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DESCIFRADO EL SIGNO EPIGRÁFICO IBÉRICO

QUE DETERMINA LA ABREVIATURA DE IBERIA

Abelardo López Pérez


Exposición Arqueológica de Abengibre (Albacete)*

En el siglo V a. C. el historiador griego Heródoto (484-425 a. C.) cita el


topónimo Iberia para designar a lo que hoy conocemos como Península
Ibérica. El dramaturgo griego Esquilo (525-456 a. C.) extiende dicho
topónimo más allá de los Pirineos al indicar que el río Ródano corría por
Iberia. Aunque en el siglo II a. C. el historiador griego Polibio (200-118 a.
C.) nos indica que solo se trata de una parte costera del Mediterráneo, a
finales del siglo I a. C. ya es denominada geográficamente Iberia por el
geógrafo e historiador griego Estrabón.
Según menciona Blanco Freigeiro (1994 a): “Entre los griegos, el nombre
de Iberia, estaba tan arraigado, que nunca aceptaron de buen grado el de
Hispania, teniéndolo incluso por cosa nueva de poco uso”. Freigeiro y
Abad Casal (1994 b) también mencionan que: “El nombre de Iberia,
utilizado por los griegos, nunca se empleó en la prosa de la administración
ni de la Historia romana”. Pero lo que hay que tener en cuenta es que aquí
no se intenta analizar la prosa de Roma, sino la de los propios íberos. Y
aunque la abreviatura que identifica a Iberia podría ser el mismo para
Hispania, ya que la /h/ al ser muda no es necesaria para el íbero, lo cierto es
que el nombre de Hispania no debería registrase al otro lado de los
Pirineos, como así lo hace la interpretación de Iberia en uno de los oppida
de la Galia prerromana más importantes del sur de Francia, situado en la
actual Nissan-lez-Ensérune.

________________
* La Exposición Arqueológica de Abengibre fue inaugurada en Mayo de 1996 junto al Edificio de
Servicios Múltiples de la localidad por el ex presidente de la Junta de Comunidades de Castilla- La
Mancha, José Bono Martínez. En la actualidad, como nueva institución de Castilla-La Mancha se halla
dada de alta en el Directorio de Museos y Colecciones de España.

1
Y como el orden básico de las palabras constituye un indicio fiable de la
naturaleza del idioma, ante la regularidad gramatical que permite la
coherencia lógica interna de una lengua, pasemos a comprobar qué nos
dicen los propios íberos de esta realidad transmitida por las fuentes
clásicas.

Plomo de Orley V, La Vall d´Uixó (Castellón)

«Lo cierto es que este plomo de Orley V es muy extenso y revelador, y su


lectura difícilmente conjugaría sin una correspondencia gramatical. Hallado
en la necrópolis del oppidum ibérico de Orley, La Vall d´Uixó (Castellón)
cuya etapa más destacada corresponde a los siglos IV y III a. C., forma
parte de un conjunto de plomos hallados en la sepultura de un personaje
distinguido manifestado por la presencia de una crátera griega atribuida al
siglo IV a. C. No cabe duda de que nuestro joven personaje fue miembro de
una de las principales familias y así se deduce del estudio de materiales
asociados, pero no existe la certeza de que practicara la actividad comercial
como apuntan algunos autores (Lázaro et al., 1981; Oliver, 2006), (en
Melchor J. M.; Ferrer, J. J. y Benedito, J. (2009). La crátera puede ser del
siglo IV a. C. pero los plomos manifiestan la presencia de Roma, por lo que
dicha crátera lo que está indicando es la conservación y perduración de
elementos de prestigio en la élite de la cultura ibérica.»

Ésta es la presentación que realizo sobre el plomo de Orley V publicado en


el trabajo “DESCIFRADA LA LENGUA ÍBERA. El lenguaje ibérico origen
etimológico del castellano: sílabas, vocales y consonantes”1, no sin antes
aclarar que para lograr una correcta interpretación de la estructura
lingüística ibérica, cada nueva averiguación implica la revisión de lo
anterior. Revisión que considero necesaria al comprobar que el signo

1
https://www.academia.edu/23704098/DESCIFRADA_LA_LENGUA_%C3%8DBERA_EL_LENGUAJE_IB%C3
%89RICO_ORIGEN_ETIMOL%C3%93GICO_DEL_CASTELLANO_S%C3%8DLABAS_VOCALES_Y_CONSONAN
TESo;

2
ibérico M, similar a una /i/ griega, trasmite la interpretación de una de las
abreviaturas determinantes más importantes y reveladoras del signario
ibérico. Dicha revisión puede cambiar la composición de algunas frases,
pero se respeta por completo la línea de investigación anunciada, la que yo
denomino sistema o método íbero-castellano.
El signo ibérico M fue interpretado por Gómez-Moreno (1949) como la
consonante /m/. Mientras que otros autores lo consideran la consonante /n/
o la sílaba /b/, Fletcher Valls (1981) tratando el plomo de Orley V lo
transcribe como una /i/ griega. Y ésta transcripción es la que responde en
forma epigráfica y significado histórico a la narración interpretativa de la
epigrafía íbera, como una adaptación de un sistema de escritura griego y
como la denominación, parcial o total de un territorio, de un nombre dado
por los griegos a la Península.

Pasemos sin más preámbulos a la correspondencia gramatical y sintáctica


de la escritura ibérica donde se halla el signo M /y/, interpretado en el
plomo de la necrópolis de Orley V (La Vall d´Uixó, Castellón), con la
leyenda diferenciada en líneas (L. 1/) y por espacios o frases (L. / 1).

L. 1/ 4: b 9 é n M l í Ï; (ba ŕ e n y l i ki) comparece Roma, recibe


nación Iberia, ley impone paz.
L. 1/ 5: á n y n M l í ï Ü9 á n é; (a n di n y l i u du ŕ a n e) acepta
nación, dicta nación Iberia, ley impone lucha, gobierna Roma, acepta
nación recibe.
L. 2/ 10: B n M l í 9 b í Ü 9 á n é; (ba n y l i ŕ ba i du ŕ a n e)
comparece nación Iberia, ley impone, Roma comparece, impone, gobierna
Rama, acepta nación recibe.
L. 2/ 11: C í S á n M l í 9 b í Ü 9 a; (ka i s a n y l i ŕ ba i du ŕ a)
acata, impone dominio, acepta nación Iberia, ley impone, Roma
comparece, gobierna Roma, acepta.
L. 3/ 18: a 9 í C 9 I n M l í Ï S é; (a ŕ i ka ŕ bi n y l i ki s e)
acepta, Roma impone, acata Roma, repare nación Iberia, ley impone paz,
recibe dominio.
L. 5 y 6/ 30: B n M í 9 é z u(..) l u; (ba n y i ŕ e ś u .. l u) comparece
nación Iberia, impone Roma, recibe sucesión, lucha (..) ley lucha.

El siguiente paso es contextualizar el contenido lingüístico con los datos


cronológicos y sociopolíticos del momento. Y dado el contexto narrativo de
la imposición de Roma en Iberia, se puede trasladar dicho acontecimiento
bélico al período inicial de la Segunda Guerra Púnica, dato cronológico

3
incluido en una de las etapas más destacada de la necrópolis de Orley, el
siglo III a. C. La propia historia se pone de acuerdo y nos dice que una de
las primeras misiones de Roma a la llegada en el año 218 a. C. a la
Península, fue la de someter mediante tratado o por fuerza a los jefes de
tribus ibéricas de zonas costeras próximas al lugar de desembarco en
Ampurias.

