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II.J,POESIA El barrio de Santa Cruz, Sefiorita del mar y otros poemas Edicién y selecci6n al cuidado de Ana Soffa Pérez-Bustamante Mourier La primera vocacién literaria de José Maria Peman (Cadiz, 1897-1981) fue la poesia, en la que se mostré heredero de diversas tradiciones. Desde sus inicios como lector de los clésicos espafioles y grecolatinos se abrié luego al Modernismo tubendariano y al regionalismo de Gabriel y Galan. Pero el mejor Peman vino des- pués, desde finales de los afios 20: es el que asimild el neopopularismo de los vie- jos Cancioneros y ese intimismo simbolis- ta de rafz romantica que a través de Juan Ramén Jiménez fue haciéndose purismo. En estas paginas hallard el lector los dos mejores poemarios de José Maria Pemdn, El barrio de Santa Cruz (1931) y Seforita del mar (Itinerario lirico de Cédiz) (1934), junto con una seleccién del resto de su produccién poética (1923-1971). Y quizé se sorprenda al hallar, en medio de la belleza de estos versos, tantas concomi- tancias con un Alberti o un Lorca. BIBLIOTECA PEMAN Edicién y seleccién al cuidado de Ana Soffa Pérez-Bustamante Mourier VOLUMEN II POES{A El barrio de Santa Cruz, Seriorita del mar y otros poemas © Herederos de José Marfa Peman Grupo Joly De cada texto, su respectivo autor. Edici6n y seleccién de Ana Sofia Pérez-Bustamante Mourier En portada, fragmentos de dos cuadros de la coleccién Flamenco (2002-2005) de Ignacio Tovar (en concreto, De un drbol frutal, dfptico, 2003, y Chano Lobato I, 2003) (pigmento y latex plastico sobre tela). Se reproducen por cortesfa del autor y de la Galeria Fiicares (Madrid-Almagro). I.S.B.N.: 84-88837-62-3 Dep. Legal: CA-304/2006 Imprime: Ingrasa Artes Graficas Puerto Real (Cadiz) INDICE “El origen de la poesia de Pemdn”, por Manuel Guerrero Pemén... “La poesia de José Maria Peman en su context”, por Ana Sofia Pérez-Bustamante Mourier. . Bibliografia EL BARRIO DE SANTA CRUZ (ITINERARIO POETICO) (1931) Prélogo, por Serafin y Joaquin Alvarez Quintero .............025 El barrio misterioso . Soneto del barrio pecador Solea. La calle de Rodrigo Caro . Cantar. . Soneto del sacerdote viejecito que ensefia la Iglesia de los Venerables ...... Cantarcillo del aire ligero . La tapia La calle de Lope de Rueda Tres ingleses, Calle de la Pimienta . . Unos pasos més en la misma calle G piedra . . Elegfa corta de la primavera . Madrigal breve de la ventana Patio... Requiebro al barrio. Fuente. . Villancico del sol de las cinco. Ropa en la azotea Las seis. Tarde... La hora definitiva Noche. Ya solo... El barrio con fiat . . Media nod. ae yee) aa eit tok aah swe ven HRETORS Ene § SENORITA DEL MAR (ITINERARIO LIRICO DE CADIZ) (1934) Prélogo, por José Maria Pemén. Piropo a Cédiz. Exorcismos. . EI gitano enterrado . Miradores. Elegia de Lola la de los pendientes La casa de los siete pisos Tarde de Jueves Santo Romancillo de la calle de San Francisco y del General Riego. Siesta de Puerta de Tierra...... : Cdiz bajo la Iluvia. Rosa la Coqueta, amiga de los marineros Saco de Cadiz por el inglés en 1596 . Cadiz desde la Bahia. Elegia del nifio mariscador. ... . Nocturno de la cascada del parque Pérgola.... Alameda. .. Romance de la visita de la escuadra italiana al puerto de Cadiz, El sitio de la plaza vieja . - La caleta.. Manuel de Falla. Bautizo de una lancha nueva Los nifios del agua . Ne Los gaditanos en la bahia. Oda triunfal para los remeros del Club Nautico de Cadiz Yambos del viento de levante .......26e0eereeeeees Y OTROS POEMAS De De la vida sencilla (1923) Elogio de la vida sencilla. De Nuevas poesias (Segunda parte de “De la vida sencilla”) (1925) Arroyuelo del molino . : La garza malherida . . En el jardin de los frailes Ante el Cristo de la Buena Muerte. os . 131 - 138 De Ala rueda, rueda... (Cancionero) (1929) Se iba el pensamiento mio. Alalba, mi amado, al alba . El amor hondero . Salinas de San Fernando . Barrio de los marineros Romances del hijo (n° 2) . De Poesfa (1923-1937) (1937) Soledad....... ' 155 Feria de abril en Jerez . 156 Homenaje a Paul Valéry. El bosque amigo . 163 Homenaje a Andrés Ady, El otofio en Paris. 164 De Poesia Sacra (1940) Cuatro canciones misticas (1937) . sez Nueve consideraciones ascéticas . 171 Romance de los siete pecados capitales. . 181 Mi soledad sonora . . 183 De Poesia (1917-1941) (1941) Dos sonetos para el tomo de poesfas completas de Manuel Machado El poeta de las “Soleares” ........ . 187 Didlogo entre Andalucia y el poeta . 188 De Las musas y las horas (Antologia poética) (1945) Cancién (Homenaje a Gil Vicente)..........0eeseeeeeeeee ees 191 De Las flores del bien (1946) Las flores del bien... 6.0... 0cc ccc eeeeeceeeeeeeneee eens 195 Soledades (Treinta canciones) 1. [jSoledad para estar con el lirio!] . . 3. [Porque amo tanto el amarte] 9. [Ligera como un azar]. 