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Sus
autores, Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, dieron con un filn que a da de hoy
parece inagotable: la vida cotidiana analizada desde la economa. Los editores
detectaron a un excelente profesor de Economa de la Universidad de Chicago y a
un magnfico periodista y consumado escritor. Con el trabajo de ambos y una
gigantesca operacin de marketing lanzaron un novedoso tipo de texto cuya estela
millonaria ha sido seguida con xito por autores de la talla de Tyler Cowen, Dan
Ariely o Robert Frank. A Tim Harford (Londres, 1973) se le entiende mejor si se le
incluye en esta perspectiva.
Apenas dos aos ms tarde, el lector tiene delante La lgica oculta de la vida,
cuyo subttulo, Cmo la economa explica todas nuestras decisiones, hace una
alusin muy ajustada a su contenido. La lgica de presentacin pblica de este
volumen est cortada por el mismo patrn que El economista camuflado. Gran
despliegue publicitario y un estilo sencillo, accesible a todos los pblicos y pegada
directa a cuestiones de impacto. No hace falta tener bola de cristal para asegurar
su venta en grandes nmeros.
El primer captulo se abre con lo que Harford denomina epidemia de mamadas (la
cursiva es suya) entre adolescentes estadounidenses de doce y trece aos.
Descrita la situacin, el autor aplica el anlisis econmico, desde la teora de la
eleccin racional, a este aspecto del sexo oral entre jvenes. Su conclusin afirma
que no es que estemos ante una generacin de adolescentes ms promiscua sino
ante una alternativa racional a prcticas sexuales de ms riesgo.
El juego en Las Vegas, el porqu de los juegos de azar y sus adicciones son
diseccionados por Harford en su segundo captulo. Al hilo de la teo-ra del juego
de Von Neumann, el lector va descubriendo la lgica interna del pquer, las
mquinas tragaperras o la guerra. La vida en las oficinas, los sueldos de los jefes
de las grandes compaas o las cajeras de los supermercados son piezas que
componen el puzzle que Harford presenta y disecciona ante el lector, como si ste
fuera el cliente que, sentado en la barra de un restaurante japons, contempla
cmo le preparan los platos. Las ciudades y sus vecindarios, las penurias de los
afroamericanos o el papel de internet proporcionan a Harford las distintas
circunstancias a partir de cuyo anlisis construye su tesis central: la gente se
comparta cada vez ms racionalmente. El comportamiento humano es siempre un
constructo de base racional.