A continuación, analizo alguna de las frases donde aparece el signo M en el


plomo de Orley VII hallado en el interior de la crátera procedente de la
necrópolis. Bien es cierto que dicha la crátera puede corresponder
tipológicamente a finales del siglo IV o principios del siglo III a. C., pero
la epigrafía de los plomos manifiesta insistentemente la presencia de Roma,
por lo que dicha crátera lo que estaría indicando es la conservación y
perduración de elementos de prestigio en la élite de la cultura ibérica.
En la cara A:
L. 4/ 23: ÖR áR n M l í 9 (bor ar n y l i ŕ) regir ordena nación Iberia,
ley impone Roma.
L. 6/ 29: í u n S íR M í: (i u n s ir y i) impone lucha nación, dominio
imponer, Iberia impone.
En la cara B:
L. 1/ 4: b S é 9 n M l 1 9 áí (ba s e ŕ n y l be ŕ ai) comparece, dominio
recibe Roma, nación Iberia, ley cambia Roma ahí.
L. 4/ 13: l a ü n M l y 9 4: (l a ku n y l di ŕ de) ley acepta, acuerdo
nación Iberia, ley dicta, Roma concede.
L. 5/ 15: á n M 1 9 áí; (a n y ve ŕ ai) acepta nación Iberia, advierte
Roma ahí.

El contenido y la función de estas inscripciones permiten una datación


paleográfica de los textos ibéricos, que lejos de manifestar un texto
fúnebre, exteriorizan íntegramente documentos de índole jurídica que
contiene leyes, edictos o decretos.
El texto jurídico del íbero se repite en más documentos hallados en la
provincia de Castellón. La imposición de Roma se hace también patente en
el primer documento ibérico escrito sobre plomo hallado en la Península.
El plomo con escritura ibérica de Pujol de Gasset (Castellón) fue hallado de
forma casual en el año 1851 (Museo Arqueológico Nacional), está
considerado perteneciente a una época tardía de la cultura ibérica. Consta

4
de cuatro líneas (L 4/) y 21 frases (/21) separadas por puntos en posición
vertical.
La primera frase de dicho documento (L 1/1) comienza así: ñBqyaÏm;
ñ B q y a Ï m; (y ba ŕ di a ki s) Iberia comparece, Roma Dicta, acepta
paz dominio.
La línea 4, frase 18 (L 4/18) diferenciando tipológicamente la vibrante
múltiple (ŕ) de la simple (r), se lee: aqÏyGR;
a q Ï y GR; (a ŕ ki di ker) acepta Roma paz, dicta César.

La imposición de Roma en más documentos escritos sobre plomo en la


provincia de Castellón, se ponen de acuerdo con la lectura de los textos
hallados en la necrópolis de Orley. El plomo de el Solaig (Bechi, Castellón)
clasificado por Untermann (1990) (MLH III, f. 7.1 a y b), muestra dos
líneas de escritura en la cara a, con un total de 14 frases separadas por
puntos en vertical. La línea 2, frase 11(L 2 /11), dice así: FénMPUn;
F é n M P U n ; (s e n y ŕ u n): dominio recibe nación Iberia, Roma
lucha nación.

Kalathos núm. 121 del departamento 11 de Llíria

El territorio ibérico de la Edetania es mencionado por Estrabón (III, 4,1) a


fínales del siglo I a. C. Con cierta seguridad se sabe que ocupaba todo el
sur de la provincia de Castellón y gran parte septentrional de la provincia
de Valencia, en la que se incluye otro importante yacimiento considerado
la antigua ciudad de Edeta, ubicada en El Tossal de San Miquel de Llíria
(Camp de Turia, Valencia). La fecha de destrucción de la ciudad tiene una
cronología confirmada hacia el 175-150 a. C. (Aranegui et al., 1997). No
descarto que se registre la abreviatura del topónimo indígena de los Edetani
en la epigrafía ibérica de sus escritos, lo que sí es evidente es que se
mencionan en repetidas ocasiones como unidad indígena de Iberia.
El kalathos núm. 121 del departamento 11 de Llíria muestra una escena
figurativa compuesta por dos jinetes armados, complementada por una
extensa leyenda ibérica pintada en el labio de ala plana del vaso, (MLH III,
F.13.5): BnùPS: CPéSbní&: éÏaQ: SálÜybí&: íujbyP:
Olí■■Dné: bSzujD7níPé

5
(Aranegui et al., 1997).

La escritura del texto se halla separada por puntos en vertical formulando


al menos siete apartados o frases. Leída de izquierda a derecha, la última
frase registra la leyenda de signos ibéricos: - 7NíPé

-7 N í P é (y n i ŕ e) Iberia nación impone, Roma recibe.

Lebes núm. 169 del departamento 14 de Llíria

(Aranegui et al., 1997)

En el Lebes núm. 169, departamento 14 de Llíria, se manifiesta una escena


que muestra a un jinete amenazante con el brazo alzado con lanza, seguido
de tres personajes cogidos de la mano que caminan en el mismo sentido
que el jinete. La leyenda ibérica se halla sobre dicha escena y bajo una fina

6
línea. El texto final, leído de izquierda a derecha, dice así:
MbqùZbnMbqùZ
M b q ù Z b n M b q ù Z (y ba ŕ ku ś ba n y ba ŕ ku ś) Iberia
comparece, Roma acuerdo sucesión, comparece nación Iberia, comparece
Roma, acuerdo sucesión.
Considero oportuno indicar algunos sinónimos de la palabra “sucesión”:
orden, línea, descendencia, linaje, etc.
Lo revelador de la imagen mencionada de Llíria es la interacción del
símbolo y la escritura interviniendo en el contexto narrativo ibérico 2. La
abreviatura de Iberia se halla en conexo con una hoja de hiedra, símbolo de
la unión. Un hecho claramente intencionado al mostrar el rabito de la hoja
junto con el palito vertical del signo, que nos estaría indicando la unidad de
Iberia.
La cualidad transcendental de la hoja de hiedra reside en su carácter
universal, sintetiza y corrobora la realidad del lenguaje iconográfico a
través de un hecho natural que proyecta relaciones referidas al mundo real,
ya que la hiedra se une accidentalmente a cualquier cuerpo extraño con sus
raíces adventicias. El significado y difusión de la hoja de hiedra nos ofrece
un código visual-semántico que se pone de acuerdo en el contexto
interpretativo iconográfico y la situación socio-política de un hecho
histórico influenciado por la II Guerra Púnica.
Por otro lado, la abreviatura epigráfica de la palabra “nación” acompaña en
todos los casos mencionados a la abreviatura de Iberia. Y desde luego no
sólo se muestra simplificada en el ente autónomo e independiente de un
pueblo o ciudad ubicada en la Edetania, sino que se trata de una unidad
indígena presente también en otro pueblo citado por las fuentes como
ibérico, el territorio del pueblo íbero de los layetanos, en la actual
Barcelona.

