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ADORMIDERAS SOBRE EL SEPULCRO DEL SR. DR. DN. BENIGNO MALO TAMARIZ CUENCA—ECUADOR 1932 63 Imp. pet CLERO aveNT ARI Ne EI Sr. Dr. Dn. Benigno Malo Tamariz + el 29 de Marzo de 1932, anantial de aguas dulces y transparentes, brotado de las raices de dos frondosos saéndalos: manantial cuyas linfas fecundan vasto y herboso pensi Tal imaginamos el digno disefio del blasén herdldico de familia, que habia de perpetuar la memoria del ilustre doctor don Benigno Malo Tamariz. Los frondosos sandalos representan al pré- cer ecuatoriano, sefior doctor don Benigno Malo Valdi- vieso, y a la prez del estrado azuayo, la matrona se- fiora dofia Ana Tamariz Garcia: cepa ilustre de aquel manantial. El pensil, emblema del Azuay, fecundado por aquellas aguas, ostenta su ganalura, por la virtualidad de aquel manantial, que simboliza las energias inte- lectuales y morales del eximio varén, doctor Malo Ta- mariz. Fue en la sexta década del pasado siglo, cuando se condens6 la mas rica constelacién de astros a- ist zuayos: la constelacién de los Aguirre, Proafio y Ma- tovelle, de los Cérdova, Moreno y Vazquez, de los Crespo Toral, Arizagas y Arriagas. A la par de a- quellos soles, comenz6 también a fulgir, para giorifi- car nuestra Patria, el predestinado nifio Benigno Ma- lo Tamariz. Desde entonces inicié su evolucién inte- lectual, moral y social, irradiando hacia sus compa- triotas los fulgores de su virtualidad. * ers Le vimos, en sus auroras, comenzando a cir- cundarse con su flamigera cabellera: eran los triunfos en la escuela y en el hogar: alumno sobresaliente en- tre talentosos compafieros, hijo modelo entre herma- nos virtuosos... Luego esa fulgente cabellera desaté sus crehen- chas, en el colegio y en la universidad. La van- guardia estudiantil, en despejos, escarceos y certéme- nes de colegio, sumaba, entre sus paladines, al joven Malo Tamariz. Las gestas literarias y las floridas ve- ladas religiosas de las aulas, contaban siempre con los ritmos de la pluma y de la declamacién del joven Malo Tamariz. Con razén, sobre el pecho del joven, fulgian sus satélites de condecoraciones, las estrellitas de sus premios, en los dias en queel magisterio escolar dis- cernia recompensas a la juventud estudiosa y mo- ral. Cercano a su apogeo, el astro intensificé sus calorias, en la Universidad y en el Liceo de la Ju- po

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