras las
recor-
manos, cogió agua
ría lentamente demuebles
los una tinaja y selalavó
con el rostro,
vista. Nada espabilándose.
raro, volvió a
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
advertir.
I
facciones,
—¿Poraunque
qué estaba del ojo izquierdo
abierta la puerta bajaba hasta la mitad de
de abajo?
la mejilla
—Bueno… una delgada
El cerrojo cicatriz.
está Tenía
roto desdeuna narizhacerecta meses… y labios
He
fipensado
nos que solía torcer de lado en una
en cambiarlo varias veces pero ya sabe… media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
Callaba avergonzado el cochero, sin hablar más de la cuen-
mantenía
Martín fruncido,
de lapobres
Vega le era
daba profundidad
soldado delque adesu
rey agradó mirada,
España, comocomolo
ta ni inventarse excusas, cosa a Lorenzo.
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
—Entiendo…
revuelto y se lo echó ¿Tenéis
haciadinero para repararlaelfrente
atrás, despejando ventanal?surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
—Podría conseguirlo,
por unos débiles trazos. señor —afirmó.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
—Hagamos
haciaCaminó
el nortepor deunla pacto
crujía
Italia y de entre
entre acaballeros.
allí los marineros
Flandes, ¿Os
donde acomoda?
y soldados
Franciaque ya
había
abarrotaban
entradoEl cochero la galera
nuevamente asintió yalgo
en se
lizaacercó a proa,Pese
desconcertado.
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
veces—El díscolodon Ricardo
que de
capitán su la
corta Villalobos
edad le
guardia, apoyado
o hacía
sea, yo, ser, en
sepronto la
encarga cureña
destacó de la
ante
del gasto.
moyana,
los ojos de
Tomároslo con susla ofi
como camisa
ciales blanca
un regalo quevuestra
al demostrar
por ya en
eranumerosas
gris abiertaocasiones
colaboración, hasta
y vosel
pecho,
cualidades
olvidáis dondecomo brillaba
completamentesangre unfría,
escapulario
la disciplina
visita de estadey un
la Virgen
valorasí
noche, del
que Carmen,
rozaba
como todola
el ancho
temeridad, bonete
lo sucedidolabrándose ladeado
hoy. Por lo haciéndole
conquesuaacero sombra
una buenaaquí
vos respecta, en la cara
reputación y los
nunca hubo ojos
entre
fi
losjos en el
un camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban
asesinato, ni una ventana rota, ni una ronda de guardias las torres del
puerto de Corona.ese patio. ¿Qué os parece?
inspeccionando
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
—Bien,aseñor... española
Bien volvía
Italia, Martín entre a
—repitió Italia
ellos, despuésdede
arrojándose
el conductor sin combatir
empacho
diligencias
al
aen corso
las
un berberisco
múltiples
susurro. deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían
de bolsa, sido más
gastándoselobien pocas—apenas alguna fusta enemiga—y
Entonces Lorenzotodo guardó en festines
su pistola milaneses
de nuevo, y ensujetán-
bellezas
el botín
napolitanas,escaso.metiendoSacó mano en monedas
todo lance
dola con el cinturón. unas deysumujerbolsahermosa
que su-
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada podía
peraban con holgura el precio de la ventana y las dejó lenta- en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
mente losdetercios
sobre lalos de una
los Austrias
soldados
mesa, una.se
jóvenes
por Elhabían
hacían loconvertido
cochero mismo,
las miró en los
atraídos
pero
dueños
por
no se de los
aquella
movió campos
tierra
para de batalla
extranjera
cogerlas. y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
65
15
Poco más tarde,
—De acuerdo, tras Rossato,
micer la batallaundepacto
Gelves
es contra el Turco,
un pacto, no lo
que resultó penosa jornada para las armas católicas y donde
olvidéis.
a punto estuvo
Cuando el de dejar Leone
capitán la piel, abandonó
regresó a España, dondeelvivió
el domicilio co-
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
chero no pudo contener un llanto de alivio. Temblaba por todos sus
ahorros Martín
la tensión, sentó plaza
pensando en lasdeignominiosas
nuevo en la escuadra
torturas de galeras
a las que
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
eran sometidos los espías o enemigos de la familia Riolffini. que había
crecido tras en
Cualquiera unasu serie de victorias
situación, teniendoobtenidas
al capitánpor el guardia
de la temible
corsario
sentadoDragut sobre
en el salón delas
suarmadas cristianas.
casa haciendo preguntas, también
El poderoso
hubiese pensadorey Felipe II, paladín de la causa católica por
lo peor.
encima de todo—incluso
Lorenzo por encima
recorrió el camino del Papa
de vuelta de Roma, que
ensimismado en
empleaba
el recuerdo más
de fondos en turbios
los recientes negocios
hechos, enfadadopara suelbenefi
con mundocio
que en proporcionar
porque la muerte de apoyo a quienes
aquel idiota defendían
había la religión
llegado en el momen-con
uñas
to másy dientes—,
inoportuno.había heredado de su padre la titánica guerra
contraSe el Turco,y que
detuvo junto en
se sentó a la
uncorona
pequeñode Castilla
banco de y Aragón
piedra
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
que sobresalía de un muro sin importarle el verdín mojado en una
contienda que duraría
que lo cubría. Reposócasi doscientos
la cabeza entreaños, interrumpida
las manos, sólo
frotándose
por cortascomo
la frente treguas, y cuyo campo
si tratase de batalla
de sacudir principal
los malos eran las
pensamien-
aguas
tos. Ladelsangre
Mediterráneo.
le latía con fuerza en las sienes y le acele-
rabaLaelcasa de Habsburgo,
corazón. Sentía un contando con susenorme
desasosiego vastas posesiones
que casi
ylecon el oro y la plata llegados de las Indias,
producía náuseas, todo podía venirse abajo cuando gastaba hastaya el
último
estaba maravedí
tan cerca ende luchar
conseguira brazo partido contra
su propósito. todos
Quizás sus
el ase-
enemigos, que no Coccia
sinato de Renato eran pocos, pues de
fuese fruto además de la abierta
un encuentro for-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
tuito, pero también cabía la posibilidad de que se tratara holandeses
ydealemanes
un planprotestantes,
trazado por ahora la mala
alguien relación
interesado enentre la corte
la informa-
española
ción queyRenato
la Inglaterra isabelina
portaba. Aquelamenazaba
espía no eraun nuevo frente, y
precisamente
claro, aunque
un genio del era el españolAlguien
subterfugio. un imperio enorme
podría y temible,
haberlo era
seguido.
uno contratrató
Lorenzo todos.
de calmarse, necesitaba tener pleno dominio
Aquella
de sus mañana
facultades de septiembre,
y contar con toda Martín se despertó
su astucia. con el
Había traba-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
66
velamen.
jado con Apartó
mucho la mantaenmojada
ahínco su plan. porAhora
el relente nocturno
una pieza y se
impor-
puso
tanteen pie, caído,
había se abotonó camisa y,
pero la partida aúnhaciendo
no había cuenco con las
terminado.
manos, cogióasomaba
El alba agua de una trastinaja y se lavó el
los montes y rostro,
la noche espabilándose.
comenzaba
Las gotas resbalaron por
a extinguirse. Había parado la lluvia su cara sin afeitar, que
y los primeros tenía bellas
rayos de
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
luz se deslizaban entre jirones de nubes, pero el aire estaba hasta la mitad de
la mejilla
denso una delgada
todavía de humedad cicatriz.
y deTenía
niebla.unaLorenzo
nariz recta y labios
se apresuró
fide
nos que solía
vuelta torcerantes
a palacio de lado en una
de que medianotase
el duque sonrisasu cuando algo
ausencia.
le divertía. Su ceño,tuique
“…Misereatur por maníaDeus…”
omnipotens o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado rey ade su mirada, como
Era domingo por la mañana y del
el cura España,
oficiaba misacomoen lalo
si estuviese
había atento a todo. Se mojó también el pelo castaño y
iglesiasidode su
Sanpadre
Mateo, bajolalos estandartes
misma en cuyodel emperador
patio habían Carlos.
despa-
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
chado Se aalistó
puñaladasmuy al joven
agente como
Renato arcabucero
Coccia y al enguardia
el tercioStro-de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
zzi la nochegracias
anterior. a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
haciaLorenzo por
el norteestaba la crujía
de Italia entre los marineros y soldados
Franciaque ya
deypiede allífondo,
al a Flandes,
pues donde
había llegado había
tarde
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó
con a proa,Pese
España. donde sebrioso
a loLa encontraba
y los feligreses ocupaban ya todos los bancos. nave yde a las
la
el capitán
veces díscolodonque Ricardo
su corta Villalobos
edad le apoyado
hacía ser, en
prontola cureña
destacó de
antela
iglesia estaba abarrotada, y el intenso olor a incienso disimu-
moyana,
los ojos con
de susla ofi
camisa
ciales blanca que ya eranumerosas
al demostrar gris abiertaocasiones
hasta el
laba a duras penas la peste que emitíaentanta gente junta.
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor quedel rozaba
Carmen, la
el Desde
ancho que
bonete llegó,
ladeado Lorenzo
haciéndole se había
sombra pasado
en la casi
cara ytodo
los el
ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fitiempo
los en elsaludando
horizonte, aenlalas
joscamaradas. gente queque
siluetas le dibujaban
reconocía. las Algunos se
torres del
acercaban
puerto por respeto y otros por compromiso. El resto, en
de Corona.
Después
cambio, bajaban de varias campañas
la cabeza al pasar muchos soldados
a su lado, volvieron
por temor a lo
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
que representaba su figura, pues desde que el veneciano era
allas
a corso berberisco
múltiples en que
la ría de Tetuán. Las naves capturadas
el capitán de ladelicias
guardia la aquella
mano dura tierradeofrecía a los
la justicia holgados
había au-
habían
de bolsa,sido más
gastándoselobien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses yenemiga—y
en bellezas
mentado en la ciudad.
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
“…et dimissis omnibus peccatis tuis…”
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
la Continuaba
Mientras
mayoría la
losdetercios liturgia. Los
de los Austrias
los soldados fieles
jóvenesse repetían
habían
hacían a coro
loconvertido algunos
mismo, atraídosen los
pasajes
dueños
por de la
de los
aquella oración,
campos
tierra y las voces
de batalla
extranjera y ricaen rebotaban
de Europa, en el techo
la que losenespañoles
las aguas abo-
del
eran
vedado
Mare Nostrum
dueños. creando
Para ellos eco.
cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
67
15
Poco
A sus más
añostarde,
Lorenzotrasyalanobatalla de Gelves
era amigo contra elaTurco,
de presentarse rezar
que resultó ypenosa
en público jornada para
soltar latinajos delantelas de
armas
todocatólicas
el mundo.y donde
Su fe
aseguía
puntoincorrupta
estuvo de dejar la piel,
y todavía regresó
brillaba a España,
como donde
la cadena con vivió
una
entre Sevilla que
cruz dorada y Madrid.
pendía de Y cuando
su cuellovio esfumados
desde todos sus
que era pequeño,
ahorros Martínprefería
sin embargo sentó plaza
tratardecon
nuevoDiosenalasolas,
escuadra
paradevaciarse
galeras
de
porNápoles
dentro ypara luchar
confesar todacontra la amenaza
esa clase de cosasturca, que había
que jamás diría
crecido
a nadie,tras una serie
por muy cura quede victorias
fuese. obtenidas por el temible
corsario Dragut
Antes sobre mientras
de dormir, las armadas cristianas.
dejaba que el licor le ayudara
El poderoso
a conciliar rey cada
el sueño FelipevezII,menos
paladín de la causa
apacible, solíacatólica
recitar por
al-
encima
gunas de delas
todo—incluso
oraciones que por encima
había del Papa
aprendido de Roma,
de niño, comoqueun
empleaba más fondos
ritual convertido ya enen turbios negocios
costumbre, para su
para intentar benefi
alejar cio
a los
que en proporcionar
demonios al menos una apoyo a quienes
noche más. defendían la religión con
uñas“… y dientes—,
perducat había heredado
te ad vitam de su padre
aeternam… “ la titánica guerra
contra el Turco,
Lorenzo subióque junto que
al escalón a laconducía
corona ade unCastilla
pequeñoyabsidio-
Aragón
era la potencia
lo presidido pormás
unagrande
imagendelde mundo,
la Virgenembarcándose
sosteniendo a su en hijo
una
contienda
cubierto deque duraría
heridas casi doscientos
y, apoyándose años,seinterrumpida
en la reja, sólo
puso de puntillas
por
paracortas treguas,
contemplar y cuyo
mejor campo
la escena. Nodeera
batalla
que leprincipal
interesaseeran las
de ma-
aguas del Mediterráneo.
nera especial la misa, sino que estaba buscando a alguien.
La
Nocasa de Habsburgo,
encontró contando
a quien buscaba, peroconsísus vastas posesiones
reconoció a muchos
yotros.
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
Varios de los que se encontraban entre la multitud hasta el
eran
último maravedí
pecadores en luchar
consumados. a brazo
Grupo en elpartido contra todos
que Lorenzo sus
se sentía
enemigos,
identificado,quecadano vez
eranmáspocos, pues además
a su pesar. de asesinos
Allí había la abiertaa
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
sueldo y sicarios sin escrúpulos repitiendo los latines como holandeses
ysialemanes protestantes,
nunca hubiesen roto unahora la mala
plato. relación
De hecho entre
podría la corte
señalar a
española
alguno con el que había compartido trabajos de poca honray
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
tras llegar a laera el español
ciudad. Todosunellos
imperio
iban enorme
puntualesy temible, era
a la iglesia
uno contra
de día paratodos.
luego, por la noche, quebrantar cada uno de sus
Aquellacon
preceptos mañana de septiembre, Martín se despertó con el
total desvergüenza.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
68
velamen.Durante Apartó la manta
su abrupta mojadaLorenzo
juventud por el relente
también nocturno
había sidoy se
puso
así. Yen pie,Muchas
peor. se abotonó veceslasecamisa y, haciendo
preguntaba cuencoDios
si realmente cones-las
manos, cogió agua
taría dispuesto de una tinajaSus
a perdonarle. y se lavó
manos el rostro,
estaban espabilándose.
manchadas
Las
con gotas resbalaron
la sangre por su Había
de su familia. cara sin sidoafeitar,
como que Caín,tenía bellas
condena-
I
facciones,
do a vagaraunque por la tierradel ojosinizquierdo
encontrarbajabadescanso, hasta perola ahora
mitad su de
la mejillaparecía
destino una delgadaotro, y cicatriz.
algo en su Tenía una había
interior nariz cambiado.
recta y labios
finos“ que solía torcer
…Amen… “ de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
La misaSuhabía ceño,concluido
que por manía o costumbre
y la gente comenzaba casi asiempre
aban-
mantenía
donar Martín fruncido,
de la Vega
sus asientos. le daba profundidad
era abatido
Algo soldado por del rey a su
de España,
la ausencia mirada, comocomo
de fortuna lo
si
había estuviese
Lorenzo sidosalió atento
su padre a
de la bajo todo.
iglesia Se mojó
losyestandartes también
se puso el negro el
del emperadorpelo castaño
bonete sobre suy
Carlos.
revuelto
espesa y se lo echó hacia atrás,un despejando la frente surcada
Se melena.
alistó muy Sus ojos
jovendieron último repaso
como arcabucero en aellos grupos
tercio de
por
de unos
personasdébiles que trazos.
se amontonaban frente a los escalones de la
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
iglesia
hacia Caminó
el ynorte
junto por
deala crujía
los
Italia entre
puestos
y de los
allíde marineros
los vendedores
a Flandes, dondey soldados que
ambulantes
Francia habíaya
abarrotaban
que aprovechaban
entrado la galera
nuevamente y se
para
en acercó
ofrecer
liza a proa,Pese
rosarios,
con España. donde a losebrioso
estampas encontraba
y demás
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
amuletos, don
entoncesRicardo vio Villalobos
a un hombre apoyado
que en
estaba la cureña
de espaldas
antela
moyana,
a él,
los con
hablando
ojos de sus la ofi
camisa
en corroblanca
ciales alcon que amigos.
unos
demostrar ya en
eranumerosas
gris
Eraabierta
delgado hasta
e iba
ocasiones el
pecho,
cualidades donde
bien vestido, como brillaba
el pelo
sangre unfría,
muy escapulario
rizodisciplina dey un
le sobresalía la Virgen
bajo
valorelque del Carmen,
sombrero
rozaba y
la
el
enancho
la mano
temeridad, bonete ladeado
sujetaba
labrándose un haciéndole
con lienzo blanco
su acero sombra
una con
buena enque
el la cara y losentre
se limpiaba
reputación ojos
fieljos
los en elde
sudor
camaradas.horizonte,
la frente.en las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
Lorenzo enseguida le reconoció, aquelsoldados
era el hombre al
Después de varias campañas muchos volvieron
La
adinerados galera
que estabaabuscando, española
Italia, Martín volvía
así entre a
que bajó Italia
ellos,con después
prisa los sin
arrojándose de combatir
escalones
empacho y
al
allegócorso berberisco en la ría de Tetuán. Las
hasta él. delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados
las múltiples naves capturadas
habían
de bolsa, sido más bien pocas—apenas
gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
que DiosEranle tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
69
15
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
III I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
fiCuando
nos que se despertó
solía torcer deen lado
su habitación
en una media de la posada
sonrisa la cabeza
cuando algo
le dolía de mil diablos. Martín tardó en
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre ubicarse, los pensa-
mientos comenzaron
mantenía le aera
ordenarse en su mente ymirada,
poco a como poco
Martínfruncido,
de la Vega daba profundidad
soldado del rey adesu España, como lo
sivolvió
había
a la realidad.
estuviese
sido suatento
padre abajo
Tenía Se
todo. losmojó
ojos enrojecidos
los estandartes también y la castaño
el pelo
del emperador
gargantay
Carlos.
seca, sentía
revuelto y selaloborrachera
echó haciaen su piel
atrás, todavía alamedio
despejando frentedesollar.
surcada
Se alistóvino
Demasiado muy jovenpensó
anoche, comoponiéndose
arcabuceroenenpie. el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Mientraspor se aseaba yentre
vestíalosnomarineros
podía parar de darleque vuel-
haciaCaminó
el norte de la crujía
Italia y de allí a Flandes, dondey soldados
Francia había ya
tas al
abarrotabanencuentro con
la galeraen aquel
y se hombre. ¿Quién sería Lorenzo
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
Leone
el capitány pordonqué los
Ricardo estaba vigilando?
Villalobos En
apoyado Italia
en lano era dedeex-
cureña la
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante
trañar
moyana, que
con se vigilase
la ofi
camisa a gente de interés. Ellos eran extranje-
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
ros y quizá
pecho, donde sólo era
brillaba algo
unfría,rutinario,
escapulario pero la sensación de que
cualidades como sangre disciplinadey unla Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
pudiese
el ancho ser algoladeado
bonete peor lehaciéndole
carcomía por dentro.
sombra en la cara y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
Cogió
fijoscamaradas.
los una piedra
en el horizonte, ende lasamolar
siluetasyque le dio un repaso
dibujaban las al filo del
torres de
su espada.
puerto Como buen soldado tenía el hábito de mantener
de Corona.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
sus Laarmas siempre
galera a punto. Laasuya
española eradespués
una espada larga y
adinerados a Italia, Martínvolvía Italia
entre ellos, arrojándose de combatir
sin empacho
bonita,
al corso de acero toledano
berberisco en que y amplios
la ría de Tetuán.gavilanesnaves
de lazo, muy de
a las múltiples delicias aquella tierra Las
ofrecía a los capturadas
holgados
duelistasido
habían profesional.
más bien Había sido un regalo defusta
pocas—apenas su padre cuan-
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milaneses yenemiga—y
en bellezas
dobotín
el se alistó
escaso.en los tercios. Siempre la acompañaba con una
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
daga de ganchos, ancha y sólida en la base, pensada para de-
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
tener tajos, y estrecha y muy puntiaguda al final con el fin de
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
atravesar cuero o anillas de metal.
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Martín
Mare Nostrum
dueños. era
Para ellos un
cadagran esgrimidor,
vezera
Italia eracomo pues
más difícil además
contener
un generoso de ser la
a la ingente
paraíso bañadoes-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

1771
15
padaPoco más tarde, tras
su herramienta la batalla
de trabajo, de Gelves
podría decirsecontra el Turco,
que llevaba el
que resultó
talento en lapenosa
sangre.jornada para las armas católicas y donde
a punto estuvo de
La destreza dejar la piel,
practicada regresólarga
con espada a España,
y dagadonde vivió
se cultiva-
entre
ba en Sevilla
Españaydesde
Madrid. Y cuando
finales del siglovio
XVesfumados todos
y era imitada porsus
el
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de
resto de Europa. Relegando definitivamente el uso del escudo galeras
de Nápoles
para asediospara luchar contra
y abordajes. la amenaza
Las técnicas turca, que
y habilidades dehabía
este
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el
tipo de lucha estaban incluso recogidas en libros que los sol-temible
corsario Dragutestudiar
dados debían sobre las armadas
durante cristianas.
su instrucción.
El poderoso
Martín miró rey Felipe
la hoja II, paladín
recién afilada yde la causa
tuvo católica
la extraña por
certeza
encima
de que ladeusaría
todo—incluso por encima
pronto, sintiendo esedel Papa cosquilleo
familiar de Roma, que que
empleaba
siempre lemás fondos
recorría todoen el turbios negocios
cuerpo antes para en
de entrar su combate.
beneficio
que enSe proporcionar
calzó sus botas apoyo
altas,ayaquienes defendían lapor
algo deterioradas religión con
el uso, y
uñas y dientes—, había heredado de su padre la
sobre la camisa recién comprada se ajustó el coleto de cuerotitánica guerra
contra el Turco,
color pardo, que que junto
estaba llenoa de
la marcas
corona yderemiendos.
Castilla y SeAragón
ciñó
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
el cinturón y el talabarte del que pendían espada y daga en unay
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
cogió el sombrero adornado con pluma de encima de la des- sólo
por cortasmesa.
tartalada treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
A media mañana bajó de su habitación al comedor de la
posada,casa
La quedeestaba
Habsburgo, contando
pobremente con sus vastas
amueblado posesiones
y prácticamente
yvacío,
con elsalvo
oro por
y la un
plata
parllegados de las
de albañiles conIndias, gastaba
las ropas hasta el
manchadas
último
de polvo maravedí
que bebíanen luchar a brazo partido
vino apoyados contra todos
en el mostrador. sus
Saludó
enemigos,
al dueño, un quetipo
noflaco
erany pocos,
tuerto de pues
un además
ojo, y le de la abierta
encargó algo
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
de comer. En una mesa bañada por el rectángulo de luz que holandeses
yentraba
alemanesporprotestantes,
los ventanales ahora la mala arelación
vio sentado Afonso,entre la corte
que levantó
española y la Inglaterra
la vista cuando lo sintióisabelina
acercarse. amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
—Tenemos trabajo —dijo el portugués a bocajarro.
uno contra todos.
Llevaba todos los arreos puestos, y Martín se fijó que ha-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
72
velamen.
bía limpiadoApartó la manta su
y engrasado mojada
jubónpor el relente
de cuero y susnocturno
botas, como y se
puso
siempreen pie,
hacíase antes
abotonó de un la camisa
día duro. y, haciendo
También cuenco
su imponente con las
manos,
espadón cogió agua de una
descansaba tinaja
en su vainay sesobre
lavó ellarostro,
mesa.espabilándose.
Las —¿Tan
gotas resbalaron
temprano?por su caraI sin afeitar, que tenía bellas
facciones,
Afonsoaunque
se encogió del ojo de izquierdo
hombros,bajaba mostrandohastaque la mitad
él tam- de
la mejilla
bién una delgada
compartía cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
el fastidio.
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—No es cristiano ponernos al arma... —siguió quejándose
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
Martín—, y un domingo, pardiez, que hasta Dios descansó.
mantenía
Martínfruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
—No será el primer domingo que hemos trabajado…Y
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
pecado. y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
revuelto
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
—Ni será
por unos débiles el último,
trazos. me imagino. ¿Cuál es el trabajo?
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
—Esta
haciaCaminó mañana
el norte por
de la vino
crujía
Italia a verme
entre
y de allí los el capitán
marineros
a Flandes, Villalobos
y soldados
donde Francia con
que un
ya
había
encargo
abarrotaban
entrado —comenzó
la galeraen
nuevamente a explicar
y se
lizaacercó el portugués—.
a proa,Pese
con España. donde Al parecer
a losebrioso
encontraba ha
y a las
sido
el citado
capitán en
don el palacio
Ricardo ducal,
Villalobos y ya le
apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó conoces,
en la recela
cureña hasta
de la
ante
de su
moyana,
los sombra
ojos decon sus así
la ofi que
camisa me ha
ciales blanca dicho que
que ya en
al demostrar vaya con
eranumerosas él, y que
gris abiertaocasiones lleve
hasta el
a algún
pecho, donde
cualidades hombre
como más,
brillaba
sangre un
unfría,soldado
escapulario de confianza
disciplinadey un la Virgen de
valor que la galera.
del rozaba
Carmen, la
¿Nos
el anchoacompañarás?
bonete ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
—Eso ni se pregunta. en las¿Le siluetas que dibujaban
has contado las torres del
lo de ayer?
puerto de Corona.
Afonso calló de repente cuando el mesonero les llevó dos
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
tazas de vino española
caliente
a Italia, volvía
con migas
Martín a Italia
de pan
entre ellos, después de
en una bandeja,
arrojándose combatir
espe-
sin empacho
al corso
arando berberisco
a que sedelicias
las múltiples en
fuera para la ría de
que continuar.Tetuán. Las naves capturadas
aquella tierra ofrecía a los holgados
habían
de bolsa, sido más
—No,gastándoselo bien
mejor que notodo pocas—apenas
en festines
lo sepa alguna
de momento. fustayenemiga—y
milaneses en bellezas
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Martín miró de reojo al posadero cerciorándose de que
que Eran
Dios tiempos
le ponía
no les estaba escuchando.aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría los tercios de los Austrias se habían loconvertido en los
—A verde losa soldados
si va estar todojóvenes hacían
relacionado y nos mismo,
metemos atraídos
en la
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y rica en
de Europa,
la que enespañoles
los las aguaseran del
boca del lobo entrando allí —comentó bajando la voz.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
73
15
Poco más tarde,
—Yo como caporaltras
delagalera
batalla de Gelves
estoy obligado contra el Turco,
a ir —contes-
que
tó elresultó penosa jornada para las armas católicas y donde
portugués.
a punto
—¿Yestuvo de dejar
el alférez Acuña? la piel, regresó a España, donde vivió
entre—AlSevilla
parecer y Madrid. Y cuandopor
está indispuesto, vioeso
esfumados
el capitántodosme lo sus
ha
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en
pedido a mí, y sería muy feo que me dejases ir solo. la escuadra de galeras
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
Afonso miró burlón a su amigo, quien con una sonrisa de
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
resignación aceptó lo inevitable.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Por supuesto que iré, no vayas a decir por ahí que me
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
entró el miedo a última hora.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
—Eresmás
empleaba muchas
fondoscosas, Martín,negocios
en turbios pero desdeparaluego no un
su benefi cio
cobarde.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñasMartín hizo chocar
y dientes—, suavemente
había heredado de susu vaso
padrecon el de su amigo
la titánica guerra
invitando a un brindis, y mojó los labios en
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón el vino caliente.
era la potencia
Que más grande
el portugués pidiese dellamundo,
ayuda de embarcándose
su espada, aunque en una
contienda quefuese
esta vez sólo duraría
porcasi doscientos
si acaso, era unaños,merointerrumpida
trámite. Se sen-sólo
por cortas
tía en deudatreguas, y cuyodesde
con Afonso campo de batalla
aquella principal
fatídica jornadaeran las
de los
aguas
Gelvesdel Mediterráneo.
donde los dos estuvieron a punto de perder la vida, y lo
acompañaría
La casa dehasta el mismísimo
Habsburgo, contando infierno si fuera
con sus vastasmenester.
posesiones
y conElelportugués
oro y la plata llegados
pareció leerlede la las Indias,
mente, gastaba
sonrió hasta la
y levantó el
último
miradamaravedí
al techo, en luchar
como a brazo
haciendo partido Él
memoria. contra
tampocotodosolvi-
sus
enemigos,
daba aquelque día no eran
en el quepocos, pues además
la infantería españoladepeleó la abierta
como
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
leones sobre la blanca arena de Trípoli teñida de sangre. holandeses
y alemanes protestantes,
Desde principios ahora la
de siglo, la monarquía
mala relación entre lacom-
hispánica corte
española y la Inglaterra
batía contra isabelina
los musulmanes poramenazaba
el dominio unde nuevo frente, y
los enclaves
claro, aunque
del norte era el español
de África. La región unde imperio
Trípoli,enorme y temible,
conquistada era
por los
uno
reyescontra todos.
católicos y cedida a la orden de Malta por el César Car-
los, Aquella mañana
había caído de septiembre,
en manos del famosoMartín
piratase despertó con el
Dragut.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
74
velamen. Apartó
Era deseo dela manta
toda mojada por
la cristiandad el relentelanocturno
recuperar plaza y Feli- y se
puso
pe II,en al pie,
versesecon abotonó
las manos la camisa y, haciendo
desocupadas tras cuenco
vapulear con las
a los
manos,
franceses cogióenagua
San de una tinaja
Quintín, y se lavó
accedió el rostro,
a formar unaespabilándose.
liga junto a
Las gotas yresbalaron
malteses pontificiospor su cara
y dirigir la sin afeitar,contra
escuadra que tenía bellas
el ejército
I
facciones,
de Dragut.aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla
La tropa unaaldelgada
mando cicatriz.
del duque Tenía una nariz recta
de Medinaceli y labios
desembarcó
fien
noslaque
islasolía torcer de
de Gelves, lado aenlauna
frente costamedia sonrisa cuando
de Berbería, y comen- algo
le
zódivertía.
una penosa Su ceño,marcha queen por manía
busca de oloscostumbre
pozos de casi aguasiempre
dulce.
mantenía
Durante
Martín fruncido,
el de
camino
la Vega le
fuerondaba profundidad
atacados
era soldado del unareyydea su
otra mirada,
vez por
España, como
la
como ca-
lo
si estuviese
ballería
había sidoligera atento a
turca,bajo
su padre todo.
quelos Se mojó
losestandartes también
emboscabadel para el pelo castaño
Carlos.y
luego desapare-
emperador
revuelto
cer. Se y se lo echó
El acosado ejércitohacia atrás, despejando
cristiano la en
frente antiguo
surcada
alistó muy joven como buscóarcabucerorefugio en eluntercio de
por unosárabe
castillo débiles paratrazos.
reorganizarse y pasar la noche. Tras varias
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
jornadas porde la
desesperadas,
el norte crujía
Italia y deentre
los los marineros
desmoralizados
allí a Flandes, ycomandantes
donde soldados
Franciaque ya
de
había
abarrotaban
la liga decidieron
entrado la galera
nuevamente eny se
embarcar lizaacercó
con a proa,
de España.
nuevo donde
yPese a losebrioso
retirarse encontraba
ante la
y aim-
las
el capitán
posibilidad donde Ricardo
tomar la Villalobos
isla. Durante apoyadola
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
retirada la cureña
fueron de
nue-la
moyana,
vamente
los ojos de con la ofi
hostigados
sus camisa
cialessinblanca
alpiedad, que
demostrar ya en
y las era grisencalladas
naves
numerosasabiertaocasiones
hasta
en la el
pecho,
cualidades donde
costa fueron como brillaba
atacadas
sangre un porescapulario
fría, galeras
disciplina dey un
turcas, la Virgen del rozaba
que apresaron
valor que Carmen, no
la
el ancho
pocos bonete
navíos. A ladeado
su vez, haciéndole
la infantería sombra
intentaba
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara
alcanzar y los
la ojos
pla-
fiya
losjoscamaradas.
en elarcabuzazos
entre horizonte, eny las siluetasaque
combates picadibujaban
y espada,las torres del
rechazando
puerto
oleadade trasCorona.
oleada de caballería otomana. Fue allí, en el are-
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
nal donde
La galera corrían ríos rojos,
española a poca distancia de las naves de
adinerados a Italia, Martínvolvía entre a Italia
ellos, después
arrojándose de combatir
sin empacho
embarque,
al corso donde Martín
berberisco en quela ríacayóde herido,
Tetuán. con una flecha clava-
a las múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
da en un
habían sidomuslo
más ybien un profundo
pocas—apenas corte en la espalda. Afonso el
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
portugués,
el botín escaso. también herido en una mano, cargó con él hasta
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
alcanzar
Eranle los barcos.
tiempos aciagos para los españoles en el Mediterráneo.
que Dios ponía en su camino. Nada podía reprochársele, pues
El
Mientras
la descalabro
mayoría losdetercios de la isla de
de los Austrias
los soldados Gelves
jóvenesse fue monumental;
habían
hacían loconvertido
mismo, atraídoselenpri-
los
mero
dueños
por del reinado
de los
aquella campos
tierra del buen Felipe
de batalla
extranjera y ricaen II y comparable
de Europa,
la que losenespañoles al sufrido
las aguaseran del
por
dueños. su padre
Mare Nostrum en
Para ellos Argel.
cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
75
15
Poco
—Aquel más tarde,
día… trasMartín—.
—dijo la batallaSidenoGelves
fuese contra
por ti…el Turco,
que —Fue
resultóelpenosa
turno de jornada
otros. Ya paranoslastocará.
armas católicas y donde
a punto estuvo
Afonso de dejar
extendió la piel,sobre
su brazo regresó a España,
la parte donde
de la mesa vivió
ilumi-
entre Sevilla
nada por y Madrid.
el sol, observando Y cuando
la cicatrizvioque
esfumados
rodeaba su todos sus
pulgar
ahorros
derechoMartín
y llegabasentó plaza
hasta de nuevo
el centro de laenpalma.
la escuadra
Luegodemirógaleras
de
de Nápoles para luchar contra la amenaza
nuevo a su amigo, acariciándose la barba con ese gesto tan turca, que había
crecido
suyo. Latras
miradauna del
serie de victorias
portugués rezumabaobtenidas por el temible
nostalgia.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
No amaban la guerra, pero habían crecido entre solda-
El poderoso
dos y era el mundorey Felipe II, paladínAcostumbrados
que conocían. de la causa católica por
a estar
encima
lejos dedecasa,
todo—incluso
a menudopor en encima
una tierra del hostil
Papa de en Roma,
la que queno
empleaba más fondos en turbios negocios
tenían nada más que los vínculos de amistad que se creaban para su benefi cio
que
entreen ellos
proporcionar
tras díasapoyo a quienes
de aguantar defendían
firmes, la religión
en filas con
cerradas,
uñas
otra ycarga
dientes—, había heredado
de gendarmería de suopadre
francesa la titánica
una lluvia guerra
de flechas
contra
turcas el Turco,un
durante que junto a viendo
abordaje, la corona caerdea Castilla y Aragón
los camaradas a
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
su alrededor y abonar el suelo con sangre. Para ellos, echar en una
contienda
de menos que unaduraría casi doscientos
sucia trinchera a vecesaños,era lointerrumpida
más normal sólo del
por cortas
mundo. treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
—Pero como nuestros camaradas en Gelves, nos lo cobra-
La casa de
remos bien. EsoHabsburgo,
seguro —rematócontando con sus vastas
el portugués posesiones
tras una pausa
ylarguísima.
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
Acto seguido terminó el tazón de vino que aún humeaba.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Las campanas
hostilidad redoblaban
de mahometanos, a la hora
franceses, del ángelus
venecianos, cuando
holandeses
yMartín y Afonso
alemanes se encontraron
protestantes, ahora lacon mala el relación
capitán Villalobos en
entre la corte
la posaday la
española donde se alojaba,
Inglaterra isabelinaun amenazaba
bodegón deun calidad
nuevollamado
frente, y
la Rueda de Oro, frecuentado por adinerados
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, viajeros y mer-
era
caderes. Era
uno contra todos. un edificio grande de dos pisos situado al otro
lado de las murallas, cerca de la puerta norte de la ciudad. Allí
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
76
velamen.
comenzaba Apartó
una la mantaromana
calzada mojadaque por conducía
el relente anocturno
la zona ricay se
puso
de Coronaen pie,y al
se palacio
abotonódel la duque.
camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogióde
Al lado agua de una tinaja
la posada habíayuna se lavó el rostro,
estación de espabilándose.
diligencias en
Las gotas resbalaron
la que varios mozos con uniformespor su cara sin afeitar, que tenía bellas
I verdes limpiaban los carro-
facciones,
matos y cuidabanaunque adel losojo izquierdo
caballos. bajabasehasta
Enfrente, abría launa mitad
amplia de
la
plazamejilla una delgada
de tierra amarillenta cicatriz.
con unaTenía una en
fuente nariz recta ydonde
el centro, labios
filanos quese
gente solía torcerendecorros
juntaba lado en una
para mediay sonrisa
hablar cuando algo
refrescarse.
le divertía.
Los dosSu ceño, entraron
amigos que por manía en la Ruedao costumbre casi siempre
de Oro atravesando
mantenía Martínfruncido,
un pequeño de la Vega
jardín le era
daba
cubierto profundidad
soldado
por unadel rey ade
parra. Alsu mirada,
España,
cruzar lacomocomo
puertalo
si
había estuviese
vieronsido atento a todo.
su padreVillalobos
al capitán Se mojó
bajo los estandartes
sentado entambién
deluna el pelo
emperador castaño
Carlos.y
mesa, jugando
revuelto
a losSedados y se lo echó hacia atrás, despejando
que porlaen frente surcada
alistócon muy otros
joventrescomohombres arcabucero sus elropas
terciopar-de
por
das, unos
sus débiles
capas trazos.
polvorientas y sus botas de montar parecían
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
viajeros. Se por
el norte de la
quedaron crujía
Italia entre
yaparte,
de allí los
ade marineros
pie en donde
Flandes, y soldados
la barra que
y pidieron
Francia ya
había
abarrotaban
un vasonuevamente
entrado la galera
de buen y se
arrope,
en acercó
lizavino
con dulcea proa,
España. esta donde
vez.
Pese sebrioso
En
a lo encontraba
la esquina
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
dondecapitán
se don Ricardo
encontraban Villalobos
había un apoyado
montón de en la
enormes cureña
barricas la
ante
moyana,
de madera,
los ojos decon yla
sus delcamisa
ofi ciales blanca
techo pendían que
al demostrar más yapellejos
eranumerosas
en grisde abierta yhasta
vinoocasiones
ramos el
pecho,
de algún
cualidades donde
tipo brillaba
comode sangre unfría,
especia. escapulario
sitio era de
El disciplina la Virgen
grande
y un del rozaba
y estaba
valor que Carmen,
razona- la
el ancho
blemente bonete
limpio, ladeado
desde haciéndole
luego distabasombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre muchoen la cara
de la y los ojos
humilde
fiposada
los joscamaradas.
en eldonde
horizonte,
ellos en las siluetas que
se hospedaban. Aldibujaban
poco rato,las torres los
cuando del
puerto
vasos de Corona.
todavía estaban
Después de varias mediados,
campañas vieron muchos a Ricardo
soldadosVillalobos
volvieron
La
levantarse galera española
mientras se volvía
retiraba ade Italia
la después
partida,
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin empacho de combatir
blasfemando y
al
a corso
quejándose
las berberisco
múltiples dedelicias
algunaen que
la ría
mala de Tetuán.
jugada.
aquella tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
habían
de bolsa, sido
Al verlos,más bien pocas—apenas
el capitántodo
gastándoselo los recibió
en festines alguna
con un fusta enemiga—y
leve movimiento
milaneses y en bellezasde
el botín
napolitanas, escaso.
cabeza y se puso metiendoel sombrero.
mano enIba todo endomingado
lance y mujer como para
hermosa
que Eranle
Dios tiempos
un desfile, vestido
ponía aciagos
en con para
un
su camino. los
fino españoles
justillo
Nada en el Mediterráneo.
carmesí
podía cubriendo
reprochársele, el
pues
Mientras
torso
la mayoría losdetercios
y abultadas de los Austrias
mangas
los soldados se
acuchilladas
jóvenes habían
hacían convertido
deloamarillo en los
mismo, yatraídos
verde
dueños
oscuro,
por de los
altas
aquella campos
botas
tierra de batalla
de piel
extranjera ricaen
de Europa,
yychambergo losenespañoles
de fieltro
la que las aguaseran
tocado del
con
Mare
plumaNostrum
dueños. roja.
ParaSe cada
le
ellos vezera
eracomo
confundiría
Italia más
con difícil contener
un generoso
un mercader a la ingente
acomodado
paraíso bañadosi
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
77
15
Poco por
no fuera máslatarde, tras de
panoplia la batalla de Gelves
armas que contradel
le colgaban el Turco,
cinto.
que
Era resultó
un hombre penosa jornada para
desconfiado, las armas
y si podía católicas
evitarlo nuncay salía
dondea
alapunto estuvo
calle sin de dejar
ir bien armado la piel, regresódaga
de espada, a España, donde que,
y el pistolete vivió
entre
por suSevilla
rango de y Madrid. Y cuando
oficial podía portar vio esfumados
por la calle, algotodos sus
prohibi-
ahorros
do para Martín
el restosentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
de soldados.
de Nápoles
Don Ricardopara Villalobos
luchar contra la amenaza
era un turca,severo
buen capitán, que había
pero
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
justo, y sabía tratar a sus subordinados como el que más. Era el temible
corsario Dragut de
serio y austero, sobre las armadas
fuerte carácter. cristianas.
Contaba cuarenta y tantos
añosEly poderoso
bastantes rey Felipe
canas en laII, paladín
barba. de la
Sentía causa
una católica de-
apasionada por
encima de todo—incluso
voción por por Soldado
la vida en el mar. encima del
desdePapa
quede Roma,
tenía memo-que
empleaba
ria, en susmás
hojasfondos en turbios
de servicio negocios
figuraban para sucampañas
las últimas beneficio
que en proporcionar
del gran Carlos V, talapoyo
era suaveteranía.
quienes defendían la se
Afonso y él religión
conocíancon
uñas
desdey que
dientes—, había heredado
el portugués de su padre
era un imberbe la titánica
pica seca guerra
de dieciocho
contra
años. Suel relación
Turco, queconjunto
Martína la coronadataba
también de Castilla
de añosy Aragón
atrás,
era la potencia
cuando la tomamás grande
de Porto del mundo,
Ercole embarcándose
y las guerras en una
de Italia contra
contienda quedaban
los franceses duraría casi
sus doscientos
últimos años, interrumpida sólo
coletazos.
por cortas treguas,fue
Por el camino y cuyo campo deenbatalla
poniéndolos principal eran las
antecedentes.
aguas Ladel Mediterráneo.
tarde anterior, durante su visita a la embajada españo-
Lafuncionario
la, un casa de Habsburgo,
le entregócontando con sus
el mensaje vastas
de que posesiones
lo citaban en
yelcon el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
palacio ducal. El papel estaba firmado por Guzmán Martí- hasta el
último maravedí español
nez, embajador en lucharen aCorona.
brazo partido contra
Un encargo todos
para sus
el du-
enemigos,
que, decía;que
bienno eran pocos, pues además de la abierta
pagado.
hostilidad
—¿Y sedefía
mahometanos,
de ellos, señorfranceses,
capitán? venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—No tengo motivos para no hacerlo— contestó Villalobos
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
encogiéndose de hombros, ecuánime.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno Martín miró a Afonso como pidiendo licencia para contar
contra todos.
el suceso con el espía, pero el portugués negó con la cabeza.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
78
velamen.
—¿Y aApartó
qué clase la manta mojada
de encargo sepor el relente
refieren? nocturnoMar-
—preguntó y se
puso en pie, se abotonó
tín—.¿Seríamos la camisa
sólo nosotros o toda y, haciendo
la compañía? cuenco con las
manos, cogió agua
—Todavía no delo una
sé, tinaja y se lavóque
pero seguro el rostro,
es unespabilándose.
asunto serio.
Las gotas resbalaron por
Trabajo sucio. El funcionario de la su cara sin afeitar, que tenía bellas
I embajada me pidió máxima
facciones,
discreción.aunque
Ademásdel noojocreoizquierdo bajabacon
que nos llamen hasta tantala urgencia
mitad de
la mejilla
para unauna
escoltar delgada
simple cicatriz.
chalupa. Tenía
Parece unaquenariz recta Lugerio
el duque y labios
fiRiolffini
nos que necesita
solía torcer de ladoY en
espadas. nounaquedamedia otrasonrisa
que tragar cuando conalgo
su
le divertía. Su ceño, que por manía
autoridad mientras estemos anclados en su puerto. o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido,
—Entiendo, de la pero
Vega leeso
daba
era profundidad
ysoldado
aceptar del rey adesu
trabajos mirada,
España,
particulares comocomo
sonlo
si estuviese
había
cosassido atento
su padre
distintas a todo.
bajo los
—objetó Se
estandartes del emperador Carlos.y
Afonso. mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se
—Sialistó muy joven
la embajada españolacomo estáarcabucero
de por medio en ya el no
tercio
es algode
por unos débiles trazos.
Navarrete, graciasVillalobos—.
particular —dijo a viejos conocidosAdemás deporsu las
familia,
palabrasy partió
del
hacia Caminó
funcionario por
el nortecasi la crujía
de Italia
parecía entre
y de los
allíen
estar marineros
a Flandes,
deuda con y
donde soldados
Francia
el duque. que
sé ya
Nohabía si
abarrotaban
entrado la
nuevamente
será cierto, galera
pero comentaron y se acercó
en liza con que a proa,
España. donde
Pese afueron
los Riolffini se encontraba
lo brioso y a las
famosos
el capitán
veces díscolo
asentistas don
yaque Ricardo
desde su corta Villalobos
edad lede
los tiempos apoyado
hacía en
ser, pronto
Fernando la cureña
destacóyde
el Católico ante
susla
moyana,
los ojos de
guerras consus
contra la ofi
camisa
ciales blanca
Francia, al que ya
demostrar
y alistaban eranumerosas
en gris abierta
y petrechaban hasta
ocasiones
tropas para el
pecho,
ponerlasdonde
cualidades alcomo brillaba
servicio deun
sangre escapulario
fría,
la disciplina
Corona dey un
española. la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole sombra en la cara y los ojos
—Me imagino queconno sulo acero
haríanuna buena
gratis reputación
—comentó entre
Martín
fijos
los en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
sincamaradas.
dejar de mirar al frente, con la boca torcida en su caracte-
puerto de Corona.
Después
rística mediade varias campañas muchos soldados volvieron
sonrisa.
La
adinerados galera española volvía a Italia después de combatir
—Claroaque Italia,no,Martín entre
al igual queellos, arrojándose
nosotros no haremossin empacho
gratis
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a capturadas
los holgados
lo que nos pida. Pero de momento veamos qué quiere, y si
habían
de bolsa,sido más bien pocas—apenas
gastándoselo alguna fustayenemiga—y
podemos hacer algo…todo en festines
Vuestras mercedes milaneses
ya saben… en bellezas
La di-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
plomacia y todo eso.
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Enseguida unas muecas de desprecio aparecieron en las
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
caras de los soldados, acostumbrados a problemas causados
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
precisamente por esa diplomacia de la que hablaba el capi-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
79
15
tán,Poco más podía
que bien tarde,complicarle
tras la batalla de la
a uno Gelves contra el
vida incluso Turco,
durante
que resultó penosa
los tranquilos jornada
días de permiso.paraMalalas armas
pascuacatólicas
le diera yDiosdondeal
aduque,
punto alestuvo de dejar
embajador y alatoda
piel,suregresó
estirpe.a España, donde vivió
entreAfonso
Sevillamiróy Madrid. Y cuando
a Villalobos, con suvio esfumados
sonrisa todos sus
de oso enorme y
ahorros
bonachón. Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
—O mucho parame luchar contrao la
equivoco, nosamenaza
usarán turca, que había
a nosotros para
crecido tras una serie de victorias
que el embajador se apunte un logro con el duque. obtenidas por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Todos callaron pero estaban de acuerdo. Fieles represen-
tantes poderoso
El de aquellarey Felipe
época en II, paladín
la que reyesdeylacardenales
causa católicamovíanpor
encima
piezas ade su todo—incluso
antojo, hombres porcomo
encima ellosdel Papa
eran de Roma,
llevados que
de bata-
empleaba más peleando
lla en batalla, fondos en porturbios
honor,negocios
religión para su benefi
o hambre cio
de for-
que
tuna.enRecorriendo
proporcionarItalia,apoyo Flandes,
a quieneslas defendían la religión
impenetrables con
selvas
uñas
de lasy dientes—,
Indias o los había heredado
desiertos de su de
del norte padre la titánica
África bajo lasguerra
ban-
contra el Turco, que junto a la corona
deras del rey. Soldados cargados de acero, combatiendo alde Castilla y Aragón
era
fríolainvierno
potenciay al más grande del
sofocante mundo,
verano, embarcándose
a veces en una
sin ver un escudo
contienda
en toda laque duraríaEnterrando
campaña. casi doscientos años, interrumpida
a camaradas que acababan sólo
por cortas treguas,
amontonados y cuyo
en una fosacampo de batallainsepultos
de cadáveres, principal eranen unalas
aguas
tierradel Mediterráneo.
extranjera, sin botas ni calzones, víctimas de la rapi-
La casa de Habsburgo,
ña que siempre seguía a las contando
batallas,con consusla vastas
única posesiones
gloria que
ypodía
con el oro y la plata llegados de las Indias,
darles una temprana muerte y una tumba anónima. gastaba hastaNi el
último
siquiera maravedí
el capitánenVillolobos,
luchar a brazopese a partido
su rangocontra
superior,todos sus
podía
enemigos,
holgarse mucho.que noLos eran pocos,
oficiales de pues además
mar tenían menosde laprestigio
abierta
hostilidad
que los que deservían
mahometanos,
en tierrafranceses,
y su paga, venecianos, holandeses
aunque bastante su-
yperior
alemanes protestantes, ahora la mala relación
a la de sus soldados, a veces también tardaba meses en entre la corte
española y la Inglaterra
llegar; mientras isabelinahabía
que él siempre amenazaba
cumplido un nuevo frente,
las órdenes dey
claro,
su reyaunque
rápido era el español
y bien, bajo buen un imperio enorme
o mal tiempo, y temible,
incluso cuandoera
uno
habíacontra
pocas todos.
posibilidades de éxito. Pero esa determinación y
Aquella
voluntad de mañana
sacrificio, deese
septiembre,
amor propio Martín se despertó
y sentido con el
descomunal
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
80
velamen.
del honorApartó la manta
y el deber, habíamojadahecho que por el losrelente
soldados nocturno
españoles y se
puso
gozasen en pie,
de lasereputación
abotonó ladecamisa ser losy,mejores
haciendo delcuenco
mundo.con las
manos, cogió agua
Cruzaron un de una tinaja
puente y se lavó
de piedra el rostro,
que salvabaespabilándose.
un pequeño
Las gotas resbalaron por
riachuelo, donde la calzada atravesaba su cara sin afeitar, que
una arboleda tenía bellas
y condu-
I
facciones,
cía al recinto aunque del ojodel
amurallado izquierdo
palacio bajaba
ducal. Al hasta
ladoladelmitadpuente de
la
semejilla
levantaba unaeldelgada cicatriz.
torreoncillo Tenía
de una unaque
posta narizenrecta y labios
ese momen-
fito
nos que los
tenía solía torcer de
postigos lado en una
cerrados. A lamediaizquierdasonrisa
del cuando
camino,algo ya
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre
en el exterior de la ciudad, las casas del burgo dejaban paso a casi siempre
mantenía
unaMartín fruncido,
gran extensión
de la Vega le campos
de daba
era profundidad
de cultivo,
soldado adesu
del reysalpicados mirada,
España, decomo como
vez enlo
si estuviese
cuando
había por
sido atento
sualgún a
padremolino.todo.
bajo losSe Se mojó también
veían a lodel
estandartes lejos el pelo
las pequeñas
emperador castaño
Carlos.vi-y
revuelto
viendas y selos
de locampesinos
echó hacia atrás, despejando
y granjeros que nolaen frente pagarse
podían surcada
Se alistó muy joven como arcabucero el tercio de
por unos alquileres
los altos débiles trazos.
Navarrete, gracias adeviejosla zona portuaria,dey se
conocidos su amontonaban
familia, y partió en
hacia Caminó
arrabales
el norte por de la
alrededor crujía
deyun
Italia entre
de allí los
hospital marineros
o un pequeño
a Flandes, dondey soldados
campanario.
Francia que ya
había
abarrotaban
Torciendo
entrado la galera
hacia
nuevamente y se
el lado
en acercó
derecho
liza a proa,
la
con España. calzada donde
Pese losebrioso
seaelevaba encontraba
eny auna
las
el capitán
suave don
pendiente, Ricardo
y llegaronVillalobos
así al apoyado
pie de la
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
colina la cureña
donde la de
gen- la
moyana,
te adinerada
los ojos de con susylapoderosa
camisa
ofi ciales blanca
construía
al quesus
demostrar ya en
eranumerosas
gris abierta
mansiones cerca hasta
del pa-
ocasiones el
pecho,
lacio, eldonde
cualidades cualcomo brillaba
coronaba
sangre un escapulario
lafría,
colina como de
disciplina una lajoya
y un Virgen
en que
valor del rozaba
medio Carmen,
de un la
el ancho
verde bonete
tapiz. En ladeado
la lejanía, haciéndole
el paisaje sombra
se perdía
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
en la cara
los y
montes los ojos
que
firodeaban
losjoscamaradas.
en el horizonte,
la ciudad, en las siluetas
recortados en la que dibujaban
claridad las torres del
del cielo.
puerto Ende eseCorona.
momento
Después de varias se escucharon
campañas muchoscascos de caballos
soldados volvieronha-
ciendoLa crujir
adinerados galera laespañola
a Italia,gravilla
Martín volvía
del camino
entre a Italia
ellos,a su después
paso.
arrojándose Erade combatir
un empacho
sin carruaje
al
ade corso
las berberisco
pasajeros
múltiples con en que
cortinas
delicias la ría de Tetuán.
azules
aquella seda.Las
detierra naves
Tiraban
ofrecía de
a loscapturadas
él cuatro
holgados
habían
caballos
de bolsa,sido más bien
blancos,
gastándoselo pocas—apenas
distintivo
todo en de la alguna
nobleza,
festines fustayenemiga—y
dispuestos
milaneses enen fila, e
bellezas
el
iba botín
napolitanas,escaso.
acompañado metiendode variosmano jinetes.
en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios tiempos
Al llegar
le ponía aciagos
a suenaltura para
los
su camino. los españoles
españoles
Nada en el Mediterráneo.
se apartaron
podía a un lado
reprochársele, pues
Mientras
delmayoría
la camino losdetercios
saludando de los Austrias
a las
los soldados damas se
jóvenes quehabíanloconvertido
viajaban
hacían dentro,
mismo, en los
quie-
atraídos
dueños de los
nesaquella
por cuchichearon campos
tierra de en
alegres
extranjerabatalla
ylarica en
de Europa,
ventanilla
la que enespañoles
al los lasdestocarse
verlos aguaseran
del
Mare
dueños.Nostrum
y hacer una
Paraleve cada vezera
eracomo
reverencia.
ellos Italia más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
81
15
Poco másestaba
A la vista tarde, latras la batalla
muralla de Gelves
y la torre que secontra
alzabaelsobre
Turco,
el
que resultó
portal, penosapor
custodiada jornada para las armas
varios alabarderos católicas la
que vigilaban y entra-
donde
adapunto estuvo
al palacio díade dejar la
y noche. Enpiel, regresó aelEspaña,
ella ondeaba pendón dedonde vivió
la familia
entre Sevilla
Riolffini, y Madrid.
una sirena guerrera Y cuando vio negro
sobre fondo esfumados
y verde.todos sus
ahorros
A losMartín
pocos sentó
pasos plaza
cuatrodehombres
nuevo endelalaescuadra de galeras
guardia ducal con
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
jubones granates, golas de acero y bonetes con pluma les sa- que había
crecido
lieron altras una serie
encuentro. El de victorias
capitán obtenidas
se adelantó, por el temible
y hablándoles en
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
un elemental italiano les entregó unos documentos que uno
El poderoso
de los guardias rey Felipe
estudió II, paladín
durante unosdesegundos.
la causa católica
Al caboporel
encima deasintió
centinela todo—incluso por encima
devolviéndole del Papa
los papeles y losde Roma, que
escoltaron al
empleaba más
interior del fondos en turbios negocios para su beneficio
recinto.
que en proporcionar
Aquel sitio teníaapoyo a quienes
que valer defendíanseladijo
una fortuna, religión con
Martín.
uñas y dientes—,
Estaba repleto dehabía heredado
fuentes, de sublancas
estatuas padre lay titánica
cuidados guerra
jar-
contra el Turco,
dines. El que juntoamasaba
duque Luguerio a la corona de Castilla
grandes riquezasy gracias
Aragón
era la potencia
a sus tratos con máslosgrande del mundo,
comerciantes embarcándose
y armadores en una
italianos. El
contienda
puerto deque duraría
Corona casi doscientos
recibía años, mercantes
muchos barcos interrumpida sólo
al día,
por cortas treguas,
exportando y cuyo
luego por rutascampo de batalla
terrestres principalrecibidos
los productos eran las
aguas del Mediterráneo.
de Oriente. Abasteciendo los mercados del sur de Alemania,
La casa de
las ciudades delHabsburgo,
Danubio ycontando con sus
de Lombardía. vastas
Ese posesiones
inteligente ne-
ygocio
con el oro yllevado
había la plataa llegados
la familiadeRiolffini
las Indias, gastaba Corona
a gobernar hasta el
último maravedí
desde hacía muchasen luchar a brazo partido contra todos sus
generaciones.
enemigos, que nodel
La residencia eran
duquepocos,
era unpues además
típico palacioderenacentis-
la abierta
hostilidad de mahometanos,
ta, de edificio franceses, venecianos,
cuadrado y completamente simétrico.holandeses
Estaba
yunido
alemanes protestantes, ahora la mala relación
a una abadía y rodeado de una muralla fortificada.entre la corte
El
española
abuelo del actual duque lo había mandado construir a finalesy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
del siglo era elbuscando
anterior, español un imperio enorme
la tranquilidad y el yaire
temible, era
puro del
uno contra
campo, todos.
a las afueras de la ciudad. Lejos ya de la época de gue-
rrasAquella mañana
y rivalidades decaracterizaron
que septiembre, Martín se despertó
esa región conen
de Italia el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
82
velamen. Apartó laElmanta
el siglo anterior. mojadamedieval
viejo castillo por el relente nocturno
del puerto, y se
donde
puso en pie, seresidía
antiguamente abotonó la la camisa
familia y, haciendo
Riolffini, ahoracuenco
servía con
única- las
manos, cogió agua
mente como de una tinaja
edificación y se lavó el rostro, espabilándose.
defensiva.
Las Las
gotasescaleras
resbalaron de por su cara daban
la entrada sin afeitar,
a unos quegrandes
tenía bellasar-
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
cos blancos sujetos por recias columnas, y tras los portones hasta la mitad de
la mejillase
abiertos una veíadelgada
un ancho cicatriz. Teníaadornado
corredor una narizcon recta y labios
hermosos
fitapices
nos queflamencos.
solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
Entraron Su losceño,tresqueen por manía resonando
el palacio, o costumbre el casi
pasosiempre
de sus
mantenía
botasMartín fruncido,
sobrede la Vega
el suelo le daba profundidad
era soldado
ajedrezado de del a su
rey deblancas
baldosas mirada,
España,y como como
negras. lo
si estuviese
había atento
sido su una
Atravesaron padre a todo.
bajo
serie delos Se mojó
estandartes
salones, también el pelo castaño
del emperador Carlos.
todos temáticamente distin-y
revuelto y se lo echó
tos ySericamente hacia atrás,
amueblados despejando
con lámparas delaen frentecandela-
araña, surcada
alistó muy joven como arcabucero el tercio de
por
brosunos débiles trazos.
y alfombras
Navarrete, graciascuyo valorconocidos
a viejos podría alquilarde suuna compañía
familia, y partióde
hacia Caminó
el nortepor
lansquenetes por
de la crujía
un
Italia mes;
y de entre
allí los
también marineros
habíadonde
a Flandes, y soldados
hermosas que
pinturas
Francia habíaya
abarrotaban
que alternaban,
entrado la galera
nuevamente y selizaacercó
en antropocéntricas
en a proa,
con España. dondea losebrioso
representaciones,
Pese encontraba
yesce-
a las
el
nascapitán don
religiosas y Ricardo
mitología Villalobos
antigua. apoyado
El duque
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
sin la cureña
duda tenía deunla
moyana,
exquisito
los ojos decon
gusto
sus la ofi
camisa
para blanca
la decoración
ciales queyya
al demostrar eraera
en un gris abiertaocasiones
entusiasta
numerosas hasta
del arte.el
pecho,
Pruebadonde
cualidades ellobrillaba
de como losangre
daban unfría,escapulario
las disciplinadeyestatuas
numerosas la Virgen
un valoryque delfrescos
los Carmen,
rozaba y
la
el anchoque
tapices
temeridad, bonete ladeadocon
adornaban
labrándose haciéndole
suntuosamente
su acero una sombra enreputación
la cara y losentre
su residencia.
buena ojos
fijoscamaradas.
los en elasí
Aun horizonte,
los españoles en lasnosiluetas
se sentíanquecómodos
dibujaban enlas torres
aquel del
lugar,
puerto de Corona.
puesDespués
daba la sensación
de variasde que milesmuchos
campañas de ojos les estuvieran
soldados obser-
volvieron
La
adinerados galera
vando. Al llegar española
a unMartín
a Italia, volvía
salón con entre a
enormesItalia después
ventanales,sin
ellos, arrojándose de combatir
un empacho
sirviente
al corso
avestido berberisco
con unadelicias
las múltiples en la
librea encarnadaría de
que aquella Tetuán.
y golilla Las
tierra blancanaves
ofrecíalos capturadas
recibió.
a los holgados
habían
de bolsa, sido
—Capitán más
gastándoselo bien
Villalobos, pocas—apenas
todo en festines
el duque alguna fusta
milaneses
os espera. Aunque enemiga—y
y enmebellezas
temo
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano
que sus hombres tendrán que aguardar aquí. en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios tiempos
le ponía en
Se revolvieron aciagos para
su camino.
un poco los españoles
Nada
incómodos podía en el Mediterráneo.
losreprochársele,
soldados, peropuessu
Mientras
la mayoría losde tercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían
capitán les dirigió una mirada tranquilizadora antes de per- lo convertido
mismo, en
atraídoslos
dueños
por
derse de el
aquella
por los campos
tierra de batalla
extranjera
corredor. y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
83
15
Poco más tarde,
El capitán tras entró
Villalobos la batalla
en elde Gelves contra
despacho el Turco,
del duque. Era
que
una resultó
habitaciónpenosaampliajornada para alto,
y de techo las armas católicas
con frescos en lasy donde
pare-
ades
punto
que estuvo de dejar los
representaban la piel,
doceregresó
trabajos a España, dondeHabía
de Hércules. vivió
entre Sevilla y asientos
unos cómodos Madrid. forrados
Y cuando de vio esfumados
terciopelo y unatodos
mesa susde
ahorros
mármolMartíncon un sentó
tablero plaza de nuevo
de ajedrez, en la escuadra
bandejas de fruta de galeras
y botellas
de Nápoles
de licor. Allí para
estabaluchar
el duque,contra la amenaza
sentado turca, que
bajo un Heracles había
neonato
crecido tras una aserie
que estrangulaba de victorias
las serpientes. obtenidas
A su por el temible
lado se encontraban sus
corsario
hijos: eranDragut
tres, unsobre las armadas
hombre cristianas.
y una mujer que se parecían exage-
radamente,
El poderosode unos
rey treinta años,
Felipe II, y luego
paladín deotro chicocatólica
la causa más joven, por
que no debía de alcanzar los veinte. Todos
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que llevaban el pelo lar-
go y sedoso,
empleaba mása lafondos
milanesa,en yturbios
vestíannegocios
a la últimaparamoda sucon ropas
benefi cio
de calidad. Detrás de ellos, de pie, quieto
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión concomo una estatua,
estaba
uñas un hombre
y dientes—, moreno
había y fuerte,
heredado de padre
de su duras la facciones, ancha
titánica guerra
mandíbula
contra y una que
el Turco, cicatriz
junto quea le
la surcaba
corona la demejilla
Castillaizquierda
y Aragón y
le llegaba
era hasta más
la potencia la boca. Algunas
grande canas seembarcándose
del mundo, le juntaban en las en sie-
una
nes, contrastando con el resto del pelo negro
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo como el carbón,
quecortas
por llevabatreguas,
ondulado y largo
y cuyo campohastadelos hombros.
batalla Su ropa
principal eranera las
toda oscura y tenía
aguas del Mediterráneo. aspecto de soldado profesional. Sus pul-
gares Lacolgaban del cinto, donde
casa de Habsburgo, contandoceñíaconespada y daga.
sus vastas Era sin
posesiones
yduda
con uno deylos
el oro la bravos a sueldode
plata llegados quelasservían
Indias,algastaba
duque. hasta el
Al otro
último lado de
maravedí en la habitación
luchar a brazo dos mastines
partido descansaban
contra todos sus
sobre unasque
enemigos, alfombras
no eranárabes, al lado
pocos, puesdeademás
unos ventanales con
de la abierta
vidrieras azules
hostilidad que inundaban
de mahometanos, el salón
franceses, de un tonoholandeses
venecianos, celeste.
y alemanes protestantes,
El capitán español seahora
quitólaelmala relación
sombrero entreasiento,
y tomó la corte
española
aceptandoy laelInglaterra isabelina
vaso de licor que leamenazaba
ofrecía unaun nuevo frente, y
sirvienta.
claro, aunque
—Me alegroerade
elque
español unacudido
hayáis imperioaenorme y temible,
la cita, capitán era
Villa-
uno contra
lobos todos. hablaba buen español con fino acento ita-
—Luguerio
Aquella
liano—. mañana de
Permitidme septiembre,
presentaros Martín
a mis se éste
hijos: despertó
es micon el
pri-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
84
Poco más
mogénito tarde, tras
Alejandro, la batallahija
mi hermosa de Valentina
Gelves contra
y porelúltimo,
Turco,
que resultómi
Próspero, penosa jornada para las armas católicas y donde
hijo menor.
a punto
Todosestuvo de dejar
saludaron la piel, regresó
cortésmente a España,que
a Villalobos, dondehizovivió
lo
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
propio con una inclinación de cabeza, mostrando sus respe- todos sus
ahorros
tos. UnaMartín sentólas
vez hechas plaza de nuevo en el
presentaciones, la duque
escuadra de galeras
ordenó a sus
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
hijos mayores que se retiraran, permitiendo quedarse en la que había
crecido
estanciatras una joven
al más serie dede sus
victorias
vástagosobtenidas por el moreno
y al soldado temible
corsario Dragut
que seguía de piesobre
juntolasa armadas
la ventana.cristianas.
Villalobos seguía expec-
El ansioso
tante, poderoso reyconocer
por Felipe II, paladín dedelaaquella
el propósito causa católica
reunión.por
encima—Por de cierto,
todo—incluso
capitán por
—dijoencima del Papa
el duque—, de Roma,
espero que
que esos
empleaba
hombres de másahífondos en turbios
fuera sean negocios
de máxima para su beneficio
confianza.
que en—No proporcionar
se preocupe, apoyo a quienes
Excelencia, unodefendían
de ellos eslami
religión con
caporal y
uñas y dientes—, había heredado de su padre la
el otro un fiel soldado, ambos han combatido mucho tiempotitánica guerra
contra
bajo mielmando
Turco,yquesus junto a la corona
reputaciones de Castilla yestoy
son intachables, Aragón
se-
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
guro de que no le han dicho a nadie que venían aquí. en una
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
—Mejor para todos entonces, porque el asunto del que
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
voy a hablaros es muy delicado —el italiano apoyó lentamen-
aguas del Mediterráneo.
te las palmas de sus manos sobre la mesa—. Quisiera encar-
garosLauna
casamisión
de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
de vital importancia.
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
—¿A mí solo?
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
—No, no...
enemigos, que noA vos y apocos,
eran vuestros
pueshombres,
además por de supuesto.
la abierta
Pero sería preferible que sólo sus soldados más
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses cercanos se-
ypan toda la protestantes,
alemanes información. ahora la mala relación entre la corte
—Noyme
española gusta mentir
la Inglaterra a mis amenazaba
isabelina hombres, sobre todo frente,
un nuevo si van ay
tener aunque
claro, que jugarse
era ellaespañol
vida. un imperio enorme y temible, era
uno —No
contratendréis
todos. que mentir, capitán, tan sólo omitir cierta
parte del asunto...
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
86
velamen. Apartó
El duque la manta
lo miraba mojada por
sonriendo como el una
relente nocturno
serpiente, y se
se no-
puso
taba queen pie,
estabase abotonó
acostumbrado la camisa a esosy, haciendo
juegos. cuenco con las
manos, —La cogió agua es
misión de una
simpletinaja y se lavó el rostro,
—prosiguió—: espabilándose.
consiste en asal-
Las
tar un navío turco y recuperarI unos bienes que me bellas
gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía per-
facciones, aunque del ojo izquierdo
tenecen. Es un trabajo al que estáis acostumbrado, nada bajaba hasta la mitad de
la mejilla
fuera de una delgada Además,
lo común. cicatriz. Tenía estoyuna nariz recta
dispuesto y labios
a pagaros
fianos
vosquemilsolía torcer más
florines, de lado en una
otros mil media
a repartirsonrisa cuando
entre sus algo
ofi-
le divertía. Su ceño, que por manía
ciales y soldados. Por supuesto también todo lo que en- o costumbre casi siempre
mantenía
contréis
Martíndefruncido,
devalor
la Vega le daba
enera profundidad
el soldado
barco turco adesu
del reypodéis mirada,
España, como
quedároslo.
como lo
si estuviese
Luguerio
había sido se atento
su recostó a
padre bajo todo.
en su Se mojó
lossillón, también
retorciéndose
estandartes el pelo
del emperador castaño
el bigote cony
Carlos.
revuelto
dos Se dedosy se lo echó hacia
mientras sus ojos atrás, despejando
oscuros la frente
se clavaban surcada
alistó muy joven como arcabucero en elentercioVillalo-de
por
bos. unos
Era débiles
un hombre trazos.
de negocios dotado de un fuerte poder de
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
sugestión,
el norte por
que la
desabía crujía
Italiainfluir
y de entre los marineros
decisivamente
allí a Flandes, eny los
donde soldados
demás.que
Francia ya
había
abarrotaban
entrado—¿Qué mela galera
nuevamente decís,en y selizaacercó
capitán? a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesEldíscolo don
veterano Ricardo
queespañol Villalobos
su corta contuvo
edad le hacía apoyado en la cureña
ser, pronto destacó
una exclamación y tratóde
ante
dela
moyana,
los
hacer con
ojoscuentas
de sus larápido:
camisa
ofi cialesmilblanca que ya
al demostrar
florines eranumerosas
en
italianos griseran
abierta
unos hasta
ocasiones
ocho- el
pecho,
cientosdonde
cualidades como
reales, brillaba
sangre
algo unfría,
más escapulario
quedisciplina
su paga dey anual
la Virgen
un valor del rozaba
que
como Carmen,
capitán. la
el ancho
temeridad, bonete
Con ese dinero ladeado
labrándose podría haciéndole
concomprar
su acero su sombra
unalicencia en la cara
buena reputación y los
y volver aentre ojos
Es-
fi
losjos
paña, en adecentar un poco su casa y enviar a sus hijas a del
el horizonte,
camaradas. en las siluetas que dibujaban las torres la
puerto
corte de Corona.
tras untar la mano de algún funcionario.
Después de varias campañas muchos soldadosNovolvieron
era un
La galera
mal futuroapara
adinerados española
Italia,unMartín volvía
viejo capitán a
entre ellos, Italia después
quearrojándose
había peleado de combatir
durante
sin empacho
al
atodacorso berberisco
su vida, delicias
las múltiples en la
sobreviviendo ría
que aquellade Tetuán.
a motines, Las naves
ataques
tierra ofrecía a loscapturadas
deholgados
piratas
habían
y fuertes
de sido más bien
tormentas a todo
bolsa, gastándoselo pocas—apenas
lo largo alguna
de su dilatada
en festines fusta
milaneses enemiga—y
trayectoria
y en bellezas de
el botín
napolitanas,escaso.
marino. Tanto daba atacar
metiendo mano un en barco
todo lance turcoy en nombre
mujer hermosadel
que Eran
rey Dios
o tiempos
de aquel
le ponía aciagos
duque.
en su Además,para los
camino. elespañoles
Nada reypodía
nunca enpagaba
el Mediterráneo.
reprochársele, tan bien.
pues
Mientras
Cobrar
la mayoría losdetercios
apenas los de losreales
cuarenta
soldados Austrias se
le costaba
jóvenes habían
hacían loconvertido
un mes de atraídos
mismo, en los
corsear
dueños
la costa
por de
aquelladelos campos
Berbería,
tierra de batalla
con
extranjera los en
de Europa,
piratas
y rica que losenespañoles
lapegados allas
culoaguas del
y toda
eran
Mare
fuenteNostrum
dueños. de agua
Para cada
ellosdulce vez
Italia eracomo
rodeada
era másde difícil
población
un contener
generoso hostil. a la
paraíso Loingente
que el
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
87
15
duquePoco más tarde,
le ofrecía tras golosina
era una la batallaimposible
de Gelves decontra el Turco,
rechazar. Un
que resultó
último penosa
trabajo jornada para las armas católicas y donde
y a casa.
a punto
—Está estuvo
biende dejar la Ricardo
—accedió piel, regresó a España,
Villalobos donde vivió
tras acabarse el
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
licor de un trago—, cuénteme de qué se trata, Excelencia. todos sus
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
—Estupendo.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
El duque chasqueó levemente sus dedos y señaló las copas
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
para que el sirviente escanciase más bebida. Tras una breve
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
pausa Luguerio Riolffini comenzó a explicar el asunto.
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
Todo había comenzado unos días atrás, cuando recibieron
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
en palacio la visita de María Quintana: una joven española per-
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
teneciente a una poderosa familia de Castilla, a quien habían
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
prometido con Próspero, que aún no estaba casado. El plan
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
fue orquestado por Luguerio, viendo en esa unión una manera
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
de fortalecerse con el favor de la nobleza castellana. Durante
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
esos días de visita los pretendientes deberían conocerse y dar
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
el visto bueno al enlace. Un mero trámite de cortesía. Así que
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
la joven llegó a Corona con sus mejores galas y un séquito de
aguas del Mediterráneo.
sirvientas y pajes. Todo había transcurrido según lo previsto,
y la La casanoble
joven de Habsburgo, contando
y sus sirvientas con susavastas
regresaron España posesiones
para or-
yganizar
con el los
oro preparativos,
y la plata llegados de las Indias, gastaba
llevando consigo regalos para hasta el
la fa-
último maravedíy en
milia Quintana unluchar a brazo
cofre con dinero partido
para ircontra todos las
suavizando sus
enemigos,
voluntadesque de lanogente
eranoportuna.
pocos, puesTambiénademás de la abierta
un administrador
hostilidad
de la casa de mahometanos,
Riolffini viajaba con franceses, venecianos,
ellos, pues era deseoholandeses
del duque
yadquirir
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
unas tierras cerca de Madrid con el fin de construir la corte
española
una casaypalacio
la Inglaterra isabelinaa amenazaba
y regalársela su hijo trasunel nuevo
enlace.frente,
Allí ely
claro, aunque
apellido erapodría
Riolfini el español
crearuncasa
imperio enorme yhasta
y mayorazgo, temible, era
conse-
uno
guircontra todos.
el siempre deseado título de Grandeza de España.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
88
velamen. Apartó
Pero todo se la manta
torció mojada
cuando porsiguiente
al día el relentellegó nocturno y se
al puerto
puso
un barcoen pie, se abotonó
pesquero que habíala camisa
rescatadoy, haciendo cuenco con
a unos marineros las
per-
manos, cogióaagua
tenecientes de una tinaja
la tripulación dely se lavóespañol.
navío el rostro,Dijeron
espabilándose.
que el
Las gotas resbalaron
bergantín había sido por su cara
asaltado porsin unosafeitar, que tenía
corsarios turcosbellas
que
I
facciones,
masacraron aunque
a todos dellosojoqueizquierdo
no pudieron bajaba hasta la
escapar, mitad de
llevándose
la mejillaeluna
consigo orodelgada cicatriz. como
y a las mujeres Tenía esclavas
una narizpara recta el ySultán.
labios
fiLos
nos piratas
que solía torcer de
parecían lado ende
conocer una media sonrisa
antemano cuando algo
la naturaleza de
le divertía.
aquella Su ceño,
travesía. que por manía
Aparecieron o costumbre
demasiado rápido,casi justosiempre
en el
mantenía
lugar donde
Martín fruncido, Vega le era
deellabergantín daba profundidad
español
soldado había adesu
del reyabandonado mirada,
España, la como
costa
como lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
y estuviese
la protección atentode a
los todo.
cañones Se mojó
del también
puerto. el pelo castaño
revuelto—Comoy se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistósabréis,
muy joven capitán, como perder a esa dama
arcabucero en el podría
terciocos-de
por
tarme unosel débiles
título y trazos.
mi familia caería en desgracia. Necesito que
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
la traigáis
el nortedepor de la
vuelta crujía
Italiajunto
y deentre
con
allí los marineros
cofres de
a Flandes, y soldados
oro.
donde Franciaque ya
había
abarrotaban
entrado —Con el la
nuevamente galerarespeto,
debido y se
en lizaacercó a proa,Pese
Excelencia,
con España. donde
mis losebrioso
ahombres encontraba
no
y ason
las
el capitán
mercenarios. don Ricardo Villalobos apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la cureña de la
moyana,
los ojos con
de
El capitánsus laexpuso
camisa
ofi blanca
cialesaquella que
al demostrar ya en
objeción eracon
gris
numerosas
todaabierta hasta el
ocasiones
la gravedad
pecho,
cualidades
que pudo donde como
reunir,brillaba
sangre unfría,
intentando escapulario
disciplina
resistir la deyinfluencia
la Virgen
un valor que del Carmen,
casirozaba
mágica la
el ancho
temeridad,
que el duquebonete ladeado
labrándose
ejercía alcon haciéndole sombra en la
su acero una buena reputación entre
hablar. cara y los ojos
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—Sé que no lo son, pero sería indigno que gente tan noble
puerto de Corona.
como Después
la española de varias
dejasecampañas
a los suyosmuchos en manos soldados volvieron
de los otomanos
La
adinerados galera
por temor aaluchar española
Italia, contra volvía
Martínellosentre —laa Italia
ellos, después
arrojándose
sonrisa de víborasin de combatir
deempacho
Lugerio
al
a corso
las berberisco
múltiples en
delicias la
que ría de
aquella Tetuán.
tierra Las
se acentuó—, lo que en justicia es obligación de todo cristiano. naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían
de sido
bolsa, más bien pocas—apenas
gastándoselo todo enno festines alguna
milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
—Quisiera dejar claro que es al Turco a quien temo sino
el botín
napolitanas,escaso. metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
a mi rey y a lo que podría considerarse como desobediencia.
que DiosEranle tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
—Eso puede arreglarse fácilmente sobre el papel, capitán
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
Villalobos, no tenéis por qué sentiros afligido por temores se-
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
mejantes. Puedo daros garantías si es lo que queréis, el em-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
89
15
PocoMartínez
bajador más tarde,ya tras
se halapreocupado
batalla de Gelves
de quecontra el Turco,
seáis intocable
que resultó lapenosa
si aceptáis misión.jornada para las armas católicas y donde
a punto estuvo
Aquel de dejar
si aceptáis erala superfluo,
piel, regresóel aduque
España, dondedicho
lo había vivió
entre
con laSevilla y Madrid.
amabilidad Y cuando vio
condescendiente esfumados
del que sabe quetodos sus
el nego-
ahorros Martín
cio no tiene sentó
vuelta deplaza
hoja.deConnuevo en la escuadra
la embajada españolade galeras
de por
de Nápoles para luchar contra
medio y tanto en juego, era cosa hecha.la amenaza turca, que había
crecido tras una
El español serie varias
se pasó de victorias
veces laobtenidas
palma de la por el temible
mano por el
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
cabello gris que peinaba hacia atrás. Aún parecía dudar a pe-
El poderoso
sar de que no seríareydinero
Felipe lo
II,que
paladín deen
faltase la aquella
causa católica
campaña.por
encima de todo—incluso
—Permitidme por encima
una pregunta. del Papatiene
Vuecelencia de Roma, que
a sus sol-
empleaba
dados, ¿por másquéfondos en turbios
encargármelo negocios para su beneficio
a mí?