2
https://es.scribd.com/…/El-LENGUAJE-IBERICO-ORIGEN-ETIMOLOG…

7
Estela ibérica de Barcelona

El dibujo que se conserva de la estela ibérica de Barcelona 3 puede resultar


de excepcional interés no sólo por su contextual narrativa epigráfica, sino
también por su temática simbólica. Uno de estos símbolos es la media luna
o creciente, símbolo de la nación (simplificado en el ente autónomo e
independiente de un pueblo o ciudad) en el mundo cultural ibérico,
mediterráneo y oriental, con una correlación contextual entre diversos
soportes que evidencian una base cultural iconográfica y político-social que
lo justifica4. La luna por su fuerte influjo provocador de nacimientos bien
pudo reflejar un gran fenómeno, el nacer, y por extensión el origen de
“nación”, como un conjunto de personas que generalmente hablan un
mismo idioma, y tienen un mismo origen étnico, un mismo territorio y la
conciencia de un destino común. La palabra nación derivada del verbo
nacer, con un gran sentido simbólico y religioso aplicable a las divinidades
del mundo antiguo, de hecho, entre sus acepciones etimológicas comprende
también a la diosa del nacimiento. El íbero acepta la palabra “nación”
también como una expresión verbal, ya que principalmente registra el
verbo en sus abreviaturas epigráficas.

La lectura en tres líneas de la estela de Barcelona (MLH III, C.9.1), dice


así:

nMGí (n y ke i): nación Iberia acate, impone

3
Hallada en 1858 en una finca de la carretera de l’ Arc de Sant Ramón del Call, y desparecida o
reutilizada como material de construcción en el mismo lugar en el año 1863.
4
López Pérez, A. (2006): “Símbolos astrales en la Antigüedad”. Revista de Arqueología nº 301, pp. 56-63.
Madrid.
https://www.scribd.com/…/320728523/Simbolos-Astrales-en-La-…

8
lyPà (l di ŕ a): ley dicta Roma, acepta

PMí (l y i) ley Iberia impone.

En efecto, la narrativa simbólica de esta estela, no puede estar más de


acuerdo. El rosetón, los delfines y la media luna, expresan el mismo
lenguaje narrativo sociopolítico que el manifestado en la escritura ibérica:
entrega dominio nación.

La estela ibérica de Barcelona no es la única presente en Cataluña que


evidencia una narrativa político-social. Cubriendo un colector en el fórum
de la ciudad romana de Baetulo (Badalona), se hallaron dos estelas con
epigrafía ibérica. Sin duda fueron reutilizadas y no corresponden
originalmente a ese lugar. Según M. Coma, P. Padrós, y J. Velaza
(2001), la cronología proporcionada por el abandono y amortización de
dicho colector, corresponde a la primera mitad del siglo II d. C., mientras
que para dichas estelas proponen una cronología entre mediados del siglo
II a. C. o primer cuarto del siglo I a. C.

La estela que muestra el texto más corto (P1, 291Badalona)5, muestra el


epígrafe en dos líneas:

m l É I ï (y l be pi u) Iberia ley advierte, repare lucha

9 áR : mB (ŕ ar : y ba) Roma ordena : Iberia comparece.

La otra estela contiene el epígrafe en cuatro líneas (P1, 291 2Badalona)6, y


se halla bajo la representación de cuatro lanzas:

B n Ü í n (ba n du i n) comparece, nación gobierna, impone nación

m B : m l (y ba : y l) Iberia comparece : Iberia legisla.

É I ï 9 é (be bi u ŕ e) advierte, repare lucha, Roma recibe

B n é n (ba n e n) comparece nación, recibe nación.

5
Comas i Solà, Montserrat : 2001 : "Les esteles funeràries ibèriques de Badalona" : Carrer dels
Arbres. Revista anuari del Museu de Badalona : 12 p.7-14.
6
Ibídem.

9
La narración epigráfica de las dos estelas concierne a un mismo mensaje
jurídico con el correlato seguro de un texto, que desde luego no manifiestan
el epitafio de un texto fúnebre. El lenguaje iconográfico de las lanzas,
como arma por excelencia de la lucha en la antigüedad, guarda contexto
narrativo epigráfico con las dos estelas.

Contexto gramatical y sintáctico en la leyenda numismática

El legado cultural ibérico dejo un extenso e irrevocable documento jurídico


escrito en su propia moneda, manifestando el origen etimológico de su
toponimia y nuestra lengua. Se trata del mismo documento jurídico con las
leyes impuestas por el dictador Sila en gran parte de Hispania, en
contextual correspondencia epigráfica e histórica acaecida entre el año 81 y
el 80 a. C. La leyenda de la ceca actúa como emblema de su soberanía
narrando aspectos esenciales de la forma política preponderante de su
poder dictatorial. Un poder que no sólo emana un espectro temático y
cronológico, sino que contribuye directamente en la etnogénesis de la
toponimia de gran parte del territorio peninsular a comienzos del último
siglo a. C.
La numismática con leyenda ibérica de la región navarra lo corrobora,
determinando además el fenómeno de integración en el mundo romano y la
pronta expansión de los vascones al norte y riberas del Río Ebro. Una de
las cecas vasconas más importantes fechadas entre el año 120 al 30 a. C., es
la que muestra leyenda ibérica kalakorikos (Calahorra, Logroño). Con
escritura griega dice así: Clak9íkz (ka l a ko ŕ i ko ś) acata ley, acepta
tributo Roma, impone tributo Sila.
Posteriormente con escritura latina, durante las acuñaciones imperiales del
reinado de Octavio (27 a. C. a 14 d. C.) se transcribió con el nombre de
CALAGVRRI, sin la –s final (recordemos que anteriormente abreviaba el
cognomen de Sila). Dicha leyenda latina abreviada tiene un significado
muy coherente y similar al reflejado con el sistema de escritura griego, (ca l
a gu rr i) ka l a ku r i: acata ley, acepta acuerdo, Roma impone.
La alteración entre la Kalakorikos ibérica y la Calagurri romana no se debe
a una adaptación del topónimo al sistema fonético de la lengua latina como
sugiere J. Velaza (1998), sino al significado de la lengua ibérica. La
variante <ku-gu> equivalente en toponimia, la vibrante doble de la
pronunciación de <Roma> y la ausencia de la –s final que abrevia a Sila en

10
el topónimo de Calagurri justifica su adaptación a la lengua ibérica. El
origen etimológico de la actual Calahorra (Logroño) es ibérico y su
significado es estrictamente político-social. La fecha de acuñación de la
moneda Kalakorikos se sitúa durante la dictadura de Sila (81- 80 a. C.). No
por casualidad las monedas de Kalakorikos, en sus anversos se acuñan la
media luna y estrella ante la cabeza, y delfín detrás, aludiendo al dominio
de la nación regente.

Una moneda considerada procedente de la región catalano-aragonesa por


A. Vives (1926), es fechada entre el 120 a 20 a. C., y se la menciona como
Oscuncen ozüMÊn. Pero su correcta lectura no sólo nos indica otra
pronunciación, sino que también nos está indicando una fecha más precisa:
o z ü M Ê n (o ś ku y ke n) otorga Sila, acuerdo Iberia, acate nación.

Esta interpretación nos ofrece un dato cronológico preciso, Lucio Cornelio


Sila fue cónsul entre el 88 y el 80 a. C., y dictador entre el 81 y el 80 a. C.,
periodo en la que Roma experimentó grandes cambios políticos que
introducirían a la Republica en varias guerras civiles, siendo Lucio
Cornelio Sila uno de los principales responsables de la caída de la
Republica Romana. Todo ello implica que en estas fechas el concepto de
nación de Iberia se extiende también hacia las tierras aragonesas, y en una
fecha concreta, comprendida entre el 81 y el 80 a. C.

