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* La Exposición Arqueológica de Abengibre fue inaugurada en Mayo de 1996 junto al Edificio de
Servicios Múltiples de la localidad por el ex presidente de la Junta de Comunidades de Castilla- La
Mancha, José Bono Martínez. En la actualidad, como nueva institución de Castilla-La Mancha se halla
dada de alta en el Directorio de Museos y Colecciones de España.
1
Y como el orden básico de las palabras constituye un indicio fiable de la
naturaleza del idioma, ante la regularidad gramatical que permite la
coherencia lógica interna de una lengua, pasemos a comprobar qué nos
dicen los propios íberos de esta realidad transmitida por las fuentes
clásicas.
1
https://www.academia.edu/23704098/DESCIFRADA_LA_LENGUA_%C3%8DBERA_EL_LENGUAJE_IB%C3
%89RICO_ORIGEN_ETIMOL%C3%93GICO_DEL_CASTELLANO_S%C3%8DLABAS_VOCALES_Y_CONSONAN
TESo;
2
ibérico M, similar a una /i/ griega, trasmite la interpretación de una de las
abreviaturas determinantes más importantes y reveladoras del signario
ibérico. Dicha revisión puede cambiar la composición de algunas frases,
pero se respeta por completo la línea de investigación anunciada, la que yo
denomino sistema o método íbero-castellano.
El signo ibérico M fue interpretado por Gómez-Moreno (1949) como la
consonante /m/. Mientras que otros autores lo consideran la consonante /n/
o la sílaba /b/, Fletcher Valls (1981) tratando el plomo de Orley V lo
transcribe como una /i/ griega. Y ésta transcripción es la que responde en
forma epigráfica y significado histórico a la narración interpretativa de la
epigrafía íbera, como una adaptación de un sistema de escritura griego y
como la denominación, parcial o total de un territorio, de un nombre dado
por los griegos a la Península.
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incluido en una de las etapas más destacada de la necrópolis de Orley, el
siglo III a. C. La propia historia se pone de acuerdo y nos dice que una de
las primeras misiones de Roma a la llegada en el año 218 a. C. a la
Península, fue la de someter mediante tratado o por fuerza a los jefes de
tribus ibéricas de zonas costeras próximas al lugar de desembarco en
Ampurias.
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de cuatro líneas (L 4/) y 21 frases (/21) separadas por puntos en posición
vertical.
La primera frase de dicho documento (L 1/1) comienza así: ñBqyaÏm;
ñ B q y a Ï m; (y ba ŕ di a ki s) Iberia comparece, Roma Dicta, acepta
paz dominio.
La línea 4, frase 18 (L 4/18) diferenciando tipológicamente la vibrante
múltiple (ŕ) de la simple (r), se lee: aqÏyGR;
a q Ï y GR; (a ŕ ki di ker) acepta Roma paz, dicta César.
5
(Aranegui et al., 1997).
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línea. El texto final, leído de izquierda a derecha, dice así:
MbqùZbnMbqùZ
M b q ù Z b n M b q ù Z (y ba ŕ ku ś ba n y ba ŕ ku ś) Iberia
comparece, Roma acuerdo sucesión, comparece nación Iberia, comparece
Roma, acuerdo sucesión.
Considero oportuno indicar algunos sinónimos de la palabra “sucesión”:
orden, línea, descendencia, linaje, etc.
Lo revelador de la imagen mencionada de Llíria es la interacción del
símbolo y la escritura interviniendo en el contexto narrativo ibérico 2. La
abreviatura de Iberia se halla en conexo con una hoja de hiedra, símbolo de
la unión. Un hecho claramente intencionado al mostrar el rabito de la hoja
junto con el palito vertical del signo, que nos estaría indicando la unidad de
Iberia.