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
—Porque el embajador Martínez insistió mucho —con-
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
testó el duque sin pestañear—. Confía plenamente en vos.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
Además tengo entendido que sois un hombre valeroso y com-
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
prometido con el auténtico deber. La joven María Quintana
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
pertenece a una reputada familia española, rescatarla de ma-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
nos de los infieles y hacerles pagar por su crimen también es
aguas del Mediterráneo.
vuestra guerra. ¿No creéis, capitán?
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
Villalobos asentía despacio mientras digería todo lo que
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
estaba escuchando.
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
—El Turco
enemigos, que hanoinsultado nuevamente
eran pocos, a toda la
pues además decristiandad
la abierta
adentrándose en aguas protegidas por su Católica
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses Majestad
yy alemanes
el Santo Padre —prosiguió
protestantes, ahoraelladuque—, y conentre
mala relación mucha des-
la corte
vergüenza
española y lahaInglaterra
osado atacar a gente
isabelina de pesouncomo
amenazaba nuevolafrente,
ilustrey
familia
claro, Quintana.
aunque era elTodos nosun
español veríamos
imperioperjudicados y nuestra
enorme y temible, era
honra quedaría
uno contra todos. en entredicho si permitimos que semejante
injuria quede impune. Imaginaos, señor capitán, lo que el
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
90
velamen.
rescate deApartóesta dama la manta
podría mojada
suponer porpara
el relente
vuestra nocturno
reputación y se
puso
comoensoldado
pie, se yabotonó
sobre todo,la camisa
para y, haciendo
vuestra hojacuenco con las
de servicios.
manos, cogió agua
Estoy seguro de quede una tinajade
el señor y seQuintana
lavó el rostro,
no se espabilándose.
olvidará del
Las gotascaballero
valiente resbalaron quepor su cara asin
ha salvado suafeitar,
única hija. que tenía bellas
I
facciones,
Luguerio aunque del ojo
hizo una izquierdo
pequeña pausabajaba
y señaló hasta
haciala la
mitad
puerta de
la
conmejilla
un gestounade delgada
su mentón.cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos—Enque solía
cuanto torcer
a misde lado en unaesmedia
hombres, sabido sonrisa
que lascuando algo
espadas
le divertía. Suno
mercenarias ceño,
son dequefiar.porSonmanía o costumbre
valientes casi siempre
en las tabernas pero
mantenía fruncido,
Martínendelaslabatallas.
cobardes le daba
Vega eraAdemás, profundidad
soldado no delsérey a su mirada,
de España,
cómo como
como lo
se defenderían
si estuviese
había atento
sido suMuchos
en el agua. a
padre bajo todo.
no han Se mojó
los estandartes también
pisado nunca delun el pelo
emperador castaño
pasa-y
barco y seCarlos.
revuelto
ríanSe toda y la
setravesía
lo echó mareados.
hacia atrás, despejando la frente surcada
alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
El duque gracias
bebióaun viejos
tragoconocidos
largo, y tras de mirar
su familia,
durante y partió
unos
hacia Caminó
segundosel norte por la crujía
de Italia
el líquido y de
que entre los marineros
allí a Flandes,
contenía el vaso donde y soldados
volvió Francia
a dirigirseque ya
había
al
abarrotaban
entrado
capitán.nuevamente la galeraen y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
veces—Pordíscolodon Ricardo
que su corta Villalobos apoyado en la cureña de la
supuesto, señoredad le hacíame
Villalobos, ser,gustaría
pronto destacó
que sus ante
sol-
moyana,
los ojos con
de sus la ofi
camisa
ciales blanca
al que ya en
demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
dados no supieran el asunto de que la joven Quintana es la
pecho, donde
cualidades brillaba unfría, escapulario dey un
la Virgen del rozaba
Carmen,
prometidacomo de misangre
hijo. No todos disciplina
al menos... valor que
Comprendéis misla
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole sombra en la cara y los ojos
razones, ¿verdad? Nocon me su acero una
interesa quebuena reputación
se propague como entre
el
fijos
los en el
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
fuego el rumor de que Luguerio Riolffini no sabe ni proteger a
puerto de Corona.
unaDespués
dama. Undeseñor varias nocampañas
puede ganarse muchos soldados
la estima de sus volvieron
súbdi-
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose
tos ni fiarse de ellos si éstos le descubren fallos o debilidades. de
sin combatir
empacho
al
aEn corso
lasun berberisco
múltiples
principio en que
delicias la ría
el rescate de Tetuán.
aquella
tiene quetierra Las naves
ofrecía
parecer algoa loscapturadas
holgados
fortuito. Ya
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines
haremos el asunto público cuando la tengamos de vuelta, yalguna
milanesesfusta y enemiga—y
en bellezas
el
nobotín
napolitanas,
antes.escaso. metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios tiempos
le
—Claro. ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídosen los
—Es vital que la joven regrese sana y salva. Si los turcos
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaende Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
piensan entregarla al Sultán no la habrán mancillado —el du-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
91
15
que Poco más tarde,
se inclinó sobre tras la batalla
el tablero de Gelves
de ajedrez, contra una
cogiendo el Turco,
pie-
que
za—.resultó
Como penosa
veis, la jornada
dama espara la piezalas armas católicas ydedonde
más importante este
ajuego.
puntoYestuvo
el rey,de que dejar la piel,
en este casoregresó
podríamosa España,
suponer donde
quevivió
soy
entre
yo, la Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
más vulnerable.
ahorros Martínsesentó
Villalobos sentía plaza
másde comonuevo enpeones
esos la escuadra de galeras
que avanzaban
de Nápoles para
lentamente hacia luchar contrasiendo
el enemigo, la amenaza turca,en
los primeros que había
caer.
crecido
—Soy tras
ununamal serie
jugador,de Excelencia.
victorias obtenidas por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Luguerio sonrió, y las arrugas que se juntaban en sus ojos
El poderoso
inteligentes rey Felipe II,
se destacaron. paladín de laloscausa
Sobrepasaba católica
cincuenta por
años
encima
aunquede todo—incluso
conservaba buenpor encima
porte, y undelfinoPapa de Roma,
y cuidado que
bigoti-
empleaba
llo acentuabamássu fondos
aspecto endeturbios
noble negocios
acaudalado. para Erasuobvio
benefi cio
que
que en proporcionar
la joven española y la apoyo
bodaa con
quienes defendían
su hijo eran comola religión con
una fruta
uñas
maduray dientes—,
esperando había heredado
a ser mordida. de su
Una padre la titánicaque
oportunidad guerra
no
contra el Turco, que junto a la corona de
podía dejar escapar. Para la gente como él la ambición era un Castilla y Aragón
era la potencia
gusto que cuando másse grande
nutría, delfácilmente
mundo, embarcándose
se convertía en en una
una
contienda
obsesión, quey para duraría
Luguerio casi Riolffini
doscientos enaños, interrumpida
particular, el podersólo
in-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla
herente a su posición había alimentado durante mucho tiem- principal eran las
aguas
po undel Mediterráneo.
deseo más allá del alcance de su pequeño ducado.
La
El duque seHabsburgo,
casa de levantó de contando con sus vastas
pronto, poniendo una manoposesiones
sobre
yelcon el oro y la plata
hombro de su hijo menor. llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
—Por cierto, mi joven Próspero insiste en sumarse a la
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
expedición. Quiere emular al rey Menelao rescatando a su
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
amada. Bendita sangre joven. Creo que eso le dará una bue-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
na reputación, se hablará de su hazaña en todas las cortes y
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
ganará un importante renombre. Le vendrá bien a la familia
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
para cuando tengan que ocupar mi lugar.
uno contra todos.
Luguerio mostraba todos los síntomas de un padre lle-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
92
velamen. ApartóSabía
no de orgullo. la mantaque si mojada
su hijo por el relente
traía a la joven nocturno
nobleyde se
puso
vueltaensería
pie, la secomidilla
abotonó de la camisa
todas las y, cortes
haciendo cuenco
de Italia. Peroconpor
las
manos, cogiósentía
otra parte, agua de unauna tinaja ypreocupación
terrible se lavó el rostro, espabilándose.
ante la posibili-
Las
dadgotas
de unresbalaron
fracaso enpor su cara sin
la empresa, lo queafeitar, que tenía
le costaría bellas
la ruina,
I
facciones,
la deshonra, aunquey verdel ojo izquierdo
su nombre en boca bajaba hasta cubierto
de todos, la mitad de de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
infamia.
finosElque solía se
duque torcer
acercó de lado en unamoreno
al hombre media sonrisay robusto cuandoquealgo
se-
le divertía.
guía de pie. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido,
—Os quiero de la presentar
Vega le era
daba alprofundidad
soldado
capitán delde reymiadeguardia:
su mirada,
España, comocomo
Lorenzo lo
si estuviese
había
Leone. sido atento
su padre
También a
osbajotodo. Se mojó
los estandartes
acompañará también el
del emperador
para garantizar pelo castaño
Carlos.y
la seguridad
revuelto
de mi y seesloun echó hacia atrás, totaldespejando
confianza. laenfrente surcada
Sehijo,
alistó muy hombre
joven de como arcabucero el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
El duque gracias
señalóa con viejosun conocidos
gesto de sude manosu familia, y partió
al rudo soldado
hacia Caminó
el norte
que hasta por
esede la crujía
Italia y de
momento entre
se allí
habíalos marineros
a Flandes,
mantenido dondey soldados
Franciaque
al margen. ya
había
Des-
abarrotaban
entrado
pués paseó la galeraen
nuevamente
lentamente y se
liza
poracercó
con a proa,
España.
el salón, donde
Pese
fijándose a lo
ensebrioso
encontraba
los y a las
cuadros
el capitán
veces
comodíscolo don
si no los que Ricardo
su corta
hubiese Villalobos
edad
visto le hacía ser, pronto destacóde
nunca. apoyado en la cureña la
ante
moyana,
los ojos con la ofi camisa blanca que ya en era gris abiertaocasiones hasta el
Los dedossus cialesse
capitanes al estudiaron
demostrar un numerosas
rato sin decir nada.
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina de unla Virgen del rozaba
Carmen,
Eran personas muy similares, los dosysirviendo valor que lealmente la
a
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole
con su acero sombra
una buena en la cara
reputación y los ojos
entre
sus señores, con muchas cicatrices en el cuerpo que daban fe
fijoscamaradas.
los en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
de ello. El duque finalmente se volvió de nuevo hacia Villalo-
puerto de Corona.
bos Después
y retomóde varias campañas muchos soldados volvieron
la palabra.
La
adinerados galera española
a Italia, Martínvolvía
entre a Italia
ellos, después de combatir
—Tengo información de que los arrojándose
corsarios pueden sin empachoestar
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen quela ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
fondeados en una isla llamada Sarissa, situada cerca de Sici-
habían
de sido más bien pocas—apenas alguna fustayenemiga—y
lia.bolsa,
Juntogastándoselo
a los marineros todotambién
en festines milaneses
se rescató a unen bellezas
turco que
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
había caído al mar, y después de darle tormento confesó que
que Eran
ese Dios
era tiempos
elle ponía en
destino aciagos
desu para los
sucamino.
galera. españoles
Nada
Asegura podía en el Mediterráneo.
quereprochársele,
antes del aborda-pues
Mientras
la
je mayoría
hubo un losde tercios
intenso de los Austrias
los soldados
cañoneo, jóvenes
así que se habían
hacían
los loconvertido
turcos mismo, en los
habránatraídos
tenido
dueños
por
queaquellade los
detenerse campos
tierra la isladea reparar
en extranjera batalla
y ricaen de Europa,
su la que losenespañoles
nave. las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
93
15
Poco másestarde,
El islote tras la batalla
muy utilizado por losdecorsarios
Gelves contra
porque el Turco,
existe
que resultó castillo
un antiguo penosa yjornada para las
un minarete armas
desde católicas
el que y donde
se controla el
aacceso
puntoaestuvo de Es
la playa. dejar la piel,por
conocido regresó a España,
los marinos donde
como vivió
la torre
entre Sevillaun
di’l fuocco, y torreón
Madrid. queY cuando vio esfumados
antiguamente funcionaba todoscomosus
ahorros
faro para Martín sentóque
los barcos plaza de nuevo
recorrían en aguas.
esas la escuadra
La isladeestá
galeras
de-
de Nápoles
sierta desdepara
hace luchar
muchoscontra la amenaza
años debido turca, queincur-
a las continuas había
crecido tras una
siones piratas serie
y del de victorias
castillo ya sólo obtenidas
quedan cuatropor elmurallas
temible
corsario
en ruinas.Dragut sobre las armadas cristianas.
El duque
poderoso rey Felipe
desplegó II, paladín
un detallado de lasobre
mapa causalacatólica
mesa. Erapor
encima
un planodepreciso,
todo—incluso
sin duda por encimapor
dibujado delun
Papa decartógrafo.
hábil Roma, que
empleaba
—Aquímás estáfondos
—precisó en señalando
turbios negocios
un punto paradelsupliego—,
beneficio a
que en proporcionar
menos de tres días de apoyo a quienes
travesía en unadefendían la religión
galera rápida comocon la
uñas y dientes—,
vuestra. había prisa
Debéis daros heredado
antesdedesuque
padre
los la titánicasalgan
corsarios guerra
contra
al mar el Turco, aque
y lleguen las junto
costasade laNicaría,
corona allí
de Castilla
estaríanyfueraAragón
de
era la potencia
nuestro alcance, más grande
a salvo delentregar
para mundo,elembarcándose
cargamento. en una
contienda que duraría
El español observabacasi doscientos años, interrumpida
el mapa grabándose la ruta ensólola
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal
memoria. No era la primera vez que recorría esas aguas. El eran las
aguas del Mediterráneo.
conjunto de islas que se arremolinaba ante la costa de Sicilia
era La
uncasa de Habsburgo,
hervidero contando
de refugios con sus
corsarios. Porvastas posesiones
su proximidad
ycon
conelelnorte
oro ydelaÁfrica
plata yllegados
las rutasdeque
las van
Indias, gastaba
hacia hasta el
el Mediterrá-
último maravedí
neo Oriental esa en
zonaluchar a brazopor
era elegida partido
muchos contra todospara
marinos sus
enemigos, que de
aprovisionarse no agua
eran dulce,
pocos,alimentos,
pues ademáso paradereparar
la abierta
sus
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
naves tras algún combate o fuerte tormenta. Aquel archipié- holandeses
ylago
alemanes
formaba protestantes,
un embudoahora la mala
natural, relación
un cruce entre laentre
de caminos corte
española
oriente yy occidente
la Inglaterra isabelina
repleto amenazaba
de barcos un nuevo
de muchas frente, y
banderas.
claro, aunque
Controlar las era el español
rutas un imperio
comerciales enorme
era vital y todosy temible,
querían era
su
uno contra todos.
parte: España, Francia, Inglaterra, la República de Venecia,
AquellaSiendo
el Turco… mañanaelde septiembre, Martín
Mediterráneo —el granse despertó con el
océano Atlán-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
94
velamen.
tico todavía Apartó estabala manta
siendomojada explorado— por el relente
el peligrosonocturno y se
tablero
puso
donde ensepie, se abotonó
disputaban la camisa y,marítima.
la hegemonía haciendo cuenco con las
manos, Durantecogió aguaun buende una ratotinaja y se lavóel
estudiaron el rostro,
plano yespabilándose.
hablaron so-
Las gotas resbalaron
bre los pormenores de la campaña. por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I El capitán se interesó es-
facciones,
pecialmente aunque
por ladel ojo de
forma izquierdo
pago, que bajaba
sería hasta
con una la cantidad
mitad de
la mejilla
antes una delgada
de partir para comprarcicatriz.suministros
Tenía una ynariz todorecta y labios
lo necesario
fipara
nos que él ysolía torcer de lado
sus hombres, y el en unaamedia
resto la vuelta,sonrisasi todocuando algo
salía a
le divertía.
satisfacción. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín
Por peticiónfruncido,
de la expresa
Vega le era
daba
del profundidad
soldado
capitán del rey adesu
español mirada,
yEspaña,
bajo comocomo
la supervi- lo
si
habíaestuviese
sión del sido atento
su padre
duque, a
unobajo todo.
de sus Se mojó
losfuncionarios también
estandartes preparó el
del emperadorpelo castaño
Carlos.y
con diligencia
revuelto
los documentos y se lo echó hacia atrás,
pertinentes. despejando
Se trataba de unla frenteextraofi-
asunto surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por
cial, unos
y a débiles
todos los trazos.
efectos la galera de Ricardo Villalobos estaría
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
realizandoel norte por
una la
demisióncrujía
Italia entre
ypara
de el los
allí rey marineros
católicodonde
a Flandes, y soldados
cuando que
rescatase
Francia habíaya
a
abarrotaban
María Quintana.
entrado la galera
nuevamente Enen y se
los acercó
papeles
liza afiguraba
con España. proa,Pese donde losebrioso
unapago encontraba
simbólico
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
comocapitán don
agradecimiento Ricardo a Villalobos
la tripulación apoyado
española en la
por cureña
interceptar la
ante
moyana,
y eliminar
los ojos de con unas
sus la ofi
camisa
ciales blanca
galeras turcas
al que
que ya
demostrar eranumerosas
sembraban
en gris abierta
el terror hasta
en la
ocasiones el
pecho,
bahía de
cualidades donde
Corona,
como brillaba
ciudad
sangre unfría,
escapulario
aliada de Felipe
disciplina dey unlaII.Virgen
Por loque
valor del
tantoCarmen,
el ca-
rozaba la
el ancho
pitán bonete
Villalobos ladeado
sólo haciéndole
estaba cumpliendo
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entresombra con en
su la cara
deber y
de los ojos
elimi-
finar
losjoscamaradas.
aenlosel horizonte,
corsarios que en las siluetas que
amenazaban lasdibujaban
posesiones lasde torres del
su rey.
puerto
Aquello depodía
Corona.
Después deexplicar
varias su demora muchos
campañas al desembarcar soldados envolvieron
Génova,
peroLa
adineradosengalera
ningún española
caso
a Italia, podría
Martín volvía a Italia
achacársele
entre ellos, después
la tardanza
arrojándose de
sin combatir
alempacho
cumpli-
al
a corso
miento
las berberisco
de
múltiples unadelicias
misiónen que
la
pararía de Tetuán.
terceros.
aquella tierra Las
Cuando naves
ofrecía el aasuntocapturadas
los se hi-
holgados
habían
ciese
de bolsa, sido
público más
quizás
gastándoselo biena más
pocas—apenas
todode enuno alguna
le parecería
festines milaneses fusta
raroyenemiga—y
tanta coin-
en bellezas
el botín escaso.
cidencia:
napolitanas, el secuestro,
metiendo el manorescateen ytodo el pagolance dely duque; pero los
mujer hermosa
papeles
que Eraneran
Dios tiempos
le poníalo importante
aciagos
en para
su camino. y jamás
los
Nada se
españoles
podíapodría en eldemostrar
Mediterráneo.
reprochársele, otra
pues
cosa.
Mientras
la Además,
mayoría el propio
losdetercios
los de los
soldados duque
Austriasy el embajador
jóvenes se habían
hacían español
mismo, eran
loconvertido enlos
atraídoslos
primeros
dueños
por aquella interesados
de los campos
tierra en que
de batalla
extranjera el asunto
y ricaen no
de Europa, hiciese
la que losenespañoles ruido hasta
las aguaseran del
que
dueños. la
Mare Nostrum joven estuviese
Para ellos cada a salvo
vezera
Italia eracomoy de vuelta.
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
95
15
Poco más tarde,
—Reuniré tras ylalevaremos
a la tropa batalla de ancla
Gelvesmañana
contra el Turco,
—dijo el
que resultó
español penosa
cuando jornada
estuvo todo para
clarolas armas
como católicas y donde
el agua.
a punto estuvo depor
—Brindemos dejar la piel,
el éxito deregresó
la misión,a España,
capitándonde vivió
Villalobos,
entre
seréisSevilla
un hombrey Madrid.
rico. Y cuando vio esfumados todos sus
ahorros
DichoMartín sentó plaza
eso Luguerio de nuevo
Riolffini en la
sonrió escuadra
siniestro y de galeras
triunfal a
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
la vez, más con los ojos que con la boca, como debió sonreír que había
crecido
Lucifer tras una serie que
tras conseguir de victorias
mordieran obtenidas
la manzana.por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Tras el brindis el capitán se puso el sombrero, se despidió
El
de todospoderoso rey Felipe
y fue escoltado II, paladín
hasta la salida.de la causa católica por
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
que en—La verdad es que
proporcionar el trabajo
apoyo estádefendían
a quienes muy bien pagado —dijo
la religión con
Martín entre dos sorbos de vino.
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
contraEstaban Afonso,
el Turco, que el capitán
junto a la ycorona
él sentados en torno
de Castilla a una
y Aragón
mesa
era la en la Rueda
potencia másdegrande
Oro, después
del mundo,de la embarcándose
visita al palacio. enDes-
una
pachaban entre los tres una jarra de buen vino
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo y un delicioso
plato
por de guisantes
cortas treguas, yconcuyo tocino,
campotodo ello pagado
de batalla con eran
principal el ade-
las
lanto entregado por
aguas del Mediterráneo. el duque. Villalobos les había contado el
asunto y todos
La casa estuvieroncontando
de Habsburgo, de acuerdo conen suscumplir la misión
vastas posesiones
yante
consemejante
el oro y larecompensa.
plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último—Me imaginoenque
maravedí el pequeño
luchar a brazoRiolffini
partido estará
contradesconso-
todos sus
lado, no todos
enemigos, que los
no días
eransepocos,
casa uno conademás
pues la hija de
de unla grande
abierta
de España,
hostilidad deymahometanos,
que la rapten franceses,
delante devenecianos,
tus naricesholandeses
escuece a
ycualquiera.
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra
—Puede isabelina
que la pequeña damaamenazaba un nuevo
prefiera estar con frente,
los tur-y
claro, aunque
cos —dijo era el
guasón el español
portuguésun por
imperio enorme
lo bajini—, seyles
temible, era
cree con-
uno contraamantes.
sumados todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
96
velamen.
—No Apartó la manta—contestó
digáis tonterías mojada por el relente
censor nocturno
el capitán y se
Villalo-
puso
bos—,enesa pie, se abotonó
muchacha seríalaesclava
camisapara y, haciendo
el resto decuenco
su vida. con las
manos, cogió agua
—¿Desde cuándode unaos tinaja
importany se lavó
las el rostro,
nobles espabilándose.
prisioneras, se-
Las gotas
ñor capitán? resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
—Desde aunque
que me del ojo izquierdo
pagan mil florines bajaba hasta la
por traerlas demitad
vuelta.de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—Amén —Afonso se persignó con el pulgar.
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
Todos Su
le divertía. bebieron
ceño, que un por
buenmanía tragoo mostrando
costumbre casi aprobación
siempre
generalizada.
mantenía
Martínfruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomo lo
Era por la tarde y la posada empezaba
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también a animarse,
el pelo cada
castaño
vez más ygente
revuelto se loocupaba
echó hacia las mesas y un grupo de
atrás, despejando músicos
la frente toca-
surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
ba en
por un débiles
unos rincón.trazos.
Estuvieron entretenidos en la posada duran-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
te bastante rato hablando de la misión, intercambiando opi-
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
niones
abarrotaban y anécdotas.
la galeraen Según
y se lo que le había contado el duque
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
al capitán, había más gente de peso implicada en el negocio.
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña antela
El embajador
moyana, con Guzmán
la ofi
camisa Martínez había sido el artífice de la
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
idea de
pecho, donde la boda, por
brillaba lo que
unfría, también
escapulario estaba metido hasta el
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
cuello
el ancho y bonete
sumamente ladeado interesado
haciéndole en el rescate
sombra en de
la la muchacha.
cara y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiSe
los
encontraba
joscamaradas.
en el horizonte, allí por
en lasorden del que
siluetas rey dibujaban
Felipe conlas el torres
objetivodel
de acercar
puerto de Corona. Corona al dominio español; y aquel compromiso
era Después
la maneradeperfectavarias campañas
de hacerlo.muchos soldados
Había tenido quevolvieron
viajar a
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
Milán el mismo día que la galera española ancló en el puerto,
allas
a corso berberisco en que
la ría de Tetuán. Las naves capturadas
peromúltiples
antes de irse delicias
aconsejó aquella
al duque tierra
queofrecía
pidieraa la los holgados
ayuda del
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses yenemiga—y
en bellezas
capitán Villalobos.
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
—Así que al fin y al cabo el duque es sólo el pagador, el
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. Nadaespañoles en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
beneficio no deja de ser para el rey —comentó Afonso, que ya
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
había acabado de comer y se recostaba en la silla, quitándose
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
la porquería de las uñas con una pequeña navaja que, por
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
97
15
Poco más
costumbre, tarde, llevaba
siempre tras la batalla de Gelves
en el forro interiorcontra el Turco,
del cinturón-.
que resultó
Ligarse penosasignifica
a Corona jornadaotroparapuerto
las armas
bajo católicas y donde
dominio español
aentre
punto estuvoyde
Génova dejar laademás
Nápoles, piel, regresó a España,
de buenas donde vivió
comunicaciones
entre Sevilla
con Milán pory tierra.
Madrid.SonYtodo
cuando vio esfumados todos sus
ventajas.
ahorros Martín
—Exacto sentó plaza
—confirmó de nuevo enYlavete
Villalobos—. escuadra de galeras
tú a saber si no
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
hay dinero del embajador también por el medio, se juega mu- que había
crecido
cho contras
esto.una serie de victorias obtenidas por el temible
corsario
ReíaDragut
el capitánsobre las armadas
imaginándose loscristianas.
tejemanejes de palacio. Era
El que
bueno poderoso reycuando
de vez en Felipe seII,compartiese
paladín de el lapeligro
causa ycatólica
no sólo por
los
encima
soldadosdedetodo—incluso por encima
infantería corriesen el riesgodel
de Papa
perderde Roma, que
la cabeza.
empleaba más fondos
—Se beneficie en oturbios
el rey negocios Martín—,
no —intervino para su benefi cio
si todo
que
saleen proporcionar
bien apoyo a quienes
nunca un abordaje nos saliódefendían la religión
tan rentable. con
Habría-
uñas
mos yganado
dientes—,
máshabía heredado
con este golpe quede su
enpadre la campaña.
toda la titánica guerra
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
—Sólo hay algo que no me convence —dijo el portugués
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
arrugando un poco el ceño–, y es tener que cuidar del cacho-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
rro del duque. Ya tenemos bastante con nuestro pellejo.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas—Sudel padre ya se ha ocupado de su seguridad —contestó
Mediterráneo.
Villalobos mientras rebañaba la salsa que quedaba en su pla-
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
to con un trozo de pan y se lo llevaba a la boca—. También nos
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
acompañará el capitán de la guardia del duque, veterano por
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
el aspecto que le he visto. Un tal Lorenzo Leone, veneciano.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Se quedaron
hostilidad helados al franceses,
de mahometanos, oír aquello, casi atragantándose
venecianos, holandeses
con el vino.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—¿Lorenzo
española Leone?isabelina
y la Inglaterra ¿Estáis seguro,
amenazabacapitán?
un nuevo frente, y
claro, aunque
—Sí, así seera el español
llama. un imperio
¿Por qué? enormevuestras
¿Le conocen y temible, era
mer-
uno contra todos.
cedes?
Aquella
Los dosmañana
amigos de septiembre, Martín
intercambiaron se despertó mira-
una disimulada con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
98
velamen.
da, incómodos.Apartó la manta
Había sidomojada
un errorpor elnorelente
contarle nocturno
al capitány se
puso en pie,
el asunto delseespía
abotonó
anteslade camisa y, haciendo
ir al palacio, cuenco
y podría con las
tomárselo
manos,
muy a mal cogiósiaguase lode una tinaja
decían ahora. y se lavó el rostro, espabilándose.
Las No gotas resbalaron
—dijo de pronto porAfonso—,
su cara sin afeitar, que tenía bellas
I sólo de oídas.
facciones, aunque
El capitán apoyódel los
ojo codos
izquierdo
sobrebajaba
la mesa hasta la mitad de
acercándose a
la mejilla una delgada
sus hombres y bajando la voz. cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—¿Y habéis oído algo interesante sobre él?
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
—Poca cosa. Que
mantenía le tiene espías a su serviciomirada,en la ciudad
Martínfruncido,
de la Vega daba
era profundidad
soldado del rey adesu España, como comolo
para vigilar a criminales o supuestos traidores, me imagino.
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
—Claro,
revuelto y se es lo el capitán
echó haciade la guardia,
atrás, despejando es natural
la frentequesurcada
quiera
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
saber
por todo
unos lo quetrazos.
débiles ocurre.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
—Sí,
haciaCaminó es natural…
el norte porde la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque ya
había
abarrotaban
entrado la galera
Los nuevamente
soldados y se
lizaacercó
escondieron
en consu anerviosismo
proa,Pese
España. dondea lo sebrioso
encontraba
llevándose y alas
las
el capitán
jarras a ladon
boca.Ricardo
Se Villalobos
hacían mil apoyado
preguntas
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó anteen
sobrela cureña
qué de
pasaría la
moyana,
en ojos
los con
el futuro
de sus la ofi
camisa
viaje. Desde
ciales blanca
al luego que
demostrarnoya era
seen gris de
fiaban abierta
numerosas hasta el
eseocasiones
Lorenzo
pecho,
Leone,donde
cualidades aunque
como brillaba
en unaungalera
sangre escapulario
fría, llena de
disciplina deyespañoles
la Virgen
un valor que del rozaba
ellosCarmen,
teníanla
el ancho
ventaja; bonete
tenerlo ladeado
cerca haciéndole
les daba la sombra
oportunidad
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara
de y los
vigilarloojos
o
fide
losjoscamaradas.
en el horizonte,
ajustar cuentas. en las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
—Martín —dijo el capitán—,
Después de varias campañasparece muchos quesoldados
el nombre de Lo-
volvieron
La
renzo Leone
adinerados galera española
no le Martín
a Italia, volvía
gusta nada a
entreaellos,Italia
vuesamerced,después
arrojándose de
a juzgar combatir
por la
sin empacho
al
acaracorso berberisco
que habéis
las múltiples en
puesto.
delicias la ría de Tetuán. Las naves
que aquella tierra ofrecía a los holgados capturadas
habían
de bolsa, sido más
—No gastándoselo bien
es el nombre, pocas—apenas
todo en festines
señor capitán, alguna
sino fusta
milaneses yenemiga—y
en bellezas
su procedencia.
el botín
napolitanas,escaso.
No me gustan metiendo mano en
los venecianos. todo lance
Seguro que esyotromujer malhermosa
parido
que Eran
Dios
en esa tiempos
le
suciaponía aciagos
en
ciudad su para los
encamino.
donde españoles
aNada
unospodía en el Mediterráneo.
reprochársele,
apestosos pantanospues
les
Mientras
la mayoría
llaman losdetercios
calles. de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido en los
mismo, atraídos
dueños
por Rió de
aquella los campos
tierra
Villalobos por dela batalla
extranjera y ricaen
respuesta de Europa,
la que
con unalosen las aguas
españoles
única del
eran
y sonora
Mare
dueños.Nostrum
Para
carcajada. cada
ellos
Tampoco vez
Italia eracomo
era
le gustabanmásnada
difícil
loscontener
un generoso a la La
paraíso
venecianos. ingente
bañado
ver-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
99
15
dadPoco
es quemásno tarde, tras laen
le agradaba batalla
extremode Gelves contra
nadie que el Turco,
no fuese es-
que resultó
pañol penosa jornada para las armas católicas y donde
y militar.
a punto
—A estuvo
fe mía dequedejar
ademásla piel,
no regresó
son gentea España,
de fiar donde vivió
—continuó
entre Sevilla
Martín—. Yo ytuve
Madrid.
un tíoY en cuando vio esfumados
la jornada del Castillotodos
Nuevo,sus
ahorros
cuando Martín sentó plaza
los venecianos de nuevoa en
se negaron la escuadra
socorrer de galeras
a la guarnición
de Nápoles
española paraalluchar
frente ataquecontra
turco. la
Miamenaza
tío murióturca,
allí al que
igualhabía
que
crecido tras una serie de victorias
todos, como espartanos. Digno de ver. obtenidas por el temible
corsario Draguthazaña
—Famosa sobre —rubricó
las armadas cristianas.
el portugués.
El
—Ypoderoso rey por
vil traición, Felipe II, paladín
la sangre de la causa católica por
de Cristo.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
Aún picaba esa historia en el ánimo de los españoles,
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
cuando en el verano de mil quinientos treinta y nueve, la San-
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
ta Liga compuesta por España, Venecia y los Estados Ponti-
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
ficios reconquistó una antigua plaza veneciana en la costa de
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
Dalmacia conocida como el Castelnuovo.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
La alianza
contienda se disolvió
que duraría casi tras la derrota
doscientos frente
años, a Barbarroja
interrumpida sólo
en la batalla naval de Preveza y Solimán aprovechó la
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las situa-
ción para
aguas recuperar el castillo. Ante la inminente llegada de
del Mediterráneo.
la flota turca, el maestre de campo Domingo Sarmiento pi-
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
dió desesperadamente ayuda, pues sólo contaba con tres mil
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
hombres para defender el lugar. La flota española estaba muy
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
mermada y Venecia se apresuró a firmar la paz con el sultán y
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
pagarle además un tributo de ducados de oro. Así el tercio de
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
Sarmiento quedó solo, en una desproporción de doce a uno,
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
combatiendo hasta morir durante un encarnizado asedio que
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
le costó a Solimán miles de hombres.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno Desde aquel suceso las tensiones entre España y la Re-
contra todos.
pública de San Marcos crecieron como la espuma, viéndose
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
100
velamen.
más como Apartó
nuevos la enemigos
manta mojada que comopor elantiguos
relente nocturno
aliados, dis-y se
puso en pie,elseAdriático
putándose abotonó en la camisa
una guerra y, haciendo
políticacuenco con las
y económica
manos, cogió cancillerías
de intrigas, agua de una tinaja y se lavó el rostro,
y embajadores. Todo ello espabilándose.
para gozo
Las gotas resbalaron
del Turco, por su con
que se fortalecía caralasin afeitar,
falta que teníaen
de unificación bellas
los
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
Estados europeos.
la mejilla
Martín una delgada
salió cicatriz.de
al jardincillo Tenía una nariz
la posada con recta
ánimoy de labios
vi-
fisitar
nos que solía torcer de lado en una media sonrisa
las letrinas y despejarse un poco con el aire fresco. Las cuando algo
le divertía.
mesas cubiertas Su ceño, porque por manía oseco
el emparrado costumbre
estaban casi siempre
repletas de
mantenía
gente, fruncido,
y unadebuena
Martín la Vega le daba
cantidad profundidad
de rameras
era soldado a su
del reycomenzaba mirada,
de España,acomo como
apare- lo
si estuviese
cer para
había atento
sidoembelesar
su padre bajo a todo.
a loslos Se
viajerosmojó también
adinerados
estandartes el pelo castaño
Carlos.y
que allí paraban.
del emperador
revuelto
Ya era y sedelonoche
echó hacia atrás, despejando la frente estaban
surcada
Se casi
alistó muy joven y el jardín
comoy arcabucero
la calzada contigua
en el tercio de
por unos débiles
iluminados trazos.faroles que los vecinos encendían en la
por varios
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
puertaCaminó
de sus por la
casas.
hacia el norte de Italia y decrujía entre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
abarrotaban
entrado la galera
Las nuevamente
letrinas estabany se
en acercó
sumamente
liza a proa,
con España. donde a losebrioso
concurridas
Pese encontraba
esa noche,
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
así capitán
que don
Martín Ricardo
decidió Villalobos
caminar un apoyado
poco y en la
aliviarse cureña
algo mas la
ante
moyana,
allá.
los Dejó
ojos deconsusla ofi
atrás camisa
laciales
posada blanca que ya
y avanzó
al demostrar un era
en gris abierta
trecho hasta el
por unocasiones
numerosas camino
pecho,
de tierra
cualidades donde
que
como brillaba
desembocaba
sangre unfría,
escapulario
en la tapiadeydeun
disciplina laun
Virgen del rozaba
convento,
valor que Carmen,
que se la
el ancho
veía negrobonete ladeado
perfilado en haciéndole
la luz de la sombra
luna.
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
Escuchó la cara
algo yylos
vio ojos
las
fifiguras
losjoscamaradas.
en el
dehorizonte,
dos personas en lasapoyadas
siluetas que dibujaban
contra el muro, lasletorres
pareció del
puerto
distinguirde Corona.
a un
Después dehombre que enterraba
varias campañas muchossu rostro
soldadosen los pechos
volvieron
de unaLa meretriz,
adinerados galera española
a Italia, laMartín volvía
cual reía cona
entre Italia después
escandalosas
ellos, arrojándose de combatir
carcajadas.
sin empacho
allas
a corso
Se berberisco
apartó
múltiples un en para
poco
delicias la ría
que demolestarlos,
no
aquellaTetuán.
tierra Las ynaves
tomando
ofrecía capturadas
a los el con-
holgados
habían
vento
de bolsa,sido
como más
gastándoselobien
referenciatodo pocas—apenas
paraen nofestines
perderse alguna fusta
se acercóyaen
milaneses enemiga—y
una valla
bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
de madera que delimitaba
metiendo manoun enpequeño
todo lance huerto;
y mujer allí hermosa
se des-
que Eranle
abrochó
Dios tiempos
los
ponía aciagos
gregüescos
en ypara
orinó
su camino. los españoles
contra
Nada podíaunosenmatorrales,
el Mediterráneo.
reprochársele, con
pues
Mientras
la mayoría
la losdetercios
única compañía delos
de losgrillos
los soldados Austrias se
y algún
jóvenes habían
hacían loconvertido
ladrido en los
lejano.atraídos
mismo,
dueños
por de los
aquella
Rematada campos
tierra faenadesebatalla
la extranjera y ricaen
disponía de aEuropa,
que losenespañoles
larecorrer lalascalzada
aguaseran
del
de
Mare
dueños.Nostrum
Para cada
ellos vez
Italia era
era más
como difícil
un contener
generoso
vuelta a la posada cuando una mujer se cruzó en su camino. a
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
101
15
Poco
—Hola, más tarde, tras
soldado —le la batalla
dijo de Gelves
en italiano concontra el Turco,
voz seductora,
que resultó una
mostrando penosa jornada
bonita para las armas católicas y donde
sonrisa.
a punto estuvo de
Iba vestida condejar
ceñidosla piel, regresó
ropajes queamarcaban
España, donde vivió
sus volup-
entre
tuosasSevilla
formas, y yMadrid.
una falda Y blanca
cuandoy corta
vio esfumados
dejaba vertodos sus
sus pier-
ahorros Martín Era
nas desnudas. sentó plaza dedenuevo
morena, unosen la escuadra
veinticinco de galeras
años y puta
de Nápoles
de libro. para luchar contra la amenaza turca, que había
crecido tras una
—¿Estás solo?serie de victorias
—le preguntó, obtenidas
mirándolo por elabajo—.
de arriba temible
corsario Dragut
¿Necesitas sobre esta
compañía las armadas
noche? cristianas.
El poderoso
—Tengo rey Felipe
asuntos II, paladín
que atender de la causa
—contestó católica
Martín, por
evasivo.
encima
Despuésdedetodo—incluso
sus años en Milánpor encima del sabía
y Nápoles Papa desenvolverse
de Roma, que
empleaba
con bastante mássoltura
fondosenen la turbios negocios para su beneficio
parla italiana.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
—Primero atiende este asunto, y luego veremos. Soy lo
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
que necesitas, soldado.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
era laLapotencia
mujer semás le acercaba,
grande delacariciando con sus dedos el
mundo, embarcándose encue-
una
llo de la camisa.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
—Esta treguas,
por cortas noche noy —dijo él con firmeza.
cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del ella
Pero Mediterráneo.
no parecía dispuesta a cesar en el empeño y echó
mano Laacasa
su entrepierna.
de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y conMartín
el oroapartó
y la plata
las llegados
manos de delalas Indias,
mujer gastaba
y trató hasta el
de escabu-
último maravedí
llirse, pero era más en difícil
lucharquea brazo partido
atravesar contra de
un cuadro todos sus
pique-
enemigos,
ros. La ramera que lenotiraba
eran depocos, pues además
las mangas mientrasdele la abierta
proponía
hostilidad
toda clasede demahometanos,
perversiones. En franceses, venecianos,
otro momento holandeses
quizás Martín
yhubiese
alemanes sucumbido ante la implacable buscona —pueslanocorte
protestantes, ahora la mala relación entre ca-
española
taba hembra desde hacía tres meses, durante la invernada dey
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
galeras—, pero eraesa
el español un imperiodescansar,
noche necesitaba enorme y temible,
además erade
uno contra todos.
no estar precisamente sobrado de pecunia.
Aquella
Finalmente, mañanahartodedeseptiembre,
ver que lasMartín se despertó
palabras no calaban conen
el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
102
velamen. Apartólalaapartó
aquella mujer, mantade mojada por manotazo,
un fuerte el relente nocturnotirándolay al se
puso
suelo.en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua
—¡Maldito de una—le
cerdo! tinaja y se lavó
increpó laelramera
rostro, espabilándose.
levantándose
Las gotas resbalaron
torpemente—. ¡Cabrón! por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
Martínaunque
hizo caso delomiso
ojo izquierdo
y siguió su bajaba hasta
camino, pero la mitad
desde de el
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una
otro lado de la calle vio acercarse una sombra que avanzaba nariz recta y labios
fidirectamente
nos que solía haciatorcerél. de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
—¿Os lo habéis pasado bien? —preguntó una voz desco-
mantenía
Martín fruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, como comolo
nocida y áspera.
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
Luego
revuelto la sombra
y se se acercó
lo echó hacia undespejando
atrás, poco más y la la luz
frente de un farol
surcada
Se
alumbró alistó muy
lo suficiente joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles trazos.como para distinguirla con más detalle.
Navarrete,
Era un hombre gracias a viejos
alto y fuerte, conocidos
moreno,de con sulafamilia,
cabeza yrapada partió
hacia Caminó por la crujía entre los marineros y soldados que ya
y unaelcicatriz
norte de queItalia y de allí aelFlandes,
le mantenía donde Francia
ojo izquierdo casi cerrado. había
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se acercó
liza concomo a proa,Pese
España. dondelosebrioso encontraba
Vestía de cuero y paño basto, muchosade los matonesy a las
el capitán
veces díscolodon Ricardo
que su Villalobos apoyado en la cureña de la
de tres al cuarto quecorta edad le hacía
se alquilaban como ser,sicarios
pronto o destacó
guardaes-ante
moyana,
los ojosen con
de sus la ofi
camisa blanca
cialesportuarias. que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
paldas las tabernas Le cruzaba el pecho un ta-
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario dey un
la Virgen del rozaba
Carmen,
halí adornado con cruces deldisciplina
que colgaban valor que
una espada ancha la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole
concasi
su acero sombra
unaun buena en la cara y los
reputación entre ojos
y un cuchillo grande que parecía machete.
fi jos en el
los camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—No sé
puerto de Corona. a qué os referís, me habréis confundido con
Después
otro... de varias campañas muchos soldados volvieron
La galera
adinerados española
a Italia, Martínvolvía
entre a Italia
ellos, después de
arrojándose combatir
sin empacho
allas Martín
corso quería
berberisco salir
en que de
la ríaallí sin complicarse
de Tetuán. la vida.
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a los capturadas
holgados
habían —Parece
sido másque a
bien este caballerete
pocas—apenas no le
alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas gusta
fusta pagar —dijo
enemiga—y
con
el guasa
botín el metiendo
escaso.
napolitanas, matón, dejando mano ver una sonrisa
en todo lance yrepleta
mujer de dien-
hermosa
tes rotos.
que Eranle
Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
la La mano
Mientras
mayoría de
losMartín
losdetercios de los
soldados bajó hacia la
Austrias
jóvenes se empuñadura
habían
hacían loconvertido
mismo, de su daga
en
atraídoslos
automáticamente.
dueños
por de los
aquella tierracamposMalde
extranjeraasunto
batalla si en
y rica el
derufián
la quede
Europa, aquella
losen ramera
las aguas
españoles del
eran
le pedía
Mare
dueños. dineros
Nostrum
Para sabiendo
cada
ellos vezera
Italia decomo
era sobra que
más difícil
un no eranparaíso
contener
generoso suyos,
a la aunque
ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
103
15
Poco
aquel más
truco eratarde,
común tras la batalla
entre gente dedeesa
Gelves contra
calaña. el Turco,
La situación
que
olía resultó penosa jornada
a chamusquina, era muy para las armasque
improbable católicas y donde
aquel hombre
aestuviese
punto estuvo
solo, de dejar en
porque la piel, regresó
ese caso a España,
se hubiera donde vivió
buscado otra
entre
presa Sevilla
más fácily Madrid.
de amilanarY cuando
y no a unviotipo
esfumados
que ceñíatodos sus
espada,
ahorros Martín
vestía coleto desentó plaza
soldado de nuevo
y sobre todo,en la español.
era escuadra de galeras
de Nápoles para luchar
Las sospechas contrapronto
de Martín la amenaza turca, que
se aclararon, pueshabía
dos
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
sombras más se acercaron calle abajo. El maleante de la ca- el temible
corsario Dragut
beza rapada sobre
se giró las armadas
hacia los reciéncristianas.
llegados.
El poderoso
—Mira, rey Felipe
Bertoldo, II, paladín
un español que no desabe
la causa
que lacatólica
carne haypor
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
que pagarla.
empleaba más fondos
Al acercarse los dosenhombres
turbios Martín
negocios viopara su benefiju-
que llevaban cio
que
bonesen granates
proporcionar con elapoyo
escudoa quienes defendían
de la casa Riolffini la bordado
religión con
en
uñas y dientes—, había heredado de su padre la
el pecho. Eran soldados de la milicia local que habían acaba- titánica guerra
contra el Turco,
do su turno, que junto
estaban a la corona
borrachos y, lo peorde deCastilla
todo, ycompin-
Aragón
era la potencia
chados con aquel más grande del mundo, embarcándose en una
rufián.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
El tal Bertoldo se acercó riendo entre dientes mientras
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
observaba a Martín. Era escurrido de carnes y su cara tenía
aguas del Mediterráneo.
un aspecto ruin, con la nariz hinchada y enrojecida. Llevaba
La casacon
un bonete de Habsburgo, contando
una ajada pluma verdeconensuslavastas
cabeza, posesiones
una bo-
ytella
con en
el oro
la mano derecha y la izquierda apoyada en elhasta
y la plata llegados de las Indias, gastaba pomo el
último maravedí
de la espada; en luchar
intentaba a brazosupartido
mantener porte de contra todosma-
arrogante sus
enemigos,
tasiete aunqueque se noleeran pocos, puesafectado
veía claramente ademáspor de ellavino.
abierta
Su
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
acompañante iba vestido de la misma forma, salvo que en vez holandeses
ydealemanes protestantes,
bonete llevaba ahora gorrillo
un gastado la mala de relación
cuero.entreSe veíala corte
a la
española
legua que aquellos miserables, dado el caso, no iban a batirsey
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
de uno aunque
a uno eracomo el los
español un imperio
buenos, sino queenorme
eran deylos temible, era
que bus-
uno
can contra
querella todos.
cuando cuentan con superioridad numérica, no
Aquella mañana
hay testigos y el riesgo de es
septiembre,
poco. PeroMartín
pese a sequedespertó
la ventajaconenel
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
104
velamen.
principioApartó la manta
les pareciese mojada porno
abrumadora, ello
relente nocturno
era tanto, y se
y pronto
puso
iban en pie, se
a darse abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
cuenta.
manos, —Lascogió agua de
normas una tinaja
están claras, y se lavó el rostro,
español, debesespabilándose.
pagar lo que
Las gotas
has disfrutado.resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
—No he aunque
disfrutadodel ojo
de izquierdo
nada. bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—La mujer dice que sí.
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—Miente
le divertía. Su—contestó
ceño, queMartín con aplomo,
por manía acercando
o costumbre casisu espal-
siempre
da al murofruncido,
mantenía del convento para evitar
le era
daba que lo rodeasen.
profundidad Advirtiócomo
con
Martín de la Vega soldado del rey adesu mirada,
España, como lo
sialivio
había
que ninguno llevaba
estuviese
sido suatento
padre abajo todo. pistola.
losSe mojó Notambién
estandartes
había mucha el pelo
del emperador
luz,castaño
y si ma-y
Carlos.
taba a uno
revuelto y secon loelechó
primer
haciaantuvión, quizás pudiese
atrás, despejando zafarsesurcada
la frente de los
otros Se alistó
dosdébiles
y escaparmuy de allí sin ninguna cuchillada en el cuerpo. de
joven como arcabucero en el tercio
por unos trazos.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
—Con unpor par de monedas para cada uno nos olvidamos
haciaCaminó
el norte de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque ya
había
del asunto.
abarrotaban la galeraen y se
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
Reían
capitán mirándose
don Ricardo entre
Villalobosellos mientras
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el apoyado en lase acercaban
cureña la
ante
abriendo
moyana,
los ojos deconunsuscírculo
la ofi
camisa en torno
ciales blanca a Martín,
que ya en
al demostrar rodeándolo.
eranumerosas «Hoy
gris abiertaocasiones no
hasta el
tenía ganas
pecho, donde
cualidades de
como batirme»,
brillaba
sangre se
unfría, dijo
escapulario éste, «pero
disciplinadey un me
la Virgen estáis
valor que calen-
del rozaba
Carmen, la
tando
el ancho la sangre
bonete sobremanera»...
ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
—¿Estáis dispuestosen lasasiluetas
morir por queseisdibujaban
míseras lasmonedas?
torres del
puerto de Corona.
—lesDespués
preguntó decon chulería.
varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
—Puto aespañol española volvía
—masculló
Italia, Martín a Italia
entre furioso
ellos, eldespués
rufián—.de
arrojándose ¡Te
sin combatir
vamos
empacho
al
aalascorso
arrancar berberisco
múltiples las tripas! en la ría de Tetuán. Las naves
delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados capturadas
habían
de bolsa, sidolo creo. bien pocas—apenas
más
—No gastándoselo todo en festinesalguna fustayenemiga—y
milaneses en bellezas
el botín
napolitanas,escaso. metiendosin mano en todo
Martín respondió alterarse, a lalance y mujer
vez que echaba hermosa
mano
que Eran tiempos aciagos para los españoles
a la empuñadura. Decidió jugársela y golpear primero, asípues
Dios le ponía en su camino. Nada podía en el Mediterráneo.
reprochársele, au-
Mientras
la mayoría los detercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían
mentarían sus probabilidades de salir con vida. Se declinó por lo convertido
mismo, en los
atraídos
dueños
por
el tal de los
aquella
Bertoldo, campos
tierraque era de
extranjera batalla
el que ricaen
y más de Europa,
la que
cerca losenespañoles
estaba, y las
pudo aguas del
vereran
sus
Mare
dueños.
ojos de Nostrum
Para ellos
sorpresa cada vezera
Italia
cuando eracomo
empuñómás la difícil
undaga contener
generoso afracción
paraíso
y en una la ingente
bañadode
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
105
15
Poco le
segundo más tarde,
lanzó trasrápido
un tajo la batalla
comodeunGelves contralaelgargan-
rayo hacia Turco,
que resultó
ta. El italianopenosa jornada
reaccionó prontopara las armas
y esquivó católicas
el ataque, y donde
llevándose
asólo
punto
unaestuvo de dejar en
fea cuchillada la piel, regresó
el mentón a España,
que derramódonde vivió
un hilo de
entre
sangreSevilla
por suybarbilla.
Madrid.Trastabilló
Y cuandohacia vio atrás
esfumados todos sus
blasfemando en
ahorros
italiano Martín
y todos sentó plaza de nuevo
desenvainaron en la escuadra de galeras
las armas.
de Nápoles
Perdistepara luchar
tu mejor contra la amenaza
oportunidad, turca, que
se dijo Martín. Uno había
con-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el
tra tres era tarea difícil, sino imposible, incluso para él. Pero temible
corsario
como le Dragut sobre
había dicho sulas armadas
padre más decristianas.
una vez: si te van a matar
El que
mejor poderoso rey Felipe
sea matando, noII,
hay paladín
mayorde la causa
honor paracatólica por
un hidalgo
encima de todo—incluso
y buen soldado que cuandoporseencima del Papa
encuentren de Roma,
tu cadáver tengaquela
empleaba
espada enmás fondos en turbios negocios para su beneficio
la mano.
que en
Asíproporcionar
que se puso en apoyo a quienes
guardia con lasdefendían la religión ycon
piernas separadas la
uñas y dientes—,
espada había
en línea con la heredado
mano quede lasu padre la titánica
empuñaba, la dagaguerra
en la
contra el Turco, que
zurda cubriendo junto a lay corona
su izquierda de Castilla
con el muro y Aragón
del convento a
era la potencia
su derecha paramás grandeese
proteger dellado,
mundo, embarcándose
esperando en una
a que le cayese
contienda
encima la que duraría
lluvia casi doscientos años, interrumpida sólo
de estocadas.
por cortas treguas,ley atacaba
El miliciano cuyo campo de batalla
de frente y el principal eran en
rufián, arma las
aguas
mano,delintentaba
Mediterráneo.
rodearlo. Por suerte el tercero no tenía
huecoLa casa
parade Habsburgo,
entrarle ya quecontando con sus vastas
sus compinches posesiones
le estorbaban.
yChocaron
con el orovarias
y la plata
vecesllegados de las
los aceros, queIndias, gastaba
brillaban hasta el
destacando
último maravedí del
en la oscuridad en callejón,
luchar a elbrazo
clingpartido
clang de contra todos sus
las espadas se
enemigos, que no eran pocos, pues además de
mezclaba con el sonido de las respiraciones agitadas y algúnla abierta
hostilidad de mahometanos,
insulto suelto, alterando elfranceses,
sepulcralvenecianos,
silencio deholandeses
la noche.
yElalemanes
español se cubría bien, parando estocadas con la la
protestantes, ahora la mala relación entre corte
daga y
española
los golpes de tajo con los grandes gavilanes de la toledana,y
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
lanzando era el rápidos
después español un imperio enorme
contraataques paraymantener
temible, eraa
uno contra todos.
raya a los tres que lo acosaban. Martín quería llevarse al
menosAquella
a unomañana de septiembre,
por delante antes de Martín se despertó
que lo mataran conasí
a él, el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
106
velamen.
que aprovechóApartó un la manta
error del mojada
rufián porpara
el relente
apartar nocturno
su espada y se
puso
con un en golpe
pie, sede abotonó
daga y,latras camisa
amagary, haciendo
un tajo cuenco con las
con la diestra
manos,
lanzó una cogió agua de una
estocada con tinaja
un buen y semovimiento
lavó el rostro,de espabilándose.
muñeca. El
Las
matón gotas
gritóresbalaron por su cara
dos maldiciones, sin afeitar,
la primera que teníay la
de sorpresa bellas
se-
I
facciones,
gunda de aunque dolor cuandodel ojo la izquierdo
espada del bajaba hasta atravesó
español la mitad su de
la mejilla
jubón una delgada
cruzándole cicatriz.
el pecho y laTenía
camisa una senariz
le tiñó recta y labios
de sangre.
fiAllí
nos quedó
que solía torcer el
tendido derufián,
lado enque una agonizó
media sonrisa cuando algo
unos segundos y
le divertía.
terminó porSumorir.
ceño, que Martínpor sintió
maníaque o costumbre
uno de loscasi siempre
milicianos
mantenía
Martínfruncido,
aprovechaba de para
la Vega le era
daba
entrarle profundidad
a fondo
soldado rey adesu
del buscándole mirada,
España, como
el torso,
como y
lo
sicon
estuviese
había sido suatento
dificultades padre abajo
paró todo.
una Se mojó también
losestocada
estandartes quedel el pelopor
se deslizó
emperador castaño
la hojay
Carlos.
revuelto y se lo echó
ensangrentada de suhacia
espada atrás, despejando
y rozó su coleto, la frente
sin lograrsurcada
at-
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
ravesarlo. Comotrazos.
respuesta lanzó unos terribles mandobles a
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
derecha e izquierda paraentre
alejar a marineros
sus enemigos y todo volvió
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y de allí losa Flandes, donde y soldados
Franciaque ya
había
a la posición
abarrotaban inicial.
la galeraen Tan
y se sólo era cuestión de tiempo, el can-
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
sancio empezaba a hacer mella y dentro de poco no podría
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
cubrirse
moyana, de
con los otros
la ofi
camisa dos.
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho, Endonde
cualidades ese como brillaba
momento sangre unfría,
una escapulario
familiardecon
vozdisciplina la Virgen
y un acento
valor que del Carmen,
lusitano
rozaba re-
la
el ancho
tumbó a bonete
su ladeado
espalda. haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
—¡Échate en las
a un lado, siluetas que dibujaban las torres del
Martín!
puerto Al de Corona.
girarse
Después devio al portugués
varias campañasvenir muchoscorriendo
soldados y ponerse
volvieron a
La
adinerados galera
su lado espada española
a Italia,enMartín volvía
mano,entre con la a Italia
capa
ellos, después
enrollada sin
arrojándose de combatir
en empacho
el brazo
al corso
aizquierdo berberisco
las múltiplesa modo en la ría
de broquel.
delicias de
que aquella Tetuán.
El capitán Las naves
Villalobos
tierra ofrecía capturadas
también
a los holgados
habían
se bolsa,
de sido más
unió agastándoselo bien
la fiesta, llevaba pocas—apenas
todoelen acero alguna
desnudo
festines fusta enemiga—y
y su pistola
milaneses amar-
y en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
tillada en la metiendo
mano izquierda. mano en Lostodo
dos italianos
lance y mujer retrocedieron
hermosa
unos
que Eran
pasos
Dios tiempos
le al ver
ponía aciagos
en el para los
su siniestro
camino. yespañoles
Nadaoscuro en el Mediterráneo.
podíacañón del pistolete
reprochársele, pues
Mientras
apuntarles
la mayoría losde
atercios
lalos
cara. de los Austrias
soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por de los
aquella
—¡Tres campos
tierra
contra de batalla
extranjera
uno, y ricaen
cobardes de Europa,
la que losenespañoles
bellacos! las aguaseran
—exclamó del
el
Mare
dueños. Nostrum
Para cada
ellos vez
Italia
capitán—.¡Ahora ya está mejor! era
era más
como difícil
un contener
generoso a
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
107
15
Poco más tarde,
En cualquier otratras la batalla
ocasión, de Gelves
dispararle a un contra
soldadoeldelTurco,
du-
que
que resultó penosamuchos
podría traerle jornadaproblemas,
para las armas
pero católicas y donde
aquella noche no
aera
punto estuvo
el caso. de dejar
Luguerio la piel,seguro
Riolffini regresóquea podría
España,arreglárselas
donde vivió
entre
con unSevilla
par deyguardias
Madrid.menos.
Y cuando vio esfumados todos sus
ahorros
Los Martín sentó plaza
dos milicianos de nuevolentamente,
retrocedían en la escuadra
sin de galeras
perder la
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
cara; era obvio que ya no estaban tan dispuestos a batirse, que había
crecido tras una
pues recibir serie de
un balazo victorias
a corta obtenidas
distancia por el incluso
era mortal temible
corsario
llevandoDragut sobreMartín
armadura. las armadas cristianas.
aprovechó para lanzar dos rápi-
das El poderoso
estocadas rey Felipe
contra II, paladín
el llamado de laque
Bertoldo, causa
era católica por
al que más
encima
ganas ledetenía.
todo—incluso
El italianopor encima bloquearlas
consiguió del Papa de con Roma, que
mucha
empleaba
dificultad,más
puesfondos en turbios
la segunda negocios
le alcanzó para su
el cuerpo beneficio
haciéndolo
que
caerendeproporcionar apoyo del
culo al empedrado a quienes defendían su
suelo, perdiendo la religión con
espada que
uñas
rodóycondientes—,
un ruidohabía heredado
metálico de adoquines.
por los su padre la titánica guerra
contra el Turco,
El otro que al
miliciano, junto
verseacercado
la corona
porde Castilla y Aragón
el imponente portu-
era
guésladio
potencia
media más grande
vuelta y saliódel mundo,
huyendo embarcándose
calle en una
arriba perdiéndose
contienda que duraría
en la oscuridad. casi se
Bertoldo doscientos años, interrumpida
levantó maltrecho palpándose sólo
el
por cortasque
picotazo treguas, y cuyo campo
había recibido, de batalla
y después también principal eran las
salió corriendo
aguas del Mediterráneo.
mientras gritaba: «¡A mí la guardia!» a voz en grito. Uno había
La casa
muerto de Habsburgo,
y otro iba tocado, contando
aunque nadacon sus
que vastas posesiones
no solucionasen
yunos
con días
el oro
deydescanso
la plata yllegados
algunosde las Indias,
puntos gastaba hasta el
de sutura.
último
Pormaravedí
el caminoen luchar
que a brazo
llevaba partido
a la posada contraverse
podían todos sus
luces
enemigos, que senoacercaban,
de faroles que eran pocos, pues además
y algunos curiosos de la abierta
se asomaban
hostilidad de el
atraídos por mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
ruido de la lucha.
y alemanes
—Es mejorprotestantes, ahora
largarse antes delaque
mala relación
venga entre—opinó
una ronda la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
el capitán.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
Los tres desaparecieron enseguida entre las sombras de
uno contra todos.
los callejones y caminaron ligeros hasta llegar al muro de una
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
108
velamen.
pequeña Apartó
y solitaria la manta
granja,mojadafrente apor la el relente
calzada quenocturno
rodeabay el se
puso en pie, se
cementerio, abotonó
cuyas tapiaslaycamisapanteones y, haciendo
apenas se cuenco con las
distinguían
manos,
con tancogiópocaagua luz.deAllí
unasetinaja y se lavó
ocultaron el rostro,
detrás de espabilándose.
un carromato
Las gotasderesbalaron
cargado por su cara
heno y esperaron sin afeitar, que tenía bellas
un rato.
I
facciones,
—¿Quéaunque ha pasado,del ojo izquierdo
Martín? bajaba hasta
—preguntó la mitad
Villalobos, másde
la mejilla una
resignado quedelgada
enfadado, cicatriz.
comoTenía un padre una cansado
nariz recta de yreñir
labiosa
fiun
noshijo
quedesobediente.
solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
—Que me Su invitaron
ceño, queapor joder manía
y casio acabo
costumbre casi siempre
bien jodido… Eso
mantenía fruncido, le daba profundidad
Martín de la Vega era soldado del rey de España, como lo
ha pasado. a su mirada, como
si estuviese
había suatento
padreloabajo
todo. Se mojó también el pelo castañoCarlos.y
Elsido
portugués miró losconestandartes
una media del sonrisa
emperador asomando
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
trasSe alistó de
la barba muy joven no
soldado; comoera laarcabucero
primera vez enque el tercio
veía a su de
por unos débiles trazos.
Navarrete, gracias aenviejos
amigo involucrado conocidos de su familia, y partió
líos semejantes.
Caminó
hacia—Aparto por
el norte la la
devistacrujía
Italiade
y de entre los marineros
allímomento
a Flandes, y soldados que ya
ti un ydonde
ya riñes Francia había
con media
abarrotaban
entrado la galeraen y selizaacercó a proa,Pese dondea losebrioso
encontraba
ciudad. nuevamente
¿De verdad pensabas con España.
vencer a tres hombres y a yoscu-
a las
el capitán
veces díscolodon Ricardo
queMartín… Villalobos apoyado en la
su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante cureña de la
ras? Estás loco,
moyana,
los ojos decon sus la ofi
camisa
ciales blanca
al demostrarque ya en eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
—Eran
pecho, donde simples
brillaba ladrones
unfría, y
escapulariopor suerte no tenían buena
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
mano.
el ancho Estaban
bonete compinchados
ladeado haciéndole consombra
las putas en para
la cararobar
y losaojos
los
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiviajeros
los en elde
joscamaradas. la posada.
horizonte, enYa lashe visto el
siluetas quemismo truco las
dibujaban otras veces:
torres del
asaltan a los
puerto de Corona. extranjeros, que poco pueden hacer para de-
Después
fenderse al no deconocer
varias campañas
a nadie, luego muchos soldados
reparten volvieron
el botín entre
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
los guardias y se cubren las espaldas unos a otros en caso de
allas
a corso berberisco
múltiples en que
delicias la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
ser denunciados.
habían sido más bien pocas—apenas alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta enemiga—y
—Laescaso.
el botín ciudad es peligrosa por las noches —dijo Villalo-
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
bos—. Suerte que salimos a mirar y os encontramos.
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
El
Mientras
la mayoríacapitán se
losdetercios levantó y se
de los Austrias
los soldados cercioró
jóvenesse de
habían
hacían que no había
loconvertido
mismo, atraídos nadie
en los
a
por la
dueños vista.
aquella Todo
de los estaba
campos
tierra tranquilo
de batalla
extranjera y
y ricaen en silencio.
de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare—Volvamos
dueños. Nostrum
Para ellos —sugirió—,
cada vezera
Italia no
máscreo
eracomo quecontener
difícil
un generosohaya paraíso
nadiea labuscán-
ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
109
15
Poco
donos. másperros
Esos tarde,estaban
tras la batalla
ebrios ydenoGelves
daráncontra
parte alelpuesto
Turco,
que resultó penosa
de guardia, tendríanjornada
que darpara las armas
muchas católicas y donde
explicaciones.
a punto
Comoestuvo de dejar laciudad
casi cualquier piel, regresó a España,
de Europa, Coronadonde
no eravivió
un
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
sitio seguro. Adentrarse por las calles después del anochecer todos sus
ahorros Martín
era hacerlo con sentó
un ojoplaza
en lade nuevo
nuca y la en la escuadra
mano de galeras
en la empuñadura
de
de Nápoles
la espada.para
La luchar contra la amenaza
noche albergaba turca,deque
la peor recua había
rufianes
crecido tras una
imaginable. Todosserie de victorias
buscaban obtenidas
el dinero fácil, yapor el temible
fuera roban-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
do, dando estocadas por encargo o buscando alguna querella
El poderoso
gratuita rey Felipe
para aliviar II, paladín
a un infeliz de de
del peso la causa católica por
su bolsa.
encima de todo—incluso
Se pusieron en marcha pordando
encimaun del Papa rodeo,
pequeño de Roma, que
evitan-
empleaba más fondos
do las callejuelas en turbios negocios
más concurridas. Al llegar apara su benefi
la Rueda de Orocio
que enquedaba
ya no proporcionar
nadieapoyo a quienes defendían
en el jardincillo la religión
ni en la entrada, con
así que
uñas y dientes—,del
tras despedirse había heredado
capitán de su los
Villalobos padre
doslaamigos
titánica guerra
recorri-
contra
eron elelcamino
Turco,hasta
que junto a la
el lugar corona
donde de Castilla
se alojaban. y Aragón
Caminaron
era la potencia
nerviosos más
con la grande
barbilla del mundo,
encima embarcándose
del hombro, temiendo enotro
una
contienda que duraría
mal encuentro. Pero nocasi doscientos
hubo nada. años, interrumpida sólo
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
110
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
IV I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño,
Se celebraba el que por patrón
día del manía oencostumbre
la ciudad casi siempre
de Corona,
mantenía
peroMartín
no era fruncido,
momento
de la Vega le era
daba
de profundidad
fiestas
soldado paradelelrey adesu
capitán mirada,
de la guardia
España, como como lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
Lorenzo atento
Leone. a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto
Iba ay tener
se lo echólugar hacia atrás, despejando
un banquete en el palacio la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en elducal,tercioy de la
por unos débiles
gente invitada trazos.
había llegado por la tarde
Navarrete, gracias a viejos conocidos de sucon sus mejores
familia, y partió
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Franciaque
Caminó
galas. Aunque por la
eran crujía
días entre
tristes los marineros
para el duque y soldados
Luguerio, ya
éste
había
abarrotaban
siemprenuevamente
entrado la galera
intentaba y se
guardar
en lizaacercó
las formas
con a proa,
España. donde
ante
Pese sus sebrioso
encontraba
a losúbditos yyase-
las
el capitán
mejantes. don
Daba Ricardo
la Villalobos
impresión de queapoyado
para
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante elen la cureña
ostentoso de
duque la
moyana,
no ojos
los decon
existiese sus la ofi
otra camisa
ciales blanca
motivación quelayade
que
al demostrar era
en gris abierta
disfrutar
numerosas hasta el
de fastuosas
ocasiones
pecho,
fiestas donde
cualidadesy gozar
como brillaba
desangre unfría,
los favoresescapulario
de jóvenes
disciplina dey un
la Virgen
prostitutas.
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose
La presencia haciéndole
con sude
en Corona acero
tanto sombra
una en la cara
buena reputación
gentilhombre y los ojos
entre
de calidad
fijos
los en justificada por el deseo de Luguerio de mostrarles a del
el
camaradas.
estaba horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres su
puerto de
hija Después Corona.
Valentina, dequien
varias había enviudado
campañas muchosrecientemente
soldados de su de-
volvieron
La galera
safortunadoa esposo:
adinerados española volvía
un adinerado
Italia, Martín a
entre ellos, Italia
hidalgo después
napolitano,
arrojándose de combatir
fallecido
sin empacho
al
aporcorso
lasculpa berberisco
de una
múltiples en
infección
delicias la
queenría de Tetuán.
la sangre.
aquella tierra Las
Valentina,naves capturadas
ofrecía acumplidos
los holgados ya
habían
losbolsa,
de sido
veintiséis más bien pocas—apenas
y relativamente
gastándoselo todo en hermosa,
festineseraalguna fusta
paseada yentre
milaneses enemiga—y
los no-
en bellezas
el botín escaso.
bles italianosmetiendo
napolitanas, que la miraban manocon enunatodo mezcla
lancedey lujuria
mujer ehermosa
interés.
Quizás
que Eran
Diosallí
le se
tiemposencontrase
ponía aciagos
en elpara
su camino. pretendiente
los españoles
Nada podíaadecuado para volver
en el Mediterráneo.
reprochársele, puesa
desposarla.
Mientras
la mayoría Todos
losde tercios eran
los soldados conscientes
de los jóvenesde
Austrias se ello, yloen
habían
hacían las expresiones
convertido
mismo, en los
atraídos
de sus
dueños
por caras
de los
aquella se campos
tierraevidenciaba elydeseo
de batalla
extranjera ricaen dedeEuropa,
echar
la que mano al suculento
losenespañoles
las aguaserandel
pastelNostrum
Mare
dueños. que
Para representaba
cada
ellos vezla
Italia riqueza
era
era más de
como unlageneroso
difícil familia
contener Riolffini.
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
111
15
Poco másletarde,
El duque dejabatras la batalla
creer a cadadeunoGelves contra
de sus el Turco,
invitados que
que
seríaresultó penosa
el elegido, perojornada para las
en su mente ya armas
se habíacatólicas
decantadoy donde
por
aunpunto estuvo
perfecto de dejar la otro
pretendiente: piel, noble
regresó a España,
español, hijodonde vivió
del gober-
entre
nadorSevilla y Madrid.que
del Milanesado, Y cuando
terminaríavio de
esfumados todos en-
tejer la alianza sus
ahorros Martíny sentó
tre su familia plazacastellana.
la nobleza de nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
Lorenzo,para luchar una
fingiendo contra la amenazay turca,
indisposición que había
tras mucho in-
crecido tras una serie de victorias obtenidas
sistir, había conseguido el permiso del duque para ausen- por el temible
corsario
tarse delDragut sobre
banquete, las armadas
pues sus planes cristianas.
para aquella noche eran
El Había
otros. poderoso rey Felipe
visitado II, paladín
al tesorero de la causa
de palacio con lacatólica
excusa por
de
encima
necesitarde cien
todo—incluso
florines para por un
encima
asuntodeloficial.
Papa de El Roma,
duque que
no
empleaba
sabía nada, más fondos
pero Lorenzoen turbios
esperaba negocios para no
que la cosa su saliese
beneficioa
que enal
la luz proporcionar
menos hastaapoyo a quienes
después defendían
de lo que pensaba la hacer,
religiónpara
con
uñas y dientes—,
entonces ya daríahabía
igual.heredado de su padre la titánica guerra
contra el Turco, que
A medianoche junto llegaba
la fiesta a la corona de Castilla
a su cenit. y Aragón
Tras celebrar la
era
misala de
potencia más
la tarde, losgrande del cenaron
invitados mundo, embarcándose
un copioso banqueteen una
contienda
en el granque duraría
salón casi doscientos
de palacio. Ahora todosaños,bebían
interrumpida sólo
y bailaban.
por cortas
Había treguas,
músicos, y cuyovestidos
enanos campo de conbatalla principal
grotescos eran de
disfraces las
aguas
bufóndel Mediterráneo.
y rameras de todos los rincones de Corona que hacían
La casa de
las delicias deHabsburgo, contando
los comensales. con sus
Luguerio vastasenposesiones
estaba su salsa,
ymovía
con ellos
orohilos
y la de
plata llegados
todas de las Indias,
las marionetas que gastaba hastalas
allí le reían el
último
graciasmaravedí en luchar
y le adulaban hasta ael brazo partido
extremo. contra eran
Sus fiestas todosmuy
sus
enemigos,
populares que no eranasistía
y a menudo pocos,gente
puesdeademás de ciudades.
múltiples la abierta
hostilidad de mahometanos,
Había artistas franceses,
florentinos, ricos venecianos,
mercaderes holandeses
venecianos, no-
ybles
alemanes protestantes,
de Ferrara y Verona. ahora
Todos la comerían
mala relación entre lahasta
y beberían corte
española
saciarse yylalaInglaterra isabelina amenazaba
noche terminaría un nuevo frente,
en una generalizada orgía.y
claro, aunque era el español
Los representantes un imperio
de la Iglesia enorme
solían mirar y temible,
hacia era
otro lado
uno contra
cuando todos.de estas bacanales tenía lugar, e incluso al-
alguna
gunos participaban.
Aquella mañana de La septiembre,
fiesta más célebre
Martíndeselas organizadas
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
112
velamen.
por el duque Apartó eralalamanta mojada
mascarada delporDíaelderelente
Todos nocturno
los Santos. y se
puso
En ella, en pie, se abotonó la tenían
los participantes camisaprohibido
y, haciendo cuenco
retirar susconmás-las
manos,
caras ocogió agua de una
pronunciar tinaja
palabra y se lavóy el
alguna, rostro,
sólo estabaespabilándose.
permitido
Las gotas resbalaron
el lenguaje corporal.por su cara decía
Luguerio sin afeitar,
que las quesensaciones
tenía bellas
I
facciones,
despertadas aunquedurante del laojomascarada
izquierdo eran bajaba unahasta la mitad de
celebración de
la
la mejilla
vida, enuna una delgada cicatriz. Tenía
fecha usualmente una nariz
conectada al recta
inviernoy labios
ya
filanos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
muerte.
le divertía.
Desde un Subalcón
ceño, que por manía
Lorenzo pudo ver o costumbre
el salón donde casielsiempre
duque
mantenía
y sus Martín fruncido,
invitadosde labailaban,le daba
Vega erabebían profundidad
soldado y reían
del rey a
ende su mirada,
desenfrenado
España, como como
fre-
lo
si estuviese
nesí. La
había sido atento
estancia
su padre a
era todo.
la más
bajo Se mojó
hermosa del
los estandartes también el
delpalacio, pelo
emperador castaño
Carlos.y
franqueada
revuelto
por Se y se lode
columnas echó hacia atrás,
mármol despejando la frente surcada
alistó muy joven ycomoventanales cubiertos
arcabucero en de el cortinajes
tercio de
por
conunos débiles
brocado trazos. El techo abovedado estaba adornado
púrpura.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
con Caminó
un por
imponente
hacia el norte de Italia la crujía
fresco entre
y de allí los
cuyos marineros
colores
a Flandes, y soldados
eldonde
tiempo había
Francia queem-
habíaya
abarrotaban
palidecido
entrado unla poco.
nuevamente galeraen y se
Sin acercó
duda
liza conaquel a proa,
España. salón donde
Pese losebrioso
eraa un encontraba
marco y per-
a las
el
fectocapitán
para don
la Ricardo
magnificencia Villalobos
de tan apoyado
distinguidos
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la cureña
invitados. de la
moyana,
los ojos con
«Cuánta
de suslahipocresía…»
camisa
ofi ciales blanca que ya
Pensó
al demostrar eranumerosas
el en gris abierta
veneciano hasta el
trasocasiones
recorrer
pecho,
con losdonde
cualidades ojoscomo abrillaba
todos
sangre unfría,
los escapulario
asistentes.
disciplina dey un
Nunca la Virgen
había
valor que del rozaba
Carmen,
soportado a
la
el
los ancho
nobles
temeridad, bonete
y susladeado
labrándosefiestas,conhaciéndole
incluso
su acero sombra
el cardenal
una buena en la cara retozaba
Rimaldi
reputación y losentre
ojos
ficon
los joscamaradas.
en
unaelramera
horizonte, en las
encima desiluetas
una mesa, que remangada
dibujaban las la torres
sotanadel y
puerto
ebrio depecar.
de Corona.