De hecho, otra ceca considerada de la región del norte del Ebro, referencia
2344 (Navascues, 1969), muestra bajo el jinete la leyenda ibérica partida
por las patas del caballo:

oílau ( o i l a u) otorga, impone ley, acepta lucha

Líkz (l i ko ś) ley impone tributo Sila.

En la misma ceca, referencia 2334 (Navascues, 1969), la leyenda se halla


partida en dos líneas:

oílau (o i l a u) otorga, impone ley, acepta lucha

MéS (y e s) Iberia recibe dominio.

11
Referente al reverso de dicha moneda, habrá quién vea un arma en forma
de hoz en manos del jinete, por cierto, un arma escasamente documentada
por la arqueología. Por lo contrario, tendría mucho sentido iconográfico
que la media luna, el símbolo que identifica a la nación, se halle en manos
de un gobernante a caballo.

Es importante resaltar que existen cecas ibéricas anteriores al consulado y


dictadura de Sila, y desde luego no se halla en su leyenda la consonante que
determina su abreviatura. No por ello la moneda deja de tener un espectro
temático de la política preponderante de Roma. Un buen ejemplo lo
podemos ver relacionado en el inscrito denominado “bronce de Ascoli” del
año 89 a. C., hallado en Roma en el año 1908. En él se menciona la
procedencia de caballeros ibéricos de varias ciudades del valle medio del
Ebro, entre ellas, el antropónimo “Segiensis”. La ceca de Segia (Ejea de los
Caballeros, Zaragoza) muestra la leyenda ibérica SéÏa (Sekia), y como
podemos observar comienza con la diferente consonante /s/. Dicha leyenda,
traducida con su correspondiente variante silábica ki/gi, admitida en el
léxico de la lengua íbera, sería:

S é Ï a (s e ki a) dominio recibe, paz acepta.

Otro de los antropónimos documentados en el “bronce de Ascoli”, hace


referencia a los caballeros de la ciudad de Ilerda “Ilerdenses”. En el léxico
de la lengua ibérica no se pronunciaría Iltirta, sino que se articularía Ildirda.
Con escritura griega, hacia el 180 a. de C. la leyenda abreviada de la
moneda ibérica de Ildirda (Lérida), dice así: ílyçd (i l di r da) impone
ley, dicta Roma entrega.
Posteriormente, empleando la misma simbología determinante de una loba
(Roma) en sus reversos, las abreviaturas de la leyenda latina del Municipio
de Ilerda, presentes en las acuñaciones producidas durante el reinado de
Octavio (27 a. de C. a 14 d. de C.), tienen un significado muy coherente y

12
similar al reflejado con el sistema de escritura griego: Ilerda (i l e r da)
impone ley, recibe Roma entrega.

Para que todo apreciable lector sepa lo que esto quiere decir: El origen
etimológico de la actual Lérida es ibérico y su significado es estrictamente
político-social. Los íberos a lo largo de su historia no adoptaron una
lengua, sino varios sistemas de escritura . Demostrar que la escritura
bilingüe de las monedas ibéricas manifiestan el mismo texto de diferentes
formas, donde el alfabeto griego y latino pronuncian textos jurídicos
documentados que estructuran los mismos verbos castellanos en los dos
tipos de escritura, sin duda está indicando un mismo acontecimiento que el
que ocasionó la Piedra Rossetta, descifrada por Champollion en 1822. Al
mismo tiempo, nuestra cultura ibérica nos demuestra que determinar una
palabra, señalar su extensión, función o significado a través de la
abreviatura puede ser la fórmula más eficaz para superar la variedad
dialectal de un idioma, rebasando fronteras lingüísticas en el tiempo y el
espacio. La lengua ibérica es una lengua viva, y lo puede demostrar el
actual topónimo de Lérida, ya que éste no quiere decir nada en latín, y sí en
ibérico: Lérida (l e r i da) ley recibe, Roma impone entrega.

La leyenda numismática ibérica en particular, y la escritura ibérica en


general, no menciona topografías o accidentes geográficos. El topónimo de
Corduba (Córdoba) acuñado hacia mediados del siglo I a. C. en la moneda
con leyenda latina (Cordvba), no se debe a ningún accidente geográfico
(sobre una colina cerca de un río) relacionado con un antiguo oppidum,
que por cierto es una característica topográfica muy común de los oppida
de la antigüedad. Por el contrario, la escritura ibérica es un documento
estrictamente jurídico que no solo revela la lengua oficial de un idioma,
también tiene el poder narrativo de reflejar la verdadera situación político-
social de hechos históricos. La historia nos demuestra que la ciudad de
Corduba fue destruida durante las guerras civiles entre Julio César y
Pompeyo Magno (49-45 a. C.) y luego resurgió como Colonia Patricia
durante el reinado de Octavio (27 a. C. a 14 d.C.). La actual Córdoba
tendría un significado relacionado con estos hechos históricos:
Corduba (co r du ba) acato, Roma gobierna, comparece.
Cordoba (co r do ba) acato, Roma condona, comparece.

13
El llamado sufijo -sken por la historiografía convencional, muy presente en
leyendas de las cecas del norte del Ebro, así como en la ceca del sureste
peninsular íhlùSWN (Ikalkusken), por estar aplicada a nombres de
tribus o ciudades se le considera un genitivo plural (de los). Nada más lejos
de la realidad. La escritura ibérica no muestra artículos ni preposiciones, y
su leyenda es estrictamente jurídica:

í h l ù S W N (i ka l ku s n): impone, acata ley, acuerdo dominio, acate


nación.

El verbo imponer al inicio de la frase admite que el signo h (ka) pueda


referirse a la abreviatura de un personaje romano, realizando una lectura
más definida. Dada la cronología inicial de esta ceca, considerada de
principios del siglo II a. C. por los Estudios Numismáticos Valencianos de
Villaronga (1988), permite el cognomen del estadista, militar y literato
romano Catón, más conocido como Catón el Viejo (234-149 a. C.). De
hecho, Marco Porcio Catón fue nombrado procónsul a cargo de la Hispania
Citerior en el año 194 a. C. tratando con dureza a la población íbera y
explotando los recursos mineros situados al norte de la Península.
En este caso la leyenda se traduciría de la siguiente manera: í h l ù S W
N (i ka l ku s n) impone Catón ley, acuerdo dominio, acate nación.

