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AFECTIVIDAD, COGNICION Y CONDUCTA SOCIAL Dario PAEZ ROVIRA y Andrés J. CARBONERO MAR! EZ Departamento de Psicologia Social. Universidad del Pais Vaseo Este articulo revisa los modelos psicol6givosociales actuales de la rel vided, wgnicion y conduy directa (Schwartz et al.) ka ate la informa les, son los modelos examinados, La discusi nos evan a ot ectividad como informacidn indireeta (Bower et al.), la afectividad come infor s expecitieas de las emociones. jacigin entre ae a social. La algctividad como una clave interna 0 el modelo de ividacl como un determinante del estilo de provesamiento de Sn (Fiedler et al.) y Ia afectividad como un aspecto de los procesos motivaciona- n te6rica y los resultados de ir que Tos modelos may heuris As Investigaciones. cos Son los no proposicionales y que pln: Palabras clave: Modclos: Afectividud; Congnicién; Conducta social Affect. cognition and social behaviour, This article reviews current sociopsychologival models on affect, cognition and social behaviour, Affect as an nal cue oF indi i informative model (Bower ct al.), affect as information o direct informative model (Schwartz et al) affect as a determinant oF the and affect nked 10 motivational processes. results obtained from differ are non propositional and affirm the specifi fun style of information process (Fiedler et al.) heoretical discussions and the review of the ent studies allow us to conclude that the more heuristical models, ions of emotions. Key words: Models; Affect, Cognition; Social behavior. Los estudios sobre Cognicién y Afecti- vidad han estado mareados por el debate sobre la prioridad de un sistema sobre el otro y en Giltima instancia sobre la disocia- cién entre ambos. de la Psicologia Cognitiva, los fenémenos afectivos quedaron en segundo término den- ro del campo de estudio de la Psicologia Cientifica mantenigndose intactos 0 bien los modelos explicativos chisicos de la primera mitad de siglo (Lewin, Allport, Eysenck, etc.) 0 bien el modelo freudiano. S: bargo, en los 60 resurge el inte por su estudio (Schachter y Singer, 1962: Arnold, 1945; Tomkins, 1962): asi, por ejemplo, Schachter y Singer (1962) conside- Tras el desarrollo y auge Psicothema, 1999, vol. 5. Suplomonto, 133-150 ISSN 0214-9915 CODEN PSOTEG raron el sistema emocional como una conse- cuencia de lo cognitivo. Finalmente, con el debate mantenido entre Lazarus (1982) y Zajone (1980, 1984), se plantea el tema de la disociacién, considerando que una apro- ximacién cognitiva tradicional no puede abordar el estudio de to emocional ya que los criterios y vocabulario empleados para lo cognitive no son validos para entrar en el campo de las emociones. La solucién de Za- jonc ha sido considerar el sistema emocional como radicalmente diferente del sistema cognitivo, mientras que para Lazarus aquel es un sistema cognitivo, pero diferente de os sistemas cognitivos comunes. En ese marco de relaciones entre ambos sistemas, ha tomado cuerpo el estu- 133 DARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J. CARBONERO MARTINEZ, dio de la influencia de la afectividad sobre el pensamiento, el juicio, la percepeién y la conducta social, constituyendo todo ello un area de desarrollo importante de la psicolo- gia social actual, En este articulo presenta- remos el estado de la cuestién sobre dicha influencia en la cognicién y ta conducta so- cial, los diferentes modelos explicativos que se han postulado y sus limitaciones, Siempre que sea posible presentaremos datos experi- mentales 0 correlacionales de investigacio- nes realizadas en nuestro contexto. DEFINICION DE LA AFECTIVIDAD Rimé (1989) sefiala tres niveles en los fendémenos afectivos: (a) Procesos motiva cionales o basicos, estén marcados por ele- mentos hereditarios; se hace referencia a los. objetivos, a los planes que el sujeto humano tiene y que lo disponen a un estado de pre- paracién, o tendencias de accién, para inter- pretar la informacién exterior de modo que si encuentra condiciones que faciliten la consecucién de sus objetivos se produciran las emociones positivas 0, si por el contra- rio son condiciones que lo impiden, se pro- duciran, las emociones negativas. (b) Pro- cesos asociatives 0 condicionales que re- presentan a aquellas reacciones emociona- les que no se hallan presentes en el mo- mento del nacimiento, sino que se desarro- Han mediante procesos de condiciona miento clasico. ¥ (c) Procesos esqueméti- cos o de nivel superior; los estudios al re: pecto indican que toda experiencia emocio- nal da lugar a una elaboracién de un es- quema cognitive que se configura como una representacién en la memoria de las condiciones en que tuvo lugar el episodio, cuando se repite éste varias veces se genera un esquema general denominado prototipo, es decir, un conjunto de elementos informa- cionales organizados que comprenden di- mensiones fisiolégicas, motrices, expre- faciales, subjetivas, etc., se puede en- 134, trar en el conjunto de la red por cualquiera de las entradas (Leventhal, 1980, 1982, 1984; Lang, 1979, 1984. 1988: Bower, 1981, 1987, 1991) En este articulo nos referiremos a la afectividad como concepto que engloba al estado de dinimo, a las emociones y a las evaluaciones afectivas. Por estados de dinimo se definen las tonalidades afectivas generales que caracterizan un periodo p coldgico: algunos tedricos los consideran como estados afectivos de baja intensidad y relativamente resistentes, con causas an- tecedentes no inmediatamente salientes, y por lo tanto, con escaso contenido cogni- tivo; es decir, no tienen una sola causa es- pecifica y actuan de forma difusa y de ma- nera persistente en el tiempo, Una emocién se asocia a la evaluacién de una situacion y causa especifica, y se caracteriza por una menor duracién temporal y una mayor in tensidad afectiva que los estados de animo, asi como por una tendencia de accion y efectos focalizados en la cognicién, ademas de tener un contenido cognitivo claro. Tanto los estados de dnimo como las emo- a funcién informativa: le ciones cumplen w indican al organismo como esté y como se relaciona con el medio, cumpliendo el fin de orientar la reaccién. Pero mientras los estados de dnimo funcionan como un “input” positivo 0 negativo inespecifico y general que puede ser fécilmemte mal atri- buido a una causa incorrecta; las emocio- nes tendrfan funciones de sefial mas espe ficas en relaci6n a situaciones ambientales particulares, orientando al organismo hacia un curso de accién especifico (Fiske y Tay- lor, 1991; Forgas, 1991). Finalmente, la evaluacién afectiva es cl juicio agradable-desagradable que se re- aliza sobre objetos sociales, que es estable y que se se puede recuperar de forma “fria de la memoria. La evaluacién placentera- displacentera es el componente central de las actitudes, concebidas como fenémeno Poicothema, 1993 AFECTIVIDAD. COGNIGION Y CONDUCTA SOCIAL afectivo (Fiske y Taylor, 1991; véase en cas- tellano Valencia, Péez y Echebarrfa, 1989). Nuestro articulo se centrard