Después deEra tal lacampañas
varias desvergüenza muchos de todos que avolvieron
soldados Lorenzo
La galera
le parecía
adinerados española
repugnante.
a Italia, Martín volvía
entre a
Vomitivo. Italia
Aunque
ellos, después
lo mismo
arrojándose de combatir
sindebían
empacho de
al
a corso
pensar
las berberisco
ellos
múltiples dedeliciasen que
él. Un la ría
sucio de Tetuán.
soldado
aquella conLas
tierra las naves
ofrecíamanosa los capturadas
mancha-
holgados
habían
das de sido
sangre, más comobien unpocas—apenas
servil perro alguna
de
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezascaza. fusta
Pero enemiga—y
Lorenzo no
el botín escaso.
cambiaría
napolitanas, lasmetiendo
tornas nimano aunque pudiese.
en todo lance Prefería
y mujer serhermosa
un os-
curoDios
que mercenario
Eran tiempos
le ponía en antes
aciagos que
para
su camino. unlosarrogante
españoles
Nada podía príncipe que invita
en el Mediterráneo.
reprochársele, puesa
sumayoría
la casa a los
Mientras gente que
detercios
los odia
de lossólo
soldados para ganarse
Austrias
jóvenes se habían
hacían sus
lo favores.atraídos
convertido
mismo, en los
dueños
por Comode hombre
aquella los campos
tierra de batalla
curtido
extranjera y ricaen
Lorenzo Europa,
desabía losen
la queque asílas aguaseran
del
funcionaba
españoles
Mare
dueños.Nostrum
el mundo,
Para cada
gobernado
ellos vez
por
Italia eralos
era más
másdifícil
como contener
unindignos
generoso a la ingente
y paraíso
menos honra-
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
113
15
dos.Poco
A losmás tarde,
demás les tras la batalla
quedaba salir de Gelvescon
adelante contra el Turco,
la inestima-
que resultódepenosa
ble ayuda la hojajornada para lasque
de una espada, armas católicas
al menos, era yrecurso
donde
aalpunto estuvo
que todo de dejar
hombre capazla piel,
podíaregresó
acudir acuando
España,nodonde
había vivió
otra
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
cosa mejor.
ahorros Martín sentó
Aprovechando el plaza
éxtasisdedenuevo en la
la fiesta escuadra
Lorenzo de galeras
abandonó el
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que
palacio sin ser visto. La música, las voces y las risas de dentro había
crecido tras una
precedieron serie desilencio
al sepulcral victorias
de obtenidas
la noche en por el temible
cuanto salió
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
a los jardines. Mientras se alejaba, veía como en el exterior la
El poderosoque
luz anaranjada rey alumbraba
Felipe II, paladín
el salóndesalía
la causa católica
por los ventan-por
encima de todo—incluso
ales recortando la forma por encimaen
del palacio dellaPapa de Roma,
oscuridad, comoque si
empleaba
hubiese unmás fondosenen
incendio turbios
la cima de negocios
la colina. para su beneficio
que en proporcionar
Tenía una cita con apoyo
unaapersona
quienes adefendían
la que noladeseaba
religión ver
con
uñas y dientes—,
en absoluto, perohabía heredado de sulopadre
las circunstancias la titánica
exigían. guerra
Esa persona
contra el Turco,
se llamaba que junto
Francesco Vasaria ylaera
corona de Castilla
un hombre y Aragón
muy poderoso
era la potencia
en Corona. No más
porquegrande del un
tuviese mundo,
fuerteembarcándose en una
ejército a su servicio
contienda que duraría
o porque fuese casi doscientosrico,
extraordinariamente años,sino
interrumpida
porque poseíasólo
por cortas
un bien treguas, y cuyo
valiosísimo: campo de batalla principal eran las
información.
aguas del Mediterráneo.
Durante años el señor Vasari había construido un entra-
mado La de
casa de Habsburgo,
agentes contando
que trabajaban conél.
para sus vastas
Era posesiones
un famoso ar-
ymador,
con el varias
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
naos repletas de mercancías navegaban hasta hasta el
último maravedí
los confines en luchar
del mundo, a brazo partido
enriqueciéndolo con contra todos
cada viaje. sus
Todo
enemigos, que no
lo que entraba erandepocos,
y salía puesllegaba
la ciudad además de sus
hasta la abierta
oídos.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
Marineros, prostitutas, taberneros, tahúres y demás calaña holandeses
yque
alemanes protestantes,
frecuentaba ahora
el distrito la mala
portuario relación
estaban entre
a su la corte
servicio en
española
calidad de informadores, por lo que raramente se le escapabay
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
algo. aunque
Francescoera Vasari
el español un imperioese
representaba enorme
nuevo y temible,
estamento era
uno contra
social que todos.
estaba surgiendo con fuerza, y que lenta pero in-
Aquella mañana
exorablemente de septiembre,
iría igualando Martínensepoderío
a la nobleza despertó con el
y rique-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
114
velamen.
za. Banqueros,Apartó cambistas,
la manta mojada armadores por elyrelente
demásnocturno
negociantes y se
puso
llenabanen pie,sussebolsillos
abotonósiendo la camisaastutosy, haciendo
hombrescuenco con las
de negocios,
manos,
metiendo cogiómanoaguaade launa
rutatinaja y se lavóde
de especias el rostro,
las Indiasespabilándose.
Orientales
Las gotas resbalaron
y espoleados por su cara
especialmente por sin las afeitar, que teníaque
oportunidades bellas
se
I
facciones,
abrían en aunqueel nuevodel mundoojo izquierdo
que acababa bajaba hasta
de ser la mitad de
descubierto al
la
otromejilla
lado una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
del océano.
finosLorenzo
que solíaiba torcer de lado
a pedirle ayudaen unaaunmedia sonrisa
en contra de su cuando algo
voluntad,
le
perodivertía. Su ceño,elque
se le acababa tiempopor manía
y no había o costumbre
elección. casi Ademássiempre
ex-
mantenía
istíaMartín fruncido,
algunade posibilidad le
la Vega era daba profundidad
desoldado
que Vasari del supiesea su mirada,
quién era
rey de España, como
el as-
como lo
si estuviese
esino sido
había de Renatoatento
su padre a
bajo los estandartes del emperador Carlos.y
Coccia.todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo
Eraalistó
una echó hacia
situación atrás, despejando
delicada, la frenteentre surcada
Se muy joven como pues las relaciones
arcabucero en el tercio de el
por unos débiles
duque Luguerio trazos.
Navarrete, graciasRiolffini
a viejosy Francesco
conocidos Vasari se habían
de su familia, dete-
y partió
hacia Caminó
riorado mucho
el norte por la
deunos crujía
Italia meses
y deentre los
atrás,
allí marineros
y Lorenzo
a Flandes, ytenía
donde soldadosparteque
Francia ya
de la
había
abarrotaban
culpa. Elnuevamente
entrado asuntola galera
había y comenzado
en se
lizaacercó a proa,
con España. el pasadodonde
Pese losebrioso
ainvierno.encontraba
Vasari
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
gustaba de don Ricardo
acompañarse Villalobos
de un apoyado
gentilhombre en la cureña
marsellés quela
ante
moyana,
le lamía
los ojos de con
el sus la ofi
culo camisa
yciales
le reía blanca
al las que ya en
gracias.
demostrar eranumerosas
Éste gris
tenía abierta hasta el
porocasiones
apellido
pecho,
cualidades donde
La Chapelle, como ybrillaba
sinsangre unfría,
saberlo escapulario
era conocido
disciplina dey en
la Virgen
un todas
valor que del rozaba
partes Carmen,
como la
el ancho
Chapeleto, boneteque ladeado
en haciéndole
italiano significaba sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre algoen la
como cara y los
chapero ojos
o
fibujarra.
losjoscamaradas.
en el horizonte,
Los dos paseaban en las siluetas
juntosque pordibujaban
la arboleda lasque
torres del
rode-
puerto el de
aba Después Corona.
palacio dey varias
frecuentaban
campañas la plaza
muchos de soldados
la catedral donde
volvieron
La galera
se reunían
adinerados alas española
damas
Italia, que
Martín volvía
salíana
entre Italia
de
ellos, misa,después
acicalados
arrojándose de combatir
hasta lo
sin empacho
al
a corso
ridículo
las berberisco
para intentar
múltiples deliciasen quela ría
rebañar de Tetuán.
aquella algún Las
pedazo
tierra naves
ofrecía capturadas
dea aquella
los olla
holgados
habían
caliente
de bolsa,sido
que más
eranbien
gastándoselo pocas—apenas
las reuniones alguna
de dueñas,
todo en festines fustayenemiga—y
sirvientas
milaneses enybellezas
demás
el botín escaso.
solteronas.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios tiempos
El caso
le ponía aciagos
es queenpor para los
su razones
camino. españoles
completamente
Nada en elcomprensibles
Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la duque los
el mayoría detercios
Luguerio de los Austrias
odiaba
los soldados ajóvenes se
Francesco habían
loconvertido
Vasari
hacían en los
y a su estirado
mismo, atraídos
dueños
por de los
acompañante,
aquella campos
por
tierra de batalla
lo que
extranjera ideó en
uno
y rica Europa,
de de enespañoles
sus los
la que las aguas
macabros del
planes
eran
Mare
dueños.Nostrum
que tanto
Para cada
le ellos vezera
divertían.
Italia eracomo
Tras más difícil
varias contener
unprovocaciones
generoso a consiguió
la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
115
15
Poco más
organizar tarde,entre
un duelo tras la batallayde
Lorenzo el Gelves contra
marsellés, queelencima
Turco,
que resultó
se las daba penosa jornada espadachín.
de consumado para las armas Porcatólicas
no verseyen donde
de-
ascrédito
punto estuvo de dejar
el marsellés la piel,
aceptó un regresó a España,
duelo a primera donde vivió
sangre.
entreLaSevilla y Madrid.
cita tuvo lugar en Yel cuando vio esfumados
propio palacio ducal, entodos sus
un salón
ahorros
que porMartín sentó plaza
su mampostería de nuevo
tenía en ladeescuadra
el aspecto antigua de galeras
mazmor-
de Nápoles para
ra medieval y queluchar contra para
era utilizado la amenaza
combates turca, que había
o divertimien-
crecido tras una
tos similares queserie de victorias
entretenían obtenidas
al duque y a suspor el temible
amigos, que
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
incluso apostaban a favor de algún u otro duelista. El duque
El poderoso
mostró sorpresarey Felipe II,
e incluso se paladín
disculpóde—aunque
la causa católica por
por dentro
encima de todo—incluso
sentía sumo por encima
regocijo— cuando Lorenzodel le
Papa
abriódeelRoma,
pechoque
de
empleaba
par en parmás fondos
a aquel en turbios
pobre negocios
caballero en menosparadesuun beneficio
minu-
que en proporcionar
to. Francesco Vasariapoyo a quienes
lo presenció tododefendían
y estuvolaalreligión con
límite del
uñas y dientes—,
llanto, viendo que había heredado
se reían de su los
de él hasta padre la titánica
enanos guerra
bufones del
contra
palacio.el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
era la potencia
Desde más
aquel díagrande
el odiodel mundo,
entre embarcándose
el duque y el famosoen una
ar-
contienda
mador había que duraría
crecido,casi
y doscientos
no era raro años,que
interrumpida
Luguerio sólo
Ri-
por cortas
olffini treguas,
enviase y cuyo campo
a Lorenzo junto de batalla docena
a media principaldeeran las
guar-
aguas
dias adel Mediterráneo.
vigilar los negocios de Vasari de vez en cuando, sin
La casadel
ahogarlo de todo
Habsburgo, contando
y aceptando con sus vastas
sobornos posesiones
frecuentemente.
yPor
coneso
el oro
ahora y la plata llegados
Francesco Vasaridelelas Indias,
había gastaba
pedido hasta el
tal cantidad
último maravedí
de dinero por suen lucharpara
ayuda, a brazo partido
cobrarse contra de
los meses todos sus
extor-
enemigos,
sión. que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos,
Bien embozado, calado franceses,
el sombrero venecianos, holandeses
y con el saquillo de
ycien
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
florines apretado contra el pecho, Lorenzo se internó en la corte
española
el puertoyenla Inglaterra
dirección aisabelina amenazaba
la casa del armador un nuevo frente, y
Vasari.
claro, aunque
Por era el
las calles deespañol
la ciudaduntambién
imperioseenorme y temible,
celebraba era
el día del
uno contra
patrón. todos. comparsas con muchachos disfrazados que
Pasaban
Aquella
cantaban mañanainstrumentos.
y tocaban de septiembre,Otros
Martín se vestidos
iban despertóde
con el
pá-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
116
velamen. Apartósus
jaros, agitando la manta
plumas mojada por el relente
multicolores mientras nocturno
danzaban y se
puso en pie, por
iluminados se abotonó
las ondulantesla camisa y, haciendo
llamas cuenco conCo-
de las antorchas. las
manos,
rona era cogió agua dedurante
peligrosa una tinaja lasycelebraciones.
se lavó el rostro,La espabilándose.
gente bebía
Las gotas resbalaron
y muchos malintencionadospor su cara sin afeitar, que
enmascarados tenía bellas
aprovechaban
I
facciones,
la fiesta para aunque del ojo
delinquir izquierdo bajaba
impunemente, ya que hasta no la mitad
había sufi-de
la mejilla
cientes una delgada
guardias cicatriz. Tenía
para controlarlo todo. una nariz recta y labios
finosEvitó
que solía torcer deplaza
la atestada lado del
en una media sonrisa
mercado, en donde cuando algo
la gente
le divertía.
asistía a una Su representación
ceño, que por manía teatralo de costumbre casi siempre
artistas disfrazados,
mantenía
Martínfruncido,
equilibristas deylabufones.
Vega le era
daba profundidad
Avanzó
soldado pordellarey adesu
conocida mirada,
España,callecomo
decomo
loslo
si estuviese
comerciantes
había atento
de seda,
sido su padre a todo.
bajodonde Se mojó también
se topó con
los estandartes delcuatroel pelo
hombres
emperador castaño quey
Carlos.
revuelto
discutían y sobre
se lo echó
unajovenhacia atrás,
deuda. despejando
Hablaban a gritoslaen frente
con surcada
Se alistó muy como arcabucero elvoces
tercio ron-de
por
cas unos
y débiles
aguardentosas, trazos. tenían pinta de marineros o matones lo-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
cales.
hacia Caminó
elAlnorte
pasar por
dea la
su crujía
lado
Italia y leentre
de allí los
observaron marineros
a Flandes, como dondey se
si soldados
preguntasen
Francia que
habíaya
abarrotaban
si llevaría
entrado la galera
dinero
nuevamente eny se
suficiente lizaacercó
como
con apara
proa,
España. que donde
Pese a losebrioso
valiese encontraba
la penay ain-
las
el capitán
tentar el don
robo. Ricardo
El caso es Villalobos
que sí que apoyado
lo llevaba,
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la
así cureña
que de
Lorenzo la
moyana,
mantuvo
los ojos de con
lasusla ofi
mano camisa
cercablanca
ciales quedeyalaen
deldemostrar
al puño era gris abierta
espada
numerosas y adoptó hasta
la ex-
ocasiones el
pecho,
presióndonde
cualidades más brillaba
feroz
como de la
sangre unfría,
escapulario
que era capazde
disciplina su lasemblante.
y un Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Los bonete
borrachos ladeado
no haciéndole
debieron sombra
convencerse
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
del cara
todo, y los
pues ojos
lo
fidejaron
losjoscamaradas.
en elmarchar
horizonte, sinenmolestarlo.
las siluetasFue que undibujaban
alivio para las torres
el vene- del
puerto
ciano, de
pues Corona.
aunque aquellos hombres no suponían
Después de varias campañas muchos soldadosun adver-
volvieron
sario Laformidable,
adinerados galera española
a Italia, eran
Martín volvía
cuatro, a
entrequizá Italia
ellos, después de
demasiados.
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a corso
Llegó berberisco
múltiplescasi delicias en del
al final la ría
que de Tetuán.
puerto
aquella y,tierra Las
torciendo naves
ofrecía por capturadas
una
a los oscura
holgados
habían
calle
de bolsa, sido
llena más bien
de gatos quetodo
gastándoselo pocas—apenas
buscaban alguna
ratones
en festines fusta
y restosy de
milaneses enemiga—y
en comida
bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
entre las basuras metiendo llegó mano
a la casa ende todoFrancesco
lance y Vasari.
mujer hermosa
Eran
que Dios tiempos
le ponía en
El adinerado aciagos para
su camino.
armador los
vivía españoles
Nada
en podía
una en el Mediterráneo.
casareprochársele,
grande al finalpues
del
Mientras
la mayoría losdetercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo,
distrito portuario. Estaba rodeada por una elevada muralla en los
atraídos
dueños
por de cubierta
aquella
de piedra los campos
tierra de de
extranjerabatalla
y ricaen
enredaderas. de Europa,
la
Laque losenespañoles
vivienda las aguaseran
funcionabadel
Mare
dueños.Nostrum
también Para
como cada
ellos vez
Italia
oficina, era
yera
al más difícil
como
guardar un contener
generoso
allí numerosos abienes
paraísola ingente
bañado
val-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
117
15
Poco
iosos másraro
no era tarde,
vertras la batalla
siempre a tresdeo Gelves contra el arma-
cuatro hombres Turco,
que
dos resultó penosa
custodiando jornada para las armas católicas y donde
el lugar.
a punto estuvo
Lorenzo de dejar
rodeó la piel,
el edificio regresó alaEspaña,
siguiendo verja dedonde
hierrovivió
que
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos
cerraba el jardín hasta las escaleras que conducían a la puerta sus
ahorros
trasera,Martín sentó
pues ésta no plaza
estabadeiluminada
nuevo en con
la escuadra de galeras
farol como lo es-
de
taba la principal. Golpeó tres veces el aro de bronce y,había
Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que tras
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el
esperar unos segundos, una luz apareció tras los vidrios de la temible
corsario
ventanaDragut
contigua sobre las armadas
y la puerta cristianas.
se abrió delante de él.
El
Unpoderoso
hombre de reygruesa
Felipefigura
II, paladín de la causa
le alumbró católica
el rostro por
con una
encima
lámpara. deLorenzo
todo—incluso por encima
retrocedió del Papa
unos pasos de Roma, que
instintivamente, si
empleaba
alguien le más fondos
desease en turbios
mal sería negocios
muy fácil para
atacarlo su benefi
mientras cio
la luz
que en proporcionar
le cegaba los ojos. apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—Osy dientes—,
esperan,había heredado
capitán Leone.de su padre la titánica guerra
Seguidme.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
En una ciudad como Corona y metido en negocios a esas
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
horas toda precaución era poca. Lorenzo siguió a aquel hom-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
bre sin darle la espalda y con una mano aferrando la empuña-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
dura de la daga. A los pocos pasos se percató de que al otro
aguas del Mediterráneo.
le tintineaba hierro debajo de la ropa, iba armado, así que no
La casa
era un simple de sirviente.
Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
Tras recorrer unos intrincados corredores llegó al despa-
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
cho. Francesco Vasari lo esperaba sentado tras un escritorio de
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
caoba mientras jugaba con un cortaplumas enjoyado. Varias
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
lámparas iluminaban la estancia, que estaba adornada con tro-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
feos de caza, pinturas enmarcadas en las paredes y varias es-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
tanterías con libros y pergaminos. En la mesa se amontonaban
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
legajos y voluminosos libros de contabilidad, así como balan-
uno contra todos.
zas, pesas, tinteros y demás instrumentos para hacer cuentas.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
118
velamen.
En cuantoApartóLorenzo
la manta mojada
entró en elpor el relente
gabinete, el nocturno
otro hombre y se
puso
cerróen pie, se yabotonó
la puerta se quedólafuera camisa para y, alivio
haciendo cuenco conque
del veneciano, las
manos,
soltó lacogió agua de una
empuñadura detinaja
la daga y seylavó el rostro,
se quitó espabilándose.
el bonete, deján-
Las
dologotas
sobreresbalaron
el escritorio. por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
Vasariaunque
lo invitódel ojo izquierdo
a sentarse y los dosbajaba
se miraronhastadurante
la mitad unos de
la mejilla
largos una delgada
segundos cicatriz.
en los que Teníadijo
ninguno una nariz
nada. Elrecta
armador y labios
era
fiun
noshombre
que solía torcer de lado en una media
con un aspecto muy común, de mediana estatura sonrisa cuando algo
le
y complexión ceño,
divertía. Su delgada.queSu porcara,
manía o costumbre
alargada y algo casi siempre
demacrada,
mantenía
mostraba
Martínunosfruncido,
de lamarcados
Vega le era
daba profundidad
pómulos
soldado que aúnade
del rey sesu mirada,
acentuaban
España, comocomo
más lo
si estuviese
por lasido
había fina su atento
perilla
padre a
que todo.
bajocubría Se mojó también
su mentón.del
los estandartes el pelo
Eraemperador
calvo, y unoscastaño gra-y
Carlos.
revuelto
sientos y se lo
rizos se echó hacia atrás, despejando
le arremolinaban detrás de las la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero enorejas.
el tercioVestía de
por
de unos
calidad, débiles
ya trazos.
que podía permitírselo, con un jubón morado,
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
camisa
hacia Caminó blanca
el norte pordedela crujía
cuello
Italia y deentre
allí los
almidonado marineros
a Flandes, y medias
dondey soldados
verdes
Francia que
sujetas
había ya
abarrotaban
por unasnuevamente
entrado la galera
calzas y se
con grandes
en lizaacercó
botones
con a proa,
España. donde
laterales.
Pese a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
Para don
Lorenzo Ricardo
no eraVillalobos
más que apoyado
un en
chupatintas la cureña
cualquiera.antela
moyana,
Feo,
los de los
ojos con
de que
susla ofi
camisa
ciales blanca
pretenden al quedar quebien
demostrar ya enera
con gris
todoabierta
numerosas el mundo hasta
ocasionesfra-el
pecho,
casando
cualidades donde como brillaba
siempre. Un un
sangre escapulario
hombre
fría, de los que
disciplina dey un
lalamen
Virgen
valorel del
que culoCarmen,
de los
rozaba la
el
queancho
tienenbonete
por ladeado
encima yhaciéndole
humillan ensombra
cuanto
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara
pueden y
a los
los ojos
que
fitienen
losjoscamaradas.
en por
el horizonte, en las siluetas
debajo. Miserable, que dibujaban
aprovechado las torres del
y avaricioso.
puerto de Corona.
Francesco
Después deVasari
variassacócampañasde unamuchos estantería una botella
soldados volvieron de
La
adinerados galera
licor y dos vasos española
a Italia,deMartín volvía
cristal,entre a
los llenó Italia
ellos,hasta después
arriba ysin
arrojándose de combatir
ofreció
empachouno
al corso
aalas
Lorenzo. berberisco en la ría de Tetuán. Las
múltiples delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados naves capturadas
habían —Essido
de bolsa, una más
gastándoselo
bebida bien pocas—apenas
todo en festines
proveniente del norte alguna fusta
milaneses
—dijo—. Esyenemiga—y
en bellezas
fuerte, pero
el botín
napolitanas, escaso. metiendo mano en todo
sabrosa. Por favor, os ruego que compartáis un trago conmigo.lance y mujer hermosa
Eranle
que Dios
Lorenzo tiempos
ponía
apenas aciagos
en su para
camino.
mojó los españoles
Nada
los labios ypodía
dejó el envaso
el Mediterráneo.
reprochársele,
de nuevo pues
en
Mientras
la mesa. No estaba allí para emborracharse ni para perderlos
la mayoría losdetercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídos el
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera
tiempo, así que fue directo al grano. batalla
y rica en
de Europa,
la que los en las aguas
españoles del
eran
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomomás difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
119
15
Poco
—Me más tarde,zanjar
gustaría tras la este
batalla de Gelves
asunto cuantocontra el Turco,
antes, don
que resultó penosa jornada para las armas católicas y donde
Francesco.
a punto estuvo
El otro de dejar
lo miró durantela piel, regresó a mientras
un momento España, donde vivió
degustaba
entre
el licorSevilla
y asintióy Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
con la cabeza.
ahorros
—DeMartín
acuerdo, sentó plazaLeone,
capitán de nuevo peroenantes
la escuadra
de nada.de¿Habéis
galeras
de Nápoles
traído lo quepara luchar Ya
os pedí?... contra la esta
os dije amenaza
mañana turca,
que que había
mi ayuda
crecido
tiene untras una serie de victorias obtenidas por el temible
precio.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Por supuesto —Lorenzo extrajo el saquillo de debajo de
su capapoderoso
El y lo dejórey Felipe
sobre II, paladín deCien
el escritorio—... la causa católica
florines por
de plata
encima
por vuestrade todo—incluso
ayuda. Ése era por encima del Papa de Roma, que
el trato.
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
A Francesco Vasari debió de gustarle lo que veía pues una
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
sonrisa se dibujó en su cara acentuando su aspecto de sangui-
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
juela. Metió las manos en el saquillo, sacando algunas monedas y
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
mirándolas con curiosidad. Brillantes, frescas y recién acuñadas.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—Debeque
contienda deduraría
ser un casi
negocio importante
doscientos años, para vos si estáis
interrumpida sólo
dispuesto a pagarme esta suma de dinero.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas —Lo
deles. Ahora decidme, don Francesco…¿Estáis interesado?
Mediterráneo.
—Desde
La casa de luego.
Habsburgo,Habladme
contandode con lo que proponéis.
sus vastas posesiones
yLa entrevista
con el oro y duró al menos
la plata llegados unade hora, y a Lorenzo
las Indias, lo descora-
gastaba hasta el
zonabamaravedí
último la sensación de que anibrazo
en luchar siquiera aquella
partido inversión
contra todos iba
sus
a ser de utilidad.
enemigos, que noEleran armador
pocos, Vasari
puessin duda sabía
además de lamuchas
abierta
cosas, pero
hostilidad deno la identidad del
mahometanos, asesinovenecianos,
franceses, de Renato Coccia. Era
holandeses
ymuy probable
alemanes que tarde ahora
protestantes, o temprano
la malaserelación
enterase, pero
entre la para
corte
entoncesyLorenzo
española estaría
la Inglaterra en unaamenazaba
isabelina galera española lejosfrente,
un nuevo de allí,y
y quizás
claro, esa información
aunque era el español ya un
no imperio
tendría ningún
enormevalor.
y temible, era
uno Decontra
todostodos.
modos nada era seguro todavía, así que Lorenzo
decidió seguir
Aquella adelante
mañana con su plan. Martín se despertó con el
de septiembre,
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
120
velamen.
—Lo que Apartó me la manta
pedís mojada
es muy por el relente
arriesgado, capitán nocturno
Leone, po-y se
puso en pie, se la
dría costarnos abotonó
cabeza la camisa
a los dos. y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua
Lorenzo notódeque unaVasari
tinaja ysudaba
se lavó elabundantemente,
rostro, espabilándose. no
Las gotas resbalaron
sabía si causado por la importanciapor su cara sin afeitar, que tenía bellas
I de la conversación o por
facciones, aunque del ojo izquierdo
los tres vasos de licor que se había bebido, bajaba hasta pero se la limpiaba
mitad de
la mejilla una delgada
continuamente la frente cicatriz.
con unTenía
pañuelo unadenariz seda.recta y labios
finos—Todo
que solía torcer
tiene susderiesgos,
lado endon una Francesco,
media sonrisa perocuando
para algo
eso
le divertía. Su ceño, que por manía
contáis con esa escolta de cien soldados de plata. o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido, le era
daba profundidad adesu mirada, como
Sonrió de la Vega
a medias Vasari,soldado del rey
mientras jugueteabaEspaña, decomo
nuevo lo
si
habíaestuviese su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
con elsidocortaplumas.
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se
—Sialistó
una muyesjoven
cosa cierta,como
y vos loarcabucero
sabéis bien, en señor
el tercio
Leone, de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
es que en este gracias a viejos tiempo
desdichado conocidos de suelfamilia,
nuestro dinero ytodo partió
lo
hacia Caminó
el norte porde la crujía
Italia y entre
de allí los
a marineros
Flandes, donde y soldados
Francia que
habíaya
puede. Compra voluntades y hace a la gente hablar sobre co-
abarrotaban
entrado la galeraen y se acercó a proa,Pesedonde losebrioso
encontraba
sas que nuevamente
no vieron y que liza
otrosconnoEspaña.
hicieron. Asía que... y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña antela
moyana,—No os
con pido
la ofi falsas
camisa confesiones de alguno de vuestros ru-
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasioneshasta el
fianes del
pecho, donde puerto —le
brillaba interrumpió
unfría,
escapulario Lorenzo—. Ésos venderían
cualidades como sangre disciplinadey unla Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
a
el su madre
ancho bonete por una
ladeado jarra de
haciéndolevino. Os
sombra pido en un
la compromiso
cara y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiserio,
los enyelpor
joscamaradas. eso os heen
horizonte, pagado lo queque
las siluetas medibujaban
pedíais pese las atorres
ser unadel
importante
puerto de Corona. cantidad.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
—Y yo os ayudaré.
La galera española Haré todoaloItalia
que este dentro de de mis posi-
adinerados a Italia, Martínvolvía después
entre ellos, arrojándose combatir
sin empacho
bilidades.
al corso Como sabréis,
berberisco laúltimamente
en que ría de Tetuán.los impuestos me ahogan,
a las múltiples delicias aquella tierra Las
ofrecíanaves a loscapturadas
holgados
así que sido
habían espero más vuestra
bien colaboración
pocas—apenas en ciertos fustaasuntos.
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milaneses yenemiga—y en bellezas
el El
botín tono
escaso.en las palabras de Vasari
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa revelaba cierto rencor,
todavía
que Eranestaba
Dios le poníadolido
tiempos aciagos
en por el los
para
su camino. reciente duelo
españoles
Nada podía encon el caballero
el Mediterráneo.
reprochársele, pues
marsellés
Mientras
la mayoría y ahora
losdetercios aprovechaba
de los Austrias
los soldados la situación
jóvenesse habían
hacían para ganar
loconvertido
mismo, atraídosventa-
en los
ja
dueños
por en el complicado
de los
aquella campos
tierra terreno del
de batalla
extranjera poder
y ricaen y
de Europa,las influencias.
la que losenespañoles
las aguas Pero
del
eran
Lorenzo
Mare Nostrum
dueños. estaba
Para ellos preparado
cada vezera
Italia para
eracomo eso,
más difícildurante
contener
un generoso todo el día una
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
121
15
voz Poco
en sumás tarde,
interior le tras
había la dicho
batallaquede aquella
Gelves contra
cita conelFranc-
Turco,
que
escoresultó
Vasari penosa jornada
era un error. Aun para lashabía
así se armas católicas yaun
arriesgado, donde
sa-
abiendo
punto que
estuvo de dejar laarmador
el ambicioso piel, regresó
iba aapedirle
España, donde
algo más vivió
que
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
dinero.
ahorros
—NoMartín sentó
creeréis queplaza
soy un deingenuo,
nuevo en¿verdad?
la escuadra de galeras
–preguntó el
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
veneciano con dureza. —Sé que sois uno de los hombres más que había
crecido
ricos detras una serie
Corona, y ya hagode victorias obtenidas
la vista gorda con por el temible
vos más de lo
corsario Dragut
que os merecéis. sobre las armadas cristianas.
El poderoso
Vasari rey Felipe
se acabó II, paladín
otro vaso de licordedelaun
causa
tragocatólica por
y sonrió
encima de todo—incluso
forzosamente tratando depor encima
parecer másdelamable.
Papa deSuRoma,
frenteque
se
empleaba
llenaba cadamásvez fondos
más deenpequeñas
turbios negocios para su beneficio
gotas de sudor.
que en proporcionar
—Como vos bienapoyo
sabéis,a para
quienes defendían
gente la religión
como nosotros con
nunca
uñas y dientes—,
es suficiente. había heredado
Vuestras visitas a mi de negocio
su padresonla titánica
cada vez guerra
más
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla
frecuentes y desde luego muy molestas. Me gustaría que eso y Aragón
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
acabase.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
—¿Son ésas vuestras condiciones? —Lorenzo parecía con-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
siderarlo.
aguas del Mediterráneo.
—Así es —dijo el armador—, y ya veis que son más que
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
razonables. Tan sólo trato de atender el negocio que tanto
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
esfuerzo me ha costado sacar adelante.
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
—Si meque
enemigos, ayudáis me comprometeré
no eran pocos, pues ademása hacer dequelael abierta
viento
os sea favorable.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
—Me alegran
y alemanes vuestrasahora
protestantes, palabras, y brindo
la mala porque
relación entrenuestros
la corte
futuros negocios
española nos sean
y la Inglaterra fructíferos
isabelina a ambos.
amenazaba unEn este frente,
nuevo mundoy
cruel los
claro, inteligentes
aunque debemos
era el español un aliarnos.
imperio enorme y temible, era
uno Francesco
contra todos.Vasari se levantó y se acercó a la ventana, desde
donde se oíamañana
Aquella pasar unos jinetes por el
de septiembre, empedrado
Martín de la calle.
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
122
velamen.
—El tratoApartó me la acomoda,
manta mojada don por el relente
Francesco, nocturno
pero recordad, y se
puso
cuando en pago
pie, se por abotonó
algo exijola camisa
resultados.y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de
—Descuidad, una tinaja
capitán Leone. y se lavó el rostro, espabilándose.
Las Lorenzo
gotas resbalaron
se puso en porpiesuhaciendo
cara sin ademán
afeitar, que teníaEn
de irse. bellas
ese
I
facciones, aunque del ojo izquierdo
momento algo cambió dentro de él, haciéndole sentir un in- bajaba hasta la mitad de
la mejilla
stinto una delgada
animal. Salvaje. cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
Un destello brilló en sus ojos que se convirtieron por un
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
instante en los del asesino que algún día fue.
mantenía
Martínfruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomo lo
Con aquel impulso y sin darle mas vueltas, sacó la pistola
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
que llevaba
revuelto y seya lobien
echócebada en su cinturón.
hacia atrás, despejando Conla la manosurcada
frente zurda
agarróSe alistó muy joven
el cuello del jubón y lo empujó contra de
como arcabucero en el tercio
por unosa débiles
Vasari por trazos. la
Navarrete, gracias a viejos conocidos
estantería haciendo temblar los libros. Apoyó el frío cañón ende su familia, y partió
hacia Caminó
el del
norte por
de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros y soldados
a Flandes, que ya
la sien sudoroso Francesco, que a su dondevez mirabaFrancia había
al vene-
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
ciano con ojos de terror mientras chorretones de sudor le
el
vecescapitán
díscolo donque Ricardo
su corta Villalobos
edad le apoyado
hacía ser, en
pronto la cureña
destacó de
antela
caían por la frente.
moyana,
los ojos de con susla ofi
camisa
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
A esa
pecho, donde distancia
brillaba podía notar
unfría,
escapulariosu aliento, que olía a alcohol.
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el —No
ancho soy
bonete ningún
ladeadoestúpido,
haciéndoleVasari. Yo
sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre mando
en laen esta
cara y ciudad,
los ojos
fino
los loen
olvidéis
joscamaradas. nunca. en
el horizonte, Puedo hacer que
las siluetas que mis hombreslas
dibujaban os desuellen
torres del
en un frío
puerto de Corona.calabozo donde a nadie le importe oíros gritar. Si por
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
algunaLa remota
galera razón se os
española ocurre traicionarme, despuésvolveré, os ar-
adinerados a Italia, Martínvolvía
entre a Italia
ellos, arrojándose de combatir
sin empacho
rancaré
al corso el corazón yen
berberisco se lo
la daré
ría dedeTetuán.
comer aLas mis naves
perros.capturadas
a las múltiples delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados
Mientras decía aquello Lorenzo
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses yenemiga—y
habían sido más bien pocas—apenas calibraba
alguna todas
fusta enlas posi-
bellezas
bilidades.
el botín escaso.
napolitanas, Enmetiendo
caso de que mano el ensudoroso
todo lance armador
y mujer gritase para
hermosa
alarmar
que Eranle
Dios atiempos
sus esbirros
ponía aciagos
en le abriría
para
su camino. los lapodía
españoles
Nada gorjareprochársele,
con
en la daga, des-
el Mediterráneo. pues
cargaría
Mientras
la mayoría la pistola
losdetercios contra el
de los Austrias
los soldados primero
jóvenesse que
habían
hacían abriese
loconvertido la puerta,
mismo, atraídos en los
después
dueños
por rompería
de los
aquella campos
tierra el ventanal
de batalla
extranjera con
y ricaen la culata
de Europa, y huiría por
la que losenespañoles allí.
las aguaseran Si
del
todo se
Mare
dueños. torcía
Nostrum
Para ellos era
cada un buen
vez
Italia eraplan.
era más difícil
como un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
123
15
Poco más tarde,
—P-p-por favor, tras la batalla
capitán Leone. de¿Cómo
Gelves podéis
contra insinuar
el Turco,
que
q-queresultó penosa
yo haría jornada
t-t-tal cosa? para las armas católicas y donde
a punto
—Loestuvo
insinúo, de don
dejarFrancesco,
la piel, regresó
porquea España,
como habéisdondedicho
vivió
entre Sevilla
el dinero puede y Madrid.
comprarYlascuando vio esfumados
voluntades con facilidad. todos sus
ahorros Martín
Lorenzo sentó
apretó unplaza
poco,de nuevo en latodavía
acercándose escuadra másdea galeras
la cara
de Nápoles para luchar contra la amenaza
del espantado Vasari, que temblaba como un ratón asustado. turca, que había
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—M-mi voluntad ya está co-comprada para vuestro
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
propósito.
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
—Eso espero, porque como crea que me habéis robado e
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
insultado, os mataré a vos, a todos vuestros amigos y seres
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
queridos. ¿Está claro?
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—Capitán,
y dientes—, por f-favor
había soltadme,
heredado de suesto es la
padre innecesario. No
titánica guerra
os traicionaré,
contra el Turco,lo que juro.junto a la corona de Castilla y Aragón
Tras
era la unos segundos,
potencia más grandefinalmente
del mundo, Lorenzo soltó a Vasari,
embarcándose en una
que se recompuso cuanto pudo para mantener
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo su dignidad.
por cortas
—Ahora treguas,
que estoy y cuyo campo
seguro de de
quebatalla principal eran
nos entendemos las
debo
aguas
irme, del
donMediterráneo.
Francesco. Espero noticias de vos.
La casa seguía
Vasari de Habsburgo,
temblando contando con suscallado
y se quedó vastas posesiones
sin decir
ynada,
con el
mirando con ojos asustados los movimientos dehasta
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba Loren-el
último maravedí
zo mientras en luchar
éste daba mediaa vuelta
brazo ypartido contra
se iba de allí. todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
Al día siguiente Lorenzo paseaba como un fantasma por
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
los desiertos salones de palacio. Tras el banquete y la desen-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
frenada fiesta los invitados se habían retirado a sus aposentos,
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
dejando las diáfanas estancias del comedor completamente
uno contra todos.
vacías, sin vida, con el único y siniestro sonido de un enorme
relojAquella mañana
de péndulo quede septiembre,
marcaba Martín se despertó con el
las horas.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
124
Poco
Comomásuna tarde,
negra tras
sombrala batalla
Lorenzode caminaba
Gelves contra el Turco,
acompañado
que
por resultó
el eco depenosa jornada
sus pasos, para las
buscando armas
a sus católicas
fantasmas porylosdonde
os-
acuros
punto estuvo de
rincones. dejar la
Pensaba enpiel, regresó
la reunión a Vasari,
con España,endonde vivió
el extraño
entre Sevilla
impulso que loy había
Madrid. Y cuando
poseído vio esfumados
para amenazar a aqueltodos
hombre sus
ahorros Martín
de tal modo. sentó hecho
¿Había plaza de nuevo
bien? en la escuadra
Imposible saberlo.de Sus galeras
años
de Nápoles
como para luchar
mercenario le habíancontra la amenaza
enseñado turca, que
que muchas veceshabía
era
crecido tras
mejor ser una serie
temido de victorias
que respetado, obtenidas
y quizás poruno
éste era el de
temible
esos
corsario Dragut
casos pero... sobre
¿Cómo las armadas
estar cristianas.
seguro? Sólo el tiempo tenía esa re-
spuesta, y de todas
El poderoso reyformas, ya no
Felipe II, habíade
paladín vuelta atrás.católica por
la causa
encima de todo—incluso
El péndulo por del
marcó la hora encima del Papa
ave María y endeun Roma, que
par de ho-
empleaba más
ras la galera fondos debía
española en turbios
poner negocios
rumbo a la para
islasu
debenefi cio
Sarissa.
que en proporcionar
Lorenzo apoyo
estaba nervioso, a quienes
pero a pesardefendían
de la serieladereligión con
desgracia-
uñas y dientes—, había
dos acontecimientos heredado
sucedidos de su padre
aquella semana la un
titánica
ansia guerra
por la
contra
aventurael le
Turco, que junto
aceleraba a laQuería
el pulso. corona de Castilla sus
desempolvar y Aragón
viejos
era la potencia
huesos másygrande
de soldado del mundo,
demostrar embarcándose
que no estaba acabado.en una
Hacía
contienda
mucho tiempoque duraría casi
que no se le doscientos
presentaba años, interrumpida
algo como aquello, ysólo
un
por cortas
espíritu treguas,yyjuvenil
renovado cuyo campo
recorríadesus
batalla
venas.principal eran las
aguas del Mediterráneo.
Salió a los jardines en busca de aire fresco, como si las
La casa dede
habitaciones Habsburgo, contando claustrofobia.
palacio le causaran con sus vastas posesiones
y conTodo
el oro y la plata
estaba llegados
tranquilo, de las
se oía Indias,degastaba
el canto hasta el
innumerables
último
pájarosmaravedí en luchar
y el sol brillaba a brazo
alto en partido
un cielo contra
sin nubes, todos
que sus
aquella
enemigos,
mañana eraque no color
de un eran azul
pocos, pues además de la abierta
intenso.
hostilidad
Lorenzo de paseó
mahometanos,
lentamente franceses,
entre el venecianos,
laberinto deholandeses
setos. Es-
ytatuas
alemanes
blancas de sirenas y tritones lo observaban. Ellasuave
protestantes, ahora la mala relación entre corte
española
rumor dey la lasInglaterra isabelina
fuentes hacía que amenazaba
se calmaran unsus
nuevo frente,
nervios. Sey
claro,
adentróaunque
en unera el español
camino un imperio
rodeado enorme
de frondosos y temible,
árboles era
cuando
uno contra
vio al duque todos.
acercarse, acompañado por dos pajes. A Lorenzo
Aquella mañana
le sorprendió de septiembre,
verlo despierto Martín sedespués
tan temprano despertódecon
unael
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
126
velamen.
fiesta, pero Apartó la manta más
al observarlo mojada por elserelente
de cerca percató nocturno
de que algoy se
puso en pie,
le ocurría se abotonó
a Luguerio la camisa
Riolffini. y, haciendo
Caminaba apoyado cuenco con de
en uno las
manos,
sus pajes,cogió aguamás
estaba de una tinaja
pálido quey sedelavó el rostro,yespabilándose.
costumbre sus ojos bril-
Las
laban gotas resbalaron
febriles. Parecíapor un su cara sin
anciano afeitar, que tenía bellas
octogenario.
I
facciones,
Sin duda aunque
los añosdel noojoperdonaban
izquierdo bajaba hasta la
y los excesos enmitad
sus fies- de
la
tasmejilla una delgada
empezaban cicatriz.
a castigarlo Tenía una
duramente. La nariz
estampa recta
delyduque
labios
fiya
nosseque solíade
alejaba torcer
la quedemostraban
lado en unalos media sonrisa
retratos cuando
colgados enalgo
los
le divertía. Su ceño, que por manía o
salones de palacio, revestido de armadura y portando ben- costumbre casi siempre
mantenía
galas Martín fruncido,
de mando,
de la Vegaconleuna
daba
era profundidad
mirada
soldado del reyy ade
joven su
llena mirada,
de ambición.
España, comocomo lo
si estuviese
En susido
había atento
juventud,
su padre a todo.
Luguerio Se
bajo losRiolffinimojó
estandartes también
había delsido el pelo castaño
un ejemplo
emperador dely
Carlos.
revuelto
perfecto ycortesano.
se lo echóInstruido
hacia atrás, en despejando
el oficio de las la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero enarmas y de de
el tercio la
por unos débiles
caballería, gracias trazos.
pero también
Navarrete, a viejosenconocidos
la poesía de y lasumúsica,
familia,elybaile
partió y
hacia Caminó
la pintura.
el norte por
Todode la crujía
aquello
Italia y deentre
allí los
estaba marineros
a lejos
Flandes,ahora dondey soldados
y, día que
tras día,
Francia ya
su
había
abarrotaban
vitalidad
entrado la galera
se veía
nuevamente y se
mermada.
en lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacógran
La antigua fama que tenía el duque como en la
hombrecureñade de
antela
moyana,
fortaleza
los ojos de con la ofi
estaba
sus camisa
ciales blanca
completamente que
al demostrar ya en
eranumerosas
justificada. gris Unabierta hasta el
claroocasiones
ejemplo
pecho,
de ellodonde
cualidades la brillaba
fuecomo ocasión
sangre un
en escapulario
la que
fría, dey un
el duque
disciplina la yVirgen del rozaba
su escolta
valor que Carmen,
fueron la
el ancho
atacados bonete
por unosladeado haciéndole
enmascarados sombra
mientras
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
su la cara
carruaje y los ojos
estaba
fidetenido
losjoscamaradas.
en el horizonte,
en una famosa en lasfuente
siluetas que del
cerca dibujaban
palacio.lasEltorres
antiguo del
puerto
capitán dedeCorona.
la guardia
Después de variascayó abatido muchos
campañas en la refriega
soldadosy también
volvieronal-
gunos La guardaespaldas,
adinerados galera española
a Italia, Martín volvía
entreela
incluso Italia
duque
ellos, después
tuvo
arrojándose de
que meter combatir
mano
sin empacho
al
aalascorso
la berberisco
espada
múltiples para en que
salvar
delicias la
suría deyTetuán.
vida,
aquella pese Las
a que
tierra naves
recibió
ofrecía capturadas
tres
a los graves
holgados
habían
heridas,
de bolsa,sido
los más bien pocas—apenas
enmascarados
gastándoselo todono festinesalguna
enconsiguieron fustaycon
acabar
milaneses enemiga—y
él.
en bellezas
el botín
Mucho
napolitanas,escaso.
semetiendo
discutió ymano se especuló
en todo sobre
lancequién estaba
y mujer detrás
hermosa
que Eranle
de aquel
Dios tiempos
atentado,
ponía en aciagos
y casi
su para los
todas
camino. españoles
las
Nada miradasenapuntaron
el Mediterráneo.
podía reprochársele, apues
un
Mientras
noble
la mayoría losdetercios
calabrés, los de losdeAustrias
el soldados
conde Montalto,
jóvenes se habían convertido
con elloque
hacían Luguerio
mismo, enRi-
los
atraídos
dueños
olffini
por de los
tenía
aquella campos
una
tierra derivalidad.
antigua
extranjera batalla
y ricaen Europa,
deNunca
la queselosen
supolascon
aguas
españoles del
certe-
eran
Mare
dueños.Nostrum
za, pero Para asícada
aun ellos aquelvez eracomo
calabrés
Italia era más difícil
murió decontener a la ingente
un ballestazo
un generoso paraíso en un
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
127
15
Poco
trágico más tarde,
accidente tras la
de caza. batallademostraba
Aquello de Gelves contra
también el que
Turco,
el
que
duqueresultó penosa
Luguerio no jornada
se andaba para
conlasdelicadezas,
armas católicas y donde
y ni olvidaba
anipunto estuvouna
perdonaba de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
afrenta.
entreElSevilla
duque yllegó
Madrid.
hasta Ydonde
cuando vio esfumados
se encontraba todosy or-
Lorenzo sus
ahorros Martín sentó
denó bruscamente plaza
a sus de nuevo
pajes que losendejaran
la escuadra
solos.deElgaleras
vene-
de
ciano se apresuró y le ofreció su brazo para apoyarse. había
Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que
crecido
—¿Se tras una serie
encuentra de mi
bien, victorias
señor? obtenidas por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—He dormido mal y me he destemplado… Sólo eso —con-
El poderosoRiolffini
testó Luguerio rey Felipe II, paladín
después de toserdeviolentamente.
la causa católica por
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
Caminaron despacio entre los árboles de los jardines, le-
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
jos de oídos indiscretos, hasta sentarse en unas sillas de már-
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
mol dispuestas alrededor de una fuente.
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
contra—Amigo
el Turco,Lorenzo,
que juntoya sabes que esta
a la corona tragedia
de Castilla puede
y Aragón
suponer
era mi ruina.
la potencia Los orgullosos
más grande del mundo, españoles podríanen
embarcándose pedir
una
mi cabeza por la pérdida de esa joven e incluso
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo culparme de
haberla
por cortas vendido
treguas,yoymismo a los turcos…
cuyo campo de batalla ¿No es una locura?
principal eran las
Hasta semejantes
aguas del Mediterráneo. extremos hemos llegado.
—Encontraré
La a esa joven,
casa de Habsburgo, mi señor.
contando con sus vastas posesiones
y con—Si no conseguimos
el oro traerla
y la plata llegados deylas
la familia Quintana
Indias, gastaba exige
hasta el
una compensación,
último ¿qué podríamos
maravedí en luchar hacer?...
a brazo partido Les todos
contra bastaría
sus
con declararnos
enemigos, que noeneran
desgracia
pocos,para
puesque nuestros
además de enemigos,
la abierta
que sin duda
hostilidad aparecerían como
de mahometanos, buitres,venecianos,
franceses, me despojaran de mi
holandeses
yducado.
alemanesItalia es un nido ahora
protestantes, de víboras.
la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra
El duque escupió alisabelina amenazaba
suelo, lo un nuevo
que le provocó otrofrente,
fuertey
claro,
ataqueaunque
de tos.era el español un imperio enorme y temible, era
uno —Mi
contra todos.Lorenzo —prosiguió—, ¿recuerdas lo que les su-
querido
cedióAquella mañanaitalianos
a los príncipes de septiembre, Martínase
que traicionaron losdespertó con el
españoles?
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
128
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
—Lo recuerdo.
puso—Se en pie,
hanseconvertido
abotonó laen camisa
una y, haciendo
nación tan cuenco
poderosa conquelas
manos,
nada secogiópuede agua de una
hacer tinaja
contra y se Por
ellos. lavóeso
el rostro, espabilándose.
es esencial tener su
Las gotas resbalaron
favor y no deberles nada, o de lopor su cara sin afeitar, que tenía bellas
I contrario te lo reclamarán
facciones,
y estarás en aunque del ojo¿Te
sus manos. izquierdo
das cuenta bajaba hasta funciona
de cómo la mitad de el
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía
mundo? Los mismos que pueden arrebatármelo todo son los una nariz recta y labios
fique
nospueden
que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
salvarme.
le divertía.
—Entonces,Su ceño, que por ¿Creéis
mi señor... manía oque costumbre
ha sido casi buena siempre
idea
mantenía
Martín
encargar fruncido, le
de la españoles
a unos daba
Vega era soldado profundidad
esta misión? a su mirada,
del rey de España, como lo como
si estuviese
había sidoasu atento
padre a todo. Se mojó también el pelo castaño y
—¿Y quién sibajo
no? los ¿A estandartes
la mala banda del emperador
de milicianos Carlos.
que
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó
tenemos en lamuy joven
ciudad? Túcomo
mismoarcabucero
me lo dices ensiempre.
el tercioSon de
por unos débiles trazos.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
vagos, bebedores…
hacia—YCaminó
el norte porde la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, dondey soldados
Franciaque habíaya
otras cosas peores, mi señor.
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
—Además, tardaríamos dos semanas en reunir una buena
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña antela
tripulación
moyana, con para
la ofisemejante
camisa propósito. ¿Y el barco, alquilado
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
al bastardo
pecho, donde de Vasari?
brillaba Ni
unfría, hablar…
escapulario Dios ha querido que ese
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
capitán
el ancho apareciese
bonete antehaciéndole
ladeado mi puerta sombraen el momento
en la cara oportuno.
y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiOh...
los en¿No
joscamaradas.recuerdasen
el horizonte, la las
carasiluetas
del estúpido Villalobos
que dibujaban lascuando
torres del le
hablamos
puerto de proteger la reputación de una familia española
de Corona.
Después
y de la cruzada de varias
contra campañas
los turcos?muchos Ven su soldados
lucha como volvieron
si los
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
ejércitos de Cristo marchasen contra las huestes de Lucifer.
allas
a corso berberisco
múltiples en que
delicias la ría de Tetuán.tierra Las naves capturadas
Se creen los salvadores de aquella
la cristiandad. ofrecía
El honor a los deholgados
los es-
habían
de bolsa, sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
pañoles es como un reloj de arena, en cuanto lo mencionas,
el botín escaso.
napolitanas,
se les vacía elmetiendo
cerebro ymano se les en
llenatodo lance y mujer hermosa
el corazón.
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Lorenzo lo sabía muy bien. Él mismo había visto algu-
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídosen los
na vez cómo los españoles preferían morir antes de ver sus
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
reputaciones mancilladas. Incluso una vez, un capitán no se
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
129
15
Pocoa sugerir
atrevió más tarde, tras la batalla
la rendición de Gelvesque
a sus hombres, contra el Turco,
estaban am-
que resultó superados
pliamente penosa jornada para las
en número, armas
por miedo católicas y donde
a que éstos lo
amataran
punto estuvo
a él. de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
entre—Son
Sevilla
gentey Madrid. Y cuando elvio
brava —reflexionó esfumadoscumplirán
veneciano—, todos sus
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
la misión.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
—Eso espero.
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—Además, Dios está con nosotros.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—¡No seas necio, Lorenzo! —replicó contrariado el duque,
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
que no compartía los arrebatos piadosos de su guardaespal-
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
das—. En la guerra sólo los ignorantes piensan que Dios está
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
siempre de su parte. Si eso fuera cierto el Altísimo no hubiera
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
poblado el mundo de infieles que nos atacan y nos atormen-
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
tan. ¿Qué Dios cruel nos rodea de tentaciones y placeres que
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
nos hacen sentir vivos y los considera después condenación
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
de nuestra alma?
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
Aunque
por cortas lleno ydecuyo
treguas, rabia por dentro
campo al principal
de batalla venecianoeran
no las
le
quedaba
aguas otra que tragarse las palabras de Luguerio sin re-
del Mediterráneo.
chistar. El estilo de vida epicúreo del duque no le agradaba,
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y abandonadas desde hacía tiempo las prácticas religiosas
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
salvo en escasas ocasiones, lo creía cada vez más cerca del
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
diablo.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
—Por cierto,
hostilidad mi hijo Próspero…
de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
—¿Qué protestantes,
y alemanes le ocurre? ahora la mala relación entre la corte
española
—En yunla Inglaterra
principio isabelina
me neguéamenazaba un nuevo
a que formara partefrente,
de lay
claro, aunque
misión, pero élera el español
insiste un imperio
enormemente en enorme y temible,
que quiere probar era
su
uno contra todos.
valentía. No le culpo, pues yo mismo tuve los mismos sen-
timientos
Aquellaa su edad, ydetarde
mañana o temprano
septiembre, tiene
Martín seque convertirse
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
130
velamen.
en un hombre.ApartóDebe la manta mojadaarrojo
demostrar por el orelente nocturno
será débil para ylos se
puso
ojos deen pie, se abotonóTú
sus enemigos. la camisa
más que y, nadie
haciendo
sabes cuenco con las
los peligros
manos, cogió agua
que entraña este de unapor
viaje, tinajaesoy se lavó elque
quiero rostro, espabilándose.
lo protejas contra
Las
todogotas
mal. resbalaron
Devuélvemelo por vivo.
su cara sin afeitar, que tenía bellas
I
facciones,
—Lo haré,aunque del ojo
mi señor. Loizquierdo
defenderébajabacon mi hasta
vida silaesmitad
preciso.de
la mejilla
—Sé que unalodelgada
harás. No cicatriz.
dejesTenía
que entreuna en
nariz rectapor
batalla y labios
mu-
ficho
nos que
que solía torcer de lado en una media
insista, que luchen los españoles. Él es demasiadosonrisa cuando algo
le divertía.
valioso, sobreSu ceño, que por manía o costumbre casi siempre
todo ahora.
mantenía
Martín fruncido,
de la le era
daba profundidad
del rey ade su mirada, como
Al duque le Vega
costaba soldado
incluso hablar. España,
Lorenzo como
nunca lo
lo
si estuviese
había atento a todo. Se mojó también el pelo castaño y
habíasidovistosutan padre bajo los estandartes
deteriorado. Cada vez teníadel emperador
más tos yCarlos.olía a
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
fiebre.
por unos débiles trazos.
Navarrete,
—Aunque gracias
mi hijoa viejos
Próspero conocidos
no es ni dedesulejos
familia, y partió
su hermano
hacia Caminó por
elAlejandro la
norte de Italia crujía entre los
y dediciendo—, marineros
allí a Flandes, y soldados
dondeesFrancia que ya
mayor —siguió también joven yhabía
gal-
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó
con a proa,Pese
España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
lardo, pues es mi sangre la que corre por sus venas. Además
el capitán
veces don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña de la
a mi díscolo
heredero quelesu cortademasiado
gusta edad le hacía la ser, pronto
guerra. Hay destacó ante
que aseg-
moyana,
los ojos con
de sus la ofi
camisa
cialesenblanca
al caso que ya en
demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
urar la línea sucesoria de que algo malo le ocurriera.
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina de un
la Virgen del rozaba
Carmen,
Necesito que Próspero se case con esaymuchachavalor que para vincu- la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole sombra en la cara y los ojos
lar a mi familia con loscon su aceroespañoles.
poderosos una buena Prométeme
reputación entre que
fi
losjos en el
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
lo protegerás, Lorenzo.
puerto de Corona.
Después de varias campañas
—No os preocupéis, mi señor, muchos soldados
podéis confiar volvieron
en mí.
La galera española volvía a Italia después
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin empacho de combatir
allas Luguerio
corso berberiscoesbozó su
en que siniestra
la ría sonrisa
de Tetuán. de víbora.
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían —Creo
sido que
más no me
bien entiendes,
pocas—apenas Lorenzo...
alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas —Puso
fusta una mano
enemiga—y
temblorosa
el botín escaso.
napolitanas, cargada
metiendodemano relucientes
en todo anillos
lance en el hombro
y mujer hermosadel
veneciano—.
que Eranle
Dios tiemposNo en
ponía vuelvas
aciagos aquí los
para
su camino. sin mi podía
hijo y reprochársele,
españoles
Nada la mujer
en en condi-
el Mediterráneo. pues
ciones
Mientras
la mayoríade casarse.
losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por Lorenzo
de los
aquella no
tierra dijo
campos nada, sólo
y ricamovió
de batalla
extranjera en la cabeza
de Europa,
la que afirmativa-
losenespañoles
las aguaserandel
mente,
Mare
dueños. con
Paraun
Nostrum ellosmovimiento
cada vezera
Italia tan leve
eracomo
más que
difícil casi paraíso
contener
un generoso fueaimpercep-
la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
131
15
Poco
tible. más tarde,
El duque trassusurros
rió en la batalla de palmeó
y le Gelves contra el Turco,
la espalda. Fi-
que resultólepenosa
nalmente jornada
pidió ayuda para
para las armasy católicas
levantarse y donde
volver dentro de
apalacio.
punto estuvo de dejar
Caminaron la piel,
juntos hastaregresó
donde a España, donde vivió
se encontraban los
entre
pajes Sevilla y Madrid.
sin decirse ningunaYotracuando vio Nunca
palabra. esfumados todos sus
más volverían
ahorros
a hablar.Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
132
“La mar no sufre necios ni perezosos, porque conviene
al que allí anda ser muy vivo en el negociar y
diligentísimo en el navegar. La mar es casa de pecadores
y refugio de malhechores, porque en ella á
ninguno dan sueldo por virtuoso ni le desechan
por travieso. La mar disimula con los viciosos, mas no es
amiga de tener consigo cobardes, porque en mal
punto entra en ella el que es cobarde para pelear y
temeroso de navegar”

Antonio de Guevara 1539


segunda Parte
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
VI
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
Hacía un Su día
ceño, que por
soleado manía o típico
y caluroso, costumbrede Italiacasien siempre
vera-
mantenía
no. La
Martín fruncido,
bóvedade la azul
Vega le era
del daba
cielo profundidad
se
soldado fundía rey ade
del con el su
mar,mirada,
España, secomo
quecomo pre-
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
sentaba calmoatento
como a todo.
un Se
plato mojó
hasta también
donde el pelo
alcanzaba castaño
la vista.
revuelto
Martín y sey lo echó
sumuyamigo hacia atrás, despejando
el portugués esperabanlaen enfrente surcada
el embarca-
Se alistó joven como arcabucero el tercio de
por
dero unos
juntodébiles
a los trazos.
demás soldados y marineros. Algunos
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y pasa-
partió
ban Caminó
el rato por
sentadosla crujía
sobre entre
sus los marineros
mochilas y
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Francia había y
baúles soldados
de que
equipaje, ya
abarrotaban
charlando
entrado y la
nuevamente galeraen
jugando ya se
losacercó
liza dados
con España.asobre
proa,Pese
donde
la piela lo sebrioso
de encontraba
un tambor
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
mientras don
bebían Ricardo
de una Villalobos
bota de apoyado
vino. Otros en la cureña
paseaban impa-
antela
moyana,
cientes,
los ojos de con
mirando
susla ofi
camisa blanca
distraídos
ciales alque
al demostrar ya en
horizonte.eranumerosas
gris abiertaocasiones
Graznaban hasta
las ga- el
pecho,
viotas por
cualidades dondecomo brillaba
encima de sus
sangre unfría,
escapulario
cabezas dey un
y el olor
disciplina laaVirgen
madera
valor que del Carmen,
mojada
rozaba sela
el ancho
mezclaba bonete
con elladeado
de la haciéndole
brea y las sombra
verdosas
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
aguas la cara
del y los
muelle. ojos
fijoscamaradas.
los en elocultar
Para horizonte, en las siluetas
la expedición de ojos que dibujaban
curiosos, las torres
el duque Lugue-del
puerto elde
rio yDespués Corona.
capitán deVillalobos establecieron
varias campañas muchos quesoldados
la galera volvieron
española
La
adinerados galera
levantaría ferro española
en un
a Italia, volvía
espigón
Martín entre a
situado Italia
ellos,bajo después de
el castillosin
arrojándose combatir
delempacho
puerto,
al corso
acuyo berberisco
uso estabadelicias
las múltiples en
permitido la ría
que sólo de
aquella Tetuán.
a algunas Las naves
embarcaciones
tierra ofrecía capturadas
y tras
a los holgados
habían
pedir
de bolsa,sido
previo más
gastándoselobien
permiso. Allí pocas—apenas
todonoen había alguna
ciudadanos
festines milanesesfusta enemiga—y
entrometidos
y en bellezas ni
el botín
napolitanas,escaso.
marineros demetiendootros navíos, manoporen lo que
todoellance
lugar era adecuado.
y mujer hermosa
Eran
que Dios
La tiempos
le
tropaponía
estaba aciagos
en su para
camino.
ansiosa porlos
Nadaespañoles
navegar,podíauna en nueva
el Mediterráneo.
reprochársele, campaña pues
Mientras
la mayoría
siempre losdetercios
creaba de los Austrias
losexpectativas
soldados de unse
jóvenes habían
hacían
cuantioso loconvertido
mismo, en los
atraídos
botín. Muchos
dueños
por de quedado
aquella
se habían los campos
tierra de batalla
extranjera
ya con ricaen
lasy manos Europa,
de vacías losenespañoles
la que después las deaguas del
eran
visitar
Mare
todosNostrum
dueños. Para
los garitos cada
ellos vezera
Italia
de juego era más
y como
los difícil contener
un generoso
burdeles a la ingente
paraíso
de la ciudad. bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
137
15
Poco más en
Apoyados tarde, tras la
un muro debatalla
piedra de Gelves por
calentada contra el varios
el sol, Turco,
que resultó
guardias de penosa
la ciudadjornada paracon
charlaban las algunos
armas católicas
españoles, y donde
entre
aellos
puntoel estuvo
capitánde dejar la piel,
Villalobos, regresó
mientras a España,adonde
observaban vivió
lo lejos la
entre Sevilla
entrada y Madrid.
de la bahía, Y cuando
por donde en esevio esfumados
momento todos sus
se acercaba un
ahorros
barco deMartín sentó dispuesto
mercancías plaza de nuevo en la
a atracar enescuadra
el muelle.de galeras
de Nápoles paraque
No era raro luchar contra
la gente la amenaza
interactuase conturca, que había
los imperiales,
crecido tras hacía
pues desde una serie
variasdedécadas
victoriaslosobtenidas
soldados por el temible
de los tercios
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
viejos de Nápoles, Sicilia y Lombardía se repartían en guar-
El poderoso
niciones rey Felipeitálica,
por la península II, paladín de la
a las que causa católica
llamaban por
presidios.
encima
Incluso de todo—incluso
muchos italianos,por encima
al igual que del
los Papa
bravosdemercenarios
Roma, que
empleaba
alemanes, más fondos
servían en lasentropas
turbiosdelnegocios para supor
segundo Felipe, benefi cio
lo que
que en proporcionar
la presencia apoyoera
de españoles a quienes
muy comúndefendían la religión
y tolerada con
por casi
uñas
todos.y dientes—, había heredado
Los negociantes, de su padre
especialmente la titánicatampo-
los hosteleros, guerra
contra el Turco,
co ponían que juntoya
inconvenientes, a que
la corona de Castilla
los españoles y Aragón
escurrían sus
era la potencia
bolsas más grande
hasta quedar vacías en del mundo,
sus tabernas embarcándose
y tiendas. Otra encosa
una
contienda que duraría
eran los ejércitos que casi doscientos
estaban de pasoaños, interrumpida
en tiempos sólo
de guerra.
por
Esocortas
suponíatreguas, y cuyo campo
una situación de batalla
muy dañina para laprincipal
poblacióneran las
pues
aguas
debíandel Mediterráneo.
acoger a los soldados en sus propias casas, y a pesar
de que las hostilidades
La casa de Habsburgo, hacia los vecinos
contando estaban
con sus vastastotalmente
posesiones
yprohibidas
con el oroyyduramente castigadas,
la plata llegados siempre
de las Indias,segastaba
producían con-
hasta el
flictos entre
último la soldadesca
maravedí en lucharyalas pobres
brazo gentes
partido del lugar,
contra todosquesus
veían impotentes
enemigos, que nocomo eranrudos
pocos,hombres
pues armados
además ocupaban sus
de la abierta
hogares, propagaban
hostilidad de mahometanos,enfermedades,
franceses,traían hambreholandeses
venecianos, y miserias
ye alemanes
incluso algunas veces violentaban
protestantes, ahora la malaa susrelación
mujeres.entre la corte
española
Entrey los
la Inglaterra
guardias yisabelina amenazaba
marineros un nuevo frente,
se podía distinguir a Prós-y
claro, aunque era
pero Riolffini, el español
el hijo un imperio
del duque, enormepor
acompañado y temible, era
un corpu-
uno contra
lento criado todos.
y su sombrío guardaespaldas. Próspero jugue-
teaba nervioso
Aquella con la
mañana deempuñadura de su larga
septiembre, Martín espada,con
se despertó casi
el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
138
velamen.
ridícula por Apartó la manta
el exceso mojada porpero
de decoración el relente nocturnoper-
que encajaba y se
puso en pie,con
fectamente se abotonó
el resto de la su
camisa y, haciendo cuenco con las
indumentaria.
manos, cogió agua
El joven de una
caballero tinaja yropas
llevaba se lavó el rostro,
verdes espabilándose.
ribeteadas en do-
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar,
rado y una parlota, típico gorroI plano renacentista, tocado que tenía bellas
facciones,
con plumas aunque
blancas dely ojo izquierdo
amarillas. Teníabajaba
más hasta
aspecto la de
mitadnoble de
la mejilla una
asistiendo a undelgada
baile encicatriz.
VeneciaTenía que auna nariz recta
un soldado y labios
a punto de
fiembarcar
nos que solía torcer de lado en una media
en una galera. Era rubio y apuesto, con una melenasonrisa cuando algo
le divertía.
ligeramente Suondulada
ceño, queque porlemanía
llegaba o acostumbre
los hombros. casi Susiempre
cara
mantenía
todavía
Martín fruncido,
no de mostraba le
la Vegamucho daba profundidad
era soldado vello del
y lerey a
hacía su mirada,
parecer más
de España, como
comojo- lo
si estuviese
ven, casi
había su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
atento
sidoadolescente. a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó
El criado hacia atrás, despejando
en el viajelaen frente surcada
Se alistó que muylojoven acompañaría
como arcabucero era eluntercio
mulato de
por unos
grande, débiles
con algo trazos.
de retraso mental pero enormemente servil y
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
mudo
hacia Caminó
eldenorte porde la
nacimiento, crujía
Italia entre
loy que
de le los
allí marineros
hacía perfecto
a Flandes, ypara
donde soldados que
su trabajo.
Francia habíaya
abarrotaban
entrado la le
nuevamente
En cuanto galera y se
en
vieron, lizaacercó a proa,Pese
con yEspaña.
Martín Afonso dondea losebrioso
reconocieron encontraba
al yguar-
a las
el capitán
veces
daespaldas don
díscolodeque Ricardo
su cortaEra
Próspero. Villalobos
edad apoyado
le hacía
el jinete queser, en
pronto
habían la cureña
destacó
visto de la
ante
tras des-
moyana,
los ojos de
embarcar con sus
dos ladías
camisa
ofi atrásblanca
ciales al elque
demostrar
y era mismoya en
era gris abiertaocasiones
numerosas
que respondía hasta
al nom- el
pecho,
bre de donde
cualidades como
Lorenzo brillaba
sangre
Leone. un escapulario
fría,
Algunas piezasde
disciplina la Virgen
y un valor que
empezaban del Carmen,
rozaba
a encajar. la
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
—Ahí lelabrándose
tienes —comentócon su acero una entre
Afonso buenadientes—,
reputaciónése entre
es
fi
losjos en el
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
el misterioso capitán de la guardia, desde luego tiene buena
puerto de Corona.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
planta.
La galera
adinerados española volvía a Italia después de combatir
Martínaasintió
Italia, Martín
despacio entre
sin ellos,
quitarlearrojándose
los ojos de sinencima
empacho al
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a capturadas
los holgados
veneciano, terminó de roer la manzana que estaba comiendo
habían
de bolsa,sido más bien pocas—apenas alguna fusta enemiga—y
gastándoselo
y arrojó el resto al mar.todo en festines milaneses y en bellezas
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Estudió a ese tal Lorenzo Leone durante largo rato, y por
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos
su camino.para los españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
su aspecto se podían deducir muchas cosas: iba vestido de
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
soldado, con simpleza, sin plumas ni lujosas vestiduras que
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
pudiesen estorbarle. Tenía los brazos cruzados contra el pe-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
139
15
cho Poco
y unamás tarde,
buena tras schiavonna
espada la batalla deleGelves
pendíacontra el Turco,
del costado iz-
que resultó
quierdo. penosa advirtió
También jornada lapara las armas
siniestra culata católicas y donde
de un pistolete
aque
punto estuvo
llevaba de dejar
al cinto y unla piel,
par regresóPortar
de dagas. a España, dondearse-
semejante vivió
entre Sevillaeran
nal encima y Madrid.
palabrasYmayores,
cuando desde
vio esfumados
luego aqueltodos sus
indivi-
ahorros Martín sentó
duo no parecía plaza dede
un fanfarrón nuevo en laAdemás,
taberna. escuadrasideel galeras
duque
de Nápoles
confiaba para luchar
la protección decontra
su hijo la amenaza aturca,
únicamente queLeone
Lorenzo había
crecido tras una
y no a media serie
docena de de victorias
espadas obtenidas
a sueldo es quepor
teníaellatemible
certe-
corsario Dragut
za de que bastabasobre
sólolas
conarmadas
él, y esocristianas.
decía mucho a su favor.
El poderoso
—¡Virgen rey FelipeVa
santísima! II,cargado
paladín decomola causa
para católica
tomar Da- por
encima de todo—incluso
masco —siguió comentandopor elencima del Papa
portugués, de Roma,
pasándole que
revista
empleaba más fondos
minuciosamente en turbios
mientras negocios
acariciaba con lapara
manosu benefi
su ferozcio
que en proporcionar
barba—. Ese capitánapoyo
no es aunquienes defendían
viejo servil, la religión
se le ve hombrecon de
uñas
armas y dientes—, había la
curtido. Mírale heredado
cara, esasdemarcas
su padre nolason
titánica guerra
de viruela.
contraConellos
Turco,
años que junto
habían a la corona
aprendido de Castilla
a distinguir y Aragón
a unos hom-
era
breslade
potencia más grande
otros. Aunque todosdel mundo,
ciñeran embarcándose
espada endie-
y daga y se las una
contienda
ran de Marteque había
duraríadiferencias
casi doscientos años, yinterrumpida
abismales, sólo
para advertirlas
por
sólocortas treguas,tener
se necesitaba y cuyo campo
buen de batalla
ojo; fijarse principal
en detalles comoeran las
cica-
aguas
trices,del Mediterráneo.
marcas en la ropa, calidad de las armas –había espadas
paraLamatar
casa de Habsburgo,
y espadas paracontando
lucir, y lacon
delsus vastas posesiones
veneciano era de la
yprimera
con el oro y lay plata
clase-, lo másllegados de las
importante: la Indias,
mirada gastaba hasta
y el aplomo, esoel
último maravedí
diferenciaba a un en luchar asoldado
verdadero brazo departido
uno decontra todos sus
boquilla.
enemigos, que no
—¿No crees queeran pocos, pues
deberíamos además
advertir de lasobre
al capitán abierta
lo
hostilidad de mahometanos, franceses,
ocurrido con aquel espía? —preguntó Martín. venecianos, holandeses
y alemanes
—Tampocoprotestantes,
hace faltaahora la mala
confesarse conrelación
él comoentre
si dellaAltísi-
corte
española y la Inglaterra
mo se tratara –respondió isabelina
Afonsoamenazaba
negando con un nuevo frente, y
la cabeza.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
—En milicia como si lo fuese, ya lo sabes, antes capitán
uno contra todos.
que padre.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
140
velamen. Apartóalados
—Matamos manta
hombres mojada por el
aquella relente
noche nocturno
—explicó y se
el por-
puso
tugués— en pie,
y uno sede abotonó la camisaa y,
ellos pertenecía haciendoAcuenco
la guardia. veces locon las
mejor
manos,
es callarcogiócomo agua de una
putas. tinaja yno
Además, sesabíamos
lavó el rostro,
quién espabilándose.
era Lorenzo
Las
Leone, gotas
sólo resbalaron
conocíamos porsusunombre,
cara sinnunca afeitar, que teníaimagi-
hubiéramos bellas
I
facciones, aunque del ojo
nado que navegaríamos izquierdo
junto a él dosbajaba hasta la mitad de
días después.
la mejilla
—No te una delgada
falta razón,cicatriz.
pero ¿por Tenía
qué una nariz arecta
ordenaría aquel y hom-
labios
fibre
nosquequenos
solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
vigilara?
le divertía.
—Ni idea…Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía Martín fruncido,
dequela Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
—¿Sabrá lo matamos nosotros?
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto —Loydudo,
se lo aechóno serhaciaqueatrás,
alguien más nos haya
despejando la frentevisto.surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
—De todas
por unos débiles trazos. maneras me da mala espina todo esto —Mar-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
tín escupió un gargajo al entre
agua sin dejar de observar a Lorenzo
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y de allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque ya
había
Leone,
abarrotaban tomándole la
la galeraen medida—,
y se espiarnos y luego embarcar
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
con nosotros… no tiene sentido…
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana,
los —Quizás
ojos deconsus sea
la ofiésa
camisa la razón,
ciales blanca quería
que ya en
al demostrar tener información
eranumerosas
gris abiertaocasionessobre
hasta el
nosotros,
pecho, donde
cualidades sólo
como eso…
brillaba
sangre Esto
unfría, es Italia.
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Una bonete
mirada ladeado
escéptica haciéndole
delató a sombra
Martín,
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
que la cara
no se y los
fiaba ojos
de
filajos
los en el fe
buena horizonte,
camaradas. de la queen las siluetas
hablaba que dibujaban
su amigo. Aunque sabía las torres del
perfec-
puerto
tamente deque
Corona.
el
Después deespionaje
varias campañasera algo comúnmuchos ensoldados
aquellas ciudades
volvieron
Estado, La sentía
galera que algo
española más
volvíase ocultaba
a Italia
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin empacho en las
después intenciones
de del
combatir
acapitán
al corso
las veneciano.
berberisco
múltiples en que
delicias la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían
de bolsa, sido
—Pueden más bien
ser muchas
gastándoselo pocas—apenas
todocosas —Martín
en festines alguna fusta
tamborileó
milaneses enemiga—y
con los
y en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
dedos en el guardamano
metiendo mano de su en espada—.
todo lanceYoy como mujerlehermosa
vea al-
gúnDios
que mal le
Eran gesto,
poníameto
tiempos sumano
aciagos
en para
camino. al los
hierro ypodía
españoles
Nada que elendiablo decida.
el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
—Mala losde tercios
idea.losNo de
soldadoslos Austrias
parece jóvenes se habían
hacían
de los malos. loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por de los
aquella
—¡Pardiez! campos
tierra de batalla
extranjera
¿Crees que ricaen
esy mejor dequeEuropa,
yo?losenespañoles
la que las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
141
15
Poco
—¡Nomás digotarde, tras la batalla
eso, Martín! sólo quede Gelves
no me contra
pareceelmanco.