12. [Las horas primaverales] 16. [Este jardin sélo existe] . 19. [Por el agua] 26. [La vida ya noes la ida] 29. [Yo renuncié a la florida] . 30. [El aire de esta mafanal] . De Obras Completas, I. Poesia (1947) De la seccién Segundo cancionero Ti entre los lirios aquellos ....... a) Villancico del pescador de truchas. 210 Yo me asomé al pozo oscuro... . . 211 De la seccién Otras poesias andaluzas (1929-1937) Moe etanosiy la Mey Ae ge ec ra ese es aa 212 De la seccién Otras poestas gaditanas y marineras El callején del tinte. . 213 Mar de Cédiz . . 214 Sirena. . : . 215 Noche de verano en la bahia. . 216 Y la paz de los faluchos. . . . . 217 De la seccién Homenajes y traducciones Homenaje que hacen a Agustin de Foxd los poetas de todos los siglos Arcipreste de Hita (siglo XV) .. Don Luis de Géngora (siglo XVI). Don Pedro Calderén (siglo XVI) Surrealismo (siglo XX)....... Poesia de tiltima hora (siglo XX). De Obras Completas, VII (1965) De la secci6n Nuevas canciones Villancico de las manos vacfas. . . De la seccién Poesta humana Libreria de viejo (1960)... 0.06. .0.0eceeereee eens 224 Homenaje a Antonio Machado en su mismo estilo aforistico. 0.66. 0s. ee eee eee eeeeeeee ees ey Pomeas sueltos In memoriam (1971). Testamento (1968) . 4NA& SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 17 LA POESIA DE JOSE MARIA PEMAN EN SU CONTEXTO (INTRODUCCION) José Maria Peman y Pemartin (CAdiz, 1897-1981) nacié en el seno de una familia de la burguesia gaditana. Su padre, Juan Gualberto Pemaén Maestre, abogado y militante del partido liberal conservador, fue diputado por El Puerto de Santa Maria desde la primera década del siglo, primero bajo la jefatura de Antonio Maura y luego bajo la de Eduardo Dato. Su madre, Maria Pemartin, perte- necia a una familia de bodegueros y terratenientes procedentes del Bearne francés e instalados en Jerez en la primera mitad del siglo XIX. Por parte de madre Peman emparenté con Miguel Primo de Rivera (un hermano de Marfa Pemartin casé con una hermana del general). Los lazos de José Marfa con la aristocracia jerezana se robustecieron a raiz de su matrimonio en 1922 con Maria del Carmen Domecq Rivero, primogénita del marqués de Domecq, con quien tendria nueve hijos. Tras cursar el bachillerato en el colegio marianista de San Felipe Neri (1907-1913) José Maria estudié Derecho en Sevilla (1913- 1918) y se doctoré en Madrid con la pretensién de seguir los pasos de su padre, abogado y politico. Ahora bien, en medio de sus pro- yectos profesionales se cruzé la literatura. En el colegio habia mos- 18 BIBLIOTECA PEMAN trado ya su habilidad versificadora, pero fue en los veranos que mediaron entre curso y curso de Derecho cuando se aficioné a la lec- tura y a escribir versos: su primera vocacién fue la poesia y hasta el final se consideré ante todo orador y poeta. Frecuentaba la bibliote- ca del Casino Gaditano y alli devoré los clasicos editados por Rivadeneyra en la Biblioteca de Autores Espafioles. Un libro que seria fundamental para su formacién fue la Historia de las ideas esté- ticas en Espafia (1883-1891, 5 vols.) de Marcelino Menéndez Pelayo, que le hizo descubrir entre otras cosas el platonismo y que le Ilevé a la lectura de numerosas traducciones de clasicos griegos y latinos. Pemdén se impregn6 asi de clasicismo (de hecho, su tesis doctoral (1921) fue un Ensayo sobre las ideas filosdfico-juridicas de “La Repiiblica” de Platén) y esto fue, dijo él, como una vacuna contra los “excesos” de las corrientes literarias novedosas de la época (el Modernismo y luego el Vanguardismo). Sus primeros versos fueron neoclasicos y hasta el final fue fiel a una estética plat6nica idealista en la que con- vergian la bondad, la verdad y la belleza. Deseoso de compartir aficiones, empez6 a concurrir a las ter- tulias poéticas que se reunfan en Cédiz, especialmente a las que el c6nsul cubano Luis Bas Molina celebré desde 1920, prestigiadas por la asistencia del poeta gaditano Eduardo de Ory (1884-1939), inte- grante de la primera promocién modernista espafiola. En los afios 20 el Modernismo estaba, como bien sefiala José Enrique Salcedo Mendoza, en plena fase de decadencia y trivializacién, pero hizo impacto en la sensibilidad del joven José Maria, que, pese a sus pre- venciones, se sintié atraido por los poemas de Rubén Dario, José Asuncién Silva y Julio Herrera y Reissig. De este modo, y aun con- tra su voluntad, sus versos se fueron tifiendo, desde el “Nocturno a Margarita”, de un espiritu que a él mismo le resultaba pertubador: un intimo afaén de explayamiento confesional, una sensualidad mas abierta, una musicalidad més libre y sugerente. Poco después gané un accésit en los Juegos Florales de El Puerto de Santa Maria, y mas ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 19 tarde el primer