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Prodavinci
Durante las ltimas semanas, en medio de las protestas y represin que ha sacudido a
Venezuela, intent abrir un espacio a la lectura y reflexin. Finalmente pude leer la
totalidad de La Repblica espaola y la guerra civil (1931-1939), del estadounidense
Gabriel Jackson. Ha sido una lectura interesada la ma. Revisando lo ocurrido en
Espaa, que minuciosamente este historiador describe, encontr algunos temas
palpitantes conectados con nuestro aqu y ahora.
Aranda (1989), Ay, Carmela, de Carlos Saura (1990), Tierra y libertad, de Ken Loach
(1995) y La nia de tus ojos, de Fernando Trueba (1998).
En los aos previos a la Guerra Civil Espaola podra decirse que hubo un desgaste,
acelerado en algunos casos, de la fe en las soluciones polticas a la crisis. La accin
anrquica y desordenada de algunos actores ciment esa falta de fe en que la poltica
podra ser el camino para generar un nuevo pacto democrtico. La complicacin
poltica-institucional, en el caso de Espaa, tena factores adicionales en los mbitos
culturales y territoriales, aadiendo un nivel de complejidad dada la voluntad de no
desmembrar al pas, que tenan los factores centrales de poder, junto con el avance
autonomista que impulsaban Catalua o el Pas Vasco, en aquel contexto.
La falta de una condena enrgica del liderazgo poltico hacia la violencia en general
(sin distinguir afinidades polticas) es tal vez el signo ms preocupante en el clima
espaol que desemboca luego en la guerra civil. La voz de los intelectuales que en su
momento a partir de la proclamacin de la repblica (en 1931) haba tenido fuerte
eco se fue desvaneciendo en el fragor de una lucha poltica que se hizo visceral.