Turco,
que resultó
Además, si penosa
nuestrojornada
capitán para las armas
se entera católicas
del asunto y donde
puede cos-
atarnos
puntocaro.
estuvoSi de
no dejar
hemosladicho
piel, regresó a España,
nada antes donde
ahora hay quevivió
es-
entre
tar a laSevilla
espera.y Deberíamos
Madrid. Y cuando vio esfumados
dejar apartado este tematodos sus
durante
ahorros
la misión,Martín
sabessentó plaza que
de sobra de nuevo en laen
las riñas escuadra de galeras
las galeras están
de Nápoles
penadas conpara luchar
grilletes contra
o con la amenaza
la horca, y que teturca, que había
cuelguen de la
crecido
entena tras
comouna a unserie
maldeladrón
victorias obtenidas
es una por el
vergüenza. Yatemible
habrá
corsario
tiempo de Dragut sobre las
encargarse delarmadas cristianas.
capitán Leone.
El
Enpoderoso
ese momento rey Ricardo
Felipe II, paladín ordenó
Villalobos de la causa católica
que todo por
el mun-
encima de atodo—incluso
do subiera por encima
bordo. Se encaminó delpor
la tropa Papa de Roma,
la escala que
mientras
empleaba máspreparaban
los marineros fondos en el turbios
cabotajenegocios para su
y el velamen benefi
y los cio
opera-
que
riosen
delproporcionar apoyo adequienes
puerto terminaban defendían
cargar barriles conlasuministros.
religión con
uñas y dientes—,
Cargaban había heredado
carne salada, de susiciliano,
queso blanco padre lapasas,
titánica guerra
ciruelas,
contra el Turco,
almendras, que junto
ajos, libras a la negra
de pólvora corona de los
para Castilla y Aragón
falconetes y de-
era
máslamaterial
potencianecesario
más grandeparadel mundo, embarcándose
la campaña. en una
Los artilleros calibra-
contienda que de
ban la calidad duraría casi doscientos
las municiones, años, interrumpida
comprobando que las bolassólo
de
por cortas
cañón treguas,
estuviesen y cuyo
bien campo
pulidas de batalla principal
y redondeadas, eran las
en caso contrario
aguas deldesviadas
saldrían Mediterráneo.
y no acertarían en el blanco.
La galera
casa deseHabsburgo, contando con
llamaba la Magdalena susuna
y era vastas posesiones
típica nave de
ycombate
con el oro
de ylaslaque
plata llegadoseldeMediterráneo,
surcaban las Indias, gastaba
como hasta
aquella el
último maravedí
había otras setenta engaleras
lucharentre
a brazo partidoe contra
españolas italianas todos sus
dedica-
enemigos, que los
das a defender no dominios
eran pocos,de lapues
corona además
frente adelaslaactivida-
abierta
hostilidad de mahometanos,
des piráticas. franceses,
Tenía unas cincuenta venecianos,
varas de esloraholandeses
y seis de
ymanga.
alemanes protestantes,
Estaba artillada en ahora
proalaconmala
dosrelación
falconetesentre la corte
de doce li-
española
bras, unoymás
la Inglaterra
grande de isabelina
treinta yamenazaba
seis y variosunpedreros.
nuevo frente,
Teníay
claro, aunque
dos palos que era el español
sujetaban velasun imperio
latinas, enormedey la
y además temible,
ayuda delera
uno contra
viento todos.
contaba para su maniobrabilidad con noventa y cuatro
remeros, quemañana
Aquella bogabandealseptiembre,
ritmo del cómitre
Martíndejándose
se despertó la piel,
con elel
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
142
velamen.
sudor y laApartó sangre.laLa manta
mayoría mojada de los por el relente
galeotes eran nocturno
prisioneros y se
puso en pie, oseturcos,
berberiscos abotonó aunque la camisatambién y, haciendo cuenco conde-
había cristianos con las
manos,
nados acogió remar aguaporde una tinaja
haber y se lavóla
quebrantado elley.
rostro, espabilándose.
En gurapas se en-
Las gotas lo
contraba resbalaron
peor de lopor peor, sugente
cara sin sinley,
afeitar, que tenía
sin patria, bellas
sin princi-
I
facciones,
pios ni respeto aunque pordel nadaojoniizquierdo
por nadie.bajaba Esos eranhasta loslaespañoles,
mitad de
la
enmejilla
cambiouna muchosdelgada moros cicatriz.
o turcos Tenía queuna habíanariz
allí recta y labios
encadenados
fisólo
nos tenían
que solía torcersuerte
la mala de lado deen una media
pertenecer sonrisa
al otro bando.cuando algo
le divertía.
Que te Su ceño, queapor
condenasen manía
galeras eraoelcostumbre
peor castigo casiquesiempre
exis-
mantenía
tía, Martín
ya que de fruncido,
el constante le daba
la Vega erae soldado profundidad
inhumano delesfuerzo a su mirada,
físico acababa
rey de España, como
como lo
si estuviese
por costarle
había sido su la atento a
vidabajo
padre todo.
hasta Se mojó
losalestandartes también
más fuerte.del Casi el pelo castaño
nadie eraCarlos.
emperador capazy
revuelto
de sobrepasar y se lolos echó hacia
cinco años atrás, despejando
de condena la frentey surcada
en galeras, los que
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos
aguantaban débiles
mucho trazos.
terminaban volviéndose locos por el con-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
tinuo
hacia Caminó nortepor
eltrabajo la
forzado
de crujía
Italia yy deentre
el allí los
poco marineros
descanso,
a Flandes, yay que
donde soldadostenían
Francia quequeya
había
abarrotaban
dormir recostados
entrado la galera
nuevamente ylos
enen se
liza acercó
bancos proa,
a los
con España. que donde
Pese a losebrioso
estaban encontraba
encadena-
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
dos, a la don Ricardo
intemperie. Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana,
los ojos decon
La dotación susla ofi
camisa
deciales
la nave blanca
al la que yauna
formaba
demostrar eranumerosas
en gris abierta
veintena hasta el
deocasiones
marine-
pecho,
ros quedonde
cualidades se como brillaba
encargabansangre un del escapulario
fría,trabajo
disciplinaen de la Virgen
elybarco,
un valorasíque del rozaba
como Carmen,
de lasla
el ancho
tareas debonete ladeado
carpintería y haciéndole
reparaciones.
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre sombra
Luego en la
estaba carala y los
gente ojos
de
figuerra,
losjoscamaradas.
en ellos horizonte,
soldados,enque las siluetas
sumaban que dibujaban
entre cincuenta las torres
y sesen- del
puerto
ta hombres; de Corona.
Después el decapellán
varias campañasy dos barberos muchos cirujanos,
soldados además
volvieron de
media La docena
adinerados galera española
de
a Italia, pajes
Martín volvía
entre a
y grumetes Italia
ellos, nodespués
quearrojándose
superaban de combatir
sin los quin-
empacho
al
a corso
celasaños. berberisco
El problema
múltiples deliciasen della ría
que de Tetuán.
hacinamiento
aquella Las
tierra que naves
suponía
ofrecía a los capturadas
convivir
holgados
habían
más
de desido
bolsa, ciento más
gastándoselo bien pocas—apenas
cincuenta todopersonas
en festines en alguna
un fustatan
espacio
milaneses yenemiga—y
enreducido
bellezas
el botín
hacía queescaso.
la vida a bordo fuese durísima
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa y miserable. Los sol-
dados,
que Eran
Dios alleigual
tiempos
ponía que los
aciagos
en remeros,
su camino.para los tenían
españoles
Nada quereprochársele,
podía dormir
en a la intem-
el Mediterráneo. pues
perie
Mientras
la en
mayoría los bancos
losdetercios longitudinales
de los Austrias
los soldados jóvenesse que cruzaban
habían
hacían la
loconvertidogalera,
mismo, atraídos ensólo
los
protegidos
dueños
por aquellade lospor sus
campos
tierra mantas de
de batalla
extranjera las
y ricaen inclemencias
de Europa, del
la que losenespañoles tiempo.
las aguaseran El
del
capitán
Mare
dueños. y la gente
Nostrum
Para cada
ellos devez
Italiacalidaderacomo
era dormían
más difícil en
un generoso popa
contener dentro
paraíso de la
a la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
143
15
Poco omás
carroza, tarde,una
cámara, trasespecie
la batalla
de de Gelves
toldo contracon
fabricado el Turco,
lona.
que resultó
Aquél era unpenosa jornada
buen día para las El
para navegar. armas
mar católicas y donde
estaba tranquilo,
aligeramente
punto estuvo de dejar
picado por lala brisa
piel, que
regresó
veníaa España, donde
del noroeste, la vivió
cual
entre Sevilla
levantaba y Madrid.
pequeñas olas Yque cuando vio esfumados
se rompían contra lostodos
costados sus
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
de la nave.
de Nápoles
Martín separa lucharencontra
acomodó un bancola yamenaza
apoyó la turca,
cabeza que
en suhabía
mo-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
chila. Agradeció la fresca brisa que le revolvía el cabello y buscó
corsario Dragut
uno de los libros sobre las armadas
que llevaba cristianas.
en el petate. Sus ojos miraban fijos
haciaEllas
poderoso
torres derey Felipe que
la ciudad II, paladín de la causa
se difuminaban en elcatólica por
horizonte,
encima
como si de todo—incluso
fuesen un espejismo.porCogió
encima del Papapequeño
un ejemplar de Roma, que
y muy
empleaba más fondos
usado de Amadís de Gaula,en turbios negocios
que aunque ahora,para superspecti-
con la beneficio
que
va deenlos
proporcionar
años le parecíaapoyo
algoa infantil,
quienes le defendían la religión
traía buenos con
recuerdos
uñas
de suyniñez,
dientes—,
pueshabía
aquélheredado
había sidodeelsu padre
libro conlaeltitánica
que su guerra
padre
contra
le enseñoel Turco, que junto
a aficionarse a la corona
a la lectura y de vezdeenCastilla
cuandoyleAragón
gusta-
era la potenciadel
ba abstraerse más
tediogrande del mundo,
de la galera embarcándose
releyendo en una
algunos capítulos.
contienda
No le gustabaque mucho
duraríalacasi doscientos
poesía, años, interrumpida
tan cultivada sólo
por los escritores
por cortas treguas,
españoles, pero desde y cuyo campolede
su infancia batalla
habían principallas
encantado eran las
nove-
aguas del Mediterráneo.
las épicas sobre valientes caballeros y sus hazañas. Deliraba con
esasLahistorias,
casa de en las que reconocía
Habsburgo, contando lacon
exaltación de las
sus vastas proezas
posesiones
ydecon
suselantepasados.
oro y la plata Modelos
llegadosa deseguir para él. gastaba
las Indias, Tambiénhasta
recor-el
daba lomaravedí
último mucho que enhabía disfrutado
luchar partido La
a brazo leyendo Tragicomedia
contra todos sus
de Calisto yque
enemigos, Melibea,
no eranrebautizada
pocos, después como La
pues además deCelestina,
la abiertaa
la que consideraba
hostilidad una obra maestra.
de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes,
Acompañaba ahora
al valiente la malauna
Amadís relación entre edición
temprana la corte
española
de Espejoy la
deInglaterra
príncipesisabelina amenazaba
y caballeros, compradaun nuevo frente,
en Sevilla eny
claro,
el añoaunque era yelseis,
cincuenta español
antesun
deimperio
partir aenorme
Italia. y temible, era
uno Desde
contraallí,
todos.
sentado en aquella galera, aunque estaba muy le-
Aquella
jos de mañana
su casa deconseguían
los libros septiembre,transportarlo
Martín se despertó conde
a sus años el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
144
velamen.
niñez, cuando Apartó la manta
después mojada
de leer por el
las gestas delrelente
Cid salíanocturno y se
a la corrala
puso
de suen casapie,
conseun abotonó
palo enla la camisa
mano a y, haciendo
matar moroscuenco
a cientos.con las
manos, cogió agua
La mayoría dedelauna
gentetinaja
de yespada
se lavó noel rostro,
prestaba espabilándose.
el más mí-
Las gotas resbalaron por
nimo interés a los libros, pero Martín, su cara sin afeitar, que tenía
a pesar de no ser bellas
el
I
facciones, aunque del ojo izquierdo
hombre más cultivado del mundo ni mucho menos, había bajaba hasta la mitad de
la mejilla una
aprendido delgada
a buscar encicatriz.
ellos cosas Tenía queunade nariz
otro modorecta eray labios
im-
fiposible
nos queencontrar,
solía torcere de lado en una media sonrisa
indagar en cuestiones más allá de las li- cuando algo
le divertía. Su ceño,
mitadas charlas y fanfarronadas que por manía deolos costumbre
soldados.casi Aunsiempre
así no
mantenía
era elMartín fruncido,
únicode conla librosle
Vega era daba
en la profundidad
mochila,
soldado delpues a
rey de su mirada,
se España,
decía que como
en
como un
lo
si estuviese
terciosido
había atento
de infantería
su padre bajoa todo.
podía Se mojó
losencontrarse también
estandartestoda el pelo castaño
Carlos.y
clase de personas
del emperador
revuelto
que Se y se loEspaña.
poblaban echó hacia Desde atrás, despejando
simples la frente
campesinos surcada
alistó muy joven como arcabucero en ela tercio
gente de
de
por
letrasunos débiles
como fue trazos.
el célebre Garcilaso, o hidalgos de noble cuna
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
que Caminó
hacia nortepor
seelalistaban de la crujía
para
Italia entre
conseguir
y de allí los marineros
a reputación
Flandes, yysesoldados
donde Franciaque
comportaban ya
había
abarrotaban
en milicia
entrado la galera
como
nuevamente y se
un soldado
en lizaacercó
más.
con a proa,Pese
España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
Además don de Ricardo
ser ya Villalobos
una apoyado
potencia en
militar la cureña
sin parangón, la
ante
moyana,
España
los ojos de con
estaba
susla ofi
camisalos blanca
enciales albores que
al demostrarde ya eranumerosas
gris abierta
convertirse
en en una hasta
fábri-
ocasiones el
pecho,
cualidades donde
ca de genios como brillaba
literarios
sangre unconescapulario
fría, un fértil de
disciplina la Virgen
parnaso
y un del rozaba
plagado
valor que Carmen,
de no-la
el ancho
velistas, bonete
poetas ladeado
y haciéndole
dramaturgos. sombra
Una
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
conjunción cara dey los ojos
talen-
fitos
losjoscamaradas.
en el horizonte,
nunca vista con en las siluetas en
anterioridad queningún
dibujabanpaíslas detorres
Europa.del
puerto elde
BajoDespués solCorona.
dede la varias
tarde hasta los galeotes descansaban, pues el
campañas muchos soldados volvieron
vientoLa que
adinerados galera
ya española
soplaba
a Italia, convolvía
Martín entre a
fuerza Italia
desde
ellos, después
el norte
arrojándose de
hinchaba combatir
la vela
sin empacho
al
adel corso
laspalo berberisco
mayor,
múltiples en que
empujando
delicias la ría la de Tetuán.
galera
aquella Las
que cortaba
tierra naves
ofrecía capturadas
elaagua,
los rápida,
holgados
habían
hacia
de bolsa,sido
mar más bien
abierto.
gastándoselo Laspocas—apenas
primeras
todo horasalguna
en festines de fusta
viaje
milaneses yenemiga—y
transcurrieron
en bellezas
el botín
tranquilas, escaso.
navegando a buen ritmo
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa por el Tirreno cuyas aguas
grises
que Eran
Diosy calmas
tiempos
le ponía parecían
aciagos
en plomo
para los
su camino. fundido
españoles
Nada a la reprochársele,
podía luz del
en el atardecer.
Mediterráneo.pues
Mientras
la mayoría losdetercios
El capitán los de losse
Villalobos
soldados Austrias
pasó todo
jóvenes se habíanloconvertido
el tiempo
hacían en proa
mismo, en los
aten-
atraídos
dueños
por de los
to aaquella
la línea campos
del
tierra de batalla
horizonte,
extranjera por sien
y rica seEuropa,
de que losen
avistaba
la las aguas
algún navío,
españoles del
y
eran
Mare
dueños.Nostrum
también cada
a losellos
Para posiblesvezcambios
Italia eracomo
era másdeldifícil
unviento,contener a ladel
a losparaíso
generoso rizos ingente
mar
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
145
15
y a Poco más tarde,
los escasos grupostrasdela nubes
batallaque
de Gelves contraen
se juntaban el el
Turco,
cie-
que resultó
lo. Con sus penosa jornada
veinte años para las armas
de experiencia entrecatólicas y donde
pecho y espalda
aRicardo
punto estuvo de dejar
Villalobos la piel,deregresó
era capaz preveraunaEspaña, dondeo vivió
tormenta una
entre Sevilla
marejada conysólo
Madrid. Y cuando
un rápido vistazo.vioDeesfumados todoscon-
vez en cuando sus
ahorros Martín
ferenciaba sentó
con el plaza
piloto de nuevo en complicados
y manipulaban la escuadra de galeras
aparejos
de
de Nápoles para tablillas
marear sobre luchar contra
y mapas, la discutiendo
amenaza turca,sobreque había
vientos,
crecido tras una
lunas y líneas serie de victorias obtenidas por el temible
de navegación.
corsario Dragut sobre
Las sombras las armadas
se fueron adueñando cristianas.
cada vez más del paisaje.
Los El poderoso
soldados, reyrefugiarse
para Felipe II, del
paladín
relentede yladecausa católica por
los chaparrones
encima de todo—incluso
que a veces acompañabanpor encima del
al amanecer, Papa sus
cubrían de ballesteras
Roma, que
empleaba
utilizando más fondos
mantas en turbios
sostenidas negocios ypara
por arcabuces su beneficio
alabardas.
que enYa proporcionar
por la noche,apoyo a quienes
el cielo despejado defendían
dejaba ver la religión con
la enorme
uñas
bóveday dientes—, había
de estrellas queheredado
iluminaba de el
sunavío
padreconla titánica guerra
su luz tenue,
contra el casi
violácea, Turco, que junto
fantasmal. Lasa velas
la corona de Castilla
semejaban grandesy Aragón
suda-
era
rioslasuspendidos
potencia más engrande
mitad del mundo,
de la negrura.embarcándose
Ya no era hora en una
de
contienda
libros, así que
queduraría
cada unocasitenía
doscientos
que pasaraños,
el interrumpida
tiempo como sólo po-
por
día.cortas
A bordotreguas,
estaban y prohibidos
cuyo campolos dejuegos
batalladeprincipal
azar, pueseran las
solían
aguas
acabardel Mediterráneo.
mal. Debido a esto, dos soldados nuevos que no debían
La casa de
sobrepasar losHabsburgo,
veinte años,contando con sus vastas
se encontraban en ese posesiones
momento
ymontando
con el oroguardia
y la plata llegados
junto de las Indias,
a los falconetes gastaba
de proa, armadoshasta el
con
último
morrión, maravedí en luchar
peto y espaldar. Poraorden
brazodel
partido
capitáncontra todosiban
Villalobos sus
enemigos,
a permanecer queasínohasta
eranel pocos, puescastigo
alba, como además porde la abierta
entretenerse
hostilidad de mahometanos,
haciendo pulsos franceses,
de fuerza a bordo de lavenecianos,
Magdalena.holandeses
y alemanes
Martín, protestantes, ahora la mala
Afonso y sus camaradas relación entre
más allegados estabanla corte
jun-
española
to a la banda diestra, apoyados en sus mochilas para descansar.y
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
Duranteaunque era el
la escasa español
cena un imperio
compuesta enorme
de gachas conycarne
temible, era
salada
uno contra todos.
y bizcocho duro remojado con vino habían intercambiado sus
Aquellarespecto
opiniones mañanaa la
deactual
septiembre, Martín
campaña, se despertó
a otras pasadas ycon el
a las
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
146
velamen.
futuras. El Apartó
portugués la mantahacíamojada
tiempopor queeldeseaba
relente dejar
nocturno atrásy lase
puso
sufrida envida
pie, de se las
abotonó
galeras. la Llevaba
camisa y, yahaciendo
año y medio cuenco con las
embarcado
manos, cogió de
y se quejaba agua de una
dolor tinajaproducido
de oídos y se lavó el rostro,
por lasespabilándose.
noches al pai-
Las
ro ygotas resbalaron
la continua humedad. por suLacara sin afeitar,
sublevación queprotestantes
de los tenía bellas
I
facciones,
en Flandesaunque era ya un delsecreto
ojo izquierdo
a voces, ybajaba
desde hasta
Génova laenviarían
mitad de
la mejilla auna
soldados los delgada
Países Bajos, cicatriz.
donde Tenía unade
dentro nariz
pocorecta
harían y labios
falta
fimuchas
nos queespadas.
solía torcer de lado en una
Se rumoreaba que media
el Gransonrisa
Duquecuandode Albaalgo di-
le divertía.
rigiría Su ceño,entrando
la campaña, que por manía o costumbre
en los territorios casi siempre
flamencos para
mantenía
Martínfruncido,
ocuparlos adesangre
la Vega yleacero.
daba
era profundidad
Como
soldado ya rey ade
delhabía su mirada,
ocurrido
España, uncomo como
par de
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
décadas atento
atrás, en a todo.
tiempos Se
del mojó también
emperador el
Carlos peloo castaño
posterior-
revuelto
mente eny la seúltima
lo echóguerra hacia contra
atrás, despejando
Francia, Europa la frente
entera surcada
con-
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unoseldébiles
tendría alientotrazos.
ante el paso firme de los tercios cruzando los
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Alpes. Pues tanto holandeses, franceses o alemanes luteranos
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque habíaya
sabían
abarrotaban —aunque no
la galeraen quisieran
y se reconocerlo— que no había ri-
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
val para los cuadros de infantería española cuando redoblaban
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
los tambores
moyana, con y los
la ofi hombres
camisa formaban en orden de batalla. Así
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
mantenía
pecho, donde el rey de
brillaba España
unfría, su poderío
escapulario continental, sostenido
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
por
el su
ancho aguerrido
bonete y bien
ladeado entrenado
haciéndole ejército.
sombra en la cara y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
Martín quería acompañaren las siluetas que dibujaban
a su amigo pues tambiénlas torresempe-del
puerto
zaba a de Corona.
hartarse de navegar. Pedirían plaza en el tercio viejo de
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Nápoles, dondeespañola
La galera tenían antiguosaconocidos, para incorporarse
adinerados a Italia, Martínvolvía entre ellos,Italia después
arrojándose de combatir
sin empacho
al corso
al ejército de Flandes.
berberisco Enría
en que
la sude opinión
Tetuán. Holanda era capturadas
una tierra
a las múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a los holgados
fría y llena
habían sido de
más miserias, con duros inviernos fusta
bien pocas—apenas de interminable
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milaneses yenemiga—y
en bellezas
lluvia.
el botín Ya lo había visto cuando estuvo allí una década atrás,
escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
peroEranse sentía
tiempos mas cómodo
aciagos paracombatiendo
los españoles en
entierra. Las gale-
el Mediterráneo.
que Dios le ponía en su camino. Nada podía reprochársele, pues
ras en
Mientras combate eran
losdetercios ratoneras
de los Austrias de las que resultaba imposible
la mayoría los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
escapar.
dueños Era
de los una
campos lucha sin cuartel
de batalla y casi nadie lo pedía, pues
por aquella tierra extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguas del
eran
la perspectiva
Mare Nostrum de verse
cada encadenado
vezeraeracomo a
más difícil un remo
contener hasta morir
a la ingente de
dueños. Para ellos Italia un generoso paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
147
15
Poco másno
agotamiento tarde, tras la
era nada batalla de
atractiva, porGelves
eso lacontra
mayoríael prefe-
Turco,
que resultó
ría morir depenosa
pie y nojornada para las
ver su pellejo enarmas católicas
semejante y donde
infierno.
a punto estuvoasí
Se pasó de el
dejar la piel,
primer díaregresó a España,
y parte donde vivió
del segundo, sin
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
contratiempos ni señales de vida por parte de ningu- todos sus
ahorros
na otraMartín sentó plaza
embarcación. de nuevo
Cada en la escuadra
cual atendía a sus de galeras
tareas y
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
se distraía lo mejor posible. El capitán confiaba en lle- que había
crecido
gar a latras
islauna
en serie
dos díasde victorias obtenidas
si el viento seguía por el temible
ayudándoles.
corsario
DuranteDragut
la nochesobre las armadas
reinaba un silenciocristianas.
espectral, sólo perturba-
El poderoso
do por rey Felipe
el suave sonido de lasII,olas.
paladín de la
De vez encausa
cuando católica
tambiénpor
encima de todo—incluso
se oía algún por encima
ronquido, ventosidad del Papa
o alguna vozde Roma, que
susurrada de
empleaba
algún soldadomás ofondos
marineroen turbios negocios para
que no conciliaba su beneficio
el sueño.
que en proporcionar
Cada cual estabaapoyo
sumido a quienes defendían
en sus sueños cuandola religión con
de pronto
uñas
se oyóy dientes—,
un estruendohabíalejano,
heredadocomo dede
su un
padre la titánica
trueno. A los guerra
pocos
contra el Turco,
segundos, que junto
dos fogonazos a la corona
iluminaron de Castilla
el cielo, seguidos y de
Aragón
otro
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
estampido.
contienda
Martínque duraríaacasi
se acercó doscientos
tientas años,
a la borda, interrumpida
donde sólo
pudo distin-
por
guircortas treguas,
al capitán y cuyo campo
Villalobos que ya de batalla principal
se encontraba eran las
allí mirando
aguas del Mediterráneo.
en dirección a los estallidos. Otro relámpago de luz se vislum-
bró La casa
entre lade Habsburgo,
oscuridad contandola
alumbrando con sus vastas
superficie delposesiones
mar, y el
yestruendo
con el oroseyescuchó
la plata más
llegados de las
cercano. Indias, gastaba hasta el
último maravedí
—Ésos en luchar¡Apagad
son cañonazos. a brazo elpartido
fanal! contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Los soldados se apresuraron a cumplir las órdenes del ca-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
pitán y rápidamente la galera quedó a oscuras y quieta en el
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
agua. Si alguien estaba combatiendo significaba que había al
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
menos un navío hostil hacia los españoles cerca de allí.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno A esa distancia
contra todos. y en medio de la noche era imposible sa-
ber quién estaba luchando. Por el número de fogonazos no
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
148
velamen.
contabanApartó más delatres manta mojada
galeras, peropor el relente
acercarse eranocturno
muy arries- y se
puso
gado.en Lapie,
gente se deabotonó
guerralayacamisa
estabay,amontonada
haciendo cuenco con las
en la arrum-
manos,
bada con cogió
lasaguaarmas de una
en latinaja
mano,y seinmóviles
lavó el rostro,como espabilándose.
estatuas. A
Las
causa gotas
de laresbalaron
continua amenazapor su cara quesinlosafeitar,
corsarios queturcos
tenía supo-
bellas
I
facciones,
nían en las aunque
aguas del del ojo izquierdo bajaba
Mediterráneo, el ordenhastay laladisciplina
mitad de
la mejilla auna
reinaban bordo delgada
de lascicatriz.
galerasTenía
españolas,una nariz
donde recta y labios
a cualquier
fihora
nos quelos solía
hombres torcerestaban
de lado preparados
en una mediapara sonrisa cuando algo
un posible en-
le divertía.Aunque
cuentro. Su ceño, losque por manía
cañonazos o costumbre
cesaron pronto,casi siempre
el capitán
mantenía
ordenóMartínquefruncido,
la la
de galera
Vega leavanzase
daba
era profundidad
soldadoa boga rey adeysu
del lenta sinmirada,
ruido,
España, comocomo
man-lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
teniendo el atento
rumbo; a todo.
si había Se mojó
navíos también
turcos enel pelo
los castaño
alrededores
revuelto
sería mejor y se ganarles
lo echó hacia atrás,antes
distancia despejando
de las la frente surcada
primeras luces.
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
Durante dos horas trazos.
de silenciosa travesía capitán y tripulación
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
contuvieronpor el aliento, mordiéndose las uñasyysoldados
con las oracio-
haciaCaminó
el norte de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, donde Franciaque ya
había
nes en
abarrotaban la boca, hasta
la galeraen que
y se al despuntar el alba, entre la bruma
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
matinal,
el capitán comenzó
don a
Ricardo hacerse visible
Villalobos la
apoyadoforma de
en laun barco.de la
cureña
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante
moyana,
los —¡Navío
ojos con
de sus la camisa
ofi ciales blanca
a estribor por quedeyaproa!
parte
al demostrar eranumerosas
en gris abierta
—gritó hasta
el ocasiones
vigía en-el
pecho,
caramado
cualidades donde a labrillaba
como gata delun
sangre escapulario
palo
fría, disciplinadey un
mayor. la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Al oírbonete
el avisoladeado
el haciéndole
capitán Villalobossombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
requirió la cara
espada y los
y ojos
rode-
fila,
losjoscamaradas.
seenvistió
el horizonte,
con una gruesa en las siluetas
brigantina quededibujaban
cuero —no lasgustaba
torres del
de
puerto
pesados decoseletes
Corona.cuando peleaba en el agua— y se juntó con los
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
demás La galera
oficiales.
adinerados a Italia, española
Algunos
Martín volvía
entre a
soldados Italia
comenzaron
ellos, después de
a prender
arrojándose combatir
las me-
sin empacho
al
achascorso
las berberisco
de sus
múltiples arcabuces,
deliciasensoplando
la ría
que depara
aquellaTetuán. Las
mantenerlas
tierra naves
ofrecía capturadas
aencendidas.
los holgados
habían sido más
Entregastándoselo
de bolsa, bien
las tinieblas todo pocas—apenas
que todavía
en festines alguna
cubrían fusta enemiga—y
el mary rumoroso,
milaneses en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
dos puntos luminososmetiendo mano se deslizaban
en todo lentamente.
lance y mujer Cuando
hermosa el
que Eranvio
capitán
Dios tiempos
le a todos
ponía aciagos
en su para los
suscamino.
hombres españoles
en sus
Nada podía en el Mediterráneo.
puestos, se dirigió
reprochársele, al
pues
Mientras
alférez
la losdetercios
Acuña,
mayoría deesperaba
el cual
los los Austrias
soldados susse
jóvenes habían
órdenes.
hacían loconvertido en los
mismo, atraídos
dueños
por de los
aquella
—Éste campos
tierra
debe ser de
unobatalla
extranjera
de los en
y rica
de de Europa,
la que
barcos enespañoles
las aguas
queloscombatían del
eran
hace
Mare
dueños.Nostrum
ParaLos
unas horas. cada
ellos vezhabrán
Italia
demás eracomo
era más difícil contener
un generoso
escapado. a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
149
15
Poco
—Estámás tarde,de
a menos tras
unalamilla
batalla
y sededirige
Gelves contra
al sur, el Turco,
al igual que
que resultó
nosotros penosa jornada
—contestó para las armas católicas y donde
el alférez.
a punto
—Si estuvo
la navede es dejar
enemiga la piel,
hay regresó a España, donde vivió
que atacarla.
entre—Hasta
Sevillaquey Madrid.
se levante Y la
cuando
brumavio esfumadossaber
es imposible todos sus
si lle-
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
van escolta.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
—No podemos arriesgarnos a ser vistos y que nos per-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
sigan hasta la isla. Todo el mundo atento y preparado para
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
entrar en combate.
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
El capitán ordenó aumentar el ritmo de la boga y ganar ve-
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
locidad para acercarse a aquel navío y reconocer su bandera.
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
Restalló el látigo del cómitre, que comenzó a sacudir las maltre-
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
chas espaldas de los galeotes. La gente de mar empezó a recoger
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
las velas, dejándose la piel de las manos en las cuerdas, para que
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
la metralla de un posible combaste no las estropease.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—No parece
contienda una galera,
que duraría es un barco
casi doscientos másinterrumpida
años, grande —el alfé- sólo
rez Acuña entornaba los ojos para ver mejor—. Y
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las da la impre-
sión de
aguas delque ningún otro le acompaña. De momento.
Mediterráneo.
El barco
La casa de seHabsburgo,
hacía cada contando
vez más grande
con susy vastas
su forma se per-
posesiones
ycibía
con con claridad.
el oro y la plataEntonces
llegadosun defogonazo
las Indias,salió de la hasta
gastaba oscura el
mole del navío seguido por un rugir atronador,
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus y una bala de
cañón pasoque
enemigos, silbando
no eranpor pocos,
encima pues
de lasademás
cabezasde de la
los abierta
tripu-
lantes de de
hostilidad la Magdalena,
mahometanos, cayendo al mar
franceses, un pocoholandeses
venecianos, más lejos
ylevantando una columnaahora
alemanes protestantes, de agua.
la mala relación entre la corte
Un instante
española después
y la Inglaterra ya se pudo
isabelina distinguir
amenazaba la identidad
un nuevo frente, y
del navío
claro, enemigo.
aunque era el Era un bajel
español con bandera
un imperio turca.
enorme Diseñado
y temible, era
paracontra
uno el transporte
todos. y más pesado que una galera, de sólido cas-
co redondeado,
Aquella mañana formadeancha y algo Martín
septiembre, tosca, con dos paloscon
se despertó queel
aparejaban enormes velas blancas.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
150
Poco
Se tocómás tarde, tras la
a zafarrancho batallaLos
general. de soldados
Gelves contra el Turco,
formaron dos
que resultó
grupos, unopenosa jornada
de abordaje para las
cargados dearmas
armascatólicas
blancas yy prote-
donde
agidos
punto estuvo
por de dejar
morriones, la piel, yregresó
coseletes rodelas,a yEspaña, donde
otro grupo vivió
consti-
entre
tuido Sevilla
por unaydocena
Madrid.
largaY de
cuando
tiradoresvio armados
esfumados contodos sus
arcabu-
ahorros Martín sentó
ces, preparados para plaza de nuevo
descargar plomo en una
la escuadra de contra
y otra vez galeras
de
losNápoles
turcos y para luchar las
estorbarles contra la amenaza turca, que había
maniobras.
crecido
Los tras una serie
artilleros de victorias
envolvieron las tresobtenidas por el que
piezas pesadas temible
lle-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
vaba la galera en proa y se pusieron manos a la obra. Se necesita-
El poderoso
ba disciplina rey Felipe
y buena II, paladín
coordinación para de la causa
manejar católica por
eficientemente
encima de todo—incluso
los cañones y mantener unpor fuegoencima del hombre
vivo. Un Papa deteníaRoma,
que que
re-
empleaba más fondos
frescar y limpiar el tubo,en
algoturbios negocios ya
importantísimo para
que su benefi
había cio
riesgo
que en proporcionar
de que apoyoy matase
el cañón explotara a quienes defendían
a su la religión
propia dotación con
si que-
uñas
daban y dientes—, había heredado
rescoldos ardiendo de suanterior
del disparo padre la titánica
cuando se guerra
metía
contra
el nuevo elcartucho
Turco, que junto aella
de pólvora, coronahombre
siguiente de Castilla y Aragón
recargaba y se
era la potencia
introducía más
la bala en grande del mundo,
la palanqueta. embarcándose
Las piezas que portabaen la una
ga-
contienda
lera eran de que duraría casi
retrocarga, doscientos
menos potentesaños, interrumpida
que las sólo
de gran calibre
por
quecortas treguas,
se cargaban pory delante
cuyo campo de batalla
pero que permitían principal eran las
a los artilleros
aguas delsuMediterráneo.
realizar trabajo al resguardo del mamparo, sin exponerse a los
disparos enemigos
La casa mientrascontando
de Habsburgo, recargaban conel arma. Una posesiones
sus vastas vez la boca
ydel cañón
con el oroestaba correctamente
y la plata llegados de orientada el oficial
las Indias, de artillería
gastaba hasta el
arrimaba
último el botafuego
maravedí al oídoa ybrazo
en luchar se desencadenaba
partido contra la tormenta.
todos sus
Como un oscuro
enemigos, que no presagio, algunospues
eran pocos, pajesademás
y marineros esparcían
de la abierta
arena por la
hostilidad decubierta, para que
mahometanos, la tablazón
franceses, no se volviera
venecianos, resba-
holandeses
yladiza al mancharse
alemanes de sangre.
protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra
El capitán isabelina
Villalobos amenazaba
se colocó un nuevogritando
junto al timonel, frente, y
claro, aunque
órdenes con sueravoz
el español un imperioAprovechaba
grave y poderosa. enorme y temible, era
la mayor
uno contra todos. de la galera para tratar de enfilar el flanco
maniobrabilidad
del bajel,
Aquellaacercándose
mañana deen diagonal por
septiembre, un ángulo
Martín muerto
se despertó que
con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
152
velamen.
inutilizase Apartó la manta
las piezas mojada por
de artillería el relente
enemigas. Elnocturno
movimiento y se
puso en pie, se abotonó
era complicado, pero si se la conseguía
camisa y, haciendo trazar evitaríacuenco la con
demo-las
manos,
ledora cogió
descargaaguade delas
unaculebrinas
tinaja y se lavó el rostro,
pesadas que el espabilándose.
bajel porta-
Las
ba engotas
sus resbalaron
bandas. Para poresosu los cararemeros
sin afeitar,
debían queemplearse
tenía bellas a
I
facciones,
fondo, y elaunquelátigo deldel cómitre
ojo izquierdo bajaba las
les desollaba hasta la mitad
espaldas parade
la
quemejilla una delgada
aguantasen cicatriz.
el frenético ritmo. Tenía una nariz
El navío otomano rectaintenta-
y labios
fiba
nos quelentamente
girar solía torcer para de lado en una media
descargar una salva sonrisa
perocuando
la Magda-algo
le divertía.
lena, rápida, Suaceño, que por
barlovento manía
y con susoremeros
costumbre casi siempre
bogando como
mantenía
locos,
Martín fruncido,
amenazaba
de la Vega le era
con daba
su soldadoprofundidad
espolón rey adesu
de hierro
del a lamirada,
España,proacomo decomo
loslo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
turcos. Ya atento
estaban a todo.
cerca, ySe a mojó
pesar también
de la nieblael pelo
podían castaño
verse
revuelto y se lootomanos
los marineros echó haciasobre atrás, la despejando
cubierta de la sufrente
nave, con surcada
sus
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
turbantes y aljubastrazos.
de colores.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
haciaCaminó
Era obvio
el norte por
que
de la crujía
Villalobos
Italia y deentre los
buscaba
allí marineros
a Flandes,cuanto dondey soldados
antes que
el abordaje,
Francia ya
había
abarrotaban
táctica muy
entrado la
al galera
nuevamente uso enen ylas
se acercó
lizagaleras
con España.aespañolas,
proa,Pesedonde a losebrioso
fiando encontraba
el lance a
y a las
el
sucapitán
vecesfieldíscolodon queRicardo
y disciplinada Villalobos
gente
su corta edadde guerra:
le hacíaapoyado
sesenta en hombres
ser, pronto la cureña
destacó dedelos
antela
moyana,
cuales
los ojosladecon la ofi
mayoría
sus camisa
ciales blanca
llevaban al años
demostrarque ya en
peleando eranumerosas
gris
en lasabierta
guerras hasta
de Ita-
ocasiones el
pecho,
cualidades donde
lia y contra losbrillaba
como piratas
sangre un escapulario
berberiscos,
fría, disciplina dey un
y que laenVirgen
cuanto
valor del
que Carmen,
pisaran
rozaba la
la
el ancho
cubierta bonete
del navíoladeado
enemigo haciéndole
iban a sombra
segar
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre como en la cara
guadañas. y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—¡Fuego!
puertoLosdefalconetes
Corona. de crujía escupieron dos cañonazos que se
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
estrellaronacontra española
Italia, el bajel
Martín volvía
turcoa
entre Italia
levantando
ellos, después
arrojándose una de nube
sin combatir
de as-
empacho
al corso
atillas. berberisco
Inútiles delicias
las múltiples en
las piezas la ría
quepesadas de Tetuán.
aquella tierra Las
de losofrecía naves
otomanos capturadas
a los—queholgadosno
habían
conseguían
de sido más bien pocas—apenas
girar lo suficiente
bolsa, gastándoselo todo en para festines alguna
disparar fusta enemiga—y
a los yespañoles—
milaneses en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
decidieron tirar de sus mano
metiendo pedreros en de todo proa,
lancecuyas descargas
y mujer hermosade-
jaron
que Eran
Dios tiempos
algunos
le ponía aciagos
muertos
en y para
heridos
su camino. los
Nadaespañoles
en podía en el Mediterráneo.
la cubierta de la Magda-
reprochársele, pues
Mientras
lena
la al ser
mayoría losalcanzados
detercios de por
los soldadoslos Austrias
lajóvenes
metralla. se habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por En esede los
aquella campos
tierra
momento de batalla
extranjera
apareció y rica en
de Europa,
la silueta la que losenespañoles
de otra las aguas
galera entre del
eran
la
Mare
dueños. Nostrum
Para cada
ellos vez
Italia era
era más
como difícil
un contener
generoso
niebla, navegando en la misma dirección en la que venían los a
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
153
15
PocoLos
turcos. más tarde, tras
españoles se la batalla de Gelves
amontonaron en la contra el Turco,
borda mirando
que resultó
hacia allí conpenosa jornada para
preocupación, las armas
si aquella católicas
era otra y donde
nave turca las
acosas
punto estuvo
iban de dejar
a ponerse la piel,
feas. regresó
Entonces a España,
en la dondesevivió
lejana galera en-
entre
cendióSevilla y Madrid.
un fogonazo y unos Y instantes
cuando vio esfumados
después una balatodos sus
grande
ahorros
como un Martín
puño sentó
surcoplaza de nuevo
el aire, en la escuadra
atravesando las velasdeturcas
galeras
y
de Nápoles
rozando para luchar
la entena contra la que
de su trinquete, amenaza turca, con
se balanceó queunhabía
feo
crecido
crujido.tras una serie de victorias obtenidas por el temible
corsario Dragut
Aquella sobre
galera las armadas
se acercaba cristianas.
con rapidez, y los tripulantes de
El poderoso
la Magdalena rey Felipe
vieron II, paladín
con alivio de launa
su bandera, causacruzcatólica
blancapor
de
encima de todo—incluso
ocho puntas por encima
sobre fondo rojo, ondeandodelen
Papa de mayor.
el palo Roma, que
empleaba
—¡Sonmás fondos de
caballeros enSan
turbios
Juan!negocios paracon
—gritaban sujúbilo
benefilos
cio
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
españoles.
uñasLosy dientes—, había heredado
turcos trataban de su padre
desesperados la titánica
de escapar guerra
de aquello,
contra
pero erael en
Turco,
vano.que
Su junto
navío aerala mucho
corona más
de Castilla
lento y ely Aragón
viento
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
no les ayudaba, estaban atrapados entre las dos galeras en una
ca-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
tólicas que los acribillaban a cañonazos. La única esperanza sólo
por
quecortas
teníantreguas, y cuyo
de salvar campo
la vida era de batallaen
rendirse principal eran las
ese momento,
aguas del Mediterráneo.
sin luchar más, aunque con los de Malta era inútil esperar
La casa de
compasión. Habsburgo,
Cada vez quecontando
los de lacon sus vastas
orden posesiones
encontraban un
ynavío
con elmahometano,
oro y la platalollegados de las Indias, gastaba
asaltaban y degollaban a todos, de hasta el
último
arráez maravedí
a grumete, en sólo
luchar a brazo partido
llevándose algunoscontra
como todos sus
esclavos
enemigos, que no eran
para encadenarlos al remo.pocos,
Así pues además con
se cobraban de la abierta
intereses
hostilidad
los actos dede mahometanos,
piratería y las franceses,
razzias devenecianos,
los turcos holandeses
contra los
ypueblos
alemanes costeros. Por eso el gran Solimán, viéndoloslacomo
protestantes, ahora la mala relación entre corte
española y laenemigo,
un terrible Inglaterrasiempre
isabelinaintentó
amenazaba un nuevo
borrarlos frente,yy
del mapa;
claro, aunque
en el año 1522era el español
casi un imperio
lo consiguió tras la enorme y temible,
conquista era
de Rodas,
uno contra
donde todos.de San Juan quedó prácticamente aniquila-
la orden
Aquella mañana
da, trasladando diezde septiembre,
años después su Martín
sede se
a ladespertó con el
isla de Malta
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
154
velamen.
—cedida Apartó por el Césarla manta mojada
Carlos, gran por el relente
aliado de lanocturno
orden y de- y se
puso
fensor ende pie,lasefeabotonó
católica—, la camisa
donde y, haciendo cuenco
reconstruyeron suscon las
fuer-
manos, cogió agua
zas. Cuarenta de una
y tres añostinaja y setarde
más lavó ellosrostro, espabilándose.
otomanos volvie-
Las
ron gotas resbalaron
a intentar tomarpor su carageneral
el cuartel sin afeitar,
de los que tenía bellas
caballeros de
I
facciones,
San Juan aunque de Jerusalén, del ojopero izquierdo
esta vez bajaba
el Gran hasta
Turcola mitad
fracasó. de
la mejilla unaeldelgada
Continuaba combate cicatriz.
con las Tenía unacristianas
galeras nariz rectaacercán-y labios
fidose
nos que solía torcer deallado
peligrosamente bajel,en las
unados media sonrisa cuando
avanzaban rápido algode-
le divertía.
jando una Su ceño,
estela que por manía
burbujeante en elomar,costumbre casi siempre
sus amenazadores
manteníaMartínfruncido,
espolones de
de hierro
la Vega leapuntaban
daba
era profundidad
soldado al del rey adesu
enemigo con mirada,
la intención
España, comocomolo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
de estuviese
embestir atento
su a
costado todo. y Se mojó
alcanzar también
el vientre eldepelo
la castaño
nave oto-
revuelto
mana. Los y sefalconetes
lo echó hacia atrás, despejando
españoles ya habían dado la frente surcada
tres descar-
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por
gas,unosy losdébiles
soldados trazos.
armados con arcabuces se amontonaban
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
contra los paveses de la entre
borda preparados para disparar. ya
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y de allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque había
abarrotaban
Martín la
separógalerael y se
serpentínacercó de asuproa,
arcabuz
entrado nuevamente en liza con España. Pese a lo brioso y a las dondey se
vació encontraba
una carga
el
decapitán
veces pólvora,
díscolo donechó
que Ricardo
una
su corta Villalobos
bala en ellecaño
edad apoyado
hacía yser, en lalocureña
la atacó
pronto más rápido
destacó de la
ante
moyana,
queojos
los pudo, con
de caló
sus la ofi
camisa
bien
ciales blanca
la mecha que ya en
y apuntó
al demostrar eraal gris abiertaocasiones
enemigo.
numerosas hasta el
Apoyan-
pecho,
do susdonde
cualidades armascomo brillaba
contra
sangre un escapulario
lafría, disciplinade
empavesada loslaespañoles
y un Virgen
valor que delabrieron
Carmen,
rozaba la
el ancho
fuego, bonete
aprovechando ladeado haciéndole
cuando el sombra
oleaje
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
levantabala cara
a lay los ojos
galera.
fiMartín
losjoscamaradas.
en elnohorizonte,
supo si fue enalas siluetas
causa de su que dibujaban
disparo o dellas detorres del
otro ca-
puerto
marada, deperoCorona. el artillero turco al que había apuntado se des-
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
plomó La tras
galera la descarga.
española Volvió aa agacharse para de recargar de
adinerados a Italia, Martínvolvíaentre ellos,Italia después
arrojándose combatir
sin empacho
nuevo,
al corso frotándose
berberisco los
en ojos
la ría irritados
de Tetuán.por la humareda, cuando
a las múltiples delicias que aquella tierra Las naves
ofrecía a los capturadas
holgados
vio a Afonso
habían sido a subien
más lado,pocas—apenas
ajustándose las correas de enemiga—y
un peto de
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfusta y en bellezas
acero
el botínque se había puesto sobre el jubón.
escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
que DiosLos
Eranleturcos
tiempos
ponía lanzaban
aciagos
en saetas
para los
su camino. afiladas
españoles
Nada como
podía enagujas que sepues
el Mediterráneo.
reprochársele, cla-
vaban
Mientras
la mayoríaenloslas tablas
detercios y en
de
los soldados loslaAustrias
carne. Sus
jóvenes se guerreros,
habían
hacían al contrario
loconvertido
mismo, en los
atraídos
que
dueños
por los europeos,
de los
aquella campos
tierra aún no
extranjera utilizaban
de batalla
y ricaen mayoritariamente
de Europa,
la que losenespañoles el
las aguas arca-
del
eran
buz,
dueños. fiándose
Mare Nostrum Para ellos en arcos
cada y
vezera
Italia flechas.
eracomo Tan
más difícil sólo los
contener
un generoso jenízaros adop-
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
155
15
tabanPoco másnuevas
ya las tarde, armas
tras lade batalla
fuego.deAlgunos
Gelves otomanos
contra el Turco,
arro-
que
jabanresultó
desdepenosa
la borda jornada
botellas para las armas
ardiendo católicaseny aceite,
empapadas donde
aque
punto estuvocontra
rompían de dejar la piel, regresó
la cubierta a España,
propagando donde vivió
rápidamente el
entre
fuego.Sevilla
En cuanto y Madrid.
uno de esosY cuando vio esfumados
proyectiles acertaba en todos sus
la galera,
ahorros
la genteMartín
de mar sentó plaza de anuevo
se apresuraba en lalas
extinguir escuadra de galeras
llamas con cubos
de
de Nápoles para luchar
agua. Algunos hombres contra la amenaza
que eran alcanzados turca,
porque había
el fuego
crecido
abrasador trasse una serie desde
arrojaban de victorias obtenidas
la cubierta al mar conpor laelropa
temible
y el
corsario Draguten
pelo envueltos sobre las armadas
llamas. Los galeotescristianas.
no tenían tanta suerte,
y cuando los proyectiles
El poderoso rey Felipe incendiarios
II, paladínde delos
la turcos caían entre
causa católica por
los bancos y prendían fuego, los remeros
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que chillaban desespera-
dos quemándose
empleaba sin remedio,
más fondos en turbiospuesnegocios
no podíanpara escapar de allício
su benefi al
estar
que enencadenados.
proporcionarOlía apoyo a carne chamuscada
a quienes defendían y a la
humo de pól-
religión con
vora por toda la cubierta, los oficiales estaban
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra roncos de tanto
gritar órdenes
contra el Turco, y los
quearcabuceros
junto a la disparaban y recargaban
corona de Castilla una
y Aragón
y otra
era vez con extraordinaria
la potencia más grande del disciplina,
mundo,manteniendo
embarcándose unen
fuego
una
continuo contra los defensores del bajel.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
por cortas treguas,espantoso
El estruendo y cuyo campo
de dosdenuevos
batallacañonazos
principal se
eran las
mez-
aguas dellos
cló con Mediterráneo.
disparos de arcabucería, cubriendo el aire con una
densa
La humareda. Las balas
casa de Habsburgo, rasgaban
contando conlassus
velas o barrían
vastas las
posesiones
ycubiertas.
con el oroA yveces algún
la plata disparodedelas
llegados artillería
Indias, afortunado con-
gastaba hasta el
seguía maravedí
último alcanzar aen varios hombres
luchar a brazoenpartido
su trayectoria, dejándo-
contra todos sus
los destrozados
enemigos, sobre
que no las pocos,
eran tablas. pues además de la abierta
hostilidad
A pesardedemahometanos, franceses,
las flechas y balas venecianos,
que les caían encimaholandeses
como gra-
ynizo,
alemanes protestantes,
los caballeros ahoraselaarrimaban
de la orden mala relación entre laalcorte
con rapidez ba-
española y la Inglaterra
jel. Los turcos les soltaronisabelina amenazaba
una descarga uncuatro
con los nuevocañones
frente, y
claro, aunque
de la banda era el español
izquierda que les un
hizoimperio enorme
algún daño en lay parlamenta,
temible, era
uno
casi contra todos.
desarbolándoles el trinquete, pero eso no detuvo a los caba-
lleros, que yamañana
Aquella lanzaban delos arpeos y garfios
septiembre, dese
Martín abordaje.
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
156
velamen. Apartó la manta
La Magdalena avanzómojada por el relente
con el espolón nocturno
apuntando y se
al ene-
puso
migo,en pie,unseúltimo
y en abotonó la camisa
esfuerzo de losy, galeotes
haciendolacuencopunta de conhie-
las
manos,
rro chocó cogió aguael
contra decostado
una tinaja dely castillo
se lavó elde rostro,
proa espabilándose.
turco. La coli-
Las
sióngotas
fue tanresbalaron
grande que porMartín
su caratuvo sin que
afeitar, que tenía
agarrarse bellas
con todas
I
facciones,
sus fuerzasaunque para nodel ojodespedido.
salir izquierdo Por bajaba
todas hasta
partesla mitad
saltaban de
la mejillatrozos
astillas, una delgada
de madera, cicatriz.
obenquesTeníarotosuna ynariz
cabos recta
sueltosy labios
que
ficolgaban
nos que solíade los torcer
palos. deEllado en una
capitán media sonrisa
Villalobos disparó cuando algo
su pistola
le divertía. Su
a bocajarro ceño,los
contra que por manía
turcos o costumbre
que esperaban casi español
el asalto siempre
mantenía
Martínfruncido,
cimitarra endemano,
la Vega le daba
y era
empuñando profundidad
soldado rey adesu
la espada
del quemirada,
España, colgaba
comocomode
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
un estuviese
cordón aatento
su a
muñeca todo. y Se
con mojó
la también
rodela el pelo
protegiéndole castaño
de los
revuelto
proyectiles, y se se lo lanzó
echó hacia
al ataqueatrás,seguido
despejando de susla frente
soldados surcada
que
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles
subieron en tropel trazos.
por el espolón mientras les caían encima
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
saetas y arcabuzazos, saltando sobre la borda del navíoque ene-
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, dondey soldados
Francia había ya
migo desollándose
abarrotaban la galeraenlas gargantas
y se al grito de: «¡Santiago! ¡Es-
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
paña! ¡Santiago!».
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana,
los Martín
ojos decon la ofi
alcanzó
sus camisa blanca
la cubierta
ciales que ya en
del bajel,
al demostrar eraavanzando
gris abierta
numerosas con hasta
la ca-
ocasiones el
pecho,
cualidades donde
beza agachada como brillaba
ysangre unfría,
moviéndose escapulario dey un
continuamente
disciplina la Virgen
valorpara del
que Carmen,
norozaba
ofrecer la
el
un ancho
blanco bonete
fácil. ladeado
Afirmó haciéndole
los pies en sombra
las
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre tablasen la cara y
ensangrentadaslos ojos
fiyjos
los en el horizonte,
resbaladizas
camaradas. repletasen las
de siluetas
cadáveres, queno dibujaban las torresque
sería el primero del
puerto
por unde Corona.se rompiera la nuca contra una cureña. Llo-
resbalón
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
víanLa proyectiles
galera por doquier,
española y todo era una nube de de humo de
adinerados a Italia, Martínvolvíaentre a Italia
ellos, después
arrojándose combatir
sin empacho
artillería,
al corso saetas que
berberisco ensilbaban
la ría deen el aire Las
Tetuán. y fogonazos.
naves Un tor-
capturadas
a las múltiples delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados
bellino sido
habían de astillas
más bien se levantó tras otro impacto.
pocas—apenas Martín apretó
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfusta yenemiga—y
en bellezas
los
el dientes
botín escaso.cuando algunas chocaron contra su espalda, sin
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
hacerle
Eranle daño.
tiempos Al abrir
aciagos depara
nuevo los los ojos vioenque
españoles el turco más
el Mediterráneo.
que Dios ponía en su camino. Nada podía reprochársele, pues
cercano
Mientras se encontraba
losdetercios trabado
de los Austrias en combate contra un soldado
la mayoría los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
español,
dueños así
de los que Martín
campos aprovechó
de batalla la circunstancia y le metió
por aquella tierra extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
una estocada
Mare Nostrum en la
cada espalda
vezera que
eracomo le atravesó
más difícil el
contener torso de parte
a la ingente
dueños. Para ellos Italia un generoso paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
157
15
PocoSu
a parte. más tarde,Afonso
amigo tras latambién
batalla de Gelves
estaba contra en
inmerso el Turco,
la re-
que resultó
friega penosa
y armado conjornada
una media parapica
las hacía
armasretroceder
católicas ay varios
donde
aotomanos.
punto estuvo
Habíade un
dejar la piel,de
centenar regresó
turcosaen España,
el bajeldonde vivió
pero muy
entre
pocosSevilla
soldados,y Madrid.
y cada vez Y cuando
eran más violosesfumados todossem-
cadáveres que sus
ahorros
braban Martín sentóarrollados
la cubierta, plaza de nuevo
por elen la escuadraímpetu
irrefrenable de galeras
del
de Nápoles
ataque para luchar contra la amenaza turca, que había
español.
crecido
Desdetrassuuna serie en
posición de el
victorias
castillo obtenidas
de proa del por el temible
barco turco,
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Martín podía ver a los caballeros de San Juan dando abordaje
a laEl poderoso
toldilla. rey Felipe
Todavía II, paladín
anclados de la causa
en la tradición católica por
medieval, los
encima
de Maltade vestían
todo—incluso
cotas de por encima
malla del Papa
y pesadas de Roma,
corazas que
con sus
empleaba
sobrevestasmás fondos
rojas, en turbios
al estilo negocioscruzados,
de los antiguos para su dándoles
beneficio
que en proporcionar
un ardite el hecho deapoyo
que seahundirían
quienes defendían la religión
como el plomo con
en caso
uñas y dientes—,
de caer había heredado
al mar. Luchaban de su padrecombatiendo
como demonios, la titánica guerra
a la
contra el Turco,
vieja usanza con que
espadajunto a la
larga corona de Castilla y Aragón
y escudo.
era la
Elpotencia
capitán de más
losgrande del mundo,
caballeros embarcándose
iba al frente, protegido poren una
un
contienda
yelmo conque duraría
celada casi doscientos
y portando un hachaaños, interrumpida
de combate sólo
que esgri-
por
míacortas
con lastreguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
dos manos.
aguas delturcos
Los Mediterráneo.
eran inferiores en número pero se batían con
La casa
el furor de de Habsburgo, contando
la desesperación, con sus
vendiendo caravastas posesiones
su piel. Trata-
yban
condeelrechazar
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta
la avalancha con sus chuzos y alfanjes, pero el
último maravedí
el combate parecíaensentenciado.
luchar a brazoLos partido
soldadoscontra todos
católicos sus
caían
enemigos, que no
por todas partes eranlospocos,
sobre últimospues además de la abierta
defensores.
hostilidad de mahometanos,
El grupo franceses, venecianos,
en el que se encontraban holandeses
Martín y Afonso había
yexpugnado
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
el castillo de proa y se preparaban para masacrarla corte
española y lasupervivientes
a los pocos Inglaterra isabelina amenazaba
que protegían un nuevo frente,
el estandarte turco.y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
—¡A por los últimos! ¡Sin piedad! —gritó Villalobos alzando
uno contra todos.
su espada, con la cara y los brazos empapados de sangre ajena.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
158
velamen.
En ese Apartó
grupola demanta
abordaje mojadatambiénpor seel encontraba
relente nocturno Lorenzo, y se
puso en pie, se
que armado conabotonó
su espada la camisa
schiavonnay, haciendo cuencoalemán
y el pistolete con las
manos,
en la manocogióizquierda
agua de una que,tinaja
unayvez se lavó el rostro,utilizaba
descargado espabilándose.como
Las
maza gotas resbalaron
cogido del revés, por su cara
peleaba consinmucho
afeitar,arrojo
que tenía bellas
y decisión,
I
facciones,
y raro era aunque
el golpe del suyoojo queizquierdo
no daba bajaba
en carne. hasta la mitad de
la mejilla
Martín una delgada
recogió cicatriz.deTenía
el broquel un caídouna ynariz rectacontra
se lanzó y labiosel
figrupo
nos que solía torcer de lado en una media
de otomanos junto a Afonso y el capitán. El portugués sonrisa cuando algo
le divertía.
enterró la mediaSu ceño, pica que
en por maníadel
el pecho o costumbre
primer enemigo casi siempre
que se
mantenía
encontró, fruncido,
Martínyde sacando le
la Vegalaera daba
daga profundidad
abrazó
soldado dela rey
otro,a su mirada,
deapuñalándolo
España, como como
enlo
si estuviese
corto.sido
había Un su atento
turco
padre a
moreno todo.
bajo los Se
y barbudomojó
estandartes también
lanzó el
delvarios pelo
emperador castaño
Carlos.ay
antuviones
revuelto
Martín y seun
con lo echó
bichero hacia atrás,
de como despejando
asta larga. la frente
El español surcada
Se alistó muy joven arcabucero en else tercio
protegía de
por
con unos
el débilesytrazos.
broquel acosaba al otomano con estocadas rápidas,
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
haciéndolo por
de la
el norteretroceder.crujía
Italia y Elentre
de allí los
bichero marineros
describió
a Flandes, dondeyun
soldados
circuloque
Francia ya
bus-
había
abarrotaban
cando su
entrado la galera
cabeza,
nuevamente pero yMartín
en se
lizaacercó a proa,Pese
conseEspaña.
agachó donde
en losebrioso
elamomento encontraba
yjusto
a las
el capitán
esquivando donla Ricardo
punta de Villalobos
hierro, que apoyado
quedó
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la
clavada cureña
en el de
más- la
moyana,
til. ojos
los con
El turco
de la ofi
camisa
trataba
sus blanca
de arrancar
ciales que
al demostrar ya en
su arma eradegris abiertaocasiones
la madera
numerosas hasta el
cuando
pecho,
un tajodonde
cualidades de como brillaba
revés en la un
sangre sien escapulario
fría, ledisciplina
llevó mediadey un
lacara.
Virgen
valorMartíndel rozaba
que Carmen,
limpió la
el
su ancho
espada bonete
en lasladeado
ropas haciéndole
del enemigo sombra
muerto
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en y la
se cara
detuvoy los a ojos
re-
ficuperar
losjoscamaradas.
en elelhorizonte,
aliento. en las siluetas que dibujaban las torres del
puerto PordeelCorona.
lado
Después dedevarias
popa campañas
la cosa también muchos iba soldados
bien para volvieron
los cató-
licos,Lalos
adinerados galera española
caballeros
a Italia, habían
Martín volvía a
tomado
entre Italia
ellos, después
laarrojándose
carroza de
y acabadocombatir
sin empacho con
al
a corso
medio
las berberisco
centenar
múltiples en que
la ría
de otomanos.
delicias deElTetuán.
aquella arráez Las
tierra resistía naves
ofrecía capturadas
avalientemen-
los holgados
habían
te la sido
embestida más bien
de los pocas—apenas
de Malta hasta alguna
que
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta
finalmente enemiga—y
murió
el botín escaso.
atravesado
napolitanas, ametiendo
cuchilladas manoentreenlostodo cuerpos
lancedey sus mujer hombres.
hermosa
Eranpocos
Los
que Dios tiempos
le ponía aciagos
turcos
en suque para
camino. los
protegíanespañoles
Nada la en elverde
bandera
podía Mediterráneo.
del pro-
reprochársele, pues
Mientras
feta
la mayoría losde
fueron tercios de los Austrias
arcabuceados,
los soldados yjóvenes
despuésse habíanloconvertido
una torva
hacían en los
de españoles
mismo, atraídos
dueños
por deles
aullantes
aquella los campos
dio
tierra carga de batalla
espada
extranjera enen
y rica Europa,
mano,
de losenespañoles
matándolos
la que las aguas del
a todos
eran
Mare
dueños.Nostrum
sin excepción.
Para elloscada vezlos
Incluso
Italia era
era más difícil
heridos
como que
un contener
se rendían
generoso aeran
la ingente
paraíso pasa-
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
159
15
dos Poco más tarde,
a cuchillo, pues tras
paralauna batalla
navedeque Gelves contrayelencima
se resistía Turco,
que resultó apenosa
cañoneaba jornada para imperaban
sus perseguidores, las armas católicas
las mismas y donde
nor-
amas
punto
queestuvo
en unadeciudad
dejar tomada
la piel, regresó a España,
al asalto; no hubodonde vivió
misericor-
entre Sevilla
dia para nadie.y Los
Madrid.
turcos Y hicieron
cuando todovio esfumados
lo posible ytodos
se batie-sus
ahorros
ron conMartín
mucha sentó plazapues
dignidad, de nuevo en la
en aquel escuadra
siglo nadie de galeras
se dejaba
de Nápoles
matar para luchar
de barato. contra lael amenaza
Fue menester abordaje turca,
conjuntoquede había
los
crecido
caballerostrasmalteses
una serie y losdesoldados
victoriasespañoles
obtenidaspara porverel rendir-
temible
corsario
se a los Dragut
últimos sobre las armadas
otomanos, rodeadoscristianas.
de los cadáveres de sus
camaradas caídos
El poderoso reysobre
Felipela II,
cubierta
paladín manchada
de la causa de católica
sangre que por
iba en regueros de banda a banda con los
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que vaivenes del barco.
El combate
empleaba había
más terminado,
fondos en turbiosy los negocios
dos capitanes
para permitieron
su beneficio
a sus hombres registrar el bajel otomano
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión mientras ellosconse
entrevistaban
uñas y dientes—, enhabía
la toldilla
heredado de ladegalera maltesa.
su padre El capitán
la titánica guerra
de los caballeros era un fornido francés de
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y AragónNormandía, y se-
gúnlalepotencia
era contó a Villalobos
más grande –entendiéndose ambos en un en
del mundo, embarcándose básico
una
italiano y lengua franca– llevaban día y medio
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo persiguiendo
al navío
por cortasturco, queycon
treguas, cuyo viento
campo favorable
de batallase había librado
principal erandel las
abordaje varias veces.
aguas del Mediterráneo.
Al casa
La parecer aquel bajel contando
de Habsburgo, era propiedad devastas
con sus un morisco re-
posesiones
ynegado natural
con el oro y la de Málaga
plata que,deconvertido
llegados las Indias,en corsario
gastaba hastadel
el
Sultán,maravedí
último llevaba tiempo dedicado
en luchar a brazoal partido
corso entre Barcelona
contra todos susy
Nápoles, apresando
enemigos, que no eranbarcos, gentepues
pocos, y bastimentos.
además de la abierta
hostilidad de mahometanos,
Su última presa había sido franceses,
un navíovenecianos,
cargado deholandeses
pasajeros
yentre
alemanes protestantes,
los cuales ahora ylafrailes
había clérigos mala relación entre la corte
de San Francisco que
española
viajaban yala Inglaterra
Roma, por loisabelina
que tresamenazaba un nuevo
galeras de Malta frente,
y otras dosy
claro, aunque
sicilianas era salido
habían el español unbusca.
en su imperio enorme y temible, era
uno Tras
contra todos.a los cautivos en la costa africana el bajel nave-
vender
gabaAquella mañana
en conserva conde septiembre,
galeras Martín
argelinas se adespertó
rumbo Turquía,con el
por-
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
160
velamen. Apartó
tando el botín delasus
manta mojada
últimas por elFue
correrías. relente nocturno
entonces cuandoy se
puso en pie, se
los cristianos abotonó la encontrarlos
consiguieron camisa y, haciendo cuencoencon
y se trabaron las
durí-
manos, cogió agua
simo combate conde una
las tinajaque
galeras y seescoltaban
lavó el rostro, espabilándose.
al bajel otomano
Las
en la gotas resbalaron
travesía, por su hundir
consiguiendo cara sinuna afeitar, quecon
de ellas tenía bellas
tiros de
I
facciones,
artillería yaunque
hacersedel conojootraizquierdo
al abordaje. bajaba hasta
El bajel la mitad
trató de esca- de
la mejillaaluna
bullirse caerdelgada
la noche, cicatriz.
perseguidoTeníadeuna cercanariz
porrecta y labios
la galera del
ficapitán
nos quenormando,
solía torceryde lado en
a punto una media
había estado sonrisa
de huir cuando
gracias algoa la
le divertía.siSu
oscuridad noceño,
fueraquepor por manía ode
la aparición costumbre
los españoles, casi los
siempre
cua-
mantenía
Martínfruncido,
les sentenciaronde la el le era
daba
destino
Vega deprofundidad
aquella
soldado rey adesu
delambiciosa mirada,
tripulación.
España, comocomo lo
si
habíaestuviese
Durante atento a
el saqueo,
sido su padre todo. Se mojó también
soldados abrieron
bajo los estandartes el pelo castaño
barri-y
toneles,Carlos.
del emperador
revuelto
les, Se y se lo baúles
armarios, echó hacia atrás, despejando
e inspeccionaron todoslaen frente
los surcada
alistó muy joven como arcabucero ellugares
tercio en de
por
los unos
que débiles
podía trazos.
haber algo de valor, limpiando el navío turco a
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
conciencia
el norteyporde la
sin crujía
dejarse
Italia entre
allí los
nada.
y de Lo marineros
encontraron
a Flandes, y soldados
donde cargado
Franciade que ya
co-
había
abarrotaban
mida, telas,
entrado la galeraen
especias,
nuevamente yaceites
se
lizaacercó
con a proa,
y cofres
España. con dondea losebrioso
monedas
Pese encontraba
acuñadas
y a las
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóteso-
en Argel, pues para alegría de los cristianos, en unla cureña
famoso de la
ante
moyana,
rero
los turco
ojos con
de susla ofi
—que camisa
habíablanca
ciales sido
al que ya en
acuchillado
demostrar eranumerosas
gris abierta
como hasta el
todoocasiones
hombre
pecho,
cualidades donde
con turbante como brillaba
aquelun
en sangre escapulario
barco—
fría, iba dede
disciplina la Virgen
pasajero.
y un valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Martínbonete
y ladeado
Afonso haciéndole
bajaron por unasombra
escala
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
de cara
madera y losa ojos
las
ficámaras
losjoscamaradas.
en el de
horizonte,
la bodega, en las
dagasiluetas
en mano queydibujaban
ojo avizorlas torres
por si que-del
puerto de Corona.
dabaDespués
algún rezagado
de variascon malas intenciones.
campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
«Aseguraos española
a Italia,deMartín volvía
que estánentre a
bien Italia
muertos
ellos, después de
ahí abajo»
arrojándose combatir
les ha-
sin empacho
al
abía corso
lasdicho berberisco
el capitán
múltiples en
delicias la ría
Villalobos. de Tetuán. Las naves
que aquella tierra ofrecía a los holgados capturadas
habían
de bolsa, sido más
gastándoselo
Recorrieron bien pocas—apenas
así la todo
amplia festinesalguna
en estancia, milaneses
buscandofustayen enemiga—y
encada
bellezas
re-
el botín
napolitanas,escaso. metiendo mano en todo lance
coveco, y al girar a la derecha desembocaron en la enfermería, y mujer hermosa
que Eran
o alDios
menostiempos
le ponía aciagos
en para los
su camino.
eso parecía. Había españoles
Nada
mesas podía en el Mediterráneo.
reprochársele,
que servían pues
de camillas,
Mientras
la mayoría
además losde
de tercios de los Austrias
los soldados
trapos, jóvenesde
instrumentos se habían
hacían loyconvertido
cirugía mismo,
cubos de en los
atraídos
agua
dueños
por de los
aquella campos
tierra
ensangrentados de batalla
extranjera
en el suelo; ricaen
yvariosde Europa,
la que los
cuerpos enespañoles
yacían lasinmóviles,
aguaseran
del
Mare
dueños.Nostrum
Para ellos
seguramente cada
eran losvez
Italia eracomo
era
heridosmás
pordifícil
un contener
losgeneroso
cañonazos a lalaingente
paraíso
de bañado
noche
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
161
15
Poco más
anterior. tarde,
El lugar tras la batalla
apestaba a carnedeabierta
Gelves ycontra el Turco,
una horda de
que resultó
moscas penosaeljornada
infestaba aire. para las armas católicas y donde
a punto estuvo de dejar
Desprendieron a loslacadáveres
piel, regresó a España,
de todo lo quedonde
teníanvivió
de
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
valor, que fue muy poco, y cuando estaban a punto de irse todos sus
ahorros Martín
Martín se sentó
detuvo. Se plaza
acercó dedespacio
nuevo ena lalosescuadra
cuerposde galeras
amonto-
de Nápoles
nados para luchar
y descubrió que uno contra la amenaza
todavía estaba vivo. turca, que había
crecido
Era tras una serie
un joven grumete de victorias
turco de obtenidas
apenas quincepor elaños,
temible
es-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
taba gravemente herido y muy asustado, había tratado de
El poderoso
esconderse entrerey
susFelipe II, paladín
compañeros de ladesapercibido
y pasar causa católica ha-
por
encima
ciéndosedeeltodo—incluso por encima
muerto. Tiritaba de frío ydel
dePapa de agazapado
miedo, Roma, que
empleaba
bajo unas más fondos en turbios negocios para su beneficio
mantas.
que en proporcionar
Cuando apoyose
los españoles a quienes
acercarondefendían ladesmesura-
a él abrió religión con
uñas y dientes—,
damente los ojos,había heredado
espantado, deno
pero sudijo
padre la titánica guerra
nada.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
—Es un chiquillo –dijo Martín.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—Ya veo…
contienda Tiene un
que duraría brazo
casi roto, y algo
doscientos años,más.
interrumpida sólo
A pesar de que no eran médicos podían
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal comprender el
eran las
alcance
aguas delde las heridas a primera vista, y aquello tenía muy
Mediterráneo.
malaLapinta.
casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con—¿Lo llevamos
el oro arriba?
y la plata —sugirió
llegados de lasMartín.
Indias, gastaba hasta el
último maravedí
—¿Para qué? en luchar
Está a brazo partido contra todos sus
muy débil.
enemigos,
—¿Y qué que no eran
carajo pocos,
hacemos? ¿Lopues además
dejamos aquí?de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
El portugués se incorporó despacio y miró hacia la puer-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
ta, por si venía alguien.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
—Mátalo, Martín. Si lo descubren lo encadenarán al remo,
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
y tal y como está sólo aguantaría dos días de sufrimiento an-
uno contra todos.
tes de morir.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
162
velamen.
Martín Apartó
se giró la hacia
mantasumojadaamigo,por el relente nocturno y se
confuso.
puso—Es en pie, se abotonó
un niño, joder, yo la camisa
no matoy,niños. haciendo cuenco con las
manos,—Sicogió
dejasagua quedelouna tinaja
metan a ygaleras
se lavó el rostro,
sería espabilándose.
condenarlo igual.
Las gotas resbalaron por
Solamente alargaríamos su sufrimiento. su cara sin afeitar,
Y si lo abandonasbellas
que tenía aquí
I
facciones,
morirá lentamente que es peor. Mátalo rápido y se acabó. de
aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—Es mejor llevárselo al capitán, y que decida él.
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—Ahorrémosle
le divertía. Su ceño,laque agonía.
por manía o costumbre casi siempre
El
mantenía joven
Martínfruncido,muchacho
de la Vega le era seguía
daba mirándolos
del rey adecon
profundidad
soldado su terrorcomo
mirada,
España, en los
como lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.ay
ojos,
si sin
estuviese entender
atento auna
todo.palabra,
Se mojóy preguntándose
también el pelo qué iban
castaño
hacer con
revuelto y seél. lo
Martín
echó hacialo observó
atrás,unos segundos,
despejando indeciso.
la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos
—Déjamedébiles a mítrazos.
Navarrete, gracias aentonces...
viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
Afonso por
dio la
unos
hacia el norte de Italia y de crujía
pasos entre
al los
allífrente marineros
pero su
a Flandes, y soldados
amigo
donde que
lo detuvo.
Francia habíaya
abarrotaban
entrado la
nuevamente
—Estate galeraYa
quieto. eny lo
se acercó
lizahago
con yo… a proa,Pese
España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesDespués don
díscolo que Ricardo Villalobos
su cortahondoedad leun apoyado
hacía en la cureña de la
de respirar parser, prontoMartín
de veces, destacótrató
ante
moyana,
los con la ofi camisa blanca que ya eranumerosas
gris abiertaocasioneshasta el
de ojos
dejardelasus menteciales al demostrar
en blanco y hacer en lo que tenía que hacer.
pecho,
cualidadesdonde como brillaba un escapulario de la Virgen del Carmen,
Se oían pasos desangre
soldados fría,que
disciplina y un valor
se acercaban a laque rozabaasí
bodega, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
que agarrólabrándose
firmemente conal su acero
chico y leunatapóbuena
nariz reputación
y boca con entre
su
fijos
los en el
camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
mano, apretando la cabeza contra su pecho. El joven grumete
puerto de Corona.