premio de poesia en un concurso dedicado al cente- nario del beato fray Diego José de Cadiz. Esto le abrié las puertas de la Real Academia Hispanoamericana de su ciudad, que representa- ba los gustos conservadores. Le nombraron académico en 1921 y su discurso de ingreso (Algunas consideraciones sobre la poesia hispano- americana) fue una critica del Modernismo. Luego obtuvo la “Flor Natural” de los Juegos Florales de Sanlacar de Barrameda con “El Vidtico”, en la linea del regionalismo de José Maria Gabriel y Galan (poemas narrativos que cuentan historias patéticas de personajes humildes que se expresan en estilo regional o dialectal). De estos inicios interesa resaltar dos elementos contradictorios que configuran el talante literario de Pemén: el hecho de que consi- derase moral y estéticamente disolventes las corrientes literarias innovadoras de su siglo, junto al hecho de que se sintiese interesado y en algunos aspectos atraido por ellas. No es aventurado afirmar que de manera instintiva el Peman lector (y mas tarde el critico) fue més allé que el escritor. Sin embargo, aunque voluntariamente quiso circunscribirse a los Ifmites de un arte clasicista y cristiano, que con- cebfa como lira artesanal al servicio de una causa (divina) mayor, acorde con sus principios y con el gusto del cfrculo social en que se movia, lo cierto es que fue asimilando de forma personal diversas corrientes novedosas que le ayudarian a alcanzar sus mayores con- quistas poéticas. Su primer libro de versos surgié a raiz de los Juegos Florales de Sanlticar: aprovechando la buena impresién que habia causado al periodista José Ortega y Munilla, mantenedor del certamen, Peman reuni6 varias composiciones bajo el titulo De la vida sencilla y viajé a Madrid para presentarselo. Ortega y Munilla accedié a prologarse- lo, pero murié antes de hacerlo y el libro no se publicaria hasta 1923, con prélogo de Francisco Rodriguez Marin. Tras De la vida sencilla vino Nuevas poestas (1925), subtitulado Segunda parte de De la vida sen- 20 BIBLIOTECA PEMAN cilla, que continuaba la linea del anterior: una mezcla de poemas cla- sicistas con algunos (muy pocos) de indole modernista (el moder- nismo de cuentos encantados, leyendas zorrillescas y primitivismo de cantigas galaicoportuguesas), y otros de cardcter mas popular, entre el regionalismo gabrielgalanesco y la copla andaluza, con ele- mentos paisajisticos castellanos heredados del noventayochismo. Hasta aqui Pemdn prolongaba lineas poéticas mas bien deci- mon6nicas ajeno a sus compaiieros de generacién cronolégica: los poe- tas del 27, que se desenvolvfan en los cfrculos intelectuales laicos y europefstas de Madrid, caso de la Residencia de Estudiantes. No tuvo él amistad, ni casi contacto, con aquellos jévenes volcados por enton- ces (afios 20) sélo en la creacién. Por el contrario, Peman procedia de circulos provincianos catélicos y conservadores y sus relaciones fami- liares y profesionales le orientaron muy pronto a la vida politica. Muy poco tiene que ver con el talante inicial del grupo central del 27 este joven que, cuando la Restauracién hacfa aguas, se definié como monarquico tradicionalista y antiliberal, se afilié a principios de los afios 20 a la Asociacién Catélica Nacional de Propagandistas y en 1924 fue personalmente requerido por Miguel Primo de Rivera para las filas de la Unién Patriética. Tras la caida en enero de 1930 del general (muerto en abril del mismo afio), Pemén pasaria a inte- grar la Unién Monarquica Nacional, de la que fue presidente pro- vincial hasta marzo del 31. En la época de Primo de Rivera Peman se convirtié en uno de los hombres mas influyentes de la provincia de Cadiz. Su dimensién propagandista fue muy relevante como periodista, orador y ensayista (véanse El hecho y la idea de la Union Patriética, y el prélogo que escribié a su recopilacién de los discur- sos del dictador, titulada El pensamiento de Primo de Rivera, ambos de 1929). Su ideologfa se identificaba con un tradicionalismo antiliberal cuyos valores basicos eran la fe cat6lica, la familia, la monarquia, el orden y la propiedad. ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER : 21 A partir del segundo lustro de los afios 20 la produccién de Pemén se bifurca en dos sentidos: el politicamente comprometido, que es el que mas le absorbe, y otro ajeno a la politica, con la parti- cularidad de que ciertos aspectos de su produccién si sintonizaron con las corrientes estéticas cultivadas por el grupo del 27. Los dos elementos que propiciaron este acercamiento fueron el neopopula- tismo y la herencia del simbolismo intimista juanramoniano en su evolucién hacia la poesfa pura. En efecto, cuando Peman publica Nuevas poestas (1925) el erudito Julio Cejador y Frauca se dio cuenta de la huella que habia en ellas de la que él habfa antologado y seguia antologando en La verdadera poesia castellana (Floresta de la antigua lirica popular) (1921-1930, 10 vols.). Cejador escribié a Pemén para alentarle a perseverar en esta linea, revivificada por los poetas del 98 (los Machado y Juan Ramén Jiménez) y luego por Federico Garcia Lorca, Rafael Alberti y Gerardo Diego, pero de la que estos jovenes se iban ya separando. Asi, el critico indica al poeta que las nuevas tendencias iban por “la sencillez y la manera popular”. De otro lado, es en el segundo lustro de los afios 20 cuando Peman se acerca a la otra cara del modernismo: no la superficialmente ruben- dariana sino la intimista que, heredera de cierto romanticismo y de Paul Verlaine, florece en los Machado y se depura en manos de Juan Ram6n Jiménez, con quien también tuvo Peman relacién epistolar. Por estas fechas hubo un circulo préximo a él que se fue renovando: el que, en torno al cénsul de Uruguay Carlos Maria de Vallejo, va dando entrada en las veladas particulares y en las reuniones del Ateneo, la Academia Hispanoamericana y el Circulo Mercantil, a las innovaciones puristas. Vallejo fundé en Cadiz la revista Renovacién (1927-1928), en la que colaboré Eugenio Montes (entonces catedré- tico en el Instituto de la ciudad), y este impulso prosiguié con la revista Isla (1932-1940), dirigida por Pedro Pérez Clotet (1902-1966). En ambas publicé Pemdn. En la confluencia de estos estimulos surge un nuevo poe- 22 BIBLIOTECA PEMAN mario, A la rueda, rueda... (Cancionero) (1929), que estéticamente ya es otra cosa. Tan claro fue el giro que los jévenes vanguardistas pasa- ron de considerar a Peman lisa y llanamente lo que llamaban ellos un “putrefacto” (afecto a estéticas caducas y burguesas), a conside- rarlo un intruso: asf se echa de ver en la célebre anécdota de la peli- cula La edad de oro (1930), de Luis Buftuel y Salvador Dali, donde un bandido (trasunto del pintor Max Ernst) dice de pronto: “;Y Peman?”, como si José Maria fuese un allanador de la morada que habitaran Lorca (Poema del cante jondo —de 1921, publicado en 1931-, Canciones -1927-, Primer romancero gitano -1928-), Alberti (Marinero en tierra -1925-, La amante -1926-, El alba del alhelf-1927-) y Gerardo Diego (Versos humanos -1925-). En los afios 30 la lirica pemaniana, como ya dijimos, se bifur- ca. De un lado esta su poesia comprometida, que va desde princi- pios de la II Republica hasta los comienzos del régimen franquista: ésta es la que vemos en la Elegfa de la tradicién de Espana (1931), el Salmo de los martires del 10 de agosto (elegia escrita en 1932 a los cons- piradores muertos durante el alzamiento del general Sanjurjo), el Poema de la Bestia y el Angel (1938: largo poema épico-simbélico que ofrece una vision maniquea y apocaliptica de la guerra civil como enfrentamiento entre el Bien y el Mal, la Civilizacién y la Barbarie, las huestes de Dios y las del demonio), y Por Dios, por la Patria y el Rey. Romances (1940, coleccién de himnos bélicos). Durante la gue- rra Pemdn, que inmediatamente emprendié una larga campajfia de articulos, arengas y discursos por toda la Espafia nacional, colaboré en todas las obras poéticas colectivas de su bando: la Corona de sone- tos en honor de José Antonio Primo de Rivera (1939), el Cancionero de la guerra (1939) recopilado por José Montero Alonso, la Lira bélica (1939) editada por José Sanz y Diaz, y la Antologia poética del Alzamiento. 1936-1939 (1939), que reunié y le dedicé su secretario particular, Jorge Villén. ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 23 Por otra parte, durante la II Reptiblica fragua la mejor pro- duccién lirica de Pemén. Estilizando el neopopularismo en una linea afin a la poesfa pura (juanramoniana o entendida también a la luz de la teoria poética del abate H. Brémond) encontramos El Barrio de Santa Cruz (Itinerario poético) (1931), su libro mejor estructurado: los poemas, muy breves, ofrecen una sugerente yuxtaposicién impresionista de los motivos caracteristicos del barrio; su sucesién dibuja el transcurso de un dia ideal y completo, desde el amanecer hasta la noche, y a través de ellos el poeta parece buscar la esencia de un misterio que s6lo al final se le ofrece. Unos afios mas tarde aparece Sefiorita del mar (Itinerario lirico de Cddiz) (1934), homenaje a su ciudad natal donde la variedad y riqueza estilistica son mayores, puesto que, junto a un casticismo muy depurado y un neopopula- rismo albertiano y lorquiano, los poemas incluyen elementos de vanguardia (un evidente objetivismo, unas imagenes que beben en las audacias y motivos del ultraismo y el futurismo) y de la métrica acentual modernista (la “Oda triunfal para los remeros del Club Nautico de Cadiz” y los “Yambos del viento de Levante”). Estos dos libros no fueron estimados como merecian porque a