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“CUADERNOS DEL BAe RUN rr Tn ie ai Gistertiaté historia ® INFORMACION E HISTORIA, S.L PUBLICIDAD MADRID. ila: Turia PRESIDENTE: Isabel ce azarate PRIME Rivadeneyre, S.A ADMINISTRADOR UNICO: Juan Tomas da Salas, DISTRBUYE: INDIA Fufro Gonzaien, 34 bis DIRECTOR: David Solar Tokfono: 586 3° 00. 28934 Madr, SUBDIRECTOR: Javier Vilalba SBN. 84-7670-271- FEDACCION: Isabel Valcarcal, José Maria Solé Maritio | Depésto legal: M-'8951-99 Ana Bustelo CONFECCION: Guillermo Llorerte, JTOGRAFIA, Juan Manuel Salabert | | s una publicacén del Grupo 15 REDACCION Y ADMINISTRACION: Madrid. Hermanos Gares Novejas, 47, 6”, 28037 Madrid, Teletonos 407 27 00-407 41 00, Barcelona: Paseo de San Gervaso, 8, entresuel. 08022 Barcelona. Tels‘ono 418 47 78. SUSCRIPCIONES: Hermanos Garcia Noblejas, 41, 25037 Machid. Teléfonos 268 O4 03 - 02 La historia més reciente petrocinada_| por la emeresa | mas avanzada. | Coontinacién: Angel Bahamonde Magro, Julio Gil Pecharroman, Elena Hernandez Sandoica y Rosario de Ia Torre del Rio Universidad Compluiense 1, La historia de hoy. 2. Las fggiles ronteras de Europe, ¢ 3, La sociedad expaiiola de los aiios 40. ¢4. Las revolue ciones cientificas. ©5. Origenes de la fia, © 6. La Espana aislada. © 7. México: de Lézaro Cérdenas a hoy, ©8. La guerra de Corea. #9, 10. La ONU. ¢ IL. La Espaiia del exilio. #12. El Apart hneid. © 19, Keynes y les bases del persaiienio economico contemporaneo, © 14, El reparte del Asia otomana, @ 15. A Jemania 1949-1989. © 16. USA. la caza de brujas.@ 17. Los padres de Europa. © 18. Africa: tribus v Estados, el mito de las naciones afticanas. 19, Espana: «Mr. Marshalls. je Dien Bien Fu 2 los jmeres 10- jos. ©21. Hollywood: el mundo del cine, © 22 La descolonizacion de Asia. © 23, Italia 1944-1992. 824. Nas- ser. © 25, Bélaica.© 26, Bandung. © 27, Militaresvpolitica. © 28. El peronismo. @ 29. Tito. © 30. ElJapéndeMcAn- hur. @ 31. El desorden monetario. ® 32. La descolonizacién de Africa. ©33. De Gaulle. © 34. Canadé.@ 35. Mujer y ‘abajo. © 36. Las querras de Israel. @ 37. Hungria 1956, @ 38. Ghandi, @ 39. Fl deporte de mases. @ 40. Ta Cuba de Castro, @ 41, El Ulster. @ 42, La Aldea Global. Mass media, las nuevas comunicaciones. # 43. China, de Mao a la Re- volucion cultural. @ 44. Espana: la emigracion a Europa, @ 45. Elacomodo vaticano. » 46. Kennedy. @ 47. Elfeminis: mo. @ 48. El tratado de Roma. @ 49. Argelia, de ia independencia a la ilusién frustrada.¢ 50, Bad Godes berg. @ 51. Nehru.@52. Kruschev. @ 53. Espafia la revolutin del 600. @ 54. Fl afio 1968. @ 35. USA, ol sindrome del Vielnam, © 56. Grecia, Z.©57. El fenémeno Beatles. @58. Praca 1968. « 59. El fin del mito del Che. © 60. W. Brandi. @ 61, Hindties ymusulmanes, @ 62. Portugal 1975. © 63, ElChile de Allende. # 64. Le violencia politica en Eu- ropa. © 65. El desamollo del subesarollo. 66. Filipinas. @ 67. Espaia, le muerte de Franco, @ 68. LaURSS de Brea 69. La exsis del petréleo, © 70, La Gran Brotafia de Margaret Thatcher. @ 71. Fl Japén actual. © 72. La trans. cespatola, @73. USA en la época Reagan. © 74. Olof Palme, la socialdemocracia sueca, @ 75. Altemativos y ver 76. Amética, la crisis del caudillismo, © 77. Los paises de nueva industializecién, © 78. China, el postmanie- . La ctisis de los paises del Este, el desanollo de Solidernasc en Polonic. © 80. Peni, Sendero Luminc- 81, La iglesia de Woytila, © 82. El Irén de Jomeint. © 83. La Fepata del 23 F.@ 84. Beringuer, el exrocomunis: 3. Aigenistan. @ 85, Espana 1982-1993, el PSOE en el poder. © 87. Progrosismo e integrismo, © 88. El peligro ‘auclearila mancha de ozono, @ 89. Gorbachov, le petestroika y la ruptira de Ia URSS. © 90. La sociedad postindus- ‘il @ I. La gue del Gola,» 2, Los cmbicgen la Europ del Este: 1989-98. Le OTAN boy 4, La unifies cidn alemana. © 95. FISIDA. # 96. Yugoslavia, » 97. Hambre yrevolucién en el enema de Africa. @ 98, Las jtimasmi- gwaciones, © 99, Clinton. © 100, La Espafia plural. INDICE BRRIyt CT) Tao Cuadernos del Mundo Actual 6 Equipo coordinador Los historiadores de Lo: [0 akostEst 29 La ciencia a finales del siglo XX Arte y cultura: Modemided y posimodernidad eRe re ey marca, sin Tugar Pe ere eae re ae ore Bese Ls fragiles fromteras de Europa Le na A Oy Pe en Ta Pern sy OT Cuadernos del Mundo Actual Cuando HISTORIA 16 nacio en la prima- vera de 1976 se respondia a una clara nece- sidad social: despejar los mil interrogantes planteados