Después
apenas de varias
tenía fuerzas paracampañas
intentar muchossoltarse,soldados
y tras unos volvieron
segun-
La
adinerados galera española
a Italia, Martín
dos que parecieron volvía a
entre ellos,
interminables Italia
dejó después
arrojándose
de moverse. de combatir
sin «Crack»
empacho
al
aUn corso
lasgolpe berberisco
múltiples
seco delicias en
le quebró la
que ría de
el aquella Tetuán. Las naves
cuello. tierra ofrecía a los holgados capturadas
habían
de bolsa, sido más
gastándoselo bien pocas—apenas alguna fustayenemiga—y
Martín se levantó todo y apartóen festines
la vistamilaneses
del muchacho en bellezas
muer-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
to. Era un soldado con pocos escrúpulos y muchos arrestos
que Eran
queDios
había tiempos
le ponía en
matado aciagos
sumenos
al paraalos
camino. españoles
Nada
una en
deelhombres
Mediterráneo.
podía reprochársele,
docena enpues
su
Mientras
vida, pero aquello era diferente, y una extraña sensación los
la mayoría losde tercios
los de
soldadoslos Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídos le
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de Europa,
la
oprimía el estómago. Si se lo hubiese encontrado en cubierta que losen las
españolesaguas del
eran
Mare
unos Nostrum
dueños. Para ellos
momentos cada vezcon
Italia
antes eracomo
era más
un difícil
en contener
un generoso
sable la mano, alolahubiera
paraíso ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
163
15
Pocosin
matado más tarde,
dudar, trashacerlo
pero la batalla de Gelves
de aquella contra
manera le el
dejóTurco,
he-
que
ladoresultó penosa
el cuerpo. jornada
Sabía que iba para
a serlasuna
armas católicas
de esas cosasy quedondete
apersiguen
punto estuvo
parade dejar laUn
siempre. piel,
malregresó a España,
recuerdo donde
de los que salenvivió
a
entre
la luz Sevilla y Madrid.
en el peor momento Y cuando vio esfumados
para recordarte quién hastodossidosusy
ahorros Martín
lo que has sentó
hecho. Lo plaza
mejorde nuevo
era en la escuadra
resignarse de lo
y encajarlo galeras
me-
de
jorNápoles
posible, para
comoluchar
cualquiercontraotrolamal
amenaza
trago. turca, que había
La muerte llega
crecido tras sólo
para todos, una que
serieaquel
de victorias
muchacho obtenidas por elque
había tenido temible
irse
corsario
un pocoDragut sobreasí
antes. Pero lasera
armadas
la vidacristianas.
y su juego y, desde luego,
Martín no había rey
El poderoso escrito
FelipelasII,
reglas.
paladín de la causa católica por
encima de todo—incluso
—Venga, vámonos arribapor encima del Papa
—dijo Afonso de Roma,
dando que
una pal-
empleaba más fondos
mada amistosa en turbios
en la espalda negocios
de su amigo—, para
aquísuyabeneficio
no hay
que
nadaenque
proporcionar
hacer. apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—Sí,
y dientes—, había
vámonos... heredado Martín,
—contestó de su padre la titánica guerra
encaminándose por
contra el Turco,
el corredor haciaque junto a la
las escaleras sincorona de Castilla y Aragón
mirar atrás.
era la
Enpotencia más de
la cubierta grande del mundo,
la galera maltesaembarcándose
los capitanes en una
se po-
contienda que duraría
nían de acuerdo en el casi doscientos
reparto años,
del botín; losinterrumpida sólo
caballeros pidie-
por
ron cortas treguas,
llevarse y cuyo campo
a los cautivos turcos,de batalla aprincipal
dejando eranque
la española las
aguas del Mediterráneo.
remplazase a sus galeotes heridos por las saetas durante el
La casaLos
abordaje. de otomanos
Habsburgo, contando
vencidos con susde
lloraban vastas
rabiaposesiones
y de ver-
ygüenza
con el viéndose
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
privados de su libertad y encadenados hasta
comoel
último
perros maravedí
a un remo.en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, queque
Próspero, no por
eran pocos, pues
precaución además
y a causa de mareos
de los la abierta
de
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
la travesía se había quedado en la toldilla durante el comba-
yte,
alemanes protestantes,
salió acompañado de ahora
Lorenzola amala relación
ver el entre la
espectáculo, corte
obser-
española
vando con y la Inglaterra isabelina
admiración amenazaba
y curiosidad un nuevo
a los valerosos frente, y
caballeros
claro, aunque
de Malta, era que
de los el español un imperio
había oído enorme hazañas
innumerables y temible, era
pero
uno
nuncacontra todos.tenido tan cerca. Era lógico que el joven sin-
los había
tieseAquella mañana
admiración porde septiembre,
ellos Martín
pues gozaban de se despertó
enorme con el
prestigio
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
164
velamen.
en toda EuropaApartó la manta
y más mojada
después depor el relente
la heroica nocturno du-
resistencia y se
puso
ranteen el pie,
sitiosealabotonó
que fue lasometidacamisa y,suhaciendoisla. Loscuenco
miembros con delas
manos,
la orden cogió agua de una
pertenecían tinaja y se
a muchas lavó el rostro,
regiones; espabilándose.
los había franceses,
Las gotas resbalaron
alemanes, españoles por su cara sin
o italianos, afeitar,poco
y aunque que numerosos
tenía bellas
I
facciones,
en comparación aunquea del ojo izquierdo
los efectivos bajaba otomano,
del Imperio hasta la mitad su flota de
la
era mejilla una delgada
tremendamente cicatriz.
eficaz, Tenía una
deteniendo nariz rectaturca
la expansión y labios
por
fielnos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
Mediterráneo.
le divertía.
Con losSu ojosceño, que por
abiertos como manía platos,o costumbre casi siempre
Próspero recorría con
mantenía
la mirada
Martínadefruncido,
cada le
uno de
la Vega daba profundidad
eraaquellos
soldadoaguerridos a su mirada,
del rey de caballeros,
España, como como
pues lo
si estuviese
parecían
había atento
sidosacados
su padredebajo a todo.
un cuadro Se mojó también
antiguo.del
los estandartes el
Portaban pelo
emperador castaño
pesadas ar-y
Carlos.
revuelto
maduras y con
se locruces
echó haciablancas atrás, despejando
pintadas la frente
en el peto al igualsurcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercioque de
por
en unosescudos.
sus débiles trazos.
Algunos vestían sobrevestas color escarlata
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
el nortepor
y adornaban de la
sus crujía
cascos
Italia y deentre
con los
allíplumas marineros
a Flandes,blancas yysoldados
donde rojas.
Francia que
Formar
habíaya
abarrotaban
parte denuevamente
entrado la galera
la orden eraeny un
se
lizaacercó
honor
con España.apara
proa, donde a losebrioso
cualquier
Pese encontraba
caballero,y a lasy
el
vecescapitán
aunque sudon
díscolo vida
que Ricardo
su cortaVillalobos
distaba mucho
edad lede apoyado
ser ser,
hacía en la cureña
tranquila,
pronto en continua
destacó de la
ante
moyana,
y encarnizada
los ojos de con suslaguerra
camisa
ofi ciales blanca
contra elque
al demostrar Turco, ya en
era
ellosgris abiertaocasiones
luchaban
numerosas hasta el
durante
pecho,
toda sudonde
cualidades vidacomoabrillaba
favor
sangre unfría,
de laescapulario
disciplinadeymovidos
cristiandad la Virgen
un valorpor delsu
que Carmen,
fervor
rozaba la
el ancho
religioso. bonete ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
Según le contó elen las siluetas
caballero de Sanque Juan
dibujaban las torres
al capitán del
Villalo-
puerto lade
bos,Después Corona.
ciudad dedevarias
Maltacampañas
estaba siendo muchos reconstruida. Durante
soldados volvieron
el duroLa galera
adinerados asedio española
turco
a Italia, del año
Martín volvía a
anterior
entre Italia
ellos, las después
murallas de
arrojándose habían
sin combatir
empachosido
al
a corso
arrasadas
las berberisco
múltiples milesende
por delicias lacañonazos
que ría de Tetuán.
aquella y la Las
tierra naves
mayoría
ofrecía a de capturadas
los los fuer-
holgados
habían
tesbolsa,
de sido
y bastiones másquedaron
gastándoselo bien pocas—apenas en festinesaalguna
todoreducidos fustayenemiga—y
escombros.
milaneses Villalobos
en bellezas
el
lo botín
había escaso.
visto, aunque de lejos, pues
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa su galera había sido una
de las
que Diosque
Eran le transportaron
tiempos
ponía en aciagos
su camino.infantería
para los española
españoles
Nada en eelitaliana
Mediterráneo.
podía reprochársele, desde
pues
Sicilia
Mientras
la para
mayoría ayudar
losdetercios a levantar
de los Austrias
los soldados el
jóvenessesitio. habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
dueños
por Pocodea los
aquella poco campos
tierra isla, de
quebatalla
laextranjera había en
de Europa,
y ricaperdido unlos
la que enespañoles
lasde
tercio aguas del
suseran
ha-
Mare
dueños.Nostrum
bitantes, estaba
Para cada vezera
volviendo
ellos Italia era más
acomo
la difícil
normalidad.contener
un generosoTambién a lamuchos
paraíso ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
165
15
Pococaballeros
nuevos más tarde, tras la
habían batalladurante
viajado de Gelves contra ela Turco,
el invierno Malta
que
pararesultó
unirse penosa jornadaorden.
a la mermada para las armas católicas y donde
a punto estuvo maltés,
El capitán de dejarpráctico
la piel, regresó
como buena España, donde
soldado que vivió
era,
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos
expresó su opinión de que sólo una fuerte alianza entre Espa- sus
ahorros Martín
ña, el Papa sentó plaza
y Venecia de detener
podría nuevo endefinitivamente
la escuadra de galeras
al Im-
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
perio otomano. Incluso Francia —cuyo desvergonzado rey que había
se
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
hacía llamar cristianísimo—, que poseía importantes puertos el temible
corsario Dragut sobrecomo
en el Mediterráneo las armadas cristianas.
Niza y Tolón, debería acudir a la
El poderoso
guerra contra el rey Felipe
Turco II, paladín
en vez de pactardecon
la causa católica
ellos para por
minar
encima de español.
el poderío todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba
Malta más fondos
no podría en turbios
resistir negocios
otro ataque, y laspara su benefi
naciones cio
católi-
que
cas en proporcionar
vivían en tensiónapoyo a quienes
sin saber defendían
cuál sería la religión
el próximo con
objetivo
uñas y dientes—,
de Solimán había heredado de su padre la titánica guerra
y su flota.
contra el Turco,
Cuando que junto
se cortaron los acabos
la corona de Castilla
del abordaje y Aragón
las galeras se
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
separaron del bajel turco, que quedó flotando como un barco en una
contienda
fantasma que duraría
en medio decasi
los doscientos
restos del años, interrumpida
combate: trozos de sólo
ve-
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal
las, de jarcia rota y de madera flotaban en el agua junto con eran las
aguas
algunosdelcadáveres,
Mediterráneo.
movidos suavemente por el balanceo de
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
las olas.
y conTras
el oro y la platalos
despedirse llegados de laslaIndias,
capitanes, gastabapuso
Magdalena hastade
el
último maravedí
nuevo rumbo en luchar
sureste, a brazorápidamente
alejándose partido contracon todos sus
las velas
enemigos,
hinchadas que
y los no eran descansando,
remeros pocos, pues además
hasta quedela la abierta
galera de
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
la orden de Malta fue un punto minúsculo en el horizonte.holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
166
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
VI I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
—Entonces lo maté.
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
Lorenzo
mantenía había contestado sin pestañear, mirando hacia
Martínfruncido,
de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
las
si formas
estuviese oscuras
atento aque
todo.tenía
Se enfrente.
mojó Llevaban
también el pelohoras inte-y
castaño
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.
rrogándolo,
revuelto y se oloalechómenos haciaesaatrás,
era ladespejando
impresión que tenía.surcada
la frente Le ro-
deabaSe alistó
una muy
peculiar joven como arcabucero en
y vaga niebla, como si la sala de aquel te- el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete, graciasestuviera
rrorífico tribunal a viejos conocidos
cubierta por deuna
su familia,
misteriosa y partió
bru-
hacia Caminó
el norte por
de la crujía
Italia y entre
de allí los
a marineros
Flandes, y
donde soldados
Francia que
habíaya
ma. En un estrado varios hombres lo juzgaban. Era imposible
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó
con a proa,Pese
España. dondelosebriosoencontraba
verles las caras con claridad, aunque algunasaveces y a las
un reflejo
el capitán
veces díscolo don Ricardo
que su Villalobos
cortamalvado
edad le hacía apoyado
ser,de en
pronto la cureña de
destacóEran la
ante
dejaba ver algún rostro debajo la capucha.
moyana,
los ojos decon susla ofi
camisa blanca
cialespara que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
demasiado deformes ser humanos, y cada vez que ha-
pecho, donde
cualidades brillaba unfría, escapulario dey un la Virgen del rozaba
Carmen,
blaban suscomo vocessangre
resonabandisciplina
con un eco infernal,valor que causándole la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose haciéndole
con sombra en la cara y los ojos
a Lorenzo un escalofrío desu acero una buena reputación entre
terror.
fijos en el
los camaradas.horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
La criatura
puerto de Corona. del medio era la que hacía las preguntas, lle-
Después de varias campañas
vaba un antifaz negro con una nariz enorme muchos soldados volvieron
en forma de
La
adineradosgaleraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
gancho, como los médicos que curaban a las víctimas de la
allas
a corso berberisco en que
múltiples la ría de Tetuán. tierra Las naves capturadas
peste, aunque delicias
Lorenzo no aquellapodría asegurar ofrecía a los
si aquello holgados
era una
habían
de bolsa,sido más
gastándoselobien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses yenemiga—y
en bellezas
máscara o el rostro de verdad. Aquel ser volvió a dirigirse a él
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
señalándolo con un dedo descarnado.
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
—Tu hermano estaba desarmado y tú, enloquecido y
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídosen los
ebrio, lo asesinaste a sangre fría. Nunca encontrarás perdón
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
para tus manos ensangrentadas ni para tu corazón podrido.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
167
15
Poco más tarde,
Una sucesión detras la batalla
imágenes de Gelves
y sonidos contra
asaltó el Turco,
los sentidos
que resultó penosa
de Lorenzo, jornada para
que escudriñó las armas
la vaporosa católicas
estancia y donde
intentando
aorientarse.
punto estuvo de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
entre—Si
Sevilla y Madrid.
ya estoy Y cuando
condenado, llevaosvio esfumados
mi alma de unatodos sus
vez y de-
ahorros Martín sentó plaza
jad de atormentarme en misdesueños.
nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
—¿Creesparaque luchar
puedes contra la amenaza
ofrecernos tu alma,turca, que Ya
Lorenzo? había
es
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
nuestra desde hace muchos años. Eres un estúpido si piensas el temible
corsario Dragut
que puedes sobre
llevar una las
vidaarmadas
de pecadoscristianas.
y todavía pretender co-
El poderoso
merciar rey Felipe
con tu alma. II, paladín
Tu castigo es otro:de la causa
sufrirás un católica
infiernopor
en
encima
vida quedenotodo—incluso por encima
te dejará encontrar la paz,del
losPapa deamigos
únicos Roma, que
que
empleaba más fondos
tendrás seremos en turbios
nosotros. negocios
Nunca amarás para amado.
ni serás su beneficio
que en proporcionar
—¡No! Demonio apoyo a quienes
del averno, defendían
¡mientes! Ya hela encontrado
religión con
uñas y dientes—,
a alguien. había heredado
Una manera de su limpiaré
de redimirme, padre la titánica guerra
mi conciencia
contra
y os haréel desaparecer
Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
en la niebla.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
Las tres criaturas rieron a carcajadas, tan agudas y des-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
agradables que Lorenzo tuvo que cerrar los ojos y apretar sus
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
manos contra los oídos. Cuando los abrió de nuevo la situación
aguas del Mediterráneo.
había cambiado: las tres figuras estaban ahora de pie y pare-
cíanLa casa de Estudiaban
enormes. Habsburgo, unacontando
escenaconen sus vastas
la que unaposesiones
mujer sin
yrostro
con ellloraba
oro y sobre
la plata llegados de las Indias, gastaba
el cadáver de un hombre bien vestido, hasta el
con
último
el jubónmaravedí en luchar había
roto a cuchilladas, a brazoun partido contra todos
charco parduzco sus
de san-
enemigos, que nolentamente
gre que avanzaba eran pocos, pues
hacia además
los pies de la abierta
de Lorenzo.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
Intentó levantarse, mas era en vano, su cuerpo era de
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
plomo y sus extremidades no respondían. Veía horrorizado
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
como las tres figuras avanzaban hacia él, ahora podía verles
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
claramente el rostro, eran la representación de la muerte, al-
uno contra todos.
zaban sus manos esqueléticas reclamando que se entregase a
Aquella
ellos. mañana de septiembre,
Inexorablemente, Martín se despertó con el
llegaba su final.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
168
velamen.
Lorenzo Apartó la mantacubierto
se despertó mojada de porsudor
el relente
y casinocturno
sin aliento. y se
puso
Esta en pie, se había
pesadilla abotonó sido la de
camisa y, haciendo
las peores, cuenco con
terriblemente las
real.
manos, cogió agua
Se preguntaba si de
eraunauna tinaja y se lavó elde
premonición rostro,
lo que espabilándose.
le esperaba
Las
a sugotas
muerte,resbalaron por su cara
ser atormentado sin afeitar,por
eternamente queesos tenía bellas
diablos
I
facciones,
enmascarados. aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada
Se incorporó sintiendocicatriz. Tenía
su cuerpo una nariz yrecta
entumecido miró ya labios
su al-
firededor,
nos quemientras
solía torcer de lado en una media sonrisa
sus ojos aún se acostumbraban a la oscuridad. cuando algo
le divertía.
La pequeña Su ceño, que porque
habitación manía
formabao costumbre
la toldillacasi de siempre
la gale-
mantenía
Martín
ra estaba fruncido,
ende silencio, le
la Vegasólo daba
era roto profundidad
soldadode vezdelen a
reycuandosu mirada,
de España,por los comocomo
fieros lo
si
habíaestuviese
sido su
ronquidos atento
delpadre a todo. Se
bajoVillalobos,
capitán mojó
los estandartes también el pelo
del emperador
que dormía castaño
a pierna Carlos.suelta.y
revuelto
Lorenzo ytambién
se lo echó hacia atrás, despejando
el bulto delaen frente surcada
Se alistó muypudo joven distinguir
como arcabucero Próspero
el tercio tum- de
por
bado unos débiles
entre mantas.trazos.El joven hijo del duque sufría el mal del
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
mar,Caminó
hacia el nortepor
y llevaba de la
todo crujía
el día
Italia y deentre
allí los
postrado marineros
en su donde
a Flandes, y soldados
catre Franciaque
sufriendo ya
ata-
había
abarrotaban
ques denuevamente
entrado náuseas la galera y se
y mareos,
en lizaacercó
pálido acomo
con España. proa,Pese
donde
un a losebrioso
cadáver. encontraba
y a las
el capitán
vecesCuando don
díscolo su Ricardo
queconciencia Villalobos
su corta edad apoyado
le hacía
volvió en
ser, pronto
por completo la cureña
sedestacó
dio cuentade
antela
moyana,
los ojosera
de que con
de sus
la la camisa
ofi
hora ciales blanca
a la que que ya
al demostrar
siempre eradespertarse,
en
solía gris abiertaocasiones
numerosas unhasta
poco el
pecho,
cualidades
antes del donde como brillaba
amanecer. sangre unlevantó
Se escapulario
fría, disciplina dey un
con torpeza,la Virgen
valor del rozaba
que
intentando Carmen,
com- la
el ancho
temeridad, bonete
pensar el suave ladeado
labrándose
balanceo haciéndole
conde sulaacero
galera sombra
una buena
que en la cara
reputación
surcaba y los
lentamente ojos
entre
fi
losjos aguas. Cubriéndose los hombros con su capa salió de del
en el
lascamaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres la
puerto
toldilla de Corona.
de popa
Después de yvarias
sintiócampañas
la brisa marina,muchos fría a esas horas.
soldados volvieron
La
adinerados galera
Caminóa entre española
Italia, las
Martín volvía a
entre ellos,
ballesteras Italia
donde después
arrojándose
los soldados de combatir
sin empacho
y mari-
al
a corso
las berberisco
múltiples deliciasen la
que ría de
aquellaTetuán.
neros dormían envueltos en sus mantas. De vez en cuandotierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían
de
el bolsa,
vientosido más bien
gastándoselo
hinchaba el pocas—apenas
todo en festines
velamen haciendo alguna fusta
milaneses
crujir yenemiga—y
los en bellezas
palos y la
el botín
napolitanas,escaso. metiendo
estructura de la galera. mano en todo lance y mujer hermosa
Eranle
que Dios
Lorenzo tiempos
ponía aciagos
en
se acomodó para
su camino.contralos españoles
Nada
la endeel la
Mediterráneo.
podía reprochársele,
tablazón borda ypues es-
Mientras
la mayoría losde tercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían
cudriñó la oscuridad que cubría el mundo hasta donde alcan- lo convertido
mismo, en
atraídoslos
dueños
por
zaba la de
aquella
vista.los campos
tierra
La dedel
extranjera
negrura batalla
ricaen
ycielo Europa,
de fundía
se la que losporenespañoles
las aguaseran
completo del
con
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
169
15
Pococomo
el mar, más sitarde, tras navegase
la galera la batalla perdida
de Gelves porcontra el Turco,
el universo.
que Pensaba
resultó penosa jornada
en aquella mujer para
quelas armas
había amadocatólicas y donde
una vez, pero
ainexplicablemente
punto estuvo de dejar la piel, regresó a España, donde
era incapaz de recordar su cara con clari- vivió
entre Sevilla
dad. Hacía y Madrid.
mucho tiempoYque cuando vio nada
no sentía esfumados todos
por nadie. sus
Quizá
ahorros Martín
la vida lo habíasentó plaza de
convertido en nuevo en la escuadra
un témpano de hielo, de galeras
dedicado
de
másNápoles paraLaluchar
a destruir. últimacontra
vez quela sintió
amenazaalgoturca,
fue conque había
la visita
crecido tras María
de la joven una serie de victorias
Quintana. obtenidas
Pero sería por elllamarle
exagerado temible
corsario Dragut sobre
amor, cualquier las armadas
sentimiento cristianas.
parecido a ese murió junto a su
El poderoso
hermano rey Aquello
aquel día. Felipe II,más
paladín de la causa
bien había católica
sido como por
un cá-
encima de todo—incluso
lido afecto que lo transportóporaencima
los díasdel
de suPapa de Roma,
juventud, que
cuando
empleaba másenfondos
todavía creía en turbios
esas cosas: enamorarnegocios
a una para
dama, subatirse
benefiencio
que en por
duelo proporcionar
ella… Sueños apoyo
deaconquista
quienes defendían
y de gloria;la religión con
entrar tras
uñas y dientes—,
Alejandro Magnohabía heredadomientras
en Babilonia de su padre
las la titánicateguerra
mujeres vito-
contra el arrojan
rean y te Turco, que junto
flores a la corona
y pétalos de rosa.de Castilla y Aragón
era la potencia
Muchos más grande
recuerdos de sudel mundo,seembarcándose
juventud agolpaban enen su una
in-
contienda que duraría
terior. Algunos realmentecasimalos,
doscientos
otrosaños, interrumpida
no tanto. Había apren-sólo
por
didocortas treguas,
a convivir cony la
cuyo campodedeellos,
mayoría batalla principal
incluso eran las
buscándoles
aguas del Mediterráneo.
una excusa razonable. Los desmanes cometidos durante su
vidaLa casamercenario
como de Habsburgo, erancontando con sus
lo de menos. Un vastas
capitán posesiones
venecia-
ynocon
coneleloro
que y había
la plata llegados
servido años deatrás
las Indias, gastaba
le explicó hasta
una vez queel
último
para sermaravedí
un buenen lucharde
soldado a brazo
fortunapartido
hay quecontra
hacertodos sus
fortuna
enemigos, que no
siendo soldado, eran
y eso pocos,olvidarse
significa pues además de la abierta
de los principios. In-
hostilidad de mahometanos,
cluso a veces, del honor. franceses, venecianos, holandeses
y alemanes
Aquelloprotestantes,
tampoco pesaba ahoratanto.
la mala
Lo relación entre laenne-
que realmente corte
española
grecía suyalma
la Inglaterra
y lo hacíaisabelina
vivir unaamenazaba
maldiciónun eranuevo frente, y
el fratricidio
claro, aunque
que había era el español
cometido. Derramarun imperio
su misma enorme
sangre; y temible,
convirtién-era
uno
dosecontra
en una todos.
bestia que no merecía el perdón.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
170
velamen. Apartó la
Permaneció allímanta
sentado mojada largo porratoel relente
sumidonocturno
en sus yre- se
puso en pie,
flexiones se abotonó
cuando de pronto la camisa
algo ley,hizo haciendo cuencoSentado
mirar atrás. con las
manos, cogió aguaadeescasa
en su ballestera, una tinaja y se lavó
distancia, el rostro,
estaba aquelespabilándose.
oscuro sol-
Las
dado gotas resbalaron
español, Martín,por su caraensin
clavando afeitar,
él una que tan
mirada tenía fijabellas
que
I
facciones,
se hubieseaunque dicho que del pretendía
ojo izquierdo leerbajaba
hasta en hasta la mitad
el fondo de sude
la mejilla Se
corazón. unapodían
delgada vercicatriz.
brillar Tenía
sus ojos una narizlos
como recta
de un y labios
gato
fiacechando
nos que solía a sutorcer
presadedesdelado en lasuna mediade
tinieblas sonrisa cuando algo
un callejón.
le divertía.
Cada vez Sueran
ceño,más quecerteras
por manía o costumbre
las sospechas de casi siempre
Lorenzo so-
mantenía
bre Martín fruncido,
quiénesde eran le daba
los asesinos
la Vega profundidad
era soldado del espía
del rey a
Renato su mirada,
Coccia.como
de España, como
Aquel lo
si estuviese
bastardo
había atento
sidoseguramente a todo.
su padre bajohabía Se mojó también
hablado, nombrando
los estandartes el pelo
del emperador castaño
paga-y
a suCarlos.
revuelto
dor Seantesy se deloqueechó hacia atrás, despejando la continuas
frente surcada
alistó muylojoven cosieran como a mojadas.
arcabucero Las en el terciomi- de
por
radasunosdeldébiles
soldado trazos.
español no podían ser por casualidad. Sin
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
duda
hacia Caminó
sabía
el norte por
de la
algo, locrujía entre
allí los
quey complicaba
Italia de marineros
las cosas.
a Flandes, dondey soldados
Franciaque ya
había
abarrotaban
entradoEl tal la galera
Martín
nuevamente eny se
ni siquieralizaacercó a proa,tan
disimulaba,
con España. donde
Pese a lose
sólo encontraba
miraba
brioso ceñu-
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
do capitán
y muy don
fijo, Ricardo
como si Villalobos
buscara una apoyado
respuesta enquela cureña
ya conocía. la
ante
moyana,
los ojos con
de
Lorenzo susla ofi
se camisa
ciales blanca
removió al que
undemostrar
poco enya era
suen gris abierta
numerosas
asiento, hasta
ocasiones
carraspeó y seel
pecho,
dirigiódonde
cualidades a él:como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor quedel rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
—¿Haylabrándose
algo que oscon su acero
interese una buena reputación entre
especialmente?
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
Las palabras
puerto de Corona. del veneciano, dichas en lengua castellana,
Después de varias campañas
sonaron recias pero sin amenaza o insolencia. muchos soldados volvieron
Después de
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
tantos años alquilando sus servicios por media Europa no era
allas
a corso berberisco
múltiples en que
la ría de Tetuán.tierra Las naveslos capturadas
la primera vez delicias
que trataba aquella
con españoles ofrecía
y sabía amuy holgados
bien que
habían
de bolsa,sido más
gastándoselobien pocas—apenas
todo en festines alguna
milanesesfusta yenemiga—y
en bellezas
había que andárseles con tiento en las palabras. Eran guerre-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo
ros muy orgullosos quemano en todo
defendían su lance y mujer
condición hermosa
de soldados
que Eran
del Dios tiempos
le
rey, pues ponía aciagos
en su camino.
a diferencia para
de los españoles
Nada
los en el Mediterráneo.
podía reprochársele,
innumerables mercenarios pues
Mientras
la
quemayoría losdetercios
recorrían de los de
los campos
los soldados Austrias
batallase
jóvenes habían
hacían
bajo convertido
laslobanderas delenme-
mismo, atraídos los
dueños
por de los
aquella
jor postor, campos
tierra
los deno
extranjera
españoles batalla
ricaen de Europa,
ytrabajaban la que
como losen las aguassino
españoles
jornaleros del
eran
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
171
15
Pocopor
siempre másEspaña
tarde, ytras
porlasubatalla
rey, por degloria
Gelves contra el Turco,
y reputación. Eso
que resultó
los hacía penosa yjornada
altaneros para propensos
arrogantes, las armas acatólicas
llegar a ylasdonde
ma-
anos
punto estuvo fuese
o a donde de dejar
si sulahonor
piel, regresó
estaba en a España,
juego. donde vivió
entreTras
Sevilla
una ypausa
Madrid.
en laYque cuando vio esfumados
no pestañeó, todos sus
manteniendo sus
ahorros Martín
ojos fijos en lossentó plaza de nuevo
del veneciano, Martín enfinalmente
la escuadra de galeras
contestó:
de Nápoles para luchar
—Me preguntaba contraque
la causa la os
amenaza
impideturca,
dormir, que había
capitán
crecido
Leone. tras una serie de victorias obtenidas por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Hace años que no duermo mucho… —Lorenzo se detuvo
El poderoso rey
deliberadamente Felipevarios
durante II, paladín
segundos de la
quecausa católicaeter-
parecieron por
encima de todo—incluso
nos, mientras seleccionabapor susencima del palabras—.
siguientes Papa de Roma, que
Pero vos
empleaba más fondos
tendréis muchas en turbiosque
otras cuestiones negocios
atender para
comosu para
benefi cio
pre-
que en proporcionar
ocuparos apoyo
de mi descanso, a quienes
ehm... Martín defendían
de la Vega,la ¿verdad?
religión con
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
El español asintió despacio sin apartar la mirada, con las ma-
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
nos apoyadas en la espada que descansaba entre sus piernas.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—Es sólo
contienda que una cuestión
duraría de seguridad
casi doscientos años,—dijo Martín—. sólo
interrumpida Sa-
ber cortas
por en quién puedoyconfiar
treguas, cuandodelluevan
cuyo campo batallaalfanjes turcos
principal eranso-
las
bre nosotros.
aguas del Mediterráneo.
—Explicaos.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con—No mey gustaría
el oro combatirdeallas
la plata llegados lado de ungastaba
Indias, hombre som-
hasta el
noliento,
último con la cabeza
maravedí perdida
en luchar en otros
a brazo asuntos,
partido contracuando mi
todos sus
vida y la deque
enemigos, misno camaradas dependan
eran pocos, de su habilidad
pues además en la
de la abierta
refriega. Por
hostilidad eso me preguntaba
de mahometanos, si estaréis
franceses, a la altura.
venecianos, holandeses
y alemanes protestantes,
—Yo también podría ahora la mala
tener los mismosrelación entre
temores la corte
—contes-
española
tó Lorenzoy lacon
Inglaterra
firmeza.isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era
—Podemos el español
poner un imperio
a prueba enorme
mi habilidad y temible,
cuando era
vos gus-
uno
téis contra todos.
—Un brillo relampagueó en los ojos oscuros de Martín—.
Aquella mañana
Así tendréis dede
la certeza septiembre, Martín son
que esos temores se despertó con el
infundados.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
172
velamen.
LorenzoApartó la mantade
era veterano mojada
mil lancespor el relente
y sabía que nocturno
aquel hom- y se
puso en pie, batirse
bre buscaba se abotonópor algunala camisa razón. y, Siempre
haciendopodía cuenco ser con
simplelas
manos,
orgullocogió
español, agua y de
queuna tinaja y se de
la presencia lavóunelveneciano
rostro, espabilándose.
en la galera
Las gotas el
le avivase resbalaron
genio. Pero por su casualidad
tanta cara sin afeitar,era poco queprobable.
tenía bellas
I
facciones,
Como aunque
en la esgrimadel ojoyizquierdo
el ajedrez, bajaba hastase
que antes la gana
mitadcon de
la
losmejilla
ojos que unacon delgada
las manos,cicatriz. Teníaestudiaba
Lorenzo una narizarecta y labios
su oponente
fidejándole
nos que solíaespaciotorcerparade lado
que se enmoviera,
una media parasonrisa cuando
conocerle algo
mejor
le divertía. descubrir
e intentar Su ceño, que lo que por había
maníadetráso costumbre
de la miradacasi siempre
altiva
mantenía
del español. fruncido, le daba profundidad
Martín de la Vega era soldado del rey de España, como a su mirada, comolo
si estuviese
había sido frase
Entre atento
su padre a todo.
bajopasaba
y frase Se mojó
los estandartes también
una eternidad el pelo
del emperador castaño
mientrasCarlos.se mi-y
revuelto
raban y se lo echó hacia atrás, despejando
silencios.laen frente querían
surcada
Se fijamente
alistó muy en joven
un combatecomo de arcabucero Ambos el tercio de
por
saberunos
más débiles
sobre trazos.
el hombre
Navarrete, gracias a viejos que tenían en
conocidos de frente pero ninguno
su familia, y partió
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Franciaque
cedía Caminó
ni se por la crujía
precipitaba. entre
Pura los
tozudezmarineros
de y soldados
soldados. habíaya
abarrotaban
entrado—Seguro laque
nuevamente galera
algúneny sedíaacercó
liza con a proa,tiempo
España.
tendremos donde
Pese a lo sebrioso
de encontraba
ponernos y a las
a
el capitán
veces
prueba díscolo don
—dijoque Ricardo
su corta
al fin Villalobos
Lorenzo, edadsin apoyado
le hacía en la cureña
ser, pronto destacó ante
amilanarse. de la
moyana,
los ojos con la camisa
de sus oficiales blanca que ya era gris abiertaocasiones
hasta el
—Comprended mis al demostrar
dudas, capitán enLeone,
numerosas después de lo
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina dey un
la Virgen
valor del rozaba
Carmen,
ocurrido en Castelnuovo, con los leones de Sanque Marcos ne- la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose con haciéndole
su acero una sombra en la cara
buena reputación y los ojos
entre
gándose cobardemente a combatir y pactando con el Turco…
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—No tengo
puerto de Corona. nada que ver con eso, yo no estaba allí.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
—Ni vos ni ningún
La galera española otro veneciano, así que no os de preocupéis.
adinerados a Italia, Martínvolvía entre a Italia
ellos, después
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a Hubo
corso otro delicias
berberisco
múltiples momento
en quela dería silencio,
de Tetuán.
aquella la tensión
tierra Las que
naves
ofrecía a lospodía
capturadasper-
holgados
cibirse
habían
de bolsa,engastándoselo
sido elmás
ambiente era densa
bien pocas—apenas
todo como
en festines humofusta
alguna
milaneses de pólvora
yenemiga—y que-
en bellezas
mada.
el botín Resultaba
escaso.
napolitanas, metiendo obviomano que en en otro
todocontexto,
lance y mujer en otro lugar,
hermosa
las espadas
que Eranle
Dios habrían
tiempos
ponía salido
aciagos
en su para
camino. delossus vainas
podíahacía
españoles
Nada en elrato, y lospues
Mediterráneo.
reprochársele, dos
lo mayoría
la sabían;los
Mientras pero por
detercios
los encima
de
soldados de sus se
los Austrias
jóvenes cuestiones
habían
hacían personales
loconvertido
mismo, enpri-
atraídoslos
maba
dueños
por su deber,
de los
aquella su
campos
tierra lealtad hacia
de batalla
extranjera y ricaensu señor,
de Europa, fuese quien
la que losenespañoles fuese.
las aguaseran del
Aquel
dueños. no
Mare Nostrum iba
Para ellosa ser
cada el momento.
vezera
Italia eracomo Las
más difícil peleas
un generoso estaban
contener penadas
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
173
15
con Poco más tarde,
la muerte en las tras la batalla
galeras. de Gelves
Si se diera contra
el caso el Turco,
el capitán Vi-
que resultó
llalobos penosa los
reventaría jornada
sesospara las armas de
del veneciano católicas y donde
un pistoletazo
ay punto estuvoahorcar
luego haría de dejar la piel, regresó
a Martín del árbola mayor.
España,Eldonde
duquevivió
no
entre
podríaSevilla y Madrid.
reprocharle nada,Ysucuando
barco susvioreglas.
esfumados todos sus
ahorros Martín
Así que sentó miró
Lorenzo plazadistraído
de nuevolaeninmensa
la escuadra de galeras
superficie del
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
mar. Las primeras luces grisáceas del amanecer clareaban el que había
crecido tras
cielo, que una seriealgo
se antojaba de nuboso
victorias obtenidas
aquella porDespués
mañana. el temible
se
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
levantó, recogió su manta y, sin decir nada, regresó a la carroza
El poderoso
de popa perseguido rey por
Felipe II, paladín
la furiosa de del
mirada la causa
soldado católica por
español.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba
Durante más la fondos
tarde del entercer
turbios
díanegocios
de travesíapara su beneficio
la Magdalena
que en proporcionar
surcaba rápida las aguasapoyo dela Mediterráneo,
quienes defendían la religiónyacon
sobrepasada la
uñas y dientes—,
altura de Cerdeña. había heredado
El piloto de suel
mantenía padre
rumbo, la titánica guerra
con levante a
contra
la zurdael yTurco,
ponientequea la
junto a la corona de Castilla y Aragón
diestra.
era la potencia
Algunos más grande
marineros del mundo, embarcándose
desempeñaban funciones de carpin-en una
contienda que duraría
tería arreglando casi doscientos
el tablazón años,obenques
roto y algunos interrumpida sólo
dañados
por cortas
en el treguas,
combate del ydía
cuyo campoLa
anterior. de tripulación
batalla principal
habíaeran las
tenido
aguas
pocasdel Mediterráneo.
bajas, media docena entre muertos y heridos de grave-
dadLa casa
a los quedeelHabsburgo,
barbero nocontando con sus
había podido vastas posesiones
salvar.
y conHacia
el orolasynueve
la plata
de llegados
la noche,de las Indias,
cuando el sol gastaba hasta el
ya no calentaba
último maravedí
tanto, el en luchar
vigía alertó con susa brazo
voces apartido
toda lacontra todos sus
tripulación. Se
enemigos, que no eran pocos, pues además de
arrejuntó la gente en proa y el capitán Villalobos salió de lala abierta
hostilidad
toldilla ende mahometanos,
camisa, acompañado franceses,
por el venecianos, holandeses
piloto y un paje que le
ysostenía
alemanes protestantes, ahora
el sombrero y un catalejo.la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
En pocos minutos pudo verse con claridad la silueta de la
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
isla de Sarissa enfrente de ellos, en diagonal con la amura de
uno contra todos.
estribor. A medida que se acercaban se iban distinguiendo sus
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
174
velamen.
escarpados Apartó la manta
acantilados mojada que
y colinas por ascendían
el relente nocturno
cubiertasyde se
puso
verdeen pie, se abotonó
vegetación. Los árbolesla camisa
eran y, haciendo
anchos y de cuenco
copa baja. conLaslas
manos, cogió agua
rocas, grises de una tinaja
y redondeadas, y se lavó
pulidas el rostro,
durante espabilándose.
siglos por el mar.
Las
Trasgotas resbalaron
ella también por su cara
sobresalían sin grandes
las tres afeitar, que Islastenía
Eolias. bellas
Lí-
I
facciones,
pari delante, aunque del ojo
la mayor de izquierdo bajaba Salina
ellas, y después hasta la mitad de
y Vulcano.
la mejilla
Todas ellasuna delgada cicatriz.
escarpadas Tenía una
islas volcánicas nariz recta
de piedras grisesy ylabios
pro-
fifundos
nos quecráteres.
solía torcer Era de allílado
dondeen una media sonrisa
los griegos, cuando algo
en la antigüedad,
le divertía.
creían Su ceño,
que vivía que por
el herrero maníay osus
Hefesto costumbre
cíclopes. casi siempre
mantenía
No erafruncido,
Martín de extrañar
la Vega le era
daba profundidad
quesoldado
aquellos rey adefuesen
delislotes su mirada,
España, escogidos
como comolo
si estuviese
por los
había sido atento
corsarios
su padrecomo a todo.
bajo refugio Se mojó también
durantedel
los estandartes el pelo
susemperador castaño
campañasCarlos. de sa-y
revuelto
queo. y sedifíciles
lo echó de hacia atrás, despejando la que
frente surcada
SeEran
alistó muy joven localizar
como para un piloto
arcabucero en el no los co-
tercio de
por unos
nociese débiles
con trazos.
anterioridad. Bajo sus acantilados se formaban
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
cuevas
hacia Caminónortepor
el profundas de la crujía entre
queyservían
Italia de allí los
ade marineros
escondite.
Flandes, dondeyLas
soldados
orillasque
Francia eranya
había
abarrotaban
entrado y delapoco
rocosas nuevamente galera y se
calado,
en lizaacercó a proa,
peligrosas
con España. donde
y Pese
sólo losebrioso
encontraba
aaccesibles ypara
a las
el capitán
marinos don
expertos. RicardoLos Villalobos
turcos lo apoyado
eran en
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la
extremo, cureña
pero de la
por
moyana,
suerte
los ojoslos con
de la ofi
españoles
sus camisa blanca
también.
ciales que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho, Unos
cualidades donde hilos
como brillaba
de un
sangre humo escapulario
fría, dey un
gris ascendían
disciplina la Virgen
valorhaciadel rozaba
que Carmen,
el cie- la
el
lo ancho
desde bonete
el ladeado
lado opuestohaciéndole
de la sombra
isla;
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
sin la cara
duda sey los ojos
trata-
fiba
losjoscamaradas.
en el
de horizonte,loenque
hogueras, las siluetas que dibujaban
daba esperanzas a loslas tripulan-
torres del
puerto dede
tes Después laCorona.
Magdalena
de varias de que losmuchos
campañas otomanos siguieran
soldados allí.
volvieron
La galera
Lorenzo
adinerados entró española
conMartín
a Italia, Próspero volvía
entreena laItalia
ellos,carroza,después
arrojándosedonde de combatir
sinelempacho
capitán
al
a corso
Villalobos,
las berberisco
múltiples el alférez
deliciasenAcuña,
la ría
que de
aquellaTetuán.
el piloto deLas
tierra naves
la galera
ofrecía ycapturadas
a los Afonso
holgados el
habían
portugués
de bolsa,sido más bien pocas—apenas
esperaban
gastándoselo en
todo torno a unaalguna
en festines mesa fustayenemiga—y
apuntalada
milaneses a las
en bellezas
el botíndel
tablas
napolitanas,escaso.
suelo a modo
metiendo mano de cámara
en todode mando.
lance y mujerAl igual
hermosaque
prácticamente
que Eranle
Dios poníatodos
tiempos sulos
aciagos
en soldados
para
camino. los viejos,
españoles
Nada Lorenzo tenía pues
en el Mediterráneo.
podía reprochársele, por
costumbre
Mientras
la mayoría analizar
losde tercios dea sus
los soldados compañeros
los Austrias
jóvenesse de lo
habían
hacían viaje. Durante
convertido
mismo, enlos
atraídoslos
días
dueños
por que llevaba
de los
aquella de
campos
tierra travesía
de batalla
extranjera se había
y ricaen dedicado
de Europa, a
la que losenespañolesello, fiján-
las aguaseran del
dose
dueños. en
Mare Nostrum cómo
Para ellos luchaban,
cada vezera
Italia cómo
eracomo dormían,
más difícil comían,
contener
un generoso hablaban
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
175
15
Poco más
o callaban. El tarde,
capitántras la batallaledeparecía
Villalobos Gelves un contra el oficial
típico Turco,
que resultó
español, penosa
curtido jornada para
y dedicado las armas
en cuerpo y alma católicas y donde
a su oficio. Era
arudo
punto
y aestuvo
veces de
un dejar la piel,deregresó
poco tosco maneras a España,
pero sabía donde vivió
hacerse
entre Sevilla
respetar, algoyqueMadrid.
Lorenzo Y admiraba.
cuando vioElesfumados
alférez Acuña todos
era sus
un
ahorros
hombreMartín
rubio desentó
tez yplaza de nuevo
de barba, sumisoen laa escuadra
su capitán dey galeras
por lo
de
queNápoles paradurante
había visto luchar el contra la amenaza
combate, muy diestroturca,con
que había
el arca-
crecido
buz. Deltras una
piloto serie
sólo sabía dequevictorias obtenidas
tenía origen por el
genovés, y atemible
juzgar
corsario Dragut de
por su manera sobre las armadas
trabajar cristianas.
se conocía el Mediterráneo como
la palma de su mano.
El poderoso Por último
rey Felipe Afonso
II, paladín de ella portugués,
causa católica quizás
por
el soldado más peligroso de todos los que
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que se encontraban en
la galera, ancho
empleaba de hombros
más fondos y connegocios
en turbios manos enormes, lo había
para su benefi cio
visto arrasar la cubierta del navío turco segando
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con enemigos
comoy si
uñas fueran hierbajos.
dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
contraLoselespañoles
Turco, que junto a no
en general la corona
acababan de de
Castilla
caerle ysimpáti-
Aragón
era
cosla potencia
debido a esamás grandeque
altanería del siempre
mundo, demostraban,
embarcándoseaun en una
así
contienda
había queque duraríaque
reconocer casilos
doscientos años,eran
allí reunidos interrumpida
una tropa quesólo
por cortasser
merecía treguas, y cuyo
respetada, campo
incluso de batalla
temida. Era principal eran las
bueno conocer a
aguas del Mediterráneo.
los camaradas, la gente con la que vas a combatir hombro
con Lahombro.
casa deLorenzo
Habsburgo,conocía bien la
contando conguerra, cuando
sus vastas empe-
posesiones
yzaba
con la
elrefriega
oro y layplata
sólo Dios reconocía
llegados de lasaIndias,
los suyos, tenerhasta
gastaba a unos
el
buenosmaravedí
último compañeros en al lado era
luchar importantísimo.
a brazo partido contraGente
todosrudasus
y
decidida, que
enemigos, quenonoibaeran
a huir aunque
pocos, la mitad
pues además yaciesen
de la inertes
abierta
en el suelo.
hostilidad dePor lo menos eso
mahometanos, era algovenecianos,
franceses, que tenían holandeses
bueno los
yespañoles,
alemanes combatiendo
protestantes, no tenían
ahora rival relación
la mala y preferían morir
entre que
la corte
dar la espalda
española al enemigo.
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro,
Elaunque
capitánera el español
Villalobos un imperio
levantó la vistaenorme y temible,
del plano era
que estu-
uno contra
diaba todos.
con curiosidad y, viendo que ya estaban todos, comen-
zó aAquella
hablar: mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
176
velamen.
—No Apartó
podemos la asegurar
manta mojada que elpor humoel relente
procede nocturno
del campa- y se
puso
mento enturco
pie, se peroabotonó
parecelalocamisa y, haciendo
más probable. Debencuenco haber con las
fon-
manos,
deado su cogió aguaen
galera delauna playatinaja y se lavó
grande el rostro, espabilándose.
y aprovechado las ruinas
Las gotastorreón
del viejo resbalaron parapor su cara sin
acuartelarse allí.afeitar,
Hay que quedesanidarlos
tenía bellas
I
facciones,
y rescataraunque del ojo izquierdo
a las prisioneras bajabaen
cuanto antes, hasta
estalaocasión
mitad de el
la mejilla
tiempo una en
juega delgada
nuestra cicatriz.
contra.Tenía una nariz recta y labios
finosLorenzo
que solíaobservó
torcer de el lado
planoendurante
una media unossonrisa
segundos. cuando Eraalgo
un
le divertía. Su ceño, que por manía
dibujo elemental, esbozado rápidamente pero bastante preci-o costumbre casi siempre
mantenía
so, que
Martín fruncido,
representaba
de la Vega lelaera
daba yprofundidad
islasoldado
la situación
del rey deadesu
la mirada,
galera.
España, comocomolo
si estuviese
había sido suera
Sarissa atento
padre a
unbajo todo.
pequeño Se mojó
los estandartes también
islote endel el pelo
emperador
forma castaño
de punta dey
Carlos.
revuelto
flecha y se lo echó ohacia atrás, despejando
de largo, la frente surcada
Se de unas
alistó muyseis joven sietecomo millas arcabucero completamente
en el tercio de
por unos débiles
despoblado trazos. de árboles. Las únicas edificaciones
y cubierto
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
que Caminó
se por
mantenían
hacia el norte de Italia la crujía
en ypie deentre
allí los
eran a lasmarineros
ruinasdonde
Flandes, y soldados
del Franciaque
minarete ya
y de
había
abarrotaban
las antiguas
entrado la galeraen
murallas,
nuevamente y que
se
lizaacercó
muchos
con a proa,
España. años donde
atrás
Pese sebrioso
encontraba
a loguardaban el
y a las
el capitán
pozo
veces de agua
díscolo don que Ricardo
dulce. La Villalobos
su corta galera
edad le apoyado
española
hacía en lasituada
estaba
ser, pronto cureña
destacóade la
dos
ante
moyana,
millas
los ojosalde con la ofi
noroeste
sus camisa
de lablanca
ciales y elque
islademostrar
al ya en
campamento eranumerosas
gris turco
abierta se hasta
encon-
ocasiones el
pecho,
traba en
cualidadesdonde
unacomo brillaba
playa unfría,
grande
sangre escapulario
en el otrode
disciplina la Virgen
extremo,
y un valoralque del Carmen,
sureste.
rozaba la
el ancho
temeridad,
—Si nosbonete ladeado
labrándose
acercamos haciéndole
connavegando
su acero una sombrabuena
para en la cara y los
reputación entre
desembarcar ojos
aquí
fijos
los en el
camaradas.
—dijo horizonte, en las siluetas que
Lorenzo posando el dedo índice sobre la playa gran- dibujaban las torres del
puerto
de—, de Corona. que rodear toda la isla y los vigías turcos
tendríamos
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
nos verían allegar. española
Italia, Eso
Martínlesvolvía
daría a
entre tiempoItalia
ellos, adespués de
hacerse fuertes
arrojándose combatir
sin empachoen el
al corso
atorreón berberisco
y acribillarnos
las múltiples en
delicias que la ría
mientras de Tetuán.
aquellanos Las
acercamos.
tierra naves capturadas
ofrecía a los holgados
habían
de bolsa, sido
—Estoy más
gastándoselo bien
de acuerdotodo pocas—apenas
en festines
—apuntó alguna fustayenemiga—y
milaneses
el alférez Acuña—. en Podría-
bellezas
el botín escaso.
napolitanas,
mos usar la metiendo
artillería de mano en todo
a bordo, perolance
no creoy mujerque seahermosa
muy
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada podía
efectiva, y si esos perros se encierran detrás de las murallas en el Mediterráneo.
reprochársele, puesa
Mientras
la mayoría losde tercios
los de
soldados los
ver cómo los sacamos con cincuenta hombres.Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en los
atraídos
dueños
por depodemos
aquella
—No los campos
tierra de batalla
extranjera
acercarnos y rica
a la en Europa,
deplaya
la que losenespañoles
grande las
conaguas del
eran
la gale-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
177
15
Poco
ra, eso más tarde,
seguro tras laVillalobos—.
—sentenció batalla de Gelves
Sería contra el Turco,
como anunciar
que resultó
nuestra penosa
llegada con jornada
trompetas. paraLalas armas
mejor católicas
opción y donde
es desembar-
acar
punto estuvo
en otro de lejos
lugar, dejardelalapiel, regresó
torre, a España,ladonde
aprovechando vivió
oscuridad
entre Sevillapara
de la noche y Madrid.
acercarnosY cuando vio esfumados
a pie y darles todos sus
un mal despertar a
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
esos infieles.
de Nápoles
—Acercarseparaaluchar
la costacontra la amenaza
de noche turca,
es peligroso que había
—opinó Lo-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
renzo—, podríamos chocar contra las rocas o quedarnos cla- el temible
corsario
vados enDragut sobre
un banco de las armadas cristianas.
arena.
El
—Espoderoso
una costa rey peligrosa,
Felipe II, paladín
hay muchade lapiedra
causa católica
–añadiópor el
encima de todo—incluso
piloto, apoyando por encima del Papa de Roma, que
al veneciano.
empleaba
—¡Como más si fondos
nos cantanen turbios negocios
las sirenas paraatarse
y hay que su benefi cio
al palo
que en proporcionar
mayor, apoyo a el
pardiez! ­—contestó quienes defendían
capitán, recio ylacontundente
religión con
uñas
comoy dientes—,
siempre—.había Habrá heredado de su padreNos
que arriesgarse. la titánica guerra
acercaremos
contra
despacioel yTurco, que junto
con buena letra. aMejor
la corona de recibir
eso que Castillagranizo
y Aragón
de
era la potencia más grande del
los arcabuces turcos como bienvenida. mundo, embarcándose en una
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
Próspero no abría la boca. Su condición le permitía asistir
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
a la reunión de los oficiales, pero su experiencia en táctica
aguas del Mediterráneo.
militar era mínima, así que se limitaba a asentir desde atrás
La casa
cuando de Habsburgo,
Lorenzo hablaba. contando
De vez encon sus vastas
cuando posesiones
el veneciano le
ydedicaba
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
alguna mirada amable, tranquilizadora, para que hasta el
último maravedí
no se sintiese tanen luchar a brazo partido contra todos sus
incómodo.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
—¿Cuánta gente nos encontraremos en el campamento?
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
—quiso saber Acuña.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—Según
española la información
y la Inglaterra que me
isabelina proporcionó
amenazaba el duque
un nuevo losy
frente,
turcosaunque
claro, son unera centenar entreunsoldados
el español imperioyenorme
marineros —contes-
y temible, era
tó Villalobos.
uno contra todos.
—¿Jenízaros?
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
178
velamen.
—HayApartó
una docena, la manta quizámojada
más. por el relente nocturno y se
puso—Hijos
en pie,de seputa…
abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, Loscogió agua de
Jenízaros eranunalostinaja y se lavó
guerreros de el rostro,
élite espabilándose.
del ejército otoma-
Las gotas resbalaron por su
no, el equivalente a los temibles soldados cara sin afeitar, que tenía
de los tercios españo- bellas
I
facciones, aunquesuizos
les o los guardias del ojo de izquierdo bajaba hasta
Roma. Adiestrados desde lapequeños
mitad de
la mejilla
para una delgada
el combate, cicatriz. yTenía
bien equipados con una unamoral
narizde recta
hierro,y labios
eran
fiun
nos que solía torcer de lado en
enemigo contra el que nadie deseaba combatir.una media sonrisa cuando algo
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
El Gran Turco creaba estas unidades a partir de niños
mantenía
Martín fruncido,
de la oVega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
griegos, serbios búlgaros apresados como rehenes, que re-
si estuviese
había atento a todo. Se mojó también el pelo castaño y
cibíansidounasu padre
dura bajo los estandartes
preparación física y eran delinstruidos
emperadorenCarlos. la re-
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
ligiónSe musulmana
alistó muy yjoven comohacia
en el odio arcabucero en el tercio de
la cristiandad.
por unos débiles trazos.
Navarrete,
—Por eso gracias a viejos
es esencial conocidos
acercarse de su familia,
en silencio y que elyataquepartió
hacia Caminó
el norte por la crujía
de Italia y—dijo entre los marineros
de allíela capitán. y soldados
Flandes, donde Francia había que ya
los coja desprevenidos
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
Los presentes intercambiaron miradas y asintieron va-
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
rias
moyana,veces concon la
la ofi cabeza.
camisa Todos los que estaban allí se habían
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasioneshasta el
enfrentado
pecho, donde alguna
brillaba vez a esas
unfría, tropas
escapulario y sabían de lo que eran
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
capaces.
el ancho bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
—¿Cuántas
fijoscamaradas.
los en el horizonte, entradasen lasllevan
siluetas al patio? —se interesó
que dibujaban el alfé-
las torres del
rez—.¿Alguno
puerto de Corona. ha estado antes allí?
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Lorenzo
La galera
adinerados dio
a Italia, unMartín
española paso volvía
alentre
frente.a Italia
ellos, después de
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a corso
—Yo berberisco
visitédelicias
múltiples la islaenunala ría
que vez decuando
aquella Tetuán. Las
servía
tierra naves
en las
ofrecía a los capturadas
galeras
holgadosde
habían
Venecia,
de sido más bien
durante un viaje
bolsa, gastándoselo pocas—apenas
todoen enelfestines alguna
que fondeamos fusta
milaneseseny esa enemiga—y
misma
en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
isla para coger agua delmano
metiendo pozo. en Si notodorecuerdo
lance ymal sólo hermosa
mujer hay una
puerta.
que EranLa
Dios le muralla
tiempos
ponía en está
aciagos
su ruinosa
para
camino. los y tiene
podíaalgunos
españoles
Nada huecos pues
en el Mediterráneo.
reprochársele, por
losmayoría
la que selos
Mientras puede los pasar,
detercios de los
soldados pero solamente
Austrias
jóvenes se sería
habían
hacían posible atraídos
loconvertido
mismo, hacerlo
en los
de dos
dueños
por en
dedos
aquella los como
campos
tierra mucho, así
de batalla
extranjera que
y rica delos
en laturcos
Europa,
que losenloespañoles
tendrían
las aguasfácil del
eran
para defenderlos.
Mare
dueños. Nostrum
Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
179
15
Poco
—¿Lamás tarde,
entrada tras la batalla
conserva de Gelves contra el Turco,
los portones?
que —Sí,
resultó penosa
pero jornada para las armas católicas y donde
muy deteriorados.
a punto
—Aun estuvo de dejar la cerrados
así, encontrarlos piel, regresó
seríaaun
España, donde
obstáculo vivió
grande...
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
—No aguantarían más de unos cuantos hachazos, pero el
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
ruido alarmaría a todo el campamento, eso sí.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
El alférez
crecido tras unaAcuña se volvió
serie hacia el
de victorias capitán, que
obtenidas por no
el aparta-
temible
ba la vista del plano.
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Volvemos
El poderoso al reyproblema
Felipe II,de los arqueros
paladín turcos.
de la causa católica por
Villalobos
encima torcía la boca
de todo—incluso pory encima
tamborileaba conde
del Papa susRoma,
dedos que
so-
bre la mesa,
empleaba másrebanándose los sesos
fondos en turbios para encontrar
negocios para su la mejor
benefi cio
estrategia posible.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—Ay dientes—,
mí también había heredado
es lo que másde mesupreocupa…
padre la titánica guerra
Encontrarlo
contra el Turco,
todo cerrado que
a cal juntoyaque
y canto la corona de Castilla
nos lluevan saetas yy balazos
Aragón
era la potencia
desde la torre. más grande del mundo, embarcándose en una
contienda que duraría
—De todas maneras casi
hadoscientos años, tiempo
pasado mucho interrumpida sólo
desde que
por cortas
estuve treguas,
en la y cuyo campo
isla —añadió de batalla
el veneciano–. principal
Quizá eran las
los portones
aguas
estén del
en Mediterráneo.
peores condiciones ahora. Además, el minarete es
viejoLay casa
está de
casiHabsburgo, contando
destartalado, no creocon suspuedan
que vastas posesiones
apostarse
ymuchos
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
tiradores, y desde luego es imposible aparejarle hasta el
pie-
último maravedíarriba.
zas de artillería en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que Villalobos
El capitán no eran pocos, puesa su
se acogió además de la abierta
pragmatismo habi-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
tual de perro viejo. A lo básico. Echando mano de los trucosholandeses
yaprendidos
alemanes protestantes,
tras años deahora
asaltosla nocturnos
mala relación entre la corte
y cabalgadas en
española
Berbería. y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
—Haremos lo siguiente: cuando caiga la noche nos acer-
uno contra todos.
caremos lentamente a la isla y desembarcaremos en alguna
zonaAquella mañana
al norte. de septiembre,
Avanzaremos rápido yMartín se despertó
en silencio con el
cruzando el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
180
velamen.
islote a pie Apartó la mantadesde
y atacaremos mojada el por
esteelcuando
relentesalgan
nocturno y se
las pri-
puso
meras enluces
pie, del
se abotonó
alba, así la el camisa y, haciendo
sol deslumbrará esecuenco con las
lado y oculta-
manos,
rá nuestracogió agua deSiuna
llegada. tinaja ymala
tenemos se lavó el rostro,
suerte y lasespabilándose.
puertas están
Las gotas los
cerradas resbalaron
arcabuceros por nos
su cara sin afeitar,
cubrirán mientras quelas tenía bellas
abrimos,
I
facciones,
llevaremosaunque varios del ojo izquierdo
hombres con hachas bajabaparahasta la mitad Si
tal menester. de
la
la mejilla
Fortunauna nosdelgada
sonríe ycicatriz. Tenía una
están abiertas nariz recta
entramos rápidoy ylabios
ma-
fitamos
nos quesinsolía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
cuartel.
le divertía. Su ceño,
En la última que por
palabra manía osecostumbre
el capitán pasó el pulgarcasi siempre
por la
mantenía
garganta. fruncido, le daba profundidad
Martín de la Vega era soldado del rey de España, como a su mirada, como lo
si estuviese
había atento
sido su padre
—Ris-ras abajo los estandartes del emperador Carlos.y
—concluyó. todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó
Todos muy joven
aprobaron como
la idea, dadasarcabucero en el tercio
las circunstancias era deel
por unos débiles trazos.
Navarrete,
mejor plan.gracias
No había a viejos
mejor conocidos
manera dede su familia,
limpiar y partió
un castillo lle-
hacia Caminó
no deelturcos por
norte que la crujía
de Italia entre los
y de allí sobre
abalanzarse marineros
a Flandes, ellosdondey soldados
mientras Francia que
había
dormían. ya
abarrotaban
entrado
A degüello. la galera
nuevamente
Sin dejaren y se
uno acercó
lizacon
convida. a proa,Pese
España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesEldíscolo don Ricardo
que su Villalobos
corta edad apoyado
le hacía ser, en la cureña
pronto destacó de la
ante
portugués carraspeó aclarándose la garganta, mientras
moyana,
los ojos decon susla ofi
camisa
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
se rascaba el cogote cubierto por escaso pelo rapado. Era el
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina dey un
la Virgen
valor del rozaba
que Carmen, la
único que no había hablado. El capitán le miró a los ojos, es-
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
perando sulabrándose
opinión. con su acero una buena reputación entre
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—Disculpad,
puerto de Corona. señor capitán, creo que hay un asunto im-
Después de varias campañas
portante que no hemos tenido en cuenta. muchos soldados volvieron
La galera española volvía a
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándoseItalia después de combatir
sin empacho
allas —¿De
corso qué
berberisco se trata,
en quecaporal
la ría Duarte?
de Tetuán.
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
habían —El torreón
sido más se
bien encuentra
pocas—apenas a unos cincuenta
alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta pasos
enemiga—yde la
puerta
el botínprincipal,
escaso.
napolitanas, metiendoy seguramente
mano ensea todo el lugar
lancedonde
y mujer tienen
hermosaa las
cautivas.
que Eranle
Dios Temo
poníalaen
tiempos posibilidad
aciagos parade
su camino. los que los
españoles
Nada podíacentinelas maten apues
en el Mediterráneo.
reprochársele, las
prisioneras
Mientras
la mayoría antes
losde los de
tercios entregarlas
de los Austrias
soldados jóvenessi ven
se el combate
habían
hacían en elatraídos
loconvertido
mismo, patio.
en los
dueños
por Intercambiaron
de los
aquella campos
tierra miradas yindecisas
de batalla
extranjera ricaen latodos
de Europa,
que loslos presentes.
enespañoles
las aguaseran Vi-
del
llalobos
Mare
dueños. lanzóellos
Nostrum
Para una
cada sonora
vezera
Italia erablasfemia
más difícil
como y respiró
un generosocontener hondo, echan-
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
181
15
Poco
do el airemás
por tarde, tras
la nariz la batalla
como un torodedeGelves contra
Jarama. Era el Turco,
hombre
que resultó
religioso penosa
pero jornada
eso no para ciscarse
le impedía las armasencatólicas
todos losysantos
donde
adel
punto estuvo cuando
calendario de dejaralgo
la piel,
salíaregresó
mal. a España, donde vivió
entre—¿Tenéis
Sevilla yalguna
Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
sugerencia?
ahorros Martín
—Podría sentó plaza
llevarme de nuevo
algunos hombresen la—dijo
escuadra de galeras
Afonso—, un
de Nápoles para luchar contra la amenaza
grupo poco numeroso para movernos con rapidez y rodearturca, que había
crecido trashasta
la muralla una laserie
basededel victorias
torreón.obtenidas por el
Al comenzar el comba-
temible
corsario Dragut ysobre
te atacaríamos las armadas cristianas.
mantendríamos a los centinelas ocupados,
Elque
hasta poderoso
lleguenrey Felipe II,
refuerzos paladín de la causa católica por
a socorrernos.
encima
—Side todo—incluso
el arráez por encima
de los turcos del Papa
es inteligente de Roma,
mantendrá la que
to-
empleaba más fondos en turbios negocios para su
rre vigilada por los jenízaros, será difícil hacerles frente sólobenefi cio
que
con en
unproporcionar apoyo a—objetó
puñado de hombres quienes eldefendían la religión con
alférez Acuña.
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
—Hay que intentarlo —contestó el portugués.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
Elpotencia
era la capitán Villalobos
más grandeclavó la mirada
del mundo, en Afonso durante
embarcándose en una
unos segundos, ensimismado, dándole vueltas a la
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo propuesta.
—Que treguas,
por cortas así sea —dijo
y cuyofinalmente, dando una
campo de batalla palmada
principal eranso-
las
bre la mesa—. Llevaos
aguas del Mediterráneo. a Martín con vos, que a ése le da igual
jenízaros
La casao de
lo Habsburgo,
que le pongan delante,
contando cony sus
a alguno
vastasmás de los
posesiones
ysoldados antiguos.
con el oro Losllegados
y la plata nuevos dejádmelos
de las Indias,a mí para elhasta
gastaba grupo el
grande. Por mi vida que mañana ondeará nuestro
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus estandarte
en ese maldito
enemigos, que torreón.
no eran pocos, pues además de la abierta
Salieron
hostilidad los oficiales de franceses,
de mahometanos, la toldilla,venecianos,
todos con instruccio-
holandeses
ynes claras de
alemanes lo que se iba
protestantes, a hacer,
ahora y transmitieron
la mala relación entre laslaórde-
corte
nes a los ysoldados.
española Rápidamente
la Inglaterra se iniciaronun
isabelina amenazaba losnuevo
preparativos
frente, y
para la
claro, incursión
aunque nocturna.
era el En imperio
español un el horizonte,
enormeel sol se hundía
y temible, era
en elcontra
uno mar. todos.
El astro parecía un disco de metal incandescente
y sus rayos mañana
Aquella de luz anaranjada serpenteaban
de septiembre, Martín seen la superficie
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
182
velamen.
del agua,Apartócada vez la manta
más tenues,mojadamientras
por el relente
el día nocturno
se oscurecía y se
puso en pie, se
lentamente. Se abotonó la camisaaire
había levantado y, haciendo
y la gentecuenco de marcon las
reco-
manos, cogió agua
gía el velamen pordetemor
una tinajaa losy se lavó elrepentinos
golpes rostro, espabilándose.
del viento.
Las
Por gotas resbalaron
precaución se habíapordescartado
su cara sinelafeitar,
encender quelos tenía bellas
hornillos
I
facciones,
de crujía para aunque del ojo
cocinar izquierdo
la cena, además bajaba hasta la
de apagar el mitad
fanal. El de
la mejillanouna
capitán queríadelgada
hacercicatriz.
ninguna Tenía
luz queunapudiese
nariz recta y labios
alertar a los
fiposibles
nos que centinelas
solía torcerturcos de lado deensuuna media sonrisa
presencia allí. cuando algo
le divertía. Su ceño,
Se le sirvió que los
a la tropa porrestos
manía deolacostumbre
comida anterior casi siempre
acom-
mantenía
pañados
Martín fruncido,
dede pasas le
y unas
la Vega daba
eratajadas profundidad
soldadodedel queso.
rey de a su
Aquél mirada, elcomo
seríacomo
España, últi-lo
si estuviese
mo rancho
había sido su atento
a disfrutar
padre bajoa todo.
antes Se mojó también
de armarse del
los estandartes y poner el pelo castaño
Carlos.y
pie a tierra.
emperador
revuelto
Afonsoy sellenó
lo echó hacia atrás,
su cuenco, cogiódespejando
un cuartillolaen defrente
vino ysurcada
buscó
Se alistó muy joven como arcabucero el tercio de
por
a unos
Martín débiles
con la trazos.
vista. Le vio sentado en su banco, masticando
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
un trozoel norte porde la
de bizcocho crujía
Italia entre
mientras
y de allí los marineros
arepasaba
Flandes, la y soldados
hoja
donde que
de su espada
Francia habíaya
abarrotaban
con la piedra
entrado lade
nuevamente galera
amolar y se
en acercó
y engrasaba
liza a proa,
con España. donde
los Pese
arreos.a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesEldíscolo don
portugués Ricardo
que su se corta Villalobos
sentóedad a su le
lado apoyado
hacía
y leser,
contó en
pronto la cureña
destacóde
los pormenores antela
moyana,
los
delojos
plan.deconsus la ofi
Martín, camisa
pese blanca
ciales que ya en
aallodemostrar
arriesgado era gris
numerosas
del abierta
asunto hastales
ocasiones
—pues el
pecho,
tocabadonde
cualidades como
la peor brillaba
sangre
parte— un escapulario
fría,
se disciplina
limitó dey un
a escuchar la Virgen
valor del rozaba
que
en silencio Carmen,
con su la
el ancho
temeridad, bonete
profesionalidad ladeado
labrándose haciéndole
con su
habitual. aceromiró
Luego sombra
una buena en
a su amigo la cara
reputación y los ojos
entre
dibujando
fi
losjos en el
un camaradas. horizonte, en
amago de sonrisa en los labios.las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
Después
—En otras depeores
varias estuvimos
campañas —comentómuchos soldados como sivolvieron
le diese
La
adinerados galera
a española
Italia, Martín
igual aquel plan o cualquier otro. volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naveslos
ofrecía capturadas
Entonces los dos cenaron en silencio, viendoa anochecer.
holgados
habían sido más bien pocas—apenas alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta enemiga—y
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Alumbrado
Eranle
que Dios poníapor
tiempos lacamino.
aciagos
en su escasa
para losluz que
españoles
Nada entraba
podía en la carroza
en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
de
la la
Mientras galera,
mayoría Lorenzo
losdetercios Leone
de los Austrias
los soldados se preparaba
jóvenesse habían
hacían para el
loconvertido combate.
mismo, atraídosen los
Se aseguró
dueños
por de los
aquella de
tierraque
campos su pistola
de batalla
extranjera estuviese
y ricaen lista
de Europa, para disparar
la que losenespañoles
las aguaseranydel
la
sujetóNostrum
Mare
dueños. en el cinturón.
Para elloscadaItaliaAquel
vez era artilugio
eracomo
más difícil relativamente
contener
un generoso moderno
a la
paraíso ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
183
15
Pococostado
le había más tarde, tras la batalla
una fortuna, de Gelves
pero también contra
había queelrecono-
Turco,
que resultó
cer que penosa
le había jornada
salvado para
la vida enlas armas
varias católicas
ocasiones, y donde
cuando al
averse
punto estuvode
cercado deenemigos
dejar la piel, regresóen
y superado a España,
número,donde vivió
un disparo
entre Sevillahabía
a bocajarro y Madrid. Y cuando
equilibrado vio esfumados todos sus
las cosas.
ahorros Martínajustó
Por último sentó deplaza
nuevode el
nuevo
jubónendelacuero,
escuadra de galeras
dándole doble
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
vuelta en el cuello para proteger la zona, y comprobó que su que había
es-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el
pada salía de la vaina sin dificultad. Sus movimientos mecánicos temible
corsario Dragut
y meticulosos desobre
soldadolasveterano
armadascontrastaban
cristianas. vivamente con
El poderoso
la torpeza rey Felipe II,
y la inexperiencia delpaladín de la causa
joven Próspero, quecatólica
se armabapor
encima
con manosde todo—incluso
temblorosas, casiporincapaz
encimadedel Papa de
sujetarse suRoma,
propia que
co-
empleaba más fondos
raza correctamente. en turbios
Lorenzo tenía lanegocios
impresión para su benefi
de que cio
el noble
que en proporcionar
llevaba rato queriendo apoyo a quienes
preguntar algo,defendían
por lo quela religión
mantuvocon la
uñas
miraday dientes—,
fija en loshabía heredadode
ojos nerviosos dePróspero,
su padrehasta
la titánica
que alguerra
fin el
contra el Turco,
joven habló con unque
hilojunto a quebrado
de voz la coronapor de laCastilla
congoja.y Aragón
era la potencia
—¿Es difícilmás
matargrande
a un del mundo, embarcándose en una
hombre?
contienda
Hubo que duraría casi
un momento doscientos
de silencio. años, interrumpida
Lorenzo se esperaba algu- sólo
por cortas treguas,
na pregunta de ese ytipo.
cuyoTorció
campo la de
bocabatalla
en unprincipal eran las
gesto dubitativo
aguas del Mediterráneo.
mientras buscaba la mejor respuesta posible, en ese momen-
La casa de
to Próspero se Habsburgo,
la merecía. contando con sus vastas posesiones
y con—Es
el oro
másy fácil
la plata llegados
de lo de laspor
que parece, Indias, gastaba
eso la guerrahasta el
es tan
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
peligrosa.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Había contestado sereno, en voz baja. Próspero asintió,
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
apartando la mirada.
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—¿Todo
española el mundo teme
y la Inglaterra morir?
isabelina —volvió un
amenazaba a preguntar.
nuevo frente, y
—Claro.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno En
contra todos.Lorenzo había aprendido que el terrible ner-
realidad
viosismo que
Aquella invade de
mañana a los soldados antes
septiembre, dese
Martín combatir
despertóescon
cau-
el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
184
sadoPoco más
por el tarde,
miedo al tras
dolor,la abatalla de Gelves
la sangre contra el Turco,
y a la mutilación, y no
que resultó penosa
exactamente por eljornada
miedo apara las armas
la muerte, católicas
al fin y donde
y al cabo todo
aelpunto
mundo estuvo
está de dejar la para
preparado piel, regresó a España,
morir. Pero no eradonde
momentovivió
entre Sevilla ya explicar
para ponerse Madrid. eso
Y cuando
al joven vio esfumados
Próspero, que yatodos sus
bastan-
ahorros
te tenía Martín
con los sentó
nerviosplaza
quede nuevo en la
le oprimían escuadra deLos
el estómago. galeras
ojos
de Nápolesdel
húmedos para luchar
joven noblecontra la amenaza
temblaban a la vez turca,
que que había
miraban,
crecido tras launa
fascinados, serie
hoja de sudeespada
victorias obtenidas
todavía virgen,por el temible
incapaces de
corsario
sostenerDragut
la miradasobre
delas armadas
Lorenzo porcristianas.
vergüenza a que el temor
por El
el combate
poderosopróximo
rey Felipele hiciera
II, paladínromper
de laa causa
llorar.católica por
encima de todo—incluso
—Cuando por encima
empiece la lucha manteneosdel Papa
detrásdedeRoma, que
mí —dijo
empleaba
Lorenzo en más fondos
un tono más engrave.
turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar
—Pero… tengo queapoyo a quienes
demostrar midefendían
valía. la religión con
uñas—Y y dientes—,
lo haréis,había heredado
pero tenéis que de su padre
regresar vivolaatitánica
Corona,guerra
es la
contra el Turco, que
voluntad de vuestro padre. junto a la corona de Castilla y Aragón
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—Mi padre ha luchado, incluso en grandes batallas.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
—Y vostreguas,
por cortas tendréis tiempo
y cuyo para de
campo hacerlo,
batallapor eso noeran
principal debéis
las
morir aquí hoy.
aguas del Mediterráneo.
Dicho
La casaeso, Lorenzo posó
de Habsburgo, por uncon
contando brevesusinstante su mano
vastas posesiones
yencon
el el
hombro
oro y ladeplata
Próspero,
llegadoscasi
depaternal,
las Indias,ungastaba
gesto de con-
hasta el
fianza que nunca antes se había aventurado
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus a hacer. El jo-
ven, imbuido
enemigos, que ennosueran
coraza y espada
pocos, pues al cinto, de
además respiró hon-
la abierta
do para intentar
hostilidad disipar los
de mahometanos, nervios. venecianos,
franceses, Lorenzo podía jurar,
holandeses
yque en la cara
alemanes aniñada ahora
protestantes, de aquel Patroclo
la mala relaciónse entre
veía refleja-
la corte
do a sí mismo años atrás, antes de su primer
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y combate.
Variasaunque
claro, horas después la galera
era el español unquedó
imperiofondeada
enormeen una peque-
y temible, era
ña cala de no
uno contra todos. más de cien varas de ancho, gracias a la pericia
del capitán Villalobos y del piloto, que consiguieron llevar a
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
cabo la maniobra sin chocar contra ningún escollo.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
186
velamen. ApartóIllescas,
El capellán la manta pesemojada
a ser por el relente
el menos santo nocturno
de cuantos y se
puso en pie, se abotonó
se encontraban en la galera la camisa
—sus malosy, haciendo
hábitoscuencole habían conlle-
las
manos,
vado allí,cogióen agua
vez de degozar
una tinaja
con lay se lavó el rostro,
comodidad de unaespabilándose.
residencia
Las
y una gotas resbalaron
sacristía—, por su
recorrió la cara
crujíasin deafeitar,
parte aque partetenía bellas
envuelto
I
facciones,
en su paletoque aunquemarrón del ojooscuro,
izquierdo dandobajaba hasta la amitad
absolución los sol-de
la mejilla
dados queuna delgadade
se cubrían cicatriz.
acero yTenía
afilaban unasus nariz recta y labios
armas.
finosAfonso
que solía torcer de
y Martín, lado enno
aunque una eranmedia sonrisa cuando
sumamente algo
religiosos,
le divertía.laSurodilla
hincaron ceño, en queelpor manía yo recibieron
tablazón costumbre lacasi siempre
bendición
mantenía
Martínfruncido,
del capellán decomo
la Vega le era
todo daba
el mundo,profundidad
soldado pues
del rey adesu
a los mirada,
españoles,
España, como
cuan-
como lo
si estuviese
do estaban
había atento
sido sujuntos, a
padre bajo todo.
a cristianosSe mojó también
no les ganaba
los estandartes el pelo castaño
nadie, luego
del emperador eny
Carlos.
revuelto
privado yyasecadalo echó hacia
unojoven
cumplía atrás,
condespejando
Dios a su manera.la frente surcada
Se alistó muy como arcabucero en el tercio de
por unos
Ya eradébiles
noche trazos.
cerrada cuando el grupo liderado por
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y Afon-
partió
so elCaminó
portugués por la crujía
avanzaba entre los
lentamentemarineros
entre
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Francia había y soldados
árboles y que
mato- ya
abarrotaban
rrales. La
entrado la galera
escasa
nuevamente luz de y la
en se
liza acercó
luna a proa,Pese
condificultaba
España. donde a losebrioso
la orientación,encontraba
ypues
a las
el
no capitán
se veía don
nada Ricardo
más alláVillalobos
de una apoyado
docena de
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
pasos.la cureña de la
moyana,
los ojos de
Martín con sus la ofi
iba camisa
ciales blanca
delante. que puesto
alSedemostrar
había ya en
eranumerosas
gris
sobre abierta hastaun
ocasiones
el coleto el
pecho,
gruesodonde
cualidades jubón como brillaba
cueroun
de sangre escapulario
fría,
acolchado.disciplina dey un
También la Virgen
valor
llevaba del
que Carmen,
unrozaba
pañue- la
el ancho
temeridad, bonete
lo color granate ladeado
labrándoseanudado haciéndole
con alrededor
su acero una sombra
debuena en
las sienes la cara
reputación y
para quelos ojos
entre
el
fijos
los
pelo en el
camaradas. horizonte,
no le molestase. en las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
Después
Notaba ladepresenciavarias campañas
de Afonsomuchos a su lado, soldados
quien volvieron
iba bien
La
adinerados galera a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos,
protegido por una media armadura ennegrecida con hollín después
arrojándose de
sin combatir
empacho
al
a corso
las
para berberisco
múltiples
evitar delicias
reflejos eninoportunos.
la ría
que de Tetuán.
aquella Todo Las
tierra ofrecía
aquel naves capturadas
a los
acero holgados
restaba
habían
de sido más bien pocas—apenas
movilidad pero aumentaba de forma muy significativabellezas
bolsa, gastándoselo todo en festines alguna
milaneses fusta y enemiga—y
en las po-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance
sibilidades de sobrevivir a una sangrienta refriega. El portu- y mujer hermosa
que Eran
guésDios
tambiéntiempos
le ponía aciagos
en
portaba su un para
camino.
pesadolos españoles
Nada enunelespadón
Mediterráneo.
podía reprochársele,
montante; apues
dos
Mientras
manos de más de vara y media de largo, bien equilibradolos
la mayoría losde tercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídos y
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de Europa,
la
con una bonita empuñadura en forma de cruz, de los llamados que losen las aguas
españoles del
eran
Mare
dueños.