aquellas altu- ras (1931-1934) el autor era visto como mero agitador reaccionario. Por otra parte, se publicaron en bellas ediciones lujosas de tirada muy limitada, lo que redujo su circulacién. Cuando se produjo el alzamiento del 18 de julio, Pemén, inte- grado en Accién Espaiiola, apoyé la concentracién de poderes en el general Franco, que se efectué el 1 de octubre de 1936. La unificacién de falangistas y carlistas en Falange Espafiola Tradicionalista y de las JONS y la autodisolucién de la CEDA Ilevé a los alfonsinos a integrarse en el nuevo partido en 1937. Como monarquico Pemén lleg6 a colaborar directamente con D. Juan de Borbén. Poco intere- sado en los cargos estrictamente politicos, se desmareé del primer Gobierno formal constituido por Franco, aunque se preocupé de que el ministerio de Educaci6n Nacional continuara en manos de 24 BIBLIOTECA PEMAN Accién Espanola, apoyando para ello la candidatura de Pedro Sainz Rodriguez. Designado para ocupar el sillén “i” de la Real Academia Espanola de la Lengua el 26 de marzo de 1936 (con el apoyo, entre otros, de Azorin), el estallido de la guerra retrasé su ingreso hasta el 20 de octubre de 1939, en que pronuncié el discurso “Del sentido civil y su expresién en la poesia espafiola’. Antes de esto, a fines de 1937, habfa propuesto a Franco un proyecto inspirado por Eugenio D’Ors y Pedro Sainz Rodriguez: reorganizar las academias espaiio- las con los miembros que permanecian en la zona de los insurrectos. La idea se puso en marcha con celeridad porque servia para hacer propaganda ante el extranjero y para contrarrestar las actividades de los intelectuales republicanos, unidos en el Congreso Internacional de Escritores Antifascistas de Valencia en el mismo afio de 1937. El 6 de enero de 1938 se creé en la Universidad de Salamanca el organis- mo aglutinador de las seis academias, el “Instituto de Espafia”, para cuya presidencia se escogié a Manuel de Falla (quien declinaria, con lo que el cargo pas6 a Sainz Rodriguez), y Pemén fue finalmente ele- gido como presidente de la RAE. Dentro de su gestion destaca su negativa a que se cubrieran los sillones de los académicos en el exi- lio mientras éstos vivieran. Acabada la guerra, tras ser recibido publicamente en la institucién que de hecho presidfa, Pemdn era reconocido como una de las maximas figuras de la intelectualidad del bando vencedor. En este contexto sobrevino un percance inesperado. El 13 de julio de 1940 se celebr6 un homenaje en memoria de José Calvo Sotelo en la Real Academia de Jurisprudencia. Peman pronuncié un discurso muy aplaudido donde exponia que Calvo Sotelo fue el te6- tico y definidor doctrinal del Estado totalitario y que José Antonio fue el que aporté los simbolos y las consignas movilizadoras. Al dia siguiente recibié una carta iracunda de Miguel Primo de Rivera ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 25 donde le acusaba de ser enemigo del régimen y de detestar a su her- mano José Antonio, y ademas le retaba a duelo. El malentendido se zanj rapidamente, pero lo cierto es que Peman cayé en desgracia y fue destituido de la presidencia de la RAE y sustituido por Francisco Rodriguez Marin. Su firma desaparecié del ABC y se veté hablar de él en la prensa. El incidente fue una estratagema de Ram6n Serrano Stifier, un intento falangista de deshacerse de los monarquicos con la aquiescencia del dictador, que se sirvié de la Falange para apoyar en ella su poder frente a posibles maniobras de las oligarquias tradicio- nales. Peman vivid meses de zozobra y su descontento ante el clima de arbitrariedad politica y violencia rl en que se vivia fue el ini- cio de su distanciamiento del régim« Aunque su ostracismo no duré mucho (en 1942 volvié a publi- car en ABC de Madrid y en 1944 fue reelegido presidente de la RAE), su actitud politica fue variando a partir de 1941-1942, mds atin cuan- do vio, finalizada la If Guerra Mundial, que Franco se perpetuaba en el poder. Desde mediados de los aitos 40 hasta mediados de los 60 José Marfa defendié, en palabras de G. Alvarez Chillida, “Ia evolu- cién del régimen hacia un estado tradicionalista, que ahora entendia como defensa de los derechos y libertades y el imperio de la ley, superador del poder excepcional de Franco. Bajo esta perspectiva su enemistad con los sectores falangistas del régimen, abierta especial- mente desde el incidente de 1940, se mantuvo por completo”. Volviendo al quehacer poético, a principios de los 40 cierra definitivamente su fase de poesia politicamente comprometida para volver a sus temas y formas iniciales (nunca totalmente abandona- dos), con poemas dedicados a cantar la vida sencilla y familiar, el sentimiento religioso, el amor a su tierra, los escritores y artistas admirados y, también, el epigrama de humor circunstancial. Estos poemas