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Llegaron al hotel, y Franz encontr all a una chica de su misma edad que se
llamaba Selma. Ella inmediatamente se sinti atrada por aquel chico solitario que
pareca muy inteligente, l se fij en ella. El verano era largo. Los adultos
intensificaron la vigilancia, haba entrado el demonio en accin: una muchacha.
Por fin, -nos relata Reiner Stach- bigrafo de Kafka: Selma y Franz se pusieron
de acuerdo en escaparse entrada la noche, cuando todos dorman, al amplio
jardn, donde, al pie de una colina, haba un banco con vistas a la curva de
Moldava, resplandeciente a la luz de luna. Tambin haba un bosquecillo, lo
bastante alejado de todas las edificaciones, y all, al borde de un claro, fue donde
Franz, armado con una vela, sac del bolsillo el Zaratustra de Nietzsche y empez
a leer en voz alta lo que durante el da haba estado declamando para sus
adentros.
Lo que s nos qued, fueron unas palabras que escribi Franz en el lbum de
Selma como despedida, palabras que nos llegan cien aos despus y que valen
oro, para los que amamos a Nietzsche, para los que amamos a Kafka, y que
justifican, o mejor dicho, que salvan este fracaso de no lograr escribir un cuento
hoy:
Porque las palabras son malos alpinistas y malos montaeros. No alcanzan los
tesoros de las cumbres ni los tesoros de las profundidades.
Pero hay un pensamiento vivo que recorre, suave, todos los valores del recuerdo
como con una mano acariciante. Y cuando de esa ceniza se alza la llama, ardiente
y clida, fuerte y poderosa, y t la miras como hechizada, entonces
Pero no se puede escribir este casto recuerdo con mano torpe y toscas
herramientas, slo puede hacerse en estas blancas pginas carentes de
exigencias. Y lo hice el 4 de septiembre de 1900.
Franz Kafka
Pero, no logro pasar del formato racional del ensayo, no logro superar la resea
acadmica, no logro pasar de la razn a la belleza, de los argumentos a la
literatura. Me he tirado la posible historia pasional de Selma y Franz por no saber
inventar, no logro rozar siquiera la narracin fantstica de Kafka y de Rulfo, y
sigo escribiendo como un historiador, como un docto y no como un literato. Y
reconozco esta frustracin el 17 de mayo de 2017.