García Nostrum
Para
de cada
ellos
Paredes envez
Italia eracomo
era
honor amás difícil contener
un generoso
un soldado español, aantiguo
paraíso la ingente
bañadode
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
187
15
Poco más
los tiempos detarde, tras Católicos
los Reyes la batalla ydeelGelves contra elque
Gran Capitán, Turco,
ar-
que
mado resultó
con un penosa jornada
montante como para
aquellassembró
armas el católicas y donde
terror entre las
afilas
punto estuvo durante
otomanas de dejar el laasedio
piel, regresó a España,
a Cefalonia. donde vivió
El mandoble es-
entre Sevilla yen
taba entrando Madrid.
desuso Y cuando vio
a mediados del esfumados todos era
XVI pero todavía sus
ahorros
un armaMartín
terriblesentó plaza de
en manos de un
nuevo en lafornido.
hombre escuadra de galeras
de Nápoles
Detrás depara luchar
ellos contra otros
avanzaban la amenaza
cuatroturca, que elegi-
soldados había
crecido tras una serie por
dos meticulosamente de victorias obtenidas
Afonso, todos ellos por
bienelarmados
temible
corsario Dragut
y curtidos comosobre las armadas
un coleto de piel.cristianas.
Martín conocía a tres: al
El poderoso
sevillano Enrique rey Felipe II,
Corrales, paladín
viejo amigodedela las
causa católica
galeras y buenpor
encima
compañerode todo—incluso por encima
a la hora de apretar del Papa
los dientes y dardeestocadas.
Roma, que A
empleaba másy fondos
un vasco alto en turbios
rubio llamado negocios
Izaguirre para Ramírez,
y a Jesús su benefiuncio
que en proporcionar
leonés veterano de mil apoyo a quienes
batallas. Del defendían
último supo la religión
su nombrecon
uñas y dientes—,
un momento había
antes de heredado
ponerse en de marcha,
su padre un la titánica guerra
tal Julián de
contra el Turco,
la Torre, que junto
valenciano. Eran loa la corona
mejor de Castilla
de cada y Aragón
casa, con buen
era
ojo la potencia
para más ygrande
el arcabuz delmanos.
ágiles de mundo,Cualquiera
embarcándose en una
de ellos era
contienda que duraría
claro ejemplo casiladoscientos
de por qué infanteríaaños, interrumpida
española era temida sólo
y
por cortas
odiada en treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
todo el mundo.
aguas delseis
Los Mediterráneo.
hombres caminaron a tientas durante un par de
horasLaacompañados
casa de Habsburgo,
por el contando
rumor de con sus vastas
los grillos, posesiones
descendiendo
yhasta
con eluna
orozona
y la rocosa
plata llegados de las Indias,
que desembocaba engastaba
la playa, hasta el
cerca
último maravedí
del castillo. en luchar
A lo lejos a un
se veía brazo partido
punto de luzcontra todos por
provocado sus
enemigos, que antorcha,
un fanal o una no eran así pocos, pues
que se además
guiaron deavanzando
por él, la abierta
hostilidad
con el agua dehasta
mahometanos, franceses,
las rodillas venecianos,
por un lago estrechoholandeses
cuya ori-
ylla
alemanes
lamía la protestantes, ahora la El
base de las murallas. mala
aguarelación entre
estancada la corte
hacía del
española
suelo unylodazal,
la Inglaterra isabelina
y el olor amenazaba
a vegetación un nuevo
putrefacta frente, y
inundaba
claro, aunque
el aire. era el español
El portugués sumergíaunsuimperio
espadónenorme y temible,
en el agua era
del lago
uno
paracontra
medirtodos.
su profundidad y no dar un mal paso. No era el
mejor de losmañana
Aquella caminos,de pero era razonablemente
septiembre, fácil seguir
Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
188
velamen.
la ribera Apartó
para dar la con
manta mojada
el lugar por el relente
indicado nocturno
y no perderse y se
o dar
puso
círculos en pie,
en laseoscuridad.
abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de
Continuaron una tinaja y se
deslizándose enlavó el rostro,
silencio entreespabilándose.
la maleza.
Las gotas resbalaron
Ninguno de ellos llevaba morrión por su cara sin afeitar, que tenía bellas
I o casco, por lo aparatoso
facciones,
del asunto.aunque Sabíandel queojo izquierdo
si eran bajaba hasta
descubiertos por loslaturcos
mitadse- de
la
ríanmejilla una delgada
descuartizados sincicatriz.
oportunidadTeníade una narizayuda
recibir recta alguna.
y labios
fiTampoco
nos que solía torcercon
llevaban de lado
ellosenpistolas
una media sonrisa cuando
ni arcabuces, algo
tan sólo
le divertía.
armas Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
blancas.
manteníaMartínfruncido,
de la Vega
notaba lalehumedad
daba
era profundidad
soldado del rey ade
filtrándose porsu mirada,
España,
los como
agujeros comodelo
si
habíaestuviese
sido su
sus botas; atento
porpadre a todo. Se
bajo lossabía
experiencia mojó
estandartes también
que unadel el pelo
emperador
noche castaño
entera con losy
Carlos.
revuelto
piesSe fríosy significaba
se lo echó varios
hacia atrás,
días de despejando
tener la cabezala frente surcada
caliente.
alistó muy joven como arcabucero en el tercio Ya de
por
lo unossufrido
había débiles en trazos.
sus carnes más de una vez, acostumbrado a
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
vigilias el al
norte por
pairo,de la crujía
con
Italia entre
uny frío
de dellos
allí marineros
ademonio,
Flandes, y soldados
esperando
donde Franciaa queque ya
los
había
abarrotaban
centinelas
entrado seladurmiesen
nuevamente galeraen y se acercó
para
liza a proa,
conasaltar
España. una donde
Pese a losebrioso
trinchera encontraba
enemiga,
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
degollar don
hasta Ricardo
al paje Villalobos
tambor y apoyado
apuntalar los en la
cañones.cureña ante la
moyana,
los ojos decon
La ribera susla
del camisa
ofi ciales
lago blanca que ya en
al demostrar
estaba resbaladiza, eraynumerosas
gris abierta
cada vez que hasta
ocasiones
se aga- el
pecho,
rraba adonde
cualidades como
alguna brillaba
ramasangre unfría,
para escapularioapoyode
disciplina
buscar la
le Virgen
y un
se valor el
ponía del
que Carmen,
rozaba
corazón enla
el ancho
temeridad, bonete
un puño porlabrándose ladeado
temor a que conhaciéndole
su acero
partiese. Ibansombra en
unamaldiciendo la cara
buena reputación y los ojos
entre
en voz baja,
fi
losjos en el hasta la cintura y a oscuras, con el peligro de resbalardel
camaradas.
mojados horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres y
puerto
darse de Corona.
un chapuzón o lastimarse conmuchos
los guijarros del suelo.
Después de varias campañas soldados volvieron
La
adinerados galera
Alcanzaron española
a Italia,
asíMartín volvía
entreque
la muralla, a Italia
ellos, después
arrojándose
estaba cubiertasin de combatir
deempacho
enreda-
al
a corso
las berberisco
múltiples deliciasen la
que ría de
aquella Tetuán.
tierra
deras y malas hierbas, y apoyando la espalda contra el muro Las naves
ofrecía a capturadas
los holgados
habían
de bolsa,
recorrieronsido más
gastándoselobien pocas—apenas
un trecho. todo en festines
Entonces alguna
Afonso milaneses fustayenemiga—y
se detuvo en bellezas
y levantó
el botín
napolitanas, escaso. metiendo mano
la mano, indicándoles en todo
a los otros quelance
estabany mujercercahermosa
del lu-
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los
Nadaespañoles
gar donde debían esperar. El portugués había memorizado podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la plano los
el mayoría deldetercios deantes
los soldados
castillo los Austrias
jóvenes
de poner se habían
hacían
pie a lo convertido
mismo,
tierra, pues en
en los
atraídos la
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de Europa,
la
oscuridad y en medio de la refriega no había tiempo para de- que losen las aguas
españoles del
eran
Mare
dueños.
tenerse Nostrum
Para cada
ellos
a pensar vezera
uItalia eracomo
orientarse. más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
189
15
Poco máslos
Un ruido tarde, tras
alertó la agacharon
y se batalla de Gelves contra
en el suelo, el Turco,
inmóviles.
que resultó
Martín hizopenosa
un gesto jornada
con lapara las aarmas
cabeza católicas
su amigo y donde
y avanzó un
apoco
punto estuvo
entre de dejar
la maleza, sinlahacer
piel, ruido.
regresóAalos España, dondepudo
pocos pasos vivió
entre
ver el Sevilla
cuerpo de y Madrid.
un hombre Y cuando
recostado viosobre
esfumados
las ruinas todos sus
de una
ahorros
sección Martín
derruida sentó
del plaza
muro.deLlevaba
nuevo en una la casaca
escuadra quedeparecía
galeras
de Nápoles
azul o morada paray un
luchar contra
turbante la amenaza
blanco turca, que
que destacaba había
en la os-
crecido
curidad.tras unafuese
Quizás serieundecentinela,
victorias oobtenidas
simplemente por unel temible
jeníza-
corsario Dragut
ro que había idosobre
hastalas
allíarmadas cristianas.
para proveerse. De todas maneras
Martín no se lo preguntó,
El poderoso rey Felipe sino que sede
II, paladín deslizó despacio
la causa católicaa sus
por
espaldas, y como un depredador que acecha
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que hasta encontrar
el momento
empleaba más oportuno,
fondos en se acercó
turbioshasta tenerlo
negocios paraa unsupalmo
benefiycio
le
rebanó
que la garganta de
en proporcionar orejaa quienes
apoyo a oreja, ahogando
defendían la losreligión
estertores
con
del turco tapándole la boca y manchándose la
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra manga con la
sangre el
contra que salía como
Turco, una fuente.
que junto Uno menos.
a la corona de Castilla y Aragón
era laLapotencia más grande
forma negra del mundo,
del minarete ya se embarcándose en una
distinguía encima de
contienda
ellos cuandoquelos
duraría casi doscientos
seis soldados años, interrumpida
se ocultaron sólo
entre los escom-
por
broscortas treguas, ypegando
de la muralla, cuyo campo decuerpo
bien el batallaa principal eran no
la piedra para las
aguas del Mediterráneo.
recortarse en la luz. De vez en cuando se oía alguna voz pro-
cedente delde
La casa interior del castillo,
Habsburgo, unacon
contando risasus
o una conversación
vastas posesiones
yencon
vozelbaja
oro entre los centinelas.
y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí
Martín en luchar
se acomodó a brazo
cuanto pudo partido
entre lascontra todos por
rocas rotas sus
enemigos,
la erosión que
y el no
pasoeran pocos, pues
del tiempo. además
Aunque debíademantenerse
la abierta
hostilidad
despierto de mahometanos,
intentó descansar franceses, venecianos,
un poco, ahora holandeses
sólo quedaba es-
yperar
alemanes
a queprotestantes,
despuntase elahora
alba ylacomenzase
mala relación entre la corte
el baile.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
190
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
VIII
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
Tras el Su ceño, que en
desembarco poruna manía
pequeñao costumbre
cala al otro casiextremo
siempre
mantenía
de laMartín fruncido,
isla, los desoldados
la Vega le era
daba
avanzaronprofundidad
soldado del rey adesu
silenciosamente mirada,
España, como
atravesan-
como lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
do estuviese
el espeso atento
bosque. a todo.
Un Se
poco mojó
más también
adelantadosel pelo castaño
iban veinte
revuelto
hombres y armados
se lo echócon hacia atrás, despejando
arcabuces. Llevaban la frente surcada
poca
Se alistó muy joven como arcabucero en elprotección
tercio de
por unos débiles
corporal, sólo trazos.
algún ropaje de cuero o chaquetilla gruesa so-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
bre Caminó
hacia laelque
norteiba
pordecruzada
la crujía
Italia yladecorrea
entre
allí los con los doce
marineros
a Flandes, donde apóstoles.
y soldados
Franciaque De-ya
había
trás
entrado de
abarrotaban ellos marchaba
la galeraen
nuevamente el
y se grupo
lizaacercó más numeroso,
a proa,Pese
con España. donde liderado
a losebrioso por
encontraba
y a las
el
el capitán
capitán Villalobos:
don Ricardo unos treinta
Villalobos y
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
apoyadotantos en hombres
la cureña arma-
antela
dos
moyana,
los con
ojos de espadas
con sus la ofi y
camisa rodelas,
ciales blanca dagas,
que ya en
al demostrar alabardas
eranumerosas o chuzos.
gris abiertaocasiones Bien
hasta el
protegidos
pecho, donde
cualidades por
como brigantinas
brillaba
sangre unfría, o petos
escapulario de
disciplinadey un acero, capacetes
la Virgen
valor que y mo-
del rozaba
Carmen, la
rriones.
el ancho Éstos
bonete serían
ladeado los encargados
haciéndole de
sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre entrar
en laa tropel
cara y por
los la
ojos
fipuerta
los delhorizonte,
joscamaradas.
en el castillo hasta en laselsiluetas
patio deque armas, llevando
dibujaban el mayor
las torres del
peso del combate.
puerto de Corona.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
El
La capitán
adinerados galera iba Martín
armado
española
a Italia, hasta
volvía
entre a losarrojándose
Italia
ellos, dientes,
despuésprotegido
de por
combatir
sin empacho
apeto,
al corso
las espaldar,
berberisco
múltiples golaen
delicias deque
lamalla
ría y borgoñota
de
aquella Tetuán.
tierra Las ennaves
ofrecíala acabeza. Tam-
capturadas
los holgados
bién
habían
de portaba
bolsa, sido másunabien
gastándoselo rodela, unaenespada
pocas—apenas
todo ymilaneses
festinesalgunauna pistola metida
fustayenemiga—y
en en
bellezas
labotín
el faja roja
napolitanas, que
escaso. le rodeaba
metiendo mano la en
cintura, distintivo
todo lance y mujerde suhermosa
rango.
Cerca
que Diosdelle
Eran capitán
tiempos
ponía en Villalobos
aciagos paraiba
su camino. los elespañoles
Nada hijo del duque,
podía tambiénpues
en el Mediterráneo.
reprochársele, re-
bozados
Mientras
la mayoría el torso
losde losysoldados
tercios ladecabeza en acero,
los Austrias
jóvenes se armado
habían
hacían con un broquel
loconvertido
mismo, en los
atraídos
y
por una
dueños fina
aquella y
de los bonita
campos
tierra espada. Le
de batalla
extranjera acompañaba
y ricaen de Europa, Lorenzo
la que losenespañoles Leone,
las aguaseran del
sombrío
Mare Nostrum
dueños. como
Para ellos siempre,
cada con
vezera
Italia su
eracomo negra
más difícil vestimenta
contener
un generoso habitual.
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
191
15
Poco más
El plan tarde,muy
estaba trasclaro,
la batalla de Gelves
arrimarse contra el Turco,
al campamento tur-
que resultó penosa
co durante la nochejornada para lasen
y establecerse armas católicas
la posición y donde
acordada.
aApunto estuvo de
las primeras dejar
luces dellaalba
piel,atacarían
regresó a los
España, donde con-
dos grupos vivió
entre Sevilla para
juntamente y Madrid. Y cuando
tomar las vio castillo.
ruinas del esfumados Por todos
suertesusla
ahorros
bruma eraMartín sentó plaza de espesa
lo suficientemente nuevo en
comola escuadra de galeras
para acercarse sin
de
serNápoles para luchar
visto, además, contra
parecía la amenaza
que los turcos noturca,
habíanque había
tomado
crecido tras precauciones
demasiadas una serie de avictorias obtenidas
la hora de vigilar lapor
isla.elSin
temible
duda
corsario Dragutvisita
no esperaban sobretan
laspronto.
armadasElcristianas.
arráez otomano pensaba
arreglar rápidamente
El poderoso los desperfectos
rey Felipe II, paladín dedelasucausa
nave católica
para soltar
por
ferro y meterse de nuevo en mar abierto.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba
Empezabamás afondos en turbios
amanecer cuandonegocios para hombres
los primeros su benefidecio
que en proporcionar
la avanzadilla apoyo
salieron a quienes
de la espesa defendían
arboleda ylasereligión
tiraroncon al
uñas
suelo, y dientes—, habíasin
arrastrándose heredado de suentre
hacer ruido padrelos
la titánica guerra
setos y mato-
contra
rrales. el
EnTurco,
el claroque junto aver
se podían la corona
señales de movimiento.
Castilla y AragónHa-
era
bía launpotencia
grupo de más grande del
marineros mundo, embarcándose
y guerreros turcos sentados en una
en
contienda
torno a una quehoguera.
duraría Estaban
casi doscientos
a pocosaños, interrumpida
pasos de la puertasólode
por cortas treguas,
la muralla, con los ydestartalados
cuyo campo portones
de batallaabiertos
principaldeeran
par enlas
aguas del Mediterráneo.
par. Tenían un toldo y algunas tiendas de campaña pegadas
al muro,
La casadonde ardían antorchas
de Habsburgo, contando queconiluminaban
sus vastas la entrada
posesiones
ycon
conuna luz ondulante
el oro y anaranjada.
y la plata llegados de lasDetrás
Indias,del minarete,
gastaba hastaque el
sobresalía
último por encima
maravedí de una sólido
en luchar brazo baluarte de piedras
partido contra todosama-
sus
rillentas, podía
enemigos, que noverse fondeada
eran pocos, enpuesla playa
ademásgrande
de lala abierta
galera
turca con de
hostilidad su mahometanos,
palo mayor a medio reparar,
franceses, y a su lado,
venecianos, el ber-
holandeses
ygantín español
alemanes capturado,ahora
protestantes, el cual
la los corsarios
mala relaciónutilizaron
entre la para
corte
remolcaryalasuInglaterra
española desarbolada galeraamenazaba
isabelina hasta la isla.
un nuevo frente, y
claro, aunque
—Todo era el español
el mundo un imperio
preparado para mienorme y temible,
orden —dijo era
Ricardo
uno contra todos.
Villalobos. Luego se agachó todo lo que pudo pese al estorbo
de laAquella
armadura y reptando
mañana entre las Martín
de septiembre, hierbasse
sedespertó
acercó alcon
alfé-
el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
192
velamen.
rez Acuña, Apartó
que yalasoplaba
manta mojadala mecha por deelsurelente
arcabuz, nocturno
tapándola y se
puso
con laenpalmapie, se deabotonó
la manolapara camisaque y, haciendo
el punto cuenco
de luz con las
no alertase
manos,
a ningún cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
centinela.
Las —Ahí
gotas losresbalaron por su cara
tenéis, capitán. sin afeitar,
HayI cinco hombres quecustodiando
tenía bellas
facciones,
la entrada.aunque Dentrodel ojo izquierdo
estarán los demás, bajaba hasta la
con suerte mitad de
cogeremos
la mejilla una
a muchos delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
dormidos.
finosPor quefortuna
solía torcer de lado
el estado en unade
ruinoso media sonrisa
la torre cuando algo
no permitía si-
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre
tuar vigías en lo alto, lo que supuso una ventaja para los es- casi siempre
mantenía
Martínfruncido,
pañoles. de la Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, como comolo
si
habíaestuviese
sido atento a todo. Se mojó también el pelo castaño y
—A misu padre
señal abridbajo los estandartes
fuego, hay que acabar del emperador
con los de laCarlos.
puer-
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
ta y Se alistó
entrar muy jovenmatando
rápidamente como arcabucero
lo máximo posible en el tercio
antes de de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
que se den gracias
cuenta de a viejos
que estamosconocidosaquí.de su familia,
¿Está todo claro? y partió
Caminó
hacia—Clarísimo, por la
el norte de Italia crujíay deentre los marineros
allí a Flandes, donde Franciaque
y soldados habíaya
capitán —contestó Acuña.
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
Villalobos estudiaba la escena, observándolo todo deteni-
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
damente,
moyana, calculando
con la ofi
camisa la distancia, el momento adecuado y to-
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
das las
pecho, dondeprobabilidades
brillaba con ojos
unfría, de
escapulario soldado veterano. Por temor
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
a que
el ancholosbonete
turcosladeado
asesinaran a las cautivas
haciéndole sombra al verse
en la atacados,
cara y los los
ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fiespañoles
losjoscamaradas. tan sólo podrían
en el horizonte, usar los
en las siluetas quearcabuces
dibujabanuna vez, dos
las torres del
como mucho,
puerto de Corona. el resto debería decidirse rápido y en corto.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
El capitán
La galera levantó lavolvía
española mano lentamente, y todos los hom-
adinerados a Italia, Martín entre a Italia
ellos, después
arrojándose de combatir
sin empacho
bres
al aguantaron
corso berberisco la en
respiración,
la ría apuntando
de Tetuán. anaves
sus objetivos.
a las múltiples delicias que aquella tierra Las ofrecía a loscapturadas
holgados
habían Unos sidosegundos
más bien después la
pocas—apenas bajó de pronto
alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas y
fusta del linde
enemiga—y del
bosque
el salió metiendo
botín escaso.
napolitanas, un estruendo mano de escopetería
en todo lance quey resonó
mujer por toda
hermosa
la isla
que Eran
Dioscomo
le una en
tiempos
ponía tronada.
aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
la Villalobos
Mientras
mayoría besó
losdetercios
los sus
de los
soldados medallas,
Austrias
jóvenes desenvainó
se habían
hacían la espadaatraídos
loconvertido
mismo, yensalió
los
corriendo
dueños
por de ladera
aquella los campos
tierra abajode seguido
extranjera batalla
y ricadeen
delaEuropa,
latropa,
que losgritando:
enespañoles «¡San-
las aguas del
eran
tiago!Nostrum
Mare
dueños. ¡Cierra
Para ellosEspaña!»
cada vezera
Italia yera
encomendándose
más difícil
como un generoso a paraíso
contener Dios. a laAlingente
llegar
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
193
15
a laPoco máscuatro
puerta, tarde,de
tras
loslacinco
batalla de Gelves
turcos estabancontra el Turco,
inertes en el
que resultó
suelo, penosa
el quinto jornada
todavía para las
coleaba, armas católicas
intentando ponersey en donde
pie
aa punto
pesar estuvo
de haberde dejar la piel,
recibido algúnregresó a España,
disparo. dondealvivió
El capitán, pa-
entre Sevilla
sar junto a él,yleMadrid.
asestó un Y espadazo
cuando vio en esfumados todos
la cabeza que sus
le dejó
ahorros
muerto Martín
del todo.sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
Comenzó para luchar contra
el degüello. Los casilacincuenta
amenazahombres
turca, que había
entraron
crecido tras dentro
a la carrera una serie
del de victorias
castillo, obtenidas porpor
desperdigándose el eltemible
patio
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
acuchillando a todo turco que se encontraban, estuviera arma-
do oElno,
poderoso
pues no rey
era Felipe
momento II, paladín deen
de pensar la prisioneros.
causa católica por
encima de todo—incluso
La sorpresa del ataque porhabía
encima del aPapa
cogido de Roma,
los turcos que
despre-
empleaba
venidos, ymás fondos
antes de sus enprimeros
turbios negocios
disparospara su beneficio
de respuesta ya
que en proporcionar
sembraban apoyo
el suelo una a quienes
veintena de defendían
cadáveres la religión con
otomanos, ti-
uñas
ñendoy dientes—,
la tierra dehabía heredado de su padre la titánica guerra
sangre.
contra
En elel Turco, quearmas
patio de junto había
a la corona de Castillaen
unos cobertizos y Aragón
ruinas
era la potencia más grande del mundo, embarcándose
donde los turcos habían colocado toldos y lonas a modo en una
de
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
barracones. Algunos soldados españoles ya se acercaban con sólo
por cortas treguas,
antorchas y cuyo campo
para prenderles fuegode batalla principal
mientras eran las
salían otomanos
aguas del Mediterráneo.
en tropel, algunos a medio vestir, con ojos espantados de ver
La les
la que casa de Habsburgo,
estaba contando
cayendo encima conavisar.
y sin sus vastas posesiones
y conUnael oro y la
flecha seplata
rompióllegados de contra
al chocar las Indias, gastaba
la rodela hasta el
del capitán
último maravedí
Villalobos, y cuandoen luchar a brazo
éste levantó partidoviocontra
la cabeza todos
un torso sus
more-
enemigos,
no que pasabaque ano eran Dio
su lado. pocos, puesy otro,
un tajo, ademásy un de la abierta
tercero hasta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
comprobar que el bulto ya no se movía. Luego una cimitarra holandeses
ybuscó
alemanes protestantes,
sin éxito atravesar su ahora
peto la
demala
acero,relación entre hasta
deslizándose la corte
la
española
hombrera con un chirrido metálico. El capitán golpeó el brazoy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
del turco, queera el español
se partió un imperio
a la altura enorme
del codo con uny temible,
chasquido. era
uno
Aúncontra
estabatodos.
el otomano gritando de dolor cuando la espada de
Aquellasemañana
Villalobos de septiembre,
le hundió Martín
en la garganta hastaseladespertó con el
empuñadura.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
194
velamen.
Por todasApartópartes la semanta
oían tiros, mojada choquepor de el relente
aceros,nocturno
silbar de yba- se
puso
las y en pie, se
gritos, voces abotonó
de alarma la camisa y, haciendo
y alaridos de dolor. cuenco
Del conmedio las
manos,
centenar cogió agua deque
de turcos unahabía
tinajaen y seellavó
patioel rostro,
ya quedabanespabilándose.
menos
Las
de lagotas
mitad resbalaron
en pie, lospor su caraespañoles
temibles sin afeitar, que tenía
peleaban como bellas
lo-
I
facciones, aunque sin
bos hambrientos, del dejar
ojo izquierdo bajaba hasta alasumitad
un solo superviviente paso.de
la mejilla una delgada
El capitán miró hacia cicatriz. Tenía una
el torreón, nariz recta
que estaba a unos y labios
cua-
firenta
nos que solía torcer de lado en una media
pasos, el acceso transcurría por un pasillo que se estre- sonrisa cuando algo
le divertía.
chaba entreSu dos ceño, que por
murallas, conmanía o costumbre
soportales cubiertoscasi siempre
de enreda-
mantenía
deras a losfruncido,
Martín lados.
de la Vega Nolesabía
daba
era laprofundidad
suerte
soldado delque adesu
reycorrían mirada,
el portugués
España, comocomo lo
si estuviese
y los demás,
había atento
sido su padre a todo.
sólo esperaba Se mojó también
abrirse camino
bajo los estandartes el pelo castaño
Carlos.y
y llegar a tiempo.
del emperador
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos
Afonso débiles
bebiótrazos.
un trago conocidos
de su cantimplora y disfrutó del
Navarrete, gracias a viejos de su familia, y partió
calor
hacia Caminó
del
el norte por de la
aguardiente crujía
Italia yque entre
de le los
allíiba marineros
quemando
a Flandes, dondeylasoldados
Franciaque
garganta. Era
habíaya
abarrotaban
temprano
entrado la galera
para
nuevamente empezareny se a acercó
liza beber, apero
con España. proa, donde
siPese a losebrioso
el grueso encontraba
capitanea-
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
do capitán
por don
Villalobos Ricardo
no Villalobos
conseguía apoyado
llegar al en
torreón, la cureña
dejando la
al
ante
moyana,
grupo
los ojosdel con
de la ofi
portugués
sus camisa sinblanca
ciales alrefuerzos que ante
demostrar ya eneralosgris abiertaocasiones
jenízaros
numerosas hasta
que cus- el
pecho,
todiabadonde
cualidades a los
como brillaba
rehenes,
sangre un escapulario
elfría,
licor dey un
se arruinaría.
disciplina la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete
Estaban ladeado
labrándose
los seis hombres haciéndole
con su acero apoyados sombra
una buena en la cara
reputación
en la pared, y los ojos
entre
quietos y
fi
losjos en el
en camaradas. horizonte, en las siluetas que
silencio. Había un trozo de muralla derruido por el que se dibujaban las torres del
puerto
podía de Corona.
entrar, y subiendo por los escombros de una volvieron
escalera
Después de varias campañas muchos soldados
La galera
de piedra se
adinerados española
llegaba
a Italia, volvía
al baluarte
Martín a Italia después
dondearrojándose
entre ellos, de
estaba el torreón. combatir
sin empacho
al corso
a lasAfonso berberisco
múltiples sacó en
delicias
un poco la ría
quelaaquellade Tetuán.
cabeza tierra Las
y miróofrecía naves a los
hacia dentro capturadas
holgados
del re-
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna
cinto. A la vista sólo había dos guardias jenízaros, uno orina- milanesesfusta y enemiga—y
en bellezas
el
babotín
contraescaso.
napolitanas, la metiendo
pared del baluartemano enytodo el otro lance
estabay mujer hermosa
recostado so-
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada
bre unos sacos, un poco más allá. De pronto se oyó el sonidopodía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la
sordo de los
mayoría detercios
unos los de losque
soldados
disparos Austrias
veníanse
jóvenes habían
hacían
del otro convertido
lolado
mismo, en los
atraídos
del castillo,
dueños
por de
aquella
al cabo los
tierra
el estruendocampos de batalla
extranjera
subió ricaen de Europa,
dey intensidad la quey selos enespañoles
las aguas
empezaron del
aeran
oír
Mare
dueños. Nostrum
Para ellos
los primeros cada
gritos. vezera
Italia
Ésa era
eracomomás difícil
quecontener
un generoso
la señal estaban aesperando.
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
195
15
Poco máslos
Se miraron tarde, tras laasintiéndose
soldados batalla de Gelves
entre contra el Turco,
sí, preparados
que
pararesultó
entrar penosa
en combate.jornada para las armas católicas y donde
a punto estuvo
—Buena de dejar
suerte la piel,
—le dijo regresó
Martín a suaamigo,
España, donde vivió
santiguándo-
entre
se dosSevilla
veces. y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
ahorros
—ParaMartín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
ti también.
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
El turco que estaba orinando se abotonó los calzones a
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
toda prisa, pero no le dio tiempo a nada más ya que Afonso,
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
que salía de su escondite, le lanzó un terrible tajo de arriba
abajoEl con
poderoso rey Felipe
el montante, II, paladín
abriéndole de la causa
el pecho desdecatólica
el hombropor
encima de todo—incluso
al estómago. El otro jenízaropor seencima
puso endelpie
Papa
de unde salto,
Roma, que
toda-
empleaba más fondos
vía desconcertado ante en turbios negocios
la sorpresa, y blandiópara su benefi
una lanza cio
contra
que en proporcionar
el portugués. En eseapoyo
momentoa quienes
Martín defendían
apareciólarápido
religión con
como
uñas y dientes—,
un gato habíadel
a las espaldas heredado
otomano. de su padreaún
El turco la titánica
estaba guerra
a me-
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla
dio girarse para encararlo cuando Martín apartó la moharra y Aragón
era la lanza
de la potenciaconmás grande ydel
su espada, casimundo, embarcándose
en el mismo movimiento en una
le
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
metió la daga en la garganta a su adversario, que cayó al suelo sólo
por cortasen
ahogado treguas,
la sangrey cuyo
que campo
le caía deen batalla principal
abundantes eran las
borbotones
aguas
sobre del Mediterráneo.
el pecho.
La casa de ¡Al
—¡Arriba! Habsburgo,
torreón! contando
¡Santiago!con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
Rugía Afonso mientras subía a grandes zancadas por los
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
escombros de las antiguas escaleras que conducían al mina-
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
rete, seguido del resto del grupo. Algunos turcos se acercaban
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
con arcos en la mano, corriendo por la muralla y dando gritos
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
en su lengua.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro,Llegando
aunque era ya aellaespañol
base deun la torre
imperiolosenorme
españoles fueron re-
y temible, era
cibidos por
uno contra todos.varios flechazos. Las saetas pasaron silbando y
una alcanzó en el pecho al español que iba al lado de Afon-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
196
velamen.
so, el cualApartó la manta
se desplomó demojada
espaldas por el relente
escaleras nocturno
abajo. y se
Salieron
puso
por elendesvencijado
pie, se abotonó portón la camisa
de la torre y, haciendo
seis jenízaroscuenco con las
armados
manos, cogió agua
con alfanjes, hachasde una tinajaadarga.
y alguna y se lavóTambién
el rostro, espabilándose.
los tres turcos
Las
que gotas
habían resbalaron
disparadopor sus suarcos cara sin afeitar,
llegaban ahoraque portenía bellas
la muralla
I
facciones,
desenvainando aunque del ojo
sables izquierdo bajaba hasta la mitad de
y cimitarras.
la mejilla
Afonsouna delgada
alcanzó cicatriz.repartiendo
el baluarte Tenía una unos narizterribles
recta y labios
man-
fidoblazos
nos que solía torcer de lado en una media sonrisa
a derecha e izquierda, los jenízaros retrocedieron ante cuando algo
le
sudivertía.
embestida Sualceño,
ver a que
uno por manía
de ellos caero dando
costumbre alaridos,casiagarrán-
siempre
mantenía
doseMartín fruncido,
el muñón de la le era
sangrante
Vega dabadonde profundidad
soldado antes rey adesu
delestaba su mirada,
brazo.
España, comocomo lo
si
habíaestuviese
sido suno
Martín atento
padre a
se lobajotodo.
pensó Se
los dos mojó
estandartes también
veces, ydel el pelo
emperador
viendo castaño
portu-y
que el Carlos.
revuelto
guésSey los y sedemáslo echó hacia atrás, despejando la torre,
frente torció
surcada
alistó muysejovenlanzaban como contra los de la
arcabucero en el tercio a
de
por unos débiles
la derecha,gracias trazos.
afirmando los pies justo donde la muralla des-
Navarrete, a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
embocabael norte por
en deella crujía
baluarte
Italia y deentreallí los
para marineros
a encarar
Flandes, losy soldados
adonde turcos
Francia queque ya
lle-
había
abarrotaban
gaban. Miró
entrado ladegalera
nuevamente reojoen ypara
se
lizaacercó a proa,de
asegurarse
con España. donde
Pese a losebrioso
si algún encontraba
camarada
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
lo capitán
había don
seguido Ricardo
o si Villalobos
estaba solo apoyado
contra los en la
tres, cureña
viendo con
antela
moyana,
alivio
los ojosque con
de el
sus la ofi
camisa
sevillano blanca
cialesCorrales que
al demostrar ya en
se ponía eranumerosas
agris abierta
su lado hastaen
espada
ocasiones el
pecho,
mano. donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete
La muralla ladeado
labrándose haciéndole
con suyacero
era estrecha sombra
una buena
los hombres en la cara
se reputación y los
estorbabanentre ojos
en-
fi
losjos en el
trecamaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban
sí. Un turco fibroso, con la barba negra y larga le tiraba las torres del
puerto de cimitarra
tajosDespués
de Corona. a Martín, que los paraba sin retroceder,
de varias campañas muchos soldados volvieron
La
buscando un
adinerados galera española
hueco
a Italia, que al
Martín volvía
final a
entre Italia
encontró.
ellos, después
Entre golpe
arrojándose de combatir
y golpe
sin empacho
al
ade corso berberisco
lassumúltiples
adversario, en la
que que
delicias ría
levantaba de Tetuán.
aquellaeltierra brazo Las naves
para adescargar
ofrecía capturadas
los holgados un
habían
nuevo
de bolsa,sido
ataque, más bien
el español
gastándoselo pocas—apenas
tododio en un alguna
paso milaneses
festines fusta enemiga—y
al frente agachándose
y en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
un poco y entrando metiendo hacia
mano arriba en letodometiólanceunay buena
mujer estocada
hermosa
en el
que Eran
Dios tiempos
cuerpo.
le ponía Se enaciagos
quejó elpara
su camino.turco los españoles
yéndose
Nada podía en elatrás
hacia Mediterráneo.
reprochársele, mientras
pues
Mientras
intentaba
la mayoría losdetercios
taparse eldeagujero
los soldadoslos Austrias se habían
del estómago,
jóvenes hacían loconvertido
tropezando
mismo, atraídos enconlos
dueños
sus aquella
por de los
compañeros. campos
tierra Corralesde batalla
extranjera y ricaen
aprovechó de Europa,
que losen
también
la las aguaseran
laespañoles
oportunidad del
Mare
y, viendo
dueños. Nostrum
a suellos
Para cada
oponente vezera
Italia eracomo
más difícil
obstaculizado contener
por
un generoso el herido, a laleingente
paraíso lanzó
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
197
15
Poco
varios másconsiguiendo
tajos, tarde, tras la al
batalla de Gelvesen
final acertarle contra el Turco,
la cabeza; ti-
que resultó
ñéndole penosa jornada
el turbante para las armas católicas y donde
de sangre.
a punto estuvo demaltrechos
Retrocedían dejar la piel,
los regresó a España,
de la muralla. donde
El que vivió
todavía
entre
estabaSevilla
enteroyvioMadrid. Y cuando
el panorama: viosus
uno de esfumados
camaradas todos
muertosus
ahorros Martín sentó
y otro malherido, plaza
y salió de nuevo
huyendo porendonde
la escuadra de galeras
había venido.
de Nápoles para luchar
Martín remató contra
al turco la amenaza
herido, turca,
que apenas queponer
pudo había
crecido trascuando
resistencia una serie de victorias
la daga le abrió laobtenidas por el la
gorja, y levantó temible
vista
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
para ver cómo le iban las cosas a su amigo.
El poderoso
Afonso alzó rey Felipe II, paladín
el mandoble y golpeódedelanuevo,
causa católica
esta vezporel
encima de todo—incluso por encima del Papa de
broquel del jenízaro se rompió por la correa y cayó al suelo Roma, que
empleaba
seguido por más sufondos
portador.en turbios negocios
Había tres para turcos
cadáveres su benefi cio
a los
que
piesendelproporcionar
portugués, que apoyo a quienes
estaba defendían
cubierto la religión
por la sangre con
de sus
uñas y dientes—,
enemigos. habíase
Los turcos heredado de su
le echaban padre como
encima la titánica
una guerra
jauría
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla
de perros rabiosos pero no eran capaces de pararlo. Había y Aragón
era
sidolaun
potencia
aciertomás grande
ponerse del mundo,
la pesada embarcándose
coraza en una
y los guardabrazos,
contienda que salvado
que lo habían duraría varias
casi doscientos años, interrumpida
veces de alguna sólo
cuchillada seria.
por cortas
Afonso treguas,
sólo tenía uny cuyo
golpecampo de batalla
en el hombro principal
y un pequeño eran las
corte
aguas del Mediterráneo.
en la barbilla, aunque el cansancio y el peso de su arma em-
La casa
pezaban de Habsburgo,
a hacer mella. contando con sus vastas posesiones
y conCuando
el oro mató
y la plata llegados
al cuarto dedel
turco lasdía,
Indias, gastaba
que cayó hasta el
desploma-
último
do con maravedí en luchar
el cráneo hecho a brazo
añicos, partido se
el portugués contra todos
detuvo sus
un mo-
enemigos, que aire.
mento a coger no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
La cosa no parecía ir mal: habían muerto dos españoles
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
—Ramírez estaba tirado boca arriba, abierto el pecho por va-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
rios tajos de cimitarra, y Julián de la Torre agonizaba del fle-
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
chazo recibido al empezar el combate— y los jenízaros ya sólo
uno contra todos.
eran dos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
198
Poco
Afonsomás tarde,hondo
respiró tras ladispuesto
batalla dea Gelves
cargar decontra
nuevoel Turco,
cuan-
que resultó
do oyó penosa
gritos jornadaalpara
a su espalda, las vio
girarse armas
como católicas y donde
venía hacia las
aescaleras
punto estuvo de dejar
otro grupo delaotomanos.
piel, regresó
Unosa España, donde
diez, contó convivió
un
entre
rápidoSevilla y Algunos
vistazo. Madrid. llevaban
Y cuando vio oesfumados
arcos arcabuces todos sus
y el resto
ahorros
portaban Martín
cascossentó plaza de nuevo
puntiagudos, en lay escuadra
broqueles de galeras
alfanjes. Mal asun-
de
to, Nápoles paraestaba
la aritmética lucharahora
contra
en la
su amenaza turca,contra
contra, cuatro que había
doce
crecido
y estandotras una serie de victorias obtenidas por el temible
cansados.
corsario Dragut sobre
Lo primero las armadas
que pensó Martíncristianas.
fue que Villalobos y sus
El poderoso
hombres habíanrey Felipe
caído, II, ahora
y que paladíneran
de la causa
ellos católica
contra todaporla
encima de de
avalancha todo—incluso
turcos que lesporvenía
encima del Papa
encima. Pero de Roma,
todavía se que
es-
empleaba más de
cuchaba ruido fondos en turbios
combate negocios
en el patio, así quepara su benefi
quizá no estu-cio
que entodo
viese proporcionar
perdido. apoyo a quienes defendían la religión con
uñasLos
y dientes—,
españoles había heredado adetiempo
se agacharon su padre la titánica
cuando guerra
los arcabu-
contra el Turco,
ceros turcos que que juntoa alas
llegaban la escaleras
corona delesCastilla
dieron yuna Aragón
des-
era la potencia
carga. Uno de losmásjenízaros
grande del mundo,
cayó al sueloembarcándose
con una bala en una
de sus
contienda
camaradasque duraría
clavada encasi doscientos
el cuello, años, interrumpida
y también el buen Corrales,sólo
por cortas treguas,
atravesado y cuyo campo de batalla principal eran las
por un disparo.
aguas del Mediterráneo.
—Maldita sea... —decía mientras se agarraba el pecho y
La casa
gateaba para desalirse
Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
de la refriega.
y conEleljenízaro
oro y lasuperviviente
plata llegadosse de las Indias,
abalanzó gastaba
contra Martínhasta el
cuan-
último
do éstemaravedí
se ponía en luchar
en pie, a brazo partido
haciéndole perder el contra todos Pe-
equilibrio. sus
enemigos,
learon en elque no enzarzándose
suelo, eran pocos, pues ademásElde
a puñetazos. la abierta
turco consi-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
guió situarse encima, con una rodilla en el pecho del español,
ybuscando
alemaneselprotestantes,
momento de ahora la mala entre
apuñalarlo relación
las entre
costurasla corte
del
española
jubón. Martín peleaba ya casi sin aliento, exhausto, procu-y
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
randoaunque
utilizarera
las el español
pocas un imperio
fuerzas enorme y para
que le quedaban temible, era
seguir
uno
vivo.contra todos.aferrar la daga y clavársela al turco en la axi-
Consiguió
la, yAquella
aunquemañana de septiembre,
giró la empuñadura Martín
para hacerse
undespertó con el
buen agujero,
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
200
velamen.
el jenízaro Apartó la manta
no aflojaba. mojada
Martín nopor el relente
aguantaba más nocturno
y el turco,y se
puso
pese en pie, herido
a estar se abotonó la camisa
de muerte, había y, alcanzado
haciendo cuenco un hacha cony ya
las
manos, cogió agua
la levantaba parade una tinaja
descargar elygolpe
se lavómortal.
el rostro, espabilándose.
Entonces Afon-
Las gotas resbalaron
so agarró al otomanopor porsulos cara sin tirándolo
pelos afeitar, que teníaatrás
hacia bellasy
I
facciones,
lo clavó alaunquesuelo con delsu ojomontante.
izquierdoElbajaba jenízaro hasta la mitad
lanzó un grito de
la mejilla
ronco queuna delgada
se ahogó concicatriz.
el chorro Tenía una nariz
de sangre que recta
le salió y labios
de la
fiboca,
nos que solía torcer
manchando susderopas
lado en una media
azules. Cuando sonrisa cuando algo
le arrancaron el
le divertía.del
espadón Supecho
ceño,seque quedópor tumbado
manía o costumbre
con los ojoscasi en siempre
blanco,
mantenía
Martínfruncido,
desmesuradamente de la Vega le daba
abiertos,
era profundidad
del rey ade
y el cuerpo
soldado su
temblandomirada,
España, con
como como
los
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
últimos atento
estertores. a todo. Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó hacia
Al vasco atrás, despejando la frente surcada
Se alistó Izaguirre
muy joven la lucha
como le había llevado
arcabucero en elmás terciolejos,
de
por
donde unos sedébiles trazos.
encontraba apuñalando con saña a un enemigo.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Afonso
hacia Caminó
el norte por
y Martín de la secrujía entre
pusieron
Italia y de los
allíhombromarineros
a Flandes, condondey soldados
hombro, que
esperan-
Francia ya
había
abarrotaban
do firmes
entrado a la
losgalera
nuevamente turcos y que
en se
lizaacercó
subían
con a proa,
por las
España. donde
Pese a losebrioso
escaleras encontraba
hacia el
y a las
el
vecescapitán
baluarte.
díscolo don
Media
que Ricardo
su cortaVillalobos
docena llegaron
edad apoyado
hasta
le hacía ellos
ser, en vociferando
pronto la cureña
destacóde la
en
ante
moyana,
su lengua.
los ojos de con susla ofi
Afonso camisa
dibujó
ciales blanca
al una que ya luna
media
demostrar eranumerosas
en gris
con abierta
su montante hasta el
ocasiones y
pecho,
derribódonde
cualidades a dos
como brillaba
turcos
sangre unfría,
que escapulario
cayeron dey un
escalones
disciplina la Virgen
abajoque
valor del Carmen,
conrozaba
mucho la
el ancho
estrépito, bonete
el ladeado
portugués haciéndole
incluso sombra
perdió
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entreel en
mandoblela cara y
con los
elojos
te-
firrible
losjoscamaradas.
engolpe
el horizonte,
y ahoraen se las siluetasaque
agachaba dibujaban
recoger del suelolas torres
la espa- del
puerto de Corona.
da de Enrique Corrales. Martín detuvo la hoja de un sable
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
con La la guarnición
galera de la daga
española y de una patada hizode retroceder
adinerados a Italia, Martínvolvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose combatir
sin empacho
a un
al corsoenemigo.
berberisco Llovían la tajos
en que ría dey Tetuán.
estocadas. No había tiempo
a las múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
para pensar,
habían sido mássólobien
se podía matar para no morir.
pocas—apenas
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín escaso.
Entonces, desde el patio y sobre
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa la muralla vieron apa-
recer
que a Villalobos
Eran
Dios tiempos
le ponía en ysua camino.
aciagos sus hombres.
para los El capitán
españoles
Nada podía tenía la cara
en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
ensangrentada
Mientras
la mayoría y
losdetercios la armadura
de los Austrias
los soldados abollada
jóvenesse y
habían
hacían ennegrecida
loconvertido de
mismo, atraídos enpól-
los
vora.
dueños
por Venían
de los
aquella todos
campos
tierra aullando
de batalla
extranjera como
y ricaen demonios
de Europa, dispuestos
la que losenespañoles
las aguaseran a
del
terminar
Mare
dueños. el trabajo.
Nostrum
Para cada
ellos vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
201
15
Poco másLeone
Lorenzo tarde,arrancaba
tras la batalla de Gelves
su espada contra inerte
del cuerpo el Turco,
de
que resultó penosa
un otomano cuandojornada parade
un escudo lashierro
armasle católicas y donde
golpeó. Sintió el
asabor
puntometálico
estuvo de dedejar la piel,inundarle
la sangre regresó alaEspaña, donde
boca, los vivió
oídos le
entre Sevilla
pitaban y Madrid.
y la cabeza le dabaY cuando
vueltas. vio esfumados
Su enemigo eratodos
grandesusy
ahorros Martín
llevaba un sentó
chaleco deplaza
cuero,deun nuevo
broquelen la escuadra
y un hacha de galeras
ligera.
de Nápoles
Lorenzopara luchar
esquivó contra
un veloz la amenaza
ataque turca, arrancado
que le habría que había
crecido tras una
media cabeza, serie de victorias
y aprovechando obtenidas
la situación le diopor
unaelpatada
temible
al
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
escudo de su oponente desviándolo una pulgada; lo suficiente
como Elpara
poderoso
que surey Felipeentrase
espada II, paladín
por ahídeclavándose
la causa católica por
en carne.
encima de todo—incluso
El veneciano por encima
rompió la guardia del yPapa
del turco de Roma,
peleando que
en corto
empleaba más
le dio varias fondos con
puntadas en turbios
la daga.negocios
Aguantaba para su benefi
el otro aunque cio
que en proporcionar
sangraba apoyo apor
abundantemente quienes
varias defendían
heridas. la religiónblo-
Lorenzo con
uñas
queóydosdientes—,
nuevoshabía
golpesheredado de su padre
y, agachándose en ellamomento
titánica guerra
justo
contra
lanzó unel tajo
Turco, que junto
de abajo arriba,ahacia
la corona
la cara,decortándole
Castilla yaAragón
su ad-
era la potencia
versario más grande
la mandíbula en dos.del mundo,
Cayó a sus embarcándose
pies el otomanoen ya una
sin
contienda que duraría
sentido. Lorenzo casi doscientos
se limpió con el dorso años,
de lainterrumpida
mano la sangresólo
por
quecortas treguas,
le salpicaba y cuyoy campo
el rostro miró ende batalla
torno principal
buscando eran
a otro las
ene-
aguas
migo,del
peroMediterráneo.
el combate ya estaba en las últimas. Villalobos y sus
hombres habían
La casa arrinconado
de Habsburgo, a los turcos
contando de las
con sus escaleras
vastas y los
posesiones
ymasacraban
con el oro ysin la piedad. Había otro
plata llegados de lasgrupo intentando
Indias, gastaba hacerse
hasta el
fuerte contra
último maravedíla muralla,
en lucharpero algunos
a brazo arcabuceros
partido contra españoles
todos sus
los acribillaron
enemigos, que hasta que quedaron
no eran pocos, pues todos muertos,
además deamontona-
la abierta
dos a los pies
hostilidad del muro comofranceses,
de mahometanos, cerdos en venecianos,
un matadero. holandeses
y alemanes
Entonces protestantes,
Lorenzo vioahora la malaque
a Próspero, relación entre la corte
envalentonado por
española y la
la victoria seInglaterra isabelinaa amenazaba
había adelantado unpocos
rematar a los nuevoque
frente,
que-y
claro,
dabanaunque
en pie, era el españoldeunlaimperio
olvidándose enorme
prudencia. y temible,
Peleaba era
bien, con
uno contra
el brío de sutodos.
juventud, pero en medio de la refriega se encon-
tró con un turco
Aquella mañana grande que había tenido
de septiembre, Martín tiempo a cubrirse
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
202
velamen.
con una pesadaApartócota la manta
de malla.mojadaLlevabapor el unrelente
bardiche, nocturno
una espe-y se
puso
cie deenalabarda
pie, se abotonó
corta conlalacamisa cuchilla y, en
haciendo
forma de cuenco
mediacon las
luna.
manos,
Lorenzo cogió aguatratando
le gritó de una tinaja que yseseapartara
lavó el rostro,
de la espabilándose.
lucha, pero el
Las
joven gotas
hizoresbalaron
caso omiso. porEl su cara sin tras
veneciano, afeitar, que tenía
mascullar unabellas
mal-
I
facciones,
dición, fueaunque tras él. del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla
Próspero unaatacó delgadaconcicatriz.
su espada, Tenía una nariz
la estocada fuerecta
rápida, y labios
pero
fielnos que solía torcer de lado en una media
acero se detuvo en las anillas de hierro. El otomano atrapó sonrisa cuando algo
le
el divertía.
arma delSu jovenceño, quesu
entre por manía
brazo y elocostado
costumbre casi siempre
y le golpeó en el
mantenía
pecho fruncido,
con el
Martín demango
la Vega le
deldaba
era profundidad
bardiche,
soldado derribándolo a su
del rey de España, mirada,
al suelo. como
como lo
si
habíaestuviese atento
sido su padre
—¡Lorenzo, a todo. Se mojó
bajo los estandartes
ayúdame! también
—gritaba Próspero el pelo
del emperador castaño
Carlos.y
aterrorizado,
revuelto
mientras y sese arrastraba
lo echó hacia haciaatrás,
atrás despejando
escapandolaen defrente
su surcada
Se alistó muy joven como arcabucero el enemigo.
tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
Lorenzogracias dudó un a viejos
instante, conocidos
como sideelsu familia,
mundo y partió
se hubiese
hacia Caminó
detenidoel norte por
durante la crujía
de Italia entre
unosy segundos los marineros
de allí a Flandes,
en los que y
donde soldados
todo Francia
pareció que
habíaya
su-
abarrotaban
entrado
ceder muy la galeraen
nuevamente
lentamente. y Los
se
lizaacercó adeproa,
con España.
gritos donde
Pese
socorro a lo
de sebrioso
encontraba
Próspero yeran
a las
el
vecescapitán
cada vezdíscolo don
másque Ricardo Villalobos
su corta edad
desesperados, apoyado
le hacía Lorenzo
entonces en
ser, pronto la
sacó cureña
destacó de la
ante
su pistola
moyana,
los
delojos con
de
cinturón, sus lalaofi
camisa
ciales blanca
amartilló, quemucho
al demostrar
y con ya en
eranumerosas
gris abierta
aplomo hasta al
ocasiones
se acercó el
pecho,
cualidades
turco, quedonde ya brillaba
como sangre
levantaba unfría,
elescapulario
disciplina
bardiche dey un
por la Virgen
valorde
encima del
que Carmen,
surozaba
cabeza, la
el ancho
temeridad,
y «¡Buum!» bonete ladeado
labrándose
le voló media haciéndole
con cara
su acerode un sombra
una en la cara
buena reputación
disparo, esparciendo y los ojos
entre
los
fi
losjos
sesos en el
camaradas.horizonte, en
del otomano por el patio. las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.
Después
Próspero de se varias
levantócampañas
nervioso, muchossacudiéndosesoldados volvieron
el polvo y la
La
adinerados galeraa española
Italia, Martín
sangre de su repujada coraza milanesa. volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
allas
a corso berberisco
múltiples en que
delicias la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a los capturadas
holgados
—¿¡Dónde demonios estabas, estúpido!? ¿¡Para qué te
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines alguna fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
paga mi padre!?
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
El veneciano aguantó estoico la bronca sin decir nada,
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
mientras guardaba su pistola. Miró alrededor, viendo que la
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
lucha había acabado, entonces sus ojos se encontraron con los
dueños
por de los
aquella tierracampos de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
de Martín, que lo miraba fijamente desde lo alto del baluarte.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
203
15
Poco más tarde, tras la batalla * de Gelves contra el Turco,
que Ardían
resultó las
penosa jornada
tiendas para las armas
y barracones católicas y turco,
del campamento donde
allenando
punto estuvo
el airedededejar
humo la negro
piel, regresó a España,
y cenizas. donde vivió
El estandarte con
entre
la cruz roja de San Andrés ondeaba triunfante en lo alto desus
Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos la
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra
torre. Los soldados atendían a los heridos y desprendían a los de galeras
de Nápolesdepara
cadáveres todoluchar
lo quecontra
tuvieselavalor:
amenaza turca,
anillos, que había
collares, mo-
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
nedas... Vaciándoles bolsas y faltriqueras sin recato alguno. el temible
corsario Dragut
El sol sobrealto,
ya brillaba las armadas cristianas.
y los hombres que iban más prote-
gidosElse
poderoso
liberaban reydeFelipe II, paladín
las pesadas de lalas
corazas, causa católicay por
escarcelas los
encima de todo—incluso
morriones, ofendidos porpor encima
el calor dellosPapa
que hacíadechorrear
Roma, que de
empleaba
sudor. En más fondos
el patio, en turbios
donde la tierranegocios para suybenefi
estaba revuelta mojada cio
que en proporcionar
de sangre, un grupoapoyo a quienesvigilaba
de centinelas defendían a lalaveintena
religión con
de
uñas
turcosy dientes—, habíarendido.
que se habían heredadoEstaban
de su padre
todosla desarmados
titánica guerra y
contra
desnudosel Turco,
de cinturaquepara
junto a la corona
arriba, algunosde Castilla
heridos y Aragón
aguantaban
era la potencia
en silencio más grande
los dolores. del la
Tenían mundo,
cabezaembarcándose
gacha y mirada entris-
una
contienda que duraría
te, conocedores casi doscientos
del destino años, interrumpida
que les aguardaba: o los matabansólo
por
como cortas treguas,
a perros y cuyo campo
allí mismo, de batalla principal
o los encadenaban al remoeran
de unalas
aguas
galeradel Mediterráneo.
para el resto de su vida.
La reconoció
Se casa de Habsburgo, contando
también entre con sus vastas
los cadáveres posesiones
al arráez de los
yturcos,
con el vestido
oro y laconplata llegados de las Indias, gastaba
turbante blanco y aljuba de color verdehasta el
último
oscuro,maravedí
quien habíaen muerto
luchar adebrazo partido con
los primeros contra todos pa-
el pecho sus
enemigos,
sado por una que estocada
no eran mientras
pocos, pues además
intentaba de la abierta
organizar a sus
hostilidad de mahometanos,
hombres para defender el patio. franceses, venecianos, holandeses
y alemanes
El asalto protestantes,
había sido ahora la mala
un éxito, relación
en menos deentre
media la hora
corte
española y la Inglaterra
los españoles isabelina
se adueñaron del amenazaba un nuevo
castillo sufriendo frente, y
solamente
claro, aunquede
una docena erabajas
el español
entre un imperio
muertos enorme de
y heridos y temible,
gravedad,era
uno
que contra todos.
ahora eran atendidos por el barbero en el interior del ba-
Aquella
luarte, mañanacomo
establecido de septiembre,
provisionalMartín sede
hospital despertó conSe
campaña. el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
204
velamen. Apartó
oían los gritos la manta
y los gemidos mojada
de lospor el relente
heridos, algunosnocturno y se
con terri-
puso en pie, se
bles heridas abotonó la camisa
y mutilaciones de las y, quehaciendo cuenco jamás.
no se curarían con las
manos, cogió agua
Las refriegas de una
al arma tinajasiempre
blanca y se lavóeranel rostro,
algo espabilándose.
brutal, donde
Las gotas resbalaron
la muerte llegaba tanto porensulacara batallasincomo
afeitar, que tenía
causada por labellas
in-
I
facciones,
fección deaunque las heridas del yojo la izquierdo
falta de higiene.bajaba hasta la mitad de
la mejilla
Después unadedelgada
escudriñar cicatriz.
como Tenía
sabuesosuna nariz rectade
el interior y la
labios
ga-
filera
nos turca
que solía torcer de lado en una media
y las ruinas de la torre, los soldados encontraron a sonrisa cuando algo
le divertía.
la joven María Su ceño, que por
Quintana manía
y a sus o costumbre
sirvientas en las casi siempre
mazmorras
mantenía
Martínfruncido,
del castillo, situadas
de la Vega lebajo
daba
era el profundidad
baluarte.
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomo lo
si
habíaestuviese
sidolas
Iban atento
sumujeres a
padre bajo todo. Se mojó
los estandartes
sucias también
y con los vestidos el pelo
del emperador castaño
raídos, mirandoCarlos.y
revuelto
a todos y se loasustadas
entre echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muy joveny agradecidas.
como arcabucero También en el estaban
tercioallí de
por
los unoscofres
dos débiles trazos.
llenos de dinero que Luguerio envío a la familia
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
Quintana,el norte y porde la
ahora crujía entre
allí los
los ytrasladaban
Italia de marineros
a la galera,
a Flandes, y soldados
donde Franciaque
fondeada en el
habíaya
abarrotaban
arenal alnuevamente
entrado lado ladel
galera
navío
eny se acercó
turco.
liza a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesPróspero don
díscolo que Ricardo
su corta
galleaba Villalobos
comoedadsilede apoyado
hacía en
ser, pronto
un caballero la cureña
destacóde
triunfante antela
en
moyana,
los ojossede
la liza con sus la ofi
tratase. camisa
ciales blanca que
al demostrar
Iba orgulloso de yasuenera gris abierta
numerosas
hazaña, hasta el
ocasiones
acompañando
pecho,
cualidades
a su dama donde como brillaba
mientras sangreseuninstalaba
escapulario
fría, disciplina
junto deyaun
lalas
Virgen
valor del rozaba
que
sirvientas Carmen,
bajo ella
el ancho
temeridad, bonete
toldo de la labrándose ladeado
galera, en popa. haciéndole
con su acero
Bien sombra
unaque
sabía buena en la cara y los
reputación entre
su participación ojos
en
fi
losjos en el
camaradas.
la lucha horizonte, en las siluetas que dibujaban
no había ayudado en absoluto a conseguir la victoria. las torres del
puerto así, élCorona.
AunDespuésde sería el héroe de la jornada.
de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Por orden española
a Italia,
del Martín
capitán, volvía
entre a Italia
los ellos, después
de la de
arrojándose
marineros sin combatir
empacho
Magdalena
al
a corso
las
liberaron berberisco
múltiplesa losdelicias en que
galeotes la ría de Tetuán.
aquella
cristianos tierra Las naves
ofrecía
encadenados acapturadas
a los holgados
la galera
habían
de bolsa,sido más
gastándoselo bien pocas—apenas
todo en festines
turca. Los afortunados corrían por la playa gritando de ale- alguna fusta
milaneses y enemiga—y
en bellezas
el
gríabotín
napolitanas, escaso.
y abrazándosemetiendo entremano ellos,en sin
todo lancea ycreerse
llegar mujer lahermosa
suerte
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada
que tenían. Eran muy pocos los que lograban ser liberados podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la remo,los
delmayoría ladetercios demorían
los soldados
mayoría los Austrias
jóvenes se
por culpa habían
hacían loconvertido
de los mismo,
cañonazos eno los
atraídosse
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de
hundían junto a la galera, ya que nadie se paraba a desenca- Europa,
la que losen las aguas
españoles del
eran
Mare
dueños.
denarlos Nostrum
Para
durante cada
ellos vezera
Italia
el combate. eracomo
más difícil
un generoso
Algunos, contener a lacon
paraíso
los galeotes ingente
bañado
más
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
205
15
Poco másyatarde,
antigüedad, teníantras
el la batalla
cuerpo de Gelvespor
deformado contra el Turco,
el tormento
que resultó
y casi penosa
ni podían jornadaenpara
ponerse pie. las armas católicas
Hombres y donde
adultos lloraban
acomo
puntoniños
estuvo de dejar
mientras la piel, regresó
abrazaban a España,que
a los marineros donde vivió
los des-
entre Sevilla
herraban y Madrid.
de los grilletes.Y cuando vio esfumados todos sus
ahorros
Les Martín sentó plaza
fue prometido que deunnuevo
barco en
de la escuadra vendría
transporte de galerasa
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que
buscarlos, y aunque algunos pusieron el grito en el cielo por había
crecido
temor atras una serie de
ser engañados y novictorias obtenidas
salir nunca por el
de aquella temible
isla, rápi-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
damente todos callaron en cuanto al capitán se le hinchó la
venaEly poderoso
amenazó rey conFelipe II, paladín
arcabucearlos allíde la causa
mismo católica por
si dudaban de
encima de todo—incluso
su palabra. Villalobos teníaporcosas
encima
másdel Papa de Roma,
importantes que
de las que
empleaba
preocuparse,máscomofondos en turbios
salvar negocios
la distancia quepara su benefide
los separaba cio
que en proporcionar
Corona sin toparse conapoyo a quienes
galeras defendían
turcas. En un mar la religión con
infestado
uñas y dientes—,
de piratas como había
aquel,heredado
incluso unade sutravesía
padre lacorta
titánica guerra
mantenía
contra
en vilo el Turco,
hasta quetemplado
al más junto a la decorona de Castilla y Aragón
los capitanes.
era la
Unpotencia
tema que más grande del
amargaba mundo, embarcándose
a Villalobos en una
era no poder llevarse
contienda
consigo la que duraría
galera casiy doscientos
corsaria el bergantín. años,
Ambosinterrumpida
bien valíansólo
un
por
par cortas
de miles treguas, y cuyo
de escudos, campodedeunbatalla
además extra siprincipal
tambiéneran las
llevaba
aguas del
a Italia a Mediterráneo.
los prisioneros turcos. Pero aquello sería arriesgarse
muchoLa casa de Habsburgo,
y la avaricia podría contando
romper el con sus
saco. vastas
Por posesiones
el momento, la
yrecompensa
con el oro yprometida
la plata llegados de lasera
por el duque Indias, gastaba
suficiente parahasta
asegu-el
último
rarse elmaravedí
futuro, asíenqueluchar a brazo
no había partido
más que contra todos sus
pensar.
enemigos, que notodavía
Los soldados, eran pocos, pues yademás
temblorosos de la abierta
con la mirada perdi-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
da por la tensión del combate, manchados de sangre y con las
ycamisas
alemanes protestantes,
pegadas ahora
al cuerpo por la
el mala
sudor,relación
empezaronentrea la corte
retirar
española y la Inglaterra
los cadáveres del patio isabelina amenazaba
para montar un nuevo frente, y
el campamento.
claro, aunque
Los era el eran
otomanos español un imperio enorme
amontonados y temible,
en el arenal, era
mien-
uno
trascontra
que lostodos.
españoles serían sepultados y honrados con una
misaAquella mañana
cristiana demisma
aquella septiembre, Martínfueron
tarde. Nueve se despertó con el
enterrados
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
206
velamen.
aquel día,Apartó la manta
entre ellos mojada por
el simpático el relente
Enrique nocturno
Corrales, y se
pérdida
puso
de la en quepie, se abotonó
muchos camaradas la camisa y, haciendo brindando
se lamentaban, cuenco conpor las
manos,
la memoria cogióde aguasu de una tinajacaído.
compañero y se lavó el rostro, espabilándose.
Las El gotas
día resbalaron
llegaba a supor fin ysulas cara sin afeitar,
primeras sombras que del tenía bellas
anoche-
I
facciones,
cer se acercabanaunqueadel ojo izquierdo
la playa. Los soldadosbajabasehasta relajabanla mitad
senta-de
la
dos mejilla una delgada
en grupos, cenando cicatriz. Tenía una algo
y compartiendo narizderecta beber, y labios
disi-
fipada
nos que solía torcer de lado en
ya la adrenalina y la tensión del combate.una media sonrisa cuando algo
le divertía.
El piloto Suaconsejó
ceño, que pasar porallí
manía o costumbre
la noche y partir por casilasiempre
maña-
manteníaMartín
na, pues fruncido,
losde le
la Vegaestaban
galeotes daba
era soldadoprofundidad
agotadosdel rey a
trasde su mirada,
la España, como
marcha forzada como lo
si
habíaestuviese
de lossido atento
su padre
últimos a
días, bajotodo.
lo que Se
losera mojó
estandartes también
peligroso del el pelo
emperador
ya que castaño
Carlos.y
si encontraban
revuelto
navíos y se lo echó hacia atrás,dedespejando la frenteasurcada
Se enemigos
alistó muy en joven
el camino como vuelta necesitarían
arcabucero en el tercio la gen-de
por
te unos
fresca débiles
para trazos.
poder maniobrar bien, incluso huir. El capitán
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
se mostró
el norte deporde la crujía
acuerdo,
Italia yasí entre
de allí los
que marineros
aseFlandes,
llenaron y soldados
barriles
donde que
y ánforas
Francia ya
había
abarrotaban
con el agua
entrado la galera
dulce
nuevamente delen ypozo,
se
lizaacercó a proa,Pese
se improvisó
con España. donde a losebrioso
un campamento encontraba
y a en
las
el
el capitán
patio deldon Ricardo
castillo para Villalobos
pernoctar apoyado
y se
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
fijaron la cureña
guardias de
conla
moyana,
arcabuces
los ojos decon sus la ofi
para camisa
dar
cialesla blanca
alarma que
al demostrarconyaun era
en gris abierta
disparo
numerosas hasta el
a laocasiones
mínima
pecho,
amenaza.
cualidades donde como brillaba
sangre unfría,escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado
labrándose
En el arenal, cercacon haciéndole
de su lasacero
galeras,sombra
unaMartín, en la cara
buena reputación y los
Afonso y algu- ojos
entre
fi
losjos en
más descansaban en torno a una pequeña hoguera endel
el
noscamaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres la
puerto de
que Después Corona.
cocinaban decarne
variasdecampañas
gallina. muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Mojaban española
a Italia, durovolvía
el panMartín yentre a Italia
ellos,
pinchaban lasdespués
arrojándose
tajadas de de combatir
sincarne
empachocon
al
a corso
las berberisco
múltiples deliciasen la
que ría de
aquella Tetuán.
tierra
sus dagas, dando cuenta de la cena con avidez, pues la espera Las
ofrecíanaves a capturadas
los holgados
habían
de
y elbolsa, sido
combate más
gastándoselo bien pocas—apenas
les habían todo en festines
espoleado alguna
milaneses
el hambre. fustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas,escaso. metiendo manodeensutodo lance
Afonso quitó el corcho botella de yaguardiente
mujer hermosa y le
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino. los españoles
Nada
dio un buen trago, luego mojó el tapón con el líquido y lo podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría
apretó losdetercios
contra los de los
soldados
la herida deAustrias
jóvenes
su mentón. se habían
hacían
Martínloconvertido
mismo, en los
le habíaatraídos
cosido
dueños
por
el corte de
aquella los campos
tierra
después la de
extranjera
de batalla
refriega,y ricay en
de Europa,
la queno
aunque losen las mal
aguas
españoles
tenía del
eran
color
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
207
15
era Poco
buenomás tarde, tras
asegurarse de la batalla
que no sede Gelves contra
infectara, el Turco,
de lo contrario
que resultó penosa
le produciría fiebre.jornada
Aquellapara
heridalas era
armas un católicas y donde
precio razonable
ateniendo
punto estuvo de dejar
en cuenta quelaelpiel, regresó había
portugués a España, donde vivió
despachado, él
entre
solo, aSevilla y Madrid.Como
cinco jenízaros. Y cuando
Sansónvio esfumados
contra todosUna
los filisteos. sus
ahorros Martíndesentó
hazaña digna plaza de nuevo en la escuadra de galeras
recordar.
de Nápoles
El vascopara lucharotro
Izaguirre, contra la amenaza
superviviente delturca,
pequeño quegrupo,
había
crecido tras allí
descansaba unajunto
seriea de victorias
ellos, besando obtenidas por el
el jarro como untemible
desal-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
mado y dando gracias por seguir vivo y entero.
El poderoso
—Dios rey vuestra
está con Felipe II, paladínbrindo
merced, de la causa católica
por ello por
—le dijo
encima
el vascode todo—incluso
a Afonso, por encima
levantando su jarradel Papa de Roma,
y vaciándola que
de un tra-
empleaba más fondos
go. El portugués hizo loenmismo,
turbiosagradeciéndole
negocios paraelsu beneficio
gesto.
que en—Yaproporcionar
me lo cobrará, apoyo a quienes
nunca me da defendían
nada gratis.la religión con
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
Rieron a carcajadas los soldados, olvidando poco a poco la
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
procesión que llevaban por dentro después de aquella jornada.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
Martínque
contienda se duraría
sentía algo febril, y seaños,
casi doscientos le había calentadosólo
interrumpida la
frente
por haciéndolo
cortas treguas, sudar,
y cuyodestemplado.
campo de batalla Sin duda efecto
principal erande las
la
mojadura,
aguas la frugal cena y la vigilia de la noche anterior. De
del Mediterráneo.
todas maneras él era de la opinión de que no había mal que
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
un buen trago no pudiese arreglar, así que bebía sorbos cortos
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
de su pellejo de vino mientras digería la cena, calentándose el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
cuerpo con la bebida y las danzantes llamas de la hoguera.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
El capitán
hostilidad Villalobos no era
de mahometanos, amigo venecianos,
franceses, de la embriaguez en la
holandeses
ytropa, pero protestantes,
alemanes como buen veterano
ahora lasabía
malaque después
relación de la
entre uncorte
día
como aquel
española y la era bueno isabelina
Inglaterra darles alguna licenciaunanuevo
amenazaba sus hombres,
frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible,sol-
para que calmasen los ánimos. Por eso permitió que sus era
dados disfrutasen
uno contra todos. de la comida y la bebida encontradas en el
campamento turco, que no fue poca, pues llevaban sus navíos
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
208
velamen.
cargados Apartó
del botín la manta mojada por
de sus correrías. Deeltodas
relente nocturno
formas y pese y se
a
puso en pie,
la manga anchase abotonó
del momento la camisa todos y, se
haciendo
mantenían cuenco consin
alerta, las
manos,
pasarsecogió
con el agua
vino; dedeunalotinaja y se lavó
contrario el rostro,
podría espabilándose.
ocurrirles lo mismo
Las
que gotas resbalaron
a los turcos por los
y ser ellos su desorejados
cara sin afeitar,en mitadque de tenía bellas
la noche.
I
facciones,
En la guerra aunque
cruel, del ojo izquierdo
es sabido que donde bajaba
las danhastalas la mitad de
toman.
la mejilla una delgada cicatriz.* Tenía una nariz recta y labios
finosLorenzo
que solíaLeone torcercogióde lado con endosunadedos
mediauna sonrisa
mosca cuando
ahogada algo
le
endivertía.
el agua de Sulaceño,jofaina quey por manía
la tiró o costumbre
al suelo, se lavó elcasi rostrosiempre
para
mantenía
Martín de
despejarse, fruncido,
se lafrotó le
Vegalos daba
erarestos profundidad
soldado de del a
rey de
sangre su
seca mirada,
España,
que aún comocomo
que-lo
si estuviese
había
dabansido entre atento
su sus
padre a
uñas todo.
bajo y los Se mojó
estandartes
se puso también
una camisa el
del emperadorpelo
limpia. Luegocastaño
Carlos.sey
revuelto
vistió yropilla
se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Selaalistó de cuero
muy jovennegrocomo dejándola
arcabucero desabrochada
en el tercio sobrede
por
el unos
pecho débiles
y salió trazos.
fuera de la tienda a pasear por la playa.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
haciaHabía
el norte por
comidode la crujía
Italia
junto aentre
y de allí los marineros
a Flandes,
Próspero y soldados
donde
y al capitán, Francia
pero se que ya
había
retiró
abarrotaban
entrado la galera
nuevamente
pronto después en
de apenasy se
lizaacercó aunos
con España.
comer proa,bocados.
donde
Pese a losebrioso
encontraba
Tenía y aca-
la las
el capitán
veces
beza endíscolo don
otro que Ricardo
sitio,suycorta Villalobos apoyado
edad letormento
el habitual hacía ser,que en
pronto la
sufría cureña
destacó
su mentede la
ante
moyana,
los ojos de
le cerraba conasus la ofi
menudocamisa
cialesel blanca que Caminó
al demostrar
estómago. ya en
eranumerosas
gris
entre abierta hasta el
ocasiones
las hogueras
pecho,
cualidadesdonde
y los grupos comodebrillaba
sangre
soldados unfría,
escapulario
quedisciplina dey un
la Virgen
reían y cantaban valor del rozaba
que
alegres: Carmen, la
el ancho bonete ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
puerto de Corona.Cadenas de Navarra
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La galera barras de Aragón
española
adinerados a Italia, Martínvolvía
entre a Italia
ellos, después de
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a corso
múltiples castillos
berberisco delicias de que
en Castilla
la ría de Tetuán.
aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían sido más bien
y leones de todo
de bolsa, gastándoselo pocas—apenas alguna fusta
Leónen festines milaneses y en bellezas enemiga—y
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios
No tiempos
le
había ponía
hecho aciagos
en su paracon
camino.
amistad los españoles
Nada
nadie podía
y más ende el uno
Mediterráneo.
reprochársele, lo mirabapues
Mientras
la
conmayoría
recelo losde tercios adesulos
los soldados
debido Austrias
origenjóvenes se habían
hacían
veneciano, loconvertido
por mismo, en los
atraídos
lo que paseaba
dueños
por decual
aquella
solitario los campos
tierra de
extranjera
fantasma, conbatalla
ysus
rica en
de Europa,
negras que losenespañoles
la vestiduras las aguaseran
fundiéndo- del
Mare
se en Nostrum
dueños. lasPara
sombras cada
ellos de vez
Italia eracomo
era
la noche más
como difícil contener
unsigeneroso
fuesen a la ingente
laparaíso
misma bañado
cosa.