aparecieron a veces en revistas, otras en antologfas de su propia obra lirica y también en forma de poemarios originales. Al 6 BIBLIOTECA PEMAN margen de las revistas, de estos afios son la antologia Poesia (1923- 1937) (1937), Poesta sacra (1940), Poesia. Antologia (1917-1941) (1941), Las musas y las horas. Antologta poética (1945) y su tiltimo libro como tal, Las flores del bien (1946), el poemario del que se declaraba mas satisfecho. Si en la poesia religiosa tanto culta como popular es Peman aventajado alumno de los clasicos (desde Horacio y Virgilio, pasan- do por Gil Vicente, fray Luis de Le6n y San Juan, hasta llegar a Calderén y sobre todo Lope de Vega), en la poesia mas confesional es ahora cuando realmente asimila el simbolismo intimista, que se echa de ver particularmente en una de las secciones de Las flores del bien: la que se titula “Soledades (treinta canciones)”. Esta seccién, de introspeccién delicada y aire francamente dolido y melancélico, aporta un nuevo tono a la poesia de Pemén. De algtin modo parece que, por circunstancias que ignoramos, algo Ievé al poeta a tocar fondo y conmovié sus cimientos hasta el punto de que no volvié a publicar otro libro de poemas como tal: después de 1946 encontra- remos nuevos textos sueltos en antologfas (preparadas o no por el autor) y, sobre todo, en el ciclo de voltimenes de sus Obras completas (tomos I, VI y VII, de 1947, 1964 y 1965, respectivamente). Da la impresién de que Ilegé un momento en que tuvo que elegir entre arrojarse al abismo moral de la introspecci6n o asirse a las firmes convicciones de su ortodoxia cristiana, y opté por ésta. A partir del 46 revisité caminos ya por él andados, y quizé lo més conmovedor del tiltimo Pemén sean dos textos de tipo autobiografico y confesio- nal que aparecieron sueltos: la elegia “In memoriam” a su mujer, fallecida en 1969, que esta fechada en 1971, y el “Testamento” (1968) poético de una voz en el fondo bastante consciente de su soledad. En los afios del franquismo Peman fue muy celebrado, sobre todo como dramaturgo y articulista, por un publico conservador y cristiano mitad burgués, mitad popular. También, pese a sus caute- ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 27 losas relaciones con el general Franco, fue un hombre poderoso e influyente, pero lejos de intoxicarse de éxito y poder, sus principios morales y sus experiencias de todo tipo (los cambios que fue experi- mentando la sociedad espajiola durante la larga dictadura franquis- ta, el giro que imprimié al catolicismo el Concilio Vaticano II -1962- 1965-) lo Ilevaron a evolucionar: fue abandonando su tradicionalis- mo antidemocratico y manifestandose cada vez més partidario de una apertura del régimen que pasaba por la integracién de la inte- lectualidad no ortodoxa. Este giro se consolidé a mediados de los 60, aunque apenas si afecté a su poesia, cuyo grueso habia quedado atrds. Su relacién con el entorno poético fue siempre de generosidad comprensiva. Basta citar su amistad con el filocomunista Victoriano Crémer (que en los 40 le publicé colaboraciones en la revista Espadayia de Le6n), su relacién epistolar con el exiliado Juan Ramén Jiménez, su apoyo a los jévenes del grupo y revista Platero de Cadiz, sus homenajes a, y didlogos con, poetas entonces malditos: Alberti, Cernuda, Celaya. Hay muchos mas ejemplos. En cuanto a la recepcién de su poesia, hay que decir que Peman pasé de ser, antes y aun después de la guerra, una especie de epfgono mal visto de algunas de las corrientes mds valiosas de la lirica vigesimosecular (el modernismo intimista, el neopopularis- mo), a ser un poeta solitario, un poeta cristiano demasiado ligado al clasicismo estético y la ortodoxia como para sintonizar con la poesia de posguerra. José Enrique Salcedo Mendoza lo considera afin a la teligiosidad de José Marfa Valverde y en cierto modo préximo al purismo de Guillén, del que le separa el fondo confesional. Silenciado en general de forma sistemdatica por los sectores intelectuales progresistas, contestatarios y artisticamente innovado- tes, Pemdn fue sin embargo apreciado humanamente por quienes fueron testigos (y beneficiarios) de su bonhomia y su generosidad. 