La cualidad transcendental de la hoja de hiedra reside en su carácter
universal, sintetiza y corrobora la realidad del lenguaje iconográfico a
través de un hecho natural que proyecta relaciones referidas al mundo real,
ya que la hiedra se une accidentalmente a cualquier cuerpo extraño con sus
raíces adventicias. El significado y difusión de la hoja de hiedra nos ofrece
un código visual-semántico que se pone de acuerdo en el contexto
interpretativo iconográfico y la situación socio-política de un hecho
histórico influenciado por la II Guerra Púnica.
Por otro lado, la abreviatura epigráfica de la palabra “nación” acompaña en
todos los casos mencionados a la abreviatura de Iberia. Y desde luego no
sólo se muestra simplificada en el ente autónomo e independiente de un
pueblo o ciudad ubicada en la Edetania, sino que se trata de una unidad
indígena presente también en otro pueblo citado por las fuentes como
ibérico, el territorio del pueblo íbero de los layetanos, en la actual
Barcelona.
2
https://es.scribd.com/…/El-LENGUAJE-IBERICO-ORIGEN-ETIMOLOG…
7
Estela ibérica de Barcelona
3
Hallada en 1858 en una finca de la carretera de l’ Arc de Sant Ramón del Call, y desparecida o
reutilizada como material de construcción en el mismo lugar en el año 1863.
4
López Pérez, A. (2006): “Símbolos astrales en la Antigüedad”. Revista de Arqueología nº 301, pp. 56-63.
Madrid.
https://www.scribd.com/…/320728523/Simbolos-Astrales-en-La-…
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lyPà (l di ŕ a): ley dicta Roma, acepta
5
Comas i Solà, Montserrat : 2001 : "Les esteles funeràries ibèriques de Badalona" : Carrer dels
Arbres. Revista anuari del Museu de Badalona : 12 p.7-14.
6
Ibídem.
9
La narración epigráfica de las dos estelas concierne a un mismo mensaje
jurídico con el correlato seguro de un texto, que desde luego no manifiestan
el epitafio de un texto fúnebre. El lenguaje iconográfico de las lanzas,
como arma por excelencia de la lucha en la antigüedad, guarda contexto
narrativo epigráfico con las dos estelas.
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el topónimo de Calagurri justifica su adaptación a la lengua ibérica. El
origen etimológico de la actual Calahorra (Logroño) es ibérico y su
significado es estrictamente político-social. La fecha de acuñación de la
moneda Kalakorikos se sitúa durante la dictadura de Sila (81- 80 a. C.). No
por casualidad las monedas de Kalakorikos, en sus anversos se acuñan la
media luna y estrella ante la cabeza, y delfín detrás, aludiendo al dominio
de la nación regente.
De hecho, otra ceca considerada de la región del norte del Ebro, referencia
2344 (Navascues, 1969), muestra bajo el jinete la leyenda ibérica partida
por las patas del caballo:
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Referente al reverso de dicha moneda, habrá quién vea un arma en forma
de hoz en manos del jinete, por cierto, un arma escasamente documentada
por la arqueología. Por lo contrario, tendría mucho sentido iconográfico
que la media luna, el símbolo que identifica a la nación, se halle en manos
de un gobernante a caballo.
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similar al reflejado con el sistema de escritura griego: Ilerda (i l e r da)
impone ley, recibe Roma entrega.
Para que todo apreciable lector sepa lo que esto quiere decir: El origen
etimológico de la actual Lérida es ibérico y su significado es estrictamente
político-social. Los íberos a lo largo de su historia no adoptaron una
lengua, sino varios sistemas de escritura . Demostrar que la escritura
bilingüe de las monedas ibéricas manifiestan el mismo texto de diferentes
formas, donde el alfabeto griego y latino pronuncian textos jurídicos
documentados que estructuran los mismos verbos castellanos en los dos
tipos de escritura, sin duda está indicando un mismo acontecimiento que el
que ocasionó la Piedra Rossetta, descifrada por Champollion en 1822. Al
mismo tiempo, nuestra cultura ibérica nos demuestra que determinar una
palabra, señalar su extensión, función o significado a través de la
abreviatura puede ser la fórmula más eficaz para superar la variedad
dialectal de un idioma, rebasando fronteras lingüísticas en el tiempo y el
espacio. La lengua ibérica es una lengua viva, y lo puede demostrar el
actual topónimo de Lérida, ya que éste no quiere decir nada en latín, y sí en
ibérico: Lérida (l e r i da) ley recibe, Roma impone entrega.