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
209
15
Poco
Llegómás tarde,los
así hasta tras la batalla
pies de Gelves
del minarete, contra el alum-
pobremente Turco,
que resultó
brado penosa
por una fogatajornada
que ardíaparacerca
las armas
y que católicas y donde
hacía destacar la
adescolorida
punto estuvo de dejar
pintura la piel,
naranja queregresó
algunaa España, donde
vez cubrió sus vivió
pie-
entre Sevilla yese
dras, dándole Madrid.
nombre Y de
cuando
la torreviodil
esfumados todos
fuocco, o del sus
fuego
ahorros
para losMartín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
españoles.
de Nápoles para luchar
En un tiempo pasado, contra
cuandola amenaza
el mundoturca, quejoven,
aún era había
crecido trasiluminaba
aquel faro una serie adelosvictorias
intrépidosobtenidas
marinosporqueel navega-
temible
corsario
ban esasDragut
aguas, sobre las que
al igual armadas cristianas.
el pozo, todavía útil pero devo-
radoElpor
poderoso rey Felipe
la maleza, II, paladín
había calmado sude
sedladurante
causa católica
siglos. por
Ya
encima
sólo erande viejas
todo—incluso
piedras por encima
cubiertas dedel Papa de Roma,
enredaderas. Despuésque
empleaba más fondos
de tantas guerras y de en turbios
tanta negocios
sangre, Lorenzo para
creíasuque
benefi cio
el fu-
que
turoennoproporcionar apoyo
era más que eso, a quienesen
convertirse defendían la religión
ruinas vencidas porconel
uñas y dientes—,
tiempo: había
un enemigo heredadoLadevida
imbatible. su padre la titánicafugaz
era demasiado guerra y
contra el Turco,
los momentos que demasiado
felices junto a la corona
breves. de Castilla y Aragón
era la potencia
Recorrió más
con grande
la vista del mundo,
el grupo embarcándose
de soldados sentados en una
frente
contienda
a la hogueraqueque
duraría
reíancasi doscientoscomida
y compartían años, interrumpida sólo
y bebida. Estaba
por cortas
a punto detreguas,
marcharsey cuyo campo
cuando de distinguir
creyó batalla principal
a uno. eran
Enton-las
aguas
ces sedel Mediterráneo.
acercó un poco y vio a Martín, quien a su vez le devolvió
La casacon
la mirada de Habsburgo,
las luces de contando
las llamascon sus vastas
danzando en posesiones
su rostro.
yLorenzo
con el oro
dioymedia
la plata llegados
vuelta y sede las Indias,
alejó gastaba
unos pasos, hasta
pero el
unas
último
voces amaravedí
su espaldaenleluchar
hicierona brazo partido contra todos sus
detenerse.
enemigos, que cuidar
—Deberíais no eran pocos,
mejor pues además
del cachorro de pues
del duque, la abierta
pocas
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
garras tiene. Hoy casi lo parten en dos como a un madero seco.
y alemanes
Cuandoprotestantes,
el veneciano ahora
se girólavio
mala
querelación entre
Martín se la corte
estaba po-
española
niendo en pie, zafándose de su amigo el portugués que trata-y
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
ba de aunque
sujetarlo era el un
por español
brazo.un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
—¿Teníais sueño hoy en la refriega, capitán Leone? —de-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
210
velamen. Apartó el
cía con malicia la español
manta mojada mientras porseelacercaba—.
relente nocturnoEs sabidoy se
puso en pie, se abotonó
que últimamente la camisa
no descansáis y, haciendo cuenco con las
bien…
manos, cogióavanzó
Martín agua dehasta
una tinaja y se lavóestuvieron
que ambos el rostro, espabilándose.
a pocos pal-
Las gotas resbalaron por
mos de distancia. Los dos se quedaron su cara sin afeitar, que
inmóviles tenía bellas
frente a
I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
frente, rodeados por una espesa tensión que podría cortarse hasta la mitad de
la
con mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
una navaja.
finos—No que solía
deseotorcer
batirme de lado
con envosuna media sonrisa
—contestó Lorenzo—. cuando algo
Al me-
le
nos divertía.
no ahora.Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido, le era
daba profundidad
del rey adesu mirada, como
—¿Qué de la Vega
tiene de malo soldado
este momento? España, como lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
—Tengo
revuelto y se un asunto
lo echó queatrás,
hacia atender. despejando la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
No era el temor
por unos débiles trazos. lo que frenaba la mano de Lorenzo sino la
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
prudencia, no quería echarlo todo a perder ypor un estúpido
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, donde soldados
Franciaque habíaya
duelo ahora
abarrotaban que había
la galeraen llegado
y se tan lejos.
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. dondea losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóya
el —Tenéis
capitán don un asunto
Ricardo que resolver
Villalobos conmigo.
apoyado en ¿O
la es que
cureña de no
la
ante
os
los acordáis
moyana,
ojos de con de
sus nuestra
la ofi
camisa conversación?
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho,
cualidades donde
Martín como brillaba
apretó unfría,
el puño
sangre escapulario
hasta quedeysus
disciplina la Virgen
un dedos
valor que delpusieron
se Carmen,
rozaba la
el ancho
blancos. bonete
Lorenzo ladeado
notó haciéndole
el gesto, pues sombra
llevaba
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
ratocara y los
estudiandoojos
fiajos
los su en el horizonte,El
contrincante.
camaradas. enespañol
las siluetas que dibujaban
no debía de alcanzar las torres
los vein-del
puerto
ticinco de Corona.
pero sin duda tenía un cuajo especial. En suvolvieron
mirada
Después de varias campañas muchos soldados
se veía
adinerados quea Italia,
La galera había derramado
española
Martín entresangre,
volvía a Italia
ellos, ydespués
no poca,de
arrojándose siny empacho
a su vez
combatir
ahabía
al corso
las sangrado
berberisco
múltiples y estado
deliciasen que cerca
la ría de de
aquella la
Tetuán. muerte.
tierra Las Se anotaba
naves
ofrecía en su
capturadas
los holgados
comportamiento
habían
de sido
bolsa, más bien
gastándoselo y en pocas—apenas
sus
todo movimientos
en festinesalguna casi felinos, losbellezas
fustayenemiga—y
milaneses en cuales
recordaban
el botín escaso.
napolitanas, ametiendo
los de unmano depredador
en todoque estuviese
lance y mujeral hermosa
acecho,
esperando
que Eranle
Dios para golpear
tiempos
ponía aciagos
en mortalmente
para los
su camino. a su reprochársele,
españoles
Nada podía presa.
en el Mediterráneo. pues
la —Melos
Mientras
mayoría acuerdo
deterciosmuy
los soldadosbien
de los —contestó
Austrias
jóvenes se el veneciano—,
habían
hacían loconvertido yen
ten-
mismo, atraídoslos
dremos
dueños
por tiempo
de
aquella los para
campos
tierra seguir discutiendo
de batalla
extranjera y ricaen otrolos
de Europa,
la que día. Olvidémoslo
enespañoles
las aguaseran
del
por ahora,
Mare
dueños.Nostrum
Para enellos
otra
cadaocasión
Italia erapelearé
vezera con
más difícil
como un gusto.
contener
generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
211
15
Poco más tarde, tras la batalla de Gelves contra el Turco,
—Mentís.
que —¡Por
resultóDios
penosaquejornada para las
no os permito armas
esas católicas
palabras! y donde
—rugió Lo-
arenzo
puntoalestuvo de dejar la piel, regresó a
límite de su paciencia—. No me conocéis. España, donde vivió
entre—Claro
Sevillaquey Madrid. Y cuando
sí, en Venecia vio esfumados
lo hacéis todoscada
desde la cuna sus
ahorros
vez que Martín
abrís lasentó
boca.plaza
Sois de delanuevo ende
estirpe la Judas.
escuadra de qué
¿Por galeras
no
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
volvéis junto a vuestra serenísima madre a intrigar con el del que había
crecido
turbante?trasDejad
una la serie de para
guerra victorias
quienobtenidas
la merece. por el temible
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
Lorenzo sentía cómo las palabras de Martín se le clava-
ban enpoderoso
El el pecho.rey Felipe II,todo
Arriesgarlo paladín de sería
ahora la causa
unacatólica por
estupidez,
encima de todo—incluso
pero había cosas que no se porpodían
encimaconsentir,
del Papano deentre
Roma, que
hom-
empleaba
bres comomás ellos.fondos en turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
—No me intimidáis con vuestras bravatas.
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
contraEn el
cuanto
Turco,aquello salió adelasucorona
que junto boca, Lorenzo supo
de Castilla que la
y Aragón
cosala estaba
era potencialista
más para sentencia.
grande Decirle
del mundo, eso era invitación
embarcándose en una
directa para luchar en el acto. Ya no había vuelta
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo atrás. Un
destello
por cortasdetreguas,
furia brilló
y cuyoen campo
los ojosdedel español,
batalla y Lorenzo
principal se
eran las
dio cuenta
aguas de que Martín bajaba la mano izquierda hacia el
del Mediterráneo.
mango del puñal que le cruzaba los riñones. Lo había visto
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
pelear antes; rápido y letal con daga y espada, muy a la es-
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
pañola. Lorenzo repasaba mentalmente todas las opciones
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
como buen soldado veterano, quizás tuviese una oportunidad
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
de poder desenvainar y ponerse en guardia antes de recibir
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
una puñalada mortal. Seguramente el español intentase un
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
jabeque, que era un tajo de daga en el rostro con la intención
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
de cegar al enemigo. Lamentaba no tener su pistola a mano,
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
hubiese sido fácil sacarla y acabar con aquel fanfarrón de un
uno contra todos.
disparo. Al fondo varios españoles ya se estaban levantando
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
212
velamen.
y cogían Apartó
sus armas la manta mojadaa por
para unirse el relente
la fiesta. Martín nocturno
seguíayen se
puso en pie,
sus trece se abotonó
y parecía más la quecamisa y, haciendo
dispuesto a zanjar cuenco con las
la discusión
manos,
allí mismo.cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las —El
gotasduqueresbalaronconfíapor mucho su cara sinSeguro
en Ivos. afeitar,que queseteníallevará bellas
un
facciones, aunque del ojo izquierdo
disgusto —dijo el español mientras los dos echaban mano debajaba hasta la mitad de
la
lasmejilla
espadas. una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finosEn queese solía torcer deapareció
momento lado en una media sonrisa
el capitán Villalobos cuandoe inme-algo
le divertía. Su
diatamente ceño,losque
todos por manía
presentes o costumbre
mudaron casi siempre
de apariencia reti-
mantenía
randoMartín fruncido,
de la Vega
las manos le daba
de lasera profundidad
soldado del rey
empuñaduras. Conde a su mirada,
unEspaña,
par de voces como
como el lo
si estuviese
había
capitán sido atento
su padre
disolvió a todo.
la bajo
verbena Se mojó
los estandartes también
y ordenó a del todos el pelo
emperador castaño
que se fuesen Carlos. ay
revuelto
descansar, y seallodía echó hacia atrás,
siguiente despejando
los necesitaba la frente
frescos surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en para salir de
el tercio al
por unos débiles
mar con lasgracias trazos.
primeras luces conocidos
de la mañana. A Martín,
Navarrete, a viejos de su familia, en cam-
y partió
bio,Caminó
hacia nortepor
leelmandó de la
montarcrujía
Italia y de entre
guardia allí los
en marineros
la carroza
a Flandes, y soldados
de
donde galeraque
laFrancia hasta
habíaya
abarrotaban
nueva orden,
entrado laygalera
nuevamente que se y encargase
en se
lizaacercó adeproa,
con España. quePesedonde losebrioso
a lasa mujeres encontraba
no
y ales
las
el capitán
faltara de don
nada. Ricardo Villalobos apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la cureña de la
moyana,
los ojos
Tan de con
sólosus la camisa
ofi
había ciales blanca
faltado unque
al demostrar ya en
pequeño eranumerosas
gris abierta
resorte para hasta
ocasiones
que el el
pecho,
cualidades donde
acero saliese como brillaba
de sangre
la unfría,
vaina, escapulario
pero disciplina
entonces deyLorenzo
la Virgen
un valordejó del rozaba
que Carmen,
de apre- la
el ancho
temeridad, bonete
tar los dientes ladeado
labrándose
y relajócon haciéndole
su acero una
los músculos, sombra en la cara
buenaa reputación
viendo y
Martín alejarselos ojos
entre
fijos
los en el
camaradas.
despacio. horizonte, en las siluetas que dibujaban
Todas las espadas volvieron a la baraja y la tensión las torres del
puerto
se disipó.de Corona.
El de resto de los españoles se acomodaron de nue-
Después varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
vo alrededor española
de laMartín
a Italia, hoguera, volvía a Italia
tapándose
entre después
con mantas
ellos, arrojándose de combatir
y capas,
sin empacho
al corso
amirando berberisco
las múltiplesal veneciano en
delicias que la ría de
de aquella Tetuán.
reojo y tierra Las
cuchicheando naves
ofrecía a los capturadas
entre ellos,
holgados
habían
hablando
de sido más bien
del duelo que,
bolsa, gastándoselo pocas—apenas
todoa en disgusto alguna
festinesdemilaneses fusta enemiga—y
los espectadores,
y en bellezas no
el botín escaso.
había tenidometiendo
napolitanas, lugar. mano en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios
Martín tiempos
le ponía
apartó aciagos
enlasupuerta para
camino. delos españoles
Nada
lona ypodía en
enellaMediterráneo.
entróreprochársele,
toldilla de puesla
Mientras
la mayoría losde tercios
los de
soldadoslos Austrias
jóvenes se habían
hacían
galera. Todavía se lo llevaban los demonios por culpa del inci- lo convertido
mismo, en
atraídoslos
dueños
por
dente de Lorenzo.
aquella
con los campos
tierra de batalla
extranjera
Notaba la en
y rica
que de Europa,
la que
sangre losenespañoles
le subía las
a laaguas
cabeza del
erany
Mare
dueños. Nostrum
Para cada
ellos vez
Italia era
era más
como difícil
un contener
generoso
sentía ansias de golpear todo lo que tenía delante. Sabía que a
paraíso la ingente
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
213
15
Poco
darle unamás tarde,altras
puñalada la batalla
capitán de lade Gelvesdel
guardia contra
duque elpodría
Turco,
que resultó
costarle penosa
caro, pero jornada
a veces su para las armas
orgullo católicas
le cegaba y donde
la razón. No
apodía
puntoesperar
estuvo más,
de dejar la piel,
sentía unosregresó a España,
irrefrenables donde
deseos de vivió
pre-
entre Sevilla
guntarle cara ya cara
Madrid. Y cuando
qué diablos hacíavioaquel
esfumados todos sus
espía siguiéndo-
ahorros Martín Su
los en Corona. sentó plazacomún
sentido de nuevo en la que
le decía escuadra de galeras
el capitán Leo-
de
ne Nápoles
ocultaba para
algo, luchar
y seguro contra laseamenaza
que no turca,
trataba de nadaque había
bueno.
crecido
—A tras unaservicio,
vuestro serie demivictorias
señora. obtenidas por el temible
corsario Dragut
La joven sobre
María las armadas
Quintana estaba cristianas.
recostada junto a sus sir-
El poderoso
vientas en uno de reylos
Felipe
catresII,cubiertos
paladín de delamantas
causa católica
dispuestospor
encima
para su de todo—incluso
comodidad; cercapor encima
de ellas deluna
había Papa mesade Roma, que
con platos
empleaba más que
y copas vacías fondos en turbios
mostraban negocios
los restos de lapara
cenasuque
benefi cio
el ca-
que enhabía
pitán proporcionar
ordenado apoyo a quienes
servir. Martíndefendían
advirtió que la religión con
Villalobos
uñas
habíay sacado
dientes—, habíabotella
la única heredado de suvino
de buen padrequelallevaban
titánica guerra
a bor-
contra el Turco,
do, además de una que juntodealoza
vajilla la corona
limpia.de Castilla y Aragón
era la
Lapotencia
dama teníamásel grande delymundo,
pelo largo dorado, embarcándose
alborotado por el encau-
una
contienda que duraría
tiverio, cayendo casi doscientos
en desorden sobre susaños, interrumpida
hombros. sólo
Bajo el vesti-
por cortasy treguas,
do verde blanco sey apreciaban
cuyo campolas decurvas
batalladeprincipal
su bonitaeran
forma las
aguas del Mediterráneo.
femenina, que a su edad estaban en plenitud. Las sirvientas
eranLa casa de
moras, al Habsburgo, contando
menos de aspecto, con sus vastas
y mantenían posesiones
la cabeza aga-
ychada
con elevitando
oro y laelplata llegados de las Indias, gastaba
contacto visual con el soldado español. hasta el
último maravedí
Martín pensó enen luchar
llenarseauna
brazo
de partido
las copascontra
con eltodos sus
vino que
enemigos,
quedaba enque no yeran
la jarra pocos,
bebérselo pues
de un además
trago, de la los
para ahogar abierta
ma-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
los pensamientos, pero aguantó la tentación y se quedó de pie
yapoyado
alemanes protestantes,
a uno de los palosahora la mala relación
que sujetaban entre la
el descolorido corte
toldo.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
La hermosa noble no le quitaba ojo de encima, Martín
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
sentía que ella lo miraba con esos ojos jóvenes llenos de cu-
uno contra todos.
riosidad, atraída por el misterio clavaba su mirada en la es-
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
214
velamen.
pada del Apartósoldado, la en
manta
su jubónmojada de por
cueroel relente
lleno denocturno
remiendos, y se
puso en pie, se su
sus cicatrices, abotonó
pelo suciola camisa y, haciendo
y revuelto, en sucuencoaspectocon las
rudo
manos, cogió Sin
y peligroso. aguaduda de una entinaja y se lavó
su palacio el rostro,
habría oídoespabilándose.
los horrores
Las
que gotas resbalaron
la soldadesca por
solía su caradurante
cometer sin afeitar, que tenía
los saqueos, bellas
incluso
I
facciones, aunque dela ojo
a veces violentando las izquierdo
mujeres de bajaba
noblehasta cuna la mitad no
cuando de
la
lasmejilla
raptaban unapara delgada pedircicatriz.
un rescate. Tenía unaaquella
Pero nariz recta
jovenyno labios
pa-
firecía
nos que solía torcer
asustada de ladoque
del hombre en una
teníamedia
enfrente,sonrisamás cuando
bien todoalgo
le
lodivertía.
contrario. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Al fin fruncido,
Martín María
de la Vega le era
Quintana daba seprofundidad
acercó
soldado delarey adesu
la mesa ymirada,
España, se sirvió
comocomo
unlo
si estuviese
poco sido
había de agua atento
su padre a
fresca, todo. Se
bajodisimulando mojó
los estandartes también
su del
verdaderoel pelo
emperador castaño
Carlos.y
propósito:
revuelto
sentarse yunse poco
lo echó hacia atrás,
de él.despejando la frente surcada
Se alistó muymás cercacomo
joven arcabucero en el tercio de
por unos
Martín, débiles
algotrazos.
nervioso,
Navarrete, gracias a viejos vaciló e hizodeademán
conocidos su familia,de retirarse,
y partió
hacia el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Franciaque
pero Caminó
se detuvo por la crujía
inmediatamente. entre losSemarineros
volvió y
hacia soldados
ella, entonces ya
había
abarrotaban
se miraron
entrado alalos
nuevamente galera
ojosen y selizaacercó
durante conunos a proa,
largos
España. donde
Pese a losebrioso
segundos. encontraba
Losyde la
a las
el
vecescapitán
joven erandon
díscolo deque Ricardo
trazo casiVillalobos
su corta perfecto,
edad le hacía apoyado
de una en la cureña
ser, tonalidad
pronto de
indefini-
destacó antela
moyana,
ble,ojos
los con de con la ofi
destellos
sus camisa
azulados.
ciales blanca que yacoronados
Estaban
al demostrar eranumerosas
en gris abierta
por finas hasta
cejas
ocasiones el
pecho,
que endonde
cualidades vezcomodebrillaba
sersangre unfría,
rubias escapulario
como dey un
los cabellos,
disciplina la Virgen del rozaba
eran negras.
valor que Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete
Aquellalabrándose ladeado
situación, con haciéndole
extrañasu acero sombra
paraunaun buena
hombre en la cara
reputación y
como Martín,los ojos
entre
fi
losjos
duró en el
camaradas.horizonte, en las siluetas que
sólo un instante. Después apartó la vista bruscamen- dibujaban las torres del
puerto
te, como de siCorona.
sedearrepintiera de haberse dejado vencervolvieron
por los
Después varias campañas muchos soldados
La
adinerados galera
ojos de la joven. española
a Italia, Entonces volvía
Martín entre a Italia
estiróellos,
el brazo después
y alcanzó
arrojándose de
sin combatir
laempacho
jarra de
al corso
avino. berberisco en la ría de Tetuán. Las
las múltiples delicias que aquella tierra ofrecía a los holgados naves capturadas
habían
de bolsa,
—Los sido más bien
gastándoselo
soldados pocas—apenas
todo en
siempre festines
bebéis alguna
muchomilanesesfustayella
—dijo enemiga—y
en brusca-
bellezas
el botín
napolitanas,
mente. escaso. metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
Eran
que Dios
Martín tiempos
le ponía
se quedó aciagos
en su para los
camino.
paralizado españoles
Nada
como podía en el Mediterráneo.
reprochársele,
una estatua de hielo,pues no
Mientras
se esperaba que le dirigiese la palabra y mucho menos quelos
la mayoría losde tercios
los de los
soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en
atraídos le
dueños
por de
aquella los campos
tierra de
extranjera batalla
y rica en
de Europa,
la
dijese algo así. No había tono de burla ni desprecio en la voz que losen las
españolesaguas del
eran
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
215
15
de laPoco más
joven, tantarde, tras la batalla
sólo comentaba un de Gelves
hecho quecontra el Turco,
sin duda había
que
vistoresultó
durantepenosa
toda sujornada
vida. para las armas católicas y donde
a punto estuvo
—Sólo de dejar
cuando la piel, regresó
celebramos algo, mia España,
señora donde vivió
—contestó
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos sus
avergonzado.
ahorros
—¿EnMartín sentó
ninguna plaza
otra de nuevo
ocasión en la escuadra de galeras
bebéis?
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
Ella parecía divertida.
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—Bueno…Cuando
corsario Dragut sobre las algo nos aflige
armadas también... Supongo.
cristianas.
—¿Y
El ahora cuál
poderoso rey es el caso,
Felipe soldado?
II, paladín de la causa católica por
encimaMartín mojó los labios por
de todo—incluso y dejó otra vez
encima la Papa
del copa sobre la mesa.
de Roma, que
empleaba másseguir
—Celebro fondosvivoen —dijo
turbiosconnegocios para su beneficio
sencillez.
que enLa proporcionar apoyo apreguntándose
miró largo y tendido, quienes defendían la religión
si realmente con
aque-
uñas y dientes—,
lla mujer había
valía toda heredado
la sangre de su padre
derramada la titánica
ese día, si merecíaguerra
que
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla
su paga y la de sus camaradas dependiesen de su destino. Pero y Aragón
era
era la potencia
joven más grande
y hermosa, del mundo,
cualquiera embarcándose
mataría por ella, decidióenal una
fin.
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
Le recordaba a Helena, por cuya belleza murieron tantos hom- sólo
por
brescortas treguas,
en la guerra deyTroya.
cuyo campo
Entonces desebatalla
percató principal
de que éleran
nunca las
aguas
podríadel Mediterráneo.
poseer a una mujer así. Había estado con mujeres her-
La casa
mosas, de Habsburgo,
en España contando
y en Italia, con sus
pero aquella eravastas posesiones
distinta, de otra
ycondición,
con el oroinaccesible
y la plata para
llegados de las Indias, gastaba
él. Por un momento le pareció unahasta el
último
enormemaravedí
injusticia.en¿Aluchar
cuántosa turcos
brazo hapartido
matadocontra todoshoy?
Próspero sus
enemigos,
Se preguntaba.que Yonomaté
eransinpocos,
vacilarpues
a tresademás de la tres
para salvaros, abierta
vi-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
das que mandé al infierno o a donde sea que vayan los infieles holandeses
yotomanos,
alemanespero protestantes,
nunca seréahora la mala
más que aquelrelación
sombríoentre la corte
soldado con
española
el que cruzasteis un par de palabras sin importancia. En cambioy
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro,
será élaunque era el español
quien comparta uncon
su lecho imperio enorme
vos cuando le yplazca.
temible, era
Podrá
uno contra rodearse
ignoraros, todos. de rameras, y cuando vuelva a sus aposen-
tos de palacio
Aquella allí estaréis
mañana vos, humillada,
de septiembre, esperándole.
Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
216
velamen. Apartó por
Se imaginó la manta mojada por
un momento el relente
al hijo del duque nocturnofrente y se
a
puso
él conenlapie, se abotonó
espada en la mano, la camisa
en uny,callejón
haciendo cuenco
oscuro dondecon los
las
manos,
títulos cogió agua de
nobiliarios nouna tinaja y se lavó
importasen nadaelyrostro,
lo único espabilándose.
que podría
Las
salvargotas resbalaron
su noble pellejopor fuesesu lacara sin afeitar,
destreza que tenía
y la hombría. Enbellas
esas
I
facciones,
circunstancias aunque del matarlo
podría ojo izquierdo como bajaba
a un perro,hastapensaba,
la mitadvos de
la mejillapresenciarlo,
podrías una delgadaycicatriz. aun así yo Tenía una nariz teneros.
no merecería recta y labios
finosAquellas
que solíareflexiones
torcer de lado en una
habían media
llevado sonrisa acuando
a Martín una espe-algo
le
ciedivertía. Su ceño,causada
de duermevela que porpor manía o costumbre
el agotamiento de casi siempre
la jornada y
mantenía
los vapores
Martín defruncido,
dellavino. le daba
VegaEstaba profundidad
como rodeado
era soldado a
del rey depor su mirada,
una nube
España, comocomo
quelo
si estuviese
le producía
había atento
sido suuna padre a
extrañatodo.
bajo los Se mojó
sensación
estandartes también el
de irrealidad.
del emperadorpelo castaño
Por un ins-y
Carlos.
revuelto
tante ysupo
se losiechó hacia atrás, despejando la frente surcada
Senoalistó muy estaba
joven dormido
como oarcabucero
despierto, hasta en elque la gra-
tercio de
por
ve unos
voz del débiles
capitán trazos.
Villalobos diciéndole que ya podía retirarse
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
le hizo volver
el norte por enla
de crujía
sí.
Italia Antes
y deentrede los
allí airsemarineros
miró de
Flandes, dondey soldados
nuevo a la que
Francia jovenya
había
abarrotaban
María Quintana,
entrado la galera
nuevamente queen y selizaacercó
tumbada con en asuproa,
España. jergóndonde
Pese a losebrioso
parecía encontraba
dormida,
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el
y capitán
entonces don
sus Ricardo
ojos se Villalobos
abrieron, apoyado
cruzándose en
con la cureña
los de Martín
antela
moyana,
a modo
los ojos dedecon la ofi
camisa
despedida.
sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho,
cualidades donde
Al llegar abrillaba
como la tienda
sangre un se escapulario
tumbó
fría, en elde
disciplina la Virgen
suelo,
y un al lado
valor del
que Carmen,
derozaba
Afonso la
el
que ancho
ya bonete
roncaba ladeado
como un haciéndole
bendito. sombra
Buscó
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre a en la
tientas carasu y los
manta ojos
y
fise
losjoscubrió
en el horizonte,
camaradas. en las siluetas
con ella, procurando que dibujaban
dormir. Las palabras las torres
compar- del
puerto de Corona.
tidasDespués
con María Quintana le habían hechosoldados
sentirse volvieron
extraño,
de varias campañas muchos
La galera
avivando
adinerados viejas española
llamas
a Italia, Martín volvía
que Martín
entre a Italia
ellos,creía después
extintas.de
arrojándose combatir
El contacto
sin empacho
al
acon corso
las otra berberisco
mujerdelicias
múltiples había endespertado
la ría
que de Tetuán.
aquella sus Las
deseos
tierra naves
ofrecíacarnales
a loscapturadas
y éstos,
holgados
habían
a su
de vez,
bolsa,sido más bien pocas—apenas
desempolvaron
gastándoselo todo en festinesalguna
recuerdos. milanesesfustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
Unos años atrás, enmano
metiendo plenaenjuventud
todo lance y la yciudad
mujerde Milán
hermosa
que Eran
a sus pies
Dios tiempos
le había aciagos
ponía conocido
en para
a una
su camino. los españoles
mujer.
Nada podía en el Mediterráneo.
Erareprochársele,
hija del dueñopues
de
Mientras
una
la mayoría losdetercios
imprenta los de los
y quería serAustrias
soldados actriz.
jóvenes se
Era habíanloconvertido
peligrosamente
hacían en los
hermo-
mismo, atraídos
dueños
por de de
sa yaquella los
gustos campos
tierracaros, de batalla
morena,
extranjera con
y rica en Europa,
deun que losen
la timbre de las
vozaguas
dulce
españoles del
erany
Mare
sensual
dueños. Nostrum
que había
Para cada
ellos vezera
hecho
Italia era
que más difícil
Martín
como secontener
enamorase
un generoso a lahasta
paraíso ingente
bañadoel
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
217
15
Pocode
tuétano más tarde,
ella. trasmomento
En ese la batalla la
deechó
Gelvesde contra
menos.elLas Turco,
ca-
que resultó
ricias, penosa jornada
los susurros para las
íntimos entre las armas
sábanas, católicas
el calory de
donde
sus
acuerpos
punto estuvo de dejar
abrazados para la piel, regresó
ahuyentar a España,
el frío invernal.donde vivió
entrePensaba
Sevilla en
y Madrid. Y cuando
si ella también vio pensando
estaría esfumadosentodos él, y sus
de
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra
ser así, cuáles serían sus pensamientos. De todas las cosas de galeras
de
queNápoles para luchar
había dejado atrás encontra la amenaza
alguna parte del turca,
camino,queMartín
había
crecido tras una
sólo echaba serie de
de menos victorias
a aquella obtenidas
mujer. por el haberse
Lamentaba temible
corsario Dragut
dado cuenta sobre
ahora, las armadas
cuando cristianas.
ya la había perdido.
El poderoso
Durante rey
aquel Felipe
año juntoII, paladíninseparable
a aquella de la causa daga
católica por
vizcaí-
encima de todo—incluso
na en forma por encima
de mujer escultural del había
Martín Papa sido
de Roma, que
casi feliz.
empleaba
Pero su vidamásdefondos
soldado enleturbios
impedíanegocios para además
echar raíces, su benefi cio
ella
que en proporcionar
siempre decía que noapoyo
queríaa quienes
ser viudadefendían
y criar a la
unreligión con
hijo huér-
uñas
fano yde
dientes—, había heredado
padre. Ahora seguro que deyasuhabía
padre conocido
la titánicaaguerra
otro,
contra el Turco, que
algún funcionario, junto a Algún
o médico. la corona
hombrede Castilla y Aragón
de provecho. No
era la potencia
como él, espadamás grandedel
a sueldo delrey,
mundo, embarcándose
obligado a viajar y en una
pelear
contienda que mundo
contra medio duraría dejándose
casi doscientos
la pielaños, interrumpida
por pura necesidad. sólo
por cortas treguas,con
Imaginársela y cuyo
otrocampo
le hacíadedaño,
batalla principal eranuna
produciéndole las
aguas del Mediterráneo.
sensación desagradable que le quitaba las ganas de cualquier
LaEra
cosa. casa de Habsburgo,
normal, contando
siendo joven concomo
y celoso sus vastas posesiones
un sarraceno.
y conEnelvarias
oro y ocasiones
la plata llegados
él habíadetenido
las Indias, gastaba
encuentros conhasta el
otras
último maravedí
mujeres, en luchar
sin embargo, lejos adebrazo partido
ayudarle contra todos
a olvidarla, sus
éstos ha-
enemigos,
bían hechoquequeno eran pocos,
la recordase pues
más, además de
sintiéndose la abierta
extraño cada
hostilidad de mahometanos, franceses,
vez que yacía en el lecho con otra mujer. venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
Era muy probable que jamás la volviese a encontrar, así
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
que pensándolo bien lo mejor era olvidarla a golpe de taberna,
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
como cuando enterraba a algún camarada muy querido des-
uno contra todos.
pués de un combate. Sin embargo, Martín sabía que sacársela
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
218
velamen.
de la cabeza Apartóiba alasermantamás mojada
fácil quepor el relente
sacarla nocturno y se
del corazón.
pusoMartín
en pie,dormía
se abotonó la camisa y, cuando
profundamente haciendo lo cuenco con las
sobresaltaron
manos,
gritos ycogió agua de una
maldiciones, quetinaja y se lavó el rostro,
incrementaron espabilándose.
hasta convertirse en
Las gotas resbalaron por
un escándalo. Confuso y desorientado, su cara sin afeitar, que tenía
se incorporó y salió bellas
I
facciones, aunque del ojo
de su tienda. Entonces vio un enorme fuegoizquierdo bajaba hasta
que la mitad de
envolvía el
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una
palo mayor de la Magdalena, encallada en la playa. A su alre- nariz recta y labios
fidedor
nos que solía torcer
marineros de lado en
y soldados una media
trataban sonrisa cuando
de extinguir algo
las llamas
le
condivertía.
baldes Su de ceño,
agua. queEntre porelmanía
rebumbio o costumbre
apareció casi siempre
Afonso, tan
mantenía
somnoliento fruncido,
Martín dey la le
descamisado daba
Vega era soldado profundidad
como él. a su mirada,
del rey de España, como lo como
si estuviese
había atento
sido suatacan?
—¿Nos a todo. Se
padre bajo los estandartes mojó también el pelo castaño
del emperador Carlos.y
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se
—No alistó muy joven
veo turcos por ningunacomo parte.
arcabucero en el tercio de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
Miraron gracias
en todas a viejos conocidos
direcciones de su familia,
buscando enemigos, y partió
mu-
hacia Caminó
el norte porde la crujía
Italia y entre
de allí los
a marineros
Flandes, y
donde soldados
Francia que ya
había
chos soldados se juntaban indecisos, haciendo preguntas, al-
abarrotaban
entrado la galera y se
nuevamente acercó a proa,Pese donde losebrioso
encontraba
gunos con las armasen enliza con España.
la mano sin saber quéa hacer. y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado en la cureña la
ante
moyana,—Sea lo
con que sea
la ofi
camisahay que salvar la nave —dijo el portugués.
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
Espabilaron
pecho, donde
cualidades como de
brillaba
sangregolpe
unfría, y corrieron
escapulario
disciplinadey un hacia
la Virgenla
valor queplaya, apre-
del rozaba
Carmen, la
surándose
el ancho para
bonete ayudar
ladeado a sus
haciéndole camaradas.
sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre Por
en la un
cara momento
y los ojos
ficundió
los elhorizonte,
joscamaradas.
en el pánico, la en gente combatía
las siluetas que el dibujaban
incendio tirando
las torres agua
del
sobre las
puerto de Corona.rugientes llamas. Los galeotes gritaban aterrados
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
intentando
La galera moverse
española para apartar sus cuerpos deldefuego.
adinerados a Italia, Martínvolvíaentre a Italia
ellos, después
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a Subieron
corso a delicias
berberisco
múltiples la galera,
en quelasintiendo
ría un
de Tetuán.
aquella golpe
tierra de naves
Las calor
ofrecía en el rostro.
capturadas
a los holgados
Al bolsa,
acercarse
habían
de sido pudieron
más
gastándoselo bien comprobar
pocas—apenas
todo en festinesque,alguna
por suerte,
fustalas
milaneses enchispas
yenemiga—y
bellezas y
rescoldos
el quemetiendo
botín escaso.
napolitanas, dispersaba el aire
mano en no
todo habían
lanceprendido
y mujerlahermosatela de
la carroza,
que Eranle
Dios de
tiempos
poníamomento.
aciagos
en Unpara
su camino. marinero
los con elreprochársele,
españoles
Nada podía torso
en desnudopues
el Mediterráneo. bri-
llando
Mientras
la porlos
mayoría el sudor
detercios ydeunlos
los soldados pañizuelo
jóvenesatado
Austrias se en lo
habían
hacían laconvertido
cabeza
mismo,seatraídos
acercó
en los
a
por ellos
dueños portando
de los
aquella cubos
campos
tierra de agua.
de batalla
extranjera Rápidamente
y ricaen de Europa, Martín
la que losenespañoles cogió
las aguaseranuno
del
de ellos
Mare Nostrum
dueños. y vertió
Para ellos el
cadalíquido
vezera
Italia con
eracomo fuerza
más difícil contra
un generoso la
contenerbase del mástil.
a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
219
15
Las Poco
llamasmás tarde, tras
anaranjadas la batallacomo
crepitaron de Gelves contra elAfonso
si se quejaran. Turco,
que
rodeóresultó
el palopenosa
mayorjornada
y tambiénparaarrojó
las armas católicas
una buena y donde
cantidad de
aagua
punto estuvo
contra de dejar
el fuego. la piel, se
Entonces regresó
percatóa España, dondebulto
de un extraño vivió
entre
negro Sevilla y Madrid.
al lado del mástil del Y que
cuando
surgíanvio vivas
esfumados
llamas. todos sus
El portu-
ahorros Martín
gués volvió sentó
a echar aguaplaza de nuevo en
y cubriéndose conla una
escuadra de galeras
capa empapada
de Nápoles
se metió entrepara
aquelluchar contra
infierno la amenaza
sofocante. Notabaturca, que
el sudor había
caerle a
crecido
chorros tras
por launacaraserie de victorias
y la espalda. Aguantóobtenidas por el para
la respiración temible
no
corsario Dragut
intoxicarse sobre
y pateó las bulto
aquel armadas
hasta cristianas.
sacarlo de allí y arrojarlo
a la El
arena, fuera de
poderoso reylaFelipe
nave. II,
Varios
paladínespañoles se acercaron
de la causa católicapara
por
descubrir con sorpresa que aquel bulto era
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que un frasco de aceite
para lámparas
empleaba más cubierto
fondos en de mantas.
turbios negocios para su beneficio
que en proporcionar apoyo a quienes * defendían la religión con
uñas—¡Lorenzo
y dientes—,Leone
habíanos
heredado de su padre la titánica guerra
ha traicionado!
contra el Turco,
El capitán que junto
Villalobos a lalas
escupió corona de Castilla
palabras, y Aragón
tenía el rostro en-
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en
rojecido y la vena del cuello hinchada debido a la rabia conteni- una
contienda que el
da. En cuanto duraría casiquedó
incendio doscientos años,
sofocado, losinterrumpida sólo
españoles se per-
por cortas
cataron de treguas, y cuyo
que no había campodel
ni rastro decapitán
batalla Leone,
principal eran
ni de las
Prós-
aguas del Mediterráneo.
pero Riolffini ni tampoco de la joven María Quintana. Como por
La casa
ensalmo de Habsburgo,
habían desaparecidocontando
y nadie con sus
sabía suvastas posesiones
paradero.
y conEnelunoro y la plata
principio, llegados
Afonso pensódeque
las aquello
Indias, eran
gastaba
unahasta el
locura,
último maravedí
algo irreal que no en luchar
estaba a brazo
pasando. partido contra
El veneciano todos sus
había resultado
enemigos, que no eran
una figura misteriosa desdepocos, pues su
que escuchó además
nombre deporlaprimera
abierta
hostilidad
vez saliendode demahometanos,
los labios de franceses, venecianos,
aquel desdichado espía.holandeses
Nunca se
yhabía
alemanes
fiado de él ni de sus intenciones, pero una traiciónlaseme-
protestantes, ahora la mala relación entre corte
española y la Inglaterra
jante le parecía isabelinadescabellado.
algo totalmente amenazaba un nuevo
Había quefrente,
tenery
claro,
muchas aunque
agallasera el español
para raptar élunsolo
imperio enorme
a los dos y temible,
muchachos era
y pre-
uno contra
tender todos.
escapar de aquella isla. Sin duda alguien en algún lugar
Aquella
estaba mañana
dispuesto de septiembre,
a pagarle Martínsuma
una desorbitada se despertó con el
de dinero.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
220
velamen. Apartó la sólo
—El incendio manta hamojada
sido una pordistracción
el relente nocturno
para ganar y se
puso
tiempo.en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogióVillalobos
Ricardo agua de una tinaja ymientras
hablaba se lavó elrecorría
rostro, espabilándose.
con los ojos a
Las gotas resbalaron por su
todos los presentes. Estaban los oficiales cara sin afeitar, que tenía bellas
de nuevo reunidos en
I
facciones,
la carroza y sobre la mesa de campaña, junto al peto de acero y de
aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad la
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una
borgoñota del capitán, estaban el frasco y las mantas chamusca- nariz recta y labios
fidas
nosque
quehabían
solía torcer de lado
provocado en una media
el incendio. Todos sonrisa
miraban cuando
haciaalgo
los
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre
objetos ennegrecidos como si buscaran en ellos las respuestas casi siempre
manteníatodasfruncido,
paraMartín sus
de preguntas,
la Vega le era
dabaque profundidad
en esedel
soldado rey adesu
momento nomirada,
eran pocas.
España, comocomo lo
si estuviese
había sido su
—Esto atento
hapadre
sido un a todo.
bajo Se mojó
los sabotaje
claro estandartes también el pelo
del emperador
—confirmó castaño
el alférez Acu-y
Carlos.
revuelto
ña—. yveneciano
se lo echósehacia atrás, despejando la frente surcada
SeEsealistó muy joven ha llevado
como alarcabucero
hijo del duque en yela latercio
mucha- de
por
cha unos débiles
española, trazos.
seguro que planea pedir un rescate por ellos.
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
Caminó
haciaCasiel norte
no sepor
de lola crujía
Italia
podían y deentre
allí los
creer. marineros
aDespués
Flandes, y soldados
donde
del que que
Francia
riesgo ya
había
supu-
abarrotaban
entrado la castillo
nuevamente
so el asalto al galeraen yyseel acercó
liza a de
con España.
rescate proa,
lasPesedondea losebrioso
prisioneras, encontraba
uny solo
a las
el capitán
veces
hombre díscolo don
había que Ricardo Villalobos
su cortaa edad
burlado toda leuna apoyado
hacía en
ser, pronto
compañía. la
Cómocureña
destacó de
ante
lo había la
moyana,
los ojosera
hecho con
de unlaauténtico
sus camisa
ofi ciales blanca que ya
almisterio,
demostrar era
sinen gris abierta
numerosas
llamar hastani
ocasiones
la atención el
pecho,
alertardonde
cualidades como
a ningún brillaba
sangre unfría,
centinela. escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
—¡Pueslabrándose con su acero—Villalobos
hay que impedírselo! una buena reputación
cogió su pisto-entre
fi
losjos en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
la ycamaradas.
comenzó a cebarla—. Encontradlos y traedme al capitán
puerto de Corona.
Leone Después de varias campañas
preferiblemente con vida, así muchospodrésoldados
matarlo volvieron
con mis
La
adinerados galera
propias manos. a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose de
sin combatir
empacho
allas
a corso berberisco
múltiples en que
delicias la ría de Tetuán.
aquella Las naves capturadas
Se apresuraron los oficiales entierra ofrecía
organizar a los
grupos holgados
de bús-
habían
de sido más bien pocas—apenas alguna fusta enemiga—y
queda, sin perder tiempo. Martín se acercó a Afonso enbellezas
bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en cuan-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
to lo vio bajar de la galera al arenal. No había tenido ni un
que Eranle
Dios
momento tiempos
para aciagos
poníavestirse
en para
su camino.
del los
todo, españoles
Nada podía
seguía en el Mediterráneo.
en reprochársele,
mangas de camisapues
Mientras
la mayoría
y no losdetercios
llevaba de lospero
los soldados
sombrero, Austrias
ceñíase
jóvenes a habían
hacían loconvertido
la cintura mismo, en los
atraídos
los correajes
dueños
por
conaquella de los
espada campos
tierra
y daga. de batalla
extranjera y ricaende Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
221
15
Poco
—¡Lo más
sabía!tarde, tras laMartín,
—exclamó batalla de Gelves Ese
furioso—. contra el Turco,
perro es un
que resultó
traidor y unpenosa
cobarde.jornada para las armas católicas y donde
a punto estuvo desedejar
El portugués la piel,
encogió regresó a nunca
de hombros, España, donde
había vivió
negado
entre Sevilla y aunque
esa posibilidad Madrid.siempre
Y cuando vio esfumados
la había considerado todos sus
más re-
ahorros
mota que Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra de galeras
su amigo.
de Nápoles
—Prontopara luchar contra
descubriremos quélapretende.
amenaza turca, que había
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—Cuando lo encontremos… júrame que me lo dejarás a mí…
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Si no opone resistencia tenemos que traerlo vivo, le ne-
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
cesitamos para confesar ante el duque.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
—Estámás
empleaba bien.fondos
Pero siennoturbios
quierenegocios
ser apresado
para júrame
su benefique
cio
me dejarás matarlo.
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
uñas—De acuerdo.había heredado de su padre la titánica guerra
y dientes—,
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
—Júralo.
era la potencia
Martín más grande
se detuvo del mundo,
un momento, embarcándose
mirando fijamenteenauna
su
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida
amigo Afonso con ojos furiosos. Su piel brillaba grasienta por sólo
por cortas horas
las pocas treguas,
de ysueño
cuyo ycampo de batalla
la escasa principal
luz resaltaba suseran las
rasgos
aguas delParecía
felinos. Mediterráneo.
más delgado. El portugués cedió a la petición.
La
—Locasa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
juro.
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
Tintineaba el hierro de las armas mientras los hombres
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
se preparaban para la batida, y rápidamente se juntaban en
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
torno a los oficiales asignados para cada grupo.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
En cuanto se supieron las órdenes del capitán Villalobos
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
todos salieron corriendo por la colina cubierta de árboles,
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
desperdigándose por la isla en busca del traidor.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
222
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
VIIII
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
le divertía.
—¡Muévete, Su ceño, que por
maldita seas!manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín
Próspero fruncido,
deempujaba
la Vega le era
daba la profundidad
a soldado
asustada rey adesu
del María mirada,
España,
Quintana comocomo
por lo
el
si
habíaestuviese
bosque, sido atento
su padre
entre árbolesa todo.
bajo Se mojó
los estandartes
retorcidos también
y espesos el pelo
del emperador castaño
alum-y
matorrales,Carlos.
revuelto
brados y sesólo lo echó hacia atrás,
luz dedespejando
la luna quelase frente surcada
Se tan
alistó por la
muy tenuecomo
joven arcabucero en filtraba
el tercioentrede
por
la unos débiles
hojarasca. La trazos.
mujer iba amordazada para impedir que sus
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
gritos
hacia Caminónortepor
elalertasen de la crujía
aItalia
todo entre
yelde allí los
mundo. marineros
Las zarzas
a Flandes, ylesoldados
donde habían que
Franciaaraña-
habíaya
abarrotaban
do brazos
entrado la galerayen
y piernas
nuevamente yelse acercó
vestido
liza a proa,sucio
estaba
con España. donde
Pese aylo sebrioso
encontraba
deshilachado.
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
Llevaban don
casi Ricardo
una hora Villalobos
de camino apoyado
por la en la
oscuridad,cureña por la
un
ante
moyana,
sinuoso
los ojos de con
sendero
sus la ofi
camisa
que
ciales blanca
bordeaba que
al demostrar ya en
la isla era gris abierta
y conducía
numerosas a una hasta
playa
ocasiones el
pecho,
pequeña
cualidades dondeycomo brillaba
escondida,
sangre un escapulario
situada
fría, al norte.
disciplina dey un
la
ElVirgen
criadoque
valor del Carmen,
mulato
rozaba iba
la
el ancho
cerrando bonete
la ladeado
marcha, haciéndole
acarreando un sombra
pesado
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
sacola cara
que y los ojos
contenía
fiparte
losjoscamaradas.
endel
el horizonte,
dinero del en las siluetas que dibujaban las torres del
duque.
puerto El de
fuegoCorona.provocado por Próspero había dado resultado.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Los españoles española
estaban
a Italia, Martín volvía
ocupados a Italia
entre ellos, después
extinguiendo
arrojándoseelsin de combatir
incendio
empacho y
al corso
atardarían berberisco
las múltiplesun buendeliciasen la
ratoque ría de
enaquella Tetuán.
organizar Las
patrullas
tierra naves
ofrecía para capturadas
a los ir a bus-
holgados
habían
carlo.
de bolsa,sido
Para más bien
entonces, Shadiir
gastándoselo pocas—apenas
todo enya alguna
lo estaría
festines fusta
conduciendo
milaneses enemiga—y
a Es-
y en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
tambul, hacia la riqueza
metiendo infinita
mano en ytodo
el paraíso
lance yterrenal, repleto
mujer hermosa
de mujeres
que Eranle
Dios hermosas
tiempos
ponía aciagos
en y de
para
su camino. placeres
los infinitos,
españoles
Nada podía en ellejos del inso-
Mediterráneo.
reprochársele, pues
portable
Mientras
la mayoría yugo
los de su
detercios
los detirano
soldados padre.
los Austrias
jóvenesse habían
hacían loconvertido en los
mismo, atraídos
dueños
por de los
aquella
El joven campos
tierra
Próspero de batalla
extranjera
odiaba y al
rica en
de Europa,
duque que losenespañoles
laprofundamente. las aguas del
eran
Desde
Mare
dueños.
pequeño Nostrum
Para
había cada
ellos vezera
Italia
presenciado eralasmás
como difícil contener
unperversiones
viles generoso a la
paraíso
de su ingente
bañado
proge-
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
223
15
Poco
nitor, más tarde,
incluyendo tras la
lascivas batalla de Gelves
pretensiones hacia sucontra el Turco,
hija Valentina.
que resultó
El duque penosa siempre
Luguerio jornada habíapara las armasa católicas
culpado su hijo menory donde de
alapunto
muerte estuvo
de sudeesposa,
dejar la piel, regresó
fallecida a España,
de fiebre donde Ade-
tras el parto. vivió
entre
más su Sevilla
condicióny Madrid.
de hermano Y cuandomenor vio
poresfumados todos sus
detrás de Alejandro
ahorros
siempreMartín sentó de
había hecho plaza de nuevo
Próspero un en la escuadra
infeliz segundón. de Nogaleras
iba
de Nápolesnada
a heredar paraimportante,
luchar contra su la amenaza
única salida turca, que había
era intentar ser
crecido
un buentras una estudiar
militar, serie de estrategia,
victorias obtenidas
aunque ni por eso seel le
temible
daba
corsario
bien. SuDragut sobre las
padre insistía en armadas cristianas.
que se hiciese cardenal, pero la sola
ideaEldepoderoso
la vida religiosa
rey Felipe le causaba
II, paladínrepulsión.
de la causaAsí que ante por
católica las
reiteradas
encima de negativas
todo—incluso de su porhijo al final
encima delelPapa
duque dedecidió
Roma, que que
empleaba más fondos en turbios negocios para su benefilos
Próspero debía casarse cuanto antes, si seguían pasando cio
años por él sin beneficio para la familia Riolffini
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con se convertiría
en uny dientes—,
uñas simple estorbohabíaalheredado
que habría que
de su alimentar
padre y comprar
la titánica guerra
trajes caros. Luguerio Riolffini manifestaba
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón a todas horas estas
preocupaciones,
era la potencia más sin grande
importarle en absoluto
del mundo, herir el ya de
embarcándose en por
una
sí delicado orgullo de su joven hijo. Entonces
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo el armador Fran-
cesco
por Vasari
cortas le ofreció
treguas, a éste
y cuyo una salida,
campo poniéndolo
de batalla principalen eran
contac- las
to con agentes al
aguas del Mediterráneo. servicio de un corsario turco llamado Yuzel
Shadiir. Enseguida
La casa llenaron
de Habsburgo, su jovencon
contando mente con promesas
sus vastas posesiones de
yriquezas y gloria
con el oro y la si se unía
plata a la Sublime
llegados Puerta gastaba
de las Indias, y abrazabahastala fe
el
del Profeta. Entre los tres trazaron un plan.
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus Próspero informó
del rumbo que
enemigos, que seguiría
no eran elpocos, barco pues
que transportaba
además de alalaabierta noble
María Quintana
hostilidad para que losfranceses,
de mahometanos, corsarios de Shadiir pudiesen
venecianos, holandesesse-
ycuestrarla.
alemanes Sabía que su ahora
protestantes, padre la enviaría una expedición
mala relación entre la para
corte
recuperarla, así que él se sumaría a ella para
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y luego sabotearla
y escapar
claro, con era
aunque el dinero
el españoly la joven dama al
un imperio punto ydetemible,
enorme encuentro era
acordado con
uno contra todos. Shadiir. Era un plan arriesgado, pero su joven
corazón buscaba el peligro del que sólo había oído hablar en
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
224
velamen.
las canciones Apartó de la
losmanta
poetas, mojada
en su por el relente
aburrida vida nocturno
cortesanayen se
puso en pie,
el palacio quesecada
abotonó
día selalecamisa
antojaba y, haciendo
más un sepulcrocuenco de con las
vida
manos,
muertacogió en el agua de unapasaba
que nunca tinaja ynada.
se lavó el rostro, espabilándose.
Las El gotas resbalaron
corsario le habíapor su cara
ofrecido sin mujer
aIuna afeitar,deque tenía bellas
su propiedad, y
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba
Próspero, viendo un retrato, se había enamorado hasta la locura hasta la mitad de
la
demejilla
la bellezaunadedelgada
aquellacicatriz.
joven, oTenía quizá unamásnariz
bien se rectahabíay labios
ena-
fimorado
nos quedel solía
riesgo, de la aventura. Ese irrefrenable deseo algo
torcer de lado en una media sonrisa cuando por
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre
conocer la novedad era lo que le había hecho repudiar a María casi siempre
mantenía
Quintana fruncido,
Martíndesdede laqueVegale padre
su daba
era profundidad
sugirió
soldado rey adesu
el enlace,
del por mirada,
lo fácil
España, como
que
como le
lo
si estuviese
habíasido
había atento
resultado
su padre a todo.
conseguirla. Se mojó también
Lo atormentaba
bajo los estandartes el pelo
pensar en una
del emperador castañoviday
Carlos.
revuelto
triste y sea lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Sejunto
alistó esa
muy mujer
joven quecomono amaba en absoluto,
arcabucero en el unidotercioaño de
por
tras unos
año adébiles
un trazos. frío como una celda. Pero era momen-
matrimonio
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
to de
hacia Caminó
mirar
el norte por
de la
hacia crujía
delante.
Italia y de entre
Por los
allífin marineros
iba a vivir
a Flandes, y soldados
como
donde que
los antiguos
Francia habíaya
abarrotaban
reyes persas.
entrado laDejaría
nuevamentegaleraen y se
lizaacercó
atrás lacon a proa,
retorcida
España. donde
y Pese
oscura sebrioso
Europa
a lo encontraba
que se
y a las
el
vecescapitán
pudría pordon
díscolo queRicardo
dentro, cortaVillalobos
sucomida por su
edad apoyado
vanidad,
le hacía enfalsedades
ser, sus
prontola cureña
destacóyde sus
antela
moyana,
guerras
los con la ofi
camisa
ojos interminables.
de sus blanca
cialesJamás seque
al demostrar había ya en
eranumerosas
gristan
sentido abierta
libre yhasta
feliz.el
ocasiones
pecho, Poco
cualidades donde
menos
comobrillaba
de una
sangre unfría,
escapulario
milla dey un
lo separaba
disciplina la Virgen
ya delque
valor del rozaba
lugar Carmen,
de re- la
el ancho
unión. bonete
María ladeado
Quintana, haciéndole
al borde delsombra en
agotamiento,
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre la cara eray los ojos
empu-
fijada
losjoscamaradas.
en
sinel contemplaciones
horizonte, en las siluetas una y otra que dibujaban
vez por Prósperolas torres y del
su
puerto
criado de Corona.
entre sollozos
Después de variasy quejas.
campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados galera
Shadiirale española
había
Italia, dicho
Martín volvía
que a
entre lo Italia
recogería
ellos, después
arrojándosecon un de combatir
sin pequeño
empacho
al
a corso
esquife
las berberisco
en
múltiples cala en
unadelicias la ría
escondida
que debajo
aquella Tetuán. Las
la pendiente
tierra naves
ofrecía ade capturadas
losun rocoso
holgados
habían
terraplén.
de sido más bien pocas—apenas
Le proporcionaría
bolsa, gastándoselo todo enpasaporte alguna fusta
a Constantinopla
festines milaneses enemiga—y y los
y en bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
favores del Sultánmetiendo a cambio
manode enlatodo
noble cristiana
lance y mujer y una parte
hermosa
que Eranle
del Dios
dinerotiempos
de
ponía aciagos
su padre.
en Supara los españoles
personalidad
su camino. Nada podía en el Mediterráneo.
influenciable y supues
reprochársele, dé-
Mientras
bilmayoría
la losde
espíritu tercios
habían de los Austrias
sucumbido
los soldados a susse
jóvenes habían
sueños
hacían loconvertido
de en los
gloria. Próspero
mismo, atraídos
dueños
no era
por de los
más
aquella que campos
tierra un de batalla
caprichoso
extranjera en
joven
y rica de Europa,
cuya losenespañoles
la quevida las aguas
siempre del
había
eran
Mare
dueños. Nostrum
sido fácil, cultivo
Para cada
ellos vezera
perfecto
Italia era
paramás difícil
sanguijuelas
como contener
un generoso a la ingente
y charlatanes.
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
225
15
Poco más tarde, tras la batalla * de Gelves contra el Turco,
que El
resultó
pechopenosa
le ardíajornada para Lorenzo
por dentro. las armas católicas
tuvo y donde
que detenerse
ay punto
apoyarestuvo de dejar
su espalda en ellatronco
piel, regresó a España,
de un árbol donde vivió
para recuperar el
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
aliento. Se sentía mayor, casi anciano. Llevaba un buen rato todos sus
ahorros Martína sentó
persiguiendo plaza
Próspero de anuevo
casi oscurasen por
la escuadra
el mediodedel
galeras
bos-
de Nápoles para luchar
que. Tarea nada fácil. contra la amenaza turca, que había
crecido tras una
Durante serietiempo
mucho de victorias
había obtenidas por el temible
estado esperando este
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
momento, tras meses de espionaje intentando desenmasca-
El traición
rar la poderosoderey Felipe II,Primero
Próspero. paladín sólo
de lafueron
causa conjeturas,
católica por
encima
alguna de todo—incluso
sospecha por encimaDespués
sin fundamento. del Papasiguió
de Roma, que
de cer-
empleaba más fondosnotando
ca sus movimientos, en turbiosun negocios para su cada
comportamiento benefivez
cio
que
másen proporcionar
extraño: apoyo
reuniones a quienes
secretas, defendían
salidas la religión
nocturnas… El con
es-
uñas y dientes—,
pía Renato había
Coccia heredado
había estadode su padre
muy cerca.laSititánica
tan sóloguerra
hu-
contra el Turco,
biese vivido unasque junto
horas más a la corona
para de Castilla
contarle a Lorenzoy Aragón
la re-
era la potencia
unión más grande
entre Vasari, Próspero delymundo, embarcándose
aquel agente turco queen una
había
contienda
visto desde que
la duraría
ventanacasi
de doscientos años, interrumpida
la atalaya abandonada, sólo
todo sería
por cortasYtreguas,
distinto. y cuyo no
el veneciano campo de batalla
estaría principalaeran
allí, corriendo las
ciegas
aguas
entre del Mediterráneo.
la maleza de una maldita isla, persiguiendo como un
La casa demastín
hambriento Habsburgo, contando
al hombre quecon sus jurado
había vastas posesiones
proteger.
yProsiguió
con el oro y la plata
subiendo porllegados de las Indias,
una empinada cuesta gastaba
donde lahasta el
densi-
último
dad de maravedí en luchar
la maleza era menor.aAlbrazo
llegarpartido
a lo quecontra
parecíatodos sus
la cima
enemigos, que no
un viento fresco coneran
olor apocos,
salitre pues además
le acarició de laAquello
el rostro. abierta
hostilidad
significabadeque
mahometanos,
el mar estaba franceses, venecianos,
cerca. Comenzó holandeses
a escuchar el
yrumor
alemanes protestantes,
del agua ahora
que chocaba la mala relación
suavemente contraentre la corte
las rocas de
española
abajo, enyla
larompiente.
Inglaterra isabelina amenazaba
Avanzó unos un nuevo
pasos hasta ver elfrente,
bordey
claro,
de unaunque era elque
acantilado español un imperio
descendía enorme
hacia una y temible,
pequeña era
cala la-
uno
midacontra
por eltodos.
mar. Había alcanzado el otro extremo de la isla.
Estaba quieto,
Aquella intentando
mañana orientarse,
de septiembre, cuando
Martín lo sobresalta-
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
226
velamen.
ron unas Apartó
voces a la sumanta
derecha. mojada
Lorenzo por se el ocultó
relenteagazapándose
nocturno y se
puso
tras elentronco
pie, se deabotonó
un ancho laárbol
camisa cuyasy, haciendo
raíces salían cuencode lacon las
tierra
manos, cogió agua
como enormes de una tinaja
tentáculos. y se lavó
Esperó un elparrostro, espabilándose.
de minutos, escru-
Las
tandogotas resbalaron
la bruma. Entoncespor su viocara
tres sin afeitar,
siluetas que tenía
oscuras bellas
avanzando
I
facciones,
a unos pocos aunquepasos. delPor ojofin,
izquierdo
se dijo, bajaba
respirando hastahondola mitad
variasde
la mejilla
veces. unasus
Al oír delgada
voces los cicatriz. Teníade
reconoció una nariz recta y labios
inmediato.
finos—¡Deteneos!
que solía torcer —gritóde lado
unaen una media sonrisa cuando algo
voz.
le divertía.
Próspero Su se ceño,
giróque por manía encontrándose
sobresaltado, o costumbre casi consiempre
la es-
mantenía
padaMartín
desnudafruncido,
de la deVega le daba profundidad
era soldado
su antiguo a su
del rey de España,
guardaespaldas mirada,
brillando comocomo
ame-lo
si estuviese
había atento
sido su padre
nazadoramente a
frente todo.
bajoalosél. estandartes del emperador Carlos.y
Se mojó también el pelo castaño
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se
—¡El alistó
diablo muy jovenLorenzo!
te lleve, como arcabucero
¡Espero queen el tercio
ardas en el in-de
por unos débiles trazos.
Navarrete,
fierno! No te gracias a viejosenconocidos
interpongas mi camino. de su familia, y partió
Caminó
hacia—¿Por
el norte por la crujía entre los marineros y soldados que ya
quédehacéis
Italiaesto?...
y de allíVuestro
a Flandes, padre donde Francia
siempre había
os quiso.
abarrotaban
entrado la galeraen
nuevamente y se
lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
el —¿Tú
capitán qué
don sabes
Ricardo de mi padre?
Villalobos ¡Le
apoyadoodio, igual
en la que
cureña a ti!de la
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante
los —Node
moyana,
ojos traicionéis
con sus la ofi
camisa
cialesa vuestra
blanca familia,
que
al demostrar ya en
eraes lo peor
gris abierta
numerosas que puede
hasta
ocasiones el
hacer un
pecho, donde
cualidades hombre.
como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
—Me bonete ladeado
traicionaría a haciéndole
mí mismo sombra
si volviese
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en ala cara
Corona. y los ojos
fijoscamaradas.
los en elelhorizonte,
Con en las siluetas
rostro enrojecido por laque dibujaban
caminata las torres
y aquel tono del
de
puerto de
ira infantil, Corona.
DespuésPrósperode variasparecía campañas inclusomuchosmás joven.
soldados volvieron
La
adinerados galera
—No sabéis española
a Italia,lo Martín volvía
que decís, entre a Italia después
ellos,trastornado.
estáis arrojándoseNo de
sin oscombatir
empacho
dejéis
al corso
allevar berberisco
las múltiples
por lo que delicias en
sea que la ría de
queosaquella Tetuán. Las naves
tierra ofrecía aellos
haya emponzoñado capturadas
holgados
seso.
habían
de bolsa, sido más bien pocas—apenas alguna fusta enemiga—y
—¡El gastándoselo
corazón de mitodo padre ensífestines
que estámilaneses
emponzoñado! y en bellezas
—inte-
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
rrumpió Próspero, escupiendo un fuerte esputo al suelo—. Cuan-
que
do seEran
Dios
muera tiempos
le ponía
escupiré aciagos
en su para
camino.
sobre los españoles
Nada
su tumba. en el Mediterráneo.
podía apártate,
Ahora reprochársele,Lorenzo.pues
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenes se habían
hacían convertido en los
—Sois un crío ingrato. Os mataré si noloentráis
mismo,enatraídos
razón.
dueños
por de los campos de batalla
y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
No aquella
me pongáis tierra enextranjera
ese compromiso...
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
227
15
Poco más tarde,
Las palabras tras la batalla
del veneciano de Gelves
sonaron contra el Turco,
a súplica.
que —¡Ya
resultó
nopenosa
soy un jornada
niño! para las armas católicas y donde
a punto
Con estuvo de dejar la ypiel,
mano temblorosa regresó
crispado pora la
España,
tensión,donde vivió
Próspero
entre Sevillasuy espada
desenvainó Madrid. Y puso
y se cuando vio esfumados
en guardia, utilizandotodos
una sus
de
ahorros Martín sentó plaza de nuevo en la escuadra
las posturas que Lorenzo le había enseñado en sus clases de de galeras
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que había
esgrima.
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—No hagáis una estupidez —pidió el veneciano—, sabéis
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
que no sois rival para mí.
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
La duda invadió el impulsivo espíritu del joven, que ante
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
la posibilidad de verse agujereado como una flauta retroce-
empleaba más fondos en turbios negocios para su beneficio
dió unos pasos, inseguro de sí mismo. Entonces reparó en
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
su criado, que se mantenía expectante mientras sujetaba a
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
María Quintana por sus ataduras, y lo azuzó como a un perro
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
contra Lorenzo.
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
—¿¡A qué
contienda que esperas!? ¡Mátalo!
duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
El mulato blandió un
por cortas treguas, y cuyo campo sable dede batalla
abordaje y se abalanzó
principal eran las
contra el veneciano.
aguas del Mediterráneo. Éste detuvo el acero de su contrincante,
esquivó la acometida
La casa y atacó
de Habsburgo, por abajo,
contando con asus
lasvastas
tripas. Hubiese
posesiones
ymatado allí mismo
con el oro al criado
y la plata llegadossi de
no las
fuese por lagastaba
Indias, mala fortuna.
hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos allí
Su espada no logró atravesar el coleto de cuero y quedó sus
atrapada. El enorme mulato abrazó a Lorenzo
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta y los dos caye-
ron rodando
hostilidad entre la hierba franceses,
de mahometanos, enzarzados a golpes. holandeses
venecianos,
Próspero,
y alemanes con la espada
protestantes, desnuda
ahora en la
la mala mano, entre
relación no se decidía
la corte
entre sumarse
española a la luchaisabelina
y la Inglaterra o escapar.amenazaba
Al fin, le sobrevino
un nuevolafrente,
lucidezy
suficiente
claro, como
aunque erapara decantarse
el español por lo segundo.
un imperio enormeEl hijo del du-
y temible, era
que contra
uno cogió eltodos.
saco lleno de monedas y se lo puso al hombro con
mucho esfuerzo,
Aquella mañanaluegodeagarró a María
septiembre, Quintana
Martín por un brazo
se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
228
velamen.
y trató deApartó la manta
llevársela, pero lamojada
resistenciapor el derelente
la jovennocturno
y el peso ydelse
puso
saco en eranpie, se abotonó
demasiado para la camisa
él y acabó y, haciendo
cayéndose cuenco
de bruces con las
al
manos, cogióveces.
suelo varias agua de una tinajadesquiciado
Próspero, y se lavó el rostro,
por lo espabilándose.
patético de su
Las gotasy resbalaron
estampa al ver que lapor joven supataleaba
cara sin yafeitar,
se resistíaquelatenía
golpeó bellas
con
I
facciones, aunquecon
todas sus fuerzas del laojo izquierdo bajaba
empuñadura hasta laElmitad
de su espada. mazazo de
la
fuemejilla una delgada
tremendo. La muchacha cicatriz. Tenía
perdió el una nariz tras
equilibrio rectarecibir
y labios
el
figolpe
nos que solía torcer
y yéndose haciade ladoresbaló
atrás en unacon mediaunos sonrisa
guijarroscuando algo
del sue-
le
lo,divertía. Su ceño,
precipitándose porque por manía Próspero
el acantilado. o costumbre casi siempre
enseguida repa-
mantenía
ró en Martín fruncido,
su terrible
de la error,
Vega le era
daba
intentó profundidad
soldadosujetarla
del rey adesu
por mirada,
elEspaña,
vestido como
pero
como la
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
telaestuviese
se deslizóatento
entre a todo.
sus Se
dedos. mojó
La también
joven cayó el
al pelo
vacío, castaño
gritando
revuelto
de terroryhastase lo que
echósuhacia
cuerpo atrás,
chocódespejando
con un golpe la frente
sordosurcada
contra
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por
las unos
rocasdébiles
de abajo. trazos.
Próspero se puso en pie casi fuera de sí, y
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
con los ojos llenos de lágrimas de rabia y de vergüenza, volvióya a
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y de entre
allí los marineros
a Flandes, dondey soldados
Franciaque había
cargar el pesado
abarrotaban saco de
la galera y se monedas ay se largó de allíseantes de que
entrado nuevamente en lizaacercó
con España. proa, donde
Pese encontraba
a lo brioso y a las
Lorenzo acabase con su Villalobos
criado, dejando atrás a la
la joven noble.
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán don Ricardo apoyado en cureña antela
Las
moyana, vigorosas
con manos
la ofi
camisa del mulato se aferraron con fuerza a la
los ojos de sus ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
garganta
pecho, donde de Lorenzo
brillaba tratando
unfría, de
escapulario estrangularlo. El veneciano
cualidades como sangre disciplinadey un la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
intentaba
el ancho sacarse
bonete a
ladeadoaquel gigante
haciéndole de encima
sombra en pero
la carapesaba
y los de-
ojos
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre
fimasiado.
los
«Ya sería mala
joscamaradas.
en el horizonte, en las suerte queque
siluetas llegados a estas
dibujaban lasalturas
torresme del
matase este
puerto de Corona. descerebrado» pensaba Lorenzo mientras buscaba
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
unaLa forma de zafarse.
galera española Entonces cerró el puño lo más fuerte que
adinerados a Italia, Martínvolvíaentre a Italia
ellos, después
arrojándose de combatir
sin empacho
pudo
al corsoy, antes de que
berberisco enloque
laabandonasen
ría de Tetuán. las fuerzas porcapturadas
la asfixia
a las múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a los holgados
golpeó sido
habían al mulato
más en elpocas—apenas
bien oído. El primeralguna golpe apenas
fusta tuvo efec-
enemiga—y
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas
to,botín
el entonces
escaso.le dio otro, y otro, y otro más hasta que un crujido
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
hizo quejarse de dolor al criado y aflojar su agarre. Lorenzo
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos
su camino.para los españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
aprovechó para levantar las piernas y haciendo palanca empu-
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
jó al mulato hacia atrás. Los dos se levantaron y recogieron sus
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
armas. Luchar a brazo partido contra aquel fortachón era una
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
229
15
Pocopero
locura, máscon tarde,
unatras
espadala batalla de Gelves
en la mano contra
las cosas el Turco,
cambiaban
que resultó penosa jornada para las armas católicas y donde
radicalmente.
a punto estuvo
Cuando de dejar
el criado la piel,
levantó regresósable
su pesado a España, donde vivió
para descargar un
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados todos
golpe, el veneciano se tiró a fondo y le atravesó el pecho de una sus
ahorros Martín sentó
rápida estocada, plaza
sin más de nuevo en
preámbulos. la escuadra
Después de la
arrancó galeras
hoja
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
del voluminoso torso del mulato que se derrumbó en el suelo. que había
crecido
Agonizabatrasel una serie
criado, de victorias
boqueando para obtenidas
respirar comoporunel pez
temible
fue-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
ra del agua, pero fue rematado pronto de otra estocada letal.
El poderoso
Lorenzo rey Felipe
se acercó II, paladín
al borde de la causaencatólica
del acantilado busca por
de
encima
Próspero deytodo—incluso
la muchacha pero por encima del Papa Hacia
no los encontró. de Roma, que
la dere-
empleaba más fondos
cha el desfiladero en turbios
descendía en unanegocios
pendienteparaquesuterminaba
beneficio
que en proporcionar
en una pequeña cala,apoyo
Lorenzoa quienes defendían
descubrió que cerca la religión con
de la orilla
uñas y dientes—,
brillaba una pequeñahabíaluz.
heredado
Entornó delos
suojos
padre la titánicaatrave-
intentando guerra
contra el Turco,
sar la bruma y a que
durasjunto
penas a pudo
la corona de Castilla
distinguir la formay Aragón
de un
era la potencia
esquife. Estabamás grande
a punto del mundo,
de correr hacia embarcándose
allí cuando a los enpies
una
contienda que duraría
del acantilado, justo encasi doscientossobre
la rompiente años,lainterrumpida sólo
que él se encon-
por cortas
traba, vio treguas, y cuyo
horrorizado campo de
el cuerpo de batalla principal eran
María Quintana, con las
el
aguas
vestidodelverde
Mediterráneo.
hinchado por el agua flotando entre dos rocas.
La casa
Lorenzo de Habsburgo,
sintió un golpe decontando
frío, comoconsisus
unavastas
manoposesiones
gélida le
yagarrase
con el oro y la plata
la nuca, y porllegados de las Indias,
unos segundos gastaba
se quedó hastaLa
sin aire. el
último maravedí
muchacha estabaen luchary él
muerta a había
brazo fracasado.
partido contra todos sus
enemigos,
Ahora síque
queno eran pocos,
se sentía perdido, pues además
en tierra de la No
de nadie. abierta
po-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
día volver a Corona, el vengativo duque no le perdonaría elholandeses
yhecho
alemanes protestantes,
de haber perdido aahora la mala
Próspero relación
y a la entre la corte
joven española. Sa-
española
bía que el cruel Luguerio le haría pagar el error con su cabeza,y
y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente,
claro, aunque
furioso por la era el español
traición de su un imperio
propio hijo.enorme y temible,
Ser la mano era
derecha
uno contra todos.
de alguien poderoso garantizaba privilegios pero también
Aquella tener
significaba mañana de septiembre,
muchas Martín se despertó
responsabilidades, con el
un continuo y
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
230
velamen.
titánico pesoApartó sobre la manta
los hombros.mojadaEl por el relente
duque nocturno
le confiaba y se
las mi-
puso
siones enmás
pie,importantes
se abotonó la camisa y, haciendo
y delicadas, aquellas que cuenco con las
incumplir-
manos, cogióla
las suponía agua de unaNo
muerte. tinaja y se lavó
podían el rostro,yespabilándose.
despedirlo dejarlo libre,
Las
sabía gotas resbalaron
secretos por su cara
de la familia Riolffinisin afeitar, que tenía
que el duque jamás bellas
se
I
facciones,
arriesgaríaaunquea que se del ojo izquierdo
propagasen. bajaba hasta
Su destino no sería la mitad
otro que de
la mejilla
acabar enuna delgada
las aguas delcicatriz.
muelle Tenía con ununa nariz clavado
cuchillo recta y labios
en la
fiespalda
nos queosolía torcer apretado
un cordel de lado enalrededor
una media delsonrisa
cuello.cuando algo
le divertía.
No podía Su tratar
ceño, que por manía
de explicarle o costumbre
a Luguerio casi siempre
Riolffini que su
mantenía
hijoMartín fruncido,
Próspero de la lo Vega le
habíaera daba profundidad
traicionado
soldado del sinrey a
más. su mirada,
El únicocomo
de España, como
testigo lo
si estuviese
que podría
había atento
sido sudar padre a
fe de todo.
bajola los Se
traición mojó también
había caído
estandartes el pelo castaño
al vacío junto
del emperador Carlos. ay
revuelto
todas y se lo echó hacia atrás, despejando
se había la frentemuchas
surcada
Sesus esperanzas.
alistó muy joven Por comosu oficio arcabucero sentido
en el tercio de
por
veces unos
sin débiles
hogar. trazos.
Una simple marioneta movida por la noble-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
za. No
hacia Caminó
nortepor
el sentía de la crujía
lástima
Italia yde entre
de síallí los
mismo, marineros
a Flandes,perodonde y soldados
ahora que
una terrible
Francia habíaya
abarrotaban
sensación
entrado deladesamparo
nuevamente galeraen y selizaleacercó
oprimía
con a proa,
España. donde
el pecho.
Pese losebrioso
aEra encontraba
hombre y a de
las
el capitán
sangre don
fría, así Ricardo
que pensó Villalobos
en las apoyado
cartas que
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en la
tenía cureña
para de
seguir la
moyana,
la jugada,
los ojos de con la ofi
aunque
sus camisa
fueseblanca
ciales alésta laque ya en
última.
demostrar era gris abierta
Desde
numerosas hastasu
el principio
ocasiones el
pecho,
motivación
cualidades dondecomo brillaba
principalsangre un
había escapulario
fría, sido dey un
rescatar
disciplina laaVirgen
la joven
valor delespañola
que Carmen,
rozaba la
el
y ancho bonete
devolverla a ladeado
Corona haciéndole
sana y salva. sombra
Como
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en
una la cara
especie y los
de ojos
re-
fidención.
losjoscamaradas.
en el horizonte, en las siluetas
Algo para justificar que dibujaban
la salvación de su alma las torres
cuando del
puerto
llegasede el Corona.
momento. Un triunfo ante los remordimientos que
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
lo atormentaban.
La galera Salvar volvía
española la vida deItaliala chica a cambio de todas
adinerados a Italia, Martín entre a después
ellos, arrojándose de combatir
sin empacho
lascorso
al que había robado
berberisco enen la el
ría pasado.
de Tetuán.
a las múltiples delicias que aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
habían sido
Próspero másle bien
había pocas—apenas
arrebatado esa alguna
opción.
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta
«Malditaenemiga—y
sea mi
el botín escaso.
suerte»,
napolitanas, se maldijo
metiendo unamano y mil en veces.
todo«Ylancemaldito sea ese
y mujer cerdo
hermosa
de noble
que Eranle
Dios cuna».
tiempos
ponía en aciagos
su camino.para los españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la Ya nolos
mayoría detercios
le quedaba de nada
los soldados los Austrias
por lo se
jóvenes que habían loconvertido
seguir
hacían luchando,
mismo, en los
sólo
atraídos
dueños
deseaba
por de
aquella los campos
desparecer,
tierra de batalla
desvanecerse
extranjera y ricaen Europa,
y dejar
de losenespañoles
la queatrás lasvida
su aguas del
peca-
eran
Mare
dora de
dueños. Nostrum
espada
Para cada
ellos vezera
mercenaria.
Italia eracomomás difícil
Lo único contener
que
un generoso rivalizabaa la con
paraíso ingente
bañadoese
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
231
15
Poco
deseo eramás tarde, fidelidad
la sincera tras la batalla
con ladequeGelves
servíacontra el Turco,
al duque, y lo
que resultó sería
honorable penosa darjornada
la cara,para
perolas armasque
si tenía católicas y donde
elegir prefería
averse
puntoconestuvo de dejar
el Creador la piel,laregresó
teniendo a España,
conciencia un pocodonde
más vivió
lim-
entre Sevilla
pia, por miedoy aMadrid. Y cuando
que el honor no fueseviomotivo
esfumados todospara
suficiente sus
ahorros
abrir lasMartín
puertassentó plaza Quizás
del Cielo. de nuevo aúnenera
la posible
escuadra de galeras
empezar de
de Nápoles
nuevo en otropara luchar
lugar, contraarmas
sin ceñir la amenaza
ni tenerturca, que había
que preocupar-
crecido
se de quetras una serie dea victorias
le agujerearan obtenidas
uno el pellejo porque
cada vez el temible
pisaba
corsario
la calle. Dragut
Lorenzosobre las armadas
no tenía barco nicristianas.
dinero, y su situación era
desesperada.