en la in~ fluencia del estado de dnimo sobre la cogni- cién y la conducta social. Sintetizaremos tanto las investigaciones experimentales que inducen cambios de estado de énimo, ones de campo, de gru- como las investigac pos no equivalentes, que examinan la in- fluencia de la variabilidad natural de la afectividad. AFECTIVIDAD, CONDUCTA Y JUICIO SOCIAL Un aspecto de gran interés para el co- miento de las relaciones entre Cogni- cidn y Emocién, es el estudio del modo como los diferentes estados de animo in- fluencian nuestras percepciones y juicios sociales, y en definitiva, nuestra conducta social, con la considerable relevancia préc- tica del tema (conducta interpersonal, vida laboral, salud mental). La investigacién ge- nerada en este ambito es generalmente de tipo experimental y el estado de énimo se induce a partir de manipulaciones sencillas y minimas (recibir un regalo, recordar un hecho autobiogrifico positivo o negativo, inducir éxito o fracaso en una tarea). Hay noc que decir que las investigaciones sobre la relacion entre estado de énimo y cognicién analizan los efectos de la “afectividad posi- tiva”, en el sentido de elacisn-alegria, ver sus la “negativa” o baja afectividad posi- tiva, en el sentido de disforia-tristeza, y no de afectividad negativa estrictamente en el sentido de alta ansiedad, presencia de tigos” y de estrés, Empiricamente, se ha encontrado que los estados de dnimo positive: (1) Facili- tan el aprendizaje y la ejecucién. (2) Faci- litan el auto-control y el diferir recompen- sas. (3) Aumentan el auto-refuerze (4) Aumentan las respuestas altruistas y de generosidad. (5) Influencian positiva- as. Peicothema, 1993 mente la percepcién y el recuerdo, inclu- yendo la autopercepcisn. (6) Aumentan la sociabilidad y el contacto social. Y (7) Fa- cilitan la persuasion, Los estados de finimo negativo, tienen un efecto inverso, exceptuando que en ciertas condiciones aumentan las conductas altruistas (por ejemplo, si la emocién negativa es la cul pabilidad) y también aumentan el auto-re- fuerzo (Valencia, Péez y Echevarria, 1989; Fiske y Taylor, 1991). Como ejemplo de estos procesos, se- Aalemos que Schwarz (1990) encontré que comparando sujetos en un estado de animo neutro v.s. un buen estado de animo (por ejemplo, a los que se les interrogaba des- pués de que ganara el equipo local en una competencia deportiva o después de que se les daba un pequeito regalo, 0 los que res- pondian en un dia soleado), estos tiltimos evaluaban su vida como mis satisfactori Forgas y Moylan (1987) encontraron que las personas que habian asistido a peliculas alegres, emitian juicios socio-politicos més optimistas que las personas que habjan asis- tido a peliculas tristes, agresivas 0 que un grupo control de espectadores de cada uno de los tres tipos de peliculas, entrevistados antes de entrar el cine. Hay que indicar que Jas personas que vieron peliculas tristes 0 agresivas no emitian juicios mas pesimistas que las personas que atin no habian visto ninguna pelicula, Esta asimetria, entre la in- fluencia del estado de animo positive que eva a ver todo mejor, y la ausencia de efecto del estado de dnimo negativo, se en- cuentra normalmente con otras formas de induccién de estado de dnimo. En una in- vestigacién de validacién de la versi6n cas- tellana del Velten, realizada en nuestro De- partamento, se confirmé que los sujetos en un estado de dnimo positivo tenian una per- cepcisn estimada del riesgo de contraer en- fermadades cardiovasculares, SIDA y cén- cer menor que bajo un estado de énimo ne- gativo (Paez et al., 1989). DARIO PAEZ ROVIRA ¥ ANDRES J. CARRONERO MARTINEZ APECTIVIDAD, MEMORIA Y COGNICION SOCIAL La influencia de la activacién emo nal en un amplio rango de procesos cognit vos, y en particular sobre la memoria, 0- como la tendencia a la recuperacién y reac- tivacién del estado de dnimo positivo, se ha convertido en un “t6pico” popular de la psi cologia cognitiva. Por ejemplo. los sujetos con buen estado de animo, producen res- puesta Jes. como asociaciones de palabras mis s 0 reacciones mas diversas y menos us innovadoras, 0 como clasificar como miem- bro de una categoria a ejemplares poco pro- totipicos (por ejemplo dicen que bastén es un buen ejemplo de la categoria ropa). En algunos estudios experimentales el procedi miento estandar consiste en inducir un es- tado de estado de dnimo en los sujetos para poder analizar su efecto sobre los procesos cognitivos (Blaney, 1986: Bower, 1981; Bower, Gilligan, y Monteiro, 1981; Bower, Monteiro, y Gilligan, 1978; Clark y Fiske, 1982; den Uyl y Frijda. 1984; Teasdale y Russell, 1983; Teasdale y Taylor, 1981: Haaga, 1989; Perrig, y Perrig, 1988). Los estudios relativos a los efectos del estado de dn formado sobre dos clases de efectos: (1) Memoria dependiente del estado de dnimo no sobre la memoria han in- o Retencién estado dependiente (mood- state-dependent retention”, MSDR). La me- moria dependiente del estado de animo se refiere al hecho que lo que uno recuerda en un estado de animo es determinado por lo que uno aprendié o lo que percibié en ese mismo estado de dnimo, al margen de la to- nalidad del estimulo. Por ejemplo, si yo es- cucho misica alegre en un momento de tris- probable que recucrde esa misma misica cuando nuevamente este triste —al margen de que la tonalidad del estimulo sea congruente 0 no con el estado teza, es mé de énimo— es por ello que el recuerdo es mis alto cuando el estado de énimo coin- 136 cide en las fases de aprendizaje y de re- cuerdo (Bower et al. 1978; Haaga, 1989). Bower et al. (1978), basiindose en diversos trabajos de los (e6ricos del aprendizaje que habian encontrado que la retencién era mejor cuando el entrenamiento y la situa cidn de prueba ocurrfan bajo el mismo “es- tado biolégico interno”, plantearon que el estado de dnimo en el que se encuentra una persona podria servir de contexto distintivo para almacenar y recordar informaciones especiticas. El nticleo de esta hipstesis era dilucidar que si la memoria es superior cuando el estado de snimo es el mismo du- rante el entrenamiento y [a prueba, entonces si cambia sustancialmente el estado interno del sujeto entre ambos momentos, el sujeto encontrara dificultad para recordar los eventos. Asi, Bower (1981) sefiala que las en un determinado es- tado son accesibles principalmente en ese estado, pero estardn disociadas o no dispo- nibles para cl recuerdo en el estado alterna- tivo. El punto central de este fenémeno seria, entonees, que lo que uno recuerda du- rante un estado de animo estard determi- nado en una porcién importante por lo que ha aprendido cuando previamente ha estado hajo ese mismo estado de énimo; la valen- cia afectiva del material recordado es, para este efecto, irrelevante, si bien es preciso seflalar que nuevos hallazgos de Bower y Mayer (1985) han cuestionado la fiabilidad de los estudios referentes a este efecto. (2) sfecto de congruencia con el estado de dnimo (“mood-congruity effect", MCE). Las revisiones meta-analiticas realizadas han confirmado