Sei sulla pagina 1di 2

Salmo 117(116),1.2.

Alaben al Seor, todas las naciones,


glorifquenlo, todos los pueblos!

Porque es inquebrantable su amor por nosotros,


y su fidelidad permanece para siempre.

Evangelio segn San Juan 20,24-29.

Toms, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con


ellos cuando lleg Jess.
Los otros discpulos le dijeron: "Hemos visto al Seor!". El les
respondi: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no
pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no
lo creer".
Ocho das ms tarde, estaban de nuevo los discpulos reunidos en la
casa, y estaba con ellos Toms. Entonces apareci Jess, estando
cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "La paz
est con ustedes!".
Luego dijo a Toms: "Trae aqu tu dedo: aqu estn mis manos.
Acerca tu mano: Mtela en mi costado. En adelante no seas
incrdulo, sino hombre de fe".
Tomas respondi: "Seor mo y Dios mo!".
Jess le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. Felices los que
creen sin haber visto!".

Extrado de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por :

San Agustn (354-430), obispo de Hipona (frica del Norte), doctor


de la Iglesia
Sermn 88

Dichosos los que crean sin haber visto


La dbil fe de los discpulos era tan vacilante que, no contentos
con ver al Seor resucitado, quieren, adems, tocarle para creer en
l. No les bastaba ver con los ojos, queran acercar sus manos a sus
miembros y tocar las cicatrices de sus recientes heridas. Es despus
de haber tocado y reconocido las cicatrices que el discpulo incrdulo
exclam: Seor mo y Dios mo! Estas cicatrices revelaban a aquel
que, en los otros, curaba todas sus heridas. Acaso el Seor no
hubiera podido resucitar sin cicatrices? Es que el Seor vea en el
corazn de sus discpulos unas llagas que slo podan ser curadas con
las cicatrices que conservaba en su cuerpo.

Y qu es lo que responde el Seor a esta confesin de fe de su


discpulo que dice: Seor mo y Dios mo!? Porque me has visto
has credo. Dichosos los que crean sin haber visto. De quin habla,
hermanos, sino de nosotros? Y no tan slo de nosotros sino de los
que vendrn despus de nosotros. Porque, poco tiempo despus,
cuando l ya no puede ser visto con los ojos mortales, para hacer
ms fuerte la fe en los corazones, todos los que han llegado a creer
han credo sin haber visto, y su fe tiene un gran mrito: para llegar a
ella han acercado a l no una mano que le quera tocar, sino tan slo
un corazn amante.

Potrebbero piacerti anche