Por otro lado, sobre la base de hallazgos numismáticos son muchos los
autores que se muestran favorables a una localización en la mesopotamia
de los ríos Júcar y el Cabriel, entre Albacete y Cuenca. La ceca de
Ikalku(n)sken también muestra en su leyenda la abreviatura de “nación”
con la consonante /n/ intercalada, estructurando una lectura algo más
extensa donde la palabra “nación” simplifica el ente autónomo e
independiente de un pueblo o ciudad: íhlùNSW N (i ka l ku n s ke n)
impone Catón ley, acuerdo nación, dominio acate nación.
Lo cierto es que no hay que descartar la mención de un gentilicio
abreviado con la /n/ intermedia, en relación a la etnia Númida, procedente
de Numidia ubicada al norte de África. Su presencia en la Península con el
bando cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica es sobradamente
conocida al ser mencionada por Tito Livio (23, 29, 4-5). Su relación con
esta ceca no sólo se debe al armamento y habilidad de los jinetes númidas
con el manejo de dos caballos en el campo de batalla, reflejado en el tipo
de reverso de los denarios de Ikalkunsken (jinete con rodela y dos
caballos), también tendría sentido la mención jurídica de un gentilicio de
14
origen externo que tras la derrota cartaginesa pasase a ser estipendiaria de
Roma. De hecho, Tito Livio (28, 20, 1-5) narra la presencia de desertores
africanos entre los auxiliares romanos en el sitio de Iliturgi (Mengibar,
Jaén).
En tal caso, la ceca de Ikalkunsken con la consonante /n/ intercalada tendría
la siguiente interpretación: íhlùNSW N (i ka l ku n s ke n) impone
Catón ley, acuerdo númida, dominio acate nación.
Algo sorprendente y esclarecedor es que en el año 157 a. C. Catón fuese
uno de los diputados enviados a Cartago para arbitrar entre los cartagineses
y el rey de Numidia llamado Masinisa. Esta cronología coincide o se
aproxima mucho a la fecha atribuible a los denarios ibéricos (después del
año 140 a. C.) que llevan la /n/ intercalada de la clase IV de Villaronga
(1988). Como estadista y militar, la estrategia para destruir a Cartago,
como propuso insistentemente al senado romano tras el viaje a Numidia
con su célebre frase Delenda est Carthago! (Cartago debe ser destruida),
bien pudo incluir un acuerdo con los númidas africanos que habitaban en la
Península y que en principio iban con el bando cartaginés.

La acuñación de Ikalkunsken ofrece la particularidad de tener leyenda


bilingüe entre sus últimas emisiones de principios del siglo I a. C., donde
muestra la iniciales latina CN F tras la cabeza, y delante una Q. La
referencia que menciono a continuación la publiqué en el libro titulado El
Ojo de Ibero: un código iconográfico (2005):
«Referente a la leyenda epigráfica de la moneda bilingüe de Ikalensken
convendría añadir unos detalles que de alguna manera parecen
correlacionarse con las hipótesis mencionadas. Ya que, el que corresponde
ser el nombre del magistrado CNF que se halla en la parte izquierda de la
cabeza está formado por tres letras, dos de ellas unidas, lo cual ya había
sido utilizado en la epigrafía monetal correspondiente al denario de la
Familia Fulvia, situada entre el 117 y 116 a. C. y cuyo nombre completo
sería Cn Fulvius (en Arroyo y Sanchís, 1981). Anecdóticamente, en el
reverso de un semis bilingüe de Cástulo se halla inscrita la leyenda CN.
FVL. CN.F. (Navascues, 1969) (Museo Arqueológico Nacional).
Según la descripción general de las monedas de la república romana
(Cohen, 1857, Lám. XVIII) en el denario de la familia Fulvia, sobre la línea
de exergo se hallan las iniciales CN. POVL (Cnaeus Folvius), y debajo M.
CAL. Q. MET. (Marcus Calielius, Quintus Metellus). En este denario se

15
menciona a tres magistrados, de los cuales conviene resaltar unas breves
pero interesantes reseñas del tercero. Quinto Cecilio Metelo fue cónsul en
el año 80 a. C., hijo de Metelo el Númida nombrado cónsul en el año 109 a.
C., el que venció al rey Yugurta de Numidia. Se trataría de un suceso que
de alguna manera pudo repercutir en las acuñaciones númidas de las
mencionadas tierras ocupadas por éstos. De hecho, esta fecha próxima al
siglo I a. C. cuadraría con la cronología de las últimas acuñaciones
bilingües de Ikalensken, como un territorio estipendiario de Roma.»
Aparte de la mencionada leyenda o transcripción de Ikalensken, que
considero errónea, sencillamente porque el signo ù /ku/ significa lo mismo
en la epigrafía ibérica como celtibérica, todo apunta a que dicho territorio o
colonia situada entre el Júcar y el Cabriel era Númida. Su primigenia
influencia con Cástulo se conservó políticamente enmarcada dentro de su
término territorial que posteriormente pasaría a la Citerior tras la reforma
de Augusto con la capital en Carthago Nova.

Por otro lado, anecdóticamente el único gentilicio que he podido sustraer


de la escritura ibérica también es exterior, y se manifiesta en conexión
epigráfica con el símbolo. Se trata de la vibrante doble /ŕ/ $, abreviatura
de Roma, presente en un botón ibérico con forma de mano. El gentilicio de
Roma es romano. Afinidad lingüística muy castellana que demuestra ser
equivalente y contemporánea del latín, ya que mano en latín se pronuncia
manus y el gentilicio de Roma es romanus.

La pieza de bronce procede de la Manchuela oriental, concretamente de El


Herrumblar (Cuenca), fue hallada por un agricultor en un yacimiento ibero-
romano ubicado en el paraje de El Monte, y se halla expuesta en la
Exposición Arqueológica de Abengibre (Albacete)7.

7
http://descendenciafilial.blogspot.com.es/

16
Dicho botón, muestra la vocal /a/ Ê travesada sobre la vibrante /ŕ/ $. Su
posición nos indica que no está configurada para una conjugación
epigráfica continuada con la narrativa $ Ê (ŕ a) Roma acepta, sino que
denota una clara intención simbólica con la propia mano. De hecho, la
vocal /a/ de “acepta” conjuga gramaticalmente con “mano”: acepta mano.
Una segunda acepción de la palabra “mano” es: persona que ejecuta una
cosa; y los sinónimos de mano son: patrocinio, represión, mando etc. Todo
ello relacionado con el gentilicio romano y la política preponderante de
Roma.

La estela ibérica de Sinarcas (Valencia)

El signo en /v/ contiene el mismo significado abreviado que la /i/ griega, y


se halla muy presente en la estela ibérica procedente del yacimiento de
Pozo Viejo, Sinarcas (Valencia). Datada por algunos autores al siglo I a.
C., todas las asignaciones semánticas realizadas hasta la fecha están
dirigidas hacia un contexto funerario. Por lo contrario, dudo mucho que la
cultura ibérica realice ese tipo de epitafios individuales. La lectura
epigráfica ibérica y celtibérica de la paleografía hispánica manifiesta
íntegramente documentos de índole jurídica, que contiene leyes, edictos o
decretos, hasta incluso en necrópolis y santuarios. Todo ello, desde las
primeras manifestaciones epigráficas presentes en la denominadas estelas
del suroeste, pertenecientes a los siglos VIII y VII a. C.

Museo de Prehistoria de Valencia

17
El rotulo de la cabecera comienza con la leyenda del signo m. Dicho
comienzo nos demuestra la gran importancia inicial del comunicado, con
el signo que determina el topónimo de Iberia. Para el resto de abreviaturas
que estructuran la frase inicial, lo primero que se observa es la diferencia
morfológica de la consonante /s/ en el mismo texto, por lo que nos estaría
indicando diferente interpretación. Diferencias morfológicas que incluso se
podrían ver en el quinto signo, donde se aprecia un pequeño guion
horizontal en la parte superior del palito (Foto). Lo más prudente es pasar a
la siguiente escritura lineal del texto y mencionar las interpretaciones más
reveladoras de la estela.

En la segunda línea se menciona la abreviatura del cognomen del dictador


romano Sila: bíSédzíludzéb

B í S é d z í l u d z é b (ba i s e da ś i l u da ś e ba) comparece,


impone dominio, recibe entrega, Sila impone ley, lucha entrega, Sila recibe,
comparece.