que se produce un fend- meno de congruencia entre el estado de Animo y la memoria de estimulos cargados afectivamente. Se denomina memoria con- gruente con el estado de dnimo al hecho que los estimulos de una tonalidad afectiva (por ejemplo de tristeza o bajo estado de 4nimo positivo) es mas probable que se re- cuerde cuando se esta en un estado de memorias adquiti Psicothema, 1993 AFECTIVIOAD, COGNICION ¥ CONDUCTA SOCIAL inimo de la misma tonalidad (por ejemplo, deprimido). Este efecto se manifiesta por la facilitacién del procesamiento de la infor- macién cuando la valencia afectiva del ma- terial es congruente con el estado de dinimo del sujeto, es decir, recordamos mejor aque- Hos contenidos consistentes 0 congruentes con nuestro estado emocional; este efecto. que comentamos ha sido demostrado tanto en tareas de aprendizaje como en tareas de produccion (Bower y Gilligan, 1979; Clark, Milberg, y Ross, 1983; Perrig y Perrig, 1988). Blaney (1986) indica que algunos materiales, en virtud de la valencia afectiva de su contenido, sera mas probable que sean almacenados y/o recordados cuando dicha valencia sea congruente con el estado de dnimo del sujeto: en este fenémeno, la concordancia entre el estado de éinimo du- rante el aprendizaje y el estado de dnimo en el recuerdo no serfa necesaria ni relevante, Bower (1981) indica que estos efectos apa- recen en varios campos del funcionamiento cognitivo, asi se manifiestan en los proce- sos de atencién selectiva, de percepcién so- cial, en las “fantasias” ¢ interpretacién de escenas ambigiias, en los juicios respecto de objetos o personajes familiares, en la proba- bilidad subjetiva de ocurrencia de eventos futuros y en los juicios sobre acciones inter- personales (Acosta, 1990), Pero el trabajo principal de Bower ha estado dirigido a comprobar este efecto en tareas de aprendi- zaje, de manera que hipotetiza que el estado de animo juega un papel de filtro selectivo en el aprendizaje y por ello el material con- gruente con el estado de dnimo resulta ser més interesante para el sujeto, mas saliente, més profundamente procesado y finalmente mejor aprendido. Los sujetos “normales” recuerdan mas los estimulos positivos presentados (una tasa de recuerdo media superior del 6-8%). Los sujetos clinicamente deprimidos re- cuerdan mas informacién negativa (tasa de recuerdo superior del 10%). Los sujetos que Psicothoma, 1993, se encuentran en un bajo estado de animo. pero, no clinicamente deprimidos, presentan un recuerdo equilibrado, Los sujetos en los que se induce experimentalmente un bajo estado de dnimo 0 un alto estado de énimo positivo también presentan un recuerdo congruente, aunque con menor fuerza. Los sujetos deprimidos experimentalmente re- cuerdan una tasa superior de 6% de estimu- los negativos y los sujetos en los que indujo alegria muestran una tasa superior de 4% de recuerdo de estimulos positives (Matt, Vas- quez y Campbell, 1992). Aunque las revi- siones narrativas de las investigaciones con- cuerdan en que el recuerdo y el aprendizaje dependiente del estado son fenémenos poco frecuentes y dificiles de conseguir, la revi- si6n meta-analitica de Ucros (1989) con- firma que este efecto se produce de forma moderada y asimétrica, El efecto de depen- dencia es mas fuerte para el estado de Gnimo positivo y mas débil para el estado de dnimo negative. ASIMETRIA POSITIVO-NEGATIVO EN AFECTIVIDAD Y COGNICION SOCIAL Las investigaciones sobre la relacién entre estado de dnimo y cognicién indican que los efectos de la afectividad positiva y negativa (recordemos que en el sentido de disforia-tristeza y no de afectividad nega- tiva estrictamente) son asimétricos: el es- tado de dnimo positive refuerza la positivi- dad congruente del pensamiento, mientras que el estado de animo negativo disminuye la positividad, pero, no aumenta congruen- temente la negatividad. En otros términos estas investigaciones muestran ademés que la influencia del estado de animo negativo en los procesos cognitivos (recuerdo, juicio, etc.) es menos fuerte que la de los estados de dnimo positivos. Estos resultados apor- tan nueva informacién en favor de la asime- Iria negativo-positivo. En diferentes dreas de respuesta se constata un sesgo de positi- 137 DARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J CARBONERO MARTINEZ: vidad: la gente tiende a realizar més asocia- ciones positivas, a recordar mas hechos po- sitivos, etc, Los sujetos “normales”, en ge- neral, tienden no sélo a recordar mas los hechos positivos: también tienden a perci- bir, a asociar, a realizar evaluaciones y a formular predicciones positivas (Leventhal y Tomarken, 1986). Por el contrario, ante la recepeién de informacién, se constata un sesgo de nega- tividad: la informacién negativa es mas in- fluyente que la positiva para la realizacién de juicios, a igual intensidad y novedad. La informacién negativa, en mayor medida que la positiva de similares caracteristicas, pro- duce un mayor impacto emocional, activa un procesamiento de la informacién may’ se estructura mas y tiene un mayor impacto en las conductas de aproximacién-escape (Lewicka, Czapinski y Peeters,1992). Nuestras investigaciones sobre repre- sentaciones prototipicas, afectividad ¢ in- tencidn de conducta ante el Sida (Blanco, Paez, Penin, Romo y Sanchez, 1993) con- firman la idea que los aspectos negativos del estimulo (creencia en la controlabilidad y responsabilidad de la adquisici6n de la enfermedad) estaban mas asociados y mejor estructurados con las emociones negativas (enfado) y con las conductas de escape (dis- tancia social). Esto no ocurria entre los as- pectos positivos (no responsabilidad, poco control), las emociones positivas (compa- sién) y las conductas de aproximacién. EXPLICACIONES DE LA INFLUENCIA DE LA AFECTIVIDAD SOBRE LA COGNICION Y LA CONDUCTA SOCIAL Las caracteristicas comunes de las te- orias actuales sobre las relaciones entre afectos, cognicién y conducta social son, por una parte, y en oposicién al punto de vista tradicional, que los estados afectivos se incorporan como componentes de un sis- 138) tema de procesamiento y recuperacién de la informacién: y por otra, el caracter ecléctico, integrativo y complementario de las diversas corrientes. Podemos distinguir cinco explicaciones basicas de la influencia de la afectividad sobre la cognicién y la condueta social: (1) Modelos de almacena- miento y recuperacién basados en las inves- tigaciones cognitivas sobre los procesos de la memoria —“affect-priming models"— (Bower, 1981, 1983: Isen, 1984); la afecti- vidad se concibe como un indicador o fac- tor que facilita indirectamente el tipo de in- formacién que se procesa (se recuerda, se atiende o se interpreta) preferentemente. (2) Modelos heuristicos de juicio o atribuciona les —“affect-as-information model”"—; la afectividad se toma como fuente de infor macion que influencia directamente latoma de decision y el juicio (Schwarz y Clore, 1983, 1988; Schwarz y Bless, 1991). (3) Modelos centrados en las estrategias de procesamiento y en las