durante la interminable dictadura del general Franco y que en cuarenta afics ‘no habian tenido respuesta por impedirlo la censura 0 porque los archivos estaban cerra- dos a cal y canto a los historiadores, Conclui- do ese primer periodo, que habia satisfacho la necesidad de saber, HISTORIA 16 se ha dedicado, a lo largo de sus 17 aios de vida, a aftontar sucesivos desafios que planteaban tanto el alumnado como el profesorado o los muchos y muy buenos aficionados a la His- toria que existen en nuestro pais. Fruto de este trabajo han sido nuestras co- lecciones: Historia del siglo XX, Historia de la Guerra Civil, Biblioteca Historia 16, Historias del Vieio Mundo, Historia del Arte, Cuader- nos Historia 16, Cuademos de Arte Espariol, Manual de Historia de Esparia, Manual de Historia Universal, Protagonistas de América, CGrénicas de América... ‘Ahora, ante Ie puesta en marcha de una Historia del Mundo Actual en los planes de estudios universitarios y de la ensetianza me- dia, HISTORIA 16 acude, también, a la de- manda del profesorado que ya en estos mo- mentos esta pidiendo orientacién y material para la nueva asignatura a base de fextos sen- cillos, peo precisos vy suficientes para sus alumnos. Este es el objetivo de nuestros CUA- DERNOS DEL MUNDO ACTUAL. Como el lector podré observar rapida- mente, con este Cuadermo estamos inician- do una obra largamente madurada, De he- cho, hace tres afios que venimos trabajan- do en ella. Primero, fanteando cémo podria abordarse; segundo, buscando el mejor equipo posible para su planificacion junto con la redaccién de HISTORIA 16; tercero, perfilando exactamente contenidos, titulos y autores; cuarto, poniéndese de acuerdo con los colaboradores mas competentes y bri- llantes para que redactasen los temas, y, quinto, disefiando formalmente los Cuader- nos, tratando de ofrecer una imagen total- mente renovada con respecto a lo que he- mos hecho hasta ahora. En esta entrega de los cuatro primeros t- tulos de la coleccin, observara, primero, que los Cuadernos son ce cuatro colores di- ferentes, Esto sirve para distinguir los conte- nidos. Asi, los de portada roja abordan te- mas de historia general y ambito mundial: Jos de azul versan sobre historia europea; los de verde exponen temas espanioles, y los de portada siena se dedican a temas econémi- Cos, artisticos, culturales o-cientificas, El lector observara, asimismo, que los te- mas politicos, culturales, econémicos, cien- tificos, artisticos, atc., se combinan entre si: se trata de un efecto buscacio en favor de una mayor amenidad y variedad, aunque’se ha tratado de respetar, con cierta laxitud, la cronclogia en que tuvieron lugar los acon- tecimientos tratados 0, al menos, el periodo en que se desarrollaron. Esperamos que la coleccién sea de utili dad para profesores, alumnos y opositores y buenos aficionados a la historia mas re- ciente. Y que la nueva presentacién y tama- fio de estas Cuademos les resulte agracable y amena. Equipo coordinador ANGEL BAHAMONDE MAGRO- Angel Bahamonde Magro (1949). Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Macrid. Obtuvo el premio Ortega y Gas- set de 1983 por su tesis doctoral sobre El ho- rizonte econémico de la burcuesia isabelina, Madrid 1856-1866, Amplio estudios en la Universidad de Pau baja Ia direccidn de M. Tufén de Lara. Catedratico de Historia Contemporanea de la Universidad Comply tense, Especialisia en la Historia social de la Espaiia del siglo xix y la Historia urbana de Madrid. Coautor de los libros Burguesia, es- peculacién y cuestion social en el Madrid del siglo XIX (1978), La Camara de Comercio e Industria de Madrid, 1887-1987 (1989) y Hacer las Américas. Las elites coloniales es- pafiolas en el siglo XIX (1992). Coeditor de La sociedad madrilena durante la Restaura- cién 1876-1931 (1989). Ha colaborado en Ja Historia de Espaia de HISTORIA 16 v ha coordinado el yolumen Il (La época del im- pelos, 1992) de Ja Historia Universal laneta, dirigida por J. Fontana ROSARIO DE LA TORRE DEL RIO Rosario de la Tome de! Rio (Macirid, 1946) es profesora titular de! Departamento de Historia Contemporanea de la Universi- dad Complutense de Madrid, donde ejerce la docencia desde 1970. Especialista en his- toria de las relaciones intemacionales, ha publicacio diversas trabajos sobre la Europa del siglo XIX, Jes relaciones internacionales de los siglos XIX y XX, el contexto intemacio- nal de 1898 y ja polftica exterior espariola entre 1398 y 1914. Es autora de La neulra- lidad briténica durante la quera hispano- norteamericana de 1898 (1985), «La crisis de 1895 y el problema de la garantia exte- rior» (1986), Inglaterra y Espania en 1898 (1988), «Los Acuerdos anglo-hispano-han- ceses de 1907. Una larga negociacién en la estela dei 98> (1988), «Filipinas y el repario de Extremo Oriente en la crisis de 1898» (1959), «La poltica exterior espafioka en ef ano dela crisis de 191 a traves de la cores- pondencia del marqués de Alhucemas» (1990), v «Entre 1898 y 1914. la orientacisn de la politica exterior espariola> (1991). Des- de 1981 es profesora del Curso de Estudios Intemacionales de la Escuela Diplomatica Colabord en la planificacion de los 36 volti- menes de Siglo XX. Historia Universal, de HISTORIA 16. Es coordinadora de la asig- rratura Historia del mundo actual de COU vicedecana de ordenacién académica de la Facultad de Geogratia e Historia (U.C.M,). JULIO GIL PECHARROMAN dulio Gil Pecharroman (Madrid, 1955), realizd sus estudios de Licenciatura y Doc- torado en la Universidad Complutense, v ejercié la docencia de Historia Contempord nea en la Facultad de Ciencias de Ja Infor- macién de dicha universidad. Desde 1987 es profesor titular de Historia Contempora- nea en la Universidad Nacional de Educa- cin a Distancia (UNED) La actividad docenie e investigadora del profesor Gil Pecharroman se ha centrado en fy historia espanola y europea del primer ter- cio de nuestro siglo. Interesado desde hace ajios por el mundo eslavo, en la actualidad trabaja en la preparacion de una asignatura de Historia Contempordnea de Europa cen- 1r0-oriental. Como investigador, ha trabaja- do fundamentalmente la historia politica cle Espaiia en ese periodo, y en especial la de la derecha conservadora. Sobre el tema ha publicado numerosos articulos y colabora- ciones en obras colectivas, asf como los li- | bros Renovacién Espanola, una alternativa | monarquica a la Sequnda Rentiblica (1985), La Segunda Republica (1989) y Conserva- dores subversivos. La derecha autoritaria al- fonsina, 1913-1936 (1993). Colaborador habitual de HISTORIA 16 desde hace mas de una década, ha publica- do en ella cerca de un centenar de trabajos vy ha participado como coordinador de Siglo XX. Historia Universal y de La Guerra Civil ELENA HERNANDEZ SANDOICA Elena Hernandez Sandoica (Madrid, 1952) es profesora titular de Historia Can- tempordnea en la U.C.M.,, donde ejerce la docencia desde 1977. Ha estudiado, en mas de cincuenta articulos, y entre otros temas, a historia social de las universidades y la po- Iftica colonial espaiiola. Es autora de Pensa- miento burgués y problernas coloniales en la Espafia de la Restauracion (1982), Los fas- cismos europeos (1992), El colonialismo, 1815-1873. Estructuras y cambios en los im- perios coloniales (1992). Coautora de Es- tudiantes de Alcala (1983), Universidad, po- der politico y cambio social (1990), Espana entre dos siglos (1875-1931). Continuidad y cambio (1991). Colaboradora de la Historia de Espana fundada por Menéndez Pidal (t. XXIX-1 y XXXIX-II) y la Enciclopedia de Historia de Espafia (1988) dirigida por M. Artola. Dirige colecciones de Historia con- tempordnea en las editoriales Akal y Sinte- sis, de Madrid, Miembro del consejo asesor del Bulletin d'Histoire Contemporaine de Y Espagne. i 5 q 5 3 3 & 3 g & i 4 3 8 : § : Razones para esta coleccion Por el Equipo Coordinador Angel Bahamonde, Rosario de la Torre, Julio Gil Pecharromén y Elena Hernandez Sandoica M. a finales ya del siglo XX, parece tenderse a cultivar la historia a base de asal- tos periédicos y clamorosos a la memoria colectiva. Asalios que coinciden, y toman como pretexto, las conmeroraciones y efe- mérides: bicentenario de la Revolucion fran- cesa, V Centenario del Descubrimiento en- tre las mas recientes ocasiones, ambas bien aireadas y polémicas. Conviene recordar, no obstante, que la escritura y el aprendizaje de la Historia con- sisten en un pensamiento del pasado, en wn modo de conocimiento de la realidad que solo de manera muy tangencial se beneficia, si es cue asf llega a ocumtir, de dichas reme- moraciones. El historiador y las sociales ias El historiador contemporaneista del ulti- mo medio siglo es un cientifico social que, en buena medida, estudia el pasado para responder con métodos de analisis actuales a aquellas expeciativas que nos aguardan en el presente o en el fuiura inmediato. Aun- que este cambio de actitud y de forma de trabajar afecta a todos los periodos de la tra- dicional division cronolégica en edades, son los especialistas en Historia contemporénea quienes han experimentado una evolucion més acelerada y expansiva en sus plantea- mientos, eleccion de objetos de investiga- cidn y metodologias. La telacién cada vez mas estrecha con el periodismo, la economia. la entropologia o la sociologia ha impulsado a numerosos contemporaneistas a acercarse a la actual dad como campo de estudio historiogréfico Pero con atiterios y objetivos distintos a los de otros cientificos sociales. Se trata de sal- var las lagunas existentes entre e! presente y aquellos periodos que la historiografia tradi- cional considera objeto de su estudio. En efecto, si atendemos al criterio Seana le atin en algunos medios académicos que es preciso que pase medio siglo (0, cho de olra manera, una generacién) para acceder a lo verdaderamente histoniable, re- sultaré que una gran cantidad de procesos, va practicamente cerrados —pero ocurridos en las tiltimas décadas—, quedaran ocultos al conocimiento de los hombres v de las mu- jeres de hoy. Asi, por ejemplo, la descoloni- zacién, la guena frfa, la revolucién cultural de los aos sesenta, el desarrallo y el colap- so del socialismo real.. Todos ellos son fendmenos basicos para 10 entender e] mundo de hoy, pero ya han su- cedido. Son ciclos practicamenie cerrados, y no pueden servir mds que de mera refe- rencia a quienes trabajan con la actualidad mas inmediata. Ahora bien, esa referencia al pasado reciente —pero no inmediato— 2s indispensable en cualquier andlisis politi co, econémico, social o cultural mediante el que se pretenda abordar algun aspecto del presente. Y es aqu{, tratando de cubrir un es- pacio que, en nuestro pafs, permanece va- cfo, donde surge esta serie que aqui presen- tamos: los Cuademos de Historia del mun- do actual, La Historia del mundo actual, disciplina académica La Historia de! mundo actual, Historia in- mediata 0 Historia de! tiempo presente —con variantes nacionales— es una disciplina PEW ore ah ya consolidada Tac en los bates Bh glosajones, en Teme tea ae Francia y en de asignatura Mlemenla, -Aon- de cuentan con troncal y sera una wcatedine imiver- Cae Te SE eo e investigacién Pore lied espeeificos. Sus FETC ad limites cronolé- gicos son versa- tiles, como corresponde a la | actual tendencia a alargar y difuminar las ce- suras historiograficas. Lo de menos es cuanto tenga que remon: deer sl heiegadoe en ol pasado pare haters se catgo de su presente. Lo fundamental es oftecer una perspectiva madura, dotada de un cierto distanciamiento cronolégico, de los procesos globales que afectan a nuestra co- fidianeidad. Hacer una historia, por ejem- plo, de la actual guerra civil yugoslava, se ria absurdo: no solo no ha concluido, sino que carecemos de fuentes fiables. Sin em- bargo, hacer una historia del Estado yugos- lavo desde 1945 o, incluso, de su desinte- gracién entre 1980 y 1991 seria —es— ya un campo abordable con la perspectiva del historiador del Mundo actual. En la misma medida en que ese periodo dejaria de serlo para el periodista o el politélogo. Quienes, sin embargo, precisarfan del analisis histéri- co del pasado reciente para seguir compren- diendo las procesos en marcha. La «Historia del Mundo actual, en los nuevos planes de estudio Las anteriores consideraciones han pesa- do extraordinariamente en el animo de es- pecialisias y politicos a la hora de abordar la reforma académica que supone la actual Ley de Reforma Universitaria (LRU). En los nuevos estudios de Historia se introduce, Por primera vez de forma oficial en nuestro pais, una asignatura de Historia del Mundo actual que tendra, ademas, el caracter de asignatura troncal y sera, por lo tanto, una de las pocas consideracas fundamentales y obligatorias en los planes de estudio de to- das las universidades espanolas. Ademés, es la asignatura troneal que recibe mayor nii- mero de créditos (horas lectivas obligato- tias). Lo cual —al menos en la intencion de los reformadores— la configura como la dis- ciplina con mayor proveccién académica dentro de los estudios histoticos. Ab Historia del Mundo actual se le abren, ademés, perspectivas muy favorables en otras carreras universitaries. En la Licencia- tura de Humanidades, hoy en proceso de conformacién, debera ser uno de los pilares de la especializacién en Humanidades Con- tempordneas. Unos estudios que, por sus ca- racteristicas, parecen destinados a gozar de una amplia aceptacién social en los prdi mos afios. En otras licenciaturas 0 diplomaturas, como Periodismo, Ciencias Politicas 0 carre- 1a diplomatica, la Historia del Mundo actual estd destinada a ser una asignatura también fundamental, por su caracter de soporte in- terpretativo de las restantes disciplinas aca- démicas, A ello hay que afiadir, todavia, que la re- forma del Bachillerato Unificado Polivalen- te, también en curso, potencia extraordina- riamente el estudio de esta disciplina, en de- frimento de otros periodos histéricos, mas Iejanos en el tiempo La nueva situacion obligara, en breve, a formar un profesotado especializado, a crear cdtedras o foros de discusién y trabajo, a preparar nuevos programas y, en definitiva a escribir textos. En cuestién de unos pocos Foto oficial de los participantes en Ja Conferencia de Yalta: Churchill, Roosevelt y Stalin, febrero de 1945 ajios y partiendo de una situacion precaria Por otra parte, parece asegurado el surgi- miento, en plazo no muy dilatado, de algu- nos Centros para el estudio de la Historia del Mundo actual que, bien como organis- mos auténomos vinculados al mundo uni- versitario, o bien como secciones de Institu- tos dedicados a las Ciencias Sociales, esta- rén llamade convertirse en motores de una linea de investigaciones todavia muy es- casa en Espafia. Pero que en otros paises, hay que insistir en ello, cuenta ya con una larga y pujante tradicion. Una coleccién de Historia del Mundo ac- tual, como ésta que aqui presentamos, 2s por lo tanto novedad en nuestio pais, Aun- que no lo sea en otros como en Francia, donde ya existen intentos similares Los «Cuadernos del Mundo actual» La redaccién de Historia 16 y los coordi- nadores de esta nueva serie, Cuadernos del Mundo actual, hemos creido conveniente proceder va a un balance teflexivo, serio y renovadar, de cuantos procesos historicos han sido —y estén siendo— decisivos a lo 12 largo de esta centuria, tan densa como con- tradictoria, y a cuyo recorrido final nos acer- camos. No hemos querido eludir tematicas aleja- das de nuestro entorno mas inmediato (geo- gréfico, cultural o de pensamiento). Y aun- que, en definitiva, la fentacién eurocéntrica siempre aparece, hemos tratado de despe- jaria en la medida en que la participacién de los autores convocados a este proyecto os lo ha permitido. La mundializacién de la economia, la extensi6n de las pautas de vida propias del capitalismo y los procesos de modernizacin en curso, variables y di- versos —pero siempre presenies de un modo u otro—, los cauces paralelos por los que el resurgir de los nacionalismos, a esca- la mundial, se ha abierto paso, facilitan, en definitiva, el intento de proporcionar a los lectores de esta coleccién una perspectiva comparada que ayude a la comprension del pasado reciente y, si cabe, sirva de algtin modo a la pros- peccion del futu- 10. Hemos pro- curado, en la in- corporacién de autores a esta POT at Ra orientaran, en CT ae Pore] abtel Goleta rr en la atribucién REE TIME de los estudios que periddica- mente sé le iran ofreciendo al lector, no excluir horizonte inte- lectual ni meto- dolégico algu- no. Salvo las Idgicas limitaciones que impo- nen, a estas alturas, la propia ciencia de la historiografia y su reglamentacién deontolé- Cer a aT) Pee ey a Cae od ica. Ello producira, sin duda, a lo largo de la publicacion de la serie, un mosaico plural de tratamientos @ interpretaciones. Pluralidad que hemos buscado deliberadamente, sacri- ficando la uniformidad —y por ello acaso cierto grado de coherencia — a la riqueza in- terpretativa y a la libertad de los enfoques. En cualquier caso, hemos intentado salvar Ja unidad, a fuerza de una planificacién de a obra muy cuidadosa y pensada. | Desde el punto de vista metodoldgico, la | coleccién responderd al nive! de contenidos que se denomina alta divulgacién o divul- gacién académica. Va dirigida a coimar las exigencias de un piiblico de nivel universi- tario o similar, formado por profesionales 0 estudiantes que no slo buscan mejorar su nivel cultural sino, fundamentalmente, ad- quirir nuevos elementos de andlisis para el desarrollo de su actividad laboral, Pensamos que en esta serie de monogra- fias hallaran un instrumento util de trabajo tanto profesores como estudiantes de los cursos superiores de Historia. Pretendemos facilitar a los primeros la busqueda de infor- maci6n actualizada, y tratamos de ofrecer a