La tercera línea repite la idiosincrasia lingüística ibérica descrita por el


íbero como nación: NmíSéLdRBnmí

N m í S é L dR B n m í (n v i s e l dar ba n v i) nación Iberia


impone, dominio recibe, ley entregar, comparece nación Iberia impone.

En la séptima y última línea se confirma la interpretación:


míbSíblcRmbÇmN

m í b S í b l cR m b Ç m N (y i ba s i ba l kar y ba ŕ y n) Iberia
impone, comparece dominio, comparece, ley acatar Iberia, comparece
Roma, Iberia nación.

18
Epigrafía ibérica en el oppidum de Ensérune (Heráut, Francia)

La realidad mencionada por las fuentes clásicas es corroborada por la


lingüística ibérica, incluso al otro lado de los Pirineos, en uno de los
oppida de la Galia prerromana más importantes del sur de Francia,
habitado entre el siglo VI a. C. y el siglo I d. C. Situado sobre una colina a
escasa distancia de la laguna desecada de Montady, en la actual Nissan-lez-
Ensérune (Héraut, Francia), se registra abundante epigrafía ibérica, que
deja muy clara su idiosincrasia lingüística desde muy temprano. En el
registro Monumenta Linguarum Hispanicarum de Untermann (MLH II, B.
1. 53), se confirma la presencia de un plato cerámico con leyenda ibérica
que dice: kbÏé : nMí

k b Ï é : n M í (ko ba ki e : n y i) tributo comparece, paz recibe : nación


Iberia impone.

De Ensérune es también esta otra lectura (MLH II, B. 1.44) presente en una
escudilla cerámica, que nos indica otra forma evolucionada de abreviar el
mismo significado con otro signo similar a una /v/: ■FÈp Inmpmo■

■ F È p I n m p m o ■ (■ s ke ŕ bi n v ŕ v o ■) ■ dominio, acate Roma,


repare nación Iberia, Roma Iberia otorga ■

Ensérune permite muchas más lecturas de carácter geográfico e histórico,


como la referencia (MLH II, B. 1.61): bpmí

b p m í (ba ŕ y i): comparece Roma, Iberia impone.

Sobre sendas ánforas vinarias itálicas, consideradas del siglo II a. C., se


repite la misma frase en Ensérune (MLH II, B. 7.11 a; y B. 7.13):
épFXnmí

é p F X n m í (e ŕ s ko n y i) recibe Roma dominio, tributo nación Iberia


impone.

Aunque con otro significado, considero muy revelador que don Manuel
Gómez-Moreno entre los años 20 y 40 diese un mismo valor fonético a los
signos ibéricos M y m (/m/); al igual que considero muy importante que
dichos signos no los registre el ilustre granadino en el apartado tartesio de
la tabla de equivalencia fonéticas publicada en 1948. Coincidencias que sí
considero significativas para el análisis histórico y paleográfico de la

19
lengua ibérica, ya que el nombre de Iberia no se registra en las fuentes
clásicas en relación al periodo que pertenece la denominada cultura
tartésica. Recordemos que Gómez-Moreno descifró la fonética de los
signos, no su significado, por lo que hace comprensible el error de
transcripción. De hecho, considero importante que incluyese en la misma
fonética de la consonante /m/ los signos J y Ñ, signos que no significan
lo mismo que la M y m, pero sí están muy correlacionados al topónimo o
territorio de Iberia, ya que su fonética traduce la sílaba /ti/, con el
significado abreviado de “tierra”. Y desde luego, eso sólo puede ser
explicado por el léxico y la gramática de la lengua ibérica, y en especial, en
el contexto numismático.
Lo cierto es que el corpus numismático nos tiene tan acostumbrados a la
transcripción de algunos nombres que resulta casi imposible que se pueda
leer de otra manera:
La ceca de Damaniu (Región Aragonesa) fechada entre el 120 y 20 a. C., se
leería Datianiu, dJaNíu:
D J a N í u (da ti a n i u) entrega tierra, acepta nación, impone lucha.

La ceca de Okalakom (Región Navarro-Aragonesa) fechada entre el 120 y


20 a. C, es un claro ejemplo de la errónea lectura acabada en /m/, y la
correcta correspondencia gramatical y sintáctica acabada en /ti/ oclakJ:

o c l a k J (o ka l a ko ti) otorga, acata ley, acepta tributo tierra.

Con una cronología similar, otra ceca considerada también de la Región


Navarro-Aragonesa es la denominada Omtices, oÑyÈS. Esta ceca muestra
el otro signo mencionado por Gómez- Moreno en forma de T latina, y al
mismo tiempo que se corrige su equivalencia fonética, define al signo y,
no como a la silábica /ti/, sino como su variante ibérica /di/, pronunciando
su correcta lectura: Otidikes.

o Ñ y È S (o ti di ke s) otorga tierra dicta, acate dominio.

Bien es cierto que dichas abreviaturas pueden admitir el nombre de un


personaje romano, y cronológicamente el candidato que más se aproxima
sería Octavio Augusto (27 a. C. y 14 d. C.). En este caso la traducción de
Otidikes sería: Octavio tierra dicta, acate nación.

Otro signo mencionado por el corpus numismático como /ti/ 6, sí tiene


una transcripción correcta, ya que tiene el mismo valor interpretativo de la
20
abreviatura “tierra”. Así tendríamos barias cecas con una reveladora
correspondencia gramatical.
Un caso importante es la ceca de zaí6 Saiti (Játiva) con una cronología de
hacia el 120 a 20 a. C. El cuadrante de Vives (1926, XX, 7) muestra es su
anverso la leyenda z a í 6 (ś a i ti): Sila acepta, impone tierra.
En el reverso se muestra la leyenda: í k 9 D z (i ko ŕ da ś) impone
tributo Roma, entrega Sila.

La ceca de íl6çÈSÈn (iltirkesken), situada al norte del Ebro, también


tendría una correcta transcripción: í l 6 ç È S È n (i l ti ŕ ke s ke n)
impone ley tierra, Roma acate, dominio acate nación.

Revelador es que en el bronce de Botorrita I, considerado uno de los


documentos celtiberos más extensos, hallado en el yacimiento de Contrebia
Belaisca (Cabezo de las Minas, Zaragoza), no se mencione en ninguna
ocasión las abreviaturas que determinan a la nación de Iberia (M y m). En
la línea 3, párrafo 26 (L. 3/ 26) se escribe el cognomen completo de Sila
con la interpretación: zíla ú 9 (śila bu ŕ) Sila cambio Roma. Y lo
escriben tal cual “Sila”. Para que todo el mundo se entere, el nombre de
Sila en latín se escribe “Sullus”. No se trata de la simple entonación de una
letra, sino de toda una palabra, un antropónimo que conjuga
gramaticalmente en su estructura lingüística del Castellano y con el resto de
abreviaturas determinantes de la escritura ibérica 8. Lo que se pretende
aclarar, es que dicho bronce además de ser un documento jurídico bajo
imposición de Roma, tiene una cronología precisa situada entre el 81 y el
80 a. C. Y dada la ausencia determinante del topónimo de “Iberia”, puede
demostrar que a comienzos del siglo I a. C. el alcance geográfico de Iberia
no incluía dicho lugar (Cabezo de las Minas, Zaragoza).