variables de la capa- cidad de procesamiento; la afectividad in- fluencia el estilo de organi widn de la in- formacidn (el cémo se procesa la informa- cidn), el estilo de respuesta o de accién ge- nérica de respuesta (Clark y Isen, 1982; Fiedler, 1991), (4) La afectividad al activar cierta informacién consume “espacio de memoria” y limita la capacidad de procesa- miento del organismo. Y (5) modelos moti- vacionales, que sostienen que los efectos de la afectividad sobre la cognicién se deben a razones motivacionales, y no cognitivas, de defensa de la auto-estima, y en general del sistema del self, Los Modelos de Preactivacion y accesibili- dad de la Afectividad El primer modelo de procesamiento de la informacién aplicado a la afectividad, que traté de dar cuenta de los resultados sobre la relacidn entre afectividad, cogni cién y conducta fue el modelo de Bower de Psicothema, 1993 AFECTWIDAD. COGNICION Y CONDUCTA SOCIAL la memoria semntico-afectiva (Bower y Cohen, 1982; Gilligian y Bower, 1984), quien recurti tica de la memoria a largo plazo (Collins y Quillian, 1969; Anderson y Bower, 1973: Collins y Loftus. 1975; Anderson, 1976) para explicar los diferentes efectos de la afectividad sobre la memoria. Segiin el mo- delo propuesto por Bower Ia memoria hu- mana puede ser representada en términos de una red asociativa de conceptos semin- ticos y esquemas que es utilizada para des- cribir eventos; cada uno de éstos es repre- sentado en la memoria por un conglome- rado de proposiciones descriptivas. La z tivacién se extiende y generaliza desde un nodo a otro siguiendo los lazos asociativos existentes entre ellos. Pero la asuncién mas relevante de Bower (1981) es que cada emocién tal como alegria, depresioa o miedo, tiene un nodo especifico en la me- moria que recoge siempre aquellos aspec- tos de la emocién que estan conectados con ella mediante indicadores asociativos, tales como (1) las reacciones autondmicas, (2) la conducta expresiva, (3) las etiquetas verba- les y (4) las descripciones de situaciones evocadoras de la emocidn. Este nodo seri de cardcter proposicional, se estructurari por asociacién, se reforzarfa por repeticin y una vez activado, la activacién se difun- diria siguiendo los lazos 0 asociaciones (Bower 1981, 1987). Cada unidad de emo- cidn esta ademas vinculada con proposicio- nes que describen los hechos de la vida de cada uno a partir de los cuales esa emocién ha sido activada. Los nodos emocionales pueden ser ac tivados por diversos estimulos sean fisiolé- gicos 0 significados verbales simbélicos Cuando se activan por encima de un deter- minado umbral, la unidad de emocién trans- mite la excitaci6n desde aquellos nodos que producen el patrén de activacién autond- mico y la conducta expresiva comtnmente asignada a la emocién. Cada emoc| a la teoria de la red seman- Pesicothema, 1993, puede inhibir reefprocamente a otra de cua- lidad opuesta: por otra parte, si dos emocio- nes son activadas al mismo tiempo y no son mutuamente inhibidoras, entonces la impre- sin subjetiva y el patron conductual puede ser una mezcla de ambos patrones puros. La activacién de un nodo emocional, ademas, extiende la activacién a través de estructu- ras de memoria con las cuales esta aso- ciado, creando excitaciones subumbral en esos nodos de eventos, de manera que un indicio débil, que describe parcialmente un evento, puede combinarse con la activacién de una unidad emocional para conseguir que su activacién total sobrepase el umbral de conciencia. Otras caracteristicas de los nodos pro- posicionales afectivos serian los siguiente: a) algunos nodos son heredados (hay rela- ciones estructurales innatas entre elementos neurofisiolgicos y representaciones basa- das en ellos); b) hay un grado de organiza cién de la afectividad de un nivel superior al postulado por las redes asociativas: c) la relacién entre elementos en un nodo afec- tivo no se produce mecdnicamente sino por significado 0 semanticamente: “por atribu- cidn de causalidad”; d) existirian redes pro- posicionales entre nodos de emociones po- sitivas por un lado, y negativas por otro. estas redes 0 meta-nodos explicarian la di- fusién indiferenciada de la afectividad; e) los juicios sobre objetos sociales se harfan mediante una integracién de los atributos afectivos positivos y negativos, mediante una suma de elementos congruentes y me- diante la diferencia, resta o balanza entre elementos afectives positivos y negativos (vease Bower 1987; 1991 y una versin en castellano de la polémica en Echebarria y dez 1989) En su mas reciente reconceptualiza- cidn de la teoria de la red asociativa, Bower (1991) plantea que un concepto u objeto de actitud, estd unido a las proposiciones que expresan las creencias mantenidas por los 139 DARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J. CARBONERO MARTINEZ sujetos —“hechos”—, y a los nodos que re- presentan las valencias positivas o negati- vas: asimismo existen vinculos de unién di- rectos entre los “hechos” y las valencias Muchos de los “hechos”. que son aprendi- dos, son neutros, otros en cambio son posi- tivos y otros negativos, Cuando un hecho positivo es contemplado, el procesador cen- tral provoca una activacién pequefia y s multinea del nodo de la valencia positiva en el sitema emocional. Asi, cada vez que se experimenta o contempla uno de los di- versos “hechos” positives vinculados al concepto. el vinculo entre éste y el nodo de valencia positiva se vuelve cada vez mas fuerte. La misma regla de fortalecimiento de los vinculos de conexién ocurren con los hechos negativos y con las valencias nega- tivas, Cuando se le pide al sujeto que eva lic un concepto, es decir, emita un juicio, el sistema de control evaliia las diferencias en la fuerza de los vinculos mantenidos entre el concepto y las valencias positivas y ne- gativas (y que histéricamente, como hemos visto, han recogido a su vez los vinculos entre las ereencias y las valencias), siendo en definitiva un juicio de caracter alge- braico o sumario, Ello implica que el juicio sumario de la deseabilidad de un objeto per- sista a lo largo del tiempo, incluso despues de que el modelo haya olvidado porqué lo deseaba, asi como todos los acontecimien- tos detallados y fugaces que contribuyeron al sumario. El estado de animo facilitarfa la accesi- bilidad y primacia de los elementos de la y episédiea de cardcter congruente, y dirigiria la atencién hacia de- memoria semant terminados estimulos del contexto haciéndo- los salientes, favoreciendo la percepcidn ses- gada de estimulos ambiguos y facilitando la conducta congruente con los esquemas acti- vados —estas influencias se darfan tanto a nivel automitico, como consciente. Este mo- delo predice de forma uniforme, siguiendo un gradiente de similitud semantica, un 140 efecto de dependencia y de congruencia del aprendizaje, la memoria, el juicio y la con- ducta con la afectividad (véase arriba). Sin embargo, los fenémenos de depen- dencia han mostrado ser inestables 0 menos fuertes que los de congurencia (Bower, 1991). Este modelo tampoco da cuenta del hecho de que ta activacion de un estado emocional produce un efecto global, que no sigue el gra- diente de asociacién semantica entre el esti- mulo que activé el estado de dnimo y las reas afectadas. Activar un estado de dnimo positivo o negativo a partir de un area dada (afiliativa por ejemplo) induce pensamientos, juicios, etc., congruentes atin en dreas muy diferentes (de logro por ejemplo). Fue por ello por lo que Bower reorganiz6 su modelo y agregé la caracteristiea de la red, que hemos visto anteriormente. El modelo cognitivo de la emocién no 6lo es incapaz de dar cuenta de la activa- cidn indiferenciada de la afectividad, sino que también es demasiado complejo para un proceso de activaci6n tan rapido como es el emocional. ‘Tampoco explica por qué existe una imetria entre estados afectivos positivos y negativos (los primeros tienen una influen- cia mucho més fuerte que los segundos), ni sobre el hecho que los efectos del estado de nimo negativo se dan sobre recuerdos y juicios autoreferentes y no sobre otras per- sonas, asf como tampoco tiene mecanismos explicativos para el hecho de que estados afectivos negativos tengan influencia dife- renciada en los procesos cognitivos. La de- presidn influencia el recuerdo, pero, no la percepcidn; la ansiedad influencia la per- cepcién, pero, no el recuerdo (para una cri- tica mas extensa véase Echebarria y Paez. , 1989; Johnson y Tversky, 1983; Leventhal y Tomarken, 1986; Mathews ct al., 1986 Ingram et al., 1987) El mismo Bower va a aceptar que una serie de procesos postulados por la concep- cién asociacionista-mediacionista de la me- Psicothema, 1999 AFECTWVIDAD. COGNICION Y CONDUCTA SOCIAL moria afectiva, como el aprendizaje depen diente del estado de dnimo y el recuerdo de pendiente del estado no se producen exper mentalmente de forma fiable y postularé una teoria neo-asociacionista en la que se introducen una serie de elementos disonan- tes con la tradicién mediacionista-asocia- cionista Los fracasos en inducir fenémenos de dependencia con el estado de animo se han explicado mediante un argumento de inten- sidad: s6lo inducciones experimemtales de cierta intensidad provocarian un efecto de dependencia, Ante esto se puede contra-ar- gumentar que muchas de las manipulacio- nes son muy débiles y producen un efecto significative aunque también débil (por ejemplo. el provocar que el sujeto encuen- re el equivalente de 100 pesetas ha sido utilizado exitosamente para inducir efectos congruentes de la afectividad sobre el jui- cio). Los fracasos de obtener efectos se han explicado también mediante un proceso de asociacién significativa entre el estado afectivo y el estimulo social. Se ha pro- puesto que s6lo cuando el sujeto conscien- temente establezca una relacién significa- tiva entre el estimulo y la emoci6n, se pro- duciran efectos de dependencia —como mencionamos mas arrriba. Sin embargo, se han logrado producir efectos de dependen- cia en cirscuntancias en las que habian pocas probabilidades qu esta blecerfan fenomenolégicamente relaciones significativas entre los estimulos y la reae~ cidn afectiva (Forgas, 1991). Investigadores como Isen (1987) que desarrollaban investigaciones empiricas de corte similar a las de Bower van a evolucio- nar a teorias de corte esquematico-construc- tivista de la afectividad. Esta autora presu- pone que la afectividad y las emociones se~ rian esquemas de pensamiento que se act varfan a partir del contexto e influenciarian de “arriba-abajo” el procesamiento de la in formaci6n, y por ende, guiarian la conducta. Ios sujetos Psicothema, 1993 Hay un problema esencial con esta aproxi- macién: mientras los esquemas cognitivos se ha mostrado que influencian la informa- cién fundamentalmente cuando actiian en ta fase de percepcién o codificacién, la afecti- vidad tiene un fuerte efecto en la recupera- cidn, representada en el fendmeno de me- moria y juicio congruente antes menciona- dos. Por tltimo, estos modelos son dema- siado cognitivistas e integran mal las di- mensiones de preparacién a la accién de las emociones. La Afectividad como Informacién: el mo- delo de la “mala atribucion” Los modelos que acabamos de revisar se centran en la influencia indirecta y auto- matica, subsconciente, de la afectividad concebida como un aspecto de las represer taciones conceptuales de la memoria Frente a éstos encontramos otros modelos que plantean que la afectividad juega tanto un rol de informacién directa como de orientacién al estilo de reaccién. Varios autores, basindose en la inves- Ligaci6n sobre atribucién distorsionada de la activacién y de la afectividad, han plante- ado que los estados afectivos tienen un papel informativo directo, al menos sobre ka evaluacién y juicio social. Schwarz and Clore (1983, 1988) proponen que los esta- dos afectivos de un momento determinado pueden servir como fuente de informacién utilizada por los sujetos como un me nismo heuristico que simplifique el jui io. Es decir, en el proceso de realizacién de un juicio social los sujetos consultan sus esta- dos de énimo para inferir sus reacciones evaluativas sobre el objeto y hacer un juicio de modo acorde; es lo que dichos autores han denominado heuristico “zcémo siento acerca de ello?”. Por ejemplo, cuando se les pide evaluar su bienestar, las personas utili- zan el heuristico “ze6mo me siento?”, si se sienten bien, dan un juicio positivo, si se 141 DARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J. CARBONERO MARTINEZ sienten mal, negativo, Al hacer esto sobre: generalizan o atribuyen distorsionadamente su estado afectivo al objeto del juicio. Como hemos mencionado previamente, se ha encontrado que la gente en la que se ha inducido un estado de dnimo positive me- diante un regalo o a la que se entrevista en un momento en el que naturalmente se da un estado de animo positive (dia soleado por ejemplo) realiza juicios mas positivos que la gente en estado neutro 0 negativo. Este modelo plantea que cuando la verda- dera causa del estado de dnimo se pone de relieve (por ejemplo cuando se les pregunta directamente qué tiempo hace), la influen- cia de la afectividad en el juicio desaparece: es decir, los sujetos no utilizan sus senti mientos actuales como una base para eva- luar 1a calidad de sus vidas en general cuando la causa de su actual sentimiento es puesta en evidencia. En linea con esta inter- pretacién, una medida del estado de énimo actual ~-evaluado al final de la entrevista- correlaciona con mayor fuerza con el in- racciGn de vida en gene forme sobre la satis ral cuando la referencia al tiempo no se menciona (Schwarz y Bless, 1991). Para Forgas (1992) este modelo puede verse como una derivacién de las investiga- ciones sobre los errores de atribucién: los su- jetos en un sentido “mal atribuyen” sus esta- dos de dnimo actuales como debidos al ob- jeto enjuiciado presente en ese momento, en lugar de a la verdadera causa (y ademds, ahora olvidada). La teorfa predice, de modo consistente con sus raices en el paradigma del