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El llamado sufijo -sken por la historiografía convencional, muy presente en
leyendas de las cecas del norte del Ebro, así como en la ceca del sureste
peninsular íhlùSWN (Ikalkusken), por estar aplicada a nombres de
tribus o ciudades se le considera un genitivo plural (de los). Nada más lejos
de la realidad. La escritura ibérica no muestra artículos ni preposiciones, y
su leyenda es estrictamente jurídica:
Por otro lado, sobre la base de hallazgos numismáticos son muchos los
autores que se muestran favorables a una localización en la mesopotamia
de los ríos Júcar y el Cabriel, entre Albacete y Cuenca. La ceca de
Ikalku(n)sken también muestra en su leyenda la abreviatura de “nación”
con la consonante /n/ intercalada, estructurando una lectura algo más
extensa donde la palabra “nación” simplifica el ente autónomo e
independiente de un pueblo o ciudad: íhlùNSW N (i ka l ku n s ke n)
impone Catón ley, acuerdo nación, dominio acate nación.
Lo cierto es que no hay que descartar la mención de un gentilicio
abreviado con la /n/ intermedia, en relación a la etnia Númida, procedente
de Numidia ubicada al norte de África. Su presencia en la Península con el
bando cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica es sobradamente
conocida al ser mencionada por Tito Livio (23, 29, 4-5). Su relación con
esta ceca no sólo se debe al armamento y habilidad de los jinetes númidas
con el manejo de dos caballos en el campo de batalla, reflejado en el tipo
de reverso de los denarios de Ikalkunsken (jinete con rodela y dos
caballos), también tendría sentido la mención jurídica de un gentilicio de
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origen externo que tras la derrota cartaginesa pasase a ser estipendiaria de
Roma. De hecho, Tito Livio (28, 20, 1-5) narra la presencia de desertores
africanos entre los auxiliares romanos en el sitio de Iliturgi (Mengibar,
Jaén).
En tal caso, la ceca de Ikalkunsken con la consonante /n/ intercalada tendría
la siguiente interpretación: íhlùNSW N (i ka l ku n s ke n) impone
Catón ley, acuerdo númida, dominio acate nación.
Algo sorprendente y esclarecedor es que en el año 157 a. C. Catón fuese
uno de los diputados enviados a Cartago para arbitrar entre los cartagineses
y el rey de Numidia llamado Masinisa. Esta cronología coincide o se
aproxima mucho a la fecha atribuible a los denarios ibéricos (después del
año 140 a. C.) que llevan la /n/ intercalada de la clase IV de Villaronga
(1988). Como estadista y militar, la estrategia para destruir a Cartago,
como propuso insistentemente al senado romano tras el viaje a Numidia
con su célebre frase Delenda est Carthago! (Cartago debe ser destruida),
bien pudo incluir un acuerdo con los númidas africanos que habitaban en la
Península y que en principio iban con el bando cartaginés.
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menciona a tres magistrados, de los cuales conviene resaltar unas breves
pero interesantes reseñas del tercero. Quinto Cecilio Metelo fue cónsul en
el año 80 a. C., hijo de Metelo el Númida nombrado cónsul en el año 109 a.
C., el que venció al rey Yugurta de Numidia. Se trataría de un suceso que
de alguna manera pudo repercutir en las acuñaciones númidas de las
mencionadas tierras ocupadas por éstos. De hecho, esta fecha próxima al
siglo I a. C. cuadraría con la cronología de las últimas acuñaciones
bilingües de Ikalensken, como un territorio estipendiario de Roma.»
Aparte de la mencionada leyenda o transcripción de Ikalensken, que
considero errónea, sencillamente porque el signo ù /ku/ significa lo mismo
en la epigrafía ibérica como celtibérica, todo apunta a que dicho territorio o
colonia situada entre el Júcar y el Cabriel era Númida. Su primigenia
influencia con Cástulo se conservó políticamente enmarcada dentro de su
término territorial que posteriormente pasaría a la Citerior tras la reforma
de Augusto con la capital en Carthago Nova.
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http://descendenciafilial.blogspot.com.es/
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Dicho botón, muestra la vocal /a/ Ê travesada sobre la vibrante /ŕ/ $. Su
posición nos indica que no está configurada para una conjugación
epigráfica continuada con la narrativa $ Ê (ŕ a) Roma acepta, sino que
denota una clara intención simbólica con la propia mano. De hecho, la
vocal /a/ de “acepta” conjuga gramaticalmente con “mano”: acepta mano.
Una segunda acepción de la palabra “mano” es: persona que ejecuta una
cosa; y los sinónimos de mano son: patrocinio, represión, mando etc. Todo
ello relacionado con el gentilicio romano y la política preponderante de
Roma.
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El rotulo de la cabecera comienza con la leyenda del signo m. Dicho
comienzo nos demuestra la gran importancia inicial del comunicado, con
el signo que determina el topónimo de Iberia. Para el resto de abreviaturas
que estructuran la frase inicial, lo primero que se observa es la diferencia
morfológica de la consonante /s/ en el mismo texto, por lo que nos estaría
indicando diferente interpretación. Diferencias morfológicas que incluso se
podrían ver en el quinto signo, donde se aprecia un pequeño guion
horizontal en la parte superior del palito (Foto). Lo más prudente es pasar a
la siguiente escritura lineal del texto y mencionar las interpretaciones más
reveladoras de la estela.
m í b S í b l cR m b Ç m N (y i ba s i ba l kar y ba ŕ y n) Iberia
impone, comparece dominio, comparece, ley acatar Iberia, comparece
Roma, Iberia nación.
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Epigrafía ibérica en el oppidum de Ensérune (Heráut, Francia)
De Ensérune es también esta otra lectura (MLH II, B. 1.44) presente en una
escudilla cerámica, que nos indica otra forma evolucionada de abreviar el
mismo significado con otro signo similar a una /v/: ■FÈp Inmpmo■
Aunque con otro significado, considero muy revelador que don Manuel
Gómez-Moreno entre los años 20 y 40 diese un mismo valor fonético a los
signos ibéricos M y m (/m/); al igual que considero muy importante que
dichos signos no los registre el ilustre granadino en el apartado tartesio de
la tabla de equivalencia fonéticas publicada en 1948. Coincidencias que sí
considero significativas para el análisis histórico y paleográfico de la
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lengua ibérica, ya que el nombre de Iberia no se registra en las fuentes
clásicas en relación al periodo que pertenece la denominada cultura
tartésica. Recordemos que Gómez-Moreno descifró la fonética de los
signos, no su significado, por lo que hace comprensible el error de
transcripción. De hecho, considero importante que incluyese en la misma
fonética de la consonante /m/ los signos J y Ñ, signos que no significan
lo mismo que la M y m, pero sí están muy correlacionados al topónimo o
territorio de Iberia, ya que su fonética traduce la sílaba /ti/, con el
significado abreviado de “tierra”. Y desde luego, eso sólo puede ser
explicado por el léxico y la gramática de la lengua ibérica, y en especial, en
el contexto numismático.