28 BIBLIOTECA PEMAN Esto se echa de ver, por ejemplo, en la insobornable gratitud que le profes6, mas alld de su muerte, un poeta como Fernando Quifiones. En los afios 40 y 50 Peman fue un referente para muchos jévenes que empezaban a escribir en el Ambito andaluz, donde nunca se pres- cindié por completo de la busqueda de la musicalidad y la belleza: sirvan de ejemplo los casos de José Luis Tejada (1927-1988), los her- manos Antonio y Carlos Murciano (nn. 1929 y 1931) o Pilar Paz Pasamar (n. 1933). Esta tiltima sigue siendo particularmente fiel no s6lo a su memoria sino a su obra Ifrica, que ha antologado primero en Poesia rediviva (1985) y después en Poesta viva (1993). La actitud de Peman desde los 60 no sélo no le sirvié para ganar simpatias entre los opositores al régimen franquista 0 entre la juventud (asi lo han testimoniado escritores tan diversos como Jaime Campmany, Francisco Umbral 0 Alfonso Ussia) sino que le granje6 el recelo, cuando no la inquina, de muchos partidarios de Franco que lo consideraron un desertor. Ahora bien, como sefiala Alvarez Chillida, hay que valorar el papel que desempefé en la transicién pacffica a la monarqufa constitucional de Juan Carlos I, a quien ayud6 a limar asperezas con su padre, Don Juan de Borbén, y de quien recibié el Toisén de Oro el 22 de mayo de 1981, muy poco antes de morir, ya derrotado por el parkinson que se le manifesté desde principios de los afios 70. Pese a la simpatfa que suscité en Pemén el espiritu idealista y contestatario de la generacién del 68, ésta no fue comprensiva con él, menos atin en su fraccién gaditana, que se propuso expresamente “despemanizar” la ciudad, desplazarlo del puesto de autoridad que ocupaba. Desde los afios 70 hasta ahora lo normal ha sido el silencio critico o el denuesto irénico hacia su figura y obra, y ello a pesar de (0 precisamente por) la adhesin popular que suscité en vida, inclu- so cuando ya nadie contaba (y no se podfa contar) con él. Ultimamente parece haberse iniciado un movimiento de recu- ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 29 peracién de Peman que quizé tenga su raz6n de ser en posturas neo- conservadoras y/o confesionales. Sin embargo, el paso del tiempo ha propiciado un acercamiento a su figura y obra mucho més obje- livo y equitativo: pienso en las tesis doctorales del historiador Gonzalo Alvarez Chillida y del filélogo José Enrique Salcedo Mendoza, ambas de los afios 90. En cuanto a esta antologia, me ha guiado un criterio estético. Cuando José Joaquin de Le6n, director de Diario de Cadiz, me pro- puso hacer una seleccién de la copiosa obra pemaniana, acepté su ofrecimiento (respaldado por la familia Peman) con la pretensién de ofrecer al lector (un lector que imagino bdsicamente andaluz) una seleecién de lo que estimo que, dentro de la produccién de Pemén, conserva su belleza y su gracia y puede despertar nuestro interés. l’sto me ha levado a escoger sus dos mejores poemarios integros (El hurrio de Santa Cruz (Itinerario poético) y Sefiorita del mar (Itinerario léri- co de Cadiz). Del resto de su produccién he privilegiado lo (neo) popular, lo clasicista, lo intimista, lo familiar y algunos poemas religiosos, para cerrar el conjunto con los ya comentados “In memo- riam’” y “Testamento”. Es una seleccién que ha querido operar a favor (y no en contra) del poeta. En sus mejores momentos Pemén logra transmitir una sensa- cién de autenticidad serena (en la poesia religiosa, familiar y de amistad), de gracia elegante (en la de tema andaluz), de ingenio (en sus imitaciones y homenajes) y de arm6nica musicalidad, aunque su principal defecto (eludido en esta seleccién) es una tendencia a la amplificaci6n innecesaria que puede llegar a diluir la emocién. El mismo fue muy consciente de los riesgos de su “facilidad’”, como se echa a ver en su Confesién general. En general, es evidente que en la poesia de Peman juegan un destacado papel la memoria y el oido. Posefa una gran facilidad para versificar y para improvisar sobre moldes tradicionales cultos y populares, y también para imitar esti- 30 BIBLIOTECA PEMAN los ajenos. En sus Obras completas hallamos poemas en homenaje a otros poetas donde se asimila a ellos, y en el estudio que dedicé Manuel Ramos Ortega a la revista Platero encontramos un intere- santisimo ntimero apécrifo escrito integramente por Peman con poemas donde remeda no slo a algunos “plateros” sino también a Vicente Aleixandre. Esta faceta musical, emuladora y Itidica le apro- xima a otro poeta de su mismo Ambito geografico y generacional, Rafael Alberti, que viene a ser en tantos aspectos su contrafigura. En cuanto al orden, pongo primero los dos libros tal como aparecieron en sus primeras ediciones, y va después la antologia de poemas varios. Estos los he ordenado segtin su fecha de aparicién en libro (que no coincide a veces con las reordenaciones de los volt- menes de las Obras completas), con la salvedad del “Testamento”, que pongo al final por decoro poético, aunque sea anterior a “In memo- riam”. No he encontrado variantes en los libros de Peman, y me he limitado a actualizar la ortografia (especialmente la acentuacién —Peman acenttia los monosilabos— y algunos nombres extranjeros incorrectamente transcritos), y a enmendar algun lefsmo o laismo (que no sabemos si se debe a Pemdn, a sus secretarios 0 a la impren- ta). En algtin caso muy puntual nos hemos atrevido a corregir lo que estimamos errata por dictamen del sentido comdn (algin “azar” que en su contexto debe ser “azahar’). He disfrutado confeccionando este libro. Aunque los derro- teros poéticos del XX hayan sido otros, creo que en los vastos cam- pos de la poesfa también hay sitio para la belleza cldsica y popular, la misica, la gracia, la ternura, el amor y el afan de contribuir a la felicidad ajena con un poco de imaginacién y de esperanza. ANA Soria PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER (Universidad de Cadiz) ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER _s BIBLIOGRAFIA LIBROS DE POESIA DE JOSE MAR{A PEMAN De la vida sencilla, Madrid, V. y H. Sanz Calleja, 1923. Prologo de F. Rodriguez Marin. Nuevas poestas. (Segunda parte de “De Ia vida sencilla”), Madrid, Ed. Voluntad, 1925. A la rueda, rueda... (Cancionero), Madrid, Compaiiia Iberoamericana de Publicaciones, 1929. El barrio de Santa Cruz (Itinerario poético), Jerez, Nueva Litografia Jerezana, 1931. Prélogo de S. y J. Alvarez Quintero. Dibujos y xilografias de Teodoro N. Miciano. .gfa de In tradicién de Espaita, Cadiz, Tip. Manuel Cerén, 1931. Luego como suplemento n.° 2.064 de La Informacién (Madrid), domingo 8 de noviembre de 1931 (2.’ edicién). También otra reedicién en Madrid, Grafica Universal, 1933. Sefiorita del mar (Itinerario lirico de Cadiz), Madrid, Sdez, Hermanos, 1934. Dibujos de Gener. Prélogo del autor. Poesta (1923-1937), Valladolid, Santarén, 1937. Poema de la Bestia y el Angel, Pamplona, Jerarquia, 1938. Dibujos de C. Saenz de Tejada. Por Dios, por la Patria y el Rey, Madrid, Ediciones Espafiolas, 1940. Poesta Sacra, Madrid, Escelicer, 1940. Poesta. Antologia (1917 a 1941), Buenos Aires-Madrid, Escelicer, 1941. Las musas y las horas (Antologia poética), Madrid, Aguilar, 1945. Las flores del bien, Barcelona, Montaner y Sim6n, 1946. Obras completas, I. Poesta, Madrid-Buenos Aires-Cadiz, Escelicer, 1947, Ed. Jorge Villén. Se abre con la primera parte de la “Confesién General” auto- biografica del autor. Antologta de poesta Itrica, Madrid, Espasa Calpe, 1954. Poesias selectas, Madrid, Escelicer, 1960. Sus mejores poesias, Barcelona, Bruguera, 1960, Ed. Torcuato Miguel. Antologia poética, Salamanca, Anaya, 1963, Ed. e “Introducci6n” del autor. 32 ___ BIBLIOTECA PEMAN Obras completas, VI. Misceldnea I, Madrid, Escelicer, 1964, Ed. Jorge Villén. Pensamientos poéticos, Madrid, Escuelas Profesionales “Sagrado Coraz6n de jestis”, 1964. Obras completas, VII. Misceldnea Il, Madrid, Escelicer, 1965, Ed. Jorge Villén. Canto a la Eucaristia, Madrid, Escelicer, 1967. Homenaje a José Maria Pemdn, Madrid, Librerfa Epesa, 1968. Contiene dis- curso de agradecimiento de JMP y, como colofén, su poema “Testamento”. Obras selectas, Barcelona, AHR, 1971. Prélogo de Emilio Gascé Contell. In memoriam (1971), ed. privada, 1972. Obras selectas, inéditas y vedadas, II. Poesia, Barcelona, Dopesa, 1972. Prélogo de Manuel Machado. Poesia redivioa, Cédiz, Caja de Ahorros de Cédiz, 1985, Ed. y prélogo de Pilar Paz Pasamar. Poesia viva, CAdiz, Diario de Cadiz, 1993, Ed. y prélogo de Pilar Paz Pasamar. Obras de José Maria Pemdn, Madrid, Edibesa, 1997-1998, 17 vols. Ed. José Antonio Martinez Puche. Contienen poesfa los vols. V, XIV y XVL Poesia esencial, Granada, Impr. Comercial Motril, 2002, Ed. y estudio preli- minar de José Enrique Salcedo Mendoza. NOTA: Son muchos los optisculos poéticos de Pemén, y las ediciones pri- vadas de poemas sueltos para su familia y amigos (con ocasi6n de las Navidades, un homenaje, la celebracién de la primera misa de un sacer- dote, etc.) Prescindo de ellas salvo en el caso de sus poemas “Testamento” e “In memoriam’. BIBLIOGRAFIA SELECTA SOBRE JOSE MAR{A PEMAN (GENERAL Y POETICA) AAVV: Cuadernos de Literatura Contempordnea (CSIC), n° 8, 1943. AAVV: Caracola (Mélaga), n° 200-204, 1969. Colaboraciones de Vicente Aleixandre, Damaso Alonso, Camilo José Cela, Gerardo Diego, Luis Jiménez Martos, ete. ANA SOFIA PEREZ-BUSTAMANTE MOURIER 33 AAVV: En torno a Pemén, Cadiz, Diputacién, 1974. AAVV: Homenaje a José Marfa Pemdn, Ceuta, Instituto de Estudios Ceutfes, 1974. AAVV: Andana, Cadiz, Diputacién Provincial, n° 3, agosto de 1985. AAVV: Suplemento “Centenario de José Maria Peman”, Diario de Cidiz, 8 de mayo de 1997. AAVV: ABC literario (Madrid), n° 288, 9 de mayo de 1997. 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Vol. IV Teatro, |. El divino impaciente, Cuando las cortes de Cadiz, Julieta y Romeo, Los tres etcéteras de don Simén y La viudita naviera. Vol. V Teatro, Il, Antigona, Electra y Edipo. Vol. VI Articulos. Mis mejores articulos. Vol. VII Memoria, Il. Mis almuerzos con gente importante. Vol. VIII Memorias, Ill. Mis encuentros con Franco. GRUPOJOLY Con la colaboraci6én de CAJA\SAN FERNANDO obra social 788488. 837622)>

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