error atributivo (Schachter y Singer, 1962), que slo los sentimientos previamente inatribuidos pueden influenciar los juicios. Estos efectos de evaluacion determi- nada por el afecto, ocurren més con pregun- tas globales y tareas mal definidas (por ejemplo: ,cudl es el grado de felicidad o s tisfaceién general?), para las cuales el suje- tos utiliza su estado de énimo como indica- dor; que con preguntas especificas (sobre el 142 grado de satisfaccién econémica, por ejem- plo). [gualmente los efectos del estado de nimo se ven sobredeterminados por proce- sos de comparacién social y de evaluacién informativa. Los sujetos a los que se les hizo recordar sucesos pasados negativos se sentian mas satisfechos o felices con su vida actual , ocurriendo lo contrario con su- jetos que recordaron sucesos pasados posi tivos. En este caso la informacidn afectiva actué como punto de comparacién. Cuando a los sujetos se les hizo recordar de manera vivida ¢ imaginativa el suceso —es decir cuando se produjo realmente una cierta ac- tivacion afectiva— se produjo el resultado inverso. En este caso se produjo un efecto de congruencia. Este modelo del afecto como informa- cidn, difiere de los modelos de la preactiva- cién de los afectos (“affect-priming mo- dels”) en diferentes aspectos: (1) Mientras que para las teorfas de la preactivacién el es- tado de dnimo es solo una fuente de infor macién indirecta, a través de sus efectos se facilita el recuerdo de otras cogniciones; para Schwarz y Clore (1988) los estados afectivos son tan informativos como las cogniciones, bajo ciertas condiciones. (2) El modelo del afecto como informacién pre- dice claramente efectos del estado de dnimo solo en fa recuperacién o en Ia etapa de jui- cio; en cambio, los otros modelos predicen efectos en la codificacién, aprendizaje y atencién. (3) Finalmente, los dos modelos pueden ser contrastados en términos de la amplitud del rango de fenémenos que pre- tenden explicar. Asi, los modelos de “mood- priming” tratan de los efectos del estado de Animo sobre el aprendizaje, atencién, me- moria, asociaciones y juicios; mientras que la teorfa del estado de dnimo como informa- cidn tan s6lo_ se centra en los efectos sobre el juicio social, (Forgas, 1991). En la mas reciente reconceptualizacion del modelo, Schwarz y Bless (1991) trasla- dan el énfasis de los efectos de los estados Psicothema, 1993 AFECTIVIDAD. COGNICION Y CONDUCTA SOCIAL afectivos sobre los juicios a una considera- cidn mas general de las consecuencias de los afectos positivos y negativos sobre el proce- samiento de la informacién . Desde esta perspectiva, los estados afectivos tienen una funcién informativa general de sefializaci6n: y en particular, los estados de dnimo positi- Vos trasmiten 0 sefialan que “todo esta bien en el mundo”, activan el conocimiento de procedimiento, elicitan una estrategia de pro- cesamiento de la informacién unida profur damente al uso de heuristicos simples, y que se caracteriza por una falta de consistencia logica y poca atencién al detalle; asimismo inhiben la capacidad de actuacién en tared que requieran unas estrategias analiticas y orientadas al detalle; por otra parte, bajo un “buen” estado de animo se muestra una mayor tendencial a utilizar estrategias de pro- cesamiento creativas, innovadoras, inusuales y heterodoxas (Isen, 1984), Por el contrario, los estados negativos sefializan situaciones problemiticas y dificultosas, activan el co- nocimiento procedural y elicitan estrategias cognitivas analiticas, cuidadosas, prestando considerable atencién al detalle, y con un alto grado de consistencia légica, pero pro- bablemente con una considerable pérdida de creatividad, En definitiva, el estado de énimo jugaria un rol de sefializacion de cual es el conocimiento de accién accesible desde esta perspectiva. Esto es congruente con los re- sultados que muestran que un buen estado de énimo facilita la soluci6n creativa de proble- mas, las tomas de decisiones arriesgadas y las conductas de aproximacién social. Una limitacidn de este modelo es que predice efectos inicamente para la fase de juicio y en relaci6n a estados afectivos no atribuidos claramente a una causa. Hay re- sultados que muestran efectos de la afectivi- dad en la fase de percepcidn y de recuerdo, no sélamente en la de juicio. También hay resultados que muestran que estados de Animo con antecedentes claros y salientes tienen una influencia en el pensamiento Psicothema, 1983 (Forgas. 1991) cuenta de los efectos directos sobre el juicio de la afectividad, pero, es insuficiente. Este modelo sirve para dar Afectividad y Estilo de Procesamiento de la Informacién Los modelos considerados més arriba son esencialmente modelos de informacién, centrandose principalmente en el modo cémo se almacena y recupera la informa- cidn, asi como en la accesibilidad indirecta (Bower) 0 directa (Schwarz y cols.) ya sea proposicional © procedural ¢ interpretacién del contenido cognitive. Algunos teéricos han considerado algunas cuestiones com- plementarias del modo cémo la informacin social, una vez accesible, se procesa; sobre el estilo en que ésta se organiza, mas que en el contenido de ésta. Asi, diversos estudios indican que cuando se hace frente a una tarea de resolu- cién de problemas bajo un estado de dnimo positivo, los sujetos tienden a tomar una deci- sin mas rapidamente, utilizan menos infor- macién, tienden a evitar un procesamiento de la informacién sistemdtico y exigente, y estin mas seguros de sf sobre sus decisiones; asi- mismo, son m: an a los objetos de forma mas amplia ¢ inclusiva (por ejemplo, sujetos en un buen estado de dnimo tienden mas a clasificar ejemplares poco pro- totipicos —“baston”— de una categoria como miembros de ella —“ropa'—); también, reali- zan ms conductas y asociaciones menos usuales y toman decisiones mas arriesgadas. Por el contrario, los sujetos en los que se ha inducido un estado de dnimo negativo presen- tan un estilo cualitativo de pensamiento mas conservador y rigido, son més fiables en sus apreciaciones (mais realistas y menos optimis- tas) y menos arriesgados (Forgas, 1989, 1992: 4: Isen y Means, 1983; Isen et al., s creativos y clasif Recordemos, ademas, que la busqueda de explicaciones se asocia generalmente a M3 OARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J. CARBONERO MARTINEZ. los hechos negativos o de fracaso, Esto su- giere que el estado de dnimo negativo pre- senta un estilo de pensamiento convergente, reduccionista y conservador, pero, también de contraste con la realidad, de explicaci6n na la baja de ex- pectativas, Por el contrario, el estado de aun estilo de p nnovador, de ésta y de readecuac dinimo positive se asoc samiento divergente, creativo e vinculado al ensayo de nuevas formas de adaptacién. Ambos estados de dinimo serian funcionales en un ciclo adaptativo; el es- tado de dinimo positive reforzaria la fase de ensayo conductual y el estado de sinimo ne- gativo apoyaria la prueba de realidad. Esta variaciones serian adaptativas, permitiendo el ensayo