Lo cierto es que el corpus numismático nos tiene tan acostumbrados a la
transcripción de algunos nombres que resulta casi imposible que se pueda
leer de otra manera:
La ceca de Damaniu (Región Aragonesa) fechada entre el 120 y 20 a. C., se
leería Datianiu, dJaNíu:
D J a N í u (da ti a n i u) entrega tierra, acepta nación, impone lucha.
independent.academia.edu/AbelardoLópezPérez
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reveladora: k l o u M í o ù (ko l o u y i o ku) tributo ley otorga, lucha
Iberia impone, otorga acuerdo.
Evidentemente se menciona a Iberia. Una explicación podría estar en que
dicha ceca sea de finales del siglo I a. C., cuando toda la Península ya es
denominada Iberia según el geógrafo e historiador griego Estrabón. Quizá
incluida en un contexto histórico relacionado con las guerras cántabras que
tuvieron lugar del año 29 a. C. al 19 a. C. De hecho, la privilegiada
situación de Burgos, en el centro norte peninsular, lo sitúa como lugar de
paso obligado desde la meseta hacía Cantabria. Por otro lado, la narrativa
epigráfica y los datos cronológicos de la cerámica de Numancia (referencia
MLH IV, K. 9. 2) demuestran estar relacionados. Cronología atribuible a un
oinochoe procedente del yacimiento arqueológico de Numancia (Garray,
Soria) datado por Olcoz, S. y Medrano, M. (2008) entre la mitad o el tercer
cuarto del siglo I a. C y principios del siglo I d. C. La narrativa de la
inscripción dividida en dos espacios separados por tres puntos en vertical,
dice así:
l u a M í k o ; k o q í m a u (l u a y i ko o ; ko o ŕ i y a u) ley
lucha acepta, Iberia impone, tributo otorga ; tributo otorga, Roma impone
Iberia, acepta lucha.
Parte del friso superior de la tinaja del yacimiento ibérico de La Serreta, según Cortell (en
Aranegui et al., 1997).
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La conexión epigráfica y simbólica no deja paso a la especulación en la
escena de la tinaja procedente de La Serreta. Entre los dos combatientes
armados se hallan representadas sendas hojas de hiedra de las que surgen
respectivas letras o signos epigráficos ibéricos.
Combatiente izquierda
El signo ibérico J /ti/ surge de la hoja de hiedra: unión tierra.
Combatiente derecha
EL signo ibérico u /u/ surge de la hoja de hiedra: unión lucha.
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Entre otros autores grecolatinos (Apiano, Iber. 71; Livio 25,17, 4 y 31, 21;
Orosio, 5, 23; etc.), Estrabón (III, 4, 18) nos dice que es costumbre ibérica
la de consagrarse a aquellos a quienes se unen hasta sufrir la muerte por
ellos; y Plutarco (Sert. 14) nos indica que es costumbre entre los hispanos
que los que hacían formación aparte con el jefe, perecían con él si venía a
morir.
Apoyado en la correspondencia entre lo representado y la naturaleza de las
cosas se ofrece la oportunidad de concebir la imagen con la realidad
transmitida o dictada por las fuentes clásicas, identificando la escena en el
trasunto de un suceso real.
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La razón de lo evidente
Reproducción simbólica extraída del Kalathos núm. 107 del departamento 12 y 13 de Llíria.
El verbo “pedir” dicen que viene del latín petere: ir hacia un lugar, aspirar
a algo. Es más, se considera obvio que la palabra pedir viene por vía
vulgar, es decir, parte de un fondo originario de una lengua romance que
por deformación popular del latín hablado pasó a ser un vulgarismo
generado entre los años 500 y 800 d. C., como expresión o palabra de
registro popular y no de habla culta.
Aquí, lo que resulto obvio es la prepotente manipulación de un falso
convencionalismo medieval que determina una procedencia errónea de la
lengua romance.
El castellano reconoce su concreto origen con documentos jurídicos de
más de 2.000 años de antigüedad. Y en este caso, la secuencia Ít (pide),
se pronuncia en 29 ocasiones en todo el registro epigráfico de las
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inscripciones ibéricas conocidas hasta la fecha9. En 10 ocasiones, en
documentos donde se registra la abreviatura de Roma, y en otras 10
ocasiones junto a la abreviatura de Roma: Ít q (pide ŕ) pide Roma.
El lenguaje ibérico es el origen etimológico del castellano. Todo ello se
verifica con la adopción del alfabeto griego y latino en textos jurídicos
documentados que estructuran los mismos verbos castellanos en dos tipos
de escritura. La estructura materna o vernácula de una lengua se verifica
con la correspondencia gramatical y sintáctica presente en diversos textos
bilingües con diversos tipos epigráficos de la época. La presencia
verificada de ésta correspondencia jurídica confirma la legitimidad cognada
de una lengua. Con la ausencia de esta correspondencia, el origen
etimológico de una lengua se convierte en una ciencia inexacta, y por tanto
fácil de manipular.
El conocimiento científico de la lengua ibérica contribuirá a conservar la
pureza de nuestra lengua frente a la tendencia deformadora de otras teorías,
ya que significativos verbos determinantes y la abreviatura del signario
íbero permite configurar el inventario de sonidos de su propia lengua.
Nuestra cultura ibérica nos demuestra que determinar una palabra, señalar
su extensión, función o significado a través de la abreviatura puede ser la
fórmula más eficaz para superar la variedad dialectal de un idioma,
rebasando fronteras lingüísticas en el tiempo y el espacio. De hecho, la
lengua que transcribe lo ibérico, utilizó el mismo tipo de escritura para
anotar la lengua celtibérica y gala. Todo ello justifica y confirma, por
obligación, que la verdad descifrada rompa con algunas teorías
preconcebidas y con todo tipo de genealogías lingüísticas asignadas a la
escritura de los íberos.
La lengua ibérica es tan indoeuropea como lo es el griego o el latín. Con
mucha razón ha despreciado toda asociación o manipulación de las
insistentes declinaciones lingüísticas conocidas como argativas, muy
presentes en las denominadas lenguas pre-indoeuropeas como el vasco,
caucásico o bereber. Es más, la lengua vasca no ofrece signos de su
existencia en el siglo II a. C. El criterio básico para clasificar la familia
lingüística ibérica como lengua no indoeuropea pierde toda su credibilidad.
Lo corrobora la regularidad gramatical que permite la coherencia lógica
interna de una lengua y lo afirma toda una coincidencia epigráfica,
simbólica, cronológica, espacial y territorial que influye en los factores
9
Ver http://cathalaunia.org/ibr/ibr.
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culturales y sociales de su interpretación, así como en el antecedente y
desarrollo de la obra.
28
Instrumental del método comparativo
BIBLIOGRAFÍA
Aranegui, C. (Ed.); Martí, Mª A.; Mata, C. y Pérez Ballester, J. (1997): Damas y
Caballeros en la Ciudad Ibérica. Madrid.
29
Blanco Freijeiro, A. (1994 a): Los primeros españoles. N º 1 Historias del Viejo Mundo.
Historia 16, Madrid.
Blanco Freijeiro, A. y Abad Casal, L. (1994 b): Los iberos. Nº 16 Historias del Viejo
Mundo. Historia 16, Madrid.
Comas, M.; Padrós, P. y Velaza, J. (2001): Dos nuevas estelas ibéricas de Badalona.
Paleohispanica 1, pp. 209-219.
Olcoz, S.; Medrano, M. (2008): Revisión paleográfica de varias inscripciones celtibéricas en signario
paleohispánico “alfabetización”. UNED. Espacio, tiempo y Forma. Serie II, Historia Antigua, t. 21. Págs.
105-122.
Villaronga, L. (1994): Corpus nummum Hispaniae ante Augusti aetatem, Madrid. (2ª Edición,
José A. Herrero S.A. Monedas y Medallas, 2002. Tipo: 14 pág. 332.).
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