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Emiliano Arena

El modelo japonés de crecimiento acelerado ante el espejo de la crisis actual.


El periodo que los historiadores han denominado como “Los Años Dorados del Capitalismo”
fueron en Japón los años del “Crecimiento Acelerado”; esto es porque, en los años que van
desde 1955 a 1970 Japón creció a un ritmo anual de un 10%.
En lo que sigue intentaremos ver que factores incidieron en dicho crecimiento sostenido y la
factibilidad de que dichos instrumentos sean utilizados para poder enfrentar la crisis actual por
dicho país.
Nakamura (1990; pág. 201-203) plantea ocho características de la economía japonesa de post-
guerra. La primera, que mantuvo un crecimiento económico lineal hasta el año 1973 del 10%.
La segunda característica, fue que en el periodo 1951-1973 la inversión en planta y equipos tuvo
la más alta expansión con una tasa del crecimiento del 22% “… Esta fue la fuerza principal de la
demanda interna que fomentó el alto crecimiento…”. En tercer lugar, “el alza de precios
también fue relativamente severa…” Cuarto, la época tuvo ciclos regulares de crecimiento y
recesión. Quinto, “… La razón por la que apareció repetidamente el ciclo de inventarios fue el
déficit en la balanza de pagos (…) si continúa el crecimiento económico y si se activa la
demanda interna por inversión en plantas y equipos, acumulación de existencias, consumo
privado, compras de gobierno, etc. por una parte, se aumenta la importación de acuerdo al
aumento de la producción y, por otra, los productos se orientan a la demanda interna, frena la
exportación y se torna desfavorable la balanza de transacciones corrientes…” Sexta
característica, el aumento de las importaciones produce la disminución de las divisas, por lo que
se restringe el financiamiento. Entonces, la demanda interna encuentra un freno. Por esto, la
séptima característica enumerada por Nakamura, es que al haber poca demanda interna los
productos se orientan a las exportaciones y se reduce la importación. Esto trae aparejado la
mejora de la balanza de pagos. Por último, en octavo lugar, “… Después que se acaba la
restricción, mientras haya altos inventarios, el mercado no se recupera de inmediato, y
temporalmente la economía va hacia el estancamiento o la recesión. En este caso, a su vez,
puede impulsarse la actividad económica mediante facilidades en el financiamiento, aumento
del gasto en las finanzas públicas, etc. El resultado es que si las empresas se aseguran de que
hay un aumento en la demanda, entonces comienza nuevamente a crecer la existencia
intencional y se reanuda la inversión en plantas y equipos…”.
En estos ciclos regulares de ascenso y descenso hubo factores que incidieron en el crecimiento
acelerado. Ellos son; en el plano interno el Estado, las Empresas y los individuos; y en el plano
externo, los Mercados (abiertos a la producción japonesa) y el Yen barato.

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El modelo japonés de crecimiento acelerado ante el espejo de la crisis actual.

Es importante el rol que jugó el Estado en el crecimiento económico. Durante este periodo fue
política de Estado de todos los elencos gubernamentales la protección del sistema económico
capitalista. “… La causa del crecimiento fue el esfuerzo de parte del pueblo centrado alrededor
de los círculos industriales, pero tuvieron un papel importante las políticas económicas. Al
principio, las autoridades en política económica subestimaron la fuerza del crecimiento, pero
una vez que éste comenzó, hicieron esfuerzos para mantenerlo y eliminar todo lo que pudiera
obstaculizarlo…” (Nakamura 1990; pág. 230). La política industrial del gobierno,
operacionalizada desde el Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI), puede ser
clasificada, según Mac Craw, en dos tipos. “… Una fue la selección de objetivos (…) intervino
selectivamente para alterar la estructura industrial de la nación, primero transitando de la
industria ligera a la industria pesada y química, y luego, hacia la del conocimiento intensivo y la
de alta tecnología (…) Un segundo tipo de política industrial fue el uso de cárteles. El gobierno
japonés no solo promovió las industrias emergentes, sino que actuó para aligerar la carga del
ajuste en las empresas ya decadentes, y evitar que competencia encarnizada se desencadenara en
periodos de floja demanda…” (1997; pág. 17-18). Pero el gobierno japonés también protegió a
las empresas de las presiones exógenas. Esto es, ante las presiones externas por liberalización,
sólo liberalizó a aquellas industrias competitivas internacionalmente.
En cuanto a las empresas, éstas “… buscaron el crecimiento del tamaño (…) y el aumento de los
rendimientos mediante el capital ajeno y aumentaron sus inversiones en plantas y equipos…”
(Nakamura 1990; pág. 216). La industria japonesa tomó innovaciones tecnológicas de ultramar,
mejorando los procesos, como por ejemplo la industria automotriz.
Aquí también jugaron un rol positivo la estabilidad de la relación obrero patronales,
contribuyeron a ello; la sindicalización por empresa, el concepto de “empleo de por vida” y el
salario y la promoción por antigüedad. En la vida doméstica los ciudadanos/as japonesas a pesar
del aumento de nivel de vida y del ingreso, han dedicado una parte importante de ellos al ahorro
(Nakamura 1990; pág. 240).
En cuanto a las condiciones externas, el alto crecimiento y bienestar de estos años, que
denominaron a esta etapa del capitalismo “años dorados”, fue el telón de fondo del crecimiento
acelerado japonés “… el volumen del intercambio mundial se triplicó y mostró una tasa de
crecimiento de 7.6%...” (Nakamura 1990; pág. 206). También fue el advenimiento de EE.UU.
como líder del bloque capitalista; la utilización de su moneda, el dólar, como moneda de
referencia internacional y la instauración de las instituciones internacionales de “Bretton
Woods”. Es en este escenario en donde Japón se integra al mundo no-socialista. El gobierno
estadounidense prestó luego de la guerra de Corea especial atención a Japón, “… derramando