y reduccién de conductas (Fied- ler, 1988, 1991) Este modelo plantea ademas que los efectos de la afectividad en la cognicién la conducta social se darian sobre todo cuando se debieran generar nuevas respues- tas, Cuando en vez de construir, se deberia reproducir un conocimiento cristalizado (actitud bien asentada, juicio bien estable- cido, respuesta habitual) la influencia de la afectividad seria mucho menor (Fiedler, 1991). Para Forgas (1992) hay dos posibles explicaciones de estos efectos, una de ca- récter cognitivo y la otra motivacional. Asi desde el punto de vista cognitivista, los es tados de dnimo positives imponen el mayor esfuerzo cognitivo en la atencién, memoria y capacidad de procesamiento en general cuanto mayor cantidad de informacién po- sitivamente evaluada Hlega a ser accesible (Isen, 1984). Esta explicacién, no da cuenta de la estrategia utilizada bajo un estado de Animo negativo, por ello Mackie et al. (1991) sugieren que no se trata de un pér- dida de capacidad cognitiva per se, sino ids bien de déficits de atencién que subra- yan las estrategias de procesamiento de la informacién mas superticiales tipicas de los estados de aénimo positivos. La segunda ex- M44 plicacién, sugiere que los sujetos en un es- tado de dnimo de ela su valioso estado afectivo mediante el re- (én tienden a proteger chazo de ocuparse en procesamientos y de- mandas cognitivas que supongan gran es- fuerzo (Isen, 1984). Esta explicacion moti- vacional parece contradictoria con las evi- dencias de otras dreas de la psicologia so- cial que sugieren que precisa vidad esforzada e instrumental. tal como la nente [a acti- ayuda a otra persona, activamente buscada por las personas, y conscientemente cen- trada en informaciones valiosas, amenudo es utilizada por la gente para mantener y mejorar sus estados de animo positivos (Forgas, 1989). Podemos distinguir al menos dos cla- ses de estilos de procesamiento: Clark y Isen (1982) fueron los primeros en introdu- cir esta distincidn al separar las estrategias de procesamiento “controladas” o conscie tes y las “automaticas” o inconscientes (tales como la preactivacién de la informa cidn congruente con el humor) para dar cuenta de los efectos del estado de énimo en los estados disféricos; asi los procesosa- mientos controlados pueden servir para cl mantenimiento del estado de dnimo en con- diciones de buen humor, y de reparacién del estado de dnimo en el estado distérico, Isen (1984), por su parte, encontré que la gente en un estado de animo positivo, en oposicién a un estado de animo neutro, era mas creativa, realizaba mas asociaciones inusuales, utilizaba categorias ma vas y mas amplias, precisaba menos infor- macién y alcanzaba una desisién més ripi- damente. Fiedler (1991) sostiene, al distir guir entre procesos “productivos” y “repro- ductivos”, la existencia de estrategias bres” o “sueltas” y estrategias “atadas”, as mismo sugiere que los efectos de los esti dos de dnimo probablemente estén mucho més marcados cuando ocurren procesa mientos cognitivos “libres”, elaborados y productivos. Finalmente, Petty et al. (1991) inclusi- Psicothema, 1993 AFECTIVIDAD, COGNIGION ¥ CONDUCTA SOCIAL proponen una distincién entre estilos de procesamiento de “ruta ode “ruta- periférica”, encontrando que los efectos del estado de dnimo en la persuasién estén me- diatizados por el estilo de procesamiento adoptado por el sujeto. En definitiva, esas teorias muestran dos estilos de procesamiento diferentes, uno sim- plificado, de esfuerzo minimo, y de cardcter heuristico, y el otro sustantivo, analitico y sistematico. El tema subyacente comin es que en algunas circunstancias, la gente tiene poco interés en el procesamiento analitico esforzado de un estimulo, y utiliza en cam= bio estrategias simplificadas y de esfuerzo minimo, haciendo uso de la mas accesible y preparada entrada tal como su propio estado de énimo y otra informacién periférica. En. otros momentos, se adoptan procesamientos mas sistematicos y cautelosos, requeriendo la consideracién sustantiva de la informacién accesible y de la elaboracién productiva de memorias y asociaciones relevantes. Los modelos del afecto como informacién dan cuenta de manera més apropiada de los efe tos del estado de dnimo sobre el juicio social cuando se adopta el primer estilo de procesa- miento heuristico; mientras que los modelos de preactivacién de afecto son mas adecua- dos para dar cuenta de los efectos del estado de dnimo bajo estrategias de procesamiento sustantivas (Forgas, 1992). En consecuencia, el estado de dnimo puede ser tanto un ante- central cedente como una consecuencia del procesa- miento elegido; asi, el estado de 4 tivo facilitard el procesamiento simple y productivo, y el negativo el procesamiento esforzado y sistemiitico (Schwarz, 1990) nimo posi- La afectividad como utilizacién del “espa- cio” de informacién El ultimo tipo de explicaci6n de carde- ter cognitivista sobre la influencia de la afectividad en la cognicién y conducta so- cial hace referencia a que la afectividad, en Poicothema, 1993 particular positiva, al activar una gran masa de informacién, “ocupa” la memoria activa y limita la capacidad de procesamiento de los sujetos. Por este mecanismo, los sujetos mostrarian el sesgo a tomar decisiones rapi- das, utilizando poca informacién, etc.(Fiske y Taylor, 1991), Esta explicacién no da cuenta del hecho que Ia afectividad positiva genera una mayor creatividad, ni tampoco del hecho que los efectos interruptores de la emocién negativa son més importantes Los sesgos afectivas como procesos motiva- cionales Una explicacién que se ha dado del sesgo de asimetria entre los estados de imo positivos altos y bajos (denominados negativos) es de indole motivacional, Los sujetos en buen estado de dnimo mostrarfan la tendencia a procesar la informacién con un sesgo automatico, positivista, confiado y “rapido” con el fin de mantener un buen es- tado de dnimo. Por el contrario, dado el ca- racter aversivo de los estados de énimo ne- gativos, los sujetos buscarfan consciente- mente evitar éstos, mediante formas de afrontamiento, lo gue explicarfa la asimetria entre afectividad positiva y negativa MODELOS NO PROPOSICIONALES Y DE INFLUENCIA ESPECIFICA DE LA AFECTIVIDAD Se puede deducir del conjunto de eriti- cas anteriores que los proc no se pueden reducir a un determinado tipo de activacién de Ya memoria semantica ni pueden ser analizados s6lo como prototipos © esquemas de conocimiento semantico o procedural. Estamos de acuerdo con autores como Leventhal y Zajone que postulan la existencia de un sistema emocional diferen- ciado del cognitivo, interactuando con él, con bases motérico-neurales propias, y que se definen como sistemas de preparacién a os emocionales las DARIO PAEZ ROVIRA Y ANDRES J CARBONERO MARTINEZ la accion, es decir, cada emocién tendria una funcién especifica (Leventhal y Tomar- ken, 1986; Zajonc y Markus 1984: Frijda, 1986; véase la revision en Echebarria y Paez (1989). Los resultados sobre las influencias di- ferenciales de