los sequndos, en un formato funcional y con claridad expositiva, los asuntos mas crucia- les que habrén de tratar. De la misma manera, queremos llegar con esta serie a facilitar e! estudio de la Historia contemporanea en las ensefianzas medias, cada vez més volcada (en el comprimico es- pacio que queda para la Historia, propia- mente dicha) a la consideracién de los pro- cesos mas cercanos a nosotros, cronolégica- mente hablando. Esta coleccion responde, asi, a las deman- das de un ptiblico general, pero culto, al que se ofreceran estudios de buen nivel que, en la mayoria de los casos, ser4n sintesis reali- zacias por especialistas a partir de su cono- cimiento de un conjunto de investigaciones académicas © institucionales, destinadas @ ser difundidas en circuitos mas reducidos de lectores. Por otra parte, advertimos que e! marco cronolégico del conjunto sera flexible, en funcién de la duracién especifica de los pro- cesos estudiados. Hay que tener en cuenta, no obstante, que los nuevos planes de estu- dios contemplan a la Historia del Mundo ac- tual a partir de 1945 en la Historia Univer- sal y desde 1939 en la Historia de Espana. Estos textos se orientaran, en definitiva, a satisfacer la curiosidad, el afan de saber, de un publico muy amplio: aquel que es cons- ciente, por encima del aspecto confuso de nuestros dias, y més alla de su aparente inexplicabilidad, de que, si bien es verdad que no siempre resulta facil encontrarle sen- tido a Ja accién social, coherencia a los de- sarrollos concretos de la politica y razon pro- funda a los sobresaltos de la economia, hay sin embargo un oficio, el de historiador, que —entre otros cientificos sociales, pero de manera especifica— aplica su mirada y su instrumental, todos los dias, a intentarlo. ‘Mas de un centenar de nimeros, en total, tecogeran aspectos muy diversos de la his- toria del siglo Xx, procurando seguir los mé- = = i De izquierda a derecha: Julio Gil, Elena Hernéndez, Rosario de la Torte v Angel Bahamonde, coordinadores todos de la historia reciente. Tanto las tema- ticas como sus enfoques constituyen en grat medida, ingistimos en ello, rigurosa novedad en el panorama editorial espanol. Tematicas, protagonistas y procesos Parte de los Cuadernos ira destinada, en concreto, a considerar estructuras y proce- sos de larga duracién, realidades cuya du- rabilidad y trascendencia exigen atencién constante por parte del observador de nues- tros dias, Otra parte de los andlisis se ocupara de hacer cortes coyunturales en la secuencia hist6rica. Los cuales permitan diseccionar mas de cerca, problemas y realidades par- ticulares, si bien en cualquier caso importan- tes, ¢ incluso a veces decisivas. Puede tra- tarse aqui de una aproximacién inmediata a temas actuales (temas candentes que los medios informativos no llegan a cubrir por si mismos), 0 bien de enfoques, algo més distanciados, de procesos (nacionales, regio- nnales o locales) cuya unidad y especificidad aconseje un tratamiento aislado y especial, por parte del historiador o el aprendiz de his toria. Una tercera parte de la coleccién se dedieara, en fin, al trazado de biografias de grandes’ personajes del periodo, siempre muy vinculado al tratamiento historiografico que habra de otorgarseles por nuestra parte con el contex‘o genaral en el que sus trayec- torias vitales y préctica politica se desarro- llaron en su dia o, atin, se desarrollan, Sabemos que es una empresa ambiciosa que a pesar de la carencia relativa de espe- ialistas (en nuestras universidades o centros le investigacion) a propdsito de los asuntos propios de la historia internacional, hemos preferido cubrir con autores predominante- mente espafioles. Hemos recurrido también, en ciertos casos y por razones varias, desde luego, @ especialistas extranjeros. Pero en la mayorla de los casos pensamos —los historiadores e historiadoras que aqui hemos sido convocadas— que este esfuerzo anadido de unos pocos por acercarnos al exterior habia de verse generalizado alguna vez. Superar de un dia para otro aislamien- tos y carencias no parece, sin més, posible. Pero contribuir a la explicacién y él analisis del mundo que nos rodea, sf que esta des- de luego a nuestro alcance. Esta es, desde hace afios, nuestra tarea como profesiona- les de la Historia. ¥ éste es, desde aqui, nuestro objetivo. 13 Carga de caballeria francesa contra trincheras alemanas, al inicio de la! Guerra Mundial (La Estera, 1914) La historia de hoy Por Hugh Thomas Catedratico de Historia Contempordnea. Universidad de Londres ué radiantes parecian los primeros anos del siglo XX! La mayor parte de! mun- do estaba dominada por un pufiado de prosperos Estados europeos. También Esta- dos Unidos, mediante la doctrina Monroe, iba consiguiendo un control similar, aunque aparentemente mas suave, sobre las ex co- lonias portuguesas y espafiolas en América. Ademes ents mayor parte de estos Estados se habia generalizado la idea de que el go- bierno por consenso, es decir, el gobierno representativo, seria en el futuro una formu- la comtnmente aceptada. Ninguna democracia era perfecta; casi ninguna permitia votar a las mujeres y con frecuencia el sufragio era restringido. Don- de no era asi, a menudo se daba el fraude, como en Espatia. Pero en cualguiier caso, se proclamaba como un sistema ideal. Incluso en China se celebraron elecciones, igual que se hizo en el Imperio ofomano y en el aus- tro-hungaro. El enorme Imperio ruso tenia una asamblea consultiva, la Duma, que, aunque sin poder elective, hubiera podide desembocar en un parlamento, La oposi- cién a los dictadores latinoamericanos, como el general Porfirio Diaz en México, se manifestaba generalmente como una pro- testa democrattica. Los extensos Imperios europeos en Africa y Asia parecian gozar de los beneticios de la paz y del paternalismo, mientras los mejo- res administradores coloniales, como los bri- tanicos en Nigeria, pensaban mas en prepa- rar a sus stibditas para el autogobierno que en continuar con el control politico perma- nente, Un sugestivo y despreocupado cuadro de este periodo nos lo ofrece J. M. Keynes en su polémica obra Las consecuencias econd- micas de la paz: iQué episodio tan extraor- dinario ha sido, en el progreso econémico del hombre, la edad que acabé en agosto de 1914! Es verdad que la mayor parte de la poblacién trabajaba mucho y vivia en las peores condiciones; pero, sin embargo, es- taba, a juagar por todas las apariencias, sen- satamente coniorme con su suerte. Todo hombre de capacidad o cardcter que sobre- saliera de la mediania tenfa abierto el paso alas clases medias y superiores, para las que la vida offecia a poca costa y con la menor molestia, conveniencias, comodidades y amenidades iguales a Jes de los mas ricos y poderosos monarcas de otras épocas. El ha- bitante de Londres podia pedir por telétono, al tomar en la cama el té de la mariana, los variados productos de toda la tierra en la cantidad que le satisticiera, v esperar que se Jos llevaran a la puerta; podia, en el mismo 15 16 momento y por los mismos medios, arries- ger su riqueza en recursos naturales y en Tuevas empresas de cualquier lugar del mundo, y participar, sin esfuerzo ni aun mo- lestia, en sus frutos ) ventajas prometicos, podia optar por unir la suerte de su fortuna a la buena te de los vecinos de cualquier municipio importante, de cualquier conti- nente que el capricho o la informacion le su- jirieran (Barcelona, Critica, 1987). El fin de Historia, como podria haber dicho un co- mentarista de los anos 90. Keynes, en 1919, afiadio que la serpien- te, en este paraiso, venfa representada por los proyectos y politicas militaristas e impe- tialistas asi como por las rivalidades cultura- les y raciales. La explicacién de Keynes, para lo que suponfa equivocado, no es tan aguda como su descrip- cién de aquel mundo en su creptisculo. Porque Le eeees gue la ne mera Guerra Mundial que, por supuesto, fue la que acabé con el opti- mismo de la primera parte del siglo, eran mas profundas de lo que Keynes crefa, Lo que ocumié fue bastante sen- cillo. Los paises mas avanzados entraron en la guerra a causa de una disputa telacionada con las ambiciones que Aus- tria tenia sobre Bosnia. Peto los motivos por los que los gobiernos se sintieron capaces de compromeler en una lucha tan feroz su capacidad ecanémica, mi- litar e industrial ban mucho mas alla de una simple disputa diplomatica, Por ejemplo, los austriacos buscaban una compensacin por la parte de Imperio perdido en Italia cin- cuenta afios antes. Ademas, estaban con- vencidos de que si permitian a los serbios es- capar sin un severo castigo por el asesinato del heredero al trono, el archiduque Fran- cisco Femando, sus problemas internos es- tallarfan, Los rusos cre‘an que su régimen se verla amenazado si no apoyaban a sus pri- mos serbios. Del mismo modo, los franceses consideraban su alianza antialemana con Rusia como la