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Emiliano Arena

una gran cantidad de dólares en Japón” (Nakamura 1990; pág. 207). El esquema de una
economía orientado a la sustitución de importación dejo al país en una situación de gran
dependencia del mercado internacional “… la economía japonesa ha sido muy sensible a las
fluctuaciones económicas mundiales; más aún, se puede decir que no ha contado con los medios
para interceptar el impacto de las fluctuaciones económicas mundiales…” (Nakamura 2009;
pág. 209). Así mismo, Japón desarrollo un gran flujo comercial con EE.UU., siendo uno de sus
principales socios comerciales. Está situación sumó mayor dependencia ya que, además de las
fluctuaciones a nivel internacional, también seria influido por las fluctuaciones en la economía
doméstica de EE.UU. El modelo entrara en crisis en la década del 70 primero con la crisis
cambiaria de 1971 y luego con la crisis petrolera de 1973.
Ante la actual crisis financiera internacional ¿Es posible reeditar estos instrumentos para revertir
la situación actual japonesa? La respuesta que esbozamos en estas páginas es que no. En
principio, porque entre los factores exógenos del crecimiento acelerado, está la relación
comercial con una potencia que se encontraba en ascenso y auge. Desde los 70 Robert Gilpin
señala precisamente que Estados Unidos ha venido perdiendo preponderancia en las relaciones
económicas internacionales y que el peso de ellas lentamente se va trasladando del Atlántico al
Pacífico. “… Ambas economías [la estadounidense y la japonesa] son progresivamente más
interdependientes en el campo del comercio, la producción y las finanzas. Impulsadas por el
descenso de Estados Unidos al estatus de Estado deudor se ha consolidado con asombrosa
rapidez lo que puede llamarse la economía Nichibei…” (1990; pág. 16). La crisis actual del
capitalismo, puede verse como el estallido de esta tendencia que empezó a evidenciar la crisis
del Petróleo en 1973, estallido que se ha producido en los Estados centrales. La crisis actual ha
hundido a la segunda economía mundial en una fase recesiva a partir de la caída de las
exportaciones “…Las exportaciones se redujeron a un ritmo aún más rápido, del 13,9 por ciento,
debido a la drástica apreciación del yen en medio de la recesión económica mundial…” (Pueblo
en Línea 2009).
Aún no hay precisiones sobre la profundidad y las consecuencias, lo que sí aparece es que el
peso de Estados Unidos en el comercio y las finanzas se ha debilitado notablemente,
produciendo dos grandes acreedores en el Pacífico. Pero a la vez, bajando sus importaciones,
pone en un cuello de botella a economías que se han desarrollado en base a la exportación. Ante
la contracción de los mercados mundiales, Japón encuentra un nuevo competidor, China.
Por eso las estrategias deberán ser de carácter regional, teniendo como eje la cooperación entre
las tres economías más dinámicas de la región: Japón, China y Corea del Sur.

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El modelo japonés de crecimiento acelerado ante el espejo de la crisis actual.

Bibliografía
A. Honoso y N. Saavedra Rivano. (1994). La economía japonesa sin misterios. Tsukuba.
Fundación Getulio Vargas (pág. 19-41).
Gabetta, Carlos (2009). “El big bang de la crisis. Le Monde Diplomatic., Nº117 (pág. 3)
Gilpin, Robert (1990). La Economía Política de las Relaciones Internacionales. GEL (pág. 13-
35)
Lincoln, Eduard (2001). Arthritic Japan. The Show Pace of Economic Reform. Brookings
Institution Press. (pág. 121-152)
Mac Craw, T. K. (1997). Creating modern capitalism. Harvard University Press. (pág. 450-489).
Pueblo en línea (2009). Japón se hunde en una recesión más profunda en medio de crisis
financiera internacional. Disponible en: www.spanish.people.com.cn
REUTERS China, Japón y Corea del Sur forman frente contra la crisis financiera Disponible en:
www.elinformador.com.mx
T. Nakamura (1990). Economía japonesa. Estructura y desarrollo. El colegio de México. (pág.
201-254)
Tanaka, Naori. (2004). Vivir al lado de un “dragón emergente”. Cuadernos de Japón, Nº 3 (pág.
6-9)

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