la ansiedad y de la depresin refuerzan esta idea del cardcter funcional especifico de la afectividad. Asi, no sélo los estados de énimo positivo y negativo pro- ducen efectos asimétricos, sino que entre los propios estados de animo negativos se encuentran diferencias, Revisando, breve- mente, la relacidn entre ansiedad v.s. depre- sidn, cognicin y conducta, vemos que no se obtienen influencias homogéneas. Tanto la ansiedad como la depresidn obstaculizan el aprendizaje, aunque la primera tiene una relaci6n curvilinea y la segunda una rela- cién lineal negativa (a mayor depresién, menor aprendizaje) (Leventhal y Tomarken 1986). La ansiedad parece estar asociada a una atencién y codificacién preferencial de estimulos “amenazantes”. Por el contrario, no parece que ocurra lo mismo en la depre- sidn. Los sujetos depresivos no muestran sesgos de atencidn (atencién visual, umbra- les de percepcidn, ete.) facilitadores de la percepcién y codificacién de materiales “depreségenos”. Mientras que 5 estudios confirmaron el sesgo de atencién de los an- siosos, de 4 estudios que analizaron tal efecto en los estados depresivos, 3 dieron resultados negativos y s6lo uno positive. En relaci6n a la orientacién de la cognicién fo- calizada en estimulos amenazantes se ha encontrado que sujetos f6bicos ansiosos po- n mayor habilidad para detectar pala- bras relevantes de miedo presentes en el canal no atendido de una tarea de escucha dicética, Se encontré que muchos ansiosos identificaban mas palabras estresantes en tareas de deteccién de palabras. De manera consistente se ha encontrado que estudian- les ansiosos (época de exdmenes), fbico- ansiosos y sujetos con ansiedad generali- 146 zada, presentaban una mayor latenc| identificar el color de una palabra amena- zante, En otros términos hay una fuerte evi- dencia que demuestra que sujetos con es- tado de dnimo ansioso y con trastornos de ansiedad tienen un sesgo de atencién y de percepcién hacia los estimulos “amenazan- les” o “ansiégenos”. El hecho de que este sesgo no era sélo de atencién y de codifica- cin consciente, se demostré en la siguiente investigacién: Los sujetos muestrales eran estudiantes con ansiedad generalizada (N=16) en los que se observaba un bajo rendimiento (mayor tiempo de reaccién) cuando las palabras amenazantes eran pre- sentadas de una manera inesperada. Se comparé este grupo con sujetos de menor ansiedad. Sin embargo, ninguno de los dos grupos records las palabras amenazantes que habjan sido presentadas en una tonali- dad muy baja, es decir, habia un efecto de sesgo de percepcién pre-atencional incons- ciente en los sujetos ansiosos. Mientras que la depresién muestra un claro sesgo “nega tivo” en el recuerdo, la evidencia que con- firme un sesgo “amenazante” en el recuerdo de sujetos ansiosos es mucho menor —2 de 4 investigaciones— (Mathews et al., 1986). La depresién se encuentra asociada a defi- cits en el recuerdo libre, mas que en el re- cuerdo facilitado por indicadores: a déficits a largo plazo antes que a déficits a corto plazo; a déficits de recuerdo del material organizado mas que del material poco orga- nizado; y finalmente, a déficits de la infor- macién que requiere elaboracién compleja antes que simple (Leventhal y Tomarken, 1986). La ansiedad también esta asociada a déficits de memoria en taréas complejas y de elaboracién “alta” (semédntica) mas que a déficits en tareas simples, pero también esta asociada a un mejor recuerdo de materiales autorreferentes en condiciones de alto estrés (Smith et al., 1983). La depresién presenta esgo de juicio para los estimulos auto- rreferentes de tipo negativista, mientras que Psicothema, 1993 AFECTIVIDAD. GOGNIGION ¥ CONDUCTA SOCIAL Ja ansiedad presenta un sesgo de tipo “ame- nazante”. La visi6n “negativista” de los de- presivos, o mas bien su “lucidez” 0 rea- lismo no positivista, ha sido claramente de- mostrada , en las relaciones a las cognicio- nes autoreferentes (Paez et al., 1986). A nivel de juicios, se ha encontrado que suje- tos ansiosos, comparados con sujetos nor- males, perciben como mis arriesgadas si- tuaciones standard (Mathews et al., 1986) A nivel de efectos sobre las interacciones sociales, la depresién aparece asociada al abandono del contacto social, mientras que un estado de ansiedad media facilita el con- tacto social (Berkowitz 1968). En sintesis, los resultado anteriores confirman que los sujetos ansiosos juzgarian situaciones ambiguas como peligrosas y per- cibirian selectivamente los aspectos amena- zantes del entorno. Los sujetos depresivos recordarian mas elementos negativos y ten- drian mas aecesibles juicios y conductas ne- gativas. Ahora bien, la ansiedad parece ac- tuar, sobre todo, en la atencién, mientras que la depresién sesgaria el recuerdo. Sin embargo, el modelo semdntico-afectivo, no explicaria la razén por la cual los esquemas cognitivos de peligro, siendo m: frecuentes y organizados en los sujetos an- siosos (por lo que influiran en la atencién, la percepcién —incluso inconsciente— el jui- cio y la conducta), no influyen por el contra- rio en el recuerdo. Ni porque en la depre- sidn, que muestra un claro efecto de sesgo enel recuerdo, ademés de influir los juicios y conducta, no habria una influencia en la atencién. Esto sugeriria que la ansiedad es- taria menos organizada como esquema que usados, Peicothoma, 1993 la depresién, que dependeria mas de estimu- los contextuales ¢ internos concretos y que actuarfa esencialmente a nivel semantico, pre-atencional, atencional y de codificacién. Ahora bien, la ansiedad parece actuar sobre todo a nivel de fa atencién, mientras que la depresién sesgarfa el recuerdo. Esto es con- gruente con la asociacién encontrada en es- tudios epidemiolégicos entre sucesos de pér- didas realizadas (significaci6n de pérdida en el pasado) y la depresién, asi como entre su- cesos de amenazas de pérdidas y 1a ansie- dad. Igualmente amientos conscientes, la depresién se centra en la ru- miacién de los fracasos y pérdidas ya reali zados, mientras que la ansiedad se asocia a elucubrar las pérdidas que pueden suceder en el futuro. Estos resultados son ditie mente integrables en las concepciones cog nitivas y plantéan la necesidad de diferen- ciar los estados de dnimo seguin las emocio- nes asociadas. La teoria cognitiva de las emociones de Oatley y Johnson-Laird es compatible con estos resultados, Estos autores han postulado modelos no-proposicionales de la afectividad. Las emociones servirian como sefial dentro del sistema cognitive y fuera del organismo (tendrian una funcién de comunicacién intra ¢ interpersonal). Estas surgirian en los mo- mentos de cambio o de transicién de los pla- nes para obtener fines del organismo, ya que se evalda que éstos, 0 permiten claramente 0 impiden la realizacion de los fines adaptati- vos del organismo. Ademis, no serian de ca- ricter proposicional, por lo que se difundirian mas répidamente y sin seguir los nodos se- mantico-conceptuales. 4 nivel de pen: 147

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