clave de su supervivencia, al tiempo que se les presentaba la ocasién de vengar la derrota suftida a manos de los ale- manes en 1870, Profundas necesidades psi- coldgicas, como las definidas por Bergson Coe EARP UL PP re ee Rie sed oe ea OD A Ld generacion, los Imperios era ees | Ree ae oy Ue Bee en su filosofia, hicieron que Francia estuvie- ra obsesionada con la idea de una guerra ofensiva. Alemania sintié que no podia abandonar a sus aliados austriacos y creyo que si la guerra con Rusia era inevitable, lo mejor seria pelear antes de que su industria se desarrollase mas. Quizds, més importante atin que pregun- tarse por las causas de la guerra de 1914 sean las explicaciones de cémo fue posible mantenerla después de que los Gobiemas se quedaran sin dinero. Al fin y al cabo, querras similares estallaron en el siglo XVIII por con- troversias diplomaticas semejantes. Lo que hizo diferente a la Primera Guerre Mundial fue su intensidad y su duracion durante atios, en los cue se vieron arrastradas a la lucha otras naciones distintas de las afecta- das en un primer mo- mento con motivo de lo de Bosnia. La respuesta esta en que los Gobier- nos recurrieron al em- préstito a sus propios ciudadanos de una for- ma sin precedentes o a Estados Unidos (el ulti mo gran pais en verse in- volucrado). Pero tan im- portante como el aspec- to econdmico fue la in- fluencia emocional e in- cluso intelectual de la propaganda de guerra, producto de una nueva prensa de masas, que en todos los paises proporcioné, tanto a solda- dos como a civiles, el valor y la pasién para proseguir la lucha Consecuencia de la Primera Guerra Mun- dial fue una crisis politica y espiritual que ha perdurado a lo largo de todo el siglo. En pri- mer lugar, la conciencia europea de su mi- sidn en el mundo, que dependia de un sen- timiento de superioridad moral, se desmo- ron y, en sdlo una generacién, los Impe- ios europeos se disgregaron como conse- cuencia de la generalizacién del virus del na- cionalismo. Si las grandes naciones euro- peas habfan sido capaces de rebajarse has- ta recurrir al nacionalismo en sus disputas, no podia sorprender que sus dominios co- loniales hicieran lo mismo contra los euro- peos. Esta desintegracidn, aunque comenz6 con los acontecimientos de 1914-1918, se aceleré con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. HISTORIA La incertidumbre, a inseguridad, la ausencia de categorias en que se asienta una conceptua- lieacion de la sociedad de nuestro tiempo, de esie tiempo presente en que las réfagas emoti- vas parecen predominar sobre el ejercicio de la razén, en que la cultura de la imagen tiene ma- yor fuerza condicionante que Ja cultura del \o- gos, se presentan como los rasgos dominantes de esta coyuniura, hecha de acontecimientos mal hilvanados que, a veces, sobrepasan, por sus consecuencias estructurales (en lo sociopoli- tico y en lo menial), a las mutaciones produci- das por la accién de tiempos més largos. Eh efecto, el mensaje que los habivantes del planeta estamos recibiendo durante el decenio de los noventa, antesala del mitico siglo XX, es de una caética mezcla de impulsiones primatias, de luchas de extrema crueidad, desatadas sin otto objetivo aparente que la exterminacién re- cfproca, como en Ia antigua Yugoslavia, hoy des- pedazada ante la complicidad tacita de las po tencias, 0 como las varias querras intestinas en que quieren dirimir sus contlictos los grupos na- cionalistas y étnicos v los restos de antiquos ban- dos del antiguo imperio zarista. Otro tanto podrfamos decir, con dolorido asombro, de Ja catastrofica experiencia econd- mica de la ian sofiada unificacién alemana des- pués del desplome del muro de Berlin, con el consiguiente renacer del neonazismo racista, Sin olvidar la querra en Somalia o las banderas del! fundamenialismo que se alzen por doquiar en Oriente Medio v en Africa del Norte. Par si todo lo anterior fuera poco —como dice el profesor Roberto Mesa— el proceso de diso- lucion del comunismo ha tenido lugar en un marco genérico convulsionado por una nueva atisis del sistema econémico capitalista Este panorama parece hacer retroceder cul- turas y sensibilidades a los tiempos mas aciagos de la Historia. Porque de la Historia se trata. Por 080, HISTORIA 16 y quienes llevamos diecisiete aitos conviviendo con el esfueizo creador de esta trevista, no pociemas por menos que plantearnos con urgencia:

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