como aguas mansas pero en constante movimiento, que con paciencia se van abriendo camino.
Que sean una bendicin
para los campos ridos, que sean dadoras de vida para todas las Que con dulzura se introduzcan en la vida de los sedientos, que necesitan de un trago para seguir viviendo, no te fijes quin se aprovecha de ellas, simplemente fluye.
Las palabras pueden ser
una poesa, una frase clebre, un consejo, un cuento, una felicitacin, una reflexin, incluso hasta un chiste, sin embargo deben seguir un cauce de amor para que llegue a todos. Pero ten cuidado, porque tus palabras pueden ser tambin, en un momento dado, como las aguas que bajan con fuerza.
Veloces y turbulentas, destructivas y mortales, pues a su paso se desbordan y ahogan. Esta diferencia radica en los sentimientos que nos embargan en el momento que las emitimos.
De cada quien depende
que nuestras palabras den vida o por el contrario destruyan y asesinen. Transformmonos igual que el agua. Que nuestras palabras y pensamientos, cuando no sean positivos se conviertan en hielo, y queden mudas y estticas. Que cuando sean para compartir estas sean lquido, que se usa para conservar y crear la vida. Y que sean vapor, cuando queramos que estas lleguen a las alturas, para que el Buen Dios, las distribuya ms sabiamente en forma de lluvia, a todos sin distincin. Benditas sean todas las palabras de amor que de ti procedan, pues eso demuestra que tu corazn esta en buenas manos.