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Se le cort la voz, como si fuera a sollozar.

Roger
la abraz de nuevo.
Te he querido tanto, Gee, queridsima Gee le
susurr al odo. Y, ahora, todava ms que antes. Siempre te
agradecer lo leal que has sido conmigo en las buenas
y en las malas. Por eso, tu opinin es una de las pocas
que me importa.

Ahora, con tanto tiempo para pensar dijo


Roger, en el odo de su prima, recuerdo mucho esos
aos en Liverpool, cuando ramos tan jvenes y la vida
nos sonrea, Gee.
Todos crean que ramos enamorados y que algn
da nos casaramos murmur Gee. Yo tambin
recuerdo esa poca con nostalgia, Roger.
Eramos ms que enamorados, Gee. Hermanos,
cmplices. Las dos caras de una moneda. As de unidos.
T fuiste muchas cosas para m. La madre que perd a los
nueve aos. Los amigos que nunca tuve. Contigo me sent
siempre mejor que con mis propios hermanos. Me dabas
confianza, seguridad en la vida, alegra. Ms tarde, en todos
mis aos en el frica, tus cartas eran mi nico puente
con el resto del mundo. No sabes con qu felicidad reciba
tus cartas y cmo las lea y relea, querida Gee.
Verla sufrir de ese modo, dudar
de ese modo, significaba cuando menos que para ella
su persona y su vida eran preciosas. No estaba, pues, tan
solo como se senta.

Roger Casement
lleg a la conclusin de que el hroe de su infancia y
juventud era uno de los picaros ms inescrupulosos que
haba excretado el Occidente sobre el continente africano.
Pese a ello, como todos los que haban trabajado a sus rdenes,
no poda dejar de reconocer su carisma, su simpata,
su magia, esa mezcla de temeridad y clculo fro con que el 41
aventurero amasaba sus proezas.

Todas las cosas


que se decan sobre l estaban siempre en contradiccin
entre ellas mismas, de manera que era imposible saber cules
eran ciertas y cules falsas y cunto haba en las ciertas
de exageracin y fantasa. Era uno de esos hombres incapaces
de diferenciar la realidad de la ficcin.

Cuando las cosas no tenan marcha


atrs, no vala la pena perder el tiempo preguntndose si
hubiera sido preferible que no ocurrieran. Mejor tratar de
enrumbarlas por el buen camino. Siempre era posible enderezar
lo que andaba torcido. No era sta la mejor enseanza
de Cristo?

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