Un caso anómalo es el que muestra el denario con leyenda klouMíoù,


procedente según Beltrán (1950) de Coruña del Conde (Burgos),
considerado entre el 120-40 a. C. En Villaronga (1994, pág. 283) se
menciona que procede de Peñalba de Castro (Burgos), con una cronología
de principios del siglo I a. C. La leyenda ibérica tiene una lectura muy

Abelardo López Pérez - Academia.edu


8

independent.academia.edu/AbelardoLópezPérez

21
reveladora: k l o u M í o ù (ko l o u y i o ku) tributo ley otorga, lucha
Iberia impone, otorga acuerdo.
Evidentemente se menciona a Iberia. Una explicación podría estar en que
dicha ceca sea de finales del siglo I a. C., cuando toda la Península ya es
denominada Iberia según el geógrafo e historiador griego Estrabón. Quizá
incluida en un contexto histórico relacionado con las guerras cántabras que
tuvieron lugar del año 29 a. C. al 19 a. C. De hecho, la privilegiada
situación de Burgos, en el centro norte peninsular, lo sitúa como lugar de
paso obligado desde la meseta hacía Cantabria. Por otro lado, la narrativa
epigráfica y los datos cronológicos de la cerámica de Numancia (referencia
MLH IV, K. 9. 2) demuestran estar relacionados. Cronología atribuible a un
oinochoe procedente del yacimiento arqueológico de Numancia (Garray,
Soria) datado por Olcoz, S. y Medrano, M. (2008) entre la mitad o el tercer
cuarto del siglo I a. C y principios del siglo I d. C. La narrativa de la
inscripción dividida en dos espacios separados por tres puntos en vertical,
dice así:
l u a M í k o ; k o q í m a u (l u a y i ko o ; ko o ŕ i y a u) ley
lucha acepta, Iberia impone, tributo otorga ; tributo otorga, Roma impone
Iberia, acepta lucha.

Tinaja de La Serreta (Alcoy, Alicante)

El conjunto arqueológico de La Serreta de Alcoy (poblado, necrópolis y


santuario) lo sitúa a la cabeza de un importante territorio de la Contestania
a finales del siglo III o principios del II a. C.

Parte del friso superior de la tinaja del yacimiento ibérico de La Serreta, según Cortell (en
Aranegui et al., 1997).

22
La conexión epigráfica y simbólica no deja paso a la especulación en la
escena de la tinaja procedente de La Serreta. Entre los dos combatientes
armados se hallan representadas sendas hojas de hiedra de las que surgen
respectivas letras o signos epigráficos ibéricos.

Combatiente izquierda
El signo ibérico J /ti/ surge de la hoja de hiedra: unión tierra.

Combatiente derecha
EL signo ibérico u /u/ surge de la hoja de hiedra: unión lucha.

Determinante es la simbología y determinante es la escritura. La narrativa


epigráfica ibérica interviene en el contexto interpretativo de su iconografía,
formulando oraciones y expresando conceptos que establecen un vínculo
político-social, ante hechos figurativos de un claro contexto bélico. La
cronología de esta cerámica, de los siglos III-II a. C. confirma un veredicto
de la Historia, la causa y efecto de los conflictos ocasionados por la
conquista de Roma en Hispania. El símbolo que determina a la “tierra” es
la gran S y se halla repetidamente presente en la narrativa iconográfica de
la tinaja de La Serreta. Entre los pies del combatiente de la izquierda se
hallan “eses seriadas” con las cuales se expresa el verbo “clamar”: emitir la
palabra de manera grave y solemne. Entre los pies del combatiente de la
derecha se halla, entre otros símbolos (zapatero, símbolo de fidelidad, y
hoja de hiedra, símbolo de la unión), una flor de cuatro pétalos con el signo
ibérico d /da/ en su interior. Se trata de otra letra ibérica que expresa
directamente el verbo dar, cuyo sinónimo es entregar. De hecho, guardando
sincronía epigráfica la flor de cuatro pétalos simboliza la vida, emitiendo
una frase que idealiza la forma de pensar, sentir o actuar de la Cultura
Ibérica con una de las instituciones guerreras más importantes de la
Antigüedad, la llamada devotio o pacto de fidelidad: entrega vida.

23
Entre otros autores grecolatinos (Apiano, Iber. 71; Livio 25,17, 4 y 31, 21;
Orosio, 5, 23; etc.), Estrabón (III, 4, 18) nos dice que es costumbre ibérica
la de consagrarse a aquellos a quienes se unen hasta sufrir la muerte por
ellos; y Plutarco (Sert. 14) nos indica que es costumbre entre los hispanos
que los que hacían formación aparte con el jefe, perecían con él si venía a
morir.
Apoyado en la correspondencia entre lo representado y la naturaleza de las
cosas se ofrece la oportunidad de concebir la imagen con la realidad
transmitida o dictada por las fuentes clásicas, identificando la escena en el
trasunto de un suceso real.

Es necesario recordar, que para lograr una correcta interpretación de la


estructura lingüística ibérica, cada nueva averiguación implica la revisión
de lo anterior. Para facilitar la revisión de una interpretación más correcta,
expongo al final de este trabajo, el instrumental del método comparativo
renovado y simplificado.
Un ejemplo significativo de dicha revisión, sería la lectura completa de la
frase mencionada anteriormente (MLH III, F.13.5), escrita en el labio o
boca del Kalathos núm. 121, departamento 11 de Llíria, sobre la escena
figurada de jinetes armados: bSzujD7níPé

B S z u j D 7 n í P é: (ba s ś u ti da y n i ŕ e) comparece dominio,


sucesión lucha, tierra entrega, Iberia nación impone, Roma recibe.

La quinta frase de la leyenda de dicho Kalathos lo dice todo:


í u j b y P: (i u ti ba di ŕ) impone lucha, tierra comparece, dicta Roma.

24
La razón de lo evidente

Reproducción simbólica extraída del Kalathos núm. 107 del departamento 12 y 13 de Llíria.

Comprendo que al no conocer la lengua de los íberos se hayan dado palos


de ciego por doquier. Pero, desde ahora, disculpen si considero absurdo y
nada inocente cualquier otra interpretación basada en cualquier otro
sistema, cuya valoración semántica no guarde una correspondencia
gramatical y al mismo tiempo no sea correspondida por las fuentes
literarias clásicas y los datos históricos, testimonio clave de la epigrafía
ibérica.
La complicidad de la mentira no tiene cabida ante la regularidad gramatical
que permite la coherencia lógica interna de una lengua. La complicidad de
la mentira no tiene cabida ante la verdad de aquello que se puede ver y
contrastar. Tan cierto como que la hoja de hiedra simboliza la unión y es
motivo de júbilo y celebración, las interpretaciones iconográficas y
epigráficas gozan de la firmeza necesaria para compartir una opinión
generalizada de un firme consenso en la comunidad científica. El nombre
de Iberia en dichos documentos jurídicos transfiere un comportamiento
unificador, y por tanto manifiesta la conciencia de su unidad. Las fuentes
literarias clásicas se ponen de acuerdo con las fuentes epigráficas ibéricas
para transmitir la realidad histórica con una evidente correspondencia en el
vocabulario ibérico y el topónimo que define, en el último siglo a. C., la
organización de una unidad étnica suprarregional. El topónimo de Iberia se
documenta entre el siglo III y II a. C., en las actuales provincias de
Valencia y Castellón. En el siglo II a. C. se pronuncia en Cataluña y en el
sureste de Francia, en la actual Nissan-lez-Ensérune. Y a comienzos del
siglo I a. C. se acuña en la numismática del valle medio del norte del Ebro.

Además de todo lo expuesto, valga como expresión gramatical y sintáctica


de primera mano, la escritura ibérica mencionada ante un hecho histórico
25
ocurrido en el poblado de El Tossal de San Miquel de Llíria, destruido y
abandonado entre el año 175 y 150 a. C. en lucha contra Roma. En el
fragmento cerámico de la tinaja núm. 157, departamento 44 de Llíria, ante
la presencia figurada de jinetes en actitud de lucha (brazo alzado con
lanza), se muestra la leyenda clasificada por Untermann como F.13.16 b
(MLH III, 1990).

Aranegui et al., 1997

Dicha leyenda pronuncia la frase: ÍtMbq■


Ít M b q ■ (pide y ba ŕ) pide Iberia comparece Roma.

Pedir: Rogar o demandar a uno que dé o haga una cosa.


Comparecer: Presentarse uno ante otro.

El verbo “pedir” dicen que viene del latín petere: ir hacia un lugar, aspirar
a algo. Es más, se considera obvio que la palabra pedir viene por vía
vulgar, es decir, parte de un fondo originario de una lengua romance que
por deformación popular del latín hablado pasó a ser un vulgarismo
generado entre los años 500 y 800 d. C., como expresión o palabra de
registro popular y no de habla culta.
Aquí, lo que resulto obvio es la prepotente manipulación de un falso
convencionalismo medieval que determina una procedencia errónea de la
lengua romance.
El castellano reconoce su concreto origen con documentos jurídicos de
más de 2.000 años de antigüedad. Y en este caso, la secuencia Ít (pide),
se pronuncia en 29 ocasiones en todo el registro epigráfico de las

26
inscripciones ibéricas conocidas hasta la fecha9. En 10 ocasiones, en
documentos donde se registra la abreviatura de Roma, y en otras 10
ocasiones junto a la abreviatura de Roma: Ít q (pide ŕ) pide Roma.
El lenguaje ibérico es el origen etimológico del castellano. Todo ello se
verifica con la adopción del alfabeto griego y latino en textos jurídicos
documentados que estructuran los mismos verbos castellanos en dos tipos
de escritura. La estructura materna o vernácula de una lengua se verifica
con la correspondencia gramatical y sintáctica presente en diversos textos
bilingües con diversos tipos epigráficos de la época. La presencia
verificada de ésta correspondencia jurídica confirma la legitimidad cognada
de una lengua. Con la ausencia de esta correspondencia, el origen
etimológico de una lengua se convierte en una ciencia inexacta, y por tanto
fácil de manipular.
El conocimiento científico de la lengua ibérica contribuirá a conservar la
pureza de nuestra lengua frente a la tendencia deformadora de otras teorías,
ya que significativos verbos determinantes y la abreviatura del signario
íbero permite configurar el inventario de sonidos de su propia lengua.
Nuestra cultura ibérica nos demuestra que determinar una palabra, señalar
su extensión, función o significado a través de la abreviatura puede ser la
fórmula más eficaz para superar la variedad dialectal de un idioma,
rebasando fronteras lingüísticas en el tiempo y el espacio. De hecho, la
lengua que transcribe lo ibérico, utilizó el mismo tipo de escritura para
anotar la lengua celtibérica y gala. Todo ello justifica y confirma, por
obligación, que la verdad descifrada rompa con algunas teorías
preconcebidas y con todo tipo de genealogías lingüísticas asignadas a la
escritura de los íberos.
La lengua ibérica es tan indoeuropea como lo es el griego o el latín. Con
mucha razón ha despreciado toda asociación o manipulación de las
insistentes declinaciones lingüísticas conocidas como argativas, muy
presentes en las denominadas lenguas pre-indoeuropeas como el vasco,
caucásico o bereber. Es más, la lengua vasca no ofrece signos de su
existencia en el siglo II a. C. El criterio básico para clasificar la familia
lingüística ibérica como lengua no indoeuropea pierde toda su credibilidad.
Lo corrobora la regularidad gramatical que permite la coherencia lógica
interna de una lengua y lo afirma toda una coincidencia epigráfica,
simbólica, cronológica, espacial y territorial que influye en los factores

9
Ver http://cathalaunia.org/ibr/ibr.

27
culturales y sociales de su interpretación, así como en el antecedente y
desarrollo de la obra.

Lo cierto es que sobran explicaciones. Con lo expuesto es suficiente para


hacer comprender la existencia de todo un código lingüístico, epigráfico y
simbólico, visualizado a través de nuestra propia Cultura Ibérica, capaz de
afirmar una verdad demostrable. Un teorema que es avalado por nuestro
propio lenguaje castellano, la voz de nuestra más profunda identidad
cultural. Y cualquier otro camino será negarse a la comprensión del
lenguaje ibérico, negar la conciencia de un destino común, de unidad, de
origen y de historia.

28
Instrumental del método comparativo

TABLA DE EQUIVALENCIA VERBAL ÍBERO-CASTELLANA

SIGNARIO TRADUCCIÓN INTERPRETACIÓN VERBO SINÓNIMO


a áa A ACEPTA ACEPTAR ACEPTA
éè E RECIBE RECIBIR RECIBE
í I IMPONE IMPONER IMPONE
7Mm Y IBERIA IBERIA
o o O OTORGA OTORGAR OTORGA
u U LUCHA LUCHAR LUCHA
l L LEGISLA LEGISLAR LEY
n N NACIÓN NACER CIUDAD….
z Ś SUCEDE SUCEDER SUCESIÓN
z Ś SILA (dictador, 81-80
a. C.)
S S SÉ SABER DOMINO,
DOMINIO
q q9ç Ŕ (vibrante ROMA ROMA
doble)
Rr R (vibrante R -R
simple)
B BA (pa) VA IR COMPARECE….
Ì BE (pe) VE IR CAMBIA….
VER ADVIERTE….
I BI (pi) VI VER REPARE…
Ö BO (po) RIJO REGIR REGENTO
DIRIJO DIRIGIR
ú BU (pu) VUELVO VOLVER CAMBIO
d DA (ta) DA DAR ENTREGA
&4 T DE (te) CONCEDE CONCEDER ENTREGUE
y DI (ti) DI DICTAR DICTA
jÑ6 TI TIERRA TERRITORIO
O DO (to) CONDONA CONDONAR PERDONA
ÙÜ DU (tu) CONDUCE CONDUCIR GOBIERNA
Ch KA (ga) ACATA ACATAR TRIBUTA
È KE (ge; ce) ACATE ACATAR TRIBUTE
Ï KI (gi; ci) AQUIETA AQUIETAR APACIGUA
k KO (go) ACATO ACATAR TRIBUTO
ù KU (gu) ACUERDO ACORDAR TRATADO
aR AR ORDENA ORDENAR MANDA
oR OR ORDENO ORDENAR MANDO
éR ER ORDENE ORDENAR MANDE
ADVERBIO
aí AI AHÍ LUGAR

BIBLIOGRAFÍA
Aranegui, C. (Ed.); Martí, Mª A.; Mata, C. y Pérez Ballester, J. (1997): Damas y
Caballeros en la Ciudad Ibérica. Madrid.

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Historia 16, Madrid.

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