El poderoso Trataría de llegar
rey Felipe a un acuerdo
II, paladín concatólica
de la causa el capitán
por
Villalobos, siempre y cuando se creyesen
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que su historia y no le
diesen caza
empleaba máscomo a unaen
fondos liebre sin pedirle
turbios negocios explicaciones.
para su beneficio
que en proporcionar apoyo a quienes * defendían la religión con
uñasEl y dientes—,
esquife sehabía heredadosuavemente
bamboleaba de su padre la titánica
con guerra
las tímidas
contra
olas deella Turco, que
orilla. El soljunto
apenasa asomaba
la coronapor
deelCastilla y Aragón
horizonte, ocul-
era la potencia
to entre más
la niebla grandeAquel
matinal. del mundo, embarcándose
lugar, tan en una
sólo una pequeña
contienda
cala bajo elque duraría casi
acantilado, doscientos
estaba todavíaaños, interrumpida sólo
oscuro.
por cortas treguas,esperaba
Yuzel Shadiir y cuyo campo
junto de batalla
a dos de susprincipal
hombreseran
en las
el
aguas del Mediterráneo.
pequeño bote desde hacía al menos una hora. El corsario ta-
pabaLaycasa de Habsburgo,
destapaba contando
un farolillo con sus
para hacer vastas poniéndo-
señales, posesiones
ysecon
en el oro ycada
peligro la plata
vez llegados de las
que lo hacía. Indias, gastaba
Impaciente, hasta el
preocupado,
último
nervioso maravedí en luchar
por el riesgo de sera brazo partidopor
descubierto contra todos sus
los españoles.
enemigos, que no erangrandes
Sus ojos almendrados, pocos,y pues además
negros, de la de
recorrieron abierta
nue-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
vo la silueta del desfiladero en busca de Próspero, que ya ten-
ydría
alemanes
que haberprotestantes,
aparecido.ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra
Seis días isabelina
atrás, la galera amenazabapor
capitaneada un Shadiir
nuevo frente,
y otray
claro, aunque
dirigida por un era el español
corsario un atacaron
aliado imperio enorme
al navíoyespañol
temible,gra-
era
uno
ciascontra todos.
a la información suministrada por el hijo del duque y el
Aquella
armador mañanaVasari.
Francesco de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
232
velamen.
La nave Apartóde sula manta
aliado,mojada dañadapor en elsurelente nocturno
palo mayor trasy el
se
puso en pie,
abordaje, se la
tuvo abotonó
necesidad la camisa y, haciendo
de detenerse paracuenco con las
ser reparada.
manos, cogió agua
Establecieron de una
la isla tinaja ycomo
de Sarissa se lavóescondite
el rostro, espabilándose.
y Shadiir pro-
Las
metió gotas resbalaron
volver con galeraspor de su refuerzo
cara sin afeitar,
para escoltarque tenía bellas
el valioso
I
facciones,
cargamento aunque
hasta del ojo izquierdo
la costa turca. bajaba hasta la mitad de
la mejilla
Yuzel unaShadiirdelgada
mintió. cicatriz.
JamásTeníavolvióuna con nariz rectay ysulabios
refuerzos alia-
fido
nosfuequemasacrado sin piedad por los españoles mientras algo
solía torcer de lado en una media sonrisa cuando es-
le divertía. Su ceño, que por manía o
peraba desprevenido su regreso. Todo era parte del plan. Sin costumbre casi siempre
mantenía
perder un fruncido,
Martín solo
de lahombre
Vegale era
ydaba profundidad
sinsoldado
poder ser rey adesu
delacusado demirada,
traición
España, comocomo
Sha-lo
si estuviese
diir conseguiría
había atento
sido su padre a todo.
hacerse
bajo los Se mojó
conestandartes
el dinero deltambién
delduque el pelo castaño
joveny
y con laCarlos.
emperador
revuelto
noble, ydesepaso,
lo echó hacia atrás, de undespejando
poderoso yla frente surcada
Se y,alistó muy deshacerse
joven como arcabucero aventajado
en el tercio rival
de
por unos
corsario débiles
en la trazos.
lucha por el favor de Solimán. Para los osados
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
capitanes
el norte por
de la
otomanos, crujía
Italiaa ylos entre
de que los
allísólo marineros
les preocupaba
a Flandes, dondey soldados que
glorificar
Francia ya
su
había
abarrotaban
nombre,nuevamente
entrado la galera
la línea entre y ser
en se
lizaacercó
un
con a proa,
traidor
España. o un donde a losebrioso
inteligente
Pese encontraba
triunfa-
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóade
el
dor capitán
era don Ricardo
indiscernible. Los Villalobos
piratas apoyado
turcos en
incluso la cureña
mataban susla
ante
moyana,
propios
los ojos de con la ofi
hermanos
sus camisa
parablanca
ciales alconseguirque escalar
demostrar ya en
eranumerosas
gris
puestosabierta
en hasta
la flota
ocasiones el
pecho,
otomana.
cualidades dondeNo
como brillaba
era unfría,
la primera
sangre escapulario
vez ni sería
disciplina deylalaúltima.
un Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Solimánbonete ladeado
preparaba haciéndole
una nueva sombra
flota
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre con en
la la
que cara y
seguirlos ojos
com-
fibatiendo
losjoscamaradas.
en el ahorizonte, en las
los cristianos siluetas que
y expandir susdibujaban
dominios por las torres
el Medi-del
puerto
terráneo de occidental.
Corona. Los enclaves venecianos en la costa grie-
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
ga La
eran galera
el española
próximo
adinerados a Italia, objetivo,
Martín volvía
entreena Italia
especial
ellos, después de
la estratégica
arrojándose combatir
isla de
sin empacho
al
a corso
Chipre,
las berberisco
que
múltiples suponía enuna
delicias la ría
que de Tetuán.
molestia
aquella para los
tierra Las naves
otomanos
ofrecía capturadas
a los al estar
holgados
habían
enbolsa,
de medio sido demás
sus bien
gastándoselo pocas—apenas
territorios
todo en festinesalguna
y estorbar con losfusta
milaneses yenemiga—y
cañones de sus
en bellezas
el botín la
fuertes
napolitanas,escaso.
importante
metiendoruta mano entre enEgipto
todo lancey Constantinopla.
y mujer hermosa
Eranle
que Dios tiempos
Gracias ponía aciagos
al regalo
en su quepara los
pensaba
camino. españoles
Nada en elal
entregarle Mediterráneo.
Sultán, pues
podía reprochársele, Yu-
Mientras
zelmayoría
la losde
Shadiir tercios
esperaba deobtener
los Austrias
los soldados se
un puesto
jóvenes habían
hacíande lo convertido
importancia en
en los
mismo, atraídosla
dueños
flota.
por de los
Soñaba
aquella campos
con
tierra poseerde la
extranjera batalla
y ricaen
gloria de Europa,
que losenespañoles
Barbarroja
la las aguas
o del del
actual-
eran
Mare
menteNostrum
dueños. fallecido cada
Para ellos vezera
Dragut,
Italia eracomo
que máseldifícil
era terror
un contener a la ingente
de Levante.
generoso paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
233
15
Poco
Al fin,más tarde,vio
Shadiir tras
una la figura
batallaque
de Gelves
se hacíacontra
cada el
vezTurco,
más
que resultó
nítida en el penosa jornada
opaco velo que aúnparacubría
las armas católicas
la aurora, y donde
avanzando
aen
punto estuvo
dirección depequeña
a la dejar la playa
piel, regresó a España,
por la ladera donde vivió
del acantilado.
entrePróspero
Sevilla Riolffini,
y Madrid. hijoYdecuando
Lugueriovio esfumados
Riolffini, duquetodos sus
de Coro-
ahorros
na, rompíaMartín
para sentó
siempreplaza
lazosdecon
nuevo en lafamilia.
su ilustre escuadra de galeras
Europa y sus
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca, que
reinos serían a partir de ahora sus enemigos, y su religión un yugo había
crecido
que debíatras
seruna serie de
erradicado victorias
a favor obtenidasfepor
de la verdadera el temible
del profeta.
corsario Dragut
Corría por lasobre
arenalas armadas
mojada, cristianas. al meterse en el
chapoteando
aguaElhasta
poderoso rey Felipe
la cintura. Uno deII,lospaladín dealcanzó
turcos le la causauncatólica por
remo para
encima
ayudarlodea subir
todo—incluso porrecibido
al bote y fue encimapor delelPapa de Roma,
corsario Shadiir.que
empleaba
—¿Dóndemás está
fondos en turbios
la mujer? negocios
–preguntó para su benefi
contrariado, cio
con un
que en acento
fuerte proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con
turquesco.
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
—Se ha quedado atrás —Próspero contestó mientras mi-
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
raba nervioso hacia el acantilado—. Me han descubierto e
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
iban a matarme. Debemos apresurarnos, los españoles me
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
están buscando.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas—Os he preguntado por la mujer. Ése era el trato.
del Mediterráneo.
—¡Maldición,
La Shadiir! contando
casa de Habsburgo, ¡Ahí tenéis conunsus
saco lleno
vastas de flori-
posesiones
ynes,
conpodéis
el oro compraros un centenar
y la plata llegados deIndias,
de las rameras si es ése
gastaba vues-
hasta el
tro deseo!
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
Próspero
enemigos, quecogió
no un puñado
eran pocos,de pues
monedas del saco
además de ylalasabierta
arro-
jó con insolencia
hostilidad al suelo de madera
de mahometanos, delvenecianos,
franceses, esquife, entre los pies
holandeses
ydel corsario.protestantes, ahora la mala relación entre la corte
alemanes
española
YuzelyShadiir
la Inglaterra
tomóisabelina
el saco y amenazaba un nuevo frente,
se giró a contemplar el mar.y
claro, aunque
—Está era el español un imperio enorme y temible, era
bien…
uno contra todos.
Parecía tranquilo, aliviado al poder salir de allí. Con un
Aquella
gesto suyo dosmañana
de los de septiembre,
piratas Martín
comenzaron se despertó
a remar, con el
llevando el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
234
velamen. Apartó
esquife hacia mar la adentro,
manta mojada rumbopor a laelgalera
relentedenocturno
Shadiir que y se
puso en pie,
esperaba algo semásabotonó
lejos.la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua
La escasa luz de una tinaja
acentuaba y se
los lavó elde
rasgos rostro,
de los espabilándose.
corsarios de
Las gotas resbalaron por su cara sin
barbas pobladas e hirsutas. Los Imúsculos de sus torsos afeitar, que tenía bellas
des-
facciones,
nudos se tensaban cada vez que tiraban fuerte de los remos.de
aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad
la mejilla
—Estoy una delgada
harto de estecicatriz.
malditoTenía una del
vaivén narizmarrecta—sey quejó
labios
fiPróspero—.
nos que solía Me torcer
ponede lado en ¿Cuándo
enfermo. una mediallegaremos
sonrisa cuando algo
a vuestra
le divertía.
casa, Shadiir?Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
mantenía
Martín fruncido,
de Nola Vega le era
daba profundidad
soldado del rey adesu mirada,
España, comocomolo
—Pronto. desesperéis.
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también el pelo castaño
—¿Un
revuelto y sedíalode viaje?
echó hacia atrás, despejando la frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por unos débiles trazos.con la mirada fija en el horizonte, sin
El corsario seguía
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
responder. por la crujía entre los marineros y soldados que ya
haciaCaminó
el norte de Italia y de allí a Flandes, donde Francia había
—¿Más?
abarrotaban
entrado nuevamente ¿Dos
la días?
galera y se
en —continuaba
lizaacercó a proa,
con España. preguntando
donde
Pese a losebriosoel joven.
encontraba
y a las
el capitán don Ricardo Villalobos apoyado
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóvigi-
—No será tan fácil sortear a las naves en la
cristianas cureña
que de la
ante
moyana,
lanojos
los con
estasde aguas.
sus la ofi
camisa
Las blanca
galeras
ciales deque
Malta
al demostrar ya en
yera gris abierta
denumerosas
Sicilia están hasta
dando
ocasiones el
pecho,
caza a donde
cualidadesmuchoscomo brillaba
de unfría,
nuestros
sangre escapulario
barcos en
disciplina dey Messina.
la Virgen
un valor que del Carmen,
Nosrozaba
esperala
el
unaancho bonete
travesía ladeado
larga y haciéndole
peligrosa. sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
fijoscamaradas.
los en el horizonte,
—Me dijeron queenvuestra las siluetas
galera que
eradibujaban
la más rápida las torres
del Me-del
puerto de Corona.
diterráneo.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
La
adinerados
—Sin galera española
a Italia,
duda Martínvolvía
exageraron. entre a Italia
ellos, después de
arrojándose combatir
sin empacho
allas
a corso berberisco
múltiples deliciasen que
la ría de Tetuán.
aquella Las naves capturadas
—¡Fue vuestro agente quien lotierra ofrecía
aseguró! a los holgados
habían
de bolsa, sido más bien pocas—apenas alguna fusta enemiga—y
Bajo gastándoselo
la aljuba color todo en festines
púrpura Shadiir milaneses
apretaba y enlosbellezas
puños
el botín escaso.
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
con un gesto de rabia contenida. Aquel niñato le parecía in-
que Eranle
Dios tiempos
ponía aciagos
en para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele,
soportable. Hablador, incómodo, arrogante y prepotente,pues sin
Mientras
la mayoría losdetercios
los de los Austrias
soldados jóvenes se habían
hacían lo convertido
mismo, en los
atraídos
ninguna compasión por la ética. Como la mayoría de los eu-
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera ricaen de yEuropa,
que losenespañoles
las aguaseran del
ropeos, pensaba. Ignorantes,y sucios labárbaros.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
235
15
Poco más tarde,
—Relajaos, joventras la batalla
príncipe, Alá ende su
Gelves contra
infinita el Turco,
sabiduría ha
que resultótodo,
dispuesto penosano jornada
podemospara las más
hacer armasquecatólicas
vivir el ydestino
donde
aque
punto
nos estuvo de dejar la piel, regresó a España, donde vivió
tiene preparados.
entre—¡Al
Sevilla y Madrid.
diablo Y cuando
con el destino, vio esfumados
Shadiir! Cualquieratodos sus
perdería
ahorros Martín
el sentido sentó
por las plazaque
delicias de nuevo
allí meenesperan.
la escuadra de galeras
Encargaos de
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
llegar rápido y a salvo y siempre estaré en deuda con vos. que había
crecido tras unabarca
La pequeña serie ya
deestaba
victorias
cercaobtenidas por el
de la galera, temible
sería casi
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
imposible que los españoles pudiesen reparar los daños en su
naveEly poderoso reyPróspero
darles caza. Felipe II,recogió
paladín demoneda
una la causade católica por
las tablas
encima de con
y jugueteó todo—incluso por encima
ella. Era dorada, con una delcruz
Papa de Roma,
adornada que
en una
empleaba más de
cara y la efigie fondos en turbios
san Juan Bautistanegocios
en la otra.para su benefi
Mientras cio
mira-
que enmoneda
ba la proporcionar apoyo a aquienes
se le vinieron la mentedefendían
imágenes la religión
de Corona:con
uñas y dientes—,
un paisaje, cuadrohabía
o laheredado de suamigo.
cara de algún padre la titánica guerra
Entonces pensó
contra el Turco,
enseguida que junto sin
en la hermosura a la corona
igual de lasdemujeres
Castillaturcas.
y Aragón
era la
Lepotencia más grande
habían hablado del mundo,
de hembras con embarcándose en una
una belleza arrebata-
contienda
dora. Gatasque duraríacon
morenas casipiel
doscientos
suave queaños,
olíainterrumpida sólo
a agua de rosas.
por cortas
De ojos treguas,
oscuros y cuyo
como campo ydelargos
el carbón batalla principal
cabellos eran las
acaracola-
aguas del Mediterráneo.
dos. Mujeres con predisposición a complacer y obedecer a
sus La casa desatisfaciendo
maridos, Habsburgo, contando
todos suscon sus vastas posesiones
deseos.
y con—Habladme
el oro y la plata llegados
de ellas, de De
Shadiir. las las
Indias, gastaba
mujeres quehasta
me es-el
último
peran. maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
El corsario sonrió mostrando sus dientes blancos como
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
perlas, que destacaban entre su negra perilla y los finos bigo-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
tes peinados hacia arriba.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
—Oh,
claro, joven
aunque era príncipe,
el españolson los seresenorme
un imperio más hermosos
y temible,que
era
existen. Saben
uno contra todos. a canela molida y su tacto es el de las ninfas de
las historias antiguas. Conocen placeres infinitos que pueden
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
236
velamen.
poner enApartó
fuga lalaacerba
mantamelancolía
mojada porque el relente
a vecesnocturno
emponzoña y se
puso
nuestraen pie,
mente.se abotonó
Jamás seréisla camisa y, haciendo
tan feliz, cuenco con las
podéis creerme.
manos, cogió agua
—¿Cuántas de una
podré tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
poseer?
Las —Tantas
gotas resbalaron
como queráis,por suellascaraviven
sin afeitar, que tenía
para vuestro gozo. bellas
Alá
I
facciones, aunque del ojo izquierdo
nos las envía como recompensa por servirle bien. bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
Próspero estaba entretenido pensando en todo aquello
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
cuando una mano lo sujetó fuertemente del pelo y le echó
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
la cabeza hacia atrás. El afilado filo de una daga le abrió la
mantenía
Martínyfruncido,
de le era
daba profundidad rey adesu mirada, como
garganta unala cascada
Vega soldado
de líquidodel caliente España,
se derramó como porlo
si estuviese
había sido su atento a
padregritar todo.
bajo los Se mojó
estandartes también el pelo
del emperador castaño
Carlos.y
su pecho. Intentó pero no pudo emitir ningún sonido.
revuelto y se lo echó hacia atrás, despejando la frente surcada
AbrióSelosalistó
ojos muy
de parjoven
en par, como
intentó arcabucero
boquear en enbusca
el tercio
de airede
por unos débiles trazos.
Navarrete,
pero tampoco gracias
podía,a viejos conocidos
las piernas de su yfamilia,
le fallaron cayó entre y partió
las
hacia Caminó
tablaseldelnorte por la crujía
de Italia
esquife entre los
y de allí acon
resbalando marineros
Flandes, y
donde
su propia soldados
Francia
sangre. que
Con ya
había
la
abarrotaban
entrado la galera
nuevamente
visión borrosa pudo en y se
lizaacercó
con la
distinguir asilueta
proa,Pese
España. donde
del a losebrioso
corsario encontraba
y a las
Shadiir,
el capitán
veces
con susdíscolodon Ricardo
que vestiduras
oscuras Villalobos
su corta edad apoyado
y ellebrillo
hacía del en
ser,sable
prontola cureña
quedestacó de
le pendía la
ante
moyana,
los
delojos
cinto. con
de susla ofi
camisa
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
pecho, donde
cualidades como brillaba unfría,
escapulario
disciplinadey un la Virgen del rozaba
Carmen,
—Tiradlo porsangre
la borda. valor que la
el ancho bonete ladeado haciéndole sombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la cara y los ojos
Al
enoír la orden, uno
fijoscamaradas.
el horizonte, de los
en las piratas
siluetas quearrojó el cuerpo
dibujaban de Prós-
las torres del
los
pero al agua,
puerto de Corona. que cayó con un ruido sordo contra la superficie
Después
del mar, de variaspara
perdiéndose campañas
siempremuchos en aquellasoldados
costa.volvieron
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose de
La galera española volvía a Italia después combatir
sin empacho
allas El
corso corsario
berberisco Shadiir
en quereía
la ría divertido,
de Tetuán. le había sido muy fácil
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
atraer asido
habían Próspero
más bien Riolffini y luego corromperlo
pocas—apenas fustahasta conse-
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milaneses yenemiga—y
en bellezas
guir
el botínde escaso.
él todo lo que quiso. «La carne es débil», se dijo, y
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
sobre todo la de un muchacho al que le abres las puertas a
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
un mundo desconocido y que se le antoja fabuloso. La úni-
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
ca pega era no haber podido hacerse con la joven española,
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
aquello sí que le hubiese dado prestigio. Una jugada perfecta.
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil
un generosocontener a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
237
15
AunPoco más
así, el orotarde, tras la
del duque nobatalla
estabade Gelves
nada mal contra
a cambioel Turco,
de no
que resultó
perder a un penosa jornada para las armas católicas y donde
solo hombre.
a punto
Los estuvo
remos de dejar la piel,
chapotearon porregresó
últimaavezEspaña,
antesdonde
de servivió
re-
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
cogidos a dentro del esquife, el cual fue atado y subido con todos sus
ahorros
prestezaMartín sentóEl
a la galera. plaza de nuevo
corsario en la
Shadiir se escuadra de galeras
agarró a un cabo y
de Nápoles para luchar contra la
subió a su nave seguido de sus dos hombres.amenaza turca, que había
crecido tras una de
Su segundo serie de victorias
abordo le recibióobtenidas
con una por el temible
mirada inqui-
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
sitiva, seguramente preguntándose dónde estaba la mujer
El poderoso
cristiana, pero larey Felipe
leve II, paladín
negación de la causa
que le dedicó católica
su arráez conpor
la
encima dehizo
cabeza le todo—incluso
comprender. por encima del Papa de Roma, que
empleaba más comenzó
Enseguida fondos enel turbios negocios
trabajo en para
la galera, lassu benefide
cadenas cio
que en proporcionar
los galeotes apoyo
tintinearon a quienes
al mover defendían
los remos y la la religión
nave con
corsaria
uñas y dientes—,
se puso en marcha. había heredado de su padre la titánica guerra
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
Shadiir alcanzó la plataforma de la arrumbada de proa,
era la potencia más grande del mundo, embarcándose en una
desde donde miró, nervioso, la costa de la isla que se que-
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo
daba atrás, por si aparecía la nave española. Al frente, en la
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
dirección que apuntaba el espolón de hierro, se abría el mar
aguas del Mediterráneo.
hasta donde alcanzaba la vista. La intensidad de la luz mati-
La reflejaba
nal se casa de Habsburgo,
vivamente contando con sus
sobre el agua vastas
y sobre lasposesiones
filigranas
ydoradas
con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba
que adornaban el casco de la galera y la bella hasta
telael
último maravedí
esmeralda en luchar
que cubría a brazo partido contra todos sus
la toldilla.
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
El corsario, con una mano apoyada en la enorme empu-
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
ñadura de su sable y la otra acariciando su cuidada barba,
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
repasaba la ruta que debía seguir hasta llegar a la seguri-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
dad de las aguas controladas por los otomanos. Había sido
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
muy arriesgado meterse con su galera hasta la misma boca
uno contra todos.
del lobo, las probabilidades de encontrarse naves cristianas
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
238
velamen.
durante el Apartó
obligado la manta
paso por mojada por el relente
el estrecho de Messina nocturno eranyal- se
puso
tas, ya enquepie, elselugar
abotonó estaba la camisa
patrullado y, haciendo
por galerascuenco con las
maltesas,
manos,
españolas cogió y agua de unaPero
sicilianas. tinajasiyconseguía
se lavó el rostro,
superar espabilándose.
ese último
Las gotas resbalaron
obstáculo y adentrarse por ensu cara sin
el cálido afeitar,
refugio deque teníagriega,
la costa bellas
I
facciones,
habría salido aunque del ojoante
triunfante izquierdo
los ojosbajaba
del Gran hasta la mitad
Turco y de su de
la
Diosmejilla
Alá. una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finosAque sussolía torcer
treinta de ladoaños,
y cuatro en unaYuzel media sonrisahijo
Shadiir, cuando de unaalgo
le divertía.familia
poderosa Su ceño, dequeDamascopor manía y arráezo costumbre
de una rápida casi siempre
galera
mantenía
corsaria, fruncido,
Martíntenía de laun Vega le daba
hambre profundidad
de poder
era soldado delvoraz. a su
rey de Su mirada,
prometedora
España, como como lo
si estuviese
carrera,
había sidojunto atento
su padre a
con bajo todo.
las adecuadasSe mojó
los estandartes también
amistades el pelo castaño
y sus recientes
del emperador Carlos.y
revuelto
éxitos, y se lo echó hacia atrás, el despejando que la frente surcada
Se podía
alistó hacerle
muy joven alcanzar como triunfo
arcabucero tanto
en el esperaba:
tercio de
por
llegarunos a débiles
ser el trazos. de su propia escuadra. Navegar las
almirante
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
aguas
hacia Caminó nortepor
eldesde la
eldeMar crujía
Negro
Italia y deentre laslos
yallí marineros
acostas
Flandes, de dondey soldados
Crimea hasta que
Francia lahabíaya
isla
abarrotaban
de Mallorca
entrado la
y el
nuevamente galera
litoral
eny oriental
se
lizaacercó a proa,Pese
español.
con España. dondea losebrioso
Cruzando encontraba
de partey a lasa
el
vecescapitán
parte don
el Mediterráneo
díscolo que Ricardo
su corta Villalobos
asaltando
edad le hacía apoyado
convoyes en
de la
ser, pronto cureña
barcos
destacó de
o pue-
antela
moyana,
blosojos
los con
costeros,
de suslaincluso
camisa
ofi blanca
cialesciudades,
al demostrarque ya en
cargando eranumerosas
gris abiertaocasiones
sus galeras hasta la
hasta el
pecho,
carrozadonde
cualidades con brillaba
esclavos
como sangre yun escapulario
ricos
fría, botines. dey un
disciplina la Virgen
valor que del rozaba
Carmen, la
el ancho
Ahora bonete
su ladeado
destino era haciéndole
recoger sombra
tropas
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en en
Corfúla cara
y y
llegarlos ojos
has-
fita
losjoselen el horizonte,
castillo
camaradas. en las siluetas
de Szigetvar, al sur deque dibujaban
Hungría, las torres
asediado desdedel
puerto
hacía de Corona.
un mesdepor un gran ejército turco con el mismísimo
Después varias campañas muchos soldados volvieron
La
Solimán galera
a la española
cabeza. Desde volvía
allí, a
de Italia
pie
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose sin empacho en después
la afilada de proacombatir
de su
al
a corso
galera,
las elberberisco
corsario
múltiples en que
la ría
Shadiir
delicias no de Tetuán.
imaginaba
aquella tierra Las
que naves
el anciano
ofrecía a los capturadas
Califa
holgados
habían
había
de bolsa, sido
muerto más enbien
gastándoselo pocas—apenas
su campamento
todo en festines alguna
unos díasfusta
milanesesatrás; yenemiga—y
eny aunque
bellezas
el
sus botín escaso.
tropas consiguieron arrebatar
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa el castillo de Szigetvar a
los Dios
que croatas
Eranle que lo
tiempos
ponía guarecían,
aciagos
en su camino.para los la noticia
españoles
Nada podía del
enfallecimiento
el Mediterráneo.
reprochársele, de
pues
Solimán
Mientras
la mayoría elde
los Magnífico
tercios conmocionó
de los
los soldados Austrias
jóvenesse alhabían
mundo,
hacían causando
loconvertido
mismo, enuna
atraídos los
inenarrable
dueños
por de los
aquella felicidad
tierracampos en toda
de batalla
extranjera la cristiandad
y ricaen de Europa, que lo
la que losenespañoles veía como
las aguaseran del
el anticristo,
Mare Nostrum
dueños. y
Para ellos un
cada profundo
vezera
Italia duelo
eracomo en
más difícil el Imperio
contener
un generoso otomano,
a la ingente
paraíso que
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
239
15
Poco
había más atarde,
llegado lo más tras la durante
alto batalla desuGelves
reinadocontra
y queelcomen-
Turco,
que
zaríaresultó penosa
una larga jornadahasta
decadencia para finalmente
las armas católicas y donde
desaparecer.
a punto estuvo de dejar la piel,* regresó a España, donde vivió
entreLorenzo
Sevilla Leone
y Madrid.
todavíaY cuando vio esfumados
se encontraba todos
en el mismo sus
lugar
ahorros Martín
donde había sentó plaza
matado de nuevo
al criado. en laintentando
No había escuadra de galeras
huir, sa-
de Nápoles para luchar contra la amenaza turca,
bía que tarde o temprano los españoles lo encontrarían. Sen- que había
crecido tras una serie
tía un agotamiento de victorias
extremo, pero no obtenidas pordeelespíritu.
físico, sino temible
corsario Dragut sobre
Estaba demasiado las armadas
cansado cristianas.
para correr, para escapar otra vez
de laElmuerte
poderoso rey Felipe
o tratar de darII,explicaciones.
paladín de laElcausa católica
capitán por
Villalo-
encima
bos era de
un todo—incluso
hombre cabal,por era encima
posible del
quePapa de de
se fiara Roma, que
su pala-
empleaba
bra. Aun asímás fondos ena volver
le obligaría turbiosa negocios
Corona paraparatestificar
su benefi cio
ante
que en proporcionar
el duque, apoyo ano
algo que Lorenzo quienes defendían
deseaba hacer. Si laeso
religión con
ocurría,
uñas y dientes—,
lo único había heredado
que lo consolaba de su padre
era pensar la titánica
en llevarse guerra
a cuantos
contra
pudieraelpor
Turco, queantes
delante juntodea caer.
la corona de Castilla y Aragón
era laAlpotencia
cabo de más grande
un rato, del mundo,
un hombre salióembarcándose en una
de entre los árboles
contienda
con un aceroquereluciente
duraría casi
en doscientos años, interrumpida
su mano. Entonces la Fortuna, sólo
o el
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal
infortunio, o quizás el voluble y caprichoso Dios que maneja eran las
aguas del Mediterráneo.
el mundo, quiso que de todos los españoles que estaban bus-
La casa
cándole, de Habsburgo,
aquél fuese Martín.contando con sus vastas posesiones
y con—Daos
el oropreso,
y la plata llegados
capitán de ¿Dónde
Leone. las Indias, gastaba
están Maríahasta
Quin-el
último maravedí
tana y el en luchar a brazo partido contra todos sus
hijo del duque?
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
Lorenzo negó con la cabeza. Martín miró a su alrededor
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
buscando una posible trampa, percatándose del cuerpo del
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
criado que estaba tendido sobre un charco de sangre que mo-
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
jaba la hierba.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno —¿Qué demonios ha pasado aquí? —preguntó señalando
contra todos.
el cadáver con el mentón.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
240
velamen. Apartónos
—Próspero la ha
manta mojadaypor
traicionado el relente
ha matado a lanocturno
muchacha. y se
pusoLorenzo
en pie, se abotonó
contestó con la toda
camisa la y, haciendoque
serenidad cuenco
pudo,con las
y su
manos,
voz no cogió
tembló agua de una
ni un ápice.tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las —No
gotas creeréis
resbalaron quepor soysuun cara sin afeitar,
estúpido, que tenía
¿verdad?... bellas
¿Dónde
I
facciones,
carajo están? aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
—Podéis asomaros a ese acantilado y descubrir que no
finos que solía torcer de lado en una media sonrisa cuando algo
miento, la joven está muerta allí abajo y Próspero ha huido.
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
—No os creo. le daba profundidad a su mirada, como
mantenía
Martínfruncido,
de la Vega era soldado del rey de España, como lo
—¿Pensáis
había sido suatento
si estuviese queabajo
padre seguiría
todo.losSe aquí
mojó si fuese
estandartes también
delyoemperador
eleltraidor?
pelo castaño
Carlos.y
revuelto
Martíny seestaba
lo echó hacia atrás, despejando la deseaba
frente surcada
Se alistó muy enormemente
joven como arcabucerocontrariado, en el tercio tantode
por
que unos débiles
Lorenzo trazos.
fuese el culpable y solucionar las cosas allí mis-
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
mo Caminó
hacia que otrapor
el norte posibilidad
de la crujía
Italia y dele trastocaba.
entre
allí los marineros
a Flandes, y soldados
donde Franciaque ya
había
abarrotaban
—¿Vos
entrado lolasabíais?
nuevamente galeraen y—preguntó
se
lizaacercó aelproa,
con España. donde
español.
Pese a losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
veces—Llevo don
díscolomeses Ricardo
que suintentando Villalobos
corta edad destapar apoyado
le hacía ser, pronto destacóde
en la
la conjura. cureña la
ante
moyana,
los ojos deconsus la ofi
camisa
ciales blanca que ya en
al demostrar eranumerosas
gris abiertaocasiones
hasta el
—¿Por eso nos espiabais en Corona?
pecho, donde
cualidades brillaba unfría,
escapulario dey un la Virgen del rozaba
Carmen,
La bocacomo sangre
de Martín dibujódisciplina valor que
una sonrisa peligrosa e insolente.la
el ancho bonete
temeridad, ladeadocon
labrándose haciéndole
su acero una sombrabuenaenreputación
la cara y losentre
ojos
—Es a
fijoscamaradas. los aliados a quienes hay que espiar
en el horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del —contestó el
los
veneciano—.
puerto de Corona. Los enemigos se enfrentan de hombre a hom-
bre, ellos no vanvarias
Después de campañas muchos soldados volvieron
a traicionarte.
adinerados a Italia, Martínvolvía
La galera española entre a Italia
ellos, después de
arrojándose combatir
sin empacho
allas —¿A
corso eso os
berberisco dedicáis?
en que
la ría de Tetuán.
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía capturadas
a los holgados
habían—Sabéis
sido tan
más bien como yo
pocas—apenas que el trabajo
alguna
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas sucio
fusta no sólo se
enemiga—y
limita
el botínaescaso.
napolitanas,matar hombres.
metiendo manoDe todas
en todoformas...
lance aquel
y mujer espía estu-
hermosa
vo cerca.
que Eranle
Dios tiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
la —De los
Mientras
mayoría aquella los noche
detercios de los
soldados poco pudo se
Austrias
jóvenes deciros.
habían
hacían loconvertido en los
mismo, atraídos
dueños
por dematasteis
aquella
—¿Le los campos
tierra de batalla
extranjera
vos? y ricaende Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
241
15
Poco
—Quémás tarde,
menos trashacer…
podía la batalla de Gelves
—contestó contraencogién-
Martín el Turco,
que
doseresultó penosaseñalando
de hombros, jornada para las armas católicas y donde
la evidencia.
a punto estuvo
Al oír de dejar
aquello Lorenzo la piel,
apenasregresó a España,
mostró sorpresa, donde vivió
lo había
entre Sevilladesde
sospechado y Madrid. Y cuando
el principio. vio esfumados
El español levantó latodos
espadasus
y
ahorros Martín sentó plaza de
apuntó a Lorenzo en señal de desafío. nuevo en la escuadra de galeras
de Nápoles
—Ahora,para luchar
capitán contra
Leone, la amenaza
os aconsejo que turca, que había
os rindáis.
crecido tras una serie de victorias obtenidas por el temible
—¿Ante vos? ¿Ésas son vuestras órdenes?
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
—Mis órdenes son llevaros preso hasta la playa y que se
El poderoso rey Felipe II, paladín de la causa católica por
aclare el asunto, o mataros si os resistís.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
Lorenzo
empleaba másasintió
fondosdespacio
en turbios mirando
negocios al para
suelo,sucompren-
beneficio
diendo que no quedaba otra salida. Martín pareció
que en proporcionar apoyo a quienes defendían la religión con advertirlo
también,
uñas sabía de
y dientes—, sobra
había que el veneciano
heredado de su padre nolaiba a rendirse,
titánica guerra
además quería ajustar cuentas por lo de la noche
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón anterior an-
tes la
era depotencia
que llegasen
más más
grandeespañoles y perdiese
del mundo, la oportunidad.
embarcándose en una
—¿Cuáles son mis posibilidades? –preguntó
contienda que duraría casi doscientos años, interrumpida sólo el antiguo
mercenario.
por cortas treguas, y cuyo campo de batalla principal eran las
aguas del Mediterráneo.
—Dejar vuestras armas en el suelo y venir conmigo, o ma-
tarme.
La casa de Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con—Entonces
el oro y lasiplata
no osllegados
importa, detrataré
las Indias, gastaba hasta el
de mataros.
último maravedí
—Pues haced en luchar
el favor de aponeros
brazo partido
en guardia,contra todosLeo-
capitán sus
enemigos,
ne, aquí acabaque vuestro
no eranviaje,pocos, pues además de la abierta
o el mío.
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
No había más que decir. La espada de Lorenzo salió de la
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
vaina con un largo siseo metálico.
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
Estaban los dos hombres frente a frente con los aceros
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
por delante. Parecía que no existiese nada más en el mun-
uno contra todos.
do que ellos y sus espadas. Dos figuras inmóviles en medio
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
242
velamen.
del claro Apartó
iluminado la manta
por lamojada
tímida por y grisel luz
relente nocturno ySe
del amanecer. se
puso en pie,cada
estudiaban se abotonó
palmo, la camisa
cada gesto, y, cada
haciendo cuencoantes
expresión, con delas
manos, cogió agua
mover ningún de una tinaja
músculo. Sus hojasy se lavó el rostro,
se rozaron unespabilándose.
par de veces,
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
tanteándose.
I
facciones, aunque
El español fue del ojo izquierdo
el primero en atacar.bajaba Lanzóhastavariasla mitad
estoca- de
la
das mejilla una delgada
acompañadas cicatriz. Tenía
de peligrosos tajos una narizhacia
de daga, recta arriba
y labios y
fihacia
nos que solía torcer de lado en una media
abajo, complicadas de bloquear para Lorenzo, que tras sonrisa cuando algo
le divertía.
el primer asalto Su ceño, que porlamanía
ya notaba camisao pegada
costumbre a la casi siempre
espalda y el
mantenía
rostro Martín fruncido,
perlado de ladeVega le
sudor. daba
eraEntre profundidad
soldado los del
árboles, a su
rey dey España,mirada,
alertadoscomo como
por ello
si estuviese
ruidosido
había de los atento
suaceros, a
padre bajo todo.
Afonso Se mojó también
y varios soldados
los estandartes el pelo
aparecieron
del emperador castaño co-y
Carlos.
revuelto
rriendo y seello
en echóAlgunos
lugar. hacia atrás, de los despejando
españoles,laen alfrente
ver a surcada
Martín
Se alistó muy joven como arcabucero el tercio de
por unos
batiéndose débiles
contra trazos.
el veneciano se adelantaron para ayudarle,
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
peroCaminó
hacia el nortepor
el portugués de la crujía
los
Italia detuvo
y de entre los
allícon marineros
un gesto,donde
a Flandes, y soldados
mientras Francia que
observa-
habíaya
abarrotaban
ba la escena.
entrado la galeraen
nuevamente y selizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
—Que don
lo Ricardo
arreglen Villalobos
entre ellos apoyado
—dijo. en la cureña la
ante
moyana,
los ojos
Los de con
demássusla ofi
camisa
lo ciales
miraronblanca que ya en
al demostrar
extrañados eraen gris
numerosasabiertaocasiones
un principio, hasta
pero el
pecho,
ante sudonde
cualidades como
semblante brillaba
sangre unfría,
y sus escapulario
seriasdisciplina
palabras deyentendieron
la Virgen
un valor que delelrozaba
Carmen,
asunto la
el ancho
temeridad, bonete
a la perfección ladeado
labrándose haciéndole
con su aceroaluna
y se mantuvieron sombra en la cara
buena reputación entre
margen. y los ojos
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
Espadas y dagas chocaban violentamente entre fintas y
puerto de Corona.
amagos.Después
Lorenzo de varias
era más campañas muchos que
alto y corpulento soldados
Martín, volvieron
pero el
La
adinerados galera a española
Italia, Martín volvía
entre a Italia
ellos, después
arrojándose
español era más joven y más ágil. Lo cierto es que el venecia- de
sin combatir
empacho
al
ano corso
lasera berberisco
múltiples
bueno, delicias
muy en que
la ría
bueno. de Tetuán.
aquella
Pero tierra Las
la escuela naves
ofrecía
italiana a los capturadas
se holgados
quedaba
habían
de
atrásbolsa,sido más
congastándoselo bien
respecto a la todo pocas—apenas
española:en festines alguna
rápidamilaneses fusta
y letal, menos enemiga—y
y en preocu-
bellezas
el botín
napolitanas,escaso.
pada en posturas metiendoy fintas.manoQuizá enera todomenoslance y mujeralgo
elegante, hermosa
sucia
que Eran
Dios tiempos
le ponía aciagos
en su para
camino.
incluso, pero válida y eficaz como la que más. los españoles
Nada podía en el Mediterráneo.
reprochársele, pues
Mientras
la mayoría losdetercios
Se batían de loscon
lossilencio,
en soldados Austrias
jóvenes se habían
hacían
profesionalidad. loconvertido
mismo,
Sin piedad en
atraídoslos
y sin
dueños
por de
aquella
perdón, los campos
tierra
enzarzados de batalla
extranjera
a estocadas y ricayen de Europa,
la que los
violentos enespañoles
tajos, laspeligrosos
aguaseran del
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
243
15
Pocode
ataques más tarde,
daga, tras la
paradas batalla de Gelves
y contragolpes. Tras contra
algunaselacome-
Turco,
que
tidasresultó penosa jornada
sin consecuencias, para lasacabó
la rapidez armasimponiéndose
católicas y donde
a la
afuerza,
puntoyestuvo
cuandodeLorenzo
dejar lalevantó
piel, regresó a España,
la espada donde
para lanzar unvivió
tajo
entre Sevilla
de lado, Martíny Madrid.
le bloqueó Y el
cuando
acero vio
con esfumados
el suyo en unatodos sus
eficaz
ahorros Martíny sentó
engavilanada dandoplaza de nuevo
un paso enderecha
hacia la la escuadra de galeras
consiguió me-
de
ter Nápoles
a fondo supara luchar
daga, contra
rajando la amenaza
el jubón turca, que
del veneciano había
y la carne
crecido
que habíatras una serie
detrás, debajodedevictorias obtenidas
la axila. Lorenzo por de
gruñó el dolor
temibley
corsario
retrocedióDragut
unos sobre
pasos,las armadas
notaba cristianas.
el calor de la sangre que le mo-
jabaEllapoderoso
ropa. La rey
herida no II,
Felipe erapaladín
letal pero ahora
de la causa apenas podía
católica por
levantar la daga con el brazo izquierdo.
encima de todo—incluso por encima del Papa de Roma, que
empleaba más fondos
Aprovechó Martín en turbios
para atacarnegocios
por ese para
lado, susinbenefi cio
tregua,
que en proporcionar
acometiendo apoyo ya potentes
con rápidos quienes defendían la religión
tajos. Lorenzo con
se batía
uñas y dientes—,
desesperado. había
Como a heredado
una presade su padre
herida la titánica
Martín guerra
lo llevaba a
contra el Turco,
su terreno, que junto
cansándolo. Cona la
la cabeza
coronafría
de el
Castilla
español y Aragón
seguía
era
los la potencia
pasos más grande
que había del mundo,
aprendido embarcándose
tras mucho en una
guerrear. Espera-
contienda
ba a que el que duraría casi
veneciano doscientos
acometiese años,
para interrumpida
desviar sus golpes sólo
y
por cortas
buscar treguas,
el hueco, siny prisas.
cuyo campo de batalla
La temible espada principal
schiavonnaeran de
las
aguas del Mediterráneo.
Lorenzo, sin embargo, parecía más pesada en su mano a cada
segundo que
La casa depasaba.
Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y conTras
el oro y la plata
detener variosllegados
golpes deal las
fin Indias,
Lorenzogastaba hasta el
logró afirmar
último
los piesmaravedí en luchar
y contraatacar, a brazo
avanzó, amagó partido contra todos
una estocada sus
y lanzó
enemigos, que no
un ataque hacia eran pocos,
el rostro puesEl además
de Martín. español se de apartó
la abierta
con
hostilidad de mahometanos,
agilidad aunque la hoja del franceses,
venecianovenecianos, holandeses
le hizo un corte en la
ycara,
alemanes protestantes,
haciéndole maldecirahora
en vozla alta.
malaLa relación
sangreentre la corte
le había sal-
española
tado haciay laelInglaterra isabelina
ojo izquierdo amenazaba
y le estorbaba la un nuevo
visión. frente, y
Volvieron
claro, aunque
a la carga, eravez
cada el español un imperio
más cansados, enorme
jadeando, y temible, era
convencidos de
uno
matarcontra todos.
o morir. Lorenzo estaba agotado y fue demasiado lento
al recomponerse
Aquella mañana de unde ataque. Su adversario
septiembre, Martín seno dejó escapar
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
244
velamen.
la oportunidadApartóy,la mantalamojada
viendo pierna de por el relente
Lorenzo muynocturno
adelantada, y se
puso
hizo un en amago
pie, searriba
abotonó la camisa
y luego le dio un y, haciendo
tajo de soslayo cuenco con las
al retirar-
manos, cogió agua
se, haciéndole de unaentinaja
un corte y se lavó
el muslo. Estaelvez
rostro, espabilándose.
el veneciano gritó,
Las gotasde
cayendo resbalaron
rodillas. Le por su cara
dolía sin afeitar,
la pierna como sique se latenía bellas
acabaran
I
facciones,
de amputar aunque del ojoponerse
y no lograba izquierdo en bajaba
pie. Lashastafuerzas la mitad
lo aban- de
la mejilla una
donaban. Levantódelgada
la vistacicatriz.
y vio aTenía una nariz
su adversario recta frente
inmóvil y labiosa
fiél.
nosSeque solía torcer
miraron a los ojos.de lado
Aquellaen unamiradamedia sonrisa
decía cuando que
sin palabras algo
le
era divertía.
el final. Su ceño, apretó
Lorenzo que por losmanía
dientes o esperando
costumbre lo casi siempre
inevitable.
mantenía
El pelo
Martín fruncido,
mojado
de lapor Vegaellesudor
daba
era seprofundidad
soldadole pegaba
del rey adefrente
a la su mirada,
España, y lacomocomo
sangrelo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si
de estuviese
sus heridas atento
manaba a todo. Se
empapando mojó también
su vestimenta.el pelo castaño
revuelto
Martín y seseloacercó
echó hacia despacio atrás, despejando
y apartó la espadala frente surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en del otro
el tercio conde
por
una unos débiles
patada. trazos.
Después echó el brazo hacia atrás, cogió impulso
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
hacia Caminó
y atravesó
el norteelpor
de la
pecho crujía
Italia entre
dey Lorenzo
de allí los marineros
con
a Flandes,una donde y soldados
fuerte estocada.
Francia que ya
La
había
abarrotaban
hoja se hundió
entrado la galera
nuevamente casi hasta y se
en acercó
lizala a proa,Pese
empuñadura.
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacóde
el capitán
Brotó don
de la Ricardo
garganta Villalobos
del apoyado
veneciano un en la
gemido cureña
ronco la
se-
ante
moyana,
guido
los ojosdedecon
unsusla ofi
camisa
gorgoteo blanca
cialeslíquido.
al demostrarque
Martínya en
era
sacó grisel abierta
numerosas y hasta
acero ocasiones
lo lim- el
pecho,
pió condonde
cualidades la negra
como brillaba
capa un
sangre escapulario
defría,
su disciplinade
enemigo la Virgen
abatido.
y un valor del rozaba
Lorenzo
que Carmen,
emitióla
el
un ancho
hondo bonete
suspiroladeado
antes haciéndole
de caer de sombra
espaldas
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre en la
al cara
suelo. y los
Su ojos
res-
fipiración
losjoscamaradas.
en el fatigosa
horizonte, seen las siluetas
mezcló con un que dibujaban
ataque de tos. lasSetorres del
estaba
puerto
ahogando de Corona.
ende su varias
propiacampañas
sangre. Martín envainó su espada y
Después muchos soldados volvieron
La galera
se acercó
adinerados hasta española
donde
a Italia, Martín volvía
Afonsoentrey a losItalia
ellos, demás después
camaradas
arrojándose de combatir
espera-
sin empacho
al
aban,corso
las luegoberberisco
múltiplestodos se en
delicias la ría
perdieron
que deenTetuán.
aquella latierra
niebla Lasdelnaves
ofrecía amanecer
a loscapturadas
como
holgados
habían
si fuesen
de bolsa,sido más bien
irreales
gastándoselo formas pocas—apenas
todo en festinesalguna
fantasmales. milaneses fustayenemiga—y
en bellezas
el botín
napolitanas, escaso.
Lorenzo metiendo
estaba tumbado mano en en todo
el claro
lance dely bosque. No era
mujer hermosa
que Eran
capaz
Dios tiempos
deleescuchar
ponía enaciagos
ningúnpara los
sonido
su camino. españoles
Nada aparte
podíade ensuel Mediterráneo.
cada vez más
reprochársele, pues
Mientras
lenta
la mayoría losdetercios
respiración. de loscomo
Sentía
los soldados Austrias se habíanloconvertido
irremediablemente
jóvenes hacían mismo, sus en los
senti-
atraídos
dueños
por de los
dosaquella campos
le abandonaban,
tierra de batalla
apenas
extranjera ricaen
y podía Europa,
dever losen
nada,
la que lasfrío
tenía aguas
españoles del
y eran
una
Mare
dueños.Nostrum
sed horrible.
Para elloscada
Así que vez
esto
Italia era más
escomo
era lo quedifícil contener
unsegeneroso
siente a la ingente
alparaíso
morir, pensa-
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
245
15
Poco
ba. Al más agradecía
menos tarde, trasa la batalla
Dios estardeenGelves
aquel contra el Turco,
paraje perdido,
que
sóloresultó
él y la penosa jornada
naturaleza, en vez para
delas armas
morir bajocatólicas y donde
los estandartes
adepunto
algúnestuvo de dejarjunto
rey estúpido, la piel, regresó
a miles de acadáveres
España, donde vivió
de jóvenes
entre Sevillamuerto
que habían y Madrid. Y cuando
sin ninguna viomás
razón esfumados
que la detodos
ganarsesus
ahorros Martínde
un mendrugo sentó
pan.plaza de nuevo
Así estaba en lahabía
mejor, escuadra
sido de
una galeras
bue-
de
na Nápoles
forma depara luchar
acabar. Sincontra la amenaza
redobles de tambor turca, que había
ni trompetas.
crecido
Tan sólotras
él, una serie
aquella isladeperdida
victorias
delobtenidas por ely el
Mediterráneo temible
cielo
corsario
abriéndoseDragut
a unsobre
nuevolas armadas cristianas.
amanecer.
El
Porpoderoso
lo menosrey Felipe intentado
lo había II, paladínhasta
de laelcausa
final,católica por
hasta per-
encima de todo—incluso
der lo último por encima
que le quedaba, del Papa
la vida. Quizás esodecompensara
Roma, que
empleaba más de
todos los años fondos
maldaden cuando
turbios tuviese
negociosquepara
darsu benefi
la cara cio
con
que
el deenarriba,
proporcionar
o con elapoyo a quienes
de abajo, defendían
algo que la religión
le aterrorizaba con
com-
uñas y dientes—,
pletamente pero había
que eraheredado de su padre la titánica guerra
lo más probable.
contraYa el
noTurco, que junto
había ninguna a la corona
diferencia entredeloCastilla
real y uny Aragón
sueño,
era la potencia
ningún miembro más grande delymundo,
le respondía embarcándose
el universo en una
infinito se presen-
contienda queojos,
taba ante sus duraría casi
o eso le doscientos años, interrumpida
parecía. Lorenzo se dejó llevar,sólo
re-
por cortas treguas,
lajándose, y cuyo campo
y una inmensidad de batalla
oscura principal
lo rodeó, eran las
apoderándose
aguas
de él. del Mediterráneo.
Entonces dejó de sentir dolor y todo fue un sentimiento
La casa
de alivio derecorrió
que Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
su cuerpo.
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno contra todos.
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
246
velamen. Apartó la manta mojada por el relente nocturno y se
puso en pie, se abotonó la camisa y, haciendo cuenco con las
manos, cogió agua de una tinaja y se lavó el rostro, espabilándose.
Las gotas resbalaron por su cara sin afeitar, que tenía bellas
Epílogo I
facciones, aunque del ojo izquierdo bajaba hasta la mitad de
la mejilla una delgada cicatriz. Tenía una nariz recta y labios
finosTodas las torcer
que solía campanas de ladode enCorona redoblaban
una media sonrisaanunciando
cuando algo
la muerte del duque Luguerio Riolffini.
le divertía. Su ceño, que por manía o costumbre casi siempreDurante horas había
estado
mantenía postrado
Martín de la por
fruncido, Vega fuertes
le daba
era cuartanas,
profundidad
soldado hasta
del rey que
adesu el amanecer
mirada,
España, comocomolo
lo descubrió muerto, pálido y frío como si
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese atento a todo. Se mojó también fuese
el de
pelo cera. Poco
castaño
a poco, ayloselargo
revuelto de toda
lo echó hacialaatrás,
mañana, los habitantes
despejando la frentede Corona
surcada
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
se fueron enterando
por unos débiles trazos. de la noticia que corría como pólvora de
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
boca en boca, sumiendo la ciudad en un lógico caos de opi-
haciaCaminó
el nortepor de la crujía
Italia y deentre
allí los marineros
a Flandes, dondey soldados
Franciaque ya
había
niones
abarrotabancruzadas.
la galeraen y se
entrado nuevamente lizaacercó a proa,Pese
con España. donde a losebrioso
encontraba
y a las
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacónue-
el Algunos
capitán don esperaban
Ricardo con ansia
Villalobos el nombramiento
apoyado en la del
cureña de la
ante
vo duque,
moyana,
los con
ojos de y veían
susla ofi en
camisa el joven
ciales blanca y apuesto
que ya en
al demostrar Alejandro
eranumerosas la forma
gris abiertaocasiones de
hasta el
liberarse
pecho, donde
cualidades del
comotiránico
brillaba
sangre gobierno
unfría, de
escapulario Luguerio.
disciplinadey un Otros
la Virgen
valor que en cambio
del rozaba
Carmen, la
opinaban
el ancho que
bonete era demasiado
ladeado inexperto,
haciéndole sombra y
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre eso
en afectaría
la cara y nega-
los ojos
fitivamente
losjoscamaradas.a la vida de
en el horizonte, enlalasciudad,
siluetasyaque
quedibujaban
el cardenal, lasque siem-
torres del
pre buscaba
puerto de Corona. la manera de medrar, gobernaría ahora por él.
Después de varias campañas muchos soldados volvieron
Un La carruaje
galera cubierto
española atravesó aelItaliaportaldespués
del palacio ducal y
adinerados a Italia, Martínvolvía
entre ellos, arrojándose de combatir
sin empacho
entró
al corsoenberberisco
el patio acompañado
en que
la ría de por el ruido naves
Tetuán. de cascos de ca-
a las múltiples delicias aquella tierra Las
ofrecía a los capturadas
holgados
ballo sobre
habían sido el empedrado
más del suelo. De él sefusta
bien pocas—apenas bajó Francesco
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna milaneses yenemiga—y
en bellezas
Vasari
el botín acicalado
escaso. como un altar en día de fiesta. Vestía un
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
fino coleto morado sobre el que descansaba una cadena de
que DiosEranletiempos
ponía en aciagos para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
oro, holgadas mangas y gregüescos, ambos acuchillados y
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídosen los
ribeteados con hilo de oro, y en la cabeza un bonete negro
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaende Europa,
la que losenespañoles
las aguaserandel
tocado con cuatro plumas. Se ayudaba al andar –había na-
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
247
15
cidoPoco
con más
una tarde,
piernatras
máslalarga
batallaquedelaGelves
otra– contra
con unelbastón
Turco,
que resultó labrado.
finamente penosa jornada para las armas católicas y donde
a punto estuvo deSalonio
El cardenal dejar laRimaldi,
piel, regresó a España,
figura donde yvivió
poderosísima de
entre Sevilla y Madrid. Y cuando vio esfumados
gran influencia del que se había hecho íntimo, lo recibió entodos sus
ahorros MartínEn
los escalones. sentó plazasededibujaba
su cara nuevo enuna la escuadra de oreja
sonrisa de galeras
a
de Nápoles para luchar
oreja, y no era para menos. contra la amenaza turca, que había
crecido tras una
Entraron serieende
los dos unvictorias
pequeño obtenidas por el temible
despacho dispuesto para
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
la entrevista. El cardenal se aseguró de cerrar bien la puerta
trasEl poderoso
ordenar rey guardias
a dos Felipe II,que
paladín de la el
vigilasen causa católica
pasillo en todopor
encima
momento. de todo—incluso porgozaba
Aquella estancia encimadedel Papa de Roma,
privacidad absolutaque y
empleaba más fondos
por eso estaban en turbios
allí. Casi negocios
todas las demás para su benefidel
habitaciones cio
que en proporcionar
palacio disponían deapoyo a quienes
ingenios defendían
para el espionaje la con
religión con
los que
uñas y dientes—,
uno podía había
oír con heredado
claridad de su padre
cualquier la titánica
conversación guerra
desde la
contra
estanciael contigua,
Turco, queya junto a la corona
que aquellos de Castilla
dispositivos y Aragón
amplificaban
era la potencia
el sonido más tubos
mediante grandemetálicos.
del mundo, embarcándose en una
contienda que duraría
El despacho estabacasi doscientos
poco años,tan
amueblado, interrumpida
sólo había dossólo
por cortas
sillones treguas,
y una y cuyo
mesita campoque
de mármol de batalla
sosteníaprincipal
un reloj eran
dorado las
aguas del Mediterráneo.
en forma de cruz. El cardenal sirvió vino y extendió una copa
LaVasari,
hacia casa deque Habsburgo,
la aceptócontando
con gustocon sus vastas
haciendo posesiones
chasquear la
ylengua
con eltras
oro el
y primer
la platatrago.
llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí
—Misión en luchar
cumplida a brazo
—dijo Vasaripartido contra
lleno de todos sus
satisfacción—.
enemigos,
Dios no haquepodidono ser
eran
más pocos,
justo. pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
—Desde luego estoy fascinado con la perfección de vues-
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
tro plan, micer Francesco. Por favor, contadme los detalles,
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
quiero saber exactamente la situación que manejamos.
claro, aunque era el español un imperio enorme y temible, era
uno —Bueno, como sin duda su Eminencia Reverendísima ya
contra todos.
sabe, está todo preparado para culpar a Lorenzo Leone de
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
248
velamen.
traición en Apartó
caso dela manta
que vuelva mojada vivo.por el relente
Tenemos nocturno
confesión y se
com-
puso
pletaen delpie, se abotonó
tesorero, con firmala camisa y, haciendo
del escribano que cuenco con las
dejó prueba
manos,
escrita cogió
de la agua de una tinaja
declaración, y se lavó que
asegurando el rostro, espabilándose.
el mismo día en el
Las
que gotas
el duqueresbalaron por su cara
fue envenenado, sin afeitar,
Lorenzo le pidióque tenía bellas
la cantidad de
I
facciones,
cien florines aunque
para un del asunto
ojo izquierdo
oficial de bajaba
extremahasta la mitadPor
urgencia. de
la mejilla una
supuesto, es eldelgada
mismo dinero cicatriz.que Tenía una nariz
después recta ybajo
se encontró labios
la
ficama
nos que
delsolía torcer de
trinchante lado en una
encargado de media
cortar sonrisa
la carnecuando del duquealgo
le divertía.
durante Su ceño, que por manía o costumbre casi siempre
el banquete.
mantenía
—¿Y qué
Martín fruncido,
dehalasido
Vega ledeera
daba profundidad
esesoldado
pobre del rey adesu
infeliz? mirada,
España, comocomo lo
si estuviese
había atento
sido su padre
—Bueno… —Vasaria todo.
bajosonrió Se mojó
los estandartes también
divertido–.del el pelo
emperador
Según castaño
Carlos.y
tengo entendi-
revuelto
do los y se lo echó hacia atrás, despejandopues la frente surcada
Se carceleros
alistó muy le torturaron
joven como a conciencia,
arcabucero en en el medio
tercio delde
por unos débiles
tormento confesó trazos.
que efectivamente fue Lorenzo Leone quien le
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
pagóCaminó
hacia por por
de la
envenenar
el norte crujía
a nuestro
Italia y deentre los
allíqueridomarineros
a Flandes, Luguerio.y soldados
donde Franciaque ya
había
abarrotaban
entrado—Sois la galeramicer
nuevamente
perverso, eny se
lizaacercó a proa,Pese
con España.
Francesco. dondea losebrioso
encontraba
y a las
el capitán
vecesAmbos don
díscolorieron Ricardo
que suacorta Villalobos
edad le hacía apoyado en
ser, pronto la cureña de la
carcajadas haciendo chocardestacósus copas.ante
moyana,
los con la ofi
camisa
ciales blanca que ya en eranumerosas
gris abierta hasta el
Susojos
vocesde sus
reverberaron al
undemostrar
instante en el techo alto ocasiones
de la es-
pecho, donde
cualidades como brillaba
sangre unfría,
escapulario
disciplina dey un
la Virgen
valor del rozaba
que Carmen, la
tancia. Aquel día incluso les parecía que el sol calentaba con
el ancho
temeridad, bonete ladeado haciéndole sombra en la cara y los ojos
más fuerzalabrándose
y el vino sabía con su acero una buena reputación entre
mejor.
fi jos en el
los camaradas. horizonte, en las siluetas que dibujaban las torres del
—¿Cómo
puerto de Corona. conseguisteis trazar el plan con semejante rapi-
Después de varias
dez? —preguntó el cardenal. campañas muchos soldados volvieron
adinerados a Italia, Martín entre ellos, arrojándose de
La galera española volvía a Italia después combatir
sin empacho
allas —Vi
corso la oportunidad
berberisco en que perfecta
la ría y
de Tetuán. la aproveché, tan simple
a múltiples delicias aquella tierra Las naves
ofrecía a loscapturadas
holgados
como eso.
habían sido Lorenzo
más bien era pocas—apenas
un estúpido pero sin duda eraenemiga—y
un fiel ser-
de bolsa, gastándoselo todo en festinesalguna fusta
milaneses y en bellezas
vidor.
el botínÉlescaso.
y su agente Renato Coccia estuvieron a punto de descu-
napolitanas, metiendo mano en todo lance y mujer hermosa
brirnos. Por suerte alguien le mató, haciéndonos un gran favor.
Eranle
que Dios tiempos
ponía en aciagos
su camino.para los españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Entonces Lorenzo vino a pedirme ayuda, lo que en mi opinión
Mientras
la mayoría losdetercios de los Austrias
los soldados jóvenesse habían
hacían loconvertido
mismo, atraídos en los
fue su mayor error. Rápidamente organicé una cita con él para
dueños
por de los
aquella campos
tierra de batalla
extranjera y ricaen de Europa,
la que losenespañoles
las aguaseran del
alejarlo de palacio, con su presencia en el banquete hubiese sido
Mare Nostrum
dueños. Para ellos cada vezera
Italia eracomo
más difícil contener
un generoso a la ingente
paraíso bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
249
15
muyPoco
difícilmás tarde, trasdel
deshacernos la buen
batalla de Gelves
Luguerio contraLo
Riolffini. el demás
Turco,
que resultó penosa
fue sencillo: contratarjornada paraasesino
a un hábil las armas
que católicas y donde
se infiltrase entre
alos
punto estuvoocultar
sirvientes, de dejar la piel,
el dinero regresó
que a España,
previamente donde
le pedí vivió
a Loren-
entre Sevilla
zo entre y Madrid. Y
las pertenencias delcuando vio yesfumados
trinchante todos sus
después sobornar al
ahorros
carceleroMartín sentó
para que plaza una
le sacase de nuevo en lacompleta
confesión escuadra—Vasari
de galeras
se
de Nápoles
reclinó en supara luchar
asiento, contra la amenaza
acomodándose—. turca,
Y eso es todo.que había
crecido
—¿Ytras una serieasesino?
el verdadero de victorias obtenidas por el temible
corsario
—EnDragut sobre las armadas
estos momentos cristianas.
se encuentra de camino a Venecia
con El
unapoderoso rey de
bolsa llena Felipe II, paladín
oro para de la una
comprarse causa católica
nueva por
identi-
encima de todo—incluso
dad. Nunca más volveremos por aencima del Papa
tener noticias dede
él. Roma, que
empleaba más fondos
—No puedo hacer enotraturbios
cosa quenegocios
alabar para su benefi
vuestro cio
ingenio,
que en Francesco,
micer proporcionarmeapoyo
tenéisafascinado.
quienes defendían la religión con
uñas y dientes—, había heredado de su padre la titánica guerra
—Tan sólo procuro hacer bien mi trabajo.
contra el Turco, que junto a la corona de Castilla y Aragón
—Es
era la realmente
potencia más admirable.
grande del mundo, embarcándose en una
contienda que duraría casihaciendo
El cardenal se inclinó doscientosun leve gesto
años, de reverencia.
interrumpida sólo
por cortas treguas,
—Supongo que ysucuyo campo de
Eminencia batallatiene
también principal eran las
novedades.
aguas del Mediterráneo.
—Oh, por supuesto, micer Francesco —Rimaldi carraspeó
paraLa casa de Habsburgo,
aclararse contando
la garganta—... El duqueconLuguerio
sus vastas eraposesiones
ya un gi-
ygante
con el cuya sombra nos privaba de calor a los demás.hasta
oro y la plata llegados de las Indias, gastaba el
Cerrar
último
vínculos maravedí en lucharmediante
con los españoles a brazo partido
las bodascontra
de sustodos
hijos sus
no
enemigos, que no eran pocos, pues además
habría hecho más que perjudicarnos. Esos enlutados inquisi- de la abierta
hostilidad
dores son de mahometanos,
odiados hasta porfranceses,
el Papa, sivenecianos, holandeses
se me relaciona con
yellos
alemanes protestantes, ahora la mala relación entre
perdería apoyos dentro del colegio cardenalicio para mi la corte
española y la Inglaterra
futura candidatura isabelinaYamenazaba
a Pontífice. no sólo eso,untodo
nuevoel frente,
mundoy
claro, aunque
sabe que afincareraelelpoderío
españolespañol
un imperio enorme
con otro puerto y temible, era
bajo su do-
uno contra
minio haríatodos.
agitarse nuevamente a franceses y venecianos. Las
pretensiones
Aquella mañanadel rey dede septiembre,
Francia sobre Italiaseson
Martín un avispero
despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
250
velamen.
que hierve Apartó la manta
a la mínima mojada por
agitación. Arde el en
relente
deseos nocturno
de arreba-y se
puso
tar a en lospie, se abotonó
Austrias la camisaSin
sus posesiones. y, haciendo
embargo,cuenco lo mejor con las
para
manos,
nosotros cogió aguasiga
es que de una tinaja yenseen
ocupado lavó el rostro,
norte, en laespabilándose.
lucha contra
Las gotas resbalaron
los herejes hugonotes.por su cara
Ya sabéis lo sin afeitar, que tenía
tremendamente bellas
perjudicial
I
facciones,
que resultaría aunque unadel ojo guerra
nueva izquierdo para bajaba
nuestroshasta la mitadLos
negocios. de
la mejilla requisarían
militares una delgadanuestros cicatriz.bienes,
Tenía una narizlos
subirían recta y labios
impuestos,
fise
nos que solía
cerrarían torcer
rutas de lado enyuna
importantes las media sonrisa cuando
que quedasen abiertasalgose-
le
ríandivertía.
pasto de Subandidos
ceño, que por manía o costumbre
y saqueadores..., gracias a Dios casi todopo-
siempre
mantenía
derosoMartín fruncido,
hemos de gozado
la Vega lededaba
era años profundidad
de paz,
soldado rey asi
delpero su mirada,
devolviésemos
España, comocomo
a los
lo
había sido su padre bajo los estandartes del emperador Carlos.y
si estuviese
tiempos de atento
Pavía o aeltodo.
infame Se mojó
saqueo también
de Roma, el pelo
la castaño
neutralidad
revuelto y se lo para
sería lo mejor echó el hacia atrás, de
beneficio despejando la frente
nuestra ciudad, al surcada
menos
Se alistó muy joven como arcabucero en el tercio de
por
porunosahora.débiles trazos.
¿Coincidís conmigo, micer Francesco?
Navarrete, gracias a viejos conocidos de su familia, y partió
haciaCaminó
el nortepor
—Coincido la crujía
decompletamente
Italia y deentre
allí los
acon marineros y soldados
su Eminencia.
Flandes, donde Franciaque habíaya
abarrotaban
entrado—Ser la galera
el que
nuevamente manda y se
en acercó
después
liza a proa,
de
con España. DiosPesedondea loseciudad
en esta encontraba
brioso ysería
a las
el
más capitán
que don Ricardo
suficiente para Villalobos
muchos apoyado
hombres.
veces díscolo que su corta edad le hacía ser, pronto destacó ante en
Pero lano cureña
para de
el la
in-
moyana,
fame
los ojos con
Luguerio
de susla ofi
camisa
ciales blanca
Riolffini. al Siempreque ya
demostrar era
tanen gris abiertaocasiones
ambicioso…
numerosas Lahasta
gente el
pecho,
como él
cualidades donde
hacomo brillaba
dejado este
sangre unfría,
escapulario
país en ruinas,
disciplina dey dominado
la Virgen
un valor que del
porCarmen,
nacio-
rozaba la
el
nes ancho bonete
extranjeras ladeado
que haciéndole
hacen y deshacensombra
temeridad, labrándose con su acero una buena reputación entre a en
su la cara
voluntad. y los ojos
Italia
finunca
losjoscamaradas.
en será
el horizonte,
poderosa enmientras
las siluetas susque dibujaban
ducados luchen las torres
entre delsí.
puerto esodeha
Por Después Corona.
sido
de tan
variasfácil para los franceses
campañas muchos soldadosy más tarde para
volvieron
La galera
los españoles
adinerados española
hacerse
a Italia, Martíncon volvía a
el control
entre Italia
ellos, de después
los débilesde
arrojándose sin combatir
territorios
empacho
al
a corso
italianos.
las berberisco
múltiplesEl desorden
deliciasen que
lareinante
ría de Tetuán.
aquella entierra
ItaliaLas naves
servía
ofrecía decapturadas
a los baluarte
holgados
habían
para el sido
duque más bien
Luguerio, pocas—apenas
dándole total alguna
inmunidad
de bolsa, gastándoselo todo en festines milaneses y en bellezas fusta enemiga—y
para come-
el
terbotín
napolitanas, escaso.
cualquier crimen, en
metiendo manoalgún enmomento
todo lance Dios le tendría
y mujer que
hermosa
hacer
que Eran
Diospagar
le sus injusticias.
tiempos
ponía aciagos
en para los
su camino. españoles
Nada en el Mediterráneo.
podía reprochársele, pues
Mientras
la losdetercios
Así justificaba
mayoría eldecardenal
los soldadoslos Austrias se habían
sus actos,
jóvenes hacían loconvertido
desfigurando laen los
ver-
mismo, atraídos
dueños
por de los
dadaquella
según su campos
conveniencia
tierra de batalla
extranjera yyla deen
rica susEuropa,
de que losen
laaliados. las aguas
Yespañoles
gracias del
aeran
eso
Mare Nostrum
no mostraba
dueños. Para ni cada
el menor
ellos vezera
Italia eracomo
signo más difícil contener
de arrepentimiento
un generoso apor
la el
paraíso ingente
aten-
bañado
cantidad
por el sol. de corsarios otomanos y piratas berberiscos que

17
251
15
tadoPoco más tarde,
perpetrado traselladuque,
contra batallamás
de Gelves
bien todocontra el Turco,
lo contrario,
que resultódepenosa
un barniz orgullojornada parapalabras
cubría sus las armas católicas
durante y donde
el discurso.
aEra
punto estuvo de
un hombre dejarque
celoso la piel, regresó
no estaba a España,
dispuesto donde
a que los vivió
pre-
entre
lados Sevilla y Madrid.
extranjeros Y cuando
invadieran vio esfumados
sus dominios todos sus
espirituales.
ahorros
—EnMartín sentó plaza Por
fin —continuó—. de nuevo
suerteen
ellaembajador
escuadra de galeras
Martínez
de Nápoles
también estápara
fueraluchar contra la
de la ciudad, amenaza
unos asuntos turca, que había
importantes le
crecido tras una serie de victorias obtenidas por
retienen en Milán. Seguro que esperará a que la noticia de la el temible
corsario
muerte deDragut sobre
Luguerio las armadas
Riolffini lleguecristianas.
a Madrid y reciba instruc-
El poderoso
ciones de lo que rey Felipe
ha de hacer,II,por
paladín denos
lo que la causa católica
libraremos depor
su
encima
presenciade al
todo—incluso por encima
menos por ahora. Lo quedel Papaundealivio.
resulta Roma, que
empleaba másque
—Al igual fondos en amado
vos, mi turbioscardenal,
negociosyo para su benefi
también cio
me ve-
que en proporcionarperjudicado
ría tremendamente apoyo a quienes
con ladefendían
presencialadereligión con
españoles
uñas y dientes—,
en Corona había
—Vasari heredado
echó de sulos
hacia atrás padre la titánica
grasientos guerra
rizos que
contra el Turco,encima
se alborotaban que junto
de susa orejas—.
la coronaLlenarían
de Castilla y Aragón
la ciudad de
era la potencia
florentinos más
como grande
han hechodelenmundo,
Siena, seembarcándose
acabarían losen una
nego-
contienda
cios con losque duraría casi
marselleses y eldoscientos años,traería
rey de España interrumpida sólo
sus propios
por cortas
barcos. treguas,
¿Qué y cuyo
futuro campo
quedaría de los
para batalla principal
humildes eran las
armadores
aguas
como delyo?Mediterráneo.
Tendríamos que prestar nuestras embarcaciones
paraLa casa debélicos
asuntos Habsburgo,
de pococontando
fuste encon
vezsus
de vastas
lo que posesiones
realmente
yinteresa,
con el oroquey son
la plata llegados
los viajes de las yIndias,
a Oriente gastaba hasta el
las Indias.
último
—Ya maravedí en luchar
no tendréis a brazo partido
que preocuparos más porcontra
eso.todos
En unossus
enemigos,
días podréis que no eran
ocupar pocos,depues
el puesto además
tesorero. Ya mede imagino
la abiertaa
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos,
vuestros navíos navegando por los confines del mundo, car- holandeses
ygados
alemanes
de lasprotestantes, ahora la mala relación entre la corte
más ricas especias.
española
—Que y la Inglaterra
Dios isabelina
os oiga... amenazaba
Pues ese un nuevo
es el futuro. frente, y
Expandirnos
claro,
por elaunque
océano.era el español un con
Yo comerciando imperio
bienesenorme y temible,
y vosotros con la era
fe.
uno contra todos.
Ya sabéis la cantidad de pueblos salvajes que esperan conocer
Aquellademañana
la palabra Dios. Yde septiembre,
a cuantos Martínmás
más fieles, se despertó con el
beneficio.
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

16
252
Vasari le guiñó un ojo al cardenal mientras frotaba las
yemas de sus dedos índice y pulgar.
—Por cierto —continuó diciendo el armador—, es me-
nester preparar el nombramiento de Alejandro como nuevo
duque, sin duda la gente espera con ansia servir a su joven
príncipe.
—En dos días podremos hacerlo en la nueva catedral, yo
mismo oficiaré la ceremonia. Será divertido coronar a ese
inútil de Alejandro cuando en realidad debería ponerme los
laureles a mí mismo. Ese chico… no es como su padre. No
niego que tiene buen ojo para los asuntos bélicos, pero como
político vaticino un auténtico desastre.
—Por eso será fácil para nosotros moverlo como a un tí-
tere. Ya le conocéis, le aburre todo lo relacionado con el go-
bierno, nos dejará hacer y deshacer a nuestro antojo —Vasari
jugueteó con su enjoyado cortaplumas, hurgándose las uñas
de la mano izquierda—. Además, el problema de la sucesión
es grave, es sabido que la esposa del príncipe Alejandro aún
no le ha dado descendencia.
—Seguro que Luguerio estaba preocupadísimo por el
tema, os aseguro que la hubiese sembrado él mismo de no ser
tan mayor.
—Esto podría hacer desaparecer el apellido Riolffini en
tan sólo unos años.
—Por eso es esencial que os caséis con Valentina ahora que
el Altísimo nos ha favorecido dejándola viuda. Nos encarga-
remos de que su hermano mayor de el visto bueno y dispense
Pocotítulo
vuestro más nobiliario.
tarde, tras¿Quién
la batalla de Gelves
mejor contra armador
que el famoso el Turco,
que resultódepenosa
y tesorero palaciojornada
Francescopara las armas
Vasari católicas y donde
para desposarla?
a punto estuvo de
El armador dejar
tuvo quelacontenerse
piel, regresó a España,
para donde
no dar un vivió
respingo
entre Sevilla
de alegría y aquellas
al oír Madrid. palabras
Y cuando vio esfumados
en boca del cardenal.todos sus
Aun así
ahorros
no pudoMartín sentó
disimular unaplaza de nuevo
sonrisa en la escuadra
de satisfacción. de galeras
Era plenamente
de Nápolesde
consciente para luchar
lo que contra
aquella bodalapodía
amenaza turca,
suponer que
en su había
vida.
crecido
Unatras una antes
semana serie caminaba
de victoriasporobtenidas por elEltemible
la cuerda floja. duque
corsario Dragut sobre las armadas cristianas.
y su fiel mastín Lorenzo Leone controlaban todos sus movi-
El poderoso
mientos, rey Felipe
encarcelaban II,mejores
a sus paladín informadores
de la causa católica por
para tor-
encima
turarlosde todo—incluso
y luego por encima
asaltar barcos del Papa de arruinando
de contrabandistas, Roma, que
empleaba
fantásticosmás fondosDesde
negocios. en turbios negocios
la llegada para su benefi
del veneciano cio
todo fue
que en proporcionar
de mal apoyoLeone
en peor; el capitán a quienes defendían
había resultadolaser
religión con
un hom-
uñas y dientes—, había
bre inusualmente heredado
difícil de su Pero
de sobornar. padreahora
la titánica
todo guerra
había
contra
cambiado el Turco,
y Vasari que
aúnjunto a la corona
no podía de su
creérselo, Castilla
mentey todavía
Aragón
era la potencia
se estaba más grande
adaptando del situación.
a la nueva mundo, embarcándose
Exaltado por el engozo
una
contienda que duraría
sintió un repentino casi doscientos
impulso, y como un años, interrumpida
perro, sólo
besó con devo-
por
cióncortas treguas,
el pedrusco y cuyo campo
engarzado de batalla
en el anillo principal eran las
del cardenal.
aguas delfin,
Por Mediterráneo.
el poder que ansió durante tantos y tantos años
La casa
estaba en susdemanos.
Habsburgo, contando con sus vastas posesiones
y con el oro y la plata llegados de las Indias, gastaba hasta el
último maravedí en luchar a brazo partido contra todos sus
-FIN-
enemigos, que no eran pocos, pues además de la abierta
hostilidad de mahometanos, franceses, venecianos, holandeses
y alemanes protestantes, ahora la mala relación entre la corte
española y la Inglaterra isabelina amenazaba un nuevo frente, y
claro,Las
aunque eradeelMartín
aventuras español
de la un imperio
Vega y Afonso enorme y temible,
Duarte continúan en: era
uno contra todos.
EL ASEDIO DE HAARLEM
Aquella mañana de septiembre, Martín se despertó con el
bullicio de las gaviotas y el traquetear del viento azotando el

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