Qu es el tiempo? Un misterio omnipotente y sin realidad propia. Es una
condicin del mundo de los fenmenos, un movimiento mezclado y unido a la existencia de los cuerpos en el espacio y a su movimiento. Pero acaso no habra tiempo si no hubiese movimiento? Habra movimiento si no hubiese tiempo? Es intil preguntar! Es el tiempo una funcin del espacio? O es lo contrario? Son ambos una misma cosa? Es intil continuar preguntando! El tiempo es activo, posee una naturaleza verbal, es productivo. Y qu produce? Produce el cambio. El ahora no es el entonces, el aqu no es el all, pues entre ambas cosas existe siempre el movimiento. Pero como el movimiento por el cual se mide el tiempo es circular y se cierra sobre s mismo, ese movimiento y ese cambio se podran calificar perfectamente de reposo e inmovilidad. El entonces se repite sin cesar en el ahora, y el all se repite en el aqu. Y como, por otra parte, a pesar de los ms desesperados esfuerzos, no se ha podido representar un tiempo finito ni un espacio limitado, se ha decidido imaginar que el tiempo y el espacio son eternos e infinitos, pensando al parecer que, dentro de la imposibilidad de hacerse una idea, esto es un poco ms fcil. Sin embargo, al establecer el postu- lado de lo eterno y lo infinito, no se destruye lgica y matemticamente todo lo limitado y finito? No queda todo reducido a cero? Puede haber sucesin en lo eterno? Puede haber coexistencia en lo finito? Cmo armonizar esta solucin de compromiso respecto a lo eterno y lo infinito con conceptos como distancia, movimiento y cambio e incluso con la mera presencia de cuerpos limitados en el universo? Es intil preguntar!
Estas cuestiones y otras semejantes rondaban la cabeza de Hans Castorp,
que desde su llegada all arriba, se haba mostrado ms que dispuesto a tales disquisiciones y sutilezas, movido por un ansia peligrosa pero inmensa, que haba pagado muy cara desde entonces y que tal vez haba sido lo que le haba Entrevidas, Anna Mara Maiolino, 1981.
86 IV. TIEMPO CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO
sensibilizado y animado a lanzarse a tan temerarias elucubraciones. Se haca preguntas a s mismo, luego se las haca al buen Joachim y luego al valle cubierto por un espeso manto de nieve desde tiempos inmemoriales; pero ya saba que no poda esperar contestacin alguna a sus preguntas. Por eso se preguntaba a s mismo, porque no encontraba ninguna respuesta. Respecto a Joachim, era casi imposible despertar en l ningn inters hacia semejantes temas, pues como Hans Castorp ya haba dicho en francs cierta noche no pensaba ms que en ser soldado en el mundo de all abajo, y con esa esperanza, una esperanza que a veces pareca cercana a cumplirse y otras se alejaba, dejndole a solas con su desconsuelo, haba entablado una encarnizada lucha contra la enfermedad que ltimamente se mostraba deseoso de zanjar de una vez por todas. S, el buen Joachim, el comedido y paciente Joachim, siempre tan cumplidor y respetuoso con la disciplina y el deber, estaba a punto de sublevarse, y se rebelaba contra la escala Gaffky, el sistema mediante el cual, en el laboratorio del stano que luego no era tal stano, se meda y se registraba el grado de infeccin del pacien- te: el ndice de Gaffky determinaba si la concentracin de bacilos en el esputo era muy alta o muy baja, y de eso dependa todo. Esta cifra expresaba sin lugar a error las posibilidades de curacin del enfermo; el nmero de meses o aos que tendra que pasar todava all arriba y que podan abarcar desde la mera visita de cortesa de seis meses hasta la sentencia de por vida, un intervalo que, por otra parte, era una medida de tiempo que casi no deca nada.
Thomas Mann, La montaa mgica [1924], trad. de Isabel Garca Adnez, Edhasa, Barcelona, 2010.
EL MOVIMIENTO NOVATOR EN LA ESPAÑA DE FINALES DEL SIGLO XVII Y LAS DISCIPLINAS FÍSICO-MATEMÁTICAS - Víctor Navarro Brotons. Instituto López Piñero, CSIC, Universidad de Valencia
Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia