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Moniciones XIX Domingo del Tiempo

Ordinario Ciclo A (13 de agosto de 2017)

MONICIN DE ENTRADA

Con la ms cordial bienvenida para todos ustedes, presentes ya en


este lugar santo, nos disponemos a celebrar la Santa Misa
correspondiente al XIX domingo del tiempo ordinario.

Este da la liturgia nos invita a saber reconocer a Dios an en medio


de la turbulencia, con una fe firme, que no se deje quebrantar por
las dificultades de la vida.

Pidiendo a Dios que se nos manifieste hoy, comencemos esta


celebracin con el canto de entrada. De pie...

Primera lectura (1 Reyes 19, 9a. 11-13a)

En su huida, por la persecucin a muerte de la Reina Jetzabel,


despus de haber dejado en evidencia y mandar castigar delante de
todo el pueblo a los ms de cuatrocientos profetas y sacerdotes del
dios falso Baal, el profeta Elas se refugia en la cueva de una roca
del Monte Horeb. Ah Dios se le manifiesta en una suave brisa.

Salmo responsorial (Salmo 84)

El salmo 84 nos habla tambin de un Dios lleno de paz y


misericordia. Nos unimos al salmista respondiendo:

Segunda lectura (romanos 9, 1-5)

Pablo escribe hoy como judo con la mayor tristeza porque su


pueblo -el pueblo de las promesas- no ha recibido al Prometido en
las promesas y teme que este rechazo les separe definitivamente
de Dios.
Evangelio (Mateo 14, 22-33)

El Evangelio de San Mateo nos relata hoy aquel acontecimiento en


que la fe de los discpulos es puesta a prueba por las olas que
zarandean la barca durante la noche, sin la presencia de Jess que
se haba quedado orando en el monte
ORACIN DE LOS FIELES

Por el Papa, obispos y sacerdotes, para que sigan haciendo


presente al Dios vivo en medio de la Iglesia. Oremos.

Por los que rigen los destinos de las naciones, para que sigan
luchando por llevar soluciones a los problemas que oprimen a los
pueblos. Oremos.

Por los que sufren y sienten que Dios no est presente en su dolor,
para que el auxilio divino reavive en ellos su fe en este da.
Oremos.

Por quienes compartimos este banquete y nos hemos alimentado


del pan de su Palabra, para que la calma y la paz reine en nuestros
corazones